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Análisis de la comunicación no verbal: Los peligros de la pseudociencia en entornos de seguridad y justicia

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Para los profesionales de la seguridad y la justicia (policías, abogados, jueces), los miles de artículos revisados por pares sobre comunicación no verbal representan fuentes importantes de conocimiento. Sin embargo, a pesar del alcance del trabajo científico realizado sobre este tema, los profesionales pueden recurrir a programas, métodos y enfoques que no reflejan el estado real de la ciencia. El objetivo de este artículo es examinar (i) los conceptos de comunicación no verbal transmitidos por estos programas, métodos y enfoques, pero también (ii) las consecuencias de su uso (por ejemplo, sobre la vida o la libertad de las personas). Para lograr estos objetivos, describimos el alcance de la investigación científica sobre la comunicación no verbal. Se examina un programa (SPOT: Evaluación de pasajeros mediante técnicas de observación), un método (BAI: Entrevista de análisis de conducta) y un enfoque (sinergología) que contradicen el estado de la ciencia. Finalmente, presentamos cinco hipótesis para explicar por qué algunas organizaciones en los campos de la seguridad y la justicia están recurriendo a la pseudociencia y a las técnicas pseudocientíficas. Concluimos el artículo invitando a estas organizaciones a trabajar con la comunidad académica internacional especializada en la investigación sobre comunicación no verbal y detección de mentiras (y verdad) para implementar prácticas basadas en la evidencia.
ISSN: 1133-0740/ ©2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Este artículo está bajo una licencia CC BY-NC-ND 1
Anuario de Psicología Jurídica (2020)
Vol. 30, pp. 1-12
Análisis de la comunicación no verbal: los peligros de la
pseudociencia en entornos de seguridad y justicia
Vincent Denault 1,2, Pierrich Plusquellec 2,3,4, Louise M. Jupe 5, Michel St-Yves 6,7, Norah E.
Dunbar 8, Maria Hartwig 9, Siegfried L. Sporer 10, Jessica Rioux-Turcotte 11, Jonathan Jarry 12,
Dave Walsh 13, Henry Otgaar 14, 15, Andrei Viziteu 5, Victoria Talwar 16, David A. Keatley 17, Iris
Blandón-Gitlin 18, Clint Townson 19, Nadine Deslauriers-Varin 20, Scott O. Lilienfeld 21, 45, Miles
L. Patterson 22, Igor Areh 23, Alfred Allan 24, Hilary Evans Cameron 25, 26, Rémi Boivin 7, Leanne
ten Brinke 27, Jaume Masip 28, Ray Bull 29, Mireille Cyr 30, Lorraine Hope 5, Leif A. Strömwall
31, Stephanie J. Bennett 32, Faisal Al Menaiya 5, Richard A. Leo 33, Annelies Vredeveldt 34,
Marty Laforest 11, Charles R. Honts 35, Antonio L. Manzanero 36, Samantha Mann 5, Pär-Anders
Granhag 31, Karl Ask 31, Fiona Gabbert 37, Jean-Pierre Guay 7, Alexandre Coutant 38, Jeffrey
Hancock 39, Valerie Manusov 40, Judee K. Burgoon 41, Steven M. Kleinman 42, Gordon Wright
37, Sara Landström 31, Ian Freckelton 43, Zarah Vernham 5, and Peter J. van Koppen 34, 44
La Información de la afiliación de todos los autores se puede consultar al final del artículo
Esta es un versión traducida al español del original en inglés «The Analysis of Nonverbal
Communication: The Dangers of Pseudoscience in Security and Justice Contexts»1
Para referenciar este trabajo, citar el original como: Denault, V., Plusquellec, P., Jupe, L. M., St-Yves,
M., Dunbar, N. E., Hartwig, M., Sporer, S. L., Rioux-Turcotte, J., Jarry, J., Walsh, D., Otgaar, H., Viziteu,
A., Talwar, V., Keatley, D. A., Blandón-Gitlin, I., Townson, C., Deslauriers-Varin, N., Lilienfeld, S. O.,
Patterson, M. L., ... van Koppen, P. J. (2019). The analysis of nonverbal communication: The dangers of
pseudoscience in security and justice contexts. Anuario de Psicología Jurídica, 30, 1-
12. https://doi.org/10.5093/apj2019a9
1Traducción de Rocío Vallet.
ISSN: 1133-0740/ ©2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Este artículo está bajo una licencia CC BY-NC-ND 2
Resumen
Para los profesionales de la seguridad y la justicia (policías, abogados, jueces), los miles de artículos
revisados por pares sobre comunicación no verbal representan fuentes importantes de conocimiento. Sin
embargo, a pesar del alcance del trabajo científico realizado sobre este tema, los profesionales pueden
recurrir a programas, métodos y enfoques que no reflejan el estado real de la ciencia. El objetivo de este
artículo es examinar (i) los conceptos de comunicación no verbal transmitidos por estos programas,
métodos y enfoques, pero también (ii) las consecuencias de su uso (por ejemplo, sobre la vida o la libertad
de las personas). Para lograr estos objetivos, describimos el alcance de la investigación científica sobre la
comunicación no verbal. Se examina un programa (SPOT: Evaluación de pasajeros mediante técnicas de
observación), un método (BAI: Entrevista de análisis de conducta) y un enfoque (sinergología) que
contradicen el estado de la ciencia. Finalmente, presentamos cinco hipótesis para explicar por qué algunas
organizaciones en los campos de la seguridad y la justicia están recurriendo a la pseudociencia y a las
técnicas pseudocientíficas. Concluimos el artículo invitando a estas organizaciones a trabajar con la
comunidad académica internacional especializada en la investigación sobre comunicación no verbal y
detección de mentiras (y verdad) para implementar prácticas basadas en la evidencia.
Palabras Clave: Pseudociencia, Comunicación No Verbal, SPOT, Entrevista de Análisis de Conducta,
Sinergología.
La comunicación no verbal generalmente se refiere a cualquier comunicación que no sea
por palabras (Knapp, Hall y Horgan, 2014; Patterson, 2011). Por ejemplo, las características
físicas y vocales de una persona transmiten información. Los comportamientos no verbales (por
ejemplo, expresiones faciales, gestos) y las distancias interpersonales también desempeñan un
papel importante en las interacciones cara a cara (Burgoon, Guerrero y Floyd, 2010; Moore,
Hickson y Stacks, 2014). El volumen, el alcance y la complejidad de la investigación científica
sobre la comunicación no verbal pueden verse en los manuales sobre el tema publicados en los
últimos años (Hall y Knapp, 2013; Manusov y Patterson, 2006; Matsumoto, Hwang y Frank,
2016).
Para los profesionales de la seguridad y la justicia (por ejemplo, policías, abogados,
jueces), los miles de artículos revisados por pares sobre comunicación no verbal representan
fuentes importantes de conocimiento, incluso sobre la detección de mentiras o malas intenciones
(Granhag y Strömwall, 2004; Granhag, Vrij y Verschuere, 2015; Vrij, 2008). La mentira, sin
embargo, no se puede detectar de un vistazo, como se suele decir en Internet. La creencia de que
la evitación de la mirada permite la detección de mentiras es una idea errónea generalizada (The
Global Deception Research Team, 2006). Al igual que las expectativas poco realistas del público
hacia la ciencia forense (Chin y Workewych, 2016), la comunicación no verbal ha sufrido de su
popularidad en series de televisión (por ejemplo, Lie to Me) y otros medios de comunicación
populares (Levine, Serota y Shulman, 2010; Vrij , Granhag y Porter, 2010). De hecho, los
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académicos que tienen experiencia científica en la detección de la mentira (y de la verdad) están
de acuerdo en que no hay comportamientos no verbales que estén presentes en todos los
mentirosos y ausentes en todas las personas que dicen la verdad. No hay comportamientos no
verbales que sean indicativos de engaño, como la nariz de Pinocho (DePaulo et al., 2003; Vrij,
2008). Además, cuando se documenta que las expresiones faciales y los gestos tienen un vínculo
con la mentira, este vínculo suele ser débil (DePaulo et al., 2003; Vrij et al., 2017) y, a menudo,
moderado por variables situacionales (Sporer y Schwandt, 2006, 2007). En otras palabras, aunque
no es una regla de oro, el análisis de los comportamientos no verbales de un individuo puede
basarse en trabajos publicados en revistas científicas revisadas por pares. De hecho, las
investigaciones realizadas por académicos internacionales que tienen experiencia científica en
comunicación no verbal pueden informar de una amplia gama de comportamientos humanos
(Burgoon et al., 2010; Knapp et al., 2014; Moore, Hickson y Stacks, 2015; Patterson, 2011).
A pesar de la riqueza del conocimiento revisado por pares sobre comunicación no verbal,
los profesionales de la seguridad y la justicia pueden encontrar fácilmente programas, métodos y
enfoques ampliamente difundidos que no reflejan el estado de la ciencia y promueven
afirmaciones pseudocientíficas. El objetivo de este artículo es examinar (i) los conceptos de
comunicación no verbal transmitidos por estos programas, métodos y enfoques, pero también (ii)
las consecuencias de su uso. Para lograr este objetivo, describiremos el alcance de la investigación
científica sobre la comunicación no verbal. Posteriormente, examinaremos un programa destinado
a identificar las amenazas a la seguridad en los aeropuertos de EE. UU. a partir de los
comportamientos no verbales y la apariencia de los pasajeros (SPOT; “Evaluación de pasajeros
mediante técnicas de observación”), un método de entrevista utilizado por muchas fuerzas
policiales (BAI; "Entrevista de análisis de comportamiento") y un enfoque de "interpretación de
gestos " enseñados a profesionales de la seguridad y la justicia, en Francia y Quebec
(sinergología). Finalmente, resumiremos cinco hipótesis para explicar por qué algunas
organizaciones en el ámbito de la seguridad y la justicia están recurriendo a la pseudociencia y
las técnicas pseudocientíficas. Concluiremos el artículo invitando a estas organizaciones a trabajar
con la comunidad académica internacional que tiene experiencia científica en comunicación no
verbal y detección de mentiras (y verdades) para implementar prácticas basadas en la evidencia.
El alcance de la investigación científica sobre la comunicación no verbal
Muchos de los problemas a los que se enfrentan los profesionales de la seguridad y la
justicia son el ocultamiento y la falsificación de información (ver por ejemplo, Garrido, Masip y
Herrero, 2004; Mann, Garcia-Rada, Houser y Ariely, 2014; Vrij, Mann, Jundi, Hillman y Hope,
2014). Cuando se trata de desarrollar mejores prácticas profesionales para abordar estos
problemas, el análisis de la comunicación no verbal puede, a primera vista, parecer infalible. De
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hecho, no es raro leer o escuchar que las expresiones faciales y los gestos se pueden usar para
detectar mentiras, y que serían más válidas que las palabras para este propósito. Por lo tanto, los
profesionales de la seguridad y la justicia tendrían a su alcance, por unos pocos miles, o incluso
unos cientos de dólares, programas, métodos y enfoques para saber lo que la otra persona piensa,
pero no dice.
Desafortunadamente, dudosos conceptos sobre la comunicación no verbal son
ampliamente difundidos, especialmente en Internet y en libros divulgativos dirigidos al público
en general, así como en seminarios y conferencias (como "the body language never lies"). El uso
de tales conceptos puede tener consecuencias negativas e incluso desastrosas (Denault, 2015;
Kozinski, 2015; Lilienfeld y Landfield, 2008). Por ejemplo, los profesionales de la seguridad y la
justicia que no están familiarizados con el proceso de "revisión por pares" pueden ser engañados
haciéndoles creer que estos conceptos dudosos son científicos, por lo que les dan una autoridad
totalmente injustificada (Jupe y Denault, 2018). Como demostraremos, la confianza en tales
conceptos es fundamentalmente errónea, ya que las decisiones de los profesionales de la seguridad
y la justicia podrían estar sesgados y dañar la vida o la libertad de las personas.
Aunque la detección de mentiras o malas intenciones puede ser de interés para estos
profesionales, representa solo una pequeña parte de la investigación científica que se realiza sobre
la comunicación no verbal. Como señalaron Plusquellec y Denault (2018), la influencia de la
cultura, la edad y la enfermedad mental en la comunicación no verbal, así como el reconocimiento
de las expresiones faciales y la sensibilidad interpersonal, son solo algunos de los temas que
reciben atención de los investigadores a lo largo del mundo. La comunicación no verbal no es un
tema de investigación científica que solo trate la psicología. Por ejemplo, la psiquiatría, la
criminología, la comunicación, la lingüística, la biología, la sociología, la antropología, la
informática y la etología también se centran en la comunicación no verbal. Independientemente
de la disciplina, la afiliación de los investigadores y sus campos de investigación, el conocimiento
que desarrollan es de gran valor porque el proceso de evaluación crítica del conocimiento (en el
proceso de publicación) es un elemento central para establecer la confianza en los resultados de
un proyecto de investigación, y siempre es el mismo. Examinemos brevemente cómo se desarrolla
este proceso.
Al completar un proyecto de investigación, el investigador generalmente prepara un
manuscrito que describe las razones y los fundamentos teóricos del estudio, así como todos los
pasos que preceden a sus conclusiones, incluida la metodología, la recopilación de datos y sus
análisis. Todos estos detalles eventualmente permitirán a la comunidad científica internacional
examinar el proyecto de investigación para brindar apoyo o crítica a los resultados con pleno
conocimiento de los hechos (por ejemplo, a la luz de otras investigaciones sobre el tema). Todos
estos detalles también brindarán a otros investigadores la oportunidad de replicar el estudio y
comparar los resultados (Asendorpf et al., 2013; Shipman, 2014; Jupe y Denault, 2018; Ware,
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2008). El manuscrito se envía al editor de una revista científica que lo envía a los expertos en el
tema para una primera evaluación crítica. Este es el proceso de "revisión por pares". Los
manuscritos generalmente se revisan a doble ciego, lo que significa que los nombres de los
revisores no son conocidos por el investigador y el nombre del investigador no es conocido por
los revisores. Los revisores proporcionan comentarios críticos al editor. Después de los
comentarios de los revisores y de su propia evaluación del manuscrito, el editor informa al
investigador de que el manuscrito se acepta tal como está, con revisiones menores o mayores, o
que se rechaza (a veces con la posibilidad de revisar y volver a enviar el manuscrito después de
mejoras significativas) (Denault y Dunbar, 2017; Jupe y Denault, 2018). Algunas revistas
científicas en psicología tienen una tasa de rechazo de hasta el 90% (American Psychological
Association, 2017). Desde la década de 1960, se han publicado aproximadamente 30.000 artículos
revisados por pares sobre comunicación no verbal (Plusquellec y Denault, 2018).
La pseudociencia en la seguridad y la justicia
A pesar del alcance de la investigación científica sobre la comunicación no verbal
(Burgoon et al., 2010; Knapp et al., 2014; Moore et al., 2015; Patterson, 2011), los profesionales
de la seguridad y la justicia en algunas jurisdicciones han recurrido a programas, métodos y
enfoques que no reflejan el estado de la ciencia. Las consecuencias de los usos indebidos de la
comunicación no verbal son lo suficientemente importantes como para cuestionar la
responsabilidad de las organizaciones en los campos de la seguridad y la justicia que han utilizado
SPOT, BAI o sinergología.
Evaluación de pasajeros mediante técnicas de observación (SPOT)
SPOT es un programa destinado a identificar amenazas a la seguridad aérea a partir de
los comportamientos no verbales y la apariencia de los pasajeros. Este programa fue
implementado en numerosos aeropuertos de los EE. UU. por la Administración de Seguridad del
Transporte (TSA) del Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU. después de los ataques
del 11 de septiembre de 2001. Basado en los métodos israelíes para intentar detectar
comportamientos sospechosos, SPOT se implementó en 2006 y 2007 en 42 aeropuertos regulados
por la TSA después de haber sido probado en 2003 y 2004 "para comprender el potencial del
programa, no para validar su éxito" (U.S. Government Accountability Office, 2010, p. 25). En
2010, se desplegaron casi 3.000 oficiales de detección de conductas (en adelante, "BDO") en 161
de los 457 aeropuertos regulados por la TSA. SPOT tuvo un coste anual de aproximadamente 212
millones de dólares (U.S. Government Accountability Office, 2010).
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Según la TSA, SPOT tuvo en cuenta herramientas de aprendizaje de agencias federales,
comentarios de agentes de seguridad (por ejemplo, del FBI y de la Agencia de Control de Drogas)
y el trabajo de científicos, incluido Paul Ekman, quien intentó defenderlo ante un comité del
Congreso de los Estados Unidos en 2011 (Committee on Science, Space, and Technology, 2011).
Sin embargo, en el momento de la implementación de SPOT, se desconocía la validez de la
identificación de amenazas de seguridad aérea a través de la observación de los comportamientos
no verbales y la apariencia de los pasajeros. La efectividad de la identificación de amenazas a la
seguridad aérea utilizando SPOT frente al cuestionamiento aleatorio (es decir, interrogar a los
pasajeros al azar en lugar de basarse en indicadores de comportamiento) también fue desconocida.
Según la TSA, SPOT se implementó porque era de bajo costo, fácil de configurar y brindó una
medida de seguridad adicional para los riesgos que no estaban cubiertos por otras medidas (U.S.
Government Accountability Office, 2010).
Para la identificación de amenazas a la seguridad aérea, SPOT empleó a los BDO. Estas
personas fueron reclutadas entre empleados de la TSA que realizaban el control de pasajeros y
equipaje. Recibieron cuatro días de formación teórica y tres días de entrenamiento de campo y
luego fueron examinados. Se pidió a los BDO, entre otras cosas, que memorizaran la lista de
indicadores para identificar a los terroristas potenciales (por ejemplo, evitar el contacto visual,
mirar hacia abajo, usar ropa inadecuada, tener la cara pálida debido al reciente afeitado de la
barba, emitir un fuerte olor corporal, cubrirse la boca con la mano al hablar [U.S. Government
Accountability Office, 2010; The Intercept, 2015]). En los aeropuertos, el trabajo de las BDO era
observar a los pasajeros (unos 30 segundos por viajero). Se podría iniciar una conversación con
un pasajero durante este procedimiento de observación. Después de la conversación, si el pasajero
superó un cierto puntaje (de la lista de 94 indicadores de comportamiento), los BDO podrían
realizar un registro de su equipaje. Luego, podrían invitar al pasajero a continuar su viaje o
ponerse en contacto con los agentes de seguridad que tenían la opción de arrestarle. Aun cuando
el pasajero no fuera arrestado, la TSA podría negarse a permitirle embarcar. Finalmente, los BDO
debían ingresar información sobre su intervención en una base de datos (U.S. Government
Accountability Office, 2010, 2013, 2017).
En 2010, la U.S. Government Accountability Office (GAO), una organización con una
función similar a la Oficina del Auditor General de Canadá, recomendó que la TSA reuniera a
expertos independientes para validar las bases científicas de SPOT (U.S. Government
Accountability Office, 2010). Tres años después, la GAO recomendó al Congreso de los EE. UU.
que considerara la ausencia de evidencia científica sobre la efectividad de la identificación de
amenazas a la seguridad aérea a través de los comportamientos no verbales de los pasajeros en
sus decisiones de financiamiento de SPOT (U.S. Government Accountability Office, 2013).
Finalmente, en 2017, la GAO publicó un informe según el cual 175 de las 178 fuentes citadas por
la TSA (98%) no eran relevantes para determinar la validez de SPOT. De hecho, de las 178 fuentes
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citadas, solo 20 fueron artículos de investigación que informaron sobre datos y métodos. De las
158 fuentes restantes, 21 fueron revisiones de literatura que no aportaron información adecuada,
y 137 fueron documentos de opinión o documentos que proporcionaron información irrelevante
para establecer la base científica de SPOT (por ejemplo, artículos de periódicos y capturas de
pantalla de sitios web médicos). Dos analistas evaluaron de forma independiente los 20 artículos
de investigación: cinco de ellos no cumplieron con los estándares de investigación generalmente
aceptados y 12 no validaron los indicadores de comportamiento por los cuales fueron citados por
la TSA. Una fuente justificó siete de estos indicadores y dos fuentes justificaron solo uno. En
otras palabras, la TSA no tenía ninguna evidencia para respaldar la validez de 28 de los 36
indicadores en la lista revisada utilizada por los BDO para identificar amenazas a la seguridad
rea2. Por lo tanto, la GAO ha mantenido sus recomendaciones de 2013 para limitar la
financiación de SPOT (U.S. Government Accountability Office, 2017).
Después del informe de 2017, al igual que lo hizo la TSA en 2004 (U.S. Government
Accountability Office, 2010), el DHS intentó defender SPOT, en algunos casos mediante el uso
de falacias lógicas (por ejemplo, mediante un exceso de confianza en las pruebas anecdóticas
[Lilienfeld y Landfield, 2008; Gambrill, 2005]). Por ejemplo, se informó de que un pasajero
identificado por los BDO llevaba 4,4 kilogramos de cocaína y que las técnicas utilizadas para
ocultar drogas podían usarse para ocultar explosivos. Además, la TSA informó que los BDO se
habían reasignado como oficiales de seguridad obligados a realizar un análisis de comportamiento
durante unas pocas horas al día para mantener sus habilidades. Sin embargo, dada la falta de
evidencia científica sobre la efectividad de la identificación de amenazas a la seguridad aérea a
través de los comportamientos no verbales de los pasajeros, la GAO expresó su preocupación de
que el análisis de comportamiento aún estaba siendo utilizado (U.S. Government Accountability
Office, 2017).
Cabe señalar que los defensores de SPOT pueden afirmar que este programa funciona
porque un acto terrorista como el del 11 de septiembre de 2001 no se ha producido nuevamente.
Sin embargo, esta es otra falacia lógica. Aunque SPOT puede disuadir a algunos terroristas, al
igual que las cámaras falsas pueden disuadir a algunos ladrones, esto no significa que SPOT
realmente funcione. Además, las organizaciones de seguridad y justicia no deben usar tragedias
para justificar programas, métodos y enfoques sin validez y poner en marcha programas, métodos
y enfoques que realmente funcionen.
El uso de falacias lógicas para justificar la importancia de SPOT (un programa que se
estima costó 1.500 millones de dólares de 2007 a 2015 [Office of Inspector General, 2016]) parece
en el mejor de los casos cuestionable, especialmente porque SPOT creó "un riesgo inaceptable de
2 La GAO de EE. UU. (2017) informó de que la TSA revisó la lista de 94 indicadores de comportamiento
en 2014: "Según la TSA, la mayoría de los 94 indicadores de comportamiento se combinaron, condensaron
o actualizaron para incorporarlos a una lista revisada y un pequeño subconjunto fueron eliminados” (p. 3).
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discriminación por raza y religión" (ACLU, 2017, p. 1). De hecho, en lugar de detectar terroristas,
los indicadores de comportamiento han llevado a las BDO a atacar a los inmigrantes. Es más,
“hasta finales de 2012, los materiales de capacitación para oficiales de detección de
comportamiento se enfocaron exclusivamente en ejemplos de terroristas árabes o musulmanes”
(ACLU, 2017, pág. 13; véase también Winter, 2015).
¿SPOT ofreció una falsa sensación de seguridad? Posiblemente. ¿Los recursos
financieros asignados a la TSA (el dinero de los contribuyentes) podrían haberse invertido en el
desarrollo de nuevos programas basados en el conocimiento publicado en revistas científicas
revisadas por pares, así como en programas que ya han demostrado su eficacia? Ciertamente. Por
ejemplo, en lugar de invertir en programas de análisis de comportamiento de efectividad
desconocida, el dinero de los contribuyentes podría invertirse en reforzar las fuerzas de seguridad,
que generalmente están limitadas en personal y recursos financieros (LaFree y Freilich, 2018,
página 388; véase también Bayley y Weisburd, 2009; Howard, 2004).
Sin embargo, la TSA no parece haber cuestionado su enfoque después del informe de
2017 de la GAO de los Estados Unidos. De hecho, el Boston Globe (2018) reveló recientemente
la existencia de Quiet Skies, un programa de vigilancia de la TSA donde los viajeros (que no están
siendo investigados y no están en una lista de vigilancia terrorista) son controlados por agentes
federales antes de abordar un avión. Esta vigilancia se basó en parte en indicadores de
comportamiento tan dudosos como los de SPOT (por ejemplo, olor corporal fuerte, transpiración
excesiva, parpadeo rápido de los ojos, manos que tocan la cara, afeitado reciente de la barba). Sin
embargo, la efectividad del uso de comportamientos no verbales para los controles de seguridad
en los aeropuertos o para determinar si las personas ocultan un objeto es limitada (Ormerod y
Dando, 2015; Sweet, Meissner y Atkinson, 2017). Además, la observación única del
comportamiento reduce la precisión en los juicios (Bond y DePaulo, 2006; Bond, Howard,
Hutchison y Masip, 2013; Reinhard, Sporer y Scharmach, 2013; Reinhard, Sporer, Scharmach y
Marksteiner, 2011). En otras palabras, el conocimiento científico actual sobre la comunicación
no verbal sugiere que los profesionales de la seguridad y la justicia no deben confiar en la
observación de indicadores de comportamiento (o combinaciones de algunos de ellos) en las
interacciones cara a cara para detectar terroristas. Sin embargo, se siguen utilizando conceptos sin
validez sobre la comunicación no verbal, no solo por parte de los Oficiales de Seguridad del
Transporte, sino también por otros profesionales.
La Entrevista de Análisis de Conducta (BAI)
La BAI es el primer paso de la técnica Reid, una técnica de interrogatorio en la que se ha
capacitado a más de 500,000 personas (John E. Reid y Associates, n.d.a, n.d.c). Esencialmente,
en este primer paso, un investigador realiza una entrevista no acusatoria con un sospechoso. Se
presta especial atención a los comportamientos no verbales del sospechoso al responder ciertas
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preguntas formuladas por el investigador (Snook, Eastwood y Barron, 2014; Vrij, 2008). De
acuerdo con los creadores de la técnica Reid, este método de entrevista está "diseñado para
identificar si una persona está diciendo la verdad o si está ocultando información relevante sobre
un delito específico o un acto delictivo" (John E. Reid y Associates, n.d.b). Por ejemplo, la BAI
afirma que algunos comportamientos no verbales están relacionados con el engaño (por ejemplo,
postura cerrada y retraída, congelada y estática, alineación no frontal, inclinarse hacia adelante
constantemente) o veracidad (por ejemplo, postura abierta y relajada, dinámica, alineación
frontal, inclinarse hacia adelante de vez en cuando) (Inbau, Reid, Buckley y Jayne, 2013). Al final
de la BAI, cuando la culpabilidad del sospechoso "en opinión del investigador, parece definitiva
o razonablemente cierta" (Inbau et al., 2013, p. 185), el investigador continúa con el segundo paso
de la técnica Reid. El objetivo es obtener una declaración incriminatoria mediante un
interrogatorio adverso psicológicamente coercitivo (Masip, Herrero, Garrido y Barba, 2011;
Snook, Eastwood y Barron, 2014; Vrij, 2008).
En este segundo paso, el investigador debe establecer que no hay ninguna duda de que el
sospechoso es culpable del delito. El investigador luego proporciona una excusa moral para el
crimen para que el sospechoso pueda "salvar la cara". Además, el investigador asegurará, por
diversos medios, que el sospechoso no puede negar su participación (por ejemplo, interrumpiendo
al sospechoso). Finalmente, “para obtener una admisión inicial de culpabilidad” (Inbau et al.,
2013, p. 294), el investigador le formula al sospechoso una pregunta en la que ambas respuestas
posibles son incriminatorias, por ejemplo, “¿Se utilizó el dinero robado para comprar tus drogas
o para ayudar a tu familia?”. Después de la declaración incriminatoria, el investigador solicita
detalles y procede a obtener una declaración escrita (Inbau et al., 2013; Snook, Eastwood y
Barron, 2014). Aunque tiene muchos seguidores, especialmente en los Estados Unidos, la técnica
Reid puede llevar a errores judiciales (ver por ejemplo, Gudjonsson, 2014; St-Yves y Meissner,
2014).
La BAI es particularmente alarmante por el uso de comportamientos verbales y no
verbales para determinar la culpabilidad o inocencia del sospechoso. Por ejemplo, según Inbau et
al. (2013), "los cambios en la silla que ocurren durante o inmediatamente después de una
declaración significativa, como la negación, a menudo indican miedo a la detección y deben
asociarse con el engaño" (p. 134), y "en general, un sospechoso que no mantiene contacto visual
directo es probable que oculte información(p. 135). Sin embargo, incluso aunque estos
comportamientos son "inconsistentes con la investigación existente con respecto a los
comportamientos no verbales de los sospechosos veraces y mentirosos" (Blair y Kooi, 2004, p.
82), pueden agregar peso a la certeza errónea de la culpabilidad o inocencia de una persona.
Además, el estudio específico que a menudo se presenta como apoyo a los fundamentos
de la BAI (Horvath, Jayne y Buckley, 1994) presenta deficiencias metodológicas graves (por
ejemplo, muestras pequeñas, ningún grupo de comparación de evaluadores no expertos [Kassin,
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2015; Masip et al., 2011; Vrij, 2008]). De hecho, la investigación experimental no respalda la
efectividad de la BAI (Vrij, Mann y Fisher, 2006). Como señaló Harrigan (2005), el estado de la
ciencia es claro: "a diferencia de ciertas expresiones faciales, hay pocos movimientos corporales,
si es que los hay, que tengan un significado invariable dentro o entre culturas" (p. 139). Además,
las investigaciones han demostrado que los indicadores BAI de culpabilidad o inocencia
simplemente reflejan las falsas creencias populares sobre los comportamientos relacionados con
la culpabilidad o la inocencia (Masip, Barba y Herrero, 2012; Masip y Herrero, 2013; Masip et
al., 2011). En resumen, aunque algunos otros aspectos de la BAI pueden ofrecer vías para la
investigación, creer que el comportamiento de un sospechoso después de ciertas preguntas indica
que la culpabilidad o inocencia de un sospechoso tiene poca o ninguna base científica (Masip y
Herrero, 2013; Vrij y Fisher, 2016; Vrij, Mann y Fisher, 2006; Vrij et al., 2017; ver también
Masip, 2017, para una revisión reciente de la investigación científica sobre detección del engaño).
Por supuesto, se formulan precauciones con respecto a los indicadores de
comportamiento, en cuanto pseudociencia y técnicas pseudocientíficas, es decir, elementos de
información "que poseen la apariencia superficial de la ciencia pero que carecen de su sustancia"
(Lilienfeld y Landfield, 2008, p. 1216). Por ejemplo, Inbau et al. (2013) afirmaron que la validez
de los indicadores de comportamiento puede verse influida por “la gravedad percibida del delito,
la condición mental y física del sujeto, cualquier trastorno psiquiátrico o de personalidad
subyacente, el nivel de inteligencia, grado de madurez y la extensión o ausencia de
responsabilidades sociales” (p. 152). Este llamado a la precaución, sin embargo, no sirve de nada.
Los investigadores no pueden conocer todas las variables que pueden influir en las conductas
verbales y no verbales de un individuo. Además, Inbau et al. (2013) no explican cómo, en la
práctica, todos estos factores realmente influyen en todos los comportamientos que se vinculan
con el engaño o la veracidad. Lo mismo ocurre con las precauciones con respecto a
comportamientos específicos. Por ejemplo, con respecto a la falta de contacto visual, Inbau et al.
(2013) afirmaron que puede deberse a varios factores, incluida la cultura del sospechoso, así como
a un complejo de inferioridad y un trastorno emocional. Peor aún, en el caso de la falta de contacto
visual, la investigación científica sobre comunicación no verbal incluso ha demostrado que no es
un signo válido de mentira (DePaulo et al., 2003; Sporer y Schwandt, 2007).
En muchos otros contextos, los significados dudosos que la BAI asigna a los
comportamientos verbales y no verbales pueden parecer, a primera vista, divertidos. Sin embargo,
cuando son utilizados por profesionales de la seguridad y la justicia, pueden llevar a personas
inocentes y culpables a ser sometidas a un interrogatorio psicológico coercitivo y aumentar el
riesgo de que personas inocentes (especialmente los jóvenes y otras personas vulnerables) hagan
confesiones falsas (ver por ejemplo, Horgan, Russano, Meissner y Evans, 2012; Kassin, 2015;
Kassin y Gudjonsson, 2004; Kassin y Sukel, 1997; Russano, Meissner, Narchet y Kassin, 2005).
Los significados cuestionables que la BAI asigna a los comportamientos verbales y no verbales
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son especialmente preocupantes porque la capacidad de los investigadores para detectar mentiras
basadas en comportamientos no verbales generalmente no es mejor que el azar (Aamodt y Custer,
2006; Bogaard, Meijer, Vrij y Merckelbach, 2016; Hauch, Sporer, Michael y Meissner, 2016).
Además, el entrenamiento en la técnica Reid disminuye la precisión de estos juicios, al tiempo
que aumenta la confianza de los investigadores en su precisión (Kassin y Fong, 1999; Mann, Vrij
y Bull, 2004; Meissner y Kassin, 2002). A pesar de todo esto, los creadores de la técnica Reid
continúan "garantizando" que el entrenamiento en esta técnica permite "aumentar la capacidad
para descartar a los inocentes, identificar a los culpables y motivar a los sujetos a decir la verdad"
(John E. Reid y Asociados, ndc). Además de BAI y SPOT, otros programas, métodos y enfoques
promueven afirmaciones pseudocientíficas. La sinergología, un enfoque de "interpretación de
gestos" que se enseña a los profesionales de seguridad y justicia francófonos, es uno de ellos.
La sinergología
Según su web "oficial", la sinergología es una "disciplina científica de la interpretación
de los gestos" que está "anclada en un campo multidisciplinario en la encrucijada de las
neurociencias y las ciencias de la comunicación" (Synergology, el sitio web oficial, n.d.a, n.d.b,
nuestra traducción). Se pretende estar "en esta línea de ciencias que buscan entender mejor
cualquier movimiento del cuerpo como un indicador de un proceso mental inconsciente"
(Monnin, 2009, p. 35, nuestra traducción). Más específicamente, los defensores de la sinergología
afirman que utiliza “varias técnicas y métodos revolucionarios derivados de los descubrimientos
más recientes en el campo de las ciencias del comportamiento” (Gagnon, nda, nuestra traducción),
y llena “la falta de una referencia seria en la comunicación no verbal” (Burnard, 2018, p. 47,
nuestra traducción). Además, los defensores de la sinergología afirman que su enfoque fue
"desarrollado para desmontar las creencias en la comunicación popular" (Institut Québécois de
Synergologie, 2016, nuestra traducción). También afirman que su uso está restringido por un
"código ético" (Association Européenne de Synergologie, n.d.).
Para saber qué piensa el otro "antes de que el otro haya accedido a sus propios
pensamientos" (Bunard, 2018, p. 20, nuestra traducción), los defensores de la sinergología dicen
que han acumulado miles de vídeos en bases de datos y significados vinculados a diferentes gestos
(Bunard, 2018; Gagnon y Martineau, 2010; Story, 2018). Según el fundador de la sinergología,
cada asociación “debe verificarse en al menos el 80% de las situaciones resultantes de las
imágenes de las bases de datos. En el caso de rascarse, debe verificarse en al menos el 90% de los
casos” (Turchet, 2009, p. 299, nuestra traducción; ver también Turchet, 2012; Bunard, 2018).
Por ejemplo, los movimientos de las manos son supuestamente de suma importancia
porque "mirar las manos, seguirlas en todos sus movimientos en la cara y el cuerpo parece ser la
mejor manera de descifrar las emociones y, por lo tanto, los pensamientos de nuestro interlocutor"
(Turchet, 2009, p. 103, nuestra traducción). Entre los movimientos de la mano, rascarse (es decir,
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"el movimiento inconsciente realizado con la punta del dedo o la uña" [Turchet, 2009, pág. 311,
nuestra traducción]) se produce "siempre en situaciones embarazosas que provocan
contradicciones internas cuando no nos permitimos hacer lo que queremos, cuando censuramos
nuestras palabras, nuestras actitudes... por lo tanto, cuando nos sentimos incómodos"(Turchet,
2009, p. 112, nuestra traducción). En otras palabras, un rascado supuestamente surge "cuando hay
contradicciones entre lo que se dice y lo que se piensa" (Gagnon y Martineau, 2010, p. 54, nuestra
traducción; véase también Monnin, 2009). Por lo tanto, cuando una persona se rasca debajo de la
fosa nasal derecha, significa "No creo lo que dice la otra persona" (Turchet, 2009, p. 136, nuestra
traducción) y cuando una persona se rasca debajo de la fosa nasal izquierda, significaría que "No
digo todo, o no exactamente, lo que pienso" (Turchet, 2009, p. 136, nuestra traducción). Cuando
una persona se rasca en la parte superior de su nariz a la derecha, eso indicaría "algo me molesta
en lo que el otro muestra" (Turchet, 2009, p. 138, nuestra traducción) y cuando se rasca en la parte
superior de su nariz a la izquierda, indicaría "hay algo que perturba mi imagen" (Turchet, 2009,
p. 138, nuestra traducción). Según Story (2018), “hay alrededor de quince formas de tocar tu
nariz, con interpretaciones muy diferentes” (p. 32, nuestra traducción). En total, más de 50 puntos
diferentes en la cara tendrían diferentes significados al rascarse (Turchet, 2009; 2012, 2017).
Además, las posiciones del cuerpo en una silla y las de la cabeza también tendrían diferentes
significados (ver Denault y Jupe, 2017, para una evaluación de un análisis "sinérgico").
Por ejemplo, una persona sentada puede estar en una posición de retirada (hacia atrás),
de análisis (hacia atrás a la derecha), de escape (hacia atrás a la izquierda), de control de estrés y
discurso (derecha), de control emocional y reserva (izquierda), de ataque (hacia adelante a la
derecha), de flexibilidad (hacia adelante a la izquierda) y de interés (hacia adelante) (Bunard,
2018; ver también Gagnon y Martineau, 2010; Story, 2018). Yendo más allá, “si la cabeza está
fuertemente inclinada hacia la izquierda, entonces hablamos de sumisión o abandono
dependiendo del contexto. Si la cabeza está fuertemente inclinada hacia la derecha, hablamos
entonces de rigidez "(Bunard, 2018, p. 100, nuestra traducción). Además, cuando la cabeza está
girada hacia la derecha "podemos asumir que la relación es buena, que nuestro interlocutor es
confiado, en un clima propicio para los intercambios" (Story, 2018, p. 65, nuestra traducción) y
cuando está girada a la izquierda "podemos suponer que está más distante, que analiza y clasifica
la información con su parte izquierda del cerebro y que, como resultado, puede, de forma natural
o dependiendo del contexto, estar a la defensiva o en actitud de búsqueda de acción”(Story, 2018,
p. 65, nuestra traducción).
Los defensores de la sinergología también han asociado diferentes gestos con contextos
particulares, incluido el de la mentira. Según Gagnon y Martineau (2010), "la diferencia entre la
verdad y la mentira nunca se enmascara totalmente y el cuerpo la transmite" (p. 44, nuestra
traducción; véase también Bunard, 2018). Por ejemplo, Story (2018) afirma que un mentiroso
"tiende a hacer gestos bidimensionales, mecánicos, incorpóreos, bastante grandes" (p. 182,
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nuestra traducción), porque "solo una persona que realmente ha experimentado una situación
puede reproducirla en tres dimensiones, con gestos en ocasiones muy cerca del cuerpo y de baja
amplitud(Story, 2018, pág. 182, nuestra traducción). Gagnon y Martineau (2010) proponen que
cuando una persona se pellizca la nariz mientras le dice al oficial de aduanas que no tiene nada
que declarar, "el oficial de aduanas, si está alerta a la información no verbal, debería solicitar
asistencia para llevar a cabo las comprobaciones necesarias, ya que este gesto está estrechamente
vinculado a lo tácito" (p. 57, nuestra traducción). Sin embargo, de acuerdo con Gagnon y
Martineau (2010), uno no debería fiarse de un solo gesto, sino que “cuando se ve una
inconsistencia entre un gesto y lo que se dice (la palabra), debería asegurarse de identificar el
tema de discusión, porque es probable (no exclusivamente) que en este punto la persona mienta,
exagere u oculte algo” (p. 42, nuestra traducción). Por lo tanto, la sinergología “ahorraría tiempo,
abriría nuevas vías a tener en cuenta e investigar para identificar la autenticidad más rápidamente”
(Synergology, el sitio web oficial, n.d.e, nuestra traducción).
A pesar de las afirmaciones aparentemente científicas y éticas de los defensores de la
sinergología, su enfoque descuida el proceso de valoración crítica de la investigación científica
sobre la comunicación no verbal (Burgoon, Guerrero y Floyd, 2010; Denault y Jupe, 2017;
Harrigan, Rosenthal y Scherer, 2005). Por lo que sabemos, desde la “creación” de la sinergología
en 1996 (Synergology, el sitio web oficial, n d c), los significados que este enfoque pretende haber
asociado a diferentes gestos (ej., Micro rascados) no han sido objeto de artículos revisados por
pares. "Parecen conejos que podrían sacarse de un sombrero: no puedes ver de dónde vienen y
aparecen de forma mágica" (Lardellier, 2008, pág. 12, nuestra traducción; ver también Axelrad,
2012; Jarry, 2016, 2018; Lardellier, 2017). Además, la efectividad de los seminarios y
conferencias sobre sinergología, así como la efectividad de las más de 200 horas de capacitación
para "convertirse" en un sinergólogo (a un costo de más de $ 6000 CAD) es desconocida, pese a
que el fundador de la sinergología declaró que " nuestros métodos permiten detectar el 80% de
las mentiras en la prueba llamada 'culpable / inocente'” (Turchet, 2009, p. 322, nuestra traducción;
véase también Turchet, 2012).
Por lo que sabemos, el fundador de la sinergología ha publicado solo un artículo revisado
por pares en una revista científica (Turchet, 2013), que no validó los significados asociados por
los sinergólogos a diferentes gestos o la eficacia de la sinergología. Además, este artículo fue
severamente criticado, particularmente por tener defectos metodológicos y de análisis (p.ej.,
comparaciones inapropiadas, selección de datos, razonamiento circular) y "plantea serias dudas
sobre los miles de gestos a los que los sinergólogos dotan de significado" (Rochat, Delmas,
Denault, Elissalde y Demarchi, 2018, página 262, nuestra traducción; véase también Denault,
Larivée, Plouffe y Plusquellec, 2015). En otras palabras, la sinergología pretende haber sido
“fundada para deshacer las creencias en la comunicación popular” (Institut Québécois de
Synergologie, 2016, nuestra traducción), pero las reemplaza con conceptos que no han sido objeto
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de artículos revisados por pares. Además, un "código ético" no puede compensar la falta de
evidencia científica, especialmente porque, a nuestro entender, no se ha hecho pública ninguna
decisión contra un sinergólogo. Este "código ético" (así como la atribución de números de licencia
a los sinergólogos) parece imitar al de los colegios profesionales legalmente establecidos. Como
resultado, algunas organizaciones podrían creer que la sinergología tiene un respaldo oficial que
realmente no tiene.
Además, aunque la sinergología descuida el proceso de evaluación crítica de la
investigación científica sobre comunicación no verbal, los significados que este enfoque afirma
haber asociado con diferentes gestos han sido ampliamente difundidos, particularmente en
Internet y en libros para el público en general (por ejemplo, Gagnon y Martineau, 2010; Turchet,
2004, 2009). Uno de estos libros, por ejemplo, fue escrito porque, según uno de los autores, "estas
personas [las fuerzas armadas] no querían esperar hasta que pudieran usar la sinergología de
forma científicamente válida dentro de diez años" (Collignon, 2012, nuestra traducción). Estos
significados también han sido difundidos en seminarios y conferencias, algunos de los cuales
estaban dirigidos a profesionales de la seguridad y la justicia. Por ejemplo, el Colegio de
Abogados de Quebec, órgano de gobierno profesional de abogados cuya misión es garantizar la
protección del público, ofertó dos cursos de capacitación en línea hasta el año 2015. Estos cursos
de capacitación promovían conceptos específicos de la sinergología, que fue presentada como una
disciplina que está “basada en un riguroso enfoque científico” (Barreau du Québec, n d a, nuestra
traducción).
Por ejemplo, en el primer curso de capacitación (realizado por 1,929 miembros del
Colegio de Abogados de Quebec [Lagacé, 2015]), se les enseñó a los abogados que, si una persona
“aprieta sus labios, sostiene su mano derecha, recuerda t cuenta el pasado mirando a la derecha,
se rasca el cuello abajo a la derecha y hace movimientos suaves y limitados "(Barreau du Québec,
n d a, nuestra traducción), indicaría que miente. En el segundo curso de capacitación, realizado
por 1,083 abogados (Lagacé, 2015), los conceptos presentados no tenían una base científica más
sólida. Por ejemplo, "tener las manos abiertas, tener las palmas expuestas moviéndose libremente
cuando la persona habla, y tener las muñecas relajadas indican una comunicación abierta, donde
no hay nada oculto" (Barreau du Québec, n.d.b, nuestra traducción). Sin embargo, el uso de dichos
indicadores conductuales (o la combinación de algunos de ellos) no tiene ningún fundamento
científico (Hartwig y Bond, 2011, 2014; Mann, Vrij y Bull, 2002; consulte también Vrij, Hartwig
y Granhag, 2019, una reciente revisión de la investigación científica sobre comunicación no
verbal y detección de engaños).
Además del Colegio de Abogados de Quebec, los defensores de la sinergología afirman
haber ayudado, capacitado o tenido como clientes a profesionales en puestos de confianza o
autoridad, incluidos oficiales de policía y jueces de los tribunales de Quebec (por ejemplo, Régie
du logement du Québec, Commission des lésions professionnelles, Municipal Court of the City
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of Montreal, Superior Court, Court of Quebec) (Denault, 2017; Denault, Larivée, Plouffe y
Plusquellec, 2015). Además, los centros de capacitación "oficiales" ofrecen más de 200 horas de
capacitación para "convertirse" en sinergólogos, especialmente en Bélgica, Francia, Quebec,
España, Suiza y los Países Bajos (Institut Québécois de Synergologie, nd; Bunard, 2018;
Synergology, el sitio web oficial, n d d). En todos estos casos, el uso de conceptos específicos de
sinergología por profesionales de la seguridad y la justicia puede tener efectos muy dañinos. En
los juzgados de Quebec, por ejemplo, si los jueces usan conceptos específicos de la sinergología
"que no tienen más base científica que las utilizadas en las pruebas medievales" (Denault, 2015,
p. 9, nuestra traducción), el resultado de los juicios podría distorsionarse, especialmente cuando
la evidencia se limita a testimonios contradictorios (por ejemplo, en un juicio por agresión sexual
donde los testimonios de la víctima y del acusado son opuestos). Los testigos que dicen la verdad
podrían ser considerados deshonestos, y viceversa.
En respuesta a las críticas, los sinergólogos argumentan que las preguntas deben hacerse
para confirmar o descartar una hipótesis después de considerar varios indicadores
comportamentales y otros conceptos específicos de su enfoque (por ejemplo, Bagoe, 2015;
Gagnon, 2015; Gagnon y Martineau, 2010; Institut Québécois de Synergologie, 2018; Story,
2018; Turchet, 2010). Sin embargo, esta llamada a la precaución no sirve de nada si estos
indicadores comportamentales y conceptos no se han sometido a una revisión por pares y han sido
replicados. De hecho, al igual que con la técnica Reid, la capacitación en sinergología podría
aumentar la confianza de los jueces en su capacidad para detectar mentiras, mientras que, de
hecho, la precisión de sus juicios podría disminuir. El sesgo de confirmación, en cambio, podría
llevar a los jueces a hacer preguntas para verificar una hipótesis errónea, para dar más peso a las
respuestas que lo corroboran y menos a las respuestas que lo contradicen (Porter y ten Brinke,
2009). Además, también en respuesta a las críticas, otros defensores de la sinergología
argumentaron que el actual sistema de revisión por pares "ofrece una ilusión de control de calidad
de las publicaciones que tranquiliza a los menos informados y mejora la imagen de los
investigadores ante los ojos de las personas crédulas" (Loranger y Loranger, 2019, p. 79, nuestra
traducción) y sugirieron que su enfoque es criticado porque es innovador (Denault, 2018; Jupe y
Denault, 2018). Algunos defensores de la sinergología también han utilizado otros tipos de
respuestas, incluyendo ataques a la moralidad y competencia de los críticos en un intento de
desacreditar sus argumentos, sin responder a esos argumentos (Walton, 1987; Denault, 2018;
Denault, Larivée, Plouffe y Plusquellec, 2015).
A pesar de todo esto, la sinergología está entrando en un nuevo campo de aplicación, el
de la identificación de amenazas potenciales a través del análisis de comportamientos no verbales
y la prevención de actos terroristas. Por ejemplo, ya está disponible una “capacitación
especializada en reconocimiento práctico y posible identificación de intenciones maliciosas de
individuos o grupos de individuos mediante el aprendizaje de técnicas conocidas de sinergología
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y nuevos conceptos de seguridad” (Cellule SCAN, n.d., nuestra traducción; véase también
Gagnon, 2018). Dado que la efectividad de la sinergología es dudosa en el mejor de los casos y
la efectividad del uso de comportamientos no verbales para los controles de seguridad en los
aeropuertos o para determinar si las personas ocultan un objeto es limitada (Ormerod y Dando,
2015; Sweet, Meissner y Atkinson, 2017), este nuevo campo de aplicación de la sinergología es
altamente cuestionable. Su uso para prevenir actos terroristas es aún más preocupante porque la
efectividad de un programa de $ 1.5 mil millones (SPOT) cuyo objetivo era similar (la
identificación de amenazas potenciales a través del análisis de conductas no verbales) sigue siendo
dudosa a pesar de los años de escrutinio por parte de U.S. Government Accountability Office
(2010, 2011, 2012, 2013, 2017).
¿Por qué algunas organizaciones recurren a la pseudociencia?
Las razones por las que existen las creencias irracionales han sido objeto de una extensa
literatura científica. Las habilidades de pensamiento crítico de la gente, las ideologías políticas y
religiosas, así como las habilidades cognitivas y el conocimiento científico son algunas de esas
razones (Bensley y Lilienfeld, 2017; Bensley, Lilienfeld y Powell, 2014; Boudry, Blancke y
Pigliucci, 2015; Bronstein, Pennycook, Bear, Rand y Cannon, 2018; Gauchat, 2015; Majima,
2015; Nisbet, Cooper y Garrett, 2015; Pennycook, Cheyne, Barr, Koehler y Fugelsang, 2015;
Pennycook y Rand, 2018; Shen y Gromet , 2015). Pero ¿por qué algunas organizaciones
relacionadas con la seguridad y la justicia recurren a la pseudociencia y las técnicas
pseudocientíficas? Para la comunidad científica internacional que ha publicado miles de artículos
revisados por pares sobre comunicación no verbal, puede parecer sorprendente que estas
organizaciones adopten programas, métodos y enfoques que, a primera vista, parecen científicos,
pero en realidad no lo son. Ofrecemos cinco hipótesis sobre por qué algunas organizaciones
recurren a la pseudociencia.
Problemas a resolver
En primer lugar, las organizaciones en los campos de la seguridad y la justicia podrían
enfrentarse a problemas que estos programas, métodos y enfoques aparentemente podrían
resolver. Por ejemplo, la importancia y la urgencia de asegurar los aeropuertos podrían explicar
en parte por qué se ha implementado SPOT en numerosos aeropuertos de los EE. UU. El deseo
de implementar mejores prácticas profesionales podría explicar en parte por qué la BAI es un
método de entrevista utilizado por muchas fuerzas policiales y por qué se ha enseñado la
sinergología a profesionales de la justicia y la justicia francesas. Los problemas también pueden
ser exacerbados o mitigados por las circunstancias tanto dentro como fuera de estas
organizaciones. Por ejemplo, los ataques del 11 de septiembre de 2001 probablemente
aumentaron la importancia y la urgencia de asegurar los aeropuertos.
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Es importante enfatizar que, a diferencia del conocimiento científico, las afirmaciones
pseudocientíficas ofrecen soluciones inmediatas y fáciles para desafíos complejos. Por lo tanto,
son particularmente atractivos. Por ejemplo, el uso de detectores de mentiras altamente precisos
podría facilitar el trabajo de los profesionales de seguridad y justicia durante sus interacciones
diarias cara a cara. Mientras que la ciencia no puede ofrecer tales dispositivos porque simplemente
no existen, las afirmaciones pseudocientíficas pueden adaptarse a las necesidades de los
profesionales y aparentar ser casi infalibles. Los profesionales cuyo conocimiento de la ciencia
es limitado y que buscan una solución simple para problemas difíciles, pueden encontrar estas
afirmaciones bastante atractivas. Por lo tanto, en algunos policías, ofrecer una "garantía" de que
el entrenamiento en la técnica Reid permite "aumentar la capacidad para descartar a los inocentes,
identificar a los culpables y motivar a los sujetos para decir la verdad" (John E. Reid y Associates,
n.d.c.) puede tener un efecto muy persuasivo. Además, el hecho de que los enfoques se presenten
como verdaderamente científicos puede aumentar su credibilidad. Por lo tanto, la afirmación de
que la sinergología utiliza “varias técnicas y métodos revolucionarios derivados de los
descubrimientos más recientes en el campo de las ciencias del comportamiento” (Gagnon, n.d.a,
nuestra traducción) podría convencer a las organizaciones de su validez.
La falta de conocimiento científico
En segundo lugar, la falta de conocimiento científico específico o general podría explicar
en parte por qué algunas organizaciones recurren a la pseudociencia y las técnicas
pseudocientíficas. Por ejemplo, el conocimiento del estado de la investigación científica sobre la
comunicación no verbal hace que sea fácil reconocer la verdadera naturaleza de los indicadores
transmitidos por SPOT, la BAI y la sinergología. Sin embargo, la conciencia y la comprensión
del proceso de evaluación crítica del conocimiento podrían superar la falta de conocimiento
científico específico. De hecho, cuando se apela a la ciencia, implícita o explícitamente, para
legitimar programas, métodos y enfoques, deberían ser solicitados y revisados los artículos
revisados por pares que demuestran ser efectivos (para evaluar su relevancia),
independientemente del estatus de las personas que promueven esos programas, métodos y
enfoques.
El siguiente ejemplo ilustra la importancia de este consejo: en 2015, el fundador de
sinergología (que quería hacer un doctorado en ciencias del lenguaje y lo consiguió dos años
después [Turchet, 2017]) envió un aviso formal a un columnista en el que le solicitaba retractarse
y pedir disculpas por criticarlo en una serie de textos publicados en francés en un periódico de
Montreal. En este aviso, que también fue compartido en los medios sociales por los defensores
de la sinergología, se citaron varias referencias, argumentando que el columnista debería haberlas
mencionado. Sin embargo, estas referencias no validaban los significados que los sinergólogos
asociaban a diferentes gestos ni la efectividad de la sinergología. De hecho, después de revisar las
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referencias, se hizo evidente que "no tenía interés considerarlas para determinar si la sinergología
es una farsa o no" (Denault, Larivée, Plouffe y Plusquellec, 2015, página 440, nuestra traducción).
Este ejemplo nos recuerda a las 175 fuentes irrelevantes citadas por la TSA para legitimar SPOT
(U.S. Government Accountability Office, 2017).
La ignorancia de la importancia de la ciencia
En tercer lugar, incluso no careciendo las organizaciones de los campos de la seguridad
y la justicia de conocimientos científicos generales o específicos, podrían recurrir a la
pseudociencia porque ignoran la importancia de la ciencia para mejorar sus prácticas
profesionales. De hecho, la importancia de los conocimientos publicados en revistas científicas
revisadas por pares proviene, no solo de la primera revisión crítica realizada por investigadores
con experiencia científica en el tema, sino también de la revisión crítica subsiguiente de miembros
de la comunidad científica internacional. En otras palabras, las organizaciones tienen básicamente
dos opciones: (i) el conocimiento científico que, aunque falible, puede ser apoyado o criticado
porque todo está accesible para hacerlo, o (ii) las afirmaciones pseudocientíficas en las que estas
organizaciones deberían confiar ciegamente. Sin conocer los méritos del conocimiento publicado
en revistas científicas revisadas por pares, la pseudociencia puede parecer mucho más atractiva y
alentadora al implementar campañas de marketing y usar falacias lógicas (por ejemplo, llamadas
a la autoridad [Shermer, 2002]).
Por ejemplo, para hacer alarde de los méritos de la sinergología, se utilizó la siguiente
declaración: “¿Quiénes son los sinergólogos? ¿Quiénes son los participantes, los clientes que usan
la sinergología? Médicos, neuropsicólogos, psicólogos, farmacéuticos, investigadores, expertos
en fraude económico, agentes especiales de alta seguridad, abogados, trabajadores sociales,
cuidadores, líderes empresariales, directores, entrevistadores. ¿Algún otro usuario? Jueces,
abogados, funcionarios de relaciones públicas de diversos orígenes, etc.” (Gagnon, 2015, nuestra
traducción). Sin embargo, como cuando los creadores de la técnica Reid afirmaron que se capacitó
a más de 500.000 personas (John E. Reid y Associates, n.d.a, n.d.c), tal declaración no puede
compensar la falta de evidencia científica.
Los peligros de la pseudociencia son subestimados
En cuarto lugar, algunas organizaciones pertenecientes a los campos de la seguridad y la
justicia probablemente han recurrido a la pseudociencia porque subestiman las desventajas (y
sobrestiman las ventajas) de usar programas, métodos y enfoques que, aparentan ser científicos
pero que en realidad no lo son. Más allá del hecho de que estas organizaciones pueden pasar por
alto métodos realmente efectivos, ya que prestan atención a las afirmaciones pseudocientíficas, el
uso de conceptos dudosos con respecto a la comunicación no verbal puede tener como resultado
(i) fallos en la detección de amenazas reales y la identificación errónea de personas culpables
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como inocentes, (ii) identificar erróneamente a personas inocentes como culpables, y (iii) una
pérdida valiosa de tiempo y dinero, así como consecuencias legales, sociales y de prestigio.
A menos que tengan recursos ilimitados, no parece prudente que estas organizaciones
inviertan tiempo y dinero en aprender y usar conceptos que no hayan sido objeto de artículos
revisados por pares. Además, si algunas organizaciones de seguridad y justicia están recurriendo
a la pseudociencia, su reputación podría verse dañada, especialmente si se hace pública, y más
aún si las personas u otras organizaciones (con las que hacen negocios) asumen que se están
utilizando las mejores prácticas profesionales. Las consecuencias legales y sociales no son menos
significativas. Cuando recurren a la pseudociencia, estas organizaciones están expuestas a riesgos,
como cuando los médicos no consultan los resultados de investigaciones en revistas científicas y
tratan a sus pacientes con programas, métodos y enfoques que no tienen apoyo científico. En otras
palabras, cuando son demandados por sus pacientes porque han sufrido daños que podrían haberse
evitado mediante el uso de prácticas basadas en la evidencia, los médicos pueden encontrarse en
una posición desafortunada (Cohen y Eisenber, 2012; Cohen y Kemper, 2005; Foster, Schwartz
y DeRenzo, 2002). Desarrollado por primera vez en medicina en la década de 1980 (Thoma y
Eaves, 2015), las prácticas basadas en la evidencia han alcanzado el campo de la intervención
psicosocial (Eyberg, Nelson y Boggs, 2008; Okpych y Yu, 2014) y han ganado una creciente
popularidad entre los profesionales de la seguridad y la justicia (Lum y Koper, 2015; Sherman,
2013). Puesto que su misión es garantizar la protección del público en general, los órganos de
gobierno profesionales (incluidos los que están fuera del sector de la salud) deben, por tanto,
garantizar que sus miembros confíen en procedimientos basados en la evidencia.
La responsabilidad de los investigadores
Finalmente, cuando las organizaciones pertenecientes a los campos de la seguridad y la
justicia tienen expectativas poco realistas derivadas de las series de televisión y otros medios de
comunicación, y recurren a la pseudociencia, parte de la responsabilidad recae en la comunidad
científica internacional (Colwell, Miller, Miller y Lyons, 2006; Denault y Jupe, 2017). De hecho,
"el proceso científico no se detiene cuando los resultados se publican en una revista revisada por
pares. También está implicada una mayor comunicación, y eso incluye garantizar no solo que se
comprenda la información (incluidas las incertidumbres), sino también que la información
errónea y los errores se corrijan donde sea necesario” (Williamson, 2016, p. 171).
En otras palabras, la comunidad científica internacional debe promover un acceso más
abierto al conocimiento publicado en revistas científicas mediante su divulgación al público en
general, así como a las organizaciones de los campos de la seguridad y la justicia que deseen
implementar procedimientos basados en la evidencia (Freckelton, 2016). En términos más
generales, los académicos también deben promover la importancia de la ciencia, explicar las
fortalezas (y limitaciones) del conocimiento revisado por pares y tratar de proporcionar
ISSN: 1133-0740/ ©2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Este artículo está bajo una licencia CC BY-NC-ND 20
herramientas accesibles y convenientes (y científicamente respaldadas) para satisfacer las
necesidades de los profesionales.
Conclusión
El objetivo de este artículo fue examinar (i) los conceptos de comunicación no verbal
transmitidos por programas, métodos y enfoques que no reflejan el estado real de la ciencia, pero
también (ii) las consecuencias de su uso por profesionales de la seguridad y la justicia. Para lograr
este objetivo, describimos el alcance de la investigación científica sobre la comunicación no
verbal y examinamos un programa, un método y un enfoque que contradicen la condición
científica. Finalmente, proponemos cinco hipótesis que explicarían por qué algunas
organizaciones pertenecientes a los campos de la seguridad y la justicia están recurriendo a la
pseudociencia y a las técnicas pseudocientíficas. Estas organizaciones (y sus empleados) pueden
estar actuando de buena fe, quizás creyendo que están usando los procedimientos más
profesionales. Sin embargo, la buena fe no es suficiente para una buena práctica. Por ejemplo,
SPOT creó "un arriesgado perfilado racial y religioso" (ACLU, 2017, pág. 1), la BAI aumenta el
riesgo de que personas inocentes (especialmente jóvenes y otras personas vulnerables) hagan
confesiones falsas, y la sinergología podría distorsionar el resultado de los juicios y de las
decisiones importantes tomadas por profesionales en puestos de confianza o autoridad.
Cabe señalar que no todos los aspectos de SPOT, BAI y la sinergología son incorrectos.
Sin embargo, el uso de algunas evidencias publicadas en revistas científicas (incluidas entre una
gran cantidad de afirmaciones pseudocientíficas) para legitimar programas, métodos y enfoques
que no están respaldados científicamente es una característica típica de la pseudociencia. En otras
palabras, los defensores de estos programas, métodos y enfoques pueden rechazar
categóricamente el peso abrumador de una extensa literatura que va en contra de sus puntos de
vista, y seleccionar algunos artículos revisados por pares que los apoyen (Blancke, Boudry y
Pigliucci, 2017; Denault, Larivée, Plouffe et Plusquellec, 2015). Por ejemplo, los sinergólogos
manejan conocimientos procedentes de experimentos de laboratorio, incluyendo cuestiones
relacionadas con expresiones emocionales y entrevistas de investigación (por ejemplo, Gagnon,
ndb; Turchet, 2009, 2012, 2013; Story, 2018), mientras que el fundador de synergology declaró
que lo que no creemos en absoluto dentro de la sinergología es en el experimento, porque el
lenguaje corporal está hecho de tal manera que cuando participamos en un experimento, no
funciona ". (Institut Européen de Synergologie, 2015, nuestra traducción; ver también Jarry,
2016).
Si bien los peligros de la pseudociencia en contextos de seguridad y justicia son
innegables, las organizaciones de seguridad y justicia se equivocarán al rechazar cualquier cosa
relacionada con la comunicación no verbal, ya que no siempre es fácil distinguir el conocimiento
ISSN: 1133-0740/ ©2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Este artículo está bajo una licencia CC BY-NC-ND 21
científico de las afirmaciones pseudocientíficas. De hecho, los miles de artículos revisados por
pares sobre comunicación no verbal son importantes fuentes de conocimiento para los
profesionales de la seguridad y la justicia (Burgoon, Guerrero y Floyd, 2010; Granhag y
Strömwall, 2004; Granhag, Vrij y Verschuere, 2015; Knapp et al., 2014; Moore, Hickson y
Stacks, 2015; Patterson, 2011; Vrij, 2008). Además, la utilidad de la conducta no verbal de un
individuo va mucho más allá de la detección de mentiras o de malas intenciones.
Por ejemplo, en los últimos años, se ha desarrollado el campo de estudio de pequeñas
muestras de conducta expresiva (p. ej. usando videos de pocos segundos sin sonido [Weisbuch y
Ambady, 2011]) en un intento de comprender el conocimiento tras la experiencia que resulta de
la intuición, y eso tiene un considerable impacto en los juicios rápidos. Este campo de estudio
también se ha desarrollado en un intento de aumentar la capacidad de observar e interpretar con
precisión los comportamientos no verbales, incluso juzgar la personalidad o la propensión de un
individuo a la psicopatología (Borkenau, Mauer, Riemann, Spinath y Angleitner, 2004; Carney,
Colvin y Hall, 2007; Fowler, Lilienfeld y Patrick, 2009; Oltmanns, Friedman, Fiedler y
Turkheimer, 2004; Stillman, Maner y Baumeister, 2010). Además, la utilidad de la comunicación
no verbal en la creación de una relación de confianza entre un oficial de policía y un sospechoso
para recopilar información (Abbe y Brandon, 2013; St-Yves, 2006; Tickle-Degnen y Rosenthal,
2009) y el reconocimiento automático de las expresiones faciales (Mast, Gatica-Perez,
Frauendorfer, Nguyen y Choudhury, 2015) son solo algunas de las muchas cuestiones en las que
el conocimiento revisado por pares podría beneficiar a los profesionales de la seguridad y la
justicia.
Aunque algunas organizaciones de seguridad y justicia todavía recurren a la
pseudociencia, otras ya han dejado programas, métodos y enfoques que no tienen rigor científico.
En varias organizaciones, los investigadores ya están trabajando estrechamente con profesionales
de la seguridad y la justicia para implementar procedimientos basados en la evidencia (por
ejemplo, Centre for Research and Evidence on Security Threats, Reino Unido; High-Value
Detainee Interrogation Group, Estados Unidos). Por lo tanto, esperamos que nuestro artículo
inspire a todas las organizaciones, independientemente de la importancia que actualmente
concedan a la investigación científica, a reflexionar más sobre los peligros de la pseudociencia y
sobre la importancia de la ciencia en los contextos de seguridad y justicia. Además, esperamos
que aliente a las organizaciones de seguridad y justicia a comenzar o continuar trabajando con la
comunidad internacional de académicos que tienen experiencia científica en la comunicación no
verbal y la detección de mentiras (y de la verdad) para desarrollar procedimientos basados en la
evidencia. También esperamos que los investigadores vean nuestro artículo como una invitación
a aumentar las oportunidades para difundir su trabajo científico, promover el método científico y
colaborar con profesionales de la seguridad y la justicia para limitar el uso de la pseudociencia.
ISSN: 1133-0740/ ©2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Este artículo está bajo una licencia CC BY-NC-ND 22
Afiliaciones de los autores
1 Département de communication, Université de Montréal, Canada.
2 Centre d’études en sciences de la communication non verbale, Canada.
3 École de psychoéducation, Université de Montréal, Canada.
4 Centre d’études sur le stress humain, Canada.
5 Department of Psychology, University of Portsmouth, United Kingdom.
6 Sûreté du Québec, Canada.
7 École de criminologie, Université de Montréal, Canada.
8 Department of Communication, University of California, Santa Barbara, United States.
9 Department of Psychology, John Jay College of Criminal Justice, City University of New York,
United States.
10 Department of Psychology and Sports Science, University of Giessen, Germany.
11 Département de lettres et communication sociale, Université du Québec à Trois-Rivières,
Canada.
12 McGill Office for Science and Society, McGill University, Canada.
13 Leicester De Montfort Law School, De Montfort University, United Kingdom.
14 Leuven Institute of Criminology, Catholic University of Leuven, Belgium.
15 Department of Clinical Psychological Science, Forensic Psychology Section, Maastricht
University, The Netherlands.
16 Department of Educational and Counselling Psychology, McGill University, Canada.
17 School of Law, Murdoch University, Australia.
18 Department of Psychology, California State University, Fullerton, United States.
19 Department of Communication, Michigan State University, United States.
20 École de travail social et de criminologie, Université Laval, Canada.
21 Department of Psychology, Emory University, United States.
22 Department of Psychological Sciences, University of Missouri-St. Louis, United States.
23 Faculty of Criminal Justice and Security, University of Maribor, Slovenia.
24 School Arts and Humanities, Edith Cowan University, Australia.
25 Osgoode Hall Law School, York University, Canada.
26 Trinity College, University of Toronto, Canada.
27 Department of Psychology, University of Denver, United States.
28 Department of Social Psychology and Anthropology, University of Salamanca, Spain.
29 Department of Criminology and Law, University of Derby, United Kingdom.
30 Département de psychologie, Université de Montréal, Canada.
31 Department of Psychology, University of Gothenburg, Sweden.
32 Institute of Criminal Justice Studies, University of Portsmouth, United Kingdom.
ISSN: 1133-0740/ ©2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Este artículo está bajo una licencia CC BY-NC-ND 23
33 Hamill Family Professor of Law and Social Psychology, University of San Francisco, United
States.
34 Department of Criminal Law and Criminology, VU University Amsterdam, The Netherlands.
35 Department of Psychological Science, Boise State University, United States.
36 Department of Experimental Psychology, Complutense University of Madrid, Spain.
37 Forensic Psychology Unit, Goldsmiths University of London, United Kingdom.
38 Département de communication sociale et publique, Université du Québec à Montréal, Canada.
39 Department of Communication, Stanford University, United States.
40 Department of Communication, University of Washington, United States.
41 Center for the Management of Information, University of Arizona, United States.
42 Operational Sciences International, United States.
43 Law Faculty, University of Melbourne, Australia.
44 Department of Criminal Law and Criminology, Maastricht University, The Netherlands.
45 School of Psychological Sciences, University of Melbourne, Australia.
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For security and justice professionals (e.g., police officers, lawyers, judges), the thousands of peer-reviewed articles on nonverbal communication represent important sources of knowledge. However, despite the scope of the scientific work carried out on this subject, professionals can turn to programs, methods, and approaches that fail to reflect the state of science. The objective of this article is to examine (i) concepts of nonverbal communication conveyed by these programs, methods, and approaches, but also (ii) the consequences of their use (e.g., on the life or liberty of individuals). To achieve this objective, we describe the scope of scientific research on nonverbal communication. A program (SPOT; Screening of Passengers by Observation Techniques), a method (the BAI; Behavior Analysis Interview) and an approach (synergology) that each run counter to the state of science are examined. Finally, we outline five hypotheses to explain why some organizations in the fields of security and justice are turning to pseudoscience and pseudoscientific techniques. We conclude the article by inviting these organizations to work with the international community of scholars who have scientific expertise in nonverbal communication and lie (and truth) detection to implement evidence-based practices.
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It took the 1995 bombing of the Murrah Federal Building in Oklahoma City and, more importantly, the four coordinated attacks of September 11, 2001, to produce substantial interest among criminologists in the empirical study of violent political extremism. In the past two decades, this situation has changed dramatically with research on political extremism now routinely appearing in major criminology outlets, theses and dissertations, and meetings of professional associations. In this review, we track these changes specifically as they relate to government policies on countering violent extremism. What we find is a burgeoning literature. In the past twenty years, we have moved rapidly toward developing a criminology of political extremism. But not surprisingly, given how recent the sustained interest in this area has been, we find research areas where data are weak or nonexistent, rigorous methods are lacking, and results are disconnected from theoretical frameworks. We have divided our review of government responses to violent political extremism along a continuum ranging from the most repressive to the most conciliatory. In general, the trajectory of research on governmental policies to counteract terrorism resembles the early years of criminology itself, characterized by an incredible amount of energy and imagination but at the same time struggling to produce strong empirical data, cutting-edge methods, and sophisticated theoretical explanations. Expected final online publication date for the Annual Review of Criminology Volume 2 is January 13, 2019. Please see http://www.annualreviews.org/page/journal/pubdates for revised estimates.
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Résumé : Les partisans de la synergologie la considèrent comme une discipline scientifique. Mais l’unique publication révisée par les pairs (Turchet, 2013) comporte des lacunes (utilisation inadaptée de la littérature scientifique pour justifier les arguments, biais méthodologiques). Par ailleurs, des astuces rhétoriques sont utilisées afin de présenter certains résultats comme validant les hypothèses. Ainsi, la synergologie n’a que l’apparence d’une discipline scientifique et l’absence de théories et validations fiables la classe inévitablement comme une pseudo-science. Cette analyse est discutée en termes d’utilisation de pseudo-sciences dans le système judiciaire et de leur impact lors de procès. Des recommandations sont formulées pour que les professionnels puissent les identifier. Abstract : Synergology’s supporters consider it as a scientific discipline. But the unique peer-reviewed publication (Turchet, 2013) contains gaps (including the improper use of scientific literature to justify arguments, or methodological biases). Moreover, rhetorical fallacies are used to present results that appear to confirm the hypotheses. That is why synergology only has the appearance of a scientific discipline, and the absence of reliable validations combined with an imperfect theoretical model inevitably classifies it as a pseudoscience. This analysis is discussed in terms of use of pseudosciences in the judicial system and their impact during trials. Recommendations are made so that professionals can identify them.
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Using one of the key bibliometric methods, namely the index of citations, from a comprehensive multidisciplinary bibliographic electronic database, Web of Science, this article provides a circumscribed descriptive analysis of 1000 most-cited papers in the research field of visible nonverbal behavior. Using this method, we outline the most influential topics and research programs, and sketch the development of relevant features over the years. Topics include nonverbal behavior, facial expression, personal space, gesture, thin slices, and others, but exclude vocal or auditory cues. The results show that the 1000 most cited papers on visible nonverbal behavior emerged in the 1960s, and peaked in 2008. Revealing the strong interdisciplinary nature of the field, the 1000 papers come from 297 journals. Further, 33 journals had 7 or more papers, contributing to more than 50% (n = 515) of the 1000 most cited papers. The most cited paper (Whalen et al. in Emotion 1(1):70–83, 2001. 10.1037/0033-2909.111.2.256, a neuroscience paper) is cited 1341 times, and Paul Ekman has the highest number of papers (17) as first or last author. Results are compared with two other corpora of papers (i.e., a random sample control group and a current papers group) to provide a more thorough understanding of possible future directions in visible nonverbal behavior. Results differ from those that emerge from other citation indexes and are intended to give a flavor of key peer reviewed papers (excluding books and chapters) contributing to the development of scientific knowledge on visible nonverbal behavior.
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Why do people believe blatantly inaccurate news headlines ("fake news")? Do we use our reasoning abilities to convince ourselves that statements that align with our ideology are true, or does reasoning allow us to effectively differentiate fake from real regardless of political ideology? Here we test these competing accounts in two studies (total N = 3446 Mechanical Turk workers) by using the Cognitive Reflection Test (CRT) as a measure of the propensity to engage in analytical reasoning. We find that CRT performance is negatively correlated with the perceived accuracy of fake news, and positively correlated with the ability to discern fake news from real news - even for headlines that align with individuals' political ideology. Moreover, overall discernment was actually better for ideologically aligned headlines than for misaligned headlines. Finally, a headline-level analysis finds that CRT is negatively correlated with perceived accuracy of relatively implausible (primarily fake) headlines, and positively correlated with perceived accuracy of relatively plausible (primarily real) headlines. In contrast, the correlation between CRT and perceived accuracy is unrelated to how closely the headline aligns with the participant's ideology. Thus, we conclude that analytic thinking is used to assess the plausibility of headlines, regardless of whether the stories are consistent or inconsistent with one's political ideology. Our findings therefore suggest that susceptibility to fake news is driven more by lazy thinking than it is by partisan bias per se - a finding that opens potential avenues for fighting fake news.
Thesis
Cette thèse de Sciences du langage, s’inscrit dans le contexte de la communication interculturelle et se fonde sur l’analyse d’un corpus de 184112 mots (56 locuteurs, 10 nationalités), 9155 tours de paroles dialogiques. Il s’agit de rechercher un ou plusieurs indices mimogestuels de rupture de compréhension, en l’absence de verbalisation, chez le locuteur silencieux, durant l’interaction. La PARTIE I est un état des lieux concernant le repérage des ruptures de compréhension, en situation d’exolinguisme. La PARTIE II, expérimentation préliminaire (méthodologie et analyse de contenu), délimite 177 « blocs-textes », où s’encapsulent des ruptures de compréhension. Un item mimo-gestuel, lié à une excentration brève et rapide du regard (EB2R), souvent répliqué, est prélevé.La PARTIE III est une expérimentation princeps qui découle de l’expérimentation préliminaire. La variable indépendante (le langage verbal) et la variable dépendante (la mimogestualité), sont inversées, pour vérifier si les ruptures de compréhension, une fois rapportées aux critères verbaux corollaires, sont directement identifiables, à partir d’attitudes mimo-gestuelles précises. L’indice (EB2R) est donc systématiquement recherché dans le corpus : sa présence, largement répliquée, en situation de rupture de compréhension, suggère donc qu’il s’agit d’un signal de non-compréhension langagière. Ainsi, une corrélation forte entre le langage verbal et la gestualité non-consciente est bien objectivée, en situation dialogique, multiculturelle : ce repérage de moments de non-compréhension, dès leur incidence, pourrait être un réel apport à la didactique des langues, dans les sociétés cosmopolites d’aujourd’hui.
Article
The relationship between nonverbal communication and deception continues to attract much interest, but there are many misconceptions about this relationship. In this review we present a scientific view on the relationship. We describe theories explaining why liars would behave differently from truth tellers, followed by research how liars actually behave and people’s ability to catch them. We will show that the nonverbal cues to deceit known to date are faint and unreliable, and that people are mediocre lie catchers when they pay attention to behavior. We will also discuss why people hold misbeliefs about the relationship between nonverbal behavior and deception - beliefs that appear very hard to debunk. We further discuss that researchers could improve the state of affairs by examining nonverbal behaviors in different ways and in different settings than they currently do. A
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Presents a summary report of journal operations compiled from the 2016 annual reports of the Council of Editors and from Central Office records. Also includes a summary report of division journal operations compiled from the 2016 annual reports of the division journal editors.
Article
Psychological misconceptions present problems for psychology students as well as for laypersons, experts, and others who need to think critically about psychological information. Recent progress in measuring psychological misconceptions has led to fresh understandings of how people with better critical thinking skills and dispositions are less prone to misconceptions and how people who adopt a more intuitive approach to thinking are more prone to them, as predicted by dual process models of cognition. Recent studies also suggest that people who endorse more misconceptions show more impaired metacognition by failing to accurately monitor what they know. These new findings help to explain why refutational approaches, which explicitly activate misconceptions and debunk them with contrary evidence, often reduce misconception endorsement. Nevertheless, they may not readily explain why some efforts to eliminate misconceptions backfire or are otherwise ineffective, highlighting the need for more research on misconception content and individual differences in cognition, personality, and attitudes that predict misconception endorsement.