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El presente número especial se centra en la mayoría de los métodos de datación que nos pueden ofrecer fechas numéricas y sus correspondientes errores para los materiales Cuaternarios. Los diferentes artículos recogen las técnicas más novedosas o punteras, aunque las más comúnmente usadas en el estudio del Cuaternario, como el Paleomagnetismo, Potasio-Argón (K/Ar) o Carbono 14 (C14) no se han incluido. Esto ha sido debido a que los especialistas con los que se había contactado para la redacción de estos artículos desgraciadamente no pudieron concretar su participación por diferentes motivos. En cualquier caso, son de los métodos más antigua y comúnmente usados en el estudio del Cuaternario, y de sobra conocidos por la mayoría de cuaternaristas, existiendo diferentes obras de referencia para los mismos, aunque no sea en castellano.
La presente obra recoge casi una veintena de métodos que, de una u otra forma, nos aportan fechas y edades numéricas con un importante bagaje geocronológico y apoyo isotópico, geoquímico, biogeoquímico o arqueológico. Partimos de las dataciones epigráficas, cerámicas o numismáticas que nos ofrece la arqueología (01. Campos et al.) para adentrarnos en los métodos arqueomagnéticos (02. Carrancho et al.), dendrocronológicos (03. Génova-Fuster y Díez-Herrero), liquenométricos
(04. Pérez-López) y de estudio de sedimentos varvados (05. Corella y Martín-Puerta) que nos permiten fechar materiales, formas, procesos y eventos energéticos históricos, holocenos o de edad post-glaciar. La contribución de (06.) Cearreta et al., nos explica de qué manera el análisis de radionucleidos de vida corta como el Plomo (210Pb), Cesio (137Cs) o Plutonio (239,240Pu) ayuda en la datación de procesos geológicos muy recientes, especialmente aquellos relacionados con procesos de contaminación y/o del estudio del todavía “nonato” Antropoceno.
Los dos siguientes artículos nos ofrecen cómo se pueden combinar fechas procedentes de diferentes métodos de datación (C14; Th/U, TL, OSL, etc.) para el establecimiento de “modelos cronológicos robustos” que profundicen en las tasas de sedimentación de zonas lagunares y sus implicaciones paleoclimáticas (07. Moreno et al.), o para el establecimiento de cronologías fiables mediante la
generación de “cronofunciones” (08. Silva y Roquero) que relacionen fechas y alturas relativas de terrazas fluviales u otros elementos geomorfológicos, ofreciéndonos marcos geocronológicos regionales “low-cost”.
Bardají y Lario (09. y 10.) ahondan en los principios de la “estratigrafía isotópica marina” (Marine Isotopic Stages), mostrándonos las bases y actualizaciones más recientes de tales escalas isotópicas, con especial referencia al último ciclo glaciar (MIS 4 - MIS 1): estadiales e interestadiales de Groenlandia; Eventos Dansgaard-Oeschger y Eventos Heinrich.
Los siguientes artículos se basan en el uso de los estudios micropaleontológicos como herramienta de datación, tanto en estudios de sondeos marinos (11. Alonso-García et al.), como en registros continentales lacustres o de rellenos kársticos fundamentalmente (12. Cuenca-Bescós). Tanto el estudio de microforaminíferos como de micromamíferos no nos aportan una cronología “sensu stricto” por sí mismos, pero su combinación con dataciones o curvas isotópicas relacionadas permiten el establecimiento de marcos cronológicos robustos para sondeos marinos, continentales y secuencias kársticas. Los primeros son muy importantes para el último ciclo interglaciar-glaciarinterglaciar, y las segundas, relevantes en el establecimiento de cronologías alrededor del tránsito Pleistoceno inferior-medio y más antiguas. . El siguiente artículo aborda la datación isotópica Th/U (13. Múñoz-García y Martín-Chivelet) todo un “tótem” de la geocronología del Cuaternario que se ha aplicado a sistemas kársticos (espeleotemas), terrazas marinas (gasterópodos), corales, calcretas y demás materiales geológicos con un
contenido importante y de precipitación primaria de CO3Ca. A continuación, se aborda la técnica de datación por “racemización de aminoácidos” (14. Torres et al.), que analiza la degradación de aminoácidos en elementos de origen biológico muy diversos, como foraminíferos, moluscos, crustáceos, y diferentes tipos de fósiles de mamíferos (huesos y dientes), lo que permite establecer cronologías en secuencias difícilmente datables por otros métodos. Es una técnica no muy utilizada, pero ampliamente aplicada en España debido al trabajo del Laboratorio de Estratigrafía Biomolecular de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
La siguiente dupla de artículos se ocupa del análisis de dos de las técnicas de datación más modernamente introducidas en España, y de amplio uso en la actualidad, como son la “Termoluminiscencia y la Termoluminiscencia Ópticamente Estimulada”, TL y OSL en sus siglas convencionales (15. Medialdea- Utande y García-Silva) y la “Resonancia Paramagnética Electrónica”, ESR (16. Duval). La versatilidad de estas técnicas de datación al no requerir materiales específicos, sino más bien ampliamente distribuidos sobre la corteza terrestre, como son granos de cuarzo y feldespato, es la que ha hecho que estas sean las herramientas geocronológicas que han multiplicado exponencialmente el número de dataciones disponibles en España. A ello se le une la disponibilidad de análisis en los laboratorios de datación del Centro Nacional para el Estudio de la Evolución Humana (CENIEH) al que pertenecen los primeros firmantes de ambos artículos. Un último artículo (17. Alcalá Reygosa et al.) nos ilustra en las más modernas aplicaciones de la “datación por cosmogénicos terrestres de materiales y formas volcánicas recientes”, comentándonos algunos ejemplos en volcanes monogenéticos holocenos de México.
Todos los trabajos han sido revisados por pares, incluyendo un importante elenco de investigadores que han actuado como revisores.