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El impacto de las Tecnologías de la Información y la Comuni-
cación (TIC) en la sociedad contemporánea ha desencade-
nado un reportorio de oportunidades y amenazas que han
devenido en elementos constitutivos de la cultura digital.
El ecosistema digital, precisamente porque abre nuevas posibi-
lidades, plantea a las sociedades retos de índole muy diversa. Las
estructuras de las naciones desarrolladas descansan hoy sobre un
entramado tecnológico e informático para el que ya no hay vuelta
atrás. Casi todos los órdenes de la vida se han visto inuidos y, en
ocasiones, modicados, por una nueva forma de interacción de las
personas entre sí y de las personas con su entorno.
En un abrir y cerrar de ojos, la vida humana se ha vuelto virtual,
interactiva, ubicua, hiperconectada, hipertextual. Ningún ámbito
escapa al inujo de las redes digitales de comunicación y su cultura
líquida de la visibilidad y la instantaneidad, es decir, del ser y del
tiempo, los dos elementos que articulan las relaciones del hombre
y su contorno.
Ahora bien, si la Sociedad de la Información es consecuencia del
progreso tecnológico, este desarrollo no garantiza, por sí solo, el
acceso universal y libre a dicha información (UNESCO, 2005). Es
necesario dar un paso más hacia la Sociedad del Conocimiento,
concepto que implica decisiones éticas, políticas y sociales mucho
más amplias, y que tienen que ver con el desarrollo de tecnologías
de la comunicación que permitan a los hombres acceder, en igual-
dad de oportunidades, al conocimiento, la educación y la cultura
con los que afrontar su presente y construir su propio futuro.
VULNERABILIDAD Y CULTURA DIGITAL
Riesgos y oportunidades de la sociedad hiperconectada
-
Cubierta Cultura y vulnerabilidad.indd 1 16/03/2020 17:16:12
Vulnerabilidad y cultura digital.
Riesgos y oportunidades
de la sociedad hiperconectada
Ignacio Blanco alfonso
Luis Manuel fernández-Martínez
Rebeca suárez-álvarez
Coordinadores
Vulnerabilidad y cultura digital.
Riesgos y oportunidades
de la sociedad hiperconectada
Ignacio Blanco alfonso
Luis Manuel fernández-Martínez
Rebeca suárez-álvarez
Coordinadores
El impacto de las Tecnologías de la Información y la Comuni-
cación (TIC) en la sociedad contemporánea ha desencade-
nado un reportorio de oportunidades y amenazas que han
devenido en elementos constitutivos de la cultura digital.
El ecosistema digital, precisamente porque abre nuevas posibi-
lidades, plantea a las sociedades retos de índole muy diversa. Las
estructuras de las naciones desarrolladas descansan hoy sobre un
entramado tecnológico e informático para el que ya no hay vuelta
atrás. Casi todos los órdenes de la vida se han visto inuidos y, en
ocasiones, modicados, por una nueva forma de interacción de las
personas entre sí y de las personas con su entorno.
En un abrir y cerrar de ojos, la vida humana se ha vuelto virtual,
interactiva, ubicua, hiperconectada, hipertextual. Ningún ámbito
escapa al inujo de las redes digitales de comunicación y su cultura
líquida de la visibilidad y la instantaneidad, es decir, del ser y del
tiempo, los dos elementos que articulan las relaciones del hombre
y su contorno.
Ahora bien, si la Sociedad de la Información es consecuencia del
progreso tecnológico, este desarrollo no garantiza, por sí solo, el
acceso universal y libre a dicha información (UNESCO, 2005). Es
necesario dar un paso más hacia la Sociedad del Conocimiento,
concepto que implica decisiones éticas, políticas y sociales mucho
más amplias, y que tienen que ver con el desarrollo de tecnologías
de la comunicación que permitan a los hombres acceder, en igual-
dad de oportunidades, al conocimiento, la educación y la cultura
con los que afrontar su presente y construir su propio futuro.
VULNERABILIDAD Y CULTURA DIGITAL
Riesgos y oportunidades de la sociedad hiperconectada
Cubierta Cultura y vulnerabilidad.indd 1 06/03/2020 10:54:10
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© Copyright by
Los autores
Madrid, 2019
Editorial DYKINSON, S.L. Meléndez Valdés, 61 - 28015 Madrid
Teléfono (+34) 91 544 28 46 - (+34) 91 544 28 69
e-mail: info@dykinson.com
http://www.dykinson.es
http://www.dykinson.com
ISBN: 978-84-1324-647-5
Depósito Legal: M-9182-2020
Preimpresión por:
Besing Servicios Gráficos S.L.
e-mail: besingsg@gmail.com
— 7 —
Índice
Prólogo .................................................................................................................................... 11
Bloque I.
Convergencia mediática y sociedad digitalizada
De fenómeno minoritario a elemento esencial:
Importancia de la actividad de los fans de la cción televisiva
española en redes sociales e Internet ................................................................... 19
Jorge Miranda GalBe
Universidad Ponticia de Salamanca
Luis Manuel fernández-Martínez
Universidad CEU San Pablo
El Panóptico en relación con las redes sociales ............................................... 35
Jesús soler fernández
Universidad CEU San Pablo
Rebeca suárez álvarez
Universidad Rey Juan Carlos
Panorama de las revistas nativas digitales en España:
antecedentes, desarrollo y situación actual ...................................................... 53
Ignacio laBarGa adán
Universidad San Pablo-CEU
Laura González-díez
Universidad San Pablo-CEU
Pedro Pérez cuadrado
Universidad Rey Juan Carlos
El fenómeno de la viralidad en redes sociales:
el caso de la fotografía en Twitter ........................................................................... 73
Miguel Ángel de santiaGo Mateos
Universidad CEU San Pablo
Emiliano Blasco doñaMayor
Universidad CEU San Pablo
Towards a framework for understanding societal and
ethical implications of Articial Intelligence ................................................... 89
V. Richard BenjaMins
Telefónica
Idoia salazar García
Universidad CEU San Pablo
Índice
— 8 —
Percepción de los programas digitales de salud en las empresas
del País Vasco ...................................................................................................................... 101
Ana Mata Galíndez
Camarabilbao University Business School
(Universidad del País Vasco)
Lázaro echeGaray eizaGuirre
Camarabilbao University Business School
(Universidad del País Vasco)
Carmen Peñafiel saiz
Universidad del País Vasco
Milagros ronco lóPez
Universidad del País Vasco
Diseño y lenguaje visual en las revistas nativas digitales:
El caso de la revista DON a través de sus portadas ....................................... 125
María taBuenca BenGoa
Universidad CEU San Pablo
Laura González-díez
Universidad CEU San Pablo
Patricia Blázquez serna
Universidad CEU San Pablo
El proceso de divulgación y consumo de la producción cientíca
de la UNESCO accesible en línea en 2018 ............................................................ 151
María-Antonia ovalle-Perandones
Universidad Complutense de Madrid
Rodrigo sánchez-jiMénez
Universidad Complutense de Madrid
María-Teresa fernández-Bajón
Universidad Complutense de Madrid
Bloque II.
Empoderamiento ciudadano y contención
de riesgos online
Periodismo 3.0 y vericación digital en España:
el caso de Maldito Bulo .................................................................................................. 173
María Blanco navarro
Universidad CEU San Pablo
Mariché navío-navarro
Universidad CEU San Pablo
Índice
— 9 —
El derecho a ser analógico en el siglo XXI ........................................................... 189
Jairo loPes da silva
Doctor en Ciencias de la Información/
Investigador independiente
Paulo Sergio de oliveira Melo
Centro Universitário FIAM-FAAM y
Universidade Brasil - Faculdade de Suzano
Actitudes lingüísticas hacia el catalán en tres peticiones en línea
sobre la vehicularidad del castellano en la enseñanza .............................. 215
Amina el founti zizaoui
Universidad de Málaga
Netnografía del Periodismo Alternativo en Brasil y España:
relaciones entre Software Libre y Democratización de la
Comunicación ...................................................................................................................... 239
Rodrigo Eduardo Botelho-francisco
Universidad Federal de Paraná, Brasil
Jesús Miguel flores vivar
Universidad Complutense de Madrid
Políticas de comunicación, plataformas digitales
y protección de menores en la Unión Europea ............................................... 253
Aurora laBio-Bernal
Universidad de Sevilla
Lorena R. roMero-doMínGuez
Universidad de Sevilla
The protection of minors in the digital age ...................................................... 269
Fernanda reBelo
Universidad Portucalense
Bloque III.
Experiencias educativas en la red
Contribución de los MOOC a la agenda 2030 para el desarrollo
sostenible ............................................................................................................................. 289
Margarita roura redondo
Centro Universitario Cardenal Cisneros
(Universidad de Alcalá)
Índice
— 10 —
El trabajo de la educación mediática en la educación
secundaria obligatoria y bachillerato en España ........................................... 309
Álvaro Muelas Plaza
Centro Universitario Villanueva
Diccionario Fácil, una propuesta colaborativa para públicos con
dicultades de comprensión lectora ..................................................................... 327
Óscar García Muñoz
Plena Inclusión Madrid
Del café al tuit. Literatura digital, una nueva vanguardia ......................... 347
Ana cuquerella jiMénez-díaz
Centro Universitario Villanueva (UCM)
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional
en la era de las noticias falsas .................................................................................... 383
Carolina corral trullench
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
Self-directed Learning of Adult Educators by the Electronic Platform
for Adult Learning in Europe. Opportunities and Challenges ....................... 411
Rasa Poceviciene
Siauliai State College, Lithuania
Humanización del consumo vs. deshumanización del ser humano.
Estudio de caso de anuncios publicitarios en aulas de Educación
Primaria ................................................................................................................................. 431
Javier Gil-quintana
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Carmen cantillo valero
Universidad Nacional de Educación a Distancia
— 383 —
El papel de las bibliotecas y la alfabetización
informacional en la era de las noticias falsas
Library roles and Information Literacy in the age of Fake News
Carolina Corral TrullenCh
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
ORCID ID: 0000-0001-5753-6410
Resumen
Las noticias falsas, un producto informativo deliberadamente falso que se
propaga por medios de comunicación tradicionales y digitales, son un problema que
hace peligrar las democracias más asentadas. Se crean y difunden por motivaciones
fundamentalmente políticas y económicas, y son fácilmente creídas por los ciudadanos
por apelar a sus emociones e ideas preconcebidas. Han aumentado durante los últimos
años debido al afianzamiento de la comunicación por medio de redes sociales, pero
también han contribuido a su extensión los bots sociales, perfiles falsos creados en
Twitter con esta pretensión. Para la contención de este fenómeno se han implicado
plataformas de Internet como Google, Facebook y Twitter con la aplicación de
técnicas de tratamiento automatizado de la información. La alfabetización mediática e
informacional y la verificación de hechos se convierten en armas imprescindibles para
el desarrollo de un razonamiento crítico en línea y el consecuente empoderamiento de
los ciudadanos. Las bibliotecas pueden y deber adoptar un papel decisivo mediante
el diseño de un programa formativo que incorpore la evaluación de la información
así como mediante curación de contenidos, con la creación de materiales y recursos
de información de calidad. La Biblioteca de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia (UNED), que ha integrado las competencias informacionales en los planes
de estudios oficiales de posgrado, persigue que el alumno universitario adquiera una
comprensión sólida del proceso evaluación y uso de la información, fomentando una
actitud crítica que estimula la evaluación cualitativa de las fuentes de información.
Palabras clave: Alfabetización informacional, Alfabetización mediática, Bibliotecas,
Noticias falsas, Posverdad.
Abstract
Fake news, post truth and disinformation are a problem that threaten the most
established democracies. They are created and disseminated by fundamentally political
and economic motivations and are easily believed by citizens because they appeal to
their preconceived emotions and ideas. They have increased in recent years due to social
media and social bots, fake profiles created on Twitter. The two main ways to combat
this phenomenon of disinformation are Internet platforms such as Google, Facebook and
Twitter, that use technology to detect and neutralize fake news, and the literacy information
Carolina Corral TrullenCh
— 384 —
The different ways in which fake news are managed through media and information
literacy are detailed: factchecking and critical online reasoning and the consequent
empowerment of citizens. The role played by libraries and information professionals as
information managers and their intervention through information literacy, training users
to distinguish between fake and real news, and as content curators, providing quality
information materials and resources, is explored. Library of the National University of
Distance Education (UNED) role is analyzed, as far as it has integrated informational
competencies in the official postgraduate curricula, looking forward to the university
students acquire a solid understanding and a critical thinking in the evaluation of the
sources of information
Keywords: Content Curation, Fake News, Information Literacy, Libraries, Media
Literacy, Post-truth.
1. INTRODUCCIÓN
En una definición amplia del concepto, noticias falsas son contenidos in-
formativos falsos creados y difundidos con el objetivo de engañar, y que en la
actualidad se propagan rápidamente por Internet, especialmente tras la conso-
lidación de las redes sociales. Se trata de informaciones falsas que se publican
deliberadamente como si fueran noticias reales (Farmer, 2017). Siempre han
existido, lo que ahora ha cambiado es su alcance y repercusión: las redes socia-
les convierten una noticia en viral fácilmente, máxime si la misma alude a sen-
timientos y emociones, que resultan ser más convincentes que los argumentos
más incontestables.
Las noticias falsas se han extendido y han crecido exponencialmente duran-
te la última década debido al incremento y afianzamiento de la comunicación
por medio de redes sociales como Facebook y Twitter, que se han convertido
en la principal fuente de información de lo que ocurre en el mundo: un 56,5%
de los internautas españoles utiliza las redes para informarse y un 67,9% de
los mismos considera Internet su fuente fundamental de información, según el
informe “Navegantes en la red” (Asociación para la Investigación de Medios de
Comunicación, 2018).
En este contexto han irrumpido “los bots sociales, popularmente conoci-
dos como usuarios fantasma o perfiles falsos, los principales propagadores en
Twitter” (Gimeno, 2017). Según una estimación reciente, entre el 9 y el 15%
de las cuentas activas de Twitter son robots (Lazer et al., 2018). El poder de es-
tos robots se ha evidenciado en campañas electorales, como la de las elecciones
presidenciales de Estados Unidos en 2016 o el referéndum del Brexit, en el de-
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 385 —
bate sobre las vacunas, en la difusión de falsos rumores sobre ataques terroris-
tas y en la manipulación de mercados financieros. Coordinados son capaces de
hacer mucho ruido y relegar a un segundo plano otras noticias. Los bots sociales
y políticos se diseñan para manipular a las poblaciones hacia una forma de pen-
sar, desinformar y hacer propaganda sobre determinadas personas o asuntos.
El riesgo de desinformación se incrementa con la difusión por los medios
de comunicación, de sus mensajes a audiencias específicas, las cuales permane-
cen cada vez más en sus zonas de confort, sin considerar otros puntos de vista.
Por todo ello, ahora más que nunca los estudiantes necesitan ser alfabetizados
en medios, necesitan una alfabetización informacional que asuma también la
alfabetización mediática (Farmer, 2017).
Este papel puede ser asumido por los bibliotecarios, expertos y gestores
en información, que están preparados para enseñar a discernir qué informacio-
nes son verdaderas o falsas, interviniendo como lo han estado haciendo durante
años, mediante formación de usuarios y alfabetización informacional.
2. METODOLOGÍA
El presente trabajo es un estudio descriptivo de la situación actual de la
posverdad, las noticias falsas y la desinformación en la sociedad de la informa-
ción, así como de la forma en que se está abordando este asunto por parte de los
bibliotecarios y las bibliotecas, en especial por la Biblioteca de la UNED.
Se describe en primer lugar el contexto del actual ecosistema mediático y, a tra-
vés de una revisión de la bibliografía en torno a este tema, se reflexiona acerca de
las motivaciones por las cuáles las noticias falsas se están originando, difundiendo
y extendiendo, así como de las razones por las que son creídas por los ciudadanos.
Tras evaluar los mecanismos de difusión y de contención que hasta aho-
ra se han implementado, se detallan las dos principales vías para combatir el
fenómeno de la desinformación. Por un lado, el uso de la tecnología para la de-
tección y neutralización de las noticias falsas y la implicación de plataformas de
Internet como Google y de redes sociales como Facebook y Twitter. Por otro, se
analiza el combate a las noticias falsas por medio de la alfabetización mediática
e informacional.
Finalmente se describe el papel que están tomado las bibliotecas, pasando
de la enseñanza tradicional en alfabetización informacional a una alfabetización
Carolina Corral TrullenCh
— 386 —
mediática, formando a sus usuarios para que distingan entre noticias falsas y
reales, mediante el diseño de un programa formativo, y proporcionando mate-
riales y recursos de información de calidad, mediante curación de contenidos.
En este contexto se describe el rol de la Biblioteca de la UNED, que ha sido
capaz de integrar las competencias informacionales en los planes de estudios
oficiales de posgrado, y se exploran posibles futuras aportaciones para seguir
avanzando en la lucha contra la desinformación.
3. NOTICIAS FALSAS, POSVERDAD Y DESINFORMACIÓN EN EL ECOSISTEMA
MEDIÁTICO
Jacob Soll sitúa el inicio de las noticias falsas en el siglo XV en la ciudad ita-
liana de Trento, momento en que la comunidad judía fue acusada falsamente de
asesinar a un niño de dos años y medio. El domingo de Pascua de 1475, el pre-
dicador franciscano Bernardino da Feltre afirmó en un sermón que los judíos
habían asesinado a este niño y bebido su sangre. Los rumores se extendieron
rápidamente y en respuesta se ordenó que toda la comunidad judía fuera arres-
tada y torturada (2016).
Lazer et al. describen las noticias falsas como información fabricada que
imita el contenido de los medios de comunicación en forma, pero no en el pro-
ceso o la intención. Los canales de noticias falsas carecen de las normas y proce-
sos editoriales de los medios de comunicación tradicionales para garantizar la
exactitud y la credibilidad de la información. Las noticias falsas se superponen
con otros trastornos de la información, como la información errónea y la desin-
formación (2018).
Las noticias falsas son un producto informativo deliberadamente falso que
se propaga a través de medios de comunicación tradicionales y digitales. La
mentira deliberada en las noticias siempre ha existido, lo que ha cambiado aho-
ra es el alcance: cualquiera puede difundir un bulo y la repercusión es infinita-
mente mayor, debido a las redes sociales y a Internet en general. El coste de pro-
ducir y difundir información digital es muy bajo, e ínfimo en comparación con
la producción de información impresa. Existen en el mercado digital todo tipo
de herramientas informáticas y aplicaciones para distorsionar la realidad, crear
información falsa, manipular texto, imágenes y sonido. A esto hay que añadir el
bajísimo coste en términos de reputación. En este caso incluso el emisor está
oculto, gozando de una impune libertad en las redes sociales. También ha cam-
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 387 —
biado el hecho de que la cantidad de información que consume una persona es
extraordinariamente grande en la era digital. Estamos sobrecargados de infor-
mación. Y dentro de esta infoxicación encuentran sitio fácilmente las noticias
falsas.
Relacionado con las noticias falsas está el concepto de posverdad, elegi-
da palabra del año 2016 por el diccionario Oxford. Este diccionario, que elige
anualmente una palabra que refleja la tendencia más importante en inglés, la
define como “circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influ-
yentes en la formación de la opinión pública que las apelaciones a las creencias
o emociones personales”. Este término se hizo muy popular durante la campaña
del presidente Trump (Alcott y Gentzkow, 2017) y también con la del Brexit en
Reino Unido. Suele ir acompañada de la palabra “política”, ya que las noticias
falsas son habituales en el escenario político. En política, se recurre frecuente-
mente a la emoción y a los sentimientos más básicos, se usan medias verdades
o mentiras absolutas afirmadas repetidamente y se ignoran los hechos irrefuta-
bles. La verdad y su importancia queda relegada a un segundo plano.
No existe un solo tipo de noticia falsa. Algunos no tienen intención de cau-
sar daño, como la sátira o parodia, aunque sí pueden llegar a engañar a los más
incautos. Wardle (2017) distingue siete tipos de desinformaciones, además de
la ya mencionada sátira: contenido engañoso o uso engañoso de la informa-
ción para acusar de algo o incriminar a alguien; contenido impostor, cuando las
fuentes auténticas son suplantadas; contenido fabricado o contenido de nueva
creación totalmente falso, diseñado para engañar y hacer daño; conexión falsa,
cuando los titulares o imágenes no respaldan el contenido (como en el caso de
los clickbait); contenido auténtico compartido con una falsa información con-
textual y contenido manipulado o imágenes auténticas manipuladas con el ob-
jeto de engañar.
Por tanto, de la noticia puramente inventada al contenido sutilmente ma-
nipulado para apoyar una determinada tesis, teoría o información, hay todo un
catálogo de tipos de desinformaciones. El “culmen” de los contenidos falsos se
alcanza con las teorías de la conspiración, como la que vivimos en nuestro país
durante varios años, tras los atentados sufridos en Madrid el 11 de marzo de
2004. David Jiménez, el que fuera director de El Mundo entre abril de 2015 y
mayo de 2016, rememora en “El Director” (2019) como:
“el diario convertía coincidencias en evidencias, se alimentaba de
informaciones poco fiables de la facción policial que degeneraría en Las
Cloacas, exageraba cualquier elemento que ayudar a defender su versión
Carolina Corral TrullenCh
— 388 —
–y ocultaba datos que pudieran contradecirla–, se camelaba a testigos
para que defendieran nuestras informaciones y buscaba la destrucción
de la reputación de cualquiera, juez, policía o periodista, que no siguiera
nuestra estela”.
Es un ejemplo de cómo las noticias falsas pueden agrandarse en forma de
bola de nieve y convertirse en una auténtica teoría de la conspiración, de un ca-
lado tan hondo que todavía hoy una parte importante de la población defiende y
cree la “conspiración nunca probada del 11M”.
3.1. ¿Por qué se crean?
El ejemplo de la actuación de El Mundo en la “conspiración del 11M” mues-
tra una buena parte de las motivaciones que llevan a la creación de contenidos
falsos, que Wardle resume en la existencia de un periodismo mediocre, inten-
ción de parodiar o provocar, enfado o indignación, partidismo, obtener bene-
ficios económicos, influir políticamente, obtener poder o hacerse propaganda
(2017).
Fundamentalmente se crean y difunden por motivaciones económicas y po-
líticas, y en su mayor parte las motivaciones pueden reducirse a una sola: ob-
tener beneficios económicos. La publicidad que las noticias falsas generan a su
alrededor es dinero para sus autores.
Coler, propietario de una empresa difusora de sitios de noticias falsas, admite
que el dinero que ganan proviene de los anuncios en sus sitios web. Aunque no re-
conoce cuánto dinero exactamente está ganando con su empresa fraudulenta afir-
ma que las historias sobre otros propietarios de empresas de noticias falsas les
hacen ganar entre 10.000 y 30.000 dólares al mes (Sydell, 2016). Situación ante
la cual Chavern, presidente y CEO de la News Media Alliance, apela directamente a
Facebook y Google a ser aliados del periodismo de calidad y no su peor amenaza:
“¿Queréis parar las noticias falsas? Pagad por las reales” (2019).
3.2. ¿Por qué se creen?
Una razón es que las noticias falsas suelen aparentar ser más “novedosas”
que las reales. Pero sobre todo, por cómo apelan a las emociones (Voussoughi,
Roy y Aral, 2018). Este equipo de MIT Initiative on the Digital Economy, en su
análisis de la propagación de las noticias falsas a través de Twitter, descubre
que los tuits falsos tienden a expresarse con palabras asociadas a la sorpresa y
el disgusto, mientras que los tuits con mensajes verdaderos se expresan a tra-
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 389 —
vés de palabras asociadas con la confianza. El contenido que despierta fuertes
emociones se propaga más rápido y más ampliamente por Twitter, por lo que la
falsedad, que apela directamente a las emociones, se difunde más y más rápido
que la verdad. La información novedosa y negativa “generalmente llama nues-
tra atención como seres humanos y nos hace querer compartir esa información
con otros” (Nyhan y Reifler, 2012).
Por otra parte, los individuos tienden a no cuestionar la credibilidad de
la información a menos que viole sus ideas preconcebidas. También tienden
a alinear sus creencias con los valores de su comunidad (Lazer et al., 2018).
Contrariamente a la lógica, cierto tipo de información se acepta sin críticas por
encajar con nuestras ideas, creencias o principios.
Diversas investigaciones demuestran que preferimos la información que
confirma nuestras actitudes preexistentes (distorsión selectiva), percibimos la
información coincidente con nuestras creencias preexistentes como más per-
suasiva que la información disonante (sesgo de confirmación), y nos inclinamos
a creer información que nos agrada (sesgo de deseabilidad) (Lazer et al., 2018).
La información en línea apela a las emociones, y las emociones son más con-
vincentes para el ser humano que los datos o estadísticas. A menudo el sesgo
no está en la noticia, sino en el propio consumidor de la información, que reali-
za juicios basados en sus principios según factores emocionales. La distorsión
selectiva hace que las personas obvien la información que no cuadre con sus
intereses e ideas preconcebidas. En su sesgo de confirmación, es la tendencia
humana a quedarnos con la información que confirma nuestras creencias u opi-
niones y aquello con lo que estamos de acuerdo. Perseguimos la información
que confirma nuestro punto de vista.
Las redes sociales, a su vez, reducen la tolerancia a visiones alternativas, am-
plifican la polarización de actitudes, aumentan la probabilidad de aceptar noticias
ideológicamente compatibles y aumentan el cierre a nueva información. La aver-
sión al “otro lado” o polarización afectiva también ha aumentado. Estas tendencias
han creado un contexto en el que las noticias falsas pueden atraer a una audiencia
masiva (Lazer et al., 2018). La credibilidad del grupo de amigos o contactos reuni-
dos en las redes sociales pesa más que el prestigio o posible sesgo de un autor.
Estas creencias partidistas e ideológicas impiden la aceptación de la verifica-
ción de los hechos de una noticia falsa dada. Incluso la verificación de datos puede
resultar contraproducente en ciertas circunstancias. Al ser más probable aceptar
la información familiar como verdadera existe el riesgo de que la repetición de in-
formación falsa aumente la probabilidad de que un individuo la acepte como ver-
Carolina Corral TrullenCh
— 390 —
dadera (Lazer et al., 2018). Cuando leemos o escuchamos varios mensajes sobre el
mismo tema, nuestros cerebros usan eso como un atajo para la credibilidad. Debe
ser cierto, nos decimos, he visto esa misma afirmación varias veces hoy. Además,
“psicológicamente, lo primero que vemos o escuchamos sobre un tema es lo que
recordamos como verdadero. Cuantas más veces escuchemos que algo se repite,
más probable será que lo recordemos, incluso si no es cierto” (Burkhardt, 2017).
El usuario se enfrenta ahora con la necesidad constante de verificar la infor-
mación, especialmente la encontrada en Internet, y de superar sus propios sesgos.
3.3. Mecanismos de difusión
Directamente relacionado con el sesgo de confirmación está el llamado filtro
burbuja: los sitios de noticias falsas apuntan a las burbujas de filtro de los grupos
más afines a esas noticias. Los bots les brindan a los usuarios un fácil acceso a la
información sobre cosas que ya les gustan. Al seguir los enlaces entre las cuentas,
los bots también envían información a los amigos de un usuario. Así, los amigos
comienzan a ver la misma variedad de información. Finalmente, un usuario y sus
amigos y seguidores solo ven información con la que están de acuerdo. Esto crea
una burbuja de información que hace que parezca que los gustos del grupo dentro
de la burbuja representan los gustos de la mayoría de las personas, porque el grupo
dentro de la burbuja nunca ve nada contrario a sus preferencias (Burkhardt, 2017).
Los internautas que navegan por Google o Facebook encuentran siempre
información adaptada a sus gustos e intereses. Es fácil caer en una burbuja de
noticias falsas por la forma en que Google y Facebook utilizan los filtros algo-
rítmicos para dictar la información que los usuarios ven primero en sus bús-
quedas y noticias. A medida que se desarrolla esta burbuja de filtro pierden la
capacidad de ver y conocer otras opiniones que no sean las similares a las suyas,
desarrollando perspectivas sesgadas, con poca comprensión y conocimiento de
otras posturas, sobre todo en lo que a temas controvertidos se refiere. Es muy
fácil entender cómo funciona la burbuja de filtro simplemente haciendo una
misma búsqueda con ordenadores de propietarios diferentes: comprobaremos
que los resultados de ésta cambian de un ordenador a otro.
Las noticias falsas han resurgido con fuerza en el medio digital, donde el con-
tenido web es creído por el mero hecho de estar ahí, sea cual sea su fuente. La
información se da hoy en un mundo más complejo: existe Internet, que es impo-
sible de controlar. Según la Encuesta del INE de 2017 sobre Equipamiento y uso de
tecnologías de la información en hogares españoles, un 95% de los españoles tie-
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 391 —
ne acceso a Internet y un 67% es usuario de redes sociales. Según esta misma en-
cuesta, un 79,9% de hombres españoles lee noticias, periódicos o revistas a través
de internet. También más de un 70% de españoles busca información en internet
sobre temas relacionados con la salud, así como sobre bienes y servicios. Internet
es, pues, nuestra fuente principal de información. A Google recurrimos cuando
queremos saber más sobre una dolencia que nos han detectado, o cuando que-
remos informarnos sobre un producto que estamos pensando comprar. Además,
según las cifras del estudio anual de la plataforma de administración de redes so-
ciales Hootsuite y We Are Social, de 2016, los españoles se conectan a Internet más
de 5 horas al día. Y cualquiera puede crear y compartir información en Internet:
todos somos productores y consumidores de información al mismo tiempo.
Parte de la información falsa se difunde a través de redes sociales, simplemen-
te reenviado información sin verificar. No es difícil verificar si una nueva informa-
ción es precisa, sin embargo, la mayoría de las personas no dan ese paso antes de
compartirlo en las redes sociales, independientemente de la edad, la clase social o
el género (Wardle, 2017; Khan e Idris, 2019). Burkhardt va más allá al afirmar que
los internautas comparten la información que les envían a menudo sin leer (2017).
La difusión también proviene de grupos que intentan influir en la opinión pú-
blica utilizando redes de bots y fábricas de trolls. Los bots, programas de software
desarrollados para recopilar datos de forma automática, muestran qué sitios se
están utilizando, qué productos se están comprando, por quién y con qué fre-
cuencia. La recolección de estos datos se utiliza para convencer a los anuncian-
tes de que coloquen sus anuncios en determinados sitios web. Los medios de
comunicación, anunciantes y partidos políticos se dirigen a las cuentas de los
usuarios de las redes sociales mediante algoritmos programados, usando bots
que se programan para buscar y enviar información en Internet similar a la que
un usuario de las redes sociales ha agradecido o compartido. (Burkhardt, 2017).
La recopilación de cantidades masivas de datos mediante bots ha generado un
nuevo campo de estudio conocido como big data. Algunas investigaciones de big
data recopilan y analizan grandes cantidades de datos sobre cómo se usa Internet y
las redes sociales, qué elementos gustan y se comparten y cuántos clics se hacen en
un enlace, identificándose así grandes tendencias (Burkhardt, 2017).
3.4. Mecanismos de contención
Los esfuerzos realizados para detener el flujo y la influencia las noticias fal-
sas son de dos tipos: aquellos destinados a capacitar a las personas para evaluar
Carolina Corral TrullenCh
— 392 —
las noticias falsas que encuentran, y los cambios estructurales destinados a pre-
venir la exposición de las personas a noticias falsas (Lazer et al., 2018). Dentro
de la primera categoría se encuadraría la alfabetización mediática e informa-
cional, mientras que en la segunda categoría encajarían actuaciones llevadas a
cabo por plataformas de Internet como Google y Facebook, y la detección y blo-
queo usando como arma los instrumentos que nos brinda la tecnología.
El primer tipo de esfuerzos se centra en intervenciones dirigidas a empode-
rar a los ciudadanos, como los sitios web de verificación de datos, que evalúan
afirmaciones y noticias mediante informes, como Polifact y Snopes en Estados
Unidos o Maldita.es y Newtral en España.
Dentro también de esta primera categoría, otro enfoque más a largo plazo
se dirige a la alfabetización mediática, con el objetivo de mejorar la evaluación
individual de la calidad de las fuentes de información a través de la educación, con
una proliferación de esfuerzos para inyectar la capacitación de habilidades de in-
formación crítica en escuelas primarias y secundarias” (Lazer et al., 2018).
En el segundo tipo de mecanismos de contención se usa la tecnología para
detectar, controlar y evitar la proliferación de información falsa, utilizando los
mismos bots y algoritmos pero al servicio del bien. Para mejorar las posibilidades
de identificar información falsa, expertos en informática han trabajado en múlti-
ples enfoques para el reconocimiento automático computarizado de información
verdadera y falsa. Uno de los enfoques se dirige a identificar noticias falsas en tex-
to: es un enfoque lingüístico, que analiza patrones de palabras. Otro de los enfo-
ques se dirige a analizar la información de la red, como la ubicación desde la que
se envió el mensaje, la velocidad de respuesta, etc. (Burkhardt, 2017).
Las plataformas de Internet como Google y las redes sociales como Facebook
y Twitter, siendo como son los conductores principales por donde discurren las
noticias falsas, pueden hacer mucho por reducir el impacto y la expansión de
estas. Las plataformas pueden proporcionar a los consumidores señales de ca-
lidad incorporadas en las clasificaciones algorítmicas de contenido, minimizar
la personalización de la información política y frenar la difusión automatizada
de noticias por bots y cyborgs (Lazer et al., 2018), ya que como señalan Shao,
Ciampaglia, Varol, Flamini y Menczer, es “significativamente más probable que
las cuentas que activamente difunden desinformación sean bots. Este descubri-
miento indica que quizá una buena estrategia para mitigar la propagación de
noticias falsas en Internet sea contener a estos bots sociales” (2017).
De hecho, las plataformas de redes sociales y los motores de búsqueda ya
han hecho algunos intentos de esta clase. Twitter ha bloqueado ciertas cuentas
vinculadas a la información falsa de origen ruso e informó a los usuarios ex-
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 393 —
puestos a esas cuentas que podrían haber sido engañados (Lazer et al., 2018).
Facebook ha cambiado su algoritmo para dar cuenta de la calidad en su proce-
so de curación de contenido, creando un “sistema inmunológico” para ayudar a
protegerse contra la infección por los bots. Además, ha encargado la verificación
de la información a cinco importantes organizaciones de control de datos e in-
cluido una llamada artículos relacionados, para dar a los lectores acceso a las
historias originales. Por su parte, Google ha aumentado su regulación de publi-
cidad y sitios web vinculados y creado Google Digital News Initiative, programas
para ayudar a los usuarios a verificar la información por sí mismos.
Cada vez más frecuentemente se invoca a las autoridades para cerrar sitios
web maliciosos (Burkhardt, 2017). Ciertamente, la efectividad de las políticas
basadas en plataformas apuntaría a la regulación gubernamental de las mis-
mas. En esta línea, algunos gobiernos de países democráticos ya han iniciado
procedimientos legales. En octubre de 2017 Alemania promulgó la “ley aplica-
ción de redes”, conocida como NetzDG, que obliga a los sitios web a retirar infor-
mación cargada de discursos de odio, noticias falsas o material ilegal en el plazo
de 24 horas. Pero la regulación gubernamental de un área tan sensible como
las noticias conlleva sus propios riesgos y los reguladores deberían garantizar
la imparcialidad en la definición y cumplimiento de los requisitos (Lazer et al.).
En asunto tan controvertido es importante diferenciar entre información falsa e
información que además promueve el odio.
3.5. De la alfabetización informacional a la alfabetización mediática
A lo largo de la última década se han sucedido las definiciones de
Alfabetización Informacional. La última nos la ha dado en 2018 el Colegio de
Bibliotecarios y Profesionales de la Información británico (CILIP). Según CILIP
la “alfabetización informacional es la capacidad de pensar críticamente y hacer
juicios equilibrados sobre cualquier información que encontremos y usemos.
Nos empodera como ciudadanos para alcanzar y expresar opiniones informa-
das y para comprometernos plenamente con la sociedad.” Más allá de todas
las definiciones, la alfabetización informacional es una habilidad que nos ha de
acompañar a lo largo de la vida, con múltiples aplicaciones en la vida real. Tomar
decisiones correctas y formarse opiniones bien fundamentadas requiere del
consumidor de información acceso a información precisa, oportuna y relevante.
Además de formular esta nueva definición el CILIP describe también los 5 con-
textos en los que se aplica la información. Uno de los contextos, “alfabetización en
información y ciudadanía” está orientado a ayudar a la gente a entender el mundo
que nos rodea, a que puedan formarse opiniones informadas y a que sean capa-
Carolina Corral TrullenCh
— 394 —
ces de desafiar suposiciones o doctrinas generalmente admitidas u ortodoxas.
También, en este sentido, pretender ayudar a la gente a que detecten el sesgo y
la desinformación, y llegar a ser, por tanto, ciudadanos comprometidos y capa-
ces de participar de una forma plenamente consciente en la democracia.
En la era de las “noticias falsas”, la habilidad para mostrar juicio crítico sobre las
diferentes fuentes de información, particularmente la recibida en línea, es crucial.
Ya se trate de información originada en los medios de comunicación tradicionales,
ya provenga de las redes sociales, la alfabetización informacional ayuda al individuo
a detectar los diferentes puntos de vista existentes sobre un asunto determinado,
así como la fiabilidad y la autoridad de las diferentes fuentes de información, con el
consecuente refuerzo de la democracia y el compromiso ciudadano.
Aunque el término más extendido en cuanto a la formación en competencias
informacionales es el de ALFIN (Alfabetización Informacional), en la última década
se han popularizado otros como el de “Alfabetización Mediática e Informacional”
(UNESCO, 2006). También se ha hecho frecuente el uso del término “Competencia
Digital” en el entorno educativo. Las autoridades europeas se han esforzado en la
definición y descripción de este término, esfuerzo que se ha concretado en el lanza-
miento del proyecto DigComp: Marco Europeo de Competencias Digitales, que descri-
be las cinco áreas de la competencia digital que podemos ver recogidas en la Figura 1:
Figura 1. DIGCOMP Un marco para desarrollar y entender la competencia digital
en Europa. Joint Research Centre. Comisión Europea, 2010
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 395 —
La primera área, la relativa a la Información y Tratamiento de datos, esta-
blece como competencia digital la “Evaluación de información, datos y conteni-
dos digitales”. Esta competencia aspira a que el ciudadano sea capaz de evaluar
críticamente la credibilidad y fiabilidad de fuentes de información, datos y con-
tenidos digitales.
Autores como Zhang, Duke y Jiménez distinguen entre diferentes tipos de
alfabetizaciones: alfabetización en noticias, en medios, digital, informacional, vi-
sual, numérica y de datos (2011). Este nuevo contexto se hace necesaria una rede-
finición por parte de las bibliotecas de la alfabetización informativa que incorpore
la alfabetización mediática, en noticias y en medios, englobando tanto la alfabeti-
zación informativa como la capacidad de los estudiantes para juzgar contenidos
de Facebook y Twitter, comentarios dejados en foros de lectores en sitios de noti-
cias, publicaciones de blogs, fotografías y otros mensajes digitales que dan forma
a la opinión pública (Wineburg, McGrew, Breakstone y Ortega, 2016).
3.6. Verificación de hechos, hacia un razonamiento crítico en línea
Un estudio realizado en noviembre de 2016 reveló, tras evaluar las habili-
dades de alrededor de 7.804 estudiantes universitarios para analizar páginas
web y redes sociales, que más del 80% de los mismos no son capaces de dis-
tinguir las noticias falsas de las verdaderas y que tienen serias dificultades en
juzgar la credibilidad y el sesgo de la información en línea. Cuando se trata de
evaluar la información que fluye a través de las redes sociales o aparece en una
búsqueda en Google, los estudiantes son engañados fácilmente. El informe, pu-
blicado por el Stanford History Education Group (SHEG), muestra una incapaci-
dad de los estudiantes para razonar sobre la información que ven en Internet
(Wineburg, McGrew, Breakstone y Ortega, 2016).
Ante datos como estos constatamos que la alfabetización mediática e in-
formacional debe dirigirse al mundo digital, orientando también al ciudadano
a verificar la información que obtiene en Internet. El desafío está en alcanzar el
empoderamiento del ciudadano hacia un razonamiento cívico en línea. Por ello,
se debe fomentar una actitud de escepticismo ante cualquier información, ya
que, “aquellos que creen firmemente en la fiabilidad de la información tienen
más probabilidades de compartir información en línea sin verificación” (Khan
e Idris, 2019). Hemos de transmitir la importancia de la verificación de la infor-
mación en línea ante la creciente información falsa que encontramos en medios
digitales, transmitir que no podemos compartir una información de inmediato,
sin antes verificar los hechos. No solo verificar el origen de la fuente, no solo
Carolina Corral TrullenCh
— 396 —
comprobar la autoridad de la fuente, sino verificar los hechos, identificando las
afirmaciones erróneas o falsas al buscar información corroborante en otros lu-
gares. Ésta sería la única forma de comprobar la veracidad de las afirmaciones
(Gooblar, 2018).
Pero enseñar alfabetización en información debe ir más allá de preparar a los
estudiantes para evaluar las fuentes y las afirmaciones. Un enfoque renovado en
la interpretación de la información abogaría por conocer las diversas formas en
que damos sentido a la información que encontramos. Los estudiantes deberían
conocer en qué consiste el sesgo de confirmación, la atención selectiva y otras for-
mas en las que lo que da sentido a lo verdadero tiene mucho más qué ver con
nosotros mismos que con la información en sí. La alfabetización informacional
debe transcender el determinar qué es verdad y qué es falso y adentrarse más en
por qué somos tan fácilmente engañados y por qué nos engañamos tan fácilmente
(Gooblar, 2018). Esto implicaría conocernos mejor a nosotros mismos.
La evaluación crítica del conocimiento, junto con la producción de conoci-
miento que se genera por investigación científica, son objetivo fundamental de
la educación superior. Como bibliotecarios académicos, debemos enfatizar el
papel de la biblioteca como facilitador de ambos procesos, investigación y eva-
luación, porque la producción de conocimiento y su evaluación son dos caras de
la misma moneda (Finley, McGowan, Kluever y Hull, 2017).
En consonancia con lo propuesto por Wineburg, McGrew, Breakstone y
Ortega en su estudio sobre el “razonamiento cívico en línea”, debemos valorar
cómo los estudiantes evalúan la información en línea e identificar mecanismos
para enseñar las habilidades necesarias para distinguir entre fuentes fiables de
no fiables. Formar a los estudiantes en habilidades básicas de alfabetización in-
formacional, que les hagan cuestionarse la información, especialmente la que
viene del mundo digital, dará lugar al desarrollo de un pensamiento crítico con
múltiples aplicaciones a lo largo de su vida tanto académica, como profesional
y personal.
4. EL PAPEL DE LAS BIBLIOTECAS: DISEÑO DE UN PROGRAMA FORMATIVO
Y CURACIÓN DE CONTENIDOS
En respuesta a la proliferación de noticias falsas, las bibliotecas y los profe-
sionales de información pueden y deben asumir un rol activo, en tanto provee-
dores de información y formadores en cómo reconocer las noticias falsas. Como
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 397 —
expertos en gestión y evaluación de la información, pueden guiar al usuario en
la lucha contra las noticias falsas, enseñando a sus usuarios a distinguir si una
información es precisa y fiable, y si por tanto merece ser compartida a través de
las redes. No se trata de decirles qué es verdadero o qué no lo es, ni decir lo que
tienen o no tienen qué leer. Se trata de que los usuarios desarrollen sus propias
habilidades de alfabetización en el medio digital, en cuanto a conocer cómo se
crea y verifica la información, cómo se comparte en Internet y que sean capaces
de evaluar la información de forma crítica.
Finley, McGowan y Kluever invitan a los bibliotecarios a participar en la lu-
cha en contra de las noticias falsas en tres frentes: primero, con una selección
y adquisición de materiales cuidadosa y rigurosa; segundo, con alfabetización
mediática e informacional y tercero, empoderándose como concienciadores y
movilizadores en torno a este tema (2017).
Los bibliotecarios deben proporcionar fuentes fiables. En la gestión de la
colección la selección ha de ser, pues, rigurosa. Finley, McGowan y Kluever su-
gieren adquirir todas aquellas suscripciones a fuentes de noticias y publicacio-
nes periódicas de todos los espectros políticos, de forma equilibrada, y de bases
de datos reputadas (2017). En la selección y adquisición de recursos en biblio-
tecas universitarias se adquieren todos aquellos que pasen un filtro científico.
En bibliotecas de otro tipo, como las públicas, la selección se complica, pues en
el mundo editorial abundan los escritos políticamente sesgados, científicamen-
te sospechosos, etc. Los bibliotecarios, aunque sepan de la baja calidad de estos
documentos de no ficción, no pueden caer en el riesgo de la censura y deben de-
jar a los lectores sacar sus propias conclusiones. Tienen que ofrecer materiales
aún a sabiendas de que son falaces, e intentar, por medio de la formación, empo-
derar al ciudadano para que valore por sí mismo la calidad de lo que lee. López,
Vives y Badell se preguntan si debemos “mantener una estricta neutralidad y
dar por hecho que el usuario será capaz por sí solo de analizar la información de
una manera crítica, o bien deberíamos disponer de filtros en las colecciones”. Y
si, por otra parte, “no es la neutralidad por sí misma ya una especie de toma de
posición”.
Stein-Smith propone que en alfabetización mediática e informacional las
bibliotecas intervengan de dos formas: mediante cursos de formación especí-
ficos diseñados en base a un programa o mediante la confección de recursos de
información en diferentes formatos (2017). En base a esta idea se ha elaborado
la Tabla 1 con actuaciones y propuestas de alfabetización mediática e informa-
cional para una posible biblioteca universitaria:
Carolina Corral TrullenCh
— 398 —
Tabla 1. Alfabetización mediática e informacional. Actuaciones y propuestas
para una biblioteca universitaria
Diseño de un programa formativo Curación de contenidos
Formación
dirigida a
estudiantes
Formación
dirigida
a docentes
Formación
dirigida
a la sociedad
Recursos
textuales
en línea
Recursos
audiovisuales
Múltiples
formatos
Formas y Formatos
Presencia en
enseñanzas
regladas
Talleres
Cursos
Seminarios
Sesiones
Webinars
Talleres
Jornadas
Colaboraciones
MOOC
Mesas redondas
Conferencias de
expertos
Jornadas
Grupos de
discusión
Exposiciones
Guías
informativas
Tutoriales
Videoclases
(YouTube)
Podcasts
Guías
temáticas
específicas
(LibGuides…)
4.1. Diseño de un programa formativo. La Biblioteca de la UNED
La alfabetización mediática e informacional se puede implementar, pues, en
primer lugar, centrada en el diseño de un programa que se traduzca en cursos,
seminarios, talleres, sesiones, etc. En el caso de las bibliotecas públicas podrían
impartirse sesiones informativas o celebrarse conferencias de expertos, grupos
de discusión, webinars, etc.
En las bibliotecas universitarias este programa podría tomar diversas for-
mas: desde seminarios, cursos, talleres, webinars hasta programación en ense-
ñanzas regladas. Las bibliotecas universitarias vieron impulsada la enseñanza
en competencias informacionales gracias a la implantación del Espacio Europeo
de Educación Superior, que exige que los estudiantes sean formados en compe-
tencias transversales como gestión de la información. La integración de las com-
petencias informacionales en los planes de estudios persigue que el educando
adquiera una comprensión sólida del proceso, evaluación de la información
científica. Fomenta una actitud crítica que estimule la evaluación cualitativa de
las fuentes de información, con el propósito de incorporar las más pertinentes
y fiables al trabajo académico. En cualquiera de estos casos resulta necesaria la
colaboración entre bibliotecarios y docentes universitarios en la planificación
de los programas de enseñanza de Competencias Informacionales, que deben
ajustarse a los objetivos curriculares de los estudios oficiales en los que se inte-
gran (Moreno y Sánchez, 2015).
Sería aconsejable que el profesor universitario, sea cual sea su disciplina,
incluya en su docencia competencias informacionales y muestre a sus alumnos,
como parte de sus asignaturas, la capacidad de comprender, evaluar y utilizar
información para resolver problemas o responder preguntas. Gooblar reco-
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 399 —
mienda que el profesorado hable con expertos, que entre en contacto con los
bibliotecarios, y a los bibliotecarios les insta a que colaboren regularmente con
docentes para enseñar habilidades de investigación a los estudiantes (2018).
Los bibliotecarios, por su parte, deben hacer saber a los docentes de la impor-
tancia de sus programas formativos para estudiantes, así como ofrecer forma-
ción a los profesores en alfabetización informativa.
El propósito general de la programación de una biblioteca con respecto a
noticias falsas ha de ser ayudar a los usuarios a aprender a identificar noticias
falsas, conocer sus implicaciones sociales, políticas y económicas y guiar a los
usuarios en la toma de decisiones informadas sobre su propio consumo de no-
ticias (Finley, McGowan y Kluever, 2017). Los bibliotecarios necesitan adoptar
una postura más proactiva contra las noticias falsas, mediante programación y
exposiciones que enseñen al público sobre el proceso de investigación, el perio-
dismo y la investigación de fuentes. Deben recordar una y otra vez que se con-
sidere la fuente y ayudar a los consumidores de noticias a ser lectores críticos.
“Las noticias falsas pueden servir como un llamado de atención a la importancia
vital de nuestro papel en el campo de la educación pública” (Finley, McGowan,
Kluever y Hull, 2017).
El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) trajo a las universidades
españolas la necesidad de que los estudiantes adquirieran unas actitudes, habi-
lidades y competencias básicas en el manejo y gestión de la información que les
fueran de utilidad a lo largo de su vida académica así como en su futuro desarro-
llo profesional. La Biblioteca de la UNED responde a esta necesidad y articula
para ello una serie de Cursos de Formación en Competencias Informacionales
(Sánchez, Corral y Moreno, 2016). La Biblioteca de la UNED, en coordina-
ción con el personal docente, incorpora las competencias informacionales en
las enseñanzas regladas de la Universidad de distintas formas (véase Tabla 2).
Carolina Corral TrullenCh
— 400 —
Tabla 2. Mapa de la principal oferta formativa.
Incorporación de las Competencias Informacionales
en enseñanzas regladas y no regladas. Biblioteca UNED
Competencias
informacionales.
Tipo de formación
Nivel Metodología Aliados Público Objetivo Obligatoriedad /ECTS
Materiales didácticos Básico Online PDI, Departamentos
Responsables de grado y
máster
Estudiantes de Grado y
máster
No / Sin reconocimiento de créditos
Integración como parte
de una asignatura.
Curso, Seminario o Taller.
Intermedio Online PDI, Departamentos
Responsables de máster
Estudiantes de Máster (en
su mayoría, en la asignatura
TFM)
Sí / Con reconocimiento de créditos
Asignatura específica Experto Online PDI, Departamentos
Responsables de grado
Estudiantes de Máster Sí / Con reconocimiento de créditos
Actividades Transversales Experto Online Escuela de doctorado Estudiantes de Doctorado Sí / Sin reconocimiento de créditos
Talleres para PDI Básico, Intermedio,
Experto
Online y presencial IUED PDI Sí / Sin reconocimiento de créditos
Cursos para la capacitación
profesional
Experto Online Fundación UNED Sociedad Sí /Con reconocimiento de créditos
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 401 —
Como consecuencia de la adquisición de las diversas competencias estableci-
das, los estudiantes que realicen cursen estas asignaturas, cursos o actividades, ob-
tienen la capacidad de localización y selección adecuada de información, así como
la capacidad de evaluación de la documentación pertinente, en distintos soportes,
y constatación de que los datos obtenidos son seguros, apropiados y pertinentes.
En estos cursos o asignaturas, cuando enseñamos a evaluar la información estamos
mostrando la forma de valorarla, siempre como fruto de una reflexión personal. Lo
que aportamos es una serie de criterios que puedan servir para este propósito. Una
vez finalizada la formación el alumno es capaz de:
• Comparar la información obtenida en distintas fuentes de información
aplicando criterios de evaluación.
• Distinguir entre la información resultado de un proceso de investigación y
la información manipulada que sirve a otros intereses, teniendo en cuen-
ta que la investigación puede servir también a determinados intereses.
• Ser capaz de analizar de forma crítica la información obtenida, cuestio-
nando las fuentes utilizadas y su propia estrategia, y revisándolas en
función de los resultados.
A lo largo de estas formaciones hacemos hincapié en un principio funda-
mental en el uso y gestión de la información: mantener siempre una actitud crí-
tica. Evaluar la credibilidad y pertinencia de las fuentes obtenidas es un paso
fundamental en la investigación. Para evaluar las fuentes y dar criterios para
este fin, abarcamos todo tipo de fuentes, tanto las obtenidas en la propia biblio-
teca como las recuperadas en Internet. Las fuentes provenientes de la biblioteca
parten con ventaja, ya que la mayor parte de las revistas tienen un equipo edi-
torial o encargan la evaluación de los artículos presentados a expertos en la ma-
teria (peer-review). Esto ya supone un primer filtro, tanto más exigente cuanto
más importante sea la revista. A esto hay que añadirle un segundo filtro, que es
la selección realizada por la bibliotea: con los fondos tan escasos con que conta-
mos, realmente nos esmeramos en adquirir los mejores productos disponibles.
En cambio, en la evaluación de sitios web para obtener información tendremos
que transmitir la importancia de adoptar mayores cautelas. Desde el punto de vista
de la calidad, en Internet cualquiera puede publicar y nadie revisa el contenido. Esto
permite incluir información falsa, sesgada o simplemente irrelevante junto con otra
de calidad. Por eso, evaluar la información obtenida en un sitio web para usarla en
un proyecto de investigación no es fácil, pero se hace imprescindible.
La habilidad de evaluar críticamente los sitios web como fuentes de informa-
ción es fundamental, dado que Internet se ha convertido cada vez más en una de las
fuentes de información más utilizadas en la vida cotidiana de las personas, y tam-
bién en el ámbito académico. Por ejemplo, a partir de 2003, casi la mitad de todos
Carolina Corral TrullenCh
— 402 —
los niños utilizaron Internet para completar las tareas escolares (Centro Nacional
de Estadísticas de Educación, 2006). “Los estudiantes deben aprender a evaluar crí-
ticamente los sitios web para aumentar la probabilidad de utilizar información de
alta calidad” (Zhang, Duke y Jiménez, 2011).
Muchos académicos han ofrecido valiosas sugerencias para mejorar las habili-
dades de evaluación de sitios web de los estudiantes, centradas en las dimensiones
particulares sobre los sitios web que deben evaluarse, como la autoridad del autor,
el contenido del sitio web, el sesgo, la evidencia de la autenticidad de la información,
la calidad de la presentación y la actualidad. Algunos han sugerido técnicas para en-
señar evaluación crítica: por ejemplo, enseñar a los estudiantes a hacer una serie de
preguntas sobre el sitio web, como quiénes son los autores, dónde trabajan, a qué
organización, empresa o escuela representan, etc. (Zhang, Duke y Jiménez, 2011).
En el marco de la Biblioteca de la UNED los criterios diseñados para evaluar
fuentes atienden a 6 dimensiones: autoridad, contenido, propósito, objetivo,
pertinencia y actualización. El siguiente cuadro (Figura 2), accesible a través del
sitio web de la biblioteca, fue diseñado para reflejar estos criterios de evalua-
ción de fuentes de información, tanto impresas como web:
Figura 2. Valoración de la información. Guía rápida.
Biblioteca UNED, 2015. https://www2.uned.es/biblioteca/guia_rapida/valoracion_informacion.html
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 403 —
Estas dimensiones coinciden con las recomendaciones de los expertos en
la materia. Elegimos estas dimensiones en lugar de otras porque pensamos
que eran las más adecuadas para los estudiantes universitarios, que les ayu-
darían a empezar a desarrollar habilidades de pensamiento y razonamiento
crítico en línea. Es fundamental que los estudiantes empiecen a recibir ins-
trucción y alfabetización informacional durante los primeros años universita-
rios, que les sirva de base a lo largo de toda su carrera académica, profesional
y vida personal.
Por otra parte, la literatura reciente está empezando a cuestionarse la ense-
ñanza de esta alfabetización focalizada en la fuente de datos en sí. Les damos a
los estudiantes una lista de preguntas que ponen el énfasis en el tipo de fuente
o la credibilidad del autor, pero que se olvida del contenido del mensaje. “Poner
tanto énfasis en la fuente, a diferencia de las afirmaciones dentro de la fuente,
puede llevar rápidamente a lo absurdo”(Caulfield, 2017). Corremos el riesgo de
caer en una falacia ad hominem, dando por sentada la falsedad de una afirma-
ción al cuestionar la credibilidad del emisor, o en utilizar un argumento ad vere-
cundiam, intentando demostrar que algo es verdadero solamente porque tiene
prestigio quien lo dice.
4.2. Curación de contenidos: materiales, recursos de información, guías
La alfabetización puede ofrecerse también mediante recursos de in-
formación, de múltiples formatos y tipos, como guías informativas, tuto-
riales, videoclases, juegos, etc., relacionados con el tema de noticias falsas.
Tenemos muchos ejemplos en la web, creados por muy diferentes tipos de
bibliotecas o asociaciones bibliotecarias. Uno de los más extendidos ha sido
esta infografía de la International Federation of Library Association (IFLA)
(Figura 3) publicada en 2016 en varios idiomas, que describe, en 8 sencillos
pasos, como detectar noticias falsas basándose en el artículo de Factcheck.
org de 2016:
Carolina Corral TrullenCh
— 404 —
Figura 3. ¿Esta noticia es falsa?
International Federation of Library Association (IFLA), 2016.
Para verificar las noticias como reales o falsas, los estudiantes tienen que
recibir las herramientas necesarias, y para ello las bibliotecas deberían hacer
que los sitios de verificación de datos se conozcan y estén disponibles a través
de sus sitios web.
Contenidos formativos en alfabetización mediática en formato vídeo son idea-
les para transmitir y llegar a un público de todas las edades. YouTube, el sitio web
por excelencia para compartir vídeos y visualizarlos, se convierte en el canal idóneo
de formación y curación de contenidos al llegar a todo el mundo de forma masiva,
en línea y gratuitamente. La Biblioteca de la UNED es experta en creación de mate-
riales educativos para la formación de usuarios y algunos de sus videotutoriales, en
acceso abierto en un canal de YouTube, superan las 100.000 visualizaciones.
Otro recurso informativo, de fácil diseño y que ya se está implementan-
do en diversas bibliotecas de universidades estadounidenses, son las Guías
Temáticas en torno al tema de las noticias falsas y la desinformación. Existen
en el mercado diferentes opciones de software, pero para la confección de la
El papel de las bibliotecas y la alfabetización informacional en la era de las noticias falsas
— 405 —
mayoría de las guías consultadas, como la de California State University Long
Beach, se ha usado Libguides, un sistema de gestión de contenido en la nube que
permite incluir texto, enlaces, hipervínculos, gráficos, vídeos, en definitiva, toda
clase de contenidos, además de integrar aplicaciones de la web 2.0 tales como
blogs, Google Reader, Twitter, etc. para aumentar la difusión de la información.
Caridad, Morales, Martínez, y García muestran “una propuesta de items para la
realización de una guía temática sobre fake news, en la que identifican siete ca-
tegorías de iniciativas localizadas en bibliotecas de ámbito anglosajón: concep-
to de fake news y definiciones asociadas; evaluación de fuentes, fact checking,
medios de ayuda a la verificación, difusión de recursos y bases de datos especia-
lizadas, ejercicios en los que participa el usuario y soporte de un bibliotecario
especializado” (2018).
5. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
Los bibliotecarios están preparados para liderar, o al menos tener un lugar
preferente, en el combate a las noticias falsas y la desinformación. Además de
tener una amplia tradición en alfabetización informacional, especialmente en
bibliotecas universitarias, son especialistas en gestión y evaluación de recursos
informativos de todo tipo y formato.
Como hemos mostrado, las iniciativas hasta ahora se han llevado a cabo en
base a dos vertientes: formación de usuarios y creación y difusión de conteni-
dos y materiales. En ambos casos, y teniendo en cuenta el impacto que las redes
sociales y los motores de búsqueda como Google han tenido en la forma en que
los usuarios en general y los estudiantes en particular obtienen la información
que necesitan, la alfabetización informacional debería integrar la alfabetización
mediática. El diseño de un programa formativo de futuro ha de englobar la al-
fabetización en medios: los usuarios necesitan más formación en evaluación
de fuentes de información, sitios web y comunicación en redes sociales como
Twitter y Facebook. La formación en fuentes debería evolucionar también hacia
una evaluación más centrada en el mensaje y contenido y menos en el origen de
la fuente en sí. Para ello ha de trabajarse más en adquisición de competencias y
habilidades informacionales, como una estrategia educativa para el desarrollo
de las capacidades válidas para toda la vida y para todas las facetas de la vida
(académica, personal y profesional), hacia un “razonamiento cívico en línea”
que permita evaluar la veracidad de la información en línea e identificar y dis-
tinguir fuentes fiables de no fiables.
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Una propuesta para el futuro que podrían incorporar las bibliotecas pasaría
por vincular la alfabetización informacional a las aplicaciones en la vida laboral,
con un plan de estudios en alfabetización informacional que responda también
a las necesidades de las empresas en cuanto a trabajadores con espíritu y ra-
zonamiento crítico ante la información. Un ciudadano que, ante temas contro-
vertidos, sepa que la información es poliédrica y la busque en diversos lados y
desde diversos puntos de vista.
Una alfabetización informacional y mediática renovada, que aborde la desinfor-
mación en las redes sociales y noticias falsas, ha de centrarse en habilidades de bús-
queda, gestión y evaluación rigurosa de la información, más que en el uso de deter-
minadas aplicaciones, herramientas o bases de datos. Ha de buscar el desarrollo del
pensamiento crítico como un modo de afrontar el acceso a la información en línea.
Internet ha democratizado el acceso a la información, pero este poder tam-
bién permite que se manipule la información para influir en la opinión pública,
al servicio de intereses particulares, con fines generalmente políticos o econó-
micos, y que la democracia se vea amenazada por la facilidad con que la des-
información sobre temas cívicos se puede difundir y extender. Por ello se hace
necesario formar a ciudadanos sanamente escépticos que se cuestionen la in-
formación que encuentran.
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El impacto de las Tecnologías de la Información y la Comuni-
cación (TIC) en la sociedad contemporánea ha desencade-
nado un reportorio de oportunidades y amenazas que han
devenido en elementos constitutivos de la cultura digital.
El ecosistema digital, precisamente porque abre nuevas posibi-
lidades, plantea a las sociedades retos de índole muy diversa. Las
estructuras de las naciones desarrolladas descansan hoy sobre un
entramado tecnológico e informático para el que ya no hay vuelta
atrás. Casi todos los órdenes de la vida se han visto inuidos y, en
ocasiones, modicados, por una nueva forma de interacción de las
personas entre sí y de las personas con su entorno.
En un abrir y cerrar de ojos, la vida humana se ha vuelto virtual,
interactiva, ubicua, hiperconectada, hipertextual. Ningún ámbito
escapa al inujo de las redes digitales de comunicación y su cultura
líquida de la visibilidad y la instantaneidad, es decir, del ser y del
tiempo, los dos elementos que articulan las relaciones del hombre
y su contorno.
Ahora bien, si la Sociedad de la Información es consecuencia del
progreso tecnológico, este desarrollo no garantiza, por sí solo, el
acceso universal y libre a dicha información (UNESCO, 2005). Es
necesario dar un paso más hacia la Sociedad del Conocimiento,
concepto que implica decisiones éticas, políticas y sociales mucho
más amplias, y que tienen que ver con el desarrollo de tecnologías
de la comunicación que permitan a los hombres acceder, en igual-
dad de oportunidades, al conocimiento, la educación y la cultura
con los que afrontar su presente y construir su propio futuro.
VULNERABILIDAD Y CULTURA DIGITAL
Riesgos y oportunidades de la sociedad hiperconectada
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