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Abstract and Figures

This study aims to find out how Design for All can be applied in healthcare environments. To achieve this, key concepts related to Design for All have been extracted from mostly primary sources, to subsequently categorize the most relevant specific needs of users and exemplify these categories with different design projects. Finally, some consultation sheets have been created so that designers can verify some basic aspects to make their projects Design for All. In short, it is intended to provide design professionals with a simple consultation tool to make their projects more inclusive, taking into account the great diversity of users.
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Design for All versus
necesidades especícas.
La sanidad entendida desde
el usuario
Recibido: 16.09.2019
Aceptado: 28.10.2019
Publicado: 20.12.2019
Cómo citar este artículo:
Clavería, N., 2019. Design for All versus necesidades especícas. La sani-
dad entendida desde el usuario. Inmaterial. Diseño, Arte y Sociedad. 4(8),
pp. 131-163
Noemí Clavería
132 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
Resumen
Este estudio pretende averiguar cómo el Design for All se
puede aplicar en entornos sanitarios. Para ello, se han extraí-
do conceptos clave relacionados con el Design for All a partir
de fuentes mayoritariamente primarias, para posteriormente
categorizar las necesidades especícas más relevantes de los
usuarios y ejemplicar dichas categorías con diferentes pro-
yectos de diseño. Finalmente, se han creado unas chas de
consulta para que los diseñadores puedan vericar algunos
aspectos básicos con el n de que sus proyectos sean Design
for All. En denitiva, se pretende dotar a los profesionales del
diseño de una sencilla herramienta de consulta para conse-
guir que sus proyectos sean más inclusivos, teniendo en cuen-
ta la gran diversidad de usuarios.
Palabras clave
Design for All, usuario, diversidad, discapacidad, diseño de interiores
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
Abstract
is study aims to nd out how Design for All can be applied
in healthcare environments. To achieve this, key concepts
related to Design for All have been extracted from mostly pri-
mary sources, to subsequently categorize the most relevant
specic needs of users and exemplify these categories with di-
erent design projects. Finally, some consultation sheets have
been created so that designers can verify some basic aspects
to make their projects Design for All. In short, it is intended
to provide design professionals with a simple consultation
tool to make their projects more inclusive, taking into ac-
count the great diversity of users.
Keywords
Design for All, user, diversity, disability, interior design
134 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
1. Presentación. El usuario en la sanidad
Durante mucho tiempo, el aspecto más relevante, por no decir el único, de
cualquier diseño destinado al ámbito sanitario fue su funcionalidad. Actual-
mente, y sin perder de vista estos conceptos, hay tendencias que apuestan por
un diseño que también tenga presente otros aspectos más estéticos y simbóli-
cos. De este modo, el diseño no solo cumple unas funciones determinadas con
ecacia y precisión, sino que además sirve para que el usuario tenga un mayor
confort, sintiéndose comprendido.
Este texto repasa algunas soluciones sanitarias que buscan la satisfacción del
usuario desde dos puntos de vista opuestos. Por una parte, el Design for All
pretende encontrar el benecio común, sin excluir a ninguna persona. Por otra
parte, hay diseños que se centran en las necesidades especícas de determi-
nados usuarios con el objetivo de focalizar sus esfuerzos y resolver problemas
muy concretos. En ambos casos, el usuario se convierte en protagonista del
diseño.
2. Design for All. Concepto
Antes de comenzar, es conveniente precisar el signicado de Design for All
con el n de claricar el marco teórico de este estudio. Para ello es oportu-
no recurrir a entidades internacionales dedicadas a promocionar este tipo
de diseño. Se optará por citar a tres que cuentan con gran reconocimiento a
nivel internacional: el Centro para el Diseño Universal (Center for Universal
Design), el Centro para la Excelencia en Diseño Universal (Centre for Exce-
llence in Universal Design) y la Fundación Diseño para Todos (Design for All
Foundation).
En primer lugar, se debe hacer notar que existen diferentes términos para
designar un mismo concepto. En este artículo se ha optado por Design for All
(“diseño para todos” en su versión española), término utilizado fundamen-
talmente en Europa. Sin embargo, también se habla de “diseño universal”, en
Estados Unidos y Japón, así como de “diseño inclusivo”, en el Reino Unido
y, en general, en la cultura anglosajona (Aragall, Bonet, Espinosa, y Bonmatí,
2013, p. 35).
Tras esta puntualización, se repasan tres deniciones de Design for All. La
primera proviene de Ronald L. Mace, reconocido como el primer teórico en
proponer el término de Universal Design. Mace, gracias a una subvención del
Instituto Nacional de Investigación sobre la Discapacidad y la Rehabilitación
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
(National Institute on Disability and Rehabilitation Research, NIDRR),
perteneciente al Departamento de Educación de Estados Unidos, fundó el
Centro para el Diseño Universal en 1989, un centro nacional de investigación,
información y asistencia técnica que formaba parte del College of Design en la
Universidad Estatal de Carolina del Norte (NCSU). En la página web de dicha
institución, se recoge la denición que hizo Ron Mace de Universal Design:
[…] is the design of products and environments to be usable by all people, to the
greatest extent possible, without the need for adaptation or specialized design
[e Center for Universal Design, 2008].
Se observa que en esta primera aproximación al Design for All se hace hinca-
pié en la equidad del uso, evitando cualquier separación o estigmatización que
pueda derivarse de este. Así pues, Mace arma que el uso debe ser el mismo
para todos los usuarios, sin excepción.
La Fundación Diseño para Todos, con sede en Barcelona, es una organización
internacional sin ánimo de lucro fundada en 2001 que pretende, entre otros
aspectos, difundir “buenas prácticas” o desarrollar proyectos innovadores en
este campo. Dicha fundación precisa así el concepto de Design for All:
[…] es la intervención sobre entornos, productos y servicios con la nalidad
de que todas las personas, incluidas las generaciones futuras,
independientemente de la edad, el género, las capacidades o el bagaje
cultural, puedan disfrutar participando en la construcción de nuestra
sociedad en igualdad de condiciones.
Como los seres humanos somos diversos y todas las personas tenemos el
deseo, la necesidad y el derecho de ser independientes, de escoger nuestro
modo de vida y de vivirla sin que las barreras del entorno y sociales nos lo
impidan, es necesario poner en práctica el diseño para todos en todos los
ámbitos para conseguirlo [Design for All Foundation, 2019].
Es interesante poner de relieve que la Fundación Diseño para Todos presenta
una concepción del diseño que engloba diferentes campos o especialidades
(entorno, producto y servicio) y que se relaciona con una visión sostenible
de este, puesto que se preocupa por las consecuencias derivadas de su acción
(“incluidas las generaciones futuras”). No obstante, lo más destacado es su
enfoque holístico del usuario. El usuario es percibido como un conjunto que,
sin embargo, respeta la diversidad (independientemente de la edad, el géne-
ro, las capacidades o la cultura), huyendo así de la media o promedio, de un
usuario prácticamente irreal o, cuando menos, minoritario1. Por último, parece
adecuado mencionar que el Design for All explica la disciplina del diseño no
como un valor añadido, sino como una necesidad, como una manera de ase-
1 Para conocer algunas citas relacionadas con
este tema, léase el primer apartado (“Antes
de empezar. Algunos referentes”) del
capítulo siguiente:
Clavería, N., 2018. Cómo innovar conside-
rando a las personas. Experiencias pedagó-
gicas. En: A. Acitores, F. J. Garc ía-Ramos y
V. Meléndez, ed. 2018. Innovación docente
para futuros diseñadores. Nuevas estrategias
formativas. Madrid: ESNE Editorial. Pp.
102-110.
136 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
gurar la consecución de derechos fundamentales del ser humano (“el derecho
de ser independientes, de escoger nuestro modo de vida y de vivirla sin que las
barreras del entorno y sociales nos lo impidan”).
La última de las deniciones procede del Centro para la Excelencia en Diseño
Universal, que fue establecido en Dublín en 2007 por la Autoridad Nacional
de Discapacidad (National Disability Authority, NDA), en virtud de la ley
sobre discapacidad que había sido aprobada en 2005. Su denición dice así:
Universal Design is the design and composition of an environment so that it can
be accessed, understood and used to the greatest extent possible by all people
regardless of their age, size, ability or disability. An environment (or any building,
product, or service in that environment) should be designed to meet the needs
of all people who wish to use it. is is not a special requirement, for the benet
of only a minority of the population. It is a fundamental condition of good design.
If an environment is accessible, usable, convenient and a pleasure to use, everyone
benets. By considering the diverse needs and abilities of all throughout the design
process, universal design creates products, services and environments that meet
peoples’ needs. Simply put, universal design is good design
[e Centre for Excellence in Universal Design, 2014].
Se observa una gran semejanza con la denición anterior, y destaca la gran
pormenorización de sus descripciones: cuando habla de entorno, especica
tanto a qué se reere (edicio, producto o servicio) como las características
que debería tener (accesible, utilizable, conveniente y agradable en el uso).
Finalmente, es conveniente señalar que, entre las características de aquellas
personas a las que se desea incluir en el diseño, se introduce el tamaño.
En conclusión, el Design for All es una concepción del diseño amplia y trans-
versal cuyo objetivo último es la inclusión.
3. Necesidades específicas frente a Design for All
Es importante diferenciar entre el Design for All y aquel diseño que se ocupa
de resolver problemas concretos de determinados colectivos. En muchas
ocasiones, el Design for All es confundido con el diseño de necesidades espe-
cícas, sobre todo cuando se trata de dar solución a problemas de personas
con discapacidad. Sin embargo, como se ha visto, el Design for All pretende
abarcar el conjunto, intenta ampliar su campo de acción y no reducirlo a una
tipología concreta de usuario o centrarlo en ella.
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
A continuación, se repasan cinco categorías de necesidades especícas que, de
hecho, provienen de las deniciones de Design for All que se han analizado en
el apartado anterior: capacidades, edad, tamaño, género y diversidad cultural.
Todos estos aspectos procuran abarcarse en el Design for All, pero también
pueden ser tratados de manera especíca.
En algunos apartados se incluyen ejemplos de diseño con el n de facili-
tar la comprensión al mostrar aplicaciones concretas. Dichos ejemplos no
pretenden ofrecer un análisis sistemático, si bien es cierto que estos podrían
ser objeto de estudios posteriores, sirviendo para ampliar o adecuar algunos
contenidos de las chas propuestas en el apartado de Design for All.
3.1. Capacidades
Según la Real Academia Española (E), la “capacidad” se dene como la
cualidad de capaz’, adjetivo que, a su vez, consta de varias acepciones, entre las
que destacan:
3. adj. Apto, con talento o cualidades para algo.
4. adj. Que puede realizar la acción que se expresa.
5. adj. Dicho de una persona: Que se atreve a algo.
6. adj. Der. Apto para ejercer personalmente un derecho y el cumplimiento
de una obligación. [E, 2019.]
Vemos que “capaz” es un adjetivo que cuenta con un fuerte valor positivo
(“apto, con talento”) y que implica la inclusión, así como el logro o éxito de
algo. En contraposición, la discapacidad implicará valores negativos, derrotis-
tas y excluyentes (no apto).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
“Discapacidad” es un término genérico que incluye décits, limitaciones en
la actividad y restricciones en la participación. Indica los aspectos negativos
de la interacción entre un individuo (con una “condición de salud”) y sus
factores contextuales (factores ambientales y personales).
[OMS, 2001, p. 206.]
Así, la discapacidad se puede entender desde dos modelos conceptuales dife-
rentes: el médico y el social. En el modelo médico, la discapacidad se contem-
pla como un factor individual resultado de una ausencia de salud (enfermedad
o trauma). Por tanto, los esfuerzos de este modelo se centran en los cuidados
médicos para conseguir que la persona con discapacidad se cure o se adapte a
través de cambios en su conducta. Por el contrario, el modelo social concibe
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Artículo original
la discapacidad como un fenómeno basado en un conjunto de condiciones
contextuales. De este modo, los esfuerzos de este segundo modelo se funda-
mentan en la actuación y la responsabilidad colectiva en la realización de las
modicaciones ambientales necesarias para lograr la plena participación de
las personas con discapacidad. Por tanto, la discapacidad se convierte en un
aspecto político que obliga a introducir cambios sociales para asegurar el cum-
plimiento de derechos humanos como, por ejemplo, la participación activa en
la sociedad por parte de todos sus miembros. La Clasicación Internacional
del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) integra ambos
modelos con el n de partir de una visión más amplia que aborde la discapa-
cidad tanto desde el punto de vista biológico como del individual y el social.
(OMS, 2001, pp. 32-33.)
Campí pone de relieve que el cambio de modelo comenzó a mediados del
siglo XX: “Desde 1955 hasta 1970 el enfoque de las Naciones Unidas en rela-
ción a la discapacidad empezó a desplazarse de lo benéco a lo social” (Campí,
2011, p. 3). Sin embargo, no fue hasta la década de 1990 cuando se enfatizó la
importancia de la participación ciudadana y la conciencia de que la discapaci-
dad se produce tanto por el propio cuerpo como por el entorno.
Volviendo a la Organización Mundial de la Salud, esta clasica la discapacidad
según ocho funciones corporales y sus correspondientes estructuras, para
después hablar de “actividades y participación” y de “factores ambientales”. Las
ocho categorías de las funciones corporales son las siguientes:
• Mentales.
• Sensoriales y dolor.
• Voz y habla.
• Cardiovasculares, hematológico, inmunológico y respiratorio.
• Sistemas digestivo, metabólico y endocrino.
• Genitourinarias y reproductoras.
• Neuromusculoesqueléticas y relacionadas con el movimiento.
• De la piel y estructuras relacionadas.
De estas funciones se desprende que las discapacidades pueden catalogarse
como mentales, sensoriales, y del movimiento o motrices (Aragall, Bonet,
Espinosa y Bonmatí, 2013, pp. 31-34).
Las discapacidades mentales incluyen las intelectuales y las psíquicas. Las
intelectuales hacen referencia a las limitaciones para aprender y responder
en diferentes contextos. Así, entre otras funciones, estarían relacionadas con
la orientación, el desarrollo intelectual, la atención, la memoria, la cognición
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
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(toma de decisiones, pensamiento abstracto o planicación) y las funciones
mentales del lenguaje (descodicación, dislexia o afasia). Las discapacidades
psíquicas se vinculan con las psicosociales (habilidades interpersonales) y las
emocionales o de la personalidad (como los trastornos en el comportamiento
adaptativo).
Las discapacidades sensoriales son las que se derivan de una limitación en la
función de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto).
Las discapacidades motrices, por su parte, se deben a las insuciencias en las
funciones neuromusculoesqueléticas, que afectan no solo a la movilidad, sino
también a la prensión, al habla o a la gesticulación. En esta tipología se podrían
incluir, además, las discapacidades orgánicas, a saber, deciencias en los órga-
nos internos, como el cardiovascular, el respiratorio o el metabólico (diabetes),
que pueden generar fatiga y, en general, dicultar la movilidad.
En el diseño, las discapacidades mentales van adquiriendo notoriedad. Así
lo demuestra el proyecto con el que Sara López Ibáñez se graduó en Central
Saint Martins. López, tras experimentar una vivencia personal traumática, se
dio cuenta de que uno de los momentos más críticos para un paciente con
trastornos mentales es la comunicación inicial con el médico y la denición
de la terapia. Por ese motivo decidió diseñar Mindnosis, un kit de autoevalua-
ción para personas con trastornos mentales que permite determinar el tipo de
ayuda que necesitan y saber dónde pueden dirigirse para conseguirla. También
existe una especial atención hacia aquellas personas que tienen discapacidades
sensoriales. Un ejemplo de ello sería la inclusión del alfabeto braille en el pac-
kaging de medicamentos2. Finalmente, las discapacidades motrices se mitigan,
por ejemplo, con servicios como sillas de ruedas, disponibles en todos los
centros de salud y hospitales y que se proporcionan a aquellos pacientes que
las necesiten para moverse libremente por el edicio.
2 El artículo 68 del Real Decreto 1345/2007
establece la obligatoriedad de incluir braille
en los medicamentos:
“Como norma general, deberán incorporar
la información en Braille aquellos medi-
camentos a los que el paciente/usuario
pueda tener acceso directo mediante la
dispensación en Ocinas de farmacia o en
Servicios de Farmacia Hospitalaria (inde-
pendientemente de que el medicamento
haya sido designado como uso hospitalario,
diagnóstico hospitalario, etc.) a excepción
de aquellos medicamentos que requieran de
forma imprescindible la administración por
un profesional sanitario (vacunas inyectables
y otros medicamentos de administración
parenteral no autoinyectables).
Disponible en: <hps://www.aemps.gob.
es/va/legislacion/espana/medicamento-
sUsoHumano/FAQ-RD1345_2007.htm>
(consultado el 1 de septiembre de 2019).
Fig. 1. Mindnosis, de Sara López Ibáñez. Codescubrimiento y propuesta nal.
Imágenes disponibles en: <hps://www.saralopezib.com/emotional-distress-rst-action.html>.
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
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3.2. Edad
La edad es un aspecto que, ineludiblemente, se debe tener en cuenta a la hora
de diseñar el entorno que nos rodea. El ser humano experimenta cambios
tanto mentales como físicos desde su nacimiento hasta su muerte. Las etapas
más destacadas son: infancia, niñez, adolescencia, juventud, adultez, vejez,
senectud y longevidad (Flores, 2001, p. 67).
Cada vez más, se observan diseños en el campo de la medicina que intentan
cubrir las necesidades especícas de niños o ancianos, desmarcándose así de
un diseño generalista que no les tenía en consideración. Cuatro ejemplos des-
tinados a los niños son Medicinus, omy, KienScanner y Pal-joc.
Medicinus es un objeto diseñado por Rikke Lowenstein cuyo objetivo es
reducir la ansiedad y el malestar de los niños al medicarse, sin olvidarse de
la importancia de que estos tomen la dosis correcta de su jarabe. Se trata de
una carcasa zoomórca que sirve para esconder la jeringuilla con la dosis de
medicamento requerida. Sin duda, Medicinus hace más amable la ingestión de
líquidos para niños menores de cinco años. (Guayabero y Vélez, 2015, p. 43.)
Fig. 2. Medicinus, de Rikke Lowenstein.
Imagen disponible en: <hps://www.
ideaconnection.com/patents/15609-Devi-
ce-for-Giving-Liquid-Medicine-to-Children.
html>.
142 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
omy es un kit lúdico de insulina diseñado por Renata Souza Luque, destina-
do a niños a partir de cuatro años que sufren de diabetes tipo 1. Está pensado
para facilitar la administración de insulina a través de una jeringuilla con forma
de pistola de agua y tatuajes temporales que les recuerdan dónde se inyectaron
previamente la insulina. Los tatuajes se componen de divertidas imágenes (el
espacio exterior o escenas bajo el agua) que, a su vez, conforman un mapa de
puntos de inyección.
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
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KienScanner es una simulación de escáner a pequeña escala que la empresa
Philips propone a modo de juego para permitir a los niños familiarizarse y
entender el proceso de escaneo. El objetivo es reducir el miedo de los niños
frente a este procedimiento sanitario, e incluso evitar la necesidad de sedación.
Fig. 3. omy, de Renata Souza Luque.
Imágenes disponibles en: <hp://www.
renatasouzaluque.com/product-design#/
thomy/>.
Fig. 4. KienScanner, de Gina Reimann
para Philips. Fotografías de Philips Design,
disponibles en: <hp://www.ginareimann.
com/philips-kien-scanner>.
144 Inmaterial 08. Noemí Clavería
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Pal-joc es un portasuero creado a partir de la cola-
boración entre el Hospital Sant Joan de Déu, la Es-
cola d’Art i Superior de Disseny Llotja, la ocina de
ingeniería IDOM y la agencia española de seguri-
dad de juguetes (AIJU). Guillem Puche, enfermero
jefe del área de consultas externas del Hospital Sant
Joan de Déu, elaboró, a partir de su experiencia, un
informe enfocado a la creación de un portasuero
que fuese más allá de sus funciones estrictamente
médicas. Raquel Melero, alumna de Llotja, diseñó
Pal-joc, un portasuero que permite no solo que un
niño se mueva autónomamente, sino también que
lo haga de manera lúdica (a modo de patinete) y,
lo más importante, sin problemas de seguridad.
Además, Pal-joc es un personaje, un juguete y hasta
un amigo que acompaña al niño durante su estancia
en el hospital. (Guayabero y Vélez, 2015, p. 46.)
Estos son únicamente cuatro ejemplos que mues-
tran cómo el diseño sanitario intenta adaptarse a
las necesidades de los usuarios infantiles. Los dos
primeros, Medicinus y omy, se centran en el
momento de administrar medicación, mientras que
KienScanner trata de facilitar un procedimiento
diagnóstico y Pal-joc se focaliza en el ingreso hos-
pitalario. Aunque apuntan a diferentes momentos,
todos ellos tienen un objetivo común: incorporar
un componente lúdico a un proceso del ámbito sa-
nitario que suele ser arduo y hasta angustioso para
los niños, minimizando los efectos psicológicos
adversos que pueden derivarse de dicho proceso.
Fig. 5. Pal-joc, de Raquel Melero (diseñado-
ra) y Guillem Puche (enfermero e inventor).
Tres imágenes del diseño realizado por Ra-
quel Melero. Cortesía de la autora. Compa-
rativa entre un portasuero estándar y Pal-joc.
Imagen disponible en: <hps://www.fad.
cat/wip/xarxes/wp-content/disseny-i-trans-
formacio-social/es/detail02.html>.
145
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
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3.3. Tamaño
Muy vinculado a las necesidades especícas de la edad, encontramos aquel
diseño que pretende centrarse en el tamaño del usuario. Efectivamente, la edad
será un aspecto denitorio del tamaño, aunque otros muchos factores pueden
relacionarse con la variabilidad antropométrica del ser humano: el grupo racial
(inuido por la ubicación geográca y, en consecuencia, por la alimentación o
el estilo de vida, así como por el desarrollo físico y dimensional de las personas
que lo componen), el sexo, el factor genético, el grado de salud o la actividad
ocupacional (Flores, 2001, pp. 66-68).
Las tres estrategias principales para resolver la variabilidad dimensional en
el diseño son la regulación, la gama de productos y la personalización. Un
ejemplo de la primera estrategia en el campo médico sería una mesa de explo-
ración ginecológica que tuviese la posibilidad de ajustar su altura o cualquier
otra de sus medidas. Una muestra de la segunda estrategia podría observarse
en la posibilidad de escoger tallas diferentes en los uniformes profesionales
de doctores o enfermeros. Por último, la tercera estrategia se podría ilustrar
mediante una prótesis completamente personalizada en función de la persona
que la recibe.
Obviamente, la tercera estrategia es la más precisa o ajustada y la que, sin duda,
provocará una mayor satisfacción en el usuario. Como contrapartida, suele ser
también la más costosa, y por eso en muchas ocasiones no puede ser llevada a
cabo. No obstante, esta situación está cambiando gracias a las nuevas tecnologías.
Así lo demuestra e-NABLE, una prótesis 3D para niños creada por Jon Schull
y Skip Meetze, investigadores del Instituto de Tecnología de Rochester. Esta
iniciativa busca proporcionar prótesis a niños sin recursos mediante archivos de
código abierto, valiéndose de una comunidad de voluntarios que ya cuenta con
cientos de participantes repartidos por todo el mundo (e-NABLE, 2019).
Fig. 6. e-NABLE, proyecto de Jon Schull y Skip Meetze. Imágenes disponibles en: <hps://enablingthefuture.org/about/>.
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Otro ejemplo de personalización sería Tailored Bond, el proyecto con el que
Inés Sistiaga se graduó en la Academia de Diseño de Eindhoven. Se trata de
un sistema de dispositivos ortopédicos textiles hechos a medida a partir de la
resonancia magnética 3D de un paciente. Sistiaga desarrolló un soware capaz
de traducir los datos detallados de la resonancia en un código comprensible
para una máquina de tejer. El resultado es un soporte de punto personalizado
que contempla, entre otros parámetros, la rigidez, la compresión, la elastici-
dad, la calidez o la transpiración.
Fig. 7. Tailored Bond, de Inés Sistiaga. Imágenes disponibles en: <hps://inessistiaga.com/Tailored-Bond>.
148 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
3.4. Género
La Organización Mundial de la Salud dene el género como aquello referente
“a los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atri-
butos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres”
(OMS, 2019). No obstante, también puntualiza que, aunque el género esté
vinculado con las categorías del sexo biológico (hombre y mujer), no debe
corresponderse obligatoriamente con ellas. Por otra parte, hace referencia a los
roles de género como “construcciones sociales que conforman los comporta-
mientos, las actividades, las expectativas y las oportunidades que se consideran
apropiados en un determinado contexto sociocultural para todas las personas”
(OMS, 2018). Además, la OMS señala que el género puede crear inequidades
en cuestiones sanitarias y que, unido a otros factores, inuye en los riesgos y
las respuestas del sistema de salud. Por tanto, es posible armar que el género
es una construcción social y cultural que determina notablemente nuestras
vidas y, por consiguiente, también nuestra salud.
Así, en función del género puede producirse un aumento en la tasa de exposi-
ción y la vulnerabilidad frente a los riesgos para la salud. En la monografía Pers-
pectiva de género en medicina se comentan, entre otros casos, la posibilidad de
generar errores de diagnóstico en el análisis de los infartos en mujeres al usar
un patrón de síntomas masculino, o la escasez de diagnósticos de osteoporosis
en hombres por ser esta una enfermedad que se asocia fundamentalmente a las
mujeres, sobre todo en la etapa de menopausia (Ruiz, 2019).
El diseño puede contribuir a las necesidades de género aportando soluciones
que eviten inequidades, y puede hacerlo desde diferentes ámbitos de actua-
ción, entre los que se incluye el de la comunicación. Algunos ejemplos de ello
serían las campañas de información y prevención dirigidas a la ciudadanía, así
como la generación de protocolos para facilitar el trabajo de los profesionales
de la salud. En relación con los casos propuestos en el párrafo anterior, véase la
utilidad de informar sobre la osteoporosis masculina o de la generación de un
protocolo para analizar los infartos femeninos.
En cuanto a los espacios, Pelta hace notar que la planicación arquitectónica
ha sido realizada esencialmente por hombres, lo que ha generado o potencia-
do la distinción entre espacios productivos y los reproductivos. Igualmente,
destaca algunas propuestas feministas, como la colectivización de las tareas
domésticas o la combinación de diferentes actividades en un mismo espacio
para generar mayor libertad y exibilidad de actuación (Pelta, 2012). En el
ámbito médico u hospitalario es fundamental que arquitectas y diseñadoras
de interiores intervengan al proyectarlos. Así, tanto su visión como el de las
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
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usuarias llevará a contar con espacios que contemplen la conciliación entre di-
ferentes tareas, de manera que estos alberguen, por ejemplo, zonas dedicadas a
la lactancia o el cuidado de niños (las cuales, por otro lado, deberían ocuparse
con independencia de los roles de género impuestos socialmente).
Para nalizar, es imprescindible asegurarse de que el diseño del instrumental
médico se adapta perfectamente a cualquier profesional, más allá de su género.
Por tanto, es importante ajustar tanto el tamaño (anteriormente comentado)
como las posibilidades de uso en función de las capacidades del usuario (fuer-
za, destreza, etc.).
3.5. Diversidad cultural
Efectivamente, la diversidad cultural también puede generar necesidades
especícas. El doctor Martincano dene la competencia cultural como el
conjunto de habilidades académicas e interpersonales” que permiten “que
los individuos incrementen su comprensión y apreciación de las diferencias
y similitudes culturales de los grupos humanos” (Martincano, 2014, p. 115).
Para medir esta competencia existen instrumentos como el IAPCC-R (Inven-
tory for Assessing e Process of Cultural Competence Among Healthcare
Professionals-Revised) o el ASKED, un autoexamen informal. Así, Martin-
cano insiste en la exigencia de hacer una valoración cultural del paciente para
determinar sus necesidades y el modo de intervención práctica, sin olvidar su
contexto especíco. De este modo, se mejorará el fenómeno de transferencia
y contratransferencia existente en cualquier relación terapéutica, “términos
que denen la dirección de los sentimientos y actitud ante el binomio pacien-
te-médico” (Martincano, 2014, p. 98).
Quizá el aspecto más evidente en relación con la diversidad cultural es el
lenguaje; la comunicación no será efectiva si el código utilizado por el emi-
sor es incomprensible para el receptor. Los intérpretes pueden ser útiles en
determinados momentos, pero también pueden provocar distorsiones al no
reejar, entre otros detalles, las emociones del paciente. La base para generar
un buen diálogo entre el médico y el paciente es mantener empatía, calidez,
respeto y concreción al denir los objetivos. Sin embargo, existen multitud de
peculiaridades inuidas por la cultura. Las poblaciones asiáticas, por ejemplo,
valoran que se mantenga la formalidad, una actitud de distancia y un diálogo
moderado o parco. Por el contrario, las poblaciones latinas o mediterráneas
preeren la proximidad y una conversación personal previa. Hay que tener en
cuenta, además, la posibilidad de que algunas palabras no dispongan de una
correspondencia exacta en otro idioma. Así sucede con la palabra “autoestima”,
150 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
difícil de traducir en aquellas comunidades con una concepción del mundo
diferente; la palabra “yo”, raramente usada por un paciente africano o asiático,
o la palabra “depresión”, ausente en los idiomas de algunos indios americanos y
nativos de Alaska (Martincano, 2014, pp. 104-105).
El paralenguaje (el modo en que se emiten los mensajes) será otro aspecto
clave en la comunicación. Este abarca aspectos como el tono y la intensidad
de la voz, la uidez del lenguaje o, incluso, los silencios. Según cada cultura, la
interpretación de estos elementos variará de manera considerable. Para un ára-
be, un silencio puede ser una forma de privacidad, mientras que para los rusos,
los franceses o los españoles será una señal de acuerdo, y para los asiáticos, un
signo de respeto hacia los mayores o una indicación del deseo de continuar ha-
blando tras plantear un tema determinado (Martincano, 2014, pp. 105-106).
Es igualmente signicativo el hecho de conocer la comunicación no verbal
de la cultura con la que se desea interactuar. Entre otros rasgos, la comunica-
ción no verbal incluye gestos, posturas, expresiones faciales o contacto visual.
Algunos ejemplos de ella podrían ser la ausencia de la mirada directa de la
comunidad china hacia el médico (por cuestiones de respeto y no como un
síntoma de depresión o falta de sinceridad) o el uso de la sonrisa por parte de
los japoneses (para esconder turbación, falta de entendimiento o confusión).
Otros patrones gestuales referentes a ciertas comunidades musulmanas son
la inadecuación de pasar o recibir objetos con la mano izquierda, así como el
gran desprecio que supone enseñar la suela de los zapatos o las plantas de los
pies (Martincano, 2014, pp. 106-108).
La cultura también es relevante a la hora de aceptar o no la realización de
pruebas médicas o de seguir el tratamiento, pues estas decisiones pueden verse
condicionadas, entre otros factores, por creencias religiosas, la falta de con-
anza o la incapacidad de entender el proceso farmacológico. Respecto a las
pruebas médicas, hay comunidades de Oriente Medio y México que piensan
que los seres humanos tenemos una cantidad de sangre ja, lo que diculta el
consentimiento en extracciones sanguíneas. En cuanto al tratamiento farma-
cológico, un motivo de rechazo de una cápsula por la comunidad musulmana,
judía o hindú puede ser su composición, ya que muchas de ellas están hechas
con gelatina procedente de los huesos y la piel de animales como el cerdo o la
vaca (Martincano, 2014, pp. 112-113).
Un ejemplo real de que la diversidad cultural se tiene en cuenta en el ámbito
sanitario es el Servicio de Mediación Intercultural del Hospital Sant Joan de
Déu, dirigido a aquellas personas que tengan dicultades con el idioma o con
aspectos culturales que no comprendan. Khadija Abdelhadi, una mediadora
151
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
intercultural en este centro, se dedica a facilitar la aproximación entre el per-
sonal clínico o administrativo del hospital y las familias procedentes de otras
culturas3.
En conclusión, es imprescindible conocer cómo expresa cada cultura las
emociones, así como los síntomas frente a la enfermedad y las maneras de
entenderla, en función de sus costumbres, tradiciones, vivencias, etc. Así, las
particularidades de cada cultura implicarán requerimientos especícos que
deberían tomarse en consideración.
4. El Design for All en espacios del ámbito sanitario
El interés de este apartado radica en ver qué cambios se han realizado, o bien
pueden llevarse a cabo, para conseguir espacios sanitarios más inclusivos en los
que prime el Design for All.
Siguiendo a Brusilovsky, al diseñar espacios se debe tener en cuenta tanto el
código técnico de edicación como los requisitos DALCO, sigla que hace re-
ferencia a cuatro grandes grupos de actividades (deambulación, aprehensión,
localización y comunicación) y que, de alguna manera, engloba las actividades
principales que pueden desarrollarse en un entorno especíco. En primer
lugar, la deambulación trata de la movilidad, tanto horizontal como vertical,
siendo especialmente relevante la accesibilidad. En segundo lugar, la aprehen-
sión hace referencia a la capacidad de alcanzar, tanto manual como auditiva
o visualmente. En tercer lugar, la localización sirve para que el usuario sepa
dónde se encuentra y dónde puede obtener información. En cuarto y último
lugar, está la comunicación, es decir, los procesos de emitir, recibir e intercam-
biar información. (Brusilovsky, 2015, pp. 47-49.)
El objetivo del diseñador es conseguir que el usuario realice todas las activi-
dades de manera sencilla y ecaz, evitando el efecto laberinto, a saber, una
experiencia espacial cuya complejidad es innecesaria (Brusilovsky, 2015, p.
104). Por otro lado, entre los objetivos del Design for All gura el uso iguali-
tario de los espacios por parte de todos los usuarios, independientemente de
sus características o capacidades. Para garantizar dicho objetivo se apela a los
derechos humanos y se siguen regulaciones que han sido implementadas a lo
largo de las últimas décadas4.
Así, el diseñador debe prestar atención a algunas condiciones si quiere lograr
espacios inclusivos. A continuación, se resumen los aspectos más relevantes
a modo de cha. Cada una de ellas hace referencia a las actividades básicas
3 Para conocer el servicio de mediación,
consúltese:
Sant Joan de Déu, 2019. Mediación
Intercultural. [En línea] Disponible en:
<hps://www.sjdhospitalbarcelona.org/es/
mediacion-intercultural> [Consultado el 1
de septiembre de 2019].
4 Un documento básico para establecer
reglas y procedimientos sobre seguridad de
utilización y accesibilidad en un edicio es
el siguiente:
Ministerio de fomento, 2014. Documento
Básico SUA. Seguridad de utilización y
accesibilidad. [En línea] Disponible en:
<hp://www.arquitectura-tecnica.com/hit/
Hit2015-1/DccDBSUA.pdf> [Consultado
el 3 de noviembre de 2019].
152 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
descritas anteriormente: deambulación, aprehensión, localización y comuni-
cación. Además, las diferentes las describen la diversidad de usuario que se
viene trabajando en el texto a partir de la denición de Design for All: capaci-
dad, edad, tamaño, género y diversidad cultural.
5 Para ampliar los conocimientos, véase el
capítulo “Museología inclusiva para las per-
sonas con limitaciones funcionales orgánicas
y en la movilidad” (Rovira-Beleta, Espinosa
y Bonmatí, 2013, pp. 59-88).
Capacidad
DEAMBULACIÓN
Diversidad funcional5
Evitar cualquier barrera vertical. Algunas medidas que se podrían
tomar al respecto:
— Potenciar las rampas, siempre teniendo una pendiente adecuada
en función de su longitud. En general, se considera que una rampa es
accesible cuando esta cuenta con una pendiente máxima longitudinal
del 8 % y transversal del 2 %6. Además, las rampas deben ser rectas o
ligeramente curvas.
— Disponer de ascensores para acceder a pisos diferentes. Las sillas
salvaescaleras o las plataformas elevadoras son otras alternativas, pero
en ningún caso las preferentes, puesto que su uso no es equitativo y
provoca una cierta estigmatización.
Evitar cualquier barrera horizontal. Algunas medidas que se podrían
tomar al respecto:
— Evitar obstáculos en las zonas de paso.
— Automatizar puertas siempre que sea posible para favorecer el paso
de un espacio a otro. Si no es posible automatizarlas, evitar las puertas
giratorias o aquellas cuya manipulación suponga esfuerzo. Las puertas
abatibles deben tener un ángulo de apertura mínimo de 90°.
— Contar con un espacio mínimo de 80 cm en puertas y accesos.
Tener espacio suciente para que puedan circular dos personas con
sillas de ruedas (con posibilidad de compartir el trayecto o de cruzarse
en direcciones opuestas). Por tanto, la anchura recomendable es de al
menos 200 cm.
Escoger pavimentos antideslizantes, tanto en seco como en mojado.
Escoger pavimentos sin relieve.
Utilizar picaportes que no requieran una sujeción compleja ni giro de
muñeca, evitando, por ejemplo, los pomos.
Utilizar botones e interruptores de presión, no de tipo giratorio.
Además, la presión requerida al pulsarlos no debe ser excesiva.
6 Para mayor información sobre el tema, se
puede revisar la página web de la Federación
Nacional ASPAYM (A sociación de personas
con lesión medular y otras discapacidades
físicas):
ASPAYM, 2019. ¿Cómo debe ser una
rampa accesible? ¿Cómo calcular la longitud
y pendiente de una rampa? [En línea]
Disponible en: <hp://accesibilidad.
aspaym.org/como-debe-ser-una-rampa-ac-
cesible-como-calcular-la-longitud-y-pen-
diente-de-una-rampa/> [Consultado el 5 de
septiembre de 2019].
153
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
Capacidad
DEAMBULACIÓN
Evitar sistemas de encendido y apagado de la iluminación mediante
un sensor de presencia.
Disponer de zonas de descanso, preferiblemente cada 50 m o, como
mínimo, cada 100 m. Estas deben contar con sillas o apoyos isquiáticos
para personas con dicultades motrices (personas con muletas, etc.) o
tendencia a la fatiga (embarazadas, personas mayores, etc.). También
deben contar con espacio suciente para que las personas en sillas de
ruedas se sitúen al frente o al lado de otras personas.
Disponer de ayudas técnicas, como sillas de ruedas, andadores o
vehículos motorizados.
Diversidad sensorial
Para las personas con diversidad visual, es importante:
— Utilizar suelos podotáctiles para guiar o advertir de un posible
peligro, tanto a través de su textura como del sonido que provocan
cuando entran en contacto con el bastón. Las señales para guiar,
también conocidas como GO, suelen tener unas líneas para facilitar
que las personas invidentes con bastón sigan el camino adecuado.
En contraposición, las señales de advertencia, también llamadas
STOP, tienen una supercie de botones o domos que resulta
incómoda al detenerse sobre ella.
— Marcar cualquier supercie transparente (como, por ejemplo, las
puertas de vidrio) con algún tipo de señal que evite el choque
involuntario. La señal debe estar a la altura media de visión del usuario.
Diversidad mental
Introducir elementos de refuerzo (señalización, información, etc.)
para facilitar la movilidad, evitando el colapso de la persona.
Evitar zonas complejas (encrucijadas) en la medida de lo posible.
Si no es posible evitarlas, deben crearse llamadas de atención para
direccionar de manera efectiva y clara.
La deambulación de los niños pequeños deberá ser en compañía de un
adulto. Se pueden potenciar aspectos lúdicos durante la deambulación
para favorecer la uidez de la movilidad.
La deambulación de los ancianos puede estar inuida por problemas
de movilidad y de cognición (dicultad para memorizar un espacio,
etc.). Así, se deberán contemplar los consejos recogidos en diversidad
funcional y diversidad mental.
Edad
154 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
Tamaño
DEAMBULACIÓN
Tener en cuenta el principio de diseño para extremos siempre que sea
posible y no provoque incomodidades en el resto de usuarios. El
principio de diseño para extremos propone que, para medidas de
holgura, se tomen como referencia las medidas máximas (percentil 95).
Evitar pavimentos transparentes o reejantes que puedan generar
conictos de intimidad en las personas que visten faldas, batas
hospitalarias o cualquier otra vestimenta que deje al descubierto la ropa
interior.
Evitar pavimentos con oricios pequeños (como, por ejemplo, rejillas)
que provoquen entorpecimientos al caminar con zapatos de tacón.
Asegurar la sensación de seguridad e integridad personal al transitar
por cualquier zona. Aunque esta premisa es general, válida para
cualquier usuario, es especialmente relevante en el sector femenino.
Para reforzar la seguridad, es importante establecer unos niveles de
iluminación adecuados.
A nivel antropométrico, tomar en consideración las medidas tanto
masculinas como femeninas (estas últimas, en ocasiones olvidadas o
sacricadas frente a las masculinas).
Tener en cuenta las variantes culturales referentes a la proxémica, a
saber, el espacio o distancia necesario entre dos personas que
interactúan. Edward T. Hall fue quien acuñó el término, que clasicó
en cuatro zonas distintas: la íntima o corporal (únicamente accesible
para personas muy familiares: la media se establece en 15-45 cm), la
personal o causal (accesible para personas cercanas como amigos o
compañeros de trabajo o estudio: 46-120 cm), la social (accesible para
personas poco conocidas, es la distancia que se establece, por ejemplo,
durante las interacciones laborales: 120-360 cm) y la pública (idónea
para dirigirse a un grupo de personas: a partir de 360 cm).
Género
Cultura
155
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
Capacidad
APREHENSIÓN
Diversidad funcional
En el alcance manual inuirán fundamentalmente las medidas de
colocación de los elementos. Así, hay que contemplar tanto las alturas
como las profundidades de todos los elementos en relación con las
personas que utilizan sillas de ruedas7. En general, se puede establecer
que las medidas recomendadas son las siguientes:
— Altura frontal y lateral: de 90 a 140 cm.
— Profundidad frontal: de 60 a 80 cm.
— Profundidad lateral: de 40 a 80 cm.
A nivel visual, hay que tener en cuenta que la altura media de la visión
de una persona con silla de ruedas se sitúa entre los 1,20 y los 1,40 m.
Desde este punto, se puede incluir un ángulo de 27° si se considera la
inclinación de la cabeza hacia abajo, y un ángulo de 30° si se considera
la inclinación de la cabeza hacia arriba.
Diversidad sensorial
En el alcance visual, conviene tener en cuenta las medidas necesarias
para visualizar correctamente cualquier elemento. La distancia máxima
recomendada es de 180 cm.
Además, en el alcance visual también inuyen otros aspectos, como la
elección de colores o tamaños de texto:
— Utilizar contrastes de colores sucientes.
— Utilizar cuerpos de letra de 16 puntos o más.
(Véase el apartado de comunicación.)
En el alcance auditivo, es importante estudiar los avisos por megafonía
o las señales de alarma, entre otros.
— Tener en cuenta la intensidad del sonido: la OMS recomienda no
superar los 55 dB durante el día.
— Utilizar un bucle magnético o de inducción. Este sistema
transforma la señal auditiva en un campo magnético que es captado por
los audífonos y transformado nuevamente en sonido dentro del órgano
auditivo del usuario, esta vez aislado de reverberaciones y ruido
ambiente. De este modo, el usuario obtiene un sonido nítido,
perfectamente inteligible y con un volumen adecuado.
Diversidad mental
No parece existir ningún aspecto relevante en relación con la
aprehensión. No obstante, se recomienda ver el apartado de diversidad
mental recogido en la cha de comunicación.
7 Para más información sobre medidas, se
pueden consultar:
Goldsmith, S., 2000. Universal Design. A
Manual of Practical Guidance for Architects.
Oxford: Architectural Press.
Verswyvel, S., 2019. Manual con las medidas
básicas para la construcción accesible. [En
línea] Disponible en: <hp://www.unaciu-
dadparatodos.com/sccs/manual.php?id=2>
[Consultado el 7 de septiembre de 2019].
156 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
Edad
APREHENSIÓN
Tomar en consideración los percentiles de grupos poblacionales
de diferentes edades (infantiles, longevos, etc.), dentro de las
posibilidades de cada proyecto.
Tener en cuenta el principio de diseño para extremos siempre
que sea posible y no provoque incomodidades en el resto de
usuarios. El principio de diseño para extremos propone que,
para medidas de alcance, se tomen como referencia las medidas
mínimas (percentil 5).
Contemplar las medidas tanto masculinas como femeninas
(estas últimas, en ocasiones olvidadas o sacricadas frente a las
masculinas).
Tener en cuenta los percentiles de grupos poblacionales de
diferentes países, dentro de las necesidades y posibilidades de
cada proyecto.
Respetar la disparidad de intensidad sonora desarrollada por las
diferentes culturas, en la medida de lo posible.
Tamaño
Género
Cultura
157
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
Capacidad
LOCALIZACIÓN
Diversidad funcional
Utilizar el Símbolo Internacional de Accesibilidad (SIA) de la Comisión
Internacional sobre Tecnología y Accesibilidad (ICTA). El símbolo
está destinado a identicar zonas adaptadas a personas con diversidad
funcional.
Diversidad sensorial
En relación con las personas con diversidad visual, utilizar símbolos para
identicar zonas adaptadas:
— Símbolo normalizado de personas con limitación visual.
— Símbolo de la persona con ceguera usuaria de bastón.
— Símbolo de la persona con ceguera acompañada de perro guía.
Proporcionar mapas táctiles con elementos en relieve para ofrecer
variables hápticas (texturas, formas, densidad de punteado, etc.) que
permitan ubicarse en el espacio.
En cuanto a las personas con diversidad auditiva, usar símbolos para
identicar zonas adaptadas:
— Símbolo internacional de la sordera, normalmente acompañado de
una descripción de los recursos disponibles.
— Símbolo de bucle magnético para identicar los espacios que dispo-
nen de este recurso.
— Otros símbolos, como el de lengua de signos, el subtitulado, el teléfo-
no con amplicador o el teléfono para personas con sordera.
Diversidad mental
Utilizar recursos cromáticos para reforzar la orientación espacial y
facilitar su comprensión. Por ejemplo: pintar las puertas de un edicio
de colores diferentes en función del piso al que pertenecen, contar con
señalización con fondos de distintos colores para diferenciar las especia-
lidades de un hospital, etc.
Emplear recursos cromáticos para reforzar la orientación espacial y faci-
litar su comprensión. En este caso se potenciarán los colores saturados,
fácilmente reconocibles por el sector infantil.
No parece existir ningún aspecto relevante en relación con la localización.
Diferenciar claramente las zonas femeninas de las masculinas. Si algunas
zonas, como servicios o vestuarios, son diferentes según el género, es
necesario distinguirlas y localizarlas con facilidad.
Tomar en consideración las representaciones espaciales propias de cada
cultura para realizar una señalización adecuada.
Edad
Tamaño
Género
Cultura
158 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
Capacidad
COMUNICACIÓN
En este apartado se engloban elementos como la señalética,
los carteles, los folletos, los planos o las interfaces.
Diversidad funcional
No parece existir ningún aspecto relevante en relación con
la comunicación.
Diversidad sensorial
Para las personas con diversidad visual, es conveniente8:
— Introducir braille en los mensajes comunicativos impresos.
Es importante reducir la longitud de los textos en braille, puesto que
este ocupa tres veces más que una tipografía estándar (una página
DIN-A4 suele contener de 25 a 28 líneas y de 34 a 37 celdas por línea).
— Introducir información sonora (audiodescripciones, información
oral, etc.)
— Usar, preferiblemente, tipografías de palo seco.
— Usar, preferiblemente, las familias tipográcas redonda y seminegra,
y evitar las nas, negritas, condensadas, expandidas, cursivas y
mayúsculas.
— Utilizar macrotipos o cuerpos grandes. En información impresa,
se recomienda un cuerpo mínimo de 16 puntos y un interlineado de,
al menos, 4 puntos más (por ejemplo, si el cuerpo es de 16 puntos, el
interlineado será de 20).
— Asegurar un buen contraste entre el texto y el fondo, evitando
imágenes o estampados de fondo.
— Evitar proyectar sombras sobre el texto mediante una iluminación
adecuada. Las personas con resto visual (aquellas que conservan un
grado de visión bajo) deberían poder acercar los ojos a pocos
centímetros de la información, normalmente entre 5 y 25 cm, sin que
ello generara ninguna sombra.
— Utilizar elementos en relieve (muy útil, por ejemplo, en señalética
o planos).
Para las personas con diversidad auditiva, es necesario reforzar
cualquier mensaje sonoro (alarmas, avisos de cambio de consulta, etc.)
con información visual o luminosa.
Diversidad mental
Generar mensajes a partir de pictogramas o textos de lectura fácil,
evitando estructuras gramaticales y vocabulario complejo. A nivel de
diseño, para conseguir un mensaje de lectura fácil se recomienda, entre
otras cosas, emplear imágenes sencillas de apoyo al texto, usar dos tipos
de letra como máximo (preferiblemente, de palo seco), escribir una sola
oración en cada línea o crear una distribución ordenada del mensaje9.
8 Para más información sobre comunicación,
véase el capítulo “Comunicación, señalética,
diseño gráco e industrial y TIC inclusivos
para museos, exposiciones y lugares del
patrimonio cultural y natural” (Dobaño,
Puyuelo, Consuegra, Gil, Lluch, Espinosa,
Bonmatí y Lavado, 2013, pp. 183-234).
9 Para un mayor conocimiento sobre lectura
fácil, revísese:
Real Patronato sobre Discapacidad y
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, eds., 2012. Lectura fácil: Métodos
de redacción y evaluación. [En línea] Dispo-
nible en: <hp://www.plenainclusion.org/
sites/default/les/lectura-facil-metodos.
pdf> [Consultado el 8 de septiembre de
2019].
159
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
COMUNICACIÓN
Generar mensajes a partir de pictogramas o textos de lectura fácil, de
igual modo que en el apartado anterior.
No parece existir ningún aspecto relevante en relación con
la comunicación.
Utilizar vocabulario inclusivo:
— Evitar los estereotipos en el género gramatical (por ejemplo,
al hablar de “los médicos”, en masculino, y de “las enfermeras”,
en femenino).
— Usar recursos como el empleo de nombres colectivos (como
“profesionales de la salud”), las perífrasis (“las personas afectadas
por la enfermedad”), las construcciones metonímicas (“la
juventud”) o los desdoblamientos (“señores y señoras”).
Utilizar símbolos en la medida de lo posible, preferiblemente
aceptados de manera universal.
Redactar textos multilingües, también en la medida de lo posible.
Respetar el simbolismo cultural (formal, cromático, etc.),
evitando mensajes confusos u ofensivos.
Tener en cuenta la dirección de lectura de diferentes culturas al
generar composiciones o mensajes comunicativos.
Edad
Tamaño
Género
Cultura
5. Acabando con un inicio
Las chas del apartado anterior son pautas básicas para conseguir interiores
en los que predomine el Design for All. No obstante, muchos otros recursos
pueden ser utilizados, como servicios adicionales o elementos de refuerzo
especícos.
En este sentido, el Hospital Sant Joan de Déu, ya referenciado en algún punto
anterior, dispone de una gran cantidad de recursos. Este hospital, especializa-
do en la salud del niño y la embarazada, cuenta con servicios de apoyo social y
familiar. Igualmente, ofrece un acompañamiento emocional compuesto por su
servicio Child Life, terapias asistidas con animales, payasos como Pallapupas,
musicoterapia y arteterapia. Especialmente interesante resulta Child Life, que
160 Inmaterial 08. Noemí Clavería
Artículo original
brinda una preparación psicológica y apoyo emocional tanto antes como des-
pués de una intervención quirúrgica, explicando el procedimiento de manera
individualizada, adaptada a las condiciones y edad de cada niño.
En denitiva, el diseñador tiene numerosos elementos disponibles para
fomentar la inclusión en los espacios sanitarios. Sin embargo, su misión no es
aplicar pautas de manera automática, sino conocer las necesidades reales de
cada usuario. Para lograrlo, es necesario entrar en contacto con los pacientes,
con los familiares y cuidadores, con el personal médico y administrativo, etc.
Únicamente así el diseñador podrá determinar qué estrategias y recursos son
más adecuados en cada caso; únicamente así podrá diseñar un espacio en el
que se tenga en cuenta la gran diversidad de usuarios.
Las chas elaboradas se enmarcan dentro de la metodología propia del diseño
centrado en el usuario (UCD, por sus siglas en inglés), propuesta por Donald
Norman10 y en la que se enfatiza la importancia de conocer las necesidades
e intereses de los usuarios. Así, estas chas constituyen un punto de partida
que debería ser contrastado y ampliado en colaboración con el usuario. El
diseñador conocerá los requisitos mínimos que deben cumplirse en un espacio
sanitario para que su trabajo sea considerado Design for All, las condiciones
básicas que, en algunos casos, incluso están limitadas a nivel normativo. De
todas maneras, las chas deberán ser adaptadas a cada proyecto de diseño con
base en la participación del usuario.
Dicha participación se podría llevar a cabo a partir de métodos de investiga-
ción cualitativa propios de la etnografía11 como, por ejemplo, la observación,
la entrevista o el cuestionario12. De este modo, la perspectiva etic (el punto de
vista que se tiene desde fuera, es decir, el del investigador o diseñador) se verá
enriquecida por la perspectiva emic (el punto de vista que se tiene desde den-
tro, es decir, el del usuario)13. Así, tal como se apuntaba en el párrafo anterior,
la observación activa y la formulación de preguntas adecuadas conllevarán la
adaptación de la cha a las características especícas de cada espacio sanitario
concreto.
Por tanto, se podría decir que este estudio sigue una metodología de investiga-
ción-acción que actualmente se encuentra en un primer estadio de propuesta
teórica.
10 Véase:
Norman, D. A. y Draper, S. W., 1986. User
Centered System Design. New Perspectives
on Human-Computer Interaction. Hillsdale:
Erlbaum Associates.
11 Para conocer las características propias
de la etnografía de las ciencias de la salud,
véase:
Muecke, M. A., 2003. Sobre la evaluación de
las etnografías. En: Morse, J. M., ed. 2003.
Asuntos críticos en los métodos de investigación
cualitativa. Medellín: Editorial Universidad
de Antioquia, p. 234.
12 Para elaborar cuestionarios y validarlos
correctamente, revísese:
Argimon, J. M. y Jiménez, J., 2013. Métodos
de investigación clínica y epidemiológica.
Barcelona: Elsevier, pp. 188-210.
13 Para saber más sobre lo emic y lo etic,
véase:
Boyle, J. S., 2003. Estilos de etnografía. En:
Morse, J. M., ed. 2003. Asuntos críticos en los
métodos de investigación cualitativa. Medellín:
Editorial Universidad de Antioquia, pp.
193-195
161
Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
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Inmaterial 08. Design for All versus necesidades específicas.
La sanidad entendida desde el usuario
Artículo original
Noemí Clavería es licenciada en Bellas Artes (espe-
cialidades de Diseño y Dibujo) por la Universidad de
Barcelona (UB) y diplomada en estudios avanzados
(DEA) en el programa “Revoluciones Tipográcas” por
la misma facultad.
Coautora (junto con Anna Calvera) del libro Antoni
Morillas. De grasta a diseñador gráco. También se
ocupó tanto de documentar como de catalogar los pro-
yectos grácos y artísticos de Antoni Morillas. Igualmen-
te, creó el archivo documental de Henkel Ibérica y fue
redactora de Guia Creativity.
Actualmente colabora con revistas como DXI. Es profe-
sora de estudios superiores en ESDAP Cataluña (Escola
Superior de Disseny i d’Arts Plàstiques de Catalunya),
campus Llotja, donde se centra fundamentalmente
en los aspectos ergonómicos y sostenibles del diseño.
Además, desarrolla su tesis en la UB, sobre la diversidad
cultural en el Design for All.
www.researchgate.net/prole/Noemi_Claveria
nclaveri@xtec.cat
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Article
Traducción de: Making Sense of Qualitative Data: Complementary Research Strategies Conjunto de recomendaciones sobre cómo analizar los datos obtenidos en la investigación cualitativa. Contiene: 1. Variedades de datos y variedades de análisis; 2. Los conceptos y la codificación; 3. Narrativas y relatos; 4. Significados y metáforas; 5. Escribir y representar; 6. Más allá de los datos; 7. Estrategias complementarias de análisis mediante computador; 8. Coda.
Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa
  • Para
  • Lo
  • J S Boyle
Para saber más sobre lo emic y lo etic, véase: Boyle, J. S., 2003. Estilos de etnografía. En: Morse, J. M., ed. 2003. Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, pp. 193-195
Conceptos básicos sobre discapacidad, diversidad humana y diseño para todos aplicados a la museología
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  • I Bonet
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  • C Bonmatí
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Accesibilidad cognitiva. Modelo para diseñar espacios accesibles
  • B Brusilovsky
Brusilovsky, B., 2015. Accesibilidad cognitiva. Modelo para diseñar espacios accesibles.
Design Research Methods. 150 ways to inform design. Topanga: Design Community College Inc. Design for All Foundation, 2019. ¿Qué es el Diseño para Todos?
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Curedale, R., 2013. Design Research Methods. 150 ways to inform design. Topanga: Design Community College Inc. Design for All Foundation, 2019. ¿Qué es el Diseño para Todos? [En línea] Disponible en: <http://designforall.org/design.php> [Consultado el 8 de agosto de 2019].
Comunicación, señalética, diseño gráfico e industrial y TIC inclusivos para museos, exposiciones y lugares del patrimonio cultural y natural
  • A Dobaño
  • M Puyuelo
  • B Consuegra
  • J M Gil
  • F Lluch
  • A Espinosa
  • C Bonmatí
  • P Lavado
Dobaño, A., Puyuelo, M., Consuegra, B., Gil, J. M., Lluch, F., Espinosa, A., Bonmatí, C. y Lavado, P., 2013. Comunicación, señalética, diseño gráfico e industrial y TIC inclusivos para museos, exposiciones y lugares del patrimonio cultural y natural. En: A. Espinosa y C. Bonmatí (eds. científicos), 2013. Manual de accesibilidad e inclusión en museos y lugares del patrimonio cultural y natural. Gijón: Trea. Pp. 183-234.