Content uploaded by Ana Jacqueline Urrego
Author content
All content in this area was uploaded by Ana Jacqueline Urrego on Feb 27, 2020
Content may be subject to copyright.
51
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
LA ARGUMENTACIÓN COMO HABILIDAD
FUNDAMENTAL EN EL PROCESO DE REDACCIÓN
ACADÉMICA
Araque Escalona, Juan Carlos*
Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo **
Corrales, Nelson***
Universidad Técnica de Cotopaxi
Urrego, Ana Jacqueline****
Universidad Iberoamericana del Ecuador
Ecuador
*Profesor en Lengua y Literatura de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. MSc. en Literatura
Latinoamericana. Universidad de Los Andes. Doctor en Cultura Latinoamericana y Caribeña. Universidad
Pedagógica Experimental Libertador. E-mail: juan.araque9454@utc.edu.ec
**Licenciado en Ciencias de la Educación Mención Administración y Supervisión Educativa. Universidad de
Guayaquil. Mgs: Planeamiento y Administración Educativa. Universidad Técnica de Cotopaxi. E-mail:angel.
viera@utc.edu.ec
*** Licenciado en Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Ámbato. MSc. en Ciencias de la Educa-
ción. Universidad Técnica de Cotopaxi. Phd. en Ciencias Pedagógicas. Universidad de Oriente. Santiago de
Cuba. E-mail: nelson.corrales@ utc.edu.ec
****Profesora En Educación Integral. Mgtr. en Educación Superior de la Universidad Pedagógica Experimen-
tal Libertador. Doctora en Ciencias de la Educación. Universidad Fermín Toro. E-mail: anaurrego70@gmail.
com
Finalizado: Ecuador, Septiembre-2018 / Revisado: Noviembre-2018 / Aceptado: Noviembre-2018
Resumen
El presente trabajo tuvo como propósito fundamental
solventar problemas evidentes de argumentación
avanzada en el tercer y cuarto nivel de formación
académica, el mismo se ha apoyado en la retórica
clásica y la lógica formal. Para ello fue necesario poner
en práctica habilidades del pensamiento lingüístico
haciendo énfasis en la capacidad de persuasión por
parte de quien pretende escribir de manera académica
y científi ca. Siendo así, la presente propuesta tuvo como
fi n último brindar herramientas argumentativas para que
el estudiante aprenda a utilizar las distintas tipologías
de argumentos, todos ellos necesarios e imprescindibles
a la hora de elaborar un trabajo de grado o una tesis
doctoral. La metodología utilizada para este caso fue la
investigación documental, por medio de ella fue posible
revisar autores más representantes de la argumentación
y la retórica clásica, gracias a ello es posible rescatar
principios de redacción y argumentación que hoy día
son obviados en su mayoría por parte de tesistas y
ensayistas. Autores como Chaïm Perelman (1997),
Christian Plantin (1998) y Anthony Weston (2005)
proporcionaron las teorías fundamentales para hacer
esta propuesta cuyo norte fue alcanzar un buen nivel
de escritura argumentativa y por ende persuasiva en los
niveles de educación superior de postgrado y doctorado.
Palabras clave: Argumentación, persuasión, lógica,
retórica y escritura académica.
Abstract
The present work had as its fundamental purpose to
solve evident problems of argumentation at a general
level, especially thinking about the academic formation
of the fi rst levels of education, it has been supported by
classical rhetoric and formal logic, for this it should be
put in practice linguistic thinking skills, emphasizing the
ability of persuasion on the part of those who intend to
write academically. Thus, the purpose of this proposal
was ultimately to provide argumentative tools for the
student to learn to use the most appropriate way to write
and argue, all necessary and essential at the time of
writing an academic paper. The methodology used for
this case was documentary research, through which it
was possible to review the authors more representatives
of the argumentation and classical rhetoric, thanks to
this it is possible to rescue principles of writing and
argumentation that today are mostly ignored by part of
essayists and essayists. Authors such as Chaïm Perelman
(1997), Christian Plantin (1998) and Anthony Weston
(2005) provided the fundamental theories to make this
pedagogical proposal.
Keywords: Argumentation, persuasion, logic, rhetoric
and academic writing.
52
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Introducción
El lenguaje en el ser humano es un
elemento de primera necesidad, su uso
cotidiano determina cada actividad que hace
en función de sus responsabilidades, para
eso es necesario esgrimir razones válidas que
posibiliten cada acción a realizar, claro está,
desde las distintas formas comunicativas.
Si bien es cierto, acerca de la comunicación
como proceso, se hace mayor énfasis en la
educación que en otros ámbitos ya que la labor
del docente es de permanente interacción con
el entorno educativo. Por ello, el docente debe
valerse de la argumentación y la retórica,
elementos estos muy importantes dentro de
la historia de la humanidad y sobre todo en
la cognición; la cual permite pensar y actuar
de manera acorde, prudente y razonada. En
consecuencia, tanto la argumentación como
la retórica deben ser temáticas fundamentales
en las aulas de clases a los fi nes de asimilar
técnicas y destrezas persuasivas a través del
pensamiento y el lenguaje.
La argumentación como arte y ciencia
está indisolublemente unida a la retórica,
de allí que no se le pueda tratar a una sin
mencionar a la otra, su evolución histórica
está imbricada a grandes autores que al
margen de la fi losofía se han hecho eco de
ella. Hoy día se le trata desde la lingüística,
sin embargo, su origen se remonta a tiempos
antiguos en los que aún no se hablaba
bajo esta terminología, en lo sucesivo será
necesario hacer una síntesis antes de abordar
dicho tema bajo las perspectivas escolares
y académicas. Siendo así, el presente texto
tiene como finalidad brindar una ayuda
significativa a las personas –sean éstos
estudiantes o no– a la hora de escribir textos
argumentativos, diferenciando y aplicando las
distintas tipologías de argumentos fi losófi cos
y retóricos.
El docente y el proceso de argumentación
En cualquier parte que se hable o se
escriba estará presenta la argumentación
como técnica persuasiva, la escuela no escapa
de esto puesto que es allí donde maestros
y aprendices viven la magia del desarrollo
lingüístico y comunicativo. En este sentido,
y a partir de las nociones de aprendizaje
colaborativo, podrá decirse que los docentes
aprenderán de sus estudiantes y viceversa,
todo ello debido al capital cultural de cada ser
humano. Sus capacidades de convencimiento
tendrán encuentros y desencuentros áulicos
los cuales se podrán canalizar feliz y
prudentemente gracias al poder de raciocinio
de cada individuo. Todo lo anterior, se
logrará mediante la mediación educativa, en
el momento en que haya un desacuerdo en el
aula, deberán exponerse los contraargumentos
debidamente fundamentados, sean ellos
escritos u orales, para ello será necesario
exponer razonamientos que a la luz de la
realidad sean verosímiles, de ser así, la parte
opuesta aceptará el equívoco sin rebatir
nuevamente.
El ser humano por excelencia querrá
convencer al otro valiéndose de los medios que
estén a su alcance, históricamente las querellas
y confl ictos se han dado precisamente por no
establecer acuerdos ni aceptar cada quien sus
faltas; en el peor de los casos por no haber
podido elaborar argumentos sólidos lo cuales
pudieran haber solucionado las situaciones
e ideas planteadas. El poder de argumentar
y triunfar al final tiene que ver con una
razón vital en el mundo, de allí que Ortega
y Gasset (1914) esgrimiera lo siguiente: “…
la salvación no equivale a loa ni ditirambo;
puede haber en ella fuertes censuras.” (p. 15).
Ello hay que entenderlo desde los cometidos
que tienen las personas al hablar, cada sujeto
busca librarse de las conversaciones sin salir
afectado o atacado, pero el problema radica
en que al común de seres humanos les molesta
que le lleven la contraria, es por esto que el
devenir del ser se debate entre lo aceptable y
lo perjudicial, el lenguaje y la argumentación
para ello serán defi nitivos.
El hombre, como fi el creyente de sus
costumbres y creencias llega a defender
dogmas morales que en oportunidades no le
53
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
dejan ver la verdadera forma de las cosas y
la auténtica realidad de situaciones las cuales
él ve de otra manera. Para contrarrestar
estos vicios humanos es necesario que el
ser se abra al entendimiento y a la razón de
aquello que más se parezca a la verdad, que
acepte las ideas argumentadas y validadas
bajo el entendimiento y la lógica de tal
manera que se aleje de toda posición rígida
en tanto pensamiento abierto. La expresión
del pensamiento argumentado permite el
desarrollo del sentido común, propiciando
al mismo tiempo el clima cálido de la
imparcialidad –atmósferas que hoy día son
difíciles de lograr–, no obstante, es el docente
quien debe generar desde las primeras etapas
de educación un pensamiento sustentado en
la razón y la lógica social, base de los valores
y de la vida en sí.
El logos en la argumentación
La noción de salvarse a sí mismo tiene
mucho que ver con el hecho de argumentar
las razones por las cuales se es inocente,
incluso si se piensa una situación en la que
toque defender a un amigo o a un familiar
será necesario hacer uso del poder de la razón,
dicho en mejores términos, de un pensamiento
lógico-racional. En ese particular, Ortega y
Gasset (ob. cit) asegura de manera defi nitiva
“…yo soy yo y mi circunstancia, y si no la
salvo a ella no me salvo yo.” (p. 44), de tal
manera que todo aquel que no salga airoso
de una situación (comunicativa) no habrá
salvado su circunstancia inmediata y lo más
probable es que ello se deba al hecho de no
utilizar argumentos fi rmes y válidos. Por ende,
el establecer un discurso argumentado permite
salvar cada acto de habla, pues estos forman la
totalidad de una conversación, de un diálogo o
de una exposición que se hace ante un público
el cual elaborará a posteriori una serie de
preguntas, sugerencias o contraargumentos.
Es de vital importancia destacar que
en la antigua Grecia se utilizaba la palabra
logos (en griego λóγος) la cual designaba
precisamente a la palabra pensada, meditada
o razonada, de allí que se pueda acuñar a ella
varias signifi caciones. El logos fue defi nitivo
en la antigüedad para establecer principios
retóricos puesto que la palabra a su vez
llevaba el germen de la razón, la inteligencia
y el sentido común incluido, de allí que fuera
clave para convencer o persuadir al otro,
llámese éste público, estudiante o amigo. En
consecuencia, el logos en tanto razón permite
al sujeto elaborar argumentos fuertes, de allí
que pueda darse con mayor contundencia
la persuasión como técnica o mecanismo
retórico cuyo propósito ha sido siempre
alcanzar objetivos por parte del hombre en
la humanidad.
Al igual que el logos, en Grecia
aparecerá la noción ethos y pathos, a partir
de ellos también se podrá dar la persuasión,
el primero alude a las costumbres y el
segundo a los sentimientos. En ese sentido,
el hombre podía convencer a sus semejantes
de acuerdo con su accionar, de acuerdo con
su comportamiento en el mundo, de acuerdo
a sus ethos, de igual manera podía convencer
con los sentimientos; de allí que había que
tener cuidado al respecto puesto que la línea
podía ser muy delgada entre el pensamiento
razonado y la manipulación inducida. Ahora
puede verse de entrada la importancia de la
retórica, la imperiosa necesidad que demanda
su estudio hoy día a nivel escolar, muy a
pesar que Perelman (1997) catalogaba a
esta disciplina como algo “olvidada y hasta
despreciada” (p. 12), por ello es fundamental
su rescate y de allí extraer el principio de la
argumentación.
La argumentación
La argumentación, históricamente ha
sido la parte fundamental de la retórica y
también es necesario ubicarla en el tiempo
debido a los tipos de discurso en el cual
se insertará. Sin pretensiones de hacer una
arqueología de la retórica y la argumentación
se podrá acá mencionar de los orígenes de
ellas, ya en el Siglo V a.C aproximadamente
en el año 460 aparecerá el primer tratado de
argumentación, se trata de Corax, uno de los
padres de la retórica quien había enseñado su
54
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
arte a un alumno de nombre Tisias, ambos
pactarían que las clases deberían ser pagadas
apenas el discípulo ganara su primer pleito. El
problema se desató justo cuando éste último
se negó a pagar, provocando que el maestro
llevara el caso ante un juez, este hecho en
el cual surge el primer caso argumentado se
narrará a continuación:
Afi rmó Corax: “O ganas este pleito, o lo
pierdes. Si lo pierdes, deberás pagarme,
por perderlo. Y si lo ganas, deberás
pagarme, porque habrás ganado tu primer
pleito. Será, además, la mejor prueba de
lo bien que te he enseñado. En ambos
casos, has de pagar”.
Respondió Tisias: “O gano este pleito, o
lo pierdo. Si lo gano, no deberé pagarte,
en virtud de la sentencia absolutoria. Y
si lo pierdo, tampoco deberé pagarte,
porque todavía no habré ganado ningún
pleito. Por lo demás, quedará en evidencia
que no me has instruido bien. En ninguno
de los dos casos, entonces, tendré que
pagar”. (Plantin, 1998, p.5)
Puede observarse cómo se argumenta
desde posiciones diferentes y sobre todo desde
intereses particulares, el hecho es que ambos
desean ser resarcidos por daños ocasionados.
En todo caso, ambos desean salvarse y la
mejor manera será elaborar unos argumentos
bien sólidos de acuerdo al arte de la retórica. A
propósito de esta anécdota, deberá recordarse
que la retórica distinguía diferencias entre
los discursos argumentados, el primero hacía
alusión a la deliberación política a través del
cual los ciudadanos podían tomar decisiones
de acuerdo a sus criterios sociales; el segundo
estaba relacionado con el discurso judicial, en
él se aplicaban argumentos legislativos para
de ese modo mantener el orden; el tercero
tenía que ver con las alabazas y reprobaciones,
con este argumento bien se elogiaba o por el
contrario establecía prohibiciones; el último al
que se hará referencia es el discurso religioso,
siendo uno de los más importantes para
convencer desde la fe y las creencias divinas.
(Ruiz de la Cierva, 2008)
Otros discursos más modernos están
representados en el género epistolar, la
publicidad, la información mediática y la
propaganda ideológica, en estos últimos
hay mucho para debatir puesto que la
mayor parte del mundo está inmersa en el
consumismo y ello hace que a nivel mercantil
y empresarial se busquen nuevas estrategias
de persuasión, de esa manera las personas
comprarán aquello que mejor se les oferte en
el mercado publicitario. De igual manera, la
propaganda política es muy importante, en
ella estará presente la ideología del partido
al cual pertenece un candidato, acá será más
típico el argumento ad hominem del cual
se hablará más adelante. Así también en la
cultura política se hará presente con mucha
frecuencia el auto halago y el excesivo uso
de de califi cativos alrededor de quien emite
un discurso político.
Según la retórica antigua, es necesario
cumplir con unos pasos previos al discurso
argumentado, para ello deberá primeramente
elaborarse el argumento a favor de una
causa, es decir, el motivo a favor del cual
se hablará, en esta etapa juega un papel
fundamental el ingenio y la creatividad
cognitiva de la persona. Seguidamente se
ordenarán los argumentos que el sujeto ha
encontrado, haciendo uso en primer lugar de
los argumentos más débiles, de tal modo que
al fi nal se dejen los más sólidos, esa técnica se
utiliza en muchos ámbitos , sobre todo en las
actividades lúdicas, de allí la sentencia dejar
la mejor jugada para el fi nal. Por último, se
encuentran tres pasos fundamentales como
lo son la escritura, la memorización y la
acción –momento en que se hace la exposición
pública–, acotando que cuando se escriben
dichos argumentos existe la posibilidad de
mejorarlos puesto que del pensamiento a la
escritura algunos elementos son susceptibles
de cambio.
La argumentación es una herramienta
fundamental para la producción de textos
académicos y científi cos, en los que convergen
unos elementos importantes como lo son los
conectores, ellos permiten progresión lógica
de las ideas o premisas a los fi nes de llegar
55
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
a conclusiones producto de razonamientos
articulados. Aunque actualmente todavía
se sigue pensando que la argumentación
es exclusiva de la retórica no es así, ella
forma parte de la lógica, ya que su base
es la inferencia mediante deducciones del
pensamiento, tal como lo señala Plantin (ob.
cit.) “la argumentación en una lengua natural
maneja conjuntamente la lógica y la retórica”
(p. 16). Por tal motivo, debe hacerse un
esfuerzo desde la escuela y las academias por
poner en práctica ambas formas de argumentar
sin que ello represente una separación, la idea
es desarrollar estrategias que las articulen en
función de lo que demanda el texto académico
y científi co.
La argumentación en el ámbito educativo
Los discursos académicos de los
estudiantes deben ser argumentados,
independientemente de las asignaturas que
cursen, todo estudiante debe desarrollar
competencias comunicativas y culturales
a través de las cuales pueda argumentar y
como consecuencia de ello lograr convencer
al docente, a sus compañeros e incluso a la
comunidad. Además es importante aprender a
identifi car los diferentes tipos de discursos en
el mundo, sobre todo aquello que tienen que
ver con las artes políticas, religiosas, poéticas,
fi losófi cas, morales y jurídicas; es por ello
Montes De Oca Boicot (2009) sostiene que
de esa manera los estudiantes “sean capaces
de interactuar socialmente en situaciones
comunicativas complejas” (p. 5). A partir de
esta formación basada en herramientas del
razonamiento lógico tomarán la decisión de
convencer mediante argumentos, también se
dejarán persuadir de acuerdo con el grado de
elaboración que tengan los argumentos que
estos analicen.
Con el hecho de argumentar se busca
racionalizar la vida y los acontecimientos
que el ser humano enfrenta a diario, sean
de orden familiar, académico o laboral, para
ello será necesario asumir las relaciones
argumentativas, siendo los argumentos las
razones que permiten alcanzar conclusiones
favorables en un contexto determinado.
Ahora bien, para llegar a tales conclusiones
es necesario que la persona reúna algunas
características clásicas y esenciales del
discurso argumentado; Plantin (ob. cit) las
ordena de la siguiente manera: “motivar,
justifi car, legitimar, defender y fundamentar”
(p. 24) partiendo de esto es más que sufi ciente
para echar a andar el discurso basado en
argumentos razonables, ello puede verse como
la fi nalidad al momento de expresar una idea
cuya esencia pretende persuadir. Es inevitable
que una persona no se convenza si al comienzo
y al fi nal de un discurso nota ante todo una
motivación por parte de quien habla, de igual
manera la forma como defi ende la temática,
son éstos los fundamentos primordiales para
comenzar la aventura de la argumentación.
Para el mundo intelectual, y sobre todo
para el mundo jurídico, los argumentos sirven
esencialmente para llegar a la justicia, de
allí que las causas legales con las cuales se
defi ende en la jurisprudencia habrán de ser
muy sólidos y efectivos, sólo así se ganarán
casos ante la ley. Es necesario destacar que los
argumentos en ocasiones no se explican por
sí solos, será necesaria la deconstrucción de
los mismos, muchas de las veces se solicitará
con extrema urgencia la intervención de
testigos que respalden algún hecho narrado
en una investigación. Luego de todo ello,
la conclusión llega producto de una ardua
labor reflexiva, debe asumirse como un
hallazgo al fi nal de los hechos puesto que la
misma sentará precedentes en un contexto
de aprendizaje, dicho esto último bajo la
estampa universal de que todo lo que hace el
hombre a favor de una noble causa es per se
signifi cativo.
En un debate de ideas siempre será
normal y hasta sano el hecho de que emerjan
diferentes puntos de vista, la variedad de
opiniones y razones lógicas le otorgan
cierto grado de credibilidad y democracia
a las circunstancias en las cuales habrá de
convencerse un público. Al haber diferencias
alrededor de un tema surge lo que se denomina
56
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
visión de mundo alterna, con ello no habrá
de renunciarse a la persuasión como objetivo
fundamental, la más de las veces se concibe
como algo positivo puesto que los argumentos
contrarios se refutan a base de razones más
válidas. Todo esto es producto de seguir
ordenamientos discursivos, de allí que la
lingüística los asuma como secuencias de
habla en las cuales cada hablante tiene la
gran oportunidad de asumir una posición con
argumentos que puedan conducir fi rmemente
a la verdad, aún cuando el trayecto haya estado
lleno de difi cultades.
Una característica importante a destacar
en la argumentación es la mentira, también a
través de ella se pueden alcanzar fi nes nefastos,
por medio de la argumentación y sobre todo a
partir del pathos se puede manipular a grandes
masas, es lo que usualmente hace el político
en su actuación discursiva. Para Plantin
(ob. cit) “la argumentación es una actividad
sospechosa cuando se utilizan falacias y
seudo-razonamientos” (p. 26), abriendo
el camino de los malos actos y los malos
propósitos, es justo por esto que grandes
atrocidades en el mundo se han llevado a
cabo de manera exitosa. De hecho los discurso
demagógicos están envueltos de argumentos
falsos, más allá de esto puede asegurarse que
los alegatos en torno al cual se perpetúan
sistemas nefastos tienen como propósito
sembrar la idea de la fuerza para de ese modo
irrigar el miedo, aumentar la sumisión lo cual
garantiza el enquistamiento en el poder.
Alternamente a la argumentación
existe la noción de prueba, ella ha sido
más concebida desde el mundo de las
ciencias naturales donde son tomadas como
evidencias cuya función es levantar hallazgos
que en fondo no son más que conclusiones
cientifi cistas. Por ejemplo, en las ciencias de
la naturaleza priva el razonamiento lógico ante
todo, permitiendo aplicar métodos formales de
investigación y comprobación. Ahora bien,
en las ciencias humanas o ciencias sociales
se utiliza más el principio de argumentación
cuyo discurso a su vez conlleva la polémica
grupal, esta forma de enfrentar ideas y
argumentaciones por lo general demanda el
respeto hacia las posiciones asumidas por cada
persona, jamás deberá utilizarse una razón que
se conceptualizará acá más adelante como lo
es el argumento ad hominem cuyo propósito
es desacreditar a quien expone una idea.
Al estar la argumentación emparentada
al lenguaje y al pensamiento será inevitable no
asociarla a la lingüística, es por ello que cada
palabra deberá ser utilizada con sumo cuidado,
la sintaxis jugará un rol preponderante ya
que ante todo el arte de la argumentación
responde a ordenamientos de la lengua.
Además de ello, es de suma importancia
destacar el hecho natural que el habla de
cada sujeto es consustancial a la persuasión,
cada enunciado lleva el germen del querer
convencer al otro de manera definitiva y
hasta radical si cabe la terminología. El habla,
a través de la lengua en el fondo es algo
provocador, hace que el receptor se active
ya sea devolviendo un contradiscurso con
sus respectivos argumentos o en su defecto
creyendo favorablemente lo que su emisor
relata, siendo precisamente eso lo que permita
llegar a afi rmaciones verdaderas o falsas por
ambas partes.
La argumentación tiene como base
características propias de la gerencia y la
administración, es por ello que al hablar se
debe ahorrar tiempo toda vez que la persuasión
tenga como fi nalidad alcanzar los objetivos
en corto tiempo. Aunado a eso será de vital
relevancia lo que Plantin (ob. cit) denomina
“efi cacia argumentativa” (p. 31), de lo cual se
infi ere una norma sustancial que apunta hacia
un trabajo positivo desde la persuasión, ello
indica que no es lo mismo hacer creer que
hacer hacer, mientras el primero obvia muchos
elementos demostrativos y comprobatorios
de la verdad, el segundo hará énfasis en la
realidad y más que ello en una verdad positiva.
La argumentación debería asegurar la verdad,
sin embargo ha sido utilizada a lo largo
de la historia para infl uenciar y hasta para
manipular a grandes masas, ello sobre todo
57
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
desde la política, la propaganda comercial y
las relaciones entre los seres humanos.
Es de notar, que el discurso argumentado
siempre ha sido utilizado para conciliar
situaciones difíciles, justo ahí donde una
conversación se torna difícil, los argumentos
bien elaborados solucionan futuras querellas
y conflictos comunicacionales urgidos de
un hacer hacer y no de un hacer creer.
La falta de entendimiento entre los seres
humanos ha sido una constante a lo largo de
la historia, y aunque la argumentación muchas
veces complica el panorama en el sentido
de su ampliación de ideas y opiniones, es
menester de ella aplacar focos de problemas
enunciativos, no en vano Weston (1997)
sostiene que “los argumentos son intentos de
apoyar ciertas opiniones con razones” (p. 13).
Con el razonamiento de por medio es posible
dialogar y comunicarse de una manera mucho
más efectiva, las alternativas pueden ser
loables y hasta interesantes siempre y cuando
se llegue a conclusiones bien sustentadas por
quienes defi endan su posición o ideas.
Ahora bien, la argumentación contempla
y hasta pudiera decirse que conlleva en
sí la retórica y la persuasión, estos dos
últimos son añadidos necesarios para que la
argumentación se desarrolle cabalmente, es
de resaltar que no siempre un argumento se
construye de manera embellecida lo cual se
logra a través de la retórica en el sentido de sus
fi guras literarias y tropos de la lengua escrita.
La acción de elaborar ideas argumentadas
sugiere casi de manera inmediata la plenitud
de expresiones artísticas, ello en la tónica
poética, de cadencia discursiva y armonías
lingüísticas, siendo así, dicha idea seducirá
a oyentes y públicos de manera más efi caz y
efi ciente. Hoy día ha tratado de abordarse la
retórica solo como un compendio de fi guras
literarias, sin embargo esta disciplina tan
antigua conlleva la persuasión y por ende la
argumentación, tal como lo refi ere Perelman
(ob. cit) “al estudiar las fi guras literarias fuera
de su contexto se pierde de vista su papel
dinámico” (p. 17).
Luego de las consideraciones anteriores,
habría que acotar de manera casi taxativa la
unión indispensable de la argumentación, la
retórica y la persuasión, ellas tres cumplen
funciones imbricadas a los fi nes de alcanzar
objetivos mediante la exposición de ideas, las
cuales deben ser razonadas. Será menester
entonces, que docentes o facilitadores del
área de Lengua y Literatura amplíen más
los principios de retórica llevándola a la
comunidad estudiantil como una herramienta
necesaria al hablar en tanto técnicas de
persuasión, todo discurso bien revestido
u ornamentado cumple mejor su función
de convencimiento. De igual modo, es
importante que los estudiantes o sujetos
en formación asuman la retórica como una
técnica de comunicación efi caz y efi ciente, así
también, la estética de la creación verbal por
parte de quien habla o en su defecto escribe,
será la única estrategia cuya esencia plenará
los textos, bien sea de elementos positivos o
negativos.
En defi nitiva, la relación que guarda
la argumentación con las ciencias y la
investigación es de vital trascendencia ya
que representa el pilar de la comprobación y
todo lo concerniente al hecho de convencer a
los otros de manera lógica y razonada. Ante
todo, es fundamental declarar requisito sine
qua non la puesta en práctica del pensamiento
crítico, su producto en ese sentido deberán
ser conclusiones lógicas de marcada lógica
y adecuación contextual, evidentemente
conducente a la resolución de confl ictos y
querellas presentadas en discusiones. Las
conclusiones, que a su vez representan
enunciados, son el resultado de premisas
fiables, estas últimas son las únicas que
arrojan resultados positivos cuyo mayor logro
será imponerse ante otras ideas, es decir, ante
otros argumentos que en el transcurso de un
debate o conversación no tuvieron la potencia
sufi ciente o el rigor lógico de convencimiento.
Hoy día, es difícil ubicar la
argumentación en una disciplina exacta, a
ella se le trata en la fi losofía, en la retórica
58
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
y en la lingüística, tratar de encasillarla en
una de ellas sería algo poco prudente pues la
fi losofía y la argumentación tienen su punto
de coincidencia justo en la búsqueda de la
verdad. Así también, la retórica, cuna de la
argumentación, guarda familiaridad defi nitiva
con la argumentación en el sentido del
revestimiento que debe poseer un argumento,
la forma y vía a través del cual una idea puede
seducir y convencer siempre dependerá de la
vestimenta con que se le presente, acá, forma
y fondo se complementan, al fi n y al cabo son
dos caras de una misma moneda. Y como es
de suponerse, la lingüística y la argumentación
tienen mayor punto de encuentro ya que la
lengua como casa del ser alberga el sentido
y la direccionalidad del hacer cotidiano del
hombre en el mundo, en ese particular, todo
lo que se hace y dice puede ser defendido y
refutado, para ello lo esencial será argumentar.
Con la argumentación lógica, es
posible la acreditación de lo religioso en
tanto convencimiento, de lo político como
una actividad cuya finalidad es buscar
el posicionamiento y legitimación de un
discurso ideológico, en la mayoría de los
casos conducente al goce y uso del poder.
Es evidente, que la argumentación, más allá
del convencimiento, cumple funciones de
reforzamiento y ampliación, es decir, cuando
una persona o comunidad está perdiendo la
fe en algo o en su defecto ha dejado de tener
confi anza en alguien, es ahí cuando el hablante
hará gala de argumentos en pro del rescate
de eso que profesa o asegura ser certeza.
Por todo lo dicho, puede afi rmarse que la
argumentación en tanto técnica persuasiva
tiene poderes curativos pero al mismo tiempo
posee la peculiar característica de ser un
veneno letal, surte el efecto medicinal para
quien elabora las mejores ideas argumentadas
y a su vez resulta mortal para quien fi nalmente
no ha logrado refutar a su contrario.
Es preciso detallar que varios argumentos
deben conducir a una conclusión, es deber del
docente enseñar a sus estudiantes a concluir
sus ideas, por lo general se ha dicho que la
conclusión aparece al fi nal de un diálogo
o de un escrito, sin embargo no es así, en
ocasiones aparece al principio antecediendo
las premisas o argumentos lógicos. Como es
de suponer, la argumentación posee múltiples
benefi cios, entre ellos el poder responder a tres
inquietudes que según Plantin (ob. cit) serían
“¿Qué debemos creer?, ¿Qué debemos hacer?
Y ¿Qué tenemos que pensar de esto?” (p. 41).
En atención a esto último, puede decirse que
la toma de decisiones es lo fundamental, sobre
todo al escuchar un discurso argumentado,
por lo que la tercera interrogante pasa por un
principio del cogito en el que pensar conduce a
actuar, de lo contrario los hechos serían meros
actos a la deriva.
Desde esta perspectiva, la conclusión
resalta el discurso ya que en pocas palabras
puede llegar a concretar los alcances y
dimensiones a las cuales no llegaron los
argumentos en tanto premisas, la conclusión
tiene el poder certero y defi nitivo de afi rmar
o negar a cabalidad una idea o una situación.
Los argumentos, aunque fueran muchos
nunca tendrían el sentido lógico completo
sin su conclusión, ella le otorga el carácter
defi nitorio, algo así como la sal de la tierra
y la luz del mundo, para decirlo en términos
de las Sagradas Escrituras. Por esta razón, la
elaboración de la conclusión es aquello que
fi nalmente permite al destinatario elaborar
su contradiscurso o contraargumentos, desde
esa óptica podrá demostrar la falsedad de las
ideas recibidas por su locutor, de igual manera
las conclusiones son las que hacen que un
destinatario no presente refutaciones, ello por
la fuerza de su discurso.
Paralelamente a los conceptos básicos
de argumentación, es posible encontrarse
con variantes muy interesantes que se deben
tomar en cuenta puesto que su diferenciación
marcará una pauta, tal es el principio de
refutar y objetar. Ante lo expuesto, resulta de
mucha importancia decir que la refutación
aspira simplemente a conclusión súbita de un
debate o una charla, mientras que la objeción,
cuya característica es más lúdica en tanto
59
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
infi nitud, cumple funciones de ampliación, su
uso busca la elaboración de múltiples ideas,
de esa manera se alargará el discurso de dos
interlocutores. Así también, la diferencia
de la argumentación frente al principio de
demostración debe plantearse puesto que ella
se logra solamente cuando los planteamientos
son verdaderos, caso contrario se hablará de
paralogismos o razonamientos falsos, o lo que
es lo mismo, meras apariencias de verdad (es).
Tal como se ha visto hasta este
momento, el germen de la argumentación
es prácticamente el nervio central de toda
conversación, y en el caso que acá ocupa, es la
potencia que genera en un contexto educativo
y científi co el poder escribir un texto bien
sólido y argumentado. En ese particular, se
recomienda escribir de la siguiente manera,
primero y principal se requiere la elaboración
de oraciones complejas, el discurso académico
debe evitar siempre las oraciones simples
puesto que los párrafos no expresarían
las ideas en su totalidad. Luego, y como
mayor sugerencia académica, será el hecho
de trabajar cada párrafo bajo la forma de
silogismos, idea que trascendió a partir de
los postulados de Aristóteles, para ello será
necesario trabajar tres enunciados, dos de los
cuales serán premisas y el otro su conclusión,
esta última se podrá inferir partiendo de las
dos premisas o ideas argumentadas.
A continuación se podrán apreciar
algunos ejemplos de redacción académica
basada en silogismos, de esta manera se
garantiza un proceso de escritura rápida ya que
funciona de manera automática y mecánica
en quien se dispone a producir un texto. La
escritura mediante silogismos favorece la
deducción y ello a su vez ayuda al individuo
a fortalecer su pensamiento crítico ya sea
mediante argumentos analógicos, de causa y
efecto, de autoridad o mediante ejemplos. En
síntesis, la redacción como una construcción
silogística verifica la verdad sobre todo
cuando se irgue desde un hecho universal, en
el ejemplo que sigue podrá apreciarse esto ya
que existe una premisa mayor a partir del cual
se podrá conocer una información universal
o conocida para el mundo, luego aparece
la premisa menor cuya comparación con la
primera premisa es necesaria a los fi nes de
verifi car su certeza mediante conclusión.
La forma clásica para construir
silogismos amerita tres enunciados o
proposiciones, en la argumentación se
le denominan premisas a dos de ellas y
conclusión a la idea fi nal cuyo aporte resuelve
un problema de comunicación, sea éste un
diálogo, un debate e incluso un monólogo. Tal
como se ha mencionado, la siguiente idea se
expresa mediante silogismos:
Premisa universal: Los niños inteligentes
leen.
Premisa menor: Mis estudiantes son
niños que leen.
Conclusión: Mis estudiantes son
inteligentes.
Como puede observarse, la primera
información es –Los niños inteligentes leen–
ella parte de una idea universal la cual postula
una máxima, todo niño inteligente siente
pasión por la lectura, luego aparece la premisa
menor –Mis estudiantes son niños que leen–
esta información se quiere certifi car partiendo
del hecho contrastivo, dado este proceso, se
concluye que los alumnos de quien hace las
veces de interlocutor son niños inteligentes.
Para que pueda surgir una conclusión
verdadera, es requisito indispensable que
las dos premisas guarden relación entre sí,
si ocurriera lo contrario, se obtendría una
conclusión no válida. A los efectos de este
principio, puede decirse que la conclusión no
puede elaborarse en torno a temas que no estén
presentes en las premisas, puede que incluso el
razonamiento fi nal sea una certeza, a pesar de
esto, la no correspondencia con las premisas
la invalida del silogismo por completo. En las
conversaciones cotidianas, así como también
en los escritos académicos, suele cometerse
el error de emitir varias premisas sin que
fi nalmente aparezca la conclusión, es igual a
exponer muchas razones sin que se presente
60
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
el razonamiento fi nal, es justo allí cuando
el receptor, interlocutor o lector demandará
la idea cuya esencia le dará conclusión a
las proposiciones que han funcionado como
premisas o razones lógicas.
Los silogismos funcionan como
argumentos deductivos, son conducentes a
hacer inferencias lógicas siempre y cuando se
haga de la manera antes indicada, contrario a
ello existe la posibilidad de hablar o escribir
mediante argumentos inductivos. En el caso
de este tipo de argumentos, el hablante o
escritor llega a conclusiones generales luego
de exponer premisas individuales, es común
acá, obtener conclusiones verdaderas o falsas,
ya que sus premisas también lo serán. Sin
lugar a dudas, el argumento inductivo va de
lo particular a lo general, todo lo contrario
al deductivo el cual parte de una premisa
universal, cuando se elaboran párrafos o ideas
usando esta técnica argumentativa, puede
decirse que las premisas funcionan como
pistas que deben analizarse lógicamente, al
fi nal se obtendrá la idea al cual se desea llegar,
es por ello que en la investigación académica
y científi ca se usa frecuentemente.
En el siguiente ejemplo, se podrá
observar cómo puede construirse un párrafo
de tres oraciones y cuya forma total apunta
a un argumento inductivo, de antemano,
es importante destacar la relevancia de
las primeras premisas, deben ser ideas
muy particulares cuyo resultado sea una
generalización en tanto conclusión. De
acuerdo con ello, se presenta esta idea:
Como ya se sabe, la educación hoy
día cuenta con importantes aportes desde
el punto de vista pedagógico, tecnológico
y biopsicosocial. Además, el docente o
mediador desarrolla importantes técnicas y
estrategias que posibilitan una educación de
calidad, reforzando así los procesos de lectura,
escritura y comprensión de todo lo que rodea
al estudiante o educando. En consecuencia,
el sistema educativo actual goza de todas
las herramientas necesarias para avanzar
progresivamente, basta unificar esfuerzos
entre los entes gubernamentales, los docentes,
los estudiantes y los padres de familia, para
alcanzar el éxito académico.
Como pudo evidenciarse, la cadena
discursiva va de lo particular a lo general,
las primeras proposiciones son evidencias
tangibles que llevan a una conclusión de tipo
lógica. Por causa y efecto, pudiera decirse
que inevitablemente la construcción de dos
premisas verdaderas, arrojarán una conclusión
verdadera, es éste el caso donde se alude a
unas herramientas actuales favorecedoras,
descritas desde dos perspectivas diferentes,
sin lugar a dudas el resultado en el contexto
educativo tendrá que ser positivo.
Es indispensable acá señalar, que el
hecho de recomendar tres oraciones por cada
párrafo no es una limitante, puede haber
más, incluso en la argumentación se estila
utilizar el máximo de premisas las cuales
hagan a la conclusión mucho más fuerte.
Aunque Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989)
sostienen de manera muy acertada que “es
lícito no enunciar todas las premisas que
son indispensables para el razonamiento” (p.
719), puesto que la debida administración de
las premisas permite acumular conclusiones
las cuales lograrán que un hablante o escritor
alcance un alto nivel de persuasión. Todo lo
anterior lleva consigo ventajas y desventajas,
al utilizar paulatinamente las premisas y
sus debidas conclusiones, se dará mayor
alcance al receptor para que reflexione
sus contraargumentos, aunque es de suma
importancia recalcar que en ocasiones dicho
receptor acepta los argumentos sin tener una
idea de qué se le intenta convencer.
Finalmente, puede decirse que
a los efectos de la argumentación se da
la compatibilidad y la incompatibilidad,
bien porque el receptor acepte una idea
como cierta o bien porque las rechace, en
este último caso se abrirían las puertas de
la contraargumentación. Cabe recalcar,
que existen argumentos muy débiles que
paradójicamente llegan a ponerse por encima
de aquellos que en apariencia parecían mucho
61
Revista Cifra Nueva
Enero-Junio 2019, Nº 39, (pp. 51-61)
Nueva Etapa
Araque Escalona, Juan Carlos; Viera Zambrano, Ángel Manuel Rodrigo; Corrales, Nelson; Urrego, Ana Jacqueline
La argumentación como habilidad fundamental en el proceso de redacción académica
más fuertes, defi nitivamente se impone la
potencia y los artilugios de la lengua, con ella
se hacen y se construyen ideas sorprendentes.
En conclusión, el saber argumentar tiene sus
benefi cios pero también puede ser de mucha
peligrosidad, ello debido a que el argumento
cuando es débil permite una refutación rápida
o lo que es lo mismo, una pronta contestación,
contrario a ello, cuando la argumentación es
fuerte y contundente, el oponente o receptor
tardará en dar una réplica o en su defecto no
la esgrimirá.
Referencias bibliográfi cas:
Montes De Oca Boicot, M. (2009). Enseñar
a argumentar: una batalla a lograr
en la pedagogía actual. Santa Fe,
Argentina: Editorial El Cid.
Ortega y Gasset, J. (1914). Meditaciones del
Quijote. Serie II. Volumen 1. Madrid:
Publicaciones de la Residencia de
Estudiantes.
Plantin, C. (1998). La argumentación.
Barcelona, España: Editorial Ariel,
S.A.
Perelman, C. (1997). El imperio retórico:
Retórica y argumentación. Santa
Fe de Bogotá, Colombia: Editorial
Norma, S.A.
Perelman, C. y Olbrechts-Tyteca, L. (1989).
Tratado de la argumentación. Madrid:
Editorial Gredos, S.A.
Ruiz de la Cierva, M. (2008). Los géneros
retóricos desde sus orígenes hasta la
actualidad. Revista Digital Rhêtorikê
# 0 [en línea]. Disponible: https://
dialnet.unirioja.es/ejemplar/185982 .
[Consulta 10/01/2019].
Weston, A. (1997). Las claves de la
argumentación. Barcelona, España:
Editorial Ariel, S.A.