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Arqueología PÁTINA 21. Noviembre 2019
La importancia de la restauración en la
invesgación arqueológica: intervención
y estudio de cinco placas de hueso y
marl procedentes de la estancia 100 del
túmulo tartésico de “Casas del Turuñuelo”
(Guareña, Badajoz)*
Resumen
En el presente arculo se describen los trabajos de invesgación llevados a cabo en el
Instuto de Arqueología – Mérida- CSIC sobre un conjunto de placas de hueso y marl
halladas en el yacimiento tartésico de “Casas del Turuñuelo” (Guareña, Badajoz), en un
contexto del siglo V a.C. El estudio se centra especialmente en la intervención realizada
sobre las piezas en materia de restauración y conservación, recopilando las diferentes
fases del trabajo y la metodología empleada, así como su integración dentro del conjunto
de actuaciones pertenecientes a las diferentes disciplinas ciencas bajo las que se rigen
los equipos muldisciplinares en Arqueología hoy en día. La ejecución de los trabajos de
restauración ha sido fundamental para el buen conocimiento de las placas, tanto a nivel
iconográco como técnico, lo que nos ha permido obtener unos interesantes resultados
a nivel histórico acerca del desarrollo del comercio fenicio en occidente, la existencia de
un artesanado especializado en la fabricación de estas placas en los enclaves peninsulares,
así como determinados aspectos tecnológicos aplicados a este po de placas decoravas
antes desconocidos en este po de manufacturas en la Península Ibérica.
Palabras clave: Restauración, hueso, marl, Tarteso, Casas del Turuñuelo.
Ana María Herranz Redondo,
Esther Rodríguez González,
Sebasán Celesno Pérez
Ana María Herranz Redondo. Instuto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura)
anam.herranz@hotmail.com
Esther Rodríguez González Instuto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura)
esther.rodriguez@iam.csic.es
Sebasán Celesno Pérez Instuto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura)
scelesno@iam.csic.es
*Este trabajo se
inserta dentro del
Proyecto del Plan
Nacional de I+D+i
“Construyendo Tar-
teso: análisis cons-
trucvo, espacial
y territorial de un
modelo arquitectó-
nico en el valle me-
dio del Guadiana”
(HAR2015-63788-P).
Ana María Herranz Redondo, Esther Rodríguez González y Sebasán Celesno Pérez Arqueología
PÁTINA. Noviembre 2019. Nº 21, ISSN: 2603-7009
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The importance of restoraon in archaeological research:
intervenon and study of ve bone and ivory plates from
farm 100 of the Tartessus mound of the “Turuñuelo Homes”
(Guareña, Badajoz)
Abstract
This arcle describes the research work undertaken at the Archaeology Instute – Mérida-
CSIC on a set of bone and ivory plates found in the Tartessus site of the “Turuñuelo
Homes” (Guareña, Badajoz), in a 5th century BC context. The study specically focuses
on the intervenon performed on the pieces in terms of restoraon and conservaon,
going over the dierent work stages and methodology used, and its integraon as part of
the set of acons belonging to the dierent scienc disciplines guiding mul-disciplinary,
modern Archaeology teams. The undertaking of the restoraon works has been essenal
to properly understand the plates, both in iconographic and technical terms, which has
allowed us to get some interesng historical results concerning the development of
Phoenician trade in the West, the existence of specialised crasman ship in the producon
of these plates in the peninsula’s enclaves, and certain technological aspects applied to
this type of decorave plate that were previously not known in this kind of producon in
the Iberian Peninsula.
Keywords: Restoraon, bone, ivory, Tartessus, Turuñuelo Homes.
Restauración de cinco placas de hueso y marl procedentes del túmulo tartésico de “Casas del Turuñuelo”
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EL TÚMULO TARTÉSICO DE “CASAS DEL TURUÑUELO”
El yacimiento tartésico de “Casas del Turuñuelo” se localiza en el término
municipal de Guareña, un pequeño municipio de la provincia de Badajoz,
próximo a la conuencia entre los ríos Guadiana y Búrdalo (Imagen 1a).
Los trabajos arqueológicos en dicho enclave comenzaron en el año 2014,
aunque el yacimiento ya aparecía recogido en la Carta Arqueológica de
la Comunidad de Extremadura desde los años ochenta, catalogado como
un posible yacimiento romano (Suárez de Venegas, 1986). Posteriores
trabajos arqueológicos vinculados a tareas de prospección, anunciaron
la posible pertenencia de este enclave a la I Edad del Hierro (Rodríguez
Díaz et al., 2004), una cronología que ha podido ser conrmada gracias al
inicio de las tareas de excavación por parte de un equipo de invesgadores
del Instuto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura) (Celesno
Pérez y Rodríguez González, 2017a; 2017b). Estos trabajos han permido
incluir el yacimiento de “Casas del Turuñuelo” dentro de la categoría
de asentamiento: edicios tartésicos ocultos bajo túmulo (Rodríguez
González, 2018), una categoría caracterísca del poblamiento tartésico
del valle medio del Guadiana, donde a lo largo de este río se localizan
una serie de enclaves o grandes edicios encargados de controlar las
vías de paso y los recursos ubicados en su entorno. En total se conocen
trece de estos túmulos, aunque solo dos de ellos han sido hasta la fecha
excavados en extensión: Cancho Roano (Zalamea de la Serena, Badajoz)
(Celesno Pérez, 2001) y La Mata (Campanario, Badajoz) (Rodríguez Díaz
(ed.), 2004).
Una de las caracteríscas más destacadas del yacimiento de “Casas
del Turuñuelo” es su excelente estado de conservación, tanto a nivel
arquitectónico, pues se trata del primer yacimiento de la protohistoria
peninsular que conserva en alzado sus dos plantas construcvas, como
a nivel material, pues la ubicación del túmulo, junto a dos importantes
arterias uviales, ha permido que el yacimiento mantenga desde
su ocultación un estado constante de humedad que ha favorecido
la conservación de materiales orgánicos, como tejidos, semillas o
huesos y marles, lo que supone una información excepcional para el
conocimiento de la sociedad tartésica que habitó este territorio entre
los siglos VI y IV a.C.
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Durante el año 2015 se llevó a cabo la I Campaña de excavaciones
arqueológicas en el yacimiento cuyo objevo fue la excavación íntegra
de la estancia 100. Se trata de una habitación de 60 m2 ubicada en la
planta superior del edicio, orientada al este y dividida en tres ámbitos
diferenciados por el po de pavimento empleado y los elementos
arquitectónicos secundarios localizados en la misma (Celesno Pérez
y Rodríguez González y 2017a) (Imagen 1b). Entre los materiales
recuperados durante la excavación de la estancia se localizó un conjunto
numeroso de platos que han sido puestos en relación con la existencia de
un banquete ritual celebrado antes de la clausura del enclave (Celesno
Pérez y Rodríguez González, 2017: 188-189) o los restos de varias esteras
de esparto que parece que cubrirían parte del suelo de la habitación
(Marín Aguilera et al., 2019).
Imagen 1a. Mapa
de localización del
túmulo tartésico de
Casas del Turuñuelo
en el valle medio
del Guadiana.
Imágen 1b. Fotogra-
a aérea del área
excavada. El rec-
tángulo rojo marca
la localización de
la estancia 100.
(Montaje: Esther
Rodríguez González.
©Construyendo
Tarteso)
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De la excavación del pavimento de la estancia 100 proceden las cinco
placas objeto de estudio en este trabajo (Imagen 2).
Imagen 2. Vista
aérea de la estancia
100. El rectángulo
rojo marca la locali-
zación del conjunto
de placas de la UE
112; mientras que
el rectángulo verde
indica la ubicación
de la placa UE 150.
(Montaje: Esther
Rodríguez González.
©Construyendo
Tarteso)
Imagen 3. Fotogra-
a de detalle del
hallazgo de la placa
de marl UE 150.
(©Construyendo
Tarteso)
La primera de ellas procede de la UE 150, un área muy afectada por el
incendio que puso n a la vida del edicio. Se trata de una placa exenta
de escaso grosor, documentada en posición horizontal, recuperada en
un estado muy fragmentado y totalmente combusonada (Imagen 3).
En ella se disnguía en bajorrelieve a un bóvido postrado cuya posición
parecía adaptarse al tamaño de la placa, la cual aún conservaba ciertas
zonas en los bordes con restos de lámina de oro. Una vez documentada
in situ, la placa se extrajo fragmento a fragmento, conservándose en
una pequeña caja de cartón.
El resto de placas fueron recuperadas sobre el pavimento de la estancia
(UE 112) conectadas entre sí (Imagen 4). Dada su colocación parece
que las placas habrían revesdo una caja trapezoidal de madera ya
desaparecida como consecuencia del incendio, que tendría unas
dimensiones aproximadas de 19cm de largo x 10cm de ancho. Cada
una de las placas fue idencada según la ubicación que ocupaban en
cada lateral de la caja ya que aparecieron en su posición original y en
conexión denominándose, de ese modo, como placas norte, sur, este y
oeste. Las placas norte y este conservaban además un remache en su
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parte central, aún in situ, que las unía sicamente a la estructura de
madera.
Imagen 4. Plano
cenital. Estado y
ubicación de las
placas UE 112 tras
excavación. (©Cons-
truyendo Tarteso)
Todas ellas fragmentadas y parcialmente combusonadas, se extrajeron
fragmento a fragmento una vez documentadas, siendo introducidas en
bolsas de polieleno, previa realización de un croquis de ubicación de cada
fragmento, así como la documentación de sus dimensiones e iconograa.
Por úlmo, del interior de la caja pudieron recuperarse un conjunto de
cuentas de pasta vítrea, muy afectadas por las altas temperaturas, por lo
que presentan un mal estado de conservación.
El hallazgo de las cinco placas abrió la puerta a una serie de cuesones
históricas, como son su procedencia, la idencación de la materia prima
empleada en su fabricación, su lectura iconográca o su funcionalidad,
principalmente en el caso concreto de las cuatro placas encargadas de
revesr la caja de madera, que nos obligaron a diseñar una estrategia de
intervención sobre las piezas cuyo punto de parda era el planteamiento
de una metodología de restauración que nos permiese, mediante la
limpieza de las placas, obtener una documentación exhausva tanto
de su iconograa como de su proceso de fabricación y las herramientas
empleadas en el mismo.
Los excelentes resultados obtenidos tras la ejecución de estos trabajos nos
han llevado a abordar diversos aspectos de la invesgación con el objevo
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de profundizar en el conocimiento acerca de la existencia de un comercio
fenicio con el occidente del Mediterráneo o a la presencia de talleres de
eboraria en las colonias fenicias peninsulares (Rodríguez González et al.
2020). Finalmente, para completar el conocimiento derivado del estudio
de estas piezas, el presente trabajo surge con dos objevos principales:
presentar las diversas fases que han conformado la restauración de las
placas de la estancia 100 del yacimiento de Casas del Turuñuelo (Guareña,
Badajoz); y que nuestro caso de estudio sirva de base para abordar futuras
intervenciones sobre hallazgos óseos y ebúrneos dentro de un contexto
arqueológico similar.
DESCRIPCIÓN DE LAS PLACAS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN
Las vicisitudes propias de la dinámica de los proyectos de excavación y
el interminable estudio de multud de material extraído ralenzan, en
no pocas ocasiones, el tratamiento de los objetos arqueológicos que, en
muchos casos, permanecen almacenados y en estado de espera para
su intervención, especialmente aquellos que no han requerido ningún
tratamiento de urgencia y han conseguido adquirir un equilibrio con
el entorno permaneciendo estables en los depósitos del yacimiento o
del museo. Es el caso de todas estas placas, las cuales permanecieron
almacenadas en condiciones estables hasta su tratamiento y que, si bien
presentan pérdidas volumétricas, permian realizar una aproximación a
sus dimensiones originales, el po de material, su iconograa y su estado
de conservación. Para ello hemos empleado una lupa estereoscópica
Leica EZ4D y el soware de adquisición de imágenes Leica LAS EZ.
Placas UE 112
Placa norte
La placa norte corresponde a uno de los lados largos de la caja. Conserva
unas dimensiones de 14,7 x 2,7 x 0,2 cm y fue recuperada en nueve
fragmentos (Imagen 5a). El estudio macroscópico de la pieza ha permido
documentar, tanto por la sionomía de su supercie como por los rasgos
de sus secciones, que se trata de una única placa fabricada en marl, un
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dato que posteriormente ha podido corroborarse por la realización de un
análisis espectrográco de infrarrojos (Rodríguez González et al. 2020: 12-
ss, g. 8). Del mismo material es el remache central, que se manene in
situ. En el extremo izquierdo de la placa destaca la presencia de un oricio
más, lugar que ocuparía otro remache no conservado.
En ella se ha representado mediante técnica de incisión una procesión
de barcos, temáca desconocida hasta la fecha en la eboraria tartésica
(Celesno Pérez y Rodríguez González, 2017: 190). En su reverso, destaca
lo que parece ser un posible grabado que puede representar una forma
de zigzag, oculta en gran parte por una espesa capa de carbonatos,
presentes tanto en el anverso como en el reverso de la misma, de modo
bastante irregular e interriendo en su lectura iconográca.
Placa sur
La placa sur conserva unas dimensiones de 18,8 x 2,3 x 0,3 cm, lo que la
convierte en la placa de mayores dimensiones (Imagen 5b). Se trata de
la placa peor conservada, pues fue recuperada en dieciséis fragmentos
y, aunque se conserva en su totalidad, presenta algunas faltas matéricas.
Está fabricada en hueso y la técnica empleada en su decoración es también
la incisión.
En su anverso aparece representada una procesión de tres peces que
parecen nadar hacía el lado izquierdo. Los peces presentan una serie de
marcas circulares, realizadas con un troquel, que insinúan las escamas.
La gran línea de fractura del eje longitudinal a lo largo de la parte central de
la placa es tesmonio del po de fragmentación que sufrió la misma en el
contexto arqueológico. En efecto, y tal como se documentó en el momento
de su excavación, esta placa presentaba toda la mitad superior abada y
boca abajo, de ahí que destaque a simple vista una heterogeneidad en la
disposición de los depósitos, por lo que hay partes en las que no existe
cubrición (fragmentos de la parte inferior en la mayoría de los casos), y
otras en las que la iconograa está totalmente invadida por una costra
(parte superior del eje longitudinal), que impide su legibilidad.
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Placa este
Esta placa se corresponde con uno de los lados cortos de la caja. Fabricada
en hueso, fue recuperada en diez fragmentos. Conserva unas dimensiones
de 10,1 x 2,5 x 0,3 cm y de ella procede el segundo de los remaches de
marl recuperados en su posición original (Imagen 5c). Dicho remache
conserva unas dimensiones de 1,4cm de largo por 0,8 de ancho (cabeza) y
fue documentado en la parte central de la placa, por lo que cabe suponer,
a diferencia del resto, que se trata del único remache de sujeción a la caja
de madera ante la ausencia de otros oricios.
En cuanto a su decoración, también incisa, representa un león de perl
devorando la pata de un hervíboro, posiblemente un bóvido. Sobre el
lomo del felino podía disnguirse el mismo troquelado en círculos que el
empleado en la placa sur para representar las escamas de los peces.
Al igual que la anterior, la placa presentaba un patrón de fragmentación
similar consistente en una gran fractura longitudinal en la parte central;
sin embargo, dado que los fragmentos poseen unas dimensiones mayores
que en el caso de la placa sur, el número de éstos es menor.
Placa oeste
Finalmente, la placa oeste corresponde también a uno de los lados cortos
de la caja y está fabricada en hueso. Conserva unas dimensiones de 10,2
x 3 cm x 0,3 cm y se completa con un total de diez fragmentos, aunque
debemos hacer constar que la pieza sufrió una fractura postexcavación
que provoco el aumento de los mismos (Imagen 5d).
Con respecto a su iconograa, también mediante incisión, repite el
mismo movo que la placa este, es decir, un león de perl. Frente a las
fauces del león se representa una embarcación de la misma pología
que las de la placa norte, pero en este caso en posición inclinada. En el
cuerpo del animal se observan las impresiones de círculos realizados con
troquel presente en las placas sur y este del conjunto. A diferencia de la
placa contraria, ésta conserva dos agujeros donde irían insertos ambos
remaches no conservados. Se trata de la placa que ha aportado los datos
más interesantes desde el primer análisis organolépco.
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El primer examen visual realizado al conjunto de las cuatro placas permió
concluir que el estado de conservación de las mismas es deciente,
pues presentan en un nivel general las alteraciones picas del hueso y
marl arqueológicos: polvo y suciedad supercial; concreciones terrosas
y carbonatadas de diferente grosor, dureza y distribución; parculas de
carbones y hollín adheridas a la supercie; eorescencias o cristalización
de sales de modo puntual; fragmentación, grietas y suras por dilatación
y contracción del material ante el aumento de temperaturas; pérdida
acelerada de humedad por exposición al contexto aéreo que también han
causado alabeo (Rosas et al., 2005: 71); pérdidas volumétricas, así como
abrasión y descamación de la supercie. Todas ellas han sido expuestas
a altas temperaturas como resultado de la amorzación del recinto, por
lo que presentan, aunque de carácter muy irregular, coloraciones de
marrón oscuro a negro, en algunos casos muy acusadas y en otros en
varios grados, como en el caso de la placa sur, lo que indica procesos de
alteración diferentes a muy poca distancia (por focos de combusón más
o menos lejanos y posición de los fragmentos); o la placa este, la cual
presenta tan sólo una de sus mitades afectada por la combusón. En caso
de la placa norte, la carbonización es práccamente total, lo que a su
vez ha causado un incremento de la microdureza del material (Fernández,
2011: 36).
Imagen 5. Estado
inicial de placas UE
112. a. Norte, b. Sur,
c. Este y d. Oeste.
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
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Placa UE 150
La placa perteneciente a la UE 150, conserva unas dimensiones de
8,7cm x 2,1cm x 0,2cm y fue documentada en diecinueve fragmentos
(Imagen 6). A parr de su examen bajo el binocular se pudo establecer
una diferenciación clara con respecto a las placas de la caja anterior: está
tallada y decorada en marl y presentaba una dureza y alta resistencia
mecánica como consecuencia de la exposición de toda la placa a altas
temperaturas, así como un extraordinario trabajo en bajorrelieve, técnica
mediante la cual parece representarse un bóvido. A pesar de aparecer
fragmentada y con pérdidas matéricas, la placa conservaba en algunos
de sus fragmentos un no hilo de oro en proceso de desprendimiento,
correspondiente al marco inciso que enmarca la decoración.
Imagen 6. Estado
inicial de placa UE
150. (Montaje: Ana
M. Herranz. ©Cons-
truyendo Tarteso)
La observación bajo el binocular también permió diferenciar del resto
de depósitos terrosos una zona con un llamavo cúmulo de gránulos o
pequeñas parculas de color azul intenso, hecho que nos hizo sospechar
que se tratara de restos de pigmento aún conservados, aunque poco
adheridos a la supercie y, por lo tanto, con riesgo de pérdida, por lo que
el fragmento que contenía estas parculas fue apartado y conservado
para un futuro análisis (Imagen 7). En cuanto al reverso, algunos de los
fragmentos presentaban varios signos, uno grande cruciforme y varios
triangulares elaborados con una mayor profundidad.
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ACTUACIONES PREVIAS
El conocimiento de la materia o naturaleza tanto de estas placas como
de sus productos de alteración ha sido esencial para determinar una
metodología de intervención basada en los principales criterios de
restauración (Brandi, 2008; García y Flos, 2008: 135-138) como el
respeto a la pána, mínima intervención, uso de materiales inertes, su
compabilidad con el material original y su reversibilidad, etc. De ahí
que los pasos iniciales de la restauración de cada objeto arqueológico,
como en este caso, implique una fase de estudios previos que a su vez se
completen con los provenientes de un equipo de carácter muldisciplinar
(Marn y Pozo, 2016: 44), de variadas visiones y aplicaciones analícas y
metodológicas, destacando la siguiente documentación.
Estudios histórico-arsco y tecnológico
Esenciales para esbozar desde la fase inicial el contexto propio de este
po de placas, documentando su tecnología, funcionalidad, iconograa y
paralelos, mediante la consulta de las principales publicaciones referidas
a placas de marl y hueso hispano-fenicias (Almagro Gorbea, 2008; Aubet,
1980, 1981, 2009; Maluquer de Motes, 1981, 1983; Le Meaux, 2010).
Imagen 7. Fotograa
de detalle de los
restos de oro (8x) y
las parculas azules
(16x) presentes en
la placa UE 150.
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
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Documentación gráca generada durante el transcurso de la campaña
arqueológica
En este caso ha sido primordial el registro de la disposición en que
aparecieron las placas dentro de la unidad estragráca (Celesno Pérez y
Rodríguez González, 2017b: 46), cuyo análisis ha proporcionado una mejor
comprensión tanto de los factores de deterioro como de sus alteraciones,
tales como los patrones de fractura, la heterogeneidad de los pos y la
distribución de los depósitos o concreciones, el desigual porcentaje de
combusón de cada uno de los fragmentos y la ubicación original de
alguno de los elementos documentados como uno de los remaches de
marl, asociado a la placa este o elementos asociados a la caja como las
múlples cuentas de pasta vítrea.
Estudio del entorno geográco del yacimiento
El estudio de la geomorfología (almetría, litología) e hidrograa
(recursos hídricos, masas de agua subterránea) del terreno, así como
otros parámetros relevantes (clima y temperaturas, radiación solar anual,
precipitaciones anuales, vientos y heladas, vegetación y fauna local,
núcleos industriales y de población, etc.), son esenciales para evaluar no
sólo los factores de deterioro que han actuado sobre este po de bienes,
sino también muy úles para la planicación de tratamientos en la fase
previa al inicio de la campaña arqueológica, permiendo una previsión
de las posibles alteraciones en base a la naturaleza orgánica o inorgánica
del material arqueológico y posibilitando una mejor programación de
metodologías y productos a ulizar.
Estudio microestructural y material de las placas
Se trata de un punto importante para cercar el material constuvo y
clasicar cada placa, especialmente en cuanto a la dicil diferenciación
marl/hueso por la similitud en tecnología y apariencia, siendo
disnguibles mediante el examen organolépco de la microestructura de
sus secciones (Imagen 8) por parte de un especialista.
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Tres de ellas (sur, este y oeste) se han trabajado sobre parte de hueso
corcal y presentan una estructura laminada en su supercie externa con
celosías de espacios esponjosos en su núcleo, siendo visible la presencia
de canales de Havers en las secciones. La placa de marl (norte), presenta
una supercie y estructura densa y compacta, en la que se destacan las
microláminas que forman la denna y líneas de Schreger.
La parcularidad de los artefactos de hueso y marl reside igualmente
en la similitud que presentan desde el punto de vista sico-químico, pues
ambos se componen de fosfato, uoruro y carbonato cálcico (García y
Flos, 2008: 28) así como de colágeno, variando su porcentaje, distribución
y microestructura según se trate de hueso o marl.
No obstante, los factores de deterioro del contexto arqueológico suelen
dicultar su clasicación organolépca, especialmente si se trata de hueso
o marl expuesto a altas temperaturas, por alteración de la microestructura
de estos materiales, siendo necesario acudir a la realización de técnicas de
análisis concretas, para conocer, por ejemplo, el po de marl ulizado.
En este punto, se vio necesario la realización de una espectrometría
infrarroja por transformada de Fourier (espectrometría FT-IR)1, obteniendo
por resultado una candad de fosfato signicavamente menor en las
Imagen 8. Fotograa
de detalle en la que
se aprecian las di-
ferencias entre una
sección de marl,
correspondiente a
la placa norte (16x)
y otra de hueso de
la placa este (12x).
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
1. Este análisis fue
realizado en el Ins-
tuto de Ciencias de
Materiales (CSIC –
Universidad de Sevi-
lla), mediante Jasco
FT7IR-6200 IRT-5000
por método de re-
ectancia atenuada,
no requiriendo des-
trucción de material.
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placas previamente clasicadas como hueso, así como el uso de marl
de hipopótamo tanto para la placa norte como para cada uno de los
remaches (Rodríguez González et al. 2020: 12-ss, g. 6 y 8)2.
Para la placa UE 150, la cual ha sufrió combusón total, no se ha podido
determinar el po de marl, si bien los exámenes bajo binocular, al igual
que su resistencia mecánica y aspecto de su supercie, cercan que está
realizada en este material. La parcularidad de esta placa reside en los
gránulos azules que fueron observados en uno de sus fragmentos, al cual
se le aplicó un examen fotográco mediante técnica de foto infrarroja VIL
(Visible-induced Luminescence) con objeto de detectar la presencia de azul
egipcio gracias a las propiedades de este pigmento, ya documentado en
otras piezas de este yacimiento, ante la radiación infrarroja (Ojeda Zarallo,
2016)3 obteniéndose un resultado posivo por una fuerte luminiscencia
detectada en la zona de los gránulos azules y conrmándose, por tanto,
restos de pigmento azul egipcio que cubrirían la placa en origen.
Pruebas de compactación y solubilidad en soporte y productos de
alteración
Estas pruebas resultan muy importantes para establecer una propuesta
de tratamiento con la metodología y los productos adecuados. En este
caso, ambas se han realizado tanto en los soportes como en los productos
de alteración.
Para conocer la naturaleza química de las erras adheridas se ha realizado
un test químico bajo binocular con ácido nítrico (HNO3) al 10% en agua
desmineralizada (Odegaard, Sco y Zimmt, 2000: 100) sobre muestras
de terrones desprendidos que han reaccionado al contacto, siendo estas
erras de naturaleza carbonatada y encontrándose entremezcladas con
granos de sílice de diversa granulometría.
Cabe destacar la gran resistencia mecánica que presentaban la placa
norte UE 112 y la placa UE 150, al ser ambas de marl, así como la gran
diversidad de depósitos terrosos, dureza y distribución en cada uno de
los fragmentos (Imagen 9): erras muy pulverulentas de color anaranjado
fácilmente removibles con brocha, capas de carbonatos muy delgadas
y muy adheridas al soporte, si bien no provocaban ilegibilidad de la
2. Los espectros
obtenidos se han
comparado con la
colección de mues-
tras de referencia
del INCENTIVS de la
Universidad Johan-
nes-Gutenberg de
Mainz.
3. Este examen fue
realizado en el Cen-
tro de Conservación
y Restauración de
Bienes Culturales
de la Junta de Ex-
tremadura, con una
cámara réex Nikon
D60 provista de l-
tro interno IR de 750
nm y ltro B+W 093
IR, en cámara oscura
y con focos de luz
LED.
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PÁTINA. Noviembre 2019. Nº 21, ISSN: 2603-7009
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iconograa aunque sí un cierto velado, y erras carbonatadas muy densas
de color marrón oscuro, mezcladas con restos de carbones y granos de
sílice, con una adhesión media al soporte que sí interferían en su lectura.
Sobre todas ellas se han testado diferentes disolventes4 siendo el alcohol,
combinado con la limpieza mecánica, el más efecvo para debilitar las
fuerzas cohesivas presentes en las erras concrecionadas, especialmente
en el caso de las más gruesas.
Imagen 9. Fotogra-
as de detalle en
las que se aprecía la
diferente dureza, ad-
hesión y distribución
de carbonatos en
placas sur (detalle
del general en esca-
la.), norte (8x) y este
(8x). (Montaje: Ana
M. Herranz. ©Cons-
truyendo Tarteso)
4. Las pruebas de so-
lubilidad se han visto
reducidas al uso de
alcohol, acetona y
agua desmineraliza-
da / alcohol al 50%,
este úlmo po
aplicado tan sólo a la
concreción, de for-
ma local con pipeta,
evitando el contacto
con la supercie de
los fragmentos.
TRATAMIENTO REALIZADO
Placas UE 112
El tratamiento de limpieza mecánica y química se ha llevado a cabo
fragmento a fragmento bajo binocular y ha consisdo en la rerada de las
erras y concreciones anteriormente mencionadas, tanto en la supercie
como en el interior de las incisiones decoravas.
Tras una limpieza mecánica supercial con brocha, se ha procedido
a eliminar los depósitos mediante aplicación de alcohol con hisopo y
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remoción con palo de naranjo, evitando en la medida de lo posible recurrir
al uso del bisturí, con objeto de no rallar la supercie, tan sólo para rebajar
la mayor parte de las concreciones gruesas de dicil eliminación hasta la
altura de la capa na de carbonatos (Imagen 10), estableciéndose esta
úlma como el límite de intervención, evitando el desprendimiento de la
supercie pulida o pána del hueso y del marl al exisr gran adherencia
y procurando una limpieza controlada y homogénea, documentando
detalles elaborados con minúsculas incisiones ocultas bajo las capas
carbonatadas (Imagen 11). En otros casos sólo exisan restos de erras
sueltas de fácil remoción bajo las cuales aún se conservaba la supercie e
incisiones en perfectas condiciones.
Imagen 10. Fotogra-
a de detalle de los
trabajos de rebaje
de los carbonatos,
empleando para ello
bisturí y su posterior
eliminación con palo
de naranjo. Se trata
de los trabajos reali-
zados sobre las mar-
cas de zigzag presen-
tes en el reverso de
la placa norte (8x).
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
Imagen 11. Fotogra-
a de detalle en la
que puede apreciar-
se la aparición de
algunos rasgos ocul-
tos de la iconograa
bajo las concrecio-
nes tras su limpieza
(placas norte y este,
10x). (Montaje: Ana
M. Herranz. ©Cons-
truyendo Tarteso)
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Cabe mencionar las consolidaciones anteriores a la limpieza realizadas
con Paraloid B72® al 3% en acetona (previa humectación con este
disolvente para facilitar la penetración del consolidante) en el caso de
los fragmentos de placas de hueso que presentaban material disgregado
tanto en bordes como en supercie debido a fragmentaciones y
descamaciones, las cuales dejaban expuestas las zonas internas del hueso
esponjoso. Igualmente, se ha procedido a realizar un refuerzo estructural
temporal sobre el reverso de un fragmento de la placa norte de marl, el
cual presentaba una gran grieta con riesgo de fractura, la cual fue “cosida”
con tres grapas transversales de resina acrílica Paraloid B72® en acetona
al 40% para llevar a cabo una limpieza segura, efectuada sobre una cama
de plaslina cubierta con lm y adaptada a la curvatura de ese fragmento
para disminuir las fuerzas y presión generadas en la limpieza con el palo
de naranjo (Imagen 12)5.
Imagen 12. Foto-
graa de detalle de
la grieta presente
en el anverso y el
reverso (10x) de la
placa de marl. En la
parte inferior de la
imagen se muestra
la cama amorgua-
dora fabricada para
la conservación del
fragmento e imagen
de la limpieza tras
aplicar grapas de re-
fuerzo transversales
a la grieta. (Monta-
je: Ana M. Herranz.
©Construyendo
Tarteso)
5. Las grapas se
reraron cuando
el conjunto estuvo
adherido y la pieza
bien estabilizada y
sin riesgo, mediante
punta de palo de
naranjo alada e
impregnada en ace-
tona, despegando y
separando las gra-
pas desde la parte
inferior sin provocar
la disolución de las
mismas.
Posteriormente a su limpieza se dio paso a la adhesión de fragmentos,
previa planicación en un croquis de ubicación de cada uno de ellos,
debidamente numerados. Una vez clara su ubicación, se procedió a
adherirlos con Paraloid B72® al 30% en acetona. El adhesivo sobrante
entre los fragmentos ha sido eliminado mediante suaves pasadas con
hisopos humedecidos en acetona.
El grosor de los fragmentos facilitó la manipulación, aunque debido a la
diferente curvatura y alabeo de algunos de estos por su parcular fase
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de deterioro (exposición mayor o menor al fuego), especialmente en la
placa norte, la nivelación de la supercie resultó compleja. Sin embargo,
al dividirse la adhesión por grupos que posteriormente fueron pegados
entre sí y aprovechando el margen de polimerización de la resina acrílica
para enderezar y recolocar los fragmentos que quedaban mal situados
dentro del conjunto, se logró un equilibrio bastante aceptable, si bien
originalmente estas placas tampoco presentaban una forma rectangular
perfecta.
Cabe destacar la parcularidad que se observó en el extremo derecho
de la placa oeste, más combusonado, formado por tres fragmentos
y oricio para remache. Si bien el deterioro sufrido por elevadas
temperaturas y presión del sedimento en el marco arqueológico pueden
llegar a afectar de forma independiente la curvatura de cada fragmento,
en este caso se percibe una correspondencia de este grupo, formado por
estos tres fragmentos que forman el extremo, que diere mucho a los
inmediatamente próximos. La escasa correspondencia de curvatura de la
sección entre éstos y los adyacentes, hace pensar que, en primer lugar, la
placa se hubiera fracturado en el momento de hacer un primer agujero en
ese extremo para el remache, tras lo cual ambos planos se habrían lijado
y pulimentado para su unión, pues las secciones presentan un plano tan
reclíneo que no corresponde al patrón de fragmentación natural. En
este caso, estaríamos ante un error técnico bastante considerable cuya
solución habría sido la reparación o el reaprovechamiento de la materia
prima. Asimismo, se observa que el extremo izquierdo es sensiblemente
más grande que el resto de la placa (Imagen 13).
Imagen 13. Fotogra-
a de detalle de la
placa oeste donde
se observa el patrón
de fractura no na-
tural: descamación
que causó el agujero
fallido que creó la
ruptura (arriba) y
plano de fractura
reclíneo entre las
dos partes que indi-
ca lijado para pos-
terior unión (abajo).
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
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Con el objevo de respetar esta parcularidad tecnológica, se ha decidido
no adherir el grupo 1 a la otra parte de la placa, formada por la adhesión
de los grupos 2 y 3, puesto que en origen estarían unidos tan sólo por
contacto sico, manteniéndose la totalidad de la placa ja a la pared de
la caja mediante la acción de sendos remaches en los extremos, cuya
existencia atesguan los oricios (Imagen 14).
Imagen 14. Fotogra-
a de detalle de los
trabajos realizados
en la placa oeste
correspondientes a
la adhesión por gru-
pos de los fragmen-
tos recuperados.
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
Finalmente, y con ánimo de garanzar su conservación en el futuro, se ha
provisto a cada una de ellas de una capa de protección con Paraloid B72®
en acetona al 3% aplicada con brocha, concentración idónea tras una serie
de pruebas con objeto de minimizar los brillos generados en la supercie
pulida y obteniendo un resultado aceptable que no ha interferido con la
observación de los pequeños detalles de la iconograa incisa.
La intervención para este conjunto de placas ha nalizado con la elección
de un embalaje de plásco inerte al que se ha provisto de un relleno de
espuma de polieleno donde se han excavado camas con la forma de
cada placa, las cuales se han introducido envueltas en papel japonés libre
de ácidos. Sobre ellas, se ha situado otra espuma a modo de protección
y se ha colocado la tapa herméca del embalaje, con su tarjeta y foto
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idencava, favoreciendo su aislamiento hasta su llegada a la instución
museísca (Imagen 15).
Imagen 15. Foto-
graa de detalle
del estado nal de
las placas UE 112.
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
Imagen 16. Fotogra-
as de detalle de las
labores de limpieza
mecánica y química
de la placa UE 150.
Las imágenes per-
miten apreciar el
brillo y la supercies
caracteríscos del
marl (8x). (Monta-
je: Ana M. Herranz.
©Construyendo
Tarteso)
Placa UE 150
En este caso, la conservación del oro era prioritaria antes de realizar la
limpieza, ya que exisa peligro de pérdida por su escasa adherencia al
soporte, por lo que se procedió a jar la lámina en todos los fragmentos
que la presentaban con Paraloid B72® en acetona al 2% mediante
impregnación con pincel, concentración elegida por no generar excesivo
brillo. La lámina quedó bien adherida, permiendo la manipulación de los
fragmentos y el paso a su limpieza, la cual se ha realizado de modo muy
similar a las anteriores placas, siendo en este caso mucho más fácil al no
presentar sobre la supercie carbonatos o concreciones resistentes, sino
erras blandas y restos de carbones fácilmente eliminables con hisopos
impregnados en alcohol y leves presiones con palo de naranjo (Imagen 16).
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Tras su análisis, el fragmento que presentaba aún restos de pigmento se
ha limpiado cuidadosamente, respetando las parculas en su ubicación.
No se ha optado por su jación debido a criterios de mínima intervención,
si bien puede garanzarse su conservación en un embalaje adecuado.
Una vez establecido el croquis de la ubicación de cada fragmento, se
procedió a su adhesión con Paraloid B72® al 30% en acetona mediante
impregnación con pincel, aplicando una na candad de resina a lo largo de
un borde de fractura de la unión, que posteriormente ha sido presionado
contra el otro, aprovechando la uidez del adhesivo para su recolocación
correcta, todo ello bajo binocular y tomando como referencia un marco
rectangular de paredes rectas para nivelar correctamente los fragmentos,
que fueron divididos en tres grupos y posteriormente adheridos entre sí
(Imagen 17).
Imagen 17. Fotogra-
as de detalle sobre
la fase de adhesión
de fragmentos
bajo binocular (8x).
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
La falta volumétrica en su extremo derecho impide esmar una longitud
aproximada, si bien se observa que el movo guravo ene connuidad
hacia ese extremo, apareciendo los cuartos delanteros y oreja de un
segundo bóvido, que parece representarse en perspecva, detrás del
primero, del cual se ha perdido la parte del morro y de los cuartos traseros
junto a la parte inferior o borde de la plaquita.
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Finalmente, ha sido introducida en un embalaje con equeta idencava,
de similares caracteríscas que el de las anteriores placas, proporcionando
al bien cultural una estabilidad ambiental hasta su llegada a la instución
(Imagen 18).
Imagen 18. Foto-
graa de detalle del
estado nal de placa
UE 150. (Montaje:
Ana M. Herranz.
©Construyendo
Tarteso)
PLAN DE CONSERVACIÓN PREVENTIVA
La intervención realizada carecería de sendo si se eludiera la ejecución
de un Plan de Conservación Prevenva, constuyendo ésta una úlma
fase necesaria, inherente al tratamiento y de obligado cumplimiento por
parte de la instución o museo que custodia el bien cultural, encargada de
favorecer la integridad y la conservación a largo plazo de estos materiales
mediante el mantenimiento de unas condiciones idóneas y el seguimiento
periódico del estado de conservación de los bienes culturales, así como el
de la efecvidad de los tratamientos (García-Patrón 2015: 170).
Los principales agentes de deterioro que alteran el marl y hueso son
las uctuaciones o cambios de humedad y temperatura, de ahí que
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un control y seguimiento de estos parámetros sea imprescindible para
garanzar la supervivencia del material, centrados principalmente en
evitar la manipulación del mismo, el mantenimiento de unas condiciones
estables (humedad relava entre 45 y 55%; temperatura de 18 a 20ºC
y un máximo de 150 luxes), así como una revisión periódica del estado
de conservación de los bienes culturales (Tiley-Nel y Antonites, 2015: 40;
Erhardt, Tumosa y Mecklenburg 2007: 13).
Finalizado todo el tratamiento y el estudio de las placas, los bienes
están listos para ser transferidos a la instución museísca provincial
correspondiente, acompañados de toda la documentación generada a lo
largo del tratamiento (informe de intervención donde se detalla cada fase
de forma exhausva y documentación gráca). En este sendo, no ha de
desesmarse la gran importancia que poseen los documentos generados
durante la intervención de los bienes culturales y la entrega de informes
detallados, siendo otro de los elementos inherentes al tratamiento que
igualmente contribuyen a la garana de su conservación cara a futuros
especialistas.
RESULTADOS OBTENIDOS TRAS LAS LABORES DE
RESTAURACIÓN
El trabajo muldisciplinar llevado a cabo durante el estudio de las placas
de hueso y marl documentadas en la estancia 100 del yacimiento de
“Casas del Turuñuelo” ha permido extraer la máxima información tanto
a nivel material como técnológico. Sin embargo, huelga decir que parte
de la invesgación habría sido imposible sin el plan de actuación diseñado
para la restauración de las placas, la cual nos ha permido obtener los
siguientes resultados:
-Integridad, salvaguarda y seguridad de los bienes intervenidos:
la intervención de estas placas no sólo estaba juscada por su
necesaria recuperación y conservación en el futuro, sino igualmente
por la necesidad de extraer el máximo conocimiento acerca del
material empleado en su fabricación, la técnica de elaboración y
especialmente una lectura completa de su iconograa, tan sólo
posible tras la limpieza de la supercie, con objeto de hacer legibles
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todos los detalles presentes en ella, anteriormente ocultos bajo las
concreciones y depósitos. La conservación futura de estas placas
se fundamentará en las medidas de conservación prevenva
garanzadas por las instuciones museíscas, encargadas de
connuar la fase de estabilización.
-Afectación de altas temperaturas sobre el material orgánico: tras
la limpieza de las placas, se ha podido examinar la incidencia de las
altas temperaturas y su distribución. En este caso, se ha seguido el
esquema propuesto por Etxeberría (1994: 114), observándose una
carbonización homogénea y localizada en la parte septentrional
de la caja, que incluye toda la placa norte y ambas mitades de las
placas este y oeste.
-Relectura de la iconograa: tras la limpieza de depósitos y concreciones
que ocultaban parte de la iconograa hasta el momento de su
intervención, se ha podido actualizar dicha iconograa aplicando
diversos ángulos de reexión con focos de luz. Destacan los resultados
obtenidos del estudio de la placa oeste, donde con anterioridad a
los trabajos de restauración no se había apreciado el detalle de que
el león también está devorando la pata de un herbívoro (Imagen 19),
Imagen 19. Fotogra-
a de detalle en la
que se aprecia la im-
portancia de la lim-
pieza y restauración
de las placas. Para
ello hemos seleccio-
nado un detalle de
la placa oeste donde
sólo tras la limpieza
del fragmento se
pudo documentar la
pata de un herbívo-
ro devorada por el
león. (Montaje: Ana
M. Herranz. ©Cons-
truyendo Tarteso)
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siguiendo el mismo esquema que el documentado en la placa este.
Asimismo, la limpieza de los extremos y su estudio mediante el
empleo de luz rasante permió documentar la existencia de medias
ores de loto, situadas en los extremos de las placas este y oeste,
de los que además de su contorno se había representado el detalle
de los pislos de sendas ores (Imagen 20).
Imagen 20. Foto-
graas de detalle de
uno de los extremos
de la placa oeste.
Los diferentes foto-
gramas muestran la
disnción de maces
en la iconograa del
loto según el ángulo
de reexión de la luz
(8x). (Montaje: Ana
M. Herranz. ©Cons-
truyendo Tarteso)
-Fabricación y tecnología de las placas: se han documentado
aspectos determinantes acerca de la cadena operava de trabajo en
la elaboración de estas placas, consistente en recorte del material
óseo/ebúrneo, elaboración de agujeros para remaches y posterior
técnica decorava de incisión. El orden de las actuaciones vendría
determinado por las vicisitudes que presenta la placa oeste, ya
que la correspondencia de la iconograa es exacta entre las partes
previamente fracturadas, lo que indica que se realizó después de
praccar el oricio.
-Marcas o signos en los reversos: destacan los documentados en
la placa UE 150, consistentes en un aspa con tres signos en cuña
a la derecha y dos a la izquierda, casi simétricos, actualmente en
estudio, pues su signicado resulta todavía confuso ante el reducido
número de trabajos que abordan este po de simbología. Por sus
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caracteríscas de posición y simetría, podrían estar relacionadas
con los procesos de fabricación de este po de placas (preparación
inicial, corte de la materia prima, orientación de la pieza, ubicación
como revesmiento, etc.), o incluso pensados para favorecer la
adhesión de la placa a una supercie lisa.
De naturaleza diferente parecen, en cambio, los documentados
en el reverso de la placa norte del conjunto recuperado en la UE
112. En este caso, los signos enen forma de zigzag, lo que podría
sugerir una función de llave mecánica, entendiéndose que estas
placas también irían adheridas con algún po de adhesivo natural
a la supercie de la caja, sustancia de la que, por otra parte, no nos
ha quedado ningún indicio material (Imagen 21).
Imagen 21. Fotogra-
as de detalle de las
marcas presentes en
los reversos de al-
gunas de las placas.
Arriba reverso de la
placa UE 150; abajo
reverso de la placa
norte de la UE 112.
(Montaje: Ana M.
Herranz. ©Constru-
yendo Tarteso)
-Posibles restos de oro fundido en placas UE 112: el estudio deta-
llado de cada uno de los fragmentos que componen el conjunto de
placas recuperadas sobre el pavimento de la estancia 100 permió
documentar la presencia de depósitos brillantes y dorados insertos
en los canales de Havers de las placas este y oeste (Imagen 22).
Dichos depósitos presentan una doble lectura, pues bien podrían
tratarse tanto de restos de la resina empleada para adherir la placa
a la madera, como residuos de oro fundido procedente del anverso
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de las placas, pues al igual que en ejemplo de la placa recuperada
en la UE 150, el oro podía haberse empleado en la su decoración.
Solo futuros análisis nos permirán determinar la naturaleza de es-
tos depósitos.
Imagen 22. Fotogra-
as de detalle de los
depósitos dorados y
brillantes documen-
tados en las seccio-
nes de la placa oeste
(35x). (Montaje: Ana
M. Herranz. ©Cons-
truyendo Tarteso)
MÁS ALLÁ DE LA RESTAURACIÓN
Frente a los resultados presentados, parece que no cabe duda alguna
de la importancia que poseen las labores de restauración a la hora de
emprender el correcto estudio de un bien arqueológico alterado por los
procesos postdeposicionales propios de su ocultación. La importancia de
estos trabajos se acentúa en medios de alta humedad, como es el caso
del yacimiento de “Casas del Turuñuelo”, donde al mismo empo que las
condiciones medioambientales favorecen la conservación de materiales
orgánicos, fomentan la presencia de carbonatos y óxidos que alteran
la conservación y el posterior estudio de muchos restos arqueológicos.
Frente a esta situación, sería un error pasar por alto que los resultados
obtenidos en las tareas de restauración se traducen, posteriormente, en
datos iconográcos y tecnológicos que nos permiten abordar un análisis
histórico del que pueden extraerse interesantes conclusiones.
La limpieza y el estudio detallado de cada uno de los fragmentos de hueso
y marl recuperados sobre el pavimento de la estancia 100 han permido
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abordar un exhausto trabajo de invesgación en torno a la iconograa
presente en las placas, su técnica de fabricación y las materias primas
empleadas, de ahí que se considere de vital importancia la presentación
de la metodología de restauración empleada y los resultados obtenidos,
pues consideramos que este paso resulta esencial en un correcto análisis
histórico.
Sin los trabajos de restauración habría sido imposible diferenciar
de forma visual la presencia de dos pos de materias primas, una
información fundamental de cara al estudio del comercio fenicio a través
del mediterráneo, pues conocemos por otros estudios de la existencia
de una red de intercambio de marles a través de la cual están llegando
a la península manufacturas ebúrneas procedentes de Oriente (Marn
Ruiz, 2011).
Así mismo, las labores de restauración han resultado fundamentales
para emprender el estudio tecnológico e iconográco de las piezas, pues
sin la limpieza de las mismas habría sido imposible apreciar detalles
que favorecen la correcta lectura iconográca de las placas, un hecho
fundamental si queremos obtener una interpretación precisa de las
escenas representadas y, por lo tanto, del signicado simbólico de las
mismas. Quizás uno de los ejemplos más claros de la importancia de la
correcta limpieza de las piezas sea la presencia de medias ores de loto
en los extremos de las placas este y oeste, un elemento que presenta
un claro juego visual, de tal modo que, al representar media or de loto
en cada extremo y observar la caja desde un ángulo esquinado puede
apreciarse la or completa. Esta solución iconográca se encuentra
presente en otros ejemplos documentados en la eboraria tartésica y que
habían pasado completamente desapercibidos ante nuestros ojos en la
primera lectura iconográca realizada del conjunto debido a la presencia
de depósitos de carbonato sobre las incisiones.
Otro de los aspectos a resaltar y para cuyo estudio ha sido fundamental
el trabajo de restauración es la documentación del pigmento azul egipcio
de los depósitos adheridos a la placa procedente de la UE 150. Aunque ha
sido necesario corroborar la presencia del mismo mediante la realización
de un análisis lumínico, lo cierto es que sin las labores de restauración la
presencia del pigmento habría sido pasada por alto. La importancia del
hallazgo es mayúscula, pues, aunque conocemos casos en Oriente donde
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los marles conservan parte del pigmento o el oro que los recubría y
decoraba, en la Península Ibérica constuye hasta la fecha un ejemplo
único que nos marca la llegada de este po de importaciones a las colonias
fenicias occidentales y su distribución a las erras del interior.
En esta misma línea debemos hacer referencia a los posibles depósitos
de oro localizados en los canales de Havers de las placas este y oeste
del conjunto que decoraba la caja de madera. Si, como creemos, los
depósitos brillantes localizados se corresponden con el oro, estaríamos
ante las primeras placas de hueso, de fabricación tartésica, decoradas a
la manera oriental, marcándonos así la existencia de talleres occidentales
donde trabajarían artesanos fenicios.
En deniva, nuestro objevo es recalcar la importancia que las tareas
de restauración poseen para el buen conocimiento del bien arqueológico,
además de para su posterior conservación de cara a futuros análisis o
estudios. Así, creemos que el análisis de las placas de hueso y marl del
yacimiento de “Casas del Turuñuelo” constuyen un claro ejemplo de ello.
El objevo nal es que esta metodología se aplique a futuros hallazgos
arqueológicos con similares caracteríscas, dado que queda clara la
ulidad que posee para el correcto conocimiento histórico. Especialmente
en un horizonte, como es la eboraria tartésica, donde todavía nos queda
mucho camino por recorrer.
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