En este artículo se reflexiona sobre el significado e importancia actual de los pueblos
originarios urbanos en el panorama multicultural de la Ciudad de México. También
se expone cómo estos pueblos sui generis, con una larga historia en la cuenca del
Valle de México, mantienen, reproducen y recrean prácticas culturales y universos
simbólicos, tanto de raíz mesoamericana como mestiza, las cuales se han ido amalgamándose a lo largo de su existencia y se expresan en diferentes formas de habitar
la ciudad; asimismo, se explica la emergencia en décadas recientes de estas comunidades como actores culturales, sociales y políticos que se visibilizan y reclaman
su derecho a existir y ser parte de la metrópoli. Finalmente, se plantean algunas
preguntas y líneas de la discusión presente sobre esta temática.