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4. La geopolítica del útero: hacia una
geopolítica feminista decolonial en
espacios de muerte lenta
Soa Zaragocin1
Hay partes del cuerpo que crean territorialidades pro-
pias. En este escrito sugiero que en espacios determi-
nados por la colonialidad de colonos, donde se naturaliza
la violencia lenta (Nixon, 2013) y la muerta prevenible (Po-
vinelli, 2011; Berlant, 2007; Povinelli, 2002), el útero crea su
propia territorialidad. Tomo como ejemplo la resistencia cor-
poral de las mujeres Éperas (Eperara Siapidaara) del norte de
Esmeraldas, en Ecuador,2 quienes, para prevenir la extinción
de su pueblo, proponen al útero como trinchera desde donde
confrontar la muerte colectiva. Las mujeres Épera contrarres-
tan múltiples formas de violencia espacial creando una terri-
torialidad a través de sus roles y corporalidades reproductivas,
dando luz a lo que podríamos llamar la geopolítica del útero. Mi
contribución reexiva se sitúa en las intersecciones entre la
geopolítica feminista anglocéntrica y el feminismo decolonial
latinoamericano, en un contexto de colonialidad de colonos ínti-
mamente relacionada con la muerte lenta de espacios-cuerpos.
Así, en un primer momento planteo la colonialidad de colonos
como un marco analítico dentro del contexto ecuatoriano, y
posteriormente hago una breve revisión de la literatura sobre
el cuerpo en la geopolítica feminista anglocéntrica para nal-
mente plantear, desde la geopolítica feminista decolonial, la
geopolítica del útero.
1 Geógrafa feminista decolonial. Es miembra del Colectivo de Geografía Crí-
tica del Ecuador y Profesora visitante e investigadora asociada del Departa-
mento de Sociología y Estudios de Género en Flacso-Ecuador.
-
tículos bajo revisión. Para este escrito me interesa enfatizar aspectos teóricos
sobre la relación cuerpo-territorio-muerte.
82 Perspectivas Teórico-Políticas
Colonialidad de colonos: una colonialidad analítica
territorial
Este escrito retoma una propuesta analítica especíca en tor-
no a la colonialidad, aquella que en inglés se denomina settler
colonialism o, traducida al español, colonialidad de colonos.3 Ésta
plantea que la eliminación sistemática de pueblos indígenas
no debe ser concebida como un evento o una serie de even-
tos aislados, sino más bien como una estructura de invasión
(Wolfe, 1999). A diferencia del genocidio o etnocidio, la in-
vasión estructural de colonos además de eliminar población
indígena, procura apropiarse de sus territorios (Wolfe, 1999;
Veracini, 2011; Veracini, 2014). Ésta es una propuesta analí-
tica de la colonialidad basada en el despojo y la apropiación
territorial que explica formas contemporáneas de eliminación
de pueblos y nacionalidades indígenas, caracterizándose pri-
mordialmente como un proyecto territorial. A partir de la eli-
minación o la muerte de pueblos indígenas es posible para
los colonos la apropiación territorial bajo nuevas reglas del
biopoder, “del aquí y el ahora” (Morgensen, 2011). Es en este
proceso contemporáneo de continua colonialidad donde se
acentúan geografías racializadas relacionadas con la suprema-
cía blanca (Bonds y Woods, 2016), así como con la masculini-
dad heterocolonial4 (Gahman, 2016). La colonialidad de colonos,
como analizo más adelante, es, por consiguiente, un proyecto
territorial altamente racializado y sexualizado.
Intelectuales indígenas feministas que escriben sobre la
injusticia espacial-corporal en el marco de la colonialidad de co-
lonos en países como Estados Unidos, Canadá y Australia, se
Estados Unidos, Canadá, Australia y otros países considerados parte del me-
tafórico “Norte global”. La utilización de este marco teórico para el con-
texto latinoamericano es muy reciente. Para muestra, la discusión suscitada
en
Journal of Settler Colonialism de próxima publicación donde se discute la
emergencia del marco de colonialidad para Latinoamérica.
4 Mi traducción de ‘white hetero-settler masculinity’.
83
La geopolítica del útero: hacia una geopolítica feminista...
identican desde sus propias nociones de feminismo decolo-
nial que están determinadas por sus espacios de enunciación.
En sintonía con el feminismo decolonial latinoamericano, en
este texto incluiré dichas nociones para dialogar con los fe-
minismos periféricos desde la experiencia de mujeres raciali-
zadas y colonizadas (Zaragocin, 2017). Así, sugiero que este
marco analítico de colonialidad, junto con las críticas feminis-
tas indígenas (autoproclamadas como tales) inmersa en esta
discusión, es pertinente para analizar ciertas zonas ecuatoria-
nas donde ocurre la violencia y la muerte lenta de pueblos y
nacionalidades indígenas con el n de apropiar sus tierras.
En este marco de análisis crítico, la eliminación de pue-
blos y nacionalidades indígenas responde a la pregunta de
cómo y cuándo mueren éstos.5 Bajo la “lógica de eliminación”
de Patrick Wolfe, la respuesta apunta tanto a la muerte físi-
ca como cultural. La muerte colectiva de pueblos racializados
bajo la colonialidad de colonos es lenta y se puede prevenir (Povi-
nelli, 2011; Berlant, 2007), ya que se maniesta, por ejemplo,
en enfermedades causadas por la contaminación resultante
del racismo ambiental o el capitalismo racializado. Los y las
Éperas mueren por falta de agua potable y por la contamina-
ción del río Cayapas, fuente central de subsistencia. Desde ese
espacio acuático (Oslender, 2002), ellos y ellas comen, beben
y se bañan; a la vez, es un lugar de diversión para los y las gua-
guas.6 Sin embargo, debido a la contaminación provocada por
la producción de palma africana, la industria maderera, la mi-
nería y el abandono estatal en relación al aseguramiento de los
servicios básicos, las personas mueren por enfermedades evi-
tables y curables como la diarrea. El hecho de que pueblos y
nacionalidades indígenas mueran en espacios cotidianos nor-
maliza la muerte de niños, niñas y jóvenes, cuyas vidas perdi-
5 Esta pregunta es sumamente problemática por la esencialización de cuerpos-
colonialidad de colonos en
-
genas frente a la colonialidad de colonos (Pulido, 2017).
6 Infantes.
84 Perspectivas Teórico-Políticas
das, aun cuando no son muertes naturales, son justicadas por
los servicios de salud como provocadas por causas naturales.
Es decir, naturalizando y normalizando muertes prevenibles y
llevándolas a un extremo. La asimilación cultural es otra forma
de muerte lenta explicada bajo la colonialidad de colonos (Wolfe,
1999), que supone la apropiación cultural de pueblos y nacio-
nalidades, siendo otra manera de eliminar a poblaciones racia-
lizadas. Los pueblos racializados mueren de manera colectiva,
ya sea físicamente o culturalmente, en espacios-tiempos de la
cotidianidad, que normalizan su paulatina desaparición.
Muerte-cuerpo-territorio desde la colonialidad de
colonos
La lucha territorial por parte de mujeres racializadas es un
tema que relaciona íntimamente el cuerpo y la tierra. En este
escrito quiero enfatizar que esta relación se agudiza desde la
relación muerte-cuerpo-territorio, donde converge la muerte
del lugar7 con la muerte de los cuerpos. La contaminación
feroz que resulta del racismo ambiental y el capital racializado
contamina y enferma los cuerpos; ésta se ve reforzada por el
hecho de que, como proponen ciertas autoras, los cuerpos y
los territorios son ontológicamente un todo (Cruz Hernán-
dez, 2016; Cabnal, 2010). La violencia simultánea ejercida
contra el cuerpo y el espacio ha sido teorizada de manera dis-
tinta, enfatizando el determinante espacial de la experiencia y
su conceptualización. Desde una perspectiva latinoamericana,
las diferentes visiones sobre espacialidades feministas8 resal-
7 En este texto utilizo varias identidades espaciales, además del territorio. Esto
se debe a mi formación en geografía feminista, donde las relaciones de géne-
ro crean diferentes tipos de espacialidades además de la de territorio. Propon-
go en este escrito la utilización del término espacialidades feministas para,
justamente, poder abarcar estas otras identidades espaciales que se están fo-
mentando desde posturas feministas.
8 Distingo esta visión de la que propone Astrid Ulloa, que menciona feminis-
mos territoriales.
85
La geopolítica del útero: hacia una geopolítica feminista...
tan la relación intrínseca entre violencia de género y dinámicas
espaciales especícas. Por ejemplo, existe una relación direc-
ta entre el incremento de la violencia de género en zonas de
extractivismo (minería, en particular) (Ulloa, 2016, Colectivo
Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, 2014), la
violencia territorializada con el femi(geno)cidio (Segato, 2012,
2013), y el desarrollo de geografías del feminicidio (Zarago-
cin, Silveira y Arazola, en prensa).
Los feminismos comunitarios (Cabnal, 2010), por su
parte, proponen la existencia de una relación ontológica y
epistemológica entre el cuerpo-territorio, donde, por ejemplo,
se puede entender que si el cuerpo está enfermo también lo
está el espacio, y, por ende, la sanación del cuerpo-territorio
es mutuo-dependiente.9 A su vez, los feminismos decoloniales
(Paredes, 2008) relacionan la violencia sexual contra el cuerpo
de la mujer indígena con lo ocurrido en tierras ancestrales
cuando se produjo la penetración colonial. Ulloa agrupa al-
gunos de los planteamientos mencionados como feminismos
territoriales deniéndolos como: “las luchas territoriales-am-
bientales que son lideradas por mujeres indígenas, afrodes-
cendientes y campesinas, y que se centran en la defensa del
cuidado del territorio, el cuerpo y la naturaleza, y en la crítica
a los procesos de desarrollo y extractivismo […] se basan en
una visión de la continuidad de la vida articulada en sus terri-
torios” (Ulloa, 2016: 136). Para esta autora, los extractivismos
relacionan los cuerpos-territorios de las mujeres con proce-
sos de apropiación y desposesión (2016). Ausente de estas re-
exiones, es una relación más directa con procesos de muerte
individual y colectiva de las personas y sus espacialidades.10
Para aportar a las discusiones sobre feminismos territoriales
9 En la visita de Lorena Cabnal a Ecuador, la organización Acción Ecológica
organizó un toxitour a la provincia de Sucumbíos (ubicada en la Amazonía
ecuatoriana), para presenciar los derrames petroleros. En estos espacios, Lo-
rena sanó la tierra como forma de sanar nuestros cuerpos.
10 Utilizo el término espacialidades desde la geografía feminista, donde se pro-
mueve la posibilidad de hablar desde otras dimensiones de espacio además
del territorio.
86 Perspectivas Teórico-Políticas
(Ulloa, 2016) y espacialidades feministas en Latinoamérica,
menciono a continuación las reexiones de mujeres indígenas
intelectuales que nos aportan miradas desde los efectos espa-
ciales de la colonialidad de colonos que, según ellas, es una estruc-
tura que depende de geografías injustas e injusticias espaciales
para sostenerse y autorreproducirse (Goeman, 2017).
Colonialidad de colonos
como proyecto racializado
y sexualizado
La colonialidad de colonos se maniesta mediante la eliminación
étnica dependiente del lugar, a menudo solidicando el patriar-
cado heterosexual, de modo que el espacio cotidiano se con-
vierte en un lugar de control y de vigilancia colonial (Denetda-
le, 2017), convirtiéndose en un proyecto centralmente racia-
lizado y sexualizado (Baker, 2017; Goeman, 2013; Goeman,
2017). La eliminación de una etnia atraviesa necesariamente
los cuerpos de mujeres racializadas, debido a su capacidad de
reproducción y al rol que ejercen para la continuación de la
vida (Smith, 2005). La relación entre mujeres racializadas y re-
producción espacial en contextos de eliminación étnica tiene
necesariamente que ver con su rol en la continuidad de vida,11
y a su vez, con su implicación en procesos de muerte-cuerpo-
tierra. La lógica de eliminación étnica pasa por los cuerpos de
mujeres indígenas, justamente porque es desde sus funciones
reproductivas que se puede enfrentar la estructura colonial
cuya nalidad es su muerte colectiva (Smith, 2015).
Las teorías feministas indígenas a las que hago alusión
en este escrito se han enfocado en contrarrestar espacialida-
des dominantes sobre sus cuerpos y su cotidianidad, mismas
que resultaron en conguraciones territoriales racializadas y
sexualizadas (Baker, 2017). Para la intelectual indígena Mis-
11 La reproducción cultural y física de lasmujeres indígenas ha sido propuesta
en los debates sobre derechos de las mujeres y derechos indígenas. Véase
Speed, 2008; Picq, 2012; Cumes, 2012.
87
La geopolítica del útero: hacia una geopolítica feminista...
huana Goeman (2013), del territorio ancestral Seneca, la ideo-
logía espacial de los Estados-nación se basa en espacios hete-
ropatriarcales coloniales donde se impuso un orden patriarcal
de la heterosexualidad sobre el espacio y los cuerpos, y en es-
pecial, sobre las mujeres indígenas. En este contexto, sostiene
que lograr la decolonialidad espacial es una forma de justicia
espacial que es posible mediante geografías encarnadas en los
cuerpos de mujeres indígenas creadoras de otras relaciones
sociales que nos llevan en direcciones trascienden el mapeo
del espacio heteropatriarcal del colono (Goeman, 2013). Para
esta autora, crear otras espacialidades desde el encarnamiento
de las mujeres indígenas es una forma de contrarrestar el es-
pacio heteropatriarcal de la colonialidad de colonos, y por ende, la
eliminación de pueblos y nacionalidades indígenas. Estas re-
exiones ayudan a comprender las estrategias propuestas por
mujeres indígenas que enfrentan la eliminación de su etnia
(Zaragocin, en edición) desde sus corporalidades y desde una
parte especíca de su cuerpo.
El punto de encuentro entre las propuestas de feminis-
mos indígenas en contextos de colonialidad de colonos y algunas
de las corrientes de territorialidades feministas12 mencionadas
anteriormente, es que ambas coinciden en que la colonialidad
de género dene las relaciones de género en el lugar (Espinosa-
Miñosa et al., 2014; Zaragocin, en edición). A su vez, se recalca
la relación cuerpo-tierra, donde el cuerpo de las mujeres indíge-
nas se convierte en un posible objetivo de la violencia ejercida
por esas estructuras coloniales (Goeman, 2017). La heteronor-
matividad patriarcal, que se materializa en injusticias espaciales
(Goeman, 2017), se conecta con la reproducción biológica y
social de las mujeres racializadas en América Latina. El control
para la eliminación de una población, así como la resistencia
frente al etnocidio, hacen que, desde la geopolítica feminista
decolonial (Zaragocin, en edición), el útero sea considerado una
entidad geopolítica, como desarrollo a continuación.
12 En su visita al Ecuador, Lorena Cabnal mencionó que el feminismo comuni-
tario que proponía no era necesariamente decolonial.
88 Perspectivas Teórico-Políticas
Hacia una geopolítica feminista decolonial
Los cuerpos existen en lugares y, a la vez, son lugares (Mc-
Dowell, 1999). Desde hace dos décadas, la geografía feminis-
ta anglocéntrica13 favoreció la escala del cuerpo (Longhurst
y Jonhston, 2014), al utilizar el término encarnamiento14 (Jo-
hnson, 2008). Desde esta tradición intelectual, el cuerpo fue
teorizado en torno a la maternidad y en mayor grado como
una entidad geopolítica (Longhurst y Jonhston, 2014). La
geopolítica feminista, una subdisciplina de la geografía femi-
nista, muestra las relaciones de fuerza que operan mediante
y por sobre los cuerpos, haciendo que ciertas subjetividades
y corporalidades sean vulneradas, explotadas o violadas en
relación con la seguridad, la población, el territorio y el na-
cionalismo (Dixon y Marston, 2011, p. 455). El imaginario
geopolítico feminista (Hyndman, 2001) incorpora cuerpos,
subjetividades y corporalidades, teorizando sobre ellos desde
la escala de lo cotidiano y convirtiéndolos en sitios en los que,
mediante prácticas socioespaciales, se impregnan las tensiones
geopolíticas. La relación entre escalas de poder a través del
cuerpo y la experiencia situada es el pilar que caracteriza a la
geopolítica feminista anglocéntrica. Es desde esta lógica que
se puso énfasis en la escala de lo íntimo y en el espacio-tiempo
de la cotidianidad, para entender las relaciones de poder en es-
pacios en los que el poder estatal se ha analizado escasamente.
De esta manera se ha explorado cómo las geografías de las
emociones son utilizadas de manera geopolítica. Por ejemplo,
la relación que existe entre el miedo experimentado por las
mujeres en sus casas como consecuencia de la violencia de gé-
nero y de la generada por el Estado con sus omisiones frente
al feminicidio (Pain y Smith, 2008, Zaragocin, Silveira y Ara-
zola, en prensa). El trabajo de Sara Smith (2012) es particular-
-
“Norte global”.
14 Traducción de embodiment.
89
La geopolítica del útero: hacia una geopolítica feminista...
mente pertinente, porque plantea una geopolítica íntima don-
de la lucha territorial toma en cuenta el amor, la reproducción
corporal y a los y las guaguas, donde, a su vez, los cuerpos no
sólo son territorios, sino que se convierten en territorios in-
mersos en proyectos geopolíticos (Smith, 2012). Por lo antes
mencionado, desde la geopolítica feminista se abre un espacio
conceptual para entender las diferentes interpretaciones de la
muerte-territorio-cuerpo en una pluralidad de geografías del
mundo donde las mujeres enfrentan la muerte colectiva de
sus pueblos, mediante encaramientos especícos que, en sí,
crean espacialidades propias. Ello vuelve necesario incluir una
reexión conceptual adicional dirigida a una geopolítica femi-
nista decolonial, que permita concebir la geopolítica del útero.
Desde hace algún tiempo, se ha analizado la hegemonía
de la producción anglocéntrica15 en la geografía feminista por
su rol determinante del debate académico internacional (Gar-
cia Ramon, Simonsen y Vaiou, 2006). En comparación con
otras corrientes de la geografía crítica, la geografía feminista
ha incluido voces de geógrafas feministas de fuera del mundo
anglocéntrico, en revistas de geografía feminista como Gender,
Place & Culture (Garcia Ramon, Simonsen y Vaiou, 2006). Sin
embargo, lo que algunas geógrafas de ciertos países ven como
una inclusión epistémica, es considerado por investigadoras
de Latinoamérica como esfuerzos que podrían haber queda-
do limitados y con poca interacción conceptual. Siguiendo la
tradición intelectual de la geografía feminista, la geopolítica
feminista se basó en ontologías e epistemologías occidentales
y universales (Naylor, 2017). Como en el resto del campo de
la geografía crítica, se plantearon corrientes de pensamiento
poscolonial; sin embargo, los esfuerzos por descolonizar la
disciplina son aún recientes (Sundberg, 2014; Radcliffe, 2017;
Naylor, Daigle, Zaragocin, Ramirez y Gilmartin, 2017).
Para plantear al útero como una entidad geopolítica
propongo partir de la geopolítica feminista decolonial, don-
15 Entendida como geografía feminista producida en centros académicos o de
investigación en Estados Unidos, Inglaterra y Canadá.
90 Perspectivas Teórico-Políticas
de el análisis espacial de la colonialidad de género es visto
desde una pluralidad de posturas geográcas (Zaragocin, en
edición). Especícamente, deno la geopolítica feminista de-
colonial como una geopolítica feminista que “considera a la
colonialidad de género en conguraciones estatales-imperia-
les y a las resistencias espaciales racializadas y de género que
se relacionan con nociones de soberanía y de autodetermi-
nación. A su vez abre una conversación entre la geopolítica
crítica y la pluralidad de propuestas de feminismo decolonial,
mismas que originan epistemologías, ontologías y geopolíticas
alternativas” (Zaragocin, en edición). La utilización del útero
por parte de las mujeres Épera de Santa Rosa de los Épera es
un ejemplo de la geopolítica feminista decolonial producto de
la resistencia espacial-corporal que surge a partir de la repro-
ducción física y cultural. En Colombia, los Eperara Siapidaara
(Épera) constituyen uno de los pueblos en vías de extinción
y en Ecuador esta nacionalidad está conformada por apenas
400 personas. Según la organización de Mujeres Épera del
Ecuador, para enfrentar la posible muerte colectiva de la etnia
se propone la reproducción de Éperas a n de asegurar la
continuidad de la vida de esta nacionalidad. La regulación cor-
poral planteada por las mujeres Épera es una propuesta pro-
blemática, y con esto no intento simplicar la complejidad de
la reproducción de una cultura pura en este momento.16 Pero
sí quiero resaltar la resistencia espacial-corporal que signica
que ellas utilicen su útero como entidad geopolítica.
La geopolítica del útero
Cuando las mujeres Éperas reivindican sus úteros como trin-
cheras frente a la eliminación de su pueblo, le dan al útero el
poder de sobrevivencia frente al despojo territorial y la muerte
lenta desde una parte especíca de su cuerpo. Desde esa parte
16 Esto escribo en otros artículos bajo revisión en este momento para Antipode
y el Journal of Settler Colonial Studies.
91
La geopolítica del útero: hacia una geopolítica feminista...
del cuerpo se hace resistencia, no desde todo el cuerpo, sino
desde una parte del cuerpo en particular. Esto adquiere aún
más importancia en un contexto de narrativas dominantes so-
bre los cuerpos racializados. Se los muestra oprimidos, sexua-
lizados, débiles y caminando hacia una futura muerte colecti-
va (Tallbear, 2016). En el camino hacia esta muerte esperada
que depende del lugar, una parte de estos cuerpos trasciende
y se enfrenta a los mismos poderes globales y hegemónicos
causantes de su defunción lenta. En este sentido, se sugiere
que hay partes del cuerpo que pueden resistir de manera dis-
tinta que otras partes del cuerpo: utilizando ciertas partes del
cuerpo de manera estratégica para hacer una territorialidad
propia. Por ejemplo, las personas con prótesis generan una te-
rritorialidad distinta a través de esa parte de sus cuerpos. Esta
reexión se diferencia de los análisis sobre la interseccionali-
dad del espacio de Maria Rodó-de-Zárate, en los que muestra
cómo ciertas variables de diferencia (orientación sexual, edad,
género) son experimentadas dependiendo del lugar donde
se encuentran los cuerpos (2014). A diferencia de Rodó-de-
Zárate (2014), que se enfoca en la conguración del espacio
desde variables de identidad y sentires, sugiero que hay partes
del cuerpo que sienten más en unos espacios que en otros. En
consecuencia, hay partes del cuerpo que tienen más protago-
nismo o potencial político en ciertos espacios-tiempos que
otras. En contextos de muerte y violencia lenta, causantes de
la eliminación étnica de pueblos, el útero de las personas se
vuelve una entidad geopolítica, porque desde ahí se enfrenta
a las estructuras de la lógica de eliminación. La geopolítica del
útero no implica reforzar la idea de maternidad obligatoria,
sino todo lo contrario; busca mostrar que en contextos de eli-
minación de pueblos racializados esta parte del cuerpo puede
hacer frente a la lógica de eliminación.
Como lo han señalado varias autoras, el cuerpo genera
territorialidad. Pero hay partes del cuerpo que generan terri-
torialidades distintas. La relación útero-territorialidad se ma-
niesta de manera variada e interrelacionada dependiendo del
92 Perspectivas Teórico-Políticas
lugar. La territorialidad que puede crear el útero ya ha sido
propuesta por diferentes corrientes del feminismo, desde los
debates sobre el aborto, los derechos sexuales y el empodera-
miento. En este sentido, el útero también es un lugar corporal
en el que se plasman encuentros y desencuentros sobre el de-
ber ser de los distintos feminismos. En Latinoamérica, la lu-
cha por la despenalización del aborto es una lucha territorial.
A su vez, el útero es la parte del cuerpo donde puede haber
mayor autonomía y empoderamiento, al decidir no tener hijos
o al interrumpir un embarazo, mientras para otras personas
el útero es un lugar de resistencia desde la procreación y el
empoderamiento que supone especícamente ser madres. El
encarnamiento producido por el útero es más visible en las
luchas de las personas transexuales, en que todas las personas
pueden encarnar un embarazo, no únicamente las mujeres.
Así, no relaciono el útero directamente con mujeres o con la
maternidad, para no caer en esencialismos, incluso en aque-
llos autodenominados estratégicos o radicales. Esto forma
parte de comprender al útero como una entidad geopolítica.
La geopolítica feminista decolonial nos permite sostener que
las mujeres Épera están actuando geopolíticamente desde una
parte de sus cuerpos, al tiempo que enfrentan los efectos de
la colonialidad de colonos. Ellas están creando otras identidades
espaciales que incluyen territorialidades desde una parte de
sus cuerpos.
Conclusiones
La muerte del espacio y su íntima relación con la muerte de
los cuerpos es parte de un continuum de la colonialidad existen-
te hoy, que en este escrito he resaltado en la propuesta analí-
tica de colonialidad de colonos. Frente a este escenario existe una
variedad de resistencias corporales-espaciales, entre las que se
incluye la autodeterminación espacial, desde donde se dispu-
tan injusticias espaciales. El útero, como entidad geopolítica,
93
La geopolítica del útero: hacia una geopolítica feminista...
y desde una geopolítica feminista decolonial, tiene varias po-
sibilidades. En este escrito sólo he mostrado una de esas posi-
bilidades: el útero como entidad geopolítica frente a la muerte
del espacio y de los cuerpos, donde las mujeres reivindican
esta parte del cuerpo para crear una territorialidad de resisten-
cia. En la literatura existente sobre la relación entre espacios y
cuerpos afectados por lógicas de violencia y muerte lenta, hay
que prestar atención a lo que ocurre con el cuerpo bajo estas
dinámicas. Esto abre posibilidades conceptuales en torno a la
relación cuerpo-tierra, cuerpo-territorio o territorio-cuerpo-
tierra. Además, impulsa otras nociones de corporalidad (que
incluyen otras partes del cuerpo) de acuerdo con una variedad
de identidades espaciales en contextos especícos en los que
converge la muerte del lugar con la muerte de los cuerpos.
94 Perspectivas Teórico-Políticas
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