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156 Comunicación y Medios N°40 (2019) www. comunicacionymedios.uchile.cl
Recibido: 10-07-2019 - Aceptado: 17-10-2019 - Publicado: 31-12-2019
DOI 10.5354/0719-1529.2019.53836
* Este artículo se desarrolló como parte del trabajo de investigación del Seminario Taller de Redes UNAM
Resumen
El presente artículo establece pautas para la iden-
tificación del desarrollo y el vínculo de las protes-
tas feministas internacionalmente, que se enfocan
en visibilizar diversos tipos de violencia contra las
mujeres, narrados desde la experiencia a través
del uso del hashtag en la plataforma Twitter. Por
medio de la documentación de los hashtags que al-
canzaron Trending Topic a nivel nacional e interna-
cional y su impacto en la cotidianeidad social entre
el 2009 y 2019, se elaboró una red a partir de un
análisis de co-palabras y la estructura se definió a
partir del algoritmo Kamada Kawai. El resultado de
esta red posibilita identificar tres grupos temáticos
sobre los cuales se define la agenda feminista en
redes sociodigitales: la violencia sexual, los dere-
chos reproductivos y los derechos laborales de las
mujeres. El mapeo de estos hashtags ha permitido
visualizar una estructura cognitiva articulada.
Palabras clave: análisis de redes sociales, análisis
de co-palabras, violencia contra las mujeres, aná-
lisis feminista, experiencia
Construcción de la protesta feminista
en hashtags: aproximaciones desde el análisis
de redes sociales*
Building the feminist’s protest in hashtags: approaching from Social Network
Analysis
Daniela Esquivel Domínguez
Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México
dan.esquivel23@gmail.com
Abstract
This paper seeks to establish guidelines to identify
the development of the international feminist’s pro-
tests, which focuses on bringing awareness about
different types of violence against women and
are narrated through the experience, via the use
of hashtags on Twitter. The documentation of the
hashtags that reached national and international
Trending Topic, and its impact on social daily life
between 2009 and 2019, were used to construct a
network using co-words analysis and the structure
was define by Kamada Kawai. This network allows
to define three main topics of the feminist agenda
on SNS: sexual violence, reproductive rights and
women’s labor rights. This mapping acknowledges
an articulated cognitive structure.
Key words: social network analysis, co-word anal-
ysis, violence against women, feminist analysis,
experience
157
Construcción de la protesta feminista en hashtags: aproximaciones desde el análisis de redes sociales
1. Introducción
La importancia de analizar la forma de organiza-
ción de las protestas feministas, lleva directamen-
te a repensar la configuración del feminismo como
movimiento social y académico a lo largo de la his-
toria, y que ha devenido en procesos coyunturales
cuyas implicaciones han sido políticas, sociales,
culturales y económicas (Lagarde, 1996; Valcárcel,
2001; De las Heras, 2008; Castañeda, 2008). Ante
la emergencia de un conjunto de movimientos or-
ganizados desde los hashtags que denuncian la
violencia contra las mujeres del sistema patriar-
cal, surge la necesidad de historizar y analizar la
forma en la que estas protestas se conjugan entre
la dimensión online y ofine.
Es por eso que, entre sus objetivos, los feminismos
parten de la búsqueda de develar y desmontar las
relaciones de poder genéricas tanto en el ámbito
privado -aquel que se refiere al espacio doméstico
y de la reproducción- como del público -el de la
política, la ciencia y la académica - (Fraser, 1990;
Cobo, 2008; De Miguel & Boix, 2002) y, por lo tan-
to, resignificar la participación de las mujeres en
ambos. De ahí que sea fundamental analizar cómo,
en las actuales dinámicas sociales, internet y las
redes sociodigitales, funcionan como espacios pú-
blicos para la enunciación con la capacidad de faci-
litar la discusión política (Papacharissi, 2002), a par-
tir de recuperar la agencia de los y las usuarias (os),
y comprender “el potencial de la tecnología dentro
del contexto social, político, cultural y económico
que le da vida” (Papacharissi, 2009:230-231)1.
A partir de esta observación, es posible denotar
que una de las características claramente defini-
das en las protestas feministas en internet y re-
des sociodigitales, es la constante enunciación y
visibilización de las experiencias de violencia que
las mujeres sufren en su cotidianidad. En el caso
de Twitter, estas experiencias son discursivamente
articuladas por medio de hashtags, cuya relevancia
y circulación es definido por las usuarias, lo que
lleva a reafirmar su agencia para reivindicar su
participación política.
El abordaje de estas dinámicas por medio del aná-
lisis de redes sociales (ARS), parte de una pers-
pectiva que retoma esta agencia y, “considera a las
conexiones entre entidades y a los patrones, an-
tecedentes y consecuencia de las mismas” (Faust,
2002, p.1). Esta perspectiva analiza cómo interac-
túan y se vinculan entre ellas las diversas protestas
feministas, y por lo tanto, observa un “conjunto de
nodos socialmente relevantes conectado con una
o más relaciones” (Marin & Wellman, 2011, p.12).
Estos elementos se proponen repensar el queha-
cer de las mujeres en el espacio público de Inter-
net y en redes sociodigitales, como acciones que
reivindican la participación política a partir de la
narración de experiencias; y, en conjunto con el
ARS (que permiten visualizar como se vinculan en-
tre ellos), los aportes de esta investigación consi-
deran que esta serie de protestas que se originan
desde principios del 2009 en la plataforma Twitter,
no son discursos espontáneos sin origen definido.
Más bien, son discursos cuya guía y lógica se en-
cuentran en las bases del movimiento feminista
histórico y son resignificados en estos espacios a
partir de la agencia propia de las usuarias y, por lo
tanto, conforman una estructura cognitiva articu-
lada y consistente.
En conjunto, el ejercicio y análisis de esta red es-
tablece pautas para documentar y mapear cómo
hay una continua construcción de los movimientos
feministas a nivel nacional e internacional en estos
espacios y que, partiendo de su potencialidad, se
permean como herramientas para la organización
estratégica y política de las mujeres.
2. Marco Teórico
Samara de las Heras refiere que desde el siglo XIX,
“el feminismo aparece, por primera vez, como un
movimiento social de carácter internacional, con
una identidad autónoma teórica y organizativa que
ocupa un importante lugar en el seno de los otros
grandes movimientos sociales: el socialismo y el
anarquismo” (De las Heras, 2008, p. 53). A pesar
del extendido cuestionamiento sobre la partici-
pación tanto social y política de las mujeres, es
el lema “lo personal es político” como eje de re-
flexión teórica a finales de los sesenta (De las He-
ras, 2008, p. 56), lo que llevó a diversas feministas
a re-pensar y re-elaborar desde este mismo para-
digma: ¿cómo hacer ciencia desde las mujeres? A
partir de la década de los ochenta, autoras como
Sandra Harding (1986, 1998), Eli Bartra (1998),
Donna Harraway (1991), Teresa De Lauretis (1987),
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entre otras, definirían la posibilidad de tener una
metodología y teoría feminista y cuáles serían sus
implicaciones.
Mientras que Sandra Harding refiere “que las teo-
rías tradicionales han sido aplicadas de manera tal
que hacen difícil comprender la participación de
las mujeres en la vida social […]” (Harding, 1998,
p.13), Haraway reflexiona en torno a la marcada
visión androcéntrica, donde “los esquemas que
limitan el conocimiento son teorizados como acti-
tudes de poder y no como actitudes que buscan la
verdad” (Haraway, 1991, p.315). Ambas autoras in-
sisten en la necesidad de repensar, no únicamente
la objetividad en la ciencia, sino en cómo la obje-
tividad científica androcéntrica piensa y considera
a las mujeres y a las minorías poblacionales que
giran torno a la periferia discursiva hegemónica.
Desde este punto, la investigación feminista se
propone hacer a las mujeres el centro de la investi-
gación, con “la convicción de retomar la experien-
cia de las mujeres como recurso empírico y teóri-
co” (Castañeda, 2008, p. 83) y donde esta implica
“no solamente un punto de vista acerca de qué es
el conocimiento, sino que tiene connotaciones po-
líticas y éticas que diluyen los limites disciplinarios
tradicionales” (Fernández, 2012, p. 63) que como
eje de análisis, permite recuperar historias y na-
rrativas de la cotidianidad, en las cuales se incor-
poran los discursos de dominación, pero también
de resistencia (Stone-Mediatore, 1996; Mohanty,
2003; Fernández, 2012). Por esta razón, Chandara
Mohanty considera que la experiencia debe abor-
darse desde lenguaje como base de la producción
de conocimiento de las sujetas, y situarla en “un
análisis económico-político global” (Stone-Media-
tore, 1996). Asimismo, implica historizar sus na-
rrativas y reconocer su capacidad de agencia (Mo-
hanty, 2003), porque es donde se construyen y se
repiensan las diversas formas de dominación que
están presentes, tanto en el lenguaje como en el
cuerpo (Stone-Mediatore, 1996).
Dese este razonamiento, la experiencia no deber
ser tratada como “la verdad”, más bien, como un
conocimiento situado dentro de determinados mo-
mentos históricos capaz de “contribuir a una con-
ciencia de la comunidad que sustituye la oposición
entre la vida pública y la privada” (Stone-Media-
tore, 1996) para matizar la realidad y crear signi-
ficados más allá de la visión binaria, mecánica y
hegemónica (Haraway, 1991). A pesar que Mohanty
es enfática sobre evitar la generación de discursos
que esencialicen ‘las experiencias de las mujeres’
(Mohanty, 2003), es importante reflexionar sobre
las experiencias comunes que viven, específica-
mente las que respectan a la violencia sobre el
cuerpo y la sexualidad.
2.1 Redes sociodigitales:
espacio y esfera pública
Partiendo de la experiencia como categoría de
análisis, el presente artículo propone compren-
der como Twitter se ha conformado como un es-
pacio para colocar la experiencia como punto de
reflexión para matizar los discursos hegemónicos.
De esta manera, uno de los elementos que hay
que considerar para realizar este análisis implica
tomar en cuenta el papel que han jugado particu-
larmente las redes sociodigitales2 y como estas,
“proveen información y herramientas que pueden
extender el rol del público en la arena social y po-
lítica” 3 (Papacharissi, 2002:10).
Hay que partir de situar el contexto en el cual las
plataformas son “moldeadas y formadas por una
ecología cívica” (Papacharissi, 2011, p.10), donde
las usuarias fungen como agentes (Papacharissi,
2009) y a las plataformas como herramientas que
forman parte de diversos escenarios, donde con-
fluyen intereses tanto políticos como económicos.
Por esta razón es importante comprender que tan-
to la tecnología como los espacios mediados por
ella no son neutrales, pues responden a estructu-
ras de poder (Van Dijk, 2006; Papacharissi, 2009;
Kranzberg, 1985).
El impacto que han tenido las redes sociodigitales
en este contexto, es que se conforman como cen-
tros de encuentro para el debate público (Castells,
2009, 2010) y de discusión política (Toret, 2013), lo
que ha permitido construirlas como espacios pú-
blicos (Papacharissi 2002, 2009; Khan et. al 2012)
en tanto pueden configurar un territorio para “ex-
presar y publicar opiniones sobre asuntos del in-
terés común” (Habermas, 1964). Papacharissi
propone en esta línea argumentativa que internet
cumple con una serie de elementos para congre-
gar a diferentes sectores y públicos en un foro
de deliberación política (Papacharissi, 2002, p.11).
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Construcción de la protesta feminista en hashtags: aproximaciones desde el análisis de redes sociales
Pero defiende que, en ausencia de un acceso ga-
rantizado en igualdad de condiciones a diferentes
sectores de la sociedad, así como la estructura pri-
vada y comercial de internet, este puede proveer
“un espacio público, pero no constituye una esfera
pública” (Papacharissi, 2002, p.13). Esta reflexión
se fundamenta en el concepto de esfera pública de
Habermas, como “el ámbito de la vida social donde
la opinión pública puede ser formada” (Habermas,
1964), quién también supone que, se garantiza el
acceso a todos los ciudadanos para conversar so-
bre algo de interés común y conformarse como un
público (Habermas, 1964).
Aunque prevalezcan brechas de acceso y uso4 en-
torno a internet y a las redes sociodigitales, hay
que poner en perspectiva la diversidad de diná-
micas que se construyen entre las dimensiones
online y ofine en la actualidad5. En este sentido,
Thomson (2011) propone ser reflexivos ante la con-
cepción clásica de la esfera pública para percibir
otras posibilidades. En este contexto las dinámicas
que presuponen las redes sociodigitales no se dan
en un vacío. Es decir, estas se definen dentro de
un mundo con procesos que ya están mediatizados
a través de las lógicas planteadas por los medios
masivos de comunicación (Raimondo et. al, 2016).
Arguyendo a Thomson, la esfera pública es un es-
pacio de aparición, un proceso de volverse visible
y recrear realidades a la vista de otros (Thomson,
2011, p.22).
En un contexto mediatizado y articulado al bagaje
técnico del que se apropian las usuarias, las re-
des sociodigitales se plantean como este espacio
visible para moldear a la esfera pública desde el
discurso individual (Raimondo et. al, 2016) y desde
la experiencia, dónde se “involucran competencias
técnicas, argumentales y políticas, y que a su vez se
combinan con una creciente catarata confesional y
autorreferencial de publicaciones que remiten a la
mera cotidianidad” (Vázquez, 2018, p.53). Aunque
algunas acotaciones que deben tomarse en cuen-
ta son que, no toda publicación en redes sociodi-
gitales implica participación política (Papacharissi,
2002), trasciende a la esfera pública (Raimondo et.
al, 2016) o produce interés público (Vázquez, 2018).
En este análisis se identifican dos claves con las
cuales se puede argumentar esta trascendencia a
la esfera pública: 1) cuando las opiniones indivi-
duales se materializan en lo público, es decir, son
significadas desde el interés común y se vinculan
desde el desacuerdo (Vázquez, 2018), y 2) cuando
adquieren visibilidad de co-presencia o visibilidad
mediática (Raimondo et. al, 2016). En este ejerci-
cio, eso conlleva a una emergencia de experiencias
articuladas, lo que propone esferas públicas múlti-
ples y alternativas, contrario a lo que originalmen-
te suponía el modelo habermasiano de una única
esfera pública (Dahlgren en Raimondo et. al, 2016),
y el cual es un factor que precede a la era digital.
Una lectura crítica que es importante retomar es la
propuesta por Nancy Fraser, que ofrece historizar
la esfera pública como una construcción discursi-
va, cuya lógica está determinada por constructos
genéricos masculinos que funcionan como “meca-
nismos institucionales para racionalizar la domi-
nación” (Fraser, 1990, p.59). A través de este análi-
sis, Fraser denuncia que históricamente la esfera
pública ha sido construida sin las mujeres a partir
de “normas de género que exacerbaban la domes-
ticidad femenina y una abrupta separación de la
esfera pública y la privada” (Fraser, 1990, p.60).
Si bien, las mujeres han sido dejadas fuera de la
esfera pública, también se han caracterizado por
elaborar “estilos alternativos de comportamiento
político y normas alternativas de discurso públi-
co”6 (Fraser, 1990, p.61). Como lo señala Fraser a
partir de la configuración de discursos paralelos,
lo que denomina contradiscursos conformados
por contrapúblicos subalternos. Un ejemplo clave
es el contrapúblico feminista del siglo XX, que han
configurado (además de una variada diversidad de
productos y espacios de discusión):
en esta esfera pública, nuevos términos para
describir la realidad social, incluyendo “sexis-
mo”, “doble jornada”, “acoso sexual”, “violación
matrimonial, de cita y de conocido”. Armadas
con este lenguaje, hemos reestructurado nues-
tras necesidades e identidades, reduciendo,
aunque no eliminando, nuestra desventaja en
las esferas públicas oficiales (p.67).
En este debate abierto, hay varias claves para com-
prender y analizar a internet y las redes sociodigi-
tales. La primera implica atender la diversidad que
supone el análisis de sus contenidos, sus lectores/
as y sus productores/as, donde no hay que dejar
de lado un enfoque crítico sobre la forma en la que
se construyen las discusiones online (quiénes par-
160 Comunicación y Medios N°40 (2019) D. Esquivel Domínguez
ticipan en ellas, quiénes no, qué se dice y qué se
oculta) entretejidas ante la ausencia de neutrali-
dad. Entenderlas como espacio público, en tanto
conforman puntos de organización de la experien-
cia colectiva (Raimondo et. al, 2016) y como par-
te del complejo mosaico de esferas públicas, que
propone Keane “que se traslapan e interconectan”
(1997, p.57). Por lo tanto, tienen cualidades poten-
ciales para alimentar discusiones públicas que ya
están siendo debatidas ofine. Y son un territorio
para la organización colectiva y discursiva de las
mujeres desde el feminismo, dónde las actoras
clave son las mujeres auto-organizadas que hacen
uso de sus experiencias como acto político que se
propone develar que la violencia que sufren es es-
tructural y su punto de reunión está en la dimen-
sión online para redimensionar, nuevamente, cómo
lo personal es político.
3. Metodología
La red se estructuró a partir del contexto en el que
surgió #MeTooEscritoresMexicanos (México) y una
diversidad de hashtags derivados que llevaron a
identificar patrones de organización que se articu-
laban discursivamente a otros hashtags naciona-
les e internacionales, y cuyo eje conversación es
la narración de experiencias de violencia. De esta
manera la red se construyó por medio de diversos
métodos y técnicas. Uno de ellos fue el método que
propone la etnografía digital, el lurking research y
el ARS. De acuerdo con Christine Hine (2015) y Án-
gela Cora García (2009) la etnografía digital implica
resignificar desde la etnografía la dimensión online
como una realidad que también está construida a
partir del lenguaje y de las vivencias de las usua-
rias/os, replantear el campo desde la participación
del etnógrafo/a mediada por formas tecnológicas,
quien participa en la reconstrucción de momen-
tos y espacios que las usuarias/os crearon con el
propósito de identificar y construir el objeto de in-
vestigación a partir de la observación y búsqueda
(García, 2009; Hine, 2015).
De acuerdo con García, es a partir del lurking re-
search que quien observa puede estar ahí sin par-
ticipar, aunque esto conlleva también definir prác-
ticas éticas para observar (García, 2009, pp.58-59)
y por lo tanto, implica una búsqueda y una mirada
que no es casual, pues ya existe una noción definida
de lo que se va a buscar. Posteriormente se evalúa,
clasifica y sistematiza información (Strickland &
Schlesinger, 1969; García, 2009; Edelmann, 2016).
El ARS, de acuerdo con Faust (2002) es una pers-
pectiva de análisis que considera a los individuos
como actores interdependientes. Es por eso que
el ARS parte de entender y establecer lazos entre
entidades sociales (actores-nodos), lo que Faust
denomina como conceptualización relacional de la
situación. Es decir, la imagen de red obtenida debe
ser entendida como un modelo, que permite es-
tablecer representaciones visuales y comprender
propiedades de las relaciones entre actores para
observarlas e interpretarlas (2002).
De esta manera, primero se realizó una recopila-
ción base de hashtags, que consideró lo siguiente:
(1) El hashtag surgió a partir de un conflicto social
de violencia o desigualdad contra mujeres y niñas;
(2) fue tendencia nacional (México), y en algunos
casos, internacional; (3) los medios digitales reto-
maron constantemente el hashtag para hablar del
tema; (4) se realizaron movilizaciones en las ca-
lles a partir del surgimiento del hashtag o funcionó
para congregar a personas a la movilización; (5) el
rastreo temporal ayudó a definir el 2009 como el
año de inicio del hashtag #NiUnaMás y se marcó el
final de la recopilación en abril del 2019 con la ola
de hashtags que surgió después de #MeTooEscri-
toresMexicanos.
El resto de los hashtags fue identificado por me-
dio de búsquedas en Twitter7 y Google que fueron
direccionando a otras discusiones a nivel interna-
cional y cuyo contexto de surgimiento fue definido
por la localidad. De esta manera se determinó un
patrón constante mientras se realizaba el lurking
research, y fue la presencia de dos o más hashtags
que acompañaban a la búsqueda de la primera
ronda de hashtags.
La técnica de análisis de co-palabras “se trata de
una técnica de análisis de contenido que usa patro-
nes de co-ocurrencia de pares de ítems (palabras
o términos) dentro de un corpus textual, para iden-
tificar las relaciones entre las ideas en un domi-
nio determinado” (Miguel, Caprile & Vidal, 2008), y
fue la que dio la pauta para organizar y determinar
relaciones direccionadas de los 47 hashtags de la
muestra final. De esta forma, se sistematizó y se
programó la red por medio del software Pajek (Ruiz
161
Construcción de la protesta feminista en hashtags: aproximaciones desde el análisis de redes sociales
& Jung, 2013) y su visualización con VosViewer (Van
Eck & Waltman, 2017), mientras que la estructura
fue determinada con el algoritmo Kamada Kawai
por componentes separados. Kamada Kawai,
usa una analogía física de un sistema de ener-
gías potenciales para determinar la estructura
de la red […] se parte de ver a una red G= (V,X)
como un sistema de cuerpos con fuerzas que
actúan entre ellos y lo que se busca es una con-
figuración para la posición de cada cuerpo tal
que la suma de las fuerzas que actúan sobre
cada cuerpo sea cero (Ruiz, 2016 en Di Battista
et al. 1999).
1 #NiUnaMas 25 #8M
2 #25N 26 #Gleichistmehr
3 #PrimeiroAssedio 27 #3siSTOP
4 #NiUnaMenos 28 #EqualPay
5 #BringBackOurGirls 29 #WakingTheFeminist
6 #ViajoSola 30 #SoyFeminista
7 #NotOkay 31 #YoSiTeCreo
8 #VivasNosQueremos 32 #BelieveSurvivors
9 #24A 33 #MyLifeIsNotYourPorn
10 #MiPrimerAcoso 34 #MeTooEscritoresMexicanos
11 #BlackMonday 35 #MeTooCultura
12 #WomensMarch 36 #MeTooAgencias
13 #NoEsDeHombres 37 #MeTooArtes
14 #SiMeMatan 38 #MeTooDanza
15 #MeToo 39 #MeTooMusica
16 #YoTambien 40 #MeTooTeatro
17 #YaEstuvo 41 #MeTooUNAM
18 #TimesUp 42 #MeTooITAM
19 #Cuentalo 43 #MeTooPeriodistasMexicanos
20 #TodasSomosManada 44 #MeTooCreativosMexicanos
21 #HomeToVote 45 #MeTooAcademicos
22 #PanuelazoInternacional 46 #MeTooArtesMX
23 #SeraLey 47 #MeTooActivistasMexicanos
24 #FreeTheCorset
El total de hashtags considerados es el siguiente:
Tabla 1: Los 47 hashtags
Fuente: Tabla de elaboración propia8
4. Análisis: La red 47 Hashtags
La estructura de la red dio la oportunidad de iden-
tificar que las protestas feministas, por medio
de la plataforma Twitter, están vinculadas entre
ellas. Esta característica específica permite ha-
blar de una estructura cognitiva cuya similaridad
semántica se establece “en función del número de
propiedades que los conceptos tienen en común.
Mientras más propiedades tengan en común, más
enlazados están mediante esas propiedades, de
modo que están más próximamente relacionados”
(Casas & Luengo, 2001, p.14).
162 Comunicación y Medios N°40 (2019) D. Esquivel Domínguez
Esto significa que, al momento de hacer una de-
nuncia por alguna forma de violencia, las usuarias
hacen referencia a otros hashtags con algún tipo
de similaridad semántica. Por ejemplo, al momento
en el que se impulsó #SiMeMatan (Animal Políti-
co, 2017), que surge a raíz del feminicidio de Lesvy
Berlín Osorio en Ciudad Universitaria el 3 de mayo
de 2017, se hace uso de hashtags cuyo contenido
sea semánticamente próximo para afirmar la de-
nuncia. Durante el año en el que surge #SiMeMa-
tan, ya existía #VivasNosQueremos, #NiUnaMás y
#NiUnaMenos, protestas que se han hecho de uso
recurrente para denunciar la violencia contras ni-
ñas y mujeres, en específico el de la violencia fe-
minicida.
Continuando con el mismo ejemplo, #SiMeMatan
vuelve a tomar relevancia a partir del feminicidio
de Mara Fernanda Castilla (Milenio, 2017) el 8 de
septiembre de 2017 a bordo de un Cabify en Pue-
bla, México. El uso del hashtag se resignifica en
nuevo contexto, pero mantiene la raíz de la denun-
cia. Al mismo tiempo recurre a afirmarse semán-
ticamente de hashtags como #VivasNosQueremos,
#NiUnaMás, #NiUnaMenos y, a partir del contexto
en el que sucede, también se apela a #ViajoSola.
La estructura tiene la presencia de tres grupos te-
máticos que denuncian: (a) Violencia sobre los de-
rechos reproductivos de las mujeres; (b) Violencia
sobre los derechos laborales de las mujeres; (c)
violencia sexual y feminicida (Ver Fig. 1).
Fig. 1 Red total. Programación con Pajek, visualización con VosViewer
163
Construcción de la protesta feminista en hashtags: aproximaciones desde el análisis de redes sociales
4.1. Violencia sobre los derechos
reproductivos de las mujeres
En el lateral derecho de la red, se identifican los
hashtags: #SeráLey (Argentina), #HomeToVote
(Irlanda) y #PañuelazoInternacional (Argentina).
Estos tres hashtags responden a un grupo temá-
tico de violencia sobre los derechos reproductivos
de las mujeres durante el contexto de despenali-
zación del aborto en Argentina (Poloti & Lodoño,
2018) e Irlanda (Mezzofiore, 2018) durante el 2018.
En conjunto se vinculan semánticamente a #NiU-
naMenos9, a partir de denunciar que, ante la nega-
ción abortos legales y seguros, la prevalencia de
la clandestinidad resulta en la muerte de niñas y
mujeres.
Cabe mencionar que #BlackMonday (Polonia)
también es un hashtag que fue tendencia para de-
nunciar los intentos de penalizar el aborto en Po-
lonia (BBC, 2016) en octubre de 2016, pero este se
localiza alejado de este grupo, en gran medida ha-
cia la periferia de la red y con un único vínculo con
#WomensMarch. Esto se puede explicar a partir
de entender el contexto en el cual surge. #Blac-
kMonday responde a los sucesos que ocurrían en
el 2016 a nivel internacional, específicamente a las
controversias surgidas durante la candidatura de
Donald Trump a principios de octubre (The New
York Times, 2016). A pesar de que #WomensMarch
(CNN, 2011) fue organizado en enero de 2017 como
protesta ante la elección de Trump como presiden-
te de Estados Unidos y su definida agenda contra
las políticas de salud sexual, las conversaciones
de las usuarias en Twitter aludían a la marcha rea-
lizada en Polonia meses antes.
4.2. Violencia sobre los derechos
laborales de las mujeres
Hay que tener ciertos parámetros al momento
de definir este grupo de hashtags que se ubican
en la parte izquierda inferior de la red, ya que, a
pesar que se observan protestas para denunciar
la violencia sobre los derechos laborales de las
mujeres: #Gleichistmehr (Röhlig, 2016) en Ale-
mania, #EqualPay en Estados Unidos y #3‒Stop
(Womenlink.or.kr, 2018)10 o #3siStop en Corea del
Sur; también se encuentran hashtags referentes a
movimientos internacionales (que no son referen-
tes a las denuncias por derechos laborales) y que
puede ser explicado a partir del contexto en el que
se viralizan en Twitter.
Por ello, en el conjunto aparecen #BringBac-
kOurGirls (Estados Unidos), #BelieveTheSurvi-
vors (Estados Unidos), #BlackMonday (Polonia) y
#WakingTheFeminist (Irlanda). A partir de esto,
es necesario establecer el sentido del análisis en
comprender #WomensMarch (Estados Unidos),
#TimesUp (Estados Unidos) y #8M (Internacional).
Se nombró a este grupo como hashtags que denun-
cian la violencia sobre los derechos laborales, de-
bido a que la principal protesta que se establece en
#WomensMarch, #TimesUp y #8M (Internacional),
implica visibilizar la ausencia de equidad laboral.
Mientras que #WomensMarch se origina como
protesta contra el gobierno de Donald Trump11
posteriormente se establece como un movimiento
dinámico y plural en torno a los derechos básicos
de las mujeres, entre ellos la equidad laboral. #Ti-
mesUp12 se origina como una denuncia pública de
mujeres del medio artístico hollywoodense duran-
te los premios Oscar en enero de 2018, en torno a
la ausencia de equidad salarial, al hostigamiento
y violencia sexual de su ambiente laboral. El prin-
cipal detonante de #TimesUp en este contexto es
#MeToo y las acusaciones de agresión sexual con-
tra Harvey Weinstein (Johnson & Hawbaker, 2019).
Y finalmente está #8M, que alude al 8 de marzo
Día Internacional de la Mujer. Este funciona como
vínculo temático que se enfoca en visibilizar, en di-
ferentes contextos, las condiciones de las mujeres
en tanto salud, derechos civiles y violencia. Pero
tomando en cuenta los hashtags que se vinculan,
la discusión que prevalece en #8M se refiere a los
derechos laborales de las mujeres a nivel inter-
nacional. De acuerdo con la estructura de la red,
las usuarias encuentran una proximidad semánti-
ca para hablar de los derechos laborales en estos
tres hashtags, pero es necesario considerar tam-
bién la importancia del lenguaje para contextuali-
zar la razón del vínculo.
4.3. Violencia sexual y feminicida
Al centro de la red se identifican los hashtags cuyo
contenido temático principal gira entorno a la vio-
164 Comunicación y Medios N°40 (2019) D. Esquivel Domínguez
lencia sexual. Este es el caso de los hashtags cuyos
nodos son visiblemente más grandes, entre ellos
se encuentra #MeToo, #NiUnaMenos (Argentina),
#NiUnaMás (México), #YoSíTeCreo (Internacio-
nal), #MeTooEscritoresMexicanos (México) (Ávila,
2019) y #VivasNosQueremos (México). A pesar de
que cada uno de los hashtags surge en contextos y
localidades diferentes, hay que considerar que, el
síntoma de violencia sexual y feminicida se repite
en América Latina donde “al menos 2,795 muje-
res fueron asesinadas en 2017 por razones de gé-
nero en 23 países de América Latina y el Caribe”
(CEPAL, 2018). Asimismo, hay que considerar la
importancia del lenguaje como un eje de apropia-
ción en diversos países de habla hispana.
El caso de #MeToo es particular, ya que es un nodo
que vincula la discusión internacional entorno a la
violencia sexual con la discusión hispanohablan-
te, en tanto se relaciona con #YoSíTeCreo y la ola
de hashtags sobre #MeToo en México (Ávila, 2019)
a partir de la apropiación y resignificación que le
dieron las usuarias de acuerdo con diferentes es-
pacios laborales.
Es, por tanto, importante reconsiderar el papel que
tiene un hashtag como lo es #YoSíTeCreo en la pro-
testa contra la violencia sexual. En este contexto,
el ejercicio que realizan las usuarias al vincular
semánticamente #YoSíTeCreo, implica una estra-
tegia de apoyo ante la revictimización que experi-
mentan las mujeres que narran sus vivencias de
acoso, hostigamiento y agresión sexual en el caso
específico de Twitter. Esta forma de apoyo parte de
un ejercicio ético y político de sororidad, a través
de la “solidaridad entre mujeres […] un camino
real para ocupar espacios, lograr derechos, con-
solidar protecciones entre mujeres y eliminar el
aislamiento, la desvalía y el abandono” (Lagarde,
2012, p. 34).
La red de la figura 1 se aplicó en VosViewer cluste-
ring y el resultado es la figura 2. Este algoritmo fue
aplicado porque permite “visualizar los grupos de
nodos con mayor cercanía entre ellos y se determi-
na por parámetros de resolución, mientras mayor
sea este parámetro, mayor será el número de gru-
pos” (Van Eck & Waltman, 2014, p.10). Asimismo,
se ajustó la escala de visualización y el tamaño de
variación de las etiquetas. Ambas herramientas
ayudan a definir la visualización de acuerdo con la
importancia que tienen los nodos dentro de la to-
talidad de la red.
Como es posible observar, la aplicación del clus-
tering corroboró por una parte estos tres grupos
Fuente: visualización con VosViewer
Fig. 2 Clusters. Programación con Pajek
165
Construcción de la protesta feminista en hashtags: aproximaciones desde el análisis de redes sociales
temáticos, pero al mismo tiempo se hacen notar
subgrupos, especialmente se distinguen (en Méxi-
co): #MeTooUNAM, #MeTooITAM, #MeTooAcadé-
micos en naranja; en la parte superior en índigo
se ubican: #MeTooCultura, #MeTooArtes, #Me-
TooAgencias, #MeTooArtesMx, #MeTooMúsica,
#MeTooTeatro; y, finalmente, el subgrupo en azul
que condensa #VivasNosQueremos, compuesto
por #Viajo Sola (Argentina - Internacional), #Yo-
También (Internacional), #SiMeMatan (México),
#Cuéntalo (España) y #TodasSomosManada (Es-
paña).
En el análisis se observa cómo los subgrupos -es-
pecíficamente en los derivados de #MeToo- están
determinados por los espacios a los que se refie-
ren y por el ejercicio de sororidad por parte de las
usuarias para la visibilización de cómo la violencia
se reproduce en espacios académicos y culturales.
Esto trae a colación: 1) denunciar a los agresores
que repiten y ejercen prácticas de acoso y hostiga-
miento, y 2) que los agresores están en posibilidad
de repetir estás prácticas en gran variedad de ins-
tituciones, gracias a las estructuras de poder que
los respaldan a pesar de la existencia de denun-
cias que preceden a estos hashtags.
Finalmente, el subgrupo azul está representa-
do por el nodo principal de #VivasNosQueremos.
Como se mencionó anteriormente, estas relacio-
nes semánticas se definen por el contexto en el
que surgen y el uso que le dan las usuarias, en
tanto se apoyan en hacer referencia a una protesta
política común. Este es el caso de #VivasNosQue-
remos (Torres, 2018), cuyo origen viene de la ola
de feminicidios en Ciudad Juárez desde 1993. Lo
anterior da una pista para repensar cómo se es-
tán adaptando las protestas de origen feminista
a espacios públicos como lo son internet y redes
sociodigitales.
5. Conclusiones
En esta red de 47 hashtags es posible interpretar
que las usuarias de Twitter continúan, no sólo ge-
nerando nuevas formas de denunciar diferentes
tipos de violencia, sino que hacen uso de hashtags
que han marcado paradigmas discursivos y defi-
nen la agenda feminista en redes sociodigitales.
En tanto congregan lingüística y contextualmente
un vehículo con sentido político definido en el es-
pacio público de internet.
En el caso de #MeToo, una de las características
principales ha sido utilizar la propia experiencia
como herramienta de denuncia pública, determi-
nada por un contexto jurídico, legal, social, econó-
mico y cultural que no protege, ni les cree a las
mujeres cuando denuncian la violencia sexual que
vivieron. El idioma también representa un punto de
partida que ayuda a vincular experiencias inter-
nacionales y que, por lo tanto, se resignifican de
acuerdo con las necesidades de las propias locali-
dades. Este es el caso de #MeTooEscritoresMexi-
canos (México) y el resto de hashtags que particula-
rizaron las violencias sexuales en diversos ámbitos
laborales. Asimismo, es el caso de #FreeTheCor-
set y #MyLifeIsNotYourPorn (Corea del Sur) que
generó una serie de movimientos, especialmente
en Seúl, para oponerse a los estereotipos de be-
lleza de las mujeres y la invasión de su privacidad.
Por otra parte #NiUnaMenos (Argentina), que se
entiende a partir de su origen en #NiUnaMás (Mé-
xico), y a partir del aumento de violencia feminicida
en América Latina, establece un sentido positivo
sobre el deseo de que las mujeres ya no sean res-
tadas en vida, ni sumadas en cifras. Pero la razón
del constante vínculo de este hashtag (#NiUnaMe-
nos) con otros en la red, ayuda a contextualizar, no
sólo el feminicidio, también lo hace con las muer-
tes derivadas de la ausencia de derechos repro-
ductivos, la falta de acceso a un sistema de salud
que no denigre ni violente a las mujeres, así como
el acceso a derechos laborales, a la participación
civil y política, etc.
Con este panorama, se puede proponer que los
movimientos feministas en internet y redes socio-
digitales tienen una estructura cognitiva que no es
casual ni espontánea, más bien se encuentra en un
constante proceso de organización colectiva y dis-
cursiva en la esfera pública. Un movimiento digi-
tal, social y global que produce nuevos imaginarios
desde el razonamiento feminista para nombrar lo
que es invisible a través de la autovinculación y la
autoorganización13.
166 Comunicación y Medios N°40 (2019) D. Esquivel Domínguez
Notas
1 La traducción es mía
2 Aunque en esta revisión se hace un posicionamiento
positivo acerca del rol de internet y redes sociodigitales,
no se deja de lado elementos críticos hacia las
condiciones comerciales, políticas y de vigilancia de la
web.
3 La traducción es mía.
4 Tanto Castaño y Vázquez (2011) como Torregrosa (2011)
definen que hay diversos niveles de brechas digitales. La
que está limitada por el acceso a infraestructura y la
del uso. A la brecha digital de uso, Castaño y Vázquez la
denominan ‘brecha de género’.
5 Es necesario agregar que en ningún momento mi
intención es dejar de lado las brechas de acceso y los
sesgos de uso de internet y redes sociodigitales. El
análisis de acceso es prioritario cuando se estudian
dinámicas en la dimensión online, lo que nos permiten
no sólo elaborar estudios éticos y políticos sobre quiénes
son los que tienes control y conocimientos de estos
espacios, sino que también posibilita vincular nuestros
análisis con lo que sucede en la dimensión ofine.
6 La traducción es mía.
7 Los argumentos sobre los cuales decidí usar Twitter
se encuentran en que el uso del hashtag (#) es una
propuesta originaria de esta plataforma. Asimismo, el
rastreo en términos cualitativos (a través la herramienta
de búsqueda avanzada de la misma plataforma) ha
resultado más eficiente a partir del método del lurking
research propuesto desde la etnografía digital. Ha sido
de bajo costo y ha permitido vincular los hashtags por
medio de la metodología propuesta de análisis de co-
palabras.
8 Para la programación de la red no se usaron acentos
y los hashtags en hangul fueron romanizados.
9 Ni una menos, manifiesto (2015). URL: http://
niunamenos.org.ar/manifiestos/3-de-junio-2015/
10 #3‒Stop, fue una movilización de mujeres coreanas
en marzo de 2018. Detuvieron todas sus actividades a las
3 de la tarde para protestar contra la brecha salarial, la
doble jornada laboral que implica el cuidado doméstico
y el hostigamiento laboral en Corea del Sur. El detonante
fue #MeToo. [3‒STOP‒‒‒]! (2018). URL: http://www.
womenlink.or.kr/statements/19912
11 History. This day in history: Women’s March (2017).
Dirección URL: https://www.history.com/this-day-in-
history/womens-march
12 Time’s Up (2019). Dirección URL: https://www.
timesupnow.com
13 Es importante notar que este artículo propone
analizar como esta serie de hashtags sirven para
organizar discursivamente lo que está invisibilizado
por las definidas estructuras de poder patriarcal. No
se busca dejar de lado que hay una reapropiación y
resignificación por parte de otros diversos grupos con
fines completamente diferentes a la reivindicación
de las mujeres. Estos tienen que contextualizarse de
acuerdo con los objetivos que se quieran analizar, pero
principalmente es importante historizar cómo y quiénes
han definido su impacto social.
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• Sobre la autora:
Daniela Esquivel es Licenciada en Comunicación y estudiante de maestria en el Posgrado
de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, con orientación en comunicación y género.
• ¿Como citar?
Esquivel, D. (2019). Construcción de la protesta feminista en hashtags: aproximaciones
desde el análisis de redes sociales. Comunicación y Medios, (40), 14-25.