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INFORME
ESPAÑA
2019
Coordinación y edición: Agustín Blanco, Antonio Chueca,
José Antonio López-Ruiz y Sebastián Mora
Edita: UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS
Cátedra J. M. Martín Patino
ISBN: 978-84-8468-811-2
Depósito Legal: M-33033-2019
Imprenta Kadmos
Salamanca
Servicio de Biblioteca. Universidad Pontificia Comillas de Madrid
INFORME España 2019 / Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del
Encuentro ; [coordinación y edición Agustín Blanco, Antonio Chueca, José An-
tonio López-Ruiz y Sebastián Mora]. -- Madrid : Universidad Pontificia Comi-
llas, Cátedra J.M. Martín Patino, 2019.
XXIX, 308 p.
En la portada: 26.
Es continuación de la colección CECS publicada por la Fundación Encuentro
ISSN 1137-6228.
D.L. M 33033-2019. -- ISBN 978-84-8468-811-2
1. Situación política. 2. Situación social. 3. Envejecimiento. 4. Demografía. 5.
Populismo.
6. España. I. Blanco, Agustín (Blanco Martín) (1964-). II. Chueca, Antonio. III.
López-Ruiz, José Antonio. IV. Mora Rosado, Sebastián.
Gracias a la Fundación Ramón Areces,
la Cátedra José María Martín Patino
de la Cultura del Encuentro elabora
este informe. En él ofrecemos una
interpretación global y comprensiva
de la realidad social española, de las
tendencias y procesos más relevantes y
significativos del cambio.
El informe quiere contribuir a la
formación de la autoconciencia
colectiva, ser un punto de referencia
para el debate público que ayude a
compartir los principios básicos de los
intereses generales.
ÍNDICE
PART E PRIMERA: CONSIDERACIONES GENERALES
ACTITUDES FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN Y EL POPULISMO EN
ESPAÑA
Ignacio Jurado
1. Introducción ................................................................................................. XIII
2. ¿Qué actitudes tienen los españoles frente a la globalización? ................. XVI
3. ¿Quiénes están a favor o en contra de la globalización en España? ......... XVIII
4. Actitudes frente a la globalización y populismo en España ...................... XXIV
5. Conclusión .................................................................................................... XXX
Bibliografía ......................................................................................................... XXXI
PART E SEGUNDA: UNA RADIOGRAFÍA DEL ACOSO SEXUAL EN ESPAÑA
Yolanda Rodríguez Castro, María Victoria Carrera Fernández
y María Lameiras Fernández
1. Las raíces del acoso sexual .......................................................................... 4
2. Conceptualización del acoso sexual ............................................................ 10
2.1. Delimitación conceptual del acoso sexual desde la perspectiva jurí-
dica y psicosocial ................................................................................. 10
2.2. Clasificación del acoso sexual ............................................................ 13
3. Análisis de las tipologías del acoso sexual .................................................. 16
3.1. Acoso sexual callejero .......................................................................... 16
3.2. Acoso sexual laboral/académico ........................................................... 23
3.3. Objetivización en las relaciones de pareja ......................................... 36
4. Prevenir el acoso sexual desde la educación sexual .................................. 38
Anexo: Cuadro resumen de definiciones, clasificaciones y tipologías del aco-
so sexual ........................................................................................................ 42
Bibliografía ......................................................................................................... 43
PART E TERCERA: DESARROLLO E INTEGRACIÓN SOCIAL
Capítulo 1
LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA. EVOLUCIÓN Y RETOS ANTE UNA
NUEVA SOCIEDAD Y ECONOMÍA
Juan Francisco Julià Igual
1. Introducción. De La ley de Reforma Universitaria (LRU) al Espacio Eu-
ropeo de Educación Superior (EEES) ........................................................ 59
2. El desempeño de la universidad española hoy ........................................... 62
3. La Universidad española y los rankings ...................................................... 70
4. Los retos de la Universidad española en el siglo XXI ................................ 77
Bibliografía ......................................................................................................... 85
VIII Informe España 2019
Capítulo 2
DE “MORIRSE D
E VIEJO” A “MORIRSE VIEJO”: TENDENCIAS DE LA
MORTALIDAD DE LA POBLACIÓN DE EDADES AVANZADAS EN ESPAÑA
Juan Manuel García González y Rafael Grande
Introducción ....................................................................................................... 89
1. Transformación de la longevidad y plasticidad de la mortalidad a edades
avanzadas ..................................................................................................... 91
1.1. La transición demográfica en España, ya finalizada ......................... 92
1.2. Hacia una nueva etapa de la transición epidemiológica ................... 93
2. Estructura de la población: el gran logro de una España envejecida ....... 94
3. Esperanza de vida y longevidad en Europa y en España ........................... 101
3.1. Evolución de la esperanza de vida en España en el siglo XX ........... 101
3.2. Diferencias con Europa y otros países ............................................... 103
3.3. El aumento de la longevidad y la concentración de la muerte ......... 105
3.4. ¿Quién ha contribuido al aumento de la esperanza de vida? ............ 108
3.5. Brecha territorial: la geografía de la longevidad ................................ 112
3.6. Brecha de género en la duración de la vida ....................................... 119
4. Evolución histórica y reciente de la mortalidad por causa en España ..... 128
4.1. Breve apunte metodológico ................................................................. 128
4.2. Evolución de mortalidad a edades avanzadas: por edad y sexo ....... 129
4.3. Evolución de la mortalidad por grupos de causas ............................. 130
5. Un patrón de morbimortalidad cambiante por causas específicas ........... 138
5.1. La revolución cardiovascular .............................................................. 138
5.2. Una nueva fase para los tumores ........................................................ 145
5.3. La consolidación de las respiratorias ................................................. 149
5.4. Causas externas .................................................................................... 150
5.5. La emergencia de las demencias ......................................................... 153
5.6. El declive de la cirrosis y las enfermedades digestivas ...................... 155
5.7. Diabetes, un problema multifactorial ................................................. 157
5.8. La mejora diagnóstica, clave para las edades avanzadas .................. 159
6. Conclusiones ................................................................................................... 161
Bibliografía ......................................................................................................... 164
Anexo. Causas de muerte analizadas y homogeneización entre CIE-9 y CIE-10 171
Capítulo 3
LA POBREZA ENERGÉTICA EN ESPAÑA
E. M. Arenas, R. Barrella, M. Burzaco, P. J. Cabrera, E. Centeno, M. E.
Escribano, J. W. Ibáñez, J. I. Linares, P. Linares, J. C. Romero, P. Sanz
1. Claves para entender la situación................................................................ 176
1.1. La pobreza energética: definición, causas y consecuencias .............. 176
1.2. Midiendo la pobreza energética .......................................................... 187
1.3. La pobreza energética en España y Europa ....................................... 192
1.4. Medidas de lucha contra la pobreza energética vigentes .................. 194
1.5. Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética ............................ 200
2. Retos ............................................................................................................. 202
2.1. Profundizar en el diagnóstico y análisis del problema ...................... 202
2.2. Mejorar las medidas paliativas y estructurales contra la pobreza
energética ............................................................................................. 204
3. Propuestas .................................................................................................... 205
3.1. Medidas paliativas .............................................................................. 205
3.2. Medidas estructurales .......................................................................... 207
Índice IX
3.3. Medidas regulatorias .......................................................................... 211
3.4. El papel de la academia: enfoque transdisciplinar ............................ 213
Bibliografía ......................................................................................................... 214
Anexo: Evolución de la regulación legal del bono eléctrico ............................ 216
PART E CUARTA: REDES Y TERRITORIO
Capítulo 4
LAS CIUDADES EN ESPAÑA Y EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN
SOBRE LOS SISTEMAS URBANOS
Andrés Walliser y Daniel Sorando
1. Globalización y ciudades: nuevas dinámicas y desafíos urbanos ............ 229
El sistema de ciudades en España .............................................................. 234
2.1. La distribución de la riqueza .............................................................. 234
2.2. La distribución de la población .......................................................... 236
2.3. Tipos de ciudades españolas ............................................................... 239
Efectos de la globalización sobre los diferentes tipos de ciudades ........... 243
3.1. Desigualdad .......................................................................................... 244
3.2. Segregación .......................................................................................... 250
3.3. Gentrificación ....................................................................................... 253
3.4. Turistización ......................................................................................... 257
3.5. Movilidad y medio ambiente ............................................................... 261
Conclusiones: desafíos globales, ¿respuestas locales? ............................... 264
Bibliografía ......................................................................................................... 267
Capítulo 5
LOS RETOS DE LA DIGITALIZACIÓN EN LA INDUSTRIA ESPAÑOLA
A. López, J. Ortega, M. Ventosa y B. Villazán
1. El contexto de la transformación digital de la industria. La Cuarta Revo-
lución Industrial ........................................................................................... 273
2. Madurez digital de la industria española.................................................... 279
2.1. IIoT ....................................................................................................... 282
2.2. Analítica y big data .............................................................................. 284
2.3. Ciberseguridad ..................................................................................... 286
2.4. Talento 4.0 ............................................................................................ 288
2.5. Cuadrante de la situación actual de la industria en España ............. 291
2.6. Conclusiones ........................................................................................ 292
3. Comparación con los países de nuestro entorno ....................................... 292
3.1. Comparativa: Informe UE vs Informe CIC ......................................... 293
3.2. IIoT ....................................................................................................... 297
3.3. Analítica y big data .............................................................................. 297
3.4. Ciberseguridad ..................................................................................... 298
3.5. Talento 4.0 ............................................................................................ 298
3.6. Conclusiones ........................................................................................ 299
4. Digitalización y personas: el gran reto de la Cuarta Revolución Industrial 299
4.1. Evolución del mercado laboral ........................................................... 300
4.2. El talento en la industria digital ......................................................... 302
4.3. El papel de la formación en la Industria Conectada ......................... 304
4.4. Conclusiones ........................................................................................ 307
Bibliografía ......................................................................................................... 308
Capítulo 1
LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA.
EVOLUCIÓN Y RETOS ANTE UNA
NUEVA SOCIEDAD Y ECONOMÍA
Juan Francisco Julià Igual (*)
CEGEA. Universitat Politècnica de València
(*) Ha sido rector de la Universitat Politècnica de València (2015-2013) y es Vicepresidente
adjunto de Crue Universidades Españolas.
1. Introducción. De La ley de Reforma Universitaria (LRU) al
Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)
La Universidad española ha experimentado un importante crecimien-
to desde que en el año 1983 se promulgara la conocida Ley de Reforma
Universitaria (LRU), que, sin ninguna duda, supuso un punto de inflexión
en el devenir universitario de España. Con esta norma, la Universidad es-
pañola avanzó claramente hacia un modelo equiparable al de los países
más avanzados, donde son elementos esenciales en su actividad académica
tanto la docencia como la investigación, pero también, y cada vez más, la
transferencia del conocimiento como consecuencia de su compromiso con
la economía y el desarrollo social en su entorno.
La LRU supuso el reconocimiento de la autonomía universitaria y
de un mayor compromiso de la institución académica con la sociedad.
Además, permitió el desarrollo de una estructura académica y órganos de
gobierno que, junto al trabajo de las comunidades universitarias, contri-
buyeron al inicio de un importante cambio en nuestra Universidad, que
adoptaba la visión de una universidad humboldtiana, donde docencia e in-
vestigación son indisociables.
La extensión de la actividad docente es bien destacable, si recordamos
que pasamos de unos 700.000 estudiantes en 1983 a más del doble en la
actualidad. El crecimiento ha sido mucho mayor en el ámbito de la investi-
gación, ya que nuestra producción científica, por ejemplo, se ha duplicado
en la última década. Este proceso ha contribuido a que nuestro país se haya
situado en los últimos años entre los diez con mayor producción científica
por número de publicaciones, y también entre los diez que cuentan con
mayor número de investigadores más altamente citados, los que se conocen
con el acrónimo HCR (Highly Cited Researchers, Clarivate Analytics, 2018).
En definitiva, puede afirmarse que con la LRU se produjo una verda-
dera modernización de la Universidad española, que la ha hecho parango-
nable a la de los países más avanzados, reconociendo el papel central de la
institución universitaria para el desarrollo social, científico y tecnológico
del país.
60 Informe España 2019
Esta norma, no puede olvidarse, significó el cambio de una universi-
dad enteramente dependiente del Estado –como ha señalado algún autor
(Bricall, 2000)– a una que, al amparo del principio constitucional de la au-
tonomía universitaria, debe ser independiente del poder político. Por ello
se puso especial énfasis en los procesos de participación y democracia en
su gobierno interno, extremando el celo en la participación de la comuni-
dad universitaria en la elección y designación de los distintos órganos de
gobierno, algo que en la época también sucedía en otros países de nuestro
entorno y que llevaba aparejados ciertos riesgos de caer en una democra-
cia “sobreaplicada”. Como señalaba Henry Rosovsky, que fue Presidente de
Harvard en 1987, este modo de proceder era propio de sistemas que venían
de una democracia insuficiente, a la vez que afirmaba que no todo se me-
jora necesariamente haciéndolo más democrático y defendía una estructu-
ra más jerárquica, pero, eso sí, aceptando el desarrollo de imprescindibles
procesos de consulta y rendición de cuentas (Rosovsky, 2010).
Con todo, el crecimiento de nuestra Universidad aconsejaba cambios
normativos, para avanzar aún más en la autonomía y colaboración con la
sociedad, como se recogía en el preámbulo tanto de la Ley Orgánica de Uni-
versidades (LOU) de 2001 como en el de la Ley Orgánica de Modificación
de la LOU (LOMLOU) de 2007. La primera, conviene recordarlo, introdujo
en la universidad pública el sistema de elección por sufragio universal pon-
derado del Rector; con la LOMLOU se amplía opcionalmente, si así se esta-
blece en los estatutos de la Universidad, a poder ser en su lugar por designa-
ción del claustro, algo que, hasta la fecha, solo ha utilizado la Universidad
de Sevilla. Del mismo modo, se reformaba el papel del Consejo Social como
órgano de participación de la sociedad en la Universidad, otorgándole fun-
ciones de seguimiento y control de la actividad económica, de promoción
de la colaboración con la sociedad y, de forma explícita, de aprobación del
presupuesto, de la programación plurianual y de las cuentas anuales.
Esta regulación significó una clara opción por un sistema de gobierno
de carácter colegial con una amplia participación de la comunidad univer-
sitaria, el cual, ciertamente, en cuanto al tamaño y amplitud de sus órga-
nos de gobierno difiere hoy del de países de nuestro entorno. En estos, su
sistema de gobierno ha ido evolucionando hacia estructuras más reducidas
y operativas, con presencia en mayor o menor medida en el Consejo de Go-
bierno o Consejo de Universidad de algunos miembros externos a la propia
comunidad universitaria (Julià, 2018).
En nuestra opinión una de las aportaciones más relevantes de la
LOMLOU fue el avance que esta norma permitió en cuanto a la armoniza-
ción del Sistema de Educación Superior en España con el llamado Espacio
Europeo de Educación Superior, conocido como Plan Bolonia, al introdu-
cir una nueva arquitectura curricular de grados y másteres, incrementando
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 61
el papel de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación
(ANECA) como órgano de acreditación y verificación.
Llegado a este punto, hay que señalar el hecho de que nuestras uni-
versidades, pese a tener que desarrollarlo en un contexto presupuestario
adverso, realizaron satisfactoriamente este proceso de adaptación. Así se
comprueba al observar los indicadores relativos a su desempeño académi-
co, que mejoran claramente, aun a pesar de que, como señalamos, se hizo
contando con menos recursos que otros países europeos, que destinaron
más medios a sus sistemas mientras que en el caso español, como es bien
sabido, se produjeron, con motivo de la pasada crisis, importantes recortes
universitarios.
La mejora de la tasa de rendimiento académico y el mayor ajuste de
nuestra oferta académica universitaria ha sido un resultado positivo de este
proceso. Así, el informe La Universidad Española en Cifras, que año tras año
viene elaborando la Conferencia de Rectores de las Universidades Españo-
las (Crue Universidades Españolas), muestra una significativa elevación de
esta tasa de rendimiento académico en todas las ramas de conocimiento y
en el conjunto del sistema universitario (público y privado), que se cifra en
más de 20 puntos porcentuales. También se aprecia una reducción impor-
tante del número de titulaciones de grado que contaban con menos de 20
alumnos de nuevo ingreso, lo que pone de manifiesto una mayor adecua-
ción de la oferta académica de grados a la demanda de estos estudios. Bien
es cierto que esta favorable evolución se ha frenado por la proliferación de
nuevos grados y por la reducción de la demanda en algunos perfiles curri-
culares como consecuencia de la crisis, que ha sido especialmente inten-
sa en sectores productivos directamente relacionados con algunos grados
(Hernández y Pérez, 2018).
En definitiva, desde la LRU el crecimiento y el mejor desempeño de la
Universidad española, tanto si observamos sus indicadores de rendimiento
académico como la evolución de su producción científica por número de
publicaciones, es innegable, lo que permite hacer un primer balance positi-
vo. Esto no obsta para reconocer, como ahora señalaremos, los problemas
y retos a los que se enfrenta la Universidad española hoy, y la necesidad que
tiene de responder mejor a las nuevas demandas de la sociedad como ele-
mento clave en el camino hacia una economía basada en el conocimiento,
con un uso intensivo del mismo en el conjunto de las actividades producti-
vas, para lo que es necesario contar con jóvenes cada vez mejor formados.
No podemos dejar de señalar que en el período que va desde la pro-
mulgación de la LRU hasta hoy hemos pasado de un sistema universitario
que contaba con 29 universidades públicas y 4 privadas al actual, con 50
universidades públicas y 34 privadas, distribuidas por toda nuestra geogra-
fía, lo que hace posible que la práctica totalidad de nuestros jóvenes que
62 Informe España 2019
decidan acceder a estudios universitarios lo puedan hacer en su entorno
próximo, a menos de 50 km (Hernández y Pérez, 2018). Este proceso ha
contribuido decisivamente a reducir la brecha regional en cuanto a la reali-
zación de estudios universitarios en nuestro país y explica que hoy España
cuente con una tasa de acceso a estudios universitario de jóvenes del 49%,
la mayor de nuestra historia y superior ya a la de la UE-28 (43%), aunque
aún por debajo de la de otros Estados europeos como los Países Escandina-
vos y Países Bajos (IVIE, 2019).
2. El desempeño de la universidad española hoy
A la pregunta de si podemos estar satisfechos con el desempeño de la
Universidad española la respuesta es claramente afirmativa. En la actuali-
dad la Universidad española desarrolla su labor académica de forma satis-
factoria y plenamente equiparable a la de otros países europeos de nuestro
entorno. Los indicadores de rendimiento académico y de producción cien-
tífica presentan un valor por encima del que nos corresponde por nuestro
nivel de gasto en educación superior, por el entorno científico y tecnoló-
gico de nuestro sistema productivo y por el gasto total en I+D en España,
factores todos ellos estrechamente relacionados con el desempeño de las
universidades.
En primer lugar, el tamaño y oferta de nuestro sistema universitario
es comparable al de los países avanzados. Si hablamos de número de uni-
versidades con producción investigadora, según Scimago1, España cuenta
con una universidad por cada 751.613 habitantes y Estados Unidos con una
por cada 753.935 habitantes. Esta proporción es similar a la de otros países
europeos salvo Reino Unido y Francia, que cuentan con un mayor número
de universidades con relación a su tamaño poblacional.
Actualmente hay en España del orden de 1.500.000 estudiantes uni-
versitarios (un 84% en universidades públicas y un 16% en universidades
privadas, con un crecimiento importante de los alumnos matriculados en
las segundas: un 58% entre el curso 2008/09 y el curso 2016/17). Los es-
tudiantes de máster representan tan solo un 12,3% del total de alumnos
matriculados en la universidad, proporción muy inferior a la de los grandes
países europeos, que duplican esta cifra, si bien está creciendo en nuestro
caso, especialmente en las universidades privadas, donde alcanza el 25,3%
(Hernández y Pérez, 2018).
En cuanto al rendimiento académico, tanto en las universidades pú-
blicas como en las privadas, ha ido creciendo en los últimos años y la tasa
1 https://www.scimagoir.com/
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 63
de rendimiento académico global ronda el 80% en el conjunto del sistema
en el curso 2016-17, según los últimos datos facilitados por Crue Univer-
sidades Españolas (tabla 1). Esta tasa nos sitúa ya en un rendimiento aca-
démico ligeramente por encima de la media de la OCDE, según el informe
Education at a Glance 2010 (apartado a.4, página 71), donde se recoge por
última vez este dato.
Tabla 1 – Evolución de la tasa de rendimiento académico de titulaciones de grado. En porcentaje. 2008/09-
2016/17
2008/09 2010/11 2013/14 2014/15 2015/16 2016/17
Variación
2008/09
2016/17
Universidades Públicas (Presencial)
Artes y Humanidades 67,2 73 79 79,9 79,5 79,3 18
Ciencias Sociales y Jurídicas 65,1 73,8 80,1 80,7 80,9 80,6 23,8
Ciencias 63,3 64,8 73,9 75,4 75,7 76,1 20,3
Ciencias de la Salud 76,3 82,7 86,5 88,3 88,7 88,9 16,6
Ingeniería y Arquitectura 56,2 57,2 66,8 67,7 67,3 67,2 19,5
Total 63,8 70,7 77,7 78,6 78,5 78,6 23,3
Universidades Privadas (Presencial)
Artes y Humanidades 85,9 87,3 88,1 90,1 90,9 89,1 3,7
Ciencias Sociales y Jurídicas 84,7 87,1 88,6 89,2 87,6 88,2 4,1
Ciencias 83,8 79,7 85 81,9 81,1 81,1 -3,2
Ciencias de la Salud 87,4 86,8 86,8 88,6 88 86,7 -0,8
Ingeniería y Arquitectura 77,7 78,9 78,7 80,4 80,8 79,7 2,5
Total 83,9 85,5 86,7 87,8 86,8 86,6 3,3
Fuente: Crue Universidades Españolas (2018): La Universidad Española en cifras 2016-2017.
Es cierto también, como hemos señalado, que la implantación del Es-
pacio Europeo de Educación Superior sirvió para lograr un mayor ajuste de
nuestra oferta curricular de grados, como muestran los porcentajes de acce-
so a estudios de grado con menos de 20 alumnos de nuevo ingreso (tabla 2).
No obstante, en los últimos cursos se ha incrementado de nuevo el porcen-
taje de títulos con menos ingresos de nuevos alumnos, lo que, sin duda,
debe hacernos reflexionar sobre la conveniencia de ajustar nuestra oferta
de titulaciones, especialmente en aquellos grados con menor demanda.
64 Informe España 2019
Tabla 2 – Evolución de la estructura porcentual de tamaño de matrícula de alumnos de nuevo ingreso en
grados de universidades públicas. 2008/09-2016/17
Año t < 20 20 < t < 40 40 < t < 75 t > 75
Curso 2008/2009 18,04 15,37 24,25 42,33
Curso 2012/2013 7,45 11,12 30,94 50,49
Curso 2013/2014 11,51 11,70 28,75 48,03
Curso 2014/2015 10,98 13,19 28,25 47,58
Curso 2015/2016 12,64 14,21 27,87 45,28
Curso 2016/2017 12,93 14,21 27,91 44,95
Fuente: Crue Universidades Españolas (2018): La Universidad Española en Cifras 2016/2017.
Estos resultados, hemos de recordar de nuevo, se han obtenido en un
contexto presupuestario nada favorable, con unas limitaciones y recortes
que han tenido una especial incidencia en la contratación de personal. De
hecho, España es uno de los países de la OCDE que más recortó su gasto
por estudiante: disminuyó un 13% desde 2010 a 2015, mientras que en el
conjunto de países de la OCDE aumentó un 11% en el mismo período
(gráfico 1), situándose en 2015 en España en el 1,3 % del PIB, frente al 1,5%
de media en la OCDE.
Gráco 1 – Evolución del gasto por estudiante en Educación Superior. En porcentaje de variación. 2010-2015
-29
-13
-12
-8
-3
0
1
1
1
4
7
7
9
11
15
25
Irlanda
España
Alemania
Finlandia
Francia
Bélgica
Italia
Japón
Holanda
Portugal
Estados Unidos
Noruega
Suecia
OCDE
EU22
Polonia
Fuente: Elaboración propia a partir de OCDE. Education at a Glance 2016.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 65
De hecho, según el último informe La Universidad Española en Ci-
fras, las universidades españolas han sufrido en el período que va de 2008
a 2016 severos recortes en su financiación derivados esencialmente de la
disminución de sus principales fuentes de ingresos públicos (gráfico 2), que
no ha sido compensada por la elevación de las tasas académicas. Así la
financiación autonómica a sus universidades retrocedía un 11,3% y a ello
se sumaba una caída importante de casi el 25% en los ingresos por investi-
gación (que quedaban en tan solo el 75,1% de lo ingresado en 2008), datos
que contrastan con el aumento del 43% en los ingresos por enseñanzas. El
total de los ingresos del conjunto del sistema universitario público registra
una disminución en el período analizado de casi ocho puntos porcentuales,
al quedar en 2016 en un 92% en relación con los que tenían en 2008 (Her-
nández y Pérez, 2018).
Gráco 2 – Evolución del PIB y de las magnitudes nancieras del Sistema Universitario Público Presencial. En
números índice. 2008-2016.
70
80
90
100
110
120
130
140
150
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
PIB Esfuerzo público autonómico Total ingresos
Ingresos enseñanzas Operaciones no financieras Ingresos investigación
Fuente: Crue Universidades Españolas (2018): La Universidad Española en Cifras 2016/2017.
En este contexto, no podemos menos que reconocer el esfuerzo del
personal de las universidades españolas, que ha sido capaz de implantar el
Espacio Europeo de Educación Superior con menos recursos que la mayo-
ría de los países de nuestro entorno.
66 Informe España 2019
Según datos de la Secretaría General de Universidades, de 2012 a 2014
se perdieron nada menos que 5.669 plazas de profesorado a tiempo comple-
to y aún en 2018, pese a la eliminación de buena parte de las restricciones,
había 1.007 plazas de personal docente investigador menos. Todavía hoy,
si hablamos del último curso 2017/18 en relación con el curso 2008/09, las
universidades públicas cuentan con 449 profesores menos, siendo especial-
mente significativa la pérdida de plazas de funcionarios, que disminuyen en
el citado período un 16,1%, mientras que la de contratados aumentan un
15,8% (tabla 3), con un incremento muy llamativo tanto en términos abso-
lutos (5.481) como relativos (94,3%) de los contratados doctores. Aún más
problemático es el proceso de envejecimiento de las plantillas de profesora-
do que han supuesto estas restricciones: en el curso 2016-17 el porcentaje
de profesorado menor de 35 años era tan solo del 7,4% mientras que el de
más de 60 años era del 16,7%, con una edad media de 49 años (50 en las
universidades públicas y 44 en las universidades privadas).
Tabla 3 – Personal docente e investigador en centros propios por tipo de universidad y categoría de personal.
2008-2018
Curso
2008/09
Curso
2017/18
Variación 2008/09
2017/18
Absoluto %Absoluto %%
TOTAL 107.930 100,0 115.987 100,0 7,5
Universidades Públicas 98.622 91,4 98.173 84,6 -0,5
Funcionarios 51.054 51,8 42.819 43,6 -16,1
Catedráticos de Universidad 9.238 9,4 10.782 11,0 16,7
Titulares de Universidad 30.059 30,5 27.471 28,0 -8,6
Catedráticos de Escuela
Universitaria 1.776 1,8 778 0,8 -56,2
Titulares de Escuela
Universitaria 9.568 9,7 3.698 3,8 -61,4
Otros funcionarios 413 0,4 90 0,1 -78,2
Contratados 47.142 47,8 54.614 55,6 15,8
Ayudante 2.762 2,8 525 0,5 -81,0
Ayudante Doctor 2.325 2,4 3.711 3,8 59,6
Contratado Doctor 5.811 5,9 11.292 11,5 94,3
Asociado 22.429 22,7 23.769 24,2 6,0
Asociado de C.C. de Salud 7.029 7,1 9.007 9,2 28,1
Colaborador 3.861 3,9 1.874 1,9 -51,5
Visitante 467 0,5 954 1,0 104,3
Otros contratados 2.458 2,5 3.482 3,5 41,7
Eméritos 426 0,4 740 0,8 73,7
Universidades Privadas 9.308 8,6 17.814 15,4 91,4
Fuente: Elaboración propia a partir de Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU). Secretaría General
de Universidades.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 67
En cuanto a la investigación, según Scopus2, España representaba en
2017 el 3,2% de la producción mundial de publicaciones científicas, cuando
el peso de nuestra economía en términos del PIB es del 1,4% según el FMI
y nuestro gasto en I+D representa el 1% (FECYT, 2017), ambos respecto al
total mundial.
En el contexto europeo, en los últimos 10 años (gráfico 3), se ha re-
gistrado un crecimiento de la producción científica española del 87%, con
un aumento igualmente de las publicaciones situadas en el primer cuartil
por número de citas hasta alcanzar un 54% en 2016. Estos incrementos se
han producido en un contexto marcadamente adverso de recortes presu-
puestarios en I+D: España ha ampliado su brecha negativa en relación con
los países más avanzados, con un gasto en I+D de tan solo el 1,19% del PIB
frente al 2,1% de la UE-28, lo que nos sitúa en el 57% de la media de estos
países (Eurostat, 2018).
Gráco 3 – Evolución de las publicaciones cientícas. Número de documentos totales y porcentaje en el
primer cuartil. 2007-2016
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
30.000
35.000
40.000
45.000
50.000
55.000
60.000
65.000
70.000
75.000
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Publicaciones totales % en el primer cuartil
Fuente: Hernández y Pérez (2018), a partir de Observatorio IUNE 2018.
En un reciente informe del Instituto Valenciano de Investigaciones
Económicas (IVIE, 2019) sobre la situación socioeconómica del sistema
universitario español, se señala la fuerte resiliencia de la producción in-
vestigadora de la Universidad española, tanto en volumen como en calidad
de la misma. Situarse en el entorno de los 10 países con mayor producción
2 Scopus es la base de datos más grande del mundo de referencias bibliográficas y citas
revisadas por pares, incluidas revistas científicas, libros y actas de congresos; abarca temas de
investigación en todas las disciplinas científicas y técnicas, desde medicina y ciencias sociales
hasta artes y humanidades. Es propiedad de la empresa Elsevier y contiene 18.000 revistas
publicadas por más de 5.000 editores internacionales.
68 Informe España 2019
científica y mayor número de investigadores con un nivel de gasto en I+D
y un entorno científico-tecnológico inferior a la media de los países de la
OCDE justifican en nuestra opinión esta afirmación.
No obstante, los resultados del desempeño del sistema universitario
español no son siempre y en todo tan favorables. En efecto, la internacio-
nalización y la vinculación con el sector productivo y social son identifica-
das en un reciente trabajo sobre el posicionamiento de las universidades
españolas como ámbitos con amplio margen de mejora (Luque-Martínez,
Faraoni y Doña-Toledo, 2018). Así, si hablamos de la transferencia del co-
nocimiento, algunos indicadores utilizados para su medición no resultan
tan positivos si los comparamos con otros países avanzados. No obstante,
como también indica el referido informe del IVIE, ello depende no solo de
las universidades, sino también de nuestro sistema productivo, muy afecta-
do además por la pasada crisis.
Si hablamos de la producción de patentes, estas han registrado un
crecimiento en los últimos 10 años, con una disminución en los dos más
recientes, pero los ingresos por explotación de licencias representan un
valor reducido, que apenas alcanza los 2,5 millones de euros. Del mismo
modo, la facturación por transferencia de instituciones se ha reducido un
20% en 2017 respecto a 2016 (Hernández y Pérez, 2018). De nuevo se pone
en evidencia que nuestro sistema productivo en tiempos de crisis recor-
ta actividades relacionadas con la I+D, lo que inevitablemente conduce a
una disminución de nuestros índices de innovación. Según los datos de
European Innovation Scoreboard (2016), en el contexto europeo, España
se sitúa como un país moderadamente innovador: su índice de innovación
es del 0,361, por debajo de la media europea (0,568).
En todo caso, hemos de señalar que el verdadero problema no es el
escaso número de patentes de nuestro sistema universitario. Lo grave es el
bajo nivel de patentes en general de nuestro país, que, pese a que es capaz
de propiciar que España represente más del 3% de la producción científica
mundial, tan solo alcance el 0,6% de las patentes de escala internacional; la
explicación está en que nuestro sector productivo realmente tiene un bajo
registro de patentes. De hecho, según datos de la Organización Mundial de
la Propiedad Industrial (OMPI), España es, tras Irlanda, el país donde las
universidades representan un mayor porcentaje del registro de patentes del
país (Grau, 2015). Según OBS Business School, en relación con las patentes
de escala internacional de origen español registradas en 2014, casi dos de
cada tres fueron presentadas por universidades (36,4%) y centros públicos
(24,5%) (Ribechini, 2015). Finalmente, no deja de ser llamativo que Espa-
ña, como decíamos, se sitúe entre los 10 países de mayor producción cien-
tífica y tan solo ocupe el puesto 18 por solicitud de patentes en la Oficina
Europea de Patentes y Marcas (OEPM).
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 69
Por ello debemos valorar en positivo la iniciativa del Ministerio de
Ciencia, Innovación y Universidades de hacer una convocatoria pública
para la evaluación y el reconocimiento de los llamados tramos por trans-
ferencia de conocimiento, que intenta poner en valor esta actividad entre
el profesorado universitario y los investigadores como ya se venía hacien-
do en relación con la actividad investigadora en los llamados tramos de
investigación, que sin duda han tenido una contribución decisiva en el
crecimiento de nuestra producción científica en los últimos años. Una
convocatoria que con más de 16.000 solicitudes en 2018 muestra una im-
portante acogida entre profesorado e investigadores, ya que supone del
orden del 40% del personal docente investigador funcionario. No obstan-
te, este porcentaje es inferior al del reconocimiento de los tramos de in-
vestigación en los últimos años, que es del orden del 74%.
Un último punto en relación con nuestro desempeño universitario
–que por desgracia tampoco podemos valorar en los mismos términos
que el rendimiento académico y de investigación– es el relativo a la inter-
nacionalización de la actividad universitaria en un sentido amplio. En este
aspecto nuestro sistema universitario tiene todavía un importante recorri-
do por hacer, si se compara con otros sistemas europeos.
Es cierto que el sistema universitario español presenta un gran
atractivo para los estudiantes europeos, como muestra el hecho de que
España ocupa el primer lugar en términos de intercambio de estudian-
tes del programa Erasmus, con más de 44.000 alumnos recibidos en
2016/17 y es el segundo con mejor balance entre recibidos y enviados
tras el Reino Unido. No obstante, presenta un bajo nivel de atracción de
estudiantes extranjeros internacionales en su conjunto, ya que alcanza
tan solo un 2,2% frente al 4,4% de la media de la OCDE. La cifra me-
jora en los estudios de máster (un 13,9%, por encima de la media de la
OCDE, que es del 11,9%) y en los de doctorado (un 19,3%, en este caso
por debajo de la media de la OCDE –26,5%–). Son datos que nos alejan
mucho de países como Reino Unido, donde el porcentaje de estudiantes
extranjeros internacionales es del 19,1% en grado, del 36,1% en máster
y del 43,2% en doctorado.
En todo caso, resulta esperanzador comprobar que muchas de
nuestras universidades están experimentando un importante crecimien-
to en captación de alumnos extranjeros. Así, algunas de ellas (Universi-
dad de Navarra, Universidad Rey Juan Carlos, Universidad Internacional
Cataluña, Universidad Ramón Llull y Universidad Complutense de Ma-
drid) ya han logrado superar en estudios de máster el 30% de alumnos
extranjeros.
70 Informe España 2019
Es, no obstante, en cuanto al profesorado extranjero donde nuestras
universidades presentan un índice más bajo. Según Eurydice3, en Espa-
ña un exiguo 2,1% del profesorado universitario en 2013 era extranjero,
frente, por ejemplo, al 27,3% en el caso del Reino Unido; según datos de
la Crue, en 2016 dicho porcentaje era tan solo el 1,7%. Cabe atribuir esta
situación a diversas razones: los límites presupuestarios, nuestro limitado
régimen de contratación y procedimiento de captación de profesorado y un
sistema retributivo que –es preciso decirlo– está alejado de los países con
sistemas universitarios más potentes. Hay que destacar la apuesta que han
venido haciendo algunas universidades españolas en los últimos años en
este apartado, como es el caso de la Universidad Pompeu Fabra, que actual-
mente cuenta con un 12,1% de profesorado extranjero (a esta situación ha
contribuido el programa ICREA –Institució Catalana de Recerca i Estudis
Avançats–, que sitúa a Cataluña como la comunidad con un mayor porcen-
taje de profesorado extranjero en sus aulas: un 3,9%, más del doble de la
media nacional). También destaca en este indicador la Universidad Carlos
III, con un 5,9%. Estas dos universidades se hallan situadas en Cataluña y
Comunidad de Madrid, comunidades autónomas en las que se concentra el
mayor número de profesores extranjeros del Sistema Universitario Espa-
ñol, con más del 57% del total.
Algunos indicadores, ya por último, muestran como en los últimos
años las universidades han mejorado el grado de internacionalización de su
actividad investigadora elevando el porcentaje de publicaciones científicas
en colaboración internacional (coautoría), que ya es superior a un tercio de
las mismas y que en el caso de algunas de ellas se sitúa por encima del 50%
de sus publicaciones.
3. La Universidad española y los rankings
Es bien conocido que a lo largo del presente siglo XXI han adquirido
una especial notoriedad algunos rankings universitarios internacionales;
entre ellos, según los expertos, tres son los más reconocidos (Miras, 2013).
El más referenciado es el Academic Ranking of World Universities (ARWU),
más conocido popularmente como ranking de Shanghái, que se elabora
desde el año 2003. Le siguen en popularidad el Times Higher Education
World University Ranking (THE) y el que elabora la consultora Quacquare-
lli Symonds, conocido como QS World University Ranking.
3 Eurydice es una red de 42 unidades nacionales con sede en los 38 países del progra-
ma Erasmus +. Tiene como objetivo explicar cómo se organizan los sistemas educativos en
Europa y cómo funcionan. Publica análisis de los sistemas educativos nacionales, informes
comparativos dedicados a temas específicos, indicadores y estadísticas, así como noticias y
artículos relacionados con el campo de la educación.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 71
Lo cierto es que los rankings han venido para quedarse. Se han con-
vertido en un referente básico para conocer la posición de las universidades
a nivel mundial. Se vienen incorporando en muchos casos en las hojas de
ruta de los gobiernos en sus políticas universitarias, fijando como uno de
sus objetivos situar a un número creciente de sus universidades en sus pri-
meras posiciones. Se utilizan cada vez más a la hora de tomar decisiones
en lo referente a la distribución de recursos o selección de centros para
la realización de intercambios o colaboraciones académicas. No obstan-
te, no puede perderse de vista que la información que pueden aportar se
deriva de los indicadores en que se basan, que pueden tener claros sesgos
y un mayor o menor grado de subjetividad al referirse, en algunos casos,
a valoraciones y opiniones personales de académicos y empleadores. Con
todo, nadie discute que son cada día más utilizados y las mejores universi-
dades los consideran un instrumento esencial para mejorar su visibilidad
(Luque-Martínez, Faraoni y Doña-Toledo, 2018) y con ello incrementar su
atracción de profesorado y alumnos.
El Ministerio de Educación, por medio del Servicio Español para la
Internacionalización de la Educación (SEPIE), elaboró en 2017 –bajo la
coordinación de Luis Delgado– un excelente informe al respecto: el Proyec-
to de Posicionamiento y Reconocimiento Internacional del Sistema Univer-
sitario Español (PRISUE), con el fin de observar y analizar los impactos de
los rankings y la posición de las universidades españolas en ellos. También
desde Crue Universidades Españolas se ha venido prestando atención al
análisis de los mismos: se editó una monografía en el año 2015 y es per-
manente la referencia a ellos en los informes anuales que sobre el sistema
universitario español elabora esta institución.
Analizados estos rankings, se puede afirmar que la posición de las uni-
versidades españolas es más que razonable con relación a los recursos que
reciben y al entorno científico y tecnológico en el que desarrollan su labor;
en esta valoración coinciden los distintos informes que hacen referencia
a este tema. Así, en el informe de Crue Universidades Españolas se señala
que la posición de las universidades españolas “resulta proporcional al ta-
maño de su sistema y a la intensidad de gasto de I+D del país” (Hernández
y Pérez, 2018). En términos similares se expresa la monografía a la que nos
hemos referido (Grau, 2015), donde se indica que el SUE tiene un impacto
total adecuado a su tamaño y a los recursos totales utilizados por el país.
En efecto, basta observar que el presupuesto medio por estudiante en
las universidades situadas en el Top 150 en el ranking de Shanghái es nada
menos que más de cuatro veces superior al que manejan las universidades
españolas que figuran en el Top 500 de este ranking (Julià, Pérez y Meliá,
2014) y que solo un país del mundo con menor PIB total que España, Ho-
landa, sitúa un mayor número de universidades en el Top 500. Según un
estudio de Del Corral (2017), España es el sexto país más eficiente por el
72 Informe España 2019
número de universidades situadas en el ranking de Shanghái. Calculando la
eficiencia mediante la relación entre el PIB del país y el número de univer-
sidades, basándose en un modelo de análisis envolvente de datos DEA de
rendimientos variables que usa como input el PIB por país y como output
el número de sus universidades en el Top 800.
Por ello, en nuestra opinión, no resulta justificado ni correcto derivar
una valoración desfavorable acerca de la calidad de nuestro sistema universi-
tario de la posición de las universidades españolas en estos rankings, ya que,
al contrario, un correcto análisis de esta posición en los mismos nos lleva más
bien a una opinión favorable, lo que no impide señalar que sea mejorable.
Es cierto que ninguna de las universidades españolas se sitúa actual-
mente en el Top 100 de estos rankings globales y difícilmente lo hará en un
futuro próximo de no contar con muchos más recursos en la educación
superior y en I+D. Ahora bien, hay que señalar que, pese a ello, varias uni-
versidades españolas ocupan ya los primeros lugares en algunos rankings
universitarios por áreas y especialidades académicas. Esta mejora en la po-
sición de las universidades españolas se observa también si el análisis se
focaliza en las universidades más jóvenes (de menos de 50 años).
En efecto, en el referido informe PRISUE se señala que en ARWU Sub-
ject 20 universidades españolas se sitúan en el Top 50 mundial en 24 discipli-
nas académicas y que entre las universidades con menos de 50 años 8 univer-
sidades españolas figuran en el Top 100 del QS y 15 en el Top 200 del THE.
Es especialmente relevante destacar que, como indican los expertos,
pese a la baja intensidad del gasto de I+D y un entorno tecnológico no tan
favorable como el de otros países avanzados, España sitúe hasta 36 uni-
versidades (35 públicas y 1 privada) en el Top 1.000 de alguno de estos tres
reconocidos rankings internacionales: 33 en ARWU, 29 en THE y 23 en QS;
21 de ellas figuran en los tres rankings (tabla 4). Seguimos siendo uno de los
10 países del mundo con mayor número de universidades en ARWU y más
de dos de cada tres de nuestras universidades públicas aparecen entre las
1.000 mejores; teniendo en cuenta que existen más de 20.000 universidades
en el mundo, estos datos nos sitúan en el rango del 5% de las mejores insti-
tuciones académicas, según este ranking mundial.
Ello es importante, pues, como se señala en una reciente publicación
del Foro Económico Mundial (Chan, 2017), al ciudadano promedio, más
que contar en su país con algunas de las mejores universidades del mundo,
le debe preocupar la calidad de la universidad a la que probablemente pue-
de enviar a sus hijos; y, en este caso, resulta clara la calidad en su conjunto
de un sistema como el español, en el que la mayor parte de sus universida-
des, como hemos indicado, se encuentra en el rango de las mejores institu-
ciones académicas.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 73
Tabla 4 – Universidades españolas en rankings universitarios globales mundiales en 2018
Universidad ARWU THE QS
Barcelona 151-200 201-250 156
Pompeu Fabra 201-300 140 296
Complutense Madrid 201-300 501-600 233
Granada 201-300 501-600 501-550
Autónoma Barcelona 301-400 147 195
Autónoma Madrid 301-400 351-400 187
País Vasco 301-400 601-800 651-700
Politécnica Valencia 401-500 501-600 373
Valencia 401-500 501-600 551-600
Santiago de Compostela 401-500 601-800 601-650
Sevilla 501-600 601-800 601-650
Zaragoza 501-600 601-800 461-470
Politécnica de Madrid 501-600 601-800 491-500
Oviedo 501-600 601-800 801-1000
Vigo 501-600 601-800 -
Jaume I 501-600 - -
Islas Baleares 501-600 - -
Politècnica Cataluña 601-700 401-500 275
La Laguna 601-700 601-800 -
Miguel Hernández 601-700 - -
Rovira Virgili 701-800 401-500 -
Salamanca 701-800 601-800 601-650
Jaén 701-800 601-800 -
Murcia 701-800 601-800 801-1000
Córdoba 701-800 - -
Alcalá de Henares 801-900 601-800 551-600
Castilla-La Mancha 801-900 801-1000 801-1000
Alicante 801-900 801-1000 -
Cantabria 801-900 - -
Málaga 801-900 - -
Valladolid 801-900 - -
Navarra 901-1000 301-350 270
Carlos III 901-1000 601-800 281
Rey Juan Carlos - 601-800 801-1000
La Coruña - 801-1000 801-1000
Almería - 801-1000
Fuente: Elaboración propia a partir de ARWU 2018, THE 2018 y QS 2018.
74 Informe España 2019
Es innegable que la calidad del sistema universitario español es bue-
na en su conjunto, aunque no cuente con universidades sobresalientes en
términos globales en los rankings internacionales más acreditados (ARWU,
THE y QS). Debemos incidir en que ello se explica por la alta correlación
que existe entre las mejores posiciones en estas clasificaciones con el mayor
gasto en I+D y el desarrollo del entorno científico-tecnológico de los dife-
rentes países.
Por otro lado, pese a su evidente interés y relevancia, estos rankings
no son suficientemente completos a la hora de valorar el desempeño uni-
versitario, ya que ofrecen una visión limitada del mismo, al estar muy cen-
trados en el examen de los resultados y en la notoriedad de la producción
científica y prestar escasa o nula atención a otras métricas necesarias para
una más correcta y completa valoración, como son la calidad de su docen-
cia y su compromiso social.
De hecho, dos de estos conocidos rankings (THE y QS), conscientes
de ello, han elaborado en los dos últimos años otros rankings que tratan de
medir los resultados académicos de las universidades en relación con su
calidad docente (THE) y su contribución a la empleabilidad de sus egresa-
dos (QS).
El THE editó por primera vez en 2018 el European Teaching Ran-
king (THE-ETR), en el que trata de evaluar el desempeño docente de las
universidades europeas. Como experiencia piloto, se centró en las univer-
sidades de ocho países de la UE (las cinco mayores economías de la zona,
Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España, junto a Holanda, Portugal
e Irlanda) que cuentan con sistemas universitarios que han implantado ple-
namente el EEES y que, además, son miembros de la OCDE. Este ranking
analiza cuatro grandes dimensiones para evaluar la actividad docente (re-
cursos docentes, compromiso con los estudiantes, resultados académicos
y entorno) mediante el uso de varios indicadores en cada una de ellas, por
medio de una encuesta a más de 30.000 estudiantes de las universidades de
estos países. El resultado en el caso de las universidades españolas es muy
satisfactorio, ya que 14 de ellas se encuentran clasificadas entre las 100
mejores (tabla 5), registro solo superado por las universidades del Reino
Unido; por otro lado, España es el segundo país por población con mayor
número de universidades en este nuevo ranking. Además, una universidad
española, la Pontificia Comillas, ocupa la primera posición de todas las
universidades de los distintos países evaluados en la dimensión relativa al
grado de compromiso con sus estudiantes.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 75
Tabla 5 – Universidades Españolas en el TOP 100 del THE European Teaching Ranking 2018
Universidad Posición
U. de Navarra 8
U. de Barcelona 19
U. Autónoma de Barcelona 20
U. Autónoma de Madrid 22
U. Pompeu Fabra 42
U. de Alcalá de Henares 51-75
U. Carlos III 51-75
U. Ponticia Comillas 51-75
U. de Sevilla 51-75
U. de Zaragoza 51-75
U. Complutense de Madrid 76-100
U. Politécnica de Valencia 76-100
U. Rovira i Virgili 76-100
U. de Valencia 76-100
Fuente: THE 2018.
Por su parte, el QS ha editado por primera vez en 2019 su ranking Gra-
duate Employability (QS-GE), que evalúa la capacidad que en orden a la em-
pleabilidad de sus egresados presentan las distintas universidades. Se recaba
para ello la opinión de empleadores en relación con la calidad y pertinencia
de la formación recibida por sus egresados y la reputación de la institución
académica en este punto. De nuevo varias universidades españolas ocupan
una buena posición en esta nueva clasificación, tres de ellas entre las 100
mejores del mundo y 14 en el Top 500 (tabla 6), situando a España como el
cuarto país de Europa por número de universidades en este ranking.
Tabla 6 – Universidades españolas en el TOP 500 mundial del QS Employability 2019
Universidad Posición
U. de Navarra 61
U. de Barcelona 82
U. Politécnica de Madrid 92
U. Complutense de Madrid 101-110
U. Politécnica de Cataluña 101-110
U. Autónoma de Barcelona 131-140
U. Autónoma de Madrid 151-160
U. Carlos III 151-160
U. de Alcalá de Henares 201-250
U. Politécnica de Valencia 201-250
U. Rey Juan Carlos 251-300
U. Ramón Llull 251-300
U. Pompeu Fabra 301-500
U. de Valencia 301-500
Fuente: QS 2019.
76 Informe España 2019
Finalmente, no podemos olvidar que hoy los Objetivos del Desarro-
llo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas suponen el más importante reto
social del siglo XXI, tanto para las empresas como para las instituciones
comprometidas con un crecimiento verdaderamente sostenible en térmi-
nos económicos, sociales y medioambientales. Las universidades, enten-
diendo su papel central como motor para el progreso de la sociedad, los
han venido incorporando como parte de su misión en la agenda académica.
El THE ha presentado en 2019 su nuevo ranking University Impact
Ranking, que trata de evaluar el nivel de contribución al cumplimiento de
los ODS, en particular de diez de los diecisiete, que muestran sin duda el
positivo impacto social de las actividades que desarrollan las universida-
des. También en este reciente ranking internacional se puede afirmar que
las universidades españolas obtienen buenos resultados en comparación
con las de otros países. Cuatro se encuentran entre las cien primeras del
mundo y otras diez ocupan posiciones entre las cien y doscientas primeras,
situándonos de nuevo entre los países europeos con mayor número de uni-
versidades en este ranking (tabla 7).
En definitiva, podemos concluir que el sistema universitario español,
por lo que se refiere a la posición de sus universidades en los principales
rankings internacionales (ARWU, THE y QS), aun sin ocupar por el momen-
to puestos sobresalientes, presenta en su conjunto un buen desempeño, sa-
tisfactorio teniendo en cuenta los recursos con que cuenta y el entorno don-
de desarrolla su actividad. Destaca, además, por su labor en determinadas
áreas y especialidades, así como en los indicadores y rankings de calidad
y resultados del desempeño docente, de empleabilidad de sus egresados y
de compromiso e impacto social, en los que varias universidades españolas
ocupan posiciones de primer nivel.
Tabla 7 – Universidades españolas en el TOP 200 mundial del THE Universitity Impact Ranking 2019
Universidad Posición
U. Pompeu Fabra 29
U. Autónoma de Barcelona 34
U. Ponticia Comillas 86
U. de Girona 94
U. de Córdoba 101-200
U. de Deusto 101-200
U. de Málaga 101-200
U. Miguel Hernández 101-200
U. de Murcia 101-200
U. Politécnica de Cataluña 101-200
U. Politécnica de Valencia 101-200
U. de Valencia 101-200
U. de Valladolid 101-200
U. de Vigo 101-200
Fuente: THE 2019.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 77
Todo ello, insistimos de nuevo, sin dejar de reconocer que la Univer-
sidad española puede y debe mejorar sus resultados en el ejercicio de sus
actividades académicas –especialmente en el impacto y transferencia de su
producción científica y en su internacionalización–, lo que redundará en
que el conjunto de las universidades españolas vayan escalando posiciones
en estas clasificaciones, en las que, con el paso de los años, deberían ir si-
tuándose en los primeros lugares.
4. Los retos de la Universidad española en el siglo XXI
La pasada crisis puso de manifiesto la necesidad de avanzar en Espa-
ña en la economía del conocimiento, mediante el desarrollo de un modelo
productivo más innovador, con un uso más intensivo del conocimiento y
de la tecnología. Un modelo similar al de las mejores economías, que son
capaces con ello de generar más riqueza y un empleo más estable y de ma-
yor calidad, así como de proveer a sus ciudadanos de mayores cuotas de
bienestar.
Ya en el año 2000 la llamada Estrategia de Lisboa pretendía el im-
pulso económico en Europa desarrollando la economía del conocimiento.
La Estrategia Europea 2020 ha vuelto a insistir en ese planteamiento, al
enfatizar que debe priorizarse un conocimiento inteligente basado en la
educación, la investigación y la innovación, que sea a la vez sostenible e
integrador, basado en el respeto medioambiental y en la cohesión social y
territorial. Así, el programa RIS3 (Regional Innovation Strategy for Smart
Specialization) de la UE tiene como objetivo el crecimiento inteligente, sos-
tenible e integrador contando con la innovación y conocimiento como ele-
mentos clave. A este respecto, no debemos olvidar que no solo necesitamos
una economía más inteligente y competitiva, necesitamos también, como
ha señalado el Premio Nobel Joseph Stiglitz, una economía con valores,
algo que hemos aprendido con la pasada crisis, en la que –en su opinión– el
fundamentalismo de mercado unido a una ausencia de valores tuvo bastan-
te que ver (Stiglitz, 2010).
En este contexto, las universidades desempeñan un papel central ante
tan importantes retos de la sociedad y deben incrementar su grado de com-
promiso en darles la mejor respuesta mediante la contribución que supone
un desarrollo amplio de sus actividades académicas. Coincidimos en este
sentido con lo que señalaba en uno de sus últimos informes anuales la Fun-
dación COTEC: “La Universidad española ha de convertirse en un motor
fundamental de la economía, promoviendo la simbiosis entre docencia, in-
vestigación y transferencia” (COTEC, 2016).
Y ello sin olvidar lo que indicaba la Presidencia de Crue Universida-
des Españolas en su comparecencia ante la Comisión de Educación del
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Congreso de los Diputados en 2017: “La Educación Superior y la I+D uni-
versitaria, no solo son necesarias para una economía más competitiva en
la sociedad del conocimiento mediante el incremento de capital humano
y tecnológico sino también para el logro de una sociedad más justa con
más opciones de empleo estable y cualificado, con mayor responsabilidad
social, más calidad democrática, mayor conciencia medioambiental y con
comportamientos más saludables” (Píriz, 2018).
Efectivamente, no cabe duda de que esto es así. El reciente informe
La contribución socioeconómica del sistema universitario español, elabora-
do por el IVIE, no solo reconoce los avances y resultados del desempeño de
las universidades españolas –donde insisten en recordar que este está muy
relacionado con su entorno y con las características del tejido productivo–,
sino que también destaca su positiva tasa de retorno tanto a corto como a
largo plazo. De forma muy especial subraya sus aportaciones sociales, bá-
sicamente como “ascensor social”, como claro factor de promoción social,
al proveer de una mejor inserción laboral, un mayor nivel de ingresos y una
mayor calidad de empleo (menor temporalidad y mayor cualificación), una
función particularmente significativa en el caso de la población con ascen-
dencia social menos favorable. También destaca que los estudios demues-
tran que la población con estudios universitarios muestra valores culturales
y sociales de gran importancia como son una mayor participación social,
mayor sensibilidad con la igualdad de género, hábitos más saludables, ma-
yor respeto y conciencia medioambiental y más práctica y apoyo a activi-
dades culturales.
En definitiva, estas aportaciones son de enorme interés, pues, como
nos recuerda este informe, debemos entender que el valor de lo social y la
cultura son un elemento clave para el desarrollo sostenible, como reconoce
la Organización de Naciones Unidas, y, por ello, la contribución de la acti-
vidad universitaria en este ámbito debe ponerse en valor.
Afortunadamente, no solo el reconocimiento institucional del papel
clave de la universidad ante los retos de la sociedad está siendo cada día
más visible; también lo es la percepción social sobre la institución univer-
sitaria, como muestra el hecho de que los ciudadanos a la hora de tratar
asuntos relativos a ciencia y tecnología sitúen a la universidad como la
institución más valorada, según un informe de la FECYT de 2017 (Sanz
Cruz, 2017).
De todo ello se desprende que, desde el reconocimiento de la positiva
evolución y razonable desempeño de la universidad española –como mues-
tran buena parte de sus indicadores– se necesitan cambios para mejorar y
afrontar los importantes retos que requiere una enseñanza de más calidad,
accesible y más orientada a las necesidades de la sociedad y de su tejido
productivo. En este último aspecto es necesario lograr un mayor impacto
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 79
de su actividad investigadora por medio de una mayor y más efectiva trans-
ferencia de conocimiento, impulsando la innovación y el emprendimiento,
con un grado más elevado de internacionalización que permita situarnos
mejor en el contexto de una economía cada vez más global en el que el
conocimiento será un elemento diferenciador de las economías más avan-
zadas.
El dictamen del Consejo de la UE en relación con el programa de re-
formas económicas que planteaba el Gobierno de España en 2017 formula-
ba interesantes recomendaciones en referencia a las universidades, como es
aumentar la pertinencia de la enseñanza superior para el mercado laboral,
garantizar un nivel adecuado de inversiones en investigación e innovación,
así como reformar su gobernanza en todos los niveles de la administración.
Un diagnóstico justo y correcto, así como la observación de las prácti-
cas más exitosas de otros sistemas universitarios, sin olvidar nuestra situa-
ción y contexto, son instrumentos fundamentales para permitirnos plantear
respuestas a tan importantes retos, identificando las líneas de mejora que
pueden contribuir a una mayor eficacia en el cumplimiento de las misiones
de nuestra universidad y con ello al avance de la sociedad.
En definitiva, podemos avanzar y mejorar si somos capaces de desa-
rrollar las siguientes actuaciones:
1. Ajustar y adaptar más nuestra oferta curricular a las demandas de
la sociedad y del mercado laboral, tanto en contenidos curriculares y for-
mación en habilidades como en métodos formativos, lo que redundará en
beneficio de la sociedad y de la inserción laboral de los egresados.
Es cierto que desde 2008, con la implantación del Espacio Europeo de
Educación Superior, el número de títulos ofertados con menos de 20 alum-
nos descendió significativamente, ya que pasó del 18% en el curso 2008/09 a
solo cerca del 8% en el curso 2012/13; no obstante, también lo es que desde
entonces, con el continuo crecimiento en la oferta de títulos, la elevación
de las matrículas en la pasada crisis y la disminución demográfica, a lo que
hay que añadir la pérdida de interés de algunos perfiles curriculares por la
peor situación de algunos sectores (por ejemplo, la obra civil), ha vuelto a
aumentar el número de estudios con muy baja demanda, que en el curso
2015/16 eran ya más del 12%.
Pero no hablamos, como decíamos, solo de meros ajustes en perfiles y
contenidos curriculares; hablamos de una mayor adecuación y pertinencia
de los mismos a las necesidades actuales de la sociedad. Para ello deben ser
continuamente revisados ante la rápida evolución científica y tecnológica.
También necesitamos una continua mejora en las metodologías docentes y
en el seguimiento y orientación en la formación de los estudiantes, ya que
80 Informe España 2019
urge disminuir la tasa de abandono de estudios, si queremos ser realmente
más eficientes en el proceso formativo.
No podemos dejar de mencionar en este punto un grave problema que
es urgente tratar de paliar y que muestra la necesidad de un mayor ajuste y
una mejora en los procesos formativos de algunas de nuestras titulaciones:
la disminución en la demanda de estudios relacionados con las llamadas
disciplinas STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas). He-
mos pasado de un 30,5% de los estudiantes universitarios cursando estos
estudios en 2006 a tan solo un 24% en 2018 –unos 74.000 estudiantes me-
nos–, lo que contrasta con el hecho de que, según Adecco, más de un 37%
de las ofertas de empleo universitario corresponden a este tipo de titulacio-
nes (Aldás, 2019). Según Eurostat, en 2018 estos estudios representan un
porcentaje del total de los estudiantes en nuestras universidades (18,4% en
ingenierías y 5,9% en ciencias) menor que la media de la UE-28 (21,2% y
8,1%) y mucho menor que el de países como Alemania (28,9% y 9,2%), lo
que implica un bajo acceso a titulaciones que son estratégicas para avanzar
en una economía tecnológicamente más avanzada. Otro hecho relevante es
que las titulaciones de las ramas de ingeniería y de arquitectura son algunas
de las que presentan mayores tasas de abandono de estudios universitarios.
2. Preservar la equidad, con más y mejores becas y ayudas al estudio, y
unas normas de progreso y permanencia iguales para todos los estudiantes,
con independencia de su condición económica, ayudaría a la mejora de
nuestro rendimiento académico.
A este respecto es preciso insistir, como repetidamente nos recuerda
Crue Universidades Españolas en la presentación de sus informes anuales,
que nuestro país está muy por debajo en términos de porcentaje del PIB
destinado a becas y ayudas al estudio universitario, al que destina mucho
menos que la media de los países de la OCDE: en España es tan solo del
orden de un 40% de la media de estos países. Es necesaria, por tanto, la
elevación del gasto en esta partida, si queremos no retroceder en igualdad
de oportunidades. A este respecto, debemos recordar que, si bien el núme-
ro de los alumnos becados creció desde el curso 2011/12 al 2016/17 en un
7,4%, la financiación media recibida por becario se redujo un 19,5% (pasó
de 3.196€ a tan solo 2.574€), cifrándose la disminución del montante total
destinado a becas en un 13,5% (Hernández y Pérez, 2018).
Volviendo a las titulaciones STEM, además de la preocupación por la
citada baja demanda general de estudios en ingenierías y ciencias, hay que
destacar una doble brecha con claros efectos negativos. Existe, en primer
lugar, una brecha de género (en 2018 solo había un 25% de mujeres entre
los estudiantes de ingeniería y arquitectura, según el Ministerio de Ciencia,
Innovación y Universidades), que se ha incrementado en los últimos años
y es mayor que la de la UE y la OCDE (Michavila, Martínez y Merhi, 2015).
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 81
Pero existe también una brecha social: algunos estudiantes con bajos ingre-
sos desechan estos perfiles por presentar, frente a otros estudios, mayores
dificultades para el acceso a las becas y ayudas vinculadas al rendimiento
académico, que en su caso suele ser menor al de estudiantes con ingresos
más elevados.
3. Reforzar nuestra capacidad de atracción de estudiantes extranjeros,
que pasa por ampliar nuestra oferta en inglés y no presencial. Los llamados
MOOC (Massive Open Online Courses, cursos online gratuitos), donde ocu-
pamos una posición relevante, son un buen instrumento para la atracción,
como muestra la estrategia seguida por las mejores universidades del mun-
do (Stanford, Harvard y MIT), que lideran las dos principales plataformas
de estos cursos (Coursera y EdX). En este ámbito, deberíamos aprovechar
nuestra posición de referencia en los países de habla hispana.
Este es un campo en el que ya varias universidades españolas se están
situando en puestos relevantes. Así en la plataforma EdX, impulsada por
Harvard y el MIT, destacan tres de nuestras universidades: la Universitat
Politécnica de Valencia, la Universidad Autónoma de Madrid y la Univer-
sidad Carlos III, siendo la Universitat Politécnica de Valencia la quinta del
mundo en número de cursos en esta plataforma, solo por detrás de Har-
vard, Microsoft, el MIT y la Universidad de Delft, y es también la primera
en cursos en español. De hecho, España es, tras Reino Unido, el país de
Europa con una mayor presencia en estos MOOC, lo que contribuye a una
mayor y mejor visibilidad de nuestro sistema universitario y, sin duda, a
hacer más atractiva nuestra oferta académica.
4. Aumentar el porcentaje de nuestros estudiantes que continúan con es-
tudios de máster, ya que nuestra posición es más baja que la media de la UE
y de la OCDE, y se incrementa de manera sostenida la demanda de empleo
más cualificado y en nuevas áreas.
Si bien es cierto que ha aumentado mucho la presencia de estudiantes
extranjeros en nuestros masters y doctorados al ampliar y mejorar nuestra
oferta de postgrado, todavía puede mejorar la atracción de estudiantes na-
cionales y extranjeros, como se viene produciendo en otros países europeos.
5. Captación y atracción de talento con mayor presencia de profesorado
internacional, para lo que es imprescindible contar con mayor capacidad
(recursos y sin límites de reposición) y libertad a la hora de poder contratar.
Necesitamos un marco adecuado y con suficientes recursos, ya que no
solo estamos por debajo en cuanto al nivel retributivo y condiciones labo-
rales, sino también en autonomía en gestión de personal. A este respecto,
hay que recordar, según señala el informe University Autonomy in Europe
III 2017, que somos uno de los países que presenta un índice más bajo de
autonomía de gestión de personal y financiera en su sistema universitario.
82 Informe España 2019
6. Mejorar nuestros procesos de selección y contratación, que deben
ser más abiertos y competitivos, de mayor calidad y más flexibles. Cada
universidad debería poder fijar los pesos en los baremos (capacidad docen-
te, investigación, transferencia, ejercicio profesional…) en función de su
estrategia institucional, con una valoración previa de requisitos “mínimos”
por parte de la ANECA para aquellas plazas en que así lo decidan las uni-
versidades.
Se debe garantizar un marco laboral digno y no precario para inves-
tigadores y personal de apoyo contratado, así como para el profesorado en
formación, para que puedan desarrollar en mejores condiciones su labor.
También resulta obligado revisar y mejorar la figura del profesorado aso-
ciado.
Es necesario flexibilizar la contratación y los procesos de selección,
con el fin de eliminar limitaciones a la hora de establecer diferentes fórmu-
las contractuales que permitan una mayor captación de talento, en orden al
interés estratégico de la universidad en cada caso, porque no siempre y en
todas las plazas coincidirán plenamente sus criterios de valoración con los
más generales de ANECA. Así, puede llamar nuestra atención declaraciones
como las que realizó a un conocido medio de comunicación4 el Director de
la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos de la Universidad
Politécnica de Madrid, que es considerada la quinta mejor escuela de inge-
niería civil del mundo, según el ranking de Shanghái (ARWU Subject), al se-
ñalar que “la captación del profesorado basada en méritos de investigación
y no en profesionales cierra la puerta a los mejores ingenieros y dispara el
riesgo de que dentro de 10 o 15 años la ingeniería sea impartida por quien
nunca la ha ejercido” (Villasante, 2018).
7. Incrementar nuestros programas de movilidad internacional, espe-
cialmente en el profesorado más joven. Ello reducirá la llamada endogamia
universitaria y contribuirá a mejorar nuestra visibilidad internacional.
Respecto a la habitualmente criticada endogamia universitaria, con-
viene hacer algunos comentarios o precisiones. Se define como aquella si-
tuación en que un elevado porcentaje de profesores de una universidad se
doctoraron en la misma. Este indicador no necesariamente expresa sin más
una peor gestión en la contratación de profesorado, ya que es normal y ló-
gico que las universidades más jóvenes sin años de programas de doctorado
presenten mayor número de profesores doctorados por otras universida-
des, y esto no significa per se que hagan una mejor selección.
Por otro lado, no parece negativo que con recursos para captación de
personal limitados se pueda al menos intentar atraer hacia la institución a
4 El Mundo, 10 de enero de 2018.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 83
algunos de los jóvenes más brillantes, aunque estén formados en la propia
institución. Como nos decía un profesor universitario, en esto de la endoga-
mia hay que distinguir, como en el colesterol, el bueno del malo. Por ejem-
plo, en relación con los grandes clubs de fútbol, no siempre cuando mayor
ha sido la presencia de fichajes externos han ido mejor que cuando tenían
más jugadores de la propia cantera; lo importante es la calidad (talento) y
el compromiso (dedicación), sea externo o propio. El mismo símil vale para
los entrenadores: como máximos responsables de la organización técnica
de los equipos, no siempre han sido mejores los externos, como testimonia
repetidas veces la historia de nuestros grandes clubs de fútbol, Real Madrid
y Barcelona.
Lo verdaderamente importante es seleccionar bien y de acuerdo con
los intereses estratégicos de mejora de la institución. Y en el caso de los
jóvenes es crucial el desarrollo de los programas de movilidad hacia las
mejores instituciones académicas que les permitan avanzar exitosamente
en su formación.
8. Impulsar programas de incentivo para incrementar la transferencia e
innovación continúa siendo nuestro principal déficit y donde más podemos
mejorar mediante la colaboración con la sociedad, las instituciones y las
empresas. No es tarea fácil, ya que el tejido empresarial predominante en
España, en mayor medida que en otros países avanzados, es de pymes y
microempresas, lo que hace que nuestros resultados en este capítulo difícil-
mente puedan alcanzar al de estos países.
Es cierto que, si bien nuestros indicadores en cuanto a rendimiento
académico y producción investigadora son bastante buenos y equiparables
al de los países de nuestro entorno, los de transferencia no lo son tanto. En
este resultado no solo tiene que ver el desempeño de la universidad; como
señalan los expertos, también las características de nuestro tejido producti-
vo tienen una incidencia relevante (IVIE, 2019).
La experiencia exitosa y el estímulo que ha supuesto el proceso de
evaluación y reconocimiento de los tramos de investigación invita a desa-
rrollar adecuadamente algo similar con los tramos de trasferencia, como
venían solicitando las universidades. Y en este sentido, como ya apunta-
mos anteriormente, resulta muy interesante la iniciativa del Ministerio de
Ciencia, Innovación y Universidades de lanzar una convocatoria para la
evaluación y reconocimiento del tramo de transferencia desde la ANECA,
así como la amplia acogida que ha tenido, con más de 16.000 profesores e
investigadores que por primera vez han solicitado la evaluación de su acti-
vidad de transferencia de conocimiento.
A este respecto, hemos de valorar positivamente la amplitud con la
que la convocatoria introduce el término transferencia de conocimiento, ya
84 Informe España 2019
que, al igual que en otros países, hay que entenderla en un sentido amplio
y en referencia a todo aquello que suponga poner en valor el conocimiento
en todas sus ramas y no solo el tecnológico (Mato, 2018).
9. Diseñar una estrategia de mejora reputacional y de mayor visibilidad
internacional de nuestras universidades, con el fin de mejorar su posición
en los rankings. Para ello hay que incentivar y promover no solo las pu-
blicaciones y las citas, sino también el incremento de su impacto social y
económico (transferencia) y la mejora de su imagen ante la sociedad y los
empleadores. A este respecto, hoy QS y THE, dos de los tres principales
rankings junto a ARWU, otorgan a la valoración reputacional un peso entre
el 33% y el 50% en sus clasificaciones.
Como en otras organizaciones, se debe conceder una atención cada
vez mayor a los temas relacionados con la reputación, con el objetivo de
lograr una mayor visibilidad y valoración de las actividades de nuestras
instituciones académicas. Algunas de nuestras universidades ya vienen ha-
ciendo en este tema una buena labor, que puede servir de referencia a otras
(por ejemplo, acciones con su red de Alumni). Desde hace años algunas de
las universidades más reconocidas a nivel mundial están llevando a cabo
interesantes campañas de difusión y promoción de sus actividades fuera de
su territorio y constituyen novedosas y fructíferas alianzas al respecto con
instituciones locales.
10. Mejorar nuestros sistemas de gobierno universitario para hacerlos
más ágiles y operativos, sin renunciar a garantizar la participación de la co-
munidad universitaria y la autonomía. Se deberían estudiar nuevas formas
de gobierno, sin establecer necesariamente fórmulas generales obligatorias
para todas, y que pueden ir desde considerar la posibilidad de sistemas más
o menos similares a los actuales, a otros más próximos a sistemas universi-
tarios diferentes al nuestro, lo que permitiría una mejor valoración a través
de la comparación del devenir de los mismos.
La mayor parte de los países de nuestro entorno están realizando
cambios en sus sistemas de gobierno. Este es un tema recurrente en todos
los informes de expertos sobre cambios que se deben abordar en una refor-
ma universitaria, si bien también hay que señalar que este no es el principio
y que se requieren cambios previos, como dotar a las universidades de un
modelo de financiación que garantice la debida suficiencia financiera y el
desarrollo de una verdadera autonomía con rendición de cuentas, en aras a
que este nuevo sistema pueda ser realmente efectivo.
La Universidad española. Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía 85
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