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RESUMEN
La artroscopia de rodilla es el procedimiento quirúrgico más
realizado en cirugía ortopédica y traumatología. La gran ma-
yoría se realizan utilizando exclusivamente los portales están-
dar anteromedial y anterolateral, que no permiten observar
la totalidad de la articulación, dando lugar a una exploración
incompleta con un riesgo evidente de diagnósticos erróneos.
Varios procedimientos artroscópicos de rodilla necesitan de
un adecuado abordaje a los compartimentos posteriores.
Se describe la realización del acceso transescotadura, la
creación de los portales posteromedial y posterolateral, así
como la realización de un abordaje transeptal.
Es esencial poder realizar un correcto diagnóstico de las pa-
tologías intrarticulares, obteniendo un acceso a la totalidad
de la articulación mediante el uso sistemático de la explo-
ración transescotadura de los compartimentos posteriores y
la creación de portales posteriores en los casos necesarios.
El abordaje transeptal ofrece una visión completa de la parte
posterior de la rodilla. Las complicaciones asociadas a los
accesos artroscópicos posteriores a la rodilla son bajas.
Palabras clave: Portales posteriores. Portal posteromedial.
Portal posterolateral. Abordaje transeptal. Artroscopia. Rodilla.
ABSTRACT
Arthroscopic posterior approaches in knee surgery
Knee arthroscopy is the most commonly performed surgical
procedure in orthopeadic surgery. Most are performed us-
ing exclusively the standard anteromedial and anterolater-
al portals which do not allow the visualization of the whole
joint, resulting in an incomplete exploration with a risk of
wrong diagnosis. Several knee arthroscopic procedures need
a proper approach to the posterior compartments.
Transnotch access, posteromedial and posterolateral por-
tals and transeptal approach execution are described.
It is essential to perform a correct diagnosis of intra-artic-
ular pathologies obtaining a complete access to the whole
of the joint by means of a systematic use of transnotch ex-
ploration of the posterior compartments and the creation
of posterior portals when needed. Transeptal approach
offers a complete vision of the posterior part of the knee.
Complications associated to posterior arthroscopic ap-
proaches to the knee are low.
Key words: Posterior portals. Posteromedial portal. Pos-
terolateral portal. Transeptal portal. Arthroscopy. Knee.
Vol. 26. Fasc. 2. Núm. 66. Octubre 2019
ISSN: 2386-3129 (impreso)
2443-9754 (online)
Asociación Española de Artroscopia
REVISTA ESPAÑOLA DE
ARTROSCOPIA
Y CIRUGÍA ARTICULAR
https://doi.org/10.24129/j.reaca.26266.fs1901001
© 2019 Fundación Española de Artroscopia. Publicado por Imaidea Interactiva en FONDOSCIENCE® (www.fondoscience.com).
Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (www.creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
FS
Técnica quirúrgica
Abordajes artroscópicos posteriores
en cirugía de rodilla
V. Herrero1, C. Ávila1, P. Crespo2,3, D. García-Germán1,4,5
1 Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda. Madrid
2 Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
3Hospital Universitario HM-Sanchinarro. Madrid
4
Hospital Universitario HM-Torrelodones. Madrid
5 Clínica DKF. Madrid
Correspondencia:
Dr. Diego García-Germán Vázquez
Correo electrónico: diegoggerman@gmail.com
Recibido el 14 de enero de 2019
Aceptado el 11 de mayo de 2019
Disponible en Internet: octubre de 2019
V. Herrero et al.
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Introducción
La artroscopia de rodilla es el procedimiento
quirúrgico más realizado en cirugía ortopédica y
traumatología(1,2). La gran mayoría de estos proce-
dimientos se realizan utilizando exclusivamente
los portales estándar anteromedial (AM) y antero-
lateral (AL), que no permiten observar la totalidad
de la articulación, deniéndose así una serie de
“puntos ciegos”. Esto va a dar lugar a una explo-
ración incompleta de la rodilla con un riesgo evi-
dente de diagnósticos erróneos.
Incluso en las ocasiones donde se realiza una
liberación percutánea del LCM(3,4) para aumentar
la visión posteromedial (PM) hay zonas de la peri-
feria del menisco interno que siguen sin ser acce-
sibles desde los portales anteriores(5). Utilizando
una óptica de 70° desde un portal transrotuliano,
la “zona ciega” PM llega hasta el 39% de la unión
menisco-capsular(6). Añadiendo el paso a través
de la escotadura, hasta un 21,5% de la periferia
menisco-capsular medial queda oculta a la visión
incluso combinando ópticas de 30° y 70°(7). Este
porcentaje se ve reducido a un 8,4% añadiendo la
visión desde el portal PM con una óptica de 30°(6).
Estudios más recientes demuestran una visión
del 100% de articulación mediante la creación del
portal transeptal(8).
El interés actual por patrones especícos
de roturas meniscales periféricas hace que sea
esencial tener un buen acceso posterior. La sen-
sibilidad de la resonancia magnética (RM) para
diagnosticar las lesiones de la rampa posterior
del menisco interno es del 23%(9). Su diagnóstico
debe ser, por tanto, artroscópico, con visión di-
recta de la parte más posterior del menisco in-
terno(10). Si bien Sonnery-Cottet y cols. recomien-
dan la realización sistemática de un portal PM
para la correcta valoración de las lesiones de la
rampa posterior del menisco interno, encontran-
do un 17% de lesiones ocultas(11), para Malatray y
cols. el 100% de estas lesiones se diagnosticaron
desde una visión transescotadura(12).
No solo la visualización de los meniscos
está comprometida con el uso aislado de por-
tales anteriores; un 80% de la superficie con-
dral de los cóndilos posteriores no es adecua-
damente observada en rangos de flexión de
90° a 120°(13).
Es difícil conocer la frecuencia con la que
se utilizan portales posteriores, pero algunos
trabajos encuentran una necesidad de utilizar
estos portales en el 18,5% de las artroscopias de
rodilla y en el 22% de las roturas de ligamento
cruzado anterior (LCA)(5).
Las indicaciones en las que puede ser ne-
cesario emplear portales posteriores son mu-
chas. En ocasiones, puede evitar la realización
de un abordaje posterior abierto que, además
de la mayor agresión quirúrgica, puede ofrecer
una visión más limitada que la artroscopia. Así,
el abordaje artroscópico de los compartimentos
posteriores ha sido utilizado para la sinovecto-
mía(14), meniscectomía(15), reparación de raíces
posteriores de los meniscos(16), reparaciones de
la rampa posterior del menisco interno(17), re-
construcción del ligamento cruzado posterior
(LCP)(18), jación de una fractura-avulsión tibial
del LCP,(19), capsulotomía posterior en casos de
artrobrosis(20), extracción de cuerpos libres in-
traarticulares(21), sinovitis villonodular(22), recons-
trucción del LCA(23), condromatosis sinovial(24) y
resección de quistes y gangliones posteriores(25).
Además de estas indicaciones publicadas, reco-
mendamos la realización sistemática de porta-
les posteriores en el tratamiento artroscópico de
las artritis sépticas de rodilla para un adecuado
desbridamiento y lavado de los compartimentos
posteriores (Figura 1).
Figura 1. Imagen del compartimento posteromedial des-
de una visión transescotadura desde el portal antero-
lateral, rodilla derecha. Se evidencia la presencia de un
cuerpo libre “oculto”. CFI: cóndilo femoral interno; CL:
cuerpo libre; RPMI: rampa posterior de menisco interno.
CL
RPMI
CFI
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Técnica quirúrgica
Pese a algunas descripciones anecdóticas de
portales posteriores directos, fundamentalmente
para el tratamiento de quistes y gangliones pos-
teriores, el abordaje artroscópico de los compar-
timentos posteriores puede realizarse median-
te portales posteromediales, posterolaterales y
transeptal.
La colocación del paciente en la mesa depen-
derá de las preferencias del cirujano, pudiendo
realizarse utilizando una garra de rodilla o de-
jando la rodilla libre sobre la mesa de quirófano
con un tope de bloqueo lateral. Sí es importante
tener en cuenta la colocación del manguito de is-
quemia y la garra de rodilla, que deberá ser algo
más proximal para no limitar el acceso posterior.
El uso de una bomba de presión dependerá de
nuevo de las preferencias del cirujano, sin que
se haya conrmado un mayor riesgo de síndrome
compartimental por su uso(26).
La correcta localización de los portales poste-
riores exige, en primer lugar, la adecuada ejecu-
ción de los portales AL y AM habituales. En este
caso, conviene que dichos portales se sitúen lo
más próximos posible al tendón rotuliano (sin
dañar su envoltura) y de forma discretamente
proximal a la unión meniscocapsular de ambos
meniscos (aproximadamente 1 cm por encima de
la misma). La realización de portales alejados del
tendón, principalmente el portal AM, comprome-
terá o hará imposible el acceso posterior.
Abordaje transescotadura
Siguiendo la técnica descrita por Gillquist y Hag-
berg en 1979(27), una óptica de visión con angula-
ción de 30° es progresada desde del portal AL
hacia el espacio intercondíleo mientras se aplica
valgo sobre la rodilla exionada a 90°, penetrando
en el compartimento PM por el espacio delimitado
entre el cóndilo medial interno (margen medial) y
las bras más inferiores del LCP (margen lateral).
Puede ser necesario realizar movimientos suaves
de exión y extensión de la rodilla. Si bien en la
descripción inicial utilizaban un portal transrotu-
liano, el acceso es posible por los portales anterio-
res estándar adecuadamente realizados.
Este paso resulta complicado en ocasiones
(sinovitis, artrobrosis, presencia de osteotos…),
pero existen varias maniobras que sirven de ayu-
da para lograr esta visión transescotadura, entre
las que se encuentran dirigir la visión de la óptica
hacia la zona inferior de la imagen mientras la
lente progresa, retirar la óptica de la cánula de
artroscopia y sustituirla por el obturador romo
mientras la cánula avanza a través de la zona es-
trecha (recolocando la óptica una vez dentro del
compartimento PM), facilitar el acceso median-
te el desbridamiento de las partes blandas que
obstaculicen el avance de la cánula (incluyendo
las bras más inferiores del LCP) y extender dicho
desbridamiento a las partes óseas (fresado de la
espina tibial medial). En la mayoría de las ocasio-
nes, la imposibilidad de progresar el artroscopio
va a ser debida a una colocación errónea de los
portales anteriores, lejos del tendón rotuliano.
En casos de pacientes con una tuberosidad ti-
bial anterior muy lateralizada y un ángulo Q au-
mentado, puede ser difícil entrar a PM desde AL,
siendo en estos casos más probable entrar desde
AM a PM.
El abordaje transescotadura del compartimen-
to posterolateral (PL) es muy similar al del PM. El
primer paso consiste en acceder con la óptica a
la región posterior de la rodilla, en este caso al
compartimento PL desde el portal AM, realizán-
dose esta entrada bajo las bras del LCA, medial
al cóndilo femoral externo. De existir dicultades,
pueden utilizarse las mismas medidas recomen-
dadas para el acceso al compartimento PM, sal-
vo la liberación del ligamento colateral externo,
que no se recomienda. En cambio, puede resultar
útil intentar la introducción de la óptica desde un
portal transpatelar, realizado de forma longitudi-
nal en el centro del tendón rotuliano.
Una peculiaridad de la visión transescotadura
del compartimento PL es que, junto a la visión ob-
tenida desde los portales anteriores y la adecua-
da exploración del hiato poplíteo desde la gotiera
lateral, permite observar casi siempre la totalidad
de la supercie del menisco externo, a diferencia
de lo que sucede en la región medial de la rodilla.
El abordaje transescotadura del compartimento
PL es más sencillo de realizar que el PM(28).
La exploración transescotadura de los com-
partimentos posteriores puede cambiar el diag-
nóstico en el 18% de los casos de artroscopia de
rodilla y alterar el plan terapéutico en el 11%; en
casos de cirugía del LCA puede ser incluso ma-
yor(29). Puede ayudar a diagnosticar un 45% de
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roturas meniscales ocultas, y un 33-36% de cuer-
pos libres ocultos(28,29).
Portal posteromedial
La realización del portal PM se basa en referen-
cias anatómicas externas, al mismo tiempo que
es controlada mediante la visión directa transes-
cotadura del compartimento PM. El portal se lo-
caliza por palpación en una “zona blanda” cuyos
márgenes son el tendón del semitendinoso por
posterior, el cóndilo femoral interno por distal y
el tendón del gastrocnemio medial por proximal.
Esta zona se sitúa aproximadamente 1 cm proxi-
mal a la interlínea articular y 5 mm posterior al
margen posterior del cóndilo femoral medial (Fi-
gura 2). Haciendo presión digital desde el exterior
podremos ver en el monitor de artroscopia cómo
la cápsula se abomba, conrmando así la correcta
ubicación del portal. A continuación, penetramos
la piel con una aguja de calibre 16 G, dirigiéndola
en dirección posteroanterior, hacia la línea media
articular. La realización de un portal demasiado
anterior orientará los instrumentos quirúrgicos
de anterior a posterior, poniendo en riesgo las
estructuras neurovasculares.
Durante este paso es importante identicar
por transiluminación cutánea la vena safena in-
terna (lo que se facilita reduciendo la intensidad
de la luz ambiente en quirófano). De esta forma
se establece también el trayecto del nervio safe-
no interno (que se localiza en posición posterior
a la vena), realizándose el portal a una distancia
aproximada de 1 cm por encima de dichas estruc-
turas, evitando de esta forma dañarlas. Existe la
posibilidad de variar discretamente la altura del
punto de entrada en función de la intervención a
practicar, situándose en una posición más proxi-
mal cuando se planea la reinserción con anclajes
óseos de una rotura de la raíz posterior del me-
nisco interno o, más distalmente, para la repara-
ción de lesiones de la rampa meniscal mediante
pasadores de suturas (Figura 3).
Con la punta de la aguja dentro de la articula-
ción, se avanza una hoja de bisturí del número 11
apoyada sobre la misma. Posteriormente se pasa
una varilla de Wissinger, sobre la cual se intro-
duce una cánula de trabajo que mantendrá el
acceso permeable y permitirá el intercambio de
instrumentos de forma segura y controlada.
En algunos casos puede ser útil realizar un
segundo portal PM accesorio, como, por ejemplo,
para la resección de tabicaciones en la pared in-
terna de un quiste de Baker, o extracción de cuer-
pos libres allí alojados. Dicho portal se realiza de
forma análoga, en una posición 1 cm proximal al
portal PM estándar.
La localización del nervio safeno interno es
posteroinferior respecto al portal y varía durante
Figura 2. Referencias externas para la creación de un
portal posteromedial. Rodilla derecha.
Figura 3. Reparación de una lesión de la rampa pos-
terior del menisco interno, rodilla derecha. Uso de un
portal posteromedial con una cánula de trabajo. Vi-
sión transescotadura. CFI: cóndilo femoral interno; CP:
cápsula posterior; MM: muro meniscal.
CFI
CP
MM
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la exoextensión de rodilla. Así, en exión, el ner-
vio safeno interno y la vena safena interna se
desplazan en dirección posterior, aumentando su
distancia desde el punto de entrada para el por-
tal PM, que a 90° de exión es de 22-26 mm(30). La
creación de un portal PM con la rodilla en exten-
sión pone en riesgo las estructuras safenas(31).
Portal posterolateral
La creación del portal PL se realizará de forma
análoga al PM. En primer lugar, tendremos un ac-
ceso transescotadura para el control directo del
compartimento PL. La “zona blanda” en la que se
realiza el portal PL está delimitada posteriormen-
te por el tendón del bíceps femoral, anteriormente
por la cintilla iliotibial, proxi malmente por el ten-
dón del gemelo externo y distalmente por el cón-
dilo femoral externo (Figura 4). Es esencial man-
tener la rodilla a 90° de exión al realizar estos
portales para minimizar el riesgo de lesión de la
arteria poplítea, teniendo la precaución de dirigir
la punta de la aguja en dirección anterior mien-
tras se avanza hacia la articulación.
Una aguja de calibre 16 G es introducida bajo
visión directa en esta zona, con una dirección
oblicua en sentido posteroanterior. De igual ma-
nera que en la región medial de la rodilla, una
hoja de bisturí del número 11 puede deslizarse
sobre la aguja para crear el portal por el que pue-
den igualmente introducirse una varilla de Wis-
singer y una cánula de trabajo.
En cuanto al portal PL, la distancia al nervio
ciático poplíteo externo (CPE) es de 41,3 mm,
también localizándose posteroinferior respecto
al portal(32). Al igual que ocurre en el portal PM,
realizar un portal PL con la rodilla en extensión
pone en riesgo el CPE, aproximándolo a la inci-
sión cutánea(31).
Abordaje transeptal
Los compartimentos PM y PL de la rodilla se en-
cuentran independizados entre sí por un tabique
o septo de forma triangular que se extiende entre
la porción posterior del ligamento cruzado pos-
terior y la cápsula articular posterior(33) (Figura 5).
La creación de un portal “transeptal” consiste en
la apertura parcial de este septo, permitiendo el
libre paso de óptica e instrumental entre ambos
compartimentos posteriores desde los portales
PM y PL (Figura 6).
Figura 4. Referencias externas para la creación de un
portal posterolateral, rodilla derecha.
Figura 5. Corte axial de resonancia magnética de una
rodilla derecha, donde se evidencia la presencia del
septo o tabique posterior dividiendo la región poste-
rior de la rodilla en dos compartimentos independien-
tes. Flecha: septo posterior.
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Esta técnica no forma parte de los gestos ha-
bituales durante una artroscopia rutinaria de ro-
dilla, pero resulta muy útil en cirugías como la
resección de ciertos tumores (destacando por
su frecuencia la sinovitis villonodular pigmenta-
da) (Figura 7), el abordaje a la fabela (Figura 8),
la extracción de cuerpos libres o el reanclaje de
avulsiones óseas de la inserción tibial del LCP.
Además, la creación de este portal permite una
buena visualización de la porción posterosupe-
rior de ambos cóndilos femorales y de la cara
posterior del LCP, del ligamento de Wrisberg, del
tendón poplíteo y de la unión meniscocapsular
de ambos meniscos(24) (Figuras 9 y 10).
En la literatura se han descrito diversas técnicas
para la realización del acceso transeptal, teniendo
cada una de ellas distintas ventajas e inconve-
nientes. La primera descripción de la apertura del
tabique posterior de la rodilla fue publicada por
Kim en 1997. Su técnica comienza con el artrosco-
pio introducido en el portal PM. Tras asegurar la
posición intraarticular del mismo, la óptica se reti-
ra y se traslada al portal PL, mientras que a través
de la cánula PM se introduce un obturador. Bajo
visión directa, el “laxo tejido aerolar” situado tras
el LCP es atravesado con dicho obturador, para lo
que recomienda mantener la rodilla exionada
a 90° y evitar el desplazamiento a posterior del
mismo, para proteger las estructuras neurovascu-
lares de la región posteroexterna(34).
Tres años después, en el año 2000, Ahn y Ha
acuñan el término “portal transeptal”, describien-
do una nueva técnica para la apertura del tabique
posterior, que a diferencia de la descrita por Kim
perfora el tabique de PL a PM, siendo esta manera
más segura(8).
Una vez perforado el septo se puede introducir
un terminal de sinoviotomo y, bajo visión directa,
realizar la resección del mismo. Es importante evi-
tar la zona superior del septo, que es atravesada
Figura 6. La creación de un acceso transeptal permi-
te el libre paso de óptica e instrumental entre ambos
compartimentos posteriores sin restricciones. Los ins-
trumentos están levemente orientados hacia anterior,
rodilla derecha.
Figura 7. Resección de sinovitis villonodular pigmen-
tada en la región posteromedial de la rodilla derecha.
Visión transescotadura, uso de sinoviotomo por portal
posteromedial.
Figura 8. Visión transescotadura, compartimento pos-
terolateral, rodilla izquierda. Imagen de la carilla arti-
cular de la fabela, hueso sesamoideo articular inclui-
do en el tendón del gastrocnemio externo. CFE: cóndilo
femoral externo; F: fabela.
F
CFE
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por los vasos geniculares medios, ramas directas
de la arteria poplítea. Es importante, además, re-
ducir la intensidad de succión del sinoviotomo
para no dañar el LCP o la cápsula.
La variante descrita por Louisia y cols. en el
2003(14) se conoce también como la técnica de
“ida y vuelta” (back and forth) y, en ella, el por-
tal transeptal se realiza previamente al PL. Una
vez establecido el portal PM, se avanza un ob-
turador o varilla de Wissinger a través del septo
al compartimento PL, sobre la que se introduce
el artroscopio. Con una visión transeptal directa
se realiza el portal PL (Figura 11). Esta técnica se
puede realizar en sentido inverso desde PL a PM.
Su indicación principal son aquellos casos en los
que, por la presencia de osteotos en la escota-
dura intercondílea, no es posible el acceso tran-
sescotadura al compartimento posterior donde
debemos trabajar. Es más seguro abordar el septo
desde lateral a medial, como describen Ninomiya
y Dean(35), que desde medial a lateral(34), dada la
localización lateral a la línea media de la arteria
poplítea. Ohishi y cols. describen una técnica si-
milar mediante una dilatación progresiva del ori-
cio en el tabique utilizando agujas de Kirschner
progresivamente más gruesas(36).
Complicaciones
La incidencia de complicaciones vasculares en
artroscopia de rodilla en general es muy baja en
Figura 11. Técnica de Louisia para la creación de un ac-
ceso transeptal posterior de rodilla. Paso de un tallo de
Wissinger desde el portal posterolateral al posterome-
dial atravesando el septo posterior. Rodilla derecha.
Figura 9. Abordaje transeptal, rodilla izquierda. Visión
desde el portal posterolateral tras la resección del sep-
to posterior. Visión sin limitaciones de los comparti-
mentos posteriores. Se aprecia la parte posterior del
cóndilo femoral interno, la inserción tibial y el margen
craneal del LCP y la cánula de trabajo en el portal pos-
teromedial. LCP: ligamento cruzado posterior; CFI: cón-
dilo femoral interno; PPM: portal posteromedial.
LCP
CFI
PPM
Figura 10. Visión del hiato poplíteo en el compartimen-
to posterolateral, rodilla izquierda, desde una visión
transescotadura desde el portal anteromedial y reali-
zando una apertura en varo. Se aprecia el tendón del
poplíteo cubierto por el ligamento menisco-poplíteo
superior. CFE: cóndilo femoral externo; TP: tendón del
poplíteo, ME: menisco externo; LMPS: ligamento me-
nisco-poplíteo superior.
LMPS
CFE
TP
ME
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todas las series, la mayoría de ellas relacionadas
con meniscectomías externas desde los portales
anteriores estándar(37). En una revisión en 375.000
artroscopias de rodilla, solo en 12 (0,003%) en-
contraron lesiones de vasos poplíteos(38). En pu-
blicaciones más recientes se han descrito casos
aislados de lesiones durante la realización de
meniscectomías, reparaciones meniscales, sino-
vectomías o plastias de LCP(39).
Aunque el riesgo de lesión de estructuras
neurovasculares durante la realización de los
portales posteriores y transeptal es muy baja en
artroscopistas experimentados(32), la posibilidad
de lesiones iatrogénicas sigue generando des-
conanza. La estructura más anterior del paquete
neurovascular es la arteria poplítea, situada late-
ral a la línea media, a 1,01 cm del cuerno posterior
del menisco externo(10).
La distancia del LCP a la arteria poplítea pue-
de aumentar en exión, pasando de 5,4 mm en
extensión completa a 7,8 mm a 90° de exión y a
9,3 mm a 100°(40). Tras la realización de una cap-
sulotomía posterior, el efecto del uido artroscó-
pico desplaza las estructuras hacia posterior, y la
distancia puede aumentar hasta 19 mm(32). Cosga-
rea y cols. encuentran una distancia de 29,1 mm
a 90°de exión(41). Se ha descrito una rama abe-
rrante de la arteria poplítea que cursa anterior el
vientre muscular del poplíteo, presente en el 2,1%
de la población(42), que debe ser tenida en cuenta
y descartada con el estudio de la RM.
El riesgo de lesión del nervio CPE es igualmen-
te bajo, y se reduce siempre que el portal PL se
realice por encima del tendón del bíceps femoral.
No obstante, es importante tener en cuenta que
existen variaciones anatómicas del mismo, como
su división en ramas supercial y profunda de
manera proximal a la interlínea articular, o que
se origine una rama cutánea en la vecindad del
portal PL. La distancia desde el punto de entrada
del portal PL al CPE a 90° de exión es de entre
25 y 40mm(32,43). Aumentar la exión a 120° dismi-
nuye esta distancia, poniéndolo en riesgo(30). Por
otro lado, se recomienda mucha prudencia en la
realización de este portal en presencia de lesio-
nes de la esquina PL de la rodilla, ya que avulsio-
nes de la inserción peronea de dicho tendón y/o
fenómenos cicatriciales locales pueden alterar la
normal anatomía de la región.
En la serie de Gold y cols.(5), de los 61 pacien-
tes a los que se les realizó un portal posterior,
tan solo uno tuvo una afectación del nervio sa-
feno interno. Oglivie-Harris y cols.(31) describen 5
complicaciones de 179 portales PM, con 3 casos
de afectación del nervio y 2 de la vena safena in-
terna. En la serie de Ohishi y cols.(36) encontraron
un 2,5% de complicaciones asociadas al uso de
un abordaje transeptal, incluyendo casos de he-
matomas e infecciones superciales y profundas,
pero no complicaciones neurovasculares.
Conclusiones
La cirugía artroscópica de rodilla no debería li-
mitarse a la visión facilitada exclusivamente por
los portales artroscópicos anteriores estándar. Es
esencial poder realizar un correcto diagnóstico de
las patologías intrarticulares, obteniendo un ade-
cuado acceso a la totalidad de la articulación me-
diante el uso sistemático de la visión transesco-
tadura para la exploración de los compartimentos
posteriores y la creación de portales posteriores
en casos necesarios. El abordaje transeptal ofrece
una visión completa de la parte posterior de la ro-
dilla. Las complicaciones asociadas a los accesos
artroscópicos posteriores a la rodilla son bajas.
Material adicional
Se puede consultar la videotécnica que acompa-
ña a este artículo en: https://www.youtube.com/
watch?v=zO8CfhIktcQ&feature=youtu.be
Responsabilidades éticas
Conicto de interés. Los autores declaran no
tener ningún conicto de intereses.
Financiación. Este trabajo no ha sido nanciado.
Protección de personas y animales. Los au-
tores declaran que para esta investigación no se
han realizado experimentos en seres humanos ni
en animales.
Condencialidad de los datos. Los autores
declaran que han seguido los protocolos de su
centro de trabajo sobre la publicación de datos
de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento in-
formado. Los autores declaran que en este artículo
no aparecen datos de pacientes.
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Background: It is often technically demanding to find and remove loose bodies in several difficult locations like the popliteus hiatus and posterior compartment arthroscopically. We aim to present the technical aspects of establishing some special accessory portals to achieve arthroscopic removal of the loose bodies in these locations. Methods: From September 2010 to July 2017, 76 patients underwent removal of loose bodies in the popliteus hiatus and posterior compartment arthroscopically using some special accessory portal techniques. An auxiliary extreme lateral approach was established to remove loose bodies in the popliteus hiatus; a double-posteromedial portal was applied to handle loose body removal in the posteromedial compartment, and the posterior trans-septal portal was needed for loose body removal in the posterolateral compartment. Functional outcomes were evaluated using Lysholm score, Tegner score, and International Knee Documentation Committee (IKDC) score, respectively. Results: Seventy-six patients (24 males and 52 females, average age 54.9 ± 11.4) finished the follow-up visit at 3 weeks after surgery. There was no statistically significant difference among the three groups in demographics. All the patients were performed following the special technique. According to a comparison of knee joint scores before and after surgery, all the patients obtained good prognosis using some special accessory portals in loose body removal. Conclusions: With the help of the above accessory portals under endoscopic visualization, loose bodies in the popliteus hiatus and posterior compartment of the knee can be safely and effectively removed.
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PurposeThe purpose of this study was to evaluate and describe the clinical results and outcomes of a novel method for all-inside suture repair of medial meniscus ramp lesions through posteromedial and posterolateral transseptal portals during anterior cruciate ligament (ACL) reconstruction. Further, this investigation compared the posterolateral view to the notch view for diagnosis and repair. Methods Between 2011 and 2014, 166 patients had ramp lesions concomitantly with ACL injury; 128 patients (107 men and 21 women) were enrolled in the study after qualification. All patients underwent repair of the posterior horn ramp lesion of the medial meniscus, using a suture hook device with PDS No. 1 through a posteromedial portal while viewing from the posterolateral transseptal portal during ACL reconstruction, with a minimum of a 2-year follow-up. ResultsPatients were followed up for a minimum of 2 years (range 24–47 months). Their average Lysholm score increased from 61.7 ± 3.2 preoperatively to 87.8 ± 3.9 at last follow-up (p < 0.001). Moreover, their average IKDC scores also improved from 53.6 ± 2.1 (pre-op) to 82.1 ± 3.5 (at last follow-up) (p < 0.001). The peroneal nerve and the popliteal neurovascular bundle were not damaged in any of the patients. Conclusion This study provides evidence that the posterolateral transseptal technique protects neurovascular structures. This technique may be used safely and easily for repair of the posterior horn ramp lesion of the medial meniscus during ACL reconstruction. Level of evidenceIV.
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One of the most challenging arthroscopic surgical procedures is posterior cruciate ligament (PCL) reconstruction. PCL injuries account for 20% of all knee ligament–related injuries. These may be isolated or occur as part of poly-ligament injuries. With the possibility of PCL reconstruction with the all-inside technique, there has been a surge in interest in treating PCL injuries. With the PCL being one of the strongest ligaments in the body and a primary restraint to posterior translation of the tibia, the need for PCL reconstruction is being more and more recognized. Surgeons often find it difficult to negotiate the so-called killer turn while attempting arthroscopic PCL reconstruction. We describe the use of the GraftLink graft construct through the posteromedial portal in 7 patients (6 male and 1 female patient) with isolated PCL injuries, which we believe not only allows us to perform the all-inside PCL reconstruction but also does away with the difficulty of the killer turn encountered while performing the arthroscopic PCL reconstruction.
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Background: Pie crusting (PC) of the medial collateral ligament (MCL) in the knee has been used empirically to achieve more space in the medial compartment during knee arthroscopy. However, there are no reported studies analyzing the functional results of the application of the PC technique to the MCL in patients undergoing arthroscopic meniscectomy of the medial meniscus, and to determine the rate of iatrogenic injury and associated morbidity. Description of technique: The patient was in a supine position with a tourniquet and a side post. Percutaneous controlled release of the posterior part of the MCL was performed using an intramuscular needle, and a mild valgus force was applied while viewing with the arthroscope of the controlled progressive gain in medial compartment space. Patients and methods: A retrospective clinical study of 140 patients undergoing arthroscopic meniscectomy with or without MCL PC was conducted. Tegner and Lysholm tests and visual analogue scales were used to assess pain and functional results. Results: The patients in the group with meniscectomy and PC had higher scores on the Lysholm scale, less pain at rest after two months, and achieved significantly better pain control during physical activity at six months. No complication, residual instability, or iatrogenic injury to the cartilage were observed in the meniscectomy plus PC group. Conclusion: The MCL PC technique for medial meniscectomy is a safe and effective way to reduce iatrogenic injury to the cartilage and does not affect knee stability. Decompression of the medial compartment results in better functional outcomes at two months and lesser pain during physical activity at six months.
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We established a technique for femoral tunnel preparation through direct vision of the femoral footprint with maximum preservation to the native anterior cruciate ligament (ACL) remnant using a posterior trans-septal portal. Anterior arthroscopy is difficult for the proper tunnel placement without sacrificing the ACL remnant. Posterior arthroscopy could be helpful for viewing the posterior insertion of the ACL remnant that provides excellent femoral footprint exposure without sacrificing the native ACL remnant. Therefore, a posterolateral portal technique using a 70° arthroscope through a posterolateral portal is introduced. However, using the 70° arthroscope, an oblique view is displayed and some misunderstanding could occur about the femoral footprint. Therefore, to achieve the goal of posterior arthroscopy and avoid obstacles of the posterolateral view with the 70° arthroscope, we introduce this technique that uses the posterior trans-septal portal with a 30° arthroscope that provides an excellent viewing to the femoral footprint through a hole of the posterior septum.
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Background: The indications and criteria for meniscal repair are expanding in parallel with new understanding in biomechanics, joint pathophysiology, and increased physician education. Purpose: To describe the practice patterns of arthroscopic meniscal treatment in recent years, compare the trends of arthroscopic meniscal repair versus arthroscopic meniscectomy, and compare sports fellowship-trained versus non-sports fellowship-trained surgeons in terms of arthroscopic meniscal treatment techniques among American Board of Orthopaedic Surgery (ABOS) candidates from 2004 to 2012. Study design: Descriptive epidemiology study. Methods: The ABOS database was used to identify cases of meniscal repair, partial meniscectomy, and anterior cruciate ligament (ACL) reconstruction from 2004 to 2012. The number of surgeons contributing cases for each calendar year was also recorded, along with the number who had sports fellowship training. Rates were calculated as the number of procedures per surgeon per year. Trends were analyzed using Poisson regression analysis to model the rate of each procedure over time. Results: The rate of all meniscal procedures per surgeon decreased 12% from 18.4 cases per surgeon in 2004 to 16.2 cases per surgeon in 2012. There was a smaller decrease for sports fellowship-trained surgeons (7%) than for non-sports fellowship-trained surgeons (32%). The rate of meniscal repair cases per surgeon increased 37% from 1.6 to 2.2 cases per surgeon. The rate of meniscectomy cases decreased 17% from 16.8 to 14.0 cases per surgeon. When comparing fellowship-trained surgeons to non-fellowship-trained surgeons, there was no significant difference in meniscal repair rates over time. There was a decrease of 35% in rates of meniscectomy among non-fellowship-trained surgeons compared with 11% among fellowship-trained surgeons. Conclusion: This study provides insight into the current practice trends of recent orthopaedic training graduates in the treatment of meniscal tears. The results suggest that reported meniscal procedures have decreased overall among ABOS candidates but that meniscal repair cases have increased. The findings support the recent shift toward evidence-based medicine, with changing practice patterns that may reflect the dissemination of recent findings from large, high-quality research studies in this field.
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Purpose: The purpose of this study is to test the hypothesis that the efficacy of routine arthroscopic evaluation of the posterior compartments of the knee outweighs the morbidity or inefficiency. Type of Study:Prospective cohort analysis. Methods:One hundred consecutive knees underwent posteromedial and posterolateral evaluation according to an algorithm designed to maximize efficiency of technique. Loose bodies were defined as expected when preoperative imaging or arthroscopy of the rest of the knee revealed loose bodies. The number of attempts required for visualization or visualization not accomplished, morbidity (subjective femoral condylar scuffing or complications associated with the technique), and findings were recorded. Results:With regard to posteromedial, directly inserting the camera (as opposed to an obdurator) resulted in instrument breakage. In this study, 82% of posteromedial compartments were visualized on the first attempt, and 3% were not visualized. We found that 66% of femoral condyles had no damage, 28% mild, 3% moderate, and 3% severe. Loose bodies were found in 4 of 11 (36%) when expected and 0 of 86 when not expected, a significant difference. Five other posteromedial positive findings were observed. With regard to posterolateral, 93% of compartments were visualized on the first attempt, directly with the camera via the anterolateral portal. All were visualized. We found that 96% of femoral condyles had no damage, 4% mild, and 0% moderate or severe. Damage occurred significantly less frequently than with posteromedial. No findings were noted. Conclusions:Despite inefficiency, we recommend an obdurator for posteromedial visualization via the anterolateral portal. Posteromedial visualization was associated with morbidity but was efficacious in some cases and is strongly recommended when loose bodies are expected. Posterolateral visualization directly with the camera and via the anterolateral portal is efficient and associated with minimal morbidity but was not efficacious in the cohort evaluated.Level of Evidence:Level II.
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Objective: The purpose of this study was to compare standard knee arthroscopic and MRI findings and measurements for visualization of the femoral condyle articular cartilage. The hypothesis was that certain posterior cartilage defects identified with MRI may not be accessible with routine arthroscopy. Materials and methods: Six cadaveric knees were examined by routine arthroscopy through standard inferomedial and inferolateral portals. Suture anchors were inserted into the femoral condyles at 30°, 60°, 90°, and 120° of flexion as markers of the cartilage surface at the most posterior aspect of the condyle that could be accessed at each degree of flexion. Each specimen was then examined with 3-T MRI and gross dissection. Measurements were obtained and compared. Results: During arthroscopy at 90° of knee flexion, only 5.83 mm of the medial femoral condyle and 6.83 mm of the lateral femoral condyle were visualized posterior to the anchor placed at 90° of flexion. These arthroscopic measurements were statistically significant underestimates of the actual amount of cartilage identified posterior to the 90° anchor at gross dissection (medial condyle, 44.20 mm; lateral condyle, 37.50 mm) and MRI (medial, 41.33 mm; lateral, 38.87 mm). This indicates that 85.9% of the medial and 81.8% of the lateral posterior articular cartilage of the femoral condyle seen at MRI were not visualized during arthroscopy. Conclusion: More than 80% of the articular cartilage proximal to the menisci seen at MRI is not visible during routine arthroscopy. This far posterior articular cartilage should be called the hidden zone.
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A total of 22 patients with a tibial avulsion fracture involving the insertion of the posterior cruciate ligament (PCL) with grade II or III posterior laxity were reduced and fixed arthroscopically using routine anterior and double posteromedial portals. A double-strand Ethibond suture was inserted into the joint and wrapped around the PCL from anterior to posterior to secure the ligament above the avulsed bony fragment. Two tibial bone tunnels were created using the PCL reconstruction guide, aiming at the medial and lateral borders of the tibial bed. The ends of the suture were pulled out through the bone tunnels and tied over the tibial cortex between the openings of the tunnels to reduce and secure the bony fragment. Satisfactory reduction of the fracture was checked arthroscopically and radiographically. The patients were followed-up for a mean of 24.5 months (19 to 28). Bone union occurred six weeks post-operatively. At final follow-up, all patients had a negative posterior drawer test and a full range of movement. KT-1000 arthrometer examination showed that the mean post-operative side-to-side difference improved from 10.9 mm (standard deviation (sd) 0.7) pre-operatively to 1.5 mm (sd 0.6) (p = 0.001). The mean Tegner and the International Knee Documentation Committee scores improved significantly (p = 0.001). The mean Lysholm score at final follow-up was 92.0 (85 to 96). We conclude that this technique is convenient, reliable and minimally invasive and successfully restores the stability and function of the knee. Cite this article: Bone Joint J 2015;97-B:1220-5. ©2015 The British Editorial Society of Bone & Joint Surgery.