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Abstract

Objetivo: evaluar la asociación entre conductas alimentarias de riesgo, estatus de peso e insatisfacción corporal en mujeres adolescentes y jóvenes mexicanas. Materiales y métodos: participaron 487 mujeres, de una preparatoria pública (50,3%; Edad: media = 16,5, desviación estándar = 1.0 años) y de una universidad pública (49.7%; Edad: media = 19,7, desviación estándar = 1.4 años), seleccionadas con un muestreo no-probabilístico de tipo intencional. Considerando la edad se formaron dos grupos etarios (adolescentes y jóvenes). Las participantes contestaron una cédula de datos generales donde se reportó peso y estatura, asimismo, contestaron el Test de Actitudes Alimentarias y el Cuestionario de Imagen Corporal, ambos validados para población mexicana. Resultados: se encontró que 11,4% de las adolescentes y 6.6% de las jóvenes reportaron conductas alimentarias de riesgo; las de mayor presencia fueron la dieta restrictiva, evitar alimentos con azúcar y el conteo de calorías. Entre las jóvenes, a mayor índice de masa corporal mayor presencia de conductas alimentarias de riesgo, no así entre las adolescentes. De manera general, las participantes con exceso de peso presentaron cinco veces mayor probabilidad de desarrollar conductas alimentarias de riesgo. Mientras que 18,8% de las adolescentes y 19,8% de las jóvenes presentaron insatisfacción corporal. Finalmente, en ambos grupos las conductas alimentarias de riesgo se asociaron con la insatisfacción corporal, excepto la conducta de vómito. Conclusiones: es necesario implementar medidas preventivas en esta población considerando el estatus de peso y la presencia de insatisfacción corporal.
Artículo de InvestIgAcIón
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Estatus dE pEso, conductas alimEntarias
dE riEsgo E insatisfacción corporal
En mujErEs adolEscEntEs y jóvEnEs
Karina Franco Paredes1, FeliPe J. díaz reséndiz2, María leticia Bautista-díaz3
Recibido para publicación: 18-04-2019 - Versión corregida: 09-06-2019 - Aprobado para publicación: 20-06-2019
Franco Paredes K, Díaz Reséndiz FJ, Bautista Díaz ML. Estatus de peso, conduc-
tas alimentarias de riesgo e insatisfacción corporal en mujeres adolescentes
y jóvenes. Arch Med (Manizales) 2019; 19(2):303-2. DOI: https://doi.org/10.30554/
archmed.19.2.3283.2019
Resumen
Objetivo: evaluar la asociación entre conductas alimentarias de riesgo, estatus de
peso e insatisfacción corporal en mujeres adolescentes y jóvenes mexicanas. Ma-
teriales y métodos: participaron 487 mujeres, de una preparatoria pública (50,3%;
Edad: media = 16,5, desviación estándar = 1,0 años) y de una universidad pública
(49,7%; Edad: media = 19,7, desviación estándar = 1,4 años), seleccionadas con un
muestreo no-probabilístico de tipo intencional. Considerando la edad se formaron dos
grupos etarios (adolescentes y jóvenes). Las participantes contestaron una cédula de
datos generales donde se reportó peso y estatura, asimismo, contestaron el Test de
Actitudes Alimentarias y el Cuestionario de Imagen Corporal, ambos validados para
población mexicana. Resultados: se encontró que 11,4% de las adolescentes y 6,6%
de las jóvenes reportaron conductas alimentarias de riesgo; las de mayor presencia
fueron la dieta restrictiva, evitar alimentos con azúcar y el conteo de calorías. Entre las
jóvenes, a mayor índice de masa corporal mayor presencia de conductas alimentarias
de riesgo, no así entre las adolescentes. De manera general, las participantes con
exceso de peso presentaron cinco veces mayor probabilidad de desarrollar conductas
alimentarias de riesgo. Mientras que 18,8% de las adolescentes y 19,8% de las jóve-
nes presentaron insatisfacción corporal. Finalmente, en ambos grupos las conductas
Archivos de Medicina (Manizales) Volumen 19 N° 2, Julio-Diciembre 2019, ISSN versión impresa 1657-320X, ISSN
versión en línea 2339-3874, Franco Paredes K., Díaz Reséndiz F.J., Bautista Díaz M.L.
1 Doctora en Psicología. Cuerpo Académico Comportamiento, Salud y Calidad de Vida, Centro de Investigación en
Riesgos y Calidad de Vida. Universidad de Guadalajara, México ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5899-3071.
Correo e: karina.franco@academicos.udg.mx (autora de correspondencia).
2 Doctor en Psicología. Cuerpo Académico Comportamiento, Salud y Calidad de Vida, Centro de Investigación
en Riesgos y Calidad de Vida, Laboratorio de Análisis Conductual, Centro Universitario del Sur, Universidad de
Guadalajara, México. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2278-876X. Correo e: dejesus.diaz@academicos.udg.
mx.
3 Doctora en Psicología. Área Académica de Psicología, Instituto de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma
del Estado de Hidalgo. ORCID: https://orcid.org/ 0000-0003-1154-1737. Correo e: maria_bautista@uaeh.edu.mx.
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alimentarias de riesgo se asociaron con la insatisfacción corporal, excepto la conducta
de vómito. Conclusiones: es necesario implementar medidas preventivas en esta
población considerando el estatus de peso y la presencia de insatisfacción corporal.
Palabras clave: adolescentes, imagen corporal, dieta, peso corporal, conducta ali-
mentaria, riesgo.
Weight status, risk eating behaviors and body
dissatisfaction in adolescent and young women
Summary
Objective: to assess the association between risk eating behaviors, weight status and
body dissatisfaction in adolescents and young women. Materials and methods: the
sample comprised 487 Mexican students’ women at public high school (50.3%; Age:
mean = 16.5, standard deviation = 1.0 years) and public university (49.7%; Age: mean =
19.7, standard deviation = 1.4 years) selected according to a non-probabilistic method.
Regarding the age two groups were formed (adolescents and young). All the participants
completed identification card including weight and height as well as two test validated
for Mexican population, Eating Attitude Test and Body Image Questionnaire. Results:
between adolescents and young women 11.4 and 6.6% showed risk eating behaviors,
respectively being the most frequent restrictive diet, avoiding sugar foods and counting
calories. A direct relation between increasing body mass index and presence of risk
eating behaviors was found for young women but not for adolescents. All the participants
with overweight showed five more risk to develop risk eating behaviors while 18.8% of
adolescents and 19.8% of young women showed body dissatisfaction. Finally, for both
age groups risk eating behaviors were associated with body dissatisfaction except for
vomiting. Conclusions: it is necessary preventive efforts in this population taking into
account the weight status and the presence of body dissatisfaction.
Key words: adolescents, body image, diet, body weight, eating behavior, risk
Introducción
El término conductas alimentarias de riesgo
(CAR) se refiere a aquellas conductas que
intencionalmente se dirigen al control del peso
corporal y que son poco saludables, como la
dieta restrictiva, el atracón, los ayunos prolon-
gados, saltarse comidas, el vómito autoinduci-
do y el consumo/abuso de laxantes, diuréticos
o píldoras, no prescritas por especialistas [1,2].
Estas conductas son más prevalentes entre
los jóvenes, pero principalmente en mujeres
de casi todos los grupos sociales y culturales
[1], incluso en países en desarrollo o en países
orientales en donde hace dos décadas eran
poco frecuentes [3–6].
Entre la población femenina mexicana se ha
encontrado presencia de CAR en un porcen-
taje amplio, aunque esto depende del tipo de
instrumento que se utilice para la evaluación.
Por ejemplo, considerando el punto de corte
del Test de Actitudes Alimentarias (EAT, por
sus siglas en inglés) de Garner y Garfinkel [7],
que es uno de los instrumentos más utilizados a
nivel internacional y nacional para identificar la
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presencia de CAR, se encontró que entre 13,9
y 18,9% de las mujeres presentaban este tipo
de conductas [8–10]. En tanto que, utilizando
el Cuestionario Breve de Conductas Alimenta-
rias de Riesgo [11], se reportó que entre 5,3 y
26% de las mujeres presentan CAR [12–17];
no obstante, existe mayor prevalencia entre
quienes presentan sobrepeso u obesidad en
comparación con quienes tienen peso normal
[13,15,17,18], en adolescentes entre 15 y 19
años de edad, en comparación con adoles-
centes entre 10 y 14 años de edad [13] y en
estudiantes de preparatoria en comparación
con las de universidad [14].
Algunas investigaciones realizadas en 2010
evidenciaron que las CAR que se presentaban
con mayor frecuencia eran las dietas restricti-
vas, los atracones y los ayunos [14,19,20]. Al
respecto, el antecedente nacional más reciente
en el que se evaluó el tipo de CAR es la En-
cuesta Nacional de Salud y Nutrición, en la que
se encontró que, en adolescentes, las CAR
más frecuentes fueron conductas para bajar de
peso, como la dieta y ayunos, presentándose
en mayor frecuencia en mujeres de 10 a 13
años de edad en comparación con mujeres de
15 a 19 años [21].
Una de las variables detonantes de las
CAR es la imagen corporal, definida como la
forma en que una persona valora su cuerpo,
incluyendo cómo se percibe, siente y actúa
respecto al mismo. Esta valoración no es
estable, puede variar a lo largo de la vida, ésta
puede ser positiva o negativa y adquiere espe-
cial trascendencia durante ciertas etapas del
desarrollo [22,23]. En las mujeres, las etapas
críticas son aquellas en las que experimentan
cambios importantes en su cuerpo, los cuales
pueden influir para que se presente una alte-
ración de la imagen corporal, tal es el caso de
la insatisfacción corporal (IC).
La IC se define como la evaluación negativa
que una persona hace sobre el tamaño y la
forma de su cuerpo [24], condición que des-
encadena la práctica de CAR en el intento por
modificar el aspecto corporal. Por ejemplo, en
México se ha encontrado que entre 11 y 69% de
las mujeres jóvenes presentan IC, específica-
mente, desean ser más delgadas. No obstante,
en cuanto a la composición corporal un mayor
porcentaje de mujeres con exceso de peso
(sobrepeso u obesidad) presentan IC, aunque
un porcentaje bajo, pero importante, de las
mujeres con peso normal también están insatis-
fechas con su figura corporal [12,17,19,20,25].
Ahora bien, en cuanto a la etapa del desarrollo,
un mayor porcentaje de mujeres adolescente
presenta IC en comparación con las mujeres
jóvenes [25].
La importancia de estudiar las CAR en mu-
jeres radica en que se sabe que cuando están
presentes en la adolescencia tienden a persistir
en la adultez [23,26], resultando en cuadros
crónicos y de riesgo latente para el desarrollo
de algún trastorno de la conducta alimentaria.
Las evidencias muestran que entre las mujeres
mexicanas la presencia de CAR se encuentra
en porcentajes importantes y su detección
temprana coadyuvará a la intervención futura a
nivel primario. Como se observó, dos variables
que han tenido influencia en la caracterización
de estas conductas son la edad y el estatus de
peso; no obstante, en la mayoría de las inves-
tigaciones el análisis de estas variables se ha
realizado por separado. Por lo que, el propósito
de esta investigación fue evaluar la asociación
entre conductas alimentarias de riesgo, estatus
de peso e insatisfacción corporal en mujeres
adolescentes y jóvenes mexicanas.
Materiales y métodos
Muestra
Participaron 487 mujeres, con un rango de
edad de 15 a 22 años, de dos instituciones
de educación pública (con una población
total de aproximadamente 4,000 mujeres
estudiantes) en Ciudad Guzmán, ubicada en
el Sur del Estado de Jalisco, México, consi-
derada el principal polo de desarrollo de la
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región. Las participantes asistían a escuelas
de educación media superior (50,3%) con
edad promedio de 16,5 años (Desviación es-
tándar [DE] = 1,01) o la universidad (49,7%),
edad promedio de 19,7 años (DE = 1,4). El
tamaño de la muestra fue determinado por
conveniencia y el tipo de muestreo fue no
probabilístico de tipo intencional. De acuerdo
con el nivel educativo se conformaron dos
grupos de edad, el primero de 15 a 18 años
y el segundo de 19 a 22 años.
Variables: en el estudio se trabajó con las
siguientes variables: conductas alimentarias de
riesgo (unidad de medida: ordinal. Categoría:
con o sin riesgo); insatisfacción corporal (uni-
dad de medida: ordinal. Categoría: con o sin
insatisfacción corporal); grupo etario (unidad
de medida: nominal. Categoría: adolescentes o
jóvenes) y estatus de peso (unidad de medida:
nominal. Categoría: bajo peso, peso normal,
sobrepeso, obesidad).
Instrumentos
Conductas alimentarias de riesgo
Test de Actitudes Alimentarias (EAT-26,
por sus siglas en inglés) es un instrumento
frecuentemente utilizado para identificar CAR.
El EAT-26 está conformado por 26 reactivos
con seis opciones de respuesta en escala tipo
Likert (desde nunca = 0 a siempre = 3). Garner,
Olmsted, Bohr y Garfinkel [27] establecieron
como punto de corte para la puntuación total
una calificación igual o mayor de 20 puntos, lo
que indica la presencia de CAR. El estudio de
validación en México mostró adecuada con-
sistencia interna (Alfa de Cronbach = ,83) en
mujeres universitarias y en cuanto a su validez
se identificó una estructura de tres factores:
Dieta, Bulimia y Preocupación por la Comida y
Control Oral [28]. El Alfa de Cronbach para la
muestra del presente estudio fue de ,82.
Insatisfacción corporal
Cuestionario de Imagen Corporal (BSQ,
por sus siglas en inglés), evalúa la expe-
riencia de “sentirse obeso” e insatisfacción
con el tamaño y la forma del cuerpo. El BSQ
está conformado por 34 reactivos con seis
opciones de respuesta en escala tipo Likert
que se califican en una escala de 1 = nunca
a 6 = siempre. El estudio de la validación en
México mostró que la consistencia interna del
instrumento en mujeres es excelente (Alfa de
Cronbach = ,98) y se estableció un punto de
corte de 110 para la puntuación total, el cual
indica presencia de insatisfacción corporal
[29]. La consistencia interna con el coeficiente
Alfa para la muestra del presente estudio fue
de ,97.
Índice de Masa Corporal (IMC), para calcu-
lar este indicador se utilizó la estatura y peso
autoinformados con la fórmula (IMC = peso /
altura2).
Estatus de peso
Para las mujeres entre 15 y 19 años el esta-
tus de peso se estableció utilizando las tablas
de referencia, de acuerdo a la edad, para
mujeres de 2 a 19 años de la Organización
Mundial de la Salud [30]. Los valores de IMC
menores al percentil 5 fueron considerados con
bajo peso, del percentil 5 a menos de 85 peso
normal, sobrepeso del percentil 85 a menos
de 95 y de 95 en adelante obesidad. Para las
mujeres de 20 años o más el estatus de peso
se estableció de acuerdo a los criterios estable-
cidos por la Organización Mundial de la Salud
[31], bajo peso (IMC < 18,5), peso normal (IMC
> 18,5 a 24,99), sobrepeso (IMC > 25 a 29,99)
u obesidad (IMC ≥ 30).
Procedimiento
Las autoridades escolares correspondientes
autorizaron realizar el estudio en las insta-
laciones de las instituciones educativas. La
aplicación de los cuestionarios se realizó den-
tro del horario escolar, fue grupal y en aulas
de cómputo; durante los meses de marzo a
septiembre de 2018. Al inicio de la aplicación
se explicó el propósito de la investigación y
quienes aceptaban participar voluntariamente
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firmaron el consentimiento informado. En el
caso de las mujeres de nivel medio superior se
solicitó el consentimiento informado de sus pa-
dres y el asentimiento de ellas. Las participan-
tes contestaron los instrumentos en un tiempo
aproximado de 15 minutos y en presencia de
alguno de los investigadores responsables con
apoyo de asistentes de investigación debida-
mente capacitadas.
El análisis de los datos se llevó a cabo con
el Paquete Estadístico para Ciencias Sociales,
SPSS versión 18 (IBM Corp.). Se realizaron
análisis estadísticos descriptivos para conocer
las características de la muestra y se calcularon
los porcentajes e intervalos de confianza al
95% para la cantidad de participantes que pre-
sentaron CAR e IC. Se calculó la t de Student
para identificar si había diferencias significati-
vas entre adolescentes y jóvenes respecto al
IMC. Para evaluar la asociación entre CAR e
IC se realizó un análisis de regresión logística
ordinal.
Control de sesgos
Uno de los investigadores permaneció en
el aula de cómputo para responder cualquier
pregunta y para vigilar que las participantes
no compartieran sus respuestas o realizaran
comentarios en voz alta. No se ofreció ningún
incentivo por la participación en el estudio.
Consideraciones éticas
El procedimiento realizado atendió los prin-
cipios del código ético del psicólogo [32]. La
presente investigación se consideró de bajo
riesgo según la Ley General de Salud de Mé-
xico, debido a que sólo se emplearon pruebas
psicológicas en las personas y no se manipuló
su conducta [33]. Todas las participantes o sus
padres firmaron el consentimiento informado.
El proyecto de investigación fue aprobado por
el Comité de Bioética del Centro Universitario
del Sur de la Universidad de Guadalajara
(México).
Resultados
En la Tabla 1 se observa que el IMC de las
mujeres jóvenes fue mayor que el de las ado-
lescentes (t = 3,37, p < ,001). Considerando el
estatus de peso se encontró que el porcentaje
de mujeres con bajo peso fue mayor en el grupo
de adolescentes en comparación con el grupo
de jóvenes, el exceso de peso (sobrepeso u
obesidad) fue mayor en éste último grupo (X2
= 9,19, p < = ,027). Asimismo, 11,4% y 6,6%
de las mujeres de ambos grupos respectiva-
mente presentaron CAR. Al analizar los tipos
de conductas se presentó un comportamiento
diferencial de acuerdo con el grupo etario, para
las adolescentes la CAR de mayor frecuencia
fue el conteo de calorías (13,1%), seguida de
las dietas restrictivas (12,7), mientras que en
las jóvenes las conductas con mayor frecuencia
fueron las dietas restrictivas (16,5%), seguida de
evitar alimentos con azúcar (9,1%). Respecto a
la insatisfacción corporal, aproximadamente una
quinta parte de ambas muestras la presentó.
En el grupo de mujeres jóvenes se encontró
que a medida que aumenta el IMC también
aumentan las CAR (X2 = 18,72, p < ,001). Es
decir, 3,3%, 8,8% y 27,3% de las estudiantes
con peso normal, sobrepeso u obesidad, res-
pectivamente, presentaron CAR. Las mujeres
con exceso de peso (sobrepeso u obesidad)
tuvieron cinco veces más probabilidad de pre-
sentar CAR (OR = 5,01 [IC 1,67 – 14,98]) en
comparación con quienes tenían un IMC ≤ 25.
En tanto que, en las mujeres adolescentes, el
estatus nutricional no se asoció con la presen-
cia de CAR. No obstante, el mayor porcentaje
de CAR se presentó en los dos extremos del
continuo, bajo peso y obesidad (Tabla 2). La
insatisfacción corporal se asoció con la pre-
sencia de CAR tanto en las adolescentes (X2
= 42,93, p < .001) como en las jóvenes (X2 =
58,69, p < ,001). En ambos casos las mujeres
con IC tuvieron mayor probabilidad de presen-
tar CAR: OR = 12,15 (IC 5,09 – 28,97) si son
adolescentes y OR = 27,72 (IC 11,20 – 86,68)
si son jóvenes.
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Tabla 2. Presencia-ausencia de conductas alimentarias de riesgo de adolescentes y
jóvenes de acuerdo con el estatus de peso y a la insatisfacción corporal.
Adolescentes n = 245 Jóvenes n = 242
No CAR CAR No CAR CAR
Estatus de peso Porcentaje
Bajo peso 76,9 23,1 100 0
Normopeso 86,2 13,8 96,7 3,3
Sobrepeso 90,9 9,1 91,2 8,8
Obesidad 81,8 18,2 72,7 27,3
Insatisfacción corporal Porcentaje
Si 12,9 64,3 14,6 93,8
No 87,5 37,5 85,4 6,2
Nota: CAR = Conductas alimentarias de riesgo
Fuente: datos propios de la investigación
Tabla 1. Estatus de peso, conductas alimentarias de riesgo insatisfacción
corporal de acuerdo con dos grupos de edad
Adolescentes
n = 245
Jóvenes
n = 242
Total
n = 487
Media (Desviación Estándar)
Peso (kg) 59,58 (11,61) 62,22 (11,60) 61,19 (11,65)
Estatura (m) 1,61 (0,06) 1,61 (0,07) 1,60 (0,06)
Índice de Masa Corporal 22,82 (3,87) 24,21 (4,20) 23,67 (4,13)
Porcentaje
Bajo peso 8,4 3,8 5,6
Normopeso 70,3 63,2 66
Sobrepeso 14,2 23,8 20,2
Obesidad 7,1 9,2 8,4
Conductas alimentarias de Riesgo
Si 11,4 6,6 9
No 88,6 93,4 91
Atracón 5,7 3,7 4,7
Contar calorías 13,1 7,0 10,1
Evitar carbohidratos 9,8 8,7 9,2
Evitar alimentos con azúcar 9,8 9,1 9,4
Vómito 0,4 2,1 1,2
Dietas 12,7 16,5 14,6
Insatisfacción corporal
Si 18,8 19,8 19,3
No 81,2 80,2 80,3
Fuente: datos propios de la investigación
Se analizó el tipo de CAR que presentaron
las mujeres con presencia o ausencia de in-
satisfacción corporal (Tabla 3). Para ambos
grupos de edad el porcentaje de CAR fue
significativamente mayor en el grupo de mu-
jeres con IC en comparación con quienes no
presentaron IC. Siendo mayor la presencia de
la conducta de dieta, seguida de evitación de
alimentos específicos y conteo de calorías. En
todos los casos el tamaño del efecto fue pe-
queño (rango de ,15 a ,38 en las adolescentes
y de ,17 a ,39 en las jóvenes).
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Discusión
El propósito de esta investigación fue evaluar
la asociación entre CAR, estatus de peso e
insatisfacción corporal en mujeres adolescen-
tes y jóvenes mexicanas. En primer lugar, los
resultados obtenidos confirman la presencia
de CAR en los dos grupos de edad (11,4% de
las adolescentes y 6,6% de las jóvenes). Estos
datos se encuentran por abajo del rango repor-
tado en otras investigaciones que han utilizado
el EAT [8–10]. No obstante, los hallazgos son
relevantes debido a que las participantes de
este estudio viven en una ciudad media, es
decir, un espacio urbano que cuenta con una
población mayor a 100.000 y menor a 1.000.000
[34]; y se demuestra que las CAR no sólo están
presentes en mujeres que viven en grandes
ciudades (espacios urbanos con una pobla-
ción mayor a 1,000,000 de habitantes) y que
están expuestas en mayor medida al modelo
de delgadez y a la influencia de los medios de
comunicación. La presencia de estas conductas
se ha propagado en mujeres de diversos grupos
culturales y no se limitan a las zonas industriali-
zadas o con un desarrollo económico alto [35].
La dieta restrictiva fue la CAR que se presen-
tó con mayor frecuencia tanto en las adoles-
centes (12,7%) como en las jóvenes (16,5%).
Si bien estos porcentajes fueron menores a
los encontrados en otros estudios, en el caso
específico de las jóvenes el porcentaje fue casi
el doble del encontrado hace ocho años en una
muestra de jóvenes universitarias (9,8%) en
la misma región [19]. Asimismo, Saucedo [36]
también encontró un aumento en la presencia
de esta conducta en muestras diferentes de
mujeres de la Ciudad de México evaluadas en
dos momentos diferentes. Ambos hallazgos
indican que la dieta se realiza cada vez más
como una forma de controlar el peso corporal
o bien como una medida para la reducción del
mismo.
Las otras dos conductas que se presentaron
en mayor porcentaje fueron contar calorías
(13,1% de las adolescentes) y evitar alimen-
tos con azúcar (9,1% de las jóvenes). Ambas
conductas están relacionadas con la dieta res-
trictiva, por lo que estos hallazgos confirman la
importancia de esta conducta para las mujeres
participantes en el estudio. Por tanto, es nece-
saria la intervención del psicólogo de la salud
para implementar estrategias que concienticen
a las estudiantes de preparatoria y universidad
sobre los riesgos y consecuencias de las dietas
restrictivas, para que dejen de considerarlas
como una conducta normal, ya que se sabe
que quienes realizan dietas restrictivas en la
adolescencia incrementan el riesgo de conti-
nuar con esta conducta 10 años después [26].
Ahora bien, en cuanto al objetivo central, las
CAR estuvieron asociadas con el IMC. Especí-
ficamente en las mujeres jóvenes se encontró
que a medida que aumenta el IMC también
aumentan la presencia de CAR (3,3%, 8,8%
Tabla 3. Asociación entre conductas alimentarias de riesgo e
insatisfacción corporal de acuerdo al grupo de edad
Conductas
Adolescentes
n = 245 pV de
Crammer
Jóvenes
n = 242 pV de
Crammer
No IC IC No IC IC
Atracón 3,5 15,2 ,01 ,18 1,7 18,8 ,001 ,39
Contar calorías 10,6 23,9 ,05 ,15 4,1 18,8 ,001 ,23
Evitar carbohidratos 6,5 23,9 ,001 ,23 5,2 22,9 ,001 ,25
Evitar alimentos con azúcar 7 21,7 ,01 ,19 6,7 18,8 ,01 ,17
Vómito 0 2,2 ,37 -- 1,5 4,2 ,25 --
Dietas 6,5 39,1 ,001 ,38 9,3 45,8 ,001 ,39
Nota: IC = Insatisfacción corporal
Fuente: Datos propios de la investigación
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y 27,3% de las estudiantes con peso normal,
sobrepeso u obesidad, respectivamente). Las
mujeres con exceso de peso (sobrepeso u obe-
sidad) tuvieron cinco veces más probabilidad
de presentar CAR. Este hallazgo coincide con
otros estudios en los que se han encontrado
mayores porcentajes de CAR en mujeres con
obesidad [14], incluso se sabe que mujeres
con IMC alto tuvieron dos veces más riesgo de
presentar CAR [37]. No obstante, se puntualiza
que en las mujeres adolescentes no se asoció
el IMC con las CAR.
En la presente investigación también se en-
contró que la IC está presente en la quinta parte
de las mujeres independientemente del grupo
etario (18,8% adolescentes y 19,8% jóvenes).
Como en el caso de las CAR estos porcentajes
fueron menores a los encontrados en mujeres
que viven en grandes ciudades [12,14,17,25];
sin embargo, en el caso de las jóvenes repre-
senta un aumento de cuatro puntos porcen-
tuales respecto a los resultados obtenidos
por Franco et al. [19] en jóvenes de la misma
región (14%). Por lo que se demuestra que la
presencia de IC aumentó en ocho años y se
espera que este aumento se sostenga debido a
fenómenos como el acceso a internet, las redes
sociales y el uso de los teléfonos inteligentes.
De hecho, se ha demostrado que el acceso a
internet puede provocar diferentes síntomas
físicos y psicológicos en los jóvenes, entre los
que están los síntomas de los trastornos de la
conducta alimentaria [38].
El estudio e identificación de la IC es relevan-
te para la prevención de los TCA debido a que
se ha documentado que es uno de los princi-
pales factores de riesgo para los mismos. En
esta investigación se encontró que la presencia
de IC está relacionada de manera importante
con la presencia de CAR tanto en las mujeres
adolescentes como en las mujeres jóvenes,
siendo mayor el riesgo de presentar CAR en
las mujeres jóvenes con IC y la predicción en
los años siguientes para este mismo grupo es
que se mantendrá e incluso que empeorará.
Los hallazgos obtenidos en la presente
investigación muestran que las CAR están
relacionadas con el estatus de peso y la IC en
mujeres jóvenes y que en las mujeres adoles-
centes sólo están relacionadas con la IC. No
obstante, debe considerarse que el IMC fue
calculado considerando el peso y talla informa-
do por las participantes, por lo que se sugiere
que en futuras investigaciones se realice una
medida directa de estas variables. Se concluye
que es importante que los profesionales de la
salud encargados del diseño de estrategias de
prevención tomen en cuenta estos resultados
con la finalidad de implementar programas que
consideren las variables relevantes en cada
caso. Por otro lado, se encontró que tanto la
presencia de CAR como de IC aumentó en
las mujeres jóvenes en comparación con los
resultados obtenidos en un estudio previo en
mujeres jóvenes de la misma ciudad, por lo que
es evidente la necesidad de implementar medi-
das preventivas en esta población, y dado que,
no existen estudios antecedentes en la misma
región con los cuales comparar los resultados
obtenidos con las adolescentes, es necesario
llevar a cabo investigaciones que permitan
documentar la presencia de estas conductas
a largo plazo durante las diferentes etapas del
desarrollo de las mujeres.
Agradecimientos
Los autores agradecen a Gabriela Flores
Miguel, Karla Saraí García Solís, Violeta
Rubí Castro López y Adriana Patricia Velasco
Moncada por el apoyo en la aplicación de los
instrumentos.
Conflictos de interés: los autores declaran
no tener conflicto de interés.
Fuentes de financiamiento: Universidad de
Guadalajara, PRO-SNI 2018.
Artículo de InvestIgAcIón
311
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... También se visualiza que gran parte de los encuestados manifiestan comer más de lo habitual. Sin embargo, el trabajo de Paredes, Reséndiz y Bautista (13) realizado a mujeres adolescentes de México encontró que la CAR de mayor presencia fue la dieta restrictiva. Además, se halló que un 8,4% de los adolescentes tiene bajo peso, un 14,2% sobrepeso y un 7,1% obesidad. ...
Article
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Las conductas alimentarias de riesgo son el resultado de los tipos de hábitos alimentarios de una persona. Estas conductas ponen en peligro las condiciones físicas, emocionales e incluso su entorno social debido a las prácticas erróneas del control del peso que, en efecto, al no ser detectadas y abordadas a tiempo, pueden manifestarse e incluso acumularse hasta el punto de convertirse en una patología alimentaria. Por tanto, por medio de esta investigación se pretende analizar las conductas alimentarias de riesgo y su relación con el índice de masa corporal de los adolescentes, debido a que, por los cambios que experimentan en esta etapa de la vida, son más vulnerables a la insatisfacción de su imagen corporal, por lo que representa un motivo de preocupación al momento de establecer relaciones interpersonales con la sociedad, por el deseo de conseguir o mantener un cuerpo delgado.
... En el estudio realizado por Paredes (19) denominado ¨ Estatus de peso, conductas alimentarias de riesgo e insatisfacción corporal en mujeres adolescentes y jóvenes¨. Los resultados arrojaron que el 11,4% de las adolescentes y 6,6% de las jóvenes reportaron conductas alimentarias de riesgo, mientras que 18,8% de las adolescentes y 19,8% de las jóvenes presentaron insatisfacción corporal. ...
Article
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. La insatisfacción corporal supone la presencia de juicios valorativos sobre el cuerpo que usualmente no coinciden con las características reales del individuo. Uno de los principales métodos para el control del peso y de la figura corporal suele ser la ejecución de conductas alimentarias de riesgo, una amplia variedad de comportamientos negativos y perjudiciales para el individuo. Ambos constituyen factores clave en el origen y desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria (TCA). La intención de esta investigación es analizar la relación entre la insatisfacción corporal y el riesgo de trastornos de conducta alimentaria en adultos jóvenes que asisten al gimnasio. Se utilizó un enfoque cuantitativo con un diseño no experimental, descriptivo-correlacional de corte transversal. La muestra fue seleccionada mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia través de criterios de inclusión y exclusión. El instrumento utilizado fue Eating Attitude Test 26 (EAT-26) y el Body Shape Questionnaire (BSQ). Los resultados indican que existe una relación positiva moderada entre las variables con el (Rho=0.531, p<0.001). Lo que quiere decir que a más insatisfacción corporal más riesgo de padecer un trastorno de conducta alimentaria.
... Por otra parte, se ha identificado que la insatisfacción corporal se ha visto asociada con un aumento en la presencia de síntomas ansiosos y depresivos, así como una mayor ganancia de peso gestacional relacionada con un mayor peso corporal e IMC al inicio y durante el desarrollo del embarazo (Roomruangwong et al., 2017). Las conductas alimentarias de riesgo (CAR) son definidas como aquellas conductas que tienen como objetivo la reducción intencional del peso corporal y que son poco saludables (Franco et al, 2019). Algunos ejemplos de estas conductas son la realización de ayunos, dietas restrictivas, atracones, uso de laxantes o diuréticos, y el vómito autoinducido (Ortega-Luyando et al., 2018). ...
... Asimismo, resalta el rol que la cultura ejerce sobre la construcción de la imagen corporal (IC), misma que es definida como la evaluación subjetiva de la propia apariencia, en contraste con el atractivo físico, que es un aspecto externo o calificación objetiva de la apariencia (Smolak y Thomson, 2001). En este sentido, investigaciones como las de Barriguete et al. (2020), Cruz et al. (2018), Espósito (2015), Fernández y Morales (2022), Franco et al. (2019), Mancilla-Díaz et al. (2010) y Zamora et al. (2018) han evidenciado la relación entre la difusión de la delgadez como sinónimo de belleza y salud a través de diversos medios de comunicación, tales como revistas, televisión, redes sociales y campañas de prevención por parte de organismos en salud, y el posterior desarrollo de una IC negativa que propicia CAR como medio para alcanzar el modelo estético corporal demandado por la sociedad, sobresaliendo la práctica de conductas purgativas (vómito y uso de diuréticos) y de ejercicio físico compulsivo. ...
Article
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En los últimos años se ha observado un incremento en las tasas de prevalencia de los Trastornos de la Alimentación y de la Ingesta de Alimentos (TAIA) principalmente entre la población adolescente, ante lo cual se ha resaltado el papel que los medios de comunicación y la cultura ejercen dentro de la etiopatogenia de esta problemática. Del mismo modo, durante la segunda mitad del siglo XX, el mundo fue testigo del desarrollo económico y social que la República de Corea (Corea del Sur) tuvo, situación que posteriormente daría origen al Hallyu u "ola coreana", fenómeno cultural mediante el cual se ha vendido una imagen idealizada del hombre y la mujer coreanos, misma que se acrecienta con la popularidad de los llamados idols o artistas coreanos, quienes se han convertido en un referente del "cuerpo ideal" para los adolescentes que consumen productos como el K-pop. Es por lo que en el presente artículo se presentan los resultados de una revisión teórica y documental sobre algunos factores relevantes en torno a la temática del Hallyu y su influencia sobre la imagen corporal, y el posterior desarrollo de síntomas relacionados con la presencia de TAIA. Como parte de los resultados, se encontró que entre algunos de los factores a tomar en cuenta se encuentra el consumo de los llamados K-pop, K-beauty, K-dramas y mukbang, así como el concepto de relación parasocial, el culto a las celebridades, las publicaciones en redes sociales de thinspiration, las narrativas de modificación corporal como medio para lograr el éxito y/o vencer el bullying, y el uso de mukbang como cheatmeals o método para el control de la ingesta de alimentos. Asimismo, se recomienda revisar estudios realizados en países como Tailandia, Indonesia, Corea del Sur, y Colombia; además, contemplar muestras grandes de participantes, e integrar el estudio de la población de hombres consumidores de esta tendencia.
... Likewise, the body image that adolescents acquire based on their family health will predict the risk eating behaviors. These findings corroborate what was found in other investigations, which indicate that the family teaches its members the aesthetic and behavioral standards in early stages of development; depending on the assessment of body image, it determines the risk eating behavior that they will practice (Behar, 2010;Franco Paredes et al., 2019). ...
Article
Family health is challenged during a teenagers’ teen years due to the aspects of this life cycle stage; teenagers are more vulnerable to experience dissatisfaction with their body image and engage in risk eating behaviors (REB). The aim of this research was to analyze family health as a predictor of body image and the influence of both, family health and body image, for REB in teenagers. A sample of 361 adolescents from central, northeastern, and southeastern Mexico were randomly chosen: 151 men and 210 women between the ages of 11-19 years old. Structural equation model using parceling technique provided an alternate model (ή2REB=.91, p<.005), indicating that family health can predict negative or positive body image (γBI=. - 41, p<.005), and this in turn predicts REB (βREB=.95, p<.005). Considering the finding, is concluded that influence of family health on the REB of adolescents can only be explained through body image.
Article
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Introduction: Currently, young people face mental problems that have an impact on their behavior, one of them being Eating Behavior Disorders (ED), which, according to the WHO, manifest abnormal eating behaviors, distortion of how they look physically, paying more attention to their weight and the food they eat. Objective: To analyze the risk of eating disorders and their relationship with the perception of body shape in adolescents. Methods: Quantitative, descriptive-correlational and cross-sectional research in high school students whose eating attitudes and body shape were evaluated. The study subjects were selected by non-probabilistic convenience sampling in 184 students with informed parental consent and student's assent. The data were analyzed in the statistical program SPSS version 15.0 demo with descriptive and inferential statistics, with adherence to international and national ethical aspects. Results: Participants at risk of ATT represented 7.6% of the population, 33.2% obtained body shape concern, 20.1% were identified as underweight and 21.2% as overweight and obese. Conclusions: A relationship was observed between the variables body shape perception and risk of ED (rs=.448, p=<0.000) determining that the greater the concern for body shape the greater the risk of eating disorders. Therefore, nursing professionals should intervene immediately to address the problem with strategies that have an impact on the health of adolescents.
Article
En la sociedad contemporánea, el ideal de belleza predominante es el de la delgadez, el cual se relaciona con ventajas sociales irreales; la obsesión por la delgadez, la bulimia nerviosa, la insatisfacción corporal, el ascetismo y el perfeccionismo se entrelazan en una compleja red de factores que aumentan significativamente el riesgo de trastornos de conducta alimentaria (RTCA) y el surgimiento de exceso de control (EC). El objetivo del presente estudio fue describir el RTCA y EC donde participaron 375 estudiantes de psicología con la aplicación del instrumento Inventario de trastornos alimentarios (EDI-3), se encontraron diferencias estadísticamente significativas de obsesión por delgadez entre hombres y mujeres para ambos grupos de edad, siendo las mujeres las que presentaron mayores puntuaciones; además de diferencias en RTCA entre grupos de sexo en edades de 19 años o más. Los hombres mostraron preocupación por su peso y apariencia física, llevando a cabo conductas de control y hábitos para evitar el aumento de peso, y respecto a las mujeres hubo diferencias en las edades en todas las variables excepto de perfeccionismo. Los hombres ≤ 18 años mostraron mayor prevalencia de RTCA, OD, y perfeccionismo, mientras que en los ≥ 19 años, prevalecieron BN y ascetismo. En mujeres ≥ 19 años, todas las variables fueron mayores excepto ascetismo. Los hombres ≤ 18 años presentaron mayor riesgo de RTCA, comparados con las mujeres del mismo grupo de edad. Las mujeres ≥ 19 años tuvieron mayor RTCA, destacando en OD e IC.
Article
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Objective: Compare nutrient intake based on categories of disordered eating behaviors in adolescents. Materials and methods: The present study has a non-experimental cross-sectional analytical design, with a quantitative approach. Sampling was carried out at convenience. The brief questionnaire of risky eating behaviors used by Padrós-Blázquez et al. was used, and weight and height were determined to form the body mass index. The 24-hour reminder dietary survey was also applied to calculate the percentage of adequacy and determine nutrient intake, the percentages of adequacy (%AD) were calculated, and the nutrient ranges were taken according to the Recommended Dietary Allowances (RDA), for sugar the recommendation of the Nutrition Committee of the European Society of Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition was used. An overadequate AD was considered when the %AD was >110%, adequate with a range of 110 - 90%, low <90%. Results: A combined prevalence of risky eating behaviors of 37.88% was found, with medium and high risk (25.76% and 12.12% respectively). A significant difference was found in the intake of vitamin A, ascorbic acid, iron, and folate among the categories, being higher in the low-risk group compared to the medium and high-risk groups. Additionally, overadequate %ADs were found for sugar, energy, protein, potassium, sodium, and carbohydrates, while the lowest %ADs were for folate, fiber, and phosphorus. Conclusions: Nutrient intake differs according to the REB category, and key micronutrients for adolescence are involved in low intake, which can cause negative health effects. Keywords: Nutrients; Eating behavior; Adolescents.
Article
Objetivo. Reportar prevalencias poblacionales actualizadas de conductas alimentarias de riesgo (CAR) con respecto a edad, sexo, condiciones de bienestar, tipo de localidad y región del país. Material y métodos. Se utilizaron los datos de adolescentes (n = 3 547) de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 (Ensanut 2022) obtenidos mediante el cuestionario breve de conductas alimentarias de riesgo (CBCAR) y datos sociodemográficos. Se obtuvieron prevalencias e intervalos de confianza. Resultados. El 1.6% (2.0% en mujeres y 1.2% en hombres) de los adolescentes tienen riesgo de un trastorno de la conducta alimentaria, en aquéllos entre 14 y 19 años, 2.3%, en zonas urbanas 2.1%, en la región centro 2.9% y por tercer quintil de bienestar, 3.1%. Conclusión. Los datos mostrados señalan la importancia de continuar monitoreando las CAR en encuestas representativas nacionales, a diferencia de los estudios realizados en muestras no probabilísticas; la Ensanut permite contar con datos que reflejan la diversidad de la población mexicana.
Research Proposal
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Introduction: Bulimia Nervosa is a disorder that is becoming increasingly common in adolescents and young adults, although there is no exact cause of bulimia, there are several factors that contribute to the development of bulimia, such as: cultural ideals and social attitudes regarding the body, appearance, self-evaluation on the basis of body weight and shape, and family problems. Objective: To determine the risk factors associated with the development of an Eating Behavior Disorder (ED) such as Bulimia Nervosa (BN) in adolescents through a literature review. Results: A review of 45 articles from different electronic databases (Google Academic, Redalyc, PubMed and Scielo) was carried out from March to May 2023.The documentary evaluation was carried out by each of the authors through a critical reading of the selected articles. Conclusions: In conclusion, the search for information suggests that adolescents have a higher risk of presenting bulimia nervosa and it is more frequent in the female sex than in the male sex, it is determined that the etiology of bulimia is multifactorial where psychological factors predominate, such as low self-esteem, depression , anxiety and personal overvaluation.
Article
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Esta investigación tiene como objetivo estudiar si el autoconcepto físico predice las Conductas Alimentarias de Riesgo (CAR). La muestra está conformada por 400 estudiantes de 17 y 21 años de una universidad privada de Caracas, Venezuela, (hombres=57,3%), a quienes se les aplicaron los siguientes instrumentos: (1) Cuestionario Breve de Conducta Alimentaria de Riesgo (CBCAR), y (2) Cuestionario de Autoconcepto Físico (AFI). La muestra fue seleccionada a través de un muestreo por racimos. Los estudiantes mostraron bajos niveles de conductas alimentarias de riesgo y moderados/altos niveles de autoconcepto físico. Mediante un análisis de regresión se encontró que el autoconcepto referido a la satisfacción física y a la habilidad y fuerza física predijeron las CAR, en el sentido que a menor autoconcepto mayor ocurrencia de CAR. También se halló que a mayor IMC mayor frecuencia de CAR y las mujeres presentaron más CAR de tipo purgativa/compensatoria. Los resultados permiten aumentar la comprensión de las CAR y abren las puertas para futuras investigaciones e intervenciones en el área. AbstractThis research has as objective to study if the physical self-concept predicts the Risk Eating Behaviors (REB). The sample includes 400 students from 17 to 21 years old of a Private University in Caracas, Venezuela, (Men=57.3%), the following techniques were applied to the sample: (1) Brief Questionnaire of Risk Eating Behaviors (BQREB), and (2) Questionnaire of Physical Self-concept (QPS). The sample was selected through a cluster sampling. The students showed low levels of risk eating behaviors and moderated/high levels of physical self-concept. Through a regression analysis, it was found that the auto-concept referred to the physical satisfaction and to the ability and physical strength predicted the REB, in the sense of: the less auto-concept there is, the greater occurrence of REB is shown. It was also found that with a high body mass index (BMI) it is more frequent to have REB, while women showed to have more of REB purgative/compensatory type. The results allow increasing the comprehension of the REB and open doors to further researches and interventions in this area.
Article
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Introduction and objectives: Body shape (BSP) and body image (BI) are part of the external physical structure, then modifications in body shape necessarily affect body image; however, both combined have not been studied. The purpose of the study was to evaluate the statistical relationship between BSP and BI in university students. Method: Two hundred and ninety-six participants (17-35 years) were included in this study. Different anthropometric measurements were used to define their somatotype (BSP), body mass index (BMI), waist to hip ratio (WHR) and waist circumference (WC). In addition, a questionnaire on body image perception was applied (McElhone et al.), regarding “how do I look?”, “how do I think others see me?”, “how do others see me?”, and “how do I want to look like?” Results: On average, men perceived themselves in normal weight; in contrast, women perceived themselves as overweight. Men were meso-endomorphic, while women were endo-mesomorphic as an average. Conclusion: Body shape measured as somatotype as well as WC and WHR were excellent determinants of body image. Participants who presented a higher endomorphy, WC and WHR and a lower ectomorphy had a higher appreciation of being overweight or obese and wish to become thinner.
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Objective: To estimate the prevalence of disordered eating behaviors (DEB) and identify their associations with demographic and psychological variables among freshman students at a public university in Mexico City. Materials and methods: A sample of 892 subjects participated in the study. Bivariate and multinomial models were performed to determine associations between DEB and covariates. Results: Of those surveyed, 6.8% of the women and 4.1% of the men exhibited DEB (p<0.05). The variables increasing the risk of eating disorders (ED) for women were internalization of the aesthetic thin ideal (IATI), body mass index (BMI), self-esteem and physical activity, while for men they were IATI, drive for muscularity, and self-esteem. Conclusions: The frequency of DEB among women and men and the internalization of the thin ideal in both sexes suggest the possibility of a change in the precursor conditions for eating disorders, particularly for men, who exhibit increased risk of such behaviors.
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INTRODUCCIÓN: El comienzo de los estudios universitarios es un estresor importante para los jóvenes que se asocia con un incremento en la incidencia de depresión, ansiedad, abuso de alcohol y CAR. OBJETIVO: Analizar la relación entre CAR e IMC, su asociación con variables demográficas y psicológicas y la interacción con el IMC. MÉTODO: En una muestra de 892 estudiantes universitarios de nuevo ingreso (502 mujeres y 390 hombres) (Xedad=19.7; DE=2.9) se midió peso y estatura y se utilizaron cuestionarios validados. RESULTADOS: La prevalencia de CAR fue de 6.1% en mujeres y de 4.1% en hombres. La prevalencia de sobrepeso y obesidad en mujeres fue de 22.6% y de 7.4%, y en hombres fue de 26.6% y de 9.3%, respectivamente. Las mujeres y los hombres con obesidad 10.8% y 11.1% presentaron CAR de frecuencia alta, y las mujeres y hombres con sobrepeso 13.2% y 3.8%, respectivamente. En las mujeres el IMC aumenta el riesgo de CAR 1.6 veces (p < 0.05) y en los hombres 1.4 veces (p > 0.05). No se encontró interacción del IMC en la asociación de CAR con el resto de las variables. DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN: En ambos sexos, las variables relacionadas con la imagen corporal aumentan el riesgo de CAR significativamente (p < 0.05). Los síntomas depresivos, la baja autoestima y el IMC aumentan el riesgo entre las mujeres, y el deseo por la musculatura, nivel socioeconómico y el área de estudio entre los hombres. Se recomienda llevar a cabo una investigación específica sobre CAR en varones, para evitar el subregistro de casos.
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Disordered eating behaviors (DEB) such as dieting, fasting, laxatives or diuretics abuse, self-induced vomiting and binge eating may lead serious physiological and psychological consequences in individuals. Epidemiological data helps to the understanding of the magnitude of this problem within population; however point prevalence rates and the trend of DEB are still a subject of constant debate. Therefore the aim of this study is to systematically review empirical studies that have estimated the prevalence of DEB in women and provide some methodological considerations for future epidemiological studies. The search of articles was made through MEDLINE and SCIENCE DIRECT databases from 2000 to 2013. According to inclusion and exclusion criteria 20 studies were reviewed. Results yielded that the point prevalence range of dieting (0.
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Objetivo: la red internet es una de las herramientas más usadas por las personas, tanto que ha llegado incluso a presentarse uso problemático de este y por lo tanto a la aparición de problemas relacionados con su ocupación sin control. Se pretende estudiar el uso de Internet en estudiantes universitarios de 5 universidades del departamento de Caldas (Colombia), y su relación con factores personales que pueden verse afectados por este. Materiales y métodos: se tomó una población de 640 estudiantes de 5 universidades. Se realizaron encuestas aplicando varios instrumentos para medir las variables demográficas, funcionalidad familiar, trastornos de alimentación y sueño, déficit de atención e hiperactividad, ansiedad y depresión y su relación con la existencia de adicción a internet. Resultados: el 77,3% de los estudiantes participantes presentan algún grado de adicción a internet, el celular es el de mayor empleo con 65,6% para acceder, el principal motivo fueron las redes sociales 76,4%. Se encontró que la adicción a internet está relacionada con las siguientes variables somnolencia (p=0,000), trastornos de la conducta alimentaria (p=0,012), depresión (p=0,000), estrés de examen (p=0,000), funcionalidad familiar (0,000), promedio de notas (p=0,001), género (0,000), diversos síntomas como molestias en los dedos (p=0,000), molestias en el codo (p=0,000) y otros, hiperactividad (p=0,000) e inatención (p=0,000). Conclusiones: similar a lo que sucede en otras poblaciones de estudiantes, en esta se presenta una alta proporción de adicción a internet, la cual está relacionada con múltiples aspectos de la vida cotidiana del estudiante.
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Esta investigación tiene como objetivo estudiar si el autoconcepto físico predice las Conductas Alimentarias de Riesgo (CAR). La muestra está conformada por 400 estudiantes de 17 y 21 años de una universidad privada de Caracas, Venezuela, (hombres= 57,3%), a quienes se les aplicaron los siguientes instrumentos: (1) Cuestionario Breve de Conducta Alimentaria de Riesgo (CBCAR), y (2) Cuestionario de Autoconcepto Físico (AFI). La muestra fue seleccionada a través de un muestreo por racimos. Los estudiantes mostraron bajos niveles de conductas alimentarias de riesgo y moderados/altos niveles de autoconcepto físico. Mediante un análisis de regresión se encontró que el autoconcepto referido a la satisfacción física y a la habilidad y fuerza física predijeron las CAR, en el sentido que a menor autoconcepto mayor ocurrencia de CAR. También se halló que a mayor IMC mayor frecuencia de CAR y las mujeres presentaron más CAR de tipo purgativa/compensatoria. Los resultados permiten aumentar la comprensión de las CAR y abren las puertas para futuras investigaciones e intervenciones en el área. Palabras Clave: autoconcepto físico; conductas alimentarias de riesgo; índice de masa corporal (IMC); sexo