Content uploaded by Laura Scarano
Author content
All content in this area was uploaded by Laura Scarano on Jun 26, 2019
Content may be subject to copyright.
219
CeLeHis
Poesía y nombre de autor:
Entre el imaginario autobio-
gráco y la autocción
Laura Scarano
Universidad Nacional de Mar del Plata
CELEHIS - CONICET
Resumen
Proponemosreexionaraquísobrelosmecanismosdearticulación
de“quiendiceyo”eneldiscursopoético,atravésdelusodelnom-
brepropioyespecícamentedeunaclaseparticular:elnombrede
autor. Su aparición en el universo textual plantea cuestiones fun-
damentalesentornoaladelimitacióndeesaguradeidentidad
“ambigua” que sella un pacto autobiográco sin anular el pacto
ccional.Porelloproponemospensarestaguradesdelosnuevos
parámetrosdelallamada“autocción”(convencionalmenteaplica-
da sólo al género narrativo), dentro del impreciso pero aún activo
“imaginarioautobiográco”deldiscursopoéticoportadordelnom-
bre de autor.
Palabras clave
Nombredeautor-Autopoética-Autocción-Autobiografía
Abstract
Weproposeheretoconsidervariousmechanismsofarticulationof
“whosaysI” inpoeticdiscourse,speciallytheuseofpropername
andspecicallyaparticularclass:thenameoftheauthor.Itsap-
pearanceinthetextualuniverseraisesfundamentalquestionstothe
delimitationofthatgureof“ambiguous”identity,thatsealedan
autobiographicalpactwithoutavoidingthectionalone.Wethink
thisgurefromthenewapproachesgivenbythenotionof“autoc-
CELEHIS–Revista del Centro de Letras Hispanoamericanas.
Año 20 – Nro. 22 – Mar del Plata, ARGENTINA, 2011; pp. 219 - 239
220
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
tion”(conventionallyappliedonlytonarrativegenre),withinthe
vaguebutstillactive“autobiographicalimaginary”ofpoeticgenre.
Keywords
Authorialname-Self/poetry-Autoction-Autobiography
221
CeLeHis
Laura Scarano
El tema profundo de la
autobiografía es el nombre propio
PhilippeLejeune
Hablar del discurso autorreferencial de una obra poé-
ticasignica,entreotrascosas,construirelimaginariodel
poeta con las auto-imágenes y anti-imágenes de sí mismo,
quese exhiben de manera autoconsciente en laescritura.
Esta instancia se sitúa en el pliegue decisivo entre las imá-
genesdeescritorelaboradaseneltextoylareexiónsobre
esas mismas imágenes provistas por sus metatextos (auto-
poéticasencartas,ensayos,entrevistas,prólogos,manies-
tos),queestablecenuncircuitodecorreferencialidadsuma-
mente productivo. La constelación metatextual completa lo
quelospoemasinstituyenmediantemetáforaseimágenes:
una posición discursiva para este yoqueseauto-construye.
Meinteresadetenermeaquíenunadeesasconstruccionesde
escritorqueestablecepermanenteslazosconlaposicióndel
autor empírico.1 Se trata de la inscripción en la obra del nom-
brepropio,especícamentedeunaclaseparticular,elnombre
de autor. Su aparición en el universo textual plantea cuestio-
nesfundamentalesen tornoaladelimitacióndeesagura
de identidad “ambigua”,quesellaríaunpactosupuestamente
autobiográcosinanularelpactoccional.
1 Un primer estudio de este eje aparece en la Introducción al libro Mar-
car la piel del agua. El discurso autorreferencial en la poesía española
(1996),escritoen colaboraciónconMarta Ferrari,quienprofundizó el
tópico en su Tesis doctoral (editada en 2001). En cuanto a la problema-
tizacióndelsujetopoéticoylatextualidadautobiográcavéaseScarano
2000.
222
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
1. ¿Poema autobiográco? La banda de Moebius
La poesía es una autobiografía
quenoseatreveadecirsunombre.
RolandBarthes
Siexisteunaespeciealaquepodríamosdenominar
“poemaautobiográco”,laubicaríamosenlafronteraentre
lacrónicaylacción,puesnosseducecomodocumento,
pero se sostiene como acontecimiento verbal autónomo.
Necesariamente,paradenir unpoemaconese rótulotan
problemático debemos aventurarnos en esa región insonda-
bleque tanto temor ha causado a nuestros padres estruc-
turalistas(yaúna sushijospost-): la persona, la realidad
empírica. Pues esto resulta como abrir la caja de Pandora:
noestamosseguros delasvoces ylosrostrosquepuedan
emerger.Yjustoesdecirlo,nisiquieraun siglodesanea-
miento metodológico para depurar de sustancialismo al yo
lírico y superar la convencional atribución del poema a su
autorreal,hansidosucientesparaeliminarnuestrospre-
juiciosalahora deinterpretareljuegode lasubjetividad
en el género lírico (confesionalismos románticos malinter-
pretados, encasillamiento del género en la enunciación en
primera persona, énfasis en la función emotiva o expresiva
de modo excluyente, marginación de la lírica del ámbito
ccional presentándola como “dicción” o “enunciado de
realidad”, etc.). Desde la Pragmática de la comunicación li-
teraria y especialmente desde las Teorías de la enunciación
sehapodidoavanzarmuchoenlareexiónsobreel“sujeto
doble” o “la referencia desdoblada”, el carácter construido
delyolíricoylaconsecuentesanciónccionaldelgénero,
o la presencia de una “intencionalidad productora” eviden-
te (autor implícito) como responsable de la semiosis global
(Culler, Combe, Cabo, Casas, Gil González, Pozuelo Yvan-
cos,SánchezTorre,entreotros).
223
CeLeHis
Laura Scarano
Algunos autores no dudan en hablar de “lírica au-
tobiográca”yconsideranqueéstaconstituye“unodelos
bastionestextualescapazdereivindicarcoherentemente,en
el contexto de las actuales investigaciones teóricas sobre la
literatura,laguradelautorreal”,quehasidodesprestigia-
daporlascorrientesformalistas,hermenéuticasyfenome-
nológicas de la segunda mitad del siglo XX (Maestro: 396).
Enambosregistros,debemos admitirquetodavíahoy“el
yo del autor se convierte en el centro de numerosas dudas
textuales, pragmáticas y metodológicas” (381). ¿Quién dice
yo cuando nos cuenta su vida y asume como nombre textual
eldelautorquerma?Siestapreguntaestáenelnúcleode
ladiscursividadautobiográcaengeneral,parecemultipli-
car sus vacilaciones cuando la referimos a la lírica.
Enelpoemaautobiográcoexisteunreclamo(como
bien señala Túa Blesa) de “salida del texto al universo del
archivo”,queproduceennuestralectura“uncontinuodes-
lizamientoporlabandadeMoebius”(44),loqueconrma
su incesante movilidad. Pero este “reconocimiento del efec-
toreferencial”–quenuncaabandonalaconcienciadeque
estamosfrenteaunpoema(ccional)–exigeunlectorque
emprenda el viaje inverso, del texto al mundo, no para veri-
carla“exactitud”deltestimonioquelee,sinoparaadvertir
sutexturaambivalente.Blesaconcluye que“laconsidera-
ción de un poema como histórico o autobiográco no es
tanto una cualidad del mismo cuanto un efecto de lectura”
(47-48). Es verdad, pues tanto en el discurso poético como
enlasdemásespeciesgenéricasquehabilitanlecturasauto-
biográcas,nohaydudadequelasanciónpragmáticahege-
monizalarecepción,yaquenohabríamarcasformalespro-
piasydiferenciadasquelepermitanallectordistinguirlo
verídicodeloinventado.Sabemosquelaperspectivaprag-
máticasuponeunenfoqueconstructivistade larecepción.
El lector se erige como “el cuarto vértice del cuadrado del
224
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
pacto”deLejeune,pues“hadeintuirqueexisteidentidad
[pragmática, no ontológica] entre personaje y autor, inde-
pendientementedequeéstesevele,niegueonomanieste
explícitamente su idiosincracia” (Rodríguez Martín: 214).
Siacordamospuesquelaccionalidadesunacate-
goríaqueseconstituyepragmáticamente,DaríoVillanueva
acertaríaalarmarcategóricamenteque “la autobiografía
es cción cuando la consideramos desde una perspectiva
genética, pues con ella el autor no pretende reproducir sino
crear su yo”; pero a la vez conlleva un efecto de verdad
“paraellector,quehace deella,conmayor facilidad que
decualquierotrotexto,unalecturaintencionalmenterea-
lista” (mejor, referencial), desde una perspectiva pragmá-
tica.Porque“nada máscreíblequela vidadeotro,por él
contada”,sobretodosiesaidenticaciónseapoyaen“una
estructuradeincalculablefuerzaautenticadora” como la
de la identidad nominal. Sin duda el lector “es seducido por
lasmarcasdeverismoqueelyo-escritor-de-sí,seasinceroo
falaz, acredita con su mera presencia textual” (y agregaría-
moshomónima)(28).
Así,loque denominamos“imaginarioautobiográ-
co” abre un espacio en el poema portador del nombre de
autor, que sustenta una identidad bivocal y consolida lo
quemuchosteóricosyahanadmitido:elprotagonismodela
textualidadautobiográcacomo“hipergénero”.Enelmis-
mosentidose hablahoyde“espacioautobiográco”para
sortearlarigidezdel“pacto”deLejeune,yaqueestanueva
noción “diluye el concepto de subjetividad y se confeccio-
na como un lugar de múltiples convergencias” (Rodríguez
Martín: 215), reivindicando el carácter ccional de todo
constructoautobiográco,peroademásaceptandolainevi-
tableuctuaciónentreloreferencialyloverbal.2
2Lejeune,encorreccionesposterioresasusprimerostrabajosqueignora-
banelestatutoautobiográcoenelgénerolírico,vaaaceptarlaposibili-
225
CeLeHis
Laura Scarano
ElizabethBruss,aladoptarunadeniciónfuncional
delgéneroycontextualdel acto autobiográco, ensudi-
mensiónelocucionaria,raticaloquevenimosarmando:
“Fueradelasconvencionessocialesyliterariasquelacrean
y mantienen, la autobiografía no tiene características ni
existencia”(64).Aúnmás,armarlacomoactopresupone
unaseriedereglasque“proporcionanuncampoenelcual
se entiende que tiene lugar la tarea del auto-imaginarse”
(68).Yloquemásnosinteresaaquíessupercepcióndeque
“hayenlostextosunavíadeentradaparcialenloscontex-
tosquesenoshanperdido”,nosólodelmarcofísicosino
en cuanto a distinciones culturales, intereses y capacidades,
relacionessociales,etc.(70).Esasentradassonmarcasque
eltextoexhibeysindudaelcorrelatoautoral(“metalepsis
del autor”, según acuñó recientemente Genette) es una de
sus rutilantes protagonistas.3
2. ¿Poema autoccional? El efecto de péndulo
El papel del nombre propio no
escuestiónbaladíenlaautocción,
sino posiblemente su pilar más importante.
Manuel Alberca
La categoría de autocción poética nos permite adop-
tar una “tercera vía” frente al inmanentismo retórico y a la
falacia genética: entretejer el poema con la autobiografía,
dad de la autobiografía poética, cuando el nombre propio del autor ocupa
el lugar del “yo lírico tradicional” (140).
3 La brevedad de este artículo me impide desarrollar los nuevos aportes
teóricosquehacendialogarambasespecies(poesíayautobiografía)des-
de nuevos parámetros no genéticos. Véanse los tomos compilados por J.
Romera Castillo (1993, 2000) y F. Cabo (1998, 1999).
226
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
sinclausurarsuoperatividadccionalnilareferencial.4 El
yoqueseauto-escribeenelpoemaeimponelaidentidad
delnombrepropioabrepuesunespacioparticular,quenue-
vas teorías al impulso del neologismo acuñado por Serge
Doubrovsky (con su novela Filsde1977),handadoenlla-
mar“autocción”.RégineRobinnosremitealasexpresas
declaraciones de Doubrovsky,paraquien“laautocción es
lacciónqueentantoescritordecidídarmedemímismo”,
“ccióndeacontecimientosydehechosestrictamenterea-
les”(43).Sudesafío,quellenaríalafamosacasillavacíadel
esquematradicionaldeLejeune,consisteentrasvasaresos
doslímitesgenéricos:“¿Quierencción?[…]Harédetal
formaqueresulteimposibledistinguirelpersonajecticio
de mi persona: nombre, apellido, cualidades […], todo será
mío, como por arte de magia de una referencia verídica”.5
A partir de la provocación de Doubrovsky, Lejeune
ensuscorreccionesposteriores(en“Elactoautobiográ-
co(bis)”)sepreguntaconacierto:“¿enquécondicionesel
nombre propio del autor puede ser considerado por el lector
comocticiooambiguo?”(135).Sindudaelparatextoyel
género de la obra guían al lector dándole “instrucciones de
uso”; pero “los efectos producidos por el uso de los nombres
propios,cuandoellectorsabe queesosnombresdesignan
a personas reales, son relativamente independientes de las
indicacionesgenéricas”,yaqueposeenaveces“unafuerza
genéricaautónoma”(182).Enelcasodelaautocción,el
lectorsospechaquetiene“antesíunlibrovoluntariamente
ambiguo,unahábilmezcla,uncóctelcompuestodecon-
denciasyfantasías”(154).Porque“lareferenciaposiblees
laquegarantizalacción”yelestatutoccionalquelecon-
4Cfr.elcapítulosobreautocciónlíricaennuestrolibroPalabras en el
cuerpo (2007).
5 Son declaraciones extraídas de una conferencia de Doubrovsky titulada
“Autobiograpie/Verité/Psychanalyse”de1980(enLejeune:185).
227
CeLeHis
Laura Scarano
erelaconvencióndelgénero(poema,novela),atravesado
por el “poder de verdad” del nombre propio con “la com-
plicidad de los lectores”, deriva en una fórmula incómoda
peroecaz que Lejeune sella con un subtítulo elocuente:
“Nombre propio y referencia: la venganza de la realidad”
(163).6Apesardelaoleadadereparosquerecibiósuprimera
propuesta,Lejeunedesdeelcomienzoadvirtióquenosere-
fería a un “concepto del yo o del él”, sino al ejercicio de una
“funciónqueconsisteenenviaraunnombre”, como “catego-
ríaléxica”,quedesigna“personas”;deestemodoelyo no se
pierde en el anonimato del pronombre “y es siempre capaz de
enunciarloquetienedeirreductiblealnombrarse”(59).Este
acto por el cual el autor “se aferra a su nombre” (64) implica
una “pasión del nombre propioquevamásalládelasimple
vanidad de la autoría”, para convertirse en una reivindicación
de su “existencia” (el subrayado es nuestro, 73). Y sostiene su
propuesta como “una elaboración provisional de una breve
pragmática del nombre real” (136).
La distancia de esta nueva modalidad con las otras es-
peciesradicaenqueloquehacelaautocciónesentretejer
elpoemaconlaautobiografía,“deformaqueellímiteentre
lohistóricoyloinventadoserompeenlapropiafuentedel
lenguaje, en el origo, en su misma raíz” (Pozuelo Yvancos:
282).Semezclaasíloqueellectorreconocecomobiografía
del autor (“lo real”) con “lo inventado”, pero “pugnando
porquelafronteraentreambosseacabeperdiendo”,sedi-
fumine,paraqueladistinciónseconviertaenmeraconjetu-
ra.Laautocciónaprovechalaautobiografíayfusionalos
6ParaLejeune,Doubrovsky“quisocrearestaambigüedadestableciendo
una contradicción entre el uso del nombre propio y las indicaciones ge-
néricas” (182). Pero “para el lector sólo existe una referencia (el autor)
yunúnicomensaje(lanarraciónquecuentalahistoriadeunpersonaje
quellevasunombre).Aunqueeltrabajodeescrituraesevidente[…],la
historiaresultatotalmentecreíble”(181).
228
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
espacios “en el nivel de la fuente del lenguaje”. No se trata
de presentar una invención donde lo real se subsume (como
hacíalanovelahistórica,porejemplo),sino“ccionalizar
lafuentemismadellenguaje”,haciendoqueelyovividoy
elinventadose“nivelen”.Ellectornopodrániquerrádis-
tinguirsusdiferenciasporque“¿dónde,fueradeltestimonio
textual,podríadirimirselafronteraentreloquerealmente
sevivióconloqueseimaginóvivido[…]ypudoverosímil-
mentesuceder?”(282-283).
Se trata sin duda de un “pacto ambiguo”, para utili-
zarelfelizadjetivodeManuelAlberca,porque“seofrece
con plena conciencia del carácter ccional del yo”, pero
construyeuntextoquenoshabladelapropiaexistenciadel
autory “laproponesimultáneamentecomocticiayreal”
(11).Poresolaambigüedadessuclave:“loreal-biográco
irrumpeenloliterario,ylocticioseconfundeconlovivi-
do en un afán de fomentar la incertidumbre del lector” (14),
proponiéndole “un juego intelectual de posiciones cambian-
tesyambivalentes,quesoporteesedoblejuegodepropues-
tas contrarias sin exigir una solución total”, ni reclamar “un
anclaje referencial en la biografía del autor”, con lo cual
perdería el efecto de “pénduloseductor”(16).Diríamosque
laprácticaautoccionaldeliberadamentebuscaconfundir
persona y personaje, pero nunca impone de modo unívoco
laidenticación.Nivericaciónestrictanicotejoriguroso,
puesnohabrá “nadamenosautoccionalqueestetipode
comprobacionesorientadasaanularlaambigüedadquees
la clave del género” (11). En su propuesta Alberca distingue
dosperiferiasaambosladosdel“pactoautoccional”,por
unextremoel pacto autobiográco que sella la identidad
(“periferia A”), por el otro, el pacto ccional (“periferia
B”).Elpoemaautobiográcojuegaenlasfronterasdeam-
basperiferias(almanipularytransformardatosbiográcos,
aprovechando“laexperienciapropia[delautor]paracons-
229
CeLeHis
Laura Scarano
truirunacciónpersonalsinborrarlashuellasdelreferen-
te” (14). Entre esos factores de ambigüedad se ubica sin
duda la identidad nominal.7
Uno de los mayores atractivos de esta perspectiva
autoccionalesqueseproponecomounazonafronteriza,
un “subgénero híbrido” entre la textura autobiográca y
laccionalconvencionales.Este autor-personaje,quenos
desafía con el nombre y la biografía del escritor real, nos
arrastraaunjuegodesospechasysuspicacias. Porque la
base de esta confusión se encuentra “en un dato extratextual
quevinculaalautoryalpersonaje”(“amediasinexistente
y a medias real”), y se cifra en el nombre propio y los datos
externos(físicos,geográcos,históricos)quehacenfactible
la asimilación de ambos (Puertas Moya: 305). Por ello esta
variedadhíbridatieneunainequívocadenición:contarel
yo vivido no es volver a vivirlo, pues se pone en acto una
memoriaintencionalmente“fraudulenta,queemborronala
existencia real a causa de la irreal, desencadenando la au-
tocciónydesviándonosdelaconstruccióndeunyoesen-
cialista” (Rodríguez Martín: 217). Se trataría pues de una
especie de “anti-autobiografía”, tejida de “mitemas” y “bio-
grafemas”,queconstruyenunsujetoalmododeunpuzzle;
mientras la identidad del nombre propio crea la ilusión de
correspondencia y estabilidad, la trama verbal y la conven-
ción del género como marco nos alerta sobre su carácter de
articio.
Elpoemaautoccionallepropone al lectoruntipo
7 Otro neologismo se suma a esta tendencia, la auto(bio)cción como mo-
delodiscursivoqueatraviesatodoslosgénerosartísticosycimentasuno-
vedadenlafusiónintermitenteyambivalentedeccionalidadyvivencia
(325).DeneestevocabloPuertasMoyacomo“metáforadelarecons-
trucciónidentitariadelsujetoporaquellosqueloleeneinterpretandesde
fuera”yseemparientaconlaauto-cciónpuesambassedebaten“entre
sucondicióndeartefactoestéticoysudébitoautobiográco”(316).
230
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
de “lectura vacilante”, pues si su estatuto discursivo lo pro-
pone como “pacto ccional”, al mismo tiempo lo invita
–por la identidad nominal– a una lectura autobiográca.8
Sinembargo,ellectorsabequenoestáfrenteaunamemo-
riaodeclaraciónbiográcasinmás.Porelhechodeestar
contenido en el marco de un poema, percibe un desplaza-
mientoen“laintenciónautobiográca”queloincitaaese
“pacto ambiguo”, como “antipacto o contrapacto”. Es así
comolaautocciónopera“conotralógica”y“utilizade
manera evidente, consciente y explícita, la experiencia au-
tobiográca”(Alberca:10-11).Lamaquinariaautoccional
extiende la ambigüedad del género, no sólo al juego de los
planosintersectados(vida-escritura),sinoquelaintensica
en torno al nombre propio: “sugiere una verdad inestable e
incita al lector a un complejo escepticismo”, produciendo
“unapersuasióncticiacontradictoria”(12).Porello,con-
cluyeAlbercaque“elpapeldelnombrepropionoescues-
tiónbaladíenlaautocción,sinoposiblementesupilarmás
importante”,porque“teatralizademaneraescenográcael
desapego posmoderno del yo” y “levanta sin teorizaciones
abstractaslaidentidadcomounacciónolaccióndela
identidad” (17).
3. ¿Metapoema autoral? El autor que escribe al autor
que escribe
Escribo: esto es el primer grado del lenguaje.
Escriboqueescribo:eselsegundogrado.[…]
Esademenciadellenguajeque
llamamoscientícamenteenunciación.
RolandBarthes
8Apenassehaaplicadoestetérminoalalírica.EnsulibroL’Autobiographie
(1997)JacquesLecarmededicaunbrevecapítuloadebatirlaposibilidad
deexistenciadeunapoesíaautobiográca,omejordeunaautobiogra-
fíapoética(39),ydeendeeltérminodeautoccióncomo“variante”o
“nueva edad” de la autobiografía convencional (267).
231
CeLeHis
Laura Scarano
Nomedetendréaquíenlosapasionantesderroterros
teóricos en torno a categorías ampliamente discutidas como
lasdemetacciónyautorreferencia.Niensustradiciones
encontradas (norteamericana y europea), ni en sus consen-
sos episódicos o debates a veces bizantinos (como con-
ceptos diacrónicos o sincrónicos, como especie netamente
moderna o posmoderna) ni tampoco en sus fantasmagóricas
tipologías.Bastedecirque en labasedeljuegoespecular
queimplicanambosconceptosestápresentelafácilyco-
rriente acepción de “metalenguaje”, y como punto de par-
tidaessucienteestacitadeBarthes,quehepuestocomo
epígrafe,nosóloporla verdad dePerogrulloqueexhibe,
sinoporloslímitesquesupensamientonopuedetraspasar:
“Escribo:estoeselprimergradodellenguaje.Escriboque
escribo: es el segundo grado”. Y concluye este breve afo-
rismoconunaclausura:“eneseescalonamientoinnitose
abreunabismo”,“esademenciadellenguajequellamamos
cientícamenteenunciación”(73).
Lenguaje sobre el lenguaje, literatura dentro la lite-
ratura,textoautorreferido,cción sobrelacción,replie-
gue especular. Todas son formas evidentes de apuntar a un
mismofenómenoquenoconoce fronterashistóricas,pero
sí está sujeto a diferentes ideologías estéticas. “Mercena-
rio textual”, al decir de Marta Ferrari, la autorreferencia
comprometetodosloscomponentesdeltextoalexhibirsu
condición de artefacto, pero también al problematizar de
maneraparadigmáticalaconictivarelaciónentrelas pa-
labras y las cosas. Cuánto más si esa tensión se opera entre
lasgurasproducidasyproductorasporeljuegodeespejos
quehabilita.Sindudadebemospuesatenderaestadimen-
siónmetaccionalalocuparnosdelosusosdelnombrede
autor en poesía.
Estecarácterautorreexivodelpoema,queimprime
un sesgo particular tanto a la producción como a la recep-
232
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
ción lírica, se conecta con “las formas culturales implica-
das en la construcción y la transmisión de las identidades”
(Cabo y Rábade: 293). Y no resulta ajena a esta teorización
la insistencia de las nuevas corrientes de crítica cultural en
abordar la subjetividad literaria como emblema –no mera-
mente retórico– del cuerpo y la identidad (sexo o género,
raza, clase, etc.), inscritas en la materialidad signicante
deesavozproducida,quenologranunca acallarlosecos
de la voz productora. Otra vez, en este sentido, es el lector
sumejortestigo pues, consciente del juego autoccional,
noagotaenunalecturatropológicaelplusdesentidoque
la“situaciónlírica”leexhibe.Lasmarcasléxicasdedicha
subjetividad anclada en el discurso funcionan siempre de
maneraambivalente,y muchomáscuandoesa guratex-
tualseapropiadelperldelautorqueleprestasunombrey
biografía. Ya Lejeune insistió en alinear su propuesta sobre
la autobiografía con el eje autorreferencial del discurso, ya
queeste“gesto”es“elacontecimientocentralydeterminan-
te”, por el cual “el nombre propio se convierte en el término
naldelactodeautorreferencia”(Eakin:15).Precisamente
por esa “reciprocidad especular”, “la participación del lec-
tor en la conciencia de la autoría (lo cual parece constituir
unaspectointrínsecodeltextoautobiográco)esenúltima
instancia autorreferencial” (Eakin: 38).
Nohaydudadequelaconvenciónqueharegidotra-
dicionalmente la lectura del género lírico “tiende a conferir
delidadalsujetodelaenunciación”,pero“muchomássi
serevistedelosrasgosquelesonpropiosalautordecarne
yhuesoquermaelpoemarioyseconstruyeamedidala
máscara de poeta”, como bien sostiene Antonio Gil Gon-
zález (299). Habría pues algunas manifestaciones de “la
autorreferencialidadmetapoética”comola“personicación
autorial”que“parecendemandarunalecturaenclavein-
tencionaly,enestesentido,necesariamenteautobiográca”
233
CeLeHis
Laura Scarano
(299). Precisamente el punto de encuentro reside en esa po-
tencialidad bivalente del correlato autoral: “el componente
metapoéticoseune alautobiográcocomoprocedimiento
constructor de una imagen autorial” (293).
Se suele denominar a la autorreferencia lírica como
“metapoesía”.9 Sin polemizar sobre la pertinencia de los
rótulos, más importante parece preguntarse sobre la loca-
lizacióndeesteeje:“¿Dóndeseapoyalametapoesía?¿En
elplanoempírico?¿enelplanoctivo?¿sobreambos?¿en
unoalternativo?”(Casas2005a:74).Paraelcríticoespañol,
en esta “alternancia de atribuciones” se ejecuta una “rota-
ción complementaria”, que induce a situar “el fenómeno
metapoético en los márgenes de o sobre los planos empírico
yctivo”(75).Yesteprocesoseagudizacuandoocurre“la
irrupción de mayor estrépito, la del propio autor allí donde
los límites genéricos se disuelven y entramos en el dominio
de una (meta)discursividad ambigua y difusa” (76).10
Pero volvamos al punto de partida donde todas es-
tas categorías mencionadas parecen alinearse: nombre de
autorverbalizado(correlatoautoral/autorrmado)–auto-
alegorización y referencia desdoblada (sujeto lírico doble)
–poemaautobiográco–autocciónlírica–autorreferen-
cia poética (metapoema autoral). Y reiteremos las preguntas
9Sirepasamoslasdenicionesdelanocióntradicionalde“metapoesía”
debemosremontarnosalaclásicaarmacióndeDebicki:“Whatisessen-
tialindeningametapoem[…]istheinternalplaybetweenthetextas
writingandthetextascommentaryuponthatwriting”(Persin:300).
10PérezBowiesehadedicadoaenumerar“los núcleostemáticosdela
perspectivametapoética”enlosque mayormente todos coincidimosy
quebienpodríanserreducidosaestosdos(deloscincoquemenciona):
“elpoemasobreelpoema”y“elpoemacomopoética”(239).Loquella-
ma“laimposibilidaddeldecir”,“lainsucienciadellenguaje”yaun“el
protagonismodelamateriagráca”puedenservistoscomosubespecies
delosdosprimerosqueresultanasímásabarcativos(yquenaturalmente
sesolapanmuchasvecesentresí,loquenospersuadedelalimitaciónde
estas tipologías).
234
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
implícitas en el comienzo de nuestro recorrido metacrítico.
¿El correlato autoral implica una variante especial del su-
jetoautobiográco?¿Cabehablardepoemaautoccional
ometapoemaautoral?¿Es la autocciónunaformacabal
demetacción?¿Elpoema autoccional seinscribeenel
ejeautorreferencialdeldiscurso?Sinduda,siporautorrefe-
rencia entendemos el repliegue del texto sobre sus propias
condicionesdeconstrucción,habríaqueresponderarmati-
vamente.Elpoemaautoccionalhacedeesteyo con nom-
bre propio el objeto de su indagación; lo presenta como su
dobleverbalyaprovechadichaautoconcienciaatravésde
la entronización en el discurso de ese borde paradójico, esa
“lexíaprivilegiada”(Rosa:66),elantropónimo,quenosim-
pele a leer entre las líneas de la escritura las borrosas líneas
delavidadequienlasrma.YaunqueparaDerridalarma
esladeclaracióndelaausenciadelrmante,ellectoractúa
otorgandoaesetrazounaliacióninequívoca,aunquein-
directa.11
Perosiaúnresuenanennuestraherenciateóricalos
reparos por conferir estatuto de “realidad” (inasible pero in-
sustituibleconcepto)aquiendiceyo en el poema y se atri-
buye el nombre del autor empírico, volvamos al comienzo.
En el principio del poema está el lenguaje, no como sus-
tanciaautosucientesinocomoherramientaenmanos(en
boca)delhombre quelo“ejerce”y “practica”.Nolalen-
guacomosistema(que sin dudaexistecomofundamento
detal“ejercicio”),sino el“habla”como“acto”,“uso” de
un“hablante/usuario”enunacomunidadhistórico-cultural
11ParaDerridaquienrmanuncaes“yo”yensurmanoestáel“yo”,ya
quesu“iterabilidad”haceestallarsucontexto(1989: 370). La “pseudoni-
mia” es para él una empresa ilusoria, fracasada desde sus orígenes, ya
quela“plusvalía” desentido provocadaseinscribe enunapoética del
simulacro:“Aquelloquese atribuye alnombrepropio no es atribuido
jamás a algo vivo” (1984: 62).
235
CeLeHis
Laura Scarano
determinada. Y en el espacio de su verbalización, el poema
transita por una institución (arte, literatura, géneros de dis-
curso) sujeta a convenciones. Autor y lector son las otras
dospuntasdeltriánguloquehaceposibleeste“intercambio
dialógico” (nunca tan certero Bajtín con esta noción, a pesar
de sus prevenciones en aplicarla a la lírica).
¿Esposibleunmásalládelaescrituraqueserepliega
sobresímismaparareferirtansolosupropiamaterialidad?
¿La“cárceldellenguaje”esunafatalidadounacoartada?
¿Haysalidasquerestablezcaneldiálogoconelmundosin
recaer en las trampas ya superadas de la falacia intencio-
nal?Enelcampodelaescritura¿nohaysujetonireferente
fueradelsigno?12 Quizás la respuesta está precisamente en
aquelloqueBarthesintuyóensulibromás radical (en el
que se reconoció fatalmente duplicado, pero igual otorgó
sunombreautoralaambasguras),sinpoderfranquearel
umbral. En ese límite se posicionarán nuevas generaciones
teóricasconherramientasdiversasparasocavaresamuralla
de mudez impuesta por esta visión omnipotente (y autoté-
lica) de la escritura. Recordemos entonces las palabras con
lasqueconcluyesuRoland Barthes por Roland Barthes:
“–¿Ydespués?–¿Quéescribir ahora? ¿Podrá Ud. todavía
escribiralgo?–Unoescribeconsudeseo,yyonotermino
12 A la absoluta negatividad de la corriente deconstruccionista, Lejeune
contestará con ironía: “Creoqueminombrepropiogarantizamiautono-
míay misingularidad (aunqueyamehecruzadoenlavidaconvarios
PhilippeLejeune); creoquecuandodigo`yo´soyyoquienhabla;creo
enelEspírituSanto de laprimerapersona.Y¿quiénnocree en ello?
Peroestáclaro quetambiénsuelo creerenlo contrario, oalmenos lo
intento [...]. `En el campo del sujeto no hay referente´ [...]. Sabemos per-
fectamente todo esto, no somos tan idiotas, pero, una vez tomada esta
precaución,hacemoscomosinolosupiéramos.Decirlaverdadsobresí
mismo, constituirse como sujeto completamente realizado es una utopía.
Pormuyimposiblequeresultelaautobiografía,ellonoleimpideenab-
soluto existir” (142).
236
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
de desear” (208).13
Varios teóricos acuerdan en considerar estas “anti-
confesiones”barthesianascomoautocción. Sin dudaallí
el crítico francés articula su “deseo” y le presta voz. La en-
trada del componente emocional y afectivo en la semiosis
(como proceso no únicamente cognitivo) autoriza la rei-
vindicación del deseo en la escritura. Pero en esa empresa
tantálicade“re-escribirse”,Barthessólo ve “la sura del
sujeto”(5).Otroscomenzaránaverundesafío:labúsqueda
delsentidodeesasubjetividadrelatada(noquéesoenqué
deviene este yo escritosinoparaqué, conquévalor,para
quién).Quizássebuscahoylarestitucióndeundiálogoen-
trelasidentidadesculturales(nosóloverbales)quepalpitan
en/tras/con el papel. En esta travesía, nombrar el nombre
(seductortítuloparaestasinquisicionesvacilantes),gurar
elautorenelpoema,serájugaraljuegodeunaccióncada
vez menos indiferente a sus compromisos (con la palabra y
conlasociedad).Seráunactoademásdeunpacto.Porque,
comosugierePierreBourdieu,enesta“ilusiónbiográca”,
elnombrepropioactúa“comounpuntojoenunmundo
movedizo” (78).14
13Noes un detallemenorqueBarthes reproduzca estepasajenal en
formadeautógrafo, conlafuerzaque conllevalaletra manuscrita del
propio autor.
14 Mediante esta “forma absolutamente singular de nominación” resul-
tainstituida“unaidentidadsocialconstanteyduraderaquegarantizala
identidaddelindividuobiológicoentodosloscamposposiblesenlosque
interviene en tanto agente” (78). Se trataría de una “constancia nominal”
querequiere(eimpone)el ordensocial,ysuusoconllevaunefectode
autenticaciónaltiempoqueopera“unacolosalabstracción”delsujeto
(79). Creemos que no hay nada más ajustado a la problemática de la
nominaciónautoraleneldiscursoliterario,queesteprocesodeinteriori-
zación de las prácticas y regulación institucional descrito por Bourdieu.
237
CeLeHis
Laura Scarano
Bibliografía
Alberca, Manuel (1996). “El pacto ambiguo”. Boletín de la Uni-
dad de Estudios Biográcos. 1, enero. 9-18.
Barthes,Roland(1978).Roland Barthes por Roland Barthes. Ca-
racas: Monte Avila.
Blesa, Túa (2000). “Circulaciones”. En Romera, José y Gutiérrez
Carbajo (eds.). Poesía historiográca y (auto) biográca.
(1975-1999). Madrid: Visor. 41-52.
Bourdieu, Pierre (1997). “La ilusión biográca”. En Razones
prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama.
74-83.
Bruss,Elizabeth(1991). “Actosliterarios”.Suplemento Anthro-
pos 29, diciembre. 62-78.
Cabo, Fernando (ed.) (1998). Teoría del poema: la enunciación
lírica. Amsterdam: Rodopi.
------------(1999). Teorías sobre la lírica. Madrid: Arco.
------------y María do Cebreiro Rábade (2006). Manual de teoría
de la literatura. Madrid: Castalia.
Casas, Arturo (2005a). “Metapoesía y (pos)crítica: puntos de
fuga”. Suplemento Anthropos 208. 71-81.
------------(2005b) (coord.). “Autor, autoridade, identidade(s)”.
Grial 165. 14-61.
Combe,Dominique(1999).“Lareferenciadesdoblada:elsujeto
líricoentrelaccióny laautobiografía”en Cabo,Fernando
(ed.). Teorías sobre la lírica. Madrid: Arco. 127-154.
Culler,Jonathan (1978). La poética estructuralista. El estructu-
ralismo, la lingüística y el estudio de la literatura. Barcelona:
Anagrama.
Derrida,Jacques(1984).“Nietzsche:Políticasdelnombrepro-
pio”. En La losofía como institución. Barcelona: Juan Gra-
nica. 61-91.
------------(1989). “Firma, acontecimiento, contexto”. En Márge-
nes de la losofía. Madrid: Cátedra. 347-372.
Doubrovsky, Serge (1977). Fils. París: Galilée.
-------------(1980).“Autobiograpie/Verité/Psychanalyse”.L’Ésprit
créateur, XX, 3.
Eakin,Paul(1994).“Introducción”.EnLejeunePhilippe,El pac-
238
CeLeHis
Poesía y nombre de autor...
to autobiográco y otros estudios. Madrid: Megazul-Endy-
mion. 9-46.
Ferrari, Marta (2001). La coartada metapoética. José Hierro, An-
gel González, Guillermo Carnero. Mar del Plata: Martín.
Foucault,Michel(1989).“¿Quéesunautor?”.Revista Conjetu-
ral 1, agosto. 87-111.
Genette, Gerard (2004). Metalepsis. De la gure à la ction. Pa-
rís: Editions du Seuil.
Gil González, Antonio J. (2000). “Autobiografía y metapoesía: el
autorqueviveenelpoema”.EnRomera,JoséyGutiérrezCar-
bajo (eds.). Poesía historiográca y (auto)biográca.(1975-
1999). Madrid: Visor. 289-302.
------------(2005)(coord.).Monográco“Metaliteraturaymeta-
cción. Balance crítico y perspectivas comparadas”. Suple-
mento Anthropos, 208.
Lecarme,Jacques (1997).L’Autobiographie. París: Armand Co-
lin.
Lejeune,Philippe(1994).El pacto autobiográco y otros estu-
dios. Madrid: Megazul-Endymion.
Maestro, Jesús G. (2000). “La semantización del objeto en la líri-
ca de la vivencia (Unamuno, Pessoa, Borges, Hardy)”. En Ro-
mera, José y Gutiérrez Carbajo (eds.). Poesía historiográca y
(auto) biográca. (1975-1999). Madrid: Visor. 381-397.
Pérez Bowie, José Antonio (1994). “Sobre lírica y autorreferen-
cialidad (algunos ejemplos de la poesía española contemporá-
nea”. En J. María Pérez Gago (ed.). Semiótica y modernidad.
La Coruña: Universidad de la Coruña. II. 237-247.
Persin, Margaret, Andrew Debicki y otros (1983). “Metaliterature
andRecentSpanishpoetry”.Revista canadiense de Estudios
Hispánicos VII, 2, invierno. 297-309.
Pozuelo Yvancos, José María (2004). Ventanas de la cción. Na-
rrativa hispánica, siglos XX y XXI. Barcelona: Península.
Puertas Moya, Francisco Ernesto (2003). La escritura autobio-
gráca en el siglo XIX: El ciclo novelístico de Pío Cid consi-
derado como la autocción de Ángel Ganivet. Tesis doctoral.
La Rioja: Universidad de La Rioja.
Ricoeur, Paul (1996). Sí mismo como otro. Madrid: Siglo XXI.
Robin,Régine(2002).“Laautocción.Elsujetosiempreenfal-
239
CeLeHis
Laura Scarano
ta”.EnArfuch,Leonor(comp.).Identidades, sujetos y subje-
tividades. Buenos Aires: Prometeo. 43-56.
Rodríguez Martín, María del Carmen (2007). “Borraduras. Pre-
sencia y evanescencia del yo en Macedonio Fernández”. The-
mata. Revista de losofía 38. 213-220.
Romera Castillo, José (ed.) (1993). Escritura autobiográca. Ma-
drid: Visor.
Romera Castillo, José y Francisco Gutiérrez Carbajo (eds.) (2000).
Poesía historiográca y (auto)biográca (1975-1999). Actas
del IX Seminario Internacional del Instituto de Semiótica li-
teraria, teatral y nuevas tecnologías de la UNED. Madrid:
Visor.
Rosa, Nicolás (1990). El arte del olvido. Buenos Aires: Puntosur.
SánchezTorre,Leopoldo(1993).La poesía en el espejo del poe-
ma. Oviedo: Departamento de Filología Española.
------------(2002). “Bibliografía sobre metapoesía española con-
temporánea”. Studi Ispanici. 289-314.
Scarano, Laura, Marcela Romano, Marta Ferrari y Marta Ferreyra
(1996). Marcar la piel del agua. La autorreferencia en la poe-
sía española contemporánea. Rosario: Beatriz Viterbo.
Scarano, Laura (2000). Los lugares de la voz. Protocolos de la
enunciación literaria. Mar del Plata: Melusina.
------------(2007). Palabras en el cuerpo: Literatura y experien-
cia. Buenos Aires: Biblos.
Villanueva,Darío(1993).“Realidadycción: laparadojadela
autobiografía”. En Romera, José (ed.). Escritura autobiográ-
ca. Madrid: Visor. 15-31.