En la ganadería colombiana, la producción pecuaria depende de en gran parte del forraje como fuente nutricional más económica de la alimentación animal, y la conservación de forraje es un medio para prever un equilibrio en la producción durante todo el año. Además, las condiciones climáticas son menos predecibles, las cuales también influyen en la rentabilidad de las empresas agropecuarias, por tanto, se debe contar con alternativas nutricionales.
El mercado de carne y de leche cada vez es más competitivo y exigente, y gracias a esto se deben garantizar producciones constantes y de buena calidad. Si el ganadero quiere permanecer, debe intensificar su producción mediante disponibilidad de forrajes de buena calidad o mediante el uso de alternativas de conservación, tales como henificación, henolaje y ensilaje, en busca de producciones equilibradas durante todo el año, nutrición de buena calidad, optimización de carga animal y aumento de las etapas productivas y reproductivas de los animales.
Bajo las condiciones actuales que se manejan, la ganadería colombiana e incluso la calidad energética y proteica de los forrajes, es difícil pensar en mejoramiento genético, reproductivo y producción de carne y leche equilibrada durante el año. La tendencia del sector agropecuario es la tecnificación y potencialización de las actividades agropecuarias, pasar de explotaciones extensivas a intensivas, para esto la necesidad de implementar conservación de forrajes, fertilidad de suelos e infraestructura (Mahecha, Gallego y Peláez, 2002)...