La construcción de un túnel en terrenos duros o blandos requiere de una adaptación al macizo rocoso, dado por las condiciones geológicas prevalentes cuyo historial de origen, propiedades, estructura tridimensional y condiciones del agua subterránea, son aspectos a considerar. Los geólogos de campo trabajan dentro de un equipo de expertos; su trabajo consiste en observar y evaluar las condiciones geológicas, hidrogeológicas y geotécnicas encontradas y registrar todos los parámetros clave y los factores influyentes que se identificaron durante la fase de diseño geotécnico. Sobre la base de las observaciones de campo, los geólogos dan un pronóstico de las condiciones geológicas adicionales para el futuro avance de excavación del túnel. Las condiciones geológicas desconocidas y desfavorables durante el avance del túnel conllevan riesgos extremadamente altos para todo el progreso de excavación. Por lo tanto, el pronóstico debe darse con la mayor precisión posible, para evitar riesgos. Las observaciones geológicas en construcciones subterráneas son casi exclusivamente información espacial y, por lo tanto, deben registrarse y analizarse en tres dimensiones. Además de los tipos y propiedades del terreno encontrado, las relaciones posicionales de los cuerpos geológicos entre sí y los conjuntos de discontinuidades del macizo rocoso tienen una gran influencia en la estabilidad de la estructura subterránea. Por lo tanto, se han desarrollado potentes herramientas de software que ayudan al especialista en campo, a lidiar con la gran cantidad de datos producidos durante el mapeo del frente y a registrar la información geológica en un sistema tridimensional. Con esta base de datos actualmente es posible generar un pronóstico detallado de la geometría de las estructuras geológicas mediante métodos geoestadísticos.