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Los árboles fuera del bosque en la
NAMA forestal de Colombia. Elementos
conceptuales para su contabilización
Suber M, Yepes Quintero A P, Bohorquez Lozano V, Robiglio V. 2019
i
LIMITED CIRCULATION
Correct citation:
Suber M., Yepes Quintero A.P., Bohorquez Lozano V., Robiglio V. 2019. Los árboles fuera del
bosque en la NAMA forestal de Colombia. Elementos conceptuales para su contabilización.
Working paper No 292. Lima, Peru. ICRAF XX pages. Available online at:
www.worldagroforestry.org
Los títulos de la serie de Working Paper tienen por objeto difundir los resultados provisionales de la
investigación y las prácticas agroforestales y estimular la retroalimentación de la comunidad
científica. Otras series de publicaciones del World Agroforestry incluyen: Manuales Técnicos,
Documentos Ocasionales y la serie Árboles para el Cambio
Publicado por World Agroforestry
c/o Centro Internacional de la Papa
Av. La Molina 1895 Apartado 1558
Lima, Peru
Tel: +51 349 6017
Email: worldagroforestry@cgiar.org
Website: www.worlagroforestry.org
© World Agroforestry 2019
Working Paper No. 292
DOI: http://dx.doi.org/10.5716/WP19002.PDF
Las opiniones expresadas en esta publicación son las del autor o autores y no necesariamente las del
World Agroforestry. Los artículos que aparecen en esta publicación pueden ser citados o reproducidos
sin costo alguno, siempre que se cite la fuente. Todas las imágenes son propiedad exclusiva de su
fuente y no pueden ser utilizadas para ningún propósito sin el permiso escrito de la fuente.
ii
Acerca de los autores
Marta Suber es ingeniera forestal y ambiental del Centro Agroforestal Mundial (ICRAF) con
sede en Lima, Perú. Cuenta con una maestría en políticas ambientales y manejo de bosques
tropicales y enfoca su trabajo en políticas y estrategias nacionales sobre agroforesteria y
cambio climatico en AFOLU, mirando a mecanismos de reporte de emisiones (MRV) y al
potencial de mitigación de los pequeños agricultores.
World Agroforestry (ICRAF), oficina regional para Latinoamerica, Lima, Perú. Email:
m.suber@cgiar.org
Adriana Patricia Yepes Quintero es ingeniera forestal, con una maestria en Conservación
Forestal y Ambiental y más de 10 años de experiencia en el monitoreo forestal, caracterización
biofísica de territorios y dinámica de los ecosistemas forestales. Cultiva interés especial en
bosques y cambio climático, especificamente en la dinámica de los bosques naturales, REDD +,
mitigación y adaptación, MRV y monitoreo comunitario participativo y metodologias de
estimación y verificación de emisiones GEI para AFOLU. Email: apyepes@gmail.com
Viviana Bohórquez Lozano es ingeniera ambiental y sanitaria y tiene una maestría en Cambio
Climático y Desarrollo Internacional. Desde más de 8 años coordina y ejecuta proyectos de
cambio climático, participa en el diseño de estrategias de financiamiento climático, en análisis
de políticas públicas de mitigación y adaptación y en el seguimiento y el monitoreo de
emisiones. Ha participado en la elaboración de inventarios nacionales y regionales de GEI para
los reportes (NDC y BUR) ante la CMNUCC. Email: viviana.bohorquez@kimsa.co
Valentina Robiglio es investigadora en el área de Ecología del Paisaje y Cambio Climático en el
World Agroforestry (ICRAF) en Lima, Perú. PhD en Ecología Forestal sobre la Ecología del
Paisaje de los sistemas de tumba y quema al margen de los bosques tropicales del Camerún.
Tiene más de 15 años de experiencia en análisis de sistemas socioecológicos, sistemas de uso
de la tierras en áreas tropicales, intensificación agrícola en el contexto de los productores
familiares y políticas relacionadas, servicios ecosistémicos y dinámicas de cobertura forestal.
World Agroforestry, oficina regional de Latinoamerica, Lima, Perú Email: v.robiglio@cgiar.org
iii
Contenido
PREFACIO 8
INTRODUCCIÓN 9
CAMBIO CLIMÁTICO 11
EL ALCANCE DE LA CATEGORIA AFOLU 11
EL ENFOQUE DE PAISAJE EN EL MARCO DE LA GESTIÓN TERRITORIAL 12
LA RELEVANCIA DE LA AGROFORESTERÍA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO 14
COLOMBIA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO 16
EL SECTOR AFOLU Y LA RELEVANCIA DE LA DEFORESTACIÓN 18
EL SISTEMA DE MRV NACIONAL 20
EL MRV PARA AFOLU 22
EXPERIENCIAS DE ENFOQUES PAISAJES 23
LA AGROFORESTERÍA 24
DEFINICIONES 25
UNA HERRAMIENTA EN LAS POLÍTICAS NACIONALES Y SECTORIALES 26
PROTOCOLOS DE ESTIMACIÓN DE CARBONO Y MRV 28
LA NAMA FORESTAL 30
EL MARCO NORMATIVO E INSTITUCIONAL 31
PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN DE LOS TBS 32
LA ADOPCIÓN DEL ENFOQUE PAISAJE 34
IMPLICACIONES DE LA ADOPCIÓN DE LOS CUATRO GRUPOS DE TBS PARA EL MRV DE LA NAMA 38
CONSIDERACIONES PARA EL MRV DE LOS MODELOS AGROFORESTALES 40
ELEMENTOS EMERGENTES 41
ANEXOS 42
ANEXO A 42
ANEXO B 43
ANEXO C 44
REFERENCIAS 48
iv
Tablas
TABLA 1. METAS Y COMPROMISOS RELACIONADOS CON AFOLU (MADS 2018) .......................................... 18
TABLA 2. MEDIDAS PRIORIZADAS POR MADR (MADR 2017) ................................................................................. 19
TABLA 3 NAMAS PARA EL SECTOR AFOLU. ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN
SECUNDARIA REVISADA (FNC 2014, MADS 2018) .............................................................................................. 20
TABLA 4. ELEMENTOS E INSTRUMENTOS/ALCANCE DEL SISTEMA MRV EN COLOMBIA ........................ 20
TABLA 5. TIPOS DE MODELOS AGROFORESTALES SEGÚN FARFÁN ..................................................................... 25
TABLA 6. MEDIDAS, METAS Y ACCIONES PREVISTAS EN LA EICDGB QUE CONSIDERAN SAF ................ 27
TABLA 7 CARACTERÍSTICAS CLAVE DE LA NAMA FORESTAL .................................................................................. 30
TABLA 8. CONTEXTO NORMATIVO: INSTANCIAS GENERALES ................................................................................ 31
TABLA 9. CONTEXTO NORMATIVO: INSTANCIAS SECTORIALES ............................................................................ 32
TABLA 10. MAPEO DE ACTORES QUE CONSIDERAR SEGÚN NIVEL (ADAPTADO DE MADS (2018)). 37
TABLA 11. CONSIDERACIONES PARA EL REPORTE DE LOS 4 GRUPOS DE TBS ............................................. 39
ILUSTRACIÓN 1 REQUISITOS O PILARES PARA EL ENFOQUE REDD (ONU-REDD 2013). ................................. 11
ILUSTRACIÓN 2 PROPUESTA DE ARTICULACIÓN DE LOS COMPONENTES DEL MRV (MADS 2015) ........... 21
ILUSTRACIÓN 3 PROPUESTA DE ESQUEMA CONCEPTUAL PARA LA NAMA FORESTAL DE COLOMBIA. .. 35
v
Resumen
Limitaciones técnicas, financieras y normativas hacen que la agroforestería y los sistemas basados
en arboles (TBS) no sean visibles en los Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero
(INGEI) a pesar de que en muchos países han expresado voluntad politíca de promoverlos como
medida de adaptación y mitigación del cambio climático. Su potencial de mitigación permanece así
desconocido y no reconocido, limitando su intragración en las planificaciones de los sectores
productivos agrícola, ganadero y forestal. Colombi ahace parte de los países que proponen NAMAs
con sistemas agroforestales (SAF) y TBS, prooniendo una NAMA Forestal (en elaboración) enfocada
en paisajes forestales sostenibles. A parte, icnorpora de manera indirecta (en las
emisiones/remociones de las tierras forestales) y todavía parcial los TBS y SAF en su INGEI. Retan
el reporte directo (MRV nacional): i) la falta de una clara definición de los SAF y TBS, ii) el acceso a
información de calidad y iii) la definición de responsabilidades claras sobre reporte para evitar
traslapes y doble contabilidad con medidas y actividades del sector agropecuario. Se contribuye a
la construcción y definición de la estructura del MRV de la NAMA y a su articulación con las demás
iniciativas en el sector AFOLU proponiendo una clasificación y elementos conceptuales para
visibilizar SAF y TBS en el MRV nacional.
Technical, financial and regulatory constraints mean that agroforestry and tree based systems
(TBS) are not visible in National Greenhouse Gas Inventories (INGEI) despite the fact that in many
countries they have expressed a political will to promote them as a climate change adaptation and
mitigation measure. Their mitigation potential thus remains unknown and unrecognized, limiting
their intrusion into the planning of the agricultural, livestock and forestry productive sectors.
Colombia is part of the countries that propose NAMAs with agroforestry systems (SAF) and TBS,
proposing a Forest NAMA (under development) focused on sustainable forest landscapes. In
addition, it incorporates indirectly (in emissions/removals from forest lands) and still partially the
TBS and SAF in its INGEI. Direct reporting (national MRV) is challenged by: i) the lack of a clear
definition of PAS and TBS, ii) access to quality information and iii) the definition of clear reporting
responsibilities to avoid overlaps and double counting with agricultural sector measures and
activities. It contributes to the construction and definition of NAMA's MRV structure and to its
articulation with the other initiatives in the AFOLU sector by proposing a classification and
conceptual elements to make SAF and TBS visible in the national MRV.
Palabras clave
Agroforestería, Tree-based systems, Colombia, MRV, mitigación, NAMA
vi
Agradecimientos
Los autores dan las gracias a los representantes de los mnisterios y de las instituciones publicas
que aportaron valiosas aportaciones y aportaron información actualizada sobre las trayectorias de
los procesos relacionados con la NAMA forestal y con el sistema de MRV nacional. La investigación
fue financiada por el Grupo de Paisajes Sostenibles de la Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID). La evaluación se llevó a cabo bajo la dirección del Programa de
Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) de USAID-
CGIAR. Este documento es el resultado de la iniciativa insignia de desarrollo de bajas emisiones del
CCAFS. El estudio fue implementado por el World Agroforestry (ICRAF).
Nota del autor
Este documento quiere ser un apoyo a la formulación de la NAMA forestal de Colombia y al proceso
de mejora del MRV de AFOLU por los aspectos relacionados con los sistemas basados en árboles,
específicamente los sistemas agroforestales. Si bien se ha desarrollado a través de un proceso en el
cual han participado MADS e IDEAM, no hay pero que entender que refleja su opinión ni que sea
vinculante a las acciones y las decisiones de estos.
vii
Lista de abreviaciones y acronimos
AFOLU Agricultura, silvicultura y otros usos del suelo
BUR Reportes bienales de actualización
CICC
Comisión intersectorial de cambio climático
CMNUCC
Convención marc
o de naciones unidas sobre el cambio
CNCC
Comunicaciones nacionales de cambio climático
CND Comunicación nacionlamente determinada
DNP Departamenteo nacional de planificación
ECDBC Estrategia colombiana de desarrollo bajo en carbono
EICDGB Estrategia
integral de control a la deforestación y gestión de los bosques
bosques de vida
ENREDD+
Estrategia nacional para la reducción de emisiones por deforestación y
degradación de los bosques
FEDEGAN Federación colombiana de ganaderos
GEI Gases de efecto invernadero
IDEAM Instituto de hidrología, meteorología y estudios ambientales
IFN Inventario forestal nacional
IPCC Panel intergubernamental del cambio climático
MADR Ministerio de agricultura y desarrollo rural
MADS Ministerio de ambiente y desarrollo sostenible
MDL Mecanismo de desarrollo limpio
MRV Medición/monitoreo, reporte y verificación
NAMA Acciones nacionales apropiadas de mitigación
CND Contribución nacionalmente determinada
NINO Nota de información de la nama
PNCC Política nacional de cambio climático
REDD+ Reducción de emisiones por deforestación y degradación
SAF Sistemas agroforestales
SMBYC Sistema de monitoreo de bosques y carbono
TBS Tree based system – sistemas basados en los arboles
8
Prefacio
A principios de diciembre 2017, en el marco de un análisis a escala global sobre MRV de
agroforestería bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se
entrevistaron representantes del gobierno nacional de Colombia (Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible – MADS e Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales -
IDEAM) sobre la visibilidad de agroforestería en los inventarios nacionales de gases de efecto
invernadero (GEI) y los avances en su inclusión en el medición/monitoreo, reporte y verificación
(MRV) en el sector de Agricultura, Silvicultura y otros Usos de la Tierra (AFOLU, por sus siglas en
inglés).
Este documento se ha generado a partir de la identificación de varias iniciativas de mitigación en
el país que incluyen la agroforestería y permite evidenciar la importancia de los sistemas
agroforestales en razón a sus aportes sociales, económicos y ambientales en el territorio y las
comunidades que lo habitan.
Asimismo, el documento propone un recuento y un análisis de las definiciones y del estado del
avance del sistema de MRV de Colombia con respecto a estos sistemas e identifica los vacíos
existentes para incluir a los sistemas agroforestales como una alternativa de mitigación del cambio
climático frente a las metas de país en este frente. Todo lo anterior constituye un insumo para la
formulación de la Medida Nacionalmente Apropiada (NAMA) Forestal, la cual propone la
restauración sostenible de paisajes forestales incluyendo la agroforestería, cuya implementación -
particularmente en las franjas de estabilización agropecuaria – puede suponer beneficios sociales
y ambientales.
Este documento quiere ser un apoyo a la formulación de la NAMA forestal de Colombia y al proceso
de mejora del MRV de AFOLU por los aspectos relacionados con los sistemas basados en árboles,
específicamente los sistemas agroforestales. Si bien se ha desarrollado a través de un proceso en el
cual han participado MADS e IDEAM, no hay pero que entender que refleja su opinión ni que sea
vinculante a las acciones y las decisiones de estos.
9
Introducción
La agroforestería, por su relevancia en el desarrollo económico social y ecológico, es promovida en
acciones de adaptación y mitigación al cambio climático por varios países a través de intenciones
políticas expresadas en su Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND). Sin embargo,
limitaciones técnicas, financieras y normativas impiden que este tipo de sistemas sean visibles en
los Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), y, por ende, el potencial de
mitigación de estos sistemas no sea reconocido o continúe siendo desconocido.
Diez de estos países han registrado ante la CMNUCC once (11) NAMAs que incluyen la
agroforestería. Asimismo, más de las mitad de los setenta y tres (73) países en desarrollo con
Estrategias Nacionales para la Reducción de Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación
de los Bosques (ENREDD+) la identifican como una acción para combatir los factores que impulsan
la pérdida de bosques (Rosenstock et al. 2018).
Colombia forma parte de este grupo de países interesados en promover la agroforestería. En su
INGEI, el país ha podido incorporarla parcialmente en las emisiones y remociones de las tierras
forestales y en las acciones propuestas en el marco de las actividades de la CND, de la Estrategia de
Desarrollo Bajo en Carbono (ECDBC) y de la Estrategia Integral de Control a la Deforestación y
Gestión de los Bosques – Bosques de vida (EICDGB), (MADS 2018).
En materia de mitigación, el rol de la agroforestería se reconoce explícitamente en algunas de las
NAMAs del país para el sector AFOLU: la NAMA café, la NAMA ganadería y la recientemente
registrada NAMA Forestal: Marco Estratégic para la Restauración de Paisajes Forestales (NAMA
Forestal de ahora en adelante).
Por su naturaleza y por trabajar bajo una visión de paisajes sostenibles, la NAMA Forestal incluye,
además de la agroforestería, otros sistemas basados en árboles (TBS) y tiene el potencial de
reconciliar la visión productiva del sector agropecuario con la visión de conservación del sector
ambiental, representando una herramienta para la estabilización de la frontera agrícola.
Sin embargo, para su implementación, es necesario resolver retos como la adopción de definiciones
de los TBS y de los SAF y la consecución de información primaria o secundaria de calidad que
permita incluirlos en los reportes sobre emisiones y absorciones – como los INGEI - manera visible.
Estos retos pueden superarse si la NAMA adquiere el rol de marco de acción para: i) fomentar la
investigación y el análisis de las condiciones previas a la implementación de la agroforestería y de
los TBS; ii) ofrecer asistencia técnica para una transformación progresiva, basada en un análisis de
las mejores condiciones socioeconómicas y ambientales; iii) impulsar la implementación y
diseminación de los sistemas agroforestales, actualmente limitadas (DANE 2012).
Con base en el creciente reconocimiento de la importancia de los enfoques integrados del uso de la
tierra, de la gestión del territorio a diferentes escalas y del papel de la de agroforestería y de los
TSB en la seguridad alimentaria y la mitigación del cambio climático (FAO 2016, Rosenstock et al.
2018), el presente documento tiene como propósito generar aportes para el proceso de diseño de
la NAMA Forestal.
El objetivo principal de este trabajo es resaltar, en el marco de la NAMA Forestal, los elementos
incompletos o faltantes relativos a la definición y, posteriormente, a la contabilización de los TBS
contemplados dentro de sus actividades. Así, se establecen los pasos necesarios para determinar el
potencial de mitigación de la NAMA de una manera que incluya todos los TBS a través de un MRV
robusto. Estos insumos son igualmente valiosos para la coordinación con las demás NAMAs en
cuanto la contabilidad de los sistemas agroforestales y los sistemas silvopastoriles es transversal a
todas ellas.
A través de reuniones de trabajo concertadas con el IDEAM y el MADS, de una revisión de la
literatura (ver anexo A) y tomando como base los avances del Plan de Mejora del INGEI de Colombia
10
realizado por el IDEAM, se han identificado las necesidades y puntos de entrada para la inclusión
de los TBS y los SAF en las metodologías actuales de reporte y de monitoreo de bosques. Todo ello
permite identificar los aspectos clave sobre el marco que el MRV para AFOLU provee para la NAMA
Forestal y sobre el concepto de enfoque paisaje que está siendo elaborado para su implementación
en las políticas nacionales.
Con los insumos anteriores, se he desarrollado una propuesta de clasificación de los TBS en relación
con las actividades consideradas por la NAMA Forestal, evidenciando los aspectos intrínsecos de
cada tipo de TBS y resaltando el grado de alistamiento para su inclusión en el MRV de la NAMA
Forestal. Así, se han formulado algunas consideraciones y, en la medida de lo posible, propuestas
de solución de los limitantes como insumo para la definición de una hoja de ruta para la mejora del
MRV de estos sistemas, por tener implicaciones directas en el MRV de la NAMA Forestal.
Sobre esta propuesta se han definido los pasos requeridos para la adopción de un enfoque paisaje
en la implementación de la NAMA Forestal que, vinculándose con la propuesta de clasificación de
los TBS, podrían ser adaptados según los actores y las estrategias del caso.
El presente documento está organizado por secciones:
- CAMBIO CLIMÁTICO, provee una mirada general sobre la gestión del cambio climático a nivel
internacional con énfasis en el sector AFOLU, el enfoque de paisaje en el marco de la gestión
territorial y en la relevancia de la agroforestería para el cambio climático.
- COLOMBIA Y CAMBIO CLIMÁTICO, se sientan las bases para entender el contexto de gestión
del cambio climático en Colombia, abordando específicamente el sector AFOLU y su MRV, las
experiencias de paisajes nacionales y la definición, rol, aplicaciones y estimación de potencial
de mitigación de la agroforestería.
- NAMA FORESTAL, presenta los aspectos más relevantes de esta medida, presenta las
propuestas de clasificación de los TBS y de adopción del enfoque paisaje y discute sobre las
implicaciones de su adopción para el MRV de la NAMA Forestal.
Consideraciones generales son presentadas inherentes a la NAMA Forestal y a los sistemas
agroforestales al final del documento y son relevantes y aplicables a todas las NAMAs en el sector
AFOLU.
Se recuerda al lector que el presente documento es una propuesta presentada al Gobierno de
Colombia y en específico a las instituciones responsables de la NAMA Forestal: el MADS y el IDEAM.
Es importante resaltar que este trabajo en ningún momento deberá considerarse como la visión
oficial de estas dos instituciones, ni deberán tomarse sus conclusiones como obligatorias para el
desarrollo de la NAMA Forestal. La apropiación de estos insumos requiere un proceso institucional
de discusión que puede incluir modificaciones.
Dicho esto, los autores esperan que este trabajo contribuya en los procesos de definición e
implementación de la NAMA Forestal.
11
Cambio climático
Cerca del 98% de los países han ratificado el Acuerdo de París, cuyo objetivo último es contener el
aumento de la temperatura media global por debajo de los 2°C respecto de los niveles
preindustriales hacia fin de siglo y hacer esfuerzos para que éste no supere 1.5°C. Hasta la fecha,
196 países han ratificado su pertenencia a la CMNUCC que, a través de la información que genera
el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), enmarca las acciones globales para
reducir las emisiones de GEI y la vulnerabilidad ante los efectos del clima.
Para que los países miembros puedan dar seguimiento a sus emisiones y remociones de GEI, el
IPCC construyó guías metodológicas y la CMNUCC lineamientos1 y directrices de MRV. Entre los
mecanismos de reporte de los países a la CMNUCC se encuentran las Comunicaciones Nacionales
de Cambio Climático (CNCC) y los Informes Bienales de Actualización (BUR2, por sus siglas en
inglés). Con el Acuerdo de París, se establecieron las CND que definen las metas de los países en
materia de mitigación, adaptación al cambio climático y medios de implementación.
Para reversar los efectos del cambio climático global, existe la necesidad urgente de cerrar la
brecha entre los compromisos de reducción de emisiones de los países y la meta internacional del
Acuerdo de Paris (UNFCCC 2015).
El alcance de la categoria AFOLU
El sector AFOLU, uno de los 5 sectores establecidos en las metodologías del IPCC para la elaboración
de inventarios nacionales de GEI, fue responsable del 24% de las emisiones globales en el 2010.
Los procesos de deforestación, degradación forestal e incendios, entre otros, tienen gran
participación en dichas emisiones (IPCC 2014).
Al reunir las actividades agropecuarias y las dinámicas de uso de la tierra y cambio en el uso de la
tierra3, el sector AFOLU cuenta con un alto potencial de mitigación debido a las oportunidades de
captura de carbono y reducción de las emisiones que ofrece el manejo sostenible de los bosques,
otras tierras forestales, agrícolas, ganaderas, entre otras. Las categorías principales de tierras
establecidas por el IPCC se reportan en el Anexo B.
1Al igual que las guías IPCC, estas bases buscan promover que los reportes realizados por las Partes sean lo más completos, precisos,
transparentes, comparables, y con menores errores e incertidumbres asociadas a los cálculos.
2 Documento de actualización de las Comunicaciones Nacionales para las partes No-Anexo 1 respecto al estado de avance en la
instrumentación de políticas y programas de cambio climático
3 De acuerdo con las últimas guías de buenas prácticas del IPCC 2006.
Para impulsar la implementación de medidas de
mitigación, bajo la CMNUCC se han consolidado
mecanismos, como REDD+, o instrumentos, como
las NAMAs, que son elegibles para obtener apoyo y
financiación para su implementación. La CMNUCC
no ha establecido directrices para la formulación o
implementación de las NAMAs. Sin embargo, para
avanzar en el mecanismo internacional de REDD+
y optar por pagos por resultados, los países deben
cumplir con los requerimientos que establece el
Marco de Varsovia (Ilustración 1), dentro de los
que se incluye haber desarrollado un marco
interno de MRV para comprobar los logros (ONU-
REDD 2013, UNFCCC 2014).
Ilustración 1 Requisitos o pilares para el enfoque REDD
(ONU-REDD 2013).
12
La acción climática en el sector AFOLU es de especial interés para aquellos países en los que las
actividades agrícolas, pecuarias y de gestión de las tierras son relevantes para las economías
nacionales. En algunos casos, estas se caracterizan por un alto riesgo climático y se beneficiarían
de financiación para el desarrollo de estrategias que vinculen la reducción de los GEI, los objetivos
de resiliencia, seguridad alimentaria y desarrollo rural (FAO 2011).
Para determinar estrategias viables de mitigación es necesario actualizar periódicamente los
cálculos de emisiones de AFOLU (Hansen et al. 2012) y proporcionar una base de conocimiento
mejorado para las discusiones políticas en el marco de la CMNUCC (FAO 2014). Sin embargo, según
el IPCC (2006), los datos sobre la contribución de este sector suelen tener asociadas grandes
incertidumbres en su estimación (en conjunto puede oscilar entre el 10% y 15%, pero para
agricultura solamente, el rango de incertidumbre puede estar entre el 10% y el 150%). Esto se debe
a la falta información básica para su cálculo y a debilidades institucionales que no permiten
compilar e informar estas cifras con regularidad (FAO 2014). Estos vacíos de información limitan
tanto la definición de las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, como su alcance
al implementarlas en el sector AFOLU (UNFCCC 2015).
El enfoque de paisaje en el marco de la gestión territorial
Las políticas destinadas a obtener resultados como la reducción de las emisiones a través de, por
ejemplo, la deforestación evitada, enfrentan el reto de articular las posibles acciones de diferentes
sectores económicos y sociales en un territorio determinado.
El territorio es una unidad básica de gestión - por ejemplo, una unidad administrativa o una
jurisdicción - con una identidad geográfica definida dentro de la cual operan diferentes actores
públicos y privados. La acción de estos actores y su impacto en los recursos naturales en el tiempo
da lugar a una estructura de componentes heterogéneos que interactúan entre sí, por ejemplo,
agroecosistemas, ecosistemas naturales, masas de agua, entre otras, en forma de mosaico.
En los territorios intervenidos por las actividades humanas, la heterogeneidad de los mosaicos es
un indicador de la diversidad de los actores y de la complejidad social, económica y cultural que
genera y da forma al propio mosaico. Comprender esta complejidad es importante para asegurar
un uso sostenible de los recursos naturales.
Para gobernar y regular estos procesos de forma integrada y compatible con el clima es necesario,
por un lado, entender el territorio en términos de componentes, estructura, funciones, procesos y
retroalimentación. Por otro lado, se deben identificar los agentes que afectan estos procesos.
Cuando se considera el territorio con un enfoque socio-ecológico, se habla de paisaje.
El paisaje se puede entender, entonces, como el mosaico de diferentes usos de la tierra con
múltiples componentes e interacciones que funcionan entre y a través procesos ecológicos y
sociales, creadas por múltiples partes y actores con diferentes intereses y con diferentes
componentes anidados que ocurren a diferentes escalas (!!! INVALID CITATION !!! (Sayer et al.
2013, Milder et al. 2014, Minang et al. 2015)).
El enfoque de paisaje surgió en los últimos años para proporcionar un marco organizador para
descifrar la complejidad del territorio y facilitar la investigación y la gestión de los impactos de los
diferentes cursos de acción (Sayer et al. 2013). Se ha aplicado en contextos diferentes con la
finalidad de encontrar soluciones para armonizar, entre otras, la agricultura y el desarrollo social
(Minang 2015). El enfoque de paisaje reconoce que las causas de los problemas no tienen
localización específica y que la agenda de desarrollo requiere intervenciones multiactores para
negociar e implementar acciones (FAO 2012).
13
Tres son los aspectos claves que caracterizan un paisaje (Minang 2015):
1. Las interacciones funcionales, en las cuales los aspectos ecológicos, sociales y económicos
interactúan en la gestión de las diferentes unidades espaciales consideradas como resultado de
los diferentes y múltiples sectores y actores que allí intervienen.
2. Los espacios negociados: en estos las diferentes perspectivas, necesidades y ambiciones de los
múltiples actores que intervienen en el paisaje pueden generar conflictos y una negociación se
hace necesaria, influyendo así en las decisiones sobre el mismo paisaje.
3. Las múltiples escalas: la escala geográfica, la jurisdiccional, la institucional, de gestión, de redes
y de conocimientos (Cash et al. 2006) y la definición (resolución) de medida de tiempo o espacio
(Wu and Qi 2000, Minang 2015).
La implementación exitosa de un enfoque paisaje en un territorio depende de condiciones
habilitantes: políticas apropiadas, institucionalidad y gobernanza, estrecha colaboración entre
todos los niveles y los actores considerados - sin olvidar los que operan actividades comerciales a
gran escala (Hart et al. 2015) -, financiamiento disponible y la capacidad de medir y evaluar si la
multifuncionalidad y las sinergias se han logrado.
Dado que requiere cambios transformacionales en las políticas, en las instituciones (y los arreglos
entre ellas) y en los mecanismos de financiamiento.
La curva de transición forestal
Un ejemplo para entender las dinámicas de los territorios en donde existe deforestación por
medio del enfoque de paisaje es la curva de transición forestal. Esta provee el marco para
desarrollar hipótesis sobre las dinámicas socio-ecológicas en los procesos de pérdida de
bosques y los factores y actores que determinan estos procesos. A lo largo de la curva, el
porcentaje de cobertura forestal es el resultado de las intervenciones de los actores y grupos
sociales que interactúan en cada etapa especifica (van Noordwijk et al. 2011).
En general, el mantenimiento o la conversión del bosque es vinculado a los retornos económicos
asociados a diferentes usos de los recursos forestales y de la tierra. En contextos en los cuales
intervienen los productores familiares esto depende de sus estrategias de especialización, que
a su vez están relacionadas con los recursos naturales, humanos, sociales, físicos y económicos
a los cuales estos productores puedan acceder (Robiglio et al. 2015).
Fuente: CRP6 (2011)
14
La relevancia de la agroforestería frente al cambio climático
Se estima que, para el año 2050, la población mundial habrá alcanzado los 9 mil millones de
personas, lo que conllevaría una necesidad de incrementar la producción de comida de un 50%
(FAO 2017). En este panorama, los Sistemas Basados en Arboles (TBS) y los Sistemas
Agroforestales (SAF) en particular, representan elementos clave en las políticas de gestión de los
espacios productivos, de conservación y de gestión del cambio climático (Smith et al. 2014, FAO
2016, Rosenstock et al. 2018).
Los SAF - definidos como tierras agrícolas con una cobertura de árboles mayor al 10% - cubren el
43% de las tierras agrícolas mundiales - más de 1000 millones de hectáreas - y el 80% de estas
tierras en América del Sur, equivalente a 320 millones de hectáreas (Zomer et al. 2014). Su
multifuncionalidad - la capacitad de aportar simultáneamente a la mitigación del cambio climático,
a la adaptación a través de una producción diversificada y a los medios de vida - ya ha sido
ampliamente reconocida (Graham-Row 2011, Jeffery et al. 2011, Minang et al. 2011), lo que los hace
una herramienta valiosa para enfrentar los retos del cambio climático.
A pesar de esto, el interés global hacia la agroforestería es aún limitado. Recientemente se han
empezado a visibilizar los SAF entre las opciones de mitigación de las NDC en al menos 43% de los
países en desarrollo (Smith et al. 2014, Rosenstock et al. 2018). Estos sistemas proponen una
alternativa para poner en producción nuevas áreas agrícolas minimizando los riesgos de pérdida
de servicios ecosistémicos, biodiversidad y de conflictos intra e intersectoriales para la utilización
del espacio (Minang 2015).
Como se mencionó anteriormente, existen barreras técnicas e institucionales para hacer explícito
el papel de la agroforestería en los Inventarios Nacionales de GEI.
Los TBS incluyen un amplio abanico de actividades que van desde la gestión de los bosques para optimizar
los rendimientos de alimentos silvestres y forrajes hasta el cultivo migratorio, las múltiples prácticas
agroforestales y el manejo de cultivos de árboles de una sola especie (Jamnadass et al. 2015).
La agroforestería pertenece entonces a los TBS, por ser un grupo de prácticas de uso de la tierra, sistemas
de producción y de tecnologías en los que las plantas leñosas perennes se integran o se retienen de manera
planificada con cultivos y animales en la misma unidad de manejo de tierras según algún tipo de secuencia
temporal o de arreglo espacial para aumentar, diversificar y soportar la producción para aumentar los
beneficios sociales, económicos y ecológicos (Atangana et al. 2014).
En los SAF, el asocio se puede implementar a través de siembra directa, manejo de la regeneración natural,
o conservación y manejo de árboles remanentes y puede darse en el tiempo y en el espacio con modalidades
diferentes (en el tiempo, en forma simultánea o secuencial, en el espacio, arboles distribuidos en parches,
mezclados o dispersos, entre otros). Esto con el fin de que responsan a la necesidad de los productores de
diversificar y obtener múltiples beneficios adecuando los sistemas productivos a las condiciones
ambientales (Tannia Ammour et al. 2012).
La aplicación de estas modalidades genera diferentes tipologías de SAF encontrando, por ejemplo, árboles
maderables o frutales para sombra de cultivos perennes (por ejemplo, café y cacao), árboles dispersos en
campos agrícolas y en potreros, árboles en linderos o intercalados con cultivos anuales y sistemas
silvopastoriles, entre otros.
Por la misma naturaleza de la agroforestería, esta se puede encontrar en cuatro de las seis clases que la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) distingue en la
Evaluación Global de los Recursos Forestales - FRA 2015 (otras tierras, otras tierras con cobertura de
árboles, otras tierras boscosas, y árboles fuera de los bosques).
15
Estas barreras se relacionan con (Smith et al. 2014):
i. la definición de bosque establecida por los países, que con frecuencia excluye a los SAF;
ii. la carencia de precisión en los Factores de Emisión (FE) y en los Datos de Actividad (DA)
utilizados para estimar las emisiones y absorciones en el sector AFOLU;
iii. la falta de experiencia de los países para desarrollar SAF a nivel de paisaje y no solo de fincas;
iv. el acceso limitado al mercado y a créditos para implementar opciones de mitigación como
los SAF; y
v. los vacíos en los marcos institucionales y normativos.
De estar incluida dentro de las definiciones de bosque, la agroforestería podría ser identificada,
monitoreada y reportada de manera conjunta con otras formas de bosques o “tierras forestales”
(por ejemplo, SAF, sistemas silvopastoriles, arbustales, entre otros). En el caso opuesto,
posiblemente sería excluida de los reportes (FAO 2016).
Adicionalmente, la información sobre bosques que la mayoría de los países usan en sus sistemas
de MRV y contabilización, por lo general incluye únicamente cambios agregados en las existencias
de carbono (FAO 2016). La posibilidad de reportar de manera desagregada, a nivel de subcategoría,
los bosques y otras tierras forestales, permitiría aumentar la visibilidad y la importancia de la
agroforestería y otros TBS 4 en términos de mantenimiento o aumento de los contenidos de
carbono, información de gran importancia en el contexto de las NDC.
Debido a factores como los costos elevados de la generación de datos específicos, o para adaptar o
mejorar los existentes, los países encuentran obstáculos para hacer visibles estas contribuciones.
Numerosos Inventarios Forestales Nacionales (IFN) no consideran árboles fuera de los bosques y
el análisis a través de Sistemas de Información Geográfica (SIG) o detección remota, a menudo
excluye los árboles o conjuntos de ellos que no cumplen los criterios de la definición de bosque de
los países, como el área, la altura mínima o la cobertura del dosel (Rosenstock et al. 2018).
Estos factores dificultan el reporte de la agroforestería en los sistemas nacionales de MRV y, por
ende, su contabilización con respecto a las NDC. Esto se configura en una limitada consideración de
la agroforestería en el marco de las políticas nacionales e internacionales en materia de cambio
climático, afectando las posibilidades de financiación, inversión y apoyo para su implementación
(Rosenstock et al. 2018).
4 Estos incluyen además de los Sistemas Agroforestales (SAF), otros sistemas como huertos agroforestales, árboles en plantaciones lineales
(e.g. cercas vivas o linderos, cortinas rompevientos, árboles asociados a potreros (árboles dispersos), entre otros
(http://www.fao.org/docrep/009/ah647s/AH647S04.htm; http://www.fao.org/wairdocs/ilri/x5546e/x5546e06.htm).
16
Colombia y el cambio climático
La gestión del cambio climático en Colombia inicia en el año 2000, con la construcción de algunos
lineamientos y bases conceptuales para una Política de Cambio Climático, la aprobación del
protocolo de Kioto, la publicación de la Primera Comunicación Nacional y la adopción del
Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL por sus siglas en inglés) (DNP 2011).
En el 2011, con la expedición del documento de política CONPES 3700 (Consejo Nacional de Política
Económica y Social) se reconoce el rol clave del cambio climático en el desarrollo económico y
social sostenible del país. Se da entonces el primer paso para asegurar que la gestión del cambio
climático sea un tema esencial en la planeación de todos los sectores económicos, asegurando que
las variables de cambio climático sean determinantes en el diseño y planificación de los proyectos
sectoriales.
Es así como se consolidaron estrategias a largo plazo que involucran a un amplio grupo de actores,
tales como: la Política Nacional de Cambio Climático del 2014 (luego consolidada en 2016)(MADS
2016), la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono (ECDBC, 2014), el Plan Nacional de
Desarrollo 2014-2018 (2015), los Insumos para la política lucha contra la deforestación (2017), la
Política de crecimiento verde (2018) y la Estrategia “Bosques territorios de vida” (EICDGB) del
2018.
La Estrategia Integral de Control a la Deforestación y Gestión de los Bosques (EICDGB)
Conocida también como la “Estrategia Bosque territorios de vida”, la EICDGB es el instrumento
de política transectorial que establece la corresponsabilidad de los distintos sectores del Estado
colombiano con el propósito de frenar la deforestación y degradación de los bosques.
La Estrategia parte del reconocimiento de la complejidad de las causas de la deforestación en
Colombia, así como de la importancia sociocultural, económica y ambiental de los bosques por
su potencial como opción de desarrollo y la construcción de paz y por su contribución a la
mitigación y adaptación al cambio climático.
La EICDGB tiene cinco líneas de acción estratégicas:
1. Gestión sociocultural de los bosques y conciencia política;
2. Desarrollo de una economía forestal y cierre de la frontera agrícola;
3. Gestión transectorial del ordenamiento territorial y los determinantes ambientales;
4. Monitoreo y control permanente; y
5. Generación y fortalecimiento de capacidades legales, institucionales y financieras.
Cada una de estas líneas cuenta con medidas y acciones que buscan abordar las causas y agentes
de la deforestación y degradación, reducir las emisiones de GEI y proponer un manejo
sostenible de los bosques naturales. La construcción de la EICDGB se soporta en el proceso de
construcción de la Estrategia Nacional para REDD+ empezada en 2010.
Fuente: MADS
17
En la esfera internacional, desde 2016 Colombia ha impulsado la nueva agenda de desarrollo global
para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos basada en los
Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS)5.
Esta visión culmina en la ratificación del país de su NDC6, a través de la cual el país se comprometió
a reducir sus emisiones de GEI en un 20% con respecto de un escenario inercial para el año 2030
(+10% condicionado a financiamiento internacional), tomando como base las emisiones de 2010.
En colaboración entre los ministerios sectoriales y otras instancias regionales, el gobierno
colombiano avanza en la construcción de agendas de trabajo para implementar acciones de
mitigación y adaptación para cumplir con este compromiso.
Adicionalmente, se ha establecido una instancia de coordinación para implementar la Política de
Cambio Climático: el Sistema Nacional de Cambio Climático (SISCLIMA). El SISCLIMA está
conformado por la Comisión Intersectorial de Cambio Climático (CICC), el Comité de Producción de
Información y Estudios de Impacto de Cambio Climático, el Comité de Asuntos Internacionales, el
Comité de Gestión Financiera y nueve nodos regionales de cambio climático.
5 http://www.cancilleria.gov.co/rio/abc
6 https://www.minambiente.gov.co/index.php/component/content/article?id=469:plantilla-cambio-climatico-25
La frontera agrícola
La frontera agrícola nacional representa el marco de referencia para reducir la deforestación y
conservar los ecosistemas de especial importancia ambiental a través de la coordinación entre
sector el agropecuario y ambiental. Se define como el “límite del suelo rural que separa las áreas
donde las actividades agropecuarias están permitidas, de las áreas protegidas, las de especial
importancia ecológica, y las demás áreas en las que las actividades agropecuarias están
excluidas por mandato de la ley o el reglamento” (MADS and UPRA 2018).
A través de la resolución 261 de 2018 se adoptó la metodología para la identificación general
de su límite (Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) 2018), que consideró la
cobertura y vocación de uso de los suelos y el mapa bosque del año 2010 (IDEAM and MADS
2016).
La frontera agrícola así identificada corresponde a aproximadamente 40 millones de hectáreas,
equivalentes al 35% del territorio nacional continental. Solamente el 20% de este territorio es
cultivado. El 65% restante del territorio nacional deberá destinarse a la conservación (Unidad
de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) 2018). Esta identificación ha evidenciado un
conflicto de uso del suelo puesto que, de las superficies bajo actividades agropecuarias, más de
2 millones ha se desarrollan en territorios de conservación o protección ambiental: 68% en
zonas de reserva forestal, 17% en páramos y 15% en parques nacionales.
En esta existen áreas condicionadas, en las cuales las actividades agropecuarias pueden ser
permitidas, restringidas o prohibidas de acuerdo con las condiciones impuestas por la ley o el
reglamento, que son:
i. condiciones étnicas (como áreas en resguardos indígenas, consejos comunitarios),
ii. ambientales (como áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, Distritos de Manejo
Integrado, Distritos de Conservación de Suelos, áreas de recreación, reservas naturales
de la sociedad civil, reservas forestales de Ley Segunda de 1959, etc.), y
iii. gestión de riesgo (como áreas donde exista posibilidad de daños graves o irreversibles
a la vida, a los bienes y derechos de las personas, a las instituciones y a los ecosistemas
como resultado de la materialización del riesgo en desastre) (MADS and UPRA 2018).
18
El sector AFOLU y la relevancia de la deforestación
Aunque el sector AFOLU solamente representa el 6,8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional,
se estima que fue responsable del 46% de las emisiones netas de Colombia del año 2012. En
emisiones brutas, el sector económico forestal corresponde el 36% de las emisiones nacionales,
mientras que el agropecuario al 26% (IDEAM et al. 2016). La deforestación representa la principal
fuente de emisiones del sector económico forestal (98%) en razón a la conversión de bosque
natural en, mayormente, arbustales y vegetación secundaria (43%) y pastizales (30%) (IDEAM et
al. 2016).
Aproximadamente 220 mil hectáreas, localizadas principalmente en la Amazonia (65,5%), se
deforestaron en Colombia durante el año 2017, representando un importante incremento (+23%)
de la tasa de deforestación anual con respecto al 2016. La expansión de la frontera agrícola, la
minería, la expansión de la infraestructura, la extracción ilegal de madera y los incendios se
identificaron como las causas directas de la pérdida de bosques en este periodo (MADS and UPRA
2018).
Considerando lo anterior, la agenda de trabajo climática de Colombia incluye medidas y acciones
específicas para la conservación y protección de los ecosistemas, la reducción de la deforestación y
de la degradación de los bosques y suelos (CMNUCC, Convención de las Naciones Unidas de Lucha
contra la Desertificación - CNULCD). En los últimos años esta agenda se ha concretizado a través
diferentes políticas e iniciativas enmarcados dentro de la Política Nacional de Cambio Climático
(Tabla 1).
Tabla 1. Metas y compromisos relacionados con AFOLU (MADS 2018)
Existen, adicionalmente, otras agendas e iniciativas relativas a los bosques en fase de diseño o de
implementación: la agenda de conservación de la diversidad biológica; el BioCarbon Fund Inicitaive
19
for Sustainable Forest Landscapes (BioCF ISFL); el Plan Nacional de Restauración 7 ; el
Ordenamiento territorial productivo; Colombia Siembra; el Plan de Desarrollo Ganadero 2014-
2019; Visión Amazonia; el Proyecto de Ganadería Colombiana Sostenible y la Tropical Forest
Alliance - Cadenas Cero Deforestación, forman parte de la lista.
En lo que respecta a las acciones lideradas por el sector agropecuario para cumplir con la NDC, en
el 2017, una mesa formada por actores públicos, privados, centros de investigación y el Ministerio
de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) colombiano, consolidaron un portafolio inicial de
medidas de mitigación que cuentan con información sobre su potencial de mitigación y costos de
implementación (Tabla 2). Estas se encuentran agrupadas en cuatro subsectores8: i) ganadería; ii)
cultivos permanentes; iii) cultivos forestales; y iv) cultivos transitorios.
Tabla 2. Medidas priorizadas por MADR (MADR 2017)
7https://www.minambiente.gov.co/index.php/component/content/article/426-plantilla-bosques-biodiversidad-y-
servicios-ecosistematicos-21
8 Esta clasificación se acordó en el taller con actores privados del sector agropecuario, organizado por el BID y el MADR el 10 de octubre
del 2017.
20
Tabla 3 NAMAs para el sector AFOLU. Elaboración propia a partir de información secundaria revisada (FNC 2014, MADS 2018)
Finalmente, para el sector forestal, el MADR también ha identificado intervenciones de mitigación.
Se resaltan:
- La iniciativa-programa-proyecto de sustitución de fogones tradicionales por estufas eficientes
de leña;
- las actividades establecidas en las líneas de acción de la EICDGB;
- las actividades del Plan Nacional de Restauración 2015 - 2035 (PNR); y
- la NAMA Forestal (ver sección dedicada)
El sistema de MRV nacional
Desde el 2014, Colombia trabaja en la construcción del sistema nacional de Medición/Monitoreo,
Reporte y Verificación (MRV) para hacer seguimiento a los avances en la implementación de
iniciativas de mitigación, adaptación y financiamiento para el cambio climático (MADS et al. 2017).
El sistema nacional de MRV cuenta con tres componentes principales y tres niveles de trabajo
(Tabla 4).
Tabla 4. Elementos e instrumentos/alcance del Sistema MRV en Colombia
21
A escala de iniciativa existen indicadores propios y particulares asociados con los objetivos
específicos que se pretende implementar. Implica el levantamiento de información primaria y el
seguimiento detallado de todas las actividades. Para alcanzar un MRV nacional e integrado, el reto
para esta escala consiste en seguir los lineamientos establecidos en las escalas superiores para
asegurar que la información pueda ser agregada y que los resultados generados en materia de
mitigación pueden ser contados como parte de los avances nacionales en la NDC.
A escala sectorial los objetivos son: i) conocer el impacto que las medidas y acciones y determinar
si es necesario ajustarlas; ii) dar insumos para la formulación de nuevas políticas, estrategias o
programas y iii) determinar los efectos agregados de las iniciativas sectoriales, en ámbitos nacional
o local.
Finalmente a escala nacional es donde se agrupan o suman todas las escalas, para evaluar los
impactos agregados de las iniciativas y determinar el nivel de avance ante los compromisos tanto
nacionales como internacionales.
Esta escala define los lineamientos para asegurar que la información generada en las otras dos
escalas sea coherente y pueda ser agregada.
La Ilustración 2 muestra cuales elementos aportan a la escala nacional. Para el caso de las
emisiones, se están desarrollado guías para el desarrollo de inventarios de GEI a nivel
departamental y de ciudades. En el componente de reducciones y para mejorar la armonía entre
niveles, Colombia planea desarrollar una base de datos pública que permita conocer las
metodologías, supuestos e información empleados para la construcción de las líneas de base
nacional y sectoriales de las iniciativas de mitigación.
Ilustración 2 Propuesta de articulación de los componentes del MRV (MADS 2015)
22
El MRV para AFOLU
Colombia ha tenido importantes avances en la medición y monitoreo y reporte de emisiones y
absorciones de GEI. En el sector AFOLU, la incertidumbre de las estimaciones se ha reducido a
través de factores de emisión y datos de actividad mejorados. Mientras que en la Primera
Comunicación Nacional de Cambio Climático (CNCC) se aplicaron las directrices de 1996 del IPCC
y se alcanzaron niveles de incertidumbre del 39% (IDEAM 2001) debidos, en parte, al uso de
métodos de estimación por defecto (Tier 1); en la Tercera Comunicación Nacional se emplearon
métodos e información específicos para el país, logrando reducir la incertidumbre al 20% (IDEAM
et al. 2017).
El Plan Estratégico de MRV para AFOLU 2030, publicado en 2017 el IDEAM, identificó las
necesidades de articulación entre los sistemas de información existentes en el país y los
requerimientos transversales para asegurar la sostenibilidad del sistema. En ejecución de dicho
plan, Colombia ha desarrollado planes de mejora del INGEI, actualizaciones del Inventario Forestal
Nacional y medidas para refinar la información producida por el Sistema de Monitoreo de Bosques
y Carbono (SMByC) en relación con datos de cobertura y uso de la tierra.
Adicionalmente, se ha también establecido el “Protocolo para la estimación nacional y subnacional
de biomasa - carbono en Colombia”, que describe los procedimientos para la determinación de los
contenidos o reservas de carbono en diferentes coberturas, usos de la tierra y compartimientos de
carbono, e incluye los lineamientos para monitorearlos (Yepes et al. 2011). Este protocolo permite
a los técnicos, agentes de desarrollo y otros interesados en proyectos MDL, REDD+ y de manejo
integrado de paisajes, contar con una metodología nacionalmente reconocida para efectuar las
estimaciones faltantes.
Colombia aplica actualmente factores de emisión propios para estimar las emisiones debidas a la
deforestación, las absorciones en las plantaciones forestales y las emisiones y absorciones en
tierras de cultivo (IDEAM et al. 2017). La información disponible para realizar estas estimaciones
es:
Emisiones debidas a la deforestación:
biomasa aérea para cinco (5) regiones naturales para dieciséis (16) tipos de bosque a
partir de la clasificación de zonas de vida de Holdridge;
biomasa aérea y subterránea para el bioma amazónico (t ms/ ha);
biomasa aérea para tres categorías de uso de la tierra.
Absorciones en plantaciones forestales:
Rendimiento y turnos de aprovechamiento y densidad de la madera para 20 especies de
plantaciones forestales comerciales.
Emisiones y absorciones en tierras de cultivo:
biomasa aérea y subterránea;
densidades de siembra;
carbono en la biomasa aérea para sistemas silvopastoriles intensivos y 10 diferentes
cultivos.
El reporte de matrices de transición de usos de la tierra con incertidumbres asociadas, avance
presentado en la Tercera Comunicación Nacional, ha sido posible gracias al desarrollo de una serie
temporal de cambios en el uso de la tierra que ha reemplazado la información de clases anuales. En
sus planes de mejora Colombia aspira a, de manera gradual, aplicar Tier 2 y Tier 3 en las categorías
de emisiones y absorciones AFOLU más significativas.
Avances en hoja de ruta para el MRV de REDD+
Las actividades REDD+ se reportan en el sector AFOLU y están sujetas a una ruta de mejora
específica Gutiérrez et al. (2018)Gutiérrez et al. (2018)con múltiples objetivos:
23
- la consolidación del MRV para REDD+ desde el IDEAM, siguiendo los lineamientos del MADS
para el Sistema de MRV (IDEAM 2011, MADS 2015), y otras herramientas existentes (ONU-
REDD 2013, Farfán 2014, IGES 2015);
- la integración de los esquemas de datos existentes del SMByC, el IFN, el Sistema Nacional
de Información Forestal (SNIF), y el INGEI en el marco del Sistema Nacional de Monitoreo
de Bosques (SNMB) solicitado por la CMNUCC;
- La identificación de acciones puntuales y temas estratégicos que se recomienda abarcar a
escala institucional.
La hoja de ruta para el MRV de REDD+ establece pasos para el fortalecimiento y la creación de los
arreglos institucionales necesarios para hacer el sistema sostenible en el largo plazo. Su
implementación tiene importantes avances, como:
- la identificación de actores clave para el desarrollo del INGEI;
- la estimación de emisiones a través de la generación de datos de actividad y factores de
emisión;
- el cálculo de la incertidumbre de la información y de los datos procesados y generados,
incluyendo la definición y estandarización de métodos de cálculo, la validación de la
exactitud temática y los procesos de control y aseguramiento de la calidad (QA/QC).
A corto plazo, la principal necesidad consiste en estandarizar los procesos internos de manera que
aseguren la calidad y confiabilidad de los datos. Esto implica normalizar la línea de acción de
reporte y verificación e incluir acciones de monitoreo de medidas y acciones REDD+.
Experiencias de enfoques paisajes
En el contexto de las políticas relativas a la reducción de GEI del sector AFOLU, el enfoque de paisaje
se ha aplicado desde diferentes perspectivas en programas, proyectos e iniciativas – la mayoría
para la obtención de financiación - o para la evaluación de paisajes rurales que involucran áreas
protegidas y ecosistemas estratégicos. Estas diferentes perspectivas han resultado en
aproximación distintas al paisaje, dependiendo del propósito y de los beneficiarios.
Una revisión de documentos disponibles ha identificado el enfoque de paisaje en las siguientes
iniciativas:
- Manual de métodos para el desarrollo de inventarios de biodiversidad;
- Manual de compensaciones del componente biótico;
- Fondo Colombia Sostenible;
- Programa REM Colombia (Visión Amazonía);
- Programa de Ganadería Colombiana Sostenible;
- Biocarbon Fund;
- Herencia Colombia;
- GEF de Bosque Seco;
- El modelo de intervención territorial a nivel de paisajes productivos en la amazonia
colombiana;
- Plan Nacional de Restauración (acciones de rehabilitación) y
- Documento de principios y prácticas para la restauración de paisajes forestales -casos de
estudio – UICN.
Dentro de los anteriores se destaca el “Fondo Colombia sostenible”, mecanismo de financiación
que promueve proyectos y programas encaminados a maximizar los dividendos ambientales,
económicos y sociales de la paz en Colombia en los territorios donde confluyen la incidencia de
conflicto armado, las áreas estratégicas para el desarrollo rural sostenible y la conservación del
medio ambiente.
24
Esta iniciativa, aunque no presenta una definición de paisaje ni metodologías establecidas para
atribuir los atributos de paisaje a un territorio, incluye criterios para la selección de las iniciativas
beneficiarias que dan cuenta de la integración de diferentes dimensiones relacionadas con el
enfoque de paisaje, entre ellos:
Dimensión ambiental: i. Iniciativas bajas en carbono, ii. Sostenibilidad ambiental, iii.
Frontera agropecuaria, iv. Género y v. diversidad.
Ordenamiento territorial: i. Acorde con la zonificación ambiental, ii. Ordenamiento del
territorio, iii. Vocación de uso del suelo.
Social: i. Basado en un esquema asociativo, ii. Número mínimo de familias beneficiarias (30)
y iii. pequeños y medianos productores/beneficiarios.
Económico/Financiero: i. Viabilidad económica del proyecto, ii. Viabilidad y sostenibilidad
financiera.
Técnico: i. Plan de monitoreo y reporte de información que incluya indicadores de impacto
del proyecto, ii. Alternativas productivas.
Legal: Claridad sobre la tenencia de la tierra.
Geográfico: i. Municipios con alta incidencia del conflicto armado, ii. Focalización en el
componente ambiental, iii. Focalización en el componente productivo.
Otros: Responder al cumplimiento del Acuerdo de Paz.
La agroforestería
Por presentar una gran variedad climática y topográfica, Colombia ha sido reconocida como un
nicho de oportunidades para el desarrollo de la agroforestería. Tradicionalmente implementados
como una estrategia de protección del cultivo a las fluctuaciones climáticas, (en café y cacao
principalmente), los SAF también se han empezado a concebir como una alternativa de desarrollo
sostenible.
Dada su eficiencia en el uso de recursos, representan una alternativa de manejo productivo y
sostenible en zonas de ladera, en aquellas áreas de conservación de ecosistemas de bosque seco
tropical y contribuyen a la seguridad alimentaria de comunidades rurales (MAVDT 2005).
Adicionalmente, los SAF tienen la capacidad de facilitar el aprovechamiento de los recursos
naturales y mejorar las condiciones de los suelos en aquellas zonas en las que la degradación ha
aumentado debido a la expansión de la frontera agrícola, en las cuales se aprovechan los recursos
forestales de manera no sostenible como resultado de conflictos de uso del suelo (MADS et al. 2000,
CORPOICA 2012, Farfán 2014, Mazo et al. 2016, CORPOICA 2017).
En el 2002, se identificó una superficie de aproximadamente 22 millones de hectáreas potenciales
para SAF equivalentes al 19,3% del territorio nacional (Mazo et al. 2016), distribuidos
principalmente entre la región Amazónica (33%), la Orinoquia (32%) y la región Andina (18%). De
estos, cerca de 20 millones (83%) ya se encuentran en uso (CORPOICA 2012).
Los SAF de cacao y café especiales
En los casos del cacao y el café especiales, la combinación de un cultivo con plantaciones para
sombrío representa una oportunidad de retorno económico estable para los pequeños y
medianos productores del país a través de mínimas inversiones de capital y de mano de obra
(Farfán 2014, Criollo Escobar et al. 2016, CORPOICA 2017). Estos SAF han sido especialmente
importantes en la región Andina del país porque son la base productiva de la población asentada
en las laderas y valles interandinos que cultiva café bajo sombrío (CONIF et al. 1993).
En 2017, de las 900 mil hectáreas cultivadas con café, 349 mil se encontraban bajo sombra total
o parcial (FNC 2014). Para el mismo año, se conoce la extensión total de cultivos de cacao: 175
mil hectáreas (FEDECACACO). No existe información accesible sobre cacao bajo SAF.
25
Conjuntamente, estos elementos hacen que la implementación de la agroforestería represente una
oportunidad valiosa y con alto potencial tanto para la mitigación del cambio climático como para
los objetivos de desarrollo nacionales.
Definiciones
A pesar de su relevancia, Colombia no ha adoptado una definición oficial de agroforestería. Farfán
(2014) propone: “la agroforestería es el nombre genérico y común para describir un sistema de uso
de la tierra en el cual los árboles se combinan temporalmente y espacialmente con pasturas (uso
animal) o con cultivos agrícolas, traduciéndose en sistemas de producción sostenibles en la misma
unidad de terreno, y conocidos como Sistemas agroforestales (SAF)”.
Sobre la base de esta definición, Farfán identifica varios modelos de SAF que se describen en la
Tabla 5.
Tabla 5. Tipos de modelos agroforestales según Farfán
Los sistemas silvopastoriles, que abarcan un tercio de la superficie nacional de pastos, son los
predominantes con 16 millones de hectáreas equivalentes al 83% de la superficie total en uso.
El 17% remanente – es decir, 3.4 millones de hectáreas - se encuentra bajo sistemas
agrosilvoculturales que incluyen asociación con cultivos permanentes (3%, equivalentes a 600
mil hectáreas) y asociación con cultura tradicional semestral y otras coberturas (14%, o 2,8
millones de hectáreas). En otras palabras, como se presenta en la Tabla 5, este territorio está
bajo los modelos agroforestales más comunes reportados para el país (Farfán 2014). De los 5,8
millones de hectáreas en uso agrícola a nivel nacional, estos abarcan el 58,6% de la superficie
total.
26
En Colombia, el IDEAM reconoce los SAF como una forma de uso de la tierra en donde
árboles/arbustos, frutales y palmas, cultivos agrícolas, pastos y animales interactúan para
diversificar y optimizar la producción en terrenos pequeños (>1 ha), de los cuales se obtienen
diversos productos como madera, forrajes, leña y/o frutos (Yepes et al. 2011). Se consideran
excluidos de la definición de bosque y de sus reportes internacionales, siguiendo la definición
nacional.
Una herramienta en las políticas nacionales y sectoriales
El concepto de SAF se ha incorporado dentro de las líneas estratégicas para la implementación de
estrategias o instrumentos nacionales, entre otros, las propuestas sectoriales de MADR y MADS
para la NDC, la EICDGB, el Plan Nacional de Restauración y el plan de desarrollo ganadero 2014-
2019.
La EICDGB menciona la agroforestería de forma explícita en las metas y acciones de las líneas de
acción 2, 3 y 5, así como en la creación de medidas habilitantes que permitan su implementación
(Tabla 6).
Definición de bosque en Colombia
Las “tierras forestales” o “bosques”, se definen como la tierra ocupada principalmente por árboles
que pueden contener arbustos, palmas, guaduas, hierbas y lianas, en la que predomina la
cobertura arbórea con una densidad mínima de dosel del 30%, una altura mínima de dosel in situ
de 5 metros al momento de su identificación y un área mínima de 1 hectárea. Se excluyen las
coberturas arbóreas de plantaciones forestales comerciales, cultivos de palma y árboles
sembrados para la producción agropecuaria.
Esta definición es consecuente con los criterios definidos por la CMNUCC en su decisión 11/CP.7,
con la definición adoptada por Colombia ante el Protocolo de Kioto (MAVDT 2005), con la
definición de la cobertura de bosque natural utilizada para la estimación y reporte del INGEI y con
la incluida en la adaptación para Colombia de la leyenda de la metodología CORINE Land Cover
Colombia (CLC).
27
Tabla 6. Medidas, metas y acciones previstas en la EICDGB que consideran SAF
En la identificación de la frontera agrícola, los sistemas agrosilvopastoriles se encuentran entre los
usos permitidos en la frontera trazada, habilitándolos como opciones productivas y de
restauración. Estos sistemas constituyen, adicionalmente, una alternativa prioritaria en las áreas
con algunas condiciones especiales de uso, como las de Zonas de Reserva Forestal de la Ley 2º de
1959 (especialmente aquellas catalogadas como zonas tipo C) propicias para el desarrollo de
actividades productivas agroforestales, silvopastoriles y otras compatibles (MADS and UPRA
2018).
Son varios los casos en los que la multifuncionalidad de la agroforestería ha sido reconocida. El
proyecto piloto nacional de adaptación al cambio climático (INAP) del IDEAM que incluye la
agroforestería entre las medidas de adaptación identificadas es uno de los ejemplos.
Concretamente, en este proyecto se estableció una contribución económica positiva para las
comunidades rurales generada por los SAF debida al incremento de la productividad sostenible
(IDEAM 2011).
En el Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, otro ejemplo de la aplicación de la agroforestería,
se han implementado prácticas relacionadas con los SAF para mejorar la producción del negocio
28
ganadero a través del trabajo amigable con el medio ambiente. Entre otros, se ha considerado la
integración de diferentes tipos de árboles a la producción ganadera en sistemas silvopastoriles y la
conservación de bosques nativos en las fincas (FEDEGAN 2018) con medidas como el
establecimiento de:
árboles dispersos en potreros, con el objetivo generar beneficios ambientales y productivos
como sombríos, fijación de nitrógeno, aprovechamiento de madera, frutos, leña y forraje
(Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible 2018), y
cortinas o barreras rompeviento, sembradas para reducir el efecto negativo de los vientos
sobre los pastos y los animales y aportar forraje, madera, leña y frutos (Proyecto Ganadería
Colombiana Sostenible 2018).
De la misma forma, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) desarrolla un programa con un
componente forestal complementado con el acompañamiento a las familias beneficiarias en
materia de seguridad alimentaria, acciones de conservación de la biodiversidad e implementación
de buenas prácticas agrícolas en cuencas hidrográficas estratégicas con aplicación de SAF (2014).
Finalmente, en los todas las NAMAs en desarrollo para el sector AFOLU se incluyen actividades que
comprenden los subsectores de reporte del IPCC 3.B. 1 y 2 (ver Tabla 3) con contribuciones
específicas de los SAF en la reducción de emisiones. De las tres NAMAs existentes, la agroforestería
está incluida en:
la reestructuración de áreas establecidas en café a libre exposición solar en zonas marginales
para el cultivo a través de la implementación de SAF;
la intensificación sostenible de la producción ganadera, a través del manejo eficiente del
sistema productivo y la implementación de sistemas silvopastoriles intensivos y no
intensivos;
la conservación o restauración de áreas naturales dentro de predios ganaderos; y
las actividades de restauración y reforestación.
A pesar de la inclusión de los modelos agroforestales en múltiples políticas y estrategias, la
implementación y diseminación de los SAF resultan todavía limitadas por diferentes
razones como (DANE 2012):
la implementación a corto plazo de proyectos;
la falta de información sobre aspectos sociales y de la cadena de valor de los productos
resultantes;
carencia de investigaciones previas para definir las variables que interactúan en los
sistemas; y
poca difusión de las ventajas o desventajas en todos los niveles de la producción
agropecuaria de estos sistemas.
Protocolos de estimación de carbono y MRV
En el 2012, las remociones de GEI de Colombia alcanzaron el 28% de las emisiones (258 MtCO2e),
dejando un balance nacional de 185 MtCO2e emitidas. Estas remociones fueron originadas
principalmente por incrementos en el número de individuos y en el contenido de carbono de los
árboles de bosques, plantaciones y cultivos perennes (IDEAM et al. 2016).
Aunque no se consideran bosques, los SAF y los silvopastoriles tienen un componente arbóreo
importante que debe ser contabilizado en las estimaciones de las reservas de carbono del sector
AFOLU.
Colombia, como otros países, ha avanzado en la inclusión de la agroforestería en los procesos de
contabilidad y de MRV y su contribución es parcialmente visibilizada en el INGEI presentado en la
Tercera Comunicación Nacional: de forma explícita para los sistemas silvopastoriles y de manera
29
indirecta para los SAF. Los SAF se incluyen en la categoría de tierras de cultivo, integrando
indirectamente su potencial de mitigación bajo una única categoría que pertenece al cultivo
(frutales, caucho, palma de aceite, café). Por su crecimiento y resiembra, se estima que los SAF son
responsables por el 59% de todas las remociones de GEI (IDEAM et al. 2016).
Las emisiones y absorciones de GEI en diez (10) diferentes cultivos bajo la categoría de tierras de
cultivo y en sistemas silvopastoriles intensivos fueron estimadas con factores de emisión propios
del país, empleando una metodología bottom-up que, al emplear la sumatoria de inventarios
departamentales, permite mejorar las estimaciones del INGEI.
Adicionalmente, el Protocolo para la estimación nacional y subnacional de biomasa – carbono en
Colombia hace referencia explícita a la estimación de carbono en SAF y en árboles dispersos, lo que
posibilita la generación de información faltante y de factores de emisión específicos para estos
sistemas.
Para los años de análisis 2010 y 2012, fue posible diferenciar cartográficamente los SAF como datos
de actividad y contar con información específica, suministrada por MADR-CIAT, CENICAFE y
FEDEPALMA, para estimar las emisiones y absorciones en tierras de cultivo. Esta información
específica incluye:
Contenidos de biomasa aérea y subterránea y de carbono de la biomasa aérea.
Densidades de siembra.
Prácticas de resiembra.
Temporalidad (fecha de los datos y de la cobertura en evaluación).
Con los SAF clasificados en la categoría de cultivos - según las seis categorías del IPCC – resta por
establecer la porción agroforestal de estos cultivos que representa el 20% del total del área
sembrada del país y, por ende, el potencial de mitigación que esto supone (IDEAM et al. 2016). En
el futuro y conforme a la evolución de estas coberturas, eventualmente los SAF podrían clasificarse
como tierras forestales o bosque, decisión para considerar en el futuro y en el contexto de la
medición y monitoreo a través de sensores remotos.
La Federación Nacional de Cafeteros, en el marco de la NAMA Café, ha establecido tres tipos de
cultivos: sombrío, semi-sombrío y de libre exposición. Para cada tipo, la Federación ha
identificado las superficies sembradas y ha desarrollado factores de emisión/absorción para
elaborar las líneas de base correspondientes. De los tres modelos considerados, los dos primeros
integran SAF principalmente, y se han detectado incrementos positivos de carbono en su
implementación en comparación con un cultivo “tradicional”.
30
La NAMA forestal
La conceptualización de la NAMA Forestal de Colombia inició en el 2015 en el marco de la Política
Nacional de Cambio Climático. La medida fue concebida como el marco de referencia para las
acciones forestales con potencial de mitigación y para la implementación de los múltiples enfoques
propuestos por el PNCC9 y la EICDGB10, entre otros. Las principales características de la NAMA
Forestal se resumen en Tabla 7.
Tabla 7 Características clave de la NAMA forestal
Por su alcance e intervenciones, la NAMA abre la oportunidad de implementar intervenciones para
cerrar la brecha entre la producción agropecuaria y la conservación de áreas forestales, las cuales
suelen avanzar de manera independiente.
Por encontrarse en una etapa de reformulación, las intervenciones previstas bajo la NAMA pueden
ser modificadas. Por esta razón, no se desarrollado una línea de base de emisiones/reducciones ni
un sistema de MRV para hacer seguimiento a sus avances.
9 La PNCC propone una visión de desarrollo rural bajo en carbono y resiliente al clima, buscando la
inclusión de un enfoque de paisaje sostenible
10 La EICDGB propone un enfoque nacional de reducción de la deforestación y con respuestas de
implementación especificas por cada región en las cuales viene aplicada
Dado que el MADS lidera, entre otras, la política asociada con el bosque natural y el MADR las
asociadas con lo productivo - incluyendo plantaciones forestales o sistemas agroforestales - es
común en Colombia que la agenda del sector ambiental se asocie con la conservación y la del
sector agropecuario únicamente con la producción. Sin embargo, ambas carteras ministeriales
tienen competencias en lo productivo por cuanto, por ejemplo, en las Zonas de Reserva forestal
de la Ley 2º de 1959 catalogadas como zonas C - cuya regulación compete a MADS - existe la
posibilidad de desarrollar actividades productivas agroforestales, silvopastoriles y otras
compatibles con los objetivos de la Reserva y que están dentro del quehacer del MADR (MADS
and UPRA 2018)
.
31
El marco normativo e institucional
La NAMA Forestal se circunscribe en el marco normativo vigente - compuesto por leyes y
regulaciones existentes - y en el marco institucional. El primero puede limitar o incentivar las
actividades de la NAMA, el segundo incluye programas, proyectos, estrategias y compromisos
climáticos nacionales e internacionales, es decir, asociados al Acuerdo de París, que buscan un
desarrollo más integral, sostenible, bajo en carbono, resiliente con el clima y equitativo.
En algunos casos, existen compromisos climáticos internacionales y estrategias nacionales que
abarcan ambos marcos: el Convenio de Diversidad Biológica, la CMNUCC, las NDC y los ODS a escala
internacional y, en el ámbito nacional, la EICDGB, la ECDBC y la Estrategia institucional para la
acción y articulación de políticas para el cambio climático en Colombia (EIAPACC).
El marco normativo de la NAMA Forestal está constituido por instancias de aplicación general
(Tabla 8) o sectorial (Tabla 9).
Tabla 8. Contexto normativo: instancias generales
32
Tabla 9. Contexto normativo: instancias sectoriales
Asimismo, las actividades consideradas en la NAMA se enmarcan y apoyan a las líneas de acción de
la EICDGB y sus medidas, específicamente con aquellas bajo la línea de acción 2 “Desarrollo de una
economía forestal y cierre de la frontera agropecuaria”.
Finalmente, es importante resaltar que más allá del marco institucional dictado por los acuerdos
internacionales y por las estrategias nacionales relativas al sector forestal, los arreglos entre las
instituciones y las iniciativas están aún por ser establecidos.
Propuesta de clasificación de los TBS
Reportar los avances de la NAMA evitando sobreposiciones y doble conteo con las demás NAMAs y
proyectos de mitigación puede resultar una tarea compleja debido a que la vocación del uso del
suelo, su uso actual, el grado de conservación y el tipo de actor involucrado de la unidad
considerada son elementos que pueden determinar la manera de reportar las emisiones y
reducciones correspondientes.
Para facilitar este proceso y la articulación entre las diferentes iniciativas, se han considerado los
TBS relativos al sector económico forestal y al sector económico agropecuario que incluyen un
componente arbóreo o arbustivo. La clasificación resulta en cuatro grupos que se vinculan al MRV
de AFOLU previsto por Colombia y caractertizados a seguir.
33
I. Conservación y/o manejo sostenible del bosque natural
Actividades relacionadas con la recuperación, reparación o mantenimiento del bosque natural en
áreas que cumplan con la definición de este último.
Incluye actividades enfocadas en la conservación y recuperación de los contenidos de carbono de
los ecosistemas boscosos.
Cabe recordar que, en Colombia, la definición de bosque natural se basa en un enfoque de
cobertura y no de uso.
Conservación y/o manejo sostenible del
bosque natural
Conservación / Reducción de la deforestación y
la degradación
Restauración-Regeneración: Mejoramiento
de las coberturas vegetales hasta el estado
de línea base o hasta llegar a las
características del bosque de referencia
Manejo forestal sostenible: Crear una relación
productiva y de dependencia entre el TBS, la
comunidad y los demás aspectos del paisaje
para que ningún factor o actor pueda desgastar
al otro
II. Bosque plantado y cultivos permanentes con características forestales
Involucra sistemas manejados intensivamente, con 1 o 2 especies, una clase de edad uniforme y
un espacio regular, con fines de uso productivo y/o de conservación.
Este grupo es relevante para la NAMA por incluir arreglos capaces de generar altos incrementos
en los contenidos de carbono.
Reforestación comercial: bosque plantado
manejado intensivamente con entre una o
dos especies, una clase de edad uniforme y
un espacio regular con fines productivos,
generalmente madera.
Bosques plantados con fines de protección:
sistemas manejados intensivamente con entre
una o dos especies, una clase de edad uniforme
y un espacio regular, con fines de uso de
conservación.
Huertos de árboles: áreas compuestas
predominantemente por árboles para la
producción de frutas, frutos secos y
aceitunas
Palmas: Áreas compuestas predominantemente
por palmas para la producción de dátiles, aceites
o cocos
Otras tierras Boscosas
III. Otras tierras boscosas
Coincide con el TBS “Arbustales”, es decir, territorios cubiertos por formación vegetal arbustiva
con dosel irregular que representa más de 70% del área total de la unidad, que no ha sido
intervenida o con una intervención selectiva que no ha alterado su estructura original ni sus
características, como densidades y sustratos.
La unidad puede contener elementos arbóreos dispersos. Incluye estos arreglos que inciden en
coberturas vegetales similares a la del bosque natural pero que no cumple con la definición de
esta última.
Aquí entran los arbustales, sistemas forestales con contenidos relativamente altos de carbono, y
por ende relevantes para la NAMA.
34
IV. Modelos agroforestales
Incluye los arreglos espaciales que, a partir de los atributos o beneficios que brindan los árboles,
buscan recuperar, reparar o mantener los beneficios ambientales, sociales y económicos de los
sistemas agrícolas y pecuarios. La implementación de actividades basadas en estos arreglos permite
combinar diferentes estrategias de producción en regiones agropecuarias y de conservación del
recurso forestal, mejorando el balance de carbono de los sistemas.
Sistemas agroforestales: Sistema de producción
que combina cultivos agrícolas y árboles, de
forma secuencial o simultánea, según arreglos
espaciales variados y en combinación con la
aplicación de prácticas de conservación de suelo.
Cortinas o barreras rompevientos: franjas
simples o múltiples de árboles multipropósito
en uno o varios estratos, sembradas con la
finalidad principal de reducir el efecto negativo
de los vientos sobre los cultivos, los pastos y los
animales.
Cercas vivas: Sistemas de árboles y arbustos
establecidos en reemplazo de postes muertos de
madera, cemento u otros materiales, establecidos
en altas densidades y gran diversidad de especies,
que en algunos casos pueden ser forrajeras.
Elementos conectivos de los pasajes ganaderos de
gran importancia para la biodiversidad que con el
tiempo se pueden transformar en corredores
biológicos.
Sistemas silvopastoriles: Sistemas de manejo de
árboles y arbustos multipropósito (de origen
natural o plantada) en la producción ganadera,
con densidades de árboles mayor a las de los
árboles aislados en potreros. El INGEI en su
versión intensiva los considera como
combinación de pastos con árboles y arbustos
forrajeros en alta densidad (> 7.000/ha en
trópico bajo y > 1.500/ha en trópico alto), bajo
métodos de pastoreo rotacional racional de alta
carga instantánea. Con o sin riego.
Banco mixto de forraje: Cultivos asociados con
especies herbáceas, arbóreas y arbustivas de alto
valor nutricional, para obtener forrajes de
excelente calidad para la alimentación animal.
Arboles dispersos en potrero: arboles
multipropósito de regeneración natural o
plantados, establecidos en baja densidad (20-
30 árboles por ha) en la producción ganadera.
La adopción del enfoque paisaje
La definición de paisaje sugerida para la NAMA Forestal es: “un sistema socio-ecológico que
consiste en ecosistemas naturales, modificados o no por el ser humano, y que son influenciados por
diversas actividades y procesos ecológicos, históricos, económicos y socioculturales” (MADS 2018).
En el contexto de gran variedad climática y topográfica de Colombia y en un entorno de múltiples
políticas, programas e iniciativas nacionales públicas y privadas sobre el cambio climático que
apuntan hacia la reducción de emisiones en el sector AFOLU, la conservación de los bosques, el
cierre de la frontera agrícola y el desarrollo sostenible se ha reconocido la necesidad de emplear
una herramienta de gobernanza para articular los múltiples paisajes existentes.
La adopción del enfoque paisaje para la NAMA Forestal permite que esta se establezca como el
instrumento integrador y orientador de los procesos de toma de decisiones desde la visión nacional
del territorio hasta el análisis de las condiciones locales que determinan los modelos concretos de
intervención, llegando a representar el instrumento para armonizar los enfoques de mitigación de
los dos sectores involucrados - forestal y agropecuario - y aportando al cierre de la frontera
agropecuaria. De esta manera, es posible considerar las necesidades de los paisajes forestales a
diferentes escalas aportando a la construcción del concepto de paisajes forestales sostenibles,
actualmente en discusión en el MADS, como una alternativa para la mitigación al cambio climático.
35
Si bien las experiencias en el país que aplican tal enfoque son varias, no existe información
disponible sobre las metodologías o criterios que estos han empleado en la evaluación de los
paisajes. Existen, sin embargo, tres criterios mínimos establecidos para definir las características
intrínsecas que deben pertenecer a un paisaje y que pueden ayudar en su identificación (MADS
2018).
Estos son:
Funcionalidad: combina diferentes usos y actividades, por ejemplo, la función social y
ecológica.
Limites diferenciados: el área considerada se enmarca en unos límites, bien sea de carácter
físico o cultural.
Relacionamiento entre componentes: los atributos favorecen la conectividad y la
complementariedad (ecológica y/o socioeconómica) entre las diferentes actividades y tipos
de actores presentes
Estos criterios son la base para el análisis de los territorios en los cuales se aplica la NAMA Forestal
donde intervienen distintos ámbitos (social, ambiental, socioeconómicos, institucional y de
gobernanza) que los influencias y definen (Ilustración 3).
Ilustración 3 Propuesta de esquema conceptual para la NAMA forestal de Colombia.
Juntamente con los tres criterios, la consideración de estos ámbitos en los diferentes niveles en los
cuales actúan permite identificar indicadores apropiados para la evaluación de los paisajes
forestales considerados según las escalas de intervención posibles. Se requiere un análisis de las
posibles interacciones entre los elementos, los actores que intervienen, las sinergias entre los
diferentes niveles espaciales y de gobernanza y de los límites y barreras para asegurar un
entendimiento completo de estos paisajes y, así, generar propuestas de intervención apropiadas.
36
Es en este análisis que se injerta la propuesta de diferenciación en cuatro grupos de los TBS, que
proporciona la posibilidad de afinar las intervenciones y las decisiones de manejo territorial según
las características del grupo que interviene en el paisaje, de acuerdo con las actividades previstas
por la NAMA Forestal. Con el fin de garantizar la inclusión de los TBS en el MRV en Colombia, es
importante tener en cuenta los lineamientos y definiciones de los límites biofísicos, especialmente
en relación con los límites cartográficos y definiciones de bosque y no bosque del IDEAM. Esta
definición puede influenciar los actores a ser involucrados en estas decisiones.
Con el fin de aclarar los roles y competencias en cada caso, así como para establecer mecanismos
de diálogo para garantizar, en la medida de lo posible, consistencia en la contabilidad y reportes en
los diferentes niveles, ya existen avances en el proceso de identificación de los actores de las
diferentes escalas de los paisajes forestales (Tabla 10).
Resta que MADS, IDEAM y demás instituciones involucradas en la implementación de la NAMA
Forestal, establezcan cómo deberá darse la articulación con el nivel nacional y se definan, para cada
nivel de intervención, las competencias, funciones, objetivos, necesidades y eventuales traslapes
de roles y posibilidades de articulación entre ellos.
37
Tabla 10. Mapeo de actores que considerar según nivel (Adaptado de MADS (2018)).
Para facilitar esta tarea de coordinación interinstitucional multinivel, es posible tomar como base
la información disponible de la EICDGB, específicamente las líneas de acción que proponen
actividades relacionadas TBS, así como las relacionadas con el monitoreo y ajustes normativos e
institucionales, como:
Gestión Sociocultural de los Bosques y Conciencia Pública,
Desarrollo de una economía forestal y cierre de la frontera agropecuaria,
Gestión transectorial del ordenamiento territorial y los determinantes ambientales,
Monitoreo y control permanente, y
Generación y fortalecimiento de capacidades legales, institucionales y financieras.
38
Implicaciones de la adopción de los cuatro grupos de TBS para el MRV de la
NAMA
Actualmente el país se encuentra en etapa de diseño y preparación de los sistemas MRV de las
medidas de mitigación. Por su naturaleza, la NAMA forestal integra el enfoque de reducciones, y
específicamente de captura de GEI. La contabilización de sus logros, visibilizada por su MRV, es
únicamente posible si previamente ha sido establecida una línea base de emisiones y absorciones,
que implica haber definido las metodologías de cálculo y de reporte de la información sobre éstas,
además de los roles y responsabilidades de los actores involucrados.
Los cuatro grupos de TBS propuestos definen el marco para integrar cada sistema relacionado con
las actividades de la NAMA en su esquema de reporte. Para cada uno de los grupos se reportan las
barreras y sus implicaciones de reporte en lo que deberá ser el sistema MRV de la NAMA (Tabla
11), tomando en consideración los avances en la cuantificación de emisiones del sector AFOLU.
Adicionalmente, se incluyen algunas recomendaciones para abordar las barreras identificadas. En
el Anexo D se proveen más detalles y se incluye una semaforización que indica el grado de
alistamiento actual del MRV AFOLU de Colombia para contabilizar los TBS.
39
Tabla 11. Consideraciones para el reporte de los 4 grupos de TBS
40
Consideraciones para el MRV de los modelos agroforestales
Los datos de actividad y los factores de emisión de algunos de los cultivos agrícola principales (café
cacao, aguacate, etc.) no diferencian los posibles arreglos espaciales asociados en el territorio, como
sí es el caso de la categoría de reporte del INGEI “3B2a Cultivos que permanecen” en la cual se
evidencian los incrementos en los contenidos de carbono del cultivo de cacao que se da
generalmente en SAF. Sin embargo, con la información disponible, no es posible determinar las
áreas de cultivo que implementan este tipo de sistemas y las que no lo hacen.
A pesar de que existen avances por parte de gremios productivos (café y ganadería) en el
establecimiento de metodologías, modelos de investigación e implementación, no existe aún una
hoja de ruta específica para visualizar su potencial de mitigación en el INGEI y, por ende, en el MRV
AFOLU.
Los proyectos sectoriales que se han adelantado pueden convertirse en el punto de partida para
discriminar en los cultivos permanentes aquellos que se encuentran asociados a SAF y, de esta
manera, contribuir desde la experiencia ya adquirida en la definición de las actividades que serían
incluidas en esta muy necesaria hoja de ruta. La NAMA Forestal representa también en este caso el
marco para dichas actividades y cobra relevancia en el cierre de la frontera agrícola propuesta por
el gobierno colombiano.
Procesos y coordinaciones entre actores
Por la multiplicidad de acciones en los territorios de la NAMA, un punto de partida importante para
que los modelos agroforestales sean apropiadamente incluidos en el MRV de la medida será la
construcción, entre todos los actores involucrados, de una base común de entendimiento alrededor
de definiciones, características y límites de la implementación de estos TBS en el paisaje para
definir uno de los insumos primarios de la NAMA: su línea de base.
Esta, a su vez, constituye un insumo indispensable para la discusión sobre la definición de los
procedimientos, modalidades y recursos para agregar y monitorear en el tiempo la contribución a
la mitigación de estos modelos a los inventarios de GEI para AFOLU. Es posible que estos aspectos
hayan sido definidos entre IDEAM y las otras dos NAMAs que incluyen TBS (café y ganadería), en
cuyo caso, sería deseable construir sobre estos avances para la inclusión de otros modelos
agroforestales.
Ahora bien, por ser complementarias, existe una necesidad de definir entre las NAMAs el alcance
de los modelos considerados en las actividades pecuarias y agrícolas de cada una y establecer
lineamientos que establezcan responsabilidades y eviten sobreposiciones y conflictos.
Será necesaria, adicionalmente, una coordinación con los programas sub-nacionales REDD+ que se
realicen en una misma área geográfica y con la misma temporalidad, así como con los que se están
adoptando en el sector agropecuario como las iniciativas de FNC y FEDEGAN sobre SAF y sistemas
silvopastoriles, o la propuesta de Manejo forestal sostenible a través de la forestería comunitaria
de Santos et al. (2018).
La metodología para la identificación y estimación podría basarse en los avances de metodologías
ya desarrolladas para la estimación de líneas base de SAF en otras NAMAs, como en el caso de la
NAMA Café. La incorporación de grupos técnicos, como el equipo del INGEI del IDEAM y el equipo
técnico detrás de la propuesta de Manejo forestal sostenible, representan una valiosa oportunidad
para alinear esfuerzos y visiones para la implementación de arreglos agroforestales en los
territorios.
Una vez que estos puntos sean aclarados y armonizados, será posible diseñar un MRV para la NAMA
compatible con el MRV de AFOLU y complementario al de las demás NAMAs, suficientemente
inclusivo de los modelos agroforestales y que incorpore las singularidades de estos relacionadas a
la vocación y el uso actual del suelo considerado.
41
Elementos emergentes
La NAMA Forestal, por ser una herramienta de mitigación transversal a varios instrumentos del
sector forestal y agropecuario, debe tener una fuerte articulación con otras iniciativas y políticas
nacionales, entre ellas los proyectos REDD+ y las otras NAMAs en AFOLU. Encontrarse en una etapa
de formulación, permite a la NAMA Forestal adoptar un enfoque paisaje para construir y alinear su
articulación e integración con el marco de desarrollo sostenible propio de AFOLU. De este modo, se
promueve la implementación de las acciones de la EICDGB y el cierre de la frontera agrícola de
manera alineada con los contextos socioambientales del país (nacional, regional y local) y con los
programas de capacitación, investigación e implementación que la soporten.
Si bien la NAMA cuenta con un marco institucional y normativo fuerte, resta por definir la definición
de su marco de gobernanza con roles y responsabilidades de instituciones y actores a cargo de su
gestión. La definición de este marco permitirá establecer los mecanismos de articulación con otras
iniciativas y políticas nacionales a diferentes escalas de gobernanza. La creación de un espacio de
discusión concertado en el cual puedan intervenir las mesas sectoriales de bosque, agricultura y
ganadería, facilitaría la inclusión de los diferentes niveles de decisión y operacionales de la NAMA,
fomentando las interacciones multi actor que caracterizan su ámbito de aplicación transversal.
Por encontrarse dentro de AFOLU, el diseño del MRV de la NAMA Forestal deberá estar vinculado
y servir como insumo al MRV de dicho sector en Colombia. El RENARE y el SINGEI determinan el
marco para la contabilización del potencial de mitigación de la NAMA, para lo cual es necesario un
diseño específico que incluya condiciones para el reporte de los TBS considerados. Este MRV
específico puede ser desarrollado siempre y cuando se haya definido el alcance y las acciones de
mitigación consideradas por la NAMA, decisión en la que el enfoque de sostenibilidad propuesto
por la EICDG juega un papel importante al establecer sistemas de producción en áreas productivas
basados en TBS y según un arreglo paisajístico sostenible.
Definir el alcance implica concretar, por ejemplo, si la NAMA deberá limitarse a las tierras públicas
o incluye las tierras privadas, si va a cubrir todas las tierras con cobertura forestal – posible fuente
de conflicto con REDD+ - y si incorporará las acciones de mitigación en todas o solamente alguna
de las zonas de expansión de la frontera agrícola (dependiendo del objetivo y la trayectoria deseada
o de la vocación, cobertura existente o uso de la tierra actual) – en posible conflicto con otras
NAMAs. Se requieren criterios y reglas para la adjudicación de estas superficies bajo los
instrumentos de mitigación correspondientes. Solo entonces se podrá desarrollar un MRV
específico para los casos considerados.
Este tipo de decisiones deberán basarse en una cuidadosa evaluación técnica de los “pro” y los
“contra” de las diferentes opciones, insumo necesario para estas decisiones de política. Si existieran
sobreposiciones espaciales o temporales con proyectos subnacionales REDD+ o de otra naturaleza,
se requeriría establecer la jerarquía entre estos y la NAMA con relación a su posición subordinada
al MRV AFOLU, así como las responsabilidades y los procedimientos para el reporte con el fin de
evitar doble conteos o fallas.
En la actualidad, los TBS provisionalmente considerados bajo la NAMA Forestal - salvo unas pocas
excepciones - no se encuentran directamente visibilizados o están excluidos del MRV de AFOLU. La
propuesta de este trabajo permite establecer los elementos faltantes para reportar estos TBS y las
sinergias existentes con otras actividades en el sector, proponiendo intervenciones que apuntan
hacia la mejora de los reportes. Sobre esta base, es posible establecer una hoja de ruta con las
acciones necesarias para generar una primera estimación de la línea de base de la NAMA y el diseño
de un MRV exhaustivo y adaptado al reporte de las acciones de mitigación de las cuales la NAMA es
responsable. Este trabajo también representa una contribución a la generación y mejoramiento de
la información del SMByC y del INGEI (a través del Plan de Mejora del INGEI), reflejándose en las
estimaciones base de las NDC.
42
Anexos
Anexo A
Documentos clave consultados
- Protocolo para la estimación nacional y subnacional de biomasa - carbono en Colombia.
Instituto de Hidrología, Meteorología, y Estudios Ambientales-IDEAM-. Bogotá D.C.,
Colombia. 162 p.
http://documentacion.ideam.gov.co/openbiblio/bvirtual/022101/PARTE13.pdf
- Protocolos para el monitoreo de la deforestación a nivel nacional y regional generados
por IDEAM.
http://documentacion.ideam.gov.co/openbiblio/bvirtual/022106/022106.htm;
http://www.ideam.gov.co/documents/13257/13817/Protocolo+Subnacional+PDI.pdf
- Protocolo de Procesamiento Digital de Imágenes, para la cuantificación de la
deforestación en Colombia V.2.
http://www.ideam.gov.co/documents/11769/44688974/Protocolo+de+PDI+para+la+cu
antificacion+de+la+deforestacion+en+colombia+v2+con+fe+de+erratas/7601d529-31ed-
47fb-8086-9138f726f717?version=1.0
- Protocolo para la estimación nacional y regional de los contenidos de biomasa/Carbono
en Colombia.
http://documentacion.ideam.gov.co/openbiblio/bvirtual/022101/022101.htm
- Estimación del contenido de carbono de los bosques naturales de Colombia con datos de
campo y ecuaciones alométricas específicas para Colombia.
http://documentacion.ideam.gov.co/openbiblio/bvirtual/022100/EstimaciondelasReser
vas2010.pdf
- Lineamientos conceptuales y metodológicos para la caracterización de causas y agentes
de la deforestación en Colombia.
http://documentacion.ideam.gov.co/openbiblio/bvirtual/023783/Lineamientos.pdf
- Directrices voluntarias sobre la Gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la
pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional.
http://www.fao.org/3/a-i2801s.pdf
- Enfoque de medios de vida sostenibles. http://www.fao.org/3/a-j5129s.pdf.
- Metodología de análisis y desarrollo de mercados para empresas comunitarias forestales.
http://www.fao.org/docrep/017/i2394s/i2394s00.pdf
- Cartografía temática existente para el país, y que está disponible en el IGAC. Catálogo de
mapas SIAC. http://www.siac.gov.co/Catalogo_mapas.html
- Catálogo de mapas SIAC (IDEAM, IAvH, etc.). http://www.siac.gov.co/catalogo-de-mapas
43
Anexo B
Categorías superiores de tierras del IPCC para la elaboración de informes de los
inventarios de GEI (FAO 2015)
Tierras forestales (3B1). Incluye toda la tierra con vegetación leñosa compatible con los umbrales
usados para definir tierras forestales en el inventario nacional de gases de efecto invernadero.
Además, incluye los sistemas con una estructura de vegetación que actualmente están por debajo
de dichos umbrales, pero que podrían alcanzar los valores umbral usados por un país para la
definición de la categoría tierras forestales.
Tierras de cultivo (3B2). Esta categoría abarca tierras cultivadas, incluyendo los arrozales, y los
sistemas agroforestales donde la vegetación queda por debajo de los umbrales usados para la
categoría tierras forestales.
Pastizales (3B3). Categoría que incluye las praderas y tierras de pastoreo que no se consideran
tierras de cultivo. Además, abarca los sistemas con vegetación leñosa y vegetación no gramínea,
como hierbas y maleza, que quedan por debajo de los valores umbral usados en la categoría de
tierras forestales. También incluye todos los pastizales, desde tierras silvestres a áreas recreativas,
así como los sistemas agrícolas y silvopastoriles, consistentes con las definiciones nacionales.
Humedales (3B4). Esta categoría abarca las zonas de extracción de turba y tierra cubierta o
saturada de agua durante todo el año o parte de este (por ejemplo, turberas) y que no entran en las
categorías de tierras forestales, tierras de cultivo, pastizales o asentamientos. Incluye a los
embalses como una subdivisión gestionada y los ríos y lagos naturales como subdivisiones no
gestionadas.
Asentamientos (3B5). Esta categoría comprende toda la tierra urbanizada, incluidas
infraestructuras de transporte y asentamientos humanos de cualquier tamaño, si no han sido ya
asignadas a otras categorías. Los elementos que entran en esta categoría deben ser consistentes
con las definiciones nacionales.
Otras tierras (3B6). Incluye el suelo desnudo, roca, hielo y todas aquellas zonas terrestres que no
encajan en ninguna de las otras cinco categorías. Permite que el total de las áreas de tierra
identificadas coincida con el área nacional, donde se dispone de datos. Si hay datos disponibles, se
incentiva a los países a clasificar las tierras no gestionadas con las anteriores categorías de uso de
la tierra (por ejemplo, tierras forestales no gestionadas, pastizales no gestionados, humedales no
gestionados).
44
Anexo C
Alistamiento de los TBS y consideraciones para su contabilización.
El color indica el grado de alistamiento del MRV AFOLU actual para contabilizar los TBS. Con el
color verde se refleja el estado más completo, y con el color rojo el menos completo. (DA= datos
de actividad; FE = Factor de emisión)
45
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http://dx.doi.org/10.5716/WP18024.PDF
288. Evaluation of UTZ certification coffee businesses in Guatemala, Honduras and
Nicaragua. http://dx.doi.org/10.5716/WP18028.PDF
289. Agroforestry species of Peru: annotated list and contribution to prioritization for
genetic conservation. http://dx.doi.org/10.5716/WP18029.PDF
290. Indonesia Rural Economic Development Series.Growing plants on a barren hill: local
knowledge as part of land restoration in Sumba Timur, Indonesia.
DOI: http://dx.doi.org/10.5716/WP18030.PDF
291. Assessing the Downstream Socioeconomic Impacts of Agroforestry in Kenya
DOI: http://dx.doi.org/10.5716/WP18033.PDF
The World Agroforestry (ICRAF) is a centre of scientic excellence
that harnesses the benets of trees for people and the environment.
Leveraging the world’s largest repository of agroforestry science and
information, we develop knowledge practices, from farmers’ elds
to the global sphere, to ensure food security and environmental
sustainability.
ICRAF is the only institution that does globally signicant agroforestry
research in and for all of the developing tropics. Knowledge produced
by ICRAF enables governments, development agencies and farmers
to utilize the power of trees to make farming and livelihoods more
environmentally, socially and economically sustainable at multiple
scales.
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