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CIE-11 y la despatologización de la condición transgénero

Authors:
Rev
Psiquiatr
Salud
Ment
(Barc.).
2019;12(2):65---67
www.elsevier.es/saludmental
EDITORIAL
CIE-11
y
la
despatologización
de
la
condición
transgénero
CIE-11
and
the
depathologisation
of
the
transgender
condition
Rebeca
Robles
Garcíaay
José
Luis
Ayuso-Mateosb,
aCentro
de
Investigación
en
Salud
Mental
Global,
Instituto
Nacional
de
Psiquiatría
Ramón
de
la
Fuente
Mu˜
niz,
Ciudad
de
México,
México
bDepartamento
de
Psiquiatría,
Universidad
Autónoma
de
Madrid,
CIBERSAM,
Madrid,
Espa˜
na
La
Organización
Mundial
de
la
Salud
(OMS),
en
tanto
agen-
cia
especializada
de
las
Naciones
Unidas,
tiene
la
misión
de
lograr
los
máximos
niveles
de
salud
para
todas
las
personas
----entendiendo
a
la
salud
como
el
completo
bienestar
tanto
físico
como
mental
y
social---- .
Su
Clasificación
Internacional
de
Enfermedades
y
condiciones
relacionadas
con
la
salud,
actualmente
en
la
décima
versión
(CIE-10),
tiene
como
propósitos:
monitorizar
epidemias
y
amenazas
a
la
salud
pública,
identificar
poblaciones
bajo
riesgos
particulares,
definir
obligaciones
de
sus
países
miembros
en
relación
con
la
provisión
de
cuidados
a
la
salud,
facilitar
el
acceso
a
los
servicios
de
salud
apropiados,
guiar
la
práctica
clínica
ruti-
naria
y
facilitar
la
investigación
de
tratamientos
efectivos1.
Por
tanto,
requiere
ser
revisada
cada
cierto
tiempo
para
actualizarse
a
la
luz
de
la
evidencia
científica,
y
las
con-
diciones
de
salud
global
y
servicios
de
atención
con
los
que
se
cuenta.
El
proceso
de
revisión
de
la
CIE-10
en
preparación
para
la
onceava
versión
de
la
clasificación
(CIE-11)
se
encuentra
en
su
etapa
final.
De
hecho,
ya
se
han
publicado
para
su
consulta
externa
todas
las
catego-
rías
diagnósticas
y
definiciones
que
pretenden
incluirse
Autor
para
correspondencia.
Correo
electrónico:
joseluis.ayuso@uam.es
(J.L.
Ayuso-Mateos).
(http://apps.who.int/classifications/icd11/browse/f/en),
y
se
espera
que
la
Asamblea
Mundial
de
Salud
(integrada
por
los
ministros
de
salud
de
los
países
miembros
de
la
OMS)
la
apruebe
y
mandate
los
inicios
de
los
trabajos
para
su
implementación
a
mediados
del
2019.
La
CIE-10
fue
aprobada
en
1990,
lo
que
implica
el
periodo
más
largo
de
la
historia
para
llevar
a
cabo
una
revisión
mayor
de
la
clasificación.
Durante
las
décadas
transcurri-
das
se
ha
avanzado
substancialmente
en
la
comprensión
de
los
trastornos
sexuales
y
la
salud
sexual,
así
como
en
el
reconocimiento
de
los
derechos
sexuales
de
las
perso-
nas
con
identidades
de
género
diversas.
Esto
desde
luego
no
se
ve
reflejado
en
la
versión
actual
de
la
clasificación
(CIE-10),
que
incluye
a
la
condición
transgénero
en
su
Capí-
tulo
V
sobre
«Trastornos
Mentales
y
del
Comportamiento».
El
hecho
de
tener
considerada
a
esta
condición
como
un
trastorno
mental
incrementa
sin
duda
el
estigma
y
sus
lace-
rantes
consecuencias
hacia
esta
ya
de
por
discriminada
minoría
sexual;
lo
que
hace
aún
más
relevante
el
cuestiona-
miento
---- y
evaluación
científica----
de
si
se
trata
realmente
de
un
problema
de
salud
mental.
El
proceso
de
revisión
de
la
CIE-10
resultó
una
muy
buena
oportunidad
para
ello.
Y
es
que,
para
llevar
a
cabo
la
revisión
del
Capítulo
V
sobre
«Trastornos
Mentales
y
del
Comportamiento»
de
la
CIE-10,
el
Departamento
de
Salud
Mental
y
Abuso
de
Sustancias
de
la
OMS
conformó
un
Grupo
https://doi.org/10.1016/j.rpsm.2019.01.002
1888-9891/©
2019
Publicado
por
Elsevier
Espa˜
na,
S.L.U.
en
nombre
de
SEP
y
SEPB.
66
R.
Robles
García,
J.L.
Ayuso-Mateos
Internacional
de
Asesores
dedicado
a
delinear
las
estrategias
a
seguir
para
lograr
una
CIE-11
con
mayor
utilidad
clínica
y
mejor
respuesta
a
las
necesidades,
experiencia
y
dere-
chos
humanos
de
las
poblaciones
involucradas.
Se
determinó
entonces
la
conformación
de
Grupos
de
Trabajo
por
área
específica
de
la
clasificación,
que
se
encargaron
de
desa-
rrollar
propuestas
fundamentadas
de
cambios2.
El
Grupo
de
Trabajo
en
la
Clasificación
de
Trastornos
Sexuales
y
Salud
Sexual
fue
constituido
por
11
expertos
de
diferentes
disciplinas
relacionadas,
representantes
de
las
distintas
regiones
de
los
países
miembros
de
la
OMS.
Sus
propuestas
de
modificación
a
la
clasificación
de
la
condi-
ción
transgénero
se
basaron
en
la
revisión
y
evaluación
de
la
literatura
científica
disponible,
así
como
en
la
información
clínica
y
de
política
pública
vigente,
la
utilidad
clínica
y
la
experiencia
con
las
categorías
diagnósticas
relevantes
de
la
CIE-10
en
diversos
escenarios
y
sistemas
de
salud,
y
la
con-
sulta
con
diferentes
entidades
internacionales,
incluyendo
el
Gobierno
francés,
el
Consulado
y
el
Parlamento
Europeo,
y
organizaciones
civiles
tales
como
la
Asociación
Mundial
Pro-
fesional
de
Salud
Transexual
(World
Professional
Association
of
Transgender
Health
[WPATH]),
la
Acción
Global
para
la
Equidad
Trans
(Global
Action
for
Trans*
Equality
[GATE]),
la
Fundación
Agnodice
de
Suiza,
AktionTranssexualität
und
Menschenrecht
de
Alemania,
la
Asociación
Psicológica
Ame-
ricana,
la
LGBT
de
Dinamarca,
la
Revise
F65
de
Noruega
y
la
Société
Franc¸aise
d’Etudes
et
de
prise
en
Charge
du
Transsexualisme
en
Francia.
Propuestas
de
modificación
a
la
clasificación
de
la
con-
dición
transgénero
en
la
CIE-11
El
Grupo
de
Trabajo
de
expertos
en
esta
materia
tuvo
por
objetivos
centrales:
1)
la
despatologización
y
desestig-
matización
de
las
personas
denominadas
«transgénero»;
y
2)
posibilitar
el
tratamiento
y
servicios
de
salud
accesibles
y
de
calidad
para
las
personas
que
así
lo
requieran.
Para
con-
ciliar
ambos
objetivos
propusieron,
en
primer
lugar,
mover
las
categorías
transgéneras
fuera
del
Capítulo
V
de
Tras-
tornos
Mentales
y
del
Comportamiento
y
ubicarlas
en
otro
capítulo3.
La
opción
con
mayor
apoyo
a
lo
largo
del
proceso
de
revisión
es
la
de
crear
un
nuevo
capítulo
de
condiciones
relacionadas
con
la
sexualidad,
del
que
serían
parte
estas
categorías
transgénero.
En
segundo
lugar,
se
sugirió
el
cambio
de
nombre
y
la
reconceptualización
de
estas
categorías,
incluyendo:
1)
la
modificación
de
la
categoría
CIE-10
F64.0
Transexualismo
por
«Gender
Incongruence
of
Adolescence
and
Adulthood»
(Discordancia
de
Género
en
la
Adolescencia
y
Adultez),
caracterizándole
como
«una
incongruencia
marcada
y
per-
sistente
entre
la
experiencia
de
género
del
individuo
y
el
sexo
asignado»
durante
la
vida
adulta,
y
2)
la
modificación
de
la
categoría
CIE-10
F64.2
Trastorno
de
Identidad
de
Género
en
la
Infancia
por
«Gender
Incongruence
of
Childhood»
(Discordancia
de
Género
en
la
Infancia),
caracterizándole
como
«una
incongruencia
marcada
y
persistente
entre
la
experiencia/expresión
de
género
individual
y
el
sexo
asig-
nado
en
infantes
pre-puberales».
El
cambio
de
términos
(de
«Identity»
o
Identidad
a
«Incongruence»)
tuvo
el
objetivo
de
disminuir
el
estigma
asociado
enfocándose
menos
en
el
estado
mental
implicado;
sin
embargo,
la
traducción
literal
al
espa˜
nol
«Incongruencia»
podría
no
ser
la
más
adecuada
para
estos
propósitos;
por
lo
que
se
ha
propuesto
utilizar
el
término
castellano
«Discordancia».
Adicionalmente,
se
propusieron
un
par
de
precisiones
diagnósticas:
1)
en
ambas
categorías
(para
ni˜
nos
y
para
ado-
lescentes
y
adultos),
la
condición
puede
o
no
acompa˜
narse
de
malestar
(distress)
o
deterioro
funcional
significativos,
particularmente
en
ambientes
sociales
de
alta
desaproba-
ción
a
la
condición,
y
2)
se
modifican
los
tiempos
requeridos
para
establecer
el
diagnóstico;
en
el
caso
de
la
Discordancia
de
Género
en
la
Adolescencia
o
Adultez
se
propone
cam-
biar
a
varios
meses
en
lugar
de
esperar
a
2
a˜
nos,
con
lo
que
se
presta
la
oportunidad
de
acceder
a
servicios
de
salud
de
forma
temprana
y
se
reducen
los
riesgos
que
implica
la
atención
no
especializada;
para
el
caso
de
la
Discordancia
de
Género
en
la
Infancia
se
hace
lo
contrario,
aumentando
el
tiempo
requerido
para
establecer
el
diagnóstico
de
6
meses
a
cuando
menos
2
a˜
nos,
a
fin
de
evitar
los
falsos
positivos
producto
de
la
inclusión
de
ni˜
nos
que
muestran
conductas
o
intereses
de
variabilidad
de
género.
Finalmente,
se
sugirió
eliminar
la
categoría
«Transverstismo
Fetichista»
del
grupo
CIE-10
de
«Trastornos
de
la
Inclinación
Sexual
o
Parafilias»,
así
como
el
diagnóstico
CIE-10
F64.1
Transverstismo
de
doble
rol.
Con
base
en
el
proceso
de
revisión
de
pares
y
los
comen-
tarios
recibidos
por
parte
de
grupos
de
profesionales
y
de
la
sociedad
civil,
parece
ser
que
uno
de
los
cuestionamien-
tos
principales
en
torno
a
las
propuestas
de
reclasificación
de
la
condición
transgénero
es
acerca
de
la
necesidad
de
una
categoría
de
«Discordancia
de
Género
en
la
Infancia».
Aparentemente
hay
2
perspectivas
diferentes
y
válidas
al
respecto,
y
la
decisión
no
puede
basarse
exclusivamente
en
discusiones
académicas
y
sociales
posteriores.
En
esta
línea,
la
utilidad
clínica
de
esta
categoría,
así
como
las
consecuen-
cias
potenciales
de
su
uso,
fueron
asuntos
de
importancia
particular
en
los
estudios
de
campo
que
siguieron
en
el
pro-
ceso
de
desarrollo
de
la
CIE-11.
Estudios
CIE-11
sobre
la
clasificación
de
la
condición
transgénero
Los
estudios
de
campo
para
evaluar
estas
propuestas
incluyeron:
1)
una
encuesta
de
opinión
a
profesionales
de
la
salud
mental
en
relación
con
las
categorías
que
deberían
eliminarse
de
las
clasificaciones
(y
las
razones
para
ello)4;
2)
una
serie
de
estudios
en
diferentes
países
dedicados
a
determinar
si
la
condición
transgénero
cubre
o
no
con
los
criterios
esenciales
para
considerarle
un
trastorno
mental5,
y
3)
la
evaluación
de
la
aceptabilidad
y
la
utilidad
clínica
de
la
propuesta
CIE-11
para
la
clasificación
de
la
condición
transgénero
en
la
infancia6.
La
encuesta
de
opinión
se
llevó
a
cabo
como
parte
del
estudio
de
«taxonomía
natural»
de
Reed
et
al.7,
que
incluyó
a
una
muestra
de
profesionales
de
la
salud
mental
de
8
paí-
ses
(Brasil,
China,
India,
Japón,
México,
Nigeria,
Espa˜
na
y
EE.
UU.)
con
al
menos
2
a˜
nos
de
experiencia
posteriores
a
su
entrenamiento
clínico,
y
que
proporcionaban
servicios
de
salud
mental
durante
al
menos
10
h
por
semana.
El
60,4%
de
los
505
clínicos
participantes
indicó
que
uno
o
más
de
los
60
diagnósticos
de
trastornos
mentales
incluidos
en
el
estudio
debería
ser
quitado
de
las
clasificaciones
vigentes
(CIE-10
y
DSM-IV,
en
ese
momento).
Las
categorías
recomendadas
con
mayor
frecuencia
para
ser
eliminadas
fueron:
el
trastorno
de
identidad
de
género,
la
disfunción
sexual
y
las
parafi-
lias;
generalmente
debido
a
que
los
clínicos
consideraron
que
están
basadas
más
bien
en
la
estigmatización
de
una
manera
de
ser
o
comportarse4.
CIE-11
y
la
despatologización
de
la
condición
transgénero
67
Por
su
parte,
la
evaluación
de
la
validez
de
la
propuesta
de
no
considerar
más
a
la
condición
transgénero
como
un
problema
de
salud
mental
partió
de
la
premisa
de
que,
por
definición,
un
trastorno
mental
ocasiona
malestar
significa-
tivo
o
distress
y/o
disfunción
o
discapacidad
por
mismo
y
no
debido
al
estigma
o
rechazo
social
de
la
condición.
En
un
primer
estudio
en
México,
que
luego
se
replicó
en
otros
5
países
(Brasil,
Francia,
India,
Líbano
y
Sudáfrica)
se
demos-
tró
justo
lo
contrario:
en
los
modelos
de
regresión
logística,
los
predictores
de
distress
y
de
todos
los
tipos
de
disfun-
ción
fueron
las
experiencias
de
rechazo
(odds
ratio
[OR]:
2,29-8,15)
y
la
violencia
(1,99-3,99),
en
lugar
de
las
varia-
bles
relacionadas
con
la
marcada
discordancia
o
disforia
de
género
(criterio
esencial
de
la
condición
transgénero)8.
Finalmente,
en
relación
con
la
categoría
CIE-11
de
Discor-
dancia
de
Género
en
la
Infancia,
se
llevó
a
cabo
un
estudio
cualitativo
para
determinar,
con
base
en
una
entrevista
a
profundidad
a
personas
transgénero
que
habían
experimen-
tado
una
suerte
de
diagnóstico
de
esta
condición
durante
la
infancia:
1)
si
tal
diagnóstico
había
resultado
una
experien-
cia
inherentemente
da˜
nina
e
innecesaria,
y
2)
la
adecuación
y
utilidad
potencial
de
la
propuesta
CIE-11
para
la
clasifica-
ción
de
la
discordancia
de
género
en
la
infancia,
incluyendo
su
nueva
localización,
nombre
y
definición.
Ninguno
de
los
participantes
tuvo
un
diagnóstico
oficial
de
su
condición
(basado
en
CIE
o
DSM),
sino
uno
no
específico
y
alusivo
a
una
enfermedad
mental;
en
todos
los
casos
fue
experi-
mentado
de
forma
negativa
y
para
justificar
intervenciones
«curativas»
potencialmente
da˜
ninas.
De
cualquier
manera,
cuando
los
participantes
revisaron
la
propuesta
CIE-11
para
clasificar
la
condición
transgénero
en
la
infancia,
el
total
de
la
muestra
coincidió
en
que
la
categoría
era
necesaria
y
que
podría
conllevar
beneficios
personales,
familiares
y
sociales;
y
estuvo
de
acuerdo
en
su
localización
en
un
nuevo
capítulo
de
Condiciones
relacionadas
con
la
Salud
Sexual,
así
como
en
su
nuevo
nombre
(traducción
al
espa˜
nol)
y
definición
correspondiente.
Así
pues,
se
dispone
ya
de
basta
evidencia
científica
a
favor
de
las
propuestas
de
modificación
a
la
clasificación
de
la
condición
transgénero
en
la
CIE-11;
que
de
tener
cierto
valor
heurístico
para
la
aprobación
de
las
mismas
por
parte
de
la
Asamblea
Mundial
de
Salud
de
la
OMS,
ayudará
sin
duda
en
la
reducción
del
estigma
hacia
esta
población,
asegurando
al
tiempo
la
atención
de
calidad
para
la
trans-
formación
corporal
segura
y
bajo
supervisión
médica
que
podría
requerirse.
Financiación
Organización
Mundial
de
la
Salud,
a
través
del
Instituto
Nacional
de
Psiquiatría
Ramón
de
la
Fuente
Mu˜
niz
(Centro
Colaborador
de
la
OMS/OPS).
País:
Suiza
y
México,
respec-
tivamente.
IDs
de
la
beca:
Registro
OMS:
2013/328671-0,
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Behav.
2018;47:2363---74.
7.
Reed
GM,
Roberts
MC,
Keeley
J,
Hooppell
C,
Matsumoto
C,
Sharan
P,
et
al.
Mental
health
professionals’
natural
taxonomies
of
men-
tal
disorders:
Implications
for
the
clinical
utility
of
the
ICD-11
and
the
DSM-5.
J
Clin
Psychol.
2013;69:1191---212.
8.
Robles
R,
Fresán
A,
Vega-Ramírez
H,
Cruz-Islas
J,
Rodríguez-Pérez
V,
Domínguez-Martínez
T,
et
al.
Removing
transgender
identity
from
the
classification
of
mental
disorders:
A
Mexican
field
study
for
ICD-11.
Lancet
Psychiatry.
2016;3:850---9.
... This was an observational, descriptive, and retrospective study based on the review of electronic medical records of patients under 18 with gender incongruence (ICD-10 code: F64-F642-F648-F649-F668) who received genderaffirming care between January 1, 2018, and June 30, 2022, at the Hospital Universitario Fundación Valle del Lili in Cali, Colombia. "Gender incongruence" is included in the new International Classification of Diseases ICD-11, and the objective of the condition is not to improve or eliminate symptoms but to facilitate gender-affirming care [10,15]. However, in the current study, we used the international ICD-10 classification because this classification is still in effect within the institution. ...
... Of the 43 patients, 58% were assigned female at birth and 42% were assigned male at birth. This higher representation assigned female at birth has also been reported in other studies [15,16]. This trend is thought to be because assigned female at birth with gender incongruence are more socially accepted than those assigned male at birth. ...
... This trend is thought to be because assigned female at birth with gender incongruence are more socially accepted than those assigned male at birth. [15,16]. ...
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Background Gender incongruence can often manifest itself from early childhood [Olson KR, Gülgöz S. Child Dev Perspect. 2018;12:93–7. https://doi.org/10.1111/cdep.12268] with a significant psychological impact, altering social and school dynamics without the appropriate care.[Tordoff DM, et al. JAMA Netw Open. 2022;5(2): e220978. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2022.0978] Early identification and gender–affirming care are essential to reduce adverse mental health outcomes, such as depression and self-harm [Tordoff DM, et al. JAMA Netw Open. 2022;5(2): e220978. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2022.0978]..This study aims to analyze characteristics and to estimate relative frequencies of gender incongruence in a population of children and adolescents receiving gender-affirming care at a high-complexity university hospital located in the third largest city in Colombia. Methods This was a retrospective descriptive study of patients under 18 with gender incongruence that received gender-affirming care between January 2018 and June 2022 at Fundacion Valle del Lili in Cali, Colombia. Sociodemographic and clinical characteristics of 43 patients were assessed, as well as the relative frequencies of gender incongruence. Data analysis was performed with the statistical package STATA®. To determine significant differences between the characteristics of the patients who participated in the study, the Mann‒Whitney U test was performed for numerical variables with non-parametric distribution, while either Pearson's Chi-2 test or Fisher's exact test was performed for categorical variables. Results For every ten individuals assigned female at birth, who manifested gender incongruence, there were eight assigned male at birth. The median age of onset of gender incongruence was ten years (IQR: 5–13 years), and the median time elapsed between the reported onset of gender incongruence and the first consultation with a multidisciplinary gender-affirming team was three years (IQR: 1–10 years). The frequency of transgender identity was notable in participants with ages between 15 and 17 years. Depressive symptoms, anxiety, and psychotropic drug use were significantly higher in individuals assigned female at birth. Among 25 individuals assigned female at birth who participated in this study, 60% self-recognized as transgender men.18 individuals assigned male at birth, 67% self-recognized as transgender women. The most frequent treatment was a referral to mental health services (46.51%). Conclusion Based on the cohort of our study, we can conclude that patients consult for gender-affirming treatment 3 years after the onset of gender incongruence. Anxiety and depression were higher in individuals assigned female at birth. Additionally, they presented at a later stage of sexual maturation, reducing the possibility of using puberty blockers.
... El diagnóstico de niños y niñas cambió a trastorno de identidad de género de la infancia en coherencia con la denominación del diagnóstico incluida en el DSM-III; sin embargo, la CIE-10 condiciona la utilización de la etiqueta diagnóstica a la existencia de una alteración profunda de la identidad del género normal, con lo cual son insuficientes los hábitos y conductas masculinos o afeminados de las niñas y niños respectivamente (9). 2018 CIE-11 -Condiciones relacionadas con la salud sexual/discordancia de género personas con identidad de género diversas (11). ...
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Introducción: La infancia y la adolescencia constituyen el periodo de mayor exploración y de consolidación de la identidad de género, debido a que la expresión de género está ligada al desarrollo físico, emocional y cognitivo del individuo, y es común que en esta etapa se manifiesten las señales de incongruencia de género y se inicie la atención médica y psicosocial para abordar los síntomas de malestar físico y mental de los niños, niñas y adolescentes con identidades de género diversas. Objetivo: Identificar el aporte del área de la salud en la construcción del género de niños, niñas y adolescentes con género diverso. Métodos: Revisión integrativa de la literatura de artículos originales y revisiones publicados en el periodo 2008-2023. Resultados: Se identificaron cinco temáticas asociadas, así: diferentes etiquetas diagnósticas utilizadas, acceso a servicios en salud, tratamientos y sus efectos secundarios, salud mental y la autonomía para toma de decisiones en salud. Conclusiones: Se debe comprender que las variaciones de género son parte de la diversidad humana y no tienen naturaleza inherentemente patológica, es decir, no son trastornos o enfermedades.
... Until the beginning of the 21st century, transsexuals, transvestites, and homosexuals were diagnosed with a disorder, classified by medical manuals such as the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) and the International Classification of Diseases (ICD). A group of eleven experts representing the member countries of the World Health Organization (WHO) worked on the revision of the ICD-10 [1], and the ICD-11 adopted their suggestions, proposing the change of the term "transsexual" to "gender incongruence"; diagnosing this group requires recognizing a noticeable and enduring mismatch between an individual's experienced gender and their assigned sex, as defined by the ICD-11. Merely observing variations in gender behavior and preferences is not sufficient for diagnosis [2]. ...
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In recent years, there have been international references to the vocal approach for the specific group of transgender individuals, although the Latin American literature is still very timid on this matter. The purpose of this article is to identify the current norms, statistics, and vocal approach towards transgender individuals in Chile and Argentina, considering the experience of two speech and language pathologists with more than twenty years of experience on voice therapy. Reflections were made on the transgender reality in these countries, the limitations in the implementation of the depathologization of the transgender group were outlined, some current and unreliable statistics were presented, some innovative actions in the public system were highlighted, and the lack of knowledge about the benefits of vocal work for transgender men and women was discussed. The identified aspects could benefit from multicenter research that strengthens speech therapy actions with this group, contributing to depathologization and positive approach.
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El presente estudio tiene por objeto analizar las medidas en el ámbito laboral que señala la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, centrándose básicamente en el artículo 15 «Igualdad y no discriminación LGTBI en las empresas». Que por la enjundia de aquel precepto se ha promulgado, recientemente, el Real Decreto 1026/2024, de 8 de octubre, por el que se desarrolla el conjunto planificado de las medidas para la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI en las empresas. En el que se estudiará cómo se debe realizar un plan LGTBI. La Ley 4/2023 estableció un plazo de adaptación de un año desde su publicación, que se cumplió el 2 de febrero de 2024, para que las empresas de más de 50 personas trabajadoras cuenten con un protocolo de actuación para la atención del acoso o la violencia contra las personas LGTBI. No es hasta octubre de 2024 que el legislador promulga el RD 1026/5024 para que las personas empresarias tengan conocimiento de cómo se tiene que implantar. Bajo este contexto, se presentan las pautas que se deben considerar para poder cumplir dicho deber empresarial.
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Introducción: El Decreto Supremo N.º 009-2024-SA de Perú califica jurídicamente a diversas formas de identidad de género como enfermedad mental, asignándoles cobertura pública sanitaria. Los objetivos de esta investigación son demostrar la inconstitucionalidad del decreto a partir de normas nacionales e internacionales, determinar el impacto socioeconómico del Decreto Supremo N.º 009-2024-SA en los negocios vinculados con el segmento LGBTIQ+ e identificar los posibles sectores beneficiados. Metodología: Mediante enfoque cualitativo, se analizan las categorías discriminación jurídica e impacto socioeconómico. Se realiza entrevistas en profundidad, con muestreo por conveniencia, a veinticinco peruanos LGBTIQ+, mayores de veinte años, que laboran en sectores económicos representativos. Resultados: Los resultados muestran efectos de la discriminación jurídica en el ámbito socioeconómico peruano de la población LGBTIQ+. Discusión: Se discute, mediante triangulación, los hallazgos que determinan el impacto socioeconómico. Conclusiones: Se cumplen los objetivos y se valora la identidad de género como parte de la diversidad humana y del desarrollo humano sostenible en el siglo XXI.
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Por tod*s y para todes es una publicación del Equipo de Género y Subjetividades Trans de ONG CERES, la cual compila trabajos de investigación producidos en contextos de formación académica de pre y posgrado que hacen uso de estrategias de lenguaje inclusivo de género. Su objetivo es favorecer la aceptación y naturalización de los vectores de transformación sociolingüísticos género afirmativos relativos a las personas trans* y no binarias, bajo la convicción de que resulta imperioso «abrir el campo de enunciabilidad de variantes sexogenéricas en constante construcción» para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, con perspectiva de género y centrada en la defensa de los derechos humanos. Por tod*s y para todes está compuesto por tres versiones abreviadas de tesis, dos ensayos de seminario, un ensayo de cátedra y una fundamentación de un proyecto de investigación doctoral, los cuales atravesaron instancias de evaluación estándar en el marco de las pragmáticas de formación de las ciencias sociales, los estudios de género, la medicina, la estética y el psicoanálisis. Dicho conjunto va antecedido por una introducción que releva la particularidad de la demanda de justicia sociolingüística transafirmativa a partir de la experiencia del activismo, la docencia universitaria y el trabajo editorial. El diseño, edición y diagramación estuvo a cargo de Débora Fernández Cárcamo, mientras que de la corrección editorial la misma autora y de Marcela Weintraub.
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El propósito del presente trabajo es exponer los argumentos más representativos del concepto de ciudadanía sexual y sus implicaciones para el ejercicio de derechos de personas que viven discordancia de género particularmente en México. Se detalla un recorrido teórico que invita a la reflexión crítica de los desafíos en la construcción de ciudadanía sexual basada en el sistema binario del sexo y del género, así como para el estudio de las diversidades sexuales. Concluyendo, por un lado, que en la actualidad el sistema binario está siendo rebasado y, por otro lado, se está abriendo la oportunidad de desnaturalizar, desesencializar y tal vez desbinarizar las identidades de género.
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El objetivo del estudio fue analizar las experiencias del ejercicio del derecho a la identidad y expresión de género de personas trans* en el contexto laboral en el Estado de Campeche, México. A partir del paradigma cualitativo, con enfoque narrativo, adscrito a la epistemología transfeminista se acordó junto con lxs participantes realizar entrevistas semiestructuradas, así como la técnica de fotobiografía dirigida de 8 personas que se autonombraron con alguna identidad trans. Se realizó un análisis de co-ocurrencia; identificando, entre otras cosas, que las dificultades y oportunidades para el ejercicio del derecho a la identidad y a la expresión de género se reproducen principalmente en contextos laborales, lo que contribuye a escenarios de inclusión/exclusión social a lo largo de la vida. Por otra parte, la inclusión y la pertenencia siguen siendo un desafío del ámbito laboral, legal, económico y político. El sistema legal binario de ciudadanía a partir del cual se asigna el sexo al nacer está siendo rebasado dadas las trans*identidades emergentes.
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La medicalización histórica de las diversidades sexogenéricas han llevado a patologizar las identidades LGBTQIA+ a través de los años. Con el fin de justificar la patologización de éstas se validan las mal llamadas “terapias de conversión”, una práctica que actualmente está prohibida legalmente pero que se mantiene de manera informal en algunos lugares del mundo. Aún a la fecha se persiste en la lucha por la validación y por vivir en un ambiente afirmativo y libre de violencia, pero no hay que desconocer que el avance en esta temática ha sido progresivo. Prueba de ello es el proceso de despatologización de las diversidades sexogenéricas en la Clasificación Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud (CIE). Desde allí́, la construcción del manejo en salud mundial y nacional se ha dirigido persistentemente a comprender los determinantes sociales y las necesidades específicas propias de cada comunidad. Si bien el avance ha sido claro, estas temáticas aún no están integradas en las escuelas de salud en Chile, y se mantienen más bien, desde los espacios activistas y por interés personal de profesionales sensibilizados en la materia.
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For the forthcoming ICD-11, the ICD-10 category of Gender Identity Disorder of Childhood has been reformulated as Gender Incongruence of Childhood (GIC) and moved out of the mental disorders chapter. Proponents of eliminating the GIC diagnosis altogether claim that it is unnecessary and inherently harmful, although they do not eschew the diagnosis for adolescents and adults. Using a qualitative methodology, this study examined the impact of receiving a diagnosis related to gender identity as a child among transgender people who had had this experience, and evaluated participants' views of the acceptability and usefulness of the ICD-11 GIC proposal. Participants receiving health services at a specialized public clinic for transgender health in Mexico City who had received some form of diagnosis in childhood were referred to participate in a semistructured interview. A sample of 12 transgender people (eight transgender women and four transgender men; ages 18-49) was necessary to reach saturation. Diagnoses received were non-specific rather than formal gender identity diagnoses, were experienced by participants as negative, and were used to justify potentially harmful interventions. However, when participants reviewed the ICD-11 proposals for GIC, all indicated that the category was necessary and important and could have a range of personal, familial, and social benefits. They agreed with its placement in a new chapter on Conditions Related to Sexual Health and endorsed the proposed definition and name of the category. Although this study involved a small and specific sample, the results raise questions about the claim that the diagnosis is inherently harmful and universally deplored by transgender people.
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Objective: To explore the rationales of mental health professionals (mainly psychiatrists and psychologists) from 8 countries for removing specific diagnostic categories from mental disorders classification systems. Method: As part of a larger study, 505 participants indicated which of 60 major disorders should be omitted from mental disorders classification systems and provided rationales. Rationale statements were analyzed using inductive content analysis. Results: The majority of clinicians (60.4%) indicated that 1 or more disorders should be removed. The most common rationales were (a) problematic boundaries between normal and psychopathological conditions (45.9% of total removal recommendations), (b) problematic boundaries among mental disorders (25.4%), and (c) problematic boundaries between mental and physical disorders (24.0%). The categories most frequently recommended for deletion were gender identity disorder, sexual dysfunction, and paraphilias, usually because clinicians viewed these categories as being based on stigmatization of a way of being and behaving. A range of neurocognitive disorders were described as better conceptualized as nonpsychiatric medical conditions. Results were analyzed by country and country income level. Although gender identity disorder was the category most frequently recommended for removal overall, clinicians from Spain, India, and Mexico were most likely to do so and clinicians from Nigeria and Japan least likely, probably because of social and systemic factors that vary by country. Systematic differences in removal rationales by country income level may be related to the development, structure, and functioning of health systems. Conclusion: Implications for development and dissemination of the classification of mental and behavioral disorders in WHO's ICD-11 are discussed.
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Objective: To examine the conceptualizations held by psychiatrists and psychologists around the world of the relationships among mental disorders in order to inform decisions about the structure of the classification of mental and behavioral disorders in World Health Organization's International Classification of Diseases and Related Health Problems 11th Revision (ICD-11). Method: 517 mental health professionals in 8 countries sorted 60 cards containing the names of mental disorders into groups of similar disorders, and then formed a hierarchical structure by aggregating and disaggregating these groupings. Distance matrices were created from the sorting data and used in cluster and correlation analyses. Results: Clinicians' taxonomies were rational, interpretable, and extremely stable across countries, diagnostic system used, and profession. Clinicians' consensus classification structure was different from ICD-10 and the American Psychiatric Association's Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders 4th Edition (DSM-IV), but in many respects consistent with ICD-11 proposals. Conclusions: The clinical utility of the ICD-11 may be improved by making its structure more compatible with the common conceptual organization of mental disorders observed across diverse global clinicians.
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Abstract The World Health Organization (WHO) is in the process of revising the International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems (ICD) and ICD-11 has an anticipated publication date of 2015. The Working Group on the Classification of Sexual Disorders and Sexual Health (WGSDSH) is charged with evaluating clinical and research data to inform the revision of diagnostic categories related to sexuality and gender identity that are currently included in the mental and behavioural disorders chapter of ICD-10, and making initial recommendations regarding whether and how these categories should be represented in the ICD-11. The diagnostic classification of disorders related to (trans)gender identity is an area long characterized by lack of knowledge, misconceptions and controversy. The placement of these categories has shifted over time within both the ICD and the American Psychiatric Association's Diagnostic and Statistical Manual (DSM), reflecting developing views about what to call these diagnoses, what they mean and where to place them. This article reviews several controversies generated by gender identity diagnoses in recent years. In both the ICD-11 and DSM-5 development processes, one challenge has been to find a balance between concerns related to the stigmatization of mental disorders and the need for diagnostic categories that facilitate access to healthcare. In this connection, this article discusses several human rights issues related to gender identity diagnoses, and explores the question of whether affected populations are best served by placement of these categories within the mental disorders section of the classification. The combined stigmatization of being transgender and of having a mental disorder diagnosis creates a doubly burdensome situation for this group, which may contribute adversely to health status and to the attainment and enjoyment of human rights. The ICD-11 Working Group on the Classification of Sexual Disorders and Sexual Health believes it is now appropriate to abandon a psychopathological model of transgender people based on 1940s conceptualizations of sexual deviance and to move towards a model that is (1) more reflective of current scientific evidence and best practices; (2) more responsive to the needs, experience, and human rights of this vulnerable population; and (3) more supportive of the provision of accessible and high-quality healthcare services.
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Background: The conceptualisation of transgender identity as a mental disorder has contributed to precarious legal status, human rights violations, and barriers to appropriate health care among transgender people. The proposed reconceptualisation of categories related to transgender identity in WHO's forthcoming International Classification of Diseases (ICD)-11 removes categories related to transgender identity from the classification of mental disorders, in part based on the idea that these conditions do not satisfy the definitional requirements of mental disorders. We aimed to determine whether distress and impairment, considered essential characteristics of mental disorders, could be explained by experiences of social rejection and violence rather than being inherent features of transgender identity, and to examine the applicability of other elements of the proposed ICD-11 diagnostic guidelines. Methods: This field study used a retrospective interview design in a purposive sample of transgender adults (aged >18 years or older) receiving health-care services at the Condesa Specialised Clinic in Mexico City, Mexico. Participants completed a detailed structured interview focusing on sociodemographic characteristics, medical history related to gender identity, and, during a specific period of adolescence, key concepts related to gender identity diagnoses as proposed for ICD-11 and from DSM-5 and ICD-10, psychological distress, functional impairment, social rejection, and violence. Data were analysed with descriptive statistics and univariate comparisons and multivariate logistic regression models predicting distress and dysfunction. Findings: Between April 1, 2014, and Aug 17, 2014, 260 transgender adults were approached and 250 were enrolled in the study and completed the interview. Most (n=202 [81%]) had been assigned a male sex at birth. Participants reported first awareness of transgender identity at a mean age of 5·6 years (SD 2·5, range 2-17), and 184 (74%) had used health interventions for body transformation, most commonly hormones (182 [73%)], with the first such intervention at a mean age of 25·0 years (SD 9·1, range 10-54). 84 (46%) of those who had used hormones did so initially without medical supervision. During adolescence, distress related to gender identity was very common, but not universal (n=208 [83%]), and average level of distress was quite high among those who reported it (79·9 on a scale of 0 [none at all] to 100 [extreme], SD 20·7, range 20-100). Most participants (n=226 [90%] reported experiencing family, social, or work or scholastic dysfunction related to their gender identity, but this was typically moderate (on a scale of 0 [not at all disrupted] to 10 [extremely disrupted], family dysfunction mean 5·3 [SD 3·9, range 0-10]; social dysfunction mean 5·0 [SD 3·8, range 0-10]; work or scholastic dysfunction mean 4·8 [SD 3·6, range 0-10]). Multivariate logistic regression models indicated that distress and all types of dysfunction were strongly predicted by experiences of social rejection (odds ratios [ORs] 2·29-8·15) and violence (1·99-3·99). A current male gender identity also predicted distress (OR 3·90). Of the indicators of gender incongruence, only asking to be treated as a different gender was a significant predictor, and only of work or scholastic dysfunction (OR 1·82). Interpretation: This study provides additional support for classifying health-related categories related to transgender identity outside the classification of mental disorders in the ICD-11. The reconceptualisation and related reclassification of transgender-related health conditions in the ICD-11 could serve as a useful instrument in the discussion of public health policies aimed at increasing access to appropriate services and reducing the victimisation of transgender people. Funding: National Institute of Psychiatry Ramón de la Fuente Muñiz, Mexico.
Article
The World Health Organization (WHO) is revising the ICD-10 classification of mental and behavioural disorders, under the leadership of the Department of Mental Health and Substance Abuse and within the framework of the overall revision framework as directed by the World Health Assembly. This article describes WHO's perspective and priorities for mental and behavioural disorders classification in ICD-11, based on the recommendations of the International Advisory Group for the Revision of ICD-10 Mental and Behavioural Disorders. The WHO considers that the classification should be developed in consultation with stakeholders, which include WHO member countries, multidisciplinary health professionals, and users of mental health services and their families. Attention to the cultural framework must be a key element in defining future classification concepts. Uses of the ICD that must be considered include clinical applications, research, teaching and training, health statistics, and public health. The Advisory Group has determined that the current revision represents a particular opportunity to improve the classification's clinical utility, particularly in global primary care settings where there is the greatest opportunity to identify people who need mental health treatment. Based on WHO's mission and constitution, the usefulness of the classification in helping WHO member countries, particularly low- and middle-income countries, to reduce the disease burden associated with mental disorders is among the highest priorities for the revision. This article describes the foundation provided by the recommendations of the Advisory Group for the current phase of work.
International Advisory Group for the Revision of ICD-10 Mental and Behavioural Disorders. A conceptual framework for the revision of the ICD-10 classification of mental and behavioural disorders
International Advisory Group for the Revision of ICD-10 Mental and Behavioural Disorders. A conceptual framework for the revision of the ICD-10 classification of mental and behavioural disorders. World Psychiatry. 2011;10:86---92.
Categories that should be removed from mental disorders classifications: Perspectives and rationales of clinicians from eight countries
  • R Robles
  • A Fresán
  • M E Medina-Mora
  • P Sharan
  • M C Roberts
  • Jesus De
  • J Mari
Robles R, Fresán A, Medina-Mora ME, Sharan P, Roberts MC, de Jesus Mari J, et al. Categories that should be removed from mental disorders classifications: Perspectives and rationales of clinicians from eight countries. J Clin Psychol. 2015;71: 267---81.
En: Simposio: Diagnosis, health policy, human rights, and forensic considerations: Transgender people, sexual minorities, and sexual disorders in Latin America
  • R Robles
  • P Sharan
  • S Purnima
  • M I Rodrigues-Lobato
  • B Soll
  • F Askevis-Leherpeux
Robles R, Sharan P, Purnima S, Rodrigues-Lobato MI, Soll B, Askevis-Leherpeux F, et al. Sources of distress and dysfunction among transgender people: An international research programme for ICD-11. Robles R. En: Simposio: Diagnosis, health policy, human rights, and forensic considerations: Transgender people, sexual minorities, and sexual disorders in Latin America. Trabajo presentado en el World Congress of Psychiatry 2018, Ciudad de México, 27 al 30 de septiembre de 2018.