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ARTÍCULO REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Consideraciones teóricas, metodológicas y prácticas acerca del estrés
Stress: theories, models, impact, assessment and control
Antonio Alejandro Espinoza Ortíz,I Isis Angélica Pernas Álvarez,II Rosana de
Lourdes González Maldonado.III
I. Magister en Gerencia de Proyectos Educativos y Sociales. Licenciado en
Ciencias de la Educación. Especialidad Psicología Educativa. Docente
investigador. Universidad de Cuenca, Facultad de Psicología. Avenida 12 de
abril y Avenida Loja. Cuenca. Azuay. Ecuador. CP. 010103.
antonio.espinoza@ucuenca.edu.ec
II. Doctora en Ciencias de la Salud. Máster en Psicología de la Salud. Licenciada
en Psicología y Pedagogía. Docente investigadora. Universidad de Cuenca.
Facultad de Psicología. Avenida 12 de abril y Avenida Loja. Cuenca. Azuay.
Ecuador. CP. 010103. isis.pernas@ucuenca.edu.ec
III. Magister en Investigación de la Salud. Licenciada en Psicología Clínica.
Docente. Universidad de Cuenca. Facultad de Psicología. Avenida 12 de abril
y Avenida Loja. Cuenca. Azuay. Ecuador. CP. 010103.
rosana.gonzalez@ucuenca.edu.ec
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RESUMEN
El presente artículo tiene un enfoque cualitativo, alcance descriptivo, diseño
fenomenológico y emplea el método de revisión bibliográfica, tiene como objetivo
sintetizar aspectos de materiales publicados en diversas fuentes en relación con el
estrés; se encontraron aspectos teóricos que permiten entender la evolución del
concepto, modelos, repercusión, instrumentos para su evaluación y sugerencias
para controlarlo; estos aspectos y sus consecuencias para los individuos, permiten la
continuación de investigaciones para su estudio e intervención. Se concluye que el
estrés puede ser percibido como positivo o negativo según el manejo que hace cada
individuo y su estilo de afrontarlo, es una manifestación relacionada con el proceso
salud enfermedad en la que para algunos contribuye al crecimiento personal y en
otros a su malestar o enfermedad y, que cada vez son más los instrumentos para su
evaluación y técnicas para el control saludable del mismo.
Palabras clave: estrés; tipos de estrés; modelos, instrumentos y control del estrés.
ABSTRACT
This article has a qualitative approach, descriptive scope, phenomenological design
and employs the method of review, aims to synthesize aspects of materials published
in various sources in relation to stress; We found theoretical aspects that allow us to
understand the evolution of the concept, models, impact, instruments for evaluation
and suggestions to control it; These aspects and their implications for individuals,
allow the continuation of their study and intervention research. It is concluded that
stress can be perceived as positive or negative according to management that makes
each individual and their style of confronting it, is a process-related manifestation
health disease in which for some contributes to personal growth and in others to your
discomfort or illness and who are increasingly more instruments for evaluation and
healthy control of the same techniques.
Key words: stress; types of stress; models, instruments and control of stress.
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INTRODUCCIÓN
En una publicación de la Revista Americana de Cardiología, la cual amerita ser
leída por los interesados en el tema del estrés, debido a los considerables riesgos
que trae para los seres humanos -incluidos de muerte- si este no es bien manejado o
controlado, señalan los autores Briasoulis, Inampudi, Akintoye, Adegbala, Asleh,
Álvarez, y Bhama1, que las personas con un alto nivel de estrés tienen un 27% más
de riesgo de padecer una enfermedad cardíaca. Esto indica que el estrés es
claramente un factor de riesgo más a controlar, al igual que la hipertensión arterial y
el colesterol elevado.
En análisis de la valoración histórica de la interpretación causal de la salud y de
las enfermedades, Resik2 plantea que si se piensa que la naturaleza del hombre es
esencialmente social, no se puede atribuir exclusivamente a lo biológico o a lo
natural, la causa de las enfermedades; de modo que existe coincidencia en que son
múltiples los factores actuantes en el proceso salud enfermedad, donde el destacado
epidemiólogo establece que la causa de una enfermedad es un evento, condición,
característica o combinación de estos factores que determinan la producción de
enfermedad en los individuos o las comunidades.
Es decir, el estado de salud y el grado en que aparecen las enfermedades en los
seres humanos, varía según un sin número de factores psicosociales protectores y/o
de riesgos de la personalidad. Según Grau, Hernández y Vera3 estos factores se
desencadenan en correspondencia con los modelos salutogénicos -Son los que
tienden a proveer recursos ante la posibilidad de enfermar- y/o los modelos de
vulnerabilidad –Son los que están vinculados al estrés- en el proceso salud
enfermedad que cada cual asume en su vida; estos están dados según su polaridad:
para bien serán los protectores y para mal serán los de riesgos.
En consonancia con el planteamiento anterior, Núñez de Villavicencio4 menciona
que se pueden resumir en nueve los factores psicosociales protectores
(salutogénicos) y de riesgo (vulnerables), tales como: los rasgos de personalidad
(patrones configuracionales y funcionales de personalidad predisponente a la salud o
a la enfermedad), autoestima (adecuada o inadecuada), familia (funcional o
disfuncional), creencias de salud (erróneas o acertadas), redes de apoyo social
(amparada o desamparada o desesperanza aprendida), estilos de vida (saludable o
adecuada o no saludable e inadecuada), calidad de vida (percepción satisfactoria o
insatisfactoria), grado de organización social (riqueza y orden o pobreza y desorden)
y los estilos de manejo del estrés enfrentamiento de (de defensa o afrontamiento).
Es justamente respecto al último factor declarado en el párrafo anterior, sobre el
que se quiere centrar la atención en esta revisión bibliográfica, pues desde que
apareció el término se ha considerado que emergió producto de la vida tan agitada,
urgencia, sobre exigencia, desorden, amenazas percibidas y pérdidas de recursos,
que con el devenir de los años llevan las personas y, las preocupaciones propias del
desarrollo de la ciencia y la tecnología, las que en no pocas ocasiones, hacen que
los humanos se alejen cada vez más de nuestra esencia. Tal es así que Benjamín
hace la siguiente interrogante y reflexión:
¿Es el estrés la nueva “enfermedad de la civilización”? El número de artículos y
de libros que se le ha consagrado, más de 100 000 artículos y más de 200
obras, no puede sino cuestionarnos. La riqueza semántica de esta noción o
concepto que está en los límites de la metalurgia, psicología, psiquiatría,
neurofisiología, neuroquímica, inmunología, psicosociología, psicoanálisis,
aspectos psicosomáticos, etc. no puede ser indiferente al investigador, ya que
el estrés tiene la rara característica de fecundar casi todas las ciencias.5
El estrés, según Ávila6, al constituir uno de los problemas de salud más
generalizado actualmente, se lo puede considerar como un fenómeno multivariable
resultante de la relación entre la persona y los eventos de su medio. Por tales
motivos, las personas deben dominar cada vez más las exigencias y retos que les
demanda la cantidad de recursos físicos y psicológicos para enfrentar la condición
que los aqueja.7
La condición de desajuste emocional, físico y mental que experimenta el ser
humano cuando alguna situación en su vida altera su equilibrio interno, provoca
interés y preocupación para diversos científicos, por cuanto sus efectos inciden en
diferentes esferas de la vida de la persona, según refiere Naranjo.8
El estrés es una condición psicológica y física que altera el estado normal del
cuerpo, generan afecciones o cambios notorios en la persona, cuyos efectos inciden
en la salud física y mental, en el rendimiento laboral y académico, provocando
preocupación y angustia.9
En el intento de dominar dicha situación se corre el peligro de que los recursos de
afrontamiento se vean superados, llevando a una perturbación en el funcionamiento
del individuo, lo que podría causarle dolor emocional, enfermedad e incluso la
muerte.10
Los autores de este trabajo se hacen las siguientes interrogantes respecto al
tema: ¿Qué tan protector o tan riesgoso puede ser el estrés en los seres humanos?
¿Son suficientes los modelos que explican el estrés en la actualidad? ¿Cuánta
repercusión, consecuencias o peligro puede tener en el proceso salud enfermedad?
¿Son suficientes los instrumentos para evaluar el estrés en la actualidad? ¿Pueden
las personas plantearse tácitamente controlar o manejar el estrés o las situaciones
estresantes adecuadamente?
Ante estas preguntas se plantean como objetivo sintetizar algunos aspectos de
materiales publicados en fuentes primarias, secundarias y terciarias en relación con
el estrés, para ahondar y resumir aspectos teóricos que permiten entender la
evolución del concepto a medida que va avanzando la teoría, los modelos
empleados, la repercusión que tiene en los seres humanos, instrumentos para su
evaluación y sugerencias para su manejo, de manera tal que la aproximación a
respuestas para las preguntas realizadas, incremente la comprensión, conocimiento
y posibilidades de abordaje en este tema.
DESARROLLO
El presente artículo tuvo un enfoque cualitativo, el alcance es exploratorio-
descriptivo sobre el estado del arte de algunos aspectos relacionados con el estrés;
presenta un tipo de diseño fenomenológico y, emplea el método de la revisión
bibliográfica o documental. Se planteó como objetivo sintetizar algunos aspectos
relevantes de materiales publicados en fuentes primarias (revistas, artículos, libros),
secundarias (online) y terciarias (libros de textos) en relación con el estrés para su
difusión.
Para elaborar el artículo se consultaron las bases de datos de Redalyc, Scielo y el
Google Scholar especializado en literatura académica, la específica de España:
MEDES, para el campo de la medicina, la multidisciplinaria EBSCO (en inglés), que
incluyen revistas, libros y otros recursos primarios, en una gran variedad de temas
como el estrés; además de el MEDLINE con PubMed, LILACS, e IBECS, a partir de
las palabras claves antes mencionadas. Se seleccionaron 53 documentos que
abordaban en sus contenidos lo que resultó importante y más actual de la
epistemología relacionada con el tema y se completó la búsqueda con la lectura y
rastreo de bibliografía referenciada en los documentos seleccionados.
Criterios de inclusión. Se incluyeron artículos científicos si: (1) se publicaron en
una revista inglesa o española revisada por pares; (2) basado en un estudio sobre
factores históricos, factores asociados y categorías del estrés; (3) publicados en los
últimos 10 años; (4) fuentes de clásicos que han trabajado este tema aunque sean
anteriores a 10 años. Vale destacar que existen estudios los que se mencionan
varias veces por considerar su contenido de relevancia y pertinencia.
La lógica de la disertación escrita sigue la siguiente estructura: la teoría con:
origen, evolución, representantes y conceptos más aceptados por el gremio de
profesionales; modelos para su estudio; repercusión o peligros del estrés en el
proceso salud enfermedad; evaluación a través de instrumentos para su medición o
exploración y, el manejo o control a través de técnicas.
Características de los estudios. 41 de las fuentes cumplieron con los criterios de
inclusión. En la mayoría se abordó el estrés como tema principal, en otras se
relacionó al término con otro tema, lo que permitió una comprensión más abarcadora
del constructo. Los estudios revisados utilizaron metodología cuantitativa
(Encuestas, cuestionarios y escalas validadas). En los estudios referidos se puede
notar que el abordaje pretendió comprender el tema y su relación con eventos
cotidianos en diferentes esferas: la académica, laboral, estudiantil, salud física,
emocional y la psicológica.
Hallazgos. Se encontró que el estrés sigue siendo parte inevitable de la vida, al
que hay que ver como un reto y no como una castigo, término que es objeto de
discusión, análisis, confusión, ambigüedades e investigación, por un amplio gremio
de profesionales, en busca cada vez más de respuestas holísticas a este fenómeno;
todo esto desde una mirada actual y en consonancia con los planteamientos de H.
Selye desde 1974 en su libro Stress without Distress.
Se encontró que se sigue discutiendo acerca de tres problemas básicos del estrés
relacionados con el proceso salud enfermedad: distinción entre eutrés y distrés,
generalidad y especificidad en los modelos de intervención y, el papel particular del
distrés como variable de riesgo.3
Se encontró que pese a los intentos de buscarle vías de estudios y solución, las
víctimas se incrementan, sobre todo cuando se leen los reportes realizados desde
un enfoque biológico; esto puede estar dado por ser el estrés un fenómeno
multifactorial y por la necesidad de desarrollar estrategias de afrontamiento desde
edades tempranas. Según Grau, Hernández y Vera3: “se considera que de 50 a 75%
de todas las enfermedades y accidentes del hombre moderno se relacionan con un
exceso de estrés”.
En esta revisión se presenta un análisis de la evolución histórica, características,
conceptos, tipología, consecuencias, modelos, enfoques, escalas o instrumentos y
posibilidades de control del estrés.
Evolución histórica
Según estudios de revisión bibliográfica realizados por Collazo y Hernández (citado
por Alfonso, Calcines, Monteagudo de la Guardia, & Nieves, 2015)7, el término
estrés tiene origen en el estudio de la Física, dentro del siglo XVII, cuando en esa
época el inglés Robert Hooke descubrió la energía potencial elástica y encontró la
relación entre las deformaciones de un cuerpo y la fuerza aplicada sobre este.
El concepto de estrés es entendido como la situación en la cual una exigencia
externa actúa sobre un cuerpo y éste, análogamente a una máquina, se expone a un
desgaste (Filgueira, Nunes, y Rosado, 2011)11. Por ello, los científicos relacionaron
inicialmente el estrés con un desgaste de la energía nerviosa. Esto cobra particular
relevancia cuando en el siglo XVIII los médicos plantean que la tercera parte de las
enfermedades se debían a orígenes nerviosos (Trucco, 2002)12.
Más adelante el científico inglés Thomas Young (S-XIX), cuando descubrió su
módulo de elasticidad longitudinal, definió el término estrés como la respuesta
intrínseca del objeto propio a su estructura, provocada por la fuerza concurrente. A
partir de ese momento, comienza la exportación de la terminología científica a otras
áreas como la medicina, la biología y la química; le corresponde al médico y fisiólogo
francés Claude Bernard, a principios del siglo XIX, los primeros reportes del
concepto de estrés aplicado a otras ciencias como la medicina. Él llega a un
concepto clave, indicando que “la estabilidad del medio ambiente interno es la
condición indispensable para la vida libre e independiente”.13
Haciendo historia, Benjamín5 destaca los aportes de Freud en relación con las
enfermedades y el estrés a finales del S-XIX, y refiere que, nació un enfoque
diferente de la enfermedad; desarrollan en los años treinta una inspiración
psicoanalítica, donde había siete enfermedades psicosomáticas. Y precisa que: “Es
la noción del estrés la que, permitió considerar, en los años cincuenta, que la
dimensión psicológica puede jugar un papel de catalizador en la enfermedad” (p. 5).
Según Grau, Hernández y Vera3, si bien es cierto que a Selye se le considera el
padre de los estudios del estrés, el mérito de concebir este fenómeno y desarrollar
los conocimientos actuales debe ser compartido con muchos autores, empezando
por Hipócrates en la antigüedad, luego el fisiólogo francés Bernard, el médico
británico Osler, el fisiólogo estadounidense Cannon. Luego entre los años 40 y 50
comienzan a surgir trabajos relacionados con este constructo con las autorías de
Grinker y Spiegel en 1945, Lindsley en 1946, Kardiner y Williams en 1947, Postman
y Bruner en 1948, Glixman en 1949, Janis en 1951; casi todos ellos demostraron la
influencia de los trabajos de Selye, Lazarus, Deese y Osler, quienes en 1946 fueron
los primeros en publicar un artículo en el Psychological Bulletin de la Asociación
Americana de Psicología (APA) utilizando la frase estrés psicológico.
De modo que Selye -desde 1926 cuando era estudiante de medicina en Praga- se
motivó a estudiar los efectos de diferentes agentes agresores y describe en un
artículo publicado en Nature en 1936, el -síndrome general de adaptación- que
parecía ser una respuesta inespecífica del organismo a la enfermedad; elabora entre
1946 y 1950 en conjunto de su teoría, después en su primer libro titulado STRESS,
utilizó la palabra en sentido de condición en la cual el organismo responde a
diferentes “estresores” o agentes de estrés.5
Hacia los años 30 del S-XX, el investigador Hans Hugo Bruno Selye14, comenzó́ a
dar conferencias sobre el síndrome, definido por él como toda reacción que causa
disturbio o interfieren con el equilibrio normal fisiológico del organismo; se percató
que los enfermos a quienes observaba, tenían síntomas inespecíficos comunes
como agotamiento, pérdida del apetito, entre otros, y elaboró una teoría acerca de la
repercusión de la enfermedad en los procesos psicológicos de los pacientes como
agente físico nocivo.
Selye en 1936 consideró al estrés como un agente desencadenante, dado que es
un elemento que atenta contra la homeostasis del organismo, que resulta en una
respuesta fisiológica no específica15, concibiendo al síndrome de adaptación general
como un sistema de tres fases claramente diferenciadas, según Grau, Hernández y
Vera3 y Arias16: i) Fase de alarma, el organismo percibe un agente que identifica
como nocivo y genera una respuesta inicial de alerta. Reacción intensa de corta
duración. ii) Fase de resistencia, el organismo desencadena la actividad autónoma,
busca adaptarse al agente nocivo (estresor) y desaparecen los síntomas iniciales.
Aumenta el estado de alerta y mejora la respuesta física. iii) Fase de agotamiento, si
el estresor continúa se produce el daño, el colapso, reaparecen los síntomas, hay
una ruptura de los procesos de recuperación, siendo posible que el proceso culmine
con la muerte.
Generalidades: conceptos, características, tipos/tipologías
En análisis conceptual del estrés, Benjamín5 (p. 3) refiere que:
La palabra estrés viene del latín stringere, que significa oprimir, apretar, atar,
que en francés dio origen a estrechar, rodear con el cuerpo, con los miembros,
apretando con fuerza, acompañado de sentimientos opuestos; ya que es
posible estrechar a alguien en su corazón sofocándolo al mismo tiempo;
sofocar nos conduce a oprimir, apretar: angustia, ansiedad, sentimiento de
miseria que oprime el corazón, el alma y nos lleva a la angustia.
El concepto de estrés, desde la perspectiva de Selye fue evolucionando,
inicialmente se apegó a la concepción de una respuesta biológica desde el ángulo
de la agresión cuyas consecuencias no podían ser agradables para el individuo,
cuando diferenció los efectos buenos y malos del estrés en “eutrés” y “distrés”; la
consideración de variables cada vez más numerosas, le condujo a la hipótesis de
que el estrés es la respuesta inespecífica del organismo a cualquier demanda del
medio y, como refiere Benjamín5 la dimensión personal no existe en esta posición
teórica.
“…el encuentro de la psicología con la temática del estrés se produjo de forma
relativamente tardía: el vocablo no apareció en el índice de Psychological Abstracts
hasta 1944 (Lazarus, Folkman, 1984)”.3
Tal ha sido la complejidad en el entendimiento de este tema, que según refiere
Franco17 desde 1966 Lazarus sugería la conveniencia de optar por considerar al
estrés “como un concepto organizador utilizado para entender un amplio grupo de
fenómenos de gran importancia en la adaptación humana y animal”, considerándolo
más que como una variable “como una rúbrica de distintas variables y procesos” (cit.
Lazarus y Folkman, 1986, pp. 35-36).
Como refiere Franco17, se puede afirmar que las definiciones de estrés se han
organizado, a partir de las propuestas de los distintos investigadores (Seyle, 1956,
1976a; Lazarus y Folkman, 1986; Sapolsky, 1995; Fernández-Abascal, 1997).
Esta connotación teórica abre paso a nuevas formas de percibir el cambio del ser
humano ante estímulos diversos, por lo que Lazarus y Folkman en 198618, plantean
que la persona y el ambiente mantienen una relación dinámica, mutuamente
recíproca y bidireccional. Desde este enfoque basado en la respuesta a las
diferentes fuentes generadoras, la relevancia le pertenece a los conceptos de
estresor y de respuesta, así como la posibilidad de considerar al estrés como
motivador (eustrés) o como demanda excesiva (distrés).19
A manera de resumen Franco17 hace referencia a Sapolsky cuando en 1995
delimitó qué tipo de hechos, sucesos o agentes patógenos producen estrés a todas
las especies, identificando primero a los agentes estresantes físicos agudos (un
ataque, una agresión) que exigen la puesta en marcha inmediata de respuestas para
la supervivencia del individuo. En el segundo tipo agrupa los agentes estresantes
físicos crónicos (sequía, carencia de alimentos) y ante los que las respuestas
corporales de afrontamiento del organismo presentan un óptimo nivel de adaptación.
Por último, los agentes estresantes psicológicos y sociales (pérdida amorosa,
conflictos laborales) como especial capacidad para experimentar emociones
intensas.
Los autores de esta revisión coinciden con un concepto abarcador, de orientación
cognitivista que refleja Morales20 donde dice que el estrés consiste en:
Aquellas respuestas del organismo ante cualquier evento en el cual las
demandas ambientales, las demandas internas, o ambas, agotan o exceden los
recursos de adaptación del sistema social o del sistema orgánico del individuo,
al tiempo que se le concede gran importancia a la evaluación que el sujeto
hace del estímulo, lo que tendrá una influencia en la intensidad de la respuesta.
(p. 94)
Al analizar el carácter estresante de una situación, se coincide con Grau,
Hernández y Vera3, cuando refieren que éste: “no está determinado tan solo por la
situación en sí misma, sino por factores propios de la persona a la cual ocurre y, en
especial, por la valoración cognitiva que se haga de la situación” (p. 128). También
se determinan por los tipos o tipologías del estrés.
Los tipos de estrés suelen ser clasificados tomando como base la fuente del
estrés (…), en ese sentido se puede hablar del estrés amoroso y marital, del sexual,
del familiar, del estrés por duelo, médico, el ocupacional, académico, militar y, por
tortura y encarcelamiento21. También existe el estrés laboral, laboral asistencial,
profesional, psicosocial, psicofisiológico y estrés de rol, según Hernández22.
Otros tipos de estrés según Deviggiano23, son el agudo -estrés más común- que
surge de las exigencias que se imponen los seres humanos o que le imponen los
demás, en pequeñas dosis puede ser positivo y, el crónico -estrés más agotador y
desgastante-.
De este tema deben quedar claros tres conceptos: estrés, distrés y eustrés
(Eustress o eutrés). El estrés puede ser clasificado tomando como base la fuente
generadora, según la percepción positiva o negativa. Dependiendo de la manera en
que la persona distinga el estímulo externo, la respuesta lo podrá llevar a
experimentar un buen estrés (eustrés) o mal estrés (distrés) según Selye24. El
distrés, es un estado de tensión psíquica (Malestar, disgusto, tristeza). El eustrés, es
un estado de tensión psíquica que favorece la activación para realizar actividades16
en búsqueda de placer (Armonía, gratificación, éxito, entre otras).
El eustrés es la respuesta exitosa de adaptación y el distrés es el fracaso que se
manifiesta en sentimientos negativos25. El distrés o estrés patológico, según Hecht et
al. 1977 (Citado en Clavijo)26, abarca dos modalidades: la disregulación y la
desincronización funcional, lo que conlleva un desajuste o peligros para la vida del
individuo.
Consecuencias, peligros o repercusión del estrés
Ortíz27 se hace referencia a estudios internacionales sobre la repercusión de este
tema: Roozendaal en el 2002 concluye que el estrés produce alteración de la
consolidación y recuperación de la memoria; Cai y Yang en 2002 que produce
alteración de la estructura y de la función del hipocampo; según Kim y Dimond en
2002, refieren que disminuye de la plasticidad neuronal y excesiva actividad de la
amígdala sobre el hipocampo; y Bowman, Beck, Luine en el 2003 que produce
alteración de la memoria verbal en hombres y principalmente espacial en mujeres;
éstas por solo citar algunas de las consecuencias nocivas que puede dejar el estrés.
La Fundación Universia28 plantea que el estrés es conocido como la epidemia de
este siglo. Resume siete consecuencias del estrés a partir de un estudio realizado en
Madrid, España, estas son: aumenta la presión arterial, genera taquicardia, puede
producir acné, disminuye la productividad, baja los niveles de motivación, puede
producir diabetes y genera depresión.
Desde finales del S-XX, las investigaciones psiconeuroendocrinológicas
relacionadas con el estrés han ido en incremento, por el papel que juega éste en el
sistema inmunológico. Hoy se sabe que determinados estresores pueden cambiar el
patrón de funcionamiento de marcadores inmunológicos como los linfocitos T, las
células NK, las inmunoglobulinas, la eritrosedimentación.3
De modo que los aspectos psicológicos y biológicos del estrés se encuentran
íntimamente relacionados. Esta posición teórica ofrece nuevas connotaciones al
estrés; se plantea este término como reacciones presentadas en tres bloques:
fisiológicas, emocionales y cognitivas.
a) Fisiológicas, comprenden las respuestas neuroendocrinas y las asociadas al
sistema nervioso autónomo (Aumento de la presión sanguínea, de la tasa cardiaca,
de la actividad estomacal e intestinal, dolor de cabeza, entre otras). El efecto de esta
respuesta sobre la salud puede ser fatal, deteriora el sistema inmunológico lo que
podría causarnos enfermedad.29
b) Emocionales, abarcan las sensaciones subjetivas de malestar emocional
(Temor, el miedo, ansiedad, la excitación, la cólera, la depresión, pérdida de la
autoestima, incompetencia). Los problemas de salud mental son generados o
exacerbados ante la exposición de eventos estresantes.30
c) Cognitivas, existen tres tipos de respuestas cognitivas de estrés principales: la
preocupación, la pérdida de control y la negación (Puede aparecer disminución de la
concentración, de la atención, pérdida de memoria, entre otros).31
Deviggiano23, coincide con los síntomas detallados anteriormente los que pueden
ser físicos y emocionales, y refiere que "es importante tener en cuenta que el estrés
constante puede tensionar el corazón de varias maneras; incrementando los valores
de colesterol y los triglicéridos en la sangre y aumentando la presión arterial" (p. 3),
lo cual puede ser un peligro potencial para la vida. Los estresores presentan como
características básicas el ser intensos, provocar tendencias incompatibles y ser
incontrolables32. Por tales razones, los individuos deben identificar qué son agentes
estresores en sus vidas para evitar el malestar o enfermar. Estos agentes y sus
respuestas se resumen en algunos de los siguientes enfoques y modelos.
Modelos y enfoques en el estudio del estrés
Los conceptos básicos propuestos en el modelo transaccional son los de evaluación
(O valoración) y afrontamientos (Coping) propuesto por Lazarus y Folkman en
198433. Según Lazarus & Folkman, 1986 (citado por Berrío y Mazo)14, para entender
este proceso hay que manejar una valoración o evaluación psicológica inicial que
puede ser de dos formas; la valoración primaria y la valoración secundaria. La
interacción entre ambas determina el grado de estrés, la intensidad y la calidad
(contenido) de la respuesta emocional. Y, una tercera considerada como
reevaluación: en la que se realizan procesos de feedback, de corrección a las
evaluaciones previas.
Howser y Bowlds en 1990 (citado en Coleman y Hendry)34, al referirse al estrés en
la etapa de la adolescencia, lo clasificó en tres categorías: acontecimientos
normativos, los sucesos no normativos y las irritaciones cotidianas. A partir de este
enfoque, Lucio-Durán35 crea el modelo -focal-, presupone que a mayor cantidad y
condición de los problemas que atraviesa el adolescente, se observará mayor nivel
de estrés.
En cambio, los modelos más recientes sobre estrés, denominados modelos
integradores multimodales36, sugieren que el estrés no puede definirse desde una
concepción unívoca, sino que debe comprenderse como un conjunto de variables
que funcionan de forma sincrónica y diacrónica, dinamizadas a lo largo del ciclo
vital37. Estos modelos presentan una visión comprensiva más amplia sobre el tema.
Se incorporaron metodologías subjetivas comunes en un modelo de estrés
holístico creado en 2007 para reconocer la importancia de eustress, particularmente
en el lugar de trabajo según Cohen, Tarule, Rambur y Vallett38, las cuales han sido
poco trabajadas.
Las investigaciones del estrés han ido en tres direcciones fundamentales, que a
su vez han ido conformando tres grandes enfoques en su estudio según Grau,
Martín y Portero en 1993 (Citado por González)33, los cuales son: el estrés como
respuesta psicobiológica del organismo, el estrés como estímulo y el estrés como un
proceso de transacción entre el individuo y el medio.
Ante estos modelos y enfoques se han elaborado escalas, técnicas, test o
instrumentos que permitan su evaluación para hacer efectiva la intervención.
Escalas o instrumentos para evaluar el estrés
1. Escala Sintomática de Estrés (ESE). Explora síntomas de estrés con referencias
subjetivas de la frecuencia con que sienten síntomas emocionales y psicofisiológicos
relacionados con el estrés. Cuenta con 18 ítems, dos categorías propuestas por el
autor Seppo Aro en el 1983.22
2. Inventario de Personalidad Resistente. Escala diseñada para evaluar la
personalidad resistente. Sigue el modelo propuesto por Kobasa, operativizada en
tres dimensiones: compromiso, reto y control, que se miden a través de 15
proposiciones en una escala Likert entre 0 y 3.22
3. Escala de modos de afrontamiento (EMA). Autores: Folkman y Lazarus 1984.
Permite a través de 67 ítems evaluar los estilos de afrontamiento.33
4. Anexo valoración resultados estrategia de confrontación de la escala modos de
afrontamiento. Autor: Dionisio Zaldívar Pérez en 1990. Cuenta con 8 subescalas.33
5. Test de vulnerabilidad al estrés. Autores: L. H. Miller y A. D. Smith. Cuenta con 20
items para valorar el estrés tomando como punto de partida los estilos de
conductas.33
6. Lista de indicadores de vulnerabilidad al estrés. Adaptación cubana por Dionisio
Zaldívar Pérez en 1990, cuenta con 20 indicadores.33
7. Inventario para la evaluación del estrés laboral Burnout o Maslach Inventory
Burnout (MBI). Creado por C. Maslach y S. E. Jackson en 1986. Evalúa el estrés
laboral a partir de tres escalas con un total de 22 items.33
8. Cuestionario Breve de Bornout (CBB). Es una adaptación española del MBI por
Bernardo Moreno y colaboradores. Cuenca con 21 items y una pregunta abierta.33
9. Escala General de Satisfacción. Adaptación realizada por Pérez Bilbao y Fidalgo
Vega, en 1979. Explora la respuesta subjetiva o nivel de satisfacción de los
trabajadores lo que permite indagar sobre cuáles son las causas que se ocultan tras
el estrés laboral.39
10. Escala de Estrés Percibido (EEP). Mide la respuesta psicológica general frente a
los estresores. Existen diferentes versiones, la original compuesta por 14 incisos
(EEP-14), entre otras que son resultado de un proceso de refinamiento; en este
último grupo, las dos más conocidas son una versión de 10 (EEP-10) y otra de 4
reactivos (EEP-4), con traducciones en diferentes idiomas, incluido el español.40
11. Cuestionario -Sucesos de vida- elaborado en México por Lucio y Durán35. Tiene
como fin evaluar los sucesos de vida estresantes en adolescentes de 13 a 18 años
de edad. Es un autoinforme de 129 reactivos y una pregunta abierta; permite evaluar
siete áreas. Las respuestas deberán corresponder a eventos ocurridos en un período
no mayor a un año.
Manejo o control del estrés
La primera propuesta que se somete a consideración es la ofrecida por Hernández22,
para intervenir en la prevención y(o) disminución del desgaste profesional: a)
Afrontamiento individual: considerando estrategias cognitivo-conductuales para
mitigar sus fuentes, evitar las vivencias asociadas o neutralizar sus efectos
negativos, b) Interpersonal: potenciando la formación de habilidades sociales y las
estrategias relacionadas con el apoyo social de los equipos de profesionales, y c)
Organizacional: eliminando o disminuyendo estresores del entorno institucional.
La segunda propuesta es El manejo del estrés y el hexágono vital41, uno de los
libros prácticos que una vez que comienzas a leer no te es fácil dejarlo; reúne las
posibilidades que brindan: la buena alimentación, el Hatha Yoga, mentalidad
positiva, la meditación, las amistades y el esparcimiento. Destaca que el problema
es aprender a regularlo, justamente aplicando estos seis aspectos es por lo que le
llama al libro el hexágono vital.
La tercera propuesta llega de la Fundación Universia28 plantean el uso de técnicas
de relajación, o pequeños ejercicios. Explica 7 técnicas efectivas para su control:
relajación muscular progresiva, relajación a través del lenguaje, respira, meditación,
mindfulness, visualización curativa y Yoga.
Otra propuesta interesante con un enfoque neurocientífico para el control del
estrés, es el Programa Neuroeducativo Hervat, que ofrece Ortíz27 en los Cursos de
Verano en la Universidad de Burgos. Hacer ejercicios de neuroplasticidad con el
entrenamiento repetitivo, regulares, sistemáticos y precisos para favorecer la
sinapsis u funcionalidad de las neuronas; practicar una buena hidratación y
oxigenación cerebral con respiración profunda; ejercicios atractivos de tiempos
cortos para garantizar la concentración y la atención activa; hacer un minuto de
motilidad ocular y un minuto de discriminación táctil pasiva, entre otros, que se
detallan en el material citado.
Según Deviggiano “Hacerle frente al estrés nos permitirá llevar una mejor calidad
de vida"23 (p. 3) y recomienda 1ro: reconocer y aceptar las cosas que no se pueden
cambiar. 2do: cambiar la perspectiva con una actitud positiva frente a los desafíos.
3ro: aprender maneras de relajarse, (Respiraciones profundas, meditación, yoga).
4to: conectarse con los seres queridos, que nada se interponga en la vida social,
pasar tiempo con familiares y amigos. Y 5to: aprender a decir que no. Ser asertivo.
Establecer límites es fundamental para equilibrarse.
CONCLUSIONES
El estrés es un fenómeno de gran envergadura, universal, histórico, cultural,
multicausal y multifactorial, que puede comprometer la vida de los seres humanos;
requiere del concurso de todos a nivel macro, meso y microsocial.
Es un concepto se originó en la Física Mecánica, y hoy se estudia con mayor
fuerza y relevancia en el proceso salud enfermedad de los seres humanos, además
es un constructo que no impone límites o fronteras en su evolución histórica.
El término estrés psicológico es relativamente reciente, fue introducido por Selye,
Lazarus, Deese y Osler, en 1946 al publicar un artículo en el Psychological Bulletin
de la Asociación Americana de Psicología (APA), no tiene un siglo de concebido.
El estrés atraviesa por fases claramente diferenciadas: desde la estimulante hasta
la que puede convertirse en nociva, por tanto tiene efectos buenos “eutrés” como
motivador y malos “distrés” como demanda excesiva. No es un fenómeno negativo
en sí mismo, en tanto a partir de su toma de conciencia pueda producir conductas,
comportamientos y actitudes sanas con efectos positivos para sí y para los demás.
El estrés tiene un determinante social, aunque es un fenómeno psicofisiológico,
pero, como fenómeno subjetivo, psíquico, cumple una función orientadora y
reguladora de la personalidad, en la realización exitosa de sus actividades.
Tomar conciencia de los eventos vitales que son estresantes es fundamental para
manejar y controlar el estrés a través de las valiosas técnicas que se describieron el
en cuerpo del artículo, cuando se conoce que son múltiples y variadas las
consecuencias negativas que éste puede generar, hasta el ver comprometida la
salud y la vida.
Es necesario desarrollar más investigaciones relacionadas con el estrés con un
enfoque sistémico, holístico y complejo para poder entender, ayudar y controlar
mejor este fenómeno.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Las referencias deben ser revisadas porque les falta elementos, tienen alteraciones en el orden de los
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