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CUADERNOS
DEL CIMBAGE
LA RELACIÓN ENTRE DESARROLLO, LAZOS SOCIALES Y BIENESTAR SUBJETIVO
Autor(es): SCHTEINGART D., TROMBETTA M.
Fuente: Cuadernos del CIMBAGE, Nº 20 (Mayo 2018), pp 13-49
Publicado por: Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
Vínculo: http://www.economicas.uba.ar/cuadernos-cimbage
Esta revista está protegida bajo una licencia Creative Commons Attribution-
NonCommercialNoDerivatives 4.0 International.
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Cuadernos del CIMBAGE es una revista académica anual editada por el Centro de Investigaciones en
Metodología Borrosa Aplicadas a la Gestión y a la Economía (CIMBAGE) perteneciente al Instituto de
Investigaciones en Administración, Contabilidad y Métodos Cuantitativos para la Gestión (IADCOM).
Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
LA RELACIÓN ENTRE DESARROLLO, LAZOS SOCIALES
Y BIENESTAR SUBJETIVO
Daniel Schteingart*, Martin Trombetta**
* Universidad Nacional de Quilmes, Roque Sáenz Peña 352, B1876BXD Bernal,
Buenos Aires, Argentina
** Universidad Argentina de la Empresa (UADE) Lima 775, C1073AAO CABA,
Argentina
*danyscht@hotmail.com, **martintrombetta@gmail.com
Recibido el 12 de octubre de 2016, aceptado 12 de julio de 2017
________________________________________________________________________
Resumen
El presente trabajo se propone analizar algunos posibles determinantes sociales y
económicos del bienestar subjetivo, incorporando los aportes de la sociólogos clási-
cos como Durkheim y Tönnies referidos a las tensiones entre la modernización-
desarrollo, por un lado, la temperatura de los lazos sociales, por el otro, y su im-
pacto en el bienestar subjetivo. El marco temporal es el período 2005-2014 y se
toman 77 países agrupados en 10 categorías, a partir de la base de datos de la
World Values Survey. Indagamos el efecto de diversas variables independientes a
nivel individual, algunas sociodemográficas (edad, género, estado civil), otras socio-
lógico-culturales (como por ejemplo la religiosidad-secularidad o la adscripción a
valores liberal-democráticos) y otras económicas (condición de actividad, nivel edu-
cativo, ingreso relativo) sobre el bienestar subjetivo. Los resultados indican que las
variables ligadas a la temperatura de los lazos sociales tienen un efecto considera-
ble sobre el bienestar subjetivo. Por otra parte, la asociación entre el desarrollo
económico y el bienestar subjetivo es relativamente débil. En particular, Latinoa-
mérica presenta un nivel de bienestar subjetivo muy elevado ceteris paribus (a pe-
sar de un desarrollo económico intermedio) lo que puede ser en parte explicado a
partir de los aportes de la teoría sociológica clásica.
Palabras clave: bienestar subjetivo, felicidad, desarrollo económico, América Lati-
na.
14 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
RELATION BETWEEN DEVELOPMENT, SOCIAL TIES
AND SUBJECTIVE WELL-BEING
Daniel Schteingart*, Martin Trombetta**
* Universidad Nacional de Quilmes, Roque Sáenz Peña 352, B1876BXD Bernal,
Buenos Aires, Argentina
** Universidad Argentina de la Empresa (UADE) Lima 775, C1073AAO CABA,
Argentina
*danyscht@hotmail.com, **martintrombetta@gmail.com
Received October 12
nd
2017, accepted July 12
nd
2017
________________________________________________________________________
Abstract
This paper aims at analyzing possible social and economic determinants of subjec-
tive well-being, incorporating the works of classical sociologists such as Durkheim
and Tönnies in relation to the trade-off between modernization-development, tem-
perature of social ties and their impact on subjective well-being. Time window is
2005-2014, we use 77 countries grouped into 10 categories in the World Values
Survey database. We investigate the effect of different independent variables at the
individual level, either sociodemographic (age, gender, marital status), sociological-
cultural (religiosity-secularity, adherence to liberal-democratic values) or economic
(occupational status, educational level, relative income) on subjective well-being.
Results indicate that variables linked to the temperature of social ties have a sizea-
ble effect on subjective well-being. Furthermore, the association between economic
development and subjective well-being is relatively weak. In particular, Latin Amer-
ica shows a very high level of subjective well-being ceteris paribus (despite interme-
diate economic development), which may be partly accounted for by the contribu-
tions of classical sociology.
Keywords: subjective well-being, happiness, economic development, Latin Ameri-
ca.
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 15
INTRODUCCIÓN
Buena parte de las Ciencias Sociales -sobre todo, la Economía- y las ideo-
logías políticas herederas de la Ilustración y la Modernidad (el liberalismo,
la socialdemocracia y el marxismo) han concebido el desarrollo económico
en términos positivos. Detrás de esta connotación positiva del desarrollo
ha residido una idea por la cual un mayor bienestar material que acarrea-
ría el desarrollo se traduciría en mayores condiciones para un mayor bie-
nestar “espiritual” a nivel individual. Liberados del problema de la satis-
facción de las necesidades básicas, en el paradigma modernista los indivi-
duos contarían con mayores posibilidades para el ejercicio de la libertad, y
de tal manera, para la realización personal, que implicaría un mayor bie-
nestar individual.
Ahora bien, desde el advenimiento de la Modernidad (etapa que ha estado
intrínsecamente ligada al desarrollo de las fuerzas productivas y al expo-
nencial crecimiento de la “abundancia” -aunque, desde ya, con fortísimas
disparidades regionales-) el pensamiento social ha generado múltiples vo-
ces que, con diversos matices y reformulaciones, han impugnado esta for-
ma de concebir la realidad social, o al menos alertado sobre sus posibles
peligros. La Sociología clásica –por ejemplo, a través de exponentes como
Ferdinand Tönnies (1945) o Émile Durkheim (1969) entre otros- podría ser
encasillada dentro de este último grupo. Estos dos autores han comparti-
do, más o menos veladamente, la visión por la cual el desarrollo de las
fuerzas productivas del capitalismo, que sin dudas había (y ha) permitido
una mayor abundancia material -aunque ésta no fuera distribuida homo-
géneamente ni entre sociedades ni al interior de las mismas-, ha estado
asociada a una profunda transformación de la naturaleza de los lazos so-
ciales que, a su juicio, podía ser harto peligrosa. En esta clave, para ellos,
desarrollo y calidez de los lazos sociales se habían comportado hasta ese
momento (fines del siglo XIX y principios del XX) centrífugamente. En el
pensamiento de estos autores, con mayor o menor explicitud, una elevada
temperatura del lazo social (lo que podríamos definir como el vínculo ca-
racterístico de las relaciones de “comunidad”, con altas dosis de afectivi-
dad, religiosidad, tradicionalismo o familiaridad y típicamente condensa-
das en las aldeas medievales) aparecía como uno de los fundamentos del
bienestar, tanto en lo colectivo como en lo individual. De tal modo, si el
desarrollo y la Modernidad “enfriaban” los lazos sociales -a partir de la
transformación de lo afectivo/tradicional/religioso en lo racional/secular o
de lo familiar/aldeano en lo urbano- había dos alternativas: o se lo enfren-
16 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
taba abiertamente (adscribiendo así a una tradición de pensamiento reac-
cionario y romántico ya existente desde fines del siglo XVIII y principios del
XIX, con exponentes como Edmund Burke, Louis de Bonald y Joseph de
Maistre), o se lo procuraba reformular en alguna dirección que, sin volver
atrás, pudiera transformar esa relación de mutua exclusión en una de
complementariedad. Las propuestas políticas tanto de Tönnies como de
Durkheim iban en la misma dirección: más que volver al pasado, había
que tratar de reformar las sociedades que se estaban industrializando de
modo tal que preservaran las ventajas de la Modernidad (como la abun-
dancia o las libertades individuales) a la vez que recalentaran los lazos
sociales, vistos como sostenes cruciales del bienestar individual (sobre
todo en Durkheim). Propuestas como la creación de asociaciones interme-
dias (tales como sindicatos o asociaciones profesionales, por ejemplo) fue-
ron realizadas por ambos autores, con vistas a generar un difícil equilibrio
entre Modernidad-desarrollo y temperatura de los lazos sociales.
En las últimas dos décadas, las Ciencias Sociales han procurado analizar
empíricamente cuáles podrían ser las causas del bienestar subjetivo (tér-
mino que aquí tomaremos como sinónimo de “felicidad”) en un doble regis-
tro: por un lado, a nivel individual –al interior de un colectivo, como un
país o región- y, por el otro, a nivel agregado para un conjunto de indivi-
duos (por ejemplo, también un país o una región). Con cada vez mayor
frecuencia, este tipo de estudios empíricos ha incorporado métodos eco-
nométricos de análisis. Sin embargo, el aporte de la teoría sociológica clá-
sica ha sido minúsculo dentro de los debates existentes, los cuales han
sido mayormente abordados desde la psicología y la Economía. Respecto a
esta última, la llamada happinomics ha avanzado en analizar la relación
entre variables ligadas al ingreso y felicidad, por momentos dejando en
segundos planos el rol de variables de tinte sociológico, tales como la tem-
peratura de los lazos sociales, tempranamente vistas por Tönnies o
Durkheim como claves para comprender el malestar social que reinaba en
sus tiempos
1
.
Dentro de este contexto, este trabajo se proponer analizar empíricamente
los determinantes sociales y económicos del bienestar subjetivo individual
en diversas regiones de planeta para el período 2005-2014, para lo cual
1
Ver, entre otros, Bartolini et al. (2007), Borgonovi (2008), Carballo (2015), Clark et al.
(2008), Di Tella et al. (2001), Easterlin (1974), Frey y Stutzer (2000, 2002), Helliwell (2003),
Rojas (2014) o Stutzer (2004). Para una revisión de la literatura sobre los determinantes del
bienestar subjetivo, ver Dolan et al. (2008).
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conceptos de las Ciencias Sociales como los de “desarrollo económico”,
“comunidad” o “lazos sociales” resultan herramientas indispensables de
comprensión. En particular, nos interesará responder a las siguientes pre-
guntas de investigación: ¿cuál es el grado de asociación entre desarrollo y
bienestar subjetivo? ¿Qué efecto tiene la temperatura de los lazos sociales
sobre el bienestar subjetivo? ¿Qué otras variables sociodemográficas tie-
nen efectos relevantes sobre el bienestar subjetivo?
Este trabajo se estructurará de la siguiente manera. En la primera sección,
se exhibirá sucintamente la metodología utilizada; en la segunda, se mos-
trarán diferentes “patrones de modernización”, que muestran ciertas ca-
racterísticas de los lazos sociales en diferentes partes del mundo. La terce-
ra sección analiza la relación entre desarrollo y bienestar subjetivo, en
tanto que en la cuarta se despliega el análisis econométrico. Por último, en
la quinta sección se presentan las principales conclusiones. Adicionalmen-
te, en el Anexo I se muestra en detalle cómo se construyeron determinados
indicadores, en tanto que en el Anexo II se consigna información empírica
adicional a la desplegada en la cuarta sección.
1. METODOLOGÍA
Para medir el desarrollo económico utilizamos un indicador de uso amplio
tal como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Nacio-
nes Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual procura captar el “bienestar
objetivo” de los países. Para las restantes variables hemos utilizado las
bases de datos de la World Values Survey (WVS). La WVS es una encuesta
individual de unos 300 ítems, que releva los valores predominantes en una
sociedad determinada, realizada en ondas que comprenden unos 4-5 años:
hasta el momento se han completado seis ondas (1981-1984, 1990-1994,
1995-1998, 1999-2004, 2005-2009, 2010-2014). Los datos aquí utilizados
corresponden a los de las últimas dos ondas.
Inglehart y Welzel (2005) han construido, a partir de algunos de los múlti-
ples datos que la WVS provee, un mapamundi cultural, que nos puede
servir de referencia para entender cómo se dio (si es que se dio) la moder-
nización social de diversas sociedades y que desarrollamos en la sección
siguiente. Para ello, han tomado dos dimensiones: por un lado, la intensi-
dad de los valores seculares (versus los tradicionales), que apunta a medir
fundamentalmente el grado de religiosidad y tradicionalismo de una socie-
dad. Por el otro, la intensidad de los valores “liberal-democráticos” –es de-
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cir, defensa de las libertades individuales, la igualdad de derechos y la
tolerancia (versus los valores en pos de la seguridad y el rechazo a lo dife-
rente)-. De este modo, se han cruzado ambas dimensiones en un gráfico
para así poder situar a cada sociedad (los valores corresponden al prome-
dio de la muestra de individuos encuestados) en un momento dado del
tiempo. Grosso modo, se forman cuatro tipologías de sociedades: a) las que
tienen altos niveles de tradicionalismo y bajo interés en los valores liberal-
democráticos (los autores las llaman “sociedades agrarias” o “preindustria-
les”, y en los que claramente la modernización no se ha dado acabadamen-
te), y que de alguna manera serían el equivalente funcional de lo que Tön-
nies y Durkheim denominaban “comunidades premodernas”; las que po-
seen altos niveles de tradicionalismo-religiosidad pero alto interés en los
valores liberal-democráticos (como veremos, países como Estados Unidos o
muchos latinoamericanos encasillarían bastante bien dentro de este tipo);
las que son seculares, pero con bajo interés en los valores liberal-
democráticos (se trata en general de sociedades donde se han dado proce-
sos de industrialización que, no obstante, no han conducido al desarrollo
económico, como veremos sobre todo en el caso de las ex comunistas) y las
que son seculares y con alto interés en los valores liberal-democráticos (los
autores las llaman “sociedades posindustriales” y mayormente encarnadas
en Europa Occidental).
Para categorizar el tipo de lazo social predominante (y el consiguiente “pa-
trón de modernización”) hemos partido de los mismos ejes que los autores:
secularización-tradición y libertad-seguridad. Para ello, construimos estos
dos índices a partir de una selección de preguntas del cuestionario de la
WVS (sugerimos ver detalles metodológicos en Anexo I). El primero (en
adelante, “índice de secularidad”) adopta valores mayores cuando el nivel
de secularidad individual es elevado y valores menores cuando el nivel de
religiosidad-tradicionalismo es alto. El segundo (en adelante, “índice de
liberalidad”) adopta valores mayores cuanto mayor es la adscripción indi-
vidual a valores liberal-democráticos y valores menos cuanto menor es
esta adhesión. Ambos índices están normalizados al intervalo unitario.
El índice de secularidad y el índice de liberalidad permiten trazar así un
mapa de diversas configuraciones sociales en el mundo. Ahora bien, nues-
tro análisis se da en una doble dirección: por un lado, se compara entre
sociedades; por el otro, se compara al interior de cada sociedad. Cuando se
hace esto último, se incorporan al análisis otras variables, muchas de las
cuales tienen que ver con la intensidad de los lazos sociales (estado civil,
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tamaño de la ciudad, condición migratoria, condición de actividad, etcéte-
ra).
Nuestra variable dependiente es el bienestar subjetivo, operacionalizado
como el nivel de felicidad y satisfacción con la vida reportado por los indi-
viduos en el relevamiento (nuevamente, el Anexo I brinda precisiones me-
todológicas). Esto corresponde a lo que la literatura especializada conoce
como “bienestar autorreportado”, habitualmente utilizado como medida de
bienestar subjetivo.
Adicionalmente, empleamos variables de control estándar en la literatura,
a saber: edad, género, nivel educativo, nivel de ingreso relativo autoperci-
bido, estado civil, estado ocupacional, condición migratoria y tamaño de
ciudad de residencia. Estas últimas cuatro variables se vinculan con la
calidez de los lazos sociales y por ende pueden ser interpretadas en el
marco propuesto por Tönnies y Durkheim.
La muestra contiene 165193 casos en 77 países, que fueron agrupados de
acuerdo a una tipología de países en base a un criterio geográfico-cultural
(por ende en ocasiones nos referiremos a los grupos como “regiones”), en
un espíritu similar al de Inglehart y Welzel (2005). Esta tipología se inscri-
be en una tradición amplia en la literatura conocida como “variedades de
capitalismo”, según la cual los países son agrupados no solo a partir de
niveles de desarrollo o criterios geográficos, sino también en base a facto-
res culturales, institucionales o históricos
2
. De este modo, las categorías
empleadas son las siguientes:
- África subsahariana: Nigeria, Ghana, Malí, Etiopía, Zambia, Burkina
Faso, Ruanda, Sudáfrica y Zimbabue
- Países desarrollados anglosajones: Reino Unido, Australia, Nueva Zelan-
da, Canadá y Estados Unidos
- Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Ecuador, Colom-
bia, Guatemala y México
- Países islámicos de Oriente Medio: Argelia, Marruecos, Libia, Túnez,
Egipto, Jordania, Yemen, Irak, Irán, Turquía, Kuwait, Palestina, Qatar,
Pakistán, Bahréin y Líbano
2
Ver, entre otros, Hall y Soskice (2001), Esping-Andersen (1993) o Bizberg (2014).
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- Sudeste Asiático: Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia, Vietnam y Sin-
gapur
- Hinduistas: India
- Confucianos: China, Hong Kong, Japón, Taiwán y Corea del Sur
- Países ex comunistas: Rusia, Belarús, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kirguis-
tán, Kazajistán, Estonia, Kirguistán, Armenia, Georgia, Bulgaria, Ruma-
nia, Serbia, Hungría y Ucrania
- Países de la Europa católica: Italia, España, Francia, Polonia y Eslovenia
3
- Países de la Europa protestante: Países Bajos, Suiza, Alemania, Finlan-
dia, Noruega y Suecia
4
Dado que existe cierto grado inevitable de arbitrariedad en la asignación de
países en categorías, utilizamos análisis discriminante para constatar que
ningún país está asignado a una categoría de cuya media difiera sensible-
mente en términos de las variables relevantes del problema. Los resultados
apoyan la clasificación propuesta.
2. PATRONES DE MODERNIZACIÓN
Antes de adentrarnos en los determinantes sociales y económicos del bie-
nestar subjetivo, nos interesa medir las características de los lazos sociales
en distintos países. En particular, ¿son todas las sociedades del mundo
hoy igualmente “modernas”? Y dentro de las que se “modernizaron”, ¿lo
3
Polonia y Eslovenia son países que pertenecieron al ala comunista durante la Guerra Fría,
con lo que en rigor también pertenecen al otro grupo. Los hemos agrupado aquí porque su
integración postcomunista a Europa Occidental fue mayor que en todos los otros países rese-
ñados. En el caso de Polonia, además, la fortísima tradición católica viene de larga data, en
tanto que Eslovenia, si bien formó parte de Yugoslavia, históricamente estuvo muy ligada
culturalmente a la católica Austria.
4
Vale remarcar que Países Bajos, Suiza y Alemania hoy día cuentan con una población que
se dice protestante similar o incluso menor a la que se autodefine como católica (en el caso
de Alemania, por ejemplo, el último censo nacional disponible muestra un 30% de católicos,
un 35% de protestantes y un 30% de ateos). Sin embargo, la fuerte presencia del ateísmo en
estos países proviene mucho más de grupos protestantes que cesaron su identificación reli-
giosa que de grupos católicos -que la mantuvieron mucho más-. A modo de ejemplo, en la
Alemania del Segundo Imperio, la proporción de católicos era más o menos similar a la ac-
tual, en tanto que la de protestantes era de alrededor del 65%. El mismo proceso ocurrió en
Países Bajos y Suiza. De tal modo, el mote de “europeos protestantes” de estos países obedece
más a una genealogía histórica que al presente confesional.
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hicieron de un único modo? Mostramos en esta sección que más que una
única vía de modernización, se han desarrollado múltiples.
En el Gráfico 1 podemos ver el cruce de dos variables: el índice de secula-
ridad y el de liberalidad. El color y el ícono de los países corresponden al
agrupamiento regional. En dicho gráfico se ve claramente que hay una
fuerte correlación entre ambas variables: a mayor nivel de secularidad,
mayor nivel de valores liberal-democráticos y viceversa. Si bien la correla-
ción entre estas variables es alta (71%), los casos que se alejan de la recta
son numerosos e interesantes. Veamos más en detalle.
Comencemos por los países desarrollados. En primer lugar, los países de
Europa protestante (Alemania, Suiza, Finlandia, Países Bajos y, sobre to-
do, Suecia y Noruega) se encuentran todos muy cerca del extremo “nores-
te” del Gráfico 1. En pocas palabras, se trata de países donde la población
es mucho más secular que en el resto del mundo, y además altamente
defensora de las libertades individuales y los valores de la democracia for-
mal. En segundo lugar, entre los anglosajones tenemos, por un lado, a
Nueva Zelanda, Australia y Reino Unido, que se encuentran en el Gráfico 1
cerca de Países Bajos, Alemania o Finlandia. Por el otro, están Canadá y
Estados Unidos, los cuales presentan un nivel de secularismo sensible-
mente más bajo y, en el caso de este último país, un índice de valores libe-
ral-democráticos que, si bien elevado en términos relativos, es considera-
blemente menor al de los países anteriormente mencionados. En resumen,
el tránsito a la modernización por parte de Suecia o Noruega, entre otros,
presenta importantes diferencias por el experimentado en Estados Unidos,
país que, dentro del mundo desarrollado, es de los más tradicionales-
religiosos y con niveles de valores liberal-democráticos no demasiado ele-
vados.
22 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
Gráfico 1: Índice de valores seculares y de valores liberal-democráticos, circa 2010
Fuente: elaboración propia en base a World Values Survey (ondas 5 y 6).
Dentro de los países desarrollados encontramos, además, a los de Europa
católica (Francia, España, Eslovenia e Italia
5
). En los primeros tres casos,
la posición en el Gráfico 1 es similar a la de Australia, Nueva Zelanda o
Reino Unido: relativamente elevados niveles en ambas variables, aunque
menores a los de países como Suecia o Noruega. Italia, por el contrario, ha
tenido un patrón de modernización diferente, con índices de secularismo y
valores liberal-democráticos mucho menores (incluso inferiores a los de
Estados Unidos). Pese al desarrollo económico, Italia sigue siendo un país
relativamente religioso, en el que el 88% de la población se declara católica
5
Polonia pertenece a este grupo pero presenta niveles de desarrollo (en términos de IDH)
considerablemente menores al de estos cuatro países. Por tal razón, nos parece exagerado
considerarlo plenamente “desarrollado”.
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
Ecuador
Guatemala
México
Perú
Uruguay
Australia
Canadá
Reino Unido
N. Zelanda
USA
Finlandia
Alemania
Países Bajos
Noruega
Suecia
Suiza
Francia
Italia
Polonia
Eslovenia
España
Armenia
Azerbaiján Belarus Bulgaria
Estonia
Georgia
Hungría
Kazakhstán
Kirguistán
Moldavia
Rumania
Rusia
Serbia
Ucrania
Uzbekistán
China
Hong Kong
Japón
Corea del Sur
Taiwán
Burkina Faso
Etiopía
Ghana
Malí
Nigeria
Rwanda
Sudáfrica
Zambia
Zimbabwe
Argelia
Bahrein
Egipto
Irán
Irak
Jordania
Kuwait
Líbano
Libia
Marruecos
Pakistán
Palestina
Qatar
Túnez Turquía
Yemen
Indonesia
Malasia
Filipinas
Singapur
Tailandia
Vietnam
India
r = 0,71
0.70.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6
Índice de secularidad
0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7
Índice de liberalidad
A. Latina Anglosajones Europa protestante Europa católica Ex comunistas
Confucianos África Subsahariana Medio Oriente Sudeste Asiático India
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y el 37% practicante. A modo de comparación, en Suecia más del 40% de
la población se declara atea o agnóstica y apenas el 7% es practicante. Si
agregamos a Polonia, país que hemos etiquetado como de Europa católica,
pero que está un escalón por debajo que Francia, Italia, España o Eslove-
nia en materia de desarrollo económico, veremos que los índices de secula-
ridad y de liberalidad son aún más bajos que los de Italia, ocupando una
posición similar a la de Brasil o Perú en el Gráfico 1.
Un cuarto grupo de países desarrollados lo representan los confucianos
(Japón, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong
6
). Estos países son mayormen-
te seculares, aunque con índices de valores liberal-democráticos inferiores
a los del resto de los países desarrollados. Sólo Japón, el que se desarrolló
más tempranamente de estos cuatro, presenta niveles de valores liberal-
democráticos similares a los de Italia o Estados Unidos. China, si bien no
es desarrollado, presenta la particularidad de tener muy elevados niveles
de secularidad, pero con valores liberal-democráticos relativamente bajos.
Veamos ahora qué ocurre con el resto de los países en desarrollo. Por un
lado, es más que interesante el patrón de los ex comunistas. En general,
son bastante seculares (salvo Armenia, Georgia, Kirguistán, Rumania,
Moldavia y Polonia, sobre la cual ya hemos hablado), pero con valores libe-
ral-democráticos relativamente bajos (a excepción de Estonia, Bulgaria,
Serbia y Hungría, donde éstos son más bien intermedios). Estas socieda-
des han atravesado importantes aunque poco exitosos procesos de moder-
nización industrializante durante la etapa comunista, en el marco de regí-
menes autoritarios que han tendido a limitar la religión. Según Inglehart y
Welzel (2005), el hecho de que estos países no hayan podido terminar de
resolver sus problemas de escasez material ha incidido en que en el dilema
“seguridad-libertad” se hayan inclinado hacia el primero de estos polos.
Ello explicaría el bajo nivel del índice de valores liberal-democráticos en
estos países, en donde por ejemplo los niveles de homofobia, machismo o
escepticismo respecto a la democracia son mucho mayores a los que suele
haber en Europa Occidental.
Un párrafo aparte merecen los países latinoamericanos, en el que existe
cierta heterogeneidad, sobre todo en lo que concierne a los valores secula-
res. Por un lado, países como Guatemala, Ecuador, Colombia, México,
Brasil o Perú son más bien religiosos-tradicionales. Sin embargo, vale no-
6
China también forma parte de este grupo, pero todavía no es un país desarrollado en mate-
ria de IDH.
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tar que, dentro del conjunto de los países con estas características, pre-
sentan niveles relativamente elevados en lo que concierne a los valores
liberal-democráticos, aunque apreciablemente más bajos que en Europa
Occidental e, incluso, Estados Unidos. Los países del sur de América Lati-
na (Chile, Argentina y, sobre todo, Uruguay) se asimilan más a los de Eu-
ropa occidental, con niveles de secularidad y de valores liberal-
democráticos más altos que el resto de los latinoamericanos. En pocas
palabras, los países latinoamericanos presentan un patrón de moderniza-
ción bastante singular: en términos económicos, esta está lejos de haberse
consumado; en términos de secularización, tampoco (salvo, parcialmente,
en Uruguay, Argentina o Chile). Ahora bien, respecto a los valores liberal-
democráticos, la región está relativamente modernizada, dados los dos
hechos recientemente mencionados.
Por su parte, las sociedades musulmanas de Oriente Medio y las del África
subsahariana se encuentran cerca del extremo “sudoeste” del Gráfico 1:
presentan altos niveles de tradicionalismo y bajos índices de valores libe-
ral-democráticos
7
. En general, estas sociedades comparten bajos niveles de
modernización económica, con bajos niveles de industrialización y alta
dependencia de la producción en los sectores primarios.
Los países del Sudeste Asiático presentan una importante heterogeneidad
respecto a su posición en el Gráfico 1, sobre todo en lo que concierne a
secularidad. Por un lado, Indonesia, Malasia y Filipinas se encuentran
cerca del “sudoeste” del esquema; luego, Tailandia y Singapur (este último,
país desarrollado), se encuentran cerca del “centro geográfico” del mismo;
Vietnam -país que desde hace alrededor de medio siglo se encuentra bajo
gobierno comunista- posee altos niveles de secularidad en su población,
experimentando así un patrón de modernización bastante similar al chino.
Por último, India ha sido separada aparte, dada su fuerte singularidad
histórico-cultural. Allí, la posición en el Gráfico 1 está a mitad de camino
entre el “centro geográfico” y el vértice “sudoeste”; en otros términos, sus
niveles de secularidad y de valores liberal-democráticos son bajos si se los
compara con Europa Occidental, Estados Unidos o incluso América Latina,
pero mayores a los de la mayoría de los del África Subsahariana y Oriente
Medio.
7
Sudáfrica, Zambia, Etiopía y Bahréin son excepciones parciales a esta afirmación y poseen
una posición similar a la de latinoamericanos como Brasil o Perú.
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En los Gráficos 2 y 3 podemos ver la correlación que existe entre el índice
de secularidad y desarrollo (Gráfico 2) y entre éste y el índice de valores
liberal-democráticos (Gráfico 3). Nótese que en ambos casos la correlación
es alta, de 66% en el primer caso y de 67% en el segundo. Nuevamente, los
casos que se alejan de la recta de ajuste son de interés. Por un lado, países
como Vietnam, China, Uruguay y la mayoría de los ex comunistas son bas-
tante más seculares que lo que se derivaría de su IDH. Por el otro, países
como Estados Unidos, Canadá, Italia o Singapur son bastante más tradi-
cionalistas-religiosos de lo que surgiría de su IDH. Lo mismo aplica para la
mayoría de los países de Oriente Medio y América Latina. A su vez, todos
los países latinoamericanos se encuentran por encima de la recta de ajuste
del Gráfico 3, lo que equivale a decir que sus índices de valores liberal-
democráticos son más elevados que lo que se derivaría de su IDH. Lo con-
trario ocurre en el caso de los países de Oriente Medio y la mayoría de los
ex comunistas. Asimismo, resulta llamativa la diferencia existente al inte-
rior del mundo desarrollado (países de la derecha del gráfico), con Suecia y
Noruega liderando el ranking de los más liberal-democráticos, y Japón,
Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwán con niveles bastante más
bajos.
26 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
Gráfico 2: Índice de desarrollo humano e Índice de valores seculares, circa 2010
Fuente: elaboración propia en base información de World Values Survey (ondas 5 y
6) y PNUD.
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
Ecuador
Guatemala
México
Perú
Uruguay
Australia
Canadá
Reino Unido
N. Zelanda
USA
Finlandia
Alemania
Países Bajos
Noruega
Suecia
Suiza
Francia
Italia
Polonia
Eslovenia
España
Armenia
Azerbaiján
Belarus
Bulgaria
Estonia
Georgia
Hungría
Kazakhstán
Kirguistán
Moldavia
Rumania
Rusia
Serbia
Ucrania
Uzbekistán
China
Hong Kong
Japón
Corea del Sur
Taiwán
Burkina Faso
Etiopía
Ghana
Malí Nigeria
Rwanda Sudáfrica
Zambia
Zimbabwe
Argelia
Bahrein
Egipto Irán
Irak
Jordania
Kuwait
Líbano
Libia
Marruecos
Pakistán
Palestina
Qatar
Túnez Turquía
Yemen
Indonesia
Malasia
Filipinas
Singapur
Tailandia
Vietnam
India
r = 0,66
0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7
Índice de secularidad
.4 .5 .6 .7 .8 .9 1
Índice de desarrollo humano
A. Latina Anglosajones Europa protestante Europa católica Ex comunistas
Confucianos África Subsahariana Medio Oriente Sudeste Asiático India
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 27
Gráfico 3: Índice de desarrollo humano e Índice de valores liberal-democráticos,
circa 2010
Fuente: elaboración propia en base a información de World Values Survey (ondas 5
y 6) y PNUD.
En síntesis, desarrollo y modernización de los lazos sociales (entendida
ésta a partir de la secularización y la mayor propensión al pluralismo que
implican los valores liberal-democráticos) presentan una fuerte asociación.
A su vez, modernización de los lazos sociales implica, como ya lo mencio-
naban autores como Tönnies o Durkheim, un fuerte enfriamiento en la
temperatura del lazo social. Sin embargo, como hemos visto aquí, está
claro que han existido diferentes senderos de modernización tanto a nivel
nacional y regional, lo cual se debe a características histórico-culturales
específicas.
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
Ecuador
Guatemala México
Perú
Uruguay
Australia
Canadá
Reino Unido N. Zelanda
USA
Finlandia Alemania
Países Bajos
Noruega
Suecia
Suiza
Francia
Italia
Polonia
Eslovenia
España
Armenia
Azerbaiján
Belarus
Bulgaria
Estonia
Georgia
Hungría
Kazakhstán
Kirguistán
Moldavia Rumania
Rusia
Serbia
Ucrania
Uzbekistán
China
Hong Kong
Japón
Corea del Sur
Taiwán
Burkina Faso
Etiopía
Ghana
Malí
Nigeria
Rwanda
Sudáfrica
Zambia
Zimbabwe Argelia
Bahrein
Egipto
Irán
Irak Jordania
Kuwait
Líbano
Libia
Marruecos
Pakistán Palestina Qatar
Túnez
Turquía
Yemen
Indonesia
Malasia
Filipinas
Singapur
Tailandia
Vietnam
India
r = 0,67
0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7
Índice de liberalidad
.4 .5 .6 .7 .8 .9 1
Índice de desarrollo humano
A. Latina Anglosajones Europa protestante Europa católica Ex comunistas
Confucianos África Subsahariana Medio Oriente Sudeste Asiático India
28 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
3. LA RELACIÓN ENTRE DESARROLLO Y BIENESTAR SUBJETI-
VO
Si, como vimos en la sección anterior, el desarrollo tiende a estar asociado
a la modernización, y la modernización implica, entre otras cosas, el debili-
tamiento de los valores tradicionales-religiosos, ¿puede ser entonces que el
desarrollo y la modernización sean las principales causas del malestar
humano, como dejaban traslucir los críticos de la Modernidad (y, con ma-
yor o menor énfasis, estos dos autores)? O, por el contrario, ¿el desarrollo
y la modernización mejoran el bienestar subjetivo humano, tal como se
desprende de los postulados del “paradigma modernista”?
La presente sección y la siguiente abordan estos interrogantes. En este
acápite, se analiza descriptivamente la relación entre desarrollo y bienestar
subjetivo, comparando entre países, y sin distinguir heterogeneidades al
interior de éstos. En contraste, en la cuarta sección, se testea econométri-
camente la relación existente entre diversas variables independientes (mu-
chas de ellas ligadas, directa o indirectamente, al problema de los lazos
sociales) y el bienestar subjetivo.
En el Gráfico 4 podemos ver la correlación que existe entre bienestar sub-
jetivo y desarrollo. En primer lugar, nótese que la correlación, si bien posi-
tiva es bastante baja (36%). En particular, la mayor dispersión de casos se
da entre los países de desarrollo medio (IDH entre 0,6 y 0,8): mientras que
Colombia, México y Ecuador exhiben niveles de bienestar subjetivo supe-
riores a 0,8 (siendo de los más elevados de toda la muestra junto a Uzbe-
kistán y Qatar), Egipto, Irak, Georgia, Moldavia y Bulgaria presentan muy
altos niveles de malestar (el indicador oscila en torno a 0,5). En rigor, nó-
tese que casi todos los países que pasaron por el comunismo se encuen-
tran entre los de mayor malestar de la muestra, un dato más que intere-
sante
8
. También, muchos -aunque no todos- de los países musulmanes de
8
Uzbekistán, Kirguistán y Kazajistán son los únicos tres países ex comunistas que presentan
relativamente altos niveles de bienestar subjetivo. Dentro de la muestra de ex comunistas
aquí presentada, son los únicos que comparten el hecho de ser musulmanes sunníes. Por su
lado, Azerbaiyán presenta niveles de bienestar subjetivo cercanos a los de la recta de ajuste;
si bien más bajo que el de estos tres países, es mucho más elevado que el del resto de los ex
comunistas. Vale apuntar que este país también es musulmán, aunque con mayoría chiíta.
El resto de los ex comunistas es de tradición cristiana ortodoxa, la cual fue atenuada en
vastos sectores de la población por efecto del ateísmo imperante durante el período comunis-
ta. Muy posiblemente, estas diferentes tradiciones religiosas y, por ende, culturales sirvan
para explicar por qué existe tal diferencia de bienestar subjetivo al interior del mundo ex
comunista.
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 29
Oriente Medio se encuentran en los de menor bienestar subjetivo (además
de Egipto e Irak, están Yemen, Palestina, Túnez, Marruecos, Argelia, Irán,
Bahréin y Líbano; Qatar, Turquía, Pakistán, Jordania, Kuwait y Libia son
excepciones). Por su lado, algunos países del África subsahariana (como
Zimbabue, Malí, Nigeria, Ghana o Sudáfrica), pese a sus menores niveles
de desarrollo material, muestran niveles de bienestar subjetivo en torno a
rangos medios. De todos modos, ello no ocurre en países como Ruanda,
Burkina Faso, Zambia y Etiopía, con niveles de bienestar subjetivo más
bien bajos. Los del Sudeste Asiático, por su parte, exhiben valores medio-
altos, (entre algo menos de 0,7 –Vietnam e Indonesia- y un poco menos de
0,75 –Filipinas, Tailandia y Malasia-). Nótese que Singapur, pese a ser sus-
tancialmente más desarrollado, presenta un bienestar subjetivo agregado
similar al del resto de los países del agrupamiento.
30 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
Gráfico 4: Bienestar subjetivo y desarrollo (circa 2010)
Fuente: elaboración propia en base a World Values Survey y PNUD
Otro dato sumamente interesante es que los países latinoamericanos pre-
sentan, en todos los casos, mayores niveles de bienestar subjetivo que lo
que se desprende de la recta de ajuste. En otros términos, dado un nivel
moderado de IDH, los países latinoamericanos (quizá, las únicas excepcio-
nes sean Perú y Chile, que se encuentran levemente por encima de la rec-
ta) presentan grados de bienestar subjetivo relativamente elevados (como
fue mencionado, en México, Colombia y Ecuador son de los más altos del
mundo). Nótese además que los países del Cono Sur (Argentina, Brasil,
Chile y Uruguay) son bastante homogéneos en lo que a bienestar subjetivo
concierne (entre 0,70 y 0,75), al igual que los que están al norte del Ecua-
dor (México, Colombia, Ecuador y Guatemala), que se encuentran un pel-
daño por arriba de los del Cono Sur.
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
Ecuador
Guatemala
México
Perú
Uruguay Australia
Canadá
Reino Unido N. Zelanda
USA
Finlandia
Alemania
Países Bajos
Noruega
Suecia
Suiza
Francia
Italia
Polonia Eslovenia
España
Armenia
Azerbaiján
Belarus
Bulgaria
Estonia
Georgia
Hungría
Kazakhstán
Kirguistán
Moldavia
Rumania
Rusia
Serbia
Ucrania
Uzbekistán
China
Hong Kong
Japón
Corea del Sur
Taiwán
Burkina Faso
Etiopía
Ghana
Malí
Nigeria
Rwanda
Sudáfrica
Zambia
Zimbabwe
Argelia Bahrein
Egipto
Irán
Irak
Jordania
Kuwait
Líbano
Libia
Marruecos
Pakistán
Palestina
Qatar
Túnez
Turquía
Yemen
Indonesia
Malasia
Filipinas
Singapur
Tailandia
Vietnam
India
r = 0.36
.45 .55 .65 .75 .85.50 .60 .70 .80
Bienestar subjetivo (2005-2014)
.35 .45 .55 .65 .75 .85 .95.50 .60 .70 .80 .90.40 IDH (2012)
A. Latina Anglosajones Europa protestante Euro pa católica Ex comunistas
Confucianos África Subsahariana Medio Oriente Sudeste Asiático India
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 31
Por otro lado, dentro de los países desarrollados (IDH mayor a 0,85), no
hay ninguno que posea un nivel bajo de bienestar (el más bajo es Corea
con 0,64) ni tampoco ninguno que supere a los tres casos latinoamerica-
nos antes mencionados (en Suecia, Suiza, Reino Unido, Canadá, Nueva
Zelanda y Noruega rondan niveles de bienestar superiores a 0,75, lo cual
hace que estén entre el top ten nuestra muestra). Hay otro dato sumamen-
te destacable aquí: los países de la Europa protestante (salvo Alemania) y
los anglosajones tienen mayores niveles de bienestar subjetivo que los de
la Europa católica y los de Extremo Oriente de industrialización tardía
(Japón, Corea, Taiwán y Singapur).
Por su lado, China, país de desarrollo intermedio y con acelerada trans-
formación económica, muestra niveles de bienestar subjetivo intermedios,
no demasiado diferentes a los de otros confucianos (símil a Corea del Sur y
algo menor al de Taiwán y Japón). En India, por su parte, tanto el desarro-
llo como el bienestar subjetivo son menores a China, ubicándose en ambas
variables en niveles que podríamos definir como “medio-bajos”.
4. DETERMINANTES DEL BIENESTAR SUBJETIVO: ANÁLISIS
DE REGRESIÓN
Hasta ahora, nuestro análisis empírico se centró en describir los procesos
de modernización social de diferentes países agrupados en regiones, en
mostrar que la relación entre desarrollo y modernización (aproximados por
la secularidad y los valores liberal-democráticos de una sociedad determi-
nada) es relevante aunque moderada y en señalar que la asociación entre
desarrollo y bienestar subjetivo es más bien débil.
Los datos antes presentados son complementados en la presente sección
con análisis econométricos que procuran estudiar con mayor profundidad
los determinantes socioeconómicos del bienestar subjetivo. A diferencia de
las dos secciones previas, en que mostramos a países como todos homogé-
neos, aquí introducimos dos diferencias: en primer lugar, trabajamos di-
rectamente con regiones; en segundo orden, introducimos diferencias al
interior de las mismas, a partir de una serie de variables económicas, so-
ciales y demográficas, muchas de las cuales refieren directa o indirecta-
mente a la cuestión del desarrollo económico y los lazos sociales.
Para cuantificar el efecto individual de cada una de las variables analiza-
das sobre el bienestar subjetivo, estimamos diversos modelos de regresión
32 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
lineal mediante Mínimos Cuadrados Ordinarios. Las variables explicativas
de interés son el índice de secularidad y el índice de liberalidad. Como va-
riables de control, utilizamos las variables sociodemográficas enumeradas
en la sección II.
Dado que tanto la variable dependiente como las variables independientes
de interés son índices de escala unitaria, estas fueron estandarizadas para
facilitar la interpretación de los coeficientes estimados. En el Cuadro 1
presentamos los resultados de estas estimaciones con y sin dummies por
grupos de países (Modelo 1 y Modelo 2, respectivamente). En todo momen-
to utilizaremos a Estados Unidos como categoría base, por tratarse del
punto de comparación habitual en la literatura
9
.
9
En las secciones anteriores incluimos a Estados Unidos dentro de la categoría de los “anglo-
sajones”. En la actual sección, tal categoría mantiene a los mismos países que antes, pero
excluyendo a Estados Unidos, para utilizarlo como benchmark.
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 33
Cuadro 1. Liberalidad, secularidad y bienestar
Fuente: elaboración propia en base a WVS
Variable Modelo 1 Modelo 2
Mujer -0.0264*** 0.0007
Jefe de hogar -0.0455*** -0.0323***
Edad -0.0014*** -0.0043***
Desocupado -0.2701*** -0.2065***
Jubilado -0.0837*** -0.0268*
Ama de casa 0.0345*** 0.0295**
Estudiante 0.0565*** 0.1088***
Inmigrante -0.0307* -0.0784***
Educación secundaria 0.1708*** 0.1786***
Educación universitaria 0.2149*** 0.2615***
Ciudad grande -0.0029 -0.0802***
Casado 0.1350*** 0.1925***
Ingreso bajo -0.2380*** -0.2326***
Ingreso alto 0.2811*** 0.2987***
Índice de secularidad -0.3041*** -0.3113***
Índice de liberalidad 0.5806*** -0.0073
África subsahariana -0.3844***
Anglosajones 0.1905***
Latinoamérica 0.2531***
Medio oriente -0.4682***
Sudeste asiático -0.0852***
India -0.6426***
Confucianos -0.2606***
Ex comunistas -0.5438***
Europa católica -0.1591***
Europa protestante 0.1740***
Tamaño 111737 111737
R2 0.0623 0.1342
34 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
Los resultados econométricos muestran datos interesantes. Si bien las
mujeres reportan niveles de bienestar ligeramente inferiores a los de los
varones (Modelo 1), este efecto desaparece cuando se controla por grupo de
país (Modelo 2). Los jefes de hogar, los desocupados, los jubilados y los
inmigrantes se reportan significativamente menos felices
10
, mientras que lo
contrario ocurre con estudiantes y amas de casa. El coeficiente negativo
asociado a la dummy de desocupado es particularmente grande, lo que
señala que la merma en las condiciones de vida (tanto en términos econó-
micos como también asociados a la pérdida de un lazo social) producidas
por el desempleo afecta especialmente el bienestar subjetivo. El nivel edu-
cativo muestra un fuerte efecto positivo sobre el nivel de bienestar repor-
tado. Los individuos casados también se declaran significativamente más
felices que los no casados. Vivir en una ciudad grande reduce ligeramente
el bienestar reportado. Por último, el nivel de ingreso autopercibido está
asociado de manera directa con el bienestar subjetivo.
En cuanto a las variables de secularidad y liberalidad, encontramos dos
resultados muy diferentes. El índice de secularidad tiene un efecto negati-
vo, grande en tamaño y estadísticamente significativo sobre el nivel de bie-
nestar que reportan los individuos. Un aumento de un desvío estándar en
el nivel de secularidad conduce a una caída de casi un tercio de desvío en
el bienestar. Esto indica que la religiosidad-tradicionalismo (el reverso de
la secularidad) es un factor que incide positivamente en la felicidad auto-
declarada de los individuos. Por otro lado, en la primera estimación el ín-
dice de liberalidad presenta un coeficiente muy grande, positivo y estadís-
ticamente significativo, de un orden de magnitud casi doble al del coefi-
ciente asociado a la secularidad. Sin embargo, al controlar por grupos de
países, este efecto desaparece por completo ya que el coeficiente se vuelve
indistinguible de cero. En otras palabras, si bien es cierto que existe corre-
lación entre liberalidad y bienestar subjetivo, esta solo captura diferencias
idiosincráticas entre los grupos de países considerados.
Las estimaciones de los coeficientes asociados a las dummies de grupos de
países arrojan resultados muy interesantes. Solo Europa protestante, an-
glosajones y Latinoamérica presentan coeficientes positivos; en otras pala-
bras, son las únicas regiones del mundo donde los individuos gozan de un
bienestar subjetivo ceteris paribus mayor al promedio estadounidense,
10
A fines de simplificar la exposición, utilizaremos “bienestar subjetivo”, “felicidad” y “satis-
facción con la vida” como sinónimos, aunque stricto sensu no son conceptos exactamente
intercambiables.
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 35
confirmando las tendencias descriptas en la sección previa. En Latinoamé-
rica el bienestar autopercibido es un cuarto de desvío estándar superior al
de Estados Unidos, mientras que en Europa protestante y en los Anglosa-
jones estas brechas son de solo 17 y 19% respectivamente, lo que refuerza
la idea de que los países latinoamericanos disfrutan de niveles de bienes-
tar muy elevados aun controlando por diversas variables y a pesar de tener
niveles de desarrollo intermedio. En cambio, las restantes regiones del
planeta presentan coeficientes negativos, lo que indica que los individuos
gozan de menor bienestar subjetivo que en Estados Unidos. En particular,
India, ex comunistas, Medio Oriente y África subsahariana presentan los
coeficientes negativos más grandes (entre un 38 y un 65% de desvío es-
tándar por debajo de Estados Unidos), también confirmando las tenden-
cias descriptas en el Gráfico 4. Vale agregar que en todos los casos se trata
de efectos que superan en tamaño al de otras variables que inciden positi-
vamente sobre el bienestar (como la educación o el ingreso autopercibido).
Esto implica que vivir en ciertas regiones del mundo puede tener un efecto
negativo sobre la felicidad reportada que compensa el efecto positivo de
variables que, a nivel general, hacen que los individuos se declaren más
satisfechos con sus propias vidas.
Adicionalmente, resulta interesante explorar la hipótesis de que la secula-
ridad y liberalidad tengan un efecto marginal diferente en cada grupo de
países. Por ese motivo, estimamos tres modelos adicionales, incorporando
interacciones entre las dummies de grupos de países y el índice de secula-
ridad, el índice de liberalidad y finalmente ambos. En el Cuadro 2 presen-
tamos los coeficientes estimados para las variables de interés; los resulta-
dos completos pueden consultarse en el Anexo II.
36 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
Cuadro 2. Liberalidad, secularidad y bienestar, con interacciones
Fuente: elaboración propia en base a WVS
Variable Modelo 3 Modelo 4 Modelo 5
Índice de s ecularidad -0.1521*** -0.0806*** -0.1641***
Índice de liberalidad -0.0014 -0.0212 0.0262
África subsahariana -0.3672*** -0.3839*** -0.3412***
Anglosajones 0.1864*** 0.1844*** 0.2097***
Latinoamé rica 0.2278*** 0.2508*** 0.2529***
Medio oriente -0.5622*** -0.5048*** -0.5420***
Sudeste asiát ico -0.0968*** -0.1039*** -0.0809***
India -0.6680*** -0.6925*** -0.6726***
Confucianos -0.2782*** -0.2722*** -0.2583***
Ex comunistas -0.5638*** -0.5699*** -0.5668***
Europa católi ca -0.2043*** -0.2319*** -0.2113***
Europa protes tante 0.1288*** 0.0574* 0.0783**
Interacción s ecularidad-África 0.1108*** 0.1132***
Interacción s ecularidad-Anglosajones 0.0684*** 0.0833***
Interacción s ecularidad-Latinoamérica -0.0196 0.0001
Interacción s ecularidad-Medio oriente -0.0545** -0.0438
Interacción s ecularidad-Sudeste asiático 0.0497** 0.0627**
Interacción s ecularidad-India -0.2285*** -0.1993***
Interacción s ecularidad-Confucianos 0.0849*** 0.0954***
Interacción s ecularidad-Ex comunistas 0.1426*** 0.1733***
Interacción s ecularidad-Europa católica 0.1384*** 0.1207***
Interacción s ecularidad-Europa protestante 0.1084*** 0.0921***
Interacción liberalidad-África 0.0634** 0.0117
Interacción liberalidad-Anglosajones 0.0122 -0.0355
Interacción liberalidad-Latinoamérica -0.0253 -0.0493*
Interacción liberalidad-Medio orie nte -0.0087 -0.0236
Interacción liberalidad-Sudeste as iático 0.0095 -0.0339
Interacción liberalidad-India -0.0973*** -0.1044***
Interacción liberalidad-Confucianos 0.0348 -0.0152
Interacción liberalidad-Ex comunistas -0.0326 -0.1056***
Interacción liberalidad-Europa católica 0.0990*** 0.0288
Interacción liberalidad-Europa protestante 0.1015*** 0.0502*
Tamaño 111737 111737 111737
R2 0.1377 0.136 0.1392
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 37
Algunos resultados relevantes persisten mientras que otros se modifican.
El índice de secularidad sigue presentando un efecto negativo significativo
y relevante en tamaño (ahora algo menor que antes, de alrededor de 16%
de desvío estándar) para la categoría base, mientras que el índice de libe-
ralidad exhibe un efecto estadísticamente nulo. La dummy Latinoamérica
mantiene un coeficiente estimado similar al anterior y algo similar ocurre
con la asociada a los anglosajones, mientras que la dummy Europa protes-
tante aparece ahora con una estimación más pequeña. La región latinoa-
mericana sigue siendo la que goza de un mayor nivel de bienestar subjeti-
vo ceteris paribus.
Dado que existen algunas diferencias menores entre los resultados según
se incluyan las interacciones con el índice de secularidad, el índice de libe-
ralidad o ambos, nos concentraremos en esta última especificación, co-
rrespondiente al Modelo 5. Allí podemos ver que, para el índice de secula-
ridad, solo India presenta un coeficiente negativo y estadísticamente signi-
ficativo, mientras que todos los restantes grupos presentan coeficientes
positivos y estadísticamente significativos, a excepción de Latinoamérica y
Medio Oriente, donde el efecto de la interacción no es significativamente
distinto de cero. Esto implica que en India, la pérdida de bienestar experi-
mentada por mayores niveles de secularidad es aún mayor que en Estados
Unidos (más del doble), mientras que en los demás países esta es igual o
menor que allí. En Latinoamérica, en particular, esta no es significativa-
mente distinta de la categoría base. De todos modos, sólo en los ex comu-
nistas ocurre que los más seculares son ceteris paribus prácticamente
igual de felices que los menos seculares (el coeficiente es de 0,1733, el cual
compensa los -0,1641 de la categoría base). Vale remarcar que los resulta-
dos aquí presentados van en la dirección de muchos estudios actuales
sobre el bienestar subjetivo, en los que se remarca a la religión y la tradi-
ción como factores que inciden positivamente sobre aquel, sea porque
brindan contención existencial a los individuos, como porque suponen
mayor densidad y temperatura de los lazos sociales, por ejemplo, a partir
de un mayor involucramiento en organizaciones comunitarias
11
.
En lo que respecta a las interacciones con el índice de liberalidad, solo
Europa protestante muestra una estimación positiva y estadísticamente
significativa, mientras que Latinoamérica, India y los ex comunistas se
ubican en el caso opuesto. En otras palabras, en Europa protestante ads-
11
Dolan (2008).
38 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
cribir a valores liberales-democráticos tiene una influencia positiva sobre
el bienestar reportado, mientras que en el segundo grupo este efecto es
negativo. Recordemos que en la categoría base este efecto es esencialmente
nulo y lo mismo ocurre en los anglosajones, Medio Oriente, Sudeste asiáti-
co, los confucianos y Europa católica. Sin embargo, si se realiza el análisis
correspondiente sobre la suma de los coeficientes, los resultados cambian
un poco: en Europa católica un aumento de un desvío estándar en el índi-
ce de liberalidad produce un aumento estadísticamente significativo de
5,5% de desvío estándar en el bienestar autopercibido; en cambio, en Lati-
noamérica, se obtiene una reducción estadísticamente significativa de 2%
de desvío estándar. Si bien se trata de efectos pequeños en tamaño, su
significatividad indica que existen efectos causales de la liberalidad sobre
el bienestar en estas regiones.
6. CONSIDERACIONES FINALES
Este trabajo analiza los determinantes sociales y económicos del bienestar
subjetivo a la luz de la compleja -y no demasiado estudiada- relación entre
lazos sociales y desarrollo económico. El principal disparador de este tra-
bajo podría resumirse en “desarrollo, ¿para qué?”. Inspirados por los prin-
cipales aportes teóricos de sociólogos clásicos como Tönnies o Durkheim,
intentamos mostrar algunos datos empíricos para comprender mejor la
relación entre estos tres conceptos (lazos sociales, desarrollo y bienestar).
Los datos presentados indican una débil asociación positiva entre desarro-
llo y bienestar subjetivo. Los países latinoamericanos, con niveles de desa-
rrollo intermedios, presentan los niveles más altos del mundo de bienestar
subjetivo, mientras que lo contrario ocurre en los ex comunistas, donde
niveles de desarrollo similares a los anteriores coexisten con niveles de
bienestar subjetivo muy reducidos. Asimismo, algunas regiones se ubican
sistemáticamente por encima de la recta de ajuste (Europa protestante, los
anglosajones o los del sudeste asiático), mientras que otras se ubican sis-
temáticamente por debajo (Medio Oriente y los confucianos).
Como hemos argumentado (sobre todo cuando analizamos la influencia de
los ingresos en el bienestar), es posible que, ceteris paribus, un mayor
desarrollo incremente el bienestar, sobre todo cuando se parte de niveles
muy bajos. Sin embargo, y he aquí un punto poco trabajado en una litera-
tura demasiado dominada por la happinomics, la asociación negativa entre
desarrollo y temperatura de los lazos sociales puede implicar que el saldo
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 39
en materia de bienestar de un aumento del desarrollo pueda ser incluso
negativo, como efectivamente ha ocurrido en el caso de Estados Unidos
desde los ’70 para aquí
12
. De esta manera, un desafío de política pública
reside en cómo lograr un desarrollo económico con fuerte integración so-
cial.
Por su lado, las comparaciones al interior de cada región mostraron la
enorme influencia en el bienestar que tienen, en la gran mayoría de los
casos, los lazos sociales calientes. Se ha visto que las personas más reli-
giosas-tradicionales tienden a tener mayores niveles de bienestar subjetivo
que las más seculares; que los casados declaran tener un bienestar subje-
tivo muy superior al de los no casados, que el desempleo (que implica una
ausencia de lazos sociales ligados al acto de trabajar) tiene consecuencias
muy profundas sobre el bienestar subjetivo, que el ser migrante (y, por
tanto, estar desarraigado de la tierra de origen) impacta negativamente en
la felicidad, del mismo modo que el vivir en ciudades grandes (comparado
con las ciudades chicas, en donde la dimensión de lo comunitario-
vecindario-familiar pareciera ser más intenso, ceteris paribus).
La especificidad latinoamericana parece tener que ver con el singular pa-
trón de modernización registrado en América Latina, marcado por una
elevada religiosidad-tradicionalismo (salvo en Argentina, Uruguay y Chile,
que, junto con Perú, son los latinoamericanos de menor bienestar subjeti-
vo) y relativamente elevados niveles del índice de valores liberal-
democráticos (los cuales se traducen en regímenes políticos -y hasta cultu-
rales- mucho más demoliberales que autoritarios). De esta manera, Améri-
ca Latina conserva lo “bueno” de la premodernidad (los lazos sociales ca-
lientes, producto del elevado peso de la religión, la tradición, la familia, los
amigos o los vecinos) junto con lo “bueno” de la Modernidad social (el “ár-
bol” de las libertades), a pesar de ser una región con enormes problemas
de desarrollo (relativamente bajo PBI per cápita, altísimas desigualdades,
déficits de infraestructura, violencia urbana, narcotráfico, relativamente
baja calidad de las instituciones políticas, etcétera). Este singular patrón
de modernización contrasta con el de los países desarrollados -
fundamentalmente los occidentales-, en donde la temperatura del lazo
social es bastante más baja, la cual coexiste con elevadas libertades y
abundancia económica, y con el de países como los de Oriente Medio, en
12
Ver Bartolini et al. (2007).
40 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
donde la fuerte calidez de los lazos sociales se da en un marco de escasa
liberalidad.
Si algo comparten pensadores como Durkheim o Tönnies es en la necesi-
dad de conciliar lazos sociales calientes con libertad. La latinoamerican
way, inesperadamente, parece haber conseguido un equilibrio sui generis
entre ambas, y quizá detrás de ello radique su excepcionalidad en térmi-
nos de bienestar subjetivo. Los latinoamericanos tienden a tener una
enorme desconfianza por quienes se alejan de su núcleo social básico (fa-
milia, amigos, vecinos)
13
, pero la seguridad y la calidez que este provee
parece ser potente. A su vez, los latinoamericanos viven bajo un ambiente
bastante más liberal que el de, por ejemplo, Oriente Medio. Si bien la so-
ciedad latinoamericana sigue siendo machista, estamos a años luz de dis-
tancia de prácticas como la ablación o la prohibición de las mujeres para
trabajar, estudiar o hacer política. El ejercicio efectivo de la libertad de
expresión o de las libertades sexuales es más parecido al de Occidente
desarrollado que al del integrismo islámico
14
.
A modo de cierre, este trabajo provee evidencia a favor de las preocupacio-
nes de grandes teóricos de la Sociología tales como Tönnies y Durkheim,
respecto a la compleja interacción entre desarrollo, lazos sociales y bienes-
tar. El efecto de los lazos sociales calientes sobre el bienestar parece un
resultado robusto. Sin embargo, lazos sociales calientes sin libertad (como
en Medio Oriente) no parece ser una solución, como bien decían Tönnies y
Durkheim; desarrollo y libertad, sin lazos sociales calientes, tampoco, y
ese es el peligro del paradigma modernista. Para los países en desarrollo,
la clave resulta pensar en cómo, dentro de un contexto cultural dado, al-
canzar niveles de desarrollo tales que permitan satisfacer las necesidades
básicas de la totalidad de la población, junto con el ejercicio de las liberta-
des individuales y sin que el avance del desarrollo y las libertades arrasen
con la temperatura de los lazos sociales. Más de cien años después, las
inquietudes de sociólogos clásicos como Tönnies y Durkheim siguen vigen-
tes. Los formuladores de política pública deberán tomar nota de ello.
13
Este dato surge de la WVS.
14
Es cierto que existen algunas investigaciones que se preguntan por la excepcionalidad
latinoamericana en términos de bienestar subjetivo (por ejemplo, Beytía, 2015; Carballo,
2015; Rojas, 2014) y en todas ellas se hace fuerte mención a la calidez de los lazos sociales
como una clave determinante. Sin embargo, estas explicaciones, al centrarse mayormente en
la comparación entre América Latina y Europa y Estados Unidos, dejan de lado la diferencia
existente con otras regiones con lazos sociales también cálidos.
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 41
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Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 43
ANEXO I: Construcción de los índices de bienestar, secularidad y libe-
ralidad
Los tres índices construidos en este trabajo a partir de la base de datos de
la WVS se obtienen como un promedio ponderado de las respuestas a di-
versas preguntas (con ponderadores obtenidos a partir de un análisis de
componentes principales), luego normalizados al intervalo unitario. A con-
tinuación, detallamos las preguntas utilizadas en la construcción de cada
índice. En algunos casos, debemos asignar puntajes ad-hoc a determina-
das respuestas. Para mayor claridad, el puntaje de cada respuesta es acla-
rado entre paréntesis.
Índice de bienestar subjetivo
• “¿Cuán feliz dice usted que se siente?”
Para nada feliz (0 puntos)
Poco feliz (0,33 puntos)
Bastante feliz (0,67 puntos)
Muy feliz (1 punto)
• “De 1 a 10, ¿cuán satisfecho se encuentra usted con su vida?”
1 (0 puntos)
2 (0,11 puntos)
3 (0,22 puntos)
4 (0,33 puntos)
5 (0,44 puntos)
6 (0,56 puntos)
7 (0,67 puntos)
8 (0,78 puntos)
9 (0,89 puntos)
10 (1 punto)
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Índice de secularidad
• “Una de las metas principales de mi vida ha sido enorgullecer a mis
padres”
Completamente de acuerdo (0 puntos)
Bastante de acuerdo (0,33 puntos)
Bastante en desacuerdo (0,67 puntos)
Completamente en desacuerdo (1 punto)
• “¿Cuán importante es la religión en su vida?”
Muy importante (0 puntos)
Bastante importante (0,33 puntos)
Poco importante (0,67 puntos)
Nada importante (1 punto)
• “¿Cuán seguido reza usted?”
Varias veces al día (0 puntos)
Una vez al día (0,14 puntos)
Varias veces a la semana (0,29 puntos)
Sólo durante los servicios religiosos (0,43 puntos)
Sólo en días sagrados (0,57 puntos)
Una vez al año (0,71 puntos)
Menos de una vez al año (0,86 puntos)
Nunca (1 punto)
• “¿Es usted una persona que se define como religiosa?”
Sí, soy una persona religiosa (0 puntos)
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 45
No, no soy una persona religiosa (1 punto)
No, soy ateo (1 punto)
• “¿Cuán importante de 1 a 10 es Dios en su vida?”
10 (0 puntos)
9 (0,11 puntos)
8 (0,22 puntos)
7 (0,33 puntos)
6 (0,44 puntos)
5 (0,56 puntos)
4 (0,67 puntos)
3 (0,78 puntos)
2 (0,89 puntos)
1 (1 punto)
• “Cuando hay un conflicto entre la ciencia y la religión, la religión
siempre tiene razón”
Totalmente de acuerdo (0 puntos)
Bastante de acuerdo (0,33 puntos)
Poco de acuerdo (0,67 puntos)
Nada de acuerdo (1 punto)
Índice de liberalidad
• “Cuando el empleo escasea, los hombres debieran tener mayor dere-
cho a trabajar que las mujeres”
De acuerdo (0 puntos)
Ni de acuerdo ni en desacuerdo (0,50 puntos)
46 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
Nada de acuerdo (1 punto)
• “Los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres”
Totalmente de acuerdo (0 puntos)
Bastante de acuerdo (0,33 puntos)
Poco de acuerdo (0,67 puntos)
Nada de acuerdo (1 punto)
• “La universidad debiera priorizar a los varones”
Totalmente de acuerdo (0 puntos)
Bastante de acuerdo (0,33 puntos)
Poco de acuerdo (0,67 puntos)
Nada de acuerdo (1 punto)
• “De los siguientes, ¿cuáles serían las dos metas que más debiera
priorizar el país?”
Un alto nivel de crecimiento económico
Fortalecer las fuerzas de defensa
La participación ciudadana sobre las cuestiones públicas (1
punto si es la primera prioridad y 0,5 si es la segunda)
Embellecer las ciudades
• “Y de estas metas, ¿cuáles dos deberían priorizarse?”
Mantener el orden en la nación
Dar a la gente mayor voz en las decisiones de gobierno más im-
portantes (1 punto si es la primera prioridad y 0,5 si es la se-
gunda)
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 47
Combatir la suba de precios
Proteger la libertad de expresión (1 punto si es la primera prio-
ridad y 0,5 si es la segunda)
• “¿Cuáles de los siguientes atributos le gustaría que tuviesen sus hi-
jos? (máximo 5)”
Independencia (si es señalado suma 1 punto)
Trabajo duro
Sentido de la responsabilidad
Imaginación (si es señalado suma 1 punto)
Tolerancia y respeto por otra gente
Ahorro de dinero
Perseverancia
Fe religiosa
Altruismo
Obediencia (si NO es señalado suma 1 punto)
• “De 1 a 10, ¿cuán aceptable le parece la homosexualidad?”
1 (0 puntos)
2 (0,11 puntos)
3 (0,22 puntos)
4 (0,33 puntos)
5 (0,44 puntos)
6 (0,56 puntos)
7 (0,67 puntos)
8 (0,78 puntos)
9 (0,89 puntos)
48 Schteingart, D. y Trombetta, M./ Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49
10 (1 punto)
• “De 1 a 10, ¿cuán aceptable le parece el divorcio?”
1 (0 puntos)
2 (0,11 puntos)
3 (0,22 puntos)
4 (0,33 puntos)
5 (0,44 puntos)
6 (0,56 puntos)
7 (0,67 puntos)
8 (0,78 puntos)
9 (0,89 puntos)
10 (1 punto)
• “De 1 a 10, ¿cuán aceptable le parece el aborto?”
1 (0 puntos)
2 (0,11 puntos)
3 (0,22 puntos)
4 (0,33 puntos)
5 (0,44 puntos)
6 (0,56 puntos)
7 (0,67 puntos)
8 (0,78 puntos)
9 (0,89 puntos)
10 (1 punto)
Schteingart, D. y Trombetta, M./Cuadernos del CIMBAGE N°20 (2018) 13-49 49
ANEXO II: Resultados completos de la estimación de Modelos 3-5
Variable Modelo 3 Modelo 4 Mode lo 5
Mujer 0.0034 0.0012 0.0032
Jefe de hogar -0.0312*** -0.0318*** -0.0312***
Edad -0.0044*** -0.0043*** -0.0044***
Des ocupado -0.2044*** -0.2103*** -0.2075***
Jubilado -0.0188 -0.0197 -0.0151
Ama de casa 0.0290** 0.0280** 0.0280**
Estudiante 0.1075*** 0.1086*** 0.1066***
Inmigrante -0.0774*** -0.0792*** -0.0778***
Educación secundaria 0.1819*** 0.1779*** 0.1786***
Educación universitaria 0.2660*** 0.2583*** 0.2605***
Ciudad grande -0.0814*** -0.0796*** -0.0802***
Casado 0.1914*** 0.1923*** 0.1910***
Ingres o bajo -0.2369*** -0.2336*** -0.2371***
Ingres o alto 0.3002*** 0.2986*** 0.2990***
Índice de se cularidad -0.1521*** -0.0806*** -0.1641***
Índice de liberal idad -0.0014 -0.0212 0.0262
África subsahariana -0.3672*** -0.3839*** -0.3412***
Anglosajone s 0.1864*** 0.1844*** 0.2097***
Latinoamérica 0.2278*** 0.2508*** 0.2529***
Medio orie nte -0.5622*** -0.5048*** -0.5420***
Sudeste asi ático -0.0968*** -0.1039*** -0.0809***
India -0.6680*** -0.6925*** -0.6726***
Confucianos -0.2782*** -0.2722*** -0.2583***
Ex comunistas -0.5638*** - 0.5699*** -0.5668***
Europa católica -0.2043*** -0.2319*** -0.2113***
Europa protes tante 0.1288*** 0.0574* 0.0783**
Inte racción se cularidad-África 0.1108*** 0.1132***
Inte racción se cularidad-Anglosajone s 0.0684*** 0.0833***
Inte racción se cularidad-Latinoamérica -0.0196 0.0001
Inte racción se cularidad-Medio orie nte - 0.0545** -0.0438
Inte racción se cularidad-Sudeste asiát ico 0.0497** 0.0627**
Inte racción se cularidad-India -0.2285*** -0.1993***
Inte racción se cularidad-Confucianos 0.0849*** 0.0954***
Inte racción se cularidad-Ex comunistas 0.1426*** 0.1733***
Inte racción se cularidad-Europa católica 0.1384*** 0.1207***
Inte racción se cularidad-Europa protes tante 0.1084*** 0.0921***
Inte racción libe ralidad-África 0.0634** 0.0117
Inte racción libe ralidad-Anglosajon es 0.0122 - 0.0355
Inte racción libe ralidad-Latinoamérica -0.0253 -0.0493*
Inte racción libe ralidad-Medio orie nte -0.0087 -0.0236
Inte racción libe ralidad-Sudeste asi ático 0.0095 -0.0339
Inte racción libe ralidad-India -0.0973*** -0.1044***
Inte racción libe ralidad-Confucianos 0.0348 -0.0152
Inte racción libe ralidad-Ex comunistas -0.0326 -0.1056***
Inte racción libe ralidad-Europa católica 0.0990*** 0.0288
Inte racción libe ralidad-Europa protes tante 0.1015*** 0.0502*
N 111737 111737 111737
r2 0.1377 0.136 0.1392