La memoria de la emigración gallega a América suele poner énfasis en la imagen de los “Indianos”, aquellos que retornaron tras hacer fortuna. Estos personajes cargaban con el lastre de un déficit de capital cultural y simbólico, pero a cambio eran portadores de una visión globalizada. Algunos promovieron empresas filantrópicas en su tierra natal, en particular cientos de escuelas. Nuestro estudio se centra en dos de estos indianos, los hermanos Juan y Jesús García Naveira, que retornaron a Galicia en 1893. En su pueblo de origen, Betanzos, financiaron la construcción de escuelas, casas del pueblo y asilos. También levantaron un parque temático, “el Pasatiempo”: sobre 90.000 m2 organizaron la construcción de jardines, un zoo…… y docenas de conjuntos escultóricos que constituían un compendio original del legado arquitectónico y artístico de Occidente. Ese parque era un acto de autoafirmación de aquellos hombres que se habían hecho a sí mismos, una compilación de una educación autodidacta y de sus viajes a través de América, Europa y el Norte de África. Sin embargo, también documentaba su fe en la capacidad de la tecnología y la educación para impulsar el progreso de la humanidad: su diseño conceptual contó con el asesoramiento de un seguidor de la Institución Libre de Enseñanza; y fue concebido no sólo como un espacio recreativo, sino también como un lugar donde se desplazarían los alumnos de las escuelas para aprender.