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La práctica como investigación: nuevas metodologías para la academia latinoamericana

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Abstract

Muchas de las teorizaciones que en las últimas décadas han reconocido la relevancia sociocultural e histórica del cuerpo han privilegiado una mirada objetivante que considera el cuerpo como objeto de estudio. En esta presentación introduzco la metodología emergente denominada “práctica como investigación” que busca validar el cuerpo como un agente cognoscitivo por derecho propio promoviendo investigaciones académicas guiadas por la práctica donde el cuerpo con sus quehaceres y saberes es el principal agente movilizador. En el artículo discuto las implicancias epistemológicas, metodológicas y políticas de esta aproximación sosteniendo que esta perspectiva permite un giro epistémico que no se contenta con teorizar el cuerpo sino que busca ampliar el horizonte epistémico a través del cuerpo.
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La práctica como investigación: nuevas metodologías
para la academia latinoamericana
María José Contreras Lorenzini*
*María José Contreras (Doctora en Semiótica, Universidad de Bolonia) es una artista de la performance y directora teatral Chilena.
Es profesora asistente en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica de Chile donde enseña en pregrado y postgrado. Su
trabajo transita entre la investigación académica y la creación artística, estudiando y explorando desde las artes performativas la
relación entre cuerpo, memoria y performance. Entre sus trabajos más recientes se encuentra la obra de teatro “Pajarito Nuevo la
LLeva” basada en testimonios de niños durante la dictadura (próxima a publicarse por Bloomsbury, Londres), “#quererNOver” una
acción de arte masiva donde participaron más de 1.200 personas para recordar a los detenidos desaparecidos en Chile y “Habeas
Corpus” la primera performance realizada en el Palacio de Tribunales de Chile que planteó una crítica sobre el rol de la justicia
durante la dictadura en Chile. Sus artículos han sido publicados en Chile, Brasil, Reino Unido e Italia. Más información en www.
mariajosecontreras.com
RESUMEN: Muchas de las teorizaciones que en las últimas décadas han recono-
cido la relevancia sociocultural e histórica del cuerpo han privilegiado una mirada
objetivante que considera el cuerpo como objeto de estudio. En esta presenta-
ción introduzco la metodología emergente denominada “práctica como investi-
gación” que busca validar el cuerpo como un agente cognoscitivo por derecho
propio promoviendo investigaciones académicas guiadas por la práctica donde
el cuerpo con sus quehaceres y saberes es el principal agente movilizador. En el
artículo discuto las implicancias epistemológicas, metodológicas y políticas de
esta aproximación sosteniendo que esta perspectiva permite un giro epistémico
que no se contenta con teorizar el cuerpo sino que busca ampliar el horizonte
epistémico a través del cuerpo.
Palabras clave: cuerpo, investigación. práctica
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Hasta la primera mitad del siglo XX el cuerpo era considerado una suerte de excedente epis-
témico al que no se le prestaba mucha atención. La herencia platónica marcó la teoría del
conocimiento occidental que insiste en la distinción y jerarquización de la mente sobre el
cuerpo, del saber (racional y verdadero) sobre el hacer (material y efímero). Los esclavos en la
caverna de Platón, limitados a aquello que sus sentidos le mostraban, estaban condenados a
no acceder a la verdad. Esta visión fundacional establece que los sentidos llevan a equívocos
oponiéndose a la razón como camino exclusivo para acceder al conocimiento y la verdad. En
el siglo XVII la Ilustración operó el distanciamiento definitivo respecto a la religión y el mito lo
que reforzó el menoscabo de todos los conocimientos que no fueran racionales y científicos.
Tal como planteó David Le Breton (2002) de la mano de Descartes la filosofía moderna termi-
nó por cristalizar la hegemonía del pensamiento racional por sobre el conocimiento práctico.
Este racionalismo y cientificismo han determinado aquello que se sanciona hegemónicamen-
te como “conocimiento, fundando las premisas epistemológicas y metodológicas de la uni-
versidad en Occidente.
En las últimas décadas, sin embargo, disciplinas como la sociología, antropología y psicología,
entre otras, se han abocado a estudiar las prácticas entendidas como articulaciones localmen-
te determinadas de interacción entre cuerpos (humanos y no humanos). Campos de estudio
como el feminismo, la teoría queer, los estudios críticos y culturales, así como los estudios
de la performance, han avanzado en el estudio de las prácticas como formas de vinculación
material entre los sujetos socioculturales. El estudio de las prácticas ha permitido indagar ese
intersticio que permanecía como un “resto” entre las mentes individuales y los sistemas so-
ciales, generando una nueva mirada sobre cómo se construye el conocimiento y se organiza
la vida social. Schatzki, Knorr & Von Savigny (2001), de hecho, han postulado una suerte de
“giro de las prácticas” (practice turn) definido como una nueva ontología del social entendido
como red de prácticas encarnadas que se configuran entre sujetos, artefactos y objetos1
. Este
giro de las prácticas se produjo en distintos campos del saber por lo que no constituye un mo-
vimiento homogéneo; sin embargo, las distintas perspectivas adhieren a la premisa general
que establece que el conocimiento, el significado, la ciencia, el poder y el lenguaje ocurren en
y por las prácticas.
Un nudo central, además, de los teóricos de las prácticas es la concepción de las prácticas como
corporizadas [embodied], una colección de actividades humanas mediadas materialmente y
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organizadas en torno a un conocimiento práctico compartido. La calificación de “corporizadas”
[embodied] se refiere, como muchos de los pensadores de finales del siglo veinte enfatizan
(sobre todo feministas), a las formas como la actividad humana se entrelaza con las caracte-
rísticas del cuerpo humano. Aquellos teóricos de las prácticas que destacan la corporización
[embodiment] creen típicamente que los cuerpos y las actividades se construyen en las prácti-
cas. […] Según estos teóricos las prácticas determinan y constituyen el contexto en el que las
propiedades corporales cruciales para la vida social se forman, no solo en cuanto competen-
cias y actividades, sino también como experiencias corporales, presentaciones de superficie, e
incluso como estructuras física (SCHATZKI et. al., 2001, p. 11, trad. mía).
La atención por las prácticas ha permitido orientar muchos estudios hacia la comprensión de
los modos de aparición y representación del cuerpo en la cultura. Sin duda, estas teorizacio-
nes han contribuido a reposicionar el cuerpo para reconocer en sede teórica su valor en la
construcción de la identidad, los imaginarios culturales y por supuesto también en la comu-
nicación y vinculación de los sujetos socioculturales. El cuerpo ha devenido un objeto que
articula múltiples miradas y perspectivas, funcionando incluso como una categoría de análisis
transversal que permite la convergencia y diálogo entre disciplinas disímiles.
El cuerpo como locus de conocimiento
En este artículo postulo que el interés por el cuerpo y las prácticas no ha conllevado una va-
lidación del cuerpo como agente activo del conocimiento. La gran cantidad de teorizaciones
que han reconocido la relevancia sociocultural e histórica del cuerpo lo consideran como un
objeto de estudio y lo estudian por tanto desde una mirada objetivante. El cuerpo y sus sa-
beres han entrado a la academia para ocupar un lugar análogo al del cadáver en los teatros
anatómicos del siglo XV: al analizar el cuerpo la teoría contemporánea lo desprovee de su tur-
gente carnalidad. Las universidades, en cuanto instituciones encargadas de distribuir y regular
el conocimiento, escasamente validan los saberes del cuerpo como conocimientos de igual
jerarquía que los denominados conocimientos científicos. En este artículo introduciré una
perspectiva que se ha desarrollado sobretodo en la academia anglosajona vinculada a las artes
que ha intentado superar la mirada objetivante sobre el cuerpo para promover metodologías
de investigación guiadas por la práctica. Estas metodologías que instalan el cuerpo como prin-
cipal agente cognoscitivo y experiencial han proliferado exponencialmente desde finales de
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los años setenta. Las facultades vinculadas a las artes (escuelas de teatro, de performance,
de artes visuales, de música, entre otras) que tradicionalmente han conjugado los saberes
prácticos propios de los oficios de los artistas con la reflexión teórica han sido el terreno más
fértil para el desarrollo de estas metodologías. Las metodologías guiadas por la práctica pro-
ponen un giro epistémico importante que promueven una política del conocimiento nueva.
Me parece que el campo de las artes puede hoy aportar estas reflexiones epistemológicas y
políticas a otros campos disciplinarios. Espero con este escrito contribuir a forjar un puente
que desde mi ámbito de competencia -las artes performativas– pueda aportar a la discusión
sobre la investigación a condición de cuerpo en otros campos disciplinarios.
Las metodologías de investigación guiadas por la práctica desarrolladas en el ámbito de la in-
vestigación artística buscan no solo estudiar la corporalidad sino también la validación política
de los conocimientos generados por y a través del cuerpo. Como mencioné anteriormente,
estas apuestas metodológicas intentan resistir el imperialismo del discurso verbal en la aca-
demia para generar un auténtico giro epistémico que incluya los conocimientos no verbales.
El cuerpo, en este contexto, deja de ser un objeto de estudio para devenir en un agente cog-
noscitivo capaz de generar conocimientos que exceden el lenguaje verbal y las codificaciones
matemáticas que tanto ha privilegiado la ciencia moderna.
Como ya mencioné estas metodologías guiadas por la práctica se han desarrollado princi-
palmente en la academia anglosajona, lo que ha implicado que su difusión se realice sobre
todo en inglés. Me parece que estos modelos anglosajones pueden servir como referencia y
contraste respecto al estado del arte en América Latina. A partir de la reflexión que planteo,
discutiré la aplicabilidad y usabilidad en nuestros contextos locales de este tipo de metodolo-
gías, tanto aquellos vinculados con la investigación artística en las artes como en modo más
general a la investigación guiada por la práctica.
Tal como revisa Sullivan (2006) términos como investigación basada en las artes (arts-based re-
search, BARONE & EISNER, 1997; EISNER, 2007), investigación informada por las artes (arts-
informed research, COLE, NEILSON, KNOWLES & LUCIANI, 2004) e investigación basada en
la práctica (FRAYLING, 1997) han surgido de distintas filiaciones y contextos. La modalidad
de investigación basada en las artes se asocia en general al ámbito de la educación y preten-
de revelar la importancia de las artes en los procesos de aprendizaje y enseñanza. En este
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documento me interesa el otro ámbito definido ampliamente como investigación basada en la
práctica o investigación conducida por la práctica que define un tipo de investigación realizada
en programas de postgrado que consideran el trabajo de taller como crucial en el desarrollo
investigativo. Estos modelos de investigación surgen desde la necesidad a nivel de postgrado
de incluir la práctica artística como modalidad para generar conocimientos “otros”. En el Reino
Unido, desde inicios de los noventa, se ha empezado a validar este tipo de metodologías,
por ejemplo aceptando la exhibición de una obra creativa como parte del examen doctoral.
Tal como explica Vera (2010) existen al menos cincuenta programas doctorales en Australia,
Canadá, Sudáfrica, Estados Unidos y Reino Unido que contemplan la posibilidad de presentar
una obra como resultado final. Estos programas que admiten resultados prácticos trabajan
desde la conjunción de la teoría y la práctica lo que se manifiesta en todos los niveles de los
proyectos doctorales: desde su diseño, pasando por sus (inéditas) metodologías y finalmente
por la producción de resultados que pueden ser prácticos (en el caso de una obra de artes
visuales como resultado doctoral) o mixtos (que considera la obra más un documento escrito).
La práctica como investigación
Sería impensable en esta sede revisar todas las metodologías que se incluyen bajo el para-
gua conceptual de investigación conducida por la práctica, por lo que me concentraré en el
modelo que desde mi perspectiva resulta más atractivo y aplicable en nuestros contextos
latinoamericanos denominado práctica como investigación. Esta metodología emergente se
caracteriza por establecer que existe un tipo de conocimiento que surge desde los cuerpos y
sus transformaciones lo que justificaría su aplicación a distintos campos disciplinarios donde
“[l]a investigación tendría lugar en y a través de los cuerpos. Podría transmitir y proliferar entre
los cuerpos, cuyas transformaciones podrían ser irreductibles, literalmente incomparables,
eternamente singulares e irrevocable, no susceptibles de escritura” (JONES, 2009, p. 20,
trad. mía). Esta investigación es eminentemente performativa y se diferencia radicalmente de
la investigación cualitativa y cuantitativa. Tal como postula Brad Haseman en A Manifesto for
Performative Research (2006) la característica distintiva de este tipo de investigación es que:
[…] se expresa en formas no numéricas y en forma simbólicas que van más allá de las palabras
y los textos discursivos. Estas formas incluyen formas materiales de prácticas, de imágenes
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fijas o en movimiento, música o sonido, acción en vivo o códigos digitales” (HASEMAN, 2006,
p. 6, trad. mía).
Si bien es cierto que en varias disciplinas sociales se ha producido una suerte de giro perfor-
mativo que vincula investigación con práctica (como por ejemplo en la etnografía), lo caracte-
rísticos de las investigaciones performativas es que consideren la práctica como la principal
actividad investigativa.
En primer lugar la investigación debe ser iniciada por la práctica, las preguntas, problemas y
desafíos son identificados y formados por las necesidades de la práctica y los investigadores
prácticos; en segundo lugar, la estrategia de investigación se desarrolla por medio de la práctica
usando predominantemente metodologías y métodos específicos y conocidos para quienes
hacen práctica (GRAY, 1996, p. 3, trad. mía).
La predominancia de la práctica no implica que todo lo que sucede en el curso de la investiga-
ción sea exclusivamente práctico, sino que más bien se favorece una triangulación entre tres
tipos distintos de conocimiento: el conocimiento del investigador (que incluye conocimiento
corporizado, experiencia fenomenológica, el saber hacer), la reflexión crítica (investigación-ac-
ción, conocimiento explícito) y conocimiento conceptual (entendidos como marcos teóricos)
(NELSON EN JONES, 2009).
Desde mi perspectiva lo que define una práctica como investigación es que las preguntas o
motivaciones iniciales solo puedan ser contestadas mediante la práctica. Esto implica que si
bien los aspectos conceptuales y la reflexión crítica están presentes, lo crucial sigue siendo
la práctica. Por ejemplo, entre los años 2008 y 2013 conduje una práctica como investigación
que se interrogaba sobre los modos mediante los cuales el teatro puede recuperar, reconstruir
y resemantizar la memoria. La investigación se titulaba “Teatro y memoria. Estrategias de (re)
presentación y elaboración escénica de la memoria traumática infantil” y tenía como objetivo
general explorar escénicamente las posibilidades de performativización de testimonios de
personas que en Chile durante la dictadura eran niños2. Como es evidente, esta pregunta de
investigación solo podía responderse mediante la experiencia de trabajo con actores. Junto
a los actores probamos distintas modalidades de traducción escénica de los testimonios y
era esta experiencia laboratorial lo que guiaba nuestro actuar, el diseño y el camino que,
desde la práctica, debíamos seguir. En esta práctica como investigación fue crucial el trabajo
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interdisciplinario con Milena Grass (traductora y teórica del teatro) y Nancy Nichols (antropó-
loga), quienes aportaban una mirada crítico-reflexiva al proceso. Aun así lo que permanecía en
el centro del proyecto era la propia práctica investigativa que de una forma u otra se conducía
reflexivamente a sí misma.
Aspectos Metodológicos
La metodología de las investigaciones conducidas por la práctica tiene diferencias sustan-
ciales con la metodología de la investigación clásica en las ciencias sociales. Tal como plan-
tea Josette Féral (2009), la investigación clásica es de carácter analítico-descriptiva y ocupa
herramientas de disciplinas sociales tales como la sociología, semiótica y la historia. Estas
modalidades investigativas se han instalado hegemónicamente como la forma de realizar in-
vestigación considerando la práctica apenas como su objeto de estudio. En una investigación
de esta naturaleza, existe una hipótesis, una fase de recogida de datos, una fase de análisis
y la difusión se realiza mediante la publicación en revistas especializadas. Como veremos a
continuación la práctica como investigación posee importantes diferencias respecto a esta
aproximación hegemónica en nuestra academia.
Difieren también de las aproximaciones cualitativas y cuantitativas más convencionales.
Según Brad Haseman (2006) muchas veces las prácticas como investigación no parten de una
pregunta sino que se formulan a partir de un interés. Esto permite que el diseño metodológico
exploratorio sea también más fluido y pueda emerger en el curso de la acción. No solo las
preguntas iniciales, sino que también la hipótesis de investigación puede surgir a posteriori,
siendo la propia práctica investigativa la que en un determinado momento ilumina su formula-
ción. En una práctica como investigación la dosis de incertidumbre es mayor porque no todo
puede formularse en palabras y, por tanto, no todo “aparece” en forma clara. Es por esto que
el rol de la hipótesis es particular puesto que esta nunca puede ser del todo “probada” como
sería por ejemplo en un experimento. Lo que queda probado a nivel de la experimentación es
que se puede experimentar, que se pueden proponer nuevas ligazones, que es factible gene-
rar nuevas experiencias para dar cuenta de posibles respuestas que en general son únicas e
idiosincráticas.
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La dosis de incertidumbre implica que a diferencia de aproximaciones más convencionales
(cualitativas, cuantitativas, pero también por ejemplo de estudios teatrales) que necesaria-
mente definen a priori un diseño de investigación que da cuenta de sus objetivos generales
y específicos y de los procedimientos que se van a realizar, en la práctica como investigación
este diseño es fuertemente “emergente” en el sentido que varia a medida que se desarrolla
la proyecto. En este sentido la práctica como investigación se emparenta más con la inves-
tigación cualitativa, pero -y aquí insisto sobre la dificultad de traducibilidad discursiva de las
prácticas- esta emergencia se torna más radical, puesto que implica soportes plurimatéricos
y polisensoriales.
La práctica como investigación requiere entonces un delicado equilibrio que no es para nada
fácil. Se trata por un lado de tener siempre en mente las preguntas de la investigación (que
funcionan como timón del trabajo), pero a la vez tener la suficiente flexibilidad para acoger
aquello que surge desde la práctica. El equilibrio resulta complicado y exige lo que defino
como una mirada binocular que logre mirar una misma cosa desde dos perspectivas distintas
en forma simultánea. La práctica como investigación necesita investigadores entrenados para
lograr esta fusión binocular que pueda aunar las perspectivas corpóreas y discursivas constru-
yendo un objeto único.
En esta visión binocular resulta imprescindible la documentación del proceso. Al igual que
en la denominada investigación-creación (FÉRAL, 2009; SÁNCHEZ, 2009) es crucial que los
investigadores-prácticos lleven un registro del proceso. Este registro puede ser escrito, pero
también incluir videos, imágenes, dibujos y otros tipos de materialidades. Estos materiales
sirven después para reconstituir analíticamente la genética del proceso de investigación. Tal
como plantean Ledger, A., S.K. Ellis y F. Wright (2011) los registros pueden ser de diversa
índole para abarcar distintas estrategias de archivización de las prácticas. Estos materiales
resultan después fundamentales para la comprensión de lo que ha sucedido en el proceso
investigativo. El registro en estos casos no se limita a describir el proceso sino que también
funciona como dispositivo que transmite conocimiento. Tal como plantea Barrett (2010) la exé-
gesis puede entenderse como un meme, es decir como un dispositivo que es a la vez una
idea y el vehículo del conocimiento. La exégesis no se limita a describir sino que aspira a
dilucidar los procedimientos para generar otras formas de conocimiento en el contexto acadé-
mico potenciando la metodología que describe y encarna más allá de ese trabajo en particular.
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“La exégesis puede ser vista tanto como una réplica o una revisión del trabajo artístico com-
pleto como también un discurso reflexivo sobre momentos significativos de revelamiento”
(BARRETT, 2010, p. 160, trad. mía).
Otra importante característica distintiva es que los resultados de prácticas como investigación
deben saber reflejar esta visión binocular e incluir en sus resultados dispositivos prácticos
sean estos una obra, un taller o una experiencia intersubjetiva programada. No me parece,
como hacen algunos investigadores prácticos, que sea conveniente descartar como resultado
la escritura a priori, muchas veces hay aspectos del resultado práctico que son susceptibles
de verbalización y que puedan por ende ser formulados en términos de un paper. Es impres-
cindible, sin embargo, que cuando se incluya un documento escrito (sea este un paper, una
exégesis o una memoria de obra) se explicite que la operación de transducción intersemiótica
es penalizante para la riqueza multisensorial y experiencial propia de la práctica. Es decir que
se explicite y reconozcan los límites del discurso para dar cuenta de la compleja multimodali-
dad de las prácticas.
Una posibilidad interesante, son los denominados ensayos performáticos que “invitan a una
reconceptualización experiencial” (NELSON, 2009, p. 118). Este formato, escasamente ex-
plorado en la academia de nuestro país, entreteje un argumento con una forma expresiva
generalmente no verbal que de cuenta del postulado. Se parte de un argumento (afirmación
o postulado) que debe ser probado tanto discursivamente como en la práctica. Por ejemplo,
en el curso “Políticas y estéticas del cuerpo en escena” del Magíster y Doctorado en Artes
UC que dicté en 2013 les pedí a los estudiantes que hicieran un ensayo performativo como
examen final. Uno de los argumentos, del alumno José Miguel Candela formuló el siguiente
argumento:
El uso de la tecnología digital en su relación con el cuerpo comprueba una doble dimensionali-
dad de características dialécticas. Si bien encarna la evolución del cuerpo hacia un pos-humano
tecnológico y a una posible emancipación, provocando así una modificación fenomenológica del
cuerpo, también despliega, gracias a la misma tecnología, un tipo de vigilancia panóptica (de los
observados, de los que vigilan), que la evolución tecnológica perfecciona y que el poder econó-
mico ejerce, y que en líneas generales se desarrolla para la obtención de más y mejor informa-
ción, y finalmente, de mayor productividad (CANDELA, 2013, trabajo entregado para el curso).
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Junto con un interesante trabajo escrito, José Miguel realizó una instalación. En una sala esta-
ba una bailarina cuyos movimientos eran traducidos por un software como sonidos musicales.
Los espectadores entramos a la sala y presenciamos la instalación durante algunos minutos.
Poco a poco nos fuimos percatando que había cámaras en la sala que no estaban enfocadas
en la bailarina sino en nosotros como espectadores. Descubrimos que en la sala contigua un
circuito cerrado “nos vigilaba” grabando todo lo que hacíamos en la instalación. Esta sala con-
tigua tenía también un computador donde aparecía información extraída de internet sobre los
espectadores. Esta experiencia performativa nos permitió como participantes vivenciar el ar-
gumento de José Miguel en nuestros cuerpos, lo que después se tradujo en una conversación
muy interesante que sin duda habría sido distinta sin la experiencia práctica. Los resultados de
una práctica como investigación deben rescatar la visión binocular antes mencionada y descu-
brir la forma de transmitirlo al espectador/lector/destinatario de la investigación. Cuando esta
operación es exitosa, la valencia política de la práctica como investigación se irradia y circula
más allá del territorio académico.
La práctica como investigación, en fin, adhiere a una ética y política de investigación. En este
sentido el hecho de ser emergente o dinámica no implica que cualquier tipo de experiencia
pueda considerarse práctica como investigación. La práctica como investigación no es lo mis-
mo, por ejemplo, que la indagación propia del quehacer artístico. Es bien sabido que antes
de empezar a montar una obra de teatro o a diseñar una instalación el artista se prepara: lee,
piensa, diseña, discute. Estos procesos indagatorios no son equiparables a la lógica de la
investigación en la academia a la que la práctica como investigación desea de alguna forma,
aunque sea parcialmente, adscribir. La diferencia radica en que la práctica como investigación
exige tener claras las preguntas y diseñar (aunque esto varíe en el camino) una cierta meto-
dología. Las preguntas, al igual que en la investigación científica deben ser específicas para
lograr orientar el proceso. Una buena pregunta delimita el ámbito de acción performativa y en-
cuadra la experimentación. Además, en una práctica como investigación lo más relevante es el
proceso de indagación y la experimentación: el fin último es explorar, no crear. En eso difiere
de la indagación artística que busca crear una obra, un producto artístico. En la práctica como
investigación el propósito es autorreflexivo y busca generar nuevo conocimiento (encarnado,
práctico), no (necesariamente) crear una obra de valor estético (aunque esto también puede
darse). Otro aspecto fundamental que no siempre se verifica en el trabajo de los artistas es el
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registro del proceso. Tal como mencioné anteriormente, el registro es fundamental a la hora
de realizar una práctica como investigación. Este registro, a diferencia del registro que puede
llevar un artista (cuaderno de notas, bitácora, dibujos, bosquejos), responde a parámetros
de legibilidad para que después puedan ser analizados, re-articulados, re-presentados para
reconstruir la genética del proceso investigativo.
Implicancias políticas y epistemológicas
La práctica como investigación no es solo una propuesta metodológica, se trata, en el fondo,
de un proyecto político.
Sus fundamentos epistemológicos ponen en evidencia un deseo profundo de modificar la vi-
sión dominante de la investigación más común en el Reino Unidos y los Estados Unidos. Va
acompañada de un objetivo político, radical con la voluntad de intervenir la sociedad […] Sus ob-
jetivo, métodos y finalidad modifican nuestra mirada sobre la investigación y su papel” (FÉRAL,
2009, p. 325).
En este sentido, y tal como plantea Kershaw (2009) en las últimas décadas se ha hecho cada
vez más claro que la práctica como investigación puede desencadenar desafíos fundamen-
tales y radicales a los paradigmas sobre el conocimiento. Esto es algo que se ha verificado
en las universidades que han implementado estas metodologías conducidas por la práctica
que han podido contribuir significativamente a la academia en general (JONES, 2009). Esta
perspectiva político-metodológica permite en buenas cuentas avanzar un paso más allá en
la crítica a la colonización de la mirada objetivante típicamente científica que ha primado en
nuestras universidades.
La práctica como investigación es también un efectivo antídoto a lo que Michel Foucault llamó
el disciplinamiento de los saberes que implica la normalización, distribución y jerarquización el
conocimiento. Esta aproximación no solo discute la hegemonía del imperialismo textualizante
sino que también, por trabajar en el campo de las prácticas, relativiza los dominios discipli-
narios promoviendo una antidisciplina que pone en juego las distinciones, calificaciones y
normativas del disciplinamiento epistémico eurocéntrico imperante. Tal como explica Foucault
en Vigilar y Castigar (1975) la disciplina, en cuanto mecanismo de regulación de la conducta
implica entre otras consecuencias la selección, normalización, jerarquización y centralización
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de los contenidos del saber lo que redunda en el control de la producción de discurso. Para
hablar/producir/compartir saber, se debe seguir un largo camino de validación que sigue un
tiempo disciplinario que busca a fin de cuentas la distribución del conocimiento. Esta estructu-
ra disciplinar de los saberes, tan propia del siglo XX, se ve amenazada por las metodologías de
práctica como investigación que cercenan una de las fronteras más férreas en la academia la
división entre conocimiento intelectual y saber práctico. Pero además la práctica como investi-
gación desdibuja las fronteras disciplinarias, puesto que requiere que las disciplinas colaboren
en una configuración posdisciplinar.
Para ejemplificar el borramiento de la distinción entre fronteras disciplinarias, volveré sobre
la práctica como investigación antes mencionada que pretendía explorar estrategias de es-
cenificación de los testimonios de personas que habían sido niños en la dictadura en Chile.
Para tal efecto, la antropóloga y experta en historia oral Nancy Nichols elaboró una entrevista
semiestructurada. El trabajo práctico con actores fue develando que muchos recuerdos de
niños se asientan en experiencias sensoriales más que en episodios o eventos. A partir de
este “descubrimiento” Nancy decidió incluir preguntas en la entrevista que apelaran a estos
recuerdos sensoriales como por ejemplo: ¿qué olor recuerdas?; si el día del golpe fuera un
color, ¿qué color sería?. Es así como en la estructuración de la entrevista colaboraron distintas
disciplinas difuminando las fronteras del saber. De esta forma la práctica influyó directamente
en la construcción del instrumento afectando y cambiando una técnica tradicional de construc-
ción de entrevistas.
Aplicabilidad del modelo en Chile y América Latina
Las metodologías guiadas por la práctica se han validado en el campo de los estudios de post-
grado anglosajones. Para concluir me gustaría reflexionar sobre la aplicabilidad del modelo en
Chile pensando en las artes y cómo desde aquí se podría operar una irradiación hacia otras
disciplinas. En primer término conviene revisar el contexto geopolítico de Chile en cuanto país
latinoamericano e identificar las diferencias respecto a los contextos europeos o norteameri-
canos. Es cierto que la relación con los cuerpos en América Latina es distinta respecto a otros
territorios. Aquí, la racionalidad y el cientificismo eurocéntrico se encontraron con otros modos
de experienciar el cuerpo que, de una u otra forma, entraron en diálogo con la estricta división
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cartesiana. Esta herencia precolombina es tal vez una de las razones por la que en varios paí-
ses de América Latina las escuelas de formación de artistas se instalaron en las universidades
a diferencia de lo que sucede por ejemplo en Europa donde los artistas tradicionalmente se
han formado en academias extrauniversitarias. No creo que la forma como en América Latina
hemos históricamente articulado la teoría y la práctica pueda ser del todo comparable con lo
que ha sucedido tradicionalmente en Europa o Norteamérica. El contexto latinoamericano ha
permitido otro tipo de relación con los saberes del cuerpo. La academia universitaria, sin em-
bargo, no ha sabido preservar ese patrimonio intangible adhiriendo con el paso del tiempo casi
acríticamente a los parámetros impuestos desde otros continentes. Vemos como hoy en las
universidades la consolidación de la implacable tiranía de los papers, los ISI, las ponencias en
congresos e, incluso, el uso cada vez más frecuente del inglés como idioma de postulación a
los fondos nacionales de investigación (como por ejemplo el Fondecyt). Desde mi perspectiva
la globalización en ese sentido ha sido implacable. Sus víctimas, el cuerpo y sus saberes, han
quedado relegados a ciudadanos de segunda clase.
Las metodologías conducidas por la práctica desarrolladas en el Reino Unido, Sudáfrica,
Australia y Estados Unidos adhieren a un proyecto político descolonizador que pretende justa-
mente devolver al cuerpo su posibilidad de acción. Este proyecto político aunque criado fuera
de nuestros territorios se emparenta con la necesidad en nuestros países de repensar la for-
ma cómo educamos a nuestros niños, cómo se genera conocimiento, y con qué criterios se
valida el conocimiento en nuestra sociedad. La práctica como investigación permite valorar y
validar los saberes del cuerpo, su accionar, su creatividad, su sensorialidad y psicomotricidad,
no como saberes ornamentales sino como saberse fundantes de nuestra subjetividad. Mi
interés en esta apuesta metodológica responde entonces a ese proyecto descolonizador del
racionalismo acérrimo, del cientificismo, de la objetivación de los cuerpos.
Se requiere, sin embargo, que quienes estamos en la academia nos comprometamos con ese
proyecto político activamente para influir en las políticas públicas que regulan la universidad
y la investigación en nuestro país. El Fondecyt (Fondo Nacional de Investigación en Chile),
por ejemplo, veta en sus bases la posibilidad de trabajo con artistas lo que necesariamente
impide el desarrollo de prácticas como investigación en el ámbito de las artes. El formulario
resulta igualmente restrictivo en lo que compete a otras disciplinas que deben responder a
un diseño clásico que no admite otras metodologías. Los resultados exigidos, en cualquier
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caso se reducen a publicaciones ojalá en revistas ISI en inglés, y excluyen cualquier otro tipo
de resultado de índole práctica que queda relegado en el informe final a “logro. Es necesario
que los académicos involucrados en el trabajo de investigación práctica avancemos hacia la
promoción de políticas públicas que poco a poco equiparen los derechos/deberes con los de
la investigación clásica.
Una primera experiencia en Chile: el Doctorado en Artes de la Universidad Ca-
tólica
Recientemente se ha inaugurado el Doctorado en Artes UC en el que participo como docen-
te. Después de varios años de trabajo de la Comisión de Diseño del Doctorado en Artes UC
se formuló un programa que admite entre sus posibles salidas la realización de una práctica
como investigación. Esto quiere decir que los candidatos pueden elegir si realizar una tesis
convencional (en historia de las artes, semiótica, estudios teatrales, etnomusicología, etc.) o
bien aventurarse en la ardua tarea de explorar metodologías conducidas por la práctica. En
estos casos los requisitos para la obtención del grado contemplan no solo la redacción de un
documento escrito (tesis), sino también la realización de una obra o dispositivo práctico que
dé cuenta del trabajo desarrollado. Se trata de un programa innovador que intenta avanzar en
la descolonización de la teoría hacia metodologías conducidas por la práctica. En este progra-
ma el Comité de Postgrado definió las tres opciones que justifican una modalidad de tesis
doctoral que incluye obra:
1. La hipótesis de investigación solo puede ser validada por medio de la práctica artística.
2. Cuando la obra constituye una respuesta, aunque sea parcial, a la pregunta de investi-
gación.
3. Cuando la determinación de la hipótesis surge a partir del proceso de creación.
Destaco este incipiente modelo que, sin duda, deberá ajustarse en el proceso de implementa-
ción por su coraje para proponer un giro epistémico que no se contenta con teorizar el cuerpo
sino que busca ampliar el horizonte epistémico a través del cuerpo. Se trata de un programa
piloto en nuestro país (y también en América Latina) que espero permita, en la práctica, probar
la aplicabilidad de estas metodologías en Chile.
85 - La práctica como investigación: nuevas metodologías....
Lo que el cuerpo sabe
En fin, para concluir es necesario reivindicar que aquello que el cuerpo sabe no puede tra-
ducirse al discurso, no del todo por lo menos. Existe un residuo de la experiencia que habita
en nuestro cuerpo individual y también en nuestros cuerpos sociales que es irreductible a la
palabra. Los saberes del cuerpo son otros tipos de conocimientos que pueden ampliar, airear,
expandir los horizontes epistémicos a los que la academia eurocéntrica nos ha acostumbrado.
Notas
1 La reflexión sobre las prácticas no es del todo nueva, existen importantes aportes desde la filosofía (Wittgeinstein 1953; Taylor 1985),
la sociología (Bourdieu 1990; Giddens 1979; Latour 2005), la teoría crítica (Foucault 1975), así como también de la semiótica que hace ya
varias décadas ha puesto en relieve la importancia de la emergencia de significados desde las prácticas. (Fabbri 2005; Fontanille 2006).
2 Para una descripción exahustiva de este trabajo véase Contreras, Grass y Nichols 2009.
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... El contraste entre los dos campos como si fueran opuestos impide muchas veces las situaciones experienciales e interactivas en las cuales se aprende mejor la ciencia (Frazzetto, 2002, Galili y Zinn, 2007, Izadi, 2017, Zhu y Goyal, 2018. Las artes escénicas sirven como un estudio embodied, "corporizado", que transmite conocimiento al mundo real a través de la experiencia o la práctica (Coates y Demers, 2019;Contreras, 2013). La danza y el teatro pueden abordar la física teórica, incluso sus temas más abstractos, haciendo vivencial lo abstracto y lo intangible. ...
... Más allá de la representación ilustrativa, el físico Nikolopoulos insiste en que "lo que llamamos proceso creativo en las artes es justamente lo que llamamos investigación en las ciencias" 1 (Roberts, 2020). En las artes escénicas, uno de estos procesos es la producción de conocimiento desde la práctica a partir del cuerpo (Contreras, 2013). ...
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Este estudio exploratorio analiza las técnicas y los planteamientos que utilizan siete obras de teatro y danza estrenadas en Europa entre 2000 y 2020 para abordar temas de la física teórica y sus posibilidades comunicativas para un público adulto. A través del análisis documental de las obras, se determinan los temas de física teórica que abordan las dimensiones escénicas con las cuales se comunican y la recepción del público del contenido científico de las obras. Se encuentra que el contenido científico se tiende a comunicar a través de múltiples dimensiones escénicas y que la interacción activa entre el reparto y el público está relacionada con una recepción más positiva. Esta investigación exploratoria sugiere que las artes escénicas ofrecen la educación experiencial de ideas complicadas de física teórica. Para lograr esta educación interdisciplinaria, la participación de profesionales tanto de las artes como de la física en la creación de la obra es un factor clave.
... Inicialmente, Platón distinguía y jerarquizaba la mente sobre el cuerpo. Luego, Descartes cristalizó los dualismos razón/cuerpo, pensar/ percibir, teoría/ práctica, abstracto/concreto en la filosofía moderna, de ahí que el cuerpo fuese considerado un "simple objeto" que se posee y que podía ser disociado del verdadero "ser" (Brouguet, Mennelli y Rodríguez, 2014;Contreras, 2013). Este conocimiento tiene como fundamento la idea de la universalidad, la neutralidad, el no lugar y la superioridad del logocentrismo. ...
... Esta situación reproduce el canon de investigación global y coopta la singularidad emergente, así como todas aquellas iniciativas que se resisten a encajar en el canon global. En consecuencia, la producción de conocimiento queda inmovilizado principalmente al uso de la escritura mediante la estandarización, la homogeneización y la mercantilización de las revistas indexadas, a las exigencias de los fondos concursables y las políticas de investigación anudadas al progreso tecnológico o las lógicas innovadoras que exigen las perspectivas neoliberales (Contreras, 2013;Santos, 2012). ...
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En este texto se ensaya el planteamiento de cómo las acciones de performance pueden ser usadas para revitalizar las memorias de la violencia de género, invisibilizadas por efectos del poder patriarcal-colonial-moderno, y con ello, producir conocimiento decolonizador. Primero, se identifica la posición que ocupa el cuerpo de la mujer como lugar donde ocurre la violencia, convirtiendo a sus cuerpos en espectáculo de este fenómeno operando como pedagogías de crueldad. Como contrapartida a esta situación, se defiende la idea de que el cuerpo produce conocimientos que ponen en jaque este modelo y revitalizan el campo del saber. Mediante la activación del cuerpo como un lugar dotado de ontología y como herramienta ética, política, subversiva y salvaje se puede interpelar el lugar despolitizado en el que se ha ubicado a las mujeres. La performance puede transmitir otro comportamiento que van en un sentido contrario a la dominación.
... La predominancia de la práctica no implica que todo lo que sucede en el curso de la investigación es exclusivamente práctico, sino que más bien se favorece una triangulación entre tres tipos distintos de conocimiento: El conocimiento del investigador (que influye conocimiento corporizado, experiencia fenomenológica, el saber hacer), la reflexión crítica (investigación-acción, conocimiento explícito) y el conocimiento conceptual (entendidos como marcos teóricos). (Jones, citado por Contreras, 2013) La búsqueda interna en la creación de obra solo se puede responder mediante la experiencia estética, relacionando el conocimiento, la reflexión crítica y los referentes teóricos en una triangulación metodológica. ...
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El objetivo del artículo es dar a conocer la estética de la autorreferencialidad como estrategia metodológica, a partir de la construcción de un documento escrito y un cuerpo de obra plástica como registro del proceso de la investigación-creación. El proceso de investigación-creación se soporta desde los referentes de: Flusser (1994), Calabrese, (1994); La mano que piensa de Pallasmaa (2012); Falcón (2010) y Contreras (2013). El conjunto de obras analizadas corresponde a: Questioning Children de Appel (1949), Autorretrato de Warhol (1986), Pintura y escultura Jungli Kowwa de Stella (1979), artistas con sus respectivos movimientos: informalismo, pop art y pintura abstracta. El método de investigación empleado fue investigación-creación, desde los estudios de María José. Por su parte, la metodología estuvo basada en el hacer y la práctica, y la reflexión crítica del sujeto que crea experiencias estéticas, quien, a su vez, es el centro como opción de autoanálisis. Entre los resultados a destacar se encuentran: la estructuración de un método de investigación-creación para la construcción de obra plástica, incorporación de fenómenos estéticos (repetición y fragmento) desde un gesto pictórico, trazo consciente en obra plástica.
... Estos proyectos se caracterizan por ser espacios de exploración donde el aprendizaje y el conocimiento se producen en la práctica misma y dentro de la interacción, o sea, son procesos emergentes de "intra-action" (Barad, 2003;2007) entre distintas entidades humanas y no humanas (Braidotti, 2018;Contreras, 2013;Beyes y Steyaert, 2011). Entidades o corporalidades no humanas que participan de procesos creativos son, por ejemplo, materiales, herramientas, aparatos y tecnologías, e incluso ideas, imágenes y conceptos. ...
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Este artículo de reflexión presenta el estado de avance de un proyecto de investigación transdisciplinaria que se originó en respuesta a la creciente virtualización de la educación, producto de la crisis sanitaria covid-19. El objetivo es desarrollar talleres e-learning usando la plataforma LMS Canvas, para que reconozcan e incluyan al cuerpo como principal agente cognoscitivo, y así fortalecer el uso de Ambientes Virtuales de Aprendizaje de estudiantes en la etapa escolar. Para eso, se propon trabajar con metodologías de investigación artística como estrategia pedagógica para diseñar actividades educativas virtuales, materiales y encarnadas. Esto responde a la hipótesis de que el abordaje particular de estas metodologías puede convertirlas en un vehículo que facilite procesos de aprendizaje y ayude a fortalecer la docencia. Según lo discutido en la bibliografía revisada, se identifican ocho acciones generales que se mantienen como constante en proyectos de investigación artística, y con base en estas se relata una primera aproximación al diseño del taller transdisciplinario e-learning: Entre la Geometría y el Arte, para estudiantes de primero medio (14-15 años). Se espera que, como producto del pilotaje de este taller, durante el año 2023, el aprendizaje que se logre en los y las participantes sea el desarrollo de un pensamiento artístico-geométrico, donde ambas disciplinas estarían realmente entrelazadas.
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La presente investigación propone una metodología práctica de análisis y experimentaciónpara la creación de teatro callejero contemporáneo. Con el objetivo de estudiar el espaciopor medio de las artes escénicas callejeras, se plantea un marco teórico de estudios deteatro callejero, centrado principalmente en los trabajos realizados por André Carreira y suconcepto de teatro de ciudad. Además, se toman estudios de urbanismo marxista (Lefebvre)para comprender el fenómeno de la ciudad y sus problemáticas explicitas e implicitas. Almismo tiempo, bajo la óptica de los estudios de performance, se busca hacer énfasis en lasexperiencias escénicas y performativas que se instalan en la ciudad. Así, abordadas desde lapractica como investigación, estas tres aristas - teatro callejero, urbanismo y performance -propugnan un acercamiento a las creaciones escénicas en la calle cuyo fin último es volverindivisible la relación entre cuerpo, ciudad y práctica artísticas e instalar una mirada críticasobre los espacios en los que se quiere intervenir. Finalmente, de esta investigación sedesprenden tres conceptos/procedimientos bases de la propuesta metodológica: Habitar,Intervenir y Modificar.
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O artigo propõe sentir-pensar a pesquisa artística (PA) como uma prática dissidente e provocativa nos contextos acadêmicos do sul-sul, especificamente no Chile. Para fazer isso, reflete a partir das dificuldades e possibilidades que a PA tem tido para ser compreendida e incorporada na sua potência de criar conhecimento situado dentro da academia do sul-sul. Isso nos permitirá compartilhar um modo de sentir-pensar que serve de arcabouço argumentativo do valor político de Anomáhlia, pesquisa artística im-produtiva, desenvolvida pela autora, pesquisadora-artista latino-americana, como parte de seu projeto final de doutorado na Europa. Esta pesquisa é considerada dissidente na medida em que agita e provoca os contextos acadêmicos em que se desenvolve, tanto pelo questionamento que faz da prática vocal artística validada para o palco, quanto por sua promiscuidade na hibridação que realiza, entrelaçando linguagens e metodologias científicas e artísticas.
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El texto aborda la Práctica como Investigación (PaR) en las artes escénicas en diálogo con la experiencia del Grupo Práctica como Investigación: procesos de producción de la escena contemporánea, centro permanente de investigación creado oficialmente en 2014 en el Instituto de Artes de la Unicamp. Para ello, se centra en la relación entre práctica e investigación en la epistemología de la PaR, comparándola con las formas de hacer/saber con las que el grupo la ha interpelado a lo largo de sus diez años de existencia. Hacer-con la Práctica como Investigación ha sido una invitación para tejer caminos (im)posibles en colaboración simpoietica, produciendo conocimientos corporizados de manera colectiva y situada en las artes presenciales.
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2022 was the year of the explosion of the artificial intelligences that create images from texts. Its exponential progress was reflected in the appearance of new functionalities and creative options and the development of different algorithms that improved the quality of these images. We can see how social networks are filled with these creations, between artistic and funny, but at the same time with retractors, such as designers who see their work threatened by the possibility of no longer needing them for the creation of pieces of design. In this case, the research aims at how these artificial intelligences see us, how they represent us Latin Americans, who have historically seen our culture fall into what Joaquín Barriendos calls the coloniality of seeing, a visual regime that is based on the inferiorization and separation between the observing subject and the observed subject. In addition, this research work is articulated by an artistic practice, related to the same results obtained from different types of artificial intelligence and Latin American racialized bodies, so this text can also be seen as a log of a creative process.
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Este artículo traza un breve recorrido del concepto práctica artística como investigación en el contexto europeo, partiendo de autores que abren una estela que defiende y corrobora que el análisis de la propia obra artística puede ser científico, que tiene valor como investigación y fuente de conocimiento. Dichos teóricos trascienden la utilización de las artes como método de estudio, reivindicando el derecho de los artistas a contribuir al saber, práctico y no práctico, con la misma legitimidad que la investigación tradicional, monopolizada durante siglos por filósofos, historiadores del arte, filólogos, críticos o comisarios de arte. En estas páginas, describo la transformación de la mirada sobre la obra de arte que propone la práctica artística como investigación, estimulando a las nuevas generaciones de artistas a trabajar bajo el paradigma de libertad creativa; un arte implicado en la sociedad, la historia y la política, que deja de ser representacional para transformarse en autocrítico, en un proceso abierto de reflexión y exploración que nunca se acaba. De ahí no solo es relevante el resultado final de la obra o un concepto artístico, sino por la observación de los propios procesos, que conllevan tanto un mayor desarrollo académico como el avance de proyectos que beneficien a la sociedad en su conjunto, trabajando por el cambio individual y colectivo.
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Este artigo discute o processo de criação cênica “Corpo-Alvo: Poética e Singularidade de um Corpo Preto Entre-Lugares” que integra o espetáculo “Bagagem de Desjeitos”, resultante do curso de Teatro da Universidade Federal do Tocantins. O objetivo é problematizar questões de raça/racismo infringidas aos corpos pretos de modo estrutural. O referencial teórico se construiu partindo de estudos em filosofia cosmológica africana e de pesquisas em teatro. Conclui-se que as artes da cena podem potencializar a problematização do racismo/racialização nos corpos-pretos, uma vez que a práxis teatral possibilita ao encenador e/ou performer investigar os impulsos silencia(dores) que represam a sua existência.
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In this new and brilliantly organized book of essays, Anthony Giddens discusses three main theoretical traditions in social science that cut across the division between Marxist and non-Marxist sociology: interpretive sociology, functionalism, and structuralism. Beginning with a critical examination of the importance of structuralism for contemporary sociology, the author develops a comprehensive account of what he calls "the theory of structuration." One of the main themes is that social theory must recognize, as it has not done hitherto, that all social actors are knowledgeable about the social systems they produce and reproduce in their conduct. In order to grasp the significance of this, he argues, we have to reconsider some of the most basic concepts in sociology. In particular, Giddens argues, it is essential to recognize the significance of time-space relations in social theory. He rejects the distinction between synchrony and diachrony, or statics and dynamics, involved in both structuralism and functionalism, and offers extensive critical commentary on the latter as an approach to sociology. The book, which can be described as a "non-functionalist manifesto," breaks with the three main theoretical traditions in the social sciences today while retaining the significant contributions each contains. In so doing Giddens discusses a range of fundamental problem areas in the social sciences: power and domination, conflict and contradiction, and social transformation. He concludes with an overall appraisal of the key problems in social theory today.
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Our usual representations of the opposition between the “civilized” and the “primitive” derive from willfully ignoring the relationship of distance our social science sets up between the observer and the observed. In fact, the author argues, the relationship between the anthropologist and his object of study is a particular instance of the relationship between knowing and doing, interpreting and using, symbolic mastery and practical mastery—or between logical logic, armed with all the accumulated instruments of objectification, and the universally pre-logical logic of practice. In this, his fullest statement of a theory of practice, Bourdieu both sets out what might be involved in incorporating one’s own standpoint into an investigation and develops his understanding of the powers inherent in the second member of many oppositional pairs—that is, he explicates how the practical concerns of daily life condition the transmission and functioning of social or cultural forms. The first part of the book, “Critique of Theoretical Reason,” covers more general questions, such as the objectivization of the generic relationship between social scientific observers and their objects of study, the need to overcome the gulf between subjectivism and objectivism, the interplay between structure and practice (a phenomenon Bourdieu describes via his concept of the habitus ), the place of the body, the manipulation of time, varieties of symbolic capital, and modes of domination. The second part of the book, “Practical Logics,” develops detailed case studies based on Bourdieu’s ethnographic fieldwork in Algeria. These examples touch on kinship patterns, the social construction of domestic space, social categories of perception and classification, and ritualized actions and exchanges. This book develops in full detail the theoretical positions sketched in Bourdieu’s Outline of a Theory of Practice . It will be especially useful to readers seeking to grasp the subtle concepts central to Bourdieu’s theory, to theorists interested in his points of departure from structuralism (especially fom Lévi-Strauss), and to critics eager to understand what role his theory gives to human agency. It also reveals Bourdieu to be an anthropological theorist of considerable originality and power.
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Obra teórica de una sociología de las asociaciones, el autor se cuestiona sobre lo que supone la palabra social que ha sido interpretada con diferentes presupuestos y se ha hecho del mismo vocablo un nombre impreciso e inadecuado, además se ha materializado el término como quien nombra algo concreto, de manera que lo social se convierte en un proceso de ensamblado y un tipo particular de material. Propone retomar el concepto original para hacer las debidas conexiones y descubrir el contenido estricto de las cuestiones que están conectadas bajo la sociedad.
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Researchers in the arts, media and design often struggle to find serviceable methodologies within the orthodox research paradigms of quantitative and qualitative research. In response to this and over the past decade, practice-led research has emerged as a potent strategy for those researchers who wish to initiate and then pursue their research through practice. This paper examines the dynamics and significance of practice-led research and argues for it to be understood as a research strategy within an entirely new research paradigm - Performative Research. Taking it’s name from J.L. Austin’s speech act theory, performative research stands as an alternative to the qualitative and quantitative paradigms by insisting on different approaches to designing, conducting and reporting research. The paper concludes by observing that once understood and fully theorised, the performative research paradigm will have applications beyond the arts and across the creative and cultural industries generally.