Este artículo estudia la contribución de las primeras vanguardias artísticas del siglo XX a la ideación y puesta en práctica de técnicas de camuflaje militar durante la I Guerra Mundial. Se analizan así el origen cubista de los diseños de camuflaje mimético (o Disruptive pattern Material), el papel desempeñado por los artistas en la ideación de numerosos trompe l’oeil con fines bélicos y la condición del camoufleur como artista-soldado, un sujeto repartido entre lo funcional y lo estético. Todo ello sirve de fundamento para sustentar la tesis de que el contexto bélico sirvió como campo de pruebas de las técnicas, anhelos y formas del arte de las vanguardias históricas.