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EXCAVACIONES
ARQUEOLÓGICAS
EN ASTURIAS 2013-2016
EXCAVACIONES
ARQUEOLÓGICAS
EN ASTURIAS 2013-2016
Promueve: Consejería de Educación y Cultura
Edita: Consejería de Educación y Cultura
Ediciones Trabe SL
Distribuye: Ediciones Trabe SL / www.trabe.org
Coordinador de la edición: Pablo León Gasalla
© De textos e ilustraciones: Los autores
© De la edición: Consejería de Educación y Cultura
Fotografías de cubierta: De izquierda a derecha y de arriba a abajo:
• Trinchera del sótano A en la casa de los Hevia (Villaviciosa)
• Castillete y tolva del Castiello de Sarabia (Mieres)
• Azagaya del nivel OL.2 de la cueva de El Olivo (Pruvia, Llanera)
• Centro campesino y alfarero de casa Juanín/Xuanín (Faro, Oviedo)
• Mandíbula con el canino de leche retenido de la cueva de El Sidrón (Piloña)
• Panel pictórico de la sala R en el castro de Chao Samartín (Grandas de Salime)
• Grabados digitales en la cueva de Trescalabres II (Quintana, Llanes)
• Tumbes de llábanes de la necrópolis de San Pedru de Vigaña (Miranda)
Imprime: Imprenta Mundo
Depósito legal: As-01200-2018
ISBN: 978-84-8053-923-4
ISSN: 1135-7339
347
INTRODUCCIÓN1 2
Desde el año 2009 se vienen realizando de forma
continuada una serie de intervenciones arqueoló-
gicas en dos aldeas de origen medieval radicadas en As-
turias (Villanueva de Santu Adrianu y Vigaña d’Arcéu),
que continúan habitadas en la actualidad. Este trabajo se
ha desarrollado desde una perspectiva interdisciplinar y
diacrónica, aplicando la metodología de excavación com-
binada con un conjunto denso de análisis arqueobiológi-
cos y sedimentológicos. En este proyecto todo el territo-
rio aldeano se analiza como un único objeto de estudio,
combinando la arqueología on-site y off-site, ampliando el
«sitio arqueológico» hasta las áreas de producción agra-
ria, que pasan a formar parte prioritaria de la agenda de
investigación. De esta forma se persigue entender su pro-
ceso de construcción y transformación y dar respuesta a
cuestiones como cuál fue el momento fundacional de las
aldeas medievales y de sus paisajes agrarios en Asturias o
cómo fueron transformándose y evolucionando a través
del tiempo.
A lo largo de la última década nuestro equipo ha
puesto de manifiesto la potencialidad del método en-
sayado y la relevancia de los registros recuperados para
entender procesos históricos muy complejos (Fernández
Mier, 2010; Fernández Mier et al., 2013; Fernández Mier
y Alonso González, 2016). Como ejemplo, en la aldea de
Villanueva de Santu Adrianu la arqueología nos ha per-
mitido confirmar su cronología altomedieval, aportando
un conjunto notable de dataciones entre los siglos viii
y xi (Fernández Fernández, 2014a; Fernández Fernández,
2014b, Fernández Fernández, 2017a), constatando la gran
1 La elaboración de este estudio ha contado con el apoyo de una
ayuda postdoctoral del programa Marie Curie-Cofund-«Clarin» del
Principado de Asturias [ACA1 4-08] y se enmarca dentro del proyecto
de investigación: «Poder central y poderes locales entre la Atigüedad
Tardía y la Alta Edad Media. 400-900 d. C. El norte de Hispania
y su contexto europeo» (HAR2013-47889-C3- 3-P), financiados
por la Secretaría de Estado de I+D+i del Ministerio de Economía y
Competitividad.
2 1. UCL Institute of Archaeology. 2. La Ponte-Ecomuséu.
influencia que tuvo el monasterio de Santu Adrianu de
Tuñón, fundado por el rey Alfonso III, como centro reor-
ganizador del espacio altomedieval en la zona (Fernández
Fernández, 2017b).
En este artículo se presentan los resultados de las
campañas realizadas en la aldea de Villanueva de Santu
Adrianu en 2015 y 2016, que complementan y amplían
el conjunto de informaciones ya obtenidas previamente.
En esta ocasión las intervenciones se centraron en una
ería denominada «La Güerta San Romano», tradicional-
mente dedicada al cultivo extensivo de maíz, habas y pa-
tatas. Nuestro objetivo ha sido aproximarnos desde una
perspectiva arqueológica a la secuencia formativa de este
tipo de unidades agrarias, presentes en muchos pueblos
de Asturias (bajo diferentes denominaciones como erías,
veigas o cortinales) y en multitud de regiones de Europa
(openfields en Inglaterra, zelgensystem en Alemania o trest
en la Bretaña francesa). Los distintos tipos de openfields
fueron el principal sistema agrícola en gran parte de Euro-
pa durante la Edad Media y perduraron en algunas de sus
regiones, como Asturias, hasta bien entrado el siglo xx. Sin
embargo, tras esta denominación generalista, se esconde
una gran complejidad formativa en términos económicos,
sociales y cronológicos, además de un buen número de
claves para entender el origen de los paisajes medievales.
Por esta razón en otros países de nuestro entorno llevan
décadas estudiando estos fenómenos y poniéndolos en re-
lación con la formación de las aldeas concentradas y sus
espacios agrarios (Reynolds, 2003; Rippon, Fype y Brown,
2006). La investigación histórica y arqueológica ha atri-
buido a los openfields diferentes cronologías de formación,
desde la Alta Edad Media en Alemania (siglos vi-ix) hasta
los siglos xi-xiii en Inglaterra (Zadora-Río, 1989). En As-
turias sin embargo no disponíamos aún de información
arqueológica precisa sobre esta problemática. Los estudios
hasta ahora se habían limitado a la documentación escrita,
los análisis regresivos o el estudio de las formas del paisaje
(Torrente Fernández, 1985; García Fernández, 1988; Fer-
nández Mier, 1996, 1999). Con esta investigación aporta-
mos nuevos datos para comprender desde una perspectiva
arqueológica la formación de estos espacios, poniéndolos
ARQUEOLOGÍA AGRARIA Y DEL CAMPESINADO MEDIEVAL. INTERVENCIONES EN LA
ALDEA DE S. ROMANO (VILLANUEVA DE SANTU ADRIANU): CAMPAÑAS 2015-20161
Jesús Fernández Fernández (1, 2), Pablo López Gómez (2), Gabriel Moshenska (1),
Carmen Pérez Maestro (2) y Víctor-Esdras García Blanco (2)
2
arqueología agraria y del campesinado medieval. intervenciones en la aldea de s. romano (villanueva de santu adrianu)
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de piedra y sin barreras físicas en su interior. Las parce-
las tienen una forma alargada y estrecha y están divididas
mediante mojones (muñones), todo ello para facilitar el
trabajo del arado. El acceso a las veigas y su uso estaba
estrictamente regulado por normativas de carácter con-
suetudinario cuya aplicación dependía de una asamblea
de llevadores y propietarios.
Aunque en la documentación medieval existen re-
ferencias a este tipo de espacios, no se conoce si su fun-
ción era la misma que en época moderna, momento en el
que la abundancia de información sí permite reconstruir
una evolución y uso desde el siglo xvi hasta la actualidad
(García Fernández, 1988).
Las campañas de excavación se llevaron a cabo du-
rante los meses de julio de 2015 y 2016 y contaron con el
apoyo de profesores y estudiantes del grado de arqueología
de la University College of London (UCL), profesiona-
les y voluntariado de diversas universidades españolas, así
como vecinos y vecinas que decidieron participar a través
en relación con el poblamiento medieval y otras estruc-
turas agrarias previamente documentadas. Estas inter-
venciones también nos han permitido registrar procesos
asociados a cambios ambientales y climáticos que causaron
fuertes impactos en las comunidades campesinas bajome-
dievales (Moshenska y Fernández Fernández, 2017).
INTERVENCIONES: 2015-2016
«La Güerta San Romano» se encuentra en una vega
fluvial ubicada entre la iglesia románica y el barrio homó-
nimo de Villanueva. Este tipo de unidades agrarias son
conocidas en esta zona como veigas, aunque morfológica
y funcionalmente no se diferencian de otros espacios simi-
lares localizados en diferentes regiones de Asturias, como
las erías o los cortinales. Su principal rasgo identificativo es
que se trata de unidades de aprovechamiento de carácter
semicolectivo. Son espacios amplios, cercados con muros
Figura 1: Localización de los sondeos más próximos al área habitada (San Romano) realizados en intervenciones previas
(IT-CDR e IT-PMR, año 2010) en relación con IT-MUR, intervención que se describe en este texto.
Fuente: elaboración propia sobre ortofoto (SIGPAC) y mapa topográfico 1:5000.
jesús fernández fernández, pablo lópez gómez, gabriel moshenska, carmen pérez maestro y víctor-esdras garcía blanco
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El primero (UE-1) se corresponde con el paquete de
arada subactual (actualmente este terreno se dedica a pas-
to), de unos 40 cm de grosor, en el que se encuentran
abundantes materiales cerámicos muy rodados y de pe-
queñas dimensiones. Estos elementos, habituales en sue-
los cultivados, se corresponden con formas y tipologías
moderno-contemporáneas: cerámicas negras realizadas a
torno, formas abiertas vidriadas (ambas tipo Faro) y lozas.
No se documentaron formas medievales, al contrario que
en otras parcelas más próximas a la iglesia románica, don-
de se encuentran presentes en superficies de arada actuales
(Fernández Fernández, 2017a).
El segundo nivel (UE-2) se corresponde con un nivel
arqueológicamente estéril. Se trata de un depósito de ave-
nida del arroyo de San Romano con orden granocreciente
de muro a techo, compuesto de cantos de tamaño peque-
ño, gravas y arenas muro-techo, con un espesor medio de
unos 40 cm (Figura 2).
En el estrato subyacente (UE-3) se localizó un de-
pósito de grandes cantos de caliza (entre 20 y 40 cm de
largo), entremezclados con otros materiales arqueológicos
y constructivos (principalmente tejas). Todo ello nos llevó
del programa de arqueología pública del proyecto, todo
coordinado por La Ponte-Ecomuséu (www.laponte.org).
LA CAMPAÑA DE 2015
La intervención se realizó en la parcela 217 (plano
catastral) y consistió en la excavación de una cata de 10 x
3 metros (identificada con el código de intervención IT-
MUR, Figura 1). Previamente, una vez delimitado el perfil
del sondeo, se realizaron dos pequeñas calicatas (1 x 1 m)
en las esquinas suroeste y noroeste con el fin de evaluar
la potencialidad de la estratigrafía, que demostró comple-
mentar muy bien a las ya documentadas en fincas aledañas
en las campañas de 2009 y 2010 (Fernández Fernández,
2014a). Esta metodología nos permitió descartar el interés
arqueológico de los niveles superiores, correspondientes al
suelo de arada moderno-contemporáneo y a un conjunto
de depósitos torrenciales estériles, que fueron retirados por
medios mecánicos.
En los sondeos previos se pudieron identificar tres
niveles muy claros.
Figura 2: UEs 2 y 3, correspondientes a un evento torrencial. En el centro puede verse un canal de desagüe y con su correspondiente depósito. La
UE-3 se corresponde con un flujo de detritos. La UE-2 ha sido descrita como un depósito de avenida con tendencia granocreciente muro-techo.
arqueología agraria y del campesinado medieval. intervenciones en la aldea de s. romano (villanueva de santu adrianu)
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momento (partículas pesadas en el fondo y arenas y limos
en superficie). También se pudo identificar la dirección
del torrente gracias a la presencia de canales, ordenados de
forma perpendicular al río Trubia, en sentido oeste/este,
que partiendo del ápice ubicado en la parte alta del barrio
de S. Romano, formaron un abanico sobre la llanura alu-
vial. La cata se excavó en la parte distal de dicho abanico.
Una vez retirado este nivel se dejó al descubierto el
techo del siguiente, UE-3, que se excavó manualmente.
Este estrato, como ya se indicó, ha sido identificado como
un depósito de transporte masivo de material y sedimento
en el que por su gran cantidad destacan las rocas (calizas y
cuarcitas), algunas de ellas canteadas o careadas, de tama-
ños que oscilan entre los 20 y 50 centímetros. También es
notable la presencia de grandes trozos de tejas embebidos
entre los cantos y gravas, que confirman la existencia de un
proceso muy violento que destruyó edificios y viviendas,
aunque breve en el tiempo y recorrido, lo que evitó una
mayor fragmentación de este material.
Tras la documentación en planta de este nivel (Figura
3) se procedió a su excavación.
Para ello se retiró el derrumbe con sumo cuidado para
poder identificar posibles restos de lienzos de muro o ci-
mentaciones que aún se pudieran conservar, sobre todo en
la zona central de la cata donde parecía intuirse una mayor
acumulación de rocas de gran de tamaño. En el transcur-
so de la excavación arqueológica se pudo comprobar que
no quedaban restos de ninguna estructura y que el 100 %
del estrato estaba en posición secundaria. Se identificaron
abundantes fragmentos cerámicos, con cocciones mixtas y
negras y tipos de decoraciones propiamente medievales, lo
que nos ayudó a contextualizar cronológicamente el depósi-
to. También se aprovechó la extracción manual del material
para realizar análisis cantométricos que permitieron hacer
una estimación de la velocidad del agua durante el evento
torrencial, para lo que hemos aplicado
la fórmula de Costa
(1983) sobre los cantos de mayor tamaño, que arrojó una
media de aproximadamente 3,5m/s. Siguiendo a McBean
et al. (1988), velocidades en torno a 3 m/s
pueden ser su-
ficientes para destruir una construcción actual. A esto se
suma que las flash-floods arrastran en sus primeras fases el
material pelítico (fango) y detrítico, lo que incrementa
notablemente la densidad del agua y su capacidad para
transportar grandes bloques (Friedman y Sanders, 1978).
Todo ello nos hace formarnos una idea de la magnitud de
este evento y el impacto que habría producido en la pe-
queña comunidad campesina que habitó el lugar en algún
momento a finales de la Edad Media.
Una vez retirada la UE-3, se dejó al descubierto el
techo de la UE-4, un estrato de tierras negras con abun-
dante cantidad de carbones, en cuya superficie pudieron
a interpretar este nivel como el resultado del transporte
masivo de sedimento y estructuras destruidas por un to-
rrente de alta energía en su primera fase de arroyada (flujo
de detritos).
Llegado este punto se decide dejar de profundizar en
las catas e intervenir en área, procediendo en primer lugar
a la retirada de los niveles UE-1 y UE-2 mediante medios
mecánicos. Durante el seguimiento de los trabajos se pu-
dieron documentar los procesos sedimentológicos y depo-
sicionales que nos ha permitido interpretar la UE-2 de una
forma más exhaustiva. Este nivel no presenta una forma
homogénea, sino que pueden identificarse subniveles que
nos indican su origen torrencial. Este tipo de depósitos
formados por eventos denominados flash-flood tienen mor-
fología muy clara, con diferentes niveles ordenados según
la capacidad de arrastre que las aguas tuvieron en cada
Figura 3: Izquierda, imagen cenital del techo de la UE-3. Derecha,
dibujo en planta. En color rojo se diferencian los fragmentos de teja.
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flotación bajo la supervisión de un arqueobotánico con la
intención de extraer información sobre los posibles usos
o funciones de este espacio en la Edad Media. En esta
trinchera se pudo observar de techo a muro una pérdida
progresiva de materia orgánica que da paso a una nueva
unidad de color marrón, la UE-5 subyacente.
Llegados a este punto se decidió dar por terminada la
campaña de excavación 2015 y se procedió a la protección de
la cata. Para ello se cubrió el sondeo con una capa de geotex-
til, que se selló con un relleno de piedras, gravas y tierra, con
la intención de proseguir al año siguiente (Figura 5).
LA CAMPAÑA DE 2016
En la campaña realizada durante el mes de julio de
2016 se procedió a la excavación en área de la UE-4 (con
una potencia de unos 30 cm), que fue progresivamente
retirada por medio de capas artificiales de unos 10 cm para
descartar la presencia de estructuras negativas o marcas
del uso de arados. El sedimento se fue recogiendo para su
procesado en la unidad de flotación.
El techo de la siguiente unidad se localizó en el lado
sur de la cata, aunque la campaña de 2016 no permitió ex-
cavar por el momento más que un área de 2,20 x 2,40 cm.
Con el fin de identificar la potencia de las nuevas UEs
(UE-5 y su interfaz con la UE-4 suprayacente, UE-7), se
continuó profundizando en esta pequeña área del son-
deo. La UE-5 es un nivel de tierra anaranjada, con escasa
presencia de carbones y material cerámico, que a la espera
de los datos paleobotánicos se interpreta como un primer
espacio agro-ganadero medieval, aunque sin poder deter-
minar por el momento su uso concreto.
Bajo esta UE se identificó un nuevo estrato de color
amarillento claro (UE-12), compuesto por un lecho de gra-
vas muy compactadas, intercaladas con piedras de tamaño
mediano (11 x 6 cm). Únicamente en la esquina SO hay
tres rocas de mayor tamaño (25 x 14 cm). En su superficie
fue hallado un fragmento de una mano de moler de cuar-
cita. Este dato, unido a la presencia de 4 estructuras nega-
tivas, sugiere para este nivel un posible uso doméstico con
diferentes fases (suelo y hoyos que lo amortizan), aunque
identificarse los primeros canales de arroyada en forma de
«U» del episodio torrencial ya descrito (Figura 4).
Tierras negras similares a la UE-4 ya habían sido re-
gistradas con anterioridad en sondeos próximos (Fernán-
dez Fernández, 2014a). Presentan una composición interna
escasamente ordenada, donde se da la presencia de gran
cantidad de carbones y materiales arqueológicos entre-
mezclados, seguramente debido a su uso como espacios
multifuncionales a lo largo del tiempo, donde se combi-
naron actividades agrarias y domésticas que produjeron
continuas remociones del suelo. En campañas anteriores,
bajo estas tierras negras se identificaron unidades nega-
tivas (hoyos de poste), razón por la que nos planteamos
una excavación en área de esta zona, con la intención de
documentar formas o estructuras más amplias, imposibles
de interpretar en pequeños sondeos.
Para analizar la composición de este nivel y su po-
tencia se excavó una trinchera de 1 x 3 metros y 50 centí-
metros de profundidad, coincidiendo con el perfil sur de
la cata. Todo el sedimento se procesó en una unidad de
Figura 4: Estratigrafía del sondeo IT-MUR, perfil oeste.
Figura 5: IT-PMR vista desde el norte, en el momento de concluir
los trabajos en 2015, con el techo de la UE-4 en planta y una pequeña
trinchera transversal excavada en su extremo sur, de donde se extrajo
sedimento para procesar en la unidad de flotación. Pueden apreciarse
en dirección oeste-este (derecha-izquierda de la imagen) las marcas de
los canales de arroyada previos al depósito de UE-3.
arqueología agraria y del campesinado medieval. intervenciones en la aldea de s. romano (villanueva de santu adrianu)
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radiocarbónica que arrojó una cronología final calibrada
a 2 sigma de 1275-1385 d. C.
En la zona suroeste de la calicata se documentó otro
corte circular (UE-13), con un diámetro de 35 cm y una
profundidad de 20 cm. Su forma es irregular y parece con-
tener el negativo de un calzo. Estaba relleno por la UE-14,
sedimento de tierra arcillosa negra con presencia de car-
bones y tres fragmentos de una misma pieza cerámica de
tradición medieval.
En la zona norte del área intervenida se localizó una
cuarta estructura negativa (UE-15), que presenta un diáme-
tro de 25 cm y una profundidad de 15 cm. Está rellena por
la UE-16, con un sedimento de tierra negra con presencia
de carbones similar a las anteriores.
Llegados a este punto y al fin de la campaña de 2016
se procedió a la protección del yacimiento para continuar
con la intervención en campañas próximas que permitan
identificar en área el suelo localizado. Para ello se cubrió
con geotextil la zona intervenida y se rellenó con una capa
de grava y tierra (Figura 7).
todavía no se puede precisar más hasta que se excave en
área la zona. En cualquier caso, la existencia de estructuras,
independientemente de cuál haya sido su función, habría
sido incompatible con un aprovechamiento exclusivamen-
te agrario de este espacio (Figura 6).
La primera de estas estructuras negativas que seccio-
naron la UE-12 se corresponde con un corte de planta
rectangular, situado en el lado norte del área excavada,
con paredes en forma de «U» abierta y perfiles inclinados
hacia dentro (UE-8). Tiene unas dimensiones de 45 cm de
largo y una anchura de 29 cm (no está completo porque se
introduce en el perfil S del área no excavada de la UE-5) y
una profundidad de ± 4 cm. Estaba cubierto y relleno por
la UE-6, que también cubre a la UE-10.
Pegado a este corte se encontraba otro (UE-9) de
forma circular y de un diámetro de unos 30 cm y una
profundidad de 20 cm. Estaba amortizado por la UE-10,
sedimento de tierra muy arcillosa compactada con muchos
carbones y dos fragmentos de cerámica de tradición me-
dieval. De este relleno se envió una muestra para datación
Figura 6: Planta de la UE-12, vista desde el perfil oeste.
jesús fernández fernández, pablo lópez gómez, gabriel moshenska, carmen pérez maestro y víctor-esdras garcía blanco
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A: Estriada, con líneas paralelas generalmente reali-
zadas a peine cuya profundidad y separación es variable.
Dentro de estas distinguimos: A1, con líneas horizontales
y A2, con líneas verticales.
B: Incisa con líneas finas, realizadas con algún objeto
punzante y que se dispone en bandas de manera horizontal
en la pieza.
C: Reticulada, líneas incisas entrecruzadas formando
una retícula.
D: Ungulada, realizada mediante incisión de la uña
en la pasta fresca.
Como veremos a continuación unidad por unidad, se
identificaron otros restos materiales, como tejas, fragmen-
tos de objetos de hierro, escoria y algún instrumento lítico.
• UE-1: Todos los restos materiales indican una cro-
no-tipología moderno-contemporánea (presencia de cerá-
micas vidriadas y negras, loza y vidrio). La cerámica con
vidriado blanco, casi siempre únicamente al interior, co-
rresponde a formas de mesa como platos y cuencos, algu-
nos con decoración pintada con diseños de líneas concén-
tricas o puntos tipo Faro. Destacan un par de fragmentos
de platos pintados con diseños impresos de posible fábrica
inglesa. En la cerámica negra las formas predominantes
son las de cocina (Faro o imitaciones).
• UE-3: Tanto las formas como los elementos deco-
rativos nos llevan a una cronotipología bajomedieval, que
ubicamos en torno al siglo xiv. Los fragmentos presentan
fracturas limpias y están poco rodados aunque en una po-
sición secundaria.
• UE-4: Las formas de cerámica identificadas son de
cocina, como tapadera, olla (el grupo más numeroso),
cuenco y jarra (con asa cinta). La mayor parte tiene una
cocción mixta, seguida de la reductora y en menor canti-
dad la oxidante. En general, los tratamientos de las super-
ficies suelen ser bastante toscos y la decoración siempre
incisa pero con muchas variaciones. La estriada con líneas
paralelas tanto verticales como horizontales con profun-
didades y separación entre líneas variables es la más co-
mún. Dentro de este tipo de decoración destacamos dos
variaciones especiales. Por un lado, un par de fragmentos
de cerámica (probablemente de la misma pieza) muy fina
de pasta clara y con abundante desgrasante de mica cuya
decoración es estriada horizontal con una línea punteada
oblicua. Por otro, un par de fragmentos de cerámica tosca
con líneas incisas horizontales o verticales y una o varias
oblicuas. Las incisiones formando una retícula también
son comunes en este horizonte. Aparecen también de ma-
nera escasa fragmentos con líneas finas incisas paralelas
horizontales separadas varios milímetros entre sí, así como
un par de cuerpos con decoración ungulada. La cronología
de estas cerámicas abarca los siglos xiii-xiv tal como se ha
fechado en otras campañas de excavación en conjuntos
ANÁLISIS DE MATERIALES CERÁMICOS
La mayor parte del material arqueológico documen-
tado en el proceso de excavación ha sido cerámica me-
dieval (exceptuando la UE-1 subcontemporánea). En este
conjunto, como dato global, se utiliza el torno, la torneta
o torno lento, además de la factura a mano. Únicamente
los escasos fragmentos aparecidos en los rellenos (UE-10 y
UE-14) de fosas circulares están realizados solo a mano. El
tipo o subtipo de pieza solo ha podido ser identificado en
algunos fragmentos (olla, jarra, etc.). En las unidades es-
tratigráficas 4 y 5, la mayor parte de las piezas identificadas
son restos de ollas con cuerpo de forma globular, bordes
exvasados y diámetro variable. En cuanto a la cocción,
condicionada por los sistemas de transmisión del calor uti-
lizados y por las distintas fases y factores que intervienen
en el proceso, se han diferenciado de manera genérica tres
grandes conjuntos: reductora (pastas de tonos oscuros o
negruzcos), oxidante (pastas de tonos entre beige y rojizo)
y mixta (que incluye reductora-oxidante y oxidante-reduc-
tora). El tipo de decoración es inciso, distinguiéndose los
siguientes grupos principales:
Figura 7: Matrix Harris de IT-MUR.
arqueología agraria y del campesinado medieval. intervenciones en la aldea de s. romano (villanueva de santu adrianu)
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exvasado de olla realizada a mano, de factura tosca, cue-
llo liso, decoración peinada y cocción mixta y un galbo a
mano de cocción reductora.
• UE-12: En la superficie de este estrato que aún no
ha sido excavado, apareció una mano de moler de cuarcita
con huella de uso en una de las caras del lado largo y en
uno de sus terminales.
• UE-14: En este relleno de hoyo aparecieron tres gal-
bos de una misma pieza realizados a mano.
muy similares (Fernández Fernández, 2014a y 2014b) (Fi-
guras 8 y 9). Entre tanta cerámica bajomedieval destaca la
presencia de una forma tardoantigua que se generaliza en
el siglo vi. Se trata de dos bordes de platos-cuencos imi-
tación de Terra Sigillata gálica tardía, Forma Rigoi 1 de la
variante C (Uscatescu, Fernández Ochoa y García Díaz,
1994), de muy buena factura.
Entre los materiales especiales aparecidos en este es-
trato destaca un fragmento de alisador de cerámica, una
piedra de cuarzo que parece haber sido utilizada como
adorno o botón y media fusayola. Los restos de metales
en esta unidad se reducen a dos fragmentos de escoria de
hierro y dos fragmentos de hierro de objetos indetermina-
dos. Por otro lado, los materiales constructivos se reducen
a cuatro fragmentos de teja.
• UE-5: En este grupo aparece como forma de ce-
rámica principal de cocina la olla, al igual que el estrato
anterior, pero además identificamos formas de cerámica
de mesa como por ejemplo la jarra de pico trilobulado y
de nuevo el plato-cuenco de imitación de terra sigillata
gálica. En cuanto a los tipos de cocción la mayor parte es
reductor seguido por el mixto, aunque según se va pro-
fundizando en el estrato aumenta el número de piezas de
cocción reductora. Se identifican las mismas decoraciones
del estrato anterior a excepción de la ungulada, siendo con
diferencia la estriada con líneas horizontales la de mayor
cantidad. Como piezas especiales destaca la intrusión de
una raedera del Paleolítico Medio. La cultura material re-
mite a la misma cronología que los niveles suprayacentes.
• UE-10: De este estrato que rellenaba una fosa circu-
lar se recuperaron dos fragmentos de cerámica: un borde
Figura 8: Fragmentos de cerámica incisa reticulada
recuperadas de la UE-4.
Figura 9: Borde de olla realizada a mano con decoración
estriada recuperado de la UE-10.
Figura 10: Fragmento de mano de moler de cuarcita
recuperada de la superficie de UE-12 (ver Figura 6).
jesús fernández fernández, pablo lópez gómez, gabriel moshenska, carmen pérez maestro y víctor-esdras garcía blanco
355
restos de suidos, debido a la dificultad de discriminación
en determinados elementos óseos no se puede descartar
que alguna de las piezas identificadas de cerdos (Sus scro-
fa domestica) pudiera pertenecer a su pariente silvestre, el
jabalí (Sus scrofa) y su origen fuese la actividad cinegética.
Los restos identificados son en su mayor parte pie-
zas dentales junto con esquirlas de pequeño tamaño (<10
cm);
habiéndose recuperado únicamente 2 elementos post-
craneales identificables. Aparecen restos en las unidades
estratigráficas UE-3, UE-4, UE-5 y UE-7. En todas ellas
están representados los 4 grupos de animales domésticos
presentes en el yacimiento. Así mismo, excluyendo la UE-3
donde las proporciones tanto en número de restos como
en el NMI de los distintos grupos son similares, en los
demás niveles estudiados dominan siempre los cerdos, se-
guidos del grupo formado por ovejas y cabras.
En cuanto a los grupos domésticos, a pesar de que los
suidos, seguidos de la cabaña de ovicaprinos, presenten
una mayor abundancia relativa con respecto a los restos
de vacuno recuperados, hemos de tener en cuenta que el
aporte de biomasa por individuo es mucho mayor en el
caso de este último grupo. De esta manera debemos in-
terpretar, a la vista de los datos obtenidos, un uso mixto
de las distintas cabañas ganaderas, aunque los suidos pa-
recen presentar una frecuencia mayor que el resto. En lo
que respecta a los équidos, destacamos una baja frecuencia
en el yacimiento, pero constante en todos los niveles. La
avanzada edad de los animales a los que pertenecían los
restos recuperados de este último grupo hace que nos de-
cantemos más por un uso no alimentario de esta cabaña.
La zooarqueología peninsular y en especial los estu-
dios realizados en yacimientos de cronología medieval se
encuentran en una fase incipiente de desarrollo siendo
pocos los estudios faunísticos que se llevan a cabo de ma-
nera sistemática en las excavaciones y menos aún los que
acaban siendo publicados. Esto dificulta la comparación
de nuestras muestras con otros yacimientos de cronolo-
ESTUDIO DE FAUNA Y CARPOLÓGICO
Para recuperar datos de tipo paleoambiental y arqueo-
zoológico se desarrolló una metodología de trabajo que
permitiese la recuperación de la mayor cantidad y variedad
de restos de origen orgánico. Por ello se aplicaron dos me-
todologías de toma de muestras distintas: la recolección en
campo de la totalidad de los materiales macroscópicos así
como un muestreo de distintos volúmenes de sedimento
de todos los niveles estratigráficos excavados en busca de
restos orgánicos de pequeño tamaño (microvertebrados,
carporrestos y fragmentos de madera carbonizada) para
su posterior análisis en laboratorio.
Con los datos obtenidos, por una parte, se ha llevado a
cabo un análisis arqueofaunístico de los restos óseos de ver-
tebrados recuperados, con el que se pretende conocer más
datos sobre la cabaña ganadera del asentamiento. Por otra,
el cribado de sedimentos aporta a su vez restos de semillas,
frutos y fragmentos de madera carbonizada, que tras su
análisis arqueobotánico, nos permitirá identificar los grupos
botánicos silvestres y cultivados presentes en el yacimiento.
Con respecto a los restos óseos de vertebrados, tras
la extracción y limpieza de los mismos se procedió a su
identificación, asignando, cuando fue posible, la especie
(o el grupo), género, edad y sexo. Para cada unidad estra-
tigráfica (UE) se calculó el número mínimo de individuos
(NMI), considerando criterios de parasagitalidad u otros
caracteres diferenciales como la edad o el sexo. Para la
identificación de los restos se han utilizado tanto coleccio-
nes de referencia del autor como diverso material biblio-
gráfico de consulta (Pales y García, 1981; Pales y Lambert,
1971; Schmid, 1972).
Para la recuperación de carporrestos y otros micro-
fósiles, se procesó el sedimento mediante el método de
cribado con agua en columna de tamices con un gradado
de luces de malla de 2 mm, 1 mm y 0,7 mm bajo un cho-
rro de agua a presión. Una vez aislados, se procedió a la
identificación de los restos mediante el uso de una lupa
binocular Motic ST30 con 20x y 40x aumentos. El mate-
rial arqueológico se compara con colecciones de referencia
de material moderno y diversos atlas de semillas (Álvarez,
2001; Villarias, 2006; Jacomet, 2006).
ESTUDIO FAUNÍSTICO
El cribado de sedimentos no ha aportado restos iden-
tificables de microvertebrados. En cuanto a la macrofau-
na recuperada, la totalidad de los restos pertenecen a los
principales grupos domésticos, en orden de abundancia:
suidos (cerdos), ovicaprinos (ovejas y cabras), bóvidos (va-
cas) y équidos (caballos y asnos) (Tabla 1). En cuanto a los
Tabla 1: NMI de los distintos grupos de fauna identificados.
arqueología agraria y del campesinado medieval. intervenciones en la aldea de s. romano (villanueva de santu adrianu)
356
pertenecientes a 4 familias distintas: Gramineae, Queno-
podiaceae, Polygonaceae y Rubiaceae. Cuantitativamen-
te destacan los restos de semillas pertenecientes a Rumex
pulcher. Mientras que del resto de los familias se han re-
cuperado un número muy escaso de restos identificables
(Tabla 2).
Casi la totalidad de los restos estudiados se puede
considerar como plantas silvestres, aunque muchas de ellas
suelen estar asociadas a ecotopos antropizados como Que-
nopodium o Rumex lo que podría señalar un paisaje circun-
dante bastante modificado por la acción humana (campos
de cultivo y/o pastos). Dentro de las especies ruderales,
tanto los géneros Quenopodium como Galium se asocian a
suelos ricos en sustancias de abono y afectadas por escar-
dados repetidos en suelos de tipo arcilloso (Buxó, 1997).
Los restos recuperados son en su mayor parte cosmopolitas
o generalistas que aportan muy pocos datos útiles para el
conocimiento de los ecosistemas cercanos al yacimiento.
Como elementos cultivados encontramos tan solo
tres cariópsides de trigo, recuperadas en la UE-4, dos de
gía, contexto y rangos ambientales equiparables. Quizá la
zona mejor estudiada con similares características es el País
Vasco, donde se puede apreciar el predominio de una ac-
tividad ganadera diversificada, poco especializada durante
los siglos alto y plenomedievales, siendo las proporciones
de restos de bovino, ovicaprino y suido bastante similares
(Grau, 2013). Aunque esta situación concuerda con los
datos aportados por nuestro estudio, encontramos una di-
ferencia importante con respecto a los yacimientos rurales
del País Vasco donde la frecuencia relativa de ovicaprinos
siempre es significativamente superior a la de bóvidos y
suidos, siendo estos últimos siempre la cabaña con menor
representación (Grau, 2013), mientras que en nuestro caso
son los suidos los que parecen destacar.
ESTUDIO CARPOLÓGICO
Con respecto a los restos de semillas y frutos recupe-
rados, se han podido identificar un total de 42 elementos
Figura 11: Los restos óseos identificados corresponden en su mayor parte con piezas dentales: (a) molar e incisivo inferiores de Sus sp.;
(b) molares inferiores de ovicaprino; (c) molar e incisivo inferior de Bos taurus y (d) premolar inferior de Equus sp.
jesús fernández fernández, pablo lópez gómez, gabriel moshenska, carmen pérez maestro y víctor-esdras garcía blanco
357
ción de las erías o veigas, que a su vez ayude a entender
procesos históricos más complejos, como la formación de
las aldeas concentradas en época medieval.
A partir de la información obtenida, todavía parcial,
pueden extraerse una serie de conclusiones y plantearse
algunas discusiones e hipótesis de trabajo futuras.
En primer lugar, en lo relativo a los procesos de for-
mación de estas grandes unidades agrarias, nuestros datos
indican que al menos en el siglo xiv todavía presentan
rasgos de multifuncionalidad, encontrándose en la secuen-
cia arqueológica usos agrarios y no agrarios intercalados.
Este dato viene a confirmar que, a pesar de la existencia
de referencias en la documentación medieval a las erías,
sus funciones tuvieron que ser diferentes a las que se co-
nocen de época moderna. En excavaciones realizadas en
años previos ya habíamos identificado este mismo tipo de
procesos en el período altomedieval (ss. ix-xi; Fernández
Fernández, 2014a), comprobando ahora que la duración
en el tiempo de estos fenómenos fue más amplia.
Hemos observado que la UE-4 responde a una fase
de adición masiva –de muro a techo– de materia orgáni-
ca, carbón, restos de fauna, cerámica de cocina, etc. Todo
parece indicar que en ese contexto se utilizaron desechos
domésticos para abonar el suelo, lo que relacionamos con
algún proceso de intensificación agraria. La causa podría
ser diversa: cambios en las rotaciones, los períodos de bar-
becho, el régimen de uso de la tierra, la relación espacial
entre las áreas habitadas y las de trabajo, etc. Con los datos
de que disponemos no podemos por el momento cerrar
ninguna conclusión al respecto.
Otra de las aportaciones de nuestro estudio es confir-
mar que una avenida torrencial o súbita (flash-flood) pro-
dujo la destrucción de la aldea medieval, formando un
cono de deyección en torno al siglo xiv, coincidiendo con
el comienzo de la Pequeña Edad de Hielo (siglos xiv-xx).
La arqueología nos ha permitido documentar y analizar
el proceso, así como evaluar las consecuencias que tuvo a
escala local este momento de cambio climático global, que
hoy día se tiende a interpretar más como una etapa de gran
inestabilidad y variabilidad climática regional que como
un período extremadamente frío (Bradley y Jones, 1993;
Pfister, 1995). En el corto plazo la inundación destruyó la
aldea posiblemente en una fase temporal muy breve y cu-
brió con un cono de sedimentos estériles más de la mitad
de sus principales tierras arables. Las avenidas torrenciales
se caracterizan por su rapidez, la violencia de sus aguas y
sus arrastres de sedimentos gruesos, siendo las zonas de
montaña especialmente sensibles a sus consecuencias. No
olvidemos que en la actualidad son el evento natural que
más víctimas ocasiona en la Península Ibérica (Ayala-Car-
cedo y Olcina, 2002). Con todo ello puede estimarse el
importante daño que pudo provocar en la vida y economía
las cuales han podido ser caracterizadas como Triticum
dicoccum. Se trata de un trigo vestido tetraploide general-
mente denominado trigo almidonero o escanda menor y
en Asturias, pavia (o povia). Aunque se conoce su cultivo e
incluso predominancia dentro de las especies de cereales en
la Prehistoria asturiana gracias a su presencia en diversos
poblados protohistóricos de la ría de Villaviciosa (Camino
et al., 2009), existen muy pocos datos arqueológicos de
su cultivo o de su importancia durante la Edad Media en
territorio asturiano.
La baja proporción de restos de especies cultivadas
frente a grupos silvestres, en particular de cereales que sue-
len tener una mayor representatividad, puede en este caso
estar condicionado por el contexto excavado. En la mayo-
ría de las ocasiones, los muestreos arqueobotánicos suelen
realizarse en espacios de habitación y estructuras asociadas
como fondos u hogares que actúan como áreas de con-
centración de los restos pertenecientes a cultivos (Zapata,
2001-2002) mientras que en nuestro caso, al tratarse de un
contexto más abierto sin ese tipo de estructuras, ese efecto
podría estar minimizado.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
En este artículo se han presentado los resultados de
las campañas de excavación realizadas durante 2015-2016
en un espacio agrario de la aldea de Villanueva de Santu
Adrianu. Se trata de un proyecto de intervención que sigue
activo y su objetivo es establecer una secuencia de forma-
UE-4 UE-5 N.º de restos
Quenopodium album
(cenizo) x 1
Quenopodium sp. x x 2
Triticum sp.
(trigo) x 1
Triticum dicoccum
(escanda menor) x 2
Rumex pulcher
(acedera) x x 29
Galium/Asperula sp.
(amor del hortelano) x 4
Tabla 2: Restos de semillas y frutos recuperados.
arqueología agraria y del campesinado medieval. intervenciones en la aldea de s. romano (villanueva de santu adrianu)
del noroeste peninsular en la Edad Media (siglos v-xii)». Debates en
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campesina del S. Romano medieval aquel episodio. No en
vano estos espacios no recuperaron su carácter agropecua-
rio hasta al menos el siglo xvi.
El efecto en el medio plazo de este evento se registra
en la documentación medieval con un cambio de denomi-
nación de la aldea a finales del siglo xiv, cuando aparece
citada por primera vez como «Villanueva»: un asentamien-
to fundado ex novo al otro lado del río, donde se pudieron
poner en aprovechamiento nuevos espacios agrarios tras la
destrucción de la vega de S. Romano.
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