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Vol. 21 No. 3 Septiembre de 2018
LA PRÁCTICA DEL SEXTING Y LA SATISFACCIÓN
EN LA RELACIÓN DE PAREJA: UN ESTUDIO
EXPLORATORIO
Juan A. González Rivera
1
, Jaime Veray Alicea
2
, Dollmarie Adorno Rondón
3
, Luis
O. Meléndez Dones
4
, Abigail González Rodríguez
5
, Gabriela Lugo Loyola
6
e Yaiza
Rivera Del Valle
7
Universidad Carlos Albizu
San Juan Puerto Rico
RESUMEN
El propósito principal de esta investigación fue describir la práctica del
sexting en Puerto Rico y examinar si ésta tiene algún impacto en la
satisfacción en la pareja. Para esto, se utilizó una muestra de 504
adultos puertorriqueños, seleccionados por disponibilidad, tipo no
probabilístico. El diseño utilizado fue un estudio ex post facto, no
experimental, de tipo exploratorio. Los análisis mostraron que la
mayoría de las parejas en Puerto Rico practican el sexting;
destacándose que las mujeres lo practican más que los hombres, y
los jóvenes más que los adultos mayores. A su vez, descubrimos que
las parejas en noviazgo practican más el sexting que las personas
casadas o que conviven. Por último, concluimos que, ni la frecuencia
1
Psy.D., Facultad Adjunta, Programa Graduado de Consejería Psicológica y Bachillerato
Interdisciplinario en Psicología, Universidad Carlos Albizu, Recinto de San Juan. Correo
Electrónico: prof.juangonzalez@hotmail.com
2
Ph.D., Director del Programa Doctoral en Psicología con especialización en Consultoría,
Investigación y Docencia, Universidad Carlos Albizu, Recinto de San Juan. Correo Electrónico:
jveray@albizu.edu
3
Estudiante del programa de cursos preparatorios en psicología de la Universidad Carlos Albizu,
Recinto de San Juan. Correo Electrónico: albizu2300@gmail.com
4
Estudiante del programa de cursos preparatorios en psicología de la Universidad Carlos Albizu,
Recinto de San Juan. Correo Electrónico: lmelendez505@sunmail.albizu.edu
5
Estudiante del programa de cursos preparatorios en psicología de la Universidad Carlos Albizu,
Recinto de San Juan. Correo Electrónico: agonzalez667@sunmail.albizu.edu
6
Estudiante del programa de cursos preparatorios en psicología de la Universidad Carlos Albizu,
Recinto de San Juan. Correo Electrónico: glugo584@sunmail.albizu.edu
7
Estudiante del programa de cursos preparatorios en psicología de la Universidad Carlos Albizu,
Recinto de San Juan. Correo Electrónico: yriveradel811@sunmail.albizu.edu
Revista Electrónica de Psicología Iztacala
I Z T A C A L A
Universidad Nacional Autónoma de México
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ni la práctica del sexting, tienen efecto alguno sobre la satisfacción de
la pareja.
Palabras clave: sexting, sexualidad, tecnología, satisfacción en la
pareja
THE PRACTICE OF SEXTING AND COUPLE
SATISFACTION: AN EXPLORATORY STUDY
ABSTRACT
The purpose of this study is to describe the practice of sexting in
Puerto Rico, while exploring its possible impact in the couple
satisfaction. We collected the analyzed data from a sample of 504
Puerto Rican adults selected by availability and it was studied using a
non-experimental exploratory ex post facto design. The analysis
showed that most of the couples in Puerto Rico are practicing sexting.
In addition, we found that women practice sexting more than men, and
young adults practice it more than mature adults. Moreover, we
discovered that courting couples practice sexting more that married
and cohabiting couples. However, we conclude that neither frequency
nor practice of sexting have any effect on the couple satisfaction.
Keywords: sexting, sexuality, technology, couple satisfaction
En años recientes, la sociedad ha atravesado innumerables cambios. Uno de los
más significativos y desafiantes está asociado a la tecnología informática. De
acuerdo con Ramiro y Rojas (2012), los avances en esta área han tenido un
impacto directo sobre la conducta humana, tanto de forma positiva como negativa.
Estos autores indican que el desarrollo acelerado y la proliferación de equipo
sofisticado como teléfonos inteligentes, computadoras personales, tabletas, entre
otros dispositivos electrónicos, han transformado la interacción social algo
impersonal. Autores como Clarke-Pearson (2011), afirman que el mundo entero ha
cambiado de forma drástica sus estilos de comunicación. De acuerdo al Pew
Internet y American Life Project (2009), se encontró que, aproximadamente el 75%
de los participantes entre las edades de 12 y 17 años, poseía un teléfono celular, y
el 66% usan sus teléfonos celulares para enviar mensajes de textos. Ramiro y
Rojas (2012, aseveran que, la proliferación de teléfonos celulares, ha facilitado la
entrada a un nuevo mundo y acceder libremente a todo tipo de información con la
mayor accesibilidad.
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Específicamente, en términos de los cambios ocurridos relacionados a la
comunicación, se han impactado áreas como, la interacción personal, familiar y de
pareja (Wagner, 2015). Actualmente, la comunicación vía mensajes de texto es
utilizada más que la comunicación verbal, afectando el proceso de recepción e
intercambio de ideas (Dansieh, 2011). Reid y Reid (2004) señalan que los
adolescentes y jóvenes adultos han hecho parte de su medio de comunicación el
envío de imágenes, fotos, o videos, haciendo esto su método de preferencia para
comunicarse. Estos autores enfatizan que dichas comunicaciones han llegado a
ser significativas en parejas que se encuentran en una relación romántica, en
terapias matrimoniales y situaciones de infidelidad, entre otros.
La sexualidad humana no ha estado ajena a las nuevas tendencias de
comunicación accesibles a través de la tecnología informática. Rudi, Walkner y
Dworkin (2014), plantean que, a través de los aparatos electrónicos, se ha iniciado
un consumo desmedido por la búsqueda de satisfacción sexual. Como parte de
estas nuevas dinámicas humanas, ha surgido el fenómeno del sexting o sexteo;
actividad comúnmente entendida como el envío o recibo de material sexualmente
explícito a través de un dispositivo electrónico (Lee, Crofts, McGoven y Milivojevic,
2015). Parker, Blackburn, Perry y Hawks (2013), sostienen que este uso de la
tecnología ha influenciado, no sólo las interacciones sociales, sino el incremento
de distintos tipos de conductas sexuales.
Luego de una extensa revisión de literatura en Puerto Rico, encontramos que el
tema de sexting no ha sido estudiado. Como resultado, se carece de información
empírica que ayude a entender y describir la conducta del sexting en sus diversas
vertientes. De igual modo, en términos del individuo, familia, pareja, etc., se
desconoce el impacto que esta actividad puede tener sobre los puertorriqueños.
Específicamente, haciendo referencia a esta investigación, no encontramos tesis
doctorales ni artículos académicos/científicos hechos en Puerto Rico que
relacionen la práctica del sexting con la satisfacción en la pareja. A estos efectos,
el propósito de nuestra investigación será determinar si en Puerto Rico los
miembros de una pareja- sean casuales o permanentes dentro de una relación de
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matrimonio, concubinato o noviazgo- que incurren en sexting, están más
satisfechos en su relación que aquellos que no lo practican.
La Práctica del Sexting o Sexteo
El sexting es una práctica tecnológica que ha llamado la atención de los medios
por sus cuestionamientos morales y posibles efectos legales. Lee et al. (2015)
argumentan que la definición de sexting todavía está en controversia. Estos
autores sostienen que el término sexting proviene de la unificación de las
palabras, “sex” y “texting”. Según estos, la unión de ambos conceptos, sexting,
generalmente se define como la distribución de contenidos eróticos y sexuales
explícitos a través de vídeos, mensajes de voz, imágenes, textos instantáneos en
celulares o plataformas en redes sociales. Explican que el contenido del mensaje
que se envía en un texto sirve de factor determinante para identificar si esto
constituye sexting. Esta será la definición que utilizaremos en esta investigación.
Según Lee et al., (2015), a pesar de que el sexting ha sido estudiado muy poco,
este se ha asociado con aspectos negativos de la conducta humana como:
patrones de conducta agresiva en la pareja (Drouin, Jody y Tobin, 2015), violencia
durante el noviazgo entre adolescentes y jóvenes adultos (Morelli, Bianchi,
Baiocco, Pezzuti y Chirumbolo, 2016), y conductas sexuales arriesgadas entre
hispanos y afroamericanos en los Estados Unidos (Davis, Powell, Gordon y
Kershaw, 2016). En distintas jurisdicciones de los Estados Unidos de América, se
ha estudiado las implicaciones legales que acarrea dicha conducta al ser incurrida
por menores de edad (Evett, 2016). Sabbah-Mani (2015) enfatiza que, en estos
casos, la ley debe intervenir, ya que la práctica del sexting, en algunos casos
podría implicar incidentes que incurran en efectos perjudiciales.
Por otra parte, las investigaciones sobre el impacto de la tecnología en las
relaciones de parejas y las comunicaciones electrónicas que afectan la sexualidad
en parejas románticas, han sido limitadas (Parker et al. 2013). Sin embargo, Dir,
Coskunpinar, Steiner y Cyders (2013), identificaron que el género, el estado civil y
la identidad sexual son posibles factores predictores de la práctica del sexting.
Estos autores encontraron que: el 81% de los estudiantes universitarios practican
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el sexting; el 67% envía textos sexuales; el 47% envía fotos y videos con
contenido sexual y el 64% recibe imágenes sexuales. En cuanto a las variables
sociodemográficas anteriormente señaladas, se reportó que los hombres, al
compararse con las mujeres, tenían una alta frecuencia en la práctica del sexting.
A su vez, encontraron que los individuos con pareja (casados, cohabitando,
noviazgo) practican más el sexting que aquellos que no tienen pareja. En términos
de orientación sexual, encontraron que los homosexuales y bisexuales utilizan
más la práctica del sexting que los heterosexuales.
Klettke, Hallford y Mellor (2014) encontraron en una revisión de literatura, una
prevalencia mayor de sexting en adultos que en adolescentes. A su vez, la
mayoría de los individuos reciben más sexteos que los que envían. Además,
encontraron correlaciones entre el sexting con factores psicológicos, conductuales
y sociales tales como, conductas sexuales de alto riesgo, actitudes, percepciones
y motivaciones hacia el sexting, salud mental, bienestar y dimensiones de apego.
A su vez, Lee et al. (2015) reportaron una mayor práctica del sexting en las
relaciones de parejas. En relación a esto, la mayoría de la muestra informó no
percibir el sexting como una actividad delictiva, sino como una actividad
consensual. Por otro lado, las motivaciones para practicar el sexting variaron entre
los participantes. Específicamente, unos reportaron que lo hacían con el propósito
de divertirse y otros por el hecho de coquetear con su pareja.
El Sexting en las Relaciones de Pareja
Parker et al. (2013) estudiaron cómo aquellas parejas que practican el sexting
obtienen satisfacción en su relación, encontrando que el sexting era un factor
determinante para predecir dicha satisfacción. McDaniel y Drouin (2015)
encontraron que los jóvenes adultos en sus relaciones de pareja sextean más que
los matrimonios adultos. En particular, el 29% prefería sextear por medio de textos
de índole sexual en comparación con un 12% que reportó preferir el envío de
imágenes y vídeos de contenido sexual. El envío de mensajes de textos sexuales
obtuvo una correlación positiva con la satisfacción de pareja.
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Drouin, Tobin y Wygant, (2014) plantean que el sexting impacta la honestidad de
los miembros de la pareja que la practican. Estos autores hallaron que el 67% de
los participantes informó haber mentido durante el sexteo para satisfacer o hacer
sentir mejor a su pareja, a diferencia del 33% que comunicó haberlo hecho por
entretenimiento. La deshonestidad durante el sexting, se relacionó con un apego
inseguro entre las parejas. En cambio, Zemmels y Khey (2015) encontraron una
correlación significativa entre la práctica del sexting y la confianza y seguridad que
pueden experimentar los miembros de una pareja que utilizan teléfonos celulares
para llevar a cabo dicha práctica. A su vez, reportaron que los individuos prefieren
recibir sexteos en sus celulares personales más que en cualquier otro medio
electrónico.
Además, Stasko y Geller, (2015) encontraron varios efectos positivos del sexting
entre miembros de una pareja. Entre ellos, que esta práctica puede ser un posible
factor de protección que pueda aumentar la satisfacción en una pareja. Por su
parte, Pettigrew (2009), en una investigación en la cual se entrevistó a varias
parejas, reportaron que los mensajes de texto son una herramienta útil para
mantener la conexión y enriquecer la comunicación entre parejas. Además,
Dietmer (2005), y Döring y Dietmar (2003) hallaron en sus investigaciones, que los
mensajes de texto satisfacen las necesidades funcionales y emocionales de las
parejas e incrementan la intimidad y cercanía entre las mismas.
En síntesis, la literatura académica y científica relacionada al sexting no es
abundante. La que se obtiene, en su mayoría se centra en los efectos psicológicos
negativos y consecuencias legales del sexting en los adolescentes (Indiana Youth
Institute y Ostrager, citados en Parker et al. 2013). Por otro lado, debemos señalar
que existe una cantidad limitada de investigaciones sobre el sexting centradas en
los aspectos positivos que puede tener dicha práctica. Como hecho notable, la
mayoría de la literatura sobre el sexting es proveniente de los Estados Unidos. En
Puerto Rico, la literatura académica y científica es prácticamente inexistente. A
estos efectos, esta investigación aspira sentar las bases empíricas, así como
promover y estimular el conocimiento e investigación sobre la práctica del sexting
en la población puertorriqueña.
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Propósito del Estudio
El objetivo principal de esta investigación es describir de manera preliminar la
práctica del sexting en Puerto Rico y examinar si ésta tiene algún impacto en la
satisfacción en la pareja. Según nuestras expectativas, los resultados deberán
reflejar lo siguiente: (H
1
) más del 50% de la muestra practica el sexting con su
pareja; (H
2
) las personas que practican el sexting mostrarán mayor satisfacción en
la pareja que los que no lo practican; (H
3
) habrá diferencias significativas en la
satisfacción en la pareja según la frecuencia de la práctica del sexting. Por último,
realizaremos análisis de distribución de la práctica del sexting según las variables
sociodemográficas.
MÉTODO
Para lograr los objetivos de este estudio, utilizamos un diseño no experimental, de
tipo transversal exploratorio con técnicas cuantitativas. A continuación, se
presenta una descripción detallada del método implementado.
Participantes
El procedimiento para la selección de la muestra fue accidental, tipo no
probabilístico. La muestra estuvo compuesta de 504 participantes residentes de
Puerto Rico. La edad promedio de la muestra fue 34.73 (DE = 11.46). Para
participar de este estudio, se estableció que las personas debían cumplir los
siguientes criterios de inclusión: (1) ser mayor de 21 años de edad, (2) debían
tener la capacidad de leer en español, y (3) tener algún tipo de relación de pareja
de más de seis meses (noviazgo, matrimonio o convivencia). Todos los
procedimientos de este estudio fueron aprobados por el Comité Institucional de
Revisión (IRB por sus siglas en inglés) de la Universidad Carlos Albizu de San
Juan, Puerto Rico. En la Tabla 1 se presenta la descripción detallada de la
muestra.
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Variables f %
Género
Femenino
Masculino
246
258
48.8
51.2
Grupo de edad
21 a 30 años
31 a 40 años
41 a 50 años
51 a 60 años
60 a 65 años
239
126
79
49
11
47.4
25.0
15.7
9.7
2.2
Tipo de Pareja
Matrimonio
Convivencia
Noviazgo
175
139
190
34.7
27.6
37.7
Religión
Católico
Protestante
Ateo/Agnóstico
Ninguna
Otra
202
140
48
90
24
40.1
27.8
9.5
17.9
4.7
Tabla 1: Información sociodemográfica de la muestra (n= 504).
Instrumentos
Cuestionario de Datos Generales. Desarrollamos un cuestionario de datos
sociodemográficos para obtener información importante relacionada a la edad,
género, tipo de relación, religión, entre otras variables. El cuestionario incluía
preguntas que permitieron recopilar datos sobre la práctica y frecuencia con que
las personas realizan el sexting.
Escala de Satisfacción en la Pareja (ESP-10). Esta escala fue desarrollada por
González-Rivera y un grupo de estudiantes de psicología de la Universidad Carlos
Albizu (Puerto Rico) con el propósito de medir el constructo satisfacción en la
pareja, de acuerdo a un modelo unidimensional (juicio valorativo global hacia la
relación de pareja). Los creadores de la escala conciben la satisfacción en la
pareja como la autoevaluación positiva o negativa que la persona realiza sobre su
relación de pareja actual. Esta autoevaluación dependerá del cumplimiento de las
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necesidades y expectativas que la persona tenga sobre lo que es una buena
relación de pareja. La escala tiene 10 reactivos, con una escala de respuesta de
cuatro puntos, cuyos límites lo constituyen las respuestas (1) Totalmente en
desacuerdo a (4) Totalmente de acuerdo. El rango posible es de 10 a 40 puntos,
donde a mayor puntuación obtenida en la escala, mayor satisfacción en la relación
de pareja. Esta escala obtuvo un índice de consistencia interna Alfa de Cronbach
de .92.
Procedimientos Generales y Análisis de Datos
Los datos fueron recopilados de forma presencial y de forma electrónica, durante
el mes de febrero 2017. Distribuimos un anuncio pagado a través de las redes
sociales (i.e Facebook) y correos electrónicos para que las personas interesadas
pudieran participar de la investigación. Los participantes tenían autorización para
compartir el anuncio en sus redes sociales y correos electrónicos, con el fin de
ampliar la muestra mediante el efecto “bola de nieve”. Para la versión electrónica,
utilizamos la plataforma PsychData, sitio web dirigido a desarrollar instrumentos en
línea para el campo de la psicología, que permitió que el instrumento fuese
colocado en internet con todas las especificaciones del Comité de Ética en la
Investigación. Esta plataforma generó una base de datos que fue integrada con los
cuestionarios recopilados de forma presencial.
Una vez completada la recolección de datos, analizamos los mismos utilizando el
sistema para análisis estadísticos IBM SPSS Statistic 23. En primer lugar,
realizamos análisis descriptivos para conocer las características de la muestra.
Luego, hicimos una prueba de independencia Chi Cuadrado para conocer la
distribución y frecuencia de la práctica del sexting según las variables
sociodemográficas. A su vez, llevamos a cabo una prueba t para comparar las
medias de satisfacción en la pareja entre los que practican el sexting y los que no.
Por último, efectuamos un análisis de varianza (Anova) para conocer las
diferencias en satisfacción en la pareja en función de la frecuencia con que
practican el sexting.
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RESULTADOS
Análisis Descriptivos
En primer lugar, realizamos análisis descriptivos con la información recopilada en
el cuestionario de datos generales para corroborar si más del 50% de la muestra
practicaba el sexting con su pareja (H
1
). Los resultados mostraron que el 63.5% de
los encuestados practica el sexting, confirmando de esta forma nuestra primera
hipótesis. A su vez, se realizaron pruebas Chi Cuadrado (Tabla de referencias
cruzadas) para conocer la distribución de las frecuencias del sexting según las
variables sociodemográficas.
Género. Los resultados revelaron que el 71.5% (n = 176) de las mujeres y el
55.8% (n = 144) de los hombres practica el sexting, evidenciando una mayor
concurrencia de las mujeres en dicha práctica. A su vez, se encontró que el 55.0%
(n = 176) de las personas que practican el sexting son mujeres. Esta diferencia es
estadísticamente significativa, χ
2
(1, N = 504) = 13.44, p = .000.
Edad. Los resultados indicaron que el 74.1% (n = 177) de las personas entre 21-
30 años practica el sexting, así como el 62.7% (n = 79) de las personas entre 31-
40, el 57.0% (n = 45) de las personas entre 41-50, el 34.7% (n = 17) de las
personas entre 51-60 años, y el 18.2% (n = 2) de las personas mayores de 61
años lo practica. A su vez, en términos generales, se encontró que el 55.3% (n =
176) de los que practican el sexting son personas entre los 21 y 30 años, y el
24.7% (n = 79) tienen entre 31 y 40 años de edad. Por tal razón, se concluye que
mientras menos edad tienen los adultos, mayor probabilidad que practiquen el
sexting con su pareja, χ
2
(4, N = 504) = 40.27, p = .000.
Tipo de relación. Los resultados mostraron que el 77.4% (n = 147) de las personas
en relaciones de noviazgo practican el sexting con sus parejas, así como el 61.9%
(n = 86) de las personas que conviven, y el 49.7% (n = 87) de las personas
casadas lo practica. A su vez, se encontró que el 45.9% (n = 176) de los que
practican el sexting se encuentran en relaciones de noviazgo; el 27.2% (n = 87)
están casados y el 26.9% (n = 86) conviven. Esto demuestra que los noviazgos
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practican el sexting con mayor frecuencia que los casados y aquellos que
conviven, χ
2
(2, N = 504) = 30.27, p = .000.
Religión. Se analizó la práctica del sexting según la religión reportada por los
participantes. Los resultados mostraron que el 61.4% (n = 124) de los católicos
practican el sexting con sus parejas, así como el 62.9% (n=88) de los cristianos
protestantes/evangélicos, el 60.4% (n = 29) de los ateos/agnósticos, y el 70.0% (n
= 63) de los que no profesan ninguna religión lo practica. Se concluye que no
existen diferencias significativas en la práctica del sexting por religión, χ
2
(6, N =
504) = 4.77, p = .573.
Comparación de Medias- Prueba t
Realizamos un análisis de comparación de medias prueba t con el propósito de
evaluar si existen diferencias estadísticamente significativas entre las medias de
satisfacción en la pareja de las personas que practican sexting (M = 32.98, DE =
6.01) y los que no lo practican (M = 32.41, DE = 7.02). Una de nuestras hipótesis
planteaba que las personas que practican el sexting mostrarán mayor satisfacción
en la pareja que los que no lo practican (H
2
). Los resultados de la prueba t
confirmaron que, con un nivel de significación de .05, no existen diferencias
estadísticamente significativas entre los grupos, t (502) = 0.959, p = .338. Por
tanto, se procedió a aceptar la hipótesis nula. Se concluye que no hay diferencias
en la satisfacción en la pareja entre los que practican o no el sexting.
Análisis de Varianza
Otra de nuestras hipótesis planteaba que habrá diferencias significativas en la
satisfacción en la pareja según la frecuencia con que practican el sexting (H
3
). Por
esta razón, realizamos un Análisis de Varianza para evaluar si existen diferencias
en las medias de satisfacción en la pareja según la frecuencia con que practican el
sexting (véase Tabla 2). Los resultados de la prueba Anova confirmaron que no
hay diferencias estadísticamente significativas entre los grupos a un nivel de
significación de .05, F(4, 499)= .314, p= .87 en relación a dicha práctica. Por tal
razón, se procedió a aceptar la hipótesis nula y se concluye, para esta
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investigación, que la frecuencia con que se practica el sexting no es un factor
influyente en la satisfacción en la pareja.
Frecuencia Media Desviación Sta. N
Nunca 32.48 7.024 176
Ciertas ocasiones 32.68 5.854 188
Varias veces semana 33.30 5.930 89
Una vez al día 33.47 7.337 15
Varias veces al día 33.03 6.810 36
Tabla 2: Promedios de Satisfacción en la Pareja según la Frecuencia del Sexting
DISCUSIÓN
El objetivo principal de este estudio fue describir de manera preliminar la práctica
del sexting en Puerto Rico y examinar si ésta tiene algún impacto en la
satisfacción en la pareja. Según nuestras expectativas, esperábamos que más del
50% de la muestra practicara el sexting con su pareja (H
1
). A su vez, inferimos que
las personas que practican el sexting mostrarían mayores niveles de satisfacción
en la pareja que los que no lo practican (H
2
). Además, con la intención de tener
mayor comprensión de esta práctica, decidimos examinar las diferencias
significativas en la satisfacción en la pareja según la frecuencia de la práctica del
sexting (H
3
).
Respecto a la hipótesis 1, los resultados mostraron que el 63.5% de los
encuestados practica el sexting, confirmando dicha hipótesis. Esto concuerda con
lo planteado por Dir, Coskunpinar, Steiner y Cyders (2013), quiénes encontraron
que el 81% de los estudiantes universitarios practican el sexting, el 67% envía
textos sexuales, el 47% envía fotos y videos con contenido sexual y el 64.2%
recibe imágenes sexuales. Esto evidencia que, actualmente, un gran número de
personas en Puerto Rico practican el sexting como una nueva forma de
exploración y expresión sexual. Probablemente, este hallazgo se deba al aumento
en las diversas formas de búsqueda de satisfacción sexual a través de los nuevos
avances en la tecnología (Rudi, Walkner y Dworkin, 2014). De esta manera, las
parejas han retomado y redefinido un conjunto de elementos tecnológicos
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presentes en la cultural global, para darle un sentido acorde con sus necesidades
sexuales.
Específicamente, en relación al género, encontramos que las mujeres practican
más el sexting que los hombres. Esto puede deberse a dos factores principales:
primero, la literatura menciona que, en su medio de expresión, las mujeres son
más lingüísticas y verbales que los hombres (Gil-Verona et al., 2003); y segundo,
que las mujeres con antelación al preludio de las relaciones sexuales se preparan
más, tanto física, mental como emocionalmente, que el hombre (Nagoski, 2016).
De acuerdo con Nagoski (2016), existen ciertas diferencias en el proceso de
preparación previo al acto sexual, que están directamente relacionadas con el
género. Según explica la autora, los hombres responden con inmediatez ante el
acto, puesto a la escasa complejidad de su proceso de excitación, mientras que la
mujer requiere una preparación más prolongada y sostenida para su desempeño
sexual. En este sentido, el sexting podría ser una de las prácticas que las mujeres
estén utilizando como parte de este proceso de intimidad, conexión y preparación
para el acto sexual.
Con respecto a la edad, los resultados indicaron que a menor edad tienen los
adultos, mayor probabilidad que practiquen el sexting con su pareja. Esto
concuerda con los hallazgos de McDaniel y Drouin (2015), quienes encontraron
que los jóvenes adultos en sus relaciones de pareja sextean más que los
matrimonios adultos. Los adultos jóvenes usan más estas prácticas porque tienen
un mayor conocimiento y dominio de la tecnología y las nuevas tendencias
cibernéticas (Berrios y Buxarrais, 2005). A su vez, son más abiertos para expresar
su sexualidad o adentrarse en el contenido sexual cibernético sin inhibiciones más
que los adultos mayores (Giraldo, 2013).
En torno a lo primero, Berrios y Buxarrais (2005), explican que, dentro del contexto
social, los jóvenes mantienen una estrecha relación con las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC), debido a que se han convertido en una
poderosa herramienta que les facilita información, comunicación y potencia el
desarrollo de habilidades y nuevas formas de construcción del conocimiento. En
otras palabras, la juventud de hoy, practica nuevas formas de construir una cultura
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digital. Para estas autoras, a pesar que la población en general hace uso de las
TIC, los jóvenes han incorporado las mismas como parte de su vida cotidiana, y
dentro de su contexto social y educativo, como una herramienta de interacción,
información, comunicación, socialización, trabajo, diversión y conocimiento.
Respecto a su sexualidad, Giraldo (2013), indica que, ante la constante búsqueda
de información en la sexualidad, los jóvenes han desarrollado sus capacidades
humanas usando como herramientas de interacción, el uso de las redes sociales,
los chats y los teléfonos que tienen conexión a las redes, entre otros. A su vez,
esta sexualidad interactiva se asocia con factores como, obtener una excitación
constante, recompensa rápida a la satisfacción de necesidades inmediatas, como
también a la búsqueda y obtención de información de contenido sexual en el
menor tiempo posible. Dichas situaciones son las mismas que se muestran en los
Estados Unidos en adultos entre 18 y 30 años de edad, que sextean, afirmando
que esto aumenta la percepción positiva de sí mismos. Por otro lado, autores
como Agustina, (2010); y Hald y Malamuth, (2008), plantean que, en Dinamarca,
entre la población de jóvenes, la pornografía, como espacio de reconocimiento de
la sexualidad, se convierte en soporte del vínculo entre lo sexual y la necesidad de
información inmediata que proporcionan las tecnologías en red.
En función al tipo de relación, los resultados mostraron que las personas en
relaciones de noviazgo practican con mayor frecuencia el sexting con sus parejas,
que las personas casadas o que conviven. Entendemos que este hallazgo puede
explicarse por un asunto característico generacional sobre la construcción del
concepto relación de pareja vs conceptos como noviazgo, convivir y matrimonio.
Actualmente en Puerto Rico, aquellos que definen su relación como noviazgo,
establecen la misma bajo elementos de novedad o ausencia de rutina diaria, así
como el respeto a la individualidad y libertad de espacio, lo cual no podrían
disfrutar plenamente ni las personas casadas ni aquellas que conviven. En cuanto
a las diferencias por religión, no se encontraron diferencias entre los participantes
católicos, cristianos protestantes/evangélicos, ateos/agnósticos, y a los que no
profesan ninguna religión.
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Sobre la hipótesis 2, encontramos que no hay diferencias significativas en la
satisfacción en la pareja entre los que practican o no el sexting. De igual forma,
contrario a lo que planteaba la hipótesis 3, no hay diferencias significativas entre
los grupos en relación a dicha práctica. Estos hallazgos son contrarios a la
investigación de Stasko y Geller (2015), quienes platearon que uno de los efectos
positivos de la práctica del sexting es que puede aumentar la satisfacción en una
pareja. De igual forma, los hallazgos de Pettigrew (citado en Parker et al. 2013)
reportaron que el sexting es una herramienta útil para mantener la conexión y
enriquecer la comunicación entre parejas. A su vez, Dietmer, Döring y Dietmar
(citados en Parker et al., 2013), encontraron que el sexting satisfacen las
necesidades funcionales y emocionales de las parejas e incrementan la intimidad
y cercanía entre las mismas.
En síntesis, concluimos que la mayoría de las parejas en Puerto Rico practican el
sexting; destacándose que las mujeres lo practican más que los hombres, y los
jóvenes más que los adultos mayores. A su vez, descubrimos que las parejas en
noviazgo practican más el sexting que las personas casadas o que conviven.
Finalmente, ni la frecuencia ni la práctica del sexting, tienen efecto alguno sobre la
satisfacción de la pareja.
Limitaciones y Recomendaciones
Al igual que toda investigación, nuestro estudio no está exento de limitaciones.
Primero, la muestra fue por disponibilidad y no fue aleatoria. Segundo, la muestra
tiene poca representatividad de personas mayores de 60 años, lo cual imposibilita
desarrollar conclusiones respecto a la práctica del sexting en esa población. Sin
embargo, debemos señalar que una de las fortalezas de nuestro estudio es el
tamaño de la muestra (n = 504). Por último, no se investigaron otras variables
importantes como el tipo de contenido sexual enviado durante el sexteo, tales
como, videos, mensajes de voz, imágenes, fotos, entre otras. Las mismas
pudieron haber sido significativas, enriqueciendo la aportación del estudio. A pesar
de sus limitaciones, la presente investigación proporciona una comprensión
preliminar sobre la práctica del sexting en parejas puertorriqueñas.
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A raíz de nuestros hallazgos, recomendamos que se realicen estudios más
extensos que ausculten la práctica del sexting en la población puertorriqueña y, al
mismo tiempo, se correlacione con otras variables de interés académico y
científico. A su vez, recomendamos que para futuras investigaciones se considere
aumentar la muestra representativa de adultos puertorriqueños, de manera que los
resultados obtenidos puedan ser más abarcadores. Por último, se recomienda
estudiar la práctica del sexting en la población de adolescentes en Puerto Rico.
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