RESUMEN El COVID-19, además de ser un objeto médico y científico, es un objeto eminentemente social. Las reacciones de las personas al virus no solamente informan de los riesgos que éste implica, sino que son reflejo de sus sistemas de pensamiento, de las teorías que integran el sentido común y de los principios que organizan el funcionamiento social. La pandemia por COVID-19 es un revelador poderoso de las realidades individuales y sociales por lo que los contextos intergrupales juegan un rol importante en la forma en que la información se organiza y significa. En este marco, dos estudios se llevaron a cabo, uno con estudiantes universitarios y otro con docentes argentinos, con el objetivo de explorar en las estructuras representacionales del COVID-19 y de la Vacuna, así como en especificidades procesuales en términos de ideas evocadas, personajes, instituciones y sentimientos asociados. ABSTRACT COVID-19 is not only a medical and scientific object, but an eminently social one. People's reactions to the virus not only inform about the risks that it implies, but also reflect their systems of thought, the theories that make up common sense, and the principles that organize social functioning. The COVID-19 pandemic is a powerful developer of individual and social realities, so intergroup contexts play an important role in the way information is organized and signified. In this framework, two studies were carried out, one with university students and the other with Argentine teachers, with the aim of exploring the representational structures of COVID-19 and the Vaccine, as well as procedural specificities in terms of ideas evoked, characters, institutions and associated feelings. RESUMO O COVID-19 não é apenas um objeto médico e científico, mas eminentemente social. As reações das pessoas ao vírus não só informam dos riscos que ele implica, mas constituem um espelho das pessoas, dos sistemas de pensamento, teorias, em palavras comuns e princípios que organizam o funcionamento social. A pandemia COVID-19 é um revelador poderoso das realidades individuais e sociais, pelo que os contextos intergrupais desempenham um papel importante na forma como a informação é organizada e significada. Neste cenário, dois estudos foram realizados com estudantes universitarios um, e com docentes outro, com o objetivo de explorar nas estruturas representacionais do COVID-19 e da Vacina, bem como em especificidades processuais em termos de ideias evocadas, personagens, instituições e sentimentos associados. Introducción La pandemia por COVID-19 es un fenómeno novedoso y amenazante que activa un afrontamiento colectivo en el que se ven interpeladas las visiones del mundo de los individuos y los grupos. Como bien indican Páez y Pérez (2020), la Teoría de las Representaciones Sociales plantea distintas modalidades de influencia social sobre las opiniones, actitudes, creencias, imágenes y orientaciones de conductas compartidas que las personas y los grupos elaboran sobre esta enfermedad. El COVID-19, no es solamente un objeto médico y científico, sino eminentemente social. Un objeto polémico, polimórfico y conflictivo que genera tensiones en distintos niveles. Las reacciones de las personas al virus, además de informar de los riesgos que éste implica, reflejan los sistemas de pensamiento, de relaciones y creencias que integran el conocimiento de sentido común y los principios que organizan el funcionamiento social. 195 En este sentido, el COVID-19 es un revelador poderoso de las realidades individuales y sociales (Apostolidis, Santos y Kalampalikis, 2020). Por ello, los contextos intergrupales juegan un rol importante en la forma en que la información se organiza y significa, que no son siempre hegemónicas (Justo, Da Silva Busfield, Giacomozzi y Vizeu Camargo, 2020). En Argentina, la pandemia por COVID-19 ha causado al día de hoy la muerte de 113356 personas y 522 3604 contagios (Ministerio de Salud de la Nación). El gobierno estableció en Marzo de 2020 un fuerte y extendido confinamiento (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, ASPO) hasta Noviembre de 2020 a partir del cual todas las instituciones permanecieron cerradas, principalmente las educativas, incluyendo a las escuelas y las universidades. Se inició en la sociedad un debate "Vida Vs. Economía" en el que las autoridades nacionales optaron por la primera opción, creándose una fuerte división política entre quienes defendían la vida y quienes comenzaron a enfatizar la importancia de las libertades individuales y los derechos civiles. Pasado el largo confinamiento, comenzó a hacerse saliente ya no solo la problemática del COVID-19 como una amenaza para la salud humana sino, para muchos, la corrupción y el ocultamiento del problema y/o de las limitaciones de recursos para prevenir y curar la propagación de la enfermedad (Washer, 2006). Como ocurre en las fases avanzadas de los procesos de catástrofe social, el gobierno comenzó a ser foco de cuestionamientos en su rol de garantía de la seguridad de las personas personificándose a los gobernantes como villanos, en el sentido de lo que Páez y Pérez (2020) predicen respecto a la masificación de la pandemia y la probable conversión de la objetivación de la representación del corona virus en importante, asociándose a sentimientos como la ira e indignación moral. Con la llegada de la vacuna se profundizó el conflicto intergrupal con disconformidades por la lenta y mala gestión de su distribución y la aparición de lo que se denominó el "vacunatorio VIP" o el acceso temprano y diferencial a este recurso para los allegados al poder. El objeto COVID-19 se vuelve entonces un fenómeno de discutibilidad social que desnuda los enfrentamientos en las sociedades. Su carácter emblemático se debe, por tanto, no solo a sus propiedades y la falta de soluciones médicas, sino también a los procesos de focalización social y comunicación que lo construyen como objeto de la realidad social. La enfermedad adquiere entonces una dimensión social por los hechos axiológicos y relacionales que la encarnan y simbolizan a través de operaciones de objetivación y anclaje, convirtiéndose en sus sustratos socio-cognitivos en el pensamiento 196 y las comunicaciones sociales. Este fenómeno desconocido y amenazante en las comunicaciones sociales, ordinarias e institucionales, es considerado invisible y misterioso, lo que puede anclar al COVID-19 no solo en la categoría de lo incierto e incomprensible, sino también en el campo del secreto y la conspiración. Es así como aspectos como el posicionamiento político actúa como un filtro cognitivo para apropiarse de información sobre la pandemia al mismo tiempo que el contenido construido define las identidades sociales y justifica la separación "nosotros"