En Bolivia el uso de plaguicidas se cuadruplicó de 10 mil toneladas (2004) a 40 mil toneladas (2016). En estos últimos 5 años (2013 – 2017) alcanzaron 1.136 millones de dólares por la importación de 212 mil toneladas de plaguicidas.
Según la “Lista Internacional de Plaguicidas Altamente Peligros” de PAN (Red de Acción en Plaguicidas) que se basa en estudios científicos, la exposición a plaguicidas tóxicos se ha vinculado al cáncer, Alzheimer, Parkinson, trastornos hormonales, degradación del sistema nervioso, abortos, malformaciones, problemas de desarrollo y esterilidad.
Resultan daños ambientales como la escorrentía desde los cultivos hasta los ecosistemas circundantes y el agua, resistencias de plagas e inestabilidad de los ecosistemas, degradación de suelos y otras consecuencias imprevisibles.
De los 229 plaguicidas registrados en Bolivia, 164 (72%) son problemáticos por su toxicidad: Al menos 78 son alta-mente peligrosos, 105 prohibidos en otros países, y 75 no son autorizados en la Unión Europea. Es urgente revisar sus registros y prohibirlos.
Proponemos adaptar la legislación en Bolivia a las recomendaciones de PAN aplicando el principio de precaución y las recomendaciones del Código Internacional de Conducta para la Gestión de Plaguicidas de la OMS y la FAO.