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Resumen: Desde hace unos años existe un debate sobre si el procesamiento
morfológico sigue una ruta simple o una dual. La principal diferencia es que la
aproximación dual acepta que existen reglas especícas para la construcción
morfológica, mientras que la simple asegura que no hay porque todas las palabras
morfológicamente complejas se encuentran almacenadas en el lexicón mental.
Nuestro objetivo es analizar los neologismos verbales producidos por cuatro
hablantes con afasia sensorial para determinar si su construcción sigue reglas
morfológicas o no. Para tal n, los datos fueron obtenidos a partir de muestras
de habla espontánea, luego rastreamos los neologismos aplicando criterios
sintácticos y analizamos su composición a partir de las normas gramaticales del
español. De acuerdo con nuestros resultados, los hablantes sí respetan las reglas de
formación morfológica del español en la producción de neologismos. Finalmente,
la evidencia muestra que existe una ruta dual en el procesamiento morfológico de
las formas verbales en español.
Palabras clave: morfología exiva - afasia - procesamiento morfológico
Josaphat Enrique Guillén Escamilla
Universidad de las Américas Puebla
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
México
josaphat.enrique@correo.buap.mx
Recibido: Marzo 2017 Aceptado: Noviembre 2017 Publicado: Junio 2018
Una ruta dual en el procesamiento morfológico: evidencia
de los neologismos en la afasia sensorial
Artículo de Investigación
http://revistas.userena.cl/index.php/logos/index
Issn Impreso: 0716- 7520
Issn Electrónico: 0719-3262
Este trabajo se encuentra bajo la licencia Creative Commons Attribution 3.0.
A Double-Route in Morphologic Processing: Evidence from Neologisms in
Sensory Aphasia
Citación: Guillén Escamilla, J. E. (2018). Una ruta dual en el procesamiento morfológico: evidencia de
los neologismos en la afasia sensorial. Logos: Revista de Lingüística, Filosofía y Literatura, 28(1), 41-53.
Dirección Postal: 3 Oriente No. 1413, Barrio de Analco, Puebla, Pue. C.P. 72000
DOI: dx.doi.org/10.15443/RL2804
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Artículo de Investigación
1. Introducción
En los últimos años el debate sobre el procesamiento morfológico se ha centrado en una
pregunta: ¿nuestro conocimiento lingüístico se encuentra memorizado o está basado en
reglas? La evidencia psicológica sugiere que puede consistir en una combinación de ambas
(Goldman, 2007). Así pues, desde mediados de la década de los ’90 del siglo pasado, ha surgido
una gran cantidad de estudios interesados en descubrir cuál es o cuáles son los mecanismos
neuropsicológicos detrás del procesamiento morfológico (Pinker & Prince, 1991; Weyerts et al.,
1996; Ullman et al., 1997; Pinker, 1999; Joanisse & Seidenberg, 1999; Weinrich, Boser & McCall
1999; Münte et al., 1999; McClelland & Patterson, 2002; Miozzo, 2003; Ullman, 2001, 2004;
Miozzo & Gordon, 2005; Brovetto & Ullman, 2005; Kukkonen, 2006; Newman et al., 2007;
Lum, Gelgic & Conti-Ramsden, 2010; Huang & Pinker, 2010; Meteyard et al., 2013; Paterson
& Holland, 2014; Brooks & Cid, 2015). En particular, son dos los modelos más inuyentes:
(i) el modelo de procesamiento simple o conexionista, que rechaza la existencia de cualquier
tipo de regla en el procesamiento morfológico, por lo que todas las palabras morfológicamente
complejas se encuentran almacenadas en la memoria (Joanisse & Seidenberg, 1999), y (ii) el
modelo dual, que propone la existencia de dos vías en la construcción morfológica, una para
verbos regulares –composición en línea– y otra para irregulares –recuperados de la memoria
(Pinker, 1999; Ullman et al., 1997). En ambos casos se ha privilegiado el estudio de la
morfología exiva del inglés, en particular el análisis de la exión en pasado de verbos regulares
e irregulares. Cada una de estas aproximaciones postula una explicación para el procesamiento
de la morfología exiva y tratan de comprobarla con estudios de procesamiento natural, en
condiciones de patología, en adquisición de lenguaje y en aprendizaje de L2.
Ahora bien, dentro del ámbito clínico se ha reconocido la importancia de los errores morfológicos
característicos de las afasias motora y sensorial, respectivamente. En particular, porque ayudan
a determinar cómo se representan las palabras en el lexicón y nos ofrecen la oportunidad de
comprender los términos en que se da el procesamiento morfológico. No obstante, el problema
Abstract: Since several years ago, there is a debate about morphological
processing. We have two dierent perspectives, one simple and another dual. e
key dierence is that latter accepts the existence of specic rules to morphological
processing, while that simple one postulates that there is not rules because all
complex morphologically words are stored in mental lexicon. In this paper, our
goal is to analyze the neologisms created by four sensorial aphasic speakers to
determine if constructions follow specic morphological rules or not. First,
we collected data through interviews; second, we identied neologisms using
syntactic criteria and, then, we analyze its composition according to grammatical
rules of Spanish. Our results suggest that sensorial aphasic speakers do respect
the morphological rules when they create this sort of neologisms. Finally, evidence
show that exist a dual-route to morphological processing to verbs in Spanish.
Keywords: inectional morphology - aphasia - morphological processing
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al que nos enfrentamos es que, a pesar de que hay estudios morfológicos en lenguas tan diversas
como inglés, alemán, italiano, nés, japonés y chino, aún se necesita analizar más lenguas para
saber cómo es el procesamiento en sistemas morfológicos más diversos (Kemmerer, 2015).
Por tal motivo, no es de extrañar que actualmente no contemos con estudios especícos que
den cuenta del procesamiento morfológico en pacientes hispanohablantes con afasia sensorial,
a pesar de que su análisis pueda proveer evidencia empírica que permita determinar, más
precisamente, de qué manera se presenta esta operación en el cerebro humano (Weinrich, Boser
& McCall, 1999; López-Villaseñor, 2010). En resumen, esta investigación busca contribuir a
llenar este vacío.
2. Antecedentes
2.1 La exión verbal en español y los neologismos verbales
En español, tenemos tres grupos de conjugación verbal. De acuerdo con la RAE (2009), el orden
de los constituyentes de los verbos es: raíz + vocal temática (VT) + sujo y, justamente, los tipos
de conjugación se organizan en torno a la VT, quedando de la siguiente manera: 1ª conjugación
-a-, como en cant-a-r (Clase I); 2ª conjugación -e-, como en com-e-r (Clase II), y 3ª conjugación
-i-, como en viv-i-r (Clase III). La conjugación Clase I forma el paradigma más amplio y es la
opción por defecto para la construcción de verbos neológicos (RAE, 2009; Wood et al., 2010),
aun cuando los morfemas utilizados para construir estas nuevas formas sean diversos: -ar, -ear,
-icar e -izar (Lang, 1990).
Ahora bien, la morfología exiva en los verbos del español se puede manifestar de dos formas
principales: (i) siguiendo patrones generales de exión regular o (ii) atendiendo a factores
arbitrarios, particulares de exión irregular. En términos generales, la primera involucra, dada
su sistematicidad, un proceso recurrente y esperable, como la ajación de un determinado sujo
a un tema, como en el caso de los verbos en inglés conjugados en pasado: walk -ed, want -ed.
La segunda, por su parte, involucra la modicación idiosincrásica, particular y arbitraria, de
la estructura morfofonológica del tema o los sujos, como en el caso de los verbos en español,
querer: quiero-quise; contar: cuento-conté; ir: voy-fui. Así, siguiendo a Alarcos Llorach (1999), en
español los verbos se clasican en regulares cuando la raíz presenta un signicante invariable
en todas sus formas, aun con diferencias en la posición del acento. Mientras que la conjugación
irregular se presenta cuando hay diversidad fónica en las formas del signicante, es decir,
cuando la raíz sufre alteraciones vocálicas, consonánticas o vocálicas y consonánticas.
Por otra parte, la formación del copretérito también es sensible a este tipo de regularidades. De
acuerdo con la RAE (2009), existen dos morfemas exivos para este tiempo verbal: -aba- e -ía-, y
la elección de uno u otro responde a reglas morfológicas especícas. El copretérito se forma con
el sujo -aba- en los verbos de Clase I, mientras que se forma con el sujo -ía- en todos los demás
casos. Así pues, desde una perspectiva clínica, el debate gira en torno a si estas reglas tienen
una representación psicológica o, por el contrario, no existen como tales y todas las palabras
morfológicamente complejas se encuentran almacenadas en el lexicón.
2.2 La afasia sensorial
La afasia sensorial es una patología que afecta principalmente la capacidad lingüística del
hablante. Este décit puede ser provocado por: (i) accidentes cerebro-vasculares (ACV), (ii)
traumatismos cráneo-encefálicos, (iii) tumores e infecciones y (iv) degeneración progresiva del
sistema nervioso central (Marquardt & Kiran, 2011). En todos los casos, la zona del cerebro
que se ve dañada es la 22 de Brodmann, mejor conocida como área de Wernicke, localizada en
el lóbulo temporal izquierdo, justo arriba y atrás del oído, lo que genera que la capacidad para
distinguir fonemas se encuentre severamente deteriorada; además, suele haber afectaciones en
áreas circundantes. Debido a la localización del daño, esta afasia ha sido asociada con un décit
en el procesamiento de verbos irregulares (Ullman et al., 2005).
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Artículo de Investigación
La afasia sensorial se caracteriza, entre otras cosas, por un décit léxico profundo, mientras
que los aspectos gramaticales se encuentran mejor preservados. Este décit léxico puede
manifestarse a través de parafasias verbales morfémicas, es decir, “una palabra inapropiada que
sin embargo ha sido ensamblada utilizando morfemas pertenecientes al inventario del lenguaje”
(Ardilla, 1992, p. 2). En casos más severos, “cuando la palabra resultante es inaceptable desde
el punto de vista del lenguaje” (Ardila, 1992, p. 2), estas parafasias pueden guiar a la creación
de neologismos, es decir, “una forma fonológica en la cual es imposible reconocer con un nivel
razonable de probabilidad alguna palabra del vocabulario del paciente supuestamente existente
antes del desorden afásico” (Ardila, 1992, p. 3). Estos dos rasgos serán fundamentales para
nuestro trabajo, como veremos más adelante. Finalmente, de acuerdo con los estudios que
discutiremos a continuación (2.3 infra), el patrón que deberíamos encontrar en el procesamiento
morfológico exivo es la sobregeneralización de reglas en la construcción de neologismos y un
alto índice de errores en los verbos irregulares.
2.3 Estudios previos sobre el procesamiento morfológico en español
Todos los trabajos centrados en el español comparten o respaldan la idea de que los verbos
regulares son procesados en línea, siguiendo la operación raíz + sujo (composición), mientras
que los irregulares son recuperados directamente de la memoria, como piezas completas, sin
ningún tipo de operación de por medio (almacenamiento) (Eddington, 2009). Por ejemplo,
Rodríguez-Fornells et al. (2002) sostienen que los verbos que sufren cambios en la raíz, como
dormir > duermo, forman subentradas léxicas separadas de la forma marcada correspondiente
y se accede a ellas sólo de forma indirecta. En cambio, en los verbos que no sufren ninguna
variación en la raíz, como hablar > habl-, se accede directamente a partir de su forma no marcada,
esto como resultado de una descomposición morfológica. Estos resultados son respaldados por
un análisis de Potenciales Relacionados con Evento (EPR). Desde una perspectiva lingüística,
estos patrones respaldan la hipótesis de que las alternancias condicionadas arbitrariamente no
siguen reglas generales, sino que las bases marcadas acceden a sus propias representaciones
mentales individuales.
Por su parte, Clahsén et al. (2002) analizan los errores de morfología exiva que se presentan
durante la adquisición del español como L1. En su estudio, los niños presentaron una asimetría
regular-irregular, con respecto a la formación de raíces y a la sujación exiva. Esto es, los
patrones regulares, ya fueran raíces o sujos, se sobregeneralizaron a los ítems irregulares,
mientras que el patrón contrario era muy raro o inexistente. Los autores concluyen que sí existe
una disociación regular e irregular en el procesamiento morfológico de la exión verbal en la
producción de niños hispanohablantes, y que se ve reejada de manera ostensiva tanto en la
distribución de errores como en el desarrollo de sobregeneralizaciones.
Broveto y Ullman (2005) exploran la naturaleza del procesamiento morfológico verbal en
español, en especial los casos de copretérito y presente. Como punto de partida, señalan que
los factores fundamentales para el procesamiento morfológico en español son: (i) clase de
conjugación y (ii) tipo de rima. En el primer caso, llegaron a la conclusión de que tienen una
realidad psicológica funcional, es decir, los tipos de conjugaciones no son meras generalizaciones
descriptivas basadas en frecuencia, sino que son operativas en la representación mental de los
verbos en español, lo que guiaría a creer que existen dos procesos productivos operando en la
exión de verbos neológicos conjugados en copretérito: una regla general de sujación para -aba
y una regla local para la sujación -ía. De acuerdo con este estudio, existen procesos simbólicos
y asociativos que tienen un rol en la representación mental de la morfología verbal en español.
Así, hay una combinación e interacción especíca de dos sistemas distintos: uno basado en la
manipulación de categorías simbólicas abstractas y otro sistema de memoria asociativo.
Por su parte, Wood et al. (2010) examinan la distinción entre almacenamiento y composición
en la morfología verbal del español, centrándose en la exión de presente y la de copretérito en
la 1s, en hablantes de español como L1 y hablantes de español como L2. Retoman la división de
los verbos en tres clases de conjugación, donde las transformaciones regulares son la elección
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por defecto de la Clase I, mientras que en las Clases II y III predomina la exión irregular. Los
autores concluyen que sólo las formas verbales regulares en presente de los L1, al menos para
la 1s, son compuestas (raíz + sujo), en tanto que las formas irregulares de todas las clases de
verbos, así como los regulares de las Clases II y III, que no constituyen una transformación
por defecto, se encuentran almacenadas. En el copretérito, al menos para la 1s, las formas de
la Clase I (-aba) parecen ser compuestas, mientras que las formas de las Clases II y III (-ía) son
almacenadas, incluso aunque en ambos casos los verbos sufran transformaciones regulares. En
conclusión, los resultados sugieren que en L1 tanto clase verbal como regularidad afectan la
exión de las formas verbales: aquellas formas de la clase por defecto (Clase I) y que sufren una
transformación regular parecen seguir reglas morfológicas de composición, mientras que todas
las demás exiones se encuentran almacenadas.
Finalmente, el único trabajo que se centra en el procesamiento morfológico en la patología es el
de Cuetos-Vega et al. (2007), quienes encontraron que los pacientes con anomia producen una
tasa de errores más alta en las formas verbales irregulares, ya que utilizan indiscriminadamente
las reglas para llevar a cabo la conjugación. Justamente, esto es lo que produce el típico patrón
de errores donde abundan las sobregeneralizaciones. Así, concluyen, cuando sólo opera el
mecanismo de aplicación de reglas, como ocurre con estos pacientes, los errores recaen sobre
las formas irregulares ya que son sobregeneralizadas.
En resumen, todos estos estudios sostienen que en español existe un procesamiento de ruta
dual, donde los verbos irregulares se recuperan como piezas léxicas completas, mientras que los
verbos regulares siguen un proceso de construcción en línea guiado por las reglas gramaticales.
En consecuencia, en el caso de la afasia sensorial tendríamos que esperar que todos los verbos
creados a partir de parafasias verbales morfémicas correspondan a la clase por defecto, la Clase
I. Además, también debería presentarse un décit mayor en los verbos irregulares.
3. Metodología
En la mayoría de los estudios neuropsicológicos, la tarea para obtener la exión verbal consiste
en la presentación de pares de oraciones del tipo:
(a) Todos los días corro,
(b) Ayer, como siempre, ______.
Donde se espera que el informante presente la forma solicitada. Sin embargo, este tipo de tarea,
más allá de promover la aparición de la exión verbal, la condiciona, principalmente porque se le
hace ostensivo al hablante el tipo de respuesta que tiene que producir, lo que puede comprometer
la validez de los resultados (Wilson et al., 2014). En este sentido, Wollams et al. (2009) y Wilson
et al. (2014) argumentan que la tarea de exión, tal y como tradicionalmente se pide, no es
un reejo el de lo que pasa cuando los hablantes producen formas verbales conjugadas en el
habla espontánea porque los errores en la morfología exiva son raros en este tipo de tareas.
Más aún, Wilshire (2008) y ompson et al. (2012) sostienen que la producción morfológica
en la afasia sólo puede ser evaluada por medio de una tarea de producción de palabra en habla
conectada. En consecuencia, nosotros no diseñamos una tarea ex profeso para la elicitación de
los datos porque consideramos que la evaluación de la exión verbal en un contexto de habla
conectada puede reejar más fehacientemente los hechos del lenguaje, tal y como suceden en
contextos naturales. Así, nuestros datos provienen de entrevistas realizadas dentro del ámbito
clínico, donde el médico dirige la conversación a través de preguntas relativas a la condición del
paciente, su trabajo, su familia, etcétera.
En concreto, analizamos la producción lingüística de cuatro hablantes, tres hombres (AB, CD,
EF) y una mujer (GH), diagnosticados con afasia sensorial, producto de un ACV, en el caso
de los hombres, y producto de un traumatismo en el caso de la mujer. Todos ellos sin ningún
antecedente neurológico o psiquiátrico, lateralidad derecha, hablantes monolingües de español,
nivel de instrucción promedio básico, con ocupaciones diversas, pero todas centradas en
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trabajos manuales, con rangos de edad entre los 50 y 58 años. La mujer es quien muestra mejor
comprensión de lenguaje y, en términos generales, una mejor rehabilitación. Las características
demográcas se concentran en la Tabla 1. Los hablantes asistían a consultas médicas regulares
al Servicio de Audiología y Foniatría del Hospital General de la Ciudad de México; en todos los
casos, los pacientes consintieron la grabación de la consulta y que sus datos fueran utilizados
para el estudio en cuestión. Cabe resaltar que este corpus pertenece a una investigación previa
(Guillén, 2007), donde la meta era el análisis del nivel pragmático-discursivo.
Tabla 1. Características demográcas de los hablantes.
En principio, tomamos la totalidad de las entrevistas y extrajimos todos los verbos utilizados.
Posteriormente, los clasicamos según el tiempo verbal y el modo. Finalmente, nos quedamos
sólo con los verbos en indicativo, tanto regulares como irregulares. Además, también incluimos
los verbos creados a partir de parafasias verbales morfémicas. Cabe señalar que nos ceñimos
a pruebas sintácticas para clasicar estas pseudopalabras (Cuetos et al., 2007) como verbos, a
saber: que estén antecedidas por pronombres personales tónicos con función de sujeto (yo, tú,
él, etcétera), que estén antecedidas por clíticos de acusativo o dativo (me dijo, lo veo, etcétera).
En el caso de las formas en innitivo, que estén antecedidas por las preposiciones a y para
o que tengan enclíticos (comerlo, verse, etcétera). Este procedimiento se hizo para cada uno
de los pacientes y los resultados se encuentran resumidos en la Tabla 2. Una vez hecha esta
clasicación, nos centramos en el análisis de los neologismos para describir la naturaleza de su
construcción. En teoría, y de acuerdo con los estudios previos, deberían ser el reejo del uso de
reglas de composición morfológica.
Tabla 2. Neologismos producidos por los hablantes con afasia sensorial.
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4. Análisis y resultados
4.1 Distribución regular-irregular
Para el estudio de la distribución regular-irregular no consideramos los verbos neológicos. De tal
forma, en la Tabla 3 presentamos el índice de incidencia por hablante de las formas regulares y las
formas irregulares. Como podemos observar, a diferencia de lo descrito en los estudios previos,
nuestros hablantes no muestran un décit en el uso de las formas irregulares, al contrario son
las que se utilizan en mayor cantidad. Ahora bien, para minimizar, en la medida de lo posible, la
injerencia de factores de uso y frecuencia, consideramos sólo los types, regulares e irregulares,
y no todos los tokens. Aun con esto, la aparición de verbos irregulares es casi la misma, como en
el caso de AB, o mayor que la de verbos regulares, como en todos los demás hablantes. Nosotros
sugerimos que esta diferencia se debe a la naturaleza de la recolección de los datos, es decir, los
hablantes con afasia, tal y como lo sostienen Wilson et al. (2014), presentan menos errores en
el procesamiento morfológico en muestras de habla más amplias, a diferencia de lo que ocurre
cuando se les pide que exionen verbos a partir de pares de oraciones.
Tabla 3. Distribución de verbos regulares e irregulares.
4.2 Neologismos
A partir de los diferentes tipos de neologismos que produjeron nuestros hablantes, dividimos
su estudio en cinco: (i) innitivo, (ii) pretérito, (iii) copretérito, (iv) presente y (v) otros casos.
Así pues, el análisis de estas formas nos permitirá determinar si nuestros hablantes siguen las
reglas de formación morfológica por defecto o sólo yuxtaponen material fónico.
4.2.1 Innitivo
Como ya habíamos señalado, en español sincrónicamente la productividad para la creación de
nuevos verbos está restringida a los morfemas -ar, -ear, -icar e -izar (Lang 1990). En cualquiera
de los cuatro casos, la forma por defecto es la Clase I, es decir, la regla para la creación de nuevas
formas verbales exige la presencia del sujo -ar. En nuestros datos aparecen 12 neologismos en
innitivo, todos ellos siguiendo la conjugación Clase I:
(1) fragar > fragR -aVT -r
abregar > abregR -aVT -r
lejar > lejR -aVT -r
gudejar > gudejR -aVT -r
exprotar > exprotR -aVT -r
encostar > encostR -aVT -r
encrostar > encrostR -aVT -r
Como podemos notar, los hablantes, sin excepción, siguen la regla para la construcción de
nuevas formas verbales, ya que no hay ningún caso en que el innitivo se construya con los
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sujos -er (Clase II) o -ir (Clase III). Así pues, esto sugiere que existen operaciones simbólicas
especícas que subyacen al procesamiento morfológico de estas formas verbales.
4.2.2 Pretérito
Nuestros informantes construyeron 15 neologismos exionados en pretérito, 13 de los cuales
siguen la conjugación de los verbos de la Clase I. De acuerdo con las reglas de exión verbal, para
la variante del español de México, el pretérito de los verbos de la Clase I se construye con los
sujos -é (1s), -aste (2s), -ó (3s), -amos (1pl), -aron (2pl) y -aron (3pl). Esto fue consistente con las
formas creadas por nuestros hablantes, en especíco, las formas conjugadas en 1s y 1pl1:
(2) ambigu -é > ambigR -aVT -r gusatant -é > gusatantR -aVT -r
bors -é > borsR -aVT -r agorr -amos > agorrR -aVT -r
obl -é > oblR -aVT -r pres -amos > presR -aVT -r
lev -amos > levR -aVT -r supost -amos > supostR -aVT –r
Ahora bien, otro aspecto que debemos destacar de algunos neologismos conjugados en pretérito
es que revelan la formación del innitivo a partir de un proceso derivativo, pues estos verbos
regularmente se construyen con el sujo -ear, como en los casos de:
(3) toroN > tor -earV pataN > pat -earV chelaN > chel -earV
También debemos apuntar que, en el registro coloquial, estos verbos conjugados en 1s tienden
a perder el hiato nal por la aparición de una semiconsonante [j], gracias a la tendencia anti-
hiática heredada del latín (Company & Cuétara, 2008). Así, tenemos los casos en nuestros datos
de:
(4) ropaN > rop -earV > rop –ié ~ rop -eé
quistera > quister -ear > quister -ié ~ quister -eé
abada > abad -ear > abad -ié ~ abad -eé
Por supuesto, no podemos decir con certeza de qué naturaleza es el proceso derivativo, dado
que las formas base son neologismos; sin embargo, en el primer caso es claro que se trata de un
denominal, esto es, el verbo proviene del sustantivo ropa2.
4.2.3 Presente
En nuestros datos aparecieron 8 neologismos conjugados en este tiempo verbal. Nuevamente,
de acuerdo con las reglas de conjugación para la variante del español de México, el presente de
los verbos de la Clase I se construye con los sujos -o (1s), -as (2s), -a (3s), -amos (1pl), -an (2pl)
y -an (3pl). En nuestros datos sólo se presentaron conjugados en 1s, 3s y 3pl:
(5) trag -o > tragR -aVT -r
aduch -o > aduchR -aVT -r
folog -o > fologR -aVT -r
reforj -a > reforjR -aVT -r
embrog -an > embrogR -aVT -r
Así pues, las formas neológicas en pasado producidas por nuestros hablantes también
pertenecen a la Clase I.
4.2.4 Copretérito
Como ya habíamos apuntado, el copretérito en español puede construirse por medio de dos
morfemas exivos -aba- e -ía-, la elección depende de la clase de conjugación a la que pertenece
el verbo. Así, el copretérito de la Clase I se construye con el sujo -aba-, mientras que para la
Clase II y la Clase III, el sujo debe ser -ía-. Ahora bien, en nuestros datos aparecieron sólo tres
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neologismos en copretérito:
(6) [me] jost -aba > jostR -aVT -r
[yo] mentar -aba > metarR -aVT -r
[yo] aleb -aba > alebR -aVT -r
En todos los casos, el sujo fue -aba-, lo que muestra que los hablantes con afasia sensorial
están aplicando la regla por defecto, es decir, los verbos neológicos conjugados en copretérito
pertenecen a la Clase I.
4.2.5 Otros casos
En este rubro caben dos fenómenos particulares. El primero corresponde a la sobregeneralización
de la regla, es decir, a una forma irregular se le aplica el paradigma exivo regular. En nuestro
caso, este fenómeno se presentó en dos ocasiones con el verbo querer:
(7) querer > quiero (1s, conjugación irregular)
querer > quero (1s, sobregeneralización regular)
Este ejemplo es muy común en los niños cuando están adquiriendo la lengua, ya que aplican la
regla por defecto indistintamente. La presencia de este fenómeno en nuestro corpus sugiere que
los pacientes están, también, aplicando la regla de manera indiscriminada y es consistente con
los estudios de Clahsén et al. (2002) y Cuetos-Vega et al. (2007).
Por otro lado, el segundo fenómeno está relacionado con dos formas parafásicas conjugadas en
pasado que no corresponden a la conjugación de la Clase I, quesí y quisí. Ambos casos podrían
responder al paradigma exivo de la Clase II o de la Clase III:
(8) ques -í > quesR -eVT -r / quesR -iVT -r
quis -í > quisR -eVT -r / quisR -iVT -r
Con todo, sólo encontramos estos dos casos donde la regla por defecto no se aplica; sin
embargo, su construcción también incorpora reglas de formación morfológica. No obstante, la
gran mayoría de los verbos neológicos de nuestros hablantes siguen la regla de formación por
defecto, la de la Clase I. A continuación, discutiremos estos resultados.
5. Discusión
Nuestra intención al analizar los neologismos de los hablantes con afasia sensorial era
determinar si su construcción seguía reglas de composición morfológica o simplemente era el
resultado de la yuxtaposición de material fónico. La respuesta es fundamental para contribuir,
desde una perspectiva lingüística, al debate de procesamiento simple vs. procesamiento dual.
De tal forma, si los neologismos siguieran un patrón de construcción morfológica, acorde con
las reglas de la lengua, podríamos sostener que sí existen operaciones simbólicas subyacentes,
argumento que respaldaría a la propuesta del procesamiento dual.
Así pues, de acuerdo con nuestro análisis, podemos establecer que la construcción de los
neologismos sigue un patrón de composición morfológica guiada por las reglas de la lengua.
En el primer caso analizado, el de los innitivos, encontramos que todos pertenecen a la Clase
I, aquellos terminados en -ar, la clase por defecto para la creación de nuevos verbos en español
(Lang 1990). En el caso de las formas en pretérito, 13 de los 15 neologismos están conjugados
siguiendo el paradigma exivo de los verbos Clase I, especícamente -é (1s) y -amos (1pl). Más
aún, la evidencia sugiere que 3 de estos 13 casos han seguido un proceso derivativo previo, ya
que el sujo que acompaña al tema verbal es: -ié ~ -eé (1s), en ejemplos como ropié > ropear.
El tercer caso es el de las formas conjugadas en presente. Aquí también se presentaron dos
fenómenos distintos: (i) 6 ejemplos seguían el paradigma exivo de los verbos Clase I,
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particularmente -o (1s), -a (3s) y -an (3pl), mientras que (ii) los dos restantes eran el resultado
de la sobregeneralización de una regla a un verbo irregular, querer, dando como resultado la
forma quero (1s). En cualquier caso, nuestros hablantes estaban aplicando la regla por defecto.
En cuanto al copretérito, los resultados también son signicativos, las parafasias en copretérito
se forman con el sujo de la Clase I -aba-, lo que signica que también se está siguiendo la forma
por defecto.
Así pues, el hallazgo más importante es que todos los verbos neológicos pertenecen a la Clase I,
ya sea que se presenten en forma de innitivo o que sigan los paradigmas exivos de presente,
pretérito o copretérito. Además, los hablantes preservan una sensibilidad morfológica mayor
que se ve reejada en la alternancia de los sujos de 1s en pretérito: -ie ~ -eé y -é, donde el
primer caso maniesta un proceso derivativo previo. También cabe destacar la aparición de
sobregeneralizaciones, esto quiere decir que el hablante está aplicando las reglas indistintamente
a formas regulares e irregulares. A la luz de los datos, podemos sostener que nuestros hablantes
no muestran problemas con el manejo de los aspectos gramaticales, esta armación no resulta
sorprendente si consideramos que esta afasia se caracteriza por décits principalmente léxicos.
En este sentido, hemos visto que si los hablantes presentan problemas en la construcción de
verbos es por la pérdida de los temas, debido a la anomia característica de esta patología, y no
por fallas en los sujos exivos, de carácter gramatical. Estos resultados pueden ser explicados
atendiendo a las distinciones propuestas por Ardila (1992), entre parafasia verbal morfémica y
neologismos, esto es, los hablantes mantienen la habilidad para recuperar los sujos exivos, de
naturaleza gramatical, y ajarlos a pseudotemas, de naturaleza léxica y neológica.
Finalmente, en cuanto al contraste regular-irregular, podemos decir que, a diferencia de lo
propuesto por los estudios previos (Cuetos-Vega et al., 2007), no hay una disociación entre
ambas formas verbales, esto es, no hay una diferencia signicativa en cuanto a su uso. Nosotros
pensamos que esto se debe a la naturaleza de nuestros datos, es decir, evitamos diseñar pruebas
especícas que le hicieran evidente a nuestros informantes el tipo de respuesta que estábamos
buscando. Así, siguiendo a Wilson et al. (2014), parece que el procesamiento morfológico
muestra menos problemas cuando se elicitan los datos en muestras más amplias y no sólo a
partir de palabras u oraciones.
6. Conclusiones
De acuerdo con los datos arrojados en nuestro análisis, podemos adelantar las siguientes
conclusiones. En primer lugar, no existe una disociación en el uso de verbos regulares e
irregulares, es más, los verbos irregulares son usados en mayor número que los regulares. En
segundo lugar, en la construcción de neologismos, los hablantes con afasia sensorial siguen
reglas de composición morfológica; en especíco, todos los neologismos verbales pertenecen
a la conjugación Clase I, lo que demuestra que los hablantes siguen procesos morfológicos
basados en reglas y no en asociaciones probabilísticas. Aun más, la alternancia de los sujos -ié
y -é para construir los neologismos en pretérito muestra una sensibilidad morfológica mayor; en
el primer caso, existe un proceso derivativo, mientras que en el segundo no. Lo mismo sucede
con los neologismos conjugados en copretérito, todos se forman con el sujo -aba-, esto es,
pertenecen a la Clase I.
Cuarto, la evidencia sugiere que el procesamiento morfológico en español sigue dos rutas: la
primera echa mano de operaciones simbólicas e interviene en la formación de verbos regulares,
aquellos que se construyen en línea. En tanto que la segunda ruta sirve para recuperar los ítems
completos directamente de la memoria e interviene en la recuperación de los verbos irregulares.
En resumen, los neologismos se construyen siguiendo las reglas de la lengua, por lo que los
sujos exivos se mantienen, aun cuando los temas se pierden, debido a la anomia característica
de la afasia sensorial. No obstante, este es un primer acercamiento por lo que indudablemente
se requieren más estudios para corroborar o rechazar estos resultados.
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Una ruta dual en el procesamiento morfológico...
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Notas
1. Aunque en español la conjugación de la Clase I para la 1pl en pretérito y en presente
coinciden (-amos), decidimos clasicar los cuatro casos que aparecen en nuestro corpus en la
1pl en pretérito, dado el contexto discursivo en el que se encuentran. Esto no altera nuestros
resultados, ya que, en cualquier caso, el hablante está recuperando el sujo exivo correcto y lo
está ajando a un tema.
2. Esto nos quedó claro cuando observamos la videograbación, el hablante responde sobre las
actividades que realizó ese día y en lugar de decir “me vestí”, dice “me ropié”, mientras simulaba
por medio de mímica que se estaba vistiendo.