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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
“CIUDADANOS AMANTES DE UNA BUENA CAUSA”:
LA CAMPAÑA POLÍTICA DE “EL SEMANARIO DE AVISOS Y
CONOCIMIENTOS ÚTILES” DURANTE LA GUERRA CONTRA LA
TRIPLE ALIANZA. 1865-18681
CITIZENS MILITANTS OF THE RIGHT CAUSE THE WEEKLY
MAGAZINE OF ADDS AND USEFUL LEARNINGS DURING THE
TRIPLE ALLIANCE WAR (1864~1870)
Herib Caballero Campos2
Carlos Gómez Florentín3
RESUMEM: Este artículo analiza el discurso político del periódico “El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles” que era vocero del gobierno paraguayo para movilizar a los ciudadanos
paraguayos ante el confl icto en el cual el Paraguay enfrentó al Brasil, la Argentina y el Uruguay.
El período analizado comprende desde marzo de 1865 en que el Congreso General Extraordinario
ratifi có la declaración de guerra al Brasil y declaró a su vez la guerra a la Argentina y el año 1868
año en el cual se dejó de publicar dicho órgano de prensa del gobierno paraguayo.
Así mismo para verifi car el grado de éxito del discurso ofi cial se analizarán los discursos de particulares
cuyos escritos y/o discursos eran insertos en el periódico en el marco del confl icto bélico.
La investigación se enfocará en los conceptos políticos utilizados como “nación”, “ciudadano”,
“república”, “libertad” entre otros.
Palabras Clave: Guerra contra la Triple Alianza-ciudadanos- discurso político.
ABSTRACT: This article explores the political discourse of the Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles. e Semanario, roughly translated as the Government’s Weekly Magazine
dedicated to publishing adds and basic undertandings of practical matters for daily use, was
the government’s offi cial newspaper between 1853 and 1868. As such the Semanario not only
defended the government’s position but also movilized Paraguayan citizens during the Triple
Alliance War. is war pitted Paraguay against its neighbors Argentina, Brazil and Uruguay
between 1864 and 1870. e article centers on the years between March of 1865 when the
Paraguayan Congress made the Declaration of War and 1868 when the Semanario published its
last number. In addition to exploring the offi cial political discourse of the government, this article
1 Este artículo fue redactado en una primera versión como Ponencia presentada en el XXX Congreso de AHILA en
Valencia España (2017) y forma parte del proyecto 422-INV-14 Rescate Histórico de El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles fi nanciado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Paraguay y ejecutado por
la Universidad Nacional de Asunción.
2 Doctor En Historia por la Universidad Nacional de Asunción y Postdoctorando en el PPGH de la Universidad
Federal de Grande Dourados. E-mail: caballerocamposherib@gmail.com
3 Candidato al Doctorado en Historia en la Stony Brook University. Es máster en Ciencias Políticas por la
Universidad de Nueva York (NYU). Universidad Nacional de Asunción. E-mail: camoraga@gmail.com
DOI: 10.30612/rehr.v11i22.7905
Revista Eletrônica História em Refl exão
, Dourados, MS, v. 11, n. 22, jul./dez. 2017
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also studies the political discourses of citizens that wrote op-ed pieces published in the weekly
magazine. ese written pieces provide evidence to test the success of the national government
promoting its political positions regarding the war. e article centers on critical political
concepts such as nation; citizenship; republic; freedom; among others widely used at the time.
KEYWORDS: Triple Alliance War – Citizens – Political Discourse.
INTRODUCCIÓN
La Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870) en la cual Paraguay se enfrentó al
Brasil, Argentina y Uruguay fue el confl icto bélico de mayor envergadura del siglo XIX
disputado en la América del Sur.
En los últimos años se han desarrollado investigaciones sobre la prensa y su rol en el
mencionado confl icto, en ese sentido cabe señalar estudios enfocados en la ocupación pa-
raguaya de la Provincia de Corrientes y el desarrollo del confl icto (RAMÍREZ, 2004), la
construcción de la imagen del enemigo en la prensa paraguaya (CABALLERO, FERREIRA,
2007), el uso de los grabados en el proceso de identidad nacional (CAPDEVILA, 2007),
o como el lenguaje popular formaba parte del periodismo de combate (HUNER, 2007)
o el discurso patriótico de la prensa paraguaya (WHIGHAM, 2012), al igual que las
representaciones y el lenguaje político utilizado (BARATTA, 2012), o la propaganda en
la prensa paraguaya durante el confl icto en general (JOHANSSON, 2014). El estudio de
la prensa para comprender los procesos históricos en el siglo XIX cobra una relevancia
singular, pues la misma no radica en la cantidad de impresos ni en su número de lectores,
sino en que la prensa era el vehículo de proyectos, el instrumento de debate, el propulsor de
valores, uno de los principales medios de hacer política, de reproducir y construir imágenes de
la sociedad en estos años (ALONSO, 2003, 10).
En este artículo se plantea hasta qué punto los discursos, arengas e ideas vertidas por
los redactores de El Semanario lograron tener una aceptación y replica de los mismos en el
ciudadano que leía o escuchaba cuando leían el periódico cada sábado. Para esto se hace un
juego narrativo de espejos donde se narra tanto la opinión ofi cial vertida por los redactores
del periódico como los manifi estos de actores no ofi ciales reproducidos en el Semanario.
Esta presentación se enmarca en un proyecto de investigación de mayor alcance en
el cual se está trabajando sobre los discursos de modernidad que se desarrollaron en el
periódico El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles entre 1853 y 1868.
EL VOCERO DEL GOBIERNO PARAGUAYO
El origen de la prensa en Paraguay estuvo vinculado al gobierno. Desde un princi-
pio el gobierno de Carlos Antonio López (1844-1862) entendió que la disputa por el
reconocimiento de la Independencia Paraguaya por parte de la Confederación Argentina
requería de un vocero que difunda los principios y valores de la causa paraguaya, es así
como desde el 26 de abril de 1845 hasta el 18 de septiembre de 1852 fue publicado El
Paraguayo Independiente (CENTURION, 1947, 291).
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
Luego del reconocimiento de la Independencia Paraguaya por parte de la Confederación
Argentina en julio de 1852, la cruzada emprendida por El Paraguayo Independiente ha-
bía concluido, por lo que ante el nuevo contexto de relacionamiento internacional del
Paraguay se comenzó a publicar El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles.
En su primer número del 21 de mayo de 1853 El Semanario declaraba:
Poco más de un año hace, que el comercio Exterior de la República se ve libre de los embarazos
y travas que lo interrumpían, y lo hacían incierto y poco seguro. Desde entonces nuestro
mercado se ha visto abundantemente provisto de todos los artículos de importación, y consumo,
y los frutos y productos de la tierra han encontrado, y consumidores, más numerosos, cuya
concurrencia es ventajosa... (EL SEMANARIO, p. 1, 1853).
Así mismo sostenía:
su principal objeto como hemos dicho, es tener al público al corriente del estado de plaza:
pero reducido el Periódico ceñidamente, a esto, sería demasiado árido; interesaría, poco la
curiosidad pública, y nos parece que importa mucho excitarla, aunque sea a nuestra costa,
murmurarán del Periódico, y de los que lo escriben, poco importa: deseamos dar materia, y
asunto de conversación á un á los hombres más escasos de conocimientos e instrucción”, para
lo cual se proponían utilizar en sus notas periodísticas “un estilo claro, sencillo y sobre todo,
tan útil como pueda ser (EL SEMANARIO, p. 2, 1853).
Según Centurión su propósito era el de “explicar la orientación política del gobierno
de Carlos Antonio López” (CENTURIÒN, 1947, p. 291), de hecho, Pérez Acosta afi rma
rotundamente que dicho periódico fue “un órgano político” (PÉREZ, 2011, p. 477). Su
primer redactor fue Juan Andrés Gelly, un importante colaborador del gobierno de Carlos
Antonio López, quien tras su enfermedad fue reemplazado por Ildefonso Bermejo, un
docente español contratado por el gobierno, quien regresó a su país a comienzos de 1863.
Según Juan Crisóstomo Centurión, a Bermejo le sustituyó Natalicio Talavera, y otros
redactores fueron Luis Caminos, Andrés Maciel, Gaspar López, Carlos Riveros y Julián
Aquino (CENTURIÓN, 1987, 101). Por su parte Centurión afi rma que cuando inició
el confl icto Talavera fue como corresponsal de Guerra, por lo que le sustituyó al frente
del periódico Gumercindo Benítez, quien había sido escribiente del presidente Carlos A.
López (CENTURIÓN, op. cit.). Los artículos publicados en el Semanario:
raramente identifi caban al autor por su nombre, pero no es difícil entender a estos escritores
como grupo. Como ocurría con muchos de sus contrapartes brasileños y argentinos, medían el
mundo como lo hace un ingeniero, en líneas derechas, vivos colores, colosales potencialidades
en mármol y acero [...] se consideraban hombres progresistas tratando de despojar a los
paraguayos de sus orígenes primitivos (WHIGHAM, 2011, pp. 351-352).
El periódico era publicado semanalmente, y su último número según Centurión fue
publicado en 1868 con el número 753 (CENTURIÓN, 1947, p. 292). Los artículos
publicados en el periódico demostraban una “sorprendente sofi sticación de análisis” sobre
diversos temas desde doctrina política hasta la política exterior, de formas de cultivo hasta
medicina entre otras materias, logrando “una madurez periodística comparable con la de los
periódicos de Buenos Aires y Rio de Janeiro” (WHIGHAM, 2011, p. 351).
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EL DISCURSO DE EL SEMANARIO DE AVISOS Y CONOCIMIENTOS ÚTILES
Para determinar el impacto del discurso ofi cial desplegado por El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles, se han determinado algunos momentos claves del confl icto de
forma a determinar en dichas circunstancias cuáles fueron los conceptos utilizados y los
argumentos desplegados para sostener la causa paraguaya frente a sus enemigos en el mar-
co del confl icto. Como un primer aproximamiento al tema estudiado se han determinado
seis momentos, la declaración formal de Guerra a la República Argentina, marzo de 1865;
la Invasión a Corrientes, abril de 1865; la Desocupación de Corrientes y concentración
de tropas en el territorio paraguayo, octubre de 1865; la Invasión aliada al territorio
paraguayo, abril de 1866; la Victoria paraguaya en la Batalla de Curupayty, septiembre de
1866; y el despoblamiento de Asunción en febrero de 1868.
Dichos momentos representan tanto momentos positivos para el Paraguay como cir-
cunstancias en las cuáles las adversidades de la Guerra obligaron al gobierno paraguayo a
tomar medidas para organizar la defensa de su territorio y de la población, por lo que fue-
ron momentos en los cuáles las apelaciones a la ciudadanía, la libertad y la independencia
de la República fueron fundamentales en los discursos vertidos en las notas periodísticas
del periódico El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles.
Los artículos seleccionados para desarrollar el análisis de los discursos ofi ciales se en-
cuentran señalados en la tabla n.º 1.
Tabla n.º 1 Artículos analizados
Mes y Año Evento Nro. Título del Articulo
Marzo de1865 Congreso que declara la
Guerra
567
570
¡Viva la República del Paraguay!
La representación Nacional; Noti-
cias Generales
Abril de 1865 Invasión a Corrientes 573 La Proclama del Señor Presidente
Septiembre de
1865
Vuelta al territorio para-
guayo. Desocupación de
Corrientes.
593
594
Actos de patriotismo y fi lantropía
Actos de patriotismo y fi lantropía;
Correspondencia del Ejército
Mes y Año Evento Nro. Título del Articulo
Octubre de 1865 Vuelta al territorio para-
guayo. Desocupación de
Corrientes.
598
599
Un paraguayo a sus compatriotas
¡Viva la República del Paraguay
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
Mes y Año Evento Nro. Título del Articulo
Octubre de 1865 Vuelta al territorio para-
guayo. Desocupación de
Corrientes.
600
601
Noticias Generales
La desocupación de la Ciudad de
Corrientes.
Noviembre de
1865
Vuelta al territorio para-
guayo. Desocupación de
Corrientes.
604 ¡Viva la República del Paraguay!
Abril de 1866 Invasión aliada 625
626
627
Boletín del Ejército
¡Viva la República del Paraguay!
Perspectiva; Protestas. ¡Viva la
república del Paraguay!
Mayo de 1866 Invasión aliada 628
630
Documentos Importantes
Protestas
Septiembre de
1866
Victoria de Curupayty 649 La lucha de la Libertad contra el
crimen
Octubre de 1866 Victoria de Curupayty 650
651
Protestas
Grande Acontecimiento Popular
Marzo de 1867 Donación de joyas 671 Asamblea del Bello Sexo
Julio de 1867 Donación de joyas 689 Reunión del Bello Sexo
Febrero de 1868 Despoblamiento de
Asunción
724 Pueblo Heroico
Se procedió a indagar, en primer término, si los conceptos “patria”, “nación”, “ciuda-
dano”, “república”, “libertad” fueron utilizados y, en segundo lugar, de qué forma fueron
aplicados en los artículos seleccionados. De la pesquisa resultó el resumen que consta en
la tabla n.º 2.
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Tabla n.º 2 Uso de Conceptos Políticos
Mes y Año Nro. Título del Articulo
Patria
Nación
Ciudadano
República
Libertad
Marzo-1865 567 ¡Viva la República del
Paraguay!
✓ ✓ ✓ ✓
Marzo-1865 570 La representación Nacional ✓ ✓
Marzo-1865 570 Noticias Generales ✓ ✓ ✓
Setiembre de 1865 593 Actos de Patriotismo y
Filantropía
✓ ✓
Setiembre de 1865 594 Actos de Patriotismo y
Filantropía
✓ ✓
Abril de 1865 573 La Proclama del Señor
Presidente
✓
Octubre de 1865 598
599
600
601
Un paraguayo a sus
compatriotas
Correspondencia del Ejército
¡Viva la República del
Paraguay!
Noticias Generales
La desocupación de la
Ciudad de Corrientes.
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
✓
Noviembre de 1865 604 ¡Viva la República del Paraguay! ✓ ✓
Abril de 1866 625
626
Boletín del Ejército
¡Viva la República del
Paraguay!
✓
✓ ✓
✓✓
✓
Continua...
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
Mes y Año Nro. Título del Articulo
Patria
Nación
Ciudadano
República
Libertad
Abril de 1866 627
627
Perspectiva
Protestas, ¡Viva la República del
Paraguay!
✓✓✓
Mayo de 1866 628 Documentos Importantes ✓ ✓ ✓
Septiembre de 1866 649 La lucha de la virtud contra
el crimen
✓✓✓
Octubre de 1866 651 Grande Acontecimiento
Popular
✓✓✓✓✓
Marzo de 1867 671 Asamblea del Bello Sexo
Acta de Asamblea del
Bello Sexo
✓
✓
✓ ✓
✓
Julio de 1867 689 Reunión del Bello Sexo ✓ ✓
Febrero de 1868 724 Pueblo Heroico ✓
En marzo de 1865 afi rmaba El Semanario que el patriotismo era visible en los diputados que
formaron parte del Congreso “Era espectáculo digno de verse la explosión de sentimientos patrios
con que cada Señor Diputado se consagraba a la Patria en la presente lucha, declarando que tal
era también la fi rme resolución de sus comitentes” (EL SEMANARIO, p. 6, 1865), mientras que
casi un año y medio después tras la victoria de Curupayty apelaba a los grandes sacrifi cios que
exigía la Patria al afi rmar que Nuestros deberes para con la Patria, “son como todos los deberes
estrictos ó amplios según que se trate de todo lo que puede perjudicar a la cosa pública, o por el
contrario, contribuir al bien común, sacrifi cando sus intereses, y aun su derecho a la prosperidad
general, o a la salud de todos” (EL SEMANARIO, p. 1, 1866).
Cuando la guerra era inevitable, y el llamado a las armas impostergable, las comuni-
caciones espontáneas realizadas por actores comunes adquirían un formato solemne y for-
malizado cuando se dirigían a las autoridades políticas. Generalmente, las manifestaciones
iban precedidas por vivas al Paraguay, antes de dirigirse al Ministro de Guerra y Marina,
a quien solicitaban el permiso para tomar las armas en defensa de la república. Así el 23
de enero de 1865 los actores comunes se ofrecieron a tomar las armas para defender a la
República en primer lugar en carácter de “Ciudadanos Paraguayos”, si bien seguidamente
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se referían como “vecinos de esta capital”, enunciando la doble articulación de ciudadanos
y vecinos de la república. Esta doble califi cación evidenciaba el carácter elitista de los
ciudadanos movilizados espontáneamente. La razón aducida para la movilización res-
pondía a la provocación del Imperio del Brasil que los obligaba a “contribuir efi cazmente
a la defensa de los grandes intereses de la Patria”. Fundamental en la comunicación era
resaltar que la presentación para la lucha era realizada “espontáneamente”. Finalmente,
los solicitantes pedían un puesto en las “fi las de los Ejércitos de la República, resueltos a
combatir al enemigo insidioso que amenaza nuestra libertad, seguridad y porvenir” (EL
SEMANARIO, p. 1, 1866).
Tabla n.º 3 Resumen del Uso de Conceptos Políticos
Resumen de menciones
Patria
Nación
Ciudadano
República
Libertad
Número de menciones 18 8 15 7 9
La respuesta del gobierno llegó el 24 de febrero de 1865 manifestando “la satisfacción
con que el Gobierno mira[ba] el patriotismo y la decisión con que ofrecen sus servicios
personales, para tomar desde luego las armas en las fi las de los Ejércitos de la República
en sostén de la causa nacional”. Sin embargo, decía el Ministro de Guerra y Marina en
su respuesta, la propuesta había sido rechazada por el gobierno debido a que muchos de
los fi rmantes eran “ciudadanos que por su civismo se imponen la carga de los deberes
militares, sin tener en cuenta una edad menos compatible para tales servicios, cuando
la Patria no se halla en la necesidad de poner en asamblea el País”. De todas maneras, el
gobierno aceptaba la propuesta de los ciudadanos voluntarios de la patria asignándolos a
“otros destinos menos gravosos” como por ejemplo el rol de “guardias nacionales”, previa
instrucción correspondiente para que pudiesen “rendir útil servicio a la Patria, sin perjui-
cio de admitirse en las fi las de línea aquellos que, sintiéndose con una vocación especial a
las armas, así lo prefi riesen” (EL SEMANARIO, p. 1, 1866).
En las comunicaciones públicas se hacía mención a la asociación explícita entre pa-
triotismo, Providencia, Patria, nación paraguaya y la fi gura de Francisco Solano López.
Así por ejemplo se adjudicaba a la “Providencia” que López “se encontrase al frente de los
negocios públicos del Estado” ya que “sin la presencia y valioso concurso de este benemé-
rito patriota, quizás hubiese mostrado su monstruosa faz la anarquía entre nosotros, base
que pretende fundar las bastardas ambiciones del gabinete brasilero, y del argentino para
el instrumento de sus pretensiones, ocultadas bajo el oro que fascina a los ilusos, desco-
nocidos y antipatrióticos q’ viven extraviados y descontentos del progreso ascendiente de
nuestra Patria para suplantar la ruina, la decadencia y la completa desaparición de nuestra
sagrada Independencia convirtiéndonos en esclavo bajo el yugo extranjero.”
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
Igualmente, en el manifi esto los fi rmantes se encomendaban a la Providencia levan-
tando “nuestras humildes voces al Dios de los ejércitos, para que proteja los pasos del
Ex.mo Sr. Presidente y Mariscal de los ejércitos de la República”. El rol de lo providencial
era decisivo ante la prueba de fuego que experimentaba el país para que López pudiera
“sostener con fi rmeza y dignidad las armas nacionales, contra las ambiciosas e injustas
provocaciones del Imperio del Brasil y contra las tendencias innobles del Gobierno de la
Confederación argentina y últimamente contra cualesquiera que pretenda hollar el dere-
cho que se deba a una nación soberana e independiente” (EL SEMANARIO, p. 6, 1867).
Las “ofertas patrióticas” llegaban desde distintos puntos del país. Ante la encrucijada
que planteaba la guerra, la donación material se había convertido en la expresión del
patriotismo y del compromiso con la causa. Justamente, en estos casos de donaciones de
bienes para el frente bélico emergían los nombres de ciudadanos comunes que aportaban
tanto en dinero como en mercaderías para confi rmar su lealtad a la causa. En el caso de
un ofrecimiento de un grupo de “vecinos de Acaay”, la oferta patriótica incluía “hacer
de contingente en el sagrado empeño nacional en la presente lucha contra el Imperio del
Brasil y sus aliados”. También las mujeres decían sumarse entusiastas sea dedicándose a
la “costura de vestuarios para los militares” o en otras ocupaciones para “demostrar su
decidida voluntad de hacer algo en bien de la causa nacional, sobresaliendo algunas de
ellas que expresaban con instancia sus ardientes deseos de empuñar aun las armas para
combatir a la par de sus maridos, hijos y hermanos contra los enemigos de la Patria”.
Los vecinos de Itá por su parte, realizaron una contribución voluntaria para el hospital
de sangre del ejército nacional que contemplaba el aporte en efectivo de ciudadanos
entre los que se contaban un juez de paz, un jefe del pueblo, un presbítero y varios otros
habitantes del pueblo. Otros envíos llegados desde el interior para fortalecer la causa
bélica eran cigarros, mazos de tabaco negro y tabaco machado de Villa del Rosario, lana
de Atyrá, y almidón, jabón, maíz, fariña, tabaco, grasa e incluso lanzas de la Villa de
San Pedro. También debe destacarse que en la primera etapa de la guerra quienes ofre-
cían donaciones eran exclusivamente hombres. Entre éstos se marcaban la jerarquía que
los distinguía. Así por ejemplo se destacaba la condición de “Juez de paz Ciudadano”,
“Presbítero”, y en general la categoría de “Don” para los demás contribuyentes (EL
SEMANARIO, p. 3, 2 set.1865).
Desde 1865 el Hospital de Sangre resultó un motivo galvanizador para aumentar
las “ofertas patrióticas”, los “Actos de patriotismo y fi lantropía” en nombre de la defensa
de la república se volvieron cada vez más usuales en El Semanario. Así por ejemplo la
publicación destacaba la llegada desde Villa Rica, Yaguarón, San Ignacio, Villa de Oliva y
San Pedro del Paraná de “donativos a favor de los militares que se hallan en campaña en
defensa de los inalienables derechos de la Patria, y de las familias pobres de los mismos
militares de aquella comprehensión…” (EL SEMANARIO, p. 2, 9 set.1865).
Las acciones patrióticas no se limitaron a los aportes en moneda y mercaderías.
También se incluyó a lo largo del confl icto la entrega de reconocimientos de diversos tipos
al presidente de la república por su rol de líder en la gesta bélica. Así por ejemplo diversos
grupos de ciudadanos de varios puntos del país participaron en la entrega de un álbum en
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reconocimiento al presidente otorgado el 15 de abril de 1866. Si bien el evento tuvo lugar
en el Club Nacional de la ciudad de Asunción, la acción de entrega del álbum contó con
el apoyo de ciudadanos de otras poblaciones, por ejemplo, Itauguá, entre otros. Durante
la entrega, los “Ciudadanos paraguayos” destacaron al:
“Exmo. Sor. Mariscal Ciudadano Francisco Solano López Presidente de la República y General
en Gefe de sus ejércitos… por su comportamiento eminentemente nacional y americano, con
marcados rasgos de heroísmo, desde que solo a la cabeza de sus compatriotas, con recursos puramente
nacionales, y sin auxilio alguno extraño, se ha hecho no solamente el celoso y acérrimo defensor
de la Independencia y soberanía nacional, pero también el pensamiento y el brazo del principio
salvador de la autonomía de los Estados de esta parte del continente americano, de vital interés
para el Paraguay”. En el homenaje entonces se destacaba su rol nacional, por la defensa de la
independencia ante la invasión aliada, pero también se remarcaba su estatura internacional en
el sentido de que la guerra peleada por Paraguay tendría un rol “salvador de la autonomía de los
Estados” en el continente (EL SEMANARIO, pp. 6-7, 1866).
Quizá el caso más conocido de este tipo de tributos patrióticos durante la guerra fue
el episodio del aporte de las joyas de las mujeres para cubrir los costos del frente bélico.
Así por ejemplo durante el acto del 24 de febrero de 1867 Doña De Jesús Cavallero de
Castelvi manifestó que dado el confl icto con los países vecinos:
Nada más natural ni más justo en las presentes solemnes circunstancias, que ofrecer en aras
de la Patria nuestras joyas, nuestras alhajas las más valiosas, para contribuir con ellas por
nuestra parte a robustecer más y más el brazo potente de los bravos defensores de la Patria, su
independencia y libertad. (EL SEMANARIO, p. 3, 1867).
Cavallero justifi caba la donación de joyas en defensa de la Patria ya que “una vez
perdidas esas joyas preciosas, cual son, nuestra independencia y nuestra libertad, ¿de qué
nos servirán esas prendas de nuestros adornos?” (op. cit.).
También las mujeres establecieron una correlación directa entre religión y patria du-
rante la “Asamblea del Bello Sexo” que tuvo como objeto donar joyas a la causa bélica. Así
en el evento Doña Enriqueta Molina de Cabriza, comisionada del Partido de Yaguarón se
dirigió a sus pares:
Conciudadanas: si tenemos deberes tan estrictos para con la Religión, para con la Patria la
tenemos igualmente, porque la Religion y la Patria son tan inherentes que donde no hay Patria
no puede haber Religion, y donde hay Patria hay deberes que cumplir (EL SEMANARIO, p.
2, 1867).
En cuanto al concepto de Nación que solo fue utilizado en uno de los artículos tras
la invasión de Corrientes, El Semanario sostenía que “La Nación Paraguaya es rica de
antecedentes ilustres; su historia es gloriosa y la acredita un justo y noble orgullo. En la
guerra, a favor de acciones heroicas ha recogido preciosos é inmarcesibles laureles. En la
paz ha sido siempre atenta y respetuosa de los derechos e intereses de los extraños” (EL
SEMANARIO, p. 5, 1866).
Una ocasión privilegiada para revisar los conceptos seleccionados para este tra-
bajo se da con las publicaciones de actores supuestamente individuales que escribían
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
excepcionalmente para el Semanario. Así por ejemplo el autor “J.F.” escribía a sus com-
patriotas para establecer la justicia de la causa paraguaya en oposición a las razones que
movían a ciudadanos de la Triple Alianza en sus ataques contra el Paraguay. Si en momen-
tos había actores en Paraguay que ponían en duda la justicia de los sacrifi cios que hacían
los ciudadanos para sostener el esfuerzo bélico, J.F. respondía buscando eliminar posibles
dudas:
¿Qué sacrifi cio por grande que sea, podrá destituir de ánimo, de recursos y elementos, a un pueblo
grande, lleno de riquezas, laborioso y entusiasta por el suelo patrio que le vio nacer, cuando él
trata de sostener sus derechos más sagrados aspirando únicamente a ensanchar su prosperidad y
grandeza futura, y a proteger a sus hermanos oprimidos, conquistados envilecidos con las cadenas de
la esclavitud, que les deparan sus amos? (EL SEMANARIO, pp.3-4, 1865).
Parte del compromiso bélico también se desprendía de la necesidad de liberar a sus
opresores asignando un doble sentido de moralidad a la causa paraguaya ya que eran
los invasores quienes actuaban oprimidos, conquistados, envilecidos por las cadenas de
esclavitud de sus amos:
¿Cómo podemos decir que amamos nuestra sagrada Patria, nuestros hogares, nuestras instituciones, y
los preciosos derechos de nuestra libertad y soberanía nacional, si no hiciésemos los últimos sacrifi cios
para pedir una justa reparación del honor vilipendiado de nuestra nacionalidad, de la dignidad
ultrajada de nuestro esclarecido Gefe Supremo y la estabilidad, paz y fi rmeza de las instituciones
de los pueblos argentinos nuestros hermanos de origen? ¡No compatriotas!” (EL SEMANARIO, p.
3-4, 7 oct.1865).
El sentido de lo patriótico, de todas maneras, estaba signado por el compromiso con
la defensa del líder “Gefe Supremo” cuya “dignidad ultrajada” había que defender.
La nación también se defi nía por su característica pacífi ca, un claro contrapunto a la
accidentada convivencia política de los vecinos: “No hemos de desmentir el espíritu pro-
nunciado de la nación Paraguaya que quiere y ha de ser grande y opulenta, mal que les pese a
nuestros bárbaros y desnaturalizados enemigos: hemos de traer la paz, ese don precioso divino,
sin el cual sería una prolongada muerte, la vida de los hombres, como han experimentado
desgraciadamente los pueblos vecinos en más de medio siglo de devastación en guerras intesti-
nas”. En esta diferencia se remarcaba el progresismo de la causa paraguaya, la alternativa
regional al caos que afectó a los países invasores” (EL SEMANARIO, pp. 3-4, 1865).
Lo que defi nía la condición ciudadana de la causa paraguaya estaba dado por la defen-
sa de la patria que merecía el reconocimiento de la historia:
Eterno loor al Gran Ciudadano Paraguayo que ha levantado la voz para contener las depravadas
y ambiciosas miras de conquista del pérfi do imperio del Brasil, que seduciendo a su antojo a
los venales mandones del Plata, se alían para sacrifi car sus hijos, en vez de rechazar estos, las
ominosas cadenas de esclavitud que tiende sobre sus pueblos (EL SEMANARIO, pp. 3-4,
1865).
En este proceso los ciudadanos paraguayos también se adjudicaban la responsabilidad
de liberar a los hermanos invasores del Río de la Plata, quienes cayeron igualmente vícti-
mas del “pérfi do imperio del Brasil”.
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Por otra parte, el sacrifi cio ciudadano paraguayo tendría que ser juzgado por otras
naciones imparciales, sometiéndose a la valoración ética de quienes no eran parte del
confl icto:
Las naciones cultas del mundo imparcial que nos observan, serán los mejores garantes de esta
verdad: mientras tanto, intrépidos compatriotas, tenéis el ejemplo de las crueldades del enemigo
con sus prisioneros, y al mismo tiempo la bravura y entereza con que nuestros Conciudadanos
han combatido con heroicidad, hasta morir por la sagrada causa que sostenemos, eternizando
sus nombres con sus proezas en los fastos de la República: imitemos pues a estos intrépidos
militares, prefi riendo primero morir q’ caer en manos de nuestros crueles enemigos, teniendo
para ello presente nuestro lema sagrado. Vencer o Mori (EL SEMANARIO, pp. 3-4, 1865).
Quedaba a estos observadores imparciales apreciar la “bravura y entereza” de los
“Conciudadanos”, y oponerlo a las crueldades del enemigo. Cuando se utilizó el concepto
de República en dos artículos de los seleccionados se hizo alusión a que el Jefe de Estado
estaba bregando por situar a la república paraguaya en el “… lugar que le corresponde,
para empezar una nueva era de civilización, dignidad y progreso” (EL SEMANARIO, p. 5,
1865). Así mismo sostenía que el Paraguay era respetuoso de la expresión de la voluntad
de los pueblos y del principio republicano (EL SEMANARIO, p. 2, 1865).
Al hacer referencia al concepto de libertad, en octubre de 1865 afi rmaba El
Semanario, que en la presente guerra, el Paraguay “en la cruzada de salvación y de libertad
que emprendemos” (EL SEMANARIO, p. 2, 1865); porque los paraguayos que enfren-
taban a sus enemigos formaban una “… generación es nacida en brazos de la libertad, la
soberanía, e independencia de su Patria: por consiguiente, el amor a ellas corre en sus venas,
late en su corazón, y forma en su conciencia un verdadero culto” (EL SEMANARIO, p. 2,
14 abr.1866). La Libertad era defi nida como el bien precioso para un pueblo con las
siguientes expresiones:
“¡Oh Libertad preciosa no comparada al oro, ni al bien mayor de la espaciosa tierra! ¡En ti solo se
anidan oro, tesoro, paz, bien, gloria y vida! Tal es como han apreciado siempre ese don del Cielo –
La Libertad- los hombres y los Pueblos que han podido acariciarla y probar de sus dulzuras” (EL
SEMANARIO, p. 2, 1866).
Esa libertad era el principal motivo por el cual los paraguayos luchaban en la
guerra, pese a las adversidades y en el momento que miles de personas debían abandonar
sus hogares, el periódico ofi cial paraguayo les recordaba que “Dominados todos con la idea
de su libertad, embriagados, por decirlo así, con la lucha a muerte que nos han traído los
invasores, no hay ni se sienten síntomas de fl aqueza y debilidad en esas robustas masas, que
se llaman pueblo” (EL SEMANARIO, p. 4, 1868).
También los hechos del frente bélico se utilizaban como mecanismo para determinar
el comportamiento del buen ciudadano paraguayo en oposición a quienes faltaban al
compromiso patriótico. Así la rendición de Antonio de la Cruz Estigarribia en la campaña
de Uruguayana en 1865, primer “hecho vergonzoso” de la guerra para el Paraguay, sirvió
como punto de infl exión para separar a los buenos ciudadanos de los malos. El comporta-
miento a todas luces inconcebibles para el pensamiento ciudadano paraguayo signifi caba
un “trágico e ignominioso desenlace de las operaciones militares del Uruguay, y porque ellas no
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
corresponden a las esperanzas de la Patria y a los constantes esfuerzos del Supremo Gobierno”.
Inclusive quien reporta el hecho para El Semanario se siente apesadumbrado y humillado
tan solo por comunicar lo ocurrido: “Como paraguayo, celoso del honor militar y de la gloria
de mi país, no hubiera querido jamás verme en la penosa necesidad de consignarle un hecho
de tal signifi cación”. Inclusive la razón del fracaso militar radicaba en la decisión personal
de un líder militar en el terreno de combate de abdicar de su condición de patriota para
ceder al enemigo lo que por naturaleza le correspondía al soldado paraguayo:
Aquel puñado de valientes hubiera infundido la destrucción en el campo de batalla, como
había infundido el miedo desde su atrincheramiento; pero el comandante Estigarribia cobarde
o traidor, consintió entregar la bandera de la Patria y las armas de sus compañeros, y estos
marcharon con la ignominia en la frente con la segura esclavitud que les deparaban sus
enemigos, sin saberse hasta aquí que hayan protestado sobre ese ignominioso paso, como debía
esperarse, si todo ha sido obra de su Gefe (EL SEMANARIO, p. 4, 1865).
De hecho, la condición del ciudadano paraguayo estaba determinada por la aptitud
para la victoria en el campo de batalla. Si cada ciudadano paraguayo aceptaba su condi-
ción, la victoria militar estaba asegurada: “La causa nacional está asegurada por la ecuánime
expresión de cada Ciudadano, y por el poder con que contamos capaz de hacer frente y castigar
a cuantos han tenido la osadía de provocarnos.” La derrota circunstancial que signifi có
la rendición de Uruguayana, dañina como fue, no cambiaría la suerte del ciudadano
paraguayo en el campo de batalla: “Lo que siento y deploro de este hecho es su signifi cación
moral, la infamia q’ trae sobre aquellos miserables que cubriéndose de un baldón eterno nos
hacen participar de su ignominia, porque han sido nuestros compañeros de armas, porque
han entregado nuestra bandera como trofeo al enemigo, por que hará que nuestro nombre se
arrastre por el lodo”. Más todavía, en la derrota heroica emergería el verdadero ciudadano
paraguayo forjado por la sangre derramada en el campo de batalla: “Nadie hubiera sentido
que esa fuerza se hubiere hundido toda ella en el campo de batalla, porque de la sangre de
aquellos héroes hubiera surgido la gloria de la Patria, el renombre esclarecido del Ciudadano
Paraguayo al saberse de que sus compañeros han sabido morir con honor cumpliendo con su
deber”. El error de la rendición se originaba en negar esta posibilidad a los soldados de
convertirse en dignos ciudadanos paraguayos por la acción bélica:
Entonces cada madre, cada esposa, cada hermana hubieran bendecido la suerte de los suyos
y se hubiesen vanagloriado de pertenecer a unos héroes, mientras que hoy no cuentan sino
como míseros esclavos. El honor nacional se hubiera salvado y nadie podría obrar sin respeto
del Paraguay, pero el suceso es muy distinto. Nuestros hombres han consentido en infamar
su nombre, han consentido ser esclavos y marcharon como la víctima al sacrifi cio, dejando
el arma y la bandera paraguaya. He aquí lo que yo deploro y lo que la Nación entera ha de
deplorar, porque su honor y sus más fi rmes esperanzas han sido vilmente defraudadas (EL
SEMANARIO, p. 4, 7 oct.1865).
El planteo en El Semanario giraba en torno al rol que correspondía al buen patriota a
partir de la rendición en Uruguayana:
¿Qué toca ahora hacer al Ciudadano paraguayo? ¿Permanecer indiferente, o multiplicar
sus esfuerzos por el honor nacional?”. Y se respondía en su propia retórica seguidamente
estableciendo el comportamiento del buen ciudadano: “Yo no dudo el camino que ha de elegir
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en tal emergencia por qué no creo ni he pensado que fuera capaz de consentir una ignominia
semejante. Entonces se espera ver al pueblo, al recapacitarse de la trascendental noticia que le
trasmito, levantarse con la dignidad que le corresponde a vengar ese nuevo ultraje, correr lleno
de indignación a pedir cuenta a su enemigo de sus improperios y rescatar a sus hermanos de
la esclavitud, acrecentar su ardor y su fe y lavar en el campo del honor la mancha que lleva
el lustre de nuestras armas. Así lo expresará a no dudarlo el corazón y las acciones de cada
paraguayo y así espera de ellos la Patria. Creer otra cosa sería insultar los elevados sentimientos
nacionales (EL SEMANARIO, p. 4, 7 oct.1865).
Tampoco faltaron los manifi estos ciudadanos redactados en protesta expresando in-
dignación ante la conducta de Estigarribia. El 9 de octubre de 1865, algunos de ellos se
reunieron en el Club Nacional para dar a conocer un manifi esto dirigido al presidente
Francisco Solano López, el “Cincinato Paraguayo”, en el cual vilipendiaban al Comandante
Estigarribia:
Nosotros. Ex.mo Señor, como paraguayos que todos hemos jurado Vencer o Morir, rechazamos
con toda la emoción que son capaces unas almas ajitadas por el fuego sagrado de amor a
la Patria, la conducta incalifi cable del espresado hijo espúreo de la República, quien ha
coadyuvado en cuanto le dependiese al designio nefando de la postración de la Patria bajo el
yugo odioso del Estrangero, pretendio así sofocar el gérmen fecundo de la libertad que palpita
eternamente en los corazones de los verdaderos Patriotas y prefi riendo el renombre siniestro
de Coriolano el traidor Romano, a los laureles inmortales de los defensores de Numancia y
Sagunto, y al ejemplo más reciente de la ilustre defensa de Paisandú contra el mismo cobarde
invasor esclavócrata (EL SEMANARIO, p. 1, 1865).
La relación entre ciudadanos y patria se representaba como una relación intermediada
por la autoridad política. Con esto se devaluaba la noción existente de ciudadanía, ya que
más que una relación de iguales apostaba a la sumisión a la autoridad política de turno.
Así por ejemplo el ciudadano Bernardo Ortellado ofrecía pleitesía al presidente Francisco
Solano López en el tercer aniversario de su asunción en el cargo el 16 de octubre de 1865
en los siguientes términos:
Conciudadanos: con justicia le llamamos Padre de la Patria, su benefactor, Héroe de la América,
Magistrado integro y virtuoso, pues a todos esos títulos es justamente acreedor por su eminente
y previsor genio, por sus méritos personales y por los relevantes servicios que desde su tierna
juventud ha prestado fructuosisimamente a la Nación (EL SEMANARIO, p. 4, 1865).
Lo llamativo es que, si bien la referencia es horizontal en cuanto a los pares,
“Conciudadanos”, la referencia al presidente como “Padre de la Patria”, “benefactor”,
“Héroe de la América”, “Magistrado íntegro y virtuoso”, es claramente paternalista y servil
a las autoridades políticas.
La asociación entre la idea de patria y los deberes católicos estaba explícita en las
comunicaciones públicas que se emitían en medio del confl icto. Así por ejemplo el 14 de
octubre de 1865 ciudadanos de Villa Rica se manifestaron sobre sus deberes para con la
patria, que no podían desligarse de los mandatos de la religión. En un manifi esto dirigido
al Vice-presidente de la República, los suscriptos en su carácter de “dignatarios y vecinos”
se vieron movidos a “protestar de nuevo nuestra fi delidad, en los momentos de prueba, que
nuestra Patria, cual benéfi ca madre deseara impetrar de sus gratos hijos, quienes recibieron de
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
Dios y de la humanidad el deber de fi delidad, de que ninguno puede apostatar sin ser sacrílego
a los deberes católicos, ni sin ser criminal a los de la patria.” La patria, similar a la fi gura de
Dios, había sido “fi el a sus hijos…dándole leyes, derechos e hijos fi eles” quienes por lo tanto a
su vez “fueron penetrados de gratitud y reconocimiento hacia ella”. Entre Dios y Patria, existía
una noción de pueblo elegido considerando que “Dios ha mirado siempre a nuestra Patria,
como a pueblo de su predilección” a diferencia de los vecinos quienes desde su independen-
cia lidiaron con guerras civiles, desorden y caos político” (EL SEMANARIO, p. 1, 1865).
Llamativa resultaba la distinción entre vecino y ciudadano en varios textos de El
Semanario. Si bien en el caso de Estigarribia se refi rió a sus errores como ciudadano,
en ningún momento los manifestantes lo identifi caron como “vecino”. El comandante
Estigarribia, conocido por su traición, era considerado un “ciudadano degenerado que
prestando oídos sordos a la voz imperiosa del máximo deber de gratitud fi lial, no aplicó con
fi delidad, generosas manos con que debía cultivar el precioso árbol de nuestra libertad y defen-
derla de los que quieren derribar con los rudos golpes de la ambición y codicia; malogró el acer-
tado tino del Supremo Gefe y los esfuerzos y robustos brazos de nuestros conciudadanos”. Esta
traición justamente había generado la necesidad de corregir el rumbo en los verdaderos
ciudadanos, fi eles a la patria y defensores de la libertad quienes se presentaban frente a la
autoridad política “ofreciendo de nuevo el contingente de nuestras personas, bienes y fortunas
para defender nuestra Patria, nuestra libertad y nuestros derechos todos, sin abandonar jamás
los muy nobles y patrióticos sentimientos del Supremo Gefe de la República”. Finalmente, que
existan malos ciudadanos no obstaba para que el verdadero patriota cumpla su verdadera
función de defensor de la causa nacional porque “aunque haya habido entre nosotros un mal
ciudadano, no podrá jamás privarla del triunfo y de la gloria que le está deparada”.4
La noción de un pasado reciente diferente entre la vida independiente del Paraguay
y la de sus vecinos estaba instalada en los manifi estos de los ciudadanos de localidades
cercanas a Asunción. Así ciudadanos de Limpio escribían el 9 de abril de 1866 un resu-
men histórico reciente que contraponía las experiencias del Paraguay con la turbulenta
convivencia política regional:
En más de medio siglo corrido desde que nuestros mayores sacudieron el yugo de la dominación
española, disfrutó la República del Paraguay el bienestar consiguiente a la paz adoptada por
el lema de su escudo nacional, sin incluirse ni participar de la discordia y confl agración en
que constantemente han estado envueltos los demás pueblos con quienes formó el antiguo
virreinato, pero cuando más tranquilos reposábamos en el goce de nuestros derechos sociales
bajo los auspicios y desvelos de un Gobierno paternal consagrando todo a la felicidad de la
Patria, el Imperio del Brasil constante en su sistema de absorción coligado con caudillos de
otros países que vilmente se le han vendido, nos traen una guerra injusta en que usan de
los medios más ruines y degradantes con el fi n de reconstruir las rotas cadenas de nuestra
esclavitud colonial.(EL SEMANARIO, p. 4, 21 abr.1866).
4 Este tipo de manifi estos se hizo común en varios puntos del país, por ejemplo, en Villa Rica el 30 de abril de
1866. El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción, Núm. 604, 18 nov.1865 p. 1.; El Semanario de
Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción, Núm. 30, p. 4; El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción,
Núm. 650, p. 4.
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En tanto el proyecto independiente del Paraguay avanzaba desconectado de las
problemáticas regionales, los países vecinos tenían un proyecto retrógrado que buscaba
devolver al país a su pasado colonial. Parte de las estrategias para subsumir el Paraguay
en el retraso colonial consistía en seducir a buenos ciudadanos paraguayos en el camino
de la traición: “Avezados en la intriga y el soborno los de la triple alianza, sedujeron al
infame traidor Bernardo Ruiz y sus cómplices Ortellado y Cáceres para enviarlos con la inicua
misión de corromper la fi delidad del Ciudadano paraguayo y sumirnos en el caos funesto de
la anarquía y la guerra civil, tentativa propia de hombres cobardes que carecen de valor para
arrostrar los peligros de una lid honrosa”. Los ciudadanos patriotas del Partido de Limpio
decidieron manifestarse justamente para desprenderse de los malos patriotas, que en este
caso resultaron originarios del pueblo:
el partido de Limpio que se sonroja de haber sido la cuna del pérfi do Ruiz, protesta
solemnemente contra su depravada conducta, detesta su inicuo proceder, maldice con la mayor
indignación el hogar que le sirvió de domicilio en el recinto de este partido, promete y sigue la
más activa vigilancia en la persecución de ese hijo espurio y sus criminales cómplices a fi n de
que aprendidas sufran la pena de la Ley (EL SEMANARIO, p. 4, 1866).
La asociación entre los conceptos de patria, ciudadanía, la fi gura del líder y la religión
también se podía ver en los extensos homenajes populares que se hacían en el interior del
país hacia la fi gura del presidente. Así por ejemplo los “Ciudadanos y demás vecinos de este
partido de Quiindí” se refi rieron al presidente como “un hombre poseído de las infl uencias de
la más brillante y eminente virtud que llamamos patriotismo”. Seguidamente, la defi nición
de patriotismo decía los manifestantes “lleva en si un sello inextinguible, el cual, impreso
en el corazón, como el de un bautismo válidamente administrado adquiere el distinguido,
característico y honroso nombre de verdadero ciudadano”. El énfasis en la defi nición de
ciudadanía radicaba en la aceptación del poder, considerando que el buen ciudadano era
aquel que “se somete a las leyes e instituciones patrias, obedece al que las manda y rige, y no
puede omnímodamente tolerar ni mirar con indiferencia cualquiera insurrección que tenga
el funesto objeto de desmoralizar el orden social de una nación que por derechos legítimos está
gozando independientemente de una inalterable tranquilidad, paz y sosiego”. Todavía más
fundamental, cualquier insurrección era vista con desconfi anza, como un atentado a la
nación (EL SEMANARIO, p. 4-5, 1866).
La ocasión del 53.º aniversario del 12 de octubre de 18135 en el año 1866 también
se presta para hacer esta interpretación. Entonces una comisión de doce “respetables ciu-
dadanos” tuvo la misión de presentar al mariscal los objetos que la “Nación le destinaba
en testimonio de su reconocimiento y gratitud por los grandes y beneméritos servicios que le
tiene consagrados desde los primeros albores de su juventud…” El evento que tuvo lugar en
el edifi cio del Club Nacional a las dos de la tarde contó con música en vivo y decoración
acorde a los colores de la patria, “obra de amables y respetables matronas, y de elegantes,
5 Fecha de Proclamación de la República del Paraguay.
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
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afables y preciosas señoritas que se disputaban por su brillo y hermosura, a esos seres luminosos
que pueblan el fi rmamento el derecho de antachonar la bóveda celeste.” Igualmente, la crónica
destacó los arreglos que se hicieron para disponer los objetos entregados en el homenaje
que “Se encontraban sobre una gran meza, cubierta de terciopelo punzó con guarniciones de
oro, expuestos a la vista y consideraciones públicas el álbum que partía de los ciudadanos, y la
bandera y banda, del bello sexo paraguayo, uno y otros objetos destinados al fi n ya expresado”.
La convocatoria resultó en una “brillante concurrencia de ambos sexos en que la más alta
escala de la sociedad se identifi caba a la más humilde por el lazo de fraternidad patria”. Esto
implicaba que ni las diferencias de género ni las posiciones de clase resultaban contrarias
a las líneas del pensamiento patriótico (EL SEMANARIO, pp. 1-3, 1866).
El acto permite una reconstrucción de las opiniones de los ciudadanos allí presentes
durante el homenaje al presidente. Esto ocurrió debido a que “varios Ciudadanos, señoras
y señoritas tomaron la palabra” en el homenaje al presidente, “protector, al sabio y benéfi co
magistrado, y al grande obrero de la libertad, las glorias y el engrandecimiento de la Nación.”
Benigno López se refi rió al mariscal como “el infatigable obrero de la civilización y progreso
de todos los pueblos que componen la heroica nación paraguaya”. Según López, el acto regis-
tró también en las mujeres el “Noble entusiasmo [que] exita sus corazones a las ideas sublimes
de Patria y libertad, por eso envían también su homenaje de gratitud y cariño al paladín de
estos derechos, al incansable protector de su honor, tranquilidad y bienestar amenazados por
ambiciosos y gratuitos enemigos”. Igualmente, decía López, que con la llegada de la paz
quedaría a cargo de “nuevos guerreros, legisladores, historiadores, poetas y literatos” la tarea
de narrar y cantar “a las generaciones venideras las glorias y virtudes de la Patria y su digno
Gefe” (EL SEMANARIO, p. 2, 1866).
Cuando don Víctor Silvero tomó la palabra, recordó la tradición de la bandera nacio-
nal, “narró su signifi cación, el deber sagrado de todos los hijos de la República para con ella;
sus glorias y sus triunfos en los campos de batalla y de la civilización; y que, siendo el emblema
sagrado de la libertad, soberanía e independencia de la Nación, era también la enseña sagrada
de la libertad de los pueblos”. También destacaba Silvero que la nación se “fundó en la unión
que era el principio de la fuerza, y que a ella reunido el valor que nacía de la virtud asegura-
ban la victoria; que, a ella, que el Pueblo Paraguayo presentaba el más brillante y grandioso
ejemplo, se debían las glorias inmortales que orlan la frente augusta de la Patria”. Con esto
quedaba claro que la patria era igual a unión y fuerza (EL SEMANARIO, p. 3, 1866).
CONCLUSIONES
Como puede verse en la tabla 3, un análisis comparativo indica que el concepto más
utilizado fue el de Patria con 18 menciones. En segundo lugar, destaca el concepto de
ciudadanía con 15 menciones. Al fi nal, se ubican los conceptos de Libertad (9 mencio-
nes); Nación (8 menciones); y República (7 menciones). Esto demuestra que el contexto
bélico privilegió el uso del concepto de Patria por encima de conceptos como Libertad,
Nación y República. Ciudadanía, sin embargo, también registra muchas menciones, ape-
nas por debajo de Patria. Sin embargo, el tándem patria/ciudadanía venía con exigencias
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de adhesión total a la causa paraguaya. Con lo cual mucho del potencial empoderador del
concepto de Ciudadanía quedó subsumido dentro de las exigencias de total sumisión al
poder político en la defensa de la Patria.
En el ejercicio de contraponer visiones ofi ciales con visiones de actores individuales,
sean estos populares o no, se destaca una general homogeneidad no solo en las posiciones
políticas expresadas sino también en el lenguaje discursivo utilizado. Esto da pie para
suponer con cierta plausibilidad que muchos de los editores del diario compartían tanto
la formación como la visión política con los representantes de los diversos partidos que
colaboraban en la redacción de los manifi estos. También las diferencias de clase, muchos
escritos remarcaban la coincidencia política entre las diversas clases sociales, quedaban
subsumidas dentro de la urgencia de la causa militar paraguaya, si bien en todos los casos
la coalición de clase abarcaba según los manifi estos desde la clase más privilegiada hasta
los ciudadanos más humildes. En general, esta visión homogeneizadora no aceptaba las
diferencias, enfatizando que los derechos de los ciudadanos estaban reducidos al sosteni-
miento del esfuerzo bélico.
Como puede verse en los extractos elegidos, no había una claridad conceptual que
permitiese desarrollar los conceptos de forma individual y acabada. En cada caso, se mez-
claban los conceptos casi siempre en función al alegato patriótico que aliente la defensa
del territorio paraguayo ante la guerra. También transversal al uso de estos conceptos es
el rol de la religión que busca consolidar uniformidad en el pensamiento transmitido por
la publicación.
Las dinámicas de oposición resultan fundamentales para entender la búsqueda del
consenso desde la publicación. Así por ejemplo se usa el contrapunto entre héroes (casi
siempre el Mariscal Francisco Solano López) y antihéroes (varios a lo largo del confl icto)
para establecer el buen comportamiento del ciudadano patriótico y describir a los malos
ciudadanos. Igualmente, útil resulta este mecanismo para separar la experiencia paragua-
ya, como la noble, independiente y autónoma, en contraposición al caos político que
vivían los vecinos en guerra con el Paraguay..
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“Ciudadanos amantes de una buena causa”: La campaña política de “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” durante la Guerra contra la Triple Alianza. 1865-1868
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Artigo recebido em 06/11/2017
Artigo aceito em 27/01/2018