Resumen del método: "La lección en casa, los deberes en clase" ¿Para qué sirve? Principalmente para que el alumnado esté activo en el aula. Nuestro modelo educativo prima clases (teóricas o de problemas) donde el alumno o bien escucha al profesorado o sigue sus pasos de la pizarra. Esto origina que el alumnado permanezca pasivo en el aula la mayor parte del tiempo. Sin embargo, este método se basa en aprovechar la presencia simultánea de alumnado y profesorado para realizar un aprendizaje activo y cooperativo. Y todo ello sin renunciar a las lecciones magistrales. ¿Es mejor que el alumnado esté activo en clase que pasivo? Aunque haya una pequeña parte del profesorado que prefiera que su alumnado esté en silencio total para que no le interrumpan, lo cierto es que está demostrado (por autores de reconocido prestigio) que, si el alumnado participa de forma activa, entonces se consigue su participación y cooperación (Ausubel, 1969; Bloom, Engelhart, Furst, Hill, & Krathwohl, 1956; Kolb, 1984; Piaget, 1964), intervienen en el proceso de aprendizaje más acciones cognitivas (Dewey, 1916, 1929) y el alumnado reflexiona (Bonwell & Eison, 1991). En este sentido, se puede considerar el método de aula invertida como una metodología activa novedosa y que actualmente es una tendencia (Ángel Fidalgo-Blanco, Sein-Echaluce, & García-Peñalvo, 2019). ¿Cómo se hace? Básicamente "sacando" la lección fuera del aula y "llevándola" aprendida a clase. La idea es que el alumnado, de forma previa a la clase presencial, realice un aprendizaje de la lección. La lección se puede aprender en casa o en cualquier otro lugar (por ejemplo, visionando un video a través del móvil). Independientemente del lugar donde se aprenda la lección (en casa, en el parque, en el transporte público, en la cafetería de la escuela, etc.) y cómo se lleva a cabo (a través de un video, artículo, noticia, libro, etc.), la lección siempre debe llevarse aprendida a clase. ¿Cuándo surge este método?