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Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes
Copyright© 2018 RPCNA
www.revistapcna.com - ISSN 2340-8340
Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes
Vol. 5. Nº. 2 - Mayo 2018 - pp 49-54
doi: 10.21134/rpcna.2018.05.2.7
Bullying, anger and depression in Mexican adolescents: A preliminary study of the eectiveness of an intervention
Acoso escolar, ira y depresión en
adolescentes mexicanos: un estudio
preliminar de la eficacia de una intervención
Sally Vanega-Romero, Manuel Sosa-Correa, & Ricardo Castillo-Ayuso
Universidad Autónoma de Yucatán, México
Resumen
El objetivo del presente estudio fue describir los aspectos generales y las particularidades del fenómeno del acoso escolar, conocer su relación
con las variables ira y síntomas depresivos. A partir de esta información se diseñó y evaluó el efecto del programa para reducir los síntomas de
ansiedad y depresión. Participaron 1050 alumnos de secundaria entre 12 y 16 años de Yucatán, en México. Se evaluaron los niveles de ansiedad
y depresión en los participantes, rasgos de psicopatía, y la presencia de agresión en el ámbito escolar. Atendiendo a los resultados, se diseñó y
aplicó una intervención psicoterapéutica de 22 sesiones basada en la terapia cognitivo-conductual con los acosadores y víctimas de acoso (n =
28). El 43% de quienes ejercían violencia presentaban síntomas depresivos, y 51% de estos adolescentes puntuaron elevados para la ira como
rasgo. De las víctimas de acoso, el 44% obtuvo puntuaciones significativas para rasgos depresivos y el 34% presentaba niveles elevados para
ira rasgo. Los resultados sugieren que la intervención fue eficaz para reducir la victimización y mejorar el control de ira en víctimas y agresores
significativamente, al entrenar a los participantes en vías de expresión más saludables. Este programa de corte cognitivo conductual mostró
ser de utilidad para abordar la sintomatología derivada del acoso escolar, así como para encontrar diversas alternativas para la vivencia de este
fenómeno en la vida cotidiana.
Palabras clave: acoso escolar; síntomas depresivos; ira; intervención; ecacia.
Abstract
Bullying, anger and depression in Mexican adolescents: A preliminary study of the effectiveness of an intervention. This study’s aim was to expose
the general characteristics and particularities of bullying, and to know its relationship with the variables of anger and depressive symptoms. This led
to the design, implementation and evaluation of an intervention program designed to weaken these symptoms. Participants were 1,050 secondary
school students aged 12-16 years old recruited from Yucatan, Mexico. Anxiety and depression levels were assessed in the participants, as well
as psychopathic traits, and finally the presence of aggression in the school environment. Based on the results, a 15-session cognitive-behavioral
psychotherapeutic intervention was designed and carried out with those students who were either victims of bullying or bullies (n = 28). Results
showed that 43% of the aggressors had depressive traits, and 51% of these adolescents scored highly for anger as a trait. As for the bullying victims,
44% had significant scores for depressive traits and 34% had elevated levels of trait anger. The results of the intervention suggest that victimization
decreased in all participants. Anger management in victims and aggressors also improved significantly as well, through the learning of healthier ways
to express it. This cognitive-behavioral program was shown to be useful in tackling symptoms derived from bullying, as well as in finding various
alternatives for experiencing this phenomenon in everyday life.
Keywords: bullying; depressive symptoms; anger; intervention; ecacy.
Correspondencia:
Sally Vanega-Romero.
Universidad Autónoma de Yucatán.
Km. 1 carretera Mérida- Motul, Yucatán, México.
E.mail: svanega@correo.uady.mx
La victimización o maltrato psicológico entre iguales se corres-
ponde con una conducta de persecución física y / o psicológica que rea-
liza el alumno contra otros, a los que elige como víctimas de repetidos
ataques (Olweus, 2003). Esas acciones no son triviales ni casuales, sino
negativas e intencionadas. Las acciones negativas pueden llevarse a cabo
por medio del contacto físico, pero también de forma verbal, social o de
otras maneras, como hacer gestos insultantes, muecas, exclusiones del
grupo de iguales, etc. La intimidación es ejercida sobre víctimas con
ciertas características que las hacen ser percibidas como indefensas,
impotentes y por ende vulnerables (Hernández & Saravia, 2016).
En México, más de ¼ de los estudiantes ha estado involucrado
como víctima de acoso escolar y el 18.4%, lo ha hecho como agresor,
50 Intervención para el acoso escolar
de acuerdo con un estudio de la Subsecretaría de Educación Media
Superior y el Instituto Nacional de Salud Pública Mexicano en el que
participaron más de 9000 jóvenes (Santoyo & Frías, 2014). De acuerdo
con el estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OECD, 2017), México ocupa uno de los pri-
meros lugares de casos de bullying en contextos de educación básica
en Latinoamérica. Los estudiantes consultados que reportaron haber
estado expuestos al acoso escolar más de una vez por mes en el último
año superan el “índice de exposición a acoso” establecido por dicha
organización (OECD, 2017).
Las consecuencias vinculadas al fenómeno del acoso escolar son
diversas e impactan de múltiples formas en los individuos involu-
crados. Se han evidenciado consecuencias en el ajuste y adaptación
socioemocional tanto de las víctimas como de los agresores. Las vícti-
mas suelen presentar síntomas de ansiedad, baja autoestima, tenden-
cias a consumir drogas, trastornos psicosomáticos, bajo rendimiento
académico, dicultades en las relaciones sociales, ideación suicida o
incluso suicidio, entre otras (Kochel, Ladd, & Rudolph, 2012; Perkins,
& Graham-Bermann, 2012; Undheim & Sund, 2012). Las víctimas de
acoso presentan mayor tendencia a presentar rasgos depresivos, lle-
gando a ngir enfermedades o incluso provocarlas en su estado de
estrés (Carrascosa, Buelga, Cava, & Ortega, 2016).
El agresor suele gozar de mayor popularidad entre sus compañe-
ros. Cuando intimida a sus iguales, surge el abuso de poder a través de
la agresión y esto retroalimenta los deseos de seguir hostigando. Los
intimidadores también pueden carecer de habilidades sociales y cog-
nitivas (Arango, 2014). Algunos autores coinciden en que los acosa-
dores y sus víctimas comparten algunos problemas comunes. Ambos
presentan tendencias a la depresión, ansiedad y síntomas psicosomá-
ticos y la salud mental se ve afectada (Polo, León, Gómez, Palacios,
& Fajardo, 2013). Los efectos del acoso pueden ser duraderos y hacer
que los adolescentes no acudan a la escuela, bajen su rendimiento
académico, enfrenten dicultades en el hogar como consecuencia del
bajo rendimiento y de la negatividad de acudir a clases. Para ambos
protagonistas, víctimas y agresores, el establecimiento de relaciones
interpersonales y desarrollo social adecuado se ve afectado, ya que
se debilita como en el caso de las víctimas o se forja en una base que
no es emocionalmente estable, como en el caso de los intimidadores.
Debido a la falta de información acerca de la vivencia del bull-
ying en población yucateca, se realizó un estudio descriptivo del fenó-
meno, determinando la prevalencia del acoso escolar en una muestra
representativa de estudiantes de secundaria de la ciudad de Mérida,
Yucatán, en México. Se exploró la relación entre las variables enojo,
síntomas depresivos y acoso escolar, tanto en las víctimas como en los
que ejecutan el acoso. Otro objetivo fue identicar las características
y necesidades de los niños que han presentado niveles elevados en
las escalas de acoso escolar, ira y sintomatología depresiva. Un ter-
cer objetivo consistió en evaluar la ecacia de una intervención pre-
liminar diseñada a partir de las necesidades especícas de la muestra
estudiada. En base a esto, se espera que la intervención psicológica de
corte cognitivo-conductual reduzca las puntuaciones en las variables
de enojo, sintomatología depresiva y presencia de acoso escolar.
Método
Participantes
Los participantes para evaluar el acoso escolar fueron 1050 (558
mujeres y 492 hombres) con edades entre 12 y 16 años. La edad media
fue de 13.96 años (DT = .89). Por grado escolar, el 25% corresponde
al primer grado; el 41% corresponde al segundo año, y el 34% corres-
ponde al tercer grado. En la Figura 1 se muestra el ujo de los partici-
pantes en este estudio.
Instrumentos
Para evaluar el acoso escolar, se utilizó la Escala de violencia
entre pares (Cajigas et al., 2006), compuesta por 43 reactivos que
miden la presencia de agresión entre pares en el contexto escolar,
mediante cinco subescalas: 1) Inuencias externas: investiga cómo
inuyen los comportamientos de los pares y las de los adultos con
los cuales conviven más en las conductas de agresión de los jóvenes.
Incluye dos factores: a) conductas transgresoras y b) actitud de adul-
tos sobre la violencia. 2) Actitud hacia la violencia: evalúa la actitud
con respecto a sus conductas agresivas, al acto físico de pelear y a
alternativas para resolver conictos. Incluye dos factores: a) actitud
facilitadora y b) actitud falta de manejo. 3) Conductas prosociales:
evalúa las conductas de solidaridad con los compañeros. Posee un
único factor. 4) Conductas agresivas: evalúa la frecuencia con que los
encuestados incurren en comportamientos de agresión entre pares.
Posee tres factores: a) pelea, b) intimidación y c) burla. 5) Victimiza-
ción: indaga cuál es el porcentaje de víctimas de acoso dentro de los
encuestados. Posee un único factor. Para esta escala se ha reportado
un alfa de Cronbach de .96.
Para la medición del enojo se utilizó la escala Staxi-NA, Inventa-
rio de Expresión de la Ira Rasgo-Estado en niños y adolescentes (Del
Barrio, Spielberger, & Aluja, 2005). Permite obtener una evaluación
de los componentes de la ira (Experiencia, Expresión y Control) y sus
facetas como estado y rasgo. Se ha reportado un alfa de Cronbach
entre .69 y .89.
El Inventario de Depresión en Niños (CDI, por sus siglas en inglés
de Children Depression Inventory) (Del Barrio, Moreno-Rosset, &
López-Martínez, 1999). La escala consta de 27 reactivos, cada uno
de ellos presentado en tres frases que miden la intensidad o frecuen-
cia de indicadores de depresión durante las últimas dos semanas. El
punto de corte más utilizado para investigación ha sido 19 a partir de
la suma total. La consistencia interna reportada es de .89.
Los datos cualitativos se obtuvieron a partir de una entrevista
semi estructurada basada en una guía de asuntos. Para su desarro-
llo es útil contar con una guía de conversación en la cual los tópi-
cos son determinados de manera general (Hernández, Fernández,
& Baptista, 2010). Adicionalmente se aplicó la Entrevista Diagnós-
tica K-SADS-PL por sus siglas en inglés) (Ulloa et al., 2006). Es un
instrumento adecuado para evaluar la psicopatología de niños y de
adolescentes. Se empleó la versión traducida y adaptada a la pobla-
ción mexicana. Alcanzando coecientes kappa de buenos a excelentes
para trastorno depresivo mayor k = .76. Se utilizó el fragmento de la
entrevista introductoria para un diagnóstico de sondeo o cribado, y el
suplemento de trastornos afectivos.
Procedimiento
El diseño general de la investigación fue de tipo mixto, explica-
tivo secuencial (DEXPLIS) CUAN-CUAL. Dicho diseño se carac-
teriza por una primera etapa en la que se recaban y analizan datos
cuantitativos sobre las variables estudiadas (indicadores de acoso
escolar, ira y sintomatología depresiva) (Hernández et al., 2010).
Esto permitió tener una visión general del fenómeno, y estadísticas
representativas de la población en cuestión. La selección de los par-
ticipantes se llevó a cabo en tres etapas.
51 Sally Vanega-Romero, Manuel Sosa-Correa, & Ricardo Castillo-Ayuso
En la primera etapa se seleccionaron de forma aleatoria a 16
escuelas públicas y privadas de la ciudad de Mérida, en México. Con
la nalidad de encontrar una muestra probabilística que fuera repre-
sentativa del universo, se calculó el tamaño de la muestra con el pro-
grama STATS, con un error del 5% y un nivel de conanza de 95%.
Se trabajó con 1050 alumnos de secundaria entre 12 y 16 años. Las
autoridades escolares facilitaron el proceso de selección aleatoria de
sujetos. Los padres o tutores autorizaron la participación, y rmaron
el compromiso de condencialidad.
La elección de participantes se llevó a cabo mediante un muestreo
estraticado por conglomerados polietápico. Las unidades de mues-
treo fueron los centros educativos que imparten educación secun-
daria, los estratos se establecieron en función de variables relevantes
para el estudio: zona geográca, género del alumno y nivel educativo.
Los criterios de inclusión fueron presentar puntuaciones por encima
del corte en alguna de las subescalas de la Escala de Agresión entre Pares
(Cajigas et al., 2006). Dichos puntos de corte son: 25 puntos en la subes-
cala Conducta transgresora de amigos; 15 para Actitud de adultos sobre la
violencia; 10 para Actitud facilitadora; 7 en Actitud de falta de manejo; 19
Actitudes prosociales; 13 para Pelea; 8 Intimidación; 8 Burla; 8 Victimi za -
ción. De los participantes que cumplieron con los criterios de inclusión (n
= 693), 122 aceptaron participar en la siguiente etapa en la que se aplicó
el Inventario de Expresión de la Ira Rasgo-Estado en niños y adolescentes
(Staxi-NA) (Del Barrio et al., 2005) y el Inventario de Depresión en Niños
(CDI) (Del Barrio et al., 1999). La aplicación de las escalas fue grupal y en
colaboración con las autoridades de las escuelas.
A partir de la evaluación cuantitativa y cualitativa se invitó para
participar en la siguiente etapa a los que pasaron el punto de corte
para Ira Rasgo (por encima del percentil 75 en la escala Staxi-NA),
y / o puntuaciones por arriba del punto de corte de 19 en la escala
CDI, acorde a los baremos que propone la prueba para población
española. Para la etapa de intervención psicoterapéutica, se seleccionó
una muestra no probabilística y por accesibilidad de 28 sujetos (14
víctimas y 14 agresores), procurando que la distribución fuera equi-
tativa por sexo y tipo de escuela. El tamaño obedece a la capacidad de
manejo terapéutico, según disponibilidad de espacios y tiempos. A los
sujetos que no recibieron la intervención, se les canalizó a servicios de
atención psicológica especializada. En la Figura 1 se observa el ujo
de participantes según la etapa de la investigación.
Intervención
A partir de los resultados obtenidos en la primera fase, se diseñó
una intervención acorde a las necesidades identicadas, y basada en
los principios del enfoque cognitivo conductual. Consta de 22 sesio-
nes semanales de 90 minutos. Integra elementos para el abordaje de
seis ejes verticales: relaciones interpersonales, habilidades sociales
(asertividad, resiliencia y empatía), autoconocimiento (autoarma-
ción y empoderamiento), ira, rasgos depresivos y regulación y
expresión emocional. Estos ejes son atravesados por líneas longitu-
dinales, compuestas por las habilidades que se deberán de trabajar y
cultivar a lo largo de todo el proceso. Éstas son dos: a) habilidades de
automonitoreo, análisis del pensamiento y exibilización del pensa-
miento, y b) mediación de conictos, tolerancia a la diversidad
(aceptación de diferencias), pensamiento creativo, visualización de
alternativas de respuesta (solución de problemas). Todo el proceso
es llevado a cabo por medio de tareas tales como la imaginería, téc-
nicas narrativas, role-playing, videos, registros, dibujos, historietas,
collages y diálogos socráticos. En la Tabla 1 se indica la estructura de
la intervención.
Análisis estadísticos
Los instrumentos de tipo cuantitativo han sido procesados con
el programa SPSS Statistics 22. La información de tipo cualitativa
fue obtenida por medio de entrevistas semiestructuradas, los datos
fueron sometidos a la técnica de análisis de contenido (Hernán-
dez et al., 2010), mediante el uso del programa ATLAS.ti 5. Para
evaluar el programa de intervención se compararon las puntuacio-
nes de cada participante antes y después de la intervención en las
escalas utilizadas. Se realizó un análisis de diferencias a través de
la prueba de los rangos con signos de Wilcoxon, análisis t de Stu-
dent que corroboraron el comportamiento de las variables para la
muestra estudiada, así como d de Cohen como medida del tamaño
del efecto.
Tabla 1. Componentes de la intervención
Componentes N° sesiones Objetivos
Evaluación 1 Identificar los pensamientos
sentimientos y conductas
predominantes en el sujeto
Conceptualización
del caso
1 Elaborar un cuadro de
conceptualización del caso para
resumir la información relevante.
Educación en el
modelo
2 Informar al sujeto sobre la conexión
entre sentimientos, pensamientos y
conductas, con la finalidad de poder
trabajar sobre ellos en sesiones
posteriores.
Intervención 12-15 Trabajar sobre pensamientos,
sentimientos y conductas que
dan lugar a las emociones de
ira, sintomatología depresiva y
conductas vinculadas al acoso
escolar.
Generalización
y Prevención de
recaídas
2 Generalizar los resultados
obtenidos a otras situaciones que
probablemente el sujeto pueda vivir.
Cierre 1 Integrar lo trabajado y evaluación
final
Figura 1. Flujo de participantes
1
Muestra no probabilística por accesibilidad de
28 sujetos (2.6 %):
14 perfil de víctima y 14 victimario
Finalizaron la intervención (n = 28)
(100% de los que iniciaron la intervención)
122 (11.6 %) aceptaron participar.
Aplicación STAXI-NA y CDI
693 (66%) puntuaron sobre punto de corte para
alguna subescala
Participan 1050 adolescentes.
Aplicación Escala de Agresión entre Pares
Selección aleatoria de 16 escuelas públicas y
privadas
Aplicación de una intervención
psicoterapéutica cognitivo-conductual
Figura 1
Flujo de participantes
357 (34%) no cumplieron con los criterios de
inclusión
94 (8.9%) No participaron por no ajustarse a
horarios de intervención, distancia
geográfica o selección
Canalización de sujetos que no participaron
en la intervención a centros especializados
571 (54%) no participaron (no fueron
localizados, o no aceptaron responder)
52 Intervención para el acoso escolar
Resultados
Los análisis descriptivos sobre la violencia entre pares indicaron
que los factores que destacaron por sus puntuaciones elevadas fueron
actitud facilitadora, falta de manejo, intimidación, burla y victimiza-
ción. En la Tabla 2 se observan los resultados por sexo.
Se observaron diferencias por sexo en las variables inuencia de
pares, inuencia de adultos, actitud facilitadora, peleas, intimidación,
burla y victimización. Las mujeres puntuaron más alto que los hom-
bres en inuencia de adultos (t = 6.04; gl = 104; p = .001; d = 0.38),
mientras que los hombres obtuvieron puntuaciones mayores que las
mujeres para el resto de las subescalas mencionadas (Tabla 2).
Para la siguiente etapa, al total de alumnos que puntuaron elevado
en algunas de las subescalas que evalúan violencia hacia sus compa-
ñeros, se les invitó a responder a dos autoinformes: la escala de depre-
sión CDI y la escala de Ira Staxi-NA. Las puntuaciones directas de
la escala CDI se transformaron a valores t. De la escala Staxi-NA se
tomaron los valores correspondientes a Ira Rasgo y Control de Ira,
el resto no se consideraron relevantes para el presente proyecto. Para
nes prácticos y de interpretación se presentarán los resultados divi-
diendo a la muestra en tres grupos:
– El primer grupo se conformó por 37 sujetos con puntuaciones ele-
vadas en una o más de las subescalas de violencia hacia sus com-
pañeros (perl de victimario). El 43% (n = 16) de quienes ejercían
violencia presentaban rasgos depresivos, 14 de ellos con un nivel
de severidad leve y 2 de ellos con depresión severa. Para la escala
de ira, se encontró que el 51% (n = 19) de estos adolescentes pun-
tuaron elevados para la ira como rasgo.
– El segundo grupo, correspondiente a los sujetos que obtuvieron
puntuaciones sobre la media tanto para víctima como para victi-
mario (perl víctima-victimario), se conformó por 24 sujetos. El
16% de ellos obtuvieron puntuaciones elevadas para rasgos depre-
sivos, todos con nivel de severidad leve. El 25% de este grupo pun-
tuó por encima del punto de corte para la ira rasgo.
– El tercer grupo, constituido por los adolescentes con puntuacio-
nes elevadas en la escala de intimidación (perl de víctima), contó
con 50 sujetos. El 44% (n = 22) obtuvo puntuaciones signicativas
para rasgos depresivos, 17 (34%) de estos sujetos presentaron un
nivel de severidad leve, mientras que 5 presentaron nivel severo
de rasgos depresivos. También se identicó que el 34% (n = 17)
presentaba niveles elevados para ira rasgo.
Resultados cualitativos previos a la intervención
Durante las entrevistas se identicaron varios temas:
Familia. El 78% de los jóvenes reportó que la familia es eje fun-
damental en su vida. Respecto al reconocimiento y admiración que
la familia demuestra a los adolescentes, se encontró que el 63% men-
cionó que las experiencias donde la familia demuestra admiración y
/ o reconocimiento hacia ellos les fortalece y les da seguridad en la
vida escolar.
Amigos. En el 98% de los casos, los victimarios reportaron tener
amigos que respaldan su actuación. Por el contrario, el 86% de los
sujetos que puntuaron elevado en victimización rerieron no tener
amigos, tener uno sólo, o tener únicamente compañeros.
Habilidades sociales. En un mínimo número de sujetos (14%)
tanto del grupo de víctimas como de victimarios, se observaron carac-
terísticas resilientes. Tanto el grupo de víctimas como de victimarios
muestran un escaso nivel de asertividad (92%).
Escuela. Se observó que los adolescentes con perl de víctima,
en un 78% manifestaron incomodidad y deseos de abandonar la vida
escolar debido al acoso. Los que presentaron perl de victimario, re-
rieron que se debe principalmente a motivos académicos. El fracaso
escolar aparece por igual en víctimas o victimarios.
Emociones. El 71% de los victimarios poseen dicultades en el
manejo de sus emociones, principalmente el enojo, la incomodidad
o la tristeza. Por parte de las víctimas, surgieron cifras signicativas
de percepción de injusticias (71%) y miedo (89%). El 89% de los vic-
timarios mencionaron que ellos intimidan o burlan a sus compañeros
porque lo merecen, “se lo buscan” o porque consideran que tienen
poca tolerancia a las bromas y deben de aprender. El 100% de las vic-
timas consideró que no tienen responsabilidad alguna en el hecho de
ser agredidos.
Cogniciones. El 78% de los sujetos que se identicaron como vícti-
mas, manifestaron deseos de venganza. Las ideas suicidas fue un tema
que surgió en el 14% de los adolescentes victimarios, y en el 35% de
los sujetos víctima.
Presencia de psicopatología. El 42% de las víctimas mencionaron
tener diagnóstico o habían consultado por situaciones psicosomáticas.
Eficacia pre-post de la intervención
Para analizar los datos obtenidos mediante las escalas se dividió al
grupo en víctimas y victimarios. En el grupo de sujetos con perl de
víctima se analizaron las variables victimización, rasgos depresivos,
ira rasgo, expresión de ira y control de ira.
Los resultados de la intervención sugieren que la victimización
disminuyó en todos los participantes con perl de víctima previo a la
intervención. Comportamiento similar tuvieron los variables rasgos
depresivos, ira rasgo y expresión de ira, las cuales obtuvieron puntua-
ciones post intervención dentro de los niveles esperado para la pobla-
ción en estudio.
La ira control es la única variable que no reportó diferencias
estadísticamente signicativas entre los datos obtenidos al inicio de
Tabla 2. Resultados del análisis t de Student por factor y sexo
Factor Género MDT t p d
Influencia de Pares (0-35) Femenino
Masculino
9.16
10.04
2.92
2.20
4.36 < .001 0.27
Influencia de Adultos (0-20) Femenino
Masculino
9.00
8.11
2.65
2.32
6.04 < .001 0.38
Actitud Facilitadora (0-20) Femenino
Masculino
7.85
9.67
2.85
3.20
9.65 < .001 0.61
Falta de Manejo (0-10) Femenino
Masculino
5.55
5.64
2.82
2.52
.54 .58 0.03
Conducta Prosocial (0-25) Femenino
Masculino
15.03
15.27
4.98
4.76
1.22 .22 0.07
Peleas (0-35) Femenino
Masculino
8.90
10.98
3.04
4.54
8.55 < .001 0.54
Intimidación (0-30) Femenino
Masculino
8.50
9.00
2.93
3.26
2.54 .01 0.16
Burla (0-20) Femenino
Masculino
6.58
8.16
2.79
3.86
7.45 < .001 0.47
Victimización (0-20) Femenino
Masculino
6.66
8.05
3.05
3.75
6.52 < .001 0.41
M = Media; DT = Desviación Típica; t = t de Student; p = nivel de signifi-
cancia; d = d de Cohen.
53 Sally Vanega-Romero, Manuel Sosa-Correa, & Ricardo Castillo-Ayuso
la intervención (M = 35.57; DT = 14.86), respecto a los obtenidos al
nalizar el proceso (M = 38.93; DT = 13.85; Z = -1.26, p = .21). Esto
podría obedecer a que en general el grupo estudiado mostró tener
niveles adecuados en el control de ira previo a la intervención, lo que
sugiere que es una característica de las víctimas, ya que no se observó
el mismo fenómeno en el grupo de personas que ejercen violencia.
Al nal de la intervención se observó que 12 de los 14 sujetos dismi-
nuyeron sus registros en la expresión de la ira, y además cambiaron
la forma de expresión de esta. Los resultados de la intervención se
muestran en la Tabla 3.
En el grupo de participantes con perl de agresor se analizaron:
pelea, intimidación, burla, rasgos depresivos, ira rasgo, expresión de
ira y control de ira. Los registros del grupo de agresores alcanzaron
medidas más altas que las víctimas, y los cambios posteriores a la
intervención fueron más sutiles. Del análisis previo se puede concluir
que la intervención fue exitosa para la disminución en los registros de
todas las variables que se midieron. Acorde a lo esperado, el control de
ira presenta resultados previos inferiores (M = 19.57; DT = 5.10) a los
obtenidos luego de la intervención (M = 28.86; DT = 6.20; Z = -3.04, p
= .002; d = .63). La Tabla 4 detalla dicha información.
Discusión
El comportamiento de acoso y las diferencias de género observa-
das en este estudio fueron similares a las informadas en estudios rea-
lizados en poblaciones costarricense, chilena y uruguaya (Cajigas et
al., 2006; Macía & Miranda, 2009; Pizarro & Jiménez, 2007). Respecto
a la actitud facilitadora y a la falta de manejo, la población yucateca
obtuvo puntuaciones que revelan menores habilidades para evitar la
violencia entre pares.
Se identicaron diferencias entre hombre y mujeres en los factores
de actitud facilitadora, pelea, intimidación, burla y victimización. En
la muestra estudiada, los hombres presentaron en mayor medida una
actitud predisponente a conductas violentas que las mujeres. Aunque
éstas también participan, lo hacen en menor frecuencia, haciendo del
acoso escolar un fenómeno predominantemente masculino para la
población estudiada. En la subescala de violencia se observó que el
factor intimidación, seguido por el de burla, fueron los que obtuvo
puntuaciones mayores respecto a la conducta de pelea, indicando un
estilo de violencia menos físico en los adolescentes yucatecos.
Aproximadamente el 40% de la población de educación secunda-
ria en esta muestra es generadora de acoso en alguna de sus diferentes
modalidades (intimidación, burla y / o pelea). Los múltiples daños
que esto genera para la salud, integridad y bienestar de la persona
demandan con urgencia la implementación de programas de inter-
vención en contra del fenómeno (Fernández, 2007; Kochel et al., 2012;
Undheim & Sund, 2012).
A partir de las características observadas en la muestra estudiada
obtenidas mediante entrevistas a profundidad y escalas, se diseñó una
intervención para reducir los síntomas asociados al acoso escolar y
se evaluó su ecacia en una muestra piloto clasicada en víctimas de
acoso y acosadores. Los resultados de la intervención sugieren que la
victimización disminuyó en el grupo de víctimas. El rasgo de ira, al
igual que el control de ira, también mejoró signicativamente después
de la intervención. Es importante destacar que las víctimas presenta-
ron expresión de ira de predominio interno, lo que indica que estas
personas sienten ira, pero tienden a dirigirla hacia sí mismos o supri-
men su expresión. La variable que reportó menor diferencia posterior
a la intervención fue el control de ira, lo cual podría deberse a que en
general, el grupo de víctimas mostró niveles adecuados previos a la
intervención, lo que no se vio en el grupo de victimarios. Esto proba-
blemente contribuye a formar su perl de víctima. En algunos sujetos,
el principal logro de la intervención radicó en cambiar la forma de
expresar la ira, pasando de ser exclusivamente interna, a ser más de
tipo externo (Spielberger, 1995).
Para el grupo de victimarios el logro más destacable de la inter-
vención se encuentra en la reducción de la conducta de pelea. Esto
podría deberse a que la intervención se enfocó en cambiar cognicio-
nes y emociones, pero igualmente tuvo un componente de modica-
ción conductual destacable. La intimidación fue la variable con mayor
frecuencia dentro del grupo de los victimarios, fue además una de las
más resistentes al cambio. Los registros de burlas tuvieron diferencias
sutiles, mostrando ser la forma más difícil de cambiar.
La intervención llevada a cabo en el presente proyecto mostró
ser de utilidad para el debilitamiento de las variables estudiadas: ira
y depresión. Estos resultados coindicen con lo expuesto por Beck y
Fernandez (1998), Deenbacher (1995), DiGiuseppe y Tafrate (2007),
Ellis (2007) y González-Prendes y Hernández (2009). Estos autores
sugirieron que la terapia cognitivo-conductual ha aportado reiterada-
mente resultados ecaces en el manejo de la sintomatología depresiva
y el enojo. Este estudio también aporta evidencia de su efecto para
Tabla 3. Resultados pre-post del análisis con la prueba de los rangos de
Wilcoxon por variable para las víctimas
Variable Evaluación M DT Z p d
Victimización (0-20) Pre
Post
14.71
8.79
3.04
1.36
-3.30 .001 2.51
Rasgos Depresivos
(0-81)
Pre
Post
67.29
55.21
3.36
8.26
-3.18 .001 1.91
Ira Rasgo (0-100) Pre
Post
86.64
59.64
6.80
12.95
-3.29 .001 2.61
Ira Expresión (0-100) Pre
Post
78.93
60.14
14.92
11.30
-3.06 .002 1.41
Ira Control (0-100) Pre
Post
35.57
38.93
14.86
13.85
-1.26 .205 -0.23
M = Media; DT = Desviación Típica; Z = valor z; p = nivel de significancia;
d = d de Cohen.
Tabla 4. Resultados de eficacia pre-post del análisis con la prueba de los
rangos de Wilcoxon por variable para los agresores
Var i a ble Evaluación MDT Z p d
Pelea (0-35) Pre
Post
15.71
9.64
5.01
2.64
-3.07 .002 1.51
Intimidación (0-30) Pre
Post
13.64
9.14
4.43
2.53
-3.18 .001 1.10
Burla (0-20) Pre
Post
12.14
8.57
5.93
2.87
-2.23 .02 0.76
Rasgos Depresivos (0-81) Pre
Post
68.21
59.71
3.59
8.22
-3.08 .002 1.34
Ira Rasgo (0-100) Pre
Post
80.21
63.93
5.63
9.39
-3.23 .001 2.10
Ira Expresión (0-100) Pre
Post
81.29
66.43
4.96
9.59
-3.29 .001 1.94
Ira Control (0-100) Pre
Post
19.57
28.86
5.10
6.20
-3.04 .002 -1.63
M = Media; DT = Desviación Típica; Z = valor z; p = nivel de significancia;
d = d de Cohen.
54 Intervención para el acoso escolar
reducir las consecuencias asociadas al fenómeno del acoso escolar.
Es oportuno mencionar que el objetivo nal del proyecto iba
mucho más allá de controlar la mera expresión del enojo o los sínto-
mas depresivos en sí. Se pretendía que los adolescentes encontraran
alternativas para la vivencia del acoso en la vida cotidiana. A partir de
los resultados de este estudio preliminar, se concluye que se alcanzó
este propósito. Los resultados de este estudio deben analizarse con
cautela, atendiendo a las limitaciones que presenta. Entre las prin-
cipales limitaciones está la ausencia de grupo control y de medidas
de seguimiento para comprobar si los cambios obtenidos han perdu-
rado en el tiempo, sería conveniente realizar un seguimiento de los
hallazgos a largo plazo. Este trabajo también presenta fortalezas. El
programa de intervención utilizado en este trabajo es de fácil entendi-
miento y aplicación, lo cual favorece la posibilidad de que se difunda
entre psicólogos, maestros y padres de familia de Yucatán, México, o
incluso su adaptación a otros contextos.
Para futuras investigaciones se debe emplear un diseño contro-
lado que incluya un grupo de comparación para asegurar que en
efecto la intervención es efectiva y no se ve inuido por otros factores
ajenos o contextuales (por ejemplo, el efecto madurativo del paso del
tiempo, campañas de prevención del acoso, etc). También es deseable
utilizar un tamaño de muestra más amplio y diverso, con el propósito
de que los resultados puedan generalizarse a adolescentes mexicanos.
Conflicto de intereses
Las autoras declaran que no tienen conicto de intereses.
Financiación
El proyecto fue nanciado por la Facultad de Psicología, Univer-
sidad Autónoma de Yucatán, en México.
Agradecimientos
Agradecemos a las autoridades de la Facultad de Psicología de la
Universidad Autónoma de Yucatán por el apoyo brindado en todas las
etapas del proyecto. A las escuelas y alumnos participantes en la etapa
diagnostica y de intervención.
Artículo recibido: 30/09/2017
Aceptado: 13/04/2018
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