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Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY – NC ND Fonseca, Journal of Communication, n. 15, 2017, pp. 27-42
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ISSN electrónico: 2172-9077
https://doi.org/10.14201/fjc2017152742
EL CINE COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN SOCIAL. LUCES Y
SOMBRAS DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
The Cinema as a Social Mass Media. Lights and Shadows from the Gender
Perspective
Dra. Beatriz MORALES ROMO
Profesora Universidad Internacional de la Rioja. España
E-mail: beatriz.morales@unir.net
http://orcid.org/0000-0002-2793-7034
Fecha de recepción del artículo: 20/09/2017
Fecha de aceptación definitiva: 12/10/2017
RESUMEN
El artículo versa sobre el cine como medio de comunicación social, en relación a la influencia que ejerce sobre niños
y jóvenes. Partiendo de sus distintas vertientes, se profundiza en su papel como transmisor de estereotipos, con es-
pecial atención a la perspectiva de género. La metodología empleada ha sido mixta: cuantitativa y cualitativa. Por un
lado, se ha aplicado una encuesta a 251 estudiantes de varias titulaciones universitarias y, por otro, se han realizado
entrevistas en profundidad a expertos, y se han estudiado las 20 películas de género romántico más taquilleras de la
primera década del siglo XXI a través de fichas de análisis. Los resultados obtenidos orientan sobre la repercusión
del cine como medio de comunicación de masas en sus espectadores, así como su contribución a la perpetuación de
estereotipos de género, a pesar de que se observa una evolución en pro de la igualdad.
Palabras clave: cine; estereotipo; género; medios de comunicación de masas; socialización.
ABSTRACT
This article includes studies cinema as a social mass media, in relation to the influence it exerts on children and
young people. From different aspects of the cinema, we deep in its role as transmitter of stereotypes, with special at-
tention to the gender perspective. The methodology used has been both, quantitative and qualitative. On the one
hand, a survey of 251 students of various university degrees has been applied and, on the other hand, in-depth inter-
views have been conducted with experts, and the 20 best-selling romantic films of the first decade of the 21st centu-
ry have been studied through analysis sheets. The results obtained focus on the repercussion of cinema as a mass
media among its spectators, as well as its contribution to the perpetuation of gender stereotypes, despite the fact that
there is an evolution towards more equality.
Key words: cinema; stereotype; gender; mass media; socialization.
1. INTRODUCCIÓN
Es innegable la importancia del cine como medio de comunicación audiovisual y su repercusión
social en numerosos ámbitos. Se dirige primordialmente a las masas, al individuo y a la sociedad; esta-
blece un contacto directo con el espectador, con el público y, por tanto, con la sociedad del momento,
de la cual también forman parte los y las cineastas.
BEATRIZ MORALES ROMO
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Benet (2004) establece un círculo completo al que denomina el Círculo de la comunicación que
comienza con el Cineasta (emisor), sigue con la Película (mensaje connotado), continua con el Espec-
tador (receptor) y la Sociedad (contexto) para terminar de nuevo en el Cineasta en una especie de feed-
back intercomunicado. Todos estos elementos tendrán cabida en este artículo que explora el cine desde
la perspectiva de sus repercusiones sociales, con especial atención a la perspectiva de género.
A través de este poderoso medio de comunicación que es el cine, el público toma contacto inte-
lectual con otras comunidades humanas –por virtud de la imagen fílmica– y capta, o potencialmente
puede hacerlo, los problemas de ciertos hombres y mujeres contemporáneos, quizás análogos a los
suyos, en los diversos estratos sociales y diferentes países; llegando en ocasiones a un conocimiento
mayor de otras culturas, de otras mentalidades, a veces lejanas o poco comprensibles normalmente.
La eficacia educativa de la imagen es muy relevante, ya que está comprobado que la mente huma-
na retiene mucho más la imagen que cualquier otro signo de comunicación. Es más efectivo, por tan-
to, todo aquel conocimiento intelectual que nos llega por medio de la realidad, de la praxis y no a
través de la teoría. Y el cine es una interpretación seleccionada de la realidad que, además de entretener
y evadir, puede ser un elemento que apuntale o deconstruya ideas, estereotipos, mitos, prejuicios, etc.
En este acercamiento al cine haremos un repaso por sus distintas vertientes para dejar constancia
de sus múltiples facetas: como elemento artístico, como espectáculo e industria, como leguaje y desde
la perspectiva de sus espectadores. A partir de estas premisas, se profundiza en sus funciones más allá
de la evasión y el ocio, para llegar a desentrañar las relaciones que establece con el mantenimiento de
estereotipos, especialmente los referidos a cuestiones de género.
2. LAS DISTINTAS VERTIENTES DEL CINE
Adela Kohan es un referente necesario a la hora de abordar las funciones del cine. Para ella el cine
formula preguntas que permiten conectar desde nuevas perspectivas con uno mismo, una película
pone en movimiento historias personales, recuerdos, necesidades, deseos, abre puertas que tal vez
habrían permanecido cerradas sin esa película, puede ser una guía vital (Kohan, 2006).
Varios autores han constatado la influencia del cine en la modificación de actitudes y conductas
(Sell, Martínez-Pecino y Loscertales, 2014; Gómez, 2017) mostrando especial interés en niños y
jóvenes.
El cine influye en el mundo interno, ayuda a resolver conflictos, cambiar actitudes, y hábitos que
limitan, desarrolla la creatividad, mejora la comunicación y también contribuye a desechar emociones
negativas. Por todo ello ha sido utilizado como apoyo pedagógico en las aulas. Para Leigh (2002) pro-
mueve el desarrollo de habilidades sociales, predispone a la reflexión y el análisis crítico. Desde una
perspectiva más amplia y, tratándose de una producción cultural, contribuye a la formación en valores
(Blasco, et al., 2015; Escámez y Gil, 2001; González, 1996; Alonso y Pereira, 2000) y a la inteligencia
ética (Jaimes, 2016).
El uso terapéutico del cine también ha sido constatado en distintos trabajos, así en aplicaciones
concretas como educación familiar (Higgins y Dermer, 2001), educación médica (Tabernero, 2016;
McCann y Huntley-Moore, 2016), educación ambiental (Stadler, 2017) o mejora de las relaciones de
pareja (Molina, 2016; Caballo, 2014).
Estas utilidades del cine más allá del ocio no son nuevas. San Román (2010) asegura que el cine
desde sus orígenes, más que una función lúdica, ha tenido una vocación didáctica y moralizante.
Sumergirse en el cine es mirarse en un espejo en el que la gente no se había mirado hasta ese
momento, ver a otro al que le pasan cosas parecidas a las que le ocurren a uno (sirve también para
desarrollar la empatía), que hace lo que uno podría hacer y no se atreve, nos lleva a preguntarnos sobre
el sentido de la propia vida y por las decisiones tomadas. Los sentimientos se activan porque la pelícu-
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la está especialmente pensada para ello. A veces un personaje te hace llorar porque te sientes reflejado
en él o porque encarna lo que más deseas (Kohan, 2006).
El cine como medio de comunicación social constituye un elemento complejo. Para su mejora
comprensión y análisis, se realiza un acercamiento dentro de tres grandes apartados; tres aspectos de
una misma realidad que nos hacen ver el fenómeno fílmico desde diversos ángulos: como arte, como
espectáculo e industria y a través de sus espectadores.
El cine como arte
El Manifiesto de las siete artes de 1911 elevó al cine a la categoría del «séptimo arte» (Montiel, 1999).
Esta denominación que atesora más un siglo lleva implícito un reconocimiento al cine y a su relevancia
social. Tal como señala Ruiz (2013) en el cine confluyen el teatro, la música, la literatura, la pintura, la
arquitectura y la danza, por eso fue considerado como «arte madre», ya que orquestaba distintos artes
que lo precedieron.
En los años veinte, el expresionista Paul Wegener lo definiría como «el arte de las imágenes foto-
gráficas en movimiento». De ahí que el cine quede enmarcado dentro de las concepciones que sobre
las bellas artes han dado los filósofos y estéticos: desde Santayana y Splengler hasta de Santis y Lange,
pasando por Gilson, Croce, Marittain u Ortega y Gasset.
Más recientemente Alain Badiou sostiene que «el cine es un arte de masas porque es arte de la
imagen, y la imagen puede fascinar a todo el mundo» (2004, p. 31).
Ahora bien, el cine como arte implica un saber hacer, porque participa de la ciencia (saber) y de la
técnica (hacer). Toda película narra una historia que se ha de concretar, para que sea operativa, en un
guion cinematográfico. El guion es un elemento clave del arte fílmico al que se le exigen varias premi-
sas: calidad lingüística, ingenio en el diálogo, coherencia en el razonamiento, dignidad de la expre-
sión… Pero la película es algo más que el guion, también la fotografía y la ambientación son factores
plásticos del cine. Además de la calidad técnica hay que valorar otros aspectos muy importantes: el
empleo de la luz y del color según las situaciones, los estados de ánimo, los emplazamientos. Todos
estos factores han de ser coherentes con el desarrollo de la narración y ayudar a que el espectador
descubra lo que el guion omite. Por último, las otras dos piezas básicas de la realización cinematográ-
fica que, desde posiciones diferentes, aunque convergentes «mueven la película»: los intérpretes y el
director o realizador (Benet, 2004).
Los inventos tecnológicos han formado parte del cine desde sus inicios, si bien las nuevas tecno-
logías han cambiado tanto la forma de hacer cine en las últimas décadas que se considera que el cine
digital es la revolución de la industria en el siglo XXI (Sabeckis, 2013).
El cine como espectáculo e industria
«El cine es asimismo un espectáculo, un ingenio curioso que atrajo la atención del espectador,
público que pronto transformaría el cine en un vehículo de sus propios sueños e intelecciones y, a
veces, inhibiciones, que son: evadirse de la realidad diaria, identificarse con los héroes, protagonistas,
vivir la historia que se plantea en la pantalla, y por medio de esta distracción o divertimiento colectivo,
la gente se aleja u olvida por unas horas de sus problemas» (Caparrós, 2007, p. 58).
A este respecto debemos hablar del concepto de industria cultural acuñado por primera vez por la
Escuela de Frankfurt para reflejar el gran cambio producido tanto en la producción como en los efec-
tos sociales de la cultura (Zallo, 1992). Sin duda un autor que se ha interesado por esta visión es el
mejicano Othón Téllez, quien plantea la triada de los productos culturales en la que diferencia entre
producción, distribución y consumo: «En el cine, el ritmo de un película nos puede llevar al desplaza-
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miento de ésta en el tiempo y en el espacio (…) El consumo artístico será aquel que permita reportar
en el espectador la mayoría de elementos formales utilizados: composición, ritmo, color, sonido, tiem-
po, entre otros, con base en la disciplina en cuestión y el valor que cada uno de ellos le brinde al con-
sumidor cultural en su formación como individuo, motivando en él múltiples interpretaciones y signi-
ficaciones respecto al producto cultural consumido» (Téllez, 2005, p. 45).
Con los cambios producidos en la era global e informacional, el cine como industria ha ampliado
sus fronteras al integrarse en un mercado mucho más amplio, el audiovisual, asumiendo estrechas
relaciones con la televisión por cable y por satélite. Su consumo se ha extendido y ya no se restringe a
las salas cinematográficas, sino que es una práctica habitual en muchos hogares. Por tanto, su poten-
cial económico se ha diversificado al tiempo que ha ampliado considerablemente sus audiencias.
El cine a través de sus espectadores
Aunar arte y espectáculo, cultura y negocios, permite una mejor comercialización de producciones
cinematográficas al ajustarse mejor a las demandas de entretenimiento de los espectadores (Lozano, et
al., 2009). Es decir, el cine constituye una industria económica que pone en relación a los compradores
(espectadores) con los vendedores (artistas, productores…) (McConnell, 1997).
De forma habitual se habla del cine convencional y comercial, el que solemos ver más a menudo,
como un lugar de evasión y diversión. Para McKee (2011) el ritual de visionado de una película y su
relación con las emociones constituye una actividad importante en la sociedad actual.
En el espectador, siguiendo a Mayne (1993), podemos apreciar tres niveles; el de persona real que
acude al cine (incluyendo su dimensión psíquica), el sujeto construido teóricamente por la cultura, y
entre ambos el espectador. Diferenciar estos niveles puede servir para entender mejor las interacciones
que determinan la histórica del cine desde su creación a su recepción.
Tres serían los factores narrativos que generan satisfacción en los espectadores: el personaje prin-
cipal, el antagonista y la tensión (Lozano, et al., 2012).
La lectura de diversos trabajos que analizan el cine nos orienta hacia la idea de que el espectador
no es solo un sujeto o una colectividad de individuos enfrentados a una pantalla, sino que constituiría
una institución y un componente fundamental con importantes influencias en el cine como arte y
como industria.
La influencia que el cine ejerce en los espectadores ha sido objeto de análisis en diversos trabajos
(Sell, et al., 2014; Mangot y Vasantmeghna, 2017) concluyendo el gran poder que el primero ejerce en
los segundos.
3. ESTEREOTIPOS Y SISTEMAS DE COMUNICACIÓN DE MASAS: PRESENCIA, FUNCIONES
Y SIGNIFICADOS
«La mejor manera de dominar los estereotipos y si se desea, desterrarlos, es estudiarlos y com-
prenderlos. Y los Medios son el lugar idóneo para acometer esa obra» (González Galiana, 1999, p. 26).
El actual sistema de comunicación de masas presenta una fuerte tendencia a dar prioridad a los
contenidos de evasión y a los productos de ficción. Estos constituyen una verdadera área expresiva
que se articula en varios tipos de mensajes que –aun siendo muy diferentes entre sí–, por los conteni-
dos y por el tipo de público al que se dirigen, parecen desarrollar una función y adquirir un significado
muy similar. Al mismo tiempo, nos encontramos frente a un área muy mediatizada cada vez más vin-
culada a la televisión, pero también al espectro editorial, al periodístico (desde las crónicas de sociedad
a las telenovelas) y, cómo no, al cine. Todos estos medios de comunicación tienen en común que
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facilitan las reflexiones sobre los estereotipos, pues muestran y difunden lugares comunes socialmente
aceptados y patrones que se consideran invariables.
El cine, junto con otros medios de comunicación de evasión y debido a su carácter de objeto y
ocasión de intercambio con el grupo de iguales, son parte integrante del proceso de formación de una
primera identidad colectiva con gran poder socializador. Son numerosos los trabajos que se interesan
por las relaciones entre cine y socialización (Ojeda, 2016; Castro, 2006) y, dentro de ellos, los que
analizan las producciones cinematográficas infantiles en este sentido (Martínez y Merlino, 2006; Porto
Pedrosa, 2010). Parece probado que los niños y niñas aprenden desde edades muy tempranas a reco-
nocerse en los otros, y este proceso está muy condicionado por los temas y contenidos que la ficción
les muestra.
«Lo que somos y lo que creemos ser, lo que vemos y creemos ver se deduce de los medios. El con-
senso se establece allí, donde todos confluimos» (Gutiérrez, 2007, p. 67). En esta misma línea Almace-
llas (2004) apunta a que las obras cinematográficas constituyen un espacio donde los espectadores pue-
den repensar y reflexionar sobre su propia vida, contribuyendo a la construcción de identidades indivi-
duales y colectivas. Por tanto, el cine puede contribuir a crear y construir imágenes que sean igualitarias,
sexistas, racistas, clasistas o por el contrario diluir estereotipos e ideas preconcebidas que vienen las-
trando las relaciones humanas. En este sentido, el cine puede contribuir desde la perspectiva de género,
a ofrecer imágenes de relaciones de pareja igualitarias que se separen de viejas losas patriarcales y ma-
chistas. Charkow y Nelson (2000) apuntaron que el cine dentro del proceso socializador, al igual que
ocurre en la vida cotidiana, atesora unos valores imperantes ligados al sistema patriarcal.
«Si a lo largo de la historia ha pervivido el sexismo en el lenguaje ha sido porque la sociedad no
ha demandado su cambio. En nuestra cultura instituciones poderosas como la Iglesia Católica, han
favorecido el mantenimiento de manifestaciones sexistas en el lenguaje, basadas en una larga trayecto-
ria de carácter patriarcal» (López, 2008, p. 37).
La literatura científica suele considerar a los estereotipos como un elemento con claras connota-
ciones negativas, aunque también hay ejemplos que constatan que algunos estereotipos tienen también
sus oportunidades de uso y, por tanto, su razón de ser, como por ejemplo el lenguaje burocrático; un
conjunto de frases estereotipadas que, precisamente por ello, permiten un rápido y fácil aprendizaje y
pueden ser utilizadas incluso por personas de escasa competencia lingüística (Morales, 2015).
Tal como señala Puleo (2005), los medios de comunicación incitan a la desigualdad de género en
la vida real a través de las imágenes, estereotipos y mitos que transmiten, contribuyendo al manteni-
miento de un patriarcado «de consentimiento». En la misma línea, Caparrós (2007) sostiene que los
medios de comunicación de masas tienden a mostrar las situaciones sociales más estereotipadas, per-
petuándolas e incluso acrecentándolas.
4. METODOLOGÍA
Objetivo
Este trabajo indaga sobre el cine como medio de comunicación desde una perspectiva social, es
decir, interesándose por sus repercusiones y contribuciones sociales. Persigue responder a todos obje-
tivos de investigación: determinar si el cine romántico proyecta una imagen de las relaciones de pareja
conservadora o igualitaria y, por otra parte, analizar las influencias que produce en sus espectadores.
Para ello analiza aspectos intrínsecos (como la influencia de productoras u otros aspectos empre-
sariales) y extrínsecos (sus influencias en los espectadores, manipulación de percepciones, etc.), tratan-
do de determinar su alcance en relación a los estereotipos de género: si los perpetúa o si contribuye a
diluirlos.
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Diseño de investigación
Se trata de un diseño no experimental apoyado en una metodología mixta, tanto cuantitativa (en-
cuesta) como cualitativa (entrevistas personales y análisis fílmico de las películas seleccionadas).
Se realizaron de forma independiente cada una de las tres metodologías. Se comenzó por validar
el cuestionario con 4 expertos en la materia en relación al contenido y formulación. Una vez validados
y realizados los cambios sugeridos, se aplicó en las distintas Universidades.
A continuación, se realizó la selección de expertos para aplicar las entrevistas semiestructuradas.
Paralelamente se realizó la selección de las 20 películas románticas más taquilleras de la primera
década del siglo XXI y se comenzó con su análisis.
Muestra
La muestra del estudio está compuesta por 251 estudiantes de titulaciones universitarias vincula-
das al ámbito de la Educación (Magisterio y Pedagogía) y al de la Comunicación (Publicidad y Relacio-
nes Públicas) de las ciudades de Salamanca y Ávila. Los gráficos 1 y 2 informan su composición. El
primero refleja una clara predominancia del sexo femenino respecto del masculino, por lo que se tra-
bajará con los datos relativos, esto es, con porcentajes en lugar de con valores absolutos, aunque am-
bos se mostrarán en las tablas de contingencia. El gráfico 2 refleja la aportación de distintas titulacio-
nes a la muestra.
Gráfico 1. Sexo de los encuestados
52
199
Sexo
Gráfico 2. Titulación de los universitarios encuestados
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Se ha realizado un muestreo no probabilístico por conveniencia por su facilidad operativa y bajos
costes. Para ello se contactó con distintos profesores de las titulaciones seleccionadas para aplicar la
encuesta dentro de sus clases.
En la investigación cualitativa, se han llevado a cabo 6 entrevistas personales a diversos profesio-
nales del campo de la educación, comunicación, expertos en género e igualdad que han sido seleccio-
nados por ser sujetos portadores de significados en el tema objeto de estudio.
Los profesionales seleccionados responden a los siguientes perfiles:
E1: Profesora titular de Comunicación Audiovisual de universidad española, 52 años.
E2: Profesor titular del área de Filología en universidad española, 45 años.
E3: Profesora Catedrática del Master de Estudios Interdisciplinares de Género., 59 años.
E4: Profesor Contratado Doctor del área de Comunicación de facultad española, 47 años.
E5: Licenciada en Ciencias de la Educación Física y del Deporte y alumna del doctorado de Estu-
dios Interdisciplinares de Género en universidad española, 28 años.
E6: Profesor del Master de Estudios Interdisciplinares de Género. 36 años.
En cuanto a las películas, los 20 films más taquilleros de género romántico producidos en la pri-
mera década del S. XXI fueron: Mi gran boda griega; ¿En qué piensan las mujeres?; Hitch especialista en ligues;
Los padres de ella; Sexo en Nueva York I y II; American Pie 2; Como la vida misma; El diablo se viste de Prada; 50
primeras citas; Historias de San Valentín; Todo incluido; Cómo perder a un chico en 10 días; ¿Qué les pasa a los
hombres?; Espera al último baile; La cruda realidad; El diario de Noa; Querido John; Chocolat y Cartas para Julieta.
Análisis de datos
Dentro de esta investigación interpretativa e inferencial, se han seguido una serie de fases para ex-
traer los datos.
1. Análisis individual de los datos procedentes de los tres métodos de investigación empleados,
esto es: encuesta a alumnado universitario, entrevistas a expertos y análisis de películas de género
romántico.
Encuesta: dentro del acercamiento cuantitativo, se ha realizado un análisis descriptivo-
correlacional con el programa estadístico SPSS 24.0.
Entrevistas: tras su transcripción íntegra, se procedió a la codificación de la información agrupán-
dola en distintas categorías correspondientes a los objetivos planteados. Se extrajeron, dentro de cada
categoría, los verbatim más representantivos.
Películas: para su análisis se ha empleado una ficha analítica que estudia las relaciones de pareja
mostradas en cada film. Se parte de dos modelos: el Tradicional apoyado en estereotipos de género,
desigualitario y sexista, con una serie de variables con una connotación negativa, y el Alternativo,
basado en relaciones de igualdad entre los dos miembros de pareja, amistad, respeto y consideración
para ambos. La aplicación de estas fichas de relación de pareja a cada película pretende identificar si
sus relaciones se ajustan más a uno u otro modelo a partir de la verificación de la existencia de las
distintas variables en la muestra de películas seleccionada.
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Tabla 1. Ficha de análisis de las relaciones de pareja
MODELO TRADICIONAL
Sumisión
Manipulación / engaño
Dependencia
Inevitabilidad
Violencia
Amor-sufrimiento
Maltrato
Celos
Ocultación / infidelidad
Rechazo / miedo
MODELO ALTERNATIVO
Amistad
Fidelidad
Igualdad
Ternura
Amor
Transparencia
Independencia
Compartir
Respeto
Diálogo entre iguales
Fuente: elaboración propia.
2. Triangulación de los datos. Más concretamente se ha empleado la triangulación de métodos
(el «arquetipo de triangulación») y, dentro de esta la variación intermétodos que mide el gra-
do de validez externa de los datos.
Figura 1. Esquema de triangulación
Fuente: elaboración propia.
5. RESULTADOS
La investigación arroja una serie de datos que serán expuestos en torno a los dos núcleos temáti-
cos: el cine como medio de comunicación social y su influencia en la educación de niños y jóvenes.
El cine como medio de comunicación social
Tanto las entrevistas como los cuestionarios se han referido al cine como un medio de comunica-
ción con múltiples aristas, influencias y significados. Los expertos han sido muy recurrentes a la hora
de vincular el cine con la sociedad y con su reflejo de una imagen ligada a la realidad social que se vive
en cada momento. No obstante, parece que su evolución no es lineal.
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La opinión de casi la mitad de los estudiantes encuestados es que el cine supone una evasión de la
realidad «muchas veces», y para casi el 40% lo consigue «algunas veces». Los hombres consideran al
cine como un medio de comunicación que sirve para una evasión de la realidad en un mayor porcenta-
je que las mujeres, 56% frente al 44,7%. A pesar de las diferencias porcentuales entre hombres y muje-
res, la variable sexo no resulta estadísticamente significativa.
Tabla 2. El cine como evasión de la realidad
Nunca
Algunas veces
Muchas veces
Siempre
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
1
14
28
7
50
%
2,0%
28,0%
56,0%
14,0%
100,0%
M
Valor absoluto
5
81
88
23
197
%
2,5%
41,1%
44,7%
11,7%
100,0%
Total
Valor absoluto
6
95
116
30
247
%
2,4%
38,5%
47,0%
12,1%
100,0%
Fuente: elaboración propia.
Para los estudiantes varones el cine refleja una realidad social más sesgada que para sus homólo-
gas femeninas, sorprendiendo el 16% de los que piensan que esto ocurre siempre, frente a un 1,5% de
las mujeres. La respuesta mayoritaria para ambos sexos es que el cine ofrece reflejos sesgados algunas
veces, pero son ellos los que aprecian más sesgos.
En la última pregunta del cuestionario (abierta), se solicitaron comentarios sobre las imágenes de
mujeres y hombres y de las relaciones de pareja en el cine romántico. La tónica general fue la misma.
Recogemos cinco de las respuestas que mantienen el reflejo poco real de las películas románticas.
Amor demasiado surrealista. C2
En las películas lo ponen todo muy bonito, pero está muy lejos de la realidad. C6.
Generalmente se muestra a un hombre sumiso que se deja manipular por la mujer. A esta se la califica de ca-
prichosa que hasta que no consigue lo que se propone no para. Esto no es así en la vida real. C7.
Las relaciones de parejas que se muestran en el cine romántico no se parecen en nada a las que suceden en la vi-
da real y se idealiza a la pareja completamente. C8.
En el cine romántico suelen aparecer personajes idílicos que no existen en realidad. Con frecuencia hacen histo-
rias perfectas y modélicas para captar la atención de los oyentes y que se interesen por ello. C10
Los empresarios vinculados a la industria cinematográfica, cineastas y productoras, no han for-
mado parte, de forma directa, de ninguna de las preguntas del guion de las entrevistas. En cambio, los
entrevistados se han referido a ellos en distintos sentidos, señalando la necesidad de que los producto-
res tomen conciencia de la importancia de transmitir un modelo adecuado de hombres y mujeres. En
el cuestionario sí preguntamos específicamente por las intenciones de cineastas y productoras y los
resultados indican que los hombres desconfían más que las mujeres de sus intenciones. Más de la
mitad de ellos considera que el cine muestra fundamentalmente lo que le interesa a las cineastas y
productoras (60% «muchas veces» o «siempre»). Ninguno opina lo contrario.
Las opiniones se encuentran bastante divididas, tanto en hombres como en mujeres, entre las tres
opciones que señalan que el cine obedece a intereses de los empresarios del mundo cinematográfico
(tabla 3). Las diferencias por sexo son estadísticamente significativas.
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Tabla 3. El cine como muestra de lo que interesa a los cineastas y productoras
Nunca
Algunas veces
Muchas veces
Siempre
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
0
20
12
18
50
%
,0%
40,0%
24,0%
36,0%
100,0%
M
Valor absoluto
10
71
78
38
197
%
5,1%
36,0%
39,6%
19,3%
100,0%
Total
Valor absoluto
10
91
90
56
247
%
4,0%
36,8%
36,4%
22,7%
100,0%
Fuente: elaboración propia.
En relación a los datos de la tabla 3, varios expertos afirman que, partiendo de la base de que los
estereotipos de género han variado muy poco a lo largo de los tiempos, esto se produce porque el
director o la directora de esa película tienen que ser muy atrevidos para romper el tabú de lo que se
viene vendiendo. En el cuestionario se planteaba una posible vía para revertir esta situación: un mayor
control de los contenidos cinematográficos para evitar la transmisión de ideologías dañinas. Si bien las
tres cuartas partes están a favor de que se intensifique el control, una cuarta parte, –más frecuente para
los hombres con un 36% frente al 22% de las mujeres– considera que los contenidos no se deberían
controlar más para evitar la transmisión de ideologías no recomendables.
Tabla 4. Grado de acuerdo con controlar los contenidos del cine para evitar que se transmitan ideologías dañinas
Totalmente en desacuerdo
En desacuerdo
De acuerdo
Totalmente de acuerdo
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
2
18
20
10
50
%
4,0%
36,0%
40,0%
20,0%
100,0%
M
Valor absoluto
6
44
98
51
199
%
3,0%
22,1%
49,2%
25,6%
100,0%
Total
Valor absoluto
8
62
118
61
249
%
3,2%
24,9%
47,4%
24,5%
100,0%
Fuente: elaboración propia.
En línea con estas cuestiones, preguntamos también por la consideración del cine como manipu-
lador de las percepciones. La tendencia mayoritaria es señalar la existencia de esa manipulación y de
nuevo se aprecia una mayor rotundidad en los hombres que en las mujeres, estas últimas con unas
opiniones más moderadas.
Tabla 5. El cine como manipulador de percepciones
Nunca
Algunas veces
Muchas veces
Siempre
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
1
18
28
3
50
%
2,0%
36,0%
56,0%
6,0%
100,0%
M
Valor absoluto
12
95
81
9
197
%
6,1%
48,2%
41,1%
4,6%
100,0%
Total
Valor absoluto
13
113
109
12
247
%
5,3%
45,7%
44,1%
4,9%
100,0%
Fuente: elaboración propia.
Los universitarios se posicionaron claramente a favor de que el cine contribuya a transmitir ideo-
logías y valores socialmente apropiados, con más mujeres que hombres que creen que esto siempre
debería ocurrir: casi la tercera parte de ellas frente a un 16% de ellos. Un minoritario 10% no lo consi-
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dera una tarea del cine. Los expertos también van en esta línea, pero han identificado numerosos
escollos de diversa índole para que esto ocurra, entre ellos la importancia del «cine comercial» que
frecuentemente está cargado de estereotipos sexistas.
En base a los datos de la tabla 6 se puede afirmar que los estudiantes universitarios se decantan
mayoritariamente por el acuerdo con que el cine esté al servicio de la sociedad. Las tres cuartas partes
de la muestra así lo atestiguan, tanto para hombres como para mujeres. Un 60,7% se muestra de
acuerdo un 14,6% se declara muy de acuerdo, mientras un 24,7% muestra su desacuerdo con esta
manifestación.
Tabla 6. Grado de acuerdo con que el cine tendría que estar al servicio de la sociedad
Totalmente en desacuerdo
En desacuerdo
De acuerdo
Totalmente de acuerdo
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
1
13
25
11
50
%
2,0%
26,0%
50,0%
22,0%
100,0%
M
Valor absoluto
2
45
125
25
197
%
1,0%
22,8%
63,5%
12,7%
100,0%
Total
Valor absoluto
3
58
150
36
247
%
1,2%
23,5%
60,7%
14,6%
100,0%
Fuente: elaboración propia.
Influencia del cine en el comportamiento de niños y jóvenes
Los expertos, al ser preguntados por las repercusiones en niños y jóvenes, sentencian que su in-
fluencia es clara, pero en la línea de otros formatos culturales. Las entrevistas también aluden al papel
del cine como agente socializador o aún más, se le da una capacidad de influencia superior a la de la
educación.
El primer ítem del cuestionario abordaba la influencia del cine en la socialización de niños y jóve-
nes. La casi totalidad de la muestra, excepto un sujeto, mantiene que el cine es un instrumento divul-
gador de valores que influye en la educación y socialización de niños/as y jóvenes. El análisis cualitati-
vo concluye que la capacidad de influencia del cine no solo afecta a niños y jóvenes, sino a la sociedad
en general. Más concretamente, la influencia del cine romántico en sus espectadores tendría diferente
alcance en función de tres variables: género, formación de espectadores y edad. Aunque se considera
que afecta a ambos géneros, no lo hace por igual, siendo más importante su alcance para las mujeres,
ya que un 63,3% de las mujeres se siente identificada con personajes del cine frente a un 42% de los
hombres.
Si hay un ítem con un reparto más equitativo en cuanto a grados de acuerdo, es el recogido en la
tabla número 7 que muestra la opinión de los estudiantes sobre si las imágenes de género mostradas
en el cine romántico influyen en las relaciones reales de sus espectadores. El 48,4% de los encuestados
no considera que el cine influya en las relaciones de los espectadores, mientras que para el 51,6% sí se
produce dicha influencia. Las mujeres muestran un grado de acuerdo ligeramente mayor a los hom-
bres, pero los datos son muy similares en función del sexo.
BEATRIZ MORALES ROMO
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Tabla 7. Grado de acuerdo con que las imágenes de hombres y mujeres mostradas en el cine romántico influyen en las
relaciones reales de los espectadores/as
Totalmente en desacuerdo
En desacuerdo
De acuerdo
Totalmente de acuerdo
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
2
24
21
3
50
%
4,0%
48,0%
42,0%
6,0%
100,0%
M
Valor absoluto
11
82
96
7
196
%
5,6%
41,8%
49,0%
3,6%
100,0%
Total
Valor absoluto
13
106
117
10
246
%
5,3%
43,1%
47,6%
4,1%
100,0%
Fuente: elaboración propia.
Las entrevistas, en términos generales, identifican una ligera diferencia a favor de que las películas
románticas tienen un perfil de población con ciertos elementos identificadores, aunque no sean exclu-
yentes ni estén presentes siempre. Mientras para algunos entrevistados está claro que el cine romántico
se dirige a un público femenino, otros lo ponen en duda.
La encuesta refleja que no hay diferencias destacables en la opinión de hombres y mujeres al de-
terminar si las películas de género romántico están concebidas para un determinado público. Un 58%
de la muestra está de acuerdo frente a un 42% que no lo está. Si se presta atención a las posiciones
más extremas (totalmente de acuerdo y totalmente en desacuerdo) tampoco hay grandes variaciones.
Por tanto, hay una ligera diferencia a favor de que estas películas tienen un perfil concreto de pobla-
ción, pero no se puede desprender, según los datos cuantitativos, que el cine romántico esté enfocado
a un determinado público. Las diferencias en los datos son muy similares para los hombres y para las
mujeres.
Tabla 8. Grado de acuerdo con que las películas de género romántico están concebidas para un público determinado
Totalmente en desacuerdo
En desacuerdo
De acuerdo
Totalmente de acuerdo
Total
S
E
X
O
H
Valor absoluto
8
12
22
8
50
%
16,0%
24,0%
44,0%
16,0%
100,0%
M
Valor absoluto
14
71
91
22
198
%
7,1%
35,9%
46,0%
11,1%
100,0%
Total
Valor absoluto
22
83
113
30
248
%
8,9%
33,5%
45,6%
12,1%
100,0%
Fuente: elaboración propia
Paralelamente, en las respuestas abiertas, encontramos algunas referencias concretas a que este ti-
po de cine está dirigido a mujeres.
No son muy reales hablan de relaciones irreales y utópicas y que siempre terminan juntos encontrando a su me-
dia naranja sin embargo creo que gustan a la mayoría porque son ilusorias y nos hacen pensar sobre todo a las
mujeres que pueden ser real o que podría sucedernos algo así. C53
Creo que el cine sigue mostrando la realidad social: las mujeres buscan a su príncipe azul y se consuelan viendo
películas románticas, sin embargo, la sociedad, comienza a avanzar y la liberalización de la mujer se hace más
patente cada vez, por lo que creo que esta debería representarse más fielmente. C100
Por otra parte, los datos de la encuesta apuntan a claras diferencias entre las películas de género
romántico consumidas por ellos y por ellas. En primer lugar, en el número. De las 20 películas pro-
puestas (coincidentes con los títulos de nuestro análisis), las universitarias habían visto una media de
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10 films, mientras sus compañeros referían 4 de promedio. Además, las películas más populares entre
las mujeres eran las más clásicas dentro del género, destacando por encima de todas el Diario de Noa,
que es el que cuenta con más mitos: el mito del Amor Romántico, el Amor como algo mágico e In-
controlable y el de la Media naranja. Los hombres, en cambio, se decantaban más por la comedia, con
una abrumadora mayoría de los que habían sido espectadores de American Pie 2, que no refleja ninguno
de los tres mitos citados.
Por último, a partir de las fichas analíticas de las relaciones de pareja mostradas en los 20 films se-
leccionados, en 9 de ellos conviven el modelo Tradicional con el Alternativo; en 2 películas solo se
muestra el modelo Tradicional y en otras 9 el modelo predominante es el Alternativo. Es preciso mati-
zar que no se trata de modelos puros, es decir, que cada película no tiene que contener necesariamente
todas las variables que se han considerado para cada modelo, aunque sí la mayoría de ellas. Estos datos
contrastan con la percepción de los estudiantes universitarios que apunta a un predominio del Modelo
Tradicional, pero van en la línea de opinión de los expertos que constatan que se han producido cam-
bios en la dirección de mostrar relaciones más igualitarias y menos estereotipadas.
6. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
La muestra de estudiantes universitarios que ha participado en la encuesta puede haber determinado
en parte los resultados obtenidos. Su pertenencia a titulaciones vinculadas al ámbito educativo y de la
comunicación puede haber incrementado su sensibilidad y actitud crítica ante determinadas cuestio-
nes. Sería conveniente continuar esta línea de investigación con otras titulaciones, para verificar si
existen diferencias significativas con respecto a los datos obtenidos.
El cine, al igual que otros medios de comunicación de masas, ha sido durante décadas una herra-
mienta perpetuadora de estereotipos (Loscertales, 1999; Gordillo, 2007). Más recientemente, parece
que encontramos una cierta evolución hacia posturas más igualitarias. A pesar de ella, los medios de
comunicación masiva tienden a repetir y masificar los estereotipos sociales. El cine y la televisión, y
más recientemente Internet, son quizá los medios más influyentes en la masificación de información
estereotipada.
Una de las razones por las cuales el estereotipo suele ser peligroso es porque esconde en su elabo-
ración una idea fija que se niega a ser analizada o contrastada con la realidad (Mazzara, 1999). Si los
esquemas mentales no son revisados, analizados o criticados, tienden a convertirse en modos de ser
que llevan a la ignorancia, el fanatismo y a acciones irracionales.
Cuando suponemos que los varones son de una determinada manera y, del mismo modo, tratan a
las mujeres suponiendo que son de otra forma definida, se niega la evidencia que muestra que las
personas son diferentes, individuos que pueden cambiar, modificar conductas, establecer nuevos pa-
trones de convivencia, transformar su historia personal, etc., y que no están predeterminados en cuan-
to actitudes, pensamientos y acciones, por su sexo. Un estereotipo tiende a inmovilizar; deja a los
individuos en un patrón fijo que no se modifica. Tratar a las personas en base a prejuicios y estereoti-
pos, simplemente es el peor modo de vincularse con otros. Podemos afirmar, al igual que lo hace
Aguilar (2011), que los estereotipos forman prejuicios que llevados a la práctica fomentan el error, la
ignorancia y la intolerancia en todas sus formas.
7. CONCLUSIONES
El apellido «social» ha estado muy presente en el acercamiento al cine que ha realizado el artículo.
Como medio de comunicación, el cine ha ido evolucionando, aunque este discurrir no ha sido lineal.
BEATRIZ MORALES ROMO
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Desde sus inicios, el cine ha estado muy ligado al contexto social en que se produce y consume; en
esta línea, el artículo ha analizado el género cinematográfico romántico para determinar si lo que pro-
yecta se corresponde con una perspectiva de género conservadora o igualitaria, y las influencias que
tiene en sus espectadores.
Además de suponer un mecanismo de evasión de la realidad y de atesorar los intereses de una in-
dustria cultural, el cine se ha mostrado como un medio influyente en la sociedad en general y en sus
espectadores en particular. Los datos apuntan a que tiene potencial en la manipulación de las percep-
ciones, y este dato tiene importantes consecuencias en cuanto a las repercusiones de los contenidos,
diálogos e imágenes que muestra. Los estudiantes universitarios se inclinan a favor de que el cine esté
al servicio de la sociedad. Casi la mitad de la muestra considera que influye incluso en las relaciones
reales de los espectadores.
Las diferencias entre hombres y mujeres no han sido significativas en la mayoría de ítems de la
encuesta. En cambio, en el análisis fílmico de las 20 películas de corte romántico más taquilleras de la
primera década del Siglo XXI, existen notables diferencias en cuanto a la frecuencia de su consumo
(ellas habían visto una media de 10 films frente a las 4 vistas por ellos) y en cuanto al tipo de producto
fílmico que consumen entre sexos (entre las mujeres la película más vista fue el Diario de Noa, y entre
los hombres American Pie 2).
Esta selección ha evidenciado que el cine romántico tiene diferencias internas, encontrando una
cierta diversidad en sus argumentos y en sus reflejos de valores y contravalores. Mientras unas pelícu-
las se ajustan a los cánones de género romántico como arquetipo, otras tratan las relaciones de pareja
contraponiendo numerosos modelos de relación, mostrando diferencias entre las relaciones amorosas
de dos generaciones o modelos basados en la igualdad de géneros. Esto se traduce en films que apues-
tan más por un modelo Tradicional de relaciones de pareja, otros que reflejan un modelo Alternativo y
casi la mitad de la muestra que muestra ambos.
Por otra parte, no existe consenso a la hora de determinar si el cine de tipo romántico se dirige a
un determinado público. Parece que el género, la edad y la formación podrían tener cierta incidencia
en algunos casos, pero no pueden ser consideradas como variables determinantes. Más allá de elemen-
tos sociodemográficos, la preferencia por el género romántico (no muy bien valorado por los exper-
tos) dependería más de gustos y preferencias personales.
Existe una idea generalizada de que el cine ha evolucionado, al igual que lo ha hecho la sociedad,
hacia mayores cotas de igualdad. A pesar de ello, existen aún múltiples muestras de estereotipos de
género, mitos de relaciones de pareja y modelos relacionales muy conservadores que son mostrados en
films que ven millones de espectadores. Se hace necesario seguir avanzando para que el cine refleje
relaciones de pareja igualitarias, deconstruya roles y estereotipos de género y, en definitiva, contribuya
a construir una sociedad menos patriarcal.
Si el cine es divulgador de valores que influyen en los espectadores, refleja una realidad social a
veces alejada de la realidad y tiene poder para manipular las percepciones de los espectadores, es un
medio de comunicación que tiene un gran potencial. Estas características pueden ser aprovechadas,
entre otras cosas, para reducir los estereotipos de género y propugnar relaciones de pareja más iguali-
tarias entre niños y jóvenes que, dentro de sus agentes socializadores, cuentan con los medios de co-
municación, entre los que se encuentra el cine.
BEATRIZ MORALES ROMO
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