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Evaluación inmunológica durante el tratamiento de un caso de lepra dimorfa lepromatosa

Authors:

Abstract and Figures

Background: Leprosy is a chronic granulomatous infection that affects skin and peripheral nerves. Its prevalence has declined, but is still observed mainly in poor rural areas. Case report: A male city dweller with photophobia and chronic dermatosis in the face: nodular and erythematous lesions, pustules, keratitis and entropion, partial eyebrows loss, and edema on eyelids, chin, and nose bridge. The rest of the body had no lesion or lymphadenopathy. Biopsy revealed Langhans giant cell proliferation in the superficial dermis without epidermal atrophy. BAAR staining for detection were positive, no Virschow cells were observed, and Fite-Franco staining (leprosy-specific) was negative. Cutaneous tuberculosis was diagnosed. Rifampicin/isoniazid/pyrazinamide and dialysate leukocyte extract were prescribed. A month later, the swelling had decreased significantly. Polymerase chain reaction (PCR) test was positive for Mycobacterium leprae. Flow cytometry showed CD4 count normalization. Long-term treatment with rifampicin, clofazimine, and dapsone was established. Conclusions: The host's immune response determines the clinical features of the disease: if response is bad there will be vacuolated macrophages filled with bacilli (lepromatous leprosy). Clinical and histopathological findings help typing.
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Caso clínico
Evaluación inmunológica durante el tratamiento de un caso
de lepra dimorfa lepromatosa
Blanca María Morfín-Maciel,1 María del Carmen Jiménez Martínez2
Immunological evaluation during treatment of a case
of borderline lepromatous leprosy
1Hospital San Angel Inn Chapultepec. Ciudad de México, México
2Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria,
Facultad de Medicina, Departamento de Bioquímica. Ciudad de
México, México
Correspondencia: Blanca María Morfín-Maciel
blancamorn@hotmail.com
Recibido: 2016-02-22
Aceptado: 2016-06-30
Abstract
Background: Leprosy is a chronic granulomatous infection that aects skin and peripheral nerves.
Its prevalence has declined, but is still observed mainly in poor rural areas.
Case report: A male city dweller with photophobia and chronic dermatosis in the face: nodular
and erythematous lesions, pustules, keratitis and entropion, partial eyebrows loss, and edema on
eyelids, chin, and nose bridge. The rest of the body had no lesion or lymphadenopathy. Biopsy
revealed Langhans giant cell proliferation in the supercial dermis without epidermal atrophy.
BAAR staining for detection were positive, no Virschow cells were observed, and Fite-Franco
staining (leprosy-specic) was negative. Cutaneous tuberculosis was diagnosed. Rifampicin/
isoniazid/pyrazinamide and dialysate leukocyte extract were prescribed. A month later, the swelling
had decreased signicantly. Polymerase chain reaction (PCR) test was positive for Mycobacterium
leprae. Flow cytometry showed CD4 count normalization. Long-term treatment with rifampicin,
clofazimine, and dapsone was established.
Conclusions: The host’s immune response determines the clinical features of the disease: if
response is bad there will be vacuolated macrophages lled with bacilli (lepromatous leprosy).
Clinical and histopathological ndings help typing.
Keywords: Leprosy; Antituberculosis drugs; Dialyzed extract of leukocytes; Immunomodulation
Este artículo debe citarse como: Morfín-Maciel BM, Jiménez Martínez MC. Evaluación inmunológica durante el
tratamiento de un caso de lepra dimorfa lepromatosa. Rev Alergia Mex. 2016;63(4):413-419
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Antecedentes
La lepra es una infección granulomatosa crónica
que afecta piel y nervios periféricos. El agente cau-
sal, Mycobacterium leprae es un bacilo ácido al-
cohol resistente (BAAR).1,2 Aun cuando se trata de
una enfermedad conocida desde la antigüedad, los
componentes celulares que determinan su capacidad
patógena y supervivencia en el huésped casi no se
conocen.3 Si bien su prevalencia ha disminuido en el
último decenio, aún es importante, principalmente en
el medio rural pobre. Se presenta en todos los grupos
de edad; hasta 20% de los individuos que la padecen
son menores de 10 años. La relación según el sexo
es de 2:1 hombre:mujer.2
La respuesta inmune del huésped determina
las características clínicas de la lepra: con respues-
ta Th1 adecuada, la lesión será granulomatosa y los
bacilos escasos (tuberculoide): si la respuesta es
mala habrá macrófagos vacuolados llenos de bacilos
(lepromatosa). Entre estos extremos existen grados
intermedios de lepra:
Indeterminada.
Lepromatosa.
Dimorfa lepromatosa.
Dimorfa tuberculoide.
Tuberculoide.
Los pacientes se mueven a lo largo de ese es-
pectro clínico como resultado de la evolución de la
enfermedad o de las intervenciones terapéuticas.4
En México predomina la lepra lepromatosa (LL)
mientras que en Asia, la tuberculoide (LT). En 20% de
los individuos se inicia como lepra indeterminada, con
máculas eritematosas o hipocrómicas, anestésicas,
que remiten o se transforman en otro tipo de lepra.2
Resumen
Antecedentes: La lepra es una infección granulomatosa crónica que afecta piel y nervios
periféricos. Aunque su prevalencia ha disminuido, se sigue observando principalmente en el
medio rural pobre.
Caso clínico: Hombre residente de una ciudad, con fotofobia y dermatosis crónica en la cara:
lesiones nodulares y eritematosas, pústulas, queratitis y entropión, pérdida parcial de las cejas y
edema de párpados, barbilla y puente nasal. El resto del cuerpo sin lesiones ni adenomegalias.
La biopsia reveló proliferación de células gigantes de Langhans en la dermis supercial, sin atroa
epidérmica. Las tinciones para búsqueda de BAAR fueron positivas. No se observaron células de
Virschow y la tinción de Fite-Franco (especíca de lepra) fue negativa. Se diagnosticó tuberculosis
cutánea. Se prescribió rifampicina-isoniazida-pirazinamida y extracto dializado de leucocitos. Un
mes después, la inamación había disminuido de forma importante. La reacción en cadena de
la polimerasa fue positiva para Mycobacterium leprae. Con la citometría de ujo de seguimiento
se observó normalización de la cuenta de CD4. Se estableció tratamiento a largo plazo con
rifampicina, clofazimina y dapsona.
Conclusiones: La respuesta inmune del huésped determina las características clínicas de la
enfermedad: si la respuesta es mala habrá macrófagos vacuolados llenos de bacilos (lepromatosa).
Los hallazgos clínicos e histopatológicos ayudan a la tipicación.
Palabras clave: Lepra; Antifímicos; Extractos dializados de leucocitos; Inmunomodulación
Abreviaturas y siglas
BAAR bacilo ácido alcohol resistente
EDL, extracto dializado de leucocitos
GLP-1, glucolípido fenólico 1
IL, interleucina
LT, lepra tuberculoide
LL, lepra lepromatosa
MB, multibacilar
NK, natural killer
PB, paucibacilar
PCR, reacción en cadena de la polimerasa
TNF-α, factor de necrosis tumoral alfa
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La LL comienza en piel y origina cambios neu-
rales. Las máculas eritematosas o hipocrómicas,
generalizadas y simétricas, evolucionan a lesiones
nodulares inltrativas que conuyen en la frente
y párpados, dando la característica facies leonina.
La forma difusa inltra la piel sin nódulos.2,4 Por
su parte, la LT origina lesiones solitarias, escasas y
asimétricas, máculas hipopigmentadas, anestésicas,
con pérdida del pelo y ausencia de sudoración, con
el borde elevado y tendencia a la curación central.
La lepra dimorfa muestra todo el espectro entre las
lesiones polares.2,4
La transmisión persona-persona (por piel, sali-
va y secreciones nasales) se ha demostrado en 50%
de los casos y es menor en LT, pero también puede
ocurrir por tatuajes o fómites (el factor de virulen-
cia GLP-1 permanece en los objetos). El periodo de
contagio es de 3 a 5 años (con un rango de 6 meses
a 10 años), lo cual diculta saber dónde y cuándo
se contrajo la enfermedad. Entre los reservorios
están el armadillo, los primates, así como insectos
hematófagos.1,2
De acuerdo con la Organización Mundial de la
Salud, el diagnóstico es clínico y se realiza con uno
de los dos siguientes puntos:
Lesiones cutáneas sugestivas de lepra con pér-
dida de la sensibilidad, con o sin engrosamiento
de los nervios.
Frotis de piel positivo al bacilo. Si el frotis es
negativo se considerará paucibacilar (PB), mien-
tras que si es positivo se considerará multibaci-
lar (MB).
Para el tratamiento de los casos MB se acon-
seja la administración de rifampicina-dapsona-clo-
fazimina durante dos años; mientras que para los
casos PB se recomienda rifampicina-dapsona. El
seguimiento será clínico o idealmente por reacción
en cadena de la polimerasa (PCR) para determinar
la curación.1
Caso clínico
Hombre de 47 años, conductor de vehículos au-
tomotores, residente en la Ciudad de México, sin
antecedentes patológicos de importancia. Acudió a
consulta por dermatosis crónica y fotofobia de dos
meses de evolución, con afección de la cara y cejas,
por lo que había recibido antihistamínicos, tacroli
-
mus y esteroides tópicos, sin mejoría. Los análisis de
laboratorio indicaban Combe y prueba de Mantoux
negativos.
El paciente presentaba picazón difusa en la cara
y caída de las cejas, así como lesiones de aspecto no-
dular y eritematoso en zona frontal y malar, que con-
uían en placas induradas convexas, de bordes mal
denidos en el entrecejo, con discreta hipoestesia de
la zona, pequeñas pústulas en la barbilla y zona na-
sogeniana, eritema y edema discretos en el borde del
labio superior, queratitis y entropión, pérdida parcial
de las porciones laterales de las cejas y edema im-
portante de párpados, barbilla y del puente nasal, lo
que confería facies leonina al paciente (Figura 1). La
fundoscopia fue normal. Los pabellones auriculares
y la piel del resto del cuerpo no mostraban lesiones.
No se palparon adenomegalias. El tabique nasal y
la faringe se encontraron normales. No se palparon
induraciones o engrosamientos en los nervios de los
antebrazos. No había afección testicular.
La biopsia reveló proliferación de células gi-
gantes de Langhans (fusión de macrófagos activados
con acumulación de núcleos en forma de herradura
en la periferia), distribuidas en la dermis supercial
y alrededor de los anexos, con necrosis caseosa, des-
Figura 1. Aspecto de facies leonina en paciente con lepra
dimorfa lepromatosa al iniciar tratamiento. (Con autoriza-
ción del paciente).
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trucción del nervio central e inltrado inamatorio
de células plasmáticas, linfocitos y eosinólos. Las
células epitelioides estaban rodeadas de linfocitos
CD4. No se observó atroa epidérmica. La bús-
queda de BAAR (con tinción de Ziehl-Neelsen) fue
positiva en la zona de necrosis perianexial, donde
se encontraron escasos bacilos intracelulares. No se
observaron células de Virschow. La tinción de Fite-
Franco (especíca para identicación de Mycobac-
terium leprae) fue negativa, por lo que se estableció
diagnóstico de tuberculosis cutánea.
Las pruebas de función hepática fueron norma-
les: bilirrubina total de 0.8 mg/dL, alanina amino-
transferasa de 22 UI/L, aspartato aminotransferasa
de 20 UI/L y gamma glutamil transpeptidasa de
28 UI/L. La citometría de ujo al momento del diag-
nóstico indicó disminución leve de linfocitos CD4,
con un radio CD4/CD8 de 0.57 (Cuadro 1). La ra-
diografía de tórax fue normal.
Se inició manejo con una combinación de 600
mg de rifampicina (7.3 mg/kg/día), 300 mg de iso-
niazida (3.7 mg/kg/día) y 1600 mg de pirazinamida
(Rifater®, Sano-Aventis, México, cuatro tabletas
diarias en una dosis) y extracto dializado de leucocitos
(EDL) como adyuvante, a dosis de 1 unidad (2 mg)
diaria por 5 días y posteriormente una unidad sema-
nal por 7 semanas más.
Un mes después se observó mejoría notoria de las
lesiones inamatorias, con disminución de las placas
nodulares eritematosas en entrecejo y zonas malares,
del edema palpebral y del puente nasal, si bien persis-
tía la hipoestesia en la frente (Figura 2); la conjuntiva
ya no lucía hiperémica, la fotofobia había disminui-
do y el entropión había desaparecido. Las pruebas de
función hepática se encontraron normales (bilirrubina
total de 1.2 mg/dL; alanina aminotransferasa de 36
UI/L; aspartato aminotransferasa de 32 UI/L y gam-
ma glutamil transpeptidasa de 40 UI/L); la PCR fue
positiva para Mycobacterium leprae. La citometría de
ujo de seguimiento indicó normalización de la cuen-
ta de CD4, con un radio CD4/CD8 de 1.5 (Cuadro
1). No se realizó intradermorreacción con lepromina.
Antes de completar el esquema de dos meses, el
paciente fue enviado a un centro de referencia espe-
cializado en dermatosis para su tratamiento a largo
plazo con rifampicina, clofazimina y dapsona.
Cuadro 1. Citometría de ujo al momento del diagnóstico y un mes después del uso de extractos dializados de leucocitos y antifímicos
Valores
Fenotipo celular Iniciales Al mes Rango de referencia
Linfocitos absolutos (cel/μL) 2230 3580 825-3875
Células B totales CD19
Conteo absoluto (cel/μL) 558 429 75-580
% CD19 25 12 5-20
Células T totales CD3
Conteo absoluto (cel/μL) 1538 2685 805-3530
% CD3 % 69 75 58-85
Subtipos linfocitos T CD4
Conteo absoluto (cel/μL) 557 1611 518-2620
% CD4 25 45 30-60
CD8
Conteo absoluto (cel/μL) 981 1074 200-1410
% CD8 44 30 15-38
Células NK
Conteo absoluto CD3-CD16+CD56 (cel/μL) 133 465 55-555
% CD3-CD16+CD56+ 6 13 2-16
Radio CD4/CD8 0.57 1.5 0.86-5
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Discusión
La lepra es una enfermedad infecciosa por Myco-
bacterium leprae, cuyo amplio espectro clínico co-
rrelaciona con los perles inmunológicos Th1/Th2.
En la LL predomina el perl Th2 (IL-4, IL-5, IL-10
e IL-13) y la inmunidad celular (Th1) está impedida,
por lo que los linfocitos CD8 y las micobacterias son
abundantes en las lesiones cutáneas.5 El factor de vi-
rulencia glucolípido fenólico 1 (GLP-1) se une a C3,
y junto con citocinas Th2 bloquea la fagocitosis y la
acción bactericida de los macrófagos.3,6 En la LL, el
defecto en la inmunidad celular es muy especíco y
los enfermos no tienen mayor morbilidad por infec-
ciones virales, hongos o protozoarios, ni mayor ries-
go de neoplasias.6 En la LT, la respuesta Th1 (IL-12,
INFγ) es adecuada, por lo que hay pocos organismos
y los CD4 predominan en las lesiones (Figura 3).5,6
El eritema indurado caracteriza las lesiones cu-
táneas por hipersensibilidad tardía. Con la biopsia
de piel se conrma el diagnóstico y se cataloga el
tipo de lepra. La inamación granulomatosa en LT
dada por IL-12 denota reacción inamatoria crónica,
Figura 2. Aspecto facial del paciente con lepra dimorfa
lepromatosa después de un mes de tratamiento con anti-
fímicos y extracto dializable de leucocitos. (Con autoriza-
ción del paciente)
Lepra tuberculoide
HLA DR2, HLA DR3
Respuesta celular lenta
Predominio Th1
Resistencia a infección
Buena respuesta adaptativa
Paucibacilar
Localizada
Granuloma epitelioide
Respuesta NK adecuada
IL-2, IL-7, IL-12, IL-15, IL-18, IL-1β
INF-γ
TNF-α
CD4 en lesiones
TLR1, TLR2++++
Lepra lepromatosa
HLA DQ1
Respuesta humoral (IgG, IgM)
Predominio Th2
Anergia
Mala respuesta adaptativa
Multibacilar
Diseminada/difusa
Granuloma vacuolado
Mala respuesta NK
IL-4, IL-5, IL-10, IL-13
TGF-β1
TNF-α (más en reacción tipo 2)
CD8 en lesiones
TLR1, TLR2 ±
Linfocitos T reguladores
Supresión de linfocitos T por GLP-1
Lepra tuberculoide dimorfa (borderline)
Lepra lepromatosa dimorfa (borderline)
Forma indeterminada de lepra
Genes de susceptibilidad, genotipo de respuesta inmune
Figura 3. Respuesta inmune en la polarización de la lepra y estados intermedios. Tomado de referencia 8.
Inicio
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por persistencia del patógeno, hay acumulación
focal de los macrófagos activados, que conuyen
formando células epitelioides rodeadas de células
mononucleares y células plasmáticas, que se fun-
den formando células gigantes de Langerhans que
contienen varios núcleos pequeños en la periferia.6
En la LL, los macrófagos están repletos de bacilos,
pero son incapaces de digerirlos. Por su citoplasma
vacuolado, lucen espumosos (células de Virschow).7
El GLP-1 y otros lípidos recubren al Mycobacterium
leprae, impidiendo su destrucción oxidativa por ra-
dicales hidroxilo y aniones superóxido, lo que favo-
rece el escape a la vigilancia inmunológica y origi-
na una respuesta inamatoria muy lenta.3 Además,
Mycobacterium leprae induce apoptosis de macró-
fagos derivados de monocitos en una forma dosis
dependiente, a través de citocinas proapoptóticas
como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α).7
Tanto el predominio Th1 en LT como el predo-
minio Th2 en LL son estadios de la enfermedad. La
polarización clínica e inmunológica entre los dos ex-
tremos origina los diversos cuadros (Figura 3), de ahí
que los pacientes transiten a lo largo de este espectro
como parte de la historia natural de la enfermedad o
en respuesta a las intervenciones terapéuticas.8
El paciente descrito fue considerado dimorfo
porque las características clínicas sugerían LL (facies
leonina), pero la evidencia histológica mostró LT (gra-
nulomas con escasos bacilos, células de Langhans, y
destrucción del nervio). Aunque la imagen histoló-
gica fue confundida inicialmente con tuberculosis
cutánea, la necrosis caseosa intraneural es típica de
la lepra.4 La confusión en el diagnóstico inicial de la
lepra con tuberculosis es frecuente, no solo por la se-
mejanza clínica de las lesiones granulomatosas, sino
porque la tinción modicada de Ziehl-Neelsen pue-
de también colorear a Mycobacterium leprae.4 En el
paciente descrito, el diagnóstico fue esclarecido con
PCR, altamente sensible y especíca (99% certeza),
que resultó positiva para el bacilo de Hansen.9
Para el tratamiento de la lepra, la Organización
Mundial de la Salud recomienda administrar 2 a 3 fár-
macos por 3 a 5 años, usando como base rifampicina,
clofazimina y dapsona.1 En el paciente referido, dado
el reporte inicial de la biopsia (tuberculosis cutánea),
se utilizó una combinación de rifampicina, isonia-
zida y pirazinamida. La pirazinamida actúa contra
microorganismos intracelulares en el medio ácido de
los macrófagos. La rifampicina y la isoniazida son
bactericidas intracelulares. La rifampicina inhibe la
actividad de la ARN polimerasa bacteriana de Myco-
bacterium tuberculosis y Mycobacterium leprae, por
ello, el tratamiento inicial logró un efecto benéco.
La rifampicina es el fármaco que ataca con ma-
yor rapidez al bacilo de Hansen; los bacilos se vuel-
ven casi indetectables después de cinco días de una
dosis única de 1500 mg. La dosis recomendada es de
600 mg/día y la resistencia a este fármaco es rara.2
La respuesta a la terapia es muy lenta: los nódulos y
placas de la LL se aplanan visiblemente después de
tres meses de recibir tratamiento. La respuesta en la
forma dimorfa y en LT es más lenta.10
Es posible que la rápida respuesta terapéutica en
el paciente se debiera a la combinación de antifímicos
y al efecto adyuvante del EDL. En un modelo experi-
mental murino de lepra, la mejoría clínica de los ani-
males infectados y tratados con EDL se evidenció con
la reducción en la extensión y número de bacilos en
los granulomas, así como en el desarrollo de tejido de
granulación, indicativo de mejoría clínica, la cual fue
mayor en los ratones que recibieron EDL combinado
con bactericidas.10,11 En el paciente descrito, al igual
que en el modelo murino, se redujo el tamaño de los
nódulos y la sintomatología clínica. Además, se regis-
traron cambios en la citometría que sugieren reforza-
miento del perl Th1: se incrementaron los linfocitos
CD4 y las células NK y se redujeron levemente las
CD19. La relación CD4/CD8 se incrementó a 1.5.
Conclusiones
Se informó de un paciente con lepra dimorfa lepro-
matosa y deciencia leve de CD4+, diagnosticada
inicialmente como tuberculosis cutánea, quien res-
pondió rápidamente a tratamiento antifímico y EDL,
el cual ha sido utilizado como adyuvante en diversas
enfermedades.12-15 En este paciente se utilizó Transfe-
ron® (Instituto Politécnico Nacional, México), mez-
cla heterogénea de péptidos de bajo peso molecular
(<10 kDa) liberados por la ruptura de leucocitos de
sangre periférica de donadores sanos y cuyas accio-
nes inmunológicas demostradas son la inducción in
vitro de INF-γ en una línea celular de linfocitos T,
16
en
modelos animales in vivo17 y en pacientes con inmu-
nidad Th1 funcionalmente disminuida o alterada.14,15
La producción de citocinas Th1 pudo reestablecer
la inmunidad celular y la función bactericida de los
macrófagos, como fue reportado en el modelo murino
de lepra anérgica.
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Human dialyzable leukocyte extracts (DLEs) are heterogeneous mixtures of low-molecular-weight peptides that are released on disruption of peripheral blood leukocytes from healthy donors. DLEs improve clinical responses in infections, allergies, cancer, and immunodeficiencies. Transferon is a human DLE that has been registered as a hemoderivate by Mexican health authorities and commercialized nationally. To develop an animal model that could be used routinely as a quality control assay for Transferon, we standardized and validated a murine model of cutaneous HSV-1 infection. Using this model, we evaluated the activity of 27 Transferon batches. All batches improved the survival of HSV-1-infected mice, wherein average survival rose from 20.9% in control mice to 59.6% in Transferon-treated mice. The activity of Transferon correlated with increased serum levels of IFN- γ and reduced IL-6 and TNF- α concentrations. Our results demonstrate that (i) this mouse model of cutaneous herpes can be used to examine the activity of DLEs, such as Transferon; (ii) the assay can be used as a routine test for batch release; (iii) Transferon is produced with high homogeneity between batches; (iv) Transferon does not have direct virucidal, cytoprotective, or antireplicative effects; and (v) the protective effect of Transferon in vivo correlates with changes in serum cytokines.
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Leprosy is a disease consisting of a spectrum of clinical, bacteriological, histopathological and immunological manifestations. Tuberculoid leprosy is frequently recognized as the benign polar form of the disease, while lepromatous leprosy is regarded as the malignant form. The different forms of leprosy depend on the genetic and immunological characteristics of the patient and on the characteristics of the leprosy bacillus. The malignant manifestations of lepromatous leprosy result from the mycobacterial-specific anergy that develops in this form of the disease. Using murine leprosy as a model of anergy in this study, we first induced the development of anergy to Mycobacterium lepraemurium (MLM) in mice and then attempted to reverse it by the administration of dialysable leucocyte extracts (DLE) prepared from healthy (HLT), BCG-inoculated and MLM-inoculated mice. Mice inoculated with either MLM or BCG developed a robust cell-mediated immune response (CMI) that was temporary in the MLM-inoculated group and long-lasting in the BCG-inoculated group. DLE were prepared from the spleens of MLM- and BCG-inoculated mice at the peak of CMI. Independent MLM intradermally-inoculated groups were treated every other day with HLT-DLE, BCG-DLE or MLM-DLE, and the effect was documented for 98 days. DLE administered at a dose of 1.0 U (1 × 106 splenocytes) did not affect the evolution of leprosy, while DLE given at a dose of 0.1 U showed beneficial effects regardless of the DLE source. The dose but not the specificity of DLE was the determining factor for reversing anergy.
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In leprosy, classic diagnostic tools based on bacillary counts and histopathology have been facing hurdles, especially in distinguishing latent infection from active disease and diagnosing paucibacillary clinical forms. Serological tests and IFN-gamma releasing assays (IGRA) that employ humoral and cellular immune parameters, respectively, are also being used, but recent results indicate that quantitative PCR (qPCR) is a key technique due to its higher sensitivity and specificity. In fact, advances concerning the structure and function of the Mycobacterium leprae genome led to the development of specific PCR-based gene amplification assays for leprosy diagnosis and monitoring of household contacts. Also, based on the validation of point-of-care technologies for M. tuberculosis DNA detection, it is clear that the same advantages of rapid DNA detection could be observed in respect to leprosy. So far, PCR has proven useful in the determination of transmission routes, M. leprae viability, and drug resistance in leprosy. However, PCR has been ascertained to be especially valuable in diagnosing difficult cases like pure neural leprosy (PNL), paucibacillary (PB), and patients with atypical clinical presentation and histopathological features compatible with leprosy. Also, the detection of M. leprae DNA in different samples of the household contacts of leprosy patients is very promising. Although a positive PCR result is not sufficient to establish a causal relationship with disease outcome, quantitation provided by qPCR is clearly capable of indicating increased risk of developing the disease and could alert clinicians to follow these contacts more closely or even define rules for chemoprophylaxis.
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Human dialyzable leukocyte extracts (DLEs) are heterogeneous mixtures of low-molecular-weight peptides that modulate immune responses in various diseases. Due their complexity, standardized methods to identify their physicochemical properties and determine that production batches are biologically active must be established. We aimed to develop and validate a size exclusion ultra performance chromatographic (SE-UPLC) method to characterize Transferon™, a DLE that is produced under good manufacturing practices (GMPs). We analyzed an internal human DLE standard and 10 representative batches of Transferon™, all of which had a chromatographic profile characterized by 8 main peaks and a molecular weight range between 17.0 and 0.2kDa. There was high homogeneity between batches with regard to retention times and area percentages, varying by less than 0.2% and 30%, respectively, and the control chart was within 3 standard deviations. To analyze the biological activity of the batches, we studied the ability of Transferon™ to stimulate IFN-γ production in vitro. Transferon™ consistently induced IFN-γ production in Jurkat cells, demonstrating that this method can be included as a quality control step in releasing Transferon™ batches. Because all analyzed batches complied with the quality attributes that were evaluated, we conclude that the DLE Transferon™ is produced with high homogeneity.
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The effective immunological response against herpes virus infections is mediated by Th1 cells. Dialyzable leukocyte extracts have the ability to modulate the immune response, driving a Th1 response. Therefore, we evaluate the cytokine production (Th1 vs Th2) in herpetic stromal keratitis patients treated with acyclovir and dialyzable leukocyte extracts. CD4+ T cells were analyzed in PBMC for the expression of intracellular IFN-g and IL-4 by flow cytometry. We observed an increase in the number of CD4+IFNg+ after treatment with dialyzable leukocyte extracts (p=0.01). Our findings suggest that dialyzable leukocyte extracts induce a Th1 response by increasing CD4+IFN-g+ T cells. Therapy with dialyzable leukocyte extracts could become an excellent therapeutic tool to improve the clinical outcome of patients with recurrent herpetic keratitis.
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In the mid-1980s, Mosmann, Coffman, and their colleagues discovered that murine CD4+ helper T-cell clones could be distinguished by the cytokines they synthesized. The isolation of human Th1 and Th2 clones by Romagnani and coworkers in the early 1990s has led to a large number of reports on the effects of Th1 and Th2 on the human immune system. More recently, cells other than CD4+ T cells, including CD8+ T cells, monocytes, NK cells, B cells, eosinophils, mast cells, basophils, and other cells, have been shown to be capable of producing "Th1" and "Th2" cytokines. In this review, we examine the literature on human diseases, using the nomenclature of type 1 (Th1-like) and type 2 (Th2-like) cytokines, which includes all cell types producing these cytokines rather than only CD4+ T cells. Type 1 cytokines include interleukin-2 (IL-2), gamma interferon, IL-12 and tumor necrosis factor beta, while type 2 cytokines include IL-4, IL-5, IL-6, IL-10, and IL-13. In general, type 1 cytokines favor the development of a strong cellular immune response whereas type 2 cytokines favor a strong humoral immune response. Some of these type 1 and type 2 cytokines are cross-regulatory. For example, gamma interferon and IL-12 decrease the levels of type 2 cytokines whereas IL-4 and IL-10 decrease the levels of type 1 cytokines. We use this cytokine perspective to examine human diseases including infections due to viruses, bacteria, parasites, and fungi, as well as selected neoplastic, atopic, rheumatologic, autoimmune, and idiopathic-inflammatory conditions. Clinically, type 1 cytokine-predominant responses should be suspected in any delayed-type hypersensitivity-like granulomatous reactions and in infections with intracellular pathogens, whereas conditions involving hypergammaglobulinemia, increased immunoglobulin E levels, and/or eosinophilia are suggestive of type 2 cytokine-predominant conditions. If this immunologic concept is relevant to human diseases, the potential exists for novel cytokine-based therapies and novel cytokine-directed preventive vaccines for such diseases.
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Transfer factor (TF) is a low-molecularweight lymphocyte extract capable of transferring antigen-specific cell-mediated immunity (CMI) to T lymphocytes. It has been used successfully as an adjuvant or primary therapy for viral, parasitic, fungal, and some bacterial infections, as well as immunodeficiencies, neoplasias, allergies and autoimmune diseases. From the list of infections that seem to respond noticeably to transfer factor, those due to viruses of the herpes family are particularly remarkable. Indeed, for these viruses it was shown that TF can prevent infection or relapse, acting as a CMI vaccine. Data also suggest its possible use for adjuvant treatment and probably prevention of two currently widespread infections: tuberculosis and AIDS. Furthermore, TF has an interesting potential: answering the challenge from unknown pathogenic agents, a black box effect permitting production of antigen-specific TF to a new pathogen, even before its identification. It thus seems that the preventative potential of transfer factor is as important as its therapeutic one, both discussed in this review.
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Mycobacteria are characterized by a complex cell wall, the lipid nature of which confers to the bacilli resistance to drying, acid or alkaline conditions, and to chemical disinfectants and therapeutic agents. Pathogenic species, such as Mycobacterium tuberculosis, M. leprae and M. ulcerans, have evolved various strategies to establish residence in their hosts and provoke long-term infections. There is mounting evidence that the unique lipids composing their envelopes, strategically located at the host-pathogen interface, contribute to their escape from immune surveillance. Here, the chemical structure, host cell receptors and biological actions of this emerging class of mycobacterial virulence factors are reviewed.
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The identity and the mechanism of action of the TF molecule(s) have not been determined, although considerable progress has been made in purification of the crude material. Also unresolved is the issue of the 'specificity' of passive transfer with TF. It seems clear that in addition to the apparent immunologic specificity of TF, the preparations also contain nonspecific activities that may amplify low intensity inflammatory responses. In one disease, chronic mucocutaneous candidiasis, TF is an efficacious agent, but only when used in conjunction with antibiotic therapy.