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Las formas de la verdad: investigación, docuficción y memoria en la novela hispánica (2000-2015), de José Martínez Rubio

Authors:
  • International University of La Rioja (UNIR)

Abstract

Reseña del ensayo de José Martínez Rubio sobre las novelas españolas y latinoamericanas (2000-2015) que se ocupan de investigaciones llevadas a cabo por escritores sobre hechos del pasado.
MARTÍNEZ RUBIO, José (2015).
Las formas de la verdad: investigación,
docuficción y memoria en la novela hispánica
(2000-2015). Barcelona: Anthropos: Uni-
versidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
Un estudio sobre la categoría de “verdad”
en la novela histórica actual, sobre las
fronteras entre lo real y lo ficcional resulta no
solo pertinente, sino que es casi un reclamo
del momento presente. En los últimos años
han proliferado -y han ganado popularidad–
formas híbridas entre la ficción y la realidad de
los momentos históricos precisos, que abren
todo un campo de discusión teórico-literaria,
pero también filosófica y cultural. Las
narraciones que ficcionalizan los hechos
reales, o ficciones que simulan la realidad, se
insertan intencionalmente en ese terreno
fronterizo y exploran esa buscada tensión
entre el impacto de los hechos ocurridos en la
realidad y la fuerza de la representación
artística.
Fenómenos como la autoficción, la
docuficción, la metaficción, la autobiografía
ficticia o la novela ucrónica dan fe de la
envergadura del proceso de intersectar lo real
y lo!imaginario. De hecho, no sólo la narrativa
reciente se nutre de esa autenticidad ambigua.
El llamado falso periodismo, puesto de
manifiesto en algunos programas televisivos, o
el cine en el formato documental ofrecen
construcciones ambiguas en este sentido. Sin
duda el desarrollo de la realidad virtual facilita
el uso de la ficción (o del falseamiento) en los
medios de comunicación o imágenes
fotográficas. Los reality show, el falso docu-
mental (mockumentary), la ucronía, el
docudrama o la fotoficción plantean un nivel
de la realidad diferente, que se balancea entre
la verdad y la ficción, y que en las últimas
décadas ha estado en el centro de la polémica.
En este intenso contexto cultural de
relativismo y subjetividad postmoderna surge
el estudio de José Martínez Rubio, con el fin
de ahondar en la temática señalada, discutir las
propuestas teóricas y clarificar la situación de
la llamada novela de investigación de escritor.
En el terreno literario, tras el cambio de
paradigma cultural después de 1989 “el sujeto
a través de la literatura (y del arte en general)
ha emprendido una búsqueda individual de
respuestas sobre la historia, la política, los
sucesos traumáticos colectivos, familiares,
personales, etc.” (2015: 10) explica el autor
en la introducción. La aparición de Soldados
de Salamina de Javier Cercas en 2001 ha
originado una multiplicación de narrativas
tejidas sobre un proceso de investigación
emprendida por un escritor, donde éste revela
la verdadera historia nunca contada.
Las formas de la verdad: investigación,
docuficción y memoria en la novela hispánica
(2000-2015) traza un panorama de los
géneros más pertinentes para entender la
novela de investigación de escritor: la novela
histórica, la novela negra, géneros no
ficcionales y la novela de la memoria. La
modalidad de la investigación como estructura
de la trama emerge con fuerza en este contexto
desde el año dos mil. En cierto sentido puede
considerarse una que esa emergencia supone
una revitalización de estos géneros, que de
alguna forma fusionan sus estrategias
textuales. Martínez Rubio quiere dejar claro
que, siendo más bien una estrategia narrativa,
una “estética realista postmoderna” (2015:
111), sin llegar configurar un subgénero
específico, presenta unos rasgos reveladores y
representativos para la narrativa de principios
de siglo XXI.
Como corpus de su estudio el autor escoge
veintiocho novelas, editadas en la primera
quincena del siglo XXI. En la lista de autores
analizados se encuentran tanto los narradores
españoles: Javier Cercas, Juan Manuel de
Prada, Carme Riera, Isaac Rosa, Ignacio
Martínez de Pisón, Benjamín Prado, Francesc
Bayarri, Jordi Soler, Elvira Cambrils, Kirmen
Uribe, Justo Navarro, Francisco Xosé
Fernández Naval, Pablo Martín Sánchez,
Francisco Martínez Roca, Jaime Martín y
Rafael Reig; como procedentes de
Latinoamérica: el colombiano Juan Gabriel
Vásquez, el guatemalteco Rodrigo Rey Rosa,
Dabrowska, Monika. “Las formas de la verdad: investigación, docuficción y
memoria en la novela hispánica (2000-2015), de José Martínez Rubio”.
Kamchatka. Revista de análisis cultural 10 (2017): 570-573.
DOI: 10.7203/KAM. 10.10154 ISSN: 2340-1869
Reseñas
el cubano Leonardo Padura, el chileno
Alberto!Fuguet o los argentinos Patricio Pron
y Leopoldo Brizuela. El denominador común
de las novelas analizadas es la indagación
sobre el pasado que emprende el narrador-
protagonista, fácilmente identificable con el
autor del libro. Todas validan el discurso
narrativo como proceso de esclarecimiento de
los hechos.
El trabajo de José Martínez Rubio consiste
primero en señalar y contextualizar el
fenómeno de la investigación de escritor,
desentrañar los orígenes de los proce-
dimientos de esta estrategia narrativa y
reflexionar sobre sus significados dentro del
campo de la postmodernidad. Este es el
contenido del primer apartado, titulado “Otras
investigaciones. La investigación del escritor”,
que sienta las bases para explicar cómo se
gestan las narrativas de investigación. El autor
señala, por un lado, un cambio de estética
originado por la hibridez genérica, mezcla de
alta y baja cultura, vigorosa metaficcionalidad
y voluntad paródica. Por otra parte, la
popularidad de los géneros policial e histórico,
de la nonfiction novel y la novela de la memoria
(en España centrada fundamentalmente en la
Guerra Civil). Todo ello despertó interés por
el pasado reciente y configuró lo que Martínez
Rubio llama “otra investigación”.
En el capítulo siguiente, titulado
“Autenticidad, ficción y ambigüedad” el autor
rastrea las (muchas veces problemáticas)
relaciones entre la verdad y la mentira en
diversas representaciones culturales (arte,
periodismo, memoria histórica). Trae a
consideración ejemplos reales de “ficcio-
nalización” de noticias en medios de
comunicación, en las redes sociales, los
polémicos mockumentaries, docudramas,
docu-soaps o en montajes de fotoperiodismo.
Entra finalmente en el ámbito literario,
retoma, discute y explora las nociones de
“pacto de lectura” lejeuniano, el “pacto
ambiguo” introducido por Manuel Alberca
(2007), los postulados de Paul Ricoeur
referentes a la relación historia-ficción y de
otros teóricos, con el fin de esclarecer el
fenómeno de la novela ambigua desde una
perspectiva teórica.
Durante este recorrido teórico, un tanto
fatigoso, el autor explora las posibilidades que
abre la estética de la ambigüedad: “desplegar
los sentidos del relato más allá de los hechos,
intensificando la voluntad del autor” (2015:
115), o “incidir, resaltar, cuestionar y
repensar precisamente la realidad y la
«verdad» de los hechos” (2015: 135-136).
Afirma que lo ambiguo constituye una “tercera
vía, como alternativa controlada a la realidad,
por un lado, y a la ficción, por otro” (2015:
119), muy apta para transmitir conocimientos
y posicionamientos éticos. Este es el caso de la
autoficción o docuficción. Reconoce que este
tratamiento de la problemática de la
ambigüedad requiere definir de nuevo el
concepto de “verdad” o “veracidad”. El libro
no trata de llegar a eso, pero sí a desarrollar
una reflexión particularmente vigente en una
época que busca volver a la realidad a través de
los simulacros, en este caso ficcionales.
El capítulo tercero, “Análisis crítico de la
investigación”, examina la construcción del
proceso de búsqueda de la verdad en las
novelas de investigación. El autor describe
cinco procedimientos narrativos de
indagación: rememoración, reconstrucción,
revelación, exploración e investigación,
ejemplificándolos con textos de los autores
estudiados. Al tratar los posibles tipos de
finales en las novelas comentadas, analiza con
especial detenimiento tres de ellas: El material
humano de Rodrigo Rey Rosa (2009), El
espía de Justo Navarro (2011) y Los
informantes de Juan Gabriel Vásquez (2004).
Con agudeza puntualiza las diferencias
procedimentales entre la investigación policial
y la investigación del escritor. La segunda se
analiza desde el punto de vista del cambio que
experimenta el género policiaco, perceptible
en la manera de concebir la figura del criminal
y la víctima y otros elementos constitutivos del
género negro.
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Reseñas
Esta parte del libro indaga también sobre
los recursos de “autenticidad” empleados en
las novelas en cuestión: el azar y la obsesión, el
uso de los documentos y el juego intertextual.
El autor-investigador de las novelas recopila
documentos, testimonios, información de
otras fuentes para resolver sus dudas y
sospechas. Alrededor de este proceso se
construye toda la novela, conjugando la ficción
y las modalidades no ficticias.!Especialmente
interesantes son las páginas dedicadas al
material documental usado en las tramas,
atendiendo a toda la tradición literaria en esta
materia. El autor no va sin embargo más allá de
constatar que “el documento pueda jugar un
papel oscilante entre la ficción y la realidad, y
genere un «efecto de autenticidad»
cambiante” (2015: 211).
La última parte, titulada “Investigar: un
acto de escritura, una ética del yo”, lleva a cabo
una reflexión sobre la figura de escritor-
investigador. El autor del libro pone el foco de
atención en el perfil de investigador en la
trama (que coincide con el de escritor), y sus
motivaciones a la hora de sumergirse en los
oscuros pliegues de la historia y relatar en
primera persona su experiencia detectivesca.
La fuerte presencia del “yo” del autor-escritor
que late detrás de los procedimientos
narrativos en estos textos se explica con la
crisis de la figura del escritor en la narrativa
actual. Ante la pérdida de su estatus de
intelectual de referencia, la posibilidad de
emprender la escritura sobre sí mismo y su
propio acto de investigación es lo que da
sentido a su tarea. Esta labor es “una metáfora
de la creación misma” (2015: 257), ya que “la
búsqueda de una verdad privada se convierte
en novela” (2015: 257). En el fondo el motivo
de emprender una novela de investigación es
recuperar la ficción.
Martínez Rubio percibe la conexión de
estos fenómenos con el momento histórico
actual, carente de grandes relatos, necesitado
de respuestas y con subjetividades marcadas
por el individualismo, pero que muestran, al
mismo tiempo, un deseo de involucrarse en la
causas ciudadanas. En ese contexto, no es
extraña la proliferación de novelas saturadas
del “yo” narrativo, del autor–narrador que
filtra la realidad a través de su subjetividad. En
este tipo de novela el escritor no sólo se
representa a sí mismo (se ficcionaliza), sino se
constituye como punto de referencia textual y
extratextual -de la realidad que describe. Por
eso la novela es ficcional y referencial al mismo
tiempo. El individuo de hoy, tal y como lo
describen los filósofos y sociólogos, está
deseoso de volver a lo real (y por lo tanto
insertarse en la historia), de recuperar la
concienca ciudadana. Su necesidad de
encontrar las respuestas es lo que fundamenta
toda la metáfora de la investigación. Se
encuentra a la vez con las dificultades
cognoscitivas del “intelectual líquido” (2015:
267) e “intelectual enlazado” (2015: 284).
En su diagnóstico el autor evoca la autoridad y
la solidez de intelectual del siglo pasado,
firmeza inalcanzable en tiempos presentes.
En la parte final del libro el autor proyecta
su estudio a otros campos y otros discursos
públicos (cinematográfico, documental,
televisivo, político, periodístico, fotográfico),
convencido de que lo que sucede en la
literatura puede ayudar a entender e iluminar
los fenómenos surgidos en otros ámbitos de la
vida social y política. Aquí dedica más atención
a la novela El espíritu de mis padres sigue
subiendo en la lluvia de Particio Pron (2011).
Todas esas coordenadas, literarias y culturales
llevan inevitablemente a preguntarse por el
poder de la ficción y su utilidad para dar
cuenta de la realidad y dotarla de sentido; y de
relacionarla inevitablemente con la “verdad”
de los hechos investigados, una “verdad”
siempre aproximada, provisional y acom-
pañada de duda. Según el autor esa
ambigüedad es un nuevo terreno “que sirve
fecundamente a este intelectual enla-
zado” (308).
Visto en su conjunto, el análisis realizado
en Las formas de la verdad presenta muchos
puntos de interés y también algunos que
merecerían ser desarrollados en próximos
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Reseñas
trabajos. Sin duda ofrece un aporte al estudio
de la novela histórica y la novela de la memoria
actual, en su vertiente de novelas de
investigación de escritor. Cabe subrayar la
vigencia de la exploración literaria que ofrece
Martínez Rubio, llamando la atención sobre un
fenómeno que requiere atención por parte de
los estudios actuales en España y en
Latinoamérica. Otro rasgo positivo que
podemos sumar al anterior es una amplia
contextualización socio-cultural de las
trasformaciones perceptibles en la novela de
investigación. El autor los conecta con los
cambios experimentados por el sujeto
postmoderno, señalados por Zygmunt
Bauman, Alain Badiou o Slavoj Žižek. En ese
sentido la novela de investigación de escritor
es para José Martínez Rubio un diagnóstico de
la época y de la narrativa hispánica actual,
“signo de época”, “epifenómeno de todo un
estado cultural” (2015: 21), afirmación que
queda ampliamente justificada a lo largo de
todo el trabajo de investigación.
Por otro lado, la complejidad de la
argumentación hace que, en determinados
momentos, el lector pueda echar en falta una
línea más directa hacia la resolución de los
problemas que plantea. Efectivamente,
Martínez Rubio se preocupa por atender a los
aspectos ontológicos, axiológicos y éticos del
concepto de la verdad y los juegos que la
ficción establece con ella. Tal planteamiento
otorga al estudio un gran calado filosófico y
teorético-cultural, pero que, por ello mismo,
no acaba de llegar a conclusiones definitivas
sino que opta por dejar el debate abierto e
inconcluso. Tal como enuncia su título, el
estudio se instala, también en sus
conclusiones, en el terreno de lo ambivalente y
escoge el riesgo (pero también la potencia) de
interpretaciones y lecturas abiertas de
procesos culturales de difícil caracterización.
Sin duda la monografía muestra originalidad y
un gran esfuerzo intelectual, dejando la puerta
abierta a próximos estudios que se pregunten
acerca de las posibilidades y los límites de la
ficción para indagar en lo real.
MONIKA DABROWSKA
UNIVERSIDAD CEU CARDENAL HERRERA
VALENCIA
mon_dab@yahoo.es!
KAMCHATKA 10 (DICIEMBRE 2017): 570-573 573
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