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Abstract

El presente artículo reflexiona sobre las visiones de futuro que tienen los distintos grupos so- ciales en Costa Rica. A partir de una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Sociales en Población (iDEspo) de la Universidad Nacional de Costa Rica, en octubre de 2013, se investigan las percepciones generales que tiene la población costarricense sobre el futuro del país y se identifi- can cuáles son las características que la población desea que tenga dicho futuro. Los resultados indican que existe una relación significativa entre la condición socioeconómica, la edad y la percepción del futuro. No obstante, mayoritariamente, la población tiene una percepción negativa del futuro y ve poca posibilidad de que este mejore.
Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 31, n.º 42, enero-junio 2018, pp. 177-194.
DOI: http://dx.doi.org/10.26489/rvs.v31i42.8
artículo
visionEs DEL FutuRo En CostA RiCA
un EstuDio A pARtiR DE LAs pERCEpCionEs DE LA pobLACión
José Andrés Díaz - González,
Sindy Mora Solano y Luis Diego Soto Kiewit
Resumen
El presente artículo reflexiona sobre las visiones de futuro que tienen los distintos grupos so-
ciales en Costa Rica. A partir de una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Sociales en
Población (iDEspo) de la Universidad Nacional de Costa Rica, en octubre de 2013, se investigan las
percepciones generales que tiene la población costarricense sobre el futuro del país y se identifi-
can cuáles son las características que la población desea que tenga dicho futuro. Los resultados
indican que existe una relación significativa entre la condición socioeconómica, la edad y la per-
cepción del futuro. No obstante, mayoritariamente, la población tiene una percepción negativa
del futuro y ve poca posibilidad de que este mejore.
Palabras clave: Cultura política / futuro / población / Costa Rica.
Abstract
Visions of the future in Costa Rica: a study based on the perceptions of the population
This paper thinks about the conceptions the future of different social groups. The survey was per-
formed by the Social Studies of Population Institute (iDEspo) of the National University of Costa Rica,
in October 2013, to identify the general perceptions of the Costa Rican population about the expecta-
tions of the country. The paper concludes the existence of a significant relationship between socio-
economic status, age of the persons and their perception of the future. However, in general, people
have a negative perception of the future and see a little chance that this will improve.
Keywords: Political culture / future / population / Costa Rica.
José Andrés Díaz - González: Doctorando en Gobierno y Políticas Públicas. Magister en His-
toria y licenciado en Ciencias Políticas. Investigador en el Instituto de Estudios Sociales en
Población (idesPo) de la Universidad Nacional de Costa Rica (una) y docente de la Escuela de
Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (ucr). E-mail: jose.diaz.gonzalez@una.cr
Sindy Mora Solano: Licenciada en Sociología, Universidad de Costa Rica (ucr), y máster en Dere-
chos Humanos y Educación para la Paz de la Universidad Nacional (una). Investigadora del Insti-
tuto de Estudios Sociales en Población (idesPo), de la Universidad Nacional (una). Docente en la
Universidad de Costa Rica (ucr). E-mail: sindy.mora.solano@una.cr
Luis Diego Soto Kiewit: Sociólogo, magíster en Planificación. Investigador del Programa
Ciencia, Tecnología e Innovación de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional de
Costa Rica. E-mail: kiwit45@hotmail.com
Recibido: 5 de junio de 2017.
Aprobado: 23 de agosto de 2017.
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Introducción
En este artículo presentamos una reflexión sobre las culturas políticas y las
percepciones de la población costarricense respecto al futuro del país. A
partir de una encuesta realizada en octubre de 2013 por el Programa Um-
bral Político del Instituto de Estudios Sociales en Población (idespo) de la
Universidad Nacional de Costa Rica, indagamos en torno a las percepciones
generales que tiene la población sobre el futuro del país y las características
que desearía que tuviera este futuro1.
Al reflexionar sobre las percepciones acerca del futuro, con fines me-
todológicos, posicionamos una serie de escenarios con los que la población
se sintiera más o menos identificada. Estos escenarios son: 1) de ruptura y
transformación, 2) de estabilidad y continuidad y 3) de pesimismo acerca
del futuro. En ese sentido, las preguntas formuladas en el instrumento de la
encuesta estuvieron enfocadas a explorar esas tres aristas en las percepciones
de quienes fueron consultados, en un contexto político en el que se desarro-
llaba la campaña de cara al proceso electoral del año 2014.
Adicionalmente, indagamos en torno a la distinción entre las acciones que
la población considera necesario realizar para mejorar la situación del país y su
propio bienestar, y aquellas que efectivamente se realizan. Lo anterior parte de
la idea de que, en ocasiones y por razones diversas que escapan a los objetivos
de la encuesta, los grupos poblacionales captan problemáticas sociales sobre
las que tienen poca injerencia o reducidas capacidades para incidir.
Como último aspecto, indagamos sobre las tensiones individuales, co-
lectivas, institucionales y empresariales que se manifiestan en las percep-
ciones en torno al futuro, partiendo de la hipótesis de que esas dimensiones
del ser político en sociedad inciden en las formas en las que comprendemos
e imaginamos el futuro. Es decir, indagamos si en las percepciones sobre
el futuro prima la defensa de los intereses individuales o colectivos, de la
institucionalidad pública o de los actores privados, en los que puede haber
coincidencia o conflictos y tensiones producidos por la imposición de los
intereses privados o de los procesos de discriminación y exclusión a los que
se ven expuestos diversos grupos de la población.
1 Agradecemos al equipo supervisor de encuestas del idespo, en especial a Jacqueline Centeno
y a Laura Solís, por todo su trabajo. También agradecemos a Carlos Sánchez y a todas las per-
sonas que colaboraron en la aplicación y digitación de los cuestionarios.
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Este artículo se compone de cuatro apartados. En el primero se expone
una reflexión teórica sobre las culturas políticas y la concepción de futuro.
En el segundo se encuentran los aspectos metodológicos del trabajo realiza-
do. En el tercer apartado se muestran los principales resultados de la encuesta
y en el último se presentan algunas reflexiones finales.
Culturas políticas y futuro: acercamiento teórico
Para analizar las percepciones en torno al futuro político del país hemos re-
currido al concepto de culturas políticas, considerando que dichas percepcio-
nes y las formas que adquieren las imágenes y los deseos en torno al futuro se
encuentran arraigados en las maneras en las que se comprende y se vivencia
culturalmente la política.
Por cultura política entendemos “… la existencia de un conjunto de ac-
titudes, normas, valores, conocimientos y creencias generalizadas en una so-
ciedad que operan como el marco simbólico que otorga sentido al proceso y a
los comportamientos políticos” (Bobes, 2000, p. 125). Así, mediante esta serie
de mecanismos, se van construyendo, reproduciendo y compartiendo sentidos
respecto a cómo se entiende y se ejerce la política. En la cultura política se
expresan las dimensiones personales, subjetivas e históricas que marcan las
formas en las que se ha vivido y se vivencia la política. Es decir, la subjetividad
y la historia son expresiones de la cultura política, al mismo tiempo que inci-
den en todos los fenómenos entendidos como cultura política. En este mismo
sentido, enfoques como el aportado por Miller (2011) han señalado cómo tras
las políticas públicas y la toma de decisiones se encuentran escenarios y con-
cepciones en torno al futuro que no siempre se hacen explícitos.
Asimismo, Giacomo Sani señala la importancia de las orientaciones, el
lenguaje y los símbolos como parte de la cultura política. Sobre las orien-
taciones, este autor identifica la indiferencia, el cinismo, la confianza y la
adhesión política como expresiones centrales de este fenómeno (Sani, 1991).
De esta manera, los tres escenarios anteriormente nombrados (de ruptura y
transformación, de estabilidad y continuidad, o de pesimismo respecto al fu-
turo) se pueden entender como orientaciones de la cultura política de los
distintos grupos poblacionales.
En este sentido, teniendo como punto de partida lo apuntado por Bobes
(2000), en este artículo consideramos que no hay una única cultura política,
dado que reconocemos su heterogeneidad; es decir, existen culturas políticas,
en plural, determinadas por las características de los grupos poblacionales en
los que estas se encuentran inscritas y por su ubicación en una estructura de
poder. De esta manera, es posible encontrar culturas políticas hegemónicas y
no hegemónicas, articuladas de acuerdo con la edad, el género y los aspectos
socioeconómicos que inciden en las formas en las que se concibe el futuro.
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Acerca de la relación entre culturas políticas y futuro, Lechner (2006)
ha señalado algunos procesos que pueden incidir en las percepciones en
torno al último. Uno de estos procesos refiere a la mercantilización, en la
cual la construcción de las imágenes de futuro puede estar atravesada por
las reglas del mercado, siendo que se sueña con aquello que tiene un valor
en el mercado y que, por ende, se puede comprar. El segundo elemento da
cuenta del surgimiento de nuevas incertidumbres, que pueden interferir en
la construcción de imágenes sobre el futuro, desmovilizando o limitando
su potencial transformador. Finalmente, puede interferir en estos procesos
el deseo de estabilidad, que también incide en las percepciones estudiadas,
posicionando la idea de que se debe aspirar a la quietud, la permanencia y
la no transformación de ningún aspecto de la vida social. Este autor indica
que la utopía se construye desde la realidad existente; en otras palabras, es
el orden existente, creado socialmente, el que indica a los grupos pobla-
cionales qué es factible y qué no en la búsqueda de un orden deseado. Los
grupos humanos solo pueden crear una sociedad que sean capaces de ima-
ginar, y esta capacidad está limitada por la realidad en la que se encuentran
inmersos (Lechner, 2006, p. 322-329).
En cuanto a ese abordaje de los imaginarios de futuro, es importante
mencionar el trabajo de autores como Poli (2014) y Beckert (2013), quienes
han establecido la necesidad de estudiar la realidad de forma prospectiva, es
decir, a través de la identificación de escenarios futuros. Si bien el abordaje
de este trabajo no se posiciona desde esa perspectiva, sí brinda algunas líneas
que permiten identificar lo que la población costarricense está imaginando en
relación con el futuro.
Tomando en cuenta lo anterior, el trabajo se aproxima a lo que Beckert
(2013) denomina como “fictional expectations” (expectativas ficticias), en-
tendidas estas como la construcción de imaginarios presentes sobre condicio-
nes o situaciones futuras, no como pronósticos, sino como una lectura de las
expectativas de la población.
Aspectos metodológicos
Los datos analizados en este artículo provienen de una encuesta telefónica
realizada por el Instituto de Estudios Sociales en Población (idespo) de la
Universidad Nacional de Costa Rica (una), efectuada entre el 7 y el 19 de
octubre de 2013, a una muestra de 800 personas, mayores de edad, costarri-
censes o con tres o más años de residencia en el país. Los resultados cuentan
con un nivel de confianza del 95% y un margen de error de +3,5%.
La muestra se construyó a través de la selección de los números tele-
fónicos mediante un muestreo simple al azar, a partir de una base de datos
que contenía todos los números telefónicos de las viviendas particulares del
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territorio costarricense. La selección de las personas entrevistadas se realizó
mediante cuotas probabilísticas por sexo y edad que replicaban la distribu-
ción de la población nacional en esas características particulares.
Además, con el fin de dar cuenta del nivel socioeconómico, se construyó
un indicador tomando como referencia las pertenencias del hogar. En total,
se consideraron ocho variables asociadas con la tenencia de artefactos en el
hogar. A cada una de esas variables se le asignó un peso con el fin de que
los artefactos que más se poseen ejerzan menor influencia en el indicador.
Una vez asignados los pesos, se multiplicó el peso de cada artefacto por 1 en
caso de que el hogar tuviese el artefacto y por 0 en caso de que no lo tuviese.
Con dichos datos, se construyó el indicador de pertenencias sumando los
resultados de las multiplicaciones y se estandarizaron los resultados para que
su valor final oscilara entre 0 y 10. Por último, se clasificaron los resultados
del indicador en: nivel económico bajo (0 a 32), medio (33 a 66) y alto (67 a
100). Con esto se obtuvo que el 21,5% de la población encuestada se encuen-
tra en un nivel económico bajo, el 41,8% en un nivel económico medio y el
36,7% en un nivel alto.
Percepciones generales de la
población sobre el futuro de Costa Rica
Las personas que participaron en la encuesta fueron consultadas respecto
a si consideraban que en los próximos diez años la situación de Costa Rica
iba a mejorar, empeorar o seguir igual (ver Cuadro 1). Los resultados mues-
tran que la opinión de la población se encuentra bastante dividida, con una
tendencia un poco mayor a considerar que la situación del país empeorará
en los próximos años. Así, el 32,4% de la población encuestada indicó que
la situación mejoraría, el 24,8% señaló que se mantendría igual y el 37,1%
indicó que la situación empeoraría.
Cuadro 1. Pregunta: Hablando sobre el futuro de Costa Rica, ¿considera usted
que las cosas podrían cambiar en el país dentro de los próximos diez años?
Absoluto Porcentaje
Para mejorar 259 32,4
Para seguir igual 198 24,8
Para empeorar 297 37,1
Total 754 94,3
No sabe / no contesta 46 5,8
Total general 800 100,0
Fuente: Mora Solano, Soto Kiewit y Díaz - González (2014).
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Cuando se contrasta la percepción del futuro del país con la condición so-
cioeconómica de las personas entrevistadas, la prueba de Chi-cuadrado indica
que hay relación entre ambas variables (p < 0,05), mostrando que las personas
con un nivel socioeconómico alto son más proclives a pensar que la situación
del país va a mejorar en el futuro. No obstante, no podemos saber si esa per-
cepción considera que esta mejora del futuro del país traerá beneficio a toda
la población o si, por el contrario, solo mejorará las condiciones de vida de las
personas que cuentan con un nivel socioeconómico alto. Lo anterior se debe a
que las personas en condiciones socioeconómicas ventajosas no suelen imagi-
nar futuros más inclusivos o con una mejor distribución de la riqueza.
En lo que respecta a la relación entre edad y percepción del futuro, se
constata que también existe una relación estadísticamente significativa entre
ambas variables (Chi-cuadrado p < 0,05). Las personas más jóvenes (18 a 24
años) y las que están entre los 35 y los 44 años son las que tienden a respon-
der en mayor medida que el futuro podría cambiar para mejorar en los próxi-
mos diez años. Si bien los motivos de esta relación deben ser analizados con
mayor profundidad, como explicación tentativa podemos plantear lo siguien-
te: las personas ubicadas en el primer grupo (18 a 24 años) se encuentran
estudiando, ingresando al mercado laboral o iniciando una vida independien-
te (pero cuentan con cierto apoyo de una estructura familiar), situación que
puede provocar que su visión del futuro sea más positiva o esperanzadora.
Por otra parte, el segundo grupo (de 35 a 44 años) posiblemente se encuentra
en una situación económica más consolidada o estable, lo que provoca que su
percepción del futuro sea más positiva.
En cuanto a los otros grupos etarios, tienden a mostrarse pesimistas res-
pecto al futuro del país, fenómeno sobre el que podemos plantear algunas expli-
caciones tentativas. La población del grupo de 25 a 34 años posiblemente vive
una realidad (económica, social, familiar, laboral, etcétera) más inestable. Esta
inestabilidad les dificulta o impide formarse una imagen positiva del futuro. Por
otra parte, en el grupo de 45 años y más, podemos observar varios factores que
podrían estar incidiendo en su visión negativa del futuro; primero, el discurso de
que “el pasado fue mejor”, ya que aquí se encuentra la generación que nació y
fue criada en pleno Estado de bienestar. Esta puede considerar que, con el actual
rumbo del país, no se recuperarán esas condiciones. Además, las personas de
55 y más años están primordialmente en los estratos socioeconómicos medio y
bajo, lo cual, como se indicó, es un factor que puede facilitar la visión negativa
sobre el futuro. Adicionalmente, los procesos de exclusión social que puedan es-
tar viviendo, como puede ser la expulsión del mercado laboral, la dificultad para
su inserción o que su contacto con la institucionalidad pública es a través de un
mayor uso de los servicios de salud, por ejemplo, pueden ser fuentes cotidianas
que alimenten esta percepción negativa respecto al futuro.
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Además, se consultó sobre las razones por las que se considera que la
situación futura de Costa Rica tomaría ese rumbo. La Gráfica 1 muestra que
la principal razón de las personas que no creen que la situación pueda cam-
biar en los próximos diez años es que no hay posibilidad de cambio (30,9%).
En otras palabras, se puede considerar que este grupo de la población estima
que la situación del país se encuentra en cierta forma estancada y no logra
visualizar ninguna razón para que sea posible un cambio importante.
Otras razones mencionadas por las que no es posible un cambio son: que
el gobierno no atiende las necesidades de la población (25%), la falta de lide-
razgo político (16%) y la corrupción (14,4%). El porcentaje de la población
encuestada que se considera no escuchada en cuanto a sus demandas y necesi-
dades es significativo (25%), en un tiempo político en el que la administración
vigente en el momento en el que se desarrolló la encuesta, la administración
Chinchilla Miranda (2010-2014), era cuestionada en cuanto a la capacidad de
defender los intereses de algunos grupos de la población. Al respecto, es posi-
ble identificar la relación existente con los casos de corrupción que han salido
a la luz pública en los últimos años2, pero, fundamentalmente, en el marco de
la última administración, que la posicionan como una de las problemáticas por
las que se señala que la situación del país va a seguir igual.
Gráfica 1. Pregunta: Razones por las que la situación del país continuará igual
durante los próximos diez años, en porcentaje.
Porque no hay posibilidad de cambio,
las cosas no pueden cambiar
Porque el gobierno no atiende las necesidades
de la población. No se hace nada por la gente
Porque no hay liderazgo político
Porque hay corrupción, los políticos y el gobierno
son corruptos y actúan en su propio beneficio
Por malas decisiones realizadas
por la administración Chinchilla
Debido a la mala situación económica del país
Porque se mantienen los
mismos partidos políticos
Porque se carece de nuevos planes o ideas
para enfrentar los problemas del país
Por la alta inseguridad que vive el país
Otras
0 5 10 15 20 25 30 35
Porcentaje
Fuente: Mora Solano, Soto Kiewit y Díaz - González (2014).
2 Entre los que destacan los relacionados con la construcción de la trocha fronteriza ruta 1856, la
construcción de la ruta 27, el puente de la platina y los escándalos de corrupción relacionados con
la Caja Costarricense de Seguro Social (Mora Solano y Solís Salazar, 2013; Mora Solano, 2014).
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Entre las personas que manifiestan que la situación del país podría me-
jorar en los próximos diez años, la principal razón señalada es la esperanza
de que mejore (23,5%). La siguiente razón que la población considera que
incide en una posible mejora de la situación del país es: el cambio de go-
bierno (16,2%), siendo importante apuntar, nuevamente, que la encuesta se
realizó durante la campaña electoral para la elección de 2014, lo cual puede
entenderse como motivo para la esperanza de las personas encuestadas. Otras
razones son los cambios que se han realizado en la economía y la legislación
(15,8%) y los cambios en la actitud y la situación de las personas (14,8%).
Por último, las personas que indican que la situación de Costa Rica va a
empeorar en los próximos diez años consideran que la corrupción es el principal
motivo para ello (24,7%), seguida por la percepción de que el gobierno no atien-
de las necesidades de las personas (17,3%), el mal estado de la política (10,5%)
y la falta de oportunidades y empleo (9,2%). En general, se puede observar que
las razones por las cuales la población encuestada considera que el futuro del
país empeorará en los próximos años se relacionan con problemas en la política
y en la gestión de lo público, así como con el estado de la economía.
Características del futuro deseado
Se consultó sobre las características que la población desea que tenga Costa Rica
dentro de diez años, independientemente de si la opinión de las personas es que la
situación del país mejorará, empeorará o seguirá igual en dicho tiempo (ver Grá-
fica 2). Las características más deseadas en el futuro son: mejores condiciones
de empleo (49,1%), mayor seguridad (32,1%), mejores condiciones socioeconó-
micas (29,8%), mejor infraestructura pública (28,7%), mejores condiciones del
sistema educativo (24,5%) y mejor desempeño político (20,4%).
Se puede observar cómo los sueños en torno al futuro costarricense se sin-
tetizan en ejes que promueven las condiciones de vida segura y digna, con acce-
so a empleo, a mejores condiciones económicas y seguridad. Al mismo tiempo,
se desea que ese futuro sea capaz de asegurar para la colectividad la mejora en
la infraestructura pública y el sistema educativo, temas que han sido constantes
en los malestares y en las conflictividades de los últimos años en el país3.
3 Para un sector de la población encuestada forma parte del repertorio de los sueños el mejor
desempeño político y de la función pública. Un ejemplo de esto refiere a los cuestionamientos
en torno al proceder del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (mopt), del Consejo Na-
cional de Vialidad (conavi) y la recurrencia a solucionar los problemas de infraestructura con
puentes Bailey, con la injerencia de actores privados en la solución de problemas públicos, que
hacen posible el conflicto de intereses público-privado, lo que forma parte de las problemáticas
que se han venido acentuando en el marco de un modelo de desarrollo particular, que profun-
diza “formas de hacer política” y que deja en un segundo plano los intereses de la población en
general (Mora y Solís, 2013; Mora, 2014).
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Gráfica 2. Características más mencionadas que le gustaría que tuviera Costa Rica
en los próximos diez años, en porcentaje.
Mejores condiciones del empleo:
más empleo / trabajo, mejores salarios
Mayor seguridad humana:
seguridad ciudadana, menos violencia
Mejores condiciones socioeconómicas: en general,
equidad/disminución de la brecha social
Mejor infraestructura pública:
carreteras, transporte público
Mejores condiciones del sistema educativo
Mejor desempeño político: sin corrupción, políticos
comprometidos, honradez en la gestión pública
Mayor atención de los valores
de la convivencia social: paz
Mayor cuidado del ambiente/
mejoramiento ambiental
Menos pobreza
Mejor marco jurídico legal: más leyes;
procesos de integración
010 20 30 40 50
Porcentaje
Fuente: Mora Solano, Soto Kiewit y Díaz - González (2014).
En relación con lo anterior, se consultó sobre las acciones necesarias para
alcanzar las características deseadas para el futuro. Al respecto, son muy
variadas las acciones que las personas mencionan que deben realizarse,
entre las que destacan: cambios en la educación (22,8%), cambios y me-
joras en los procesos de la administración pública (18,5%), creación de
más empleos (18,4%), eliminación de la corrupción (17,5%) y cambio de
gobierno (15,5%).
Sobre la pregunta en torno a qué hacer, la información obtenida apunta a
que la población apuesta por una renovación en las formas en que se gestiona
lo público y a un cambio en las formas de hacer política. Esto se puede obser-
var en opciones como los cambios y mejoras en los procesos administrativos
(18,5%), la eliminación de la corrupción (17,5%), el cambio de gobierno
(15,5%), un gobernante y políticos distintos (12,9%), inclusión de la pobla-
ción en el accionar político (11,6%) y cambiar o mejorar la política (7,1%).
Si bien tendríamos que profundizar más en este tema, resulta significativo
que un porcentaje amplio de la población abogue por una transformación en
las dinámicas políticas, a fin de que estas sean más transparentes, incluyentes
y con mejoras en la gestión de lo público.
También se consultó a la población sobre qué acciones realizan para pro-
piciar los cambios que desean para Costa Rica (ver Gráfica 3). Las acciones
más recurrentes son: inculcar educación, valores y buen actuar a otras perso-
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nas (55,2%); realizar distintas acciones de protección ambiental, tales como
reciclar (35,5%), ayudar a otras personas de su comunidad (34,1%), trabajar
(21,3%), cumplir con la ley (13,8%) y votar (13,1%). Llama la atención que
un pequeño porcentaje manifiesta que no lleva a cabo acción alguna, debido
a que considera que los cambios para mejorar el país son una responsabilidad
de los políticos (8,8%).
Gráfica 3. Pregunta: Acciones que realizan para lograr los cambios deseados
en Costa Rica, en porcentaje.
Inculcar educación, valores, buen actuar
Acciones ambientales
Ayudar a otros y a la comunidad
Trabajar
Cumplir las leyes
Votar
Nada, es tarea de políticos
Pedirle a Dios
Informarse de lo que ocurre en el país
Otra
010 30 30 40 50 60
Porcentaje
Fuente: Mora Solano, Soto Kiewit y Díaz - González (2014).
Dado que en el momento en el que se realizó la encuesta se encontraba en
pleno apogeo la campaña electoral, un punto de interés era observar si las
personas encuestadas consideraban el tipo de Costa Rica que deseaban en el
futuro a la hora de decidir su voto. De esta forma, ante la pregunta: “Cuando
usted va a votar, ¿elige el candidato considerando que su elección ayudará a
construir la Costa Rica que usted quiere?”, el 85% de la población contestó
de manera afirmativa, el 11% indicó que es algo que no considera a la hora
de emitir su voto y un 4% no quiso o no pudo responder.
Además, es necesario indicar que la realización de una prueba de Chi-
cuadrado permite determinar que existe una relación estadísticamente signi-
ficativa entre la emisión del voto y la percepción respecto al futuro (p < 0,05).
Esto nos permite constatar que las personas que contestan que no eligen el
candidato pensando en el futuro que desean tienden a responder que Costa
Rica empeorará en los próximos diez años. Esto se explica en trabajos ante-
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visionEs DEL FutuRo En CostA RiCA 187
riores que han demostrado que, para la población costarricense, la democra-
cia se sostiene principalmente sobre los derechos individuales y la capacidad
de votar y, sobre todo, la participación en procesos electorales, que es la prin-
cipal forma de incidir directamente en la vida política del país (Díaz - Gonzá-
lez y Solís, 2010). Asimismo, en otro trabajo se determinó que ––de forma
mayoritaria–– la población costarricense construye su visión de la democra-
cia apoyada principalmente en los aspectos procedimentales e instituciona-
les, delegando en el gobierno la responsabilidad de mantener la democracia.
No obstante, mantiene una visión de ciudadanía ampliada; es decir, si bien
no considera necesaria una participación activa de la ciudadanía para la exis-
tencia de una democracia, sí cree pertinente que el sistema institucional vele
por que se respeten los derechos de todos los miembros de la sociedad, sin
importar su condición u origen (Díaz - González, 2014).
A lo anterior hay que sumar los resultados de otras investigaciones en
las que se ha determinado la pasividad de la población costarricense como
componente de las tendencias autoritarias presentes en el país (Mora Sola-
no, Solís Salazar y Soto Kiewit, 2014). Todos estos elementos nos permiten
inferir que, en términos generales, la población costarricense considera que
elegir a las autoridades políticas (en este caso a la persona que ocupará
la presidencia de la República) es la principal forma en la que se incide
sobre el futuro del país, lo cual, también, permite comprender la cantidad
de esperanzas asignadas al cambio de gobierno o de los gobernantes, que
suponen que las transformaciones solamente pueden gestarse desde las au-
toridades. En otras palabras, si no se elige a una persona para la Presidencia
de la República que se cree que tiene características que permitan alcanzar
el futuro deseado, es muy posible que este no se logre y más bien la situa-
ción del país tienda a empeorar.
Lo expuesto parece confirmar otros resultados, que indican que en su
mayoría la población costarricense mantiene una actitud política pasiva
(Díaz - González, 2014). Así, la responsabilidad de la construcción del futuro
depende de terceros y la principal responsabilidad de la población respecto a
este es la selección de “terceros adecuados” (autoridades políticas) para que
lleven a cabo la visión de futuro esperada.
Por último, se preguntó a las personas encuestadas qué tan de acuerdo
estaban con una serie de afirmaciones sobre el futuro de Costa Rica (ver
Cuadro 2). El 93,7% de la población indicó estar en desacuerdo o total-
mente en desacuerdo ante la afirmación “Es importante que yo esté bien,
aunque mi comunidad no esté bien”. Similar tendencia ocurrió cuando se
indagó sobre el acuerdo con la situación de estar bien en el futuro aunque
el resto de Costa Rica no lo esté (92,9%). Esta tendencia disminuye al pre-
guntar si se está de acuerdo con que las instituciones públicas garanticen su
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propio bienestar aunque no logren garantizarlo para las otras personas; en
ese caso el 74,7% dice estar en desacuerdo o muy en desacuerdo. Se dismi-
nuye aún más cuando se les consulta sobre el bienestar de grupos minori-
tarios: el 64,8% manifestó estar en desacuerdo o totalmente en desacuerdo
con que Costa Rica se encuentre bien aunque existan grupos minoritarios
que no compartan dicha situación.
Cuadro 2. Pregunta: En relación con esa Costa Rica del futuro que usted quiere,
¿qué tan de acuerdo está usted con las siguientes afirmaciones? En el futuro...
Totalmente
en
desacuerdo
En
desacuerdo
Ni de
acuerdo
ni en
desacuerdo
De acuerdo Totalmente
de
acuerdo
Es importante que yo esté bien, aunque
mi comunidad no esté bien. 38,8 54,9 0,9 3,9 1,6
Es importante que yo esté bien, aunque
Costa Rica no esté bien. 38,0 54,9 1,4 4,5 1,3
Cada persona debe ser responsable de
su propio bienestar. 3,0 12,3 9,9 55,2 19,6
Es importante que Costa Rica se
encuentre bien, aunque existan grupos
minoritarios que no se encuentren bien.
16,3 48,5 9,3 20,8 5,3
Es importante que todos los habitantes
de Costa Rica sean responsables del
bienestar colectivo.
0,9 2,0 0,9 50,1 46,1
Las comunidades deben ser
responsables de construir su propio
bienestar.
1,0 7, 5 7, 1 53,7 30,7
Las empresas privadas deben ser
responsables de construir el bienestar
de Costa Rica.
3,5 22,8 10,0 45,7 17, 9
Es importante que las instituciones
públicas garanticen mi propio bienestar,
aunque haya personas que no estén bien.
18,1 56,6 5,9 15,0 4,4
Es importante fortalecer las
instituciones públicas para que
garanticen el bienestar de Costa Rica.
1,4 2,0 1,8 4 7, 0 47, 9
El gobierno y las instituciones públicas
son los principales responsables de
construir el bienestar para todos/as.
2,8 17, 3 7, 8 44,4 2 7, 9
Fuente: Mora Solano, Soto Kiewit y Díaz - González (2014).
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visionEs DEL FutuRo En CostA RiCA 189
En cuanto al responsable del bienestar en el futuro, un 74,8% de la pobla-
ción indicó estar de acuerdo o muy de acuerdo con que cada persona debe
ser responsable de su propio futuro. Sin embargo, parece existir una visión
de responsabilidad compartida entre las personas, las instituciones públi-
cas, las comunidades y las empresas privadas. De esta forma, un 96,2%
consideró estar de acuerdo o muy de acuerdo con que todos los habitan-
tes de Costa Rica sean responsables del bienestar colectivo; asimismo, un
84,4% manifestó una posición similar sobre la responsabilidad de las co-
munidades respecto al bienestar colectivo. Además, un 63,6% dice estar
de acuerdo o muy de acuerdo con la idea de que las empresas privadas
deben ser responsables de construir el bienestar del país. No obstante, para
un 72,3% de la población, el gobierno y las instituciones públicas deben
ser en un futuro los principales responsables de garantizar el bienestar de
la población, lo cual es consecuente con el hecho de que un 94,9% de la
población diga estar muy de acuerdo o de acuerdo con fortalecer a las ins-
tituciones públicas en el futuro para lograr dicho cometido.
Los resultados anteriores fueron sometidos a un análisis de factores ex-
ploratorio mediante componentes principales, para así poder observar cómo
se relacionan las repuestas brindadas y, con ello, indagar si existe una ten-
dencia en la población sobre la manera en que observa que se construye el
bienestar, ya sea de manera individual o colectiva. El análisis factorial iden-
tificó cuatro componentes o factores a partir de los cuales se agrupan las pre-
guntas realizadas. Dados estos resultados, se puede establecer que el primer
factor hace referencia a la preferencia sobre el bienestar individual, el segun-
do factor agrupa la responsabilidad de entes no estatales (o no públicos) en
la construcción del bienestar, en otras palabras, hace referencia a la respon-
sabilidad privada del bienestar. El tercer factor agrupa la responsabilidad
del gobierno, las instituciones públicas y todos los habitantes del país en la
construcción del bienestar, haciendo referencia a la responsabilidad público-
colectiva del bienestar. El último factor agrupa las afirmaciones en las que se
acepta que el bienestar no debe ser garantizado necesariamente para todos los
miembros de la sociedad y por ello se denomina a dicho factor como bienes-
tar excluyente. Por último, se debe indicar que el análisis factorial explica la
variabilidad del 60,4% de los casos.
Se realizó una prueba de correlación de Pearson entre los factores obte-
nidos y algunas de las características de la población encuestada. Respecto
a la variable edad, se observa que tiene una relación significativa y directa
con el factor 2 (p < 0,01), es decir, la responsabilidad privada del bienestar;
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190 José AnDRés DíAz-gonzáLEz - sinDY moRA soLAno - Luis DiEgo soto KiEwit
dada la manera en que se codificaron las preguntas del cuestionario4, esto
quiere decir que a mayor edad es mayor la consideración sobre que los en-
tes privados tienen responsabilidad en construir el bienestar del país.
En cuanto al nivel económico, tiene una relación significativa inversa
con el bienestar individual, es decir, a mayor nivel económico más en des-
acuerdo se está con que el bienestar debe ser responsabilidad de cada indi-
viduo (p < 0,01). Sin embargo, es necesario señalar que dicha relación no es
muy fuerte. Asimismo, la variable nivel económico se relaciona de manera
significativa con los factores responsabilidad privada del bienestar y respon-
sabilidad público-colectiva del bienestar, en ambos casos también de manera
inversa; no obstante, la relación es muy débil (p < 0,05), especialmente con la
responsabilidad público-colectiva del bienestar, cuyo valor es muy cercano
a 0; por lo tanto, podría asumirse que no existe una relación entre el nivel
económico de las personas encuestadas y su posición respecto a la responsa-
bilidad colectiva en la construcción del bienestar.
Por último, el nivel educativo5 se relaciona de manera significativa e
inversa con el factor de bienestar individual; en otras palabras, a mayor nivel
educativo menos se está de acuerdo con que el bienestar deba construirse
o buscarse de manera individual (p < 0,01). Además, se debe anotar que de
todas las relaciones significativas encontradas esta es la más fuerte; sin em-
bargo, la relación de fuerza entre las variables sigue siendo baja. También el
nivel educativo se relaciona de manera significativa inversa con el factor res-
ponsabilidad privada del bienestar; esto quiere decir que a mayor educación
menos se está de acuerdo con que entes privados tengan responsabilidad en
la construcción del bienestar (p < 0,01); sin embargo, igual que en situaciones
anteriores, la relación entre dichas variables es muy débil.
Por último, para observar cómo las variables analizadas inciden en la
percepción sobre cómo será el futuro de Costa Rica en los próximos diez
años, se desarrolló un modelo de regresión logística para tratar de explicar
cuáles de estas variables tienen más peso en el momento de pronosticar si la
persona encuestada considera que el cambio será para mejorar o para empeo-
rar. Dado que el interés del presente artículo es analizar la visión de cambio,
positiva o negativa, que la población visualiza que acontecerá en el futuro del
país, no se tomaron en consideración aquellas personas que respondieron que
la situación seguirá igual.
4 La respuesta a esta batería de preguntas se realizó mediante una escala de Likert, en la cual
las personas podían expresar estar totalmente de acuerdo, de acuerdo, ni de acuerdo ni en des-
acuerdo, en desacuerdo y totalmente en desacuerdo. Para la codificación, el valor más alto fue
asignado a “totalmente de acuerdo” (5) y el más bajo a “totalmente en desacuerdo” (1).
5 El nivel educativo se obtuvo consultado a las personas encuestadas por el último año de educa-
ción aprobado.
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visionEs DEL FutuRo En CostA RiCA 191
Para la construcción del modelo se tomaron en cuenta las variables nivel
educativo, nivel económico, edad, así como los factores determinados sobre
la construcción del bienestar en Costa Rica; esto para tratar de visualizar qué
tiene más impacto a la hora de percibir cómo será el futuro, ya sea las con-
diciones o características personales de la población encuestada o su visión
sobre quién o quiénes deben ser responsables del bienestar del país y cómo
debe ser este. Los datos obtenidos indican que la única variable que ayuda a
predecir la respuesta sobre cómo será el futuro del país es el nivel económico
(p<0,01; B = 0,498). De manera más específica, a mayor nivel económico de
la población encuestada mayor es la probabilidad de que contesten que el
cambio dentro de diez años será para mejorar. Lo anterior parece indicar que,
para la población costarricense, lo que está ayudando a definir su visión del
futuro es su situación económica presente, con lo cual se podría inferir que
la situación de cambio se percibe en cuanto a la situación económica que
––ya sea de manera personal o del país en su conjunto–– se tenga dentro de
diez años. De esta manera, si bien los cambios en el respeto a los derechos
humanos, mejor acceso a servicios públicos, infraestructura pública de mejor
calidad, podrían estar dando en un futuro mejores condiciones de vida a la
población, parece que no están siendo contabilizados en su percepción como
elementos que provocarían una mejor situación en el futuro en Costa Rica.
Consideraciones finales
La percepción que tiene la población costarricense en torno al futuro del país
no es esperanzadora. Un porcentaje significativo de la población encuestada
tiene una percepción negativa respecto al futuro (37,1%), al que se une un
significativo segmento de la población que estima que la situación del país
se mantendrá igual (24,8%). Frente a estos datos, únicamente un tercio de las
personas encuestadas estima que la situación del país mejorará (32,4%). Los
datos obtenidos muestran una población con percepciones escindidas respec-
to al futuro, proceso que muestra también la existencia de una serie de ten-
siones en la constitución de estas percepciones. En estas se expresa no solo
el qué de las visiones en torno al futuro, sino también quiénes, es decir, los
sujetos a los que hacen referencia, cuya enunciación deja ver las aristas más
individuales o más colectivas. De la misma manera, el cómo poder concretar
esas visiones en torno al futuro nos muestra distintos caminos, en donde se
incluyen o se excluyen los actores formales y no formales de la política.
En este artículo hemos mostrado que existe una relación significativa
entre la condición socioeconómica, la edad y las visiones acerca del futuro.
Las personas encuestadas con un nivel socioeconómico alto pueden enten-
derse como un grupo proclive a pensar que la situación del país mejorará en
el futuro; es decir, las visiones esperanzadoras respecto al porvenir tienen
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192 José AnDRés DíAz-gonzáLEz - sinDY moRA soLAno - Luis DiEgo soto KiEwit
un sustrato socioeconómico, que, es probable, le permitirá a este grupo ac-
tuar de acuerdo con sus recursos disponibles para construir esa percepción
y disfrutar de la concreción de ese futuro. Una posición distinta tienen los
grupos que se encuentran en condiciones socioeconómicas menos favora-
bles, ya que tienen una percepción menos prometedora del futuro. En el
caso particular de la variable edad, señalábamos que es en los grupos po-
blacionales de entre 25 y 34 años, y de 45 años y más en los que predomina
una visión negativa respecto al futuro.
Las razones señaladas respecto a un futuro que se mantendrá igual o em-
peorará muestran una preocupación constante respecto a la administración
y gestión de lo público, ya que las visiones de estancamiento y pesimismo
tienen un fundamento significativo en las dinámicas políticas costarricenses.
Así, quienes piensan que la situación del país se mantendrá igual consideran
que la no escucha de las necesidades de la población por parte del gobierno
(25%), la falta de liderazgo político (16%) y la corrupción (14,4%) son las
razones fundamentales que explican esa visión. Por otra parte, la corrupción
y la percepción de que el gobierno no atiende las necesidades de la población
son centrales en el escenario pesimista en torno al futuro (24,7% y 17,3%,
respectivamente). En este sentido, los resultados de la encuesta muestran
cómo en las visiones del futuro un mejor manejo de lo público resulta funda-
mental para la consecución de otros sueños, que se sintetizan en ejes vincu-
lados a la mejora de las condiciones de vida, con acceso a empleo, mejores
condiciones socioeconómicas, de seguridad y de infraestructura pública.
Ahora bien, las personas encuestadas señalan la educación en valores
y el buen actuar y las acciones de carácter ambiental como las principales
acciones que realizan para concretar esas utopías. Sin embargo, visualizando
el qué de estas visiones, surge la duda respecto a si las acciones mencionadas
en la encuesta son acciones suficientes para construir aquello con lo que se
sueña. En ese sentido, parece existir un distanciamiento significativo entre
el carácter de lo soñado y las formas y las estrategias señaladas para concre-
tarlo, dado que si el malestar con la administración y uso de los recursos pú-
blicos se ataca con reciclaje, es claro que tenemos poca claridad sobre cómo
acercarnos a aquello con lo que soñamos.
Considerando lo expuesto, es fundamental avanzar en el estudio de la
relación existente entre condición socioeconómica y percepciones en tor-
no al futuro, así como respecto a la relación entre estas construcciones y
la edad, ya que esto podría permitirnos profundizar en la comprensión de
los contenidos y significados asociados a las diversas construcciones del
futuro, que no son homogéneas. En línea con lo anterior, indagar en torno
a las formas que adquiere el pesimismo en los sectores socioeconómicos
desfavorecidos, así como en grupos etarios particulares, podría ayudarnos
Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 31, n.º 42, enero-junio 2018, pp. 177-194.
visionEs DEL FutuRo En CostA RiCA 193
a entender la incertidumbre, la angustia o el malestar que se expresan en
distintas formas y mecanismos de participación o en expresiones de socia-
bilidad de nuestra cultura política, considerando que no tiene las mismas
implicaciones ser un joven con una percepción pesimista del futuro que ser
un adulto mayor en estas condiciones.
El análisis detenido de las percepciones en torno al futuro en este mo-
mento histórico permitirá profundizar también en las posibilidades de cam-
bio y la formulación de propuestas ante las problemáticas sociales actuales
o, por el contrario, permitirá entender la forma en la que la cultura política
pasiva y delegativa se impone de manera tal que el escenario de la conti-
nuidad (la situación del país se mantendrá igual) o el escenario pesimista
(la situación del país no mejorará) terminan arraigándose en las acciones
políticas de la población costarricense. En un país en el que el crecimiento
de la desigualdad ha sido sostenido, ¿de dónde vendrá la fuerza que per-
mita construir un futuro menos desigual?, y ¿qué expresiones tomarán los
deseos o la voluntad de cambio?, son preguntas que pueden guiar nuevos
procesos de investigación.
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Resumen Este artículo tiene por objetivo exponer las principales tendencias autoritarias de la población costarricense, así como analizar la relación entre la predisposición a estas y el apoyo al sistema democrático, a partir del análisis de una encuesta aplicada en todo el territorio nacional a 1 200 personas en octubre de 2011. Entre los principales hallazgos se encuentra la marcada predisposición al autoritarismo reflejada en una gran parte de la población costarricense –a pesar del alto respaldo a la democracia– y el hecho de que las personas que apoyan la democracia y respaldan mayoritariamente las actitudes autoritarias poseen una concepción más materialista, utilitarista e individualista de la democracia que quienes apoyan la democracia y tienden más al rechazo de las actitudes autoritarias. Palabras clave: Autoritarismo; imaginarios políticos; democracia; Costa Rica. Abstract This article presents the authoritarian tendencies found in the Costa Rican population and analyzes the relationship between the predisposition to authoritarian attitudes and the support to the democratic system based on the analyses of a survey applied to 1 200 people all around the national territory in October, 2011. Among the key findings was the marked predisposition to authoritarianism reflected in much of the Costa Rican population, despite the high support for democracy, and the fact that people who support democracy and support the authoritarian attitudes have a more materialistic, utilitarian and individualistic idea of democracy than those who support democracy and are more likely to reject authoritarian attitudes.
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El artículo propone una clasificación de los imaginarios de la población costarricense respecto de la Política y la Democracia. Para ello se aplica una encuesta de opinión pública y se identifican percepciones y actitudes de la población al respecto. Posteriormente, por medio de un análisis cluster (k-medias) se desarrolla una tipología de sujetos, con el propósito de comprender los distintos comportamientos de la población en relación con el ámbito político.
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The world is not more complicated or complex today than yesterday; when it comes to seeing and acting in any specific situation it is capacity that makes the difference, not the absolute number of permutations or even unfamiliarity. What seems complicated to a child may seem like child's play to an adult. In particular, what matters is the sophistication of our sense-making: our ability to discover, invent and construct the world around us. To date, considerable effort has been made to improve sense-making capabilities. Policymakers call on familiar and intuitive methods of everyday experience (preparation and planning), as well as techniques (such as forecasting, horizon scanning, scenarios, expert opinions) considered adequate based on past perceptions of our needs and capacities. Nevertheless, the perceived proliferation of so-called " wicked problems " in recent times has added to a mounting sense of uncertainty, and called into question both the decision-making value of these business-as-usual approaches as well as their sufficiency in accounting for complexity in practice. Recent advances in understanding complexity, uncertainty and emergence have opened up new ways of defining and using the future. The question is therefore not how to cope with a universe that seems to be getting more complex, but how to improve our ability to take advantage of the novel emergence that has always surrounded us.
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Human and social scientists are asking themselves whether they should turn their sciences upside down and reshape them from primarily past-oriented sciences to primarily future-oriented ones. This essay presents the recent contributions et al. (2013), Beckert (2013b), Appadurai (2013) and (Wright, 2010).
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Political economy and economic sociology have developed in relative isolation from each other. While political economy focuses largely on macro phenomena, economic sociology focuses on the embeddedness of economic action. The article argues that economic sociology can provide a microfoundation for political economy beyond rational actor theory and behavioral economics. At the same time political economy offers a unifying research framework for economic sociology with its focus on the explanation of capitalist dynamics. The sociological microfoundation for understanding of capitalist dynamics should focus on the expectations actors have regarding future states of the world. Based on a discussion of what I call the four Cs of capitalism (credit, commodification, creativity, and competition), I argue that under conditions of uncertainty, expectations are contingent and should be understood as fictional expectations. The capability of humans to imagine future states of the world that can be different from the present is the central basis for a sociological microfoundation of the dynamics of economic macro phenomena. Macroeconomic dynamics are anchored in these fictional expectations, which create motifs for engaging in potentially profitable but ultimately incalculable outcomes. This shifts attention to the management of expectations as a crucial element of economic activity and to the institutional, political, and cultural foundations of expectations. The reproduction of capitalism is precarious also because of the contingency of expectations conducive to its growth.
En: Laura Baca Olamendi, Judit Bokser -Liwerant, Fernando Castañeda, Isidro H. Cisneros y Germán Fernández Pérez del Castillo, comps. Léxico de la política
  • Velia Bobes
  • Cecilia
Bobes, Velia Cecilia (2000). Cultura política. En: Laura Baca Olamendi, Judit Bokser -Liwerant, Fernando Castañeda, Isidro H. Cisneros y Germán Fernández Pérez del Castillo, comps. Léxico de la política. México, df: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales / Fondo de Cultura Económica, pp. 125-128.
Percepciones de la ciudadanía costarricense en la primera década del siglo xxi sobre política y democracia. Ponencia presentada en el xii Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Estudios sobre América Latina y el Caribe
  • Díaz -González
Díaz -González, José Andrés y Martín Solís Salazar (2010). Percepciones de la ciudadanía costarricense en la primera década del siglo xxi sobre política y democracia. Ponencia presentada en el xii Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Estudios sobre América Latina y el Caribe. Heredia, Costa Rica, 2 al 5 de noviembre de 2010.
Redes sociales, política y corrupción
  • Mora Solano
Mora Solano, Sindy (2014). Redes sociales, política y corrupción. Heredia: Instituto de Estudios Sociales en Población -Universidad Nacional.
Entre responsabilidades y reacciones: apuntes en torno a los imaginarios y la memoria colectiva de la corrupción en Costa
  • Mora Solano
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Percepción sobre algunos aspectos de las culturas políticas en Costa Rica
  • Mora Solano
Mora Solano, Sindy; Luis Soto Kiewit y José Andrés Díaz-González (2014). Percepción sobre algunos aspectos de las culturas políticas en Costa Rica, 2014. Heredia: Instituto de Estudios Sociales en Población-Universidad Nacional.