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Ampliando la participación de las mujeres en carreras de informática
Autores
Alejandra Jewsbury
Nelson Specchia
Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Córdoba
Maestro López esq. Av. Cruz Roja (Ciudad Universitaria)
ajewsbury@gmail.com
nelson.specchia@gmail.com
Abstract
The present paper exposes the problematic that is
associated to the low enrollment of women in computer
careers and reflects on the possible causes of this
estrangement. Functional aspects that favor the economy
and technological development are analyzed when
people with different capacities and interests are
incorporated into teamwork. Quantitative results are
presented on the basis of official statistics on the
university population and analyzes of own elaboration
are added.
1. Introducción
Este trabajo presenta los resultados intermedios de
un proyecto de investigación, en curso radicado en la
Facultad Regional Córdoba de la Universidad
Tecnológica Nacional, que tiene por objetivo lograr
aproximaciones a estrategias y políticas públicas en
educación superior que logren mayores grados de
democratización, igualdad y accesibilidad a los estudios
universitarios atendiendo a la equidad de género. Es este
un horizonte objetivo que tiene especial relevancia en las
carreras de ingeniería y en especial en aquellas asociadas
a la informática, sistemas de información y computación
donde los niveles de presencia de la mujer son muy
bajos. Distintas publicaciones expresan que las mujeres
conforman un colectivo de poca presencia en este sector
laboral y económico (corresponde al 28% del empleo en
esta industria en todo el mundo). Menos del 25% de los
estudiantes de informática y computación en el mundo
son mujeres y en Argentina menos del 22%. [1]
Diversos son los estudios que incluyen reflexiones
sobre la temática pero la mayoría es de divulgación
general encontrando pocas referencias académicas sobre
una problemática que nos compete como sociedad en su
conjunto dado que la no participación de la mujer en
carreras de alto impacto tecnológico se asocia a déficit
económicos y sociales, por no aprovechar el inmenso
capital intelectual y creativo de este colectivo en el
desarrollo de las nuevas tecnologías.
Repasando el desarrollo cronológico de los hitos en
los cuales se han realizado transformaciones en el acceso
de las mujeres a espacios deliberadamente no esperados,
siempre estos grandes cambios se han realizado en el
marco de profundas movilizaciones de actores sociales
que demandan al Estado la atención de aquellos no
visibles. Las minorías no comprendidas por los sistemas
establecidos reclaman participación, todos los
movimientos en pos de los derechos de las minorías y por
ende aquellos que irrumpen tras la igualdad de la mujer,
cada vez son más significativos. En este aspecto
encontramos agrupaciones de mujeres que realizan
esfuerzos por lograr cada vez más acceso a la educación
en estudios de ingeniería en informática y mejores
condiciones laborales, se destacan “Chicas en
Tecnología” “Red Argentina de Género, Ciencia y
Tecnología”, entre las más relevantes. En los Estados
Unidos se destaca el Instituto Anita Borg de la Mujer y la
Tecnología; y la Celebración Grace Hopper de Mujeres
en Informática.
Las empresas más prestigiosas en el desarrollo de
tecnología informática acompañan la preocupación por la
inclusión de las mujeres en los procesos productivos y
consideran que se necesita involucrar a las mujeres en los
procesos creativos del desarrollo tecnológico para lograr
mejores productos. Los estudios muestran que equipos
diversos crean mejores productos y que, como
consumidoras de tecnología, las mujeres deberían estar
más involucradas en su concepción.
La científica en computación Telle Whitney dirige el
Instituto Anita Borg, un grupo que promueve la
diversidad de género en Silicon Valley. [2] En su
opinión, se requiere de conocimientos en computación
para resolver muchos de nuestros problemas, del cambio
climático a la educación por internet.
En este trabajo y a los efectos de no complejizar por
demás la redacción nos vamos a referir a ingeniería
informática, asumiendo dentro de esta denominación a
las ingenierías en sistemas de información, en
computación, en informática y en software.
Reconocemos que hay aspectos curriculares que las
distinguen pero que en el problema que estamos
analizando el comportamiento es semejante.
2. Antecedentes de estudios de género en
educación superior
Tal como lo indican los informes de la “Cátedra
Unesco - Mujer, Ciencia y Tecnología en América
Latina”, no existe suficiente información estadística ni
indicadores de género que permitan el análisis diferencial
de la participación de mujeres y varones en los ámbitos
de ciencia, tecnología e innovación, espacios en los que
se agrupan las carreras de ingeniería. Los antecedentes de
los estudios en torno al impacto del tema género en los
planes de formación superior en América latina pueden
rastrearse hasta las transformaciones socioculturales que
se iniciaron tras la segunda guerra mundial, y el
nacimiento de la militancia y el activismo feminista. En
los años ´50 del siglo pasado comenzaron a desarrollarse
los “estudios de la mujer”, que servirían de base para el
desarrollo de la teoría de género. Estos estudios buscaban
explicar la condición subordinada de las mujeres en el
cuerpo social, al tiempo que generan una masa crítica de
investigaciones (principalmente descriptivas) sobre las
situaciones de las mujeres en la vida cultural y en las
relaciones políticas. Teresa Valdez y María de los
Ángeles Fernández cifran en los años ´80 del siglo
pasado el cambio de paradigma, cuando comienza a
plantearse la necesidad de “estudiar a las mujeres en
relación con los hombres y con el sistema social en que
están insertas, el cual genera desigualdades y jerarquías
de género.” En América Latina, debe agregarse el
condicionante de los regímenes dictatoriales, que para la
militancia feminista constituyó un agravante de las
situaciones de subordinación tradicional y de
discriminación política. La manera en que los regímenes
políticos enfrentaron este cuestionamiento –a tono, por lo
demás, con una tendencia internacional en el mismo
sentido- fue el establecimiento de cuotas femeninas para
los órganos representativos, con probabilidades reales de
acceder a los cargos electivos, o a la designación
administrativa.[3] Esta introducción de cuotas femeninas
supuso, asimismo, modificaciones estructurales en la
arquitectura electoral e institucional, en orden a asegurar
la tendencia a la paridad en las listas propuestas a las
opciones de los electores, y en la composición de los
órganos, especialmente del Poder Legislativo. En el
ámbito internacional, la introducción de los estudios de
género en las estrategias de educación superior y de
formación ciudadana puede observarse paralelamente a
través de las distintas conferencias celebradas, y los
instrumentos y organismos internacionales creados al
efecto. En el año 1975 se celebra en la ciudad de México
la I Conferencia Mundial sobre la Mujer. Como ha
señalado la Organización Internacional de Trabajo
(“Desarrollo local y género: amenazas y oportunidades”,
Centro Internacional de Formación, Programa Del Net,
Turín, 2001), la importancia de la misma estuvo tanto en
la amplitud de los temas abordados, como en el abanico
de aspectos de iniquidad de género que se pusieron de
manifiesto durante su celebración, y para cuyo abordaje
se apeló especialmente al aporte de las universidades y de
los centros superiores de formación. La Conferencia
concluyó con la propuesta de un Plan de Acción,
aprobado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, en la que tomó cuerpo un nuevo entendimiento
de asuntos y conceptos claves en torno a la mujer.
Posteriormente, en 1980 y 1985, tuvieron lugar en
Copenhague y Nairobi, respectivamente, la II y III
Conferencia Mundial sobre la Mujer. La de Dinamarca
sirvió para evaluar el nivel de aportes realizados por las
diversas investigaciones académicas que tomaron los
nuevos temas de la agenda de género como objeto de
estudio, así como el cumplimiento de las decisiones
adoptadas en México, y aprobar un nuevo Plan de Acción
centrado en las áreas de salud, educación y empleo;
nuevamente aquí se apeló a los espacios educativos
superiores para que aportaran herramientas e
instrumentos de articulación para la aplicación de estas
políticas sectoriales. Los aportes realizados desde los
centros de estudios latinoamericanos siguieron siendo
notoriamente escasos. Estas Conferencias marcaron una
década, la de los ´80, en la que, en paralelo temporal con
el arranque y paulatina consolidación de las políticas y
los programas de desarrollo local, las mujeres pasaron a
ser promotoras de cambio y empezaron a salir de la
“invisibilidad” y la pasividad que las había venido
caracterizando. Es así que, durante los años ´80 y ´90, se
potenciaron los estudios sobre las relaciones de género
que afectan a los roles tanto de mujeres como de
hombres, y se realizaron diversos progresos en el campo
de las herramientas de promoción de la condición de
mujer. El año 1995 constituye una bisagra en la agenda
de género, a partir de la celebración, en Pekín, de la IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer. Aparece un giro
conceptual que resitúa la noción de género y lo convierte
en un instrumento analítico que, a partir de la conciencia
creciente acerca de las desigualdades originadas por las
estructuras institucionales vigentes, no contempla a la
mujer como grupo aislado y homogéneo, sino que estima
y pondera los roles y necesidades tanto de hombres como
de mujeres. La conferencia de Pekín insistió en la
necesidad de que el objetivo de la equidad de género
impregne y afecte las estrategias educativas superiores,
los contenidos de los espacios comunes de educación, y,
en definitiva, al conjunto de las políticas y programas de
desarrollo de países y territorios. Durante esta
Conferencia, se identificaron una serie de áreas temáticas
(educación y formación, pobreza, economía, medio
ambiente, salud, violencia y conflictos armados, derechos
humanos y mecanismos institucionales para la promoción
de la mujer), sobre las que los gobiernos deberían
efectuar un análisis de la situación y definir objetivos
estratégicos. De la misma surgieron dos importantes
documentos: La Declaración de Pekín: que consagra el
compromiso de la comunidad internacional en favor de la
promoción de las mujeres, y establece las
responsabilidades de los gobiernos en recoger la
perspectiva de género en todas las políticas y programas
a escala local, regional, estatal e internacional; y la
Plataforma de Acción: que fija el principio de que
mujeres y hombres compartan el poder y las
responsabilidades en el hogar, en el trabajo y, a nivel más
amplio, en la comunidad política, nacional e
internacional. A partir de la X Conferencia Regional
sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, celebrada
en Quito, Ecuador, en 2007, los Estados miembros de la
Comisión Económica para América Latina, CEPAL,
solicitaron la constitución de un observatorio sobre la
igualdad de género. Asimismo, en tal ocasión los países
reconocieron en la paridad entre los sexos “uno de los
propulsores determinantes de la democracia, cuyo fin es
alcanzar la igualdad en el ejercicio del poder, en la toma
de decisiones, en los mecanismos de participación y
representación social y política, y en las relaciones
familiares al interior de los diversos tipos de familias, las
relaciones sociales, económicas, políticas y culturales, y
que constituye una meta para erradicar la exclusión
estructural de las mujeres.” El Observatorio de Igualdad
de Género de América Latina y el Caribe, creado en el
año 2009 a partir de la cooperación entre los Estados
miembros de la CEPAL y varias agencias de las
Naciones Unidas, pone a disposición de los gobiernos un
abanico de indicadores estratégicos de género, y
herramientas analíticas para la formulación de políticas,
al tiempo que mantiene actualizado el seguimiento de la
autonomía política, física y económica de las mujeres,
aspectos que se juzgan de alta relevancia para el logro
efectivo de la igualdad de género. En segundo término,
este abanico temático se relaciona, en nuestro proyecto,
con el marco general de la Gestión de la Educación
Superior y, más específicamente, con el estudio de la
constitución y desarrollo de los espacios comunes de
educación superior, tomando como principal referencia la
experiencia europea y teniendo como horizonte la
constitución de un espacio similar en Latinoamérica. En
1999, mediante la Declaración de Bolonia, comienza un
proceso de convergencia regional educativa. Estas bases
se plasmaron en la construcción de un Espacio Europeo
de Educación Superior, en plena vigencia desde 2010.
Esta nueva estructura persigue facilitar un efectivo
intercambio entre estudiantes, profesores y personal
administrativo de distintas Universidades europeas, así
como adaptar la oferta formativa y el contenido de los
estudios universitarios a las demandas de la denominada
nueva agenda social. Además, se desarrollan innovadoras
políticas, estrategias conjuntas y desafíos a más largo
plazo, en una filosofía de aprendizaje permanente y de
aumento de calidad de ciudadanía, esto es, la formación
académica en relación con valores cívicos, democráticos
y de justicia, para aportar a la construcción de sociedades
crecientemente igualitarias sobre la base común de los
derechos humanos.
3. Dimensiones del sistema de educación
superior
Según las estadísticas del Ministerio de Educación de
la Nación de la República Argentina (2014-2015), la tasa
bruta de matrícula universitaria es de 38%.
Considerando el total de las carreras universitarias la
distribución entre ingresantes e egresados por distinción
de género es la siguiente: Ingresantes –varones: 42,2%
Ingresantes- mujeres: 57,2. Mujeres. Egresados –
varones: 38,5% y Egresados- Mujeres: 61,5 mujeres.[4]
Esto muestra una presencia favorable de las mujeres
en los estudios universitarios, pero esta situación no se
representará de igual forma para las carreras de
ingeniería, y en especial para la rama de la ingeniería en
informática.
La tasa bruta de matrícula educación superior se
calcula como el total de personas matriculadas en el nivel
universitario, independientemente de la edad, dividido la
población perteneciente al grupo quinquenal, partiendo
de la edad en la que deberían finalizar la secundaria
(Elaborado sobre la base de UNESCO-IEU Instituto de
Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación).
Según el Anuario del año 2013 del Ministerio de
Educación de la Nación [5] las carreras de Informática,
para gestión estatal, tienen los siguientes valores:
Tabla 1. Totales 2013 – Carreras de Informática
Estudiantes
Nuevos
Inscriptos
Egresados
29630
4887
852
Este Anuario muestra, además, la descripción para los
años 2003, 2009, 2010, 2011 y 2012. A modo de análisis
de la trayectoria de desarrollo de estas carreras
mostramos el año 2003:
Tabla 2. Totales 2003 – Carreras de Informática
Estudiantes
Nuevos
Inscriptos
Egresados
35742
8723
994
La distinción por género, en base al tratamiento de los
datos informados, y para gestión estatal, muestra los
siguientes valores.
Tabla 3. Totales Inscriptos 2013 – Carreras de
Informática
Mujeres
Varones
Totales
4977
24653
29630
16.7%
83.3%
100%
Tabla 4. Totales Ingresantes 2013 – Carreras de
Informática
Mujeres
Varones
Totales
729
4158
4887
15%
85%
100%
Tabla 5. Totales Egresos 2013 – Carreras de
Informática
Mujeres
Varones
Totales
189
663
852
22%
78%
100%
El mismo Anuario describe la presencia de estudiantes
por universidad y muestra para la Universidad
Tecnológica Nacional, universidad donde se forma la
mayor cantidad de ingenieros del país, los siguientes
datos: Tabla 5. Totales inscriptos UTN 2013
Mujeres
Varones
Totales
16810
63241
80052
21%
79%
100%
En Argentina desde mediados de la década del 80 se
produce una explosión en la matrícula universitaria, las
carreras de ingeniería se ven favorecidas por un muy alto
flujo de estudiantes y la presencia de las mujeres era
hasta equiparable a la de los hombres para las carreras de
ingeniería en sistemas de información (las más antiguas
en esta formación y con una incipiente oferta de
instituciones privadas). La situación fue semejante en los
Estados Unidos, los datos del Centro Nacional de
Estadísticas de Educación de Estados Unidos muestran
que en 1984 el 37,1% de estudiantes de computación o
informática eran mujeres. En 1990 pasó a 29,9%, en
1998 se redujo a 26,7% y en 2005 se estableció en 22%.
4. Objetivos
El proyecto de investigación que se encuentra en
desarrollo tiene los siguientes objetivos:
Realizar un estudio exploratorio de la presencia
de la mujer en la carrera de ingeniería en
sistemas de información (en la institución donde
se radica el proyecto).
Analizar estadísticas nacionales e
internacionales que muestren la presencia de la
mujer en este tipo de carreras.
Proponer a las instancias decisorias en materia
de educación superior y a las instituciones
universitarias de la región de herramientas
concretas de intervención que contribuyan a
consolidar las políticas de equidad de género.
Analizar el desarrollo en los trayectos
universitarios, el ingreso, la permanencia y la
graduación de la mujer en carreras de ingeniería
y evaluar la presencia de políticas
compensatorias en torno a la posibilidad de
acceso de la mujer en espacios laborales
estratégicos para el crecimiento sostenible de la
región.
Fomentar la reflexión y el análisis crítico entre
los miembros de la comunidad universitaria de
las iniciativas en torno a la equidad de género en
las carreras de ingeniería y en especial de
ingeniería en sistemas (y similares terminales).
Proponer intervenciones efectivas en la
escolaridad media que permitan inspirar a las
mujeres en el estudio de carreras de ingeniería.
En esta presentación nos hemos propuesto el objetivo
de la elaboración de instrumentos de investigación
cualitativa que describan las características distintivas de
la población de mujeres que asisten a las carreras
universitarias de informática y de aquellas que han
abandonado los estudios a los efectos de determinar las
causas por las cuales las mujeres no seleccionan estas
carreras o si lo realizan las causas por las cuales las
abandonan.
5. Metodología de trabajo
Se ha previsto la realización de un estudio
exploratorio utilizando como instrumento la entrevista a
los efectos de conocer las características que distinguen
al colectivo de mujeres que estudian carreras
informáticas. El universo de investigación se conforma
de aquellas que eligen estos estudios, de aquellas que no
lo hacen y de las estudiantes que habiendo logrado
ingresar a la universidad luego abandonan.
Los investigadores del proyecto tienen acceso a
estudiantes para realizar las entrevistas, tanto los que
actualmente cursan, como los egresados, y los que han
abandonado. Con respecto a las jóvenes que no han
seleccionado estudiar esta carrera la investigación se
realiza sobre aquellos institutos de educación media
donde se encuentran la mayor cantidad de ingresantes,
información también disponible.
En base a la información estadística resultante de la
investigación cuantitativa ya realizada y de las pautas e
interrogantes observados en distintas publicaciones sobre
género, educación superior y tecnología es que se realiza
la propuesta de investigación cualitativa, pauta para el
desarrollo del instrumento de encuesta.
6. Resultados
El análisis de investigaciones en la temática de la
participación de la mujer en la vida social y económica,
las investigaciones de género en estudios de educación
superior, los análisis de datos estadísticos nacionales y
aquellos datos cuantitativos de recolección propia en el
proyecto de investigación, nos permiten arrojar los
primeros avances sobre las caracterización de jóvenes
que podrían interesarse por estudios en estas carreras y
además nos permite contar con una descripción
cualitativa de las dimensiones a observar en una
investigación de campo, a realizar en los próximos meses
como cierre del proyecto de investigación.
El informe de la Fundación Sadosky del año 2013 y
en base a datos de la Secretaría de Políticas
Universitarias del año 2010 indica que las causas por las
que las mujeres no toman carreras de informática se
remonta a la adolescencia y a la forma en la que la
familia apoya o distingue la formación de las niñas y de
los niños en cuanto valoraciones de su educación y
también, agregamos, de su recreación.
En el mismo informe indica que la elección de la
carrera para las mujeres es muchas veces una de las
últimas opciones, y no así para los varones que la
elección es desde las preferidas.
Se asocian entonces las siguientes preguntas a la
dimensión ADOLESCENCIA Y ENTORNO
FAMILIAR: ¿Cuáles son los intereses que se despiertan
en las jóvenes al elegir estas carreras?¿Cuáles han sido
sus juegos favoritos de la infancia?¿Qué respuesta
obtienen del entorno familiar al indicar la preferencia de
estudios?¿Cuáles son las frases que recuerda al
interactuar con otros y expresar sus preferencias de
estudio?¿Cuáles otras carreras se encontraban presentes
al momento de elegir?
Las mujeres encuentran a las carreras tecnológicas
como muy demandantes de tiempo full time, sin horarios,
de alta demanda de capacitación y de traslados. Estas
características no favorecen las demandas sociales de
maternidad y cuidado de niños.
Se asocian las siguientes preguntas a la dimensión
PROYECTO DE CARRERA PROFESIONAL: ¿Cuál es
la demanda de tiempo que se asocia a la profesión del
informática? ¿Qué representaciones posee de la vida
profesional? ¿Cuál es el contacto previo a la elección de
la carrera con profesionales informáticas mujeres?
Las carreras de ingeniería informática se asocian (y
los números lo demuestran) con estudios en
universidades donde la mayoría de los asistentes son
varones. Los modos de enseñanza son tradicionales y los
problemas a resolver se encuentran distantes de los
intereses de las mujeres, mucho más cercanos a la
problemática social, ambiental y de desarrollo del ser
humano, en el que la educación cobra una dimensión
especial.
Se asocian las siguientes preguntas la dimensión
INSTITUCION UNIVERSITARIA: ¿Cómo imaginas las
aulas universitarias? ¿Si ya cursas estas carreras, que
aspectos de las aulas, instalaciones, oficinas
administrativas, laboratorios te disgustan o si tuvieras la
posibilidad cambiarías? ¿En función de tus intereses
personales cuales serían los casos prácticos que se te
interesaría desarrollar? ¿Qué docentes te gustaría
encontrar dando clases?
Según un estudio de la Universidad de Standford, del
año 2007, las mujeres se inclinan menos a desarrollar su
carrera en un campo en el que se sienten en minoría.
¿Cómo se sienten las mujeres que realizan estudios en
aulas repletas de hombres? ¿Será esta una causante de
deserción? ¿Con cuantas mujeres compartís el aula de
clases? ¿Sentís que debes esforzarte más que el resto, o
que debes demostrar más tus capacidades? ¿Sentís que
estas representando al género femenino?
El análisis cuantitativo realizado en la institución
donde se desarrolla el proyecto nos permite asegurar que
en la presencia de mujeres en los cursos de primer año se
comporta de la siguiente forma, y que podría estar
presentando la situación antes planteada:
Tabla 6. Cantidad (promedio) de estudiantes por
aula. Primer año 2017
Turno
Varones
Mujeres
Mañana
46
10
Tarde
46
7
Noche
63
9
Tabla 7. % Abandono (promedio) a julio del primer
año. Año 2017
Turno
Varones
Mujeres
Mañana
30%
41%
Tarde
13%
42%
Noche
23%
55%
En la educación media hay asignaturas que se
observan con sesgo masculino, entre ellas se distingue la
Física y la Matemática. Muchas veces los docentes de
éstas son varones, y aunque las mujeres obtienen buenas
calificaciones en ellas no encuentran interés en continuar
estudios que las incorporen en demasía. [6]
No se observan en las carreras de ingeniería en
sistemas referencias y estudios de mujeres en la historia
que desarrollaran investigaciones o creaciones de
relevancia. No se encuentran foros o espacios con estas
temáticas dentro de las universidades aunque sería
deseable que este acercarse a las mujeres hacedoras de la
disciplina se dé desde el nivel medio de educación
escolar. Las mujeres gustan de conocer y de trabajar al
lado de otras mujeres.
7. Conclusiones
La investigación se encuentra en curso y por tanto los
resultados son preliminares. A medida que se avanza
sobre el horizonte de investigaciones académicas en el
tema, sorprende el cada vez mayor interés social por
revertir la escasa participación de las mujeres en el
desarrollo tecnológico. No solo encontramos programas
de fomento desde el Estado nacional sino también interés
de empresas privadas que observan que hay un capital
humano valioso que no se acerca a la creación de
tecnología y que conformará con más relevancia el
universo de usuarios. La presencia de movimientos
sociales que reclaman por los derechos de las mujeres
tienden a lograr cada vez mayor visibilidad y por lo tanto
las mujeres alcanzarán pronto más participación en la
vida social, y en las esferas de decisión política y
económica.
Hemos remarcado que la problemática no se resuelve
solo en el ámbito de la educación superior sino que
emerge en la niñez y la adolescencia y tiene un anclaje
cultural en las representaciones de los adultos sobre las
actividades aconsejadas para las mujeres y los hombres.
La educación media tendrá que revisar los estereotipos
que asocian a la matemática y la física con actividades
masculinas. Los docentes deberán encontrar referencias
de mujeres en la ciencia y la tecnología, y la tecnología
de la información para acercar las experiencias de vida al
aula.
Por otro lado las universidades tendrían que realizar
actividades de intervención en el nivel medio
encontrando espacios para que las jóvenes se interioricen
con el hacer profesional.
En vista de que hay indicios de que las mujeres al
ingresar en espacios con predominancia de varones
abandonen se podrían generar acciones para realizar
cursos con mayor número de mujeres o asistir con
tutorías a los cursos más desfavorecidos.
La sensibilización de la comunidad académica con la
problemática de género tendría que conformar parte de la
currícula de las carreras de informática. La investigación
sobre cuáles son las temáticas que preocupan e interesan
a las mujeres se puede transformar en un importante
aspecto innovador para las carreras.
Por último la revisión de la forma en la que las
carreras de ingeniería imparten los contenidos y las
prácticas y la revisión permanente de la didáctica de la
enseñanza de la ingeniería pueden ser elementos que
favorezcan que las mujeres se acerquen a estos estudios.
8. Referencias
[1] Redacción BBC Mundo. "Porque tan pocas mujeres se
dedican a la informática", 10 de octubre de 2015.
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151002_finde_tec
nologia_mujeres_estudiar_computacion_ciencia_mr
[2] Redacción BBC Mundo. "Como puede Silicom Valley
atraer (y mantener)a las mujeres en el negocio". 29 de marzo
de 2014
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/03/140325_economi
a_pocas_mujeres_silicon_valley_finde_yv.shtml.
[3] Palermo, A. "El acceso de las mujeres a la educación
universitaria". Revista Argentina de Sociología.V4 Nro.7.
Buenos Aires. 2006..
[4] Ministerio de Educación. "Síntesis de información
estadística Universitarias argentinas (2014-2015)" Secretaría
de Políticas Universitarias. 2015
http://portales.educacion.gov.ar/spu/wp-
content/blogs.dir/17/files/2015/12/Sintesis_completa.pdf
[6] Ministerio de Educación. "Anuario 2013. "Estadísticas
universitarias argentinas" Secretaria de Políticas
Universitarias. 2013..
[6] Falco, M., Istvan, R. "Deserción universitaria: Validación
de patrones relacionales en alumnos de primer año.". Ed.
Universidad Católica de Salta. 2016.