Se ha puesto de moda usar el eufemismo teórico de "liderazgo" para legitimar autoritarismos en la organización escolar. Un autoritarismo post-democrático, que se apropia de la toma de decisiones y afecta profundamente las relaciones profesionales entre miembros de un mismo centro educativo. Estas relaciones se sitúan en una organización escolar basada en la asimetría de poder legalizada.
A partir del análisis de objetos digitales asociados a la política de liderazgo escolar en Chile, se propone reflexionar críticamente sobre el autoritarismo subyacente en los discursos de liderazgo en este país. Se plantea la hipótesis de que la política de liderazgo se moviliza en un discurso conservador en cuanto se omite cuestionar la visión piramidal, la concentración y desequilibrios de poder patentes en la micropolítica educativa chilena.
Con respecto al discurso del liderazgo escolar en Chile, el análisis de un grupo de objetos digitales (webs, imágenes, videos y documentos de texto) nos permite plantear la hipótesis de que el liderazgo conservador a la chilena es una tecnología conceptual al servicio de "los que están arriba": la normativa que legitima el autoritarismo, la política educativa centralista y estandarizadora de los profesionales y los aprendizajes; y también una tecnología conceptual al servicio de los actores de la cúspide de la pirámide jerárquica, por ejemplo, los intereses de las redes político-académicas que controlan el Ministerio de Educación.
Se observa que la política declara explícitamente que busca formar en el uso de una tecnología conceptual y transformar en “líderes” a actores con poder formal, entre los que se cuentan gestores-jefes intermedios, como funcionarios de los Servicios Locales de Educación, el sostenedor, y a actores-jefes micropolíticos, como los directivos, jefes de UTP, encargados de convivencia y docentes que en el futuro serán directivos. La política representa a otros actores, como docentes de aula, estudiantes, apoderados, como receptores pasivos que serán gestionados/influenciados por los líderes y sus superpoderes. En la política, el término “líderes” sufre un fenómeno de transnominación hacia jefe con algún tipo de poder formal, y su significado es intercambiable por el de superior jerárquico (director, jefe de UTP y otras posiciones meso políticas y micro políticas).
Esta visión mesiánica, piramidal y autoritaria, que consideramos inmanente al liderazgo, está contenida incluso en propuestas un poco menos conservadoras, como el liderazgo distribuido, que según nuestra interpretación, también se está usando para conservar el estatus quo organizativo piramidal, distribuyendo algunos privilegios de influencia y decisión, distribución focalizada solo en algunos miembros de la organización, y que viene designada de arriba hacia abajo.
Hemos recogido indicios preocupantes de que el liderazgo es una tecnología conceptual la cual se está “entregando” solo a una parte de los actores del sistema educativo, los cargos jerárquicamente superiores. Concluimos, por tanto que la política de liderazgo continúa construyendo desequilibrios de poder en la macro política, mesopolítica y micropolítica escolar.
El coordinazgo, en cambio, es una propuesta alternativa en construcción. Se propone como un acto de servicio, elegido por la comunidad, que promueve y trabaja para los intereses de los miembros de la comunidad educativa y los propios, pero en un marco de igualdad de poder formal. El coordinazgo realiza acciones de empoderamiento y colabora en la construcción de espacios pluriversales de trabajo, entre otras posibilidades aún por imaginar. Estos elementos lo hacen diferente de la posición de autoridad visionaria que influye y de mesías a seguir, que subyace a algunas visiones de liderazgo.
Se propone, en consecuencia, abandonar las visiones de autoritarismo taylorista y fordista que portan los discursos en torno a la dirección, la organización y el liderazgo escolar en Chile, para avanzar hacia propuestas que denominamos perspectivas de coordinazgo para la democracia en el centro y la política educativa.