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REFLEXIÓN
La invención del sujeto financiero
Felipe A. Galvis Castro
Resumen
En este artículo se examinan críticamente los presupuestos sobre los
que se estructuran y promueven iniciativas de educación financiera
en el mundo haciendo énfasis en la Estrategia nacional de educación
económica y financiera que se está implementando en Colombia. Estas
iniciativas se difunden a partir de las directrices sobre buenas prácti-
cas expedidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) en 2005, así como con base en documentos de
carácter político elaborados desde instancias internacionales como el
Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Este análisis
devela el sentido estratégico y político de la “alfabetización financiera”
y revela los efectos de poder del saber en relación con el desarrollo
de habilidades financieras. Así mismo, se visibiliza el trasfondo de la
racionalidad ec onómica neoliberal en la justificación de la c onveniencia
de la educación financiera y en la formación de un sujeto financiero
determinado.
The Invention of the Financial Subject
Abstract
This article c ritically examines the foundations of financial e ducation
initiatives around the world with a special focus on the National
Strategy of Economic and Financial Education currently implemented
in Colombia. These initiatives are promoted according to the Recom-
mendation on Principles and Go od Practices for Financial Edu cation and
Awareness, issued by the Organization for Economic Cooperation and
Development (OECD) in 2005. The latter are also based on policy docu-
ments produced by international institutions such as the World Bank
and the Inter-American Development Bank. This examination unveils
the political and strategic meaning of “financial literacy” and reveals
the power effe cts of the order of knowledge related to the development
of financial skills . Finally, the analysis exposes the ne oliberal economic
rationale behind the justification of financial education and in the pro-
duction of a particular financial subject.
Autor
Felipe A. Galvis Castro
Profesor de la Universidad del Rosario y de la Escuela Superior de
Administración Pública.
felipe.galvis@urosario.edu.co
Keywords
Education; Subjectivities; Apparatus; Biopolitics; Psychopolitics.
Palabras clave
Educación, subjetividades, dispositivos, biopolítica, psicopolítica.
Fech a de rec epció n: 13-12 -16
Fecha de aprobación: 13-06-17
adm. desarro. 2017;47 (1): 29-40
Cómo citar este atículo
Galvis Castro, F. A. (2017). La invención del sujeto financiero. Administración
y Desarrollo, 47(1), 29- 40.
Este artí culo surge de la investigació n doctoral que el autor adelant a sobre la
educación económica y financiera en Colombia.
Mots-clés:
Éducation; Subjectivités; Dispositifs; Biopolitique; Psycho Politique.
JEL: I2, I28.
Palavras chave:
Educação; subjetividades; dispositivos; biopolítica; psicopolítica.
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REFLEXIÓN
La invenció n del sujeto financiero,
Felipe A. Gal vis Castro, pp. 29-40
Erfindung
una parte, una ruptura y, por otra, algo que posee
un comienzo pequeño, bajo, mezquino, inconfesable.
Este es el punto crucial de la Erfindung. Fue debido a
oscuras relaciones de poder que se inventó la poesía.
Igualmente, f ue debido a oscuras relaciones de poder
que se inventó la religión. Villanía, por tanto, de todos
estos comienzos cuando se los opone a la solemni-
dad del origen tal como es visto por los filósofos. El
historiador no debe temer a las mezquindades pues
fue de mezquindad en mezquindad, de pequeñez en
pequeñez, que finalmente se formaron las grandes
cosas. A la solemnidad de origen es necesario opo-
ner, siguiendo un buen método histórico, la peque-
ñez meticulosa e inconfesable de esas fabricaciones
e invenciones. (Foucault, 2011, p. 20)
Introducción
Hay un consenso internacional: niñas, niños y adoles-
centes deben ser educados financieramente. Esto es
indispensable para garantizar la salud de las economías,
para que los ciudadanos tomen decisiones financieras
responsables a lo largo de sus vidas y para que cuenten
con herramientas que les procuren la efectiva garantía
de los derechos económicos, sociales y culturales. Las
crisis financieras se deben precisamente a la ausencia
de educación y se explican por decisiones inadecuadas
de las personas en el manejo de su vida crediticia. Se
requiere entonces de la promoción amplia y extendida
de una serie de competencias en los individuos y en las
familias.
De este modo, hay que adoptar estrategias para la supe-
ración del analfabetismo financiero, del analfabetismo
inversionista, del analfabetismo emprendedor, del
analfabetismo comercial, etc. Todos estos neologismos
revelan la formación de un nuevo sentido común y de un
nuevo campo semántico para explicarlo: hay que trans-
formar a las personas y enseñarles lo necesario para
que gestionen adecuadamente sus ingresos, sus capi-
tales, sus tiempos, sus esfuerzos y sus relaciones. Estos
aspectos deben ser administrados como un portafolio
siempre en beneficio del bienestar individual y colec-
tivo. Se trata de un nuevo lenguaje en el que se alfa-
betizará a la población. El análisis de costo-beneficio,
el aprovechamiento de las ventajas competitivas y la
diversificación de los riesgos pasan de la racionalidad
económica a las aulas de clase. Esta es la invención del
sujeto financiero y las razones que la justifican.
En Colombia estas iniciativas han recibido el nombre
de educación económica y financiera y se apoyan
en literatura sobre buenas prácticas y lineamientos
trazados desde espacios como el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo y la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico . Fueron
importadas a través del Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014 y articuladas en acuerdos y decretos. Final-
mente, su implementación debe verificarse en proyectos
educativos institucionales de colegios y escuelas, en
contenidos curriculares y en prácticas pedagógicas.
Sin embargo, ese “consenso internacional” requiere
mayor atención y los presupuestos sobre los que se
promueve deben ser sometidos a examen. Los detalles
jurídicos o institucionales de la puesta en escena de
la en Colombia no se abordan completamente en
este artículo, algunos solo son presentados de forma
breve con fines únicamente informativos. Este texto se
concentra en la racionalidad detrás de la , es decir,
Résumé :
Cet article examine de façon critique les budgets sur lesquelles
sont structurées et promouvoir des initiatives d'éducation finan-
cière dans le monde, particulièrement à la stratégie nationale pour
l'éducation économique et financière, mis en œuvre en Colombie. Ces
initiatives sont connues à partir des directrices de bonnes pratiques,
publiées par L'Organisation de Coopération et de Développement Éco-
nomiques (OCDE en anglais) en 2005. Aussi sur la base des documents
de politique, élaborés par des organismes internationaux tels que la
Banque Mondiale et la Banque Interaméricaine de Développement (BID).
Cette analyse révèle le sens stratégique et politique de « l’al-
phabétisation financière » et les effets de la puissance des con-
naissances, liées au développement des compétences finan-
cières. Il Montre aussi l'arrière-plan de la rationalité économique
néolibérale dans la justification sur la commodité de l'éduca-
tion financière et la formation d'un sujet financier particulier.
Resumem:
Neste artigo examina-se criticamente os pressupostos sobre os
quais se estrutura e promovem iniciativas de educação financeira
no mundo, com especial referência à estratégia nacional de educação
econômica e financeira que se está implementando na Colômbia. Es-
tas iniciativas difundem-se a partir das diretrizes sobre boas práticas
expedidas pela Organização para a Cooperação e o Desenvolvimento
Econômico (OCDE) no 2005, assim como com base em documentos de
política elab orados desde instâncias internacionais como o Banco Mun-
dial e o Banco Interamericano de Desenvolvimento. Esta análise desvela
o sentido estratégico e político da “alfabetização financeira” e revela
os efeitos de poder do saber relacionado com o desenvolvimento de
habilidades financeiras. Visibiliza o âmago da racionalidade econômica
neoliberal na justificação sobre a conveniência da educação financeira
e na formação de um sujeito financeiro determinado.
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en los argumentos, las ideas predominantes, las afirma-
ciones y los lugares comunes sobre los que se afinca. Se
examina un cierto “sentido común” que sustenta la
y que constituye la fuerza que la hace circular, despla-
zarse, desde instituciones internacionales y agencias
gubernamentales hasta colegios y escuelas. Para ello,
en primer lugar, se presentan tres abordajes que, como
marco teórico, permiten cuestionar los presupuestos
sobre los que se justifica la importación de la a
Colombia; en segundo lugar, se exponen las princi-
pales razones que se invocan para justificar este tipo
de iniciativas; y, finalmente, se problematiza sobre los
fundamentos de la necesidad y los contenidos de la .
A modo de marco teórico:
tres claves de lectura
Tecnologías de gobierno de subjetividades
En su análisis sobre el derecho de muerte y el poder
sobre la vida, Foucault se ocupa del tránsito de una
forma de poder determinada —lo político por exce-
lencia en la tradición de la filosofía política— hacia
la biopolítica. La primera se materializa en las atribu-
ciones del soberano para decidir sobre la muerte de sus
súbditos y / o de los enemigos de la comunidad política
(internos y externos); la segunda se refiere al “poder
de hacer vivir o de rechazar hacia la muerte”. Así, “la
vieja potencia de la muerte, en la cual se simboliza el
poder soberano, se halla ahora cuidadosamente recu-
bierta por la administración de los cuerpos y la gestión
calculadora de la vida” (Foucault, 2005, p. 84). Las
oportunidades que ofrece este biopoder, como Foucault
advierte, han sido fundamentales para la expansión del
capitalismo, “este no pudo afirmarse sino al precio de
la inserción controlada de los cuerpos en el aparato
de producción y mediante un ajuste de los fenómenos
de la población a los procesos económicos” (Foucault,
2005, p. 85).
Esta es una preocupación que se encuentra en varios
momentos de la obra de Foucault. En La verdad y las
formas jurídicas (2011), por ejemplo, el autor precisa
el modo en que el surgimiento de instituciones como el
hospital, la prisión, la escuela y el hospital psiquiátrico
está estrechamente vinculado con el interés por “fijar”
a los sujetos a aparatos de normalización y a procesos
económicos en el marco del capitalismo. En el siglo
— contrario a lo que sucedía en el— estos espacios
no se proponen excluir a los sujetos, sino que persiguen
una “inclusión por exclusión” y tienen como fin último
reconectar los sujetos a los circuitos de la sociedad (p.
135). Foucault dejó bien sentada la idea de mecanismos
de gobierno de los hombres como procesos de formación
de sujeciones y sujetos.
A partir de las conferencias de Michel Foucault, Giorgio
Agamben precisa la noción de dispositivo o máquina de
gobierno como “una economía, es decir, a un conjunto
de praxis, saberes, de medidas y de instituciones cuya
meta es gestionar, gobernar, controlar y orientar —en
un sentido que se quiere útil— los comportamientos, los
gestos y los pensamientos de los hombres” (Agamben,
2011, p. 251).
Paul Rabinow y Nicolas Rose señalan que uno de los
elementos de la noción de biopoder que adquiere cada
vez más vigencia es el relativo a “los modos de subjeti-
vación, en los cuales los individuos pueden ser llevados
a trabajar en sí mismos, bajo ciertas formas de auto-
ridad relacionadas con discursos de verdad, a través
de prácticas del yo, en nombre de la vida o salud indivi-
dual o colectiva” (Rabinow y Rose, 2003, p. 4). Rose hace
referencia a un “gobierno de las subjetividades” como
“circuitos de control” que modelan nuestra vida diaria
no únicamente a través de prácticas institucionales (en
el colegio, los hospitales, la terapia, etc.), sino también en
la textura misma de la existencia en la sociedad post-in-
dustrial (“into the very fabric of existence” ), por medio de
la arquitectura, el diseño, la televisión, la administración
de negocios, los shopping malls, el consumo masivo, etc,
(Rose, 1990).
De esta manera, lo que Foucault identificó inicialmente
en el hospital, la cárcel, la fábrica, el cuartel y el hospital
psiquiátrico, actualmente se extiende más allá de esos
espacios. Agamben (2011) caracteriza
La fase extrema del desarrollo del capitalismo en la
cual v ivimos como una gigantesca acumulación y proli-
feración de dispositivos […] parece que actualmente
no hay un solo instante en la vida de los individuos
que no sea modelado, contaminado o controlado por
un dispositivo. (Agamben, 2011, p. 252)
Foucault (2006; 2007) se encargó de estudiar con más
detalle la noción de biopoder y de articularla intuiti-
vamente con el surgimiento del neoliberalismo en dos
conferencias ofrecidas entre 1977 y 1979. Sin embargo,
esta articulación no es completa y queda apenas anun-
ciada. Como advierte Wendy Brown (2015), Foucault
se ocupó del neoliberalismo, pero no previó que bajo el
mismo el homo oeconomicus no solo eclipsaría el homo
legalis, o sujeto de derechos, sino que la dimensión del
hombre como ser político también se vería comprome-
tida. Foucault no anticipó que la vida sería economizada
a tal punto que el sujeto mismo empezaría a entenderse
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REFLEXIÓN
como capital humano. Tampoco previó cómo el mercado,
más allá de ser límite de la acción de los cuerpos polí-
ticos en el liberalismo, se convertiría en un criterio
regulador y colonizador de toda acción pública en el
neoliberalismo. En una palabra, Foucault no imaginó que
la economía se transformaría en ciencia de gobierno y
pondría en peligro al demos (Brown, 2015).
Biopoder y neoliberalismo
Wendy Brown caracteriza la tensión entre la demo-
cracia y el neoliberalismo en la línea de una tradición
de pensamiento sobre las tecnologías de gobierno de
los seres humanos que se remonta a Michel Foucault. En
cuanto a la democracia, más allá de sus posibles defini-
ciones, Brown parte de identificar un elemento central
en ella: el autogobierno del pueblo, “quien quiera que el
pueblo sea” (Brown, 2015, p. 20). De otro lado, Brown
presenta al neoliberalismo como una versión determi-
nada de “economía política, una modalidad de gober-
nanza y un dominio de saber (order of reason)” (p. 20).
El asunto más relevante en el que insiste Brown es
el carácter “inconstante, diferenciado, asistemático,
impuro” del neoliberalismo como fenómeno global que
lo ha llevado a adaptarse a diferentes contextos cultu-
rales, políticos y sociales. Esto le ha permitido alcanzar
una condición de ubicuidad en el mundo euro-atlántico
de la actualidad (p. 21).
Tras definir los dos extremos de la tensión mencionada,
Brown destaca la manera en que el neoliberalismo
transforma el lenguaje, los imaginarios, los principios,
los hábitos ciudadanos y las culturas políticas de la
democracia. Su lugar está siendo ocupado por crite-
rios económicos como crecimiento, competitividad y
financiarización. Estos objetivos, dice Brown, se están
convirtiendo en los parámetros de legitimidad y de
actuación en el marco de un proceso de reforma de
los Estados y de los sujetos. Se espera de los dos que
se comporten como corporaciones (firms), por lo que
deben maximizar el valor de su capital e incrementar
su valor a futuro a través de prácticas de emprendi-
miento, de inversión en sí mismos y de atracción de
inversionistas.
Cualquier régimen estatal que se atreva a perseguir
otro camino se enfrenta, en el mejor de los casos, a
crisis fiscales, a degradación de su calificación credi-
ticia y a pérdida de legitimidad; en el peor de los esce-
narios se corre riesgo de bancarrota y de disolución.
Así mismo, las personas se encuentran con riesgos de
empobrecimiento, pérdida de estima social y restric-
ciones crediticias, incluso su supervivencia podría
verse amenazada (Brown, 2015, p. 22).
De esta manera, Brown se concentra en una noción
particular de neoliberalismo y en un tipo particular
de críticas al mismo. No se ocupa de las objeciones a
la forma en que el mismo incrementa desigualdades,
supone la comercialización de bienes o servicios que
no deberían ser materia de mercantilización, captura
al Estado y lo pone al servicio de sus intereses o tiene
efectos catastróficos en las crisis ocasionadas por las
fluctuaciones de los mercados de capitales. El interés
de Brown, siguiendo a Foucault, radica en el neolibe-
ralismo como dominio de saber que toma la forma de
racionalidad de gobierno y que desplaza “valores econó-
micos, prácticas y métricas a cada dimensión de la vida
humana” (Brown, 2015, p. 30). Se trata de ese “sentido
común” en el que se ha convertido el neoliberalismo y
que opera a nivel “capilar” —utilizando la expresión de
Foucault— en diversos ámbitos de la vida diaria.
Los rasgos distintivos de esta economización contem-
poránea de la vida (que la diferencian de otras prove-
nientes del marxismo, del liberalismo o del propio
neoliberalismo en sus orígenes) radican a juicio de
Brown, primero, en la reducción del individuo a sujeto
económico (homo oeconomicus) en todas las esferas de
la vida. Segundo, en el interés de los sujetos por tomar la
forma de “capital humano”, que se posiciona y valora en
el marco de unas condiciones de mercado y de compe-
tencia. Tercero, en el desarrollo de un sujeto productivo
y emprendedor, pero sobre todas las cosas, de un sujeto
financiero que se propone como objetivos “ampliar su
portafolio” e “ invertir” y “atraer inversionistas” en dife-
rentes ámbitos de su vida, no vinculados necesariamente
con la producción de riqueza (Brown, 2015)1.
Por cuenta de todo este proceso, Brown advierte que
el neoliberalismo conlleva a la extinción de la ciuda-
danía —entendida como “preocupación por el bien
público”— y del pueblo —como reivindicación de la
soberanía política del colectivo—; así, diluye “el sujeto
1 Muchos ejemplos de Brown se refieren a la actuación de los sujetos como
emprendedores o inversionistas en ámbitos no monetarios. Las páginas de
la Internet que ofrecen contactos en línea son uno de ellos. Estas páginas de
la web, dice Brow n, promueven sus servicios por la m aximización del retorno
sobre la inversi ón en dinero, tiempo y afecto de sus clientes. En e ste ejemplo,
en particular, la situación va más allá de lo descrito por Brown. No solo las
relaciones nacidas en internet parecen estar ahora reguladas por el cálculo
sobre la inversión vs. los retornos. Psicólogos recomiendan abiertamente que
un criterio para establec er una relación afectiva sea la profesión y el histo rial
crediticio de la posible pareja: “¿cómo habla? ¿cómo se viste? ¿qué tan bien
baila? Puede que sea información útil a la hora de elegir pareja. Pero quizás
harías bien en preguntarte si su profesión se complementa con la tuya o si
tiene un buen historial de crédito. Los psicólogos aconsejan a quienes buscan
mejorar su vida a morosa que examinen cómo la s decisiones sobre su car rera
y filosofía de gastos influyen en sus relaciones”. (Dizik, 2016, p. 1).
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Felipe A. Gal vis Castro, pp. 29-40
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que se gobierna a sí mismo a través de una autonomía
moral y que gobierna con otros mediante la soberanía
popular” (Brown, 2015, p. 79). En cuanto a lo primero,
en el ámbito del sujeto, el ideal de autonomía moral se ve
seriamente cuestionado. Como capit al humano, que debe
ser suficientemente atractivo para el mercado, el sujeto
ya no decide libremente cuáles son sus intereses y cómo
puede satisfacerlos. No es libre de escoger con indepen-
dencia “los parámetros de éxito en un mundo de escasez
y desigualdad” (Brown, 2015). En cuanto a lo segundo,
los debates públicos sobre asuntos que comprometen
valores como igualdad o solidaridad se resuelven con la
identificación de ganadores y perdedores en el marco
de la competencia económica. La desigualdad se vuelve
la regla. La democracia pasa entonces de ser un orden
semántico político a ser uno económico: “la inclusión se
transforma en competencia, igualdad en desigualdad,
libertad en mercados desregulados y la soberanía
popular queda en vilo” (Brown, 015, p. 42).
Psicopolítica
Para Byung-Chul Han (2015) la descripción de la
forma en que el neoliberalismo despliega una serie
de valores y tecnologías de gobierno sobre los sujetos
exige dar un paso más allá de la noción de biopolí-
tica propuesta por Foucault y utilizada como punto
de partida por Brown. Para Han resulta más apro-
piada la conceptualización de la psicopolítica. Para
dar cuenta de esta categoría Han sigue una insinua-
ción de Foucault: estudiar la línea de continuidad
que puede existir entre las tecnologías de domina-
ción (utilizadas por unos individuos sobre otros) y
las tecnologías del yo (en las que el individuo actúa
sobre sí mismo).
Es decir, lo que interesa es la forma en que “el régimen
neoliberal de dominación acapara totalmente la
tecnología del yo” y cómo “la permanente optimi-
zación propia, como técnica del yo neoliberal, no es
otra cosa que una eficiente forma de dominación y
explotación” (Han, 2015, p. 45). Así, la violencia de las
tecnologías de gobierno ya no se ejerce únicamente
por unos individuos sobre otros, sino que los mismos
sujetos encuentran deseable usarla sobre sí mismos
(como agresión hacia sí mismo o autodominación).
Esto responde al desarrollo de un poder inteligente.
Aquel que no adquiere necesariamente la forma de
una coacción sobre el individuo no busca doblar
resistencia alguna ni imponerse por la fuerza. Por el
contrario, este tipo de poder opera de forma silen-
ciosa, no ha sido tematizado y difícilmente se hace
visible. Más importante aún, no es un poder que
violente la libertad del individuo, sino que, antes bien,
hace uso de ella. Se presenta de “forma sutil, f lexible,
inteligente”, al punto que “el sujeto sometido no es
siquiera consciente de su sometimiento”. No se actúa
mediante coerciones y prohibiciones, sino mediante
complacencias y seducciones. En una palabra, este
tipo de poder no hace hombres sumisos, sino depen-
dientes.
Han afirma que para dar cuenta de este tipo de poder
la noción de biopolítica es insuficiente. El neolibe-
ralismo supone un giro decidido hacia la psique, en
la que descubre su principal objeto de intervención
en un contexto en el que predominan “formas de
producción inmateriales e incorpóreas”. Sobre ella
despliega procesos de optimización mental, coaching,
liderazgo, literatura sobre autoayuda, inteligencia
emocional, programación neurolingüística y mana-
gement personal.
El objeto de estos nuevos dispositivos y uno de los
principales puntos de atención son las emociones,
esto por su carácter dinámico, situacional y perfor-
mativo que las ubica en el nivel de lo prereflexivo. A
esto se suma la posibilidad de contar con un perfil
psicológico completo de las personas (a nivel cons-
ciente e incluso inconsciente) mediante la exposición
de sus vidas en Internet y el predominio de los datos
(dataismo). Esta combinación constituye un medio
privilegiado de control y clasificación de la infor-
mación sobre los sujetos que se pone al servicio de
empresas y proyectos políticos (Han, 2015).
Síntesis
A partir de Foucault y Agamben es posible hacer una
caracterización general de lo que es un dispositivo.
Este concepto se entiende como vínculo que une un
conjunto heterogéneo de instituciones, prácticas,
discursos, normas, edificios, etc. La red que así se teje
incide en la vida de los sujetos con el ánimo de cumplir
una función estratégica y de alcanzar un objetivo que
se valora como urgente y útil. Este tipo de red surge en
el encuentro de relaciones de poder y de saber, puesto
que está inscrita en unas relaciones de poder que son
validadas por unos criterios de establecimiento de la
verdad, por un saber.
Rose, Rabinow y Agamben concluyen que actualmente
estamos en presencia de una ampliación inusitada de
dispositivos que condicionan nuestro comportamiento
que se extienden más allá de los ámbitos identificados
por Foucault. Estas tecnologías se encuentran actual-
mente en la textura misma de la vida de las personas
34
REFLEXIÓN
y parece no haber un solo instante en ella que no sea
influenciado por un dispositivo.
El trabajo reciente de Wendy Brown describe la forma
en que el neoliberalismo como racionalidad de poder,
como saber y como un sent ido común que lo acompañan,
despliega una serie de mecanismos que condicionan el
comportamiento de los Estados y de los sujetos, para
conducirlos hacia un comportamiento corporativo. Este
es guiado por intereses y criterios financieros no solo en
asuntos estrictamente económicos, sino también en la
más amplia dimensión de relaciones humanas y sociales.
Para Brown, lo que está en juego es la condición humana
y el sentido mismo de la democracia.
Por último, Byung-Chul Han describe el uso de las
emociones, de lo consciente y lo inconsciente, expuesto
a través de las redes sociales para seducir a los sujetos y
hacerlos dependientes. Se ejerce entonces un poder inte-
ligente, que no se ve obligado a recurrir a la coacción, a la
ortopedia, sino que oculta el sometimiento bajo la forma
de deseos de consumo, de superación, y de mejoramiento
y gestión personal.
El abordaje descrito permite indagar por la forma en
que la EEF hace parte de un proceso de economización
de la vida y de la educación de más largo alcance. Igual-
mente hace posible reflexionar sobre las condiciones que
harían de la EEF una de las formas de articulación de
mecanismos de dominación con tecnologías del yo, de
manera que los valores del neoliberalismo como racio-
nalidad económica se trasladan al sujeto financiero,
quien los interioriza y decide usarlos como criterios
para transformarse a sí mismo. Dicho concretamente,
estas aproximaciones invitan a examinar a la EEF como
dispositivo af incado en una “política de verdad”, es decir,
a interrogar los presupuestos y ese “sentido común” en
los que se apoya con el fin de establecer sus efectos de
poder; también invitan a cuestionarla como ejercicio de
poder que se justifica por una forma de ver el mundo y
de validar lo verdadero.
Sin embargo, no se pretende presentar la EFF como
un condicionamiento estructural que ineludiblemente
supone la homogeneización de los sujetos. La pregunta
que debe quedar abierta se refiere a las posibilidades
de resistencia de “lo ingobernable” (Agamben, 2011)
frente a la aplicación de la EEF en Colombia. Esto es,
el análisis de los pliegues que aún harían posible la
agencia por parte de los sujetos destinatarios de esa
nueva tecnología de disciplina sobre el yo. Las posibili-
dades del arte de la vida como praxis de la libertad que
se resiste a la psicologización del capitalismo finan-
ciero (Han, 2015).
Justificación de la educación financiera
Aunque en diversos países (incluido Colombia) exis-
tían programas de capacitación financiera desde
hace varias décadas, la actual versión de la se
origina a partir de las recomendaciones del Consejo
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico () en 2005 (Asobancaria, 2014). En
estas recomendaciones se advierte la necesidad de
“individuos educados financieramente para asegurar
niveles suficientes de protección de los inversionistas
y de consumidores, así como un tranquilo funciona-
miento, no sólo de los mercados financieros, sino de
la economía” (, 2005, p. 2). Los contenidos de
la educación financiera deben ser determinados de
acuerdo a las circunstancias nacionales y deberían
ocuparse de aspectos importantes de la “planeación
financiera de la vida” como el ahorro, la administración
de créditos personales, los seguros, las pensiones, así
como de nociones básicas de economía y matemáticas.
Los medios y modalidades pueden ser muy variadas. En
cualquier caso, la dice que la educación financiera
debería empezar desde el colegio y las personas deben
ser educadas sobre asuntos financieros tan temprano
como sea posible (, 2005).
El Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 dispuso la
obligación de trazar una Estrategia Nacional de Educa-
ción Económica y Financiera con la secretaría del Banco
de la República (Departamento Nacional de Planeación,
2010, p. 178). En el artículo 145 de la Ley 1450 de 2011
“por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014”, se establece que “el Ministerio de Educa-
ción Nacional incluirá en el diseño de programas para
el desarrollo de competencias básicas, la educación
económica y financiera, de acuerdo con lo establecido
por la Ley 115 de 1994”. Con esta norma se atendió una
propuesta formulada por Asobancaria (Asobancaria,
2012, p. 6).
En el caso del Plan Nacional de Desarrollo, el lenguaje
y la población a la que se dirige la son diferentes a
los de otros referentes normativos y de política que ya
se habían dispuesto en Colombia en el marco de inicia-
tivas de capacitación del consumidor financiero. Ya no
se trata de la “educación del consumidor financiero”.
Es decir, no se trata de desarrollar competencias en
quien ya tiene una relación con el sistema financiero
(como por ejemplo se disponía en la reforma financiera
de 20092).
2 Ley 1328 de 2009.
La invenció n del sujeto financiero,
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adm. desarro. 2017;47 (1): 29-40
La educación que se promueve a partir del Plan 2010-
2014 se propone crear el sujeto financiero, con el efecto
esperado de una expansión del mercado financiero. En
armonía con las recomendaciones de la de 2005,
el interés radica en ofrecer la educación financiera a
“toda la población”, en todas las edades, en todos los
estratos socioeconómicos, en “todos los niveles de
bancarización”, con el objetivo manifiesto de “poten-
ciar los esfuerzos para incrementar el acceso a servi-
cios financieros y el desarrollo del mercado de capi-
tales con mayor movilización de ahorro y crédito hacia
actividades productivas” (Departamento Nacional de
Planeación, 2010, p. 178).
Con esos propósitos se lanzó un proyecto público-pri-
vado materializado en el Acuerdo No. 024 de 2012 (7
de febrero), firmado entre el Ministerio de Educación
y Asobancaria. Con base en ese acuerdo, Asobancaria
ofrece asistencia a todo el sistema educativo colom-
biano para establecer la forma en que se “adminis-
trará” la educación financiera como obligatoria en
todos los planteles (Asobancaria, 2012).
Por su parte, el Ministerio de Educación Nacional
(), con la asesoría de Asobancaria, publicó en 2014
el primer documento sobre los lineamientos para la
inclusión de la en proyectos educativos institucio-
nales (), en contenidos curriculares y en prácticas
docentes. El documento señala que el objetivo de la
consiste en desarrollar en los niños, niñas y adoles-
centes “los conocimientos, las habilidades y las actitudes
necesarias para la toma de decisiones informadas y las
actuaciones responsables en los contextos económicos
y financieros presentes en su cotidianidad” (Ministerio
de Educación Nacional, 2014, p. 10). El documento del
formula entonces una serie de recomendaciones
dirigidas a “docentes, directivos docentes, padres de
familia y servidores de las secretarías de educación”
para que “lideren el proceso de incorporación de la
en los currículos escolares de los establecimientos
educativos del país” (Ministerio de Educación Nacional,
2014, p. 9).
En los documentos elaborados en Colombia y a nivel
internacional sobre la se presentan una serie
de argumentos sobre los beneficios de este tipo de
formación:
(i) Sería un medio para promover la protección de los
usuarios de los servicios financieros, quienes estarían
en mayor capacidad de ejercer sus derechos y utilizar
mecanismos de defensa ante las entidades financieras
mediante figuras como la del Defensor del Cliente o la
Superintendencia Financiera de Colombia.
(ii) Permitiría a los usuarios de servicios financieros
utilizar adecuadamente la información que las enti-
dades financieras deben poner a disposición de sus
clientes, de manera que estos tomen decisiones acer-
tadas y adquieran “hábitos financieros saludables”
(Asobancaria, 2012, p. 2).
(iii) Garantizaría que los usuarios financieros tomen
decisiones adecuadas en un contexto en el que están
cada vez más expuestos a riesgos, en particular a los
derivados de situaciones tan diversas como “la crisis
financiera global de 2008, los cambios sociales, econó-
micos, demográficos y la aparición de nuevos productos
financieros y de nuevos canales de distribución [que] le
han introducido una creciente complejidad a la toma de
decisiones financieras” (Asobancaria, 2014, p. 3).
(iv) Sería un medio para alcanzar mayor “inclusión
financiera”, en particular para aquellos segmentos de
la población que estarían “en la base de la pirámide de
ingresos”, de manera que se atienda a las diferencias
de sus ingresos frente al resto del mercado (Asoban-
caria, 2012). Esto se encuentra estrechamente vincu-
lado con las iniciativas de “banca de pobres” o “banco
de oportunidades”, como se ha denominado en algunas
regiones de Colombia, y así se registra en los docu-
mentos oficiales sobre .
(v) Contribuiría al fortalecimiento, estabilidad y
expansión de los mercados, así como de la economía
en general. La tesis de base es que “un consumidor
bien informado y educado es la mejor garantía para el
desarrollo de mercados financieros competitivos que
contribuyan al crecimiento económico” (Asobancaria,
2012, p. 5).
(vi) Sería “ la meta más grande y ambiciosa de responsa-
bilidad social de la banca hasta la fecha” (Asobancaria,
2014, p.1).
(vii) Serviría como una “herramienta para formar a las
y los estudiantes en la cultura del emprendimiento” de
manera que estén en condiciones de “identificar nichos
para la acción” en el sector productivo (Ministerio de
Educación Nacional, 2014).
(vii) Constituiría una “opción ineludible” a propósito
de una “convergencia internacional” (Ministerio de
Educación Nacional, 2014, p. 10). Un conjunto de buenas
prácticas reconocidas por entidades internacionales
como la , el Banco Interamericano de Desarrollo
(Ministerio de Educación Nacional, 2014, p. 21).
36
REFLEXIÓN
(vii) Serviría como medio para la efectiva garantía de
los derechos humanos; desde la realización de los dere-
chos económicos, sociales y culturales (), hasta
la igualdad de género. Los primeros se verían bene-
ficiados con la adopción de decisiones responsables
y adecuadas por las personas en cuanto a la gestión
de sus recursos con un impacto en el bienestar de las
familias; los segundos porque la EEF transformaría
imaginarios de discriminación sobre las mujeres al
promover su acceso a los servicios financieros (Minis-
terio de Educación Nacional, 2014, p. 25)3.
Cinco tesis sobre la educación financiera
“Common sense”
La primera reacción a un examen de la consiste en
cuestionar la necesidad misma de cualquier análisis,
una suerte de resistencia a su problematización. Es
decir, la se presenta de ordinario como el resul-
tado apenas natural de un estado de cosas en el que
los seres humanos se ven obligatoriamente abocados
a desarrollar una determinada inteligencia financiera.
En el mercado, y como parte de la competencia entre
seres humanos, es indispensable la formación de un
sujeto financiero competente que maneje hábilmente
su dinero y sus activos (emocionales, personales, inte-
lectuales, profesionales y monetarios) con el fin de
triunfar en un medio de inexorable disputa. ¿Acaso no
es algo natural y obvio?
El primer reto de un análisis sobre la consiste en
advertir que este tipo de formación no es para nada
natural y obvia. No es neutral, no está desprovista de
una comprensión específica de los seres humanos y de
la forma en que se relacionan y se deben relacionar con
sus semejantes. Este primer paso debe conducir, antes
que nada, a interrogar ese sentido común —posicio-
nado por la racionalidad económica propia del pensa-
miento neoclásico— que nos lleva a pensar que los
seres humanos, por fuerza de las circunstancias, deben
competir en condiciones de mercado utilizando todos
los “capitales” que tengan en su haber.
A continuación se plantea una serie de interrogantes
a la como sentido común, natural y obvio de la
formación de los seres humanos en una “sociedad de
mercado” (Sandel, 2013). La orientación crítica de
estas reflexiones es evidente, en el sentido advertido
por Michel Foucault:
Vemos que el foco de la crítica es esencialmente el haz
de relaciones que anuda el uno a la otra, o el uno a los
otros dos, el poder, la verdad y el sujeto. Y si la guber-
namentalización es este movimiento por el cual se
trataba, en la realidad misma de una práctica social,
de sujetar a los individuos a través de unos meca-
nismos de poder que invocan una verdad, pues bien,
yo diría que la crítica es el movimiento por el cual el
sujeto se at ribuye el derecho de interrogar a la verdad
acerca de sus efectos de poder, y al poder acerca de
sus discursos de verdad; pues bien, la crítica será el
arte de la inservidumbre voluntaria, el de la indoci-
función la de sujeción en el juego de lo que se podría
denominar, con una palabra, la política de la verdad.
(Foucault, 1995, p. 7)
Más allá de examinar con detalle las especificidades
de la puesta en escena de la eef en Colombia a nivel
institucional y normativo, se cuestionan las razones
que se presentan de ordinario en la literatura sobre
educación financiera, en las recomendaciones de la
ocde y los documentos con los que la misma se imple-
menta en el país. Se interrogan los efectos de poder que
suponen ciertas verdades que se consideran de sentido
común con las que se justifica la implementación de la
eef en colegios y escuelas de todo el país. El punto de
atención es entonces, como lo sugiere Wendy Brown, la
racionalidad económica de tipo neoliberal que en este
caso sirve de base al diseño de estrategias de educación
financiera.
Gestión calculada de la vida
Uno de los rasgos distintivos de la —y que se arti-
cula con la descripción que hacen Foucault, Brown y
Rose de las tecnologías de gobierno de los sujetos bajo
los imperativos del neoliberalismo— es el interés
de este tipo de proyectos por “gestionar calculada-
mente” la vida de las personas. Este interés se refleja
en el caso de la en la necesidad de promover en los
estudiantes un propósito de planeación precisa de su
existencia en términos financieros, de manera que la
misma sea sostenible en una línea de tiempo a lo largo
de la infancia, la adolescencia, la adultez y, sobre todo,
la tercera edad.
3 Desde el punto de vis ta jurídico el diseño y la implementación e n Colombia
de la EEF, trazada en el Plan Nacional de Desarrollo y en los documentos de
política mencionados, se verifica mediante la estructuración del “Sistema
Administrat ivo Nacional para la Educaci ón Económica y Financ iera” contenida
en el Decreto 4 57 de 2014. En este decreto es eviden te el sello de la OCDE y de
los lineamientos que esta organización fija en la materia.
La invenció n del sujeto financiero,
Felipe A. Gal vis Castro, pp. 29-40
37
REFLEXIÓN
adm. desarro. 2017;47 (1): 29-40
Para los promotores de la esta sostenibilidad
del proyecto vital de los sujetos redunda en la salud
de las finanzas públicas y de la economía en general.
Aspectos críticos como la financiación de las pensiones
por vejez, de los riesgos asociados a la salud o las vici-
situdes del mercado laboral —como la posibilidad
de quedar cesantes— dejan de ser un asunto público
para trasladarse a los sujetos y a sus familias desde la
edad más temprana posible (Xu y Zia, 2012, p. 2). En el
marco de esta situación, la habilidad financiera de las
personas se convierte en esencial para la estabilidad de
las economías nacionales. Sin duda, si la estructuración
de un plan de retiro depende plenamente del monto de
los ingresos de las personas durante su edad laboral y
de la destinación que le den a la misma, la educación
financiera resulta fundamental.
Al respecto Xu y Zia señalan que:
Países de ingreso medio que experimentan con la
privatización de las pensiones también han venido
recibiendo mayor atención en la literatura (sobre
grado de responsabilidad que corresponde a los indivi-
duos en la planeación de su jubilación. (Xu y Zia, 2012,
p. 15)
La situación contraria (cada vez menos frecuente), en
la que esa clase de prestaciones se ofrecen con cargo
a recursos públicos bajo criterios de solidaridad y
gestión colectiva, se presenta como indeseable en la
literatura sobre la educación financiera porque deses-
timularía el desarrollo de habilidades financieras por
parte de las personas. Se indica entonces que los países
con “generosos sistemas de seguridad social” estarían
asociados con tasas más bajas de educación financiera
de las personas (Xu y Zia, 2012, p. 13).
Por todo esto, no es casualidad que exista una gran
cantidad de bibliografía sobre educación financiera
relacionada con la preparación para la jubilación. En
este tipo de narrativa se afirma una relación causal
entre educación financiera y una adecuada planea-
ción de la jubilación. Como se indicó, según Xu y Zia,
los sistemas de seguridad social generosos desesti-
mularían la educación financiera de las personas. Sin
embargo, estos mismos autores reconocen estimativos
que ponen esa presunción en una verdadera perspec-
tiva. En el caso de Nueva Zelanda, la investigación de
Crossan et ál., citada por Xu y Zia (2012), indica que la
educación financiera no tiene un impacto decisivo en
la planeación de la jubilación, dado que allí existe un
régimen universal y público de pensiones (p. 15).
En consecuencia, la educación financiera es funda-
mental en aquellos países en los que las cesantías, los
riesgos asociados con la salud y la posibilidad de contar
con una pensión de jubilación dependen de los propios
individuos y no existe ningún tipo de bolsa pública
inspirada en principios de solidaridad y gestión colec-
tiva. Para reformular la hipótesis de Xu y Zia habría que
decir mejor que no es que los sistemas de seguridad
social generosos desestimulen la educación financiera,
sino que allí donde ellos existen no es siquiera nece-
saria, o al menos no resulta decisiva para asegurar
el bienestar de los ciudadanos ante la enfermedad, el
desempleo o la vejez.
La gestión del tiempo de la vida se advierte incluso en
un nivel gráfico. El logo que identifica institucional-
mente a la en Colombia muestra a dos niños cuyos
cuerpos se apoyan sobre un vector de crecimiento
económico. La imagen expresa elocuentemente el
propósito de la como medio para asegurar que
desde la infancia la existencia misma de los seres
humanos se encuentre determinada por el propósito
de “progreso” financiero, acumulación y planeación
estratégica de las inversiones propias de un portafolio.
La centralidad del sujeto financiero
Como lo destaca Brown, la existencia de un sujeto
financiero responsable y hábil en materia de inver-
siones que se percibe a sí mismo como agente de un
portafolio, y que actúa en función del incremento de su
valor hacía el futuro bajo las condiciones de sistemas de
ratings, ocupa un lugar central en el neoliberalismo y es
indispensable para la “salud” de las economías nacio-
nales (Brown, 2015, p. 71). Este sujeto, convertido en
Gráfica utilizada por el Ministerio de Educación Nacional para
promover la EEF.
Fuente: MEN, 2014.
38
REFLEXIÓN
“capital humano”, resulta responsable del crecimiento
económico y se ve comprometido con la empresa de
asegurar la existencia de una economía sana. Incluso
Brown destaca que este es precisamente el rasgo que
distingue el homo oeconomicus propio del liberalismo
(del que se ocupó Foucault) del que surge en el neolibe-
ralismo. Ya no se trata de un sujeto que actúa movido
por sus intereses (la suma de esos intereses forjaría un
bien común a la manera de la “mano invisible” de los
mercados según Adam Smith). Se trata, por el contrario,
de quien prevé su auto-sostenimiento como un asunto
que redunda en la salud de la economía y del Estado.
Este sujeto interioriza los valores de la estabilidad
macroeconómica como criterio de regulación de su
conducta (Brown, 2015, p. 84).
En los lineamientos internacionales, como los de la ,
y en los documentos existentes en materia de en
Colombia este tipo de narrativa está presente. Se afirma
que un sujeto financiero bien informado que toma deci-
siones acertadas acerca de su porvenir, es la “mejor
garantía para el desarrollo de mercados financieros
competitivos que contribuyan al crecimiento económico”
(Asobancaria, 2012, p. 5). Así, la marcha de las economías
nacionales y las crisis a las que pueden verse sometidas
por cuenta de las fluctuaciones en los mercados inter-
nacionales se resuelven ahora como un problema de
finanzas personales y pueden explicarse por decisiones
irresponsables de los sujetos financieros en términos de
ahorro y gestión de su portafolio. Las “vicisitudes” y los
riesgos de los mercados financieros ahora deberán ser
materia de previsión por los sujetos, la formación para
esto ocupará un lugar central en la
Reforma del Estado y del sujeto
El interés por reformar la educación de los sujetos corre
de forma paralela a todo un conjunto de iniciativas de
transformación del Estado. Esta correspondencia entre
los dos proyectos (uno en el plano individual y otro
en el colectivo) remite a la analogía entre el alma y la
ciudad que se remonta incluso hasta Platón. La relación
entre estos tipos de iniciativas es estrecha. La reforma
del sujeto trae consigo igualmente la transformación
del Estado y viceversa. Este mismo punto había sido
advertido por Anthony Anghie (2004) al dar cuenta
de la intervención profunda mediante el derecho en la
formación de los Estados resultantes del proceso de
descolonización. La idea era entrar en “lo inconsciente”
de las sociedades con el fin de crear la estructura social
y política necesaria para el funcionamiento de Estados
soberanos. Esta intervención iba acompañada de la
transformación del “nativo” con el fin de asegurar su
productividad.
Ahora bien, ¿cuál es el objeto de esa doble transfor-
mación que se pretende actualmente? Como lo anota
Brown, el neoliberalismo como racionalidad del poder
se proponen asegurar que tanto los Estados como los
sujetos se comporten a semejanza de las empresas:
“maximizar su valor en capital en el presente y aumentar
su valor futuro […] a través de prácticas de emprendi-
miento, auto-inversión y atracción de inversionistas”
(Brown, 2015, p. 22). Por ello no es casualidad que en el
marco de la transformación4 del Estado colombiano sea
indispensable cambiar los lineamientos para la forma-
ción de los sujetos.
Esta relación se manifiesta en el Decreto 457 de 2014,
mediante el cual se crea el Sistema Administrativo
Nacional para la Educación Económica y Financiera.
En la parte motiva de este Decreto es evidente cómo
la implementación de la en Colombia responde a
la recomendación de la de establecer este tipo
de iniciativas desde el colegio y de ofrecer esta forma-
ción a partir de la edad la más temprana. Es posible
advertir también que la se adopta como parte de
un conjunto de reformas institucionales para cumplir
con las condiciones de admisión en la , medio
para fortalecer “el proceso de inserción de Colombia
en la economía mundial”.
Deliberación pública
La est ructuración de iniciativas de educación financiera
en el mundo, en el seno de organizaciones como la
y el Banco Mundial con la consecuente importación en
el ámbito nacional, carece de suficiente deliberación
pública. Como lo anota Nussbaum, esta transformación
de la educación y del sujeto mismo, con los efectos que
puede tener en la erosión de la democracia, ha pasado
desapercibida con un escaso debate público definido en
espacios privados de diálogo entre agentes del Estado y
actores corporativos (Nussbaum, 2005; 2014).
Así, por ejemplo, en el caso colombiano cabría pregun-
tarse el nivel de discusión que tuvo la importación de
la. Se incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo a
propósito de la incidencia de los gremios del sector
financiero. A partir de allí el Gobierno Nacional adoptó
4 Emprendida a propósito del seguimiento de las buenas prácticas de ese
“club”, como se denomina a la OCDE, en el que se reformará toda la adminis-
tración del E stado en todas las materias imagina bles —impuestos, químic os,
manejo ambiental, mercados financieros, comercio, empleo, seguridad social,
desarrollo territorial, educación, salud, agricultura, gobierno corporativo de
empresas públicas, etc.—.
La invenció n del sujeto financiero,
Felipe A. Gal vis Castro, pp. 29-40
39
REFLEXIÓN
adm. desarro. 2017;47 (1): 29-40
un decreto y elaboró un documento oficial para su
inclusión en proyectos educativos institucionales, en
los programas y en las prácticas docentes. Adicional-
mente, suscribió un acuerdo con el sector financiero
para la administración y puesta en funcionamiento de
este tipo de educación.
La legitimidad democrática de estas decisiones, que
suponen una financiarización de diferentes esferas de
la vida y que tienen gran impacto para la salud de la
democracia, como lo deja bien sentado Wendy Brown,
se encuentra en entredicho. Por ejemplo, ¿cuál es la
legitimidad del acuerdo suscrito con el sector finan-
ciero para que este asesore la definición de contenidos
y metodologías que se impartirán en todos los colegios
de Colombia? ¿Cuáles son los méritos del sector finan-
ciero colombiano para intervenir en un asunto tan
sensible como la educación? ¿Cómo asegurar que la
educación persiga la formación integral de ciudadanos
y procure el interés público en todos los aspectos?
El neoliberalismo, como “sentido común” que natu-
raliza muchas de estas decisiones y que se convierte
en una semántica económica que regula los debates
públicos, puede llegar a descalificar este cuestio-
namiento. Pero precisamente por ello es necesario
volver sobre un punto planteado por Brown: por
cuenta de ese “sentido común” ya no nos sorprende
en absoluto esa íntima relación de gestión entre el
Estado y las empresas del sector financiero. Hemos
perdido nuestra capacidad de encontrar en eso algo
fundamentalmente anómalo. Se dirá que es razonable
que el sector financiero intervenga activamente en la
definición de lo que es la educación de niñas, niños
y adolescentes y que este es su más grande gesto de
responsabilidad social.
Conclusiones
Estos son entonces la utilidad, la urgencia y el sentido
estratégico de la como tecnología de gobierno
de subjetividades: asegurar que los individuos y las
familias adopten decisiones responsables producto de
la interiorización de los valores que el neoliberalismo
desplaza hacia todas las esferas de la vida. Decisiones
que redundan en la estabilidad macroeconómica, el
crecimiento de la economía nacional, la austeridad de
gasto y la responsabilidad individual (no social) sobre
los riesgos de la vida. Determinaciones que se ajustean
al statu quo de la racionalidad económica dominante
convertida en sentido común.
Esto es lo que vincula a una serie de normas, insti-
tuciones y prácticas que se articulan alrededor de la
la necesidad de transformar a los sujetos en el
marco de una amplia reforma del Estado y de modelar
al individuo como parte del cumplimiento de están-
dares de administración pública y de gestión de vidas
humanas —estándares previstos en espacios interna-
cionales de decisión como la que no son some-
tidos a escrutinio alguno de la ciudadanía—. Todo con
la promesa de una mayor inserción en la economía
internacional.
Otros aspectos o ángulos de la quedan aún por
explorar. Por razones de espacio no se desarrollan acá
y son materia para otro artículo centrado en el papel
del derecho en este proceso en el que se estudia el
uso retórico de los derechos humanos para justificar
la educación financiera, la utilización de pequeños
retoques legales que no generan atención alguna de la
opinión pública para crear estrategias como la , el
rol de diversos actores en la difusión de la educación
financiera desde diferentes lugares, la nueva textura
que adquiere el derecho internacional en este caso y
la materialización del mismo derecho internacional
como orden económico global en la vida diaria de las
personas.
La pregunta que se podría oponer a este análisis es
si entonces es deseable mantenerse en un estado
de analfabetismo financiero, pensional, empren-
dedor, empresarial, de aseguramiento, etc. Cualquier
respuesta exige un examen de ese lenguaje finan-
ciero que las personas deberían aprender a escribir
y a leer porque en eso consiste una alfabetización.
Establecer las relaciones de poder que dieron lugar a
la invención de ese lenguaje y las reglas que regulan
su uso también es condición necesaria, así como lo es
explorar las posibilidades de reescribirlo.
Entretanto, Han recuerda que inteligencia significa
“escoger entre” (inter-legere), es decir, optar dentro
de las posibilidades que nos ofrece un sistema. Así
no hay libertad de elección. En esas circunstancias es
preferible reivindicar el idiotismo de quien se ubica
en el afuera de ese sistema:
[L]a violencia del consenso reprime los idiotismos
[…] el idiotismo representa una praxis de libertad.
El idiota es por esencia el desligado, desconectado,
el desinformado […] el idiota es un hereje moderno.
Herejía significa elección. El herético es quien
dispone de una elección libre. (Han, 2015, p. 121)
40
REFLEXIÓN
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