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Abstract

Este documento parte de una recopilación sobre los diferentes conceptos, definiciones y marcos teóricos que aborda la economía solidaria (ESS). Dentro de los conceptos encontrados podemos observar que entre los mismos autores existen perspectivas diferentes debidas a la diversidad cultural, histórica, lingüística y a la propia evolución de los actores y movimientos que forman la ESS. Para ese contraste, se consideró la revisión de artículos que describen o delimitan qué es la economía social y solidaria, sustantiva y plural, y cuáles son sus métodos. Entre los puntos a destacar es que aun cuando la ESS no es un fenómeno nuevo, las propuestas de los autores revisados en este trabajo en torno a su significado y a su práctica muestran que subsisten algunas convergencias. Sin embargo, la ESS no será posible sin que las personas participen de maneras profundamente democráticas y que actúen entre ellas para crear el mundo en el que quieren vivir. Palabras clave: economía sustantiva, pluralidad en la economía, socioeconomía, tercer sector, pensamiento económico.
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.  ·   · -   · . -
F   //,    //, M
Resumen
Este documento parte de una recopilación sobre los diferentes conceptos,
deniciones y marcos teóricos que aborda la economía solidaria (). Den-
tro de los conceptos encontrados podemos observar que entre los mismos
autores existen perspectivas diferentes debidas a la diversidad cultural,
histórica, lingüística y a la propia evolución de los actores y movimientos
que forman la . Para ese contraste, se consideró la revisión de artículos
que describen o delimitan qué es la economía social y solidaria, sustantiva
y plural, y cuáles son sus métodos. Entre los puntos a destacar es que aun
cuando la  no es un fenómeno nuevo, las propuestas de los autores
revisados en este trabajo en torno a su signicado y a su práctica muestran
que subsisten algunas convergencias. Sin embargo, la  no será posible
sin que las personas participen de maneras profundamente democráticas
y que actúen entre ellas para crear el mundo en el que quieren vivir.
Palabras clave: economía sustantiva, pluralidad en la economía, socioe-
conomía, tercer sector, pensamiento económico.
Abstract
is document is part of a compilation on the dierent concepts, de-
nitions and theoretical frameworks that addresses solidarity economy.
Within the concepts found we can observe that among the same authors
there are dierent perspectives due to the cultural, historical, linguistic
diversity and the own evolution of the actors and movements that form
the solidarity economy. For that contrast, it was considered the revision
of articles that describe or delimit what is the solidarity economy, sub-
stantive and plural economy, and what are their methods. Among the
points to emphasize is that solidarity economy is not a new phenomenon,
however, the proposals of the authors reviewed in this work around its
meaning and its practice show that some convergences subsist. However,
the solidarity economy will not be possible without people participating
in deeply democratic ways and acting among them to create the world in
which they want to live.
Keywords: Substantive economics, Plural Economies, Social and Solida-
rity Economy, Economic ought, ird Sector
Reexiones en torno a la economía solidaria:
una revisión de la literatura
Reections on the Solidarity Economy: A review of the literature
Naím Manríquez García*
Programa de Doctorado en Economía Regional. Universidad Autónoma de Coahuila, México
: ---
Francisco Martínez Gómez**
Centro de Investigaciones Socioeconómicas. Universidad Autónoma de Coahuila, México
: ---
Sergio Colín Castillo***
Centro de Investigaciones Socioeconómicas. Universidad Autónoma de Coahuila, México
: ---
* naim.manriquez@uadec.edu.mx
** francisco.martinez@uadec.edu.mx
*** sergio.colin@uadec.edu.mx
Iztapalapa Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
núm. 83 · año 38 · julio-diciembre de 2017
En la actualidad existe una fuerte disputa paradigmática en el interior de la economía
como disciplina cientíca y como campo de conocimiento. Dicho debate general-
mente es auspiciado por los economistas y otros especialistas de las ciencias sociales
que han asumido una postura crítica frente a las corrientes dominantes de la economía,
especialmente por la imposibilidad de explicar problemas de la realidad actual, que se ha
tornado más compleja.
Para Stiglitz (; ), Krugman (), Sen () y North (), todos
ellos premios Nobel en Economía, gran parte de la desigualdad que existe hoy en
día es consecuencia tanto de las instituciones como de las políticas de gobierno, por
lo que hacen o dejan de hacer. Así, junto con otros economistas participantes en el
Institute for New Economic inking, proponen revisar las bases que sustentan
la economía, ello ante la incapacidad de contar con un marco conceptual necesario
para poder anticipar crisis nancieras como la de  y sus impactos en la socie-
dad. Establecen cuestionamientos a la racionalidad del libre mercado; para estos
personajes las desigualdades han sido evidentes no solo en los ingresos, sino en
diversas variables, como la inseguridad y la sanidad, que reejan la calidad de vida.
En tal sentido, esta reexión inicia dando cuenta del debate paradigmático y
asumiendo una perspectiva que nos permita avanzar luego en la denición de dos
conceptos clave: la economía sustantiva y la economía plural, ya que ponen en rela-
ción la discusión sobre lo económico con las propuestas de construcción de nuevos
paradigmas y alternativas, como la economía solidaria.
Posteriormente, se da cuenta de algunos fundamentos teóricos y doctrinales que
alimentan la economía social y solidaria, tanto aquellos que provienen del ámbito
propio de la economía, como los de otras disciplinas como la sociología, la psicología,
la losofía o la antropología social. Igualmente, se recogen y se presentan algunos
principios de la economía solidaria tomados de redes de economía social y solidaria
de Europa y el norte global, y otros planteados por autores latinoamericanos, tra-
tando de comparar tres perspectivas que permitan claricar las posibles similitudes
y diferencias entre espacios geográcos y sociales diversos.
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Para este objetivo, se consideró la revisión de artículos que describen o delimitan
qué es la economía social y solidaria, sustantiva y plural, y cuáles son sus métodos.
La búsqueda se estructuró en dos fases: la primera de ellas centrada en la indagación
de estudios teóricos sobre otras economías en cinco bases de datos online: Redalyc,
Socioeco, Alter economie, Scopus y Scielo.
La segunda fase consistió en el escrutinio de las referencias de los artículos resul-
tantes, lo que permitió descubrir temas y nuevos autores especícos relacionados
con el objetivo de búsqueda.
Los artículos fueron organizados en tres grandes categorías, con la nalidad de
dotar de sentido a la revisión, y apreciar de mejor manera las semejanzas y diferen-
cias de la literatura revisada, a saber: i) aportes desde el sur global i.e., la vertiente
latinoamericana, ii) estudios y artículos desde el norte global (europea-francesa),
i.e., la escuela francesa, y iii) norte global enfocado a la vertiente anglosajona.
Para desarrollar la perspectiva de la economía sustantiva recuperamos especial-
mente aportes clásicos” de Karl Polanyi y en menor medida de Marcel Mauss. El
economista francés Jean-Louis Laville ha estudiado y sistematizado los principales
argumentos de ambos autores, y a partir de ellos ha construido un marco teórico
al que denomina “economía plural”, planteándolo como un enfoque que sirve para
criticar la economía actual y orientar las propuestas alternativas, tanto teóricas como
prácticas. A partir de las aportaciones de estos autores, se presentan ideas en fechas
más recientes que desarrollan el concepto de la economía solidaria desde diferentes
disciplinas de las ciencias sociales. También sus propuestas ontológicas surgen como
una respuesta a la globalización neoliberal en diversos territorios.
Así, tenemos que autores como Gibson-Graham, Arturo Escobar y Emily
Kawano han trabajado profundamente sobre estas ideas, y han desarrollado vínculos
entre ellas y la propuesta de otras economías desde América del Norte y América
Latina. Rescatan de Polanyi –al igual que Laville– la perspectiva de la economía
sustantiva en oposición a la visión formalista de la economía. Y luego nos ayudan
a reexionar sobre los distintos principios económicos y cómo en América existen
diversas formas de economía que se basan en esta pluralidad de principios.
La discusión sobre el alcance y signicado de los conceptos que componen la 
ha sido abordada por autores como Jean-Louis Laville (), José Luis Coraggio
(), Marcos Arruda () y Éric Dacheux (), entre otros. En ellos se deja
constancia de la pugna conceptual que existe al día de hoy entre las diversas corrien-
tes que la teorizan. Esta sección constituye la mayor parte del presente trabajo y se
organiza bajo la siguiente estructura:
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En un primer apartado se aporta una denición lo más acotada posible del
concepto en cuestión: la economía solidaria. En un segundo apartado se identican
las principales escuelas de la , señalando tanto los autores como las redes e ins-
tituciones que abanderan de alguna forma este concepto. En un tercer apartado se
hace un análisis más pormenorizado del aporte que realiza la economía solidaria,
centrándonos básicamente en la vertiente política y en la vertiente práctica.
Por último, se aporta un análisis de los distintos posicionamientos identica-
dos en relación con el término de  (convergencias y divergencias) y se derivan
una serie de conclusiones que tratan de sintetizar la aportación de este capítulo al
debate planteado.
El estudio de las otras economías: un enfoque desde la economía
sustantiva
Uno de los autores que plantearon la necesidad de discutir sobre el signicado de la
ciencia económica fue Karl Polanyi (). Su principal crítica era enfocada hacia el
solipsismo económico, es decir, esa tendencia de la economía a tratar de explicar todo
a través del mercado, lo cual generaba conicto pues había otro tipo de actividades
que pudieran no ser explicadas por esa vía.
A su vez señalaba cómo la economía de mercado no ha sido una constante en
la historia humana y que el surgimiento y la consolidación de la economía de libre
mercado no fue meramente etapa de una evolución, sino que fue también resultado
de decisiones y procesos situados históricamente. Es decir, el mercado y la idea del
mercado libre son hechos construidos socialmente.
Polanyi argumenta que la idea del libre mercado apareció en una época relativa-
mente reciente en la historia. En periodos anteriores hubo mercados que funciona-
ban de una manera distinta. A su vez, el autor explica que las mercancías básicas de
la economía de mercado: trabajo, tierra y dinero no nacen como mercancías sino que
son socialmente construidas. Asimismo, que carece de legitimidad la armación de
que el comportamiento basado en el interés propio y la maximización de la utilidad
es parte del orden natural porque las acciones humanas, históricamente, han sido
siempre guiadas por las relaciones culturales y estructurales dentro de las cuales los
seres humanos están inmersos.
Esta crítica llevó a Polanyi a teorizar la distinción entre economía formal y
economía sustantiva. La primera es el proceso de economizar recursos escasos. La
segunda, al contrario, es un concepto que hace referencia al proceso de interacción
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entre los hombres y de estos con la naturaleza, a partir de lo cual toda sociedad
se organiza para proveer de las condiciones materiales que permitan satisfacer las
necesidades de todos sus miembros.
El desarrollo de las ideas teóricas y prácticas de la economía
solidaria
El concepto de economía social y solidaria ha venido tomando cuerpo en las últimas
dos décadas, fruto de los debates que se están suscitando en su entorno y de las
nuevas prácticas económicas que se están extendiendo, cada vez con más fuerza,
en numerosas partes del planeta. Sin embargo, existe una gran diversidad y hetero-
geneidad entre las iniciativas y experiencias que se considera forman parte de ella,
que responde a contextos históricos, políticos y geográcos en los que han surgido,
y a la diversidad también de las tradiciones en las que se insertan. El objetivo de
este trabajo es aportar algunos elementos que contribuyan a claricar el entramado
conceptual que denominamos economía social y solidaria, tratando de delimitar y
precisar sus perles. El trabajo se organiza en distintos apartados, en cada uno de
los cuales se exponen las perspectivas del estudio de las economías desde distintos
enfoques disciplinarios e interdisciplinarios.
Existen dos aspectos que también delimitan esta revisión: por una parte, se
organiza la exposición desde la óptica de las escuelas que se han conformado a nivel
de las regiones (Europa, América del Norte, América Latina y México en particular)
y, por otra, se trata de una revisión más exhaustiva de los orígenes de los conceptos y
argumentos que sustentan los impulsores teóricos y los dirigentes que promueven
la economía solidaria.
Esta revisión pretende encontrar vínculos entre la teoría y la práctica de la
economía solidaria con las propuestas de las otras economías. Por tratarse de un
estudio en el ámbito de la economía regional, la dimensión del espacio y el lugar es
contemplada en el análisis.
Se trata de una narrativa que se elabora considerando diferentes enfoques dis-
ciplinarios y en cada caso se exponen los principales argumentos, así como los
métodos que utilizan. Por lo tanto, su enfoque no se ubica en la ortodoxia de una
sola perspectiva sino de las que exponen los principales protagonistas de los estudios
de las otras economías.
Dentro de la revisión se analizan principalmente tres enfoques, a saber, la
corriente latinoamericana, la francesa y la anglosajona. Este capítulo pretende avan-
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zar algo más sobre estas corrientes. Se parte de la base de que la economía solidaria
es un concepto en construcción, pero con un desarrollo institucional importante en
algunos países y con un nivel de consenso bastante elevado entre los agentes que lo
conforman y lo estudian.
Aproximaciones al concepto de la economía solidaria
La economía solidaria como visión alternativa se encuentra en un proceso continuo
de discusión y debate sobre sus conceptos, deniciones y marcos teóricos. Coraggio
(), por ejemplo, sostiene que el fundamento principal de la economía solida-
ria es la introducción de niveles de cooperación y solidaridad en las actividades,
organizaciones e instituciones económicas. Actividades económicas orientadas al
bienestar humano, así como vínculos solidarios con su comunidad de pertenencia.
Por otra parte, Razeto () la dene como: ‘’un conjunto de fuerzas sociales,
identicadas por ideales solidarios y humanistas, que la habilitan para gestionar
talento humano, recursos naturales, cientícos, tecnológicos y nancieros y, como
resultado de esa gestión, para generar procesos de desarrollo integral y sostenible
para el género humano en general y para cada comunidad o agrupación familiar
en particular”.
En otra denición, Arruda () sostiene que la economía solidaria: “es una
forma ética, recíproca y cooperativa de producir, intercambiar, nanciar, consumir,
comunicar, educar, desarrollarse, que promueve un nuevo modo de actuar, de pensar
y de vivir en la sociedad”.
En resumen, parece haber un consenso en que la economía solidaria es un con-
junto de prácticas que tienen por origen factores como: cooperación, reciprocidad,
ética, donde se da primacía al bienestar de las poblaciones y del planeta por encima
de la acumulación y un desarrollo desigual.
Sin embargo, debemos notar que en la base de estas deniciones se encuentran
diversos antecedentes y postulados previos como los hechos por Marcel Mauss
() y los de Karl Polanyi (), autores en los que se basan los teóricos de la
economía solidaria. Polanyi () aduce que en toda sociedad se encuentran pre-
sentes (al menos) cuatro principios económicos: reciprocidad, redistribución, admi-
nistración doméstica e intercambio. La manera en la que estos principios se aplican
es diversa y propia de cada sociedad y tiempo histórico, que los institucionaliza en
función de su organización social vigente. También son diversas las maneras en las
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que estos principios e instituciones se combinan, pudiendo ser algunos predomi-
nantes y otros subordinados o marginales en una determinada organización social.
En el caso de Mauss, para él: “No hay un modo único de organización de la
economía que sea la expresión de un orden natural, sino que son construcciones
sociales y políticas […] se establece que son diversas (plurales) las formas en las que
una sociedad puede organizar (y de hecho, organiza) lo económico.
Es en estas vertientes donde se adentra el pensamiento de la economía plural.
Laville () plantea que: “Se trata de […] explicar y entender cómo la economía
no se limita a la economía formal y cómo existen otros modos de hacer economía, tal
es el caso de la economía social y solidaria.
En los últimos años, los avances referidos a la economía solidaria han sido sig-
nicativos. Sin embargo, resulta interesante recalcar que dentro de esta forma de
hacer economía desde sus perspectivas teóricas coexisten tres corrientes: la eco-
nomía solidaria latinoamericana (Coraggio, Razeto), la vertiente francesa (Laville,
Dacheux), y la visión anglosajona (Kawano, Gibson-Graham).
Con respecto a estas corrientes existen dos posicionamientos sujetos a revisión:
. Una posición que postula a la economía social como crítica al sistema capitalista
actual y como acción transformadora de la sociedad.
. La economía solidaria como acción social o un tercer sector, cuyas estrategias son
de alivio a la pobreza, asociadas a las políticas sociales, focalizadas y asistenciales.
Se habla entonces de la existencia de posicionamientos que podemos catalogar
en corrientes del pensamiento en torno a la economía solidaria, es decir, una espe-
cie de ‘’escuelas’’. Perspectivas diferentes debidas a la diversidad cultural, histórica,
lingüística y a la propia evolución de los actores y movimientos que forman la 
en el seno de los territorios respectivos.
Escuela francesa
Hasta ahora hemos visto cómo la economía solidaria, en sus formas más diversas,
es una manera de vivir que abarca la integralidad de las personas y designa la subor-
dinación de la economía a su verdadera nalidad: proveer de manera sostenible las
bases materiales para el desarrollo personal, social y ambiental del ser humano.
Algunos de los autores contemporáneos de la escuela francesa (Jean-Louis Laville,
, ; Anne Salmon, ; Éric Dacheux, ) argumentan que no se debe
asociar la economía solidaria solo con la pobreza, con el sector informal o con la
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población rural, ya que en diferentes regiones del mundo y desde los ámbitos más
diversos, muchas personas se han aliado para crear asociaciones civiles, organiza-
ciones no gubernamentales o empresas colectivas con el afán de responder a los
desafíos que representa la reestructuración de las desigualdades sociales en el marco
de la globalización neoliberal.
Jean-Louis Laville () hace énfasis en que se necesita comprender y explicar
las dimensiones de la vida económica que han sido oscurecidas (como la economía
solidaria) por la naturalización de forma dominante actual de la economía. Para
Laville () el término “economía social-solidaria” como práctica se remonta dos
siglos atrás. Las primeras formas de economía social se remontan a los años  y
, en Inglaterra y Francia.
Esta invención nació con el movimiento obrero en reacción contra el capita-
lismo industrial, no controlado, generador de las condiciones de miseria en la clase
obrera. Las primeras formas de cooperativas nacen en París y el oeste de Francia.
Aparecen como cooperativas de crédito y sociedades de ayuda mutua, en respuesta
a necesidades básicas de solidaridad, como enterrar a los familiares y el acceso a los
servicios básicos.
Para Passanante (), la expresión economía solidaria” debe remontarse al
primer tercio del siglo , entre  y , donde ha habido “empresarios que
tenían como lógica la de la reciprocidad, y no la del benecio. En ese sentido, ante
la cuestión social que trajo la revolución industrial, se propuso la economía soli-
daria como otra forma de política económica. Sus defensores criticaban la ciencia
económica que ignoraba la dimensión social.
Si bien el concepto de economía social y solidaria, como vemos, aparece para
los franceses hace algunos siglos, fue en la década de  cuando la economía
solidaria se proyectó atravesando una profunda reorientación durante la segunda
mitad del siglo ’ ’.
El regreso del concepto al escenario público no fue obra de la casualidad. Se
enfrentaba la crisis internacional de principios de la década de los setenta. Como
puede observarse, las inexiones de los modelos de desarrollo han ido dándole a la
economía solidaria un papel protagónico desde las necesidades que no eran cubiertas
por el modelo económico vigente en ese momento.
Respecto de los teóricos contemporáneos de la economía solidaria en Francia,
en diversos escritos, Laville () o Laville, Levesque y Mendell () indican
que uno de los elementos más interesantes que aporta la economía solidaria es que
se basa en un concepto ampliado de la economía y de la esfera política. Para estos
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autores la economía solidaria y sus prácticas suponen una forma de democratización
de la economía a partir de compromisos ciudadanos.
Estas iniciativas son creadas frecuentemente para responder a los problemas
sociales contemporáneos, como los ambientales, los sistemas de intercambio, el
comercio local y la agricultura sostenible. Estas organizaciones o redes de economía
solidaria también están más insertadas en el mismísimo nivel local y se basan en un
mecanismo de reciprocidad. También dependen de recursos híbridos: monetarios y
no monetarios, basados en el mercado y ajenos al mercado, empleos remunerados
y voluntarios (Laville, ).
Desde el punto de vista teórico, Laville () fundamenta el enfoque de la
economía solidaria en las contribuciones de autores como Mauss, Perroux y Polanyi,
aunque son las aportaciones de Polanyi y Mauss las que tienen una mayor relevancia.
De Mauss toma sus planteos de El ensayo sobre el don, en lo relativo a que no
todos los fenómenos sociales pueden ser explicables en términos de compra y venta.
Ciertos comportamientos y valores morales, como la hospitalidad, la generosidad,
la cooperación o el gasto público remiten a costumbres mucho más antiguas y más
originarias en el ser humano que los intereses mercantilistas.
Como indica Mauss (Laville,  y ), no existe ningún modo de organi-
zación de la economía que sea el resultado de un orden natural, sino que en toda
sociedad existe un conjunto de formas de producción y distribución que coexisten.
Puede ser que alguno aparezca como dominante, o que otros permanezcan rela-
tivamente invisibles e incluso relegados al ámbito de lo social y fuera de lo que se
entiende como lo económico, de allí las formulaciones de una economía plural y
de democratizar la economía. En ese sentido, Laville () propone esto último,
que no es más que una ampliación de la democracia al campo de lo económico: se
trata de rechazar la mercantilización creciente de la vida social e impulsar todas
aquellas políticas y propuestas que apunten a pluralizar lo económico y socializar
la economía (“reencastrarla” en la sociedad).
Para ello, pone énfasis en la necesidad de una institucionalización más demo-
crática, es decir, hablar de un proyecto político de alternativa de transformación
social a través de:
I. La puesta en debate, llevada por las redes de , de la noción de riqueza, del
papel de la moneda, de la globalización, precariedad en el trabajo, de la des-
trucción del medioambiente, etcétera.
II. La inscripción en el espacio económico de nuevas formas de ciudadanía, de
compromisos ciudadanos, que articulan así un nuevo espacio público de proxi-
midad entre política y economía.
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III. Apostar por una reorientación de los aspectos epistemológicos y metodológicos
de una ciencia económica. Adoptar vías de investigación fundamentadas en
nuevos supuestos de partida, como nuevos sistemas de medición del bienestar
económico, o una visión más realista de las limitaciones de la racionalidad de
los agentes económicos.
I V. La adhesión a principios de redistribución y de reciprocidad, al margen del
Estado y del mercado. Además de las regulaciones establecidas por ambos,
establecer modos de regulación democrática y ciudadana de las actividades
económicas.
V. El reconocimiento legal de que hay alternativas económicas dentro del propio
sistema hegemónico y que eso que ayude a la construcción de un proyecto de
sociedad. Esto implica a su vez trascender la democracia puramente represen-
tativa hacia una democracia más directa y participativa.
Por otra parte, autores como Dacheux y Goujon () entienden la economía
solidaria como la suma de iniciativas ciudadanas para democratizar la economía,
pero entendida esta en su conjunto, no únicamente en el espacio de la reciprocidad.
Los autores entienden que gran parte de las iniciativas nacen desde lógicas pura-
mente lucrativas o, en el mejor de los casos, caritativas, sin plantear opciones críticas.
Por lo tanto, su inclusión en la economía solidaria dependería de si se dedican úni-
camente a integrar personas en el mercado normalizado o si pretenden ir más allá.
Otro de los autores que han cuestionado la economía como ciencia es Edgar
Morin (, ), para quien es necesario regenerar el pensamiento político
que deende hoy las ideas de la economía y no los de la ética, la sostenibilidad, la
responsabilidad del bienestar del hombre y del planeta.
Según Morin () el sistema actual fomenta un consumo insano, y por ello
tenemos que desarrollar la economía social y solidaria, en la que el benecio no es
el único motor; debemos regresar a lo local, por ejemplo, el retorno a trabajar la
tierra nos permitirá tener un mínimo de autonomía alimentaria en el caso de una
crisis global.
Todavía es oportuno construir una nueva sociedad, en donde prevalezca la
conciencia de la ciudadanía de la tierra y no se olvide que hay grandes peligros; el
desarrollo técnico, cientíco y económico han dado como resultado la degradación
de la biosfera y la proliferación de armas nucleares.
Morin () inventó el término reliance, es una combinación de dos palabras
en francés: relier ‘u n ió n’ y alliancealianza’. Bajo este término, Morin habla de reliance
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para indicar la necesidad de conectar lo que ha sido separado, desarticulado, frag-
mentado… disciplinas, economía y ética, entre otras.
Por otra parte, Michel Callon () argumenta que los modelos económicos
no son apenas un reejo de una realidad que existe independiente de ellos, sino
que tienen la capacidad de dar forma a la realidad, haciendo que se comporte del
modo en que los modelos predicen. En este sentido, el homo economicus (o cualquier
forma de acción económica que pueda ser modelizada teóricamente) no es ni una
ocurrencia natural ni una cción.
El desafío no es probar que el homo economicus es una simplicación poco realista,
sino comprender los procesos a través de los cuales los actores adquieren herramien-
tas que los hacen más o menos parecidos a lo que los economistas asumen como una
realidad. “Sí, el homo economicus existe, pero no describe la naturaleza escondida del
ser humano” (Callon, ). Por el contrario, es el resultado de un proceso histórico
de conguración de ciertas capacidades en el que la ciencia económica ha jugado
un papel determinante.
En denitiva, la tesis fuerte de Callon reformula explícitamente la de Polanyi,
al armar tajantemente que “la economía no está embebida en la sociedad, sino en
la teoría económica” (Callon, ). Finalmente, ni las leyes de mercado ni el homo
economicus son la naturaleza oculta del ser humano, ni son, tampoco, puras cciones.
Son, en cambio, el resultado histórico del movimiento conjunto de la economía y
de las ciencias económicas.
Callon reformula provocativamente la tesis de Karl Polanyi según la cual la
economía se encuentra incrustada (embedded) en lo social. Se trata de la distinción
entre la economía como práctica y la teoría económica, a partir de la cual Callon
critica la distancia operada por la disciplina económica del efectivo comportamiento
de su objeto. En este sentido, propone basarse en evidencia etnográca para mostrar
que, por decir un ejemplo, los intercambios no siempre funcionan según las “leyes
del mercado” que describe la teoría económica.
Callon insiste en que es la disciplina económica en sentido amplio (economics at
large) la que congura la economía. Este sentido extenso de la denición comprende
múltiples actores, equipamiento, herramientas y enunciados que no son solo dis-
tribuidos por los economistas académicos, sino por los diversos practicantes de la
profesión y de las disciplinas aledañas –gestión, marketing, contabilidad, etc.– fuera
de las universidades.
Así, lleva a cabo una distinción entre el programa de la ciencia económica de
las universidades (conned economics) y el desarrollado por un conjunto híbrido y
complejo de disciplinas, que si bien no se inscriben en la “economía pura”, la traducen,
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reinventan y aplican en el mundo económico (economics in the wild). Mediante esta
distinción realiza un nuevo énfasis en el carácter colectivo y pluridimensional de la
performance (comportamiento-desempeño) de la economía: no son solamente –ni
aun mayoritariamente– los economistas académicos los que construyen y dan sen-
tido al orden económico, sino toda una gama de profesionales que se inscriben en
la economía en sentido amplio: consultores, contadores, especialistas en marketing,
asesores, economistas, entre otros.
En este sentido, “decir que la economía es performada por la ciencia económica
(en sentido amplio) signica implícitamente resaltar la existencia de una pluralidad
de posibles organizaciones de la actividad económica, y de numerosos programas
que pueden ser concebidos y testeados, vale decir (co)performados” (Callon, ).
Dentro de esta perspectiva hay que destacar también aquella representada por la
asociación  (Movimiento AntiUtilitarista en las Ciencias Sociales) que busca
establecer un paradigma alternativo anitiutilitarista a partir de la revaloración del
don, este sistema de obligaciones primarias que fue sistematizado por Mauss. En
esta corriente están desarrollando una crítica sistemática contra el dogma liberal
clásico del homo economicus egoísta. En el siguiente apartado mostramos los plan-
teamientos de la escuela latinoamericana.
Escuela latinoamericana
En América Latina, el concepto de economía solidaria ha implicado una mirada
diferente a la predominante entre los europeos. En el paradigma latinoamericano
se argumenta que desde nales del siglo  América Latina experimentó grandes
manifestaciones democráticas como las de Argentina, Bolivia, Brasil, Venezuela,
Paraguay, Uruguay y Ecuador, cada una con un discurso y una práctica fuertemente
asociados al cambio social.
Todos esos países rechazaron las condiciones del Fondo Monetario Internacional
y del Banco Mundial. En los tres últimos casos, los pueblos levantaron la consigna de
otra economía, social, solidaria, popular o comunitaria. Se trata de un heterogéneo
movimiento de defensa de la sociedad que surgió dentro del reinado neoliberal y
ahora incluye la defensa de los derechos de la naturaleza.
En ese sentido, Guerra () argumenta que ello también dio luz a uno de los
principales movimientos sociales: el Foro Social Mundial, donde numerosas orga-
nizaciones sociales, sindicales y de los sectores productivos se han sentido unidas
por la necesidad de mostrar caminos alternativos a los hegemónicos.
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Frente a tal argumento, Arruda () deende la idea de que gracias a esos
movimientos se ha logrado identicar la existencia de una nueva lógica económica
que se basa en el apoyo mutuo, la cooperación y diversas formas de compartir
(conocimientos, mercados, tecnología), donde las personas cultivan y desarrollan,
en diversos grados, el valor de la solidaridad.
Al respecto, menciona que “en estos movimientos la economía resurge como res-
cate de la lucha histórica de los trabajadores, como defensa contra la explotación del
trabajo humano y como alternativa al modo dominante de organizar las relaciones
sociales de los seres humanos”. Algunos han considerado estos alzamientos como
un importante indicador del resurgimiento de los mundos indígenas y del rechazo
al sistema neoliberal.
Estas luchas tendrían por características:
. Un tipo de lucha que no aspira a tomar el poder, sino a reorganizar la sociedad
sobre la base de las autonomías locales y regionales.
. Un tipo de lucha que se caracteriza por la activación de relaciones sociales y
formas de organización no capitalistas y no liberales.
. Un tipo de lucha que surge de un conjunto diferenciado de normas y prácticas
culturales.
El objetivo no era lograr el control del Estado, sino organizarse como los poderes
de otra sociedad.
Sin embargo, cabe notar que en América Latina todos estos conjuntos de
emprendimientos populares/movimientos se han conceptualizado bajo distintas
denominaciones, entre las que destacan economía solidaria (Razeto, Singer), econo-
mía popular solidaria (Gaiger, ; Tiriba, ) o socioeconomía de la solidaridad
(Arruda, ; Guerra, ).
Al respecto, Escobar () aduce que todas las transformaciones actuales en
América Latina están dando lugar a estas nociones, dan pauta a posibles transiciones
a modelos de vida basados en un nuevo principio, el pluriverso.¹ Hablar de formas
no liberales y no capitalistas pone sobre la mesa de discusión la idea fundamental
de que hay mundos culturales que difieren del liberal.
Algunas de las pugnas en el continente (especialmente indígenas y de afrodes-
cendientes, pero también muchas luchas campesinas y de territorialidades urbanas)
¹ Al hablar del pluriverso se hace referencia a que el mundo se compone de múltiples mundos,
múltiples ontologías o realidades, que han sido excluidas por la experiencia eurocéntrica o bien
reducidas a los términos de esta.
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pueden ser interpretadas como luchas ontológicas. Las ontologías dualistas están
siendo confrontadas por las ontologías relacionales emergentes.
Por citar un ejemplo: que la naturaleza o la pachamama esté dotada de “derechos”
según la Constitución de Ecuador va más allá de ser un caso de sabiduría ecológica;
la pachamama es una noción impensable desde la perspectiva liberal.²
Para Boaventura de Sousa Santos (), la época actual está marcada por el
hecho de que estamos enfrentando problemas modernos para muchos de los cuales
ya no hay soluciones modernas.
De Sousa arma que estamos trascendiendo el paradigma de la modernidad en
dos sentidos: epistemológicamente y sociopolíticamente:
. La vertiente epistemológica implica una disminución del dominio de la ciencia
moderna y la apertura a una pluralidad de formas de conocimiento.
. La vertiente social: la transición es entre el capitalismo global y formas emer-
gentes de las que apreciamos algunos hitos en los movimientos sociales actuales,
en eventos tales como el Foro Social Mundial, y en el surgimiento de economías
tipo economía solidaria.
En ese mismo sentido, Blaser () dice que las actuales transformaciones en
América Latina sugieren la existencia de dos proyectos potencialmente comple-
mentarios:
a. Modernizaciones alternativas, tendientes a economías mixtas, potencialmente
solidarias, y a una forma alternativa de modernidad (una más justa e incluyente).
b. Proyectos de transición de modelo de sociedad, basados en un conjunto dife-
rente de prácticas (por ejemplo, comunales, indígenas, sobre todo, pluriversales
e interculturales), tendientes a una sociedad posliberal (una alternativa a la
euromodernidad).
El posliberalismo³ apuntaría a un espacio/tiempo en el que la vida social no
estuviera por completo determinada por los constructos de la economía, el individuo,
la racionalidad instrumental, la propiedad privada y demás factores que caracterizan
al liberalismo y a la modernidad.
² La economía solidaria se ha incorporado a la política gubernamental; por ejemplo, el estableci-
miento en Brasil de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria en  y el reconocimiento de
la Economía Solidaria en la Constitución de  en Ecuador.
³ El prefijo pos indica la noción de que la economía no es esencialmente ni naturalmente capitalis-
ta, las sociedades no son naturalmente liberales y el Estado no es, como habíamos creído, el único
modo de establecer y regular lo social.
Reflexiones en torno a la economía solidaria 
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Esto no quiere decir que el liberalismo y las formas estatales dejen de existir;
signica que su centralidad discursiva y social ha sido parcialmente desplazada,
permitiendo así ampliar la gama de experiencias que son consideradas alternativas
válidas y creíbles a lo que hoy predomina (Santos, ).
De la misma manera, Escobar () pone como ejemplo las ideas del buen vivir
y los derechos de la naturaleza. Denido como una visión holística de la vida social
que ya no prioriza la economía, el buen vivir constituye una alternativa al desarrollo
y por ende representa una posible respuesta a las muchas críticas del posdesarrollo”.
Para llegar a nuevos pensamientos, por lo tanto, tendremos que abandonar el
espacio epistemológico de teorías sociales occidentales y posicionarnos en congu-
raciones epistemológicas asociadas con las múltiples ontologías relacionales de los
mundos que luchan. A este proceso apunta la  (Economía Social y Solidaria), así
como algunas otras tendencias críticas en el pensamiento económico.
La mayoría de estos discursos de la transición están animados por una preocupa-
ción profunda por la vida. Al hacer visibles los efectos perniciosos de las ideologías
del individuo y del mercado, estos discursos vuelcan la atención sobre la necesidad de
reconstruir las subjetividades y la economía. Estos discursos igualmente propugnan
por economías diversas centradas en la vida, como es el caso de muchas visiones de
la economía solidaria.
Paul Singer (), en el contexto de estos movimientos, dene una economía
solidaria como “una forma diferente de producir, vender, comprar e intercambiar.
Sin explotar a nadie, sin querer llevar ventaja, sin destruir el medioambiente. Coo-
perando, fortaleciendo el grupo, sin patrón ni empleado, cada uno pensando en el
bien de todos y no en su propio bien.
Quijano (), por su parte, menciona que es una economía en la que las rela-
ciones de trabajo, de distribución de ingresos y de productos se organizan según
pertenencias familiares y comunitarias siguiendo una lógica de reproducción de
la vida. Uno de los puntos del autor es la importancia del poder del Estado y la
posibilidad de redirigir sus funciones y recursos para la consolidación de un sector
de economía alternativa, así como la urgencia de avanzar en la elaboración de una
“nueva teoría crítica del poder” y sus correspondientes propuestas políticas desde
la perspectiva de la descolonialidad.
Al hablar de colonialidad, Quijano () describe el patrón de poder global del
sistema-mundo moderno/capitalista que, originado desde la conquista de América
por Europa, se extiende en un sistema ordenador de las relaciones sociales que se
transforma a lo largo del tiempo. Con la independencia latinoamericana se inicia
un proceso de descolonización, aunque no de descolonialidad. Es decir, los nue-
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vos Estados-nacionales latinoamericanos logran independizarse de las potencias
hegemónicas, pero la colonialidad y sus efectos fundamentales siguen operando y
produciendo estructuraciones sociales articuladas por medio del capitalismo.
En este marco es posible pensar que movimientos como el de la economía soli-
daria son promisorios siempre y cuando apunten a una participación real, que
propicie desde abajo la democratización y la descolonización. Se consideran pro-
misorias porque justamente atacan el centro de las relaciones capitalistas, se fundan
en características más de cooperación y reciprocidad, y se alejan de las relaciones
de lucro, del egoísmo, etc., atacando así al corazón de las relaciones capitalistas. Se
desarrollan más bajo el precepto de participación social democrática y consciente
que bajo un esquema de egoísmo e individualismo, el cual estaría más centrado
en las relaciones que se observan en la colonilaidad del poder. En este sentido, la
economía solidaria representa una posibilidad, al menos desde la teoría, para que
de manera efectiva surja la descolonialidad del poder.
Gaiger (), por otro lado, hace su denición de economía popular solida-
ria, surgida fundamentalmente en los sectores populares (familias rurales, barrios
populares, culturas nativas, clase obrera, etc.).
Para Coraggio (), la economía solidaria es un sistema alternativo al capita-
lismo, que se construye a través del orecimiento de redes horizontales y verticales
de producción e intercambio de bienes y servicios, mediados por monedas diversas y
por relaciones solidarias entre las partes. En el seno de esas redes orecerían unidades
productivas, donde el trabajo humano sería el valor central, y la colaboración en la
propiedad común y autogestión, el principal modo de relación social.
Al contemplar esto constatamos cómo las propuestas de economía solidaria, y
otros postulados modernos que hoy suelen ser descartados al tacharse de “utópi-
cos”, han sido y son, en América Latina, realidades materializadas en el día a día
de los pueblos indígenas, los cuales colocan en el centro de la vida las relaciones
humanas y con el medio natural, no orientan su existencia por las pautas de cálculo
costo-beneficio.
Coraggio () considera importante recalcar que los cambios necesarios en
torno a la transición a una economía solidaria y humana no pueden llevarse a cabo
de la noche a la mañana. Es preciso sentar las bases para una transición plural. No
más pobreza ni más pérdida de la biodiversidad podrían ser dos de las decisiones
básicas que marquen el punto inicial de las transiciones. De igual forma, habrá que
alentar acciones para impulsar la despatriarcalización y la descolonización, tanto
como el racismo y la inequidad.
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Escuela anglosajona
Después de haber revisado a la escuela francesa y la escuela latinoamericana, damos
cuenta de una variedad de concepciones en torno a la economía solidaria que se
presentan de muy diversas formas, muchas de las cuales han cristalizado en inicia-
tivas y proyectos de grupos, de movimientos y organizaciones.
Desde la perspectiva anglosajona, sin embargo, no se habla de la economía soli-
daria, sino de un tercer sector, sector no lucrativo, que abarca las asociaciones sin
objetivo de lucro, así como las cooperativas, etcétera.
Cameron () plantea que en el tercer sector caben todas aquellas organiza-
ciones que, en razón del tipo de actividad que realizan, se consideran distintas a las
entidades gubernamentales y a las empresas privadas.
Otros autores como Gibson y Graham () advierten que es posible iden-
ticar comunidades con diferentes maneras de signicar/resignicar la economía,
diversas prácticas y diversos modos de producir/reproducir conocimientos sobre
lo económico.
Al respecto, es interesante la noción de una economía diversa (o tercer sector)
que proponen Gibson y Graham (); estas autoras utilizan la gura del iceberg
para explicar este fenómeno: el trabajo asalariado, el intercambio de mercancías y
la empresa capitalista es lo que suele ser considerado la economía”, y sería en esta
gura la parte visible del iceberg (la más pequeña).
Por otro lado, su cuerpo sumergido representa una “caja con actividades, lugares
y personas”, entre las que podemos citar movimientos económicos en las familias,
en las iglesias y templos, autoempleo, ilegalidad, trueque, autoconsumo, entre otras.
Existen múltiples transacciones fuera del mercado formal que no son evaluables
por la contabilidad ocial y que, no obstante, contribuyen a sostener la sociedad y
la economía, como las labores en los hogares, según normas de reciprocidad, o los
propios servicios aportados por la administración pública a la ciudadanía.
Estas investigadoras, además, han puesto de maniesto las potencialidades que
ofrecen las economías locales, si están enraizadas en el territorio y se fundamentan
en valores éticos de justicia social y en el respeto medioambiental, como solventes
alternativas a la presente crisis de equidad, eciencia económica y sostenibilidad.
Al abordar cuestiones sobre el tercer sector, se plantean: vemos el panorama
económico tan imperfectamente colonizado, sistematizado, donde no se pueden
encontrar nuevos espacios para inspirar proyectos no capitalistas. Nos preguntamos:
¿es posible encontrar maneras de construir comunidades y sociedades diferentes?
La respuesta supone otorgar a la noción de tercer sector una conceptualización.
Iztapalapa Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
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Para algunos teóricos del movimiento, el punto de partida es la redenición del
espacio económico en sí. La historia neoclásica dominante pinta la economía como
un espacio singular en el que los actores del mercado (particulares o empresas)
buscan maximizar sus ganancias en un contexto de recursos escasos.
En contraste con este enfoque limitado, la economía solidaria ofrece una visión
cultural y economía plural como un espacio complejo de relación social en la que
los individuos, las comunidades y las organizaciones generan los medios de vida de
muchas maneras diferentes y con distintas motivaciones y aspiraciones, no solo la
maximización de la ganancia individual.
Allí, desde la perspectiva de Elinor Ostrom, se formularán las variables estructu-
rales que inciden en el logro de la acción colectiva. Gran parte del trabajo de Ostrom
se centra en desarrollar y aplicar una concepción más amplia deracionalidadque
aquella que utilizan usualmente los economistas. Para Ostrom () la teoría
convencional se asienta sobre una visión reductivista de la actividad humana, y la
realidad dista mucho de reducirse al modus operandi de la teoría convencional, para
ello explica la tragedia de los comunes de Hardin y expone que existe una amplia
diversidad de situaciones en que los usuarios que dependen de recursos de acervo
común se han organizado para obtener mayores resultados de los que predice la
teoría convencional.
La principal aportación de Ostrom, en este sentido, es poner el acento sobre la
gestión colectiva y democrática. Este autor, en su obra El gobierno de los comunes:
la evolución de las instituciones de acción colectiva, pone de maniesto que el Estado
y el mercado son incapaces de lograr un uso productivo de los recursos naturales.
El capitalismo considera los recursos naturales como una fuente de riqueza dada
al ser humano y legítimamente explotable, pero no tiene en cuenta que el espacio
geográco, allí de donde extrae lo recursos, es una dimensión de la vida social.
Todo lo anterior indica que es preciso desarrollar una teoría de la acción colectiva,
que proponga alternativas de autorganización, principios y variables que también
son muy aplicables a la economía social y solidaria (), y permita dar respuesta
a los inevitables problemas.
Putnam (), por su parte, habla de capital social como un intermediario
importante para la comprensión de la solidaridad dentro de la economía. Es una
variable clave para que se puedan eludir los dilemas de la acción colectiva. Se trata
de un entorno en el que la cooperación entre los individuos se produce de forma
espontánea y mejor. El autor considera el capital social como una referencia a “carac-
terísticas de la organización social, tales como conanza, normas y sistemas, que con-
tribuyen a incrementar la eciencia de la sociedad facilitando acciones coordinadas”.
Reflexiones en torno a la economía solidaria 
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Un aspecto relevante de su trabajo es que describe la vinculación entre las redes
y las normas sociales, y la inuencia de la participación cívica en el desarrollo eco-
nómico y la cohesión social. Su pregunta principal, aunque no nueva, es: ¿por qué
algunas instituciones triunfan y otras fracasan? Aborda una serie de casos, sobre
todo en Italia, para mostrar su tesis principal. El éxito ocurre cuando el desarrollo
socioeconómico es más avanzado, y la cultura de participación y de socialización
es mayor, así como donde la estabilidad social es más alta. De su propuesta se deri-
van tres variables que intentan describir el desempeño institucional, sin dejar de
lado el impacto del patrón histórico de la solidaridad y de la movilización política
(Putman et al. ).
En este sentido, al intentar responder una pregunta bastante socorrida por varios
autores (Bourdieu, Coleman, North, Granovetter, entre otros), algunos consideran
a Putnam como un revisionista que utiliza el concepto original de capital social y
lo extiende al considerar que son los aspectos de las organizaciones sociales, tales
como las redes, las normas y la conanza, que facilitan la acción y la cooperación
para benecio mutuo. Así, el trabajo en conjunto es más fácil en una comunidad
que tiene un inventario abundante de capital social (Duston, ). No obstante,
al trabajo de Putman se le señala cierta confusión y circularidad en su manejo del
concepto de capital social, así como un uso cuestionable de ciertos indicadores.
Otros autores, como Lewis y Swinney (), proponen también la idea del
tercer sector que incorpora en sus principios fundacionales aspectos como la mutua-
lidad (self-help), la reciprocidad (reciprocity) y propósitos sociales (social purpose).
Respecto del tercer sector, Kawano () dice que este busca demostrar que
hay alternativas de producción, distribución, consumo y estilos de vida. Si queremos
transformar la economía necesitamos una nueva historia con un nuevo personaje
principal.
Los movimientos de justicia social son los aliados naturales. Muchos de ellos
combinan resistencia/oposición y emergen con la movilización por alternativas
económicas. Existe una amplia gama de prácticas dentro del tercer sector sobre las
cuales construir otras opciones.
El reto es fomentar la autoidenticación y el compromiso de estas prácticas. Esto
requerirá un llamado tanto a los principios como a la practicidad.
La identicación de este sector es un proceso en curso, informado mediante el
debate, la experiencia, investigación, organización y reexión. El reto es que estas
prácticas se reconozcan entre sí y se agrupen en un proceso común hacia un mundo
más justo y sostenible.
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C . A     
    
E      E S  S.
Escuela francesa Escuela latinoamericana Escuela anglosajona
Autores: Jean-Louis
Laville, Éric Dacheux,
Anne Salmon, Michel
Callon, Edgar Morin, otros.
Autores: Jose Luis Cora-
ggio, Razeto, Boaventura
de Souza Santos, Anibal
Quijano, otros.
Autores: Emily Kawano,
Gibson y Graham, Came-
ron, Putnam.
Tendencia general: las
prácticas de economía
social y solidaria como
tal han existido desde el
siglo  en respuesta por
los trabajadores ante la
exclusión. Formando las
primeras cooperativas,
mutuales.
Tendencia general: estas
prácticas aparecen en
respuesta a los embates del
neoliberalismo y sus polí-
ticas. Retomando practicas
ancestrales fuera de los pre-
ceptos establecidos: retorno
a la vida, buen vivir.
Tendencia general: se cata-
loga como un tercer sector
de la economía junto con
el sector privado y el sector
público.
Características: Características: Características:
Se habla de reconocer
a la economía solidaria,
mediante la democracia,
i.e., una democratización
de la economía, y la acep-
tación de una economía
plural.
En el caso latinoamericano
 busca reorganizar la
sociedad sobre la base de
las autonomías locales y
regionales, organizarse
como los poderes de una
sociedad otra
En este sector se busca
demostrar que hay otras
alternativas de producción,
distribución, consumo y
estilos de vida diferentes a
los hegemónicos.
Fuente: Elaboración propia.
La economía social y solidaria desde una perspectiva en México
La indagación del concepto de economía solidaria, en tanto prácticas económicas
en México, ha implicado de la misma manera una exploración epistemológica a la
crítica de la forma eurocéntrica de la realidad social al igual que el caso de algunos
teóricos sudamericanos. Marañón () argumenta que un rasgo del eurocentrismo
es la existencia de ámbitos separados de la vida: lo social, lo económico y lo político.
Reflexiones en torno a la economía solidaria 
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En ese sentido, Hinkelammet y Mora () también se formulan la necesidad
de recuperar el sujeto y el sentido de la vida, de construir una sociedad poscapitalista
donde quepamos todos, de reformular la economía en función de la satisfacción de
las necesidades humanas y de la reproducción de la vida, y en última instancia,
de desarrollar un proyecto alternativo.
Para Eduardo Aguilar (), estas economías alternativas son una valiosa forma
de mejorar el bienestar de los individuos, comunidades y sociedad, al hacer frente
a las dicultades económicas, construyendo comunidad, respetando otras culturas
y sus modos de vida, y promoviendo la sostenibilidad ambiental.
En la praxis, los estudios de caso de economía solidaria en México son mayorita-
riamente experiencias rurales, las cuales se caracterizan por ser parte de un complejo
proceso del movimiento indígena y campesino que lucha por la independencia y
la autonomía.
En este conjunto de luchas campesinas se registra un notable despliegue de
esfuerzos por enfrentar situaciones adversas en relación con la tierra, los recursos
naturales, las condiciones de producción, el abasto de alimentos y promoviendo el
surgimiento de organizaciones campesinas para atender la escasez de financiamiento
productivo, eliminar la explotación de los campesinos por parte de intermediarios
y luchar contra la pobreza, entendida esta no solo en términos de una carencia
material, de ingresos, sino de capacidades y derechos.
En general, las experiencias de economía solidaria en México nacen en las zonas
más pobres del campo y la ciudad, entre quienes sufren una realidad sociopolítica y
económica de explotación, hambre, represión y miseria. Sus actores principales son
indígenas, campesinos, obreros, subempleados y desempleados.
Las demandas de los actores se pueden sintetizar en: justicia social y la trans-
formación estructural de la sociedad. Otro protagonista en las luchas campesinas
e indígenas, que ha incidido en diversa medida entre las experiencias de econo-
mía solidaria en México, es el Ejército Zapatista de Liberación Nacional ().
Poniendo énfasis en la lucha por el reconocimiento constitucional de la autonomía
y los derechos indígenas por autogobernarse; en la búsqueda de forjar una economía
centrada en la reciprocidad, tratando de promover un proyecto político de oposición
a las dinámicas de exclusión y de diferenciación social.
Las iniciativas de comercio justo son otro elemento importante en el fortale-
cimiento de experiencias de economía solidaria, iniciativas que buscan mejorar
las condiciones sociales y económicas de los pequeños productores, las cuales se
basan en relaciones justas que garantizan la igualdad entre hombres y mujeres, sin
explotación infantil y respetando el medio ambiente.
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Algunos autores como Rita Schwentsius y Roldán Rueda () sostienen que
la economía solidaria en México está presente en pocas localidades. Tal vez más en
los ámbitos rurales indígenas y aún poco presente en lugares urbanos. Esta autora
menciona, por ejemplo, que en las tres últimas décadas se ha visto interés en una
línea orgánica por parte de agricultores que cultivan productos que enfrentan crisis
económicas agudas, tomando la economía solidaria como forma de hacerle frente a
dichas crisis, tal es el caso del café.
En el sureste mexicano se han presentado experiencias de lucha por el control
de las condiciones de producción y comercialización, como aquellas de las comu-
nidades de autogestión del café en Chiapas y Veracruz, donde tratan de garantizar
un comercio equitativo, relaciones directas entre productores y compradores y un
precio justo por el grano.
Se trata de experiencias organizativas campesinas enfocadas a eliminar la explo-
tación comercial consentida por la escasa regulación existente, así como a vencer
las dificultades en materia de financiamiento y la ausencia de políticas efectivas
para resolver los problemas de inserción asimétrica, lograr un acceso al mercado en
condiciones más favorables e independencia operativa respecto de los intermediarios
por parte de organizaciones independientes campesinas e indígenas en su afán de
encontrar mejores opciones de comercialización (Renard, ).
Convergencias y divergencias de la economía solidaria como
visión global
Después de haber revisado las diferentes ‘’escuelas del pensamiento de la economía
solidaria’’ resulta pertinente destacar ahora sus puntos de encuentro y desencuentro,
mostrar sus convergencias, similitudes y divergencias.
Dichas perspectivas tienen algunos aspectos comunes, como el interés por cues-
tionar los paradigmas dominantes no solo a nivel de economía sino también a nivel
de las ciencias sociales, y producir otros conocimientos, ofrecer otras maneras de
aproximarnos a las realidades. En concreto, tratan de contribuir y posibilitar una
forma de visualizar la existencia de otros modos de conocimiento y signicación
de lo económico (otras ontologías y epistemologías de lo económico), así como de
prácticas y propuestas socioeconómicas alternativas.
La vertiente latinoamericana tiene muchos puntos de encuentro con las pro-
puestas de la escuela francesa. En cuanto a la signicación de lo económico, algunos
autores ya mencionados (Polanyi, ; Coraggio, ; Laville, ) han armado
Reflexiones en torno a la economía solidaria 
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la posibilidad y la necesidad de existencia de modos de entender lo económico en
un sentido sustantivo y antropológico y posibilitar una economía para la vida que
garantice las condiciones materiales para la reproducción de la vida humana en
comunidad.
Otros autores como Escobar (, ) y Gibson y Graham () advierten,
además, que es posible identicar comunidades con diferentes maneras de signicar/
resignicar la economía, diversas prácticas y diversos modos de producir/reproducir
conocimientos sobre lo económico.
Escobar () destaca que en Latinoamérica también es posible identicar la
existencia y el resurgimiento de perspectivas, prácticas y propuestas que se presen-
tan como opciones frente a la economía de mercado. Este mismo autor señala que
los análisis y los paradigmas económicos invisibilizan las prácticas de diferencia
económica, dadas las tendencias totalizantes y capitalocentristas de sus discursos.
Laville (), Dacheux (), Coraggio () y Escobar () concuerdan
en que visualizar y potenciar esas prácticas y propuestas es un aspecto importante
para posibilitar horizontes y mecanismos de transformación social.
El objeto de la economía solidaria no ha sido ni será atentar contra la economía,
sino lograr una crítica lo más acertada posible a los efectos de comprender mejor
la lógica de acción de una inmensa cantidad de sujetos que no se comportan de
acuerdo con los modelos preestablecidos por la economía neoclásica
Para ello es necesario crear alianzas con varios movimientos que tienen visiones
anes a la economía social y solidaria () y podrían constituirse como aliados
importantes del movimiento. Es preciso fortalecer las redes locales, nacionales,
continentales e internacionales de la .
A manera de ejemplo podemos citar la Red Internacional para la Economía
Social y Solidaria (), que vincula las redes de economía social y solidaria con
todas las regiones del planeta y la Red de Economía Alternativa y Solidaria (),
cuya misión fundamental consiste en potenciar la economía solidaria como un
instrumento para desarrollar una sociedad más justa y solidaria, caminando hacia
el desarrollo sostenible y teniendo en cuenta la interdependencia de lo económico,
lo social, lo ambiental y lo cultural.
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C    
   
Escuela latinoamericana Escuela francesa Escuela anglosajona
Convergencias
Ambas cuestionan la necesidad de una reformulación con-
ceptual de la economía, al situar también a las personas y su
calidad de vida en el centro de la actividad económica. Parten
de una crítica a la economía convencional y desde ahí apues-
tan por encontrar otra economía más justa. Existen, por lo
tanto, fuertes vínculos entre ambas. Estos vínculos deben ser
explorados e investigados con el objetivo de construir nuevas
aportaciones teóricas.
A pesar de las diferencias en los
enfoques sobre el término, no se
puede negar el proceso relevante
que se quiere destacar relacionado
con ese conjunto de prácticas
asociativas. Desarrolla acciones
reivindicativas para actuar como
grupos de presión o control social,
pero desde fuera de las fronteras
de los espacios tradicionalmente
concebidos como públicos o como
privados-empresariales.
Divergencias
Análisis desde una pers-
pectiva descolonial. Se
basan en los postulados de
la desmercantilización y el
autogobierno, asociadas a
un nuevo horizonte: por
ejemplo, elbuen vivir o bue-
nos vivires orientados hacia
la descolonialidad.
Para ellos surge de la resis-
tencia de los agrupamientos
populares al capitalismo
industrial en el siglo .
Como se comprenderá, este
perl que rescatan los autores
franceses es el que hace dis-
tanciar sus esquemas con el
de la escuela latinoamericana,
aunque los ricos intercam-
bios generados en los últimos
años han acercado a autores
de ambos lados en términos
de reexión y análisis.
En esta escuela se denomina con
la expresión “economía solidaria
a un tercer sector económico
situado entre el sector privado y
el público, debido a que las enti-
dades que lo integran se crean por
iniciativa privada, pero responden
a intereses colectivos o sociales.
Fuente: Elaboración propia.
Reexiones nales
En este trabajo hemos tomado como referencia tres perspectivas con orígenes y
ámbitos diferentes, una desde la perspectiva del sur y otras del entorno del norte
global, que nos ofrezcan una visión más amplia y equilibrada de situaciones que
tienen elementos comunes, pero que son, a su vez, reejo de una pluralidad de
Reflexiones en torno a la economía solidaria 
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realidades. Estas propuestas están presentadas de manera diferente, pero vienen a
coincidir sustancialmente en el espíritu y en los contenidos.
En América Latina, la economía solidaria surgió de los movimientos sociales en
lucha contra el neoliberalismo como una respuesta necesaria a la privación social
y por el deseo de vivir valores éticos y sostenibles. Allard y Matthaei (), a su
vez, la identican como una alternativa hacia otra economía; en esta escuela no
solo hay cuestionamientos a la economía convencional sino, más ampliamente, al
patriarcado y al colonialismo.
Por otro lado, identicamos la escuela francesa donde, al igual que en la escuela
latinoamericana, se cuestiona el concepto del homo economicus (maximizador de
utilidad, racional, individualista), y la idea de la economía como una ciencia autocon-
tenida, formalista y que se explica a sí misma (Dash, ; Laville, ; Coraggio,
, ).
Los teóricos de la escuela francesa opinan que esta aproximación de la economía
muestra limitaciones importantes en la medida en que: i) autonomizan la esfera
económica al asimilarla únicamente al mercado e ignorar otras formas en que se da
la economía, pues existen iniciativas económicas exitosas centradas en lo humano,
lo social y la reproducción ampliada de la vida.
Eso nos lleva a especular sobre la existencia de ciertas características éticas y
morales de la economía solidaria que permiten interacción y conuencia, de manera
consistente y armónica. Aquí la referencia al éxito alude a que existe cierta resiliencia
e interacción que hace posible trabajar de forma sostenida a lo largo del tiempo,
con características de reciprocidad, conanza y altruismo, entre otras, siguiendo los
aportes y experiencias empíricas de Ostrom () y sus colaboradores, y en abierta
oposición a las de lucro y egoísmo planteadas por la economía neoclásica. Esta dis-
cusión prevalece desde el planteamiento que Smith () desarrolla con relación
a la teoría de los sentimientos morales, y que a la fecha integra nuevos signicados
al explorar los límites del capitalismo.
Para ello, es preciso reinventar la economía y la democracia (Laville, ) y que
proliferen multiplicidad de iniciativas para desarrollar comunidades de base autó-
nomas en la resolución solidaria de necesidades, no solo materiales sino referidas a
los modos de convivencia, y que ambos procesos se retroalimenten positivamente
como dinámica de una transición sistémica.
Esto supone armar los principios de igualdad y libertad individual, pero tam-
bién otra racionalidad sistémica comunitaria, plural en sus incitaciones, éticamente
responsable desde el Estado y la sociedad, lo que supone una larga lucha cultural.
Iztapalapa Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
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Uno de los principales desafíos de la conformación de esta nueva racionalidad
sistémica comunitaria lo constituyen la inercia y la fortaleza del pensamiento sus-
tentado en la economía convencional que persiste en las élites y en diversos grupos
de intelectuales con mucha inuencia en la sociedad, y en la sociedad misma. No
obstante las lecciones de la crisis nanciera de  y de otros acontecimientos
como el Brexit, los gobiernos y las sociedades aún no cuestionan los fundamentos
de los conocimientos en que se ha basado la praxis de la economía de las últimas
décadas. Sin embargo, sí es evidente el descrédito de la clase política. Es por estas
circunstancias que las iniciativas a favor de la economía solidaria no han crecido al
ritmo esperado. En México las principales experiencias se ubican aún en el sector
rural. Sin embargo, es posible que los impactos de la globalización económica entre
los ciudadanos impulse este tipo de iniciativas que se confrontarán con fuerte resis-
tencia ante un entorno que les es muy adverso.
Entre estas tres escuelas encontramos que son diversas las condiciones en que han
surgido las iniciativas y teorías de la economía solidaria. Si bien existen deniciones
contundentes, vemos cuatro piedras angulares subyacentes.
I. Una dimensión teórica interesada en construir un paradigma alternativo sobre
la economía, que parte de la crítica al modelo convencional, y que propone un
enfoque con bases epistemológicas y ontológicas diferentes.
II. Una visión de los seres humanos como seres sociales interdependientes. Los
individuos son, más que autointeresados, maximizadores de la utilidad, el homo
economicus de la teoría económica neoclásica. Las motivaciones económicas
también incluyen el bienestar colectivo, las preocupaciones éticas y los valores
morales.
III. La solidaridad es la base del valor de las relaciones sociales (Altuna-Gabi-
londo, ). La solidaridad también abarca nuestras relaciones con entidades
no humanas, incorporando así nociones de sostenibilidad ambiental.
I V. La práctica democrática hace posible el empoderamiento de las personas para
cambiar las condiciones que afectan sus vidas mediante la inuencia de las
políticas y las decisiones económicas.
Ver una economía diversa y plural más allá del mercado. Hay muchas formas
existentes de intercambio, producción y propiedad que funcionan sobre diferen-
tes valores del mercado capitalista. Solo reconocer su existencia puede reducir las
limitaciones ideológicas del capitalismo, al abrir nuevos caminos para que la gente
entienda y actúe. Al mismo tiempo, este “enfoque pluralista, evita los planos rígi-
dos y la creencia en un solo camino correcto ... [y] se basa en prácticas concretas,
Reflexiones en torno a la economía solidaria 
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muchas de las cuales son bastante antiguas, en lugar de buscar una utopía fuera de
la teoría (Kawano, ).
La economía solidaria tiene mucho que ofrecer al campo de desarrollo comuni-
tario, en particular a aquellos que buscan formas de desarrollo transformadoras y
democráticas. Cómo la economía solidaria puede o debe “ampliarse” es un tema de
debate vigoroso (Hanna y McLeod, ;). Sin embargo, sostenemos que la proli-
feración de la economía solidaria puede entenderse y avanzar mejor a través de tres
dimensiones interrelacionadas: ideológica, económica y política.
La economía solidaria no es solo una idea, una forma diferente de hacer negocios,
o un movimiento político. Es todo eso. Se desarrolla necesariamente en lugares
reales, con personas reales, negociando y promulgando colectivamente valores y
aspiraciones. Las diferentes comunidades e iniciativas pueden aprender, inspirar,
cooperar, aunque sus formas y sus vehículos especícos variarán dependiendo del
contexto. Lo que es claro para los autores revisados es que la expansión de la econo-
mía solidaria no será posible sin que las personas participen de maneras profunda-
mente democráticas y que interactúen para crear el mundo en el que quieren vivir.
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M.C. Naím Manríquez García es estudiante de doctorado en Economía Regional.
Centro de Investigaciones Socioeconómicas. Universidad Autónoma de Coahuila.
Estudios de pregrado en Economía por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Ha
participado en congresos internacionales en México, y Argentina. Colaborador
con la Asociación de Economía Pública Local (México). Líneas de Investigación:
Economía social y solidaria, bienestar, y estudios de economía del sector público.
Recientemente ha publicado: La aparición de prácticas económicas alternativas: Con-
ceptualizando la economía solidaria y colaborativa.
Dr. Francisco Martínez Gómez es economista Agrícola por la Universidad de Wis-
consin. Ha sido consultor temporal de la ,  y . A partir del  ingreso
al  en donde es profesor de los cursos de Desarrollo Económico y Regiones,
Políticas Públicas y del Seminario del doctorado: Globalización y Restructuración
Económica. Sistema Nacional de Investigadores, en el Nivel (). Entre sus últimas
publicaciones se hallan: El Neoliberalismo, un momento de la globalización. México,
-deC. pp. -, en , con Bonanno, Alessandro; Francisco Mar-
tínez y Gilberto Aboites; Globalización y Agricultura. Nuevas Perspectivas en la
Sociología Rural. Editado por la Universidad Autónoma de Coahuila y la Univer-
sidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Saltillo, Coahuila, México., en , con
López B.L.A., F. Martínez; e Political Economy of Agri-food in Mexico. Libro
“Handbook of the International Political Economy of Agriculture and Food. Edited
by Alessandro Bonanno and Lawrance Busch. Edward Elgar Publishing.  
    P.-, con Gilberto Aboites en .
Dr. Sergio Colín Castillo es profesor investigador en el Centro de Investigaciones
Socio-económicas () de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
Iztapalapa Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
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Ph.D Agricultural Economics, Texas A&M University (...). Sistema Nacional
de Investigadores: Nivel (). Líneas de investigación: Economía ambiental y de
los recursos naturales:agua y energía.Análisis de eciencia con frontera estocás-
tica,economía experimental y micro econometría. Algunas publicaciones recientes
son las siguientes: Autogobierno para el manejo de recursos de uso común: midiendo los
determinantespara su adopción en la pesca. ª edición. Editorial DeLaurel-Universidad
Autónoma de Coahuila. México, con Sergio Colin-Castillo, en ; “Measuring the
potential for self-governance: An approach for theCommunity-based management
of the common-pool resources”. International Journal of the Commons, . Vol.,
no I March : -, con Sergio Colin-Castillo, y R. T. Woodward, ;
“Propuesta metodológica para medir el potencial de autogobierno RevistaAná-
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... En este sentido, la Economía de Solidaridad o Economía Solidaria (ES) surge como un planteamiento alternativo que ha sido desarrollado por tres escuelas de pensamiento: la francesa, la anglosajona y la latinoamericana. La francesa postula una democratización de la economía y la aceptación de una economía plural (Manríquez et al. 2017). Esta escuela señala que ante la exclusión, desde el siglo XIX surgieron formas alternativas de práctica económica como fueron las cooperativas y mutuales. ...
... Por otro lado, encontramos a la anglosajona que defiende que la economía solidaria, al igual que en otras escuelas, está fundamentada en los principios de solidaridad, sostenibilidad, equidad en todas las dimensiones, democracia participativa y pluralismo y se aleja de ideologías rígidas para basarse en prácticas económicas emergentes y existentes (Kawano, 2010). La tercera escuela de pensamiento es la latinoamericana que surge como respuesta a los embates neoliberales y busca retomar las prácticas económicas precolombinas a partir de la reorganización de la sociedad sobre la base de las autonomías locales y regionales (Manríquez et al. 2017). Esta escuela, propone, frente a la monocultura de la productividad, "la necesidad de recuperar y poner en valor otros sistemas alternativos de producción, como el de las cooperativas obreras, del "comercio justo", de las empresas auto-gestionadas, de las organizaciones económicas populares, de la economía solidaria, etc., desacreditados por el capitalismo ortodoxo" (Tamayo, 2006, p. 149). ...
... A ES como perspectiva alternativa de renda e de sobrevivência representa um contínuo e longo processo de construção e definição em que o marco teórico prevê os objetivos em termos de políticas sociais. A ES se consiste em um conjunto de atividades práticas que possuem fatores que deságuam em cooperativismo, ética e empatia para preservar o bem-estar dos indivíduos e estimular o desenvolvimento econômico regional (García;Gómez;Castillo, 2017, p. 16). Não se pode esquecer que a ES é uma forma de intercâmbio de produtos para o consumo individual e coletivo da comunidade, tornando-se um caminho de trocas de experiências de cooperação, e desse modo identifica-se a hipótese de perda de identidade do conceito de ES. ...
... A ES como perspectiva alternativa de renda e de sobrevivência representa um contínuo e longo processo de construção e definição em que o marco teórico prevê os objetivos em termos de políticas sociais. A ES se consiste em um conjunto de atividades práticas que possuem fatores que deságuam em cooperativismo, ética e empatia para preservar o bem-estar dos indivíduos e estimular o desenvolvimento econômico regional (García;Gómez;Castillo, 2017, p. 16). Não se pode esquecer que a ES é uma forma de intercâmbio de produtos para o consumo individual e coletivo da comunidade, tornando-se um caminho de trocas de experiências de cooperação, e desse modo identifica-se a hipótese de perda de identidade do conceito de ES. ...
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Apesar da dificuldade de conceituar a Economia Solidária (ES) devido a temas interconectados e utilizados como sinônimos, é equívoca seu isoladamente do contexto de desenvolvimento econômico como uma alternativa de geração de renda familiar. Com a realidade social e econômica das regiões do extenso território brasileiro, percebe-se um ofuscamento da função social que a ES exerce no campo das Políticas Públicas que compõem a agricultura familiar que entre outros desdobramentos em termos de políticas governamentais, está prevista como uma das metas dos 17 Objetivos do Desenvolvimento Sustentável para 2030, da Organização das Nações Unidas, caracterizando-se como instrumento nacional e internacional de fomento. O método se consiste em análise descritiva e documental, utilizando abordagem quantitativa e bibliográfica quanto à representação dos dados. Foi constatado um desalinhamento dos eixos que fomentam as políticas públicas com o desenvolvimento sustentável, e a ES foi esquecida e em certa medida sufocada pelo sistema capitalista nas quais políticas públicas inclusivas não conseguem absorver esse fenômeno. Existem políticas estratégicas limitadas factíveis para resgatar formas simples de trabalho e renda como os Empreendimentos Econômicos Solidários (EES). Essa discussão que ocorre há pelo menos um século, e até a primeira década do século XXI não foram aprendidas lições estratégias de inclusão da agricultura familiar como alternativa para as famílias rurais que vivem da subsistência. Evidencia-se a importância do tema devido a desigualdade social que o Brasil enfrenta como um problema crônico, visto que milhares de famílias vivem de iniciativas como a ES para subsistência.
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In this paper, a review of the existing public policies regarding SSE in both Colombia and Mexico is carried out to later fulfill the objective of this article: to analyze the importance of the educational element of solidarity that leads to increasing participation. of society in the preparation, improvement and strengthening of public policies for this sector and the development of social organizations in the territories of both countries. In the same way, some existing educational projects in Mexico are addressed to strengthen solidarity education, as well as the Socio-Entrepreneurial Educational Project -PESEM- elaborated in Colombia and based on a didactic proposal based on an education that places life at the center of the teaching-learning process, based on sustainability and values to promote change initiatives in the territories. This is a reflective and purposeful work that starts from quantitative research that was based on the application of instruments to obtain information, the same project in which a qualitative methodology was applied for the collection of primary information, as well as for the analysis of the results and the development of a strong proposal. Likewise, qualitative research is considered when carrying out the collection of longitudinal and cross-sectional theoretical documentation on the policies of S&H and the existing solidarity educational projects in Mexico. In this way, this article is also analytical and comparative in nature, as it analyzes the importance of the educational element of solidarity in both countries and its impact on SE&S public policies.
Article
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As we move well beyond the optimism of the left turn in Latin America that began in 2000 and ended (at least temporarily) around 2015 (with the end of the commodities price boom and the defeat of progressive Peronism in Argentina), we have to find ways to reconnect critical thinking with the need to reconstruct hegemony across the broad masses to create a better future. We base this enter�prise in the Andean region, where two countries (Bolivia and Ecuador) have had an intense experience with leftist regimes/movements and in two others (Peru and Colombia) the left has recently come to power (Peru) or has mounted a serious challenge to the existing order (Colombia).
Article
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Our analysis starts with a recovery and renewal of the thinking and practice of the Peruvian/Nuestra América figure of José Carlos Mariátegui (1894–1930) a socialist and labor organizer who set out to “Latin-Americanize” Marx and make him fit for purpose in a continent that he misunderstood so badly. As Fernanda Beigel (2019: 11) has argued recently, Mariátegui “should be consid�ered the founding father of Latin American Studies” for his pioneering role in the analysis of the structural heterogeneity of the Latin American social forma�tion and in particular his contribution to the study of “race.” His work was at the intersection of scientific research and political practice. His Marxism was never just “applied” but translated into a methodology that was appropriate to the recalcitrant reality of Latin America and geared always to the achievement of what he called “practical socialism.”
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Wobec rozpoczętej w latach 80. ubiegłego stulecia globalizacji neoliberalnych zasad ekonomicznych zaczęto formułować i wprowadzać w życie projekty ekonomiczne, takie m.in., jak ekonomia społeczna, ekonomia dobra wspólnego, ekonomia z ludzką twarzą czy ekonomia solidarna, które miały łagodzić negatywne społeczne skutki gospodarki neoliberalnej. W krajach Ameryki Łacińskiej z nadzwyczaj przychylnym przyjęciem spotkały się zwłaszcza koncepcje ekonomii solidarnej, gdzie w pierwszej dekadzie obecnego stulecia z upowszechnieniem jej zasad zaczęto wiązać nadzieje na ustanowienie alternatywnej wobec wygenerowanej przez neoliberalizm rzeczywistości społecznej, politycznej, aksjologicznej i antropologicznej. W wyniku trudności (behawioralnych, instytucjonalnych, politycznych), z jakimi spotyka się funkcjonowanie solidarnych podmiotów gospodarczych, nadzieje te zdają się być dzisiaj zawiedzione, widoczność ekonomii solidarnej w przestrzeni społecznej jest nikła, a sam ruch wydaje się ulegać wygaszeniu lub co najmniej podlegać stagnacji. Artykuł ma na celu wskazanie czynników, które wpłynęły na ukształtowanie się specyficznej mentalności, na której gruncie owe projekty były i są formułowane, przedstawienie zarysu tych idei, wyeksponowanie ich aksjologicznych i antropologicznych założeń, wskazanie trudności, z jakimi się spotyka ich urzeczywistnianie oraz poddanie ocenie obecnego stanu ich realizacji.
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En las últimas décadas, los territorios rurales han presentado un carácter activo en la formación de proyectos alternativos ante la imposibilidad del modelo económico occidental para explicar y atender problemas de la realidad actual, que se ha tornado más complejos. El presente trabajo de investigación pretende documentar y reflexionar en torno al surgimiento de iniciativas comunitarias relacionadas con la economía solidaria en un municipio de la Sierra Sur de Oaxaca. Los enfoques teóricos que orientan el escrito son el Buen Vivir y la Economía Solidaria. La metodología que se siguió fue la revisión de documentos oficiales como Planes Municipales de Desarrollo, que permitieron la identificación y caracterización de siete emprendimientos productivos. Los principales resultados muestran que las experiencias comunitarias de San Miguel Suchixtepec reflejan la cosmovisión propia del municipio sobre la construcción del bienestar sin destruir sus recursos naturales, lo que se suma a los indicativos sobre la emergencia de un nuevo pensamiento societal
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La creciente demanda de tecnologías y productos que causen menor impacto ambiental ha incrementado la conciencia ecológica y el interés por el estudio y la aplicación de las materias primas biodegradables, renovables y sustentables. Entre estos materiales naturales se destaca la celulosa como un polímero natural, abundante, renovable, y biodegradable. El propósito fundamental de este proyecto fue la conformación de una red internacional de colaboración de ca (México-Brasil) para el desarrollo y la innovación de nuevos materiales, aprovechando desechos agroindustriales que se generan en el proceso de industrialización de diferentes fuentes botánicas. El objetivo de esta cooperación fue desarrollar y caracterizar nanomateriales reforzados con nanocristales de celulosa y nanofibrillas de celulosa, obtenidos a partir de bagazo de agave, estopa de coco, henequén y otros más, con la finalidad de obtener materiales con buenas propiedades mecánicas y características físicas y químicas notables.
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The objective of this article is to review the concept of resilience, its importance and measurement, emphasizing central aspects such as its origin, definition and the factors that determine the application of resilience, and disruptive situations. The models established by different authors classify in dimensions, factors with characteristics and different patterns according to sex, age and schooling, which impacts the development of organizations. The population of 113 higher level teachers of the Technological Institute of Lázaro Cárdenas, Michoacán, is taken to measure the resilience in scale of resi-m Mexican Resilience, using a descriptive and transversal research. An instrument of 43 items was applied, divided into 5 factors, which reflect that, in spite of adverse situations, such as divorce, economic crisis and work environment, the individual overcomes, and that there is a significant difference between men and women, being the highest percentage in men. Likewise, it is important to learn to live despite the changes and adverse situations, to contribute to institutional growth and achieve greater training and professional development in masters, doctorates, desirable profile and academic bodies.
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El objetivo de este artículo es la revisión del concepto de resiliencia, su importancia y con medición, con énfasis en aspectos centrales, como su origen, su definición y los factores que determinan la aplicación de la resiliencia, así como situaciones disruptivas. Los modelos que establecen distintos autores clasifican en dimensiones, factores con características y patrones distintos según sexo, edad y escolaridad, que impacta en el desarrollo de las organizaciones. Se toma la población de 113 docentes de nivel superior del Instituto Tecnológico de Lázaro Cárdenas, Michoacán, para medir la resiliencia en escala de resi-m resiliencia mexicana, empleando una investigación descriptiva y transversal. Se aplicó un instrumento de 43 items, divididos en cinco factores que reflejan que, a pesar de las situaciones adversas, como divorcio, crisis económica y ambiente laboral, el individuo se sobrepone, y que existe una diferencia significativa en
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Solidarity economy is consolidating as a particle of an emerging paradigm alternative to that of capitalist modernity. Therefore, it is necessary to generate analytical tools applicable to this type of experiences. In the present work, the territorial analysis under the solidarity economy proposed by Coraggio is problematized with the objective of unveiling the series of power relations that make up the territorial framework. This disclosure allows a broad understanding of the dynamics that occur between actors and the geographical environment where the territory is being produced socially.
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Mismeasuring Our Lives is the result of this major intellectual effort, containing pressing relevance for anonyme engaged in assessing how and whether our economy is serving the needs of our society. The authors offer a sweeping assessment of GDP's limitations as a measurement of the well-being of societies and introduce a bold array of new concepts from sustainable measures of economic welfare to evaluations of savings and wealth and a "green GDP". At a time when policy makers worldwide are grappling with unprecedented global financial and environmemntal issues. Mismeasuring Our Lives is an essential guide to measuring the things that matter most.
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Este libro indaga sobre la emergencia de un nuevo horizonte de sentido histórico caracterizado por una subjetividad basada en la reciprocidad y por una nueva racionalidad liberadora (de la explotación y dominación) y solidaria (entre las personas y con la Naturaleza), expresada en cada acción social personal y colectiva. El Buen Vivir, propuesta surgida en América Latina desde la resistencia al despojo y a la irracionalidad del capitalismo, se despliega como una alternativa para restablecer lazos relacionales entre las personas y con la Naturaleza, basados en la solidaridad y la reciprocidad. Como nuevo horizonte de sentido, el Buen Vivir articula dos herencias culturales, expresadas en una nueva racionalidad liberadora y solidaria: por un lado, la razón histórica de la modernidad, con sus promesas de libertad, igualdad social y bienestar; y por otro, la razón "india" prehispánica, asociada a la reciprocidad, la solidaridad social y el trabajo colectivo.
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Almost everyone believes that the US current account deficit must eventually end, and that this end will involve dollar depreciation. However, many believe that this depreciation will take place gradually. This paper shows that any process of gradual dollar decline fast enough to prevent the accumulation of implausible levels of US external debt would impose capital losses on investors much larger than they currently expect. As a result, there will at some point have to be a 'Wile E. Coyote moment'- a point at which expectations are revised, and the dollar drops sharply. It is much less clear, however, whether this 'crisis' will produce macroeconomic problems.
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Introduction: Diverse Economies as a Performative Ontological ProjectBecoming Different Academic SubjectsThe Ethics of ThinkingNew Academic Practices and PerformancesConclusion References
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En el nuevo periodo historico del patron de poder colonial/moderno y en especial respecto de sus movimientos de re-concentracion creciente del control del poder, los terminos “economia solidaria” parecieran convocar imagenes extranas, en realidad hostiles, al imaginario social dominante, una suerte de intrusion altruista en las relaciones del hiperfetichizado actual mercado capitalista. Desde esa perspectiva, pareceria tratarse de algo analogo al reclamo de los sectores social-liberales superstites en America Latina, de “re-fundar” la “politica” por medio de una nueva asociacion con la “etica”. Ambas, pues, parecerian provenir de una misma o analoga perspectiva bien/intencionada, pero desprendida de la materialidad de los procesos historicos en curso. Hay, sin embargo, entre ambos referentes, una insanable diferencia.