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BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 351
Pérez, J; Navarro, E; Sampedro, J.
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte – INEF.
Universidad Politécnica de Madrid.
Dr. Javier Pérez Tejero: Doctor en Educación Física. Profesor Colaborador. Facultad de
Ciencias de Actividad Física y del Deporte. Universidad Politécnica de Madrid UPM).
Proyectos / principales líneas de investigación: análisis de la exigencia en deportes adap-
tados (en especial baloncesto en silla de ruedas – BCSR en adelante) y actividades físicas
adaptadas. Perteneciente al grupo de investigación “Deporte Rendimiento” reconocido
por la UPM. Dr. Enrique Navarro Cabello: Doctor en Física. Licenciado en Educación
Física. Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de Actividad Física y del De-
porte. Universidad Politécnica de Madrid. Proyectos / principales líneas de investigación:
análisis de la técnica deportiva en diferentes disciplinas deportivas; desarrollo de herra-
mientas biomecánicas para la valoración de la carga física en deportes de equipo. Dr.
Javier Sanpedro Molinuevo: Doctor en Educación Física. Profesor Titular de Universidad.
Facultad de Ciencias de Actividad Física y del Deporte. Universidad Politécnica de Ma-
drid. Proyectos / principales líneas de investigación: análisis técnico / táctico en deportes
de equipo (aplicaciones al fútbol sala, baloncesto, BCSR, hockey hierba, etc.). Pertene-
ciente al grupo de investigación “Deporte Rendimiento” reconocido por la UPM.
Para denir el grado de exigencia real de un deporte es necesario conocer infor-
mación relativa a las características de los desplazamientos realizados durante la compe-
tición o la exigencia de carga real (distancia recorrida, intensidad, velocidad, aceleracio-
nes, frenadas, cambios de dirección y ritmo, densidad, etc.). Como deporte de equipo,
el BCSR está sometido a un marco estructural y funcional, delimitado por el reglamento,
que condicionará sobremanera los parámetros “tiempo” y “espacio”, dadas las caracte-
rísticas de este baloncesto, donde las situaciones de acción y de pausa reglamentaria,
así como las incidencias reglamentarias que provocan las pausas, van a condicionar las
prestaciones competitivas. Para realizar un análisis lo más completo posible del perl de
exigencia en el BCSR, las situaciones de juego deben ser caracterizadas, no sólo a nivel
de respuesta siológica (por ejemplo, en cuanto a la FC), sino también a nivel físico (ve-
locidad para cada instante, distancia acumulada durante la fase de acción). Esto supone
la interrelación de las áreas de estudio precedentes (tanto indicadores internos como
externos) con el objeto de modelar la respuesta del jugador a las demandas competitivas
de cara a la fundamentación del entrenamiento.
Un factor determinante a la hora de evaluar la carga en un deporte, es el volumen.
En el caso de los deportes de equipo, han sido numerosos los estudios que pretenden eva-
luar los desplazamientos (carga externa) durante la competición con el n de modelar el
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*(Figuras y Tablas al nal del capítulo)
entrenamiento. Sin embargo, esta evaluación que, en el caso de los desplazamientos, se
concreta en el número de metros recorridos, no es completa si no se acompaña del ritmo
o intensidad a la cual son realizados.
En los deportes colectivos el espacio es común para ambos equipos y la participa-
ción es simultánea. Este espacio de “colaboración / oposición”, hace que sea muy difícil
de evaluar la carga externa que conllevan los desplazamientos, simplemente porque no
se sabe a priori las acciones a realizar por parte del jugador / jugadores, ni tampoco su
intensidad en competición.
En un intento por arrojar luz a esta cuestión y, con el n último de optimizar los
sistemas de entrenamiento, concretamente de condición física, entrenadores e investiga-
dores han aplicado técnicas de evaluación muy diferentes, siempre con el mismo obje-
tivo citado. En este empeño, sobre los deportes de equipo, han sido numerosísimos los
métodos y técnicas de investigación utilizadas, si bien gran parte de ellas utilizan meto-
dologías poco ables, a veces rudimentarias, para la evaluación de los desplazamientos,
aparte de la disparidad en las muestras utilizadas, así como la multitud de contextos no
competitivos de análisis, que, a su vez, restan validez a las conclusiones obtenidas. Más
aun, la inmensa mayoría de estos métodos no tuvieron en cuenta parámetros estructurales
propios de estos deportes, como son el tiempo y el reglamento, para la caracterización de
la respuesta física del jugador en competición.
Para el BCSR, en concreto, los resultados muestran que los metros recorridos en la
competición en este deporte son del orden de los 5 km. (Coutts, 1992; Pérez & Sampe-
dro, 1999), si bien estos estudios presentan limitaciones evidentes, sobre todo en cuanto
a instrumentación, abilidad de los datos obtenidos y pertinencia de los contextos de
estudio respecto al objetivo del mismo. Igualmente, para baloncesto a pie, los resultados
son similares a aquellos, si bien parece ser que los ritmos de ejecución y las velocidades
alcanzadas son diferentes.
Por ello, la mejor manera de realizar un estudio able y riguroso de la competi-
ción, con el n de evaluar el número de metros recorridos y su ritmo de ejecución, es
la aplicación de metodologías de análisis basadas en técnicas de análisis biomecánico a
partir de imágenes de la propia competición. En este sentido, y en un intento de superar
las limitaciones anteriores, el objetivo principal de este estudio es la denición de una
herramienta metodológica able para la evaluación de los desplazamientos en deportes
de equipo, en concreto, en el BCSR. Así mismo, este estudio pretende ofrecer luz a de-
terminados indicadores del rendimiento físico en este deporte a partir del estudio de la
competición. Dichos indicadores persiguen la denición y evaluación de los patrones de
movimiento, así como la denición de la exigencia competitiva con el n de modelar y
concretar especícamente el entrenamiento para el BCSR.
El objetivo principal de este estudio es la denición de un método para la evalua-
ción objetiva y cuantitativa de los desplazamientos de los jugadores de BCSR como me-
dio para la evaluación de la carga física a la que se ven sometidos durante la competición
de alto nivel. Dicho método estará basado en técnicas de análisis biomecánico mediante
fotogrametría a partir de imágenes de vídeo. Desde el análisis de la posición y la velo-
cidad de cada jugador en el campo, serán calculadas las variables seleccionadas como
determinantes para el logro de los objetivos del estudio, a lo largo de la competición y
sólo durante las fases de acción.
A partir de la denición del objetivo principal, dicha metodología se aplicará du-
rante competición de alto nivel, y, como objetivos secundarios, serán referenciados y
evaluados ciertos indicadores de rendimiento físico, que conforman los objetivos secun-
darios de la investigación, como son:
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 353
- Calcular la posición del jugador respecto de un sistema de referencia 2D (Cálcu-
lo de la posición en ejes X -Y ). A partir de ella se calcularán:
· Distancia recorrida acumulada individual.
· Velocidad instantánea de cada jugador en cada momento del partido, y, por ex-
tensión, velocidad media y máxima alcanzada.
- Calcular el promedio para cada variable anterior según:
· Jugador.
· Clasicación funcional (clasicación funcional “A” / “B”, IWBF, 2000-2002).
· Puesto especíco (base, alero, pivot).
- Comprobar si existen diferencias signicativas entre los desplazamientos realiza-
dos y velocidad alcanzadas por jugadores, clases funcionales “A” / “B” y puestos
especícos (base, alero, pivot).
En este apartado se reseña la metodología utilizada para la evaluación del movi-
miento del jugador en competición. En relación a las características del proceso expe-
rimental que debe seguir cualquier estudio biomecánico, es necesario atenerse a una
metodología de trabajo que permita alcanzar la precisión y reproductibilidad necesarias
para que la investigación adquiera el carácter metodológicamente cientíco que se persi-
gue. Es por ello que se requiere una especial minuciosidad en el desarrollo y exposición
del proceso experimental llevado a cabo, de manera que una reproducción de la misma
investigación, en las idénticas condiciones, permita obtener resultados semejantes.
La técnica instrumental utilizada en el presente estudio, para el análisis cinemáti-
co del movimiento del jugador, fue la fotogrametría tridimensional con cámara de video.
En nuestro caso, nos ceñimos a un análisis bidimensional (2D), ya que los desplazamien-
tos en el plano vertical del sistema jugador-silla en el BCSR son despreciables. Creemos
que la utilización de esta técnica instrumental, aparte de su coste y laboriosidad, es la
más adecuada para ofrecer resultados válidos y ables respecto de los objetivos de esta
investigación.
3.1.1.-
“La fotogrametría es una técnica que permite registrar, analizar el movimiento y
calcular las variables biomecánicas que lo describen a partir de la imagen lmada” (Fe-
rro, 2001). Como hemos comentado, la técnica experimental más apropiada para la eva-
luación del movimiento del sistema jugador-silla es la fotogrametría tridimensional con
cámara de vídeo. Dicha técnica permite la obtención de las coordenadas 2D respecto a
un sistema de referencia inercial de un punto o de un conjunto de puntos en el plano a
partir de la captación de una imagen de vídeo (con una visión total del área de juego o
cancha). Se usó el algoritmo DLT (“Direct Linear Trasformation” o “Transformación Lineal
Directa”; Abdel-Aziz & Karara, 1971), para calcular las coordenadas “x” e “y” de un pun-
to a partir de las coordenadas proyectadas en el plano de la imagen de video registrada.
Para la obtención matemática de dichas coordenadas, fue necesario obtener previamente
una serie de parámetros que tuvieron que ver con las características geométricas de la
proyección. Esto supuso la obtención de las coordenadas 2D de 4 puntos de referencia
en el espacio *(como mínimo, ver gura 2), que cubrieron el área de lmación (cancha
de baloncesto), lo que supuso su lmación y medición “in situ” previo al registro de los
movimientos o competición, utilizando un protocolo de medición manual basado en
354
técnicas topográcas. Esta técnica experimental es usada normalmente en los estudios
biomecánicos al uso, en cuanto a evaluación de la técnica deportiva, con el n de opti-
mizar dicha técnica, corregir errores, minimizar las pérdidas de energía o denir patrones
técnicos de ecacia (Navarro E., 1997).
Sin embargo, y debido a las características del estudio que nos ocupa, pretende-
mos, desde una perspectiva nueva y original, validar la utilización de esta técnica instru-
mental mediante un diseño metodológico “ad hoc”, para la evaluación de un indicador
externo del perl de exigencia de un deporte de equipo, como lo es la evaluación de un
movimiento del sistema “jugador-silla” en el BCSR, en forma de metros recorridos y velo-
cidad alcanzada en competición. La denición de esta metodología y su aplicación en la
evaluación del contexto competitivo, ofrecería información privilegiada al entrenador o
cientíco para la modelación del entrenamiento en base a las exigencias físicas reales.
Esto hecho hace que, por ejemplo, en cuanto a la frecuencia de muestreo para
el registro de la competición (parámetro básico para el análisis biomecánico), al no ser
nuestro objetivo de estudio la evaluación de un gesto técnico, sino por el contrario, el
rendimiento físico del jugador, ésta no ha de ser del orden de 25 Hz., 50 Hz., 500 Hz.,
1000 Hz.,...(como es habitual en biomecánica de la técnica deportiva, Navarro E., 1997),
sino que, con dos o tres imágenes por segundo, sea suciente para evaluar adecuada-
mente el movimiento del jugador. Por ello, la frecuencia de muestreo seleccionada fue de
2 Hz. (según estudio previos de Navarro E., & Mallo J., 2001). Otros autores, como Riera,
(1986) para baloncesto a pie, y Aguado & Riera, (1989), para Waterpolo, utilizaron una
frecuencia de muestreo de tres imágenes por segundo.
3.1.2.-
a) Equipo utilizado para el registro de imágenes
Denición y selección del material a utilizar en el registro: 1 cámara de video analógica
modelo PANASONIC DP – 800 H, 1 trípode MANFROTTO (ambos propiedad del La-
boratorio de Biomecánica del INEF de Madrid), señales de referencia o puntería, cinta
métrica, cintas SVHS vírgenes, cinta balizadora y cableado suciente.
b) Equipo utilizado para el tratamiento de los datos y generación de los resultados
- Generador de CDT, modelo AVITEL TPR 1400, propiedad del Laboratorio de Bio-
mecánica del CARICD-CSD, usado para la inserción de un CDT temporal en la cinta de
vídeo analógica.
- Para el tratamiento de los datos y uso de los diferentes programas, se utilizaron
los ordenadores disponibles en el Laboratorio de Biomecánica del INEF de Madrid, así
como el televisor SONY del mismo.
- Se usó tarjeta capturadora propiedad del Laboratorio de Biomecánica del INEF
de Madrid, así como el programa “DV.now”, usado para la captura digital de imágenes,
previa selección de las mimas.
- Programa “Fotogrametría 3D”, usado para realizar el proceso de digitalización
del movimiento del jugador (desarrollado por el Laboratorio de Biomecánica del INEF
de Madrid). Denición de un modelo de 10 puntos, un punto por jugador en juego (ver
gura 4). Archivo “mod-silla”.
- Programa “Biomec” (desarrollado por el Laboratorio de Biomecánica del INEF de
Madrid), usado para el cálculo de coordenadas de cada punto del modelo biomecánico
fabricado y la selección de las variables de salida relevantes para el estudio. Dicho pro-
grama permite seleccionar y calcular las variables de interés y guardarlas en un chero.
Almacenaje en archivos ASCII.
- Hola de cálculo “Excel”. Usado para la importación de los cheros ASCII y la
conversión y tratamiento de los datos de cada variable, así como su almacenaje para su
posterior análisis estadístico.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 355
- Paquete estadístico “SPSS 9.0”. Usado para el tratamiento estadístico de los datos
y la generación de grácos e informes según necesidades (ver punto 9.3.3.3. “Tratamiento
de resultados”).
Previamente a la realización de cualquier trabajo experimental es necesario pre-
parar todas y cada una de las fases de la metodología a utilizar. Por ello, en este punto,
son indicadas en todas y cada una de ellas, en un intento de controlar todas las variables
relacionadas con el resultado nal del estudio.
3.2.1.-
El marco donde se realizó el estudio fue la Copa de Europa de Clubes de BCSR,
celebrada del 10 – 13 de mayo de 2001 en Giulianova (Italia). Es la competición de
máximo nivel de clubes de BCSR a nivel continental. Las imágenes del partido estudiado
correspondieron al partido “Fundosa ONCE” (campeón español 2001) contra Santa Lucia
(subcampeón italiano 2001). La muestra fueron 10 hombres, jugadores que compitieron
en dicho partido, concretamente en el primer periodo (10 minutos de juego reglamenta-
rio). Los datos fueron obtenidos siguiendo a los jugadores a lo largo del partido, con lo
que, para estudiar la carga real, se siguió registrando al jugador que entra en cancha por
el jugador sustituido, considerándolo como un mismo punto del modelo (equivalencia
puesto especíco / puntuación por discapacidad). La lmación y toma de datos fue reali-
zada a primeros del mes de mayo, con lo que, ambos equipos se encontraban en el punto
culminante de rendimiento teórico de sus respectivas temporadas, al ser esta competición
su máximo objetivo anual.
3.2.2.-
Por las características de la investigación, es imperativo la no interferencia sobre el
fenómeno a analizar, en este caso, una competición de BSCR. De esta manera se asegura
la validez y especicidad de los datos registrados. Por lo tanto, la lmación fue “in vivo”,
directa y no participante. El tratamiento y posterior análisis de las imágenes de video son
realizadas por un observador entrenado e independiente, conocedor de la dinámica de
juego de este deporte así como de sus reglas.
3.2.3.-
- Denición y selección del material a utilizar: 1 cámara analógica, 1 trípode, señales,
cinta métrica, cintas mini DV vírgenes, cinta balizadora, cableado suciente. Traslado del
material al lugar de la competición. Se realizó un contrato de garantía del material con
una compañía aseguradora para tal efecto.
- Apoyo del “CD Fundosa ONCE” para el traslado del personal y del material, vía avión,
hasta el propio recinto deportivo en Giulianova (Italia).
- Información de las intenciones de la investigación y petición de autorización al comité
organizador (Eurozone de BCSR), en concreto para la lmación de la competición.
3.2.4.-
- Denición de las señales de referencia (o “señales de puntería”) y medición
real “in situ” de las mismas siguiendo un protocolo de medida con técnicas topográcas
*(ver gura 3).
- Colocación de las cámaras previamente a la competición: Se utilizó sólo una
cámara que, con su ángulo óptico, cubría la totalidad de la supercie de juego, así como
las señales de referencia. Para ello, la cámara se dispuso en el graderío del fondo de la
instalación, elevada unos 6-8 metros sobre el suelo y alejada uno 15 – 20 m. Utilizando
el zoom de la cámara, se ajustó el visor de la cámara a las medidas propias de la pista.
356
3.2.5.-
Filmación de la competición. La cámara no se movió durante ningún momento en
la lmación. Finalizada la lmación, la cámara y todo el material, así como las señales,
fueron retiradas.
3.3.-
El tratamiento de los datos a partir de la competición, así como la generación de
resultados relevantes desde aquellos, siguió un procedimiento que se detalla a continua-
ción *(ver gura 1).
3.3.1.1.-
Evaluación del sistema usuario – silla: es necesaria la concepción global del ju-
gador con su implemento para moverse, ya que ambos son indisociables respecto del
movimiento nal, que produce el desplazamiento de todo el sistema. Por supuesto, es
necesaria una conjunción óptima entre las características físicas y antropométricas del
jugador, su capacidad de movimiento o volumen de acción, la capacidad de trabajo del
jugador, así como la estructura y construcción de la silla de ruedas, con el n de optimi-
zar la máximo la propulsión en función del jugador y minimizar las pérdidas de energía
en la propulsión (van der Woude, 1986, 1989, 2001; Vanlandewijck, 2001). El modelo
biomecánico a utilizar fue el de “un jugador – un punto” de manera que fue evaluado el
movimiento de cada uno de los 10 puntos para una misma situación de partido. El méto-
do utilizado permitió el seguimiento de ese punto (“tracking”) a lo largo del espacio de-
nido por la cancha de baloncesto. Se creó un modelo de digitalización de 10 puntos (un
punto por cada jugador) el cual se utilizó en todas las secuencias mediante el programa
de digitalización *(ver gura 4).
B) Denición y digitalización del sistema de referencia
Se denió un sistema de referencia, a partir de las mediciones reales tomadas en
la pista de juego. Se creó un archivo (“reff-sl”) con la información del sistema de referen-
cia, que fue utilizado por el programa de cálculo de coordenadas para la obtención de
las variables de salida seleccionadas. Los cuatro puntos seleccionados para conformar el
sistema de referencia fueron seleccionados dentro del ángulo de visión de la cámara, y
cubrieron la totalidad del espacio posible de ocupación por parte del jugador *(gura 2).
C) Análisis de las secuencias seleccionadas (“juego”)
i) Captura de imágenes
- Inserción de un CDT en la imagen y grabación de la salida de video a formato
VHS (Laboratorio Biomecánica CARICD-CSD).
- Conversión analógico – digital (de SVHS a miniDV) de las secuencias de la com-
petición, realizada con la tarjeta capturadora de video y programa de captura de imáge-
nes digital “DV.now”.
- Cálculo del fotograma a digitalizar a partir del código de tiempos insertado me-
diante hoja de cálculo. La frecuencia de muestreo seleccionada fue de 2 imágenes por
segundo.
- Captura manual de las imágenes (2/sec.) según código de tiempos. La captura se
realizó con el programa “DV.now” y cada imagen con su CDT se guardó en un archivo
“*.jpg”. En nuestro estudio, se tuvo en cuenta en cuenta el parámetro temporal para la
concreción y denición de la situación del juego y la secuencia de lmación a analizar.
Por ello, sólo fueron estudiadas las fases en las que el balón esté en juego y las secuencias
de estudio serán determinadas por la detención y puesta en juego a nivel arbitral, por lo
que la duración del periodo estudiado deberá corresponderse con el estipulado regla-
mentariamente (10 minutos por cuarto, 40 minutos por partido, IWBF 2000-2002).
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 357
- De la secuencia de fotogramas que componían la secuencia (25 fotogramas/se-
gundo) se extrajeron los fotogramas necesarios hasta formar una secuencia de 2 fotogra-
mas/ segundo.
ii) Digitalización de la imagen
Se procedió a la digitalización y seguimiento de los 10 jugadores y su trayectoria
a lo largo de la cancha de juego. Se usó, como se ha descrito, un modelo de 10 puntos,
correspondiendo cada uno a un jugador: 1 sistema “jugador-silla” = 1 punto. Para denir
el punto de digitalización concreto y correcto, se digitalizó el punto medio entre las dos
ruedas en contacto con el suelo de cada jugador. Como se citó, se usó el programa “Foto-
grametría 3D”, desarrollado por el Laboratorio de Biomecánica del INEF de Madrid. Para
asegurar la abilidad de la estimación y digitalización de cada punto, un observador fue
entrenado y la abilidad de su digitalización fue determinada (ver apartado “iv) Cálculo
de errores”). Cada jugador fue asociado con un punto del modelo; se detalla a continua-
ción el punto de cada jugador que se corresponde con el modelo, su puesto especíco y
su clasicación funcional IWBF:
Para los jugadores del equipo “Fundosa ONCE”:
- Punto 1, jugador 1: Base (clase 3)
- Puntos 2 y 3, jugadores 2 y 3: Aleros (clases 1 y 1,5, respectivamente).
- Puntos 4 y 5, jugadores 4 y 5: Pivots (clases 4 y 4,5, respectivamente).
Para los jugadores del equipo “Santa Lucia”.
- Punto 6, jugador 6: Base (clase 2).
- Puntos 7 y 8, jugadores 7 y 8: Aleros (clases 2 y 1,5 respectivamente).
- Puntos 9 y 10, jugadores 9 y 10: Pivots (clase 4,5 y 4, respectivamente).
iii) Cálculo de coordenadas bidimensionales
Cálculo de las coordenadas 2D de cada jugador (punto). Uso del programa infor-
mático “Biomec” desarrollado por el Laboratorio de Biomecánica del INEF de Madrid.
Cálculo y registro en un chero.
iv) Cálculo de errores
Evaluación del error en la estimación del cálculo de la posición o cálculo de la
abilidad intra observador para la digitalización. Al ser un solo observador experimenta-
do el que realizó la digitalización, se procedió a calcular el error promedio de la misma.
Para ello se digitalizaron 3 imágenes diferentes 30 veces, sobre un total de 3 jugadores
o puntos (total 300 puntos). Para ello se creo una secuencia de 90 imágenes con las tres
imágenes elegidas al azar y alternadas para no realizar la misma imagen de manera se-
guida y evitar una acomodación en el proceso de digitalización. A partir de cada punto
se calcularon sus coordenadas X e Y para cada imagen. Las imágenes diferían entre sí
respecto de la distancia del jugador a la cámara. La desviación estándar promedio para
cada punto jugador fue ± 0,06 m.
Validez de los datos. Para validar el cálculo de las coordenadas realizado por el
programa se calculó la diferencia entre las coordenadas reales de las seis puntos con-
cretos del terrenos de juego medidos “in situ” (denidas por la IWBF, 2000-2002, *(ver
gura 3) y esas mismas medidas calculadas por el programa. En la *tabla 1 se muestran
las diferencias entre las medidas reales y las coordenadas medidas con el programa, con-
rmándose la validez del sistema de medida utilizado. El punto de origen del sistema de
referencia (0,0) fue la esquina inferior derecha del campo de juego, desde la vista de la
imagen de video. El coeciente de correlación (Pearson) para la “x” (entre coordenadas
verdaderas y calculadas) fue de r = 0.99, y para la “y” fue de r = 0.99.
358
La desviación media por punto fue de ± 0,02 m., mientras que el punto que más se
alejaba del dato verdadero es la coordenada “x” del punto 5 (0,44 m.), lo que, en porcen-
taje respecto de la mayor medida del sistema de referencia (diagonal mayor: 31,04 m; ver
gura 2), supone un error de un 1,4%. Hemos de destacar la gran exactitud del sistema de
cálculo utilizado, lo que abre la posibilidad de utilizar este método en futuros estudios en
este y otros deportes de equipo. Recordemos, en este punto, que el sistema de medición
posee una sensibilidad de medida de ± 0,01 m. (1 cm.).
v) Tratamiento de los datos
A partir de las coordenadas “x” e “y” de cada jugador (punto) y secuencia, se apli-
có un tratamiento de suavizado de los datos a la hora de obtener cada variable. Dicho
suavizado de trayectorias era aplicado por el citado programa de cálculo de coordenadas
de manera automática para cada uno de los puntos y variables seleccionadas, aplicando
una función polinómica para el suavizado de las coordenadas en función del tiempo, en
concreto, funciones polinómicas de 5º orden (“quintic splines”, Woltring, 1995).
Para la obtención de las variables cinemáticas del estudio a partir del movimiento
de cada sistema “jugador-silla” (posición, trayectoria y velocidad de traslación) *(Figura 4),
se seleccionaron en el menú del programa “Biomec” las siguientes variables “velocidad
en cada instante”, y “distancia recorrida acumulada” en la opción “salida de datos” de di-
cho programa. Para cada jugador y variable, se generaba un archivo de datos en formato
ASCII, que fue almacenado en un sistema de archivo diseñado a tal efecto. Para exportar
los datos y generar grácas del movimiento, así como archivo de texto para el almacenaje
de las coordenadas (*.txt), desde el programa citado se exportaba en formato ASCII. Estos
archivos eran capturados desde la hoja de cálculo (“Excel”) para el volcado masivo de
los datos y su tratamiento posterior. Ya en la hoja de cálculo, los datos fueron almacena-
dos según secuencia de “juego” denida, según variable analizada (distancia recorrida o
velocidad alcanzada) y jugador. Fueron ajustadas diversas consideraciones en cuanto a
formato, por ejemplo, el pasar de punto a coma para la separación de decimales, requi-
sito indispensable para computar con la hoja de cálculo.
3.3.1.2.-
Utilizando la hoja de cálculo, se elaboró una rutina de cálculo especíca para
la obtención de datos cinemáticos a partir de los datos obtenidos. Dicha rutina permitió
calcular, para cada punto (jugador) y secuencia, la distancia recorrida y velocidad ins-
tantánea. En la *tabla 2 observamos un ejemplo generación de resultados, en forma de
hoja de cálculo de salida de datos. A partir de archivos como este, que fueron volcados al
programa estadístico, fueron tratados los datos en función de los objetivos del estudio.
3.3.1.3.-
Para realizar un análisis descriptivo de los metros recorridos en el BCSR, para cada
una de las variables estudiadas (distancias recorrida acumulada y velocidad instantánea),
se calcularon, para los 10 minutos estudiados, el promedio y la desviación estándar de
cada una de ellas, concretando por jugador, puesto especíco, clasicación funcional
(clase “A” o “B”) y equipo. Se utilizó el coeciente de correlación de Spearman para la eva-
luación de la relación entre la “clasicación funcional” del jugador y los metros recorridos
durante la competición, así como la velocidad máxima alcanzada. Así mismo, para la eva-
luación de las diferencias según jugador y puesto especíco se utilizó un test ANOVA, más
un test post hoc Scheffé para concretar las diferencias estadísticamente signicativas. Por
otro lado, para la evaluación de las diferencias según clasicación funcional y equipo se
utilizó un test “T” para muestras independientes. Se realizó una estimación de los metros
recorridos a partir de la evaluación de 10 minutos de competición (Coutts, 1992). Se utili-
zó el paquete estadístico “SPSS 9.0”. El nivel de signicación se estableció en el p<0.05.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 359
Los datos en el primer periodo de juego (10 minutos) del partido referido fueron
analizados mediante el sistema presentado. Fueron tomadas sólo las fases de juego, re-
partidas en 13 acciones de juego, con una duración total de 582 segundos. La duración
reglamentaria del periodo es de 600 segundos (diferencia de un 3%). La duración media
de las 13 fases de juego en las que se dividió el periodo estudiado fue de 44,8 (±25,16)
segundos, como se cita en la *tabla 3.
El espacio recorrido medio por jugador en este primer periodo fue de 920,1 (±
72,5) m., lo que suponen 3680,4 (± 290,2) m. de distancia recorrida total, extrapolando
los datos al total del partido. Según equipo, los recorridos medios fueron de 896,9 m. (±
73,9) para el “Fundosa ONCE” y de 943,2 m. (± 71,0) para el equipo de “Santa Lucía”
Encontramos la caracterización individual de los datos, es decir, metros recorridos por
jugador, en las tablas 4 (equipo “Fundosa ONCE”) y 5 (equipo “Santa Lucia”).
Podemos ya apreciar una tendencia en dichas tablas, indicativa de una mayor can-
tidad de metros recorridos en función de una mayor clasicación funcional, si bien una
correlación no paramétrica (Spearman) entre la clasicación funcional de los jugadores
y los metros recorridos por secuencia no fue signicativa (r = 0.36, ns; ver *Figura 5). Así
mismo, el dato acerca de distancia media recorrida nos informa de la distancia media
recorrida por secuencia, indicador de la distancia recorrida por cada fase o acción de
juego. Como vemos en la *gura 6, la media de los metros por secuencia es de 44,85 (±
3,5) m. para el total de los 10 jugadores estudiados. Los jugadores 7, 5 y 1 destacan sobre
el resto por el mayor número de metros recorridos de media. Sin embargo, un análisis más
detallado de los datos, en concreto, evaluando las diferencias entre jugadores *(tabla 6),
mostró diferencias signicativas entre los jugadores (ANOVA de un factor, p<0.05).
Un análisis post hoc (Scheffé) mostró diferencias signicativas entre jugadores,
sobretodo entre el jugador 7 y el resto *(ver tabla 6). Incluso, es posible la agrupación de
los jugadores en función de la signicación o no de las diferencias en cuanto a distancia
recorrida: 7, 5 y 1 son los que más recorren; 2, 10, 8, 9, 4, 3 y 6 recorrieron signicativa-
mente menos metros recorridas de media respecto a aquellos *(ver tabla 7).
De especial interés nos parece la evaluación de los metros recorridos en función
de la clasicación funcional (ya pertenezca el jugador a la clase “A” o a la “B”). Para la
clase “A” la distancia media recorrida fue de 45,0 (± 36,5) m. y para la clase “B” fue de
44,7 (± 36,2) m. Se aplicó un test T para muestras independientes sobre ambos grupos,
no hallándose diferencias signicativas entre ellos (p= 0.40, ver *Figura 7).
Así mismo, se evaluaron las diferencias entre ambos equipos en lo que a distancias
recorridas se reere. De nuevo se aplicó un test “T” para muestras independientes, ha-
llándose esta vez diferencias estadísticamente signicativas a favor del equipo de “Santa
Lucía”, que recorrió 45,1 (± 35,9) m. frente a los 44,6 (± 36,7) m. por parte de equipo
“Fundosa” (p = 0,02). En cuanto a la distancia recorrida media según puesto especíco
los bases recorrieron de media 46,3 (± 36,9) m., los aleros 45,1 (± 36,8) m. y los pivots
43,9 (±36,3) m. Un análisis ANOVA mostró diferencias signicativas entre los tres grupos
de jugadores, si bien un test post hoc (Scheffé) mostró diferencias estadísticamente signi-
cativas sólo entre los bases y los pivots (p = 0.035). La distribución de los datos en un
diagrama de tallo y hojas es mostrada en la *gura 8.
360
A partir de la posición de jugador sobre la cancha, es decir, de cada punto sobre
el espacio denido dentro del sistema de referencia, fue posible determinar la velocidad
alcanzada entre cada fotograma, ya que la separación temporal entre ellas es siempre la
misma (dos imágenes por segundo). De esta manera, se calculó la velocidad para cada
instante. Este dato es de importancia, sobre todo a la hora de calcular los ritmos de eje-
cución del desplazamiento, y por lo tanto, la intensidad de los mismos. Así, para el total
de los datos, la velocidad media global alcanzada fue de 1,6 (± 1,1) m/s (5,8 km/h). Para
el equipo “Fundosa” fue de 1,5 (± 1,1) m/s, mientras que para el equipo “Santa Lucía” fue
de 1,6 (± 1,1) m/s. Las tablas *8 y 9 nos muestran los datos encontrados para cada equipo
en cuanto a la velocidad media alcanzada, distinguiendo por equipo y jugador según
secuencia. Sin embargo, analizando en profundidad las diferencias entre la velocidad
alcanzada por los jugadores por medio de un análisis ANOVA, fueron encontradas diferen-
cias signicativas entre los mismos. Al igual que para los datos de distancia recorrida, un
test post hoc (Scheffé), mostró las diferencias interindividuales *(ver gura 9 y tabla 10).
Como vemos en la *gura 9, la velocidad media uctuó según jugador, mostrando
una gran variabilidad. Las diferencias encontradas entre el rendimiento de cada jugador
muestra un agrupamiento de los jugadores 7, 5 y 1 (al igual que los datos de distancia re-
corrida), más el jugador 6, respecto al resto *(ver tabla 11). Los jugadores 2, 10, 3 y 4 son
los que mostraron signicativamente una menor velocidad media respecto al resto. Es-
pecialmente destacable es la velocidad media alcanzada por el jugador 7 (1,8 m/s ±1,0),
que mostró diferencias signicativas respecto del resto de los jugadores, salvo respecto a
los jugadores 1, 5 y 6 *(ver tabla 11).
Un análisis que nos parece de especial relevancia es el estudio de la velocidad
del jugador agrupando los datos de velocidad en intervalos, para así estudiar el porcen-
taje de permanencia en cada uno de ellos y establecer patrones de permanencia a una
velocidad determinada o ritmos de ejecución. Este es un dato referenciado en diferentes
estudios de baloncesto a pie. La determinación de los diferentes intervalos se correspon-
de con las unidades en m/s, de manera que el intervalo 1 corresponde a las velocidades
entre 0 y 1m/s, el intervalo 2 a aquellas entre 1 y 2 m/s, y así sucesivamente. En la gura
10 apreciamos que, el agrupamiento en intervalos de velocidad, se distribuye de manera
homogénea para cada intervalo, aunque de manera descendente a medida que aumen-
tamos de velocidad. El 66% de las velocidades registradas estuvieron entre los 0 y 2 m/s
(0 y 7,2 km/h), mientras que, entre 2 y 3 m/s se registraron el 21% del total de los datos.
Finalmente, aquellos valores por encima de 3 m/s (10,8 km/h) supusieron el 13%.
Datos de velocidad en función de la clasicación funcional. Los resultados en cuanto a
velocidad alcanzada fueron sometidos a un test T para muestras independientes para es-
tudiar si diferían entre sí *(ver gura 12), encontrando diferencias signicativas en cuanto
a la velocidad alcanzada, si bien ambos grupos mostraron una velocidad media idéntica
(1,6 m/s para ambos grupos), aunque la clase “B” mostró una variabilidad mayor (± 1,1
m/s vs ±1,0 m/s para la clase “A”). De igual manera, se trataron los datos de velocidad
según clasicación funcional distribuyéndolos en intervalos de velocidad, mostrando pa-
trones diferentes de permanencia para cada clase, “A” o “B”. Para la clase “A”, decir que
dos tercios de las frecuencias (o del tiempo total, por extensión), pertenecen a los interva-
los “0-1” y “1-2” m/s, es decir, el 65,9 % del total de los datos se encuentran entre los 0
y los 2 m/s. Un 23,4% del tiempo se encuentran en el intervalo de 2-3 m/s y por encima
de 3 m/s se encuentran el 10,7% de los datos.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 361
Para la clase “B” *(ver gura 13), la permanencia en los intervalos “0-1” y “1-2”
m/s no es tan equitativa, sino que es más gradual en función de la velocidad adquirida,
de manera que el 38,9% de los datos se encuentran entre 0-1 m/s, el 26,6% entre 1-2 m/s
y un 18,8% entre los 2-3 m/s, mientras que por encima de 3 m/s se encuentran un 15,7
% de los datos. Como vemos, la clase “B” también permanece dos tercios del tiempo en
los intervalos “0-1” y “1-2” m/s, en concreto, un 65,5%, al igual que la clase “A” (65,9%),
pero la distribución entre ambos intervalos no es, como en aquel caso, equitativa. La cla-
se “B” presenta una distribución más gradual y variable, mientras que la clase “A” presen-
ta una variabilidad menor en cuanto a velocidad alcanzada. En relación a la posibilidad
de movilizar más masa muscular, como es el caso de la clase “B”, este hecho parece tener
relación con una mayor capacidad de variar la velocidad y realizar cambios de ritmo.
Datos de velocidad en función del puesto especíco desempeñado. Al igual que para la
clasicación funcional, nos parece determinante el estudio de los datos de velocidad en
relación al puesto especíco de los jugadores, en cuanto a bases (n = 2), aleros (n = 4) y
pivots (n = 4), para evaluar la posible existencia de diferencias en cuanto a la velocidad
media alcanzada, así como el porcentaje de permanencia en los diferentes intervalos
según puesto especíco. La velocidad media alcanzada para cada uno de los puestos fue
la siguiente: bases 1,6 (± 1,0) m/s; aleros 1,5 (± 1) m/s; pivots 1,5 (± 1,1). Para el primero
de los análisis, un test ANOVA encontró diferencias signicativas en lo que se reere a
la velocidad media de cada uno de los puestos especícos *(ver gura 14), si bien un
test post hoc (Scheffé) indicó que sólo diferían signicativamente, en cuanto a velocidad
media, los bases respecto de los aleros, pero no los pivots respecto a los otros dos puestos
especícos. En cuanto a cada uno de los puestos especícos por separado, decir que los
bases *(gura 14), mostraron una permanencia del 33,6% en el intervalo “1-2” m/s.
El segundo intervalo más frecuente en los bases fue el intervalo 2 (“0-1” m/s), con
un 31,4% de los datos (65% del total para ambos intervalos). El 12,6% del total de los
datos se registró por encima de los 3 m/s.
En cuanto a los aleros, hubo casi una igualdad total entre la permanencia en el
intervalo 1 (“0-1 m/s”, 33,4%) y el 2 (“1-2 m/s”, 32,5%; 65,9% entre ambos intervalos).
El porcentaje por encima de los 3 m/s fue del 12,6% del total. Para los pivots, el intervalo
que mostró, con diferencia, una permanencia mayor, fue el 1 (“0-1” m/s) con un 40,6%
de los datos. Sin embargo, al igual que tanto bases como aleros, los intervalos 1 y 2 (ve-
locidades menores de 2 m/s) supusieron dos tercios del total de los datos (65,9% para los
pivots). Las velocidades por encima de los 3 m/s fueron el 16,5% del total.
Datos de velocidad en función del equipo. La velocidad media por equipo dirió signi-
cativamente a favor del equipo “Santa Lucía” (1,6 m/s ±1,1 vs 1,5 m/s ±1,0). Un test T
para muestras independientes encontró diferencias signicativas en cuanto a la velocidad
media evaluada para ambos equipos (p = 0.04, ver guras *16 y 17).
En cuanto a los datos de velocidad máxima, es de destacar que sólo el jugador
7 velocidades superiores a los 6 m/s (y, además, de manera muy puntual). Si bien es un
dato individual, decir que el promedio de las velocidades máximas para los 10 jugadores
fue de 5,3 m/s (±0,6; 19 km/h). La relación entre la clasicación funcional y la velocidad
máxima alcanzada es expresada en la *gura 18. En ella puede observarse que existe
cierta tendencia entre el volumen de acción del jugador y dicho dato de velocidad máxi-
ma. De hecho, una correlación de Spearman, utilizada para medir el grado de asociación
entre ambas variables, mostró una relación signicativa (r = 0.65; p<0.05). Además, se
indica el promedio de la velocidad máxima alcanzada por equipo, siendo este dato ma-
yor para el equipo de “Santa Lucía” que para el equipo “Fundosa”.
362
A la vista de los resultados obtenidos, es de destacar el carácter acíclico y variable
del perl de exigencia físico durante la competición en el BCSR. Más aun, el rendimiento
físico nal en este aspecto está condicionado por el puesto de juego y la clasicación
funcional del jugador. Por su naturaleza interválica y la “incertidumbre implícita” ya con-
trastada, podemos corroborar que en ningún momento de la competición se produce un
“estado estable” o “plateau” de la velocidad, lo que responde al carácter abierto, cam-
biante y eminente perceptivo de este deporte (Lorenzo, 2000), al igual que el baloncesto
a pie.
En cuanto a la distancia media recorrida, ésta es de 920,1 (± 72,5) m. a lo largo
de los 10 minutos estudiados. Esto supone un recorrido estimado de 3680,4 (± 290,2) m.
para el total de los 40 minutos de juego. Esta estimación de los metros recorridos fue ya
en su día utilizada por Coutts, (1992) para su análisis del BCSR, también sobre 10 minu-
tos, salvo que en aquella ocasión fue a estudiado un partido de entrenamiento, y no la
competición real de alto nivel, como es nuestro caso. Sabemos que esta extrapolación
a 40 minutos es solamente una referencia a tomar con cautela, ya que, como vimos, no
es posible conocer de antemano la carga a la que el jugador será sometido, debido a la
incertidumbre implícita propia de los deportes de equipo. Además, esta cifra puede estar
afectada por el cansancio físico del jugador a la vez que avanza el partido.
Sin embargo, debido a las interrupciones debido a las incidencias reglamentarias a
lo largo del juego, dicha distancia se recorrió de manera interválica en secuencias tempo-
rales denidas en la *tabla 3. La duración media de las secuencias estudiadas fue de 44,8
(±25,1) segundos y la distancia recorrida media global a lo largo de dichas secuencias
fue de 44,8 (± 3,5) m. para el total de los 10 jugadores estudiados. La distancia recorrida
es un factor inter-individual, ya que se registraron diferencias signicativas en los metros
recorridos por jugador *(ver gura 6 y tablas 6 y 7). Para los 10 minutos estudiados, el
jugador que menos recorrió fue el jugador 2 (792,0 m.) y el que más el jugador 7 (1053,1
m.), lo que implica que el jugador 7 recorrió un tercio más de distancia que el jugador 1.
Es de resaltar que existió una relación positiva, aunque no signicativa, entre la clasica-
ción funcional y el número de metros recorridos *(ver gura 5). En cuanto a la distancia
recorrida media, no se encontraron diferencias signicativas entre ambos grupos “A” y
“B”, mientras que las diferencias sí fueron signicativas en cuanto a distancia recorrida
por equipo *(ver gura 7). Por otro lado, existieron diferencias signicativas entre los me-
tros recorridos entre puestos especícos, en concreto, entre los bases, que son los que de
media más metros recorrieron, respecto a los pivots *(ver gura 8).
Los datos de distancia recorrida de nuestro estudio dieren de los registrados an-
teriormente por Pérez & Sampedro, (1999) y Coutts, (1992). Sin embargo, y como ya
comentamos en su momento, los sistemas de registro empleados en aquellos estudios,
al utilizar un implemento sobre la silla (ya sea un velocímetro o un ordenador portátil),
no distinguían en cuanto a secuencias de “acción” y de “pausa”, por lo que las distan-
cias recorridas en las fases de pausa son incluidas en las distancias recorridas totales. Si
comparamos los hallazgos de nuestros estudios con aquellos citados (4632 m. de media
recorridos para Pérez & Sampedro, 1999; y 4752 m. para Coutts, 1992), comprobamos
que una estimación de los metros recorridos durante dichos periodos de pausa durante
la competición son del orden de un kilómetro más respecto del actual estudio. Es lógico
pensar que dichos metros fueron recorridos a una velocidad que supone una muy baja
intensidad.
Si comparamos los datos de distancia recorrida en el BSR respecto del balonces-
to a pie en la bibliografía, observamos que, dependiendo del autor del cual se trate, la
semejanza entre el BCSR es mayor o menor. Así, para los autores italianos Colli & Faina,
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 363
(1987), los metros recorridos son del orden de 3435 m., dato muy cercano a los 3680 m.
de nuestro estudio. Así mismo son muy similares a los evaluados por Sampedro & Cañi-
zares, (1993, 3755 m.) y a los medidos por Gradowska, (1972, 3809 m.) y Cohen (1980,
3890 m.), éstos dos últimos citados por Refoyo, (2001). Creemos que la diversidad de
información en relación a este indicador externos en baloncesto a pie deriva de la varia-
bilidad de la muestra utilizada en los diferentes estudios, así como en la variedad de me-
todologías empleadas. En este último sentido de la metodología empleada, Riera, (1986)
y Grosgeorge y cols., (1991) utilizaron una metodología similar a la nuestra en baloncesto
a pie, usando técnicas de análisis biomecánico, encontrando el primer autor una distan-
cias recorridas media de 5675 m., mientras que los autores franceses no presentan datos
a este respecto. Usando esta metodología sobre baloncesto a pie, Riera, (1986) evaluó
que los bases eran los que, según puesto especíco, más metros recorrían en un partido:
igualmente, registró que el 90% de los datos de velocidad estuvieron por debajo de los 3
m/s, mientras que en nuestro estudio este porcentaje es del 87% del total.
En referencia a la velocidad, la velocidad media global alcanzada fue de 1,6 (±
1,0) m/s (5,8 km/h), aunque, de nuevo, es un factor inter-individual, ya que existieron
diferencias signicativas entre los jugadores *(ver gura 9 y tabla 10). Los jugadores que
registraron una velocidad media mayor fueron precisamente aquellos que más distancia
recorrieron (jugadores 7, 5 y 1), más el jugador 2 (gura 9). Los datos de velocidad media
de nuestro estudio dieren, como las distancia recorrida, de los registrados anteriormente
por Pérez & Sampedro, (1999) y Coutts, (1992). En aquellos estudios la velocidad media
evaluada fue de 2,06 m/s y de 1,98 m/s, respectivamente. La diferencia al alza de estos
estudios respecto del actual debiera explicarse por el hecho de que, como ya indicaron
ambos estudios citados, el sistema de registro realiza durante la competición datos, en
ocasiones, sobredimensionados, ya que, al ser al utilizar un implemento en la rueda para
medir las revoluciones, existen veces en los que la rueda va hacia atrás (giros, despla-
zamientos hacia atrás, etc., frecuentes en este deporte), hecho que el sistema de registro
interpreta como un dato exagerado de velocidad puntual. Este hecho hace que, al calcu-
lar la velocidad promedio, dichos datos sean tenidos en cuenta y los datos medios sean
nalmente ligeramente superiores a los esperados.
Hemos de decir, llegado este punto que, si bien las diferencias en cuanto a velo-
cidad alcanzada según jugador, equipo, clase funcional y puesto especíco fueron esta-
dísticamente signicativas, hay que tomarlas con cautela, ya que, difícilmente pueden
extrapolarse sugerencias para el entrenamiento a partir de ellas, debido a lo ínmo de las
mismas.
Sin embargo, la distribución en intervalos de las velocidades, a nuestro entender,
posee grandes aplicaciones a la denición metodológica del entrenamiento. De esta ma-
nera, y, en cuanto a los ritmos de ejecución para el total de los jugadores, agrupados por
intervalos de 1 m/s, un 36% del tiempo los jugadores estuvieron a una velocidad de 0-1
m/s, un 30% en velocidades de 1-2 m/s, un 21% a velocidades entre 2-3 m/s, mientras que
aquellas registradas por encima de los 3 m/s alcanzaron un porcentaje del 13% del total.
Esta agrupación mostró patrones diferentes de permanencia según clasicación funcio-
nal y puesto especíco por jugador. En cuanto a la clasicación funcional, para el grupo
“A”, existió una equivalencia en la permanencia en los intervalos “0-1” m/s y “1-2” m/s,
(32,8% y 33,1% respectivamente), mientras que para la clase “B” existió un reparto más
gradual respecto de la permanencia en dichos intervalos (38,9% y 26,6 respectivamente.
En cuanto al intervalo “2-3” m/s, para la clase “A” alcanzó un 23,4%, mientras que fue del
18,8 % para la clase “B”. En cuanto a los intervalos por encima de los 3 m/s, para la clase
“A” alcanzaron el 10,7%, mientras que fue del 15,7%. Por ello todo ello, concluimos que
existió una mayor variabilidad en cuanto a velocidad alcanzada por parte de la clase “B”,
364
lo que se traduce en una mayor posibilidad de cambiar de ritmo. En este sentido, la clase
“A” intenta mantener una determinada velocidad en la silla (o inercia) que le permita res-
ponder antes determinadas situaciones *(ver guras 12 y 13). Sin embargo, la clase “B”
muestra un patrón de mayor permanencia en velocidades bajas, para pasar a la acción
ante dichos estímulos del juego. Esta idea tendría relación con aquella expresada por
Vanlandewijck y cols., (1999), según la cual, los jugadores con movilidad en la cadera sin
afectación de tronco (clase “B”), poseen una capacidad de aceleración signicativamen-
te mayor respecto de las clase más afectadas (precisamente por la capacidad de exión
de tronco, implicada en la última fase de la propulsión), incluso aun cuando aquellos
poseen una posición en la silla mucho más desfavorable para la generación de fuerza
sobre los aros de la silla que los jugadores de la clase “A”. En nuestro caso, el análisis de
tipo cinemático no se encarga de evaluar la generación de la fuerza y su conversión en
velocidad del sistema “jugador – silla”, pero, en nuestra opinión, dichos estudios tienen
relación en cuanto a la determinación de características peculiares de la propulsión en
las categorías bajas (clase “A”).
En cuanto a los datos de velocidad según puesto especíco, éstos dirieron sig-
nicativamente según puesto *(guras 14 y 15), si bien fueron los bases respecto de los
aleros los que dirieron unos de otros de manera signicativa, pero no los pivots respecto
del resto. Los bases fueron los que, contrariamente al resto, no mostraron un porcentaje
de permanencia mayor en el intervalo “0-1” m/s, sino que lo presentaron en el intervalo
“1-2” m/s (33,6%). Por otro lado, los aleros mostraron una dinámica muy similar a los
datos registrados para la clase “A”, con una equivalencia en la permanencia en ambos in-
tervalos anteriormente citados (33,4% para “0-1” m/s, y 32,5% para “1-2” m/s). En el caso
de los pivots, la gran mayoría del tiempo permanecieron en el intervalo “0-1” m/s (40,6%
del total), dinámica muy similar a la presentada por la clase “B”. Podemos, en este senti-
do, distinguir una equivalencia entre el puesto especíco de los aleros y el rendimiento
físico de la clase “A” y entre los pivots y el rendimiento físico de la clase “B”. De hecho, y,
como se indicó en el punto 1.2.6., existe una correspondencia entre con clasicaciones
funcionales “bajas” (entre 1 y 2,5 puntos) y el desempeño como alero y las clasicaciones
“altas” (entre 3 – 3,5 y 4,5) y el desempeño como pivots. La evaluación de la velocidad
alcanzada y el análisis de los ritmos de ejecución corroboran y da sentido a esta relación
entre la clasicación funcional y el puesto especíco desempeñado.
Otro dato interesante, en relación al puesto especíco desempeñado, es la perma-
nencia en velocidades por encima de los 3 m/s, que fueron del 16,5% del total para los
pivots y del 12,6% para bases y aleros. Como citamos, los pívot muestran una mayor va-
riabilidad, y permanecen más tiempo que bases y aleros en velocidades “extremas”, tanto
mínimas como máximas. Esta idea tiene relación con lo anteriormente expuesto a la capa-
cidad de aceleración por parte de jugadores con movilidad en tronco y cadera (clase “B”).
El jugador 7 (puntuación 2, IWBF), fue el que más metros recorrió *(tablas 4 y 5),
el que alcanzó una mayor velocidad media *(gura 9) y el que mayor velocidad máxima
alcanzó *(gura 18). Si bien no es una variable controlada en este estudio, los puntos
anotados por jugador (registrados en el acta del partido), como indicadores de la ecacia
y calidad del jugador, son determinantes a la hora de evaluar el potencial total de rendi-
miento del mismo. En este sentido, es de resaltar que, el mismo jugador 7 fue el segundo
máximo anotador del partido con 20 puntos (dos puntos en el primer periodo analizado).
Similar patrón mostró el jugador 5 (puntuación 4,5, IWBF), que fue el máximo anotador
del partido (anotó 22 puntos, máximo anotador también en el primer periodo estudiado,
con 6 puntos) y que, salvo para la velocidad máxima (en la que posee el tercer mayor
registro, ver *gura 18), mostró los segundos valores más altos para la distancia recorrida
y la velocidad media alcanzada (tablas 4 y 5, gura 9).
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 365
Más estudios hacen falta en este sentido, controlando otros parámetros de ren-
dimiento individual, respecto del rendimiento físico. A la luz de los resultados, los ju-
gadores que poseen unas mayores prestaciones físicas sobre su silla, muestran mayor
capacidad para anotar canastas e inuir positivamente en el resultado de un partido. Este
dato nos da una idea de la importancia decisiva que posee el trabajo de destreza, coordi-
nación y de condición física con la silla, independientemente del trabajo técnico/táctico,
en el BCSR.
Especialmente interesante nos parece la comparación entre BCSR y baloncesto
a pie en cuanto a los datos disponibles en relación al ritmo de ejecución. Para Riera, el
50% de tiempo total los desplazamientos se realizan a una velocidad inferior a 1 m/s,
el 39% del tiempo se realizan desplazamientos entre 1 y 3 m/s y solamente el 11% se
realizan desplazamientos superiores a 3 m/s. Para este mismo autor, existe un predominio
del ritmo lento-medio, ya que entre ambos suponen para este autor casi el 90% del total.
En nuestro estudio, y tomando los datos para el total de la muestra estudiada, el 37% del
tiempo total los desplazamientos se realizan a una velocidad inferior a 1 m/s, el 51%
del tiempo se realizan desplazamientos entre 1 y 3 m/s y sólo el 12% se alcanzan velo-
cidades superiores a 3 m/s *(ver gura 10). Como vemos, ambos estudios han utilizado
la misma metodología, si bien parece que el perl del BCSR es un perl más constante,
con más permanencia temporal a velocidades intermedias y menos “extremas” (tanto
mínimas como máximas). Sin embargo, el tiempo de permanencia por encima de los 3
m/s (10,8 km/h) es similar en ambos baloncestos. Este razonamiento está en la línea del
expresado anteriormente en relación a los diferentes patrones de ritmo de ejecución entre
las clases “A” y “B”. Se corrobora que, a mayor masa muscular disponible (se entiende
que esta es “total” o “máxima” en baloncesto a pie), mayor capacidad de cambio de ritmo
y variabilidad en lo que a velocidad de desplazamiento se reere.
Respecto a las velocidades máximas alcanzadas, de nuevo, es un indicador exter-
no con un carácter marcadamente individual *(gura 18). Para el total de los jugadores,
este dato estuvo en torno a los 5,3 m/s (19 km/h). Puntualmente, fue el jugador 7 el que
alcanzó una velocidad máxima de 6,3 m/s (22,7 km/h). En baloncesto a pie, y utilizando
similar metodología, Groesgeorge y cols., (1991) registraron una velocidad máxima en
competición superior a lo 8 m/s (28,8 km/h).
En cuanto a la metodología empleada, es denitiva la abilidad del método utili-
zado en este estudio. El uso de técnicas de análisis biomecánico aporta luz a la denición
del perl físico de exigencia en deportes de equipo, y creemos, deben ser utilizados más
profusamente para la denición de dicho perl, por su validez y abilidad. A nuestro
entender, otras fuentes menos desarrolladas tecnológicamente aportan sin duda datos
aproximados de interés, como son las técnicas “papel y lápiz” (Álvarez del Villar, 1982)
o las técnicas utilizadas como “análisis notacional” (Hughes, 1990) o, incluso, aquellas
basadas en la denición de ritmos de ejecución o tipo de carrera realizada por el jugador
para la estimación posterior de los metros recorridos en función del tiempo de perma-
nencia en dichos ritmos de ejecución (Reilly. & Thomas, 1976; Withers y cols., 1982; Ma-
yhew & Wenger, 1985; Ali & Farraly, 1991; Bangsbo y cols., 1991; Martín y cols., 2001).
Los estudios indicados, así como los no referenciados que emplean esta metodología,
poseen fuentes de error, a nuestro juicio, tremendas, por lo que deberían ser validadas
respecto e estudios con metodología del estudio que nos ocupa.
Sin embargo, es de señalar que el sistema empleado ha de ser optimizado, sobre
todo, en lo que se reere al proceso de captura y registro de imágenes digitales para su
posterior digitalización. En el presente estudio, la captura y registro de las 1164 imágenes
se realizó de manera manual, previa selección del fotograma a digitalizar. Este hecho
hizo que esta fase del tratamiento de los datos abarcara 4 meses (sin incluir la fase de
digitalización). Esto inuyó en el hecho de analizar nalmente 10 minutos de un parti-
366
do, cuando se tenía previsto analizar un partido completo, si bien se lmaron más de 20
partidos con el sistema de lmación descrito. La laboriosidad del proceso es maniesta
y estamos seguros que, esta fase del proceso de captura y almacenamiento ya puede, a
día de hoy, realizarse de manera automática. Más aun con la irrupción en el mercado en
estos dos últimos años de las cámaras de video digital y los programas para su uso, que,
algunos ya, incluyen esta opción. A pesar de todo ello, creemos que los datos analizados
son sucientes como, por un lado y principalmente, validar la herramienta metodológica
utilizada para su empleo en la evaluación del perl de exigencia (en concreto, de la carga
externa física) en deportes de equipo, y, por otro lado y secundariamente, ofrecer datos
acerca de dicha exigencia en el BCSR, aunque, a nuestro entender, las conclusiones del
estudio son de una utilidad valiosísima para la modelación del entrenamiento.
1. El método de análisis para el cálculo de los desplazamientos del jugador de
BCSR, basado en técnicas de fotogrametría, se muestra como una herramienta útil y e-
caz para su aplicación para la denición de las exigencias físicas en cuanto a distancias
recorridas y velocidad del jugador *(ver tabla 1).
2. En competición, la distancia recorrida está en torno a los 900 m. por periodo, lo
que supone unos 3700 m. por partido, dependiendo del jugador.
3. La distancia media recorrida por secuencia analizada (o fase de acción) fue de
44,8 (± 3,5) m.
4. La velocidad media alcanzada es de 1,6 m/s (± 1,1; 5,76 km/h) y la velocidad
máxima es del orden de 5,5 m/s (20 km/h).
5. En cuanto a la distancia recorrida, fueron evaluadas diferencias signicativas
entre los jugadores *(gura 6, tablas 6 y 7); igualmente, existió una relación positiva, pero
no signicativa estadísticamente, entre la clasicación funcional del jugador y la distan-
cia recorrida total *(ver gura 5). No se encontraron diferencias signicativas respecto a
este parámetro dependiendo de la clasicación funcional del jugador (“A”/”B”), equipo o
puesto especíco.
6. En relación a la velocidad media alcanzada, también se registraron diferencias
inter – individuales *(ver gura 9 y tablas 10 y 11). Agrupando los datos de velocidad
en intervalos, el 66% de las velocidades se registraron entre los 0 y 2 m/s (0 y 7,2 km/h),
mientras que, entre 2 y 3 m/s se registraron el 21% del total de los datos. Finalmente,
aquellos valores por encima de 3 m/s (10,8 km/h) supusieron el 13% *(ver gura 10).
7. El tiempo de permanencia por encima de los 3 m/s (10,8 km/h) es similar en el
BCSR al del baloncesto a pie: 10 –13 % del tiempo de “acción”.
8. Para la velocidad media y según clase funcional (“A”/”B”), se evaluaron dife-
rencias estadísticamente signicativas, aunque tan ínmas que no permiten extrapolar
diferentes perles según clase *(ver guras 12 y 13). Según puestos especíco, también se
hallaron diferencias signicativas entre bases y aleros para la velocidad media *(ver gura
15), al igual que según equipo *(ver gura 17), aunque, de nuevo, ínmas para prescribir
perles de exigencia diferentes.
9. Existe una tendencia positiva (estadísticamente signicativa) entre el volumen
de acción del jugador (su clasicación funcional) y los datos de velocidad máxima (r =
0.65; p<0.05; ver *gura 18).
10. Parece existir una relación entre la capacidad de rendimiento físico sobre la
silla y la capacidad de anotar puntos del jugador ya que, el jugador que mayor veloci-
dad alcanzó (tanto media como máxima) y que más distancia recorrió, fue el segundo
máximo anotador del partido (20 puntos, jugador 7). Igualmente, el segundo jugador
con mayor velocidad media y distancia recorrida fue el máximo anotador del partido
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 367
(22 puntos, jugador 5). Esta información resalta la importancia que posee el trabajo de
destreza, coordinación y de condición física con la silla, independientemente del trabajo
técnico/táctico, en el BCSR.
11. A nuestro entender, se hace necesaria la correlación de las variables de tipo
cinemático con otras variables propias para la evaluación de la exigencia en el BCSR
(como son datos acerca de la duración de las diferentes acciones de juego y pausas, la FC
individual en relación con la velocidad instantánea evaluada, así como el rendimiento
táctico / estratégico del jugador), para denir de manera global el perl de exigencia en
este deporte.
Logrado el objetivo primordial del estudio, en cuanto a la denición y validación
metodológica de la herramienta, sería deseable aplicar dicha herramienta sobre un ma-
yor número de competiciones. La utilización de técnicas de análisis biomecánico para la
evaluación del rendimiento físico del jugador en competición abre multitud de posibili-
dades de aplicación en otros deportes. Las conclusiones de este tipo de estudios han de
fundamentar la carga física en la que se fundamente el entrenamiento, si bien el proceso
de toma de datos y procesamiento de los mismos fue muy costoso. La optimización de
los procesos de captura de imágenes (proceso muy avanzado actualmente debido a los
avances en imagen digital) y de digitalización de las mimas han de hacer, en un futuro no
lejano, que este tipo de investigaciones se apliquen con rigor al resto de deportes colec-
tivos, adaptados o no.
Este trabajo es fruto del proyecto “Investigación y análisis de la Acción de Juego en
los deportes de equipo. Una aplicación al Baloncesto en silla de ruedas (BSR) mediante
técnicas de análisis biomecánico (de la imagen)”; subvencionada en concurso público
abierto por el Centro de Alto Rendimiento e Investigación en Ciencias del Deporte (CA-
RICD-CSD), con el nº de expediente 12/UNI10/00. Convocatoria del año 2000.
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BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 369
Figura 1. Esquema de las etapas del tratamiento de datos en el análisis cinemático (adaptado
de Ferro, 2001).
Tabla 1. Cálculo de la validez del cálculo de coordenadas del sistema (en metros), sobre 10
puntos de dimensiones conocidas.
Figura 2. Medidas nales del campo de Baloncesto en Silla de Ruedas utilizadas para el sistema
de referencia. Las esquinas 1, 3 y 4 corresponden a las esquinas del campo, pero la esquina 4
corresponde al punto de intersección externo (5 cm de diferencia) de la línea de 3 con la línea
de fondo (se indica origen de los planos X e Y, punto origen = 1 (0,0).
370
Figura 3. Distribución de los puntos para la calibración de las medidas reales.
Figura 4. Ejemplo de digitalización de los jugadores mediante programa de digitalización
“Fotogrametría 3D”.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 371
Tabla 2. Hoja de generación de datos para el jugador 1 en la secuencia de juego 1.
Tabla 3. Duración de las acciones de juego / secuencias analizadas.
Tabla 4. Distancia recorrida por secuencia de juego de los jugadores del equipo
“Fundosa ONCE”.
372
Tabla 5. Distancia recorrida por secuencia de juego de los jugadores del equipo “Santa Lucia”.
Figura 5. Diagrama de dispersión entre la clasicación funcional de los jugadores y la
distancia recorrida total (m.) en el periodo estudiado (10 minutos). Se indica el número del
jugador estudiado.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 373
Figura 6. Metros recorridos promedio por jugador y desviación estándar.
Tabla 6. Diferencias signicativas entre jugadores según distancia recorrida media
(ANOVA de un factor más post hoc Scheffé, ,* = p<0.05).
Tabla 7. Diferencias signicativas entre jugadores y agrupación respecto a distancia media al-
canzada a lo largo de la competición y signicación (ANOVA de un factor,más post hoc
Scheffé, p<0.05).
374
Figura 7. Distancia recorrida media según clasicación funcional y equipo.
Figura 8. Distancia recorrida media según puesto especíco.
Tabla 8. Velocidad media (m/s) por secuencia de juego de los jugadores del equipo
“Fundosa ONCE”.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 375
Tabla 9. Velocidad media (m/s) por secuencia de juego de los jugadores del equipo
“Santa Lucia”.
Figura 9. Datos de velocidad media y máxima para cada jugador.
Tabla 10. Diferencias signicativas entre jugadores según velocidad media registrada
(ANOVA de un factor más post hoc Scheffé, * = p<0.05)
376
Tabla 11. Diferencias signicativas entre jugadores y agrupación respecto a la velocidad media
alcanzada a lo largo de la competición y signicación (ANOVA de un factor,
más post hoc Scheffé, p<0.05).
Figura 10. Agrupación en intervalos de la velocidad alcanzada por el total de los jugadores.
Figura 12. Velocidad alcanzada según clasicación funcional.
BIOMECÁNICA APLICADA A LA ACTIVIDAD FÍSICA Y AL DEPORTE • 377
Figura 13. Agrupación en intervalos de la velocidad alcanzada (en porcentaje)
según clase funcional.
Figura 14. Velocidad media alcanzada por puesto especíco.
Figura 15. Agrupación en intervalos y porcentaje de permanencia en determinados intervalos
de velocidad alcanzada por los bases.
378
Figura 17. Agrupación en intervalos y porcentaje de permanencia en determinados intervalos
de velocidad alcanzada por los bases.
Figura 16. Velocidad media alcanzada según equipo.
Figura 18 . Velocidad máxima por jugador (en m/s y km/h, izquierda) y diagrama de dispersión
entre la clasicación funcional de los jugadores y la velocidad máxima alcanzada (en m/s, dere-
cha). Se indica el número del jugador estudiado.