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Abstract and Figures

El estudio presentado en este libro tuvo como objetivo identificar, monitorear y analizar las prácticas de RSE de la industria del alcohol en los países de América Latina y Caribe. Para esto, grupos de investigadores en Argentina, Brasil y Uruguay evaluaron el contenido de la base de datos del IARD y estimaron la efectividad de las actividades para el control de los problemas relacionados al consumo de alcohol.
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ALCOHOL, SALUD PÚBLICA Y
RESPONSABILIDAD SOCIAL EN
AMÉRICA LATINA
Daniela Pantani e Ilana Pinsky
(Orgs.)
Jailson Freire
Daniela Pantani e Ilana Pinsky (Orgs.)/ 2017
Conta to co autor /organizadoras:
Daniela Pantani: daniela.pantani@gmail.com
Ilana Pisnky: pinskyilana@gmail.com
ISBN: 978-85-93544-00-2 / enero de 2017
Impresión y acabado
PSI7 - Printing Solutions & Internet 7
Impreso en Brasil
Tapa/ Diagramación:
Alcohol, Salud Pública y Responsabilidad Social
en América Latina
cnlas as
3
ALCOHOL, SALUD PÚBLICA Y
RESPONSABILIDAD SOCIAL EN AMÉRICA
LATINA
Organizadoras
Daniela Pantani e Ilana Pinsky
Autores
Aldana Lichtenberger, Daniela Pantani,
Diego Rodríguez Sendoya, Emanuelle Santos,
Gustavo Sóñora, Ilana Pinsky, Karina Conde,
Mariana Cremonte, Raquel Peltzer.
“Este trabajo fue desarrollado con el apoyo nanciero del In-
ternational Development Research Centre, Ottawa, Canadá.
Los puntos de vistas expresados aquí no representan necesa-
riamente la posición del IDRC o el de su Consejo de Gober-
nadores.
5
SOBRE LOS AUTORES
Aldana Lichtenberger: Graduada en Psicología,
cursa doctorado y becaria del Consejo Nacional de
Investigaciones Cientícas y Técnicas (CONICET) en
Argentina. Miembro del Instituto de Psicología Básica,
Aplicada y Tecnología (IPSIBAT) de la Universidad
Nacional de Mar del Plata. Las áreas de investigación
incluyen prevención y políticas públicas para reducir los
daños ocasionados por el consumo de alcohol. Contacto:
aldanalich@hotmail.com
Daniela Pantani: Doctora de la Universidad Federal
de San Pablo. Fellow no Global Tobacco Control
Certicate Program de la Universidad Johns Hopkins en
los EE.UU., máster en Sociología de la Universidad de
Coímbra en Portugal, graduada en Administración de
Empresas en la Universidad Presbiteriana Mackenzie.
Los temas de investigación incluyen responsabilidad
social empresarial y políticas públicas de control del
alcohol y el tabaco. Contacto: daniela.pantani@gmail.com
Diego Rodríguez Sendoya: Sociólogo y postulante
a la Maestría en Sociología de la Universidad de
la República de Uruguay (UdelaR). Docente del
Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias
6
Sociales y de la licenciatura en Relaciones Laborales
de la Facultad de Derecho, en la Universidad de la
República de Uruguay. Investigador del Centro de
Investigación para la Epidemia del Tabaquismo (CIET)
en Uruguay. Sociólogo del Departamento de Estadística
del Poder Judicial de Uruguay. Consultor sobre temas
de evaluación de políticas públicas. Contacto: diego.
rodriguez@cienciassociales.edu.uy
Emanuelle Santos: Socióloga, cursa Doctorado en
Sociología en la Universidad Humboldt de Berlín en
Alemania. Máster en Sociología de la Universidad de
Coímbra en Portugal. Fue investigadora en el proyecto
A Gênese Social do Crack - La génesis social de la pasta
base” de la Secretaría Nacional Antidrogas del Ministerio
de Justicia. Contacto: sant.emanuelle@gmail.com
Gustavo Sóñora: Doctor en Derecho y Ciencias Sociales
de la Universidad de la República Oriental de Uruguay.
Graduado en Ciencias Sociales con mención en Género
y Políticas Públicas de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales, en Argentina.
Contacto: gustavo.soniora@gmail.com
7
Ilana Pinsky: Psicóloga clínica, Investigadora en e
National Center on Addiction and Substance Abuse
en los EE.UU. Profesora aliada del Departamento
de Psiquiatría de la Universidad Federal de San Pablo,
Doctora de la Universidad Federal de San Pablo. Los
temas de investigación incluyen políticas de control de
alcohol, epidemiología y servicios de salud.
Contacto: pinskyilana@gmail.com
Karina Conde: Doctora y Becaria del Consejo Nacional
de Investigaciones Cientícas y Técnicas (CONICET), en
Argentina. Miembro del Instituto de Psicología Básica,
Aplicada y Tecnología (IPSIBAT) de la Universidad
Nacional de Mar del Plata. Las áreas de investigación
incluyen el estudio de los problemas relacionados al
consumo de alcohol y reducción del daño.
Contacto: kaconde@yahoo.com.ar
Mariana Cremonte: Investigadora del Consejo Nacio
nal de Investigaciones Cientícas y Técnicas (CONICET)
en Argentina, Profesora del Departamento de Psicología
de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro
del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología
(IPSIBAT) de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Las áreas de interés incluyen epidemiología de los
8
problemas del alcohol y psicometría del diagnóstico y
métodos de rastreo.
Contacto: mariana_cremonte@yahoo.com.ar
Raquel Peltzer: Investigadora y profesora del
Departamento de Psicología de la Universidad
Nacional de Mar del Plata, en Argentina. Miembro
del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y
Tecnología (IPSIBAT) de la Universidad Nacional
de Mar del Plata. Las áreas de interés incluyen los
factores psicosociales asociados al consumo de
alcohol y psicometría del diagnóstico y métodos de
rastreo. Contacto: ripeltzer@gmail.com
9
SUMARIO
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS
EN AMÉRICA LATINA
El uso nocivo del alcohol
ESTRATEGIA MUNDIAL PARA REDUCIR
EL USO NOCIVO DO ALCOHOL
¿Qué dene la estrategia Mundial?
METODOLOGÍA
¿Cómo fueron analizadas las actividades?
RESULTADOS
CONSIDERACIONES FINALES
RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
11
15
21
26
30
42
61
27
39
49
57
67
10
AB InBev – Anheuser-Busch InBev
GAPG – Global Alcohol Producers Group
IARD – International Alliance for Responsible Drinking
ICAP – International Center for Alcohol Policies
IDRC – International Development Research Centre
OMS – Organización Mundial de la Salud
OPS – Organización Panamericana de la Salud
RSE – Responsabilidad Social Empresarial
LISTA DE SIGLAS
11
PREFACIO
1
Ilana Pinsky
12
La investigación incluida en este libro empezó
de hecho hace dos décadas. A principios de los 90, em-
pecé mi maestría en el Instituto de Psicología de la USP
en un tema muy poco estudiado en la época: la publici-
dad de las bebidas alcohólicas. En los años siguientes fui
entendiendo, a través de la lectura de artículos de inves-
tigadores internacionales especializados en políticas pú-
blicas sobre alcoholismo, mis propias investigaciones y
experiencia clínica, el impacto que tiene el consumo de
alcohol en la salud de las poblaciones, así como también
cuales son las estrategias que realmente funcionan para
reducir estas consecuencias.
El libro “Alcohol: No Ordinary Commodity”,
publicado inicialmente en 2003 y considerado el más
importante en el área de alcoholismo y políticas públi-
cas, tiene una sección ampliada en su revisión del 2010
sobre el importante impacto que la publicidad (que es
mucho más que propagandas de televisión) tiene sobre
el consumo de bebidas alcohólicas, principalmente en-
tre los jóvenes. Al presente, la cantidad y la calidad de la
literatura sobre el tema son muy signicativas.
Luego de muchos años de investigación en el
área de publicidad del alcohol, incluye varias publica-
ciones en revistas cientícas y libros, un grupo de inves-
tigadores se fue formando en Brasil y nos encontramos
con el tema llamado “responsabilidad social” de las em-
presas de alcohol. Este fenómeno se volvió cada vez más
frecuente en Brasil a partir de los años 2000.
De modo general, la responsabilidad social en
el área de alcohol, así como está descripta en los capítu-
los de introducción y metodología de este libro, se reere
a programas creados por varios agentes de la industria
(asociaciones comerciales, productores, distribuidores,
13
etc.) para reducir los impactos negativos generados por
el consumo de bebidas alcohólicas. Sería, supuestamen-
te, una forma de: a) admisión de la industria del alcohol
sobre los efectos negativos causados por su producto (de
forma semejante a lo que sucede con otros productos
que traen graves perjuicios para la salud, como el taba-
co); y b) tentativa de mitigar estos impactos dañinos.
El problema tomado en cuenta por los defen-
sores de la salud pública mundial, es cuánto estos pro-
gramas tienen de hecho el efecto de reducir los perjui-
cios causados por el consumo de bebidas alcohólicas.
Más aún, lo cuánto en realidad estas estrategias de res-
ponsabilidad social terminan resultando principalmen-
te en una mejora de la imagen de la industria del alcohol,
cuando son de hecho, acciones de relaciones públicas y
en denitiva, otra forma de publicidad de alcohol.
Después de una primera evaluación de nues-
tro grupo sobre el tema que dio lugar a publicaciones
cientícas pertinentes (1,2), surgió la oportunidad de
ampliar la investigación con fondos de la organización
canadiense International Development Research Centre
(IDRC). De este modo, tuvimos la posibilidad (y agra-
decemos) de contar con la participación de equipos de
varios países, entre ellos a Mariana Cremonte, Raquel
Peltzer, Karina Conde y Aldana Lichtenberger, de la Uni-
versidad de Mar del Plata en Argentina, al equipo de la
Junta Nacional de Drogas de Uruguay, Diego Rodríguez
Sendoya y Gustavo Sóñora, del Centro de Investigación
sobre la Epidemia del Tabaquismo en Uruguay; además
de la consultoría del Dr. omas Babor y Katherine Ro-
baina de la Universidad de Connecticut en los EE.UU. y
de Maristela Monteiro, de la Organización Panamerica-
na de la Salud. Del mismo modo que los programas de
14
responsabilidad social de la industria del alcohol ahora
se coordinan a nivel mundial, la investigación y el aná-
lisis de este movimiento por la salud pública, también
necesita serlo.
Parte del resultado de este esfuerzo, que con
los fondos del IDRC duró poco más de tres años, está
descripto en la actual publicación. Como se trata de re-
sultados de América Latina este libro podrá ser encon-
trado en portugués y en español. Los artículos cientí-
cos resultantes de este trabajo deben ser publicados en
inglés en los próximos meses.
Por último, estamos agradecidos a nuestro pa-
trocinador que no sólo nos apoyó nancieramente y nos
dio amplia libertad para trabajar en un tema tan delica-
do sin interferir en ningún momento en el proceso cien-
tíco, sino que también jugó un papel importante para
el desarrollo de la investigación durante todo el proceso.
15
INTRODUCCIÓN
2
Daniela Pantani
16
En octubre del 2012, once de las mayores em-
presas productoras de bebidas alcohólicas del mundo y
dos asociaciones comerciales1 lanzaron un documento
describiendo un conjunto de cinco compromisos de la
industria del alcohol2 en respuesta a la Estrategia Mun-
dial para Reducir el Uso Nocivo del Alcohol de la Or-
ganización Mundial de la Salud (OMS). Los signatarios
del documento se propusieron actuar en cinco áreas: 1)
reducción del uso del alcohol por menores de edad; 2)
fortalecimiento y expansión de los códigos de conduc-
ta de marketing; 3) suministro de información al con-
sumidor e innovación responsable de los productos; 4)
reducción de la conducción bajo efectos del alcohol; 5)
compromiso de los comercios minoristas para reducir el
uso nocivo de alcohol.
El mismo año, el International Center for Al-
cohol Policies (ICAP)3, una organización de relaciones
públicas y aspectos sociales creada por la industria del
alcohol en la década del 90, lanzó el sitio Global Actions.
1 Las empresas que rman el documento son Anheuser-
Busch InBev, Bacardi, Beam, Asociación Japonesa de Cerve-
ceros, Brown-Forman, Carslberg, Diageo, Heineken, Asocia-
ción Japonesa de Productores de Destilados y Licores, Molson
Coors, Pernord Ricard, SABMiller y UB Group.
2 Se entiende por industria de alcohol a todas las empresas
nacionales y multinacionales productoras y distribuidoras de
bebidas alcohólicas y sus socios comerciales, asociaciones co-
merciales y organizaciones de relaciones públicas y aspectos-
sociales.
3 Centro Internacional de Políticas de Alcohol, traducción
libre.
17
La iniciativa consistía en una base de datos
en línea con más de 3.500 acciones de responsabilidad
social empresarial (RSE) conducidas o nanciadas por
centenas de empresas de alcohol en todo el mundo. Des-
pués del nal de la ICAP, la International Alliance for
Responsible Drinking (IARD)4, creada en 2015 por las
mayores empresas de alcohol del mundo, absorbe las ac-
tividades que eran desarrolladas por ICAP, incluyendo
la base de datos de responsabilidad social.
Desde principios de la década del 1980, la
industria del alcohol ha invertido en acciones de RSE,
principalmente orientadas al consumo responsable (3).
El uso de la estrategia creció de modo exponencial en
los últimos años, especialmente entre el 2007 y el 2008,
cuando la necesidad de una estrategia mundial para re-
ducir el consumo nocivo del alcohol ya estaba en dis-
cusión en la Asamblea Mundial de la Salud, promovida
por la OMS (4).
Diversos estudios analizaron los intentos de la
industria para prevenir los problemas asociados al con-
sumo de alcohol. Investigaciones de la década del 90 ya
habían concluido que la adopción de mensajes de ad-
vertencia, tales como “si bebe, no maneje, creaban una
imagen favorable de la marca de bebidas alcohólicas,
en lugar de estimular el consumo moderado, sin tener
ninguna inuencia en el control del consumo excesivo
(5-7).
4 Alianza Internacional para el Consumo Responsable, tra-
ducción libre.
18
Del mismo modo, otras investigaciones deba-
tieron el rol de las organizaciones de relaciones públicas
y aspectos sociales creados por la industria para promo-
ver la RSE, sobre todo en forma de acciones de consu-
mo responsable. Estas organizaciones buscan establecer
legitimidad política para promover acciones de control
de alcohol, independientemente de que la ecacia de
algunas acciones que direccionan haya sido debatida y
cuestionada por estudios cientícos, como es el caso de
la autorregulación publicitaria (8-13). Además, algunos
estudios documentaron la interferencia de las empresas
de alcohol en el proceso cientíco por medio de la nan-
ciación de investigaciones e investigadores, y el patroci-
nio de congresos cientícos. Los investigadores llama-
ron la atención por los conictos de intereses inherentes
a este tipo de asociaciones, de una forma muy similar a
lo que ocurrió con las empresas de tabaco en el pasado
(14-17).
Por lo tanto, el estudio presentado en este libro
tuvo como objetivo identicar, monitorear y analizar las
prácticas de RSE de la industria del alcohol en los países
de América Latina y Caribe. Para esto, grupos de inves-
tigadores en Argentina, Brasil y Uruguay evaluaron el
contenido de la base de datos del IARD y estimaron la
efectividad de las actividades para el control de los pro-
blemas relacionados al consumo de alcohol.
El primer capítulo del libro discute de modo
general sobre los patrones de consumo de bebidas al-
cohólicas en los países de América Latina y Caribe. La
sección tuvo como base las informaciones divulgadas
por OMS y la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) en sus informes periódicos sobre alcohol y salud.
En general, el uso de alcohol se ve afectado por diferen-
19
tes factores demográcos, sociales y económicos. Por
tratarse de una región muy diversa y con situaciones
extremas entre países, los autores optaron por abordar
los datos de una forma generalizada, poniendo de relie-
ve las discrepancias entre los países. Para informaciones
más detalladas sobre los patrones de consumo en cada
país, recomendamos especialmente la lectura de los in-
formes en su totalidad.
El segundo capítulo aborda el contexto histó-
rico de la Estrategia Mundial para Reducir el Consumo
Nocivo de Alcohol de la OMS y describe algunos puntos
de este documento que sirvieron como base para la cre-
ación del modelo analítico de la investigación. Uno de
los argumentos más usados por la industria del alcohol
para justicar el desarrollo de las actividades de respon-
sabilidad social es el apoyo a la Estrategia Mundial (18).
Por lo tanto, es necesario entender su texto, principal-
mente en lo que se reere a las políticas de control de
alcohol sugeridas dentro de las diez áreas de actuación
para los Estados Miembros consideradas prioritarias
por la OMS.
El tercer capítulo trata sobre los aspectos me-
todológicos de la investigación que describen la consti-
tución de la muestra, la construcción del modelo ana-
lítico y el protocolo de codicación, el entrenamiento
de los investigadores y las etapas de recolección de da-
tos. La investigación fue llevada a cabo por grupos de
investigación en Brasil, Argentina y Uruguay, liderada
por una investigadora brasileña y contó con el respaldo
cientíco de investigadores de la Universidad de Con-
necticut, en los Estados Unidos, y de la OPS. Además
del objetivo general mencionado arriba, la investigaci-
ón también analizó si las actividades realmente están de
20
acuerdo con la Estrategia Mundial de la OMS, si poseen
el potencial de hacer publicidad de productos y marcas,
si pueden causar daños para la población e inuir en el
desarrollo de políticas públicas. Además, fue estimado
el alcance poblacional, y la posibilidad de benecio eco-
nómico, entre otros.
El cuarto capítulo muestra los principales re-
sultados de la investigación. Como será presentado, la
industria de alcohol ha destinado recursos considera-
bles para promover programas de RSE. AB Inbev por
ejemplo, la mayor empresa de bebidas alcohólicas de la
región y del mundo y la que más condujo programas de
consumo responsable, anunció recientemente una in-
versión de US$ mil millones en campañas de marketing
social. El esfuerzo es para promover el “Global Smart
Drinking Goals”, un conjunto de cuatro objetivos para
estimular el consumo responsable y reducir el uso no-
civo de alcohol” en el período del 2015 al 2025 (19). Así,
los resultados de esta investigación se enfrentan a la po-
sibilidad del futuro desarrollo de nuevas actividades de
RSE de la industria.
Finalmente, los últimos capítulos presentan
consideraciones nales a respecto de las actividades de
RSE de la industria y la formulación de leyes y políticas
públicas de salud. Además, fueron incluidas recomen-
daciones para representantes del gobierno, sociedad ci-
vil, universidades e investigadores con el n de evitar
conictos de intereses e interferencia de la industria en
el proceso cientíco, en el desarrollo de políticas fede-
rales, departamentales/provinciales y municipales de
control de alcohol y en los programas de prevención del
uso nocivo.
21
3
Diego Rodríguez Sendoya y
Gustavo Sóñora
CONSUMO DE BEBIDAS
ALCOHÓLICAS EN
AMÉRICA LATINA
22
La formulación de leyes y políticas públicas
ecaces en el control de problemas asociados a la inges-
tión de bebidas alcohólicas debe considerar los patro-
nes de consumo de una población. Conocer los niveles
de abstinencia y dependencia de la población, cuándo,
cuánto y con qué frecuencia los individuos consumen
alcohol, las variaciones entre sexos y cuáles son los pro-
blemas resultantes, son informaciones cruciales para
denir los planos de acción.
Los patrones de consumo pueden ser afectados
por una serie de factores sociales e individuales (20,21).
Algunos ejemplos incluyen el nivel de desarrollo econó-
mico y cultural de una sociedad, la disponibilidad de be-
bidas alcohólicas y la ecacia de las políticas de control
del alcohol. Todas estas condiciones son relevantes para
comprender las diferencias entre las vulnerabilidades,
los daños causados por el uso de alcohol y la tendencia
de consumo entre diferentes sociedades (22,23). Adicio-
nalmente, algunas características también impactan en
el consumo de alcohol entre los individuos de una po-
blación, tales como sexo y género, edad, ingresos y desi-
gualdad social, cultura, mortalidad y morbilidad, costos
económicos y daños causados a los otros.
Mundialmente el consumo de alcohol es uno
de los principales factores de riesgo para enfermedades
e invalidez. En los países del continente americano, se
asocia a más de 200 tipos de enfermedades y problemas
relacionados a la salud listados en la Clasicación In-
ternacional de Enfermedades (24), como VIH/Sida, me-
ningitis, hepatitis A y B, enfermedades respiratorias y
cardiovasculares, cáncer, diabetes, etc. Además, puede
estar relacionado a casos de violencia doméstica, acci-
dentes de tránsito y dependencia. Durante 2012 el alco-
23
CONSUMO DE BEBIDAS
ALCOÓLICAS NA
AMÉRICA LATINA
hol causó en América, en promedio, una muerte cada
100 segundos (25).
Una de las medidas que ofrece una visión ge-
neral del consumo es el volumen total de alcohol puro
consumido por un adulto . El volumen de alcohol
consumido y las formas de uso también presentan di-
ferencias fundamentales entre países, sexos y entre las
diferentes culturas y edades, y contribuye a una gran va-
riación en el aumento global de enfermedades asociadas.
En la mayoría de los países de América, este número es
mayor que el promedio mundial de 6,2 litros de alcohol
puro per cápita. El promedio de la región es de aproxi-
madamente 8,4 litros per cápita, pero algunos países de
América Latina, como Argentina (9,3 litros), Brasil (8,7
litros) y Chile (9,6 litros) superan este límite (26). Entre
2000 y 2010, la mayoría de los países de América tuvie-
ron un crecimiento en el consumo, de cerca de un 8,3%.
En algunos países como Bolivia, El Salvador, Guatemala
y Uruguay este crecimiento quedó entre el 10% y el 30%.
En todos los países, el promedio de consumo
entre los hombres es más que el doble comparado al de
las mujeres (25). Aun así, el promedio de consumo per
cápita de las mujeres en América está por encima del
promedio mundial. Históricamente, los hombres son
los mayores consumidores de alcohol y por eso, están
más susceptibles a la morbimortalidad atribuida a las
bebidas alcohólicas. Venezuela, Guyana y Brasil son los
países con las mayores incidencias de muerte asociadas
al consumo de alcohol entre los hombres. Aunque, con
5 De acuerdo con la OPS, es considerado adulto un individuo de
más de 15 años.
6 Morbimortalidad es la relación entre morbidad y mortalidad,o
sea, entre el número de casos de enfermedades o de muertes y el
número de habitantes en un lugar y momento dado.
5
6
24
el pasar del tiempo, se ha notado un cambio en el pa-
radigma y las mujeres están bebiendo cada vez más y
de forma más frecuente. Biológicamente la mujer tiende
a sufrir más que los hombres los efectos del alcohol en
su organismo, aún en dosis bajas. El consumo nocivo
aumenta los riesgos de cáncer de mama, enfermeda-
des cardíacas, incidencia de enfermedades sexualmente
transmisibles y embarazo no deseado.
El consumo de diferentes tipos de bebida alco-
hólicas varía de acuerdo a los hábitos culturales y a los
esfuerzos de marketing de la industria del alcohol (25).
Por lo general, la bebida más consumida en la región es
la cerveza, seguida por los destilados y el vino. La ex-
cepción es Argentina, Chile y Uruguay, donde el vino
es la bebida alcohólica más consumida y en algunos pa-
íses del Caribe y América Central, donde los destilados
están en primer lugar. En Perú el nivel de consumo de
cerveza y destilados prácticamente se igualan. Con todo,
en la mayoría de esos países la cerveza contribuye con-
siderablemente al consumo per cápita (24). En 24 países
de la región, el consumo de cerveza creció comparativa-
mente al de otras bebidas alcohólicas entre 2000 y 2010.
Además de saber cuánto se bebe, es necesario
saber cuántas personas no consumen alcohol. Aunque
el 61,5% de la población de América consuma bebidas
alcohólicas (bastante más que el promedio mundial de
38,3%), el 38,4% es abstemio, y el 19,5% no ingirió alco-
hol en los últimos 12 meses y el 18,9% nunca consumió
alcohol en la vida (25). Sin embargo, esta proporción
puede variar bastante entre países. En Chile, por ejem-
plo, el 34,1% de la población es abstemia, mientras que
en Guatemala este número es el 57,7%.
Otro aspecto importante a ser observado es
25
el consumo abusivo en episodios únicos (denominado
binge drinking). La denición de binge drinking puede
variar conforme el sexo: para los hombres es el consu-
mo de cinco o más dosis estándares de cualquier bebida
alcohólica; para las mujeres, la clasicación se reere
a cuatro o más dosis. Una dosis de alcohol es denida
como próxima a 10 gramos de alcohol puro (aproxima-
damente lo que se encuentra en un vaso de chop o en
una copa pequeña de vino). En América, la incidencia
de binge drinking es del 22%, o sea, mayor que el pro-
medio mundial del 16%. Paraguay es un ejemplo muy
preocupante, el 50% de la población consume alcohol
en binge. Chile, por su parte, a pesar de tener un con-
sumo per cápita alto, tiene la menor incidencia de binge
drinking.
Entre los sexos, los hombres son más propen-
sos a vivenciar episodios de binge drinking y también los
más jóvenes. La incidencia de adolescentes entre 15 y 19
años, en episodios de binge, es más común en América
que en cualquier otra región del mundo (25). El consu-
mo de bebidas alcohólicas entre jóvenes es preocupante
por las consecuencias en el desarrollo cerebral de estos
individuos, por la mayor probabilidad de dependencia
y el involucramiento en accidentes. La tendencia es de
aumento de consumo en el caso de que ninguna política
de control sea adoptada por los gobiernos.
Finalmente, países con mayor desigualdad
económica deben estar más atentos a la distribución de
los daños causados por el alcohol. Según la OPS (25),
en general individuos en situación socioeconómica des-
ventajosa sufren más daños que personas más pudientes
dentro del mismo nivel de consumo, posiblemente por-
que ellos enfrentan mayor exclusión social y tienen me-
26
nos acceso a los tratamientos. Así mismo, otros factores
como creencias religiosas, tradiciones étnicas y roles
entre género, pueden disminuir o agravar el consumo
de alcohol.
El uso nocivo del alcohol
En el próximo capítulo, discutiremos sobre la
Estrategia Mundial de la OMS para reducir el consumo
nocivo del alcohol. Basado en lo que ya sabemos sobre
patrones de consumo, ¿qué se entiende por “uso noci-
vo”?
Ya vimos que lo que dene los patrones de
consumo de una población está íntimamente relacio-
nado a factores demográcos, económicos y sociales de
una determinada población. Así, la idea de nocividad
considera las consecuencias del consumo de alcohol de
forma integral en la salud pública, tanto a nivel indivi-
dual como colectivo. Por eso, esta no está solo relaciona-
da al consumo en binge o por menores de edad, sino que
también está asociada con la morbimortalidad, con las
variaciones y consecuencias del consumo entre las dife-
rentes clases sociales, sexo y género y diferentes culturas
y manifestaciones religiosas.
27
4
Emanuelle Santos y
Daniela Pantani
ESTRATEGIA MUNDIAL
PARA REDUCIR EL USO
NOCIVO DEL ALCOHOL
28
Conocer el papel de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) en el control de los problemas asocia-
dos al consumo de bebidas alcohólicas es esencial para
entender la importancia de sus recomendaciones para
las políticas públicas de salud nacional e internacional.
En términos generales, el objetivo de la OMS
es trabajar en conjunto con los gobiernos de los Estados
Miembros para garantizar la salud de la población, tan-
to en el combate de las enfermedades infecciosas, tales
como la gripe y el VIH, como en el control de las en-
fermedades crónicas no transmisibles, como cánceres,
enfermedades respiratorias y cardíacas (27). Las estra-
tegias son adoptadas y estructuradas de acuerdo con la
percepción y denición de los problemas enfrentados
por los países . Así son incorporadas en la agenda de
la organización como un problema mundial de índole
sanitaria y formuladas e implementadas que respeta la
diversidad cultural, religiosa y social de cada país.
Anualmente, la OMS promueve la Asamblea
Mundial de la Salud, que cuenta con la presencia de las
delegaciones de todos los Estados Miembros con el pro-
pósito de debatir una agenda especíca preparada por el
Consejo Ejecutivo.
Durante la 61ª Asamblea Mundial de la Salud
en 2008 las delegaciones le solicitaron a la OMS la elabo-
ración de una estrategia mundial para el control del uso
nocivo del alcohol.
7
7 Todos los 20 países de América Latina y los 15 países del
Caribe son Estados Miembros de la Organización Mundial de
la Salud.
29
La propuesta tuvo como base informes y dis-
cusiones previas acerca de la necesidad de enfrentar los
problemas causados por el consumo de bebidas alcohó-
licas, además del establecer intervenciones basadas en
evidencias, para controlarlos.
De esta forma, a lo largo de dos años, la Se-
cretaría de la OMS trabajó en conjunto con los países
para crear una estrategia que llevase en consideración la
complejidad y las diferentes dimensiones de los proble-
mas, así como las variaciones signicativas entre países
y regiones con relación a los patrones de consumo de al-
cohol. La secretaría también realizó consultas nacionales
con diferentes partes interesadas, incluyendo gobiernos,
organizaciones no gubernamentales, profesionales de la
salud, organizaciones intergubernamentales y agentes
económicos. El objetivo de las consultas fue garantizar
que la estrategia se basase en la mayor cantidad de datos
y en las mejores prácticas existentes, además de asegu-
rar que la propuesta considerase también los problemas,
carencias y prioridades nacionales de salud pública, así
como las diferencias de recursos y capacidades de los
Estados Miembros (28).
En el inicio del 2010, la propuesta fue debatida
y acatada durante la 126ª sesión de la Secretaría Ejecuti-
va y su aprobación fue recomendada a la Asamblea. Así,
durante la 63ª Asamblea Mundial de la Salud, en mayo
de 2010, las delegaciones de los 193 Estados Miembros
aprobaron por consenso la resolución WHA63.13 para
el combate del uso nocivo del alcohol. La estrategia
orienta a los países miembros y a la Secretaría Ejecutiva
en la formulación de recomendaciones, leyes y politicas
públicas de control de alcohol.
30
La estrategia tiene ocho principios básicos que
sirven como guía para el desarrollo e implementación
de las políticas en todos los niveles (federal, departa-
mental/provincial o municipal). En términos generales,
establecen la protección de la salud de las poblaciones
contra el uso nocivo del alcohol como una prioridad
para la salud pública. Los principios son:
a) Las políticas e intervenciones públicas para
prevenir y reducir los daños asociados al consumo de
alcohol deben ser guiados y formulados teniendo en
cuenta los intereses de la salud pública, basados en ob-
jetivos claros, y soportados por las mejores evidencias
existentes;
b) Las políticas deben ser equitativas y sensi-
bles a los contextos nacionales, religiosos y culturales;
c) Todas las partes involucradas tienen la res-
ponsabilidad de actuar de manera que no perjudiquen
la implementación de las políticas públicas e interven-
ciones para prevenir y reducir el uso nocivo del alcohol;
d) La salud pública debe tener prioridad en
relación a otros intereses. Enfoques que sigan este prin-
cipio deben ser incentivados;
e) La protección de las poblaciones vulnera-
bles a los problemas del alcohol y de las mencionadas
consecuencias del uso nocivo, debe ser parte esencial de
una política de control del consumo nocivo;
f) Individuos y familias afectadas por el uso
nocivo deben tener acceso a programas de asistencia y
prevención de bajo costo;
g) Niños, adolescentes y adultos que eligieron
¿Qué dene la Estrategia Mundial?
31
no consumir bebidas alcohólicas tienen el derecho de
ser apoyados en sus elecciones y protegidos contra pre-
siones para que consuman alcohol;
h) Políticas públicas e intervenciones para
prevenir y reducir los riesgos asociados a uso de alcohol
deben abarcar todos los tipos de bebidas alcohólicas y
sus sustitutos .
Con base en estos principios, cada país es res-
ponsable de formular, implementar, monitorear y eva-
luar sus leyes y políticas públicas orientadas al control
del alcohol. Para auxiliar en esta tarea, la estrategia re-
comienda diez áreas prioritarias de acción, que agrupan
diversas opciones de políticas de intervención que se
complementan entre sí (29). Que son:
1. Liderazgo, concienciación y compromiso
La OMS considera esencial que las medidas
sugeridas en esta área estén acompañadas por un fuer-
te liderazgo, compromiso y voluntad política. Aquí los
objetivos deben ser idealmente convertidos en políti-
cas públicas de ámbito nacional. Del mismo modo, las
contribuciones y la división de responsabilidades de los
asociados involucrados tienen que ser clara y previa-
mente establecidos. El desarrollo de estas políticas debe
basarse en evidencias cientícas y adecuarse al contexto
y necesidades especícas del lugar.
Finalmente, el plano de acción debe ser atri-
buido a una institución o agencia, que será responsable
8 La estrategia dene como “sustitutos” los líquidos que
contienen etanol y no están destinados al consumo como be-
bidas, pero que son consumidos oralmente con el ánimo de
provocar la intoxicación u otros efectos similares al consumo
de alcohol.
8
32
por acompañar, monitorear y evaluar las intervenciones.
Además, las acciones deberán considerar la cooperaci-
ón con otros trabajos relevantes del sector, incluyendo
la cooperación entre los diferentes niveles de gobierno
y otras estrategias de salud ya existentes con el objetivo
de fortalecerlas.
2. Respuesta de los servicios de salud:
Los servicios de salud son fundamentales para
lidiar con los daños individuales causados por el uso
nocivo del alcohol y otras enfermedades. Estos pueden
ofrecer tratamientos y programas de prevención tanto
para un individuo, como para sus familiares en riesgo.
Estas iniciativas también pueden ayudar a
identicar el consumo nocivo entre mujeres embaraza-
das y en edad fértil, personas con dependencia quími-
ca, depresión, portadores de VIH, etc. Otras funciones
importantes de los servicios de salud y principalmente
de los profesionales de la salud son informar a las per-
sonas sobre las consecuencias del consumo de alcohol,
apoyar a las comunidades en sus esfuerzos y movilizarse
en favor de respuestas sociales efectivas a los problemas
causados. Por eso, deben ser fortalecidos para que pue-
dan ofrecer cuidados continuos y nanciados de forma
compatible con la magnitud de los problemas de la salud
pública causados por el uso nocivo del alcohol.
3. Acción comunitaria:
La participación de las comunidades puede
resultar esencial para enfrentar los problemas, pueden
actuar rápidamente en la identicación de los daños y de
los determinantes sociales y también en establecer prio-
ridades. Por eso los gobiernos precisan apoyar, capacitar
33
y fortalecer a los liderazgos comunitarios y a las autori-
dades locales para que puedan usar sus conocimientos y
habilidades para actuar localmente por medio de accio-
nes efectivas. Además de ofrecer soporte individual, las
comunidades pueden movilizarse en la prevención de la
venta de bebidas alcohólicas (lícitas e ilícitas) a menores
de edad y desarrollar ambientes libres de alcohol para
niños, adolescentes y otros grupos vulnerables.
4. Políticas y medidas contra la conducción
bajo los efectos del alcohol:
Conducir bajo los efectos del alcohol es un
problema grave para la salud pública que afecta tanto
al usuario como a otras personas que son víctimas de
accidentes de tránsito. En diversos países de América
Latina, el número de accidentes causados por embria-
guez al volante es alto y por eso, acciones de control son
consideradas prioritarias.
Las políticas existentes están basadas en fuer-
tes evidencias e incluyen: a) el establecimiento de límites
máximos de concentración de alcohol en sangre para la
población en general y niveles aún menores para con-
ductores profesionales y conductores principiantes; b) la
promoción de puestos de control y el uso de etilómetros;
c) establecimiento de penalidades administrativas a los
conductores embriagados, como multas y la suspensión
de la licencia para conducir; d) tolerancia cero para nue-
vos conductores; e) cuando sea aplicable, la utilización
de dispositivos de bloqueo de los automóviles en caso
de embriaguez del conductor; f ) participación obliga-
toria de los conductores en cursos de formación, aseso-
ramiento y, cuando sea necesario, programas de trata-
miento g) estímulo para el uso de transporte alternativo,
34
incluyendo la oferta de transporte público después del
cierre de los locales que sirven bebidas alcohólicas; h)
conducción de campañas de educación y concienciación
en soporte a leyes y políticas públicas; i) vehiculación
de campañas de media cuidadosamente planicadas y
ejecutadas, con alta frecuencia de exhibición y orienta-
das a contextos especícos tales como feriados, o para
audiencias especícas como los adolescentes.
5. Disponibilidad de alcohol:
Las acciones que prevén el control de la oferta
de bebidas alcohólicas por medio de leyes o políticas pú-
blicas son importantes para reducir el consumo nocivo,
principalmente entre grupos vulnerables.
La disponibilidad comercial de alcohol pue-
de contribuir para la masicación del producto ante la
población y promover el uso nocivo. Por eso, los países
pueden establecer sistemas propios de control de la pro-
ducción, distribución y venta de las bebidas, incluyendo
la obligatoriedad de permisos especícos, limitando el
número de establecimientos que sirvan bebidas alcohó-
licas, reglamentando la oferta en eventos o locales espe-
cícos, entre otros. El nivel de control dependerá de las
circunstancias locales, incluyendo los contextos socioe-
conómicos, culturales y legales del país en cuestión.
En algunos países, la reglamentación precisará
inclusive extenderse para el mercado informal de bebi-
das alcohólicas. Además, denir una edad mínima legal
para el consumo y venta es una acción importante para
crear barreras para el consumo por adolescentes. Las
acciones también precisan abarcar la oferta de bebidas
por parientes o amigos, especialmente para menores de
edad, y también el consumo en locales públicos.
35
6. Marketing de las bebidas alcohólicas:
La Estrategia Mundial entiende como ma-
rketing cualquier forma de comunicación comercial
o mensaje cuyo objetivo sea aumentar (o que tenga el
potencial de aumentar) el reconocimiento, atractivo o
consumo de un producto o servicio. Por eso, el concep-
to abarca cualquier acción que publicite o promueva un
producto o servicio.
El marketing de bebidas alcohólicas se ha vuel-
to cada vez más sosticado incluyendo la relación del al-
cohol con deportes y actividades culturales, patrocinios,
inserción de productos en programas (lo que se cono-
ce como merchandising o product placement), e-mails
marketing, SMS, podcasts, presencia en redes sociales,
entre otros. La OMS considera muy difícil direccionar
la publicidad en adultos sin exponer individuos meno-
res de edad al mismo marketing. Tanto el contenido del
mensaje como la frecuencia de exposición son asuntos
muy críticos que necesitan de acciones de control.
Por eso, para la OMS, los países deben con-
siderar en la formulación de intervenciones y políticas
públicas el establecimiento de marcos regulatorios, pre-
ferentemente con base legal, y si correspondiera, con au-
torregulación, para regular el contenido y frecuencia del
mensaje, el tipo de media utilizada, el patrocinio de ac-
tividades, la restricción o prohibición de conexiones con
actividades dirigidas a menores de edad y reglamenta-
ción de las nuevas formas de marketing, como las redes
sociales. Además, los países deben establecer agencias u
organismos independientes para el control de las accio-
nes de marketing y la aplicación de penalidades admi-
nistrativas para empresas transgresoras.
36
7. Políticas de precios:
Los consumidores son sensibles a las altera-
ciones de precios de las bebidas alcohólicas. Por eso po-
líticas de precios pueden ser usadas para reducir el con-
sumo, la cantidad y la frecuencia de uso, principalmente
entre menores de edad.
El aumento de precios es inclusive, una de las
intervenciones que pueden afectar el nivel de consumo
y de los problemas asociados (20). Para que esto ocurra,
una de las formas más ecientes es la implementación
de un sistema de aplicación de gravámenes adecuado,
por los gobiernos, acompañado de control y reducción o
eliminación de incentivos scales para la cadena de su-
ministros de bebidas alcohólicas. La OMS sugiere ade-
más la denición de un precio mínimo y la prohibición
o restricción de promociones o descuentos por debajo
de un límite.
8. Mitigación de las consecuencias negativas
del consumo de alcohol y la intoxicación etílica:
En esta área, la OMS propone intervenciones
que se dirijan directamente a la reducción de los daños
causados por el consumo e intoxicación, ya sea contro-
lando el ambiente o informando a los consumidores. Por
eso, estas acciones no deben ser percibidas como aval o
promoción de productos o del acto de beber. Interven-
ciones en esta área incluyen a) regular el ambiente de
consumo de forma de minimizar actos de violencia tales
como servir las bebidas en vasos plásticos; b) creación
leyes que prohíban servir alcohol a personas intoxicadas
y control que incluya penalidades para los transgreso-
res; c) entrenamiento para personas que trabajan en el
37
sector de hotelería para prevenir, identicar y lidiar con
bebedores agresivos o intoxicados; d) oferta de cuidados
necesarios para personas intoxicadas; e) suministro de
informaciones a los consumidores y exposición clara en
los rótulos de las bebidas alcohólicas.
9. Reducción del impacto en la salud pública
del alcohol ilícito y el alcohol de producción informal:
El consumo de bebidas alcohólicas ilícitas o
producidas informalmente puede tener consecuencias
muy negativas para la salud por causa de la mayor con-
centración de etanol y la posibilidad de contaminaci-
ón por sustancias tóxicas. Acciones en esta área deben
considerar la prevalencia del consumo proveniente del
mercado ilegal y los riesgos asociados. Por eso, los países
deben establecer buenos mecanismos de control de la
producción y distribución de bebidas alcohólicas, con-
trolar ventas de alcohol ilícito, crear mecanismos para
su fácil identicación y monitoreo de bebidas legales,
asegurar la cooperación entre agencias y autoridades
en diferentes niveles e informar a la población sobre los
daños de la ingestión de bebidas ilegales.
10. Seguimiento y vigilancia:
Los datos provenientes del monitoreo y la vi-
gilancia de las actividades implementadas sirven para
alimentar y direccionar otras áreas de actuación. El ob-
jetivo es recolectar información sobre la magnitud y las
tendencias de los fenómenos, fortalecer el activismo,
mejorar las acciones, registrar el perl de las personas
que acuden a los servicios de salud, etc. Para eso, es ne-
cesario establecer metodologías para el monitoreo pe-
riódico y un plano para la divulgación de informacio-
38
nes, designar organizaciones responsables por registro,
análisis y divulgación de datos, denir indicadores y po-
sibles respuestas de intervención para prevenir y reducir
el consumo nocivo, crear un centro de datos público y
crear mecanismos de evaluación del impacto de las polí-
ticas en el control del uso nocivo del alcohol.
39
5
Aldana Lichtenberger y
Karina Conde
METODOLOGÍA
40
Para analizar las actividades de responsabi-
lidad social de las mayores empresas de bebidas alco-
hólicas en América Latina, los investigadores utilizaron
un sitio promocionado por la International Alliance for
Responsible Consumption (IARD). El sitio reúne más
de 3.500 actividades de responsabilidad social empresa-
rial y consumo responsable en todo el mundo, incluyen-
do a los países de América Latina y Caribe.
La IARD es una organización fundada en
2015 por las mayores empresas multinacionales de be-
bidas alcohólicas del mundo, incluyendo la AB InBev,
Kirin, Heineken, entre otras. La fundación de la IARD
vino a unicar los trabajos desarrollados por el ICAP,
desaparecido en 2015, y de la Global Alcohol Producers
Group (GAPG), ambos nanciados por la industria de
bebidas alcohólicas. La base de datos utilizada para la re-
colección de datos de esta investigación fue inicialmente
creada por el ICAP en 2012 con el objetivo de reunir las
iniciativas de la industria en la cuestión del combate al
uso nocivo del alcohol, transferida en 2015 para la res-
ponsabilidad de la IARD y suspendida en 2016 .
El sitio mostraba resúmenes breves de las acti-
vidades formuladas por la propia industria.
9 Grupo de Productores de Alcohol Mundiales, traducción
libre.
10 Hasta la nalización de este libro, la plataforma continu-
aba suspendida sin previsión de retorno (enlace de acceso:
http:// initiatives.producerscommitments.org/).
9
10
41
Dentro de la información presentada estaba
el nombre de la actividad, los asociados participantes,
fecha de inicio, área de acción dentro de la Estrategia
Mundial (de acuerdo con la evaluación de la industria),
descripción de las actividades realizadas y ocasional-
mente informaciones relativas a la evaluación de resul-
tados realizados por la industria e imágenes de acuerdo
al ejemplo de abajo (gura 1).
Así, 215 actividades correspondientes a Amé-
rica Latina y Caribe fueron identicadas hasta diciem-
bre del 2015 cuando los datos fueron recogidos y consti-
tuyeron la muestra para esta investigación.
Figura 1. Ejemplo de actividad del banco de datos de la IARD.
42
¿Cómo fueron analizadas las actividades?
El primer paso fue la formación de grupos de
trabajo. Como la investigación contó con la participa-
ción de equipos de investigación en tres países distin-
tos (Argentina, Brasil y Uruguay), cada grupo tenía un
investigador responsable e investigadores especializados
en las áreas de salud pública o control del alcohol. Ade-
más, los grupos contaron con el apoyo cientíco y capa-
citación de investigadores de la Universidad de Connec-
ticut, en los Estados Unidos, donde fue desarrollada la
primera versión de la metodología usada.
La capacitación duró varios meses y contó con
etapas de evaluación y adaptación del protocolo de in-
vestigación, sesiones prácticas de codicación y debates
sobre los puntos que suscitaron dudas en los codicado-
res. Dos sesiones de prueba de codicación fueron pro-
movidas hasta llegar a un nivel aceptable de abilidad
entre los codicadores (κ ≥ 0,5). En este punto las dis-
crepancias entre los codicadores eran mínimas. Estas
etapas fueron esenciales para garantizar el rigor cientí-
co de la investigación.
Además, como la información suministra-
da por la industria en la base de dados era demasiado
sucinta o inexistente, se adoptó un procedimiento de
control llamado LEAD, que es un acrónimo para las
palabras en inglés Longitudinal (longitudinal), Expert
(experto) y All Data (todos los datos). El LEAD es un
procedimiento utilizado en medicina para acceder a la
validez de un instrumento para el diagnóstico de un pa-
ciente (30). “Longitudinal” signica que la información
no debe estar limitada a un único momento en el tiem-
po, sino basada en el monitoreo de la acción
43
a lo largo del tiempo, juntando informaciones sobre el
pasado y el presente. “Experto” quiere decir que la eva-
luación debe ser realizada por uno o más expertos del
área de control de alcohol, aptos para realizar un análisis
independiente basado en evidencias disponibles en la li-
teratura cientíca. Finalmente, “Todos los datos” impli-
ca el uso sistemático de diversas fuentes de información
para la evaluación como entrevistas, participación en
eventos, documentos, videos, fotos, etc.
Así, los investigadores buscaron otras infor-
maciones que pudiesen enriquecer el análisis y la codi-
cación por medio del LEAD. El criterio para el n de
la búsqueda era la saturación de la información, o sea,
cuando la misma empezaba a volverse repetitiva.
Como algunas actividades contenidas en la
base de datos eran demasiado antiguas y la posibilidad
de encontrar informaciones era menor, fue denido un
criterio de inclusión para la aplicación del LEAD. Sólo
fueron consideradas actividades iniciadas a partir del
2010, nalizadas o no, hasta el momento de la recolec
ción de datos y actividades iniciadas antes del 2010, pero
que aún ocurrían hasta el momento de la recolección
de datos. La elección del período se realizó como con-
secuencia del lanzamiento de la Estrategia Mundial de
la OMS en el 2010 y la observación del aumento consi-
derable de acciones de responsabilidad social por parte
de la industria a partir de esta fecha (4). En total, fueron
150 actividades que pasaron por el procedimiento.
Por este motivo fueron realizadas dos etapas
de codicación: una antes del LEAD, teniendo como
base solo las informaciones reportadas por la industria
en base de datos de IARD; y otra después del LEAD,
considerando también las informaciones recogidas por
44
los investigadores. La idea era también vericar cuán
precisas eran las informaciones suministradas por las
empresas de alcohol y comparar cuánto el acceso al in-
formación más detallada inuiría en la evaluación de los
codicadores.
El protocolo de codicación usado tuvo como
base tanto las variables que ya existían en la base de da-
tos de la IARD, como variables de análisis que corres-
ponden a los objetivos propuestos para la investigación.
La creación de las variables fue basada en la literatura
cientíca disponible sobre el tema del alcohol. De esta
forma, las actividades fueron codicadas de acuerdo
con las siguientes variables:
t Caracterización de la muestra: nombre de la
actividad, identicación de la organización responsable
(empresa privada nacional o multinacional, asociación
comercial, organización de relaciones públicas e interés
social), país, empresa matriz (en caso de tratarse de una
sucursal/lial), año de inicio y término de la acción;
t Asociados: ¿qué tipo de asociados estaban in-
volucrados en las actividades? Las respuestas posibles
eran desde agencias gubernamentales, organizaciones
no gubernamentales (ONG) y universidades hasta aso-
ciaciones comerciales y organizaciones nanciadas por
la industria;
t Participación de agencias gubernamentales: los
codicadores tenían que identicar si había o no parti-
cipación del gobierno y especicar el área de la agencia
gubernamental involucrada (tránsito, salud, ciudades,
etc.).
t Evaluación: presencia o ausencia de evaluación
de resultados de la actividad realizada por la industria.
En los casos en los que hubo evaluación, fue necesario
45
que el codicador analizara el tipo de evaluación reali-
zada por la industria. Las respuestas variaban desde “la
descripción no cumple los criterios mínimos para ser
considerada una evaluación, como la entrega de un pre-
mio, por ejemplo, hasta la posibilidad de ensayos clíni-
cos controlados.
t Área prioritaria de la OMS: aunque esta fuese
una de las variables relatadas por la industria, los co-
dicadores tuvieron que reevaluarlas con base en las
descripciones de la Estrategia Mundial. La intención era
identicar si de hecho las actividades se ajustaban en
las políticas consideradas como prioritarias por la OMS
para el control del uso nocivo de alcohol. Además de las
10 áreas debatidas en el capítulo anterior los codicado-
res también tenían la opción de responder que la activi-
dad no encajaba en ningún área o que las informaciones
suministradas eran insucientes para el análisis.
t Potencial de daño: aquí el codicador debería
evaluar si la actividad podría o no causar daños para el
público objetivo según una perspectiva de salud públi-
ca. Para eso fue realizado un relevamiento en la literatu-
ra cientíca disponible.
t Potencial de marketing: se evaluó si la actividad
poseía el potencial de promover una marca, producto o
hasta la empresa, ya sea por medio de la entrega de ma-
teriales promocionales o la utilización de mensajes de
consumo responsable de forma secundaria al objetivo
principal de marketing.
t Potencial político: fue analizado si la actividad
tenía el potencial de impactar el desarrollo o la aplica-
ción de las políticas públicas y leyes o aumentar la posi-
bilidad de la empresa de comercializar sus productos en
un ambiente con menor regulación. La variable incluyó
46
actividades como lobby y apoyo a la autorregulación.
t Potencial económico: vericación si la empresa
obtuvo benecios económicos directos como resultado
de la acción, tal como la reducción de impuestos.
t Tipo de responsabilidad social empresarial: se
trató de evaluar el tipo de enfoque de responsabilidad
social empresarial en cada actividad. Esta variable está
basada en la teoría de que las empresas pueden actuar
de tres formas de RSE: “altruista”, ética y estratégica (31).
La “altruista” involucra el desarrollo de acciones lan-
trópicas sin tener obligatoriamente alguna conexión con
el negocio principal de la empresa, como por ejemplo
la donación de alimentos para víctimas de desastres na-
turales. La “ética” es la noción de que las empresas de-
ben evitar obligatoriamente causar cualquier daño a la
sociedad aun cuando esta no pueda ganar dinero con
esto. Para muchos, ser ético debería ser obligatorio para
cualquier corporación, pero la historia muestra que esto
no siempre sucede, como es el caso de las empresas res-
ponsables por la contaminación, deforestación y por
colocar en riesgo la salud de la población. La falta de
un enfoque ético llevaría a las empresas a adoptar una
estrategia de “gestión de riesgo, mitigando los riesgos
y factores externos del negocio. Finalmente, la RSE “es-
tratégica” alinea la idea de lantropía con el lucro, o sea,
la empresa acaba lucrando por ser percibida por la so-
ciedad como socialmente responsable. Así como todas
las otras variables, los codicadores también tenían la
opción de codicar como “no se aplica”.
t Alcance poblacional estimado: se reere a una
estimativa del número de personas que fueron alcanza-
das por la actividad. Algunas acciones estaban orienta-
das a públicos objetivo especícos, como adolescentes
47
RESULTADOS
de una determinada comunidad, país o de una determi-
nada escuela. Otras, tenían alcance municipal o nacio-
nal, como campañas de televisión o radio.
t Tipo de actividad y efectividad: la literatu-
ra cientíca dene acciones que son efectivas desde
el punto de vista cientíco y experimental, o sea, que
presentaron buenos resultados en el control de los pro-
blemas asociados al consumo de alcohol. El protocolo
tomó como base las acciones descriptas y analizadas
por NELSON et al. (32) e BABOR et al. (9). Los codi-
cadores vericaron si las actividades descriptas por la
industria poseían los componentes necesarios para que
se ajustaran en alguna actividad descripta en la literatu-
ra para que así se pudiese determinar su efectividad en
términos del control de los problemas.
49
6
Aldana Lichtenberger, Karina Conde,
Mariana Cremonte y Raquel Peltzer
RESULTADOS
50
El mapa abajo (gura 2) muestra la distribu-
ción de las 215 actividades en los países de América La-
tina y Caribe. Como se puede observar, los países con
mayor cantidad de acciones son Brasil, México, Argenti-
na y Chile, respectivamente. Estos cuatro países concen-
traron el 60% de todas las actividades de RSE realizadas
en las regiones. Algunas acciones (3%) fueron hechas en
múltiples países.
Figura 2. Frecuencia de las actividades de RSE de la in-
dustria del alcohol en la región (N=215).
51
En relación al tipo de organización que realiza
las actividades, el 84% fueron granes empresas priva-
das productoras de alcohol y un 16% fueron entidades
comerciales y organizaciones de relaciones públicas y
aspectos sociales. Además más del 50% de las activida-
des enian un alcance pobracional pequeño, orientadas
principalmente a públicos especícos, y el 20 % poseian
alcance nacional.
Cerca del 80% de las actividades fueron reali-
zadas en conjunto con asociados. Aunque buena parte
de las descripciones de la base de datos no incluían esta
información. Fue solo durante el procedimiento LEAD
que los investigadores encontraron la presencia de aso-
ciados en el 43% de las actividades que inicialmente no
lo relataban. De esta forma, fue posible constatar que
dentro de las actividades con asociados, el 37% consistí-
an en múltiples alianzas, como gobiernos y ONG, o aso-
ciaciones comerciales y ONG. Las agencias de gobierno
estuvieron presentes en el 3% de las actividades como
socios únicos (9%) o en conjunto con otras institucio-
nes. Las ONG estuvieron presentes en el 13% de las ac-
ciones como aliados únicos. Universidades y centros de
investigación correspondieron al 4% de los asociados.
Una de las variables contenidas en la base de
datos es el área prioritaria de acción de la OMS, que es-
taba basada en la comprensión y evaluación de la propia
industria de la Estrategia Mundial. Se concluyó que el
29% de las actividades fueron clasicadas por las em-
presas como parte del área “Liderazgo, concienciación y
compromiso” y el 28% como “Políticas para el control de
alcohol y conducción. Aunque el análisis de los investi-
gadores por medio del LEAD concluyó que el 58% de
las actividades no podrían ser clasicadas bajo las áre-
52
as de Estrategia Mundial, ya sea por la falta de informa
ción o por la falta de componentes efectivos, y basados
en evidencias para el control de los problemas asocia-
dos al consumo de alcohol. Aun así, los investigadores
consideraron que el 23% de las actividades podrían ser
clasicadas como “Políticas para el control de alcohol y
conducción. Los ejemplos más comunes fueron la reali-
zación de campañas educacionales para evitar conducir
luego de la ingestión de bebidas alcohólicas, conductor
asignado y provisión de transporte gratuito alternativo
durante eventos.
Además, la mayoría de las acciones fue consi-
derada por los investigadores como sin efectividad con
base en la literatura disponible (33%) o sin base cientí-
ca para evaluar su impacto (63%). Menos del 5% de las
actividades demostraron algún tipo de efectividad (li-
mitada, moderada o alta). La participación del gobierno
en las acciones no estuvo relacionada con la efectividad,
o sea, la presencia de agencias gubernamentales como
aliadas no signicó necesariamente una actividad con
resultados efectivos en el control de los problemas.
Incluso, el 73% de las acciones no tuvieron sus
resultados relatados por la industria. La importancia de
conocer este dato está relacionada con la necesidad de
conocer la metodología aplicada, las evidencias y litera-
tura cientíca que ratican la acción y principalmente,
los resultados en términos de reducción del consumo de
bebidas alcohólicas y de los problemas asociados. Entre
las acciones que tuvieron algún tipo de resultado relata-
do, los investigadores consideraron que el 19% no cum-
plían los requisitos mínimos, pues apenas armaban
que la acción había nalizado en determinado período,
o que el principal resultado consistía en el recibimiento
53
de un premio, sin especicar qué había sido medido y
cuáles eran los resultados de esta medición. Dentro de
las actividades que cumplían los requisitos de la evalua-
ción, el 87% consistían en evaluación del proceso, o sea
se daba información solo sobre factores tales como la
cantidad de folletos distribuidos, el número de personas
alcanzadas y el número de bares que adhirieron a la acti-
vidad. Un 13% de las acciones presentaron evaluaciones
que trajeron algún tipo de cambio, pero con resultados
no controlados, o sea, no hubo establecimiento de gru-
pos de control o resultados que pudiesen generar alguna
inferencia causal entre la realización de la acción y los
resultados alcanzados desde el punto de vista cientíco.
En resumen, la mayoría de las acciones no fue evaluada
por las empresas de alcohol o no tuvo sus resultados di-
vulgados, y dentro de las que tuvieron sus resultados re-
latados, la mayoría se trataba de evaluación de proceso.
Considerando los tipos de enfoque de respon-
sabilidad social empresarial, explicados en el capítulo
anterior, un 3% de las acciones fueron consideradas
como “altruista”, como la donación de agua potable para
víctimas de desastres naturales. Un 47% fueron conside-
radas como “gestión de riesgo, tales como actividades
de consumo responsable orientadas a adolescentes de
comunidades carentes y un 37% consistieron en un en-
foque “estratégico” de la RSE, como por ejemplo soporte
a la autorregulación de la publicidad o la creación de
códigos de conducta voluntarios de marketing. Activi-
dades que no se encajaron en ninguno de los conceptos,
representaron el 13% del total (gráco 1).
54
Actividades que fueron clasicadas como
gestión de riesgo” presentaron mayor probabilidad de
poseer un potencial de riesgo “posible” para el públi-
co objetivo en términos de salud pública. Ejemplos in-
cluyen programas de consumo responsable orientados a
niños menores de 12 años de edad, campañas de bebidas
y conducción que podrían aumentar el consumo de al-
cohol. En actividades con enfoque de RSE “estratégico,
la probabilidad era de daño potencial alto, como por
ejemplo, la posibilidad de interferencia en el desarrollo
de leyes y políticas de forma contraria a los objetivos de
la salud pública. Esto quiere decir que además de que
tuvieran componentes que probablemente no tendrían
efecto en el control de los problemas, las acciones aún
podrían traer algún riesgo para las personas afectadas
directamente.
Considerando toda la muestra, los investiga-
dores concluyeron que el 30% de las acciones tenían
13%
3%
47%
37%
NINGUNO ALTRUISTA GES. DE DAÑOS ESTRATÉGICO
Gráco1. Tipo de RSE de la industria del alcohol (N=150).
55
algún potencial de causar daño (2%) para el público
objetivo. Además, en el 55,8% de las actividades fueron
encontrados componentes que podrían caracterizarlas
con potencial de marketing. Esto quiere decir que es-
tas acciones, según se supone establecidas para preve-
nir daños relacionados al consumo de alcohol podrían
potencialmente vender productos o promover marcas y
empresas. Ejemplos incluyen la distribución de materia-
les promocionales y la utilización de las marcas en los
locales donde la actividad era promovida, la difusión de
campañas educativas de alcance nacional asociadas a la
marca de la bebida alcohólica, etc. En 2011, por ejem-
plo, una de las marcas de cerveza realizó una campaña
de consumo responsable durante un festival de música
en Brasil. De acuerdo con la empresa, el objetivo era fo-
mentar el consumo responsable entre los clientes y mi-
nimizar los problemas durante el evento. Sin embargo,
por tratarse de una esta, la publicidad de la empresa
estaba en todas partes y el objetivo de responsabilidad
social parecía secundario al objetivo de promoción de la
marca y del producto.
Acciones que presentaban potencial de mar
keting tendían a alcanzar el mayor número de perso-
nas. De la misma manera, acciones sin componentes de
marketing en general tenían menor alcance en la pobla-
ción. En Uruguay, por ejemplo, una marca de cerveza
lanzó una campaña televisiva en 2012 invitando a las
personas a tomar un taxi siempre que bebieran. Además
de la posibilidad de promoción de la marca por medio
del uso de su identidad visual, el comercial fue trans-
mitido en todo el país y en horarios pico de audiencia,
conquistando un alto alcance de población. Actividades
orientadas para públicos especícos, como adolescen-
-
56
tes, universitarios o padres, eran en general más elabo-
radas y con menor probabilidad de contener artimañas
de marketing.
57
7
CONSIDERACIONES FINALES
58
La industria del alcohol ha destinado recursos
considerables para promover sus estrategias de respon-
sabilidad social empresarial por toda América Latina
y Caribe. Los resultados presentados en este libro sin
embargo, cuestionan la calidad y la importancia de esas
actividades en términos de resultados para la salud pú-
blica.
El análisis reveló que la gran mayoría de las
actividades no fueron evaluadas por la industria en tér-
minos de efectividad para el control de los problemas
asociados al consumo de alcohol. Del mismo modo
que cuando algún tipo de resultado era presentado, se
trataba de informaciones procesadas, revelando apenas
cuánto” del servicio fue hecho. Considerando que la
mayoría de las actividades tuvo un alcance de la pobla-
ción bajo o que estaba orientada a poblaciones especí-
cas, posibilitando un mayor control sobre los resultados,
es curioso que las mayores empresas de alcohol en el
mundo no hayan realizado una medición de resultados
apropiada, ni hayan divulgado la metodología utilizada,
dado que se trata de un asunto de interés público.
Por otra parte, de acuerdo con la evalua
ción de los investigadores, sólo el 5% de las actividades
presentaron algún tipo de efectividad con base en las
evidencias y literatura cientíca sobre el tema. Este re-
sultado contraría uno de los principios fundamentales
de la Estrategia Mundial de la OMS que preconiza que
las políticas e intervenciones deben estar basadas en las
mejores evidencias existentes.
La forma como la industria puede beneciar-
se de las acciones de RSE, también genera dudas de si
son de hecho pensadas para reducir los problemas. La
mayoría de las acciones fue considerada dentro del en-
-
59
foque de “gestión de riesgo. En este caso, el objetivo deja
de ser el de no causar mal a la sociedad para dar lugar
al desarrollo y administración de actividades con el ob-
jetivo de mitigar riesgos y compensar factores externos.
Además, el análisis reveló que la mayoría de las accio-
nes presentan potencial de marketing, con promoción
de productos, marcas y empresas. El resultado sugiere
que el enfoque de RSE puede tener un doble benecio,
pues además de contribuir a la mejora de imagen cor-
porativa, también puede ayudar a consolidar marcas y
productos. Aún más importante, el potencial de marke-
ting disminuye la efectividad de las pocas actividades
que fueron clasicadas como con potencial para algún
nivel de efectividad. Para la Estrategia Mundial, la salud
pública debe ser priorizada en relación a otros intereses,
lo que deja de suceder cuando las actividades de RSE
están inmersas en estrategias de marketing.
Del mismo modo, el intento de ganar legitimi-
dad a través de la Estrategia Mundial es un argumento
recurrente de la industria del alcohol. El IARD declara
directamente su apoyo al documento de la OMS en su
sitio (33). Sin embargo, además de atacar los principios
básicos de la Estrategia Mundial, conforme vimos an-
tes, los investigadores encontraron que la mayoría de las
actividades no correspondieron a la descripción de las
áreas consideradas prioritarias por la OMS.
Esta investigación, como cualquier trabajo
cientíco posee algunas limitaciones, principalmente
por el hecho de estar fuertemente basada en informa-
ciones relatadas por la propia industria. Algunas infor-
maciones aún son tratadas por las empresas como con-
denciales y a pesar de los esfuerzos de los investigadores
en obtenerlas no fueron divulgadas. Sin embargo, los
60
resultados aquí presentados fueron obtenidos con uso
de una metodología cientíca y rigurosa.
61
8
RECOMENDACIONES
62
Con base en los resultados y conclusiones presen-
tados, los autores prepararon un conjunto de recomen-
daciones para representantes de gobiernos, legisladores,
sociedad civil, investigadores y centros de investigación
con referencia al establecimiento de alianzas con la in-
dustria del alcohol.
Las recomendaciones valen para todos los paí-
ses de América Latina y Caribe, principalmente para
aquellos donde las empresas de alcohol orientan la
mayor parte de sus esfuerzos como Brasil, México, Ar-
gentina y Chile. No es coincidencia que el programa
Global Smart Drinking Goals de AB InBev iniciará sus
actividades con un proyecto piloto en seis ciudades:
Shanghái, Buenos Aires, San Pablo, Ciudad de México,
Bruselas y Nueva York (34). Así, tres de los cuatro países
con el mayor número de actividades continuarán reci-
biendo grandes inversiones en RSE. Además, el proyecto
prevé la concesión de nanciación para investigadores
y organizaciones orientadas a la salud y políticas pú-
blicas. Estos profesionales estarían encargados de desar-
rollar, implementar, monitorear y evaluar el programa,
así como hacer disponibles públicamente, los resultados
(19).
1. Evitar la interferencia de intereses comercia-
les.
Es principio fundamental de la Estrategia Mun-
dial que las acciones de prevención y reducción de daños
asociados al consumo de alcohol sean guiadas y formu-
ladas con base en intereses de la salud pública. Esta in-
vestigación demostró que casi un 60% de las actividades
no podrían ser consideradas bajo las áreas prioritarias
63
de actuación recomendadas por la OMS, el 73% no pre-
sentaron evaluación de resultados y el 95% no tuvieron
efectividad. Por esto, aunque las actividades de RSE de
la industria parezcan loables en un primer momento,
el análisis profundo de las actividades reveló que están
lejos de cumplir los objetivos que públicamente se pro-
ponen. Más grave aún, casi el 56% presentaron potencial
de marketing y el 47% de las actividades utilizaron un
enfoque de gestión de daños, lo que levanta dudas sobre
los reales intereses de la industria en promoverlas.
La experiencia del área del tabaco demostró que
el liderazgo del gobierno, el involucramiento de la socie-
dad civil y la utilización de la ciencia son factores esen-
ciales para prevenir la interferencia de la industria en el
proceso político y en la implementación de intervencio-
nes efectivas (1). Pero a pesar de que investigadores del
área del alcohol hace años llaman la atención para los
asuntos de conicto de intereses, muchas organizacio-
nes que representan los intereses públicos aún no tiene
conciencia del problema. Por esto, tanto las organizacio-
nes gubernamentales, las universidades, los centros de
investigación y las organizaciones no gubernamentales
precisan estar atentos en sus alianzas para evitar que los
intereses comerciales se sobrepongan a los intereses de
prevención y promoción de la salud.
2. Los gobiernos deben actuar proactivamente
Los gobiernos estuvieron presentes como aliados
en casi la mitad de las actividades desarrolladas e imple-
mentadas por la propia industria, conforme los resulta-
dos presentados. Aun así apenas el 5% de las acciones
presentaron algún tipo de efectividad en el control de
64
los problemas asociados al uso nocivo del alcohol. Es
prerrogativa del gobierno garantizar que las acciones de
control estén basadas en las mejores evidencias posibles
y que estén libres de intereses comerciales, conforme
recomienda la Estrategia Mundial. Por esto es necesa-
rio que los gobiernos actúen proactivamente en el desa
rrollo, implementación y monitoreo de las actividades, y
denan de modo claro los objetivos y las atribuciones de
los asociados. Establecer alianzas es recomendado por
la OMS, pero sin violar los principios básicos de la salud
pública. Además, es sumamente recomendable que los
gobiernos eviten la interferencia de la industria del alco-
hol en el desarrollo de leyes y políticas públicas.
3. Considerar la RSE como una nueva forma de
marketing
Si casi el 56% de las actividades presentan com-
ponentes que puedan caracterizarlas con el potencial
de promover productos, marcas y empresa, es necesario
que los gobiernos las consideren como una nueva forma
de marketing, principalmente en la formulación de leyes
que las reglamenten. Esto implica inclusive que, estas
actividades estén sometidas a restricciones de público
objetivo, como los menores de edad. Existe una vasta
literatura disponible sobre el efecto de la publicidad del
alcohol en la iniciación del consumo de bebidas alcohó-
licas, especialmente entre los jóvenes.
4. Organizaciones no gubernamentales deben
estar atentas a sus objetivos
Representantes de las ONG deben estar atentos al
65
establecimiento de alianzas con empresas de bebidas al-
cohólicas. En general, las actividades desempeñadas por
ONG son percibidas como legítimas, libres de intereses
comerciales y orientadas al bienestar público. Acciones
que no poseen evidencias de efectividad, poseen com-
ponentes de marketing y en algunos casos pueden hasta
causar daños a las poblaciones involucradas, son contra-
rios a los objetivos de la mayoría de las ONG.
Además, estos conictos de interés no están to-
talmente explícitos para la sociedad, que desconoce los
métodos y los resultados de esas actividades. Por esto,
estas organizaciones deben estar atentas a la interferen-
cia de las empresas en el desarrollo del contenido de los
programas, a la imposición de actividades por las em-
presas y a la necesidad de agregados de logos, marcas y
otros componentes que puedan ser contrarios a los ob-
jetivos de la organización.
5. Evitar la interferencia en el proceso cientíco
y el uso de la legitimidad de los investigadores
Aunque alianzas con Universidades y de Investi-
gación hayan representado apenas el 4% de las activida-
des, estas exigen bastante atención por diversos facto-
res: ayudan a minimizar potenciales críticas al trabajo
que está siendo realizado; ayudan a crear una imagen
favorable de la industria de alcohol; inuencian el esta-
blecimiento de prioridades para el desarrollo de leyes y
políticas del alcohol; establecen un vínculo con el nom-
bre de instituciones de enseñanza e investigadores que
pasan a transferir y legitimar la estrategia; afectan el
proceso cientíco que precisa ser imparcial; tornan los
investigadores dependientes del patrocinio de la indus-
66
tria y crean una confusión en la sociedad sobre los reales
problemas asociados al consumo del alcohol (14).
Por eso, los gobiernos deben aumentar las
fuentes de nanciación independientes de forma que los
investigadores no se sientan incitados a buscar dinero
en la industria del alcohol. Además, investigaciones e in-
vestigadores que reciben cualquier tipo de nanciación
de la industria del alcohol deben divulgar claramente el
hecho, para que la sociedad comprenda la posibilidad de
conicto de intereses e interferencia en los resultados.
67
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Impresión y Terminación
Article
Full-text available
It has been proposed that alcohol industry 'social aspects/public relations' organizations (SAPROs) serve the agenda of lending credibility to industry claims of corporate responsibility while promoting ineffective industry-friendly interventions (such as school-based education or TV advertising campaigns) and creating doubt about interventions which have a strong evidence base (such as higher taxes on alcoholic beverages). This paper investigated whether submissions to Australia's National Preventative Health Taskforce (NPHT) from alcohol industry bodies regarding the Australian SAPRO, Drinkwise, have used this organization to demonstrate corporate responsibility while promoting industry-friendly interventions. Submissions to the Australian National Preventative Health Taskforce (NPHT) discussion paper Australia, the healthiest country by 2020 (n = 375) were examined to identify those with primary alcohol content. A thematic analysis of the resulting 33 submissions was conducted to determine which organization, institution or individual discussed Drinkwise. Australia. Nine of the 33 submissions discussed Drinkwise; all were submitted by the alcohol industry or its affiliates. Every industry submission referred to Drinkwise either as providing evidence of social responsibility or by suggesting the industry-friendly actions of Drinkwise as alternatives to those recommended by the NPHT report. Drinkwise has been used by the alcohol industry to create an impression of social responsibility while promoting interventions that maintain profits and campaigning against effective interventions such as higher taxes on alcohol.
Article
Full-text available
We examined whether alcohol advertising on cable television is associated with adolescent viewership. Using Nielsen data for every national cable alcohol advertisement from 2001 to 2006 (608 591 ads), we examined whether ad incidence in a given advertising time slot was associated with adolescent viewership (i.e., the percentage of the audience that was aged 12-20 years) after we controlled for other demographic variables. Almost all alcohol ads appeared in time slots with audiences made up of 30% or fewer underage viewers. In these time slots (standardized by duration and number of viewers), each 1-percentage-point increase in adolescent viewership was associated with more beer (7%), spirits (15%), and alcopop (or low-alcohol refresher; 22%) ads, but fewer wine (-8%) ads (P < .001 for all). For spirits and alcopops, associations were stronger among adolescent girls than among adolescent boys (P < .001 for each). Ad placements for beer, spirits, and alcopops increased as adolescent viewership rose from 0% to 30%, especially for female viewers. Alcohol advertising practices should be modified to limit exposure of underage viewers.
Article
Objectives: To evaluate the evidence base for the content of initiatives that the alcohol industry implemented to reduce drink driving from 1982 to May 2015. Methods: We systematically analyzed the content of 266 global initiatives that the alcohol industry has categorized as actions to reduce drink driving. Results: Social aspects public relations organizations (i.e., organizations funded by the alcohol industry to handle issues that may be damaging to the business) sponsored the greatest proportion of the actions. Only 0.8% (n = 2) of the sampled industry actions were consistent with public health evidence of effectiveness for reducing drink driving. Conclusions: The vast majority of the alcohol industry's actions to reduce drink driving does not reflect public health evidenced-based recommendations, even though effective drink-driving countermeasures exist, such as a maximum blood alcohol concentration limit of 0.05 grams per deciliter for drivers and widespread use of sobriety checkpoints. (Am J Public Health. Published online ahead of print February 18, 2016: e1-e7. doi:10.2105/AJPH.2015.303026).
Article
Aims and design: The historical and economic involvement of Brazil with tobacco, as a major producer and exporter, was considered an insurmountable obstacle to controlling the consumption of this product. Nevertheless, the country was able to achieve significant progress in implementing public policies and to take an international leadership position, meeting its constitutional commitment to protect public health. In this paper we provide a brief historical overview of tobacco control (TC) in Brazil, and analyse the factors that contributed to the major decline in tobacco consumption in the country over the last 20 years, as well as identify the challenges that had to be overcome and those still at play. Findings: The Brazilian case demonstrates how cross-sectorial collaborations among health-related groups that capitalize on their respective strengths and capacities can help to influence public policy and overcome industry and population resistance to change. Although Brazil still lags behind some leading TC nations, the country has an extensive collaborative TC network that was built over time and continues to focus upon this issue. Conclusions: The tobacco experience can serve as an example for other fields, such as alcoholic beverages, of how networks can be formed to influence the legislative process and the development of public policies. Brazilian statistics show that problems related to non-communicable diseases are a pressing public health issue, and advocacy groups, policy-makers and government departments can benefit from tobacco control history to fashion their own strategies.
Article
We explored the emerging relationships among the alcohol industry, academic medicine, and the public health community in the context of public health theory dealing with corporate social responsibility. We reviewed sponsorship of scientific research, efforts to influence public perceptions of research, dissemination of scientific information, and industry-funded policy initiatives. To the extent that the scientific evidence supports the reduction of alcohol consumption through regulatory and legal measures, the academic community has come into increasing conflict with the views of the alcohol industry. We concluded that the alcohol industry has intensified its scientific and policy-related activities under the general framework of corporate social responsibility initiatives, most of which can be described as instrumental to the industry’s economic interests.
Article
In this article, I document strategies used by alcohol producers to influence national and global science and policy. Their strategies include producing scholarly publications with incomplete, distorted views of the science underlying alcohol policies; pressuring national and international governmental institutions; and encouraging collaboration of public health researchers with alcohol industry–funded organizations and researchers. I conclude with a call for an enhanced research agenda drawing on sources seldom used by public health research, more focused resourcing of global public health bodies such as the World Health Organization to counterbalance industry initiatives, development of technical assistance and other materials to assist countries with effective alcohol-control strategies, and further development of an ethical stance regarding collaboration with industries that profit from unhealthy consumption of their products.
Article
Assessing the association between alcohol ad exposure and alcohol use in German adolescents, controlling for general ad exposure. Cross-sectional survey of 3415 sixth to eighth graders (mean 12.5 years) from 29 schools in three German states (June 2008). Exposure to 9 alcohol and 8 non-alcohol advertisements was measured with masked ad images; students indicated contact frequency and brand recall. Main outcomes were ever drinking, current drinking, binge drinking, alcohol use intentions and outcome expectancies. There was a bivariate association between both exposures (alcohol and non-alcohol ads) and all alcohol use measures. After adjustment for confounding, only alcohol ad exposure retained a significant association with outcomes. Multi-level logistic regressions revealed that compared with quartile one alcohol ad exposure, the adjusted odds ratios for quartile four were 2.4 (95% confidence interval 1.7-3.4) for trying drinking, 2.7 (1.8-3.9) for current drinking and 2.3 (1.6-3.5) for ever binge drinking. There was also an independent association between alcohol ad exposure and alcohol-related attitudes among never drinkers. This study demonstrates a positive association between exposure to alcohol advertising and multiple youth drinking outcomes, showing that the association is content-specific, not just a function of general ad exposure.
Article
This report argues that the growing involvement of the alcohol industry in scientific research needs to be acknowledged and addressed. It suggests a set of principles to guide ethical decision-making in the future. We review relevant issues with regard to relationships between the alcohol industry and the international academic community, especially alcohol research scientists. The guiding principles proposed are modelled after expert committee statements, and describe the responsibilities of governmental agencies, the alcohol industry, journal editors and the academic community. These are followed by recommendations designed to inform individuals and institutions about current 'best practices' that are consistent with the principles. Growing evidence from the tobacco, pharmaceutical and medical fields suggests that financial interests of researchers may compromise their professional judgement and lead to research results that are biased in favour of commercial interests. It is recommended that the integrity of alcohol science is best served if all financial relationships with the alcoholic beverage industry are avoided. In cases where research funding, consulting, writing assignments and other activities are initiated, institutions, individuals and the alcoholic beverage industry itself are urged to follow appropriate guidelines that will increase the transparency and ethicality of such relationships.
Article
The objective is to present a comparative analysis examining the alcohol industry's and scholarly researchers' use of the concept "responsible drinking." Electronic databases associated with health, education, sociology, psychology, and medicine were the date sources. Results were limited to English, peer-reviewed articles and commentaries specifically addressing "responsible drinking." Search descriptors included responsible, responsibility, drinking, alcohol, brewer, and campaign. Eighteen articles constituted the final sample. The matrix method was utilized to organize and abstract pertinent information. Misunderstanding stemming from the inconsistency and counterintuitive nature of brewer-sponsored "responsible drinking" campaigns is further compounded by researchers' use of the term and concept of "responsible drinking" in their scholarly reports. In articulating the definition of "responsible drinking," researchers employ subjective notions and personal ideas, thus not differentiating the construct's meaning from the one acquired in brewer-sponsored campaigns. Researchers are consistently inconsistent when identifying specific health measures that promote and/or contradict responsible alcohol consumption. To evade the subjective notions of researchers and restrictive impressions attached by the alcohol industry, the manner in which individuals interpret, perceive, and practice responsible drinking must be systematically explored and examined using theoretically based constructs.