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602
SANCTI CIRICI DE COLERA
/ SANT QUIRZE DE COLERA (ALT EMPORDË, GIRONA).
ESTUDIO PRELIMINAR DEL CONJUNTO MONçSTICO, SIGLOS VIII AL XVI
GISELA RIPOLL, EDUARDO CARRERO, DANIEL RICO, NœRIA MOLIST, ËNGELA G. CENTELLES,
JOSEP BENSENY, JOAN TUSET, JELENA BEHAIM, JOSÇ MARTêNEZ, FRANCESC TUSET
PRELIMINAR
El estudio emprendido en Sant Quirze de Colera se en-
marca en un proyecto de investigación que lleva por título
Ecclesiae, coemeteria et loci (saec. VIII-XI). Sancti Cirici de
Colera, Sidilianum, Olerdola / Esglésies, cementiris i hàbitats
(segles VIII al XI). Sant Quirze de Colera, Sidillà, Olèrdola
(ECLOC)1. El objetivo que se persigue con este proyecto es
comprender la dinámica de la transformación del paisaje
monástico, rural y urbano entre los siglos VII-VIII y XII, a
partir del trinomio secuencial, evolutivo y complejo de igle-
sia, hábitat y necrópolis, integrando la excavación, el estudio
arquitectónico y textual y la topografía, junto con todas las
posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y las téc-
nicas analíticas. Para ello seleccionamos tres yacimientos
aparentemente distintos y con una realidad arquitectónico-
monumental propia.
Olerdola / Olèrdola (en el Penedès, al sur de Barcelona),
es una civitas medieval con gran desarrollo urbano organi-
zado en dos grandes barrios, uno intra muros y otro fora
muros. Los dos con iglesia, necrópolis y hábitat, funcionando
contemporáneamente desde los siglos VIII / IX hasta el XII.
Nuestros trabajos se centran en el barrio fuera de la muralla,
conocido como Pla dels Albats que ocupa una extensión de
cerca 6 hectáreas en el que no se ha realizado hasta ahora
Sidilianum
/ Sidillà (al nordeste de Girona), un conjunto profundamente
abandonado y maltratado. Se trata de una aglomeración de
carácter rural de pequeñas dimensiones, asentada sobre una
villa romana, con una iglesia parroquial, un poblado y un
considerada una iglesia del siglo X, las intervenciones nos han
elementos del primer santuario: altar y caja de reliquias. Las
UDC: 726.71(460.23)"07/15" G. Ripoll*
902.3 E. Carrero**, D. Rico**
Sancti Cirici de Colera / Sant Quirze de Colera is a Benedictine monastic foundation on the southern face of the eastern Pyrenees. e various structures
that have survived as well as the documentary sources provide a wide chronological range of the 8th to 16th
centuries, when the monastic community
moved to another location. In the 19th century the site became private property and in the 1990s the rst eorts at restoration and archaeological
excavation began. Our programme of new research into this very special complex began two years ago with a multi-disciplinary approach focusing on
the entire complex and all its aspects: the analysis of written sources and preserved remains in order to understand and outline its principal phases of
development, not only structural but also functional and liturgical, using all the most modern instruments and technologies of the various disciplines
concerned. In order to achieve the maximum results, our analyses have followed a number of dierent techniques which include a topographic map,
photogrammetry, plans and 3D modelling-reconstruction, as well as chrono-stratigraphical, architectural and liturgical analyses, that have allowed us
to dene the various historical phases in which this monastic site was founded, developed and nally abandoned. We present here some of the rst results
which, although preliminary, serve to illustrate the work being undertaken and the consequent reinterpretation of the abbatial church now possible.
Key words: Benedictine monastery, Early Middle Ages, Catalonia, architecture, liturgy, photogrammetry, stratigraphy.
giselaripoll@ub.edu,
angelagonzalez.ub@gmail.com, josep@benseny.cat, joantusetestany@gmail.com, ftuset@ub.edu
Eduardo.Carrero@uab.cat, daniel.rico@uab.es, jelenabehaim@gmail.com
jmrubio@ega.uva.es
1
Este texto se inscribe dentro de los trabajos realizados por el ECLOC proyecto que se ejecuta en el marco de la convocatoria Projectes quadriennals de
recerca en matèria d’arqueologia i paleontologia per al període 2014-2017, Direcció General de Patrimoni Cultural, Generalitat de Catalunya (núm. exp.:
-
missionat per a Universitats i Recerca del DIUE, Generalitat de Catalunya). Como es lógico el proyecto ECLOC y los conjuntos estudiados forman parte del
Pyrenae, Número Especial 50è aniversari (2015),
181-244 (pp. 209-216).
603
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
excavaciones de las estructuras del poblado que ocu-
pan, por el momento, más de 600 m² atestiguan una
necrópolis anterior, una ocupación intensa en los siglos
X y XI y un abandono progresivo a partir de mediados
del siglo XI cuando todo el conjunto queda cubierto
por gran una duna provocada por los desvíos que se
Por último, el otro yacimiento integrado en el
marco del proyecto ECLOC es el monasterio de Sancti
Cirici de Colera / Sant Quirze de Colera situado en un
paraje de gran belleza natural, al pie del macizo de la
Albera, punto de paso natural para cruzar el Pirineo,
a menos de 10 km de la costa a vuelo de pájaro, y a la
-
nes, dotado de una iglesia parroquial y una monástica
además de todas las dependencias del monasterio y
una necrópolis, con una dilatada cronología, desde
el siglo VIII hasta el siglo XVI, momento en que la
siglo XIX y hasta los años 1990 estuvo en manos pri-
vadas provocando, si cabe, una gran degradación de
todas las estructuras. Cuando en 1994 fue vendido al
primeras consolidaciones, restauraciones e interven-
ciones arqueológicas que pusieron al descubierto una
extensa necrópolis previa a la construcción eclesiástica
con tumbas localizadas tanto en el interior de la iglesia
como en su fachada, en el claustro y su entorno.
Fig. 1. Mapa de localización del conjunto monumental de Sant Quirze de Colera (Rabós
d’Empordà, Parque Natural de l’Albera, Alt Empordà) (ECLOC).
Fig. 2. Ortofotografía con las estructuras del complejo monástico de Sant Quirze y al oeste la iglesia parroquial de Santa María (ECLOC/LFA).
604
No obstante y a pesar de la importancia que tuvo en época
medieval y su majestuosa monumentalidad, el conjunto ha
suscitado muy poco interés entre los historiadores y por
parte de la administración y adolece de una gran fragilidad
que dentro del proyecto ECLOC emprendamos un estudio
integral con un equipo interdisciplinar utilizando todos los
medios a disposición. Nuestro objetivo es el análisis de las
fuentes y de las estructuras conservadas para comprender
las fases y transformaciones tanto constructivas como fun-
cionales y litúrgicas, utilizando todos los instrumentos y
nuevas tecnologías propias de las diversas disciplinas. Para
la correcta ejecución de este análisis estamos trabajando en
diferentes líneas. Desde la elaboración de una topografía,
una fotogrametría, una planimetría y un modelo 3D, hasta
Presentamos aquí unos primeros resultados que, aunque
provisionales, muestran el trabajo en curso y las consecuen-
tes reinterpretaciones de la iglesia abacial.
LA LOCALIZACIÓN DE SANT QUIRZE DE COLERA
El conjunto monástico de Sant Quirze de Colera se sitúa
en el macizo de la Albera, en el extremo oriental de los Pi-
rineos y dentro de los límites del Paraje Natural de Interés
Está situado en la ladera este del Puig Abreu, a 176 m.s.n.m.,
en un paraje de vegetación mediterránea donde predominan
los matorrales, brezos y retamas, con poca presencia de al-
cornoques y pinos, al contrario de lo que sucede en el sector
occidental, caracterizado por una vegetación más húmeda.
de vides que rodean el monasterio han sido transformados
en prados y pastos.
Sant Quirze de Colera se emplaza en el fondo de un
pequeño valle al que da nombre, el valle de la riera de Sant
Quirze o de la Reguerada. Geológicamente, el valle es una
mientras que las montañas que la rodean son formaciones
del período Cambro-Ordoviciano. El estudio de los mate-
riales constructivos del conjunto monástico evidencia el uso
de rocas ígneas o volcánicas como el granito y la traquita y
el esquisto y la pizarra, relacionados con las formaciones
rocosas de este sector pirenaico y con los conos volcánicos
que están en constante erosión en la llanura litoral que forma
prácticamente toda con materias primas procedentes del
entorno inmediato.
La hondonada de Sant Quirze viene marcada por el
camino que da acceso al Coll de Banyuls (356 m.s.n.m.), el
paso natural que cruza los Pirineos y constituye una vía de
comunicación fundamental entre la Península y Europa.
Desde el siglo II a.C., un ramal interior de la via Domitia
pasaba por el Coll de Banyuls, evidenciando la importancia
Fig. 3. Planta general del conjunto de estructuras del complejo monástico de Sant Quirze de Colera (ECLOC/J. Benseny, F. Tuset y G. Ripoll).
605
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
de este paso ya en el período romano2. En época carolingia
3, citado en
leyendas relativas a la conquista franca y considerado como la
ruta de expansión de la cultura carolingia en relación con la
línea de los primeros monasterios benedictinos y las iglesias
de los siglos X y XI.
Sant Quirze deriva de Sancti Quirico o Cirici, un nom-
bre mencionado en todas las fuentes, desde el primer texto
resaltar que en el texto del 844 (cf. infra) se cita el topónimo
de Leocarcari o Leucarcari
y tierras que rodean y/o pertenecen al monasterio. El topóni-
-carcari, derivado del
latín carcer, prisión. Es posible que el topónimo Albera en-
cuentre su origen en el latín albus como transliteración de
-aria, en el sentido de empleo o de lugar,
o bien que derive, no sin dudas, directamente de albarius,
4.
-
te diferente. Importantes bosques explotados y espacios
dedicados a la ganadería y a la agricultura con presencia de
hábitat disperso dependiente del monasterio. Un ejemplo
se encuentra en las estructuras localizadas en el nordeste
prácticamente sobre el curso de agua del Rec de la Perdiu,
a escasos 250 metros de distancia del conjunto, el llamado
5.
ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS E INTERVENCIONES DE
CONSOLIDACIÓN, RESTAURACIÓN Y ADECUACIÓN
Las primeras intervenciones arqueológicas de las que
tenemos noticia se remontan a la década de 1970, aunque
se sabe que en 1984 se vaciaron varios rellenos de tierra en
contigua, donde a su vez se realizaron tareas de consolida-
ción6.
En 1994 el monasterio pasó de manos privadas a ser
supuso impulsar un proyecto de excavación, restauración y
En el marco de dicho proyecto, se encomendaron una serie
de informes con el objetivo de evaluar el estado de conser-
vación arquitectónico, plantear intervenciones futuras y
proponer una musealización7. De este modo, y en función
de las fases previstas para la restauración, se iniciaron las
primeras excavaciones arqueológicas. En 1997 se intervino
en el área del claustro, ocupado por una vasta necrópolis,
y en la zona exterior de la cabecera de la iglesia, documen-
tándose, al este de los ábsides, un foso recortado en la roca
con orientación norte-sur8. Sin embargo, a causa del mal
estado de conservación de la estructura, en el año 2000,
9, que debía
ser el eje conductor de todas las intervenciones venideras
en el conjunto del cenobio pero que no ha sido ejecutado
en su totalidad.
El proyecto contó con una primera fase de intervenciones
donde los trabajos arqueológicos fueron desarrollados en
función de las obras de consolidación y restauración (2000-
2003). Así se realizó el control arqueológico de las obras de
las cubiertas de la iglesia, pudiendo documentar al menos
dos fases diferenciadas: una primera de cronología indeter-
minada y una reforma posterior fechada mediante hallazgos
cerámicos en el siglo XIV10-
zo y consolidación de los cimientos y la fachada del ángulo
noroeste, uno de los puntos débiles y problemáticos de la
estructura arquitectónica de la iglesia monástica. Durante
las obras de apuntalado de la fábrica en dicho costado, se
documentaron dos sepulturas excavadas en la roca y algunos
niveles de derrumbe en un sondeo realizado en el exterior
norte de la iglesia11.
Entre 2002 y 2004 se excavó en el interior de la iglesia y en
el refectorio, situado en el sudoeste de ésta. En la zona de la
cabecera de la iglesia, frente al ábside mayor y en pleno tran-
en piedra y forradas con mortero que fueron interpretadas
como parte de una cripta de cronología anterior12. En esta
misma intervención arqueológica se excavaron varias sepul-
2
Voies romaines du Rhône à l’Èbre : via Domitia et via Augusta
La via Domitia et ses embranchements (Canet de Roussillon:
3
Butlletí Interior, Societat d’Onomàstica, 60 (1995), 301-306.
4
Sección de Estudios ibéricos “D. Fletcher Valls” Estudios de lenguas y epigrafía antiguas - ELEA, 9
(2009), 431-460 (pp. 444-445).
5
Las excavaciones llevadas a cabo por la Universitat de Girona, bajo la dirección de Ll. Palahí y D. Vivó, fueron objeto de una noticia en la prensa, cf. D.
El Punt Avui, 20/07/2012.
6
Annals de l’Institut d’Estudis Empordanesos, 43 (2012), 39-63 (pp. 40-41).
7
Arqueologia de la Generalitat de Catalunya.
8
D. CODINA, op.cit. (n. 6), p. 41.
9
Departament de Política Territorial
i Obres Públiques, Generalitat de Catalunya (2010), 155-163.
10
VI Jornades d’Arqueologia de les Co-
marques Gironines
11
VI Jornades
d’Arqueologia de les Comarques Gironines, (2002), 387-388.
12
VII Jornades d’Arqueologia de les comarques de Girona,
606
turas antropomorfas recortadas en la roca, distribuidas en
las tres naves de la iglesia y en el transepto que se suman a
las localizadas anteriormente en el ábside sur. Dos de ellas
fueron objeto de dataciones de 14C, aportando una cronolo-
gía de segunda mitad del siglo VIII13, lo que atestigua una
ocupación del lugar muy anterior a la primera fuente escrita
de tumbas en la zona ocupada por el refectorio.
A continuación, entre el 2004 y 2007 se acometió una
segunda fase de adecuación, destinada a mejorar la circu-
lación y la visita. Se reforzaron los dos pilares del noroeste
de la nave y se iniciaron las obras de acondicionamiento
incluían la restauración y consolidaron de las pinturas mu-
rales conservadas y de las estructuras de la supuesta cripta
y del refectorio14.
La tercera fase del proyecto (2008-2009) se centró en la
adecuación de la cubierta y el interior del refectorio, así como
el acondicionamiento de las galerías del claustro para la cir-
culación15. La datación por 14C de un individuo del claustro
proporcionó una cronología de alrededor del año 900 d.C.16.
Entre 2011 y 2013 se acondicionó la zona norte de la
mediante la instalación de pasarelas y plataformas.
-
tuada a poco más de 50 metros al oeste del monasterio, ha
sido objeto en los últimos años de diferentes intervenciones
dada la degradación de la estructura arquitectónica. Las
actuaciones arqueológicas de 2011 y 201217, previas a los tra-
bajos de restauración, revelaron la presencia de un espacio
delimitado por dos muros y pavimentado con mortero en la
de la iglesia, una banqueta adosada al muro norte y al ábside
y varios agujeros de estacas. Cabe destacar la presencia de
diversas sepulturas antropomorfas excavadas en la roca,
algunas de las cuales son anteriores a la construcción de
la iglesia, evidenciando un uso funerario de la zona previo
restauración posteriores se reconstruyó la cubierta de bóveda
preexistente y se acondicionó el interior con plataformas,
paneles informativos y alumbrado para la visita de los restos
arqueológicos previamente consolidados.
-
cipio de estas páginas, han hecho que dentro del proyecto
ECLOC enfoquemos el estudio integral del conjunto monásti-
por una topografía, una fotogrametría, una planimetría y
parámetros históricos de Sant Quirze de Colera.
TOPOGRAFÍA, FOTOGRAMETRÍA Y MODELIZACIÓN 3D
De los trabajos de documentación geométrica del monas-
-
13
D. CODINA, op.cit. (n. 6), p. 46.
14
IV Congreso del GEIIC,
Cáceres (2009), 267-276 (p. 275).
15
op.cit. (n. 9), p. 57.
16
17
XI Jornades d’Arqueologia de les comarques de Girona, Girona (2012), 381-384.
Fig. 4. Conjunto de estructuras que componen el complejo monástico de Sant Quirze de Colera (ECLOC/LFA).
607
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
ca de la Escuela de Arquitectura de Valladolid. El objetivo es
partes que componen el conjunto monumental. Aplicando
resultado es una nueva cartografía del emplazamiento y
planimetrías18.
En el proceso de trabajo, además del equipo técnico
humano, se han utilizado dos GPS
cámaras digitales, objetivos y cuatro drones para las ope-
raciones aéreas. En el trabajo de campo se contó con varios
ordenadores para procesar la información in situ y poder
-
cio se ha basado en cuatro tecnologías complementarias:
geodesia espacial, topografía clásica, topografía mediante
escáner láser y fotogrametría.
La geodesia espacial, basada en receptores GPS, propor-
ciona el marco de referencia global a los trabajos y su enlace
-
derivados de aquellas.
de referencia hasta cubrir los diferentes espacios de interés
las nuevas bases de estacionamiento se realizaron las me-
diciones de los puntos de control que servirían para dar una
posición global a los datos capturados con las siguientes
-
mentos se expresen en un mismo sistema de coordenadas
para todo el registro.
Las técnicas de fotogrametría y láser se han combinado
con el objetivo de incorporar sus pertinentes ventajas pro-
duciendo una base de datos a partir de ambos registros19. El
primer resultado de la base de datos ha sido la generación
trata de una fuente de información inagotable que sirve para
estudios dependiendo de las necesidades de los investiga-
dores. La fotogrametría aporta un mayor grado de comple-
ción dado que es capaz de alcanzar las partes o sectores de
las cubiertas, y reúne una mayor cantidad de información
cualitativa de fácil interpretación. El láser, por su parte, es
capaz de producir una información con mejores cualidades
en lo que respecta a la métrica que la fotogrametría, si bien
Trabajos topográcos con GNSS y Estación Total
Como se ha citado anteriormente, la primera operación
realizada en el monasterio sirvió para conformar una red
básica de estaciones de referencia cuyas posiciones fueron
determinadas por técnicas de geodesia espacial mediante
18
-
Documentación Gráca del Patrimonio
19
-
Geoinformatics, 6, 2011, 132-139.
3D
Recording and Modelling in Archaeology and Cultural Heritage - Theory and Best Practices (Oxford: Archaeopress BAR Publication Series 2598, 2014), pp. 63-72.
Fig. 5. Explotación de la nube de puntos por secciones (ECLOC/LFA).
608
conformando una red de referencia.
El receptor estático transmite por radio en tiempo real
aleatorias en la posición recibida de los satélites. Errores o
variaciones que se puede asumir, afectan del mismo modo a
ambos receptores en cada instante y, al saber que el receptor
permanece estático, pueden ser determinados y enviados
instantáneamente al receptor móvil. De este modo se
consiguen obtener las coordenadas de esta red principal y
Con apoyo en esta red, se derivan otras bases de referen-
cia para cuya medición se trabaja con la estación total. Se
eligieron nuevos puntos de estacionamiento en el interior
de la iglesia, el claustro y el refectorio, desde los cuales se
realizó la medición directa de los puntos de control topo-
la fotogrametría.
Los puntos de control tienen, en el proceso fotogramétri-
co, varias funciones que en suma hacen posible establecer la
-
sirven para enlazar los datos derivados del escaneo láser,
vertebrando todo el levantamiento a partir de un sistema
de referencia métrica común.
Levantamiento láser y modelado fotogramétrico 3D
El levantamiento láser tridimensional utilizó para la
por ser de tamaño reducido, rápido y preciso. La ‘nube de
producido una nube que contiene entre 20 y 40 millones
En paralelo a las labores de escaneo se han realizado
completo por fotogrametría20-
do, con más de 2500 imágenes, desde posiciones terrestres
y aéreas mediante drones. Estas imágenes se utilizaron para
emplea algoritmos automáticos structure from motion para
la formación de nubes de puntos 3D con color real, ortofotos
y modelos digitales de elevación.
El proceso fotogramétrico se divide en tres etapas: orien-
tación de las imágenes, transformación de coordenadas al
para generar una nube de puntos 3D en color a partir de la
cual se pueden derivar otros productos. La técnica permite
determinar en un solo proceso las posiciones relativas de las
cámaras en cada toma (orientación externa) y los parámetros
interna).
Se realizaron dos tipos de fotos aéreas con drones. Las
de eje vertical alineadas sobre trayectorias rectilíneas y
paralelas de altitud constante adecuadas para obtener una
buena información de planta y las oblicuas y convergentes
que contribuyen al modelado de los paramentos verticales.
Una vez calculadas las posiciones absolutas de los puntos
de vista de las fotos, es posible hacer la reconstrucción 3D de
o más fotografías pudiéndose proceder a la corresponden-
cia masiva de todos los píxeles de las fotos. Este principio
básico permite la formación de nubes de puntos semejantes
a las obtenidas por el láser, que posibilitan la construcción
de geometrías basadas en mallas de las que se pueden ob-
Fig. 6. Nube de puntos de láser escáner (ECLOC/LFA).
20
”, The International Archives of the Photogrammetry, Remote Sensing and Spatial Information Sciences, XL-1/W4
modeling”,Image Engineering and Vision Metrology, Proceedings of the ISPRS Commission V Symposium (Dres-
den: ISPRS Archives, XXXVI, Part 5, 2006).
609
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
tener ortofotos y/o fotomosaicos de alta
resolución.
-
riormente, los datos obtenidos por el
escaneo láser consiguen mejor calidad
geométrica, sin embargo, la solución
fotogramétrica ofrece la información del
color que hace posible la interpretación
simultánea de la forma y los aspectos
como una mayor densidad y compleción.
El levantamiento fotogramétrico se
completó con fotografías aéreas, consi-
guiendo un punto de vista elevado para
la medición de las cubiertas y la planta de
el trabajo desarrollado en Sant Quirze de
Colera se utilizaron dos drones diseñados
para la realización de grandes proyectos
especializados en fotografía vertical.
Un tercer dron, de tamaño más reducido, fue utilizado
para la captura de vídeos e imágenes complementarias. En
los vuelos realizados en la campaña del 2015 las alturas de
operación estuvieron marcadas entre los 110m y 65m, ofre-
imágenes, se obtuvo una ortoimagen de planta extendida de
la zona del valle donde se emplaza el monasterio y otra, de
más detalle, limitada al conjunto edilicio. Esta ortofoto, aun
siendo de gran calidad y superando en resolución a todos los
detallada para la restitución de los elementos arquitectóni-
cos y arqueológicos relevantes. Por ello, en la campaña de
2016, se redujo la altura de vuelo hasta los 30m y se eligió
una lente de mayor longitud focal logrando una resolución
efectiva de pixel mejor a 4mm.
-
mente los resultados de métodos tradicionales de produc-
gracias a la multiplicidad de puntos de vista, se hace posible
un nivel de redundancia altísimo que permite construir mo-
delos 3D mucho más rigurosos. Gracias a estos modelos, es
posible obtener ortoimágenes en las que la deformación de
la perspectiva se reduce a límites imperceptibles. Es lo que
-
apareciendo algunos paramentos proyectados o deformados.
Los vuelos de la campaña del 2016 han permitido obtener
una resolución mucho mayor y una ortofoto aún más rica
en detalle, logrando en estas ortoimágenes que cada píxel
corresponda a 2cm de la realidad, diferenciándose de las
es menor a 20cm. Cabe destacar también otro resultado del
proceso de documentación, los modelos digitales de eleva-
ción de alta resolución basados en las nubes de puntos. Estos
reproducen las irregularidades del terreno, obteniendo de
forma automática las representaciones de relieve por curvas
de nivel y tintas hipsométricas.
ECLOC sobre Sant Quirze de Colera se basa en el modelo tri-
dimensional. Gracias a la metodología utilizada y el material
se observa en los primeros resultados que aquí se presentan.
SISTEMA DE INFORMACIÓN ESPACIO-TEMPORAL
El conjunto de Sant Quirze de Colera, como se ha visto
ya hasta aquí y como se verá más adelante, es una realidad
conjuntos históricos conlleva hacer frente a un amplio reper-
torio de datos esencialmente arqueológicos, arquitectónicos
y documentales, entre otros21. Abordar su estudio plantea un
reto importante, el de almacenar e interrelacionar de forma
-
nalidad de poder observar e interrogar al monumento desde
múltiples perspectivas. Es necesario crear una estructura
de datos sobre la cual poder trabajar realmente de forma
interdisciplinar, que además se pueda actualizar, analizar
un instrumento que permita ir más allá de la pura y mera
documentación.
Establecimiento de una metodología crono-estratigráca
El proyecto establecido para el análisis crono-estratigrá-
dos conceptos o ideas: la de modelo espacio-temporal y la
de sistema de información.
La construcción de un modelo espacio-temporal del
los hechos históricos, que en él se han ido sucediendo. Es
-
ciales y una temporal, ordenarlos de forma lógica, para así
poder operar con ellos. A nadie se le escapa que este es pre-
Fig. 7. Modelado fotogramétrico 3D. Formación de modelo de malla 3D texturizada (ECLOC/LFA).
21
Corpus Architecturae Religiosae EuropeaeCARE-HispaniaHortus Artium Medievalium 18/1 (2012), 45-73.
610
en sí. De este modo, la principal herramienta de trabajo es
-
tecimiento, hecho o suceso, es decir, como contenedor de
espacio-temporales. Partimos de la premisa que la Ue es la
una realidad compleja, la del conjunto histórico, en partes
manejables, comprensibles y operativas. La estrategia del
análisis se basa en aislar cada Ue permitiendo así un conoci-
miento más preciso de la secuencia diacrónica y/o sincrónica
del monumento y las diferentes estructuras arquitectónicas
que lo componen.
Fig. 8. Planta digitalizada con todos los datos estratigrácos (trabajo en curso) (ECLOC/J. Benseny, F. Tuset y G. Ripoll).
611
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
-
temporal y los estudios interdisciplinares la información
contenida en cada Ue, información que puede ser cuanti-
tativa, analítica o contextual.
-
del modelo espacio-temporal. Se trata de un primer orden
lógico basado en unas normas también lógicas que no se
podrán transgredir en los pasos siguientes. Establecida esta
estructura vertebral se procede a dotarla de contenido, de
información, iniciándose así el proceso de construcción de la
aproximación razonada e interdisciplinar al conocimiento
de datos espacio-temporales, sobrepasando la simple cró-
nica de los hechos. De lo que se trata es de comprenderlos,
contextualizarlos y explicarlos.
Este primer paso es fundamental. Dotar al modelo de
-
rentes tipos de datos e informaciones que generan y usan
los investigadores que participan en el proyecto desde sus
-
plementaria, pero a su vez, solapada, todas las cuestiones
fuentes textuales y los datos históricos, las discusiones sobre
el estilo, la organización y función litúrgica de los espacios,
las técnicas constructivas, los cálculos estructurales, las pa-
tologías, la obtención de las materias primas, las dinámicas
geológicas, los datos geométricos, y un largo etcétera, como
es lógico en el estudio de cualquier arquitectura de gran
diversidad y proyección temporal. Son todos estos factores
y condicionantes los que han obligado a pensar y diseñar un
sistema de información que se ajustase a la complejidad de
los datos, a los requerimientos de la investigación, al trabajo
interdisciplinar y ubicuo.
Implementación metodológica
La implementación metodológica, teniendo en cuenta lo
que se ha dicho en el apartado anterior, está en curso. Se ha
procedido, en primer lugar, a recuperar toda la información
disponible de las intervenciones arqueológicas, pero tam-
bién las de consolidación y restauración arquitectónicas (cf.
supra), realizadas en el conjunto desde el año 1997 hasta el
-
que la dirección de la excavación no recayó siempre sobre
el mismo arqueólogo, el criterio de aplicación y registro es-
información pasada, presente y futura de forma consistente,
coherente y lógica.
En segundo lugar se ha digitalizado y georeferenciado
exclusivamente plantas generales. Posteriormente, todo
este material ha sido vectorizado mediante CAD, indivi-
-
para comprender, revisar y actualizar la gran masa de datos
Al mismo tiempo se ha reconstruido el registro estrati-
ción
-
-
vaciones antes indicadas, plantea grandes inconvenientes, la
mayoría de ellos derivados del criterio metodológico que se
usó en cada intervención. El principal problema viene dado
individualizada Ue a Ue. Esta limitación se ha podido sub-
sanar, en gran parte, a partir de las plantas generales que no
secciones, pero con la consecuente pérdida de información
y de detalle. Otro problema es el que plantean las escasas o
excesivamente concisas descripciones de las Unidades Estra-
esta situación se agregan otras dos de gran relevancia: la
y la inexistencia de plantas de estrato, sólo analizables a
partir de las pocas secciones. La metodología del registro
Ue negativas y al dibujo en planta y sección de cada una de
ellas; su ausencia, merma, por no decir invalida, una posi-
que se está realizando dentro del proyecto no es una simple
En tercer lugar, se está procediendo a incorporar en el re-
que se están acometiendo en la actualidad, especialmente el
análisis constructivo y de paramentos, que no ha sido nunca
realizado y que consideramos de absoluta necesidad para
de las estructuras del conjunto monástico. Nos preocupa,
de manera muy especial, el buscar la correlación o la con-
conjunto, ya que al ser anotadas sólo parcialmente en las
anteriores excavaciones, no proporcionan una documenta-
El otro punto importante del proceso de trabajo, en
cuarto lugar, es generar la base del modelo espacio-temporal
Fig. 9. Introducción de datos estratigrácos en el software Proleg StratiGraf
(trabajo en curso) (ECLOC/J. Benseny, F. Tuset y G. Ripoll).
612
mediante la creación de una base de datos espacial que uni-
-
dor de información), su geometría (la dimensión espacial)
La base de datos espacial se ha implementado en PostGIS
un módulo GNU GPL que añade soporte a objetos geográ-
PostgresSQL siguiendo los estándares de los Sistemas de
-
se obtiene una potente herramienta de análisis a partir de
consultas SQL (Structured Query Language). Es lo que se
es necesario conectar la base de datos PostGIS a alguno de
los numerosos SIG de escritorio que lo pueden usar.
De este modo, por ejemplo, una consulta que indique
compuesta por el conjunto de los dibujos individuales de
cada una de las Ue con las que mantiene dicha relación.
Esta consulta es lo que se denomina: construir la realidad
anterior de una Ue. Este tipo de consulta no es baladí, es
especialmente útil, junto con la de construcción de la reali-
se pueden recorrer paso a paso los niveles de la secuencia
construyendo con la consulta las correspondientes plantas.
El modelo espacio-temporal es el único instrumento que
ofrece la posibilidad de visualizar a través de la composición
-
prender, para detectar errores o para contrastar hipótesis,
sumamente difíciles de percibir de otro modo.
Por último, en cuanto a la implementación metodo-
lógica, se está ahora ampliando la estructura de datos del
modelo espacio-temporal, teniendo en cuenta lo dicho más
información, al igual que lo son las agrupaciones de Ue,
acciones, momentos, fases o períodos. La estructura pri-
maria de la base de datos espacial debe ir desplegándose ad
hoc integrando los elementos que se están generando en el
proceso de investigación interdisciplinar. Sólo así puede ser
construido el sistema de información del conjunto.
Retos de futuro
El manejo de datos y geometrías 2D o 3D en formato
vectorial construyendo un modelo espacio-temporal es
asequible, tal como se ha visto, dado que se dispone de la
tecnología necesaria para hacerlo, ampliamente desarrollada
-
scanner y fotogrametría a partir de imagen digital), dirigidas
básicamente a la generación de un modelo tridimensional
del cual se extrae información tanto en 2D como en 3D, así
como información fotogramétrica y modelos de elevación
del terreno, entre otros. Los modelos de datos obtenidos
con estas técnicas son más difíciles de gestionar y no se
para poderlos integrar y hacerlos operativos según demanda
nuestro método. Es necesario poder diseccionar un modelo
tridimensional de puntos (point cloud) Ue a Ue para así
integrar y gestionar dicha información a partir de la base
de datos espacial y disponer de un módulo para la base de
datos dotado de las funciones imprescindibles para realizar
(geometrías 3D simples, ortofotografías…) y crear mallas,
texturas o renderizar.
Con un modelo espacio-temporal tridimensional que
incorpore estas características obtendremos un constructor
-
prensible que el que se consigue a partir de la información
vectorial citada con anterioridad. La solución a este reto
planteado por el proyecto ECLOC el año 2016 se inició con un
-
do por la Comunidad de Castilla y León, junto al Grupo de
-
ca y Visualización Avanzada del Patrimonio integrado en el
Informática de la Universidad de Valladolid. El proyecto
en sí tiene como objetivo atender nuestros requerimientos
(modelo espacio-temporal) capaz de gestionar todo tipo de
información 2D y 3D, especialmente centrado en solucionar
la integración y la explotación de los datos tridimensionales
que se obtienen con las nuevas tecnologías geomáticas22.
UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A LAS FUENTES TEXTUALES
-
Quirze de Colera es, por decirlo de alguna manera, todavía un
tema pendiente, lo mismo que el abaciologio, que debe ser
acometido por los investigadores dado que su recopilación
y minucioso estudio ha de permitir establecer, junto con el
del conjunto. Una gran parte de la documentación textual se
encuentra en el Archivo de Besalú23, dado que el monasterio
de Sant Quirze fue agregado al de Sant Pere de Besalú por
el Papa Clemente VIII en 1592.
las fuentes escritas se trasladaron al Archivo de la Delegación
de la documentación monacal de la diócesis gerundense.
estudió y transcribió algunos textos íntegramente, elabo-
rando resúmenes amplios de otros24. En 1918 los fondos
22
“”, Journal
of Archaeological Science, 41 (2014), 251-262.
23
Quaderns de les
Assemblees d’Estudis, 1 (2014), 7-28 (p. 9).
24
Annals de l’Institut d’Estudis Empordanesos, 20 (1987), 229-273 (p. 232).
613
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
Archivo de la Corona de Aragón, aunque muchos textos ya
se habían extraviado porque fueron adquiridos por particu-
lares25. Actualmente se conserva sólo una pequeña parte de
la documentación de los siglos IX al XII y se dispone de las
Noticias Históricas, en el volumen correspondiente a los
monasterios del condado de Besalú26.
La primera fuente escrita referida al monasterio es el
texto original se extravió y sólo se han conservado dos copias
posteriores: una del siglo XIII en el Archivo Episcopal de Giro-
na y un extracto interpolado del siglo XIX en el Archivo de la
27-
en 1896. Sea como fuere, la autenticidad de dicho documento
Villanueva28 apuntaba que aunque el texto sufra interpola-
contexto histórico son acertados y se pueden corroborar con
textos del siglo IX, como los documentos escritos que sitúan
a Gotmar como obispo de Girona como mínimo desde el 841
hasta el 850 y una sentencia del 842 donde aparece el conde
Alarico, todos ellos citados en el juicio del 844.
El documento reseña un juicio entre Alarico, conde de
Empúries-Peralada, y Guiemundo, monje de Sant Quirze,
por la potestad del monasterio, sus tierras y Castro Tolon,
aludiendo a un supuesto precepto de Carlomagno. Según
este, Libencio, el tío del monje, y su padre, Asenario, ocu-
paron el castillo de Tolon y todas sus tierras y construyeron
de todos los bienes pasó al monasterio de Sant Quirze y a
los que vivieran allí siguiendo una existencia monacal. Cabe
destacar la doble advocación de la iglesia del monasterio a
san Quirico y san Andrés.
El mismo texto aporta igualmente referencias tempo-
rales que permiten ceñir con cierta precisión los orígenes
fundacionales del monasterio. El texto cita ...et judicaverunt
totum hoc predictum secundum ipsorum voluntatem per
XL annos... indicando que Libencio y Asenario controlaron
todo este territorio durante más de cuarenta años. La frase
Et dum erimus ibi
domini possessores post mortem illorum per X annos et
amplius sic venit dictus Alarius comes et depotestavit nos
injuste..., el conde Alarico quiso apropiarse de los territorios
dependientes del monasterio pasados diez años de la muerte
cuestiones utilizando siempre el mismo vocabulario: ...est
habere infra nes et terminis de omnibus predictis locis per XL
annos..., y a continuación: Et dum essent domini possessores
post mortem illorum per X annos et amplius nos videntibus
sic venit dictus Alaricus comes et depotestavit illos injuste...
controló todos estos territorios durante más de cuarenta
años y diez más después de la muerte de Libencio y Asena-
atrás, es decir, hacia el año 794. En tal caso, el precepto de
no fue emperador hasta el año 800, por lo que la datación del
precepto debería situarse entre el año 800 y el 814, momen-
to de su fallecimiento. Las dataciones de 14C de la segunda
mitad del siglo VIII muestran un grupo que se entierra en el
lugar en estas fechas, es decir, frecuentan y controlan el sitio
y de ello puede deducirse que los documentos, que nos retro-
traen al 794, más que de un inicio de actividad constructiva
nos hablan de continuidad de la misma. En ese momento
en el lugar se vive, se muere y se entierra.
La segunda fuente escrita sobre el monasterio de Sant
Quirze de Colera, aunque de carácter menor, es la venta de
una viña en el año 927. Sobre los textos de siglo X, destaca
29,
en el que el abad de Sant Pere de Besalú expone todos los
documentos demostrando la pertenencia del valle de Colera
al monasterio de Sant Quirze. Esta fuente documental infor-
ma de una donación al monasterio en el año 928, momento
fundamental en la expansión del dominio territorial de la
abadía. La donación por parte de los ejecutores testamen-
tarios del conde Gausberto marcó la incorporación del
valle y el término de Colera a la propiedad del monasterio.
Igualmente, del año 965, destaca una donación del hijo de
Gausberto. Ambas dádivas son representativas del aumento
de donaciones de bienes al monasterio durante el siglo X.
Uno de los documentos más interesantes para el estudio
arquitectónico y arqueológico del conjunto monacal es el
acta de consagración del año 935 con la triple advocación: san
Quirce, san Andrés y san Benito (Quirze, Andreu y Benet)30.
El texto relata las obras de reconstrucción promovidas por
domini Wigoni videlicet cum plerisque su-
plicationibus proprii abbatis Manuel eclesiarum sancti Cirici
sancti Andree et sancti Benedicti reedicatione sumpsit exor-
dium
obra: Subsequens profecto abbatibus prioribus qui eisdem
sepe familiaritate acti sunt qui funditus ab eclesiis inutilia
dejecit et reparationis copie ornamenta reparavit caucibus
et petris utilitas reformavit lucris quibus imperavit, signo-
rum, palliorum et universorum opibus proutquivit laboribus
propriis honestavit, es decir: la retirada de elementos o ‘cosas
-
ples ornamentaciones, la restauración del uso con sillares y
piedras, y con los recaudos que ordenó y su propio trabajo, las
agenció de imágenes, casullas y de todas las cosas necesarias.
ree-
dicatioreparatio/reparación y reformare/
25
op. cit. (n. 23).
26
Noticias históricas. Monasterios del antiguo condado de Besalú (Olot: Imprenta y librería, 1886) VIII.
27
et al., Sant Quirc (o Sant Quirze) de Colera, Catalunya Romànica IX, L’Empordà II (Enciclopèdia Catalana, Barcelona, 1990), 753-773
(p. 754) (subseq. ref.: Catalunya Romànica IX, II).
28
Viaje literario a las iglesias de España
29
op. cit. (n. 26).
30
op. cit.Les dotalies de les esglésies
de Catalunya (segles IX-XII) (Vic, 1993), I.1, p. 126.
614
Del siglo XI sólo se han conservado dos documentos; uno
referente a los nombres y las posesiones de los militum que
tienen alodios en el monasterio31 y un juicio público del año
1012, en el que el monasterio reclama las tierras ocupadas
por el vizconde Dalmau32. Del siglo XII, tres donaciones33,
tres documentos referentes a los donativos de limosnas34,
una venta35, una exención de pago36, un pleito37 y un acta de
consagración38. Es a partir de este siglo XII y a lo largo del
siglo XIII, que la donación de diferentes tipos de posesiones,
especialmente tierras, pasa a engrosar las propiedades del
En 1123, el abad Berenguer consagró nuevamente la iglesia
antiguamente y manteniendo la triple advocación citada
en la consagración del año 935. En el texto del acta de con-
sagración se menciona el traslado del altar de la iglesia de
a consagrarlo: Altare quoque sancte Marie quod fundatum
fuerit in ecclesiola ante ianuas ipsius monasterii in ecclesiam
sancti Circi translutimus et in honorem sancte Marie conse-
cravimus. Cabe destacar la alusión a un precepto real que,
por el momento, sólo se puede relacionar con el diploma
concedido por Carlomagno mencionado en el juicio del año
844: Quae antiqitus concessa sunt atque collata jam dictae
ecclesiae Sancti Cirici a regibus et comitibus sive aliis bonis
hominibus et a predecessore nostro Guigone episcopo, sicut
in alia dote et preceptis regalibus resonat, es decir, desde
antiguo fueron concedidas a la citada iglesia de Sant Quirze
por los reyes, condes y otras personas de bien, y por nuestro
de donación y en los preceptos reales.
Los documentos relacionados con compras por parte del
monasterio no aparecen hasta el siglo XIII. De esta crono-
logía, se conserva una gran cantidad de fuentes escritas que
Se registran legados39
-
40.
En 1285 el monasterio fue invadido por el ejército francés
Gesta Comitum Barcinonensium et regum
Aragonum apunta que las tropas convirtieron el monaste-
31
32
Catalunya Romànica IX, II, p. 757 (n. 27).
33
Biblioteca de Catalunya (BC), perg. 79, reg. 9616; perg. 455, reg. 9970.
34
BC, perg. 438, reg. 9933; perg. 455, reg. 9972; perg. 431, reg. 9819.
35
36
37
Citado en Catalunya Romànica IX, II, p. 758 (n. 27).
38
op. cit. (n. 23), cap. XXXI, pp. 188-191.
39
BC, perg. 438, reg. 9947.
40
Catalunya Romànica IX, II, p. 753 (n. 27).
Fig. 10. Textos menores de los siglos XII y XIII. 1. Arbitraje del abad de Sant Pere de Rodes en una causa entre los abades de Santa Maria de Vilabertran y Sant Quirze
de Colera sobre unas posesiones, año 1211 (BC Perg. 137, Reg. 9671). 2. Testamento de Ramon Ademar, 1121, en el que dona un campo a Sant Quirze de Colera
(BC Perg. 79, Reg. 9616). 3. Testamento de Arnau de Cabanes, 1125, dona limosnas al monasterio (BC Perg. 438, Reg. 9933). (BC=Biblioteca de Catalunya).
615
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
rio en un prostibulum immundorum/prostíbulo immundo
y hace referencia a la profanación de las reliquias y a la
destrucción de la ornamentación sagrada. El texto enuncia
literalmente: Item fuit captum monasterium Sancti Cirici de
Colera, et quod antea religione uigebat, tunc fuit prostibulum
immundorum; fuerunt etiam sanctorum reliquiae pollutae,
gentis immundis manibus attrectatae et exinde asportatae41.
Del siglo XIV se contabilizan en el Archivo de Besalú
hasta once documentos42, la mayoría de ellos compraventas
o arrendamientos de tierras, si bien uno de ellos esgrime
las reglas internas del monasterio. Del mismo modo cabe
sobre sus iglesias y su derecho de jurisdicción civil y criminal
43. En
1349, Ramon Berenguer, conde de Empúries, presentó un
pleito al abad Pere reclamando la jurisdicción del pueblo
de Rabós, que acabó perdiendo.
Por último, a lo largo del siglo XV se percibe ya una de-
gradación del conjunto y dependencias monásticas dado que
el número de fuentes desciende drásticamente; tenemos tan
sólo constancia de tres documentos. La comunidad monás-
tica se extinguió en 1592, momento en que el monasterio de
Sant Pere de Besalú adquirió la propiedad de Sant Quirze
de Colera por orden papal. En 1836-1837, en el contexto de
que comprendían el monasterio fueron comprados por Ra-
a ser utilizados como casa para los arrendatarios, establos y
almacenes de uso agrícola y ganadero44
ESTUDIO HISTÓRICO-ARQUITECTÓNICO DEL CONJUNTO
MONÁSTICO
El conjunto arquitectónico de Sant Quirze de Colera está
integrado, tal como se ha dicho precedentemente, por dos
monumentos: la iglesia monástica y sus dependencias y la
primera. Ambas forman una unidad histórica e institucio-
nal básica: integran el mismo complejo monástico y nos
ofrecen un precioso ejemplo, pues los conservados no son
tantos, de iglesia parroquial dependiente de un monasterio
se encuentran separados unas decenas de metros y en planos
moderna que circunda la zona noroccidental de la iglesia
2.481m².
La iglesia monástica
El monasterio de Sant Quirze es un complejo arquitec-
tónico de difícil lectura en el que se distinguen hasta cinco
estructuras homogéneas: la iglesia, el claustro y las depen-
dencias de su lado oriental, el refectorio del lado occidental,
la crujía que corre desde la cabecera de la iglesia en dirección
este-oeste y las dependencias de la zona meridional del
claustro, muy alteradas tras su uso como masía en época
moderna y hasta el siglo XX. Indicamos desde buen princi-
pio las dimensiones de la iglesia abacial: longitud exterior
26,71m; long. interior 23,70m; anchura ext. 14,74m; anch. int.
12,2m; pero su long. int. era de 30,12m y exterior de 31,65m
considerable, tal como se verá más adelante la longitud del
transepto de 21,37m por el exterior y 19,42m por el interior
45, que es el primer investigador
que ha estudiado seriamente la arquitectura del monasterio,
41
Gesta Comitum Barcinonensium et regum Aragonum
98, 7.9.
42
43
Citado en Catalunya Romànica IX, II, p. 761 (n. 27).
44
Catalunya Romànica IX, II, p. 761 (n. 27).
45
L’arquitectura medieval de l´Empordà, vol. II.B, Alt Empordà (Girona, 1981), pp. 156-190; cf. también Catalunya Romànica IX, II (n. 27).
Fig. 11. Fotografías de inicios del siglo XX. Izq. Cabecera de la iglesia abacial en la que se observa la apertura realizada en la capilla situada entre los ábsides sur
y central, J. Salvany i Blanc, 1918 (BC, Fons Salvany SaP 444 02). Dcha. Galería norte del claustro. La puerta corresponde al acceso sur de la iglesia abacial y se
observan las piezas escultóricas todavía encastadas en la fábrica, C. August Torras, 1918 (Arxiu Fotogràc del Centre Excursionista de Catalunya).
616
el muro semicircular hoy visible
a nivel de cimentación en torno
a la absidiola meridional de la
iglesia románica, conformado
por tres hiladas de piedra ligadas
con mortero y dispuestas en opus
spicatum, y la pequeña estancia
cuadrangular que se eleva se-
miarruinada frente al transepto
constituirían los únicos vestigios
conservados de la primitiva iglesia
monástica, construida en el siglo
IX o a principios del siguiente
con tres ábsides en la cabecera,
el central semicircular (integrado
como basamento del ábside sur)
y los laterales de planta rectan-
durante la prelatura del abad
amplio enteramente abovedado,
con tres naves de cuatro tramos,
destacado transepto y tres ábsides
semicirculares, cuyo perímetro
coincidiría sustancialmente con
el de la iglesia actual (excepto en
la parte de los pies) y del que ésta
habría reaprovechado algunos de
los lienzos en opus spicatum que
se aprecian en distintos puntos de
la caja de muros.
Otra bien distinta es la hipóte-
sis planteada por Dolors Codina
a partir de las intervenciones
arqueológicas puestas en marcha
en 199746 y, sobre todo, de los son-
deos y excavaciones realizados en
el interior de la iglesia en 2002 y
200447, que la han llevado a diso-
46
Tribuna
d’Arqueologia 1997-1998, 145-164.
47
III Congrés d’Arqueologia Medieval
i Moderna a Catalunya, Sabadell, 18 al 21 de maig de 2006, op.cit.
(n. 6), pp. 39-63.
Fig. 14. Ortofotografía del alzado interior sur de la iglesia abacial (ECLOC/LFA). Fig. 15. Ortofotografía del alzado interior oeste de la
iglesia abacial (ECLOC/LFA).
Fig. 12. Ortofotografía del alzado de la cabecera de la iglesia abacial por el interior (ECLOC/LFA).
Fig. 13. Ortofotografía del alzado interior norte de la iglesia abacial (ECLOC/LFA).
617
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
y a vincularlo tan sólo a los mencionados restos alrededor
sencilla con un sólo ábside, probablemente de herradura,
y aula rectangular, tal y como parece, en efecto, sugerir la
prolongación en línea recta del semicírculo absidial, me-
tiéndose en la iglesia románica por el lado septentrional y
bordeando por el meridional el muro exterior del transepto.
cabecera tendría un único ábside coincidente esta vez con
el central de época románica, altar elevado sobre una cripta
mobiliario litúrgico que comentaremos más abajo, y un
que tendríamos documentado el cierre oriental del brazo
norte en los restos (aparentemente de un muro) que corren
en dirección norte-sur frente a la embocadura de la absidiola
septentrional de la iglesia románica.
parece indudable que los vestigios conservados en la zona
sudoriental se corresponden con el ábside de una iglesia
anterior a la actual que debía abrirse a una nave rectangular
decir. El tramo de bóveda que se alza junto a la fachada del
transepto meridional, apoyándose en ella, sería para Badia
el resto de una bóveda anular que rodearía el ábside antiguo
a modo de deambulatorio (como en Sant Pere de Rodes),
pero dicho elemento está tan rehecho y maltrecho que nos
es imposible refrendar su hipótesis. Lo mismo cabe decir
sur. Al igual que las restantes estructuras de lado oriental
del claustro, lo que ahí tenemos son los confusos vestigios
de algunas dependencias claustrales repetidamente remo-
zadas en época medieval y moderna, en especial durante el
lago periodo en que el monasterio fue convertido en masía,
del que da fe el epígrafe encastado en la propia fachada del
El mayor problema que se nos plantea no es tanto si el
ábside primitivo estaba o no acompañado de dos capillas
secundarias, sino más bien a qué iglesia (o iglesias) debe-
y dan por descontado que la iglesia consagrada con triple
advocación en el año 935 fue una fábrica tanto o más grande
que la actual que se comió enteramente o en grandísima
medida la construcción anterior, suprimiendo el viejo ábsi-
de y erigiendo una nueva capilla mayor (acompañada o no
de absidiolas) exactamente en el mismo lugar que ocupa la
románica. Sin embargo, las evidencias materiales que ambos
lo demás de un tamaño poco común, por no decir inédito,
en el paisaje arquitectónico catalán del segundo cuarto del
siglo X, nos parecen de escaso valor probatorio. No está nada
claro que la hilada de piedras ligadas con mortero que corre
en línea recta frente a la absidiola norte sea la banqueta
de fundación de un verdadero muro, el de cierre oriental
del transepto de la segunda iglesia, sino más bien un mero
peldaño de acceso a dicha capilla (cuyo pavimento original,
por desgracia, ha sido vaciado hasta dejar a la vista la roca
madre) y coetáneo del entramado de gradas que observamos
en el crucero y que sirvió para organizar las diversas formas
de acceso al coro, y su subestructura, el bajo coro, románico
de la capilla mayor (vid. más abajo). Es extraño, además, que
de la supuesta construcción de los años treinta del siglo X no
haya sobrevivido ni un solo indicio material más allá, como
sostiene Badia, de los lienzos en espiga que se localizan de
forma algo aleatoria en la mitad inferior de la fachada sur de
la iglesia en casi todo su recorrido (desde el transepto hasta
el cierre de la esquina sudoeste, hoy aislado y derruido al
exterior, junto al refectorio) y en zonas muy concretas de
la fachada norte de la nave, es decir, en buena parte de la
caja de muros de la iglesia actual pero no en la cabecera y el
transepto septentrional, como si de esta parte, y sobre todo
no hubiesen podido reaprovechar ni un solo pedazo de muro
levantando sobre el perímetro exacto del antiguo.
Una posibilidad que no parece haber sido contemplada es
que el ábside primitivo, que es enorme (mayor, en cualquier
intervención del prelado en el viejo monasterio se redujese
a restaurar el aula o ciertas dependencias comunitarias.
partes inútiles
Fig. 16. Restos del hemiciclo conservado correspondiente a la cimentación de un primer edicio localizado en el ábside sur por el exterior.
A. Toma desde norte. B. Toma cenital desde sur (ECLOC/G. Ripoll).
618
la traducción de Badia48 (qui funditus ab eclesiis inutilia
dejecit… caucibus et petris utilitas reformavit), los historia-
en detrimento de lo segundo, cuando el vacío de evidencias
materiales con el que nos encontramos entre la construcción
del ábside prerrománico y la elevación de la iglesia románica
viene en realidad a sugerir que la parte reparada pudo haber
sido bastante más extensa que la erigida a fundamentis. No
olvidemos tampoco que la reconstrucción de la que nos in-
forma el acta lo fue “de las iglesias
ecclesiarum sancti Cirici sancti
Andree et sancti Benedicti), término que naturalmente puede
referirse a los altares, pero también a los distintos oratorios
que a menudo conformaban los complejos monásticos y
para la comunidad y otra para los parroquianos; bastará
recordar, en el mismo siglo X, la consagración conjunta en
de la iglesia parroquial con doble advocación (san Pedro y
san Andrés) situada en el propio cenobio49, o la dotación
unos decenios antes (925) por el conde Suñer de Barcelona
y en el mismo monasterio de una ecclesiam in honore Dei
omnip[otentis et] Sancti Salvatoris cujus basilica sita est…. in
cenobio Beate Marie, a lo mejor una iglesita independiente
titulus acabaría integrán-
dose en ella a modo de altar secundario en la consagración de
97750
que acabamos de dar del documento de Sant Quirze, común
en la historiografía, no es más que eso, una interpretación
o traducción subjetiva. Nótese que la única obra realizada
en piedra (caucibus et petris) a la que el acta alude consiste
reformavit
utilitas del viejo cenobio, sustantivo abstracto
de tradición vitruviana que no tiene necesariamente por
-
orden funcional, tales como conducciones de agua, cillas,
inutilia) que el abad sacó o
dejecit) de sus iglesias (ab eclesiis) no tuvieron por
qué haber sido estructuras arquitectónicas, sino ornamentos
anticuados (libros, cálices, etc.) o, mejor incluso, los pecados
y miserias heredados de una etapa anterior de ruina econó-
mica y moral, entendiendo inutilia
fundamento).
-
el estudio en profundidad que estamos realizando sobre
el proceso constructivo de la iglesia románica, que entre
otras cosas debería permitirnos explicar por qué el opus
spicatum no parece haberse empleado ni en la cabecera ni
en el brazo septentrional del transepto, así como el sentido
y dependencias más antiguas del claustro. Una hipótesis a
contemplar es que los dos tipos de paramento estén indi-
cando dos fases constructivas de la propia iglesia románica
y no la reformulación en el segundo cuarto del siglo XI de
de una consagración en el año 1123 ha llevado a algunos
XII51 o a vincularla directamente con tal fecha. Lo cierto es
que con la consagración del obispo Berenguer Dalmau de
Girona podrían estar perfectamente relacionados los restos
-
52, pero las líneas básicas de
el aparejo de los muros, la morfología de las ventanas y los
elementos decorativos de la cabecera (fundamentalmente,
arcuaciones ciegas sobre semicolumnas rematadas por sen-
cillos capiteles en el interior del ábside mayor y simples pero
48
op.cit. (n. 45), p. 161.
49
op. cit. (n. 30), núm. 96, pp. 226-229.
50
op. cit. (n. 30), núm., 46, pp. 115-116.
51
Así D. CODINA, op.cit. (n. 6), pp. 39-63.
52
Catalan Historical Review, 6 (2013), 157-167 (pp. 160-161).
Fig. 17. Restos de la pintura mural conservados en la calota de la bóveda de la
absidiola sur, primer tercio del siglo XII (ECLOC/LFA/D. Marcos).
Fig. 18. Iglesia abacial. Cuerpo de fábrica desde el sudeste (ECLOC/LFA).
619
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
variadas combinaciones de arquitos y bandas lombardas del
exterior) nos llevan, sin lugar a dudas, a la primera mitad
de Cardona (1019-1040) o, a lo sumo, como quiere Badia53,
(1045-1066).
-
En planta, con sus tres ábsides separados entre sí, transepto
saliente ligeramente trapezoidal y tres naves de cuatro tra-
mos54, da la impresión de ser un proyecto unitario, lo que
no quiere decir que en el curso de su materialización no se
produjesen toda suerte de distracciones y pequeñas des-
primer románico, siempre sujeta a cierto grado de impro-
visación y al principio del ensayo y error55. A ello obedece,
por ejemplo, que el ábside meridional sea notoriamente más
alto que el septentrional, como se observará comparando el
nivel de arranque de sus respectivas ventanas (tanto las del
hemiciclo como las que se abren en la bóveda del transepto)
y, aún mejor, la altura de las claves de sus respectivos arcos
que la absidiola norte se halle cosida al cuerpo central del
-
caría asimismo la enigmática presencia a nivel de cimen-
tación del muro anteriormente mencionado que delimita
su embocadura en sentido norte-sur, construido acaso con
función de tirante. Si bien es cierto que la cuestión no está
resuelta puesto que el muro queda fuera de los pilares del
arco del ábside y parece que la construcción de dicho ábside
lo recorta.
Otra cosa son los graves problemas con los que los cons-
tructores se toparon en el momento de acometer la cubierta
verdadero cambio de proyecto constructivo, fuese por inicia-
tiva de los propios constructores románicos o bien posterior
a su participación en la obra. En principio, por la ambición y
cronología de la fábrica y por la disposición y morfología de
los soportes de las naves (arcos doblados, potentes pilares
cruciformes en la calle central y las correspondientes pilas-
tras adosadas a los muros laterales) se diría que el proyecto
pero en éste se aprecian dos llamativas incoherencias que
parecen indicar la frustración del plan inicial. Por un lado,
los soportes interiores no se conjugan con contrafuertes
exteriores y, por otro, los pilares adosados a la cara interior
dado que la norte acabaría hundiéndose prácticamente
muro está retranqueado aproximadamente al nivel de la línea
Si se pretendía abovedar las naves, que no se recurriese a los
contrafuertes exteriores, máxime en una iglesia de conside-
rable altura y situada para más riesgo en una ladera, causa
verdadera perplejidad, pero en los estadios experimentales
del románico todo es posible (tampoco la nave del transepto
los tiene y, a primera vista, su abovedamiento se diría que iba
incluido en el proyecto original). Como sea, los constructo-
res debieron percatarse del error cuando la elevación de las
naves se hallaba ya al nivel de arranque de los arcos torales
y se vieron obligados a renunciar al cubrimiento abovedado
bóvedas que hoy vemos son románicas, lo que quiere decir
que la idea del abovedamiento volvió a retomarse decenios
después, seguramente por otra cuadrilla de canteros que
sería la que decidiría situar la línea de arranque de las bó-
vedas colaterales a su altura actual, bastantes metros por
encima del nivel previsto por sus predecesores (que es el que
señalan la pilastras truncadas del colateral meridional y el
retranqueo del muro un poco más arriba). En el cimacio del
pilar meridional en el que apea el arco fajón occidental y en el
oriental del segundo arco toral del mismo lado observamos
un detalle interesante: a diferencia de las restantes impostas
-
nico europeo no es anterior, como se sabe, a 107056. Desco-
nocemos cuál pudo ser la cronología de su introducción en
tierras catalanas, pero en cualquier caso no parece anterior
a 1100, fehaciente post quem del cambio de proyecto, lo que
53
op.cit. (n. 45).
54
Catalunya Romànica
y la elevación de la fachada actual a la románica del siglo XI. Como señala D. CODINA, op.cit.
55
Sobre la naturaleza experimentalLa catedral
de Salamanca. De fortis a magna (Salamanca, 2014), pp. 215-232.
56
Cf. I. SGRIGNA, Los repertorios decorativos en la escultura medieval: el ajedrezado como instrumento para la denición de una geografía artística en el
marco del románico europeo
Fig. 19. Paramento interior sur de la nave de la iglesia abacial, tramo oeste
(ECLOC/LFA).
620
igualmente la aparatosa ruina del tramo occidental y buena
parte del colateral septentrional, ocasionada precisamente
por la desastrosa decisión, por parte del segundo taller, de
llevar el arranque de las bóvedas de las naves laterales res-
pecto a la altura prevista por el primer taller y dejarlas así
al mismo nivel que el cañón de la nave central, haciendo
una especie de Hallenkirche avant la lettre que no resistió
el paso del tiempo. Paradojas de la vida: si las hubieran
colocado a la altura prevista por sus predecesores, habrían
funcionado como contrarrestos de la enorme nave central
y ésta se habría aligerado con unas ventanas que, además,
habrían contribuido a iluminar la iglesia. Uno o dos siglos
después del derrumbe vino la restauración, que, además de
construir la fachada actual robándole un tramo a la iglesia
dos habitaciones de refuerzo a modo de tribunas sobre el
tramo oriental de las naves laterales.
De la etapa románica cabe destacar, por último, la eleva-
ción de la zona de la capilla mayor, debido a la organización
21). Durante las excavaciones en la iglesia realizadas por D.
Codina, bajo el solado frontero a la capilla mayor y corres-
restos de una suerte de plataforma con forma trapezoidal,
más estrecha hacia la zona del ábside y más ancha hacia el
tramo de crucero. En la zona frontal, hacia la nave, quedaban
los restos de dos entradas laterales, accesos que también
aparecían en los costados norte y sur (este último menos
solado original de mortero de cal. Dicha autora no dudó en
-
ción de las cabeceras a partir de los siglos IX y X, y en un
posible culto a santos a partir de las reliquias que existieran
en el monasterio. El conjunto de la supuesta cripta fue
datado por dicha autora en el siglo X57. Como decíamos, en
realidad nos encontramos ante los restos de una estructura
coral, por tanto, muy posterior a la cronología aportada,
coetánea de la fábrica románica y que nada tiene que ver
con la iglesia previa. Un análisis detallado del asunto, en
explicación. En los tiempos en que se construyó la iglesia de
Sant Quirze de Colera, una de las localizaciones habituales
del coro era el presbiterio, generalmente sobreelevado en
una plataforma sobre columnas, que se proyectaba sobre
58. Esto, en
ocasiones, condicionaba la proyección en altura del ábside
organizada en dos, con un piso bajo marcado por el arranque
de los restos de una bóveda y, encima, el paramento arti-
culado mediante largas columnas y arcos ciegos desde los
que arranca la bóveda de horno. Los restos de la estructura
hallada en el solado del tramo de crucero y esta subdivisión
del ábside en altura están claramente vinculados, al tratarse
de parte de un mismo proyecto: una plataforma coral que
subdividía en altura la capilla mayor, asentada sobre una
estructura de fábrica con sus respectivas entradas frontales
y laterales. El acceso lateral norte en el transepto es evidente,
el lateral sur probable y los frontales difíciles de determinar
por la falta de información directa. En todo caso se trataba
claramente del sotocoro, un espacio con un nivel de suelo
algo más bajo que el resto de la iglesia, pero cerrado por la
estructura abovedada que sustentaba el coro y no por hallarse
por debajo de la cota cero. No en vano, este tipo de solución
se conserva en la de Roda de Isábena o en los monasterios
la estructura sobresalía de la capilla mayor, ampliándose
57
D. CODINA, op.cit.
Monjes y monasterios hispanos en la
Alta Edad Media (Aguilar de Campoo, 2006), pp. 147-204.
58
Hortus
Artium Medievalium
(coords.), La Sibila. Sonido. Imagen. Liturgia. Escena
Fig. 20. Elemento decorativo de ajedrezado o damero. A, Posición de la imposta
en el pilar cruciforme de la nave sur; se visualiza también la cubierta de la nave
central y la lateral. B, Detalle del elemento decorativo (ECLOC/G. Ripoll).
621
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
piso bajo incluso tuvo funciones litúrgicas albergando un
altar propio, con sus funciones claramente diferenciadas
en el discurrir litúrgico de la catedral59
estructura fue derruida en el siglo XVI. En la capilla mayor
y bajo el crucero, el coro estuvo sobre unas columnas que
recibieron enterramientos y epígrafes funerarios hasta su
desaparición. Debió ser algo más monumental que la que
todavía hoy podemos contemplar en Roda de Isábena,
cuyo piso bajo fue aprovechado para situar el sepulcro con
los restos del obispo santo Ramón60
plataforma coral de Sant Quirze de Colera tuvo en el frente
del bajo coro o sotocoro, un altar, duplicado del mayor que
se ubicaba entre la sillería de los monjes en el piso alto. Así
se puede ver aún en viejos dibujos representando la organi-
zación litúrgica de la excatedral de Roda de Isábena, previa
a las restauraciones contemporáneas61.
¿Cuándo se suprimió la estructura coral del presbiterio de
Sant Quirze de Colera? De nuevo la excavación arqueológica
nos aporta algunas claves. En la intervención realizada por
D. Codina, aparecieron los restos de unos muros de cierre
entre las naves, correspondientes a los tramos centrales de
la iglesia, y que corren por la cara interna de sus soportes y
cerrando transversalmente entre los soportes más cercanos
a los pies. Si se ha querido relacionar con la descrita estruc-
tura del altar mayor, para interpretarlos como los muros
de una iglesia anterior que cerraba así hacia occidente, en
realidad se trata de los vestigios de los muros perimetrales
de un coro situado en la nave, esto es, un trascoro. Por un
lado, su limitado grosor simplemente aconseja cautela a la
están claramente apoyados sobre
la cimentación de los soportes de
la iglesia, revelando su posterio-
ridad a la misma. Por último, si
levantamos la mirada del suelo,
encontraremos que los soportes
de la iglesia de Sant Quirze de
Colera fueron afeitados a cierta
altura con la intención de insta-
lar los espaldares de una sillería
de coro que, precisamente, se
corresponde con los restos de lo
que ahora explicamos como el
trascoro. Volviendo a la sillería
en la estructura elevada de la ca-
becera, que describíamos líneas
atrás, es difícil establecer cuándo
fue suprimida. La iglesia monás-
tica siguió una evolución espacial
moderna. Si en Roda, ya reubicada
la dignidad episcopal en Lleida, el
coro se mantuvo en la cabecera,
fue desmontado en los siglos XV y XVI, respectivamente,
trasladándose en ambos casos a la nave, aportando una
nueva perspectiva visual del presbiterio. Pero esto ocurrió
en dos catedrales. En monasterios benedictinos, como el
que nos ocupa, el itinerario del coro también pudo ir desde
la capilla mayor a los tramos más occidentales, aunque lo
más habitual fue la elevación de un coro a los pies entre los
siglos XV y XVI, pero preservándose también el coro de la
cabecera, como sabemos que ocurrió en Ripoll, en Silos, o
En los restos del monasterio de Alaón hallamos otro ejem-
plo muy semejante: la elevación del presbiterio sobre unas
gradas y cripta y el cierre de coro mediante los restos de un
engatillado aún visible que, después, fue trasladado a los pies
de la iglesia, dejando las huellas del mismo. En este caso,
la posición de un púlpito moderno en uno de los soportes
donde aún hay restos del engatillado de cierre quizás esté
marcando el momento en el que se realizó la sillería de los
pies de la iglesia. En nuestro caso, en Sant Quirze de Colera,
parece que el recorrido del coro fue de la capilla mayor a la
nave, sin que debamos desestimar la posibilidad de que parte
de una sillería quedara aún instalada en la capilla mayor que,
de hecho, parece un espacio que no ha sufrido una altera-
ción en clave renacentista o barroca desde la supresión de
Además de los cambios de las instalaciones litúrgicas,
la cabecera de la iglesia sufrió una notable alteración con la
apertura de una capilla moderna entre los ábsides central y
meridional. Se abrió en el grosor del paramento que separa-
capilla en arcosolio cubierta por bóveda de cañón apuntado,
59
E. CARRERO, op. cit. (n. 58),
Medievalia, 17 (2014), 279-320.
60
Arquitectura
y liturgia. El contexto artístico de las consuetas catedralicias en la Corona de Aragón
61
Hortus Artium Medievalium, 21
(2015), 136-151.
Fig. 21. Ábside mayor y centro del transepto con las estructuras visibles para sustentar las estructuras del coro alzado
(ECLOC/LFA/D. Marcos)
622
sobre dos mochetas, que aún hoy conserva remanentes de
esta capilla donde estaba ubicada la lápida funeraria de 1622
(hoy en el suelo del transepto) y el retablo pétreo llamado de
62, muy cerca del
al sudoeste del conjunto monástico. A esta misma iglesia se
había trasladado, no sabemos si desde la iglesia monástica
en 2012. Es importante señalar que la capilla abierta entre el
ábside central y el ábside sur sirvió como paso de carruajes
en el momento de la transformación de la iglesia en depen-
dencias de almacenaje de la vecina explotación agrícola,
con lo que ello comportó a nivel de degradación de todo el
conjunto eclesiástico.
Claustro
El claustro se dispuso junto al costado meridional de
la iglesia, con la que se comunica mediante una portada
en arco de medio punto con un desarrollado dovelaje. De
la estructura original del claustro conservamos parte del
trazado de sus pandas, sacado a la luz en las excavaciones
arqueológicas, y un fragmento de la galería norte, fosilizado
al utilizarse a modo de pórtico adosado a la fachada sur de
grueso machón y sus arcos de comunicación con las vecinas
galerías oeste y este. Según delatan fotos de comienzos del
siglo XX, los arcos estuvieron macizados hasta las prime-
ras intervenciones restauradoras en el conjunto, hecho
que debió favorecer su conservación. Llama la atención
poderosamente la articulación irregular del perímetro del
claustro, hecho habitual en otros monasterios cronológi-
camente próximos a Sant Quirze, como los vestigios del de
Al este de la galería oriental, frente al brazo sur del
transepto, se conservan algunas de las estructuras más
intrigantes de todo el conjunto. Se trata de una serie de
paramentos que parecen componer cuatro estancias. La
más estrecha y rectangular dotada de bóveda de cañón
iglesia más antigua. A nuestro juicio, al menos tres de los
la mayor de las cuales, vecina de la galería claustral, debe-
ría corresponder a la sala capitular, dado que su posición
es la canónica en casi todos los monasterios de tradición
Entre los elementos medievales que antiguamente se
hallaban en el claustro se cuentan dos relieves funerarios
(cf. infra). El más antiguo, considerado románico por los
estudiosos que lo han catalogado, representa una procesión
con un obispo u abad portando un báculo, acompañado de
dos ministros que sostienen el gremial. El segundo es una
pieza gótica en la que se esculpió el lecho del difunto abad
Berenguer de Vilatenim (1320). Ambos elementos se hallan
62
Taüll, 3-4 (2001), 19-21.
Fig. 22. Hipótesis de restitución de las estructuras corales. El primer coro ubicado en el ábside central y la zona medial del transepto. El posterior trascoro
en la nave central (ECLOC/J. Benseny, F. Tuset, E. Carrero, D. Rico y G. Ripoll).
623
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
escultórico que se suma a los capiteles, tal como se verá más
adelante.
Es importante resaltar que las excavaciones de 1997 pu-
ocupada por el conjunto monástico, particularmente densa
en la zona del claustro, refectorio y fachada occidental de la
iglesia monástica.
Refectorio
El tercer bloque constructivo de cierta importancia es el
integrado por el refectorio, que se ubica al oeste del conjunto
claustral, en una posición anómala dentro del patrón mo-
nástico benedictino, que se suele localizar en el ala opuesta
a la de la iglesia. Se trata de una estructura rectangular de
13,75m de longitud por 5,64m de anchura que ocupa toda
-
tes muros. En origen estuvo cubierta con bóveda de cañón
apuntado sobre arcos fajones e iluminada con dos series de
ventanas en sus paramentos este y oeste. La bóveda, que
aún conserva restos de revoco con un pincelado en ocre
sobre fondo blanco, es obra tardomedieval, y su vertiente
meridional se vino abajo tras el abandono del monasterio a
-
conocer la estructura original del refectorio primigenio
y quizás una cocina, hoy visibles bajo el forjado que hace
las funciones de solado, además de una gran necrópolis de
sepulturas antropomorfas excavadas en la roca que tiene
continuidad bajo la fachada oeste de la iglesia monástica y
ha dicho. La relación entre los individuos ahí enterrados y
los restos estructurales de un primer refectorio es algo que
requiere ser profundizado y necesita establecer las correctas
Edicio anejo al este y torre
La cuarta estructura que compone el conjunto monástico
norte de la iglesia (de 28m de longitud y 9,49m de anchura),
con una torre en su extremo oriental, de planta cuadrada de
sobre un profundo desnivel de terreno hacia el lado septen-
trional del conjunto construida sobre la roca natural, toda
ella repiqueteada. Conserva únicamente la caja de muros y
hasta tres subdivisiones internas, y ha sido relacionada con
del conjunto, especialmente el situado al este de la cabecera
de la iglesia es posible sean de esa cronología, sin embargo
la crujía ha de ser anterior a este momento. La localización,
subdividido en espacios permite pensar que se trata tan sólo
de una ampliación de la clausura rematada por una torre que
tiene su pareja en el ángulo opuesto, al sur y que no ha sido
excavada. Es decir, un segundo patio de servicios, adosado
con posterioridad a la iglesia abacial y encastillado, como
es común en toda la arquitectura monástica de la época.
Residencia abacial
restos de lo que parece ser un núcleo residencial, habitual-
Fig. 23. Estado actual del claustro tras las excavaciones y obras de restauración
y adecuación de nales del siglo XX (ECLOC/G. Ripoll).
Fig. 24. Dependencias comunitarias y sala capitular al este del claustro
(ECLOC/G. Ripoll).
Fig. 25. Edicios situados al este del conjunto monástico rematados por una
torre de planta cuadrangular (ECLOC/J. Tuset).
624
mente
las zonas más arruinadas del conjunto, compuesta por un
cubiertas con bóveda de cañón en su parte baja, todo ello
condicionado por un notable desnivel de terreno respecto
del resto del monasterio. La degradación de las estructuras
es muy grande porque es donde se construyó la casa de los
caseros de la masía moderna y donde no ha habido ninguna
intervención de restauración.
Iglesia de Santa María
La parroquia del lugar vinculada al monasterio se dedicó
nave y ábside articulados mediante arco triunfal doblado.
La cabecera está cubierta con bóveda de cuarto de cañón y
8,44m; anch. int. 5,58m; la altura de la nave es de 7,68m y
la del ábside de 6,44m.
-
cultoso debido al derrumbe que sufrió la zona sudoeste y la
consiguiente reconstrucción. En cualquier caso, podemos
destacar que predomina el uso puntual de grandes sillares
bien escuadrados en algunas zonas, en tanto que en otras
se combina con sillarejo y ladrillos con aglutinante de mor-
tero de cal. Además, hacia el interior hallamos dos líneas
superpuestas de mechinales, una a aproximadamente un
metro y medio de altura y la segunda previa al arranque del
abovedamiento. En clara diferencia de materiales respecto
a los muros, la bóveda de la nave está realizada mediante
delgadas piedras puestas de canto que, con una sutura
entre la primera y segunda ventanas comenzando desde la
cabecera, muestran al menos dos tramos de realización. La
fachada septentrional carece de huecos de iluminación con
el objeto de proteger la iglesia del potente viento de tramon-
tana que suele afectar a la región, mientras que en el muro
meridional se abren tres ventanas, además de la puerta de
acceso, y en el occidental otra ventana suplementaria. En
todos los casos se trata de arcos de medio punto que, si en
las ventanas adquieren forma de aspilleras, en la puerta se
organiza mediante un tímpano hoy carente de decoración
pero que, en origen, pudo tener escultura o pintura. En la
cabecera, el ábside se ilumina mediante una única ventana
con arco de medio punto y potente dovelaje, quizá ampliada
en una intervención tardía.
En el interior, parece que el cuarto de cañón del ábside y
la bóveda de la nave pertenecen a dos fases diferentes, ha-
biéndose volteado la segunda en fechas más tardías, como
sido excavado hasta el nivel de la roca madre y todo el muro
perimetral de la iglesia se halla rodeado por un banco de
Escultura y epigrafía
Dentro del proyecto de análisis global del conjunto ar-
quitectónico de Sant Quirze de Colera es necesario incluir la
escultura y la epigrafía de la que se tiene noticia, iniciando
cualidad que permita el posterior análisis sin la necesidad
de manipulación de las piezas. Las posibilidades que hoy en
día ofrecen las nuevas tecnologías permiten obtener unos
resultados extremadamente útiles para los investigadores a
la vez que utilizable para la creación de material divulgativo
dirigido a todo tipo de público.
El conjunto monástico, tal como se ha dicho precedente-
mente, entró en decadencia en el siglo XV y en 1836 se pro-
dujeron su desamortización y casi inmediata exclaustración.
Esta situación favoreció el expolio, llegando hasta nuestros
días escasas piezas relevantes. Una lauda funeraria, despla-
un bloque trabajado permanecen in situ. Así mismo siguen
en su posición originaria las cuatro columnas con capitel
del ábside mayor y las impostas de pilares y pilastras de la
nave, una de ellas con decoración de damero/ajedrezado. El
resto de piezas se hallan fuera del monasterio y dispersas.
Un capitel recuperado durante las intervenciones de restau-
tres lápidas, además de dos fustes y dos bases de columna)
de los antiguos propietarios, que extrajeron del monasterio
los capiteles (reutilizados en los ventanales de la construc-
ción moderna en el lado sur del conjunto) y las lápidas
(incrustadas hasta entonces en el muro sur de la iglesia),
con anterioridad a la venta simbólica al Ayuntamiento de
en el abandono y desprotección que sufría el monumento.
En 1980 las piezas estaban aún en Sant Quirze, según tes-
Fig. 26. Iglesia parroquial de Santa María. A, Exterior sur. B, Interior
(ECLOC/N. Olivé).
625
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
su haber otros objetos y materiales procedentes del mismo
lugar. A nuestro equipo sólo se le permitió ver y documentar
dos capiteles y tres lápidas63. A este propósito es necesario
-
intervención y extracción de un elemento arquitectónico,
El material extraído de Sant Quirze lleva implícito un im-
portante carácter histórico y artístico y, a nuestro parecer, es
un hecho insólito que permanezca aún en manos privadas y
que no haya sido recuperado y depositado en el patrimonio
público, como corresponde.
Del conjunto de piezas en cuestión, las tres lápidas fueron
64, en tanto que
65, publica-
recientemente, han sido recogidas en la obra monumental
Catalunya Romànica66. El estudio más detallado es el que
les ha dedicado I. Lorés, quien data el conjunto de capiteles
entre los años 1170 y 1180 y considera que su ubicación ori-
ginaria fue el claustro del monasterio67.
El primer paso dado por el equipo del proyecto ECLOC
ha sido la generación de documentación fotogramétrica y
su modelización en 3D con el objetivo de establecer un ca-
tálogo, lo más completo posible, tanto de la historiografía
de la pieza hasta su análisis artístico e histórico, pasando
pudiéramos efectuar el trabajo de digitalización de las piezas
descripción de las mismas.
En el transcurso de 2016 se ha procedido al registro tri-
dimensional de un total de 6 piezas (cinco en la residencia
Balsera68. La obtención de modelos 3D se ha realizado a partir
de técnicas fotogramétricas.
en proceso de análisis incluye las siguientes piezas:
-
pantes. Piedra calcárea. Ubicación originaria descono-
cida, posiblemente el claustro. Localización secundaria:
zona de cocina del refectorio, recuperado en una de las
intervenciones arqueológicas en función de los proyectos
22,8cm diámetro de la base del capitel. Buen estado de
conservación, con concreciones y partes ennegrecidas,
completo.
-
culinos luchando contra dragones alados. Piedra calcá-
rea. Ubicación originaria desconocida, posiblemente el
claustro. Localización secundaria: ventana geminada
neogótica, fachada sur del conjunto monástico. Locali-
x 26,5cm, 20cm diámetro de la base del capitel. Buen
estado de conservación, completo.
3. Capitel con decoración vegetal con hojas de acanto en la
base y piñas como elemento principal en la parte superior.
Conserva trazas de pintura de color rojizo y anaranjada
que pueden ser de época moderna, así como restos
blanquecinos por encima de concreción. Piedra calcá-
rea. Ubicación originaria desconocida, posiblemente
el claustro. Localización secundaria: ventana geminada
neogótica, fachada sur del conjunto monástico. Locali-
26cm, 17cm diámetro de la base del capitel. Buen estado
de conservación, completo.
del abad Berenguer de Vilatenim (1320), siguiendo el
modelo habitual de la escena de funerales en la escultura
gótica. El difunto aparece tumbado en primer término, en
tanto que la comitiva fúnebre rodea el sepulcro deposi-
tando el cadáver en el vaso, bendiciéndolo e incensándo-
en el muro exterior sur de la iglesia, justo al oeste de la
puerta. Localización actual: Residencia particular de R.
90,5 x 6 cm; 43 x 77 cm escena central, 5 / 6 cm marco.
Buen estado de conservación, completo, evidencias de
desgaste y ligera pérdida de material en las caras y cuerpos
del abad y trazas de pintura.
5. Relieve frontal con la representación de tres eclesiásticos
en procesión, posiblemente un abad en el centro y dos
ministros que marchan a ambos lados de éste, sostenien-
Localización originaria: claustro, encastada en el muro
exterior sur de la iglesia. Localización actual: Residencia
Girona). 46 x 67 x 12cm; 63 x 40cm escena central, 6cm
orla. Buen estado de conservación, completo. Evidencias
de desgaste y ligera pérdida de material en los rostros de
los eclesiásticos.
63
I. Lorés apunta también la posible existencia de otros capiteles, a los cuales no tuvo acceso, como tampoco nosotros. Cree que hay al menos tres capiteles
Annals de l’Institut d’Estudis Empordanesos, 31 (1998), 111-131 (pp. 116-123). Así mismo, Lorés describe en
dicho artículo dos fustes de columna y dos bases que formaban conjunto con los dos capiteles reubicados en los ventanales neogóticos del lado sur y que
64
op. cit. (n. 26), pp. 74-78.
65
L’arquitectura romànica a Catalunya
pp. 731-856.
66
Catalunya Romànica IX, II, p. 757 (n. 27).
67
, op. cit. (n. 63).
68
626
el texto distribuido en cinco líneas. Piedra calcárea.
Localización originaria: claustro, encastada en el muro
exterior sur de la iglesia. Localización actual: Residencia
-
tado de conservación, completo. La zona de la inscripción
presenta una coloración más oscura que el perímetro.
A MODO DE CONCLUSIÓN
-
ze de Colera, tal como se ha visto en las páginas precedentes,
están encaminadas a un estudio completo, desde todos los
puede ser efectuado si se dispone de un material puesto al
día, es decir una documentación que proporcione a los in-
Fig. 27. Lauda funeraria epigráca de las exequias del abad Berenguer de Vilatenim (1320) (53cm x 90,5cm x 6cm). Obtención del modelo 3D a partir de
material fotogramétrico: 1, Nube de puntos. 2, Texturizado. 3, 4 y 5, Imagen nal de la cara anterior, posterior e inferior. 6, Detalle donde se aprecia el estado
de conservación. 7, Detalle del sarcófago, con epigrafía original y gratis dentro de los casetones (ECLOC/R. Balsera).
627
G. Ripoll et alii: Sancti Cirici de Colera...
trabajo, y, a su vez, quede como un legado para las futuras
generaciones y, cómo no, como un utensilio que, adaptado,
sirva para la difusión patrimonial.
-
ción 3D, ejecutado con la tecnología más puntera, genera
una masa de información geométrica y de altísima calidad
que permite trabajar en condiciones de rigor y excelencia.
Los resultados están en la base de todo el estudio crono-
-
componen el conjunto monástico y la iglesia parroquial de
Sant Quirze de Colera.
Las intervenciones arqueológicas, de consolidación y
restauración, además de la musealización, llevadas a cabo
desde mediados de los años noventa del siglo XX hasta ini-
cios del siglo XXI, nos obligan a implementar métodos de
registro adecuados y adaptados a la propia idiosincrasia de
las estructuras conservadas. Por otro lado, todas las fuentes
textuales y los hechos constructivos, arquitectónicos y litúr-
gicos, además de las patologías y dinámicas estructurales
y geológicas que se han sucedido en el monumento han
de ser gestionados y puestos en relación. Por ello, y para
de todas las estructuras y su interrelación, hemos cons-
truido una estructura de datos, un sistema de información
espacio-temporal, que ordena de forma lógica todos los
acontecimientos relacionados entre sí. Los desafíos que
plantea la suma de todos estos factores son de gran interés,
tanto a nivel metodológico, como de resultados históricos,
porque el objetivo no es posibilitar una crónica de los hechos
sucedidos en el conjunto monástico, sino establecer una
aproximación interdisciplinar donde todos los elementos
estén interrelacionados y contextualizados posibilitando
así una comprensión y explicación fehacientes del proceso
constructivo-arquitectónico. En conclusión, la fundación,
construcción, uso y abandono del yacimiento, teniendo
en cuenta su dilatada cronología, desde los siglos VIII-IX
hasta el siglo XVI, y su posterior uso como masía para la
explotación agrícola y ganadera que supuso, como se ha
visto, un gravísimo deterioro de los elementos y espacios
arquitectónicos y litúrgicos.
el momento, en la iglesia abacial, la posible existencia de
una primera iglesia enmascarada por las refacciones pos-
teriores y en el claustro y las estructuras constructivas en
su sector este. No se trata de una cuestión fácil porque tras
las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo tanto en la
iglesia, como en el claustro y el refectorio se procedió a una
importante acción musealizadora que permitiera la visita,
es decir se ha organizado el paso de visitantes por medio de
pasarelas y pavimentos que asentados directamente sobre
los restos arqueológicos y arquitectónicos impiden hacer
determinadas comprobaciones. En cualquier caso el pro-
blema de la existencia de una primera iglesia se focaliza en
los restos todavía visibles en el ábside sur. La cimentación
se conserva en tres hiladas en opus spicatum asentadas
directamente sobre la roca natural y dibuja un perímetro,
cuasi semicircular de 1,30m de ancho, alcanzando incluso en
algunos puntos los 1,60m. Si esta estructura tiene algo que
ver con el texto del año 844 o con la iglesia del acta de con-
sagración del 935, es algo que todavía es necesario trabajar
en profundidad. Los restos de este hemiciclo son del mismo
momento constructivo que las habitaciones al este del claus-
otra parte, habitual en los monasterios benedictinos. Este
conjunto de tres espacios yuxtapuestos forman una unidad
constructiva, arquitectónica y funcional. Su análisis no es
fácil porque están alterados y degradados por los diversos
usos a los que han estado sometidos. Por otro lado, una de las
conclusiones importantes es que el acceso al cenobio, no se
hacía por el lado este, tal como plantea la musealización. Este
sector estuvo cerrado por el exterior y abierto al claustro. En
interesantes en lo que a la topografía del claustro respecta.
Una cuestión importante es la de si somos capaces
consagración del año 935. Sabemos que existe una reforma
y reconstrucción que acontece en un segundo momento
porque utiliza la cimentación del ábside sur, al que se le
abierta entre el ábside mayor y el meridional en época bajo
medieval. Esta nueva cabecera tiene una singularidad puesto
que la absidiola septentrional está cosida al cuerpo central
del transepto y al ábside mayor por medio de un muro, a
nivel de cimentación y en sentido norte-sur, que debió tener
las funciones de tirante. Sin embargo, nada indica que ésta
como se ha argumentado. La triple advocación bien puede
referirse a altares o capillas y no a una cabecera de triple
pude ser el resultado de dos fases constructivas. El acta de
obras de remodelación emprendidas con anterioridad y, a
nuestro parecer, no es el instrumento fehaciente para datar
la arquitectura como los elementos estructurales, aparejo,
morfología de las ventanas y decoración interior y exterior
la primera mitad del siglo XI.
Centrándonos ahora en la iglesia románica, hemos
puntualizado las dos claras fases de su proceso constructivo
románico, desde el primer taller que planteó un monumental
segundo taller que bien no pudo o no supo gestionar un es-
pacio tan grande y tan elevado, sin prever un buen sistema de
responsiones para las naves laterales que sostenían la central
con una marcada proyección en altura. Este fue el motivo
para el derrumbe de la sección norte de la fábrica y por el que
la iglesia siempre ha tenido problemas de estabilidad hasta
nuestros días. El proyecto arquitectónico fue corregido, quizá,
sobrealzando las naves laterales y rebajando la altura de los
arcos formeros del intercolumnio del primer tramo de la nave
central, desde el crucero. Este rebaje de los arcos permitió
construir dos habitaciones en altura. No se trata de tribunas
porque no tienen ningún sentido litúrgico, son espacios
ciegos sin acceso ni ventanas abiertas sobre el transepto o
la nave. Lo que sí tienen es una clara función arquitectónica
de resistencia y articulación entre las naves y el transepto.
Colera es un ejemplo modélico para entender la colocación
e instalación del coro monástico en tiempos del románico,
sobreelevado en una plataforma que ocupaba la capilla ma-
yor. La constatación de al menos dos fases completamente
diferentes en su evolución diacrónica permite diferenciar
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SANCTI CIRICI DE COLERA...
dos estructuras corales dispares que determinan dos fases
también distintas en lo que es la organización litúrgica. En
relación al ábside central y al centro del transepto, toda una
coral, un primer coro, coetáneo a la iglesia románica. La pre-
sencia de improntas a media altura del perímetro del muro
interno del ábside central y la conservación de una pequeña
cubeta litúrgica en el vano sur del hemiciclo, sitúan el suelo
original del ábside a una altura superior de dos metros por
encima del nivel actual de circulación. Las estructuras en
piedra y recubiertas de mortero dispuestas en el transepto,
además de los tramos de escaleras a lado y lado del frente del
ábside central, son los soportes arquitectónicos de la plata-
forma coral sobreelevada que ocupaba el ábside central y la
zona medial del transepto. En el ábside, la sobreelevación
era de obra, en el resto, de madera. Los tramos de escaleras,
en el transepto y a ambos lados del ábside daban acceso a
la parte baja de la estructura en madera, el sotocoro. Pro-
bablemente existió un acceso central en el eje, que a día de
hoy se nos escapa.
El espacio coral se vio alterado, quizás desplazado, tal vez
duplicado, con motivo de las reformas benedictinas, institu-
cionales y litúrgicas, de los siglos XV y XVI, que llevaron a una
generalizada ubicación de un coro a los pies, bien conectado
con las nuevas celdas de los monjes, aun manteniéndose las
antiguas estructuras corales en la cabecera. En Sant Quirze
de Colera, la sillería del coro de los monjes se reubicó en la
nave central, construyendo así un trascoro que dejaba libres
los tramos occidentales. Este nuevo emplazamiento se certi-
de la nave central tanto en el norte como en el sur y el límite
oeste, y al rebaje de los pilares de sección cruciforme que
miran sobre la nave. La ubicación y dimensiones de este
trascoro es un hecho normal y frecuente en iglesias abaciales
de esta cronología.
En conclusión, el trabajo iniciado en el marco del proyec-
to ECLOC, está proporcionando una serie de elementos que
facilitarán una lectura e interpretación nuevas del conjunto
monástico de Sant Quirze de Colera. Aquí hemos querido
dar a conocer algunos de los resultados preliminares sobre
los que seguimos trabajando en profundidad.