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Elementos de reflexión para mejorar la práctica de la cooperación oficial descentralizada en los municipios colombianos

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La Cooperación oficial descentralizada (COD), es una modalidad de cooperación para el desarrollo cuyos actores principales son los gobiernos locales y regionales. Este artículo describe las características más importantes de las relaciones de COD desde un "modelo vertical" tradicionalista y un "modelo horizontal" que pretende avanzar hacia relaciones soportadas en la reciprocidad entre socios. Bajo este contexto, se analiza el comportamiento de la cooperación de las Comunidades autónomas (CC AA) españolas con mayor presencia en el país en el periodo 1995-2007 y se plantean algunos elementos de reflexión para avanzar de una visión tradicionalista hacia formas más equilibradas y reciprocas que mejoren la calidad y la eficacia de la COD y que beneficien los procesos de desarrollo local en Colombia.
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Rafat Ghotme
75
rev.relac.int.estrateg.segur.7(1):75-97,2012
Recibido: 24 de noviembre de 2011
Aceptado: 20 de abril de 2012
ELEMENTOS DE REFLEXIÓN PELEMENTOS DE REFLEXIÓN P
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Denisse Amara Grandas Estepa**
RESUMEN
La Cooperación oficial descentralizada (COD), es una moda-
lidad de cooperación para el desarrollo cuyos actores princi-
pales son los gobiernos locales y regionales.
Este artículo describe las características más importantes de
las relaciones de COD desde un “modelo vertical” tradicio-
nalista y un “modelo horizontal” que pretende avanzar hacia
relaciones soportadas en la reciprocidad entre socios. Bajo
este contexto, se analiza el comportamiento de la coopera-
ción de las Comunidades autónomas (CC AA) españolas con
mayor presencia en el país en el periodo 1995-2007 y se
plantean algunos elementos de reflexión para avanzar de una
* El articulo es producto del proyecto de investigación construcción de un
modelo horizontal de cooperación descentralizada para municipios en
Colombia. Experiencia Piloto, Caldono, Cauca. Identificado con el nú-
mero 323-06-10, financiado por la UJTL y hace parte del Grupo de
investigación en política y relaciones internacionales del Programa de
relaciones internacionales. Soy la investigadora principal. El proyecto
culmina en septiembre de 2012.
** Internacionalista de Universidad Jorge Tadeo Lozano con Maestría en
Desarrollo y Ayuda Internacional de la Universidad Complutense de
Madrid, España. Docente asociada e investigadora del Programa de
Relaciones Internacionales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
denisse.grandas@utadeo.edu.co
ELEMENTOS DE REFLEXIÓN PARA MEJORAR LA PRÁCTICA DE LA COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA EN LOS MUNICIPIOS COLOMBIANOS
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visión tradicionalista hacia formas más equilibradas y reciprocas que mejoren la calidad y la
eficacia de la COD y que beneficien los procesos de desarrollo local en Colombia.
Palabras Clave: Cooperación oficial descentralizada, modelo horizontal, modelo vertical, Espa-
ña, Colombia.
ABSTRACT
Decentralized Official Cooperation (COD) is a form of collaboration for development, whose
main actors are the local and regional governments.
This article describes the most important characteristics of the relations of COD from a traditional
“vertical model” and a “horizontal model” that aims to proceed towards relations supported by
reciprocity between partners. Under this context, the performance of the cooperation of the
Spanish Autonomous Communities (CCAA) with stronger presence in the country during the
period 1995-2007 is analyzed, and some elements of reflection are presented to advance from
a traditional vision towards more balanced and reciprocal facets that improve the quality and
effectiveness of COD and that benefit the processes of local development in Colombia.
Key Words: Decentralized official cooperation, horizontal model, vertical model, Spain, Colombia.
ELEMENTOS DE REFLEXÃO PARA A MELHORIA DA PRÁTICA DE COOPERAÇÃO
OFICIAL DESCENTRALIZADA NOS MUNICÍPIOS COLOMBIANOS
RESUMO
A cooperação oficial descentralizada (COD) é uma forma de cooperação para o desenvolvimento,
cujos principais atores são os governos locais e regionais.
Este artigo descreve as características mais importantes das relações de COD desde um
“modelo vertical” tradicionalista e um “modelo horizontal”, que procura avançar para
relações apoiadas na reciprocidade entre os parceiros. Sob este contexto, analisa-se o
comportamento da cooperação entre as Comunidades autônomas (CC AA) espanholas com
maior presença no país no período de 1995-2007 e são propostos alguns elementos de
reflexão para avançar de uma visão tradicionalista para formas mais equilibradas e recípro-
cas que melhorem a qualidade e a eficiência da COD e que beneficiem os processos de
desenvolvimento local na Colômbia.
Palavras Chave: Cooperação oficial descentralizada, modelo horizontal, modelo vertical, Espanha,
Colômbia.
Denisse Amara Grandas Estepa
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INTRODUCCIÓN
Con la revalorización de la dimensión territorial-local, los gobiernos territoriales1 han emprendi-
do relaciones internacionales y han buscado mecanismos de internacionalización a través de
procesos de cooperación e interlocución con actores nacionales, regionales y mundiales.
Los intercambios y los procesos de cooperación entre este tipo de gobiernos “no centrales” han
constituido hoy una verdadera “diplomacia de ciudades” (Zapata, 2007) o “paradiplomacia”,
con el propósito de fortalecerse en lo institucional, económico, cultural, político y social.
En este escenario, se fortalece la cooperación oficial descentralizada (COD) como una nueva
modalidad en el sistema de cooperación para el desarrollo, cuyos actores principales son los
gobiernos municipales y regionales, quienes por decisión propia se ven estimulados a establecer
procesos de acción exterior a través de redes internacionales, hermanamientos, ejecución de
proyectos, y desplegar sus propias capacidades de proyectar y llevar a cabo iniciativas de desa-
rrollo.
España se ha convertido en uno de los grandes impulsores de este tipo de cooperación gracias a
la presencia de varias de sus comunidades autónomas (CC AA) y de las entidades locales, en los
países en desarrollo. En Colombia, la ha promovido especialmente desde las CC AA de Madrid,
País Vasco, Cataluña, Valencia, Navarra, Asturias e Islas Baleares.
Sin embargo, para algunos municipios del país la COD es desconocida y para otros, con mayor
capacidad de gestión, ha sido utilizada como un mecanismo de internacionalización y de finan-
ciación de proyectos de desarrollo.
Aun así, en el país es una cooperación que no ha sido lo suficientemente explorada y aprove-
chada como consecuencia de la falta de desarrollo de capacidades en los gobiernos territoriales,
la ausencia de mecanismos de información consolidados, la dispersión, la poca coordinación y
articulación de las iniciativas en estructuras y estrategias planificadas que beneficien los proce-
sos de desarrollo local.
Este artículo presenta los elementos más importantes de la COD y describe, de manera general,
dos modelos que reflejan las diferentes prácticas y modalidades que se han evidenciado en este
tipo de ayuda al desarrollo. Frente a estos dos enfoques, se identifican las características más
importantes de la experiencia de las CC AA en Colombia y se plantean algunos elementos de
reflexión para mejorar los procesos de COD en el país, con un énfasis especial en relaciones
1. Cuando se habla de gobiernos territoriales, se hace alusión a las administraciones municipales e incluso regionales
de carácter descentralizado.
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horizontales, equilibradas, durables y sostenibles que sobrepasen las tradicionales relaciones de
ayuda a proyectos específicos.
El artículo es producto del proyecto de investigación “Construcción de un modelo horizontal de
cooperación descentralizada para Colombia. Experiencia piloto: Municipio de Caldono, Cauca”,
el cual hace parte del Grupo de investigación en política y relaciones internacionales del Progra-
ma de Relaciones Internacionales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
1. LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE LOS MUNICIPIOS: BREVE CONTEXTUA-
LIZACIÓN
Desde hace varios años se ha venido evidenciado la presencia cada vez más creciente de las
entidades territoriales en el escenario internacional. En esta nueva dimensión se integra lo local
y lo global, en la cual se encuentra una nueva oportunidad para el desarrollo por medio de
labores relacionadas con la proyección y la promoción internacional del ente local, la búsqueda
de visibilidad en el extranjero, la atracción de inversiones, el comercio y el turismo (Zapata,
2007).
Implementada en el orden local, la internacionalización municipal entonces, es esa participa-
ción activa del territorio en el sistema internacional, que busca acceder a recursos, intercambiar
experiencias y conformar redes de cooperación e integración económica, con el fin de encon-
trar consensos y soluciones alrededor de temáticas comunes (FCM, 2009).
Las relaciones internacionales de los gobiernos territoriales también han sido enmarcadas en lo
que comúnmente se conoce como paradiplomacia, en la cual los procesos de internacionaliza-
ción de los gobiernos territoriales se fundamentan en un ejercicio paradiplomático cuyo fin
último es la promoción del desarrollo local.
Este término aparece en los años ochenta, periodo en el cual el debate se centró en los cambios que
se empezaron a evidenciar en los estados federales Norteamericanos, en especial, en las relaciones
de los gobiernos federales y los estados federados en el campo de la política exterior. (Aguirre, 2000).
Sin embargo, a lo largo de los años este neologismo ha sido motivo de una variedad de discusio-
nes y de aproximaciones a nuevos términos para describir, desde diferentes perspectivas, la
dinámica de las relaciones internacionales de los gobiernos no centrales. Así entonces, en los
años ochenta se propuso el término microdiplomacia para referenciar el concepto y la práctica
de las actividades internacionales y la autonomía de la política territorial (Duchacek, 1984).
Otros escritores utilizaron términos como “baja política” relacionado con los intercambios eco-
nómicos, sociales y culturales de los municipios, en contraste con el significado tradicional de la
política exterior o “alta política”. (Duchacek, 1984).
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Posterior al término microdiplomacia surge el neologismo paradiplomacia el cual se le atribuye
a Panayotis Soldatos, para describir la actividad internacional de los gobiernos no centrales.
(Aguirre, 2000). A partir de entonces, se proponen una variedad de términos como
protodiplomacia, relacionado con las iniciativas de los gobiernos no centrales en el extranjero y
con los mensajes separatistas de algunas regiones, diplomacia multinivel o diplomacia catalítica
propuesto por Brian Hocking, en el que se plantea que la diplomacia no es atributo exclusivo de
los Estados y se avanza hacia una visión que reconoce a los gobiernos no centrales como actores
internacionales tan confusos como el Estado, los cuales deben ocuparse de aspectos relaciona-
dos con la industria, el comercio, la educación, la cultura, la política social, la vivienda las
finanzas y la seguridad. (Aguirre, 2000)2.
Si bien, la acción exterior de los municipios ha sido motivo de una variedad de discusiones y de
aproximaciones a nuevos términos, la comprensión de la dimensión internacional se ha conver-
tido en una alternativa válida para los municipios que buscan dar solución a sus problemas de
desarrollo así como para obtener apoyo a sus iniciativas de gestión, como respuesta a los nuevos
desafíos de la globalización.
Sin duda alguna las relaciones internacionales desde los municipios han sido producto del mis-
mo proceso de globalización en el que se evidencia la necesidad de reorientar el accionar de las
unidades políticas menores a las del estado-nación y generar el desarrollo de nuevas capacida-
des en el nivel local.
En este mismo sentido, el ámbito local ha comenzado a tener una importancia política como
consecuencia de los procesos de democratización y reformas del Estado, descentralización y
desconcentración administrativa. La descentralización ha fortalecido las estructuras territoriales
del orden subnacional ampliando sus capacidades y ámbitos de actuación, y otorgándoles un
mayor grado de autonomía, de control de los recursos y de mayores responsabilidades y com-
petencias, de manera que, pueda potenciarse la interacción y acercamiento entre el Estado y
sus comunidades. A su vez, la descentralización ha sido una estrategia para responder a las
exigencias de la globalización y un instrumento inherente a la democracia participativa. Se
asume que en los procesos de descentralización se mejoran los niveles de eficacia del Estado y
se amplía la base social, potenciando la gobernabilidad y la participación ciudadana.
De tal forma, los gobiernos territoriales buscan hoy activar respuestas a sus problemas de desa-
rrollo y conseguir apoyo a sus iniciativas de gestión, a partir de nuevos modelos extensivos y
comprensivos de la dimensión internacional. Así encuentran múltiples posibilidades de interna-
cionalización a través de la generación de hermanamientos de ciudades, eventos para el fomen-
2. En la literatura académica se han propuesto otros conceptos para explicar las actividades internacionales de los
gobiernos no centrales como paradiplomacia transfronteriza, regionalismo transfronterizo.
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to comercial o turístico, prestamos, presencia en foros internacionales (Díaz, 2008), atracción
de inversión extranjera, cooperación descentralizada y participación en redes internacionales,
cabildeo, lobby; mecanismos, todos ellos, a partir de los cuales, los gobiernos locales concurri-
rán en el nivel global, a la búsqueda de colaboración y coparticipación para el éxito de diversas
iniciativas de gestión, al igual que para el desarrollo de planes y programas de desarrollo local.
2. LA COOPERACIÓN OFICIAL DESCENTRALIZADA COMO UNA MODALIDAD POTEN-
CIAL DE INTERNACIONALIZACIÓN MUNICIPAL
Uno de los grandes instrumentos de internacionalización municipal viene estrechamente rela-
cionado con la cooperación internacional. Así, los gobiernos territoriales han empezado a tener
una presencia cada vez más activa y se han convertido en sujetos activos de las políticas de
cooperación para el desarrollo. (Fernandez de Losada, 2010).
Esta dinámica hace parte de los procesos de cambio que se empezaron a evidenciar en el
escenario de la cooperación a partir de los años noventa y que han sido enmarcados en lo que
comúnmente se conoce como la “nueva arquitectura de la ayuda”, la cual se caracteriza por el
establecimiento de nuevos objetivos, actores, instrumentos y principios relacionados con la
eficacia de la ayuda.
Frente a los objetivos, la comunidad internacional ha definido un nuevo consenso sobre el
desarrollo para avanzar en el propósito de reducción de la pobreza. Así entonces, mediante la
Declaración del Milenio y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se ha conformado
una agenda que compromete al conjunto de la comunidad internacional y que sin duda ha
generado una transformación en las políticas de cooperación para el desarrollo3.
Por su parte, y ligado a los ODM, se han gestado una serie de propuestas reformadoras como
consecuencia del reconocimiento y la necesidad de mejorar la eficacia de la ayuda (Alonso,
2010). La Declaración de Roma sobre Armonización (2003), la Declaración de Paris sobre efica-
cia de la ayuda (2005) y el Programa de Acción de Acrra (2008), que han dado lugar a la agenda
de Paris, se constituyen entonces, en las referencias más importantes para comprender los nue-
vos compromisos entre donantes y receptores para avanzar en la eficacia de la ayuda.
Así mismo, se han incorporado al sistema de cooperación nuevos actores como las Organizacio-
nes no Gubernamentales (ONG), las grandes fundaciones, los gobiernos territoriales y la partici-
pación de los países de renta media como oferentes de cooperación. Como consecuencia de
3. Es importante destacar la Conferencia sobre financiación del desarrollo de Monterrey en el año 2002, como un
escenario importante en el que se buscaban acuerdos para el cumplimiento de los ODM y en el que los donantes
evidenciaron la necesidad de mejorar la eficacia de la ayuda.
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esto, se empiezan a evidenciar nuevas modalidades de ayuda como la cooperación descentra-
lizada (CD), la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular.
Así entonces, a partir de los noventa, con una concepción más moderna y funcional, se comien-
za a plantear la CD concebida como el conjunto de iniciativas de cooperación al desarrollo, que
bajo el liderazgo de autoridades locales y/o la sociedad civil, procura estimular las capacidades
de los actores de la base territorial y fomentar un desarrollo más participativo (Zapata, 2007).
La cooperación oficial descentralizada (COD), por su parte, se refiere exclusivamente a aque-
llas actuaciones llevadas a cabo desde los gobiernos territoriales, de manera directa o a través de
la sociedad civil. En esta modalidad, los municipios en su nuevo rol deciden entran en contacto
con otros municipios y con entidades otorgantes, con cierta autoridad para la negociación (Pérez,
2007).
El rol de los agentes, municipios, organizaciones de la sociedad civil, dirigentes empresariales y
empleados, etc., que trabajen en la promoción del desarrollo resulta fundamental. Se trata de
resaltar la importancia de la participación y movilización de los actores territoriales y de la
necesidad de construir capital social para las iniciativas de desarrollo local (Alburquerque, 2004).
La COD implica entonces, una cooperación de una “colectividad territorial” dentro de un país
o Estado con otra de otro país o Estado e incluye temas muy diversos presentados a escala
regional y/o local. Su objetivo consiste en complementar los esfuerzos en ámbitos territoriales y
sectoriales.
Se evidencia con esto, una cooperación que promueve el nexo entre las comunidades locales
organizadas de los países en desarrollo y desarrollados mediante acuerdos de cooperación bila-
teral o multilateral, la participación en redes y el establecimiento de relaciones acordes con la
realidad local.
Dentro de los beneficios más importantes de posicionamiento internacional de un municipio a
través de la cooperación descentralizada están:
La cercanía y participación de la sociedad civil en los procesos de desarrollo del muni-
cipio.
Los vínculos directos entre homólogos que potencian las capacidades del municipio.
La construcción de agendas a nivel internacional y de estrategias de marketing territorial.
La autonomía respecto al conjunto de la cooperación al desarrollo, al desplegar capacida-
des para gestionar vínculos e intercambiar experiencias.
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La coordinación y participación en redes de gobiernos locales y regionales.
La posibilidad de potenciar el desarrollo local y fortalecer los procesos descentralizadores.
El fortalecimiento del sistema de cooperación para el desarrollo a través de relaciones de
carácter más horizontal que sobrepasan el tradicional asistencialismo y que permiten el
intercambio de experiencias entre “socios”.
Potenciar no sólo su economía y comercio, sino los campos cultural, social y político.
La generación de condiciones que permitan a los gobiernos locales operar eficientemente
y reforzar los procesos de descentralización y la autonomía local (Fernández de Losada,
2007).
La interacción en función de intereses y características comunes, estableciendo un con-
tacto directo con actores mundiales de diversa índole.
La participar en redes internacionales.
Además de ayuda, la obtención de personalidad en el derecho internacional, posiciona-
miento en el exterior y construcción de una fuerza local (Rodríguez, 2005).
En este sentido, la cooperación descentralizada, se constituye en un buen instrumento para
establecer relaciones, contribuir a una mayor autonomía y se convierte en una vía para
potenciar los gobiernos territoriales como conductores del desarrollo local y la cohesión
social.
3. LA PRÁCTICA DE LA COD: El MODELO VERTICAL Y HORIZONTAL
Los movimientos solidarios y la movilización ciudadana de principios de los noventa que busca-
ban comprometer a los países ricos con los procesos de desarrollo generan un impacto funda-
mental en los gobiernos locales europeos, los cuales comienzan a destinar una parte de su
presupuesto a acciones de solidaridad que se convierten en la premisa fundamental de la co-
operación europea y le dan fuerza a la COD.
Es desde este momento donde se empiezan a identificar algunas características y prácticas fre-
cuentes de COD vinculadas con la naturaleza de las relaciones y con el tipo de acciones que se
ponen en marcha, que pueden ser sintetizadas en dos modelos de COD, tal como se indica en
la figura No. 1.
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El enfoque vertical se caracteriza por una práctica de COD tradicionalista de carácter
asistencialista, donde los gobiernos territoriales del “Norte” actúan como financiadores y los
actores del “Sur” (organizaciones de la sociedad civil y/o gobiernos territoriales), como recepto-
res de cooperación (Sanz, 2008). En este escenario, la toma de decisiones está en manos del
donante y la responsabilidad en el receptor. Es un modelo caracterizado por el establecimiento
de relaciones de cooperación asimétricas soportadas en un alto porcentaje en la financiación de
proyectos de corto plazo a través de subvenciones a ONG (Martínez y Sanahuja, 2009).
En consecuencia, y como bien lo señalan Sanahuja y Martínez (2009), este enfoque puede ser
explicado claramente desde la cadena de la ayuda en la cual se establecen relaciones de tipo
vertical alrededor de la financiación y la transferencia de recursos Norte-Sur. Así, los eslabones
de la cadena corresponden a los actores que intervienen y las relaciones de poder están repre-
sentadas de manera descendente. Por lo tanto, en el extremo superior se ubican los donantes
quienes toman las decisiones y en el inferior los receptores de la ayuda quienes se convierten en
responsables, dependientes de los recursos y subalternos de la cadena. Por su parte, los eslabo-
nes intermedios conforman la “industria de la ayuda”, junto a la que se encuentran las ONG
(Martínez, 2007).
La práctica de la COD: el modelo vertical y horizontal: características
Figura No. 1. La práctica de la COD: el modelo vertical y horizontal
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Malé (2008) y Sanahuja y Martinez (2009)
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Un claro ejemplo del modelo anteriormente descrito se puede evidenciar en la cooperación ofi-
cial descentralizada de España e Italia articulada desde sus inicios mediante intermediarios, en
especial, a través de ONG de desarrollo. La presencia y participación de los gobiernos territoriales
es limitada y poco estratégica. Su participación se reduce a los recursos que transfieren a través de
convocatorias públicas a organizaciones de la sociedad civil quienes a su vez son las que definen
el ámbito de actuación y de ejecución de los proyectos. (Fernández de Losada, 2010)
Esta dinámica comienza a evolucionar con la vinculación de criterios de elegibilidad y de aspec-
tos como la gobernabilidad y el desarrollo local. Sin embargo, esta evolución no esclarece si la
participación del gobierno territorial en actividades de cooperación responde a una estrategia
de proyección exterior como una acción “natural” o por el contrario, busca seguir reforzando el
trabajo asociativo y de las organizaciones de la sociedad civil. (Fernández de Losada, 2010)
Al igual que en la cooperación internacional clásica, bilateral o multilateral, se avanza hacia una
opción paralela que prevé una mayor integración entre los actores involucrados en el proceso,
esto es, una mayor sinergia en los esfuerzo, complementariedad en la concepción, compromiso
y responsabilidad compartida en la ejecución y posterior evaluación. Se resalta, el hecho que
implica alejarse de la visión dicotómica y asimétrica entre “donantes” y “beneficiarios”, (Malé,
2008) para establecer un patrón de relaciones en las cuales los gobiernos locales están recono-
cidos como sujetos activos de la cooperación.
Es de esta forma en que surge una relación horizontal, donde cada parte ve a la otra como un
socio y en el que las necesidades reales a satisfacer son producto de un consenso previo, previs-
to y necesario, desde el cual se diseñan las mejores estrategias de beneficio mutuo.
El enfoque horizontal de COD sobrepasa entonces, la diversidad de relaciones verticales sopor-
tadas tanto en las subvenciones a ONG como en las relaciones directas entre gobiernos territo-
riales y avanza hacia una cooperación descentralizada pública basada en relaciones entre iguales
que buscan intercambiar experiencias y apoyar las políticas públicas locales y el fortalecimiento
institucional.
Estas relaciones de cooperación han avanzado, aunque de manera muy lenta, de esa visión
tradicionalista de tinte vertical y asistencialista (enfoque vertical), a una visión que favorece el
establecimiento de relaciones más equilibradas basadas en la reciprocidad y el mutuo interés y
en formas de actuación más abiertas que fortalecen la acción exterior de los gobiernos locales,
y que para muchos debe ser categorizada bajo el “modelo horizontal”.
Sin embargo, frente a este último modelo surge una reflexión interesante. De acuerdo con
Martínez y Sanahuja (2009), la naturaleza del sistema de ayuda se caracteriza por su arbitrarie-
dad y asimetría por lo que necesariamente se desarrollan relaciones verticales que no permiten
avanzar hacia relaciones plenamente horizontales.
Denisse Amara Grandas Estepa
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No obstante ello, como en las relaciones de COD pueden diferenciarse distintos niveles de
verticalidad, es posible distinguir un tipo ideal de cooperación que comparte algunos elementos
del modelo vertical (Martínez y Sanahuja, 2009).
Malé (2008) plantea diferentes modalidades de relaciones de COD entre la Unión Europea y
América Latina, que permiten ilustrar tanto las coincidencias y los elementos compartidos entre
los dos modelos descritos, como la evolución de la COD hacia un modelo de relaciones más
horizontales y reciprocas:
Frente a las intervenciones en ayuda asistencial y humanitaria con énfasis en las situaciones de
pobreza y emergencia, plantea una modalidad inicial de relaciones de cooperación indirectas a
través de ONG, en las cuales el gobierno local del Norte se convierte en un simple financiador
y por tanto, se sustituye por agentes privados. Esta modalidad evoluciona con relaciones de
cooperación directa que luego pueden ser materializadas a través de hermanamientos. A su vez,
estos hermanamientos permiten movilizar tanto las capacidades institucionales como los esfuer-
zos solidarios de diversos actores locales, que evidencian una nueva relación de sociedad local
a sociedad local. Por último, en muchas ocasiones estas prácticas avanzan hacia la conforma-
ción de redes de ciudades hermandadas con el municipio del Sur o viceversa.
Un segundo ejemplo está relacionado con el apoyo a las políticas públicas locales y el fortaleci-
miento institucional. La evolución en las modalidades de gestión en este eje comienza con
relaciones bilaterales verticales soportadas en el apoyo material a la institución del Sur a través
de la dotación de materiales, equipamientos, edificios, etc.
Esta modalidad evoluciona cuando se establecen relaciones bilaterales verticales mediante la
transferencia de conocimiento, know-how, asistencia técnica, capacitación, asesoramiento del
gobierno local del Norte hacia el gobierno local del Sur. Por último, se avanza hacia un tipo de
relación bilateral horizontal soportada en el intercambio y en la reciprocidad, que desemboca
en redes de gobiernos locales.
Otra manera de superar esa visión asimétrica en el sistema de ayuda Norte-Sur es mediante el
estímulo de los vínculos de cooperación descentralizada Sur-Sur para avanzar hacia una mayor
horizontalidad y alcanzar las metas y objetivos prioritarios en los planes locales de desarrollo.
Frente a esto, muchos municipios en América Latina y el Caribe han emprendido estrategias de
cooperación con el fin de fortalecer sus procesos de desarrollo local.
A su vez, la cooperación triangular puede contribuir con este mismo propósito, potencializando
la cooperación técnica, a través de la asociación de una fuente tradicional de carácter bilateral
o multilateral con un gobierno territorial de desarrollo medio para asistir conjuntamente a un
tercer gobierno territorial de menor o similar desarrollo relativo, con proyectos de asistencia
técnica e intercambio de buenas prácticas en áreas como el fortalecimiento institucional, la
salud, la educación, etc.
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Así por ejemplo, el Programa Urbal de la Unión Europea ha venido estimulando relaciones Sur-
Sur mediante experiencias de desarrollo económico local en América Latina. De la misma ma-
nera, la promoción de las Agencias de Desarrollo Económico Local (ADEL), promovidas por el
Programa Art-Gold, contribuye significativamente con este propósito. Estas experiencias han
reforzado la “cooperación inducida”, entendida como las acciones de cooperación adelanta-
das por gobiernos locales en el marco de programas provenientes de organismos multilaterales
(Fernández de Losada, 2010).
La experiencia demuestra la diversidad de iniciativas que se vienen promoviendo desde los
organismos multilaterales y los espacios de integración y cooperación regional y subregional en
materia de cooperación Sur-Sur y cooperación triangular4, que sin duda sirven de soporte para
impulsar la cooperación descentralizada Sur-Sur y por tanto, una mayor horizontalidad.
4. LA DINÀMICA DE LA COOPERACIÓN OFICIAL DESCENTRALIZADA EN COLOMBIA:
EL CASO DE LAS CC AA EN EL PAÍS (1995-2008)
En Colombia, el tema de la COD se ha venido promoviendo en diferentes espacios tanto acadé-
micos como gubernamentales y de gestión pública local. (Olaya y Velez, 2009). La inclusión de
esta modalidad en los gobiernos territoriales ha estado ligada, en la mayoría de los casos, a las
estrategias de internacionalización mediante relaciones de cooperación internacional.
Los gobiernos territoriales que han avanzado en la promoción de la internacionalización en los
planes de desarrollo departamental y municipal, han incorporado esta modalidad como una
estrategia de gestión del desarrollo. Otros, con menor experiencia, han preferido conservar una
visión tradicional de la cooperación (Olaya y Velez, 2009).
El estudio de la COD en Colombia, aunque resulta difícil en razón a la ausencia de información
consolidada, puede focalizarse, de manera especial, en el caso de las administraciones descen-
tralizadas españolas, principales donantes de este tipo de cooperación en el país. El caso mas
representativo está relacionado con la experiencia de las CC AA. La cooperación de estas admi-
nistraciones autonómicas españolas ha venido adquiriendo un papel cada vez más importante
en el sistema de cooperación español (Intermon Oxfam, 2010).
En Colombia, las aportaciones de estas Comunidades se remontan aproximadamente a 1994 y
han tenido un crecimiento importante especialmente a partir del año 2000. En la actualidad, el
país es considerado como prioritario para 10 de ellas (Madrid, País Vasco, Asturias, Cataluña,
4. Esta fue una de las conclusiones del Propuestas Taller sobre Cooperación Sur-Sur, organizado por el SELA y la
Secretaría de Relaciones de México y desarrollado en México el 28 y 29 de julio de 2011.
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Islas Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Valencia y Navarra; para Aragón y
la Rioja, Colombia se considera como prioritaria bajo condiciones sectoriales preferentes). Sin
embargo, sólo cuatro de ellas (Madrid, Valencia, País Vasco y Cataluña) pueden clasificarse
como las de mayor presencia en el país.
Esta es una cooperación que aún no ha sido aprovechada en el país y que apenas se empieza a
conocer desde los gobiernos territoriales; a pesar de la dispersión, poca coordinación y articula-
ción de las iniciativas.
Varias son los aspectos que se pueden destacar de la cooperación de estas comunidades en el
país entre 1995 y 2007:
En primer lugar, y desde una perspectiva de tiempo, las CC AA con mayor presencia e iniciativas
de cooperación al desarrollo han sido Valencia, Madrid, País Vasco y Cataluña.
En este mismo sentido, otras CC AA iniciaron sus actividades de cooperación para el desarrollo
a partir del año 2003, aproximadamente, y han adquirido un peso importante dentro del con-
junto de la cooperación autonómica española en Colombia. Es el caso de la Comunidades de
Islas Baleares, Navarra y Asturias.
Las actividades de Castilla la Mancha comienzan a adquirir una importancia relativa a partir del
año 2006, fecha en la que se registran 6 proyectos de cooperación. En esta misma dirección
otras comunidades ejecutaron proyectos en el país entre el 2006 y 2008, como es el caso de
Aragón (6 proyectos), la Rioja (6 proyectos), Murcia (3 proyectos), Castilla y León (4 proyectos),
Extremadura (4 proyectos), Andalucía (4 proyectos) y Cantabria (2 proyectos).
En segundo lugar, la orientación geográfica de cada una de las comunidades evidencia una
concentración de la ayuda en tres o cuatro departamentos. País Vasco coopera especialmente en
departamentos como Antioquia, Bogotá y Chocó; Valencia en Antioquia, Atlántico, Bogotá y
Bolívar; Madrid en Antioquia, Bolívar, Valle del Cauca, Bogotá y Cundinamarca; Cataluña en
Bogotá, Valle del Cauca y Bolívar, e Islas Baleares en Santander, Cauca y Antioquia.
Esta concentración responde en la mayoría de los casos a los vínculos de las ONG colombia-
nas con sus pares españolas cuando se trata de subvenciones a proyectos. En otros casos, tiene
que ver con la capacidad de gestión internacional de algunos municipios y departamentos
colombianos y/o a las relaciones espontáneas que Surgen entre estos y algunos gobiernos
autonómicos.
Así por ejemplo, el departamento de Antioquia recibió cooperación de seis de las siete CC AA,
con un monto histórico total de 5´619.012 . que equivale al 10% del total del presupuesto de
las comunidades. A su vez, hay una larga lista de municipios que no han recibido COD de
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ninguna comunidad. (Tabla No. 1). Son los casos de Vaupés, Vichada, Tolima, Sucre, San
Andrés, Risaralda, Putumayo, Meta, Magdalena, Huila, Guaviare, Córdoba, Guainía y Cesar.
Tabla No. 1 Financiación de la Cooperación
de siete CC AA en Colombia 1995-2008 (euros)
Continuando con el comportamiento de la orientación geográfica y la financiación de la coope-
ración, es posible observar que departamentos como Bolívar han sido foco de COD; En el
periodo de 1995 a 2006 el departamento de Bolívar recibió aproximadamente el 12% del total
de euros financiados por las comunidades españolas en toda Colombia.
Por su parte la cooperación de estas siete CC AA destinó a Bogotá niveles similares de financia-
ción de los departamentos mencionados (Antioquia y Bolívar). La gran diferencia es que una
sola ciudad recibió el 8.6% del total de euros financiados. Bogotá ha concentrado una impor-
tante muestra de iniciativas de cooperación autonómica; aunque esto no parece negativo, lo
que revela es que esta ciudad relegó del mapa al departamento de Cundinamarca, que recibió
aproximadamente el 1,17% del total de euros donados entre 1995 y 2006.
En síntesis, lo que indica este análisis inicial es que en Colombia tan solo cuatro de las 17 CC AA
han tenido una presencia significativa en el país, que a su vez permite observar que si bien, es
una cooperación que cada vez adquiere más fuerza en el país, no siempre responde a las nece-
sidades más próximas locales y por el contrario, se focaliza en aquellos municipios o departa-
mentos caracterizados por altos niveles de desarrollo y de capacidad de gestión.
Comunidad
Autónoma
Total Euros
donados
Euros donados a
Antioquia
% frente al total de
euros donados
País Vasco 13.270.592,66 2177059,79 16,4
Valencia 22.677.099,72 1396985,36 6,2
Madrid 9.081.844 583251 6,4
Cataluña 5.884.064 168000 2,9
Asturias 1.607.115 0 0,0
Baleares 1.384.015,36 258416 18,7
Navarra 1.676.023 1035300 61,8
Total 55.580.753,74 5.619.012,15 10,1
Fuente: Elaboración propia, a partir de datos suministrados por AECID, Colombia y de algunas CC AA
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En tercer lugar, las siete CC AA, sin excepción, han volcado su cooperación al sector de
infraestructuras sociales. Así entonces, del total de la financiación de estas comunidades entre
1995 y 20085, aproximadamente el 68%, ha sido invertido en proyectos clasificados en este
sector de actividad
De manera detallada, la siguiente tabla permite observar el número de proyectos que justifican
este porcentaje en infraestructuras sociales, frente al total de proyectos registrados.
Tabla No. 2 Cooperación de siete CC AA en Colombia
en el sector infraestructuras sociales 1995-2008
En cuarto lugar, y desde la perspectiva de las organizaciones con las que han trabajado estas CC
AA en Colombia, se observa que un gran porcentaje de la cooperación autonómica se realiza a
través de subvenciones a proyectos presentados por ONG.
Las ONG son las organizaciones que más euros reciben de las CC AA, estas son las instituciones
por excelencia de la COD así como lo son en menor medida las fundaciones que para el caso de
Madrid se ubican en primer lugar en términos de financiación. Pese a esta concentración de la
ayuda en manos de las ONG, que se soporta en relaciones de tipo vertical y asistencialista,
Comunidad
Autónoma
No. de proyectos
infraestructuras
sociales
Total proyectos
registrados
por Comunidad
% del total
donado
País Vasco 84 119 70,5
Valencia 103 159 64,7
Madrid 65 99 65,6
Catalunya 62 84 73,8
Asturias 17 32 53,1
Baleares 25 39 64,1
Navarra 34 43 79
Total 390 575 68% apróx.
Fuente: Elaboración propia, a partir de datos suministrados por AECID, Colombia y algunas CC
AA
5. Se incluyen algunos proyectos del 2009.
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desde el año 2008 (apróx), se promueve la presencia de otros actores, que aunque de manera
muy lenta, dan muestra de la apertura en las modalidades y modos de gestión. Así por ejemplo,
se empiezan a evidenciar los aportes de las CC AA a organismos internacionales y relaciones de
cooperación directa con gobiernos no centrales colombianos, con entidades gubernamentales
del nivel nacional y organizaciones de la sociedad civil.
Tabla No. 3 Algunos actores con los que han trabajado
las principales CC AA presentes en Colombia (2004-2008)
País Vasco Primera institución más financiada PNUD, OCHA, alcaldías
Valencia Primera institución más financiada PNUD, ACNUR
Madrid Segunda institución más financiada Fundaciones colombianas, Ministerios,
Acción Social, Presidencia.
Cataluña Primera institución más financiada PNUD, Alcaldías, gobernaciones,
Procuraduría
Asturias Primera institución más financiada ACNUR, alcaldías
Baleares Primera institución más financiada Alcaldías
Navarra Primera institución más financiada No registra
Asturias Primera institución más financiada ACNUR, alcaldías
Andalucía Primera institución más financiada OEI, Alcaldías
Comunidad
Autónoma
ONG frente a demás instituciones
en /comunidad Otros actores6
Esta primera contextualización de la presencia de las CC AA en el país, permite identificar algunos
puntos débiles que justifican la necesidad de avanzar hacia dinámicas más incluyentes, reciprocas
y horizontales de COD que beneficien los procesos de desarrollo territorial en Colombia:
Desde los gobiernos autonómicos españoles
Si bien, las CC AA avanzan cada vez más en la institucionalización de su cooperación a través de
planes, políticas y mecanismos de planificación y coordinación, aún se observa una brecha
entre estos y las prioridades del país.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos suministrados por AECID y algunas CC AA
6. Datos aproximados suministrados por AECID (Colombia).
Denisse Amara Grandas Estepa
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En primer lugar, se evidencian claros problemas de información y dispersión. Los datos de la
cooperación autonómica en el país son difíciles de conocer, debido a que no existen fuentes
consolidadas que registren en su totalidad los proyectos ejecutados y el impacto de estos. Para-
dójicamente, la fuente más cercana es AECID (Colombia), que maneja algunas bases de datos
del 70% de los proyectos ejecutados en el país.
Bajo esta misma lógica, los mecanismos de seguimiento, evaluación e impacto de los proyectos
ejecutados por las ONG, se reducen en la mayoría de los casos a justificaciones técnicas y
económicas intermedias y finales.
Ligado a lo anterior, se observa una ausencia generalizada y una falta de implicación directa del
gobierno autonómico, que actúa como un simple financiador, reforzando así, el modelo clásico
y vertical de la ayuda inducido por la demanda sin un norte estratégico común. Adicionalmente,
la falta de implicación del gobierno local del país, no genera ningún tipo de coordinación y
articulación con las estrategias de desarrollo local ni contribuye con los procesos de alineación,
planificación y aprendizaje entre ambas partes.
De la misma manera, y como consecuencia de esa lógica asistencialista y vertical, las relaciones
de cooperación se limitan a las prioridades de los gobiernos autonómicos, que se materializan
nuevamente a través de los proyectos financiados a las ONG.
Se infiere entonces, que en la mayoría de los casos no existen planes conjuntos y planificados
entre los agentes españoles y colombianos. Con esto no se logran establecer objetivos claros y
compartidos, ni prioridades sectoriales y necesidades concertadas.
La dinámica también revela que este modelo vertical responde, entre otras cosas, a la misma
concepción asumida por los gobiernos locales y regionales colombianos. En palabras de
Martinez y Sanahuja (2009), “el modelo vertical de cooperación descentralizada es una conse-
cuencia de la propia actitud de los gobiernos descentralizados del Sur, que conciben a los
gobiernos descentralizados del Norte exclusivamente como financiadores a través de los cuales
obtener recursos”.
Este escenario plantea una discusión adicional que permite identificar algunos de los problemas
relacionados con los procesos de cooperación de los gobiernos territoriales colombianos.
Desde los gobiernos territoriales colombianos
En términos generales, en el país se evidencia un desconocimiento extendido por parte de
muchas de las administraciones territoriales referente a los diversos mecanismos o modalidades
de internacionalización y dentro de estas, la COD. De lo anterior se desprende la limitada
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participación de estas administraciones en procesos o practicas de COD tendientes a fortalecer
la gestión pública y los procesos de desarrollo local7.
Son muy pocos los municipios o ciudades en Colombia que cuentan con una espacio en el cual
se trabajan los asuntos internacionales. De acuerdo con el Informe Experiencias en internacio-
nalización municipal en Colombia (FCM-UJTL, 2008), únicamente en algunas gobernaciones y
ciudades capitales como Medellín, Bogotá, Bucaramanga, Cartagena, Manizales, Pereira, Pasto,
Cali y Florencia, existen espacios de gestión de asuntos internacionales establecidas en la estruc-
tura administrativa de las Alcaldías; por lo demás, en la mayoría de los casos, las responsabilida-
des sobre los proyectos que tienen relación con el tema internacional, recaen en las oficinas de
planeación, en el despacho del Alcalde o en algún asesor externo.
Se destaca que en el caso de Medellín, existe una institucionalidad más avanzada a través de la
creación de una agencia propia, Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área
Metropolitana, que tiene el objetivo de propiciar el desarrollo de la ciudad a través de la crea-
ción de relaciones con otros países y ciudades.
Sin embargo, existen casos destacables por su excepcionalidad, ya que, en ausencia de una
oficina de asuntos internacionales, la motivación y voluntad política de líderes han logrado
avances significativos hacia el posicionamiento de sus municipios en la escena internacional.
Un ejemplo de ello es el municipio de Caldono en el Departamento del Cauca, que producto
de las gestiones de su Alcaldesa (2008-2011) Enelia Salinas Chivatá, llevó el nombre de su
municipio a instancias como la Embajada del Japón, la Unión Iberoamericana de Municipalistas,
IKVPAX CHRISTI de Holanda, la Universidad de Lleida, la Agencia Asturiana de Cooperación,
entre otras.
Aunque esto demuestra que algunas ciudades/municipios del país tienen experiencia en acti-
vidades del ámbito exterior, en la mayoría de los casos, no se cuenta con políticas o estructu-
ras sostenibles de cooperación internacional, que permitan vincular la dimensión internacional
en lo local de una manera sostenible y eficaz. Ante esto y debido a la naturaleza esporádica de
las prácticas se evidencia una ausencia de planificación y de marcos estratégicos que limita
considerablemente el alcance de las mismas y que nuevamente refuerza el modelo vertical de
cooperación.
Así entonces, en la mayoría de los casos las actividades específicamente asociadas a la coopera-
ción descentralizada de los municipios, al igual que el resto de las actividades de internacionali-
7. Esta fue una de las conclusiones de la investigación adelantada por el Programa de Relaciones Internacionales en
convenio con la Federación Colombiana de Municipios en diciembre de 2007 sobre los procesos de internaciona-
lización municipal en el país.
Denisse Amara Grandas Estepa
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zación, no se adelanta en forma planificada y sostenida, a partir de estrategias o políticas de
mediano y largo plazo, sino que surgen de necesidades específicas o de acuerdos espontáneos
con otros municipios nacionales o extranjeros. Por otra parte, son los municipios más grandes,
los que de igual manera, logran un mayor nivel de desarrollo en los temas de cooperación
descentralizada.
Bajo este mismo escenario y como consecuencia de esto, es común identificar que estas
actividades de los gobiernos territoriales colombianos mantienen el enfoque vertical y
asistencialista a través de la financiación de proyectos, con especial énfasis en las prioridades
de los “donantes”.
De la misma manera, y ligado a estas dificultades, los gobiernos territoriales colombianos se ha
enfrentado a una tendencia centralizadora de la cooperación internacional desde las instancias
gubernamentales coordinadoras que en algunos casos, no han generado articulación entre las
prioridades territoriales y del orden nacional. Aun así, algunos gobiernos locales han ganado
espacios en el desarrollo de capacidades de gestión autónoma que les ha permitido establecer
procesos de apropiación local proyectables al exterior.
Por último, si bien algunos municipios del país han adelantando iniciativas de cooperación
descentralizada, las limitaciones para establecer vínculos de este tipo obedecen a la falta de
desarrollo de capacidades, al vago entendimiento de lo que significa y al desconocimiento por
parte de muchas de las administraciones locales de menor desarrollo referente a los diversos
mecanismos o modalidades dirigidos a los gobiernos municipales.
CONCLUSIONES
El panorama de la cooperación descentralizada en el país sigue mostrando un evidente proble-
ma de enfoque, información, capacitación, gestión y claridad de lo que significa. Con esto, se
desaprovechan los recursos y los mecanismos para establecer vínculos de cooperación entre
homólogos y se desarrollan iniciativas dispersas con escasa capacidad transformadora.
No obstante los problemas evidenciados, se puede percibir un creciente interés por parte de
muchas administraciones locales para establecer vínculos de cooperación descentralizada a tra-
vés de mecanismos planificados de gestión y marcos de acción que contribuyan con procesos
más horizontales y equitativos y con el fortalecimiento institucional, local y participativo.
Así entonces, la experiencia significativa de la cooperación de las CC AA en el país, evidencia la
necesidad de establecer nuevas dinámicas y mecanismos para evolucionar de la concepción
clásica, dominante y asistencialista que alimenta “la cadena de la ayuda” a un enfoque basado
en relaciones estratégicas, de largo plazo, que pasen de la financiación de proyectos a través de
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las ONG a unas relaciones más duraderas entre socios, y que contribuyan con los procesos de
descentralización, fortalecimiento institucional y gobernanza local.
Bajo este escenario, es posible señalar algunos elementos de reflexión que contribuyen con este
propósito:
Desde los gobiernos autonómicos:
Avanzar en procesos de cooperación directa orientado al apoyo de las políticas públicas y
al fortalecimiento institucional.
Cambiar el enfoque reduccionista de financiación de proyectos a las ONG, diversificando
y fortaleciendo los actores, instrumentos y modos de gestión que favorezcan la alineación
y la planificación estratégica conjunta.
Avanzar en las relaciones multiactor y multinivel y promover el esquema de redes
Desde los gobiernos locales colombianos:
Ampliar el campo de autonomía y de liderazgo en la cooperación, desde los municipios
colombianos.
Generen capacidades en la sociedad civil organizada para afianzar su participación y com-
promiso en las iniciativas públicas alrededor de la internacionalización, en especial, la
cooperación internacional. La gestión desde abajo hacia arriba constituye la clave para el
impulso y sostenimiento de una estrategia de relacionamiento horizontal de cooperación
descentralizada con enfoque participativo.
Vincular en los Planes de Desarrollo Municipal la cooperación internacional y/o la interna-
cionalización como estrategia para la consecución de fondos, el establecimiento de rela-
ciones internacionales, el fortalecimiento de capacidades institucionales y la ejecución de
proyectos.
Establecer estructuras y procedimientos organizativos para gestionar las relaciones de co-
operación. (a través de una secretaría independiente, la Secretaría de Hacienda, de Pla-
neación o de Desarrollo Económico, del despacho del Alcalde, de unidad de asesoría y
apoyo o unidad técnica especializada, de un comité interinstitucional, de asociaciones de
municipios y/o las Agencias de Desarrollo Económico Local (ADEL) o a través de la crea-
ción de una agencia independiente.
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95
Identificar características, potencialidades y necesidades del municipio, proyectables al
exterior en conjunto con la sociedad civil.
Identificar socios, modalidades e instrumentos de cooperación oficial descentralizada que
avancen hacia relaciones más horizontales y de interés común. Bajo esta perspectiva, el
panorama de la COD muestra diferentes actores que contribuyen con este propósito como
gobiernos locales en América Latina, programas de cooperación al interior de los organis-
mos de integración regional, programas de cooperación Sur-Sur y triangular, promovidos
desde actores multilaterales y bilaterales de cooperación (Art-Gold de PNUD, Urbal de la
Unión Europea, la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA), la Agencia Ale-
mana de Cooperación (GIZ), entre otros), redes de gobiernos locales (CGLU, FLACMA,
OLAGI, RAC, UIM etc),
Construir estrategias de cooperación desde las entidades territoriales colombianas con la
participación de la sociedad civil.
Desarrollar una agenda de acción exterior para establecer relaciones de cooperación de
acuerdo con las prioridades municipales
Generar espacios de planificación conjunta entre los actores de COD, que vinculen la
identificación de las prioridades locales y su articulación con los planes rectores de coope-
ración de los pares internacionales (objetivos compartidos entre pares internacionales y
entre pares internacionales y beneficiarios).
Avanzar hacia el establecimiento de una política pública de internacionalización y/o co-
operación internacional que vinculen la COD.
Sin duda alguna, el reto para los municipios en Colombia consiste en desarrollar capacidades y
estrategias que orienten una agenda de acción exterior de cooperación descentralizada en el
marco de una política circunscrita en la agenda pública local, inscrita en el contexto propio y
estratégico de la acción pública impulsada desde la administración local. (Sanz, 2008).
Para esto, los procesos de cooperación descentralizada deben estar soportados en la conciencia
de los gobiernos locales de su territorio como base fundamental para comprender la dinámica
política, económica y social y como el elemento diferenciador desde el que se construye la
identidad colectiva e individual.
Ligado a esto, lo fundamental es construir capacidades y generar un cambio de enfoque desde
los municipios colombianos en el cual se abandone la tradicional formula “donante-receptor” y
se avance hacia el concepto de “socios”, que se interesen por ejecutar proyectos de mutuo
interés, intercambiar conocimientos, buenas prácticas, en beneficio del desarrollo local.
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REVISTA DE RELACIONES INTERNACIONALES, ESTRATEGIA Y SEGURIDAD
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Europea-América Latina.
... De este modo, las capitales nacionales llegan a ser unos espacios de encuentro y, también, el mecanismo para que las representaciones de las entidades territoriales generen su propia agenda. Este escenario se presenta no solo en el orden nacional, sino que, de la misma forma como sucedió con la frontera departamental, se rompe la frontera nacional y empieza una serie de vinculaciones con agencias de cooperación (Grandas, 2012). Dicho rompimiento se realiza apalancado en el sistema de atracción de fondos, y busca responder a lo que desde un inicio se ha deseado: atraer los mecanismos para solventar los problemas a los que los territorios se enfrentan y generar dinámicas de desarrollo territorial (Anaya, 2020). ...
... En este punto, en el que las preguntas organizacionales se desarrollan a nivel territorial, es donde la temática empieza a tener una relevancia cada vez mayor; sin embargo, se entiende que no necesariamente va a representar fondos, aunque sí va a representar una agenda de la entidad territorial (Grandas, 2012). Las agendas internacionales en sus primeros aspectos van a estar ligadas con mecanismos de cooperación tradicional, bien sean de tipo nacional o internacional, encaminadas a la búsqueda de fondos y fundamentadas en la cooperación. ...
... Además de la visión empresarial de internacionalización -que ya se había nombrado-sobre las diversas teorías existentes de la acción de los agentes empresariales a nivel internacional, los estudios de internacionalización territorial amarran la acción exterior en el ámbito económico con dos líneas de promoción a la exportación y la atracción a la inversión (Grandas, 2012;Niño, 2014;Olaya & Vélez, 2009). En el caso colombiano, se observa cómo uno de los pioneros de este accionar es la aci de Medellín, cuyo trabajo generó agendas internacionales para los diferentes actores internacionales que pudieran ser de interés para la atracción de las apuestas del municipio, y que no necesariamente contaban con los recursos para dichas iniciativas. ...
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La internacionalización territorial es una práctica que no habría sido posible implementar en Colombia con el marco constitucional existente hasta 1991; sin embargo, la implementación de iniciativas constitucionales para favorecer las entidades territoriales hacia dentro y facilitar los vínculos en el plano internacional ha dado libertad y fortalecido la interacción de los actores locales con pares a escala inter- nacional que cuentan con intereses comunes. No obstante, ese punto de partida y el desarrollo que han tenido dichas prácticas a lo largo de las últimas tres décadas abren nuevos retos para que las entidades subnacionales, en conjunto con las entidades del orden nacional, logren aprovechar al máximo las ca- pacidades de cada uno de los territorios colombianos y las infinitas posibilidades que existen dentro del orden internacional para su desarrollo.
... Partiendo de lo anterior existe una alta cantidad de autores que han mantenido una actitud crítica frente a la cooperación internacional (al desarrollo) sea por una gestión inadecuada de las actividades cooperativas, una baja eficacia, prioridades / objetivos equivocados, el mal uso y / o la mala asignación de recursos escasos, una planificación, monitoreo y evaluación de una calidad moderada, una relación desfavorable entre beneficios y costos de la cooperación internacional hasta inhibiciones burocráticos excesivos o por altas expectativas incumplidas a la cooperación internacional que se ha expresado en una discrepancia existente entre la esperanza de los resultados de la cooperación internacional / asistencia oficial de desarrollo y que se ha logrado hasta ahora en el marco de la cooperación internacional (al desarrollo) en muchas ocasiones. En este sentido autores como Hayek (1953); Friedman (1958); Hayter (1971); Bauer (1972); Mende (1973); Nozick (1974); Moore et al. (1981); Maren (1997); Ridell (2007); Oetzel (2009) ;Olivié y García (2010); Temple (2010); Alonso y Ocampo (2011); Unceta y Gutiérrez (2012); Grandas (2012); Zamora (2013); Millán et al. (2015); Morgenthau (2015); Narros (2015); Benito del Pozo y Corcoba (2019) se reúnen a la fila de los escépticos criticando a la esencia de la cooperación internacional (al desarrollo) y a la ayuda oficial al desarrollo en general y particularmente en América Latina. ...
Article
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Resumen: Este artículo ofrece una perspectiva extensa y actual de las críticas que se han realizado a la cadena de valor de la cooperación internacional al desarrollo incluidos objetivos, organización, estructura, acciones y resultados. Para este artículo América Latina fue seleccionada como región de análisis. Se realizó una revisión de literatura de manera integrativa y sistemática. A consecuencia de, se analizaron y sistematizaron las más recientes publicaciones de instituciones de investigación y organismos internacionales involucrados en este tema. Palabras clave: Cooperación Internacional al Desarrollo, Concepto de Desarrollo, Crisis, América Latina. Abstract: The article provides a broad and current overview of the criticisms that have been made to the value chain of international development cooperation including objectives, organization, structure, actions and results. For this article Latin America was selected as region under study. For this article, an integrated and systematic review of literature was conducted. As a result, the most recent publications of research institutions and international organizations involved in this topic were analysed and systematized. Key words: International Development Cooperation, Concept of Development, Crisis, Latin America.
Article
International Cooperation for Development (CID) despite being considered an important instrument for peaceful coexistence and stability of the international system, has failed to achieve its main objective which is the economic and social development to reduce global poverty. To demonstrate the above, a distinction is made between cooperation and assistance, stating that the first occurs in symmetrical relationships in which the parties involved give and receive, while the second is called to respond to the interests of donors. Next, it examines the conflict between national interest and cooperation, to finally reveal how unproductive has been the CID in solving the problems of underdevelopment, because its actions have been ineffective and inadequate, which can be seen with the humanitarian crisis lived in the planet today, that require an analysis from the social and political sciences standpoint and from the interdisciplinary view that characterizes bioethics as the ethic of the XXI century.
Article
Through this article, the importance of Andean integration process in Colombian territorial decentralization will be developed. In order to make this possible, main benefits that Colombian territorial decentralization may obtain in Andean community framework will be set up, making an analysis which eliminates economic perspective, a main nucleus of any integration and consequently, preferring a juridical political analysis. The research work used is synthetic, that is to say, it tries to set up the total content of a subject or topic mentioning its main parts. As a research work, it is a scientif work typified as ''los estados de la cuestión'', it means a research work which collects the scientific situation of a specific subject in a specific moment. Additionally, the methold used for this research is analytic, it is the one which comes from what is complex to what is simple.
Article
Full-text available
La Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID), a pesar de ser considerada como un instrumento importante para la convivencia pacífica y estabilidad del sistema internacional, no ha logrado alcanzar su objetivo principal, que es el desarrollo económico y social para reducir la pobreza mundial. Para demostrarlo, se hace una distinción entre cooperación y ayuda, en la que se afirma que la primera ocurre en relaciones simétricas en la que las partes involucradas dan y reciben, mientras que en la segunda se orienta a responder a los intereses de los donantes. Seguidamente, se examina la oposición entre interés nacional y cooperación, para finalmente develar lo poco efectivo que ha sido la CID en la solución de los problemas del subdesarrollo, porque las acciones han sido poco efectivas e inadecuadas. Esto último se puede constatar con la crisis humanitaria que se vive hoy en el planeta y que requiere del análisis desde los puntos de vista de las ciencias sociales, políticas y desde la interdisciplinariedad que caracteriza a la bioética como ética del siglo XXI.
Article
In recent decades, complex interdependence as well as domestic issues have encouraged many constituent governments of larger national polities to assert an international competence of their own, primarily in matters touching upon their respective jurisdictions, such as trade promotion, foreign investment, employment and rights of foreign workers, environmental and energy issues, and tourism. Two forms of the resulting paradiplomacy are identified: transborder regional regimes (dominantly based on informal consociational processes) and “global micro-diplomacy” which bring constituent governments, including those of major cities, into direct contact with foreign national and constituent governments. Examples of the latter include the permanent representations of U.S. states and Canadian provinces in Tokyo, Brussels, Frankfurt, and London. The international initiatives of constituent governments evoke various reactions from national governments, ranging from lack of concern to positive or highly negative responses, depending on their perception of these activities as being politically marginal, complementary with, redundant to, or conflicting with national foreign policy. From these activities there emerges the concept of a territorial state as a multivocal actor. Neither a blessing nor a curse, subna-tional presence on the international scene has become a fact of life in an interdependent world.
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