En el Archipiélago Canario la Protohistoria arranca en algún momento de la primera mitad del Ier milenio antes del cambio de Era, coincidiendo con la arribada a las islas de los primeros grupos humanos, y alcanza hasta el siglo XV d.C., centuria en la que se acomete y culmina la conquista normando-castellana. Es un periodo fragmentado en una etapa inicial, aún algo difusa para la investigación arqueológica, que corresponde con el proceso de poblamiento, y una etapa posterior durante la cual las poblaciones establecidas en las islas se vieron sometidas a un prolongado aislamiento externo y a un acelerado proceso interno de adaptación en el marco de un “Neolítico forzado” (Atoche et Martín, 1999). Esos factores produjeron la aparición de lo que hemos denominado “culturas endémicas” (Atoche et Ramírez, 2001).