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la inclusión de personas en condición de
Criterios comunicativos para
a las dinámicas urbanas
la inclusión de personas en condición de
Criterios comunicativos para
a las dinámicas urbanas
discap
acidad
Oscar Julián Cuesta M.
Sandra Mireya Meléndez L.
Facultad de Ciencias de la Comunicación
Fundación Universitaria Los Libertadores
Bogotá, 2016
• Presentación
• Conceptos previos
• Personas en Condición de Discapacidad
• Inclusión
• Ciudades discapacitantes
• La comunicación como factor inclusivo
• Líneas de trabajos de la comunicación, la inclusión y la
discapacidad.
• Aspectos a considerar en la inclusión de las personas en
condición de discapacidad a la vida de las ciudades
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Tabla de
CON
TE
NI
DOS
Presentación
El crecimiento de la ciudad centrado en la productividad del capital deter-
minó espacios urbanos diseñados para la persona trabajadora y consumido-
ra, dejando de lado a los niños, adultos mayores y, por supuesto, personas
en condición de discapacidad. De allí que se tenga que colocar en la agenda
pública la inclusión, lo que da por hecho que las ciudades tienen condiciones
que excluyen.
Partiendo de entender que la cultura entreteje prácticas sociales que confi-
guran contingencias discapacitantes, se puede pensar que hay creencias y acti-
tudes que instauran imaginarios urbanos sobre la discapacidad. Dichos imagi-
narios determinan las relaciones con la ciudad, pero sobre todo, las formas de
construir espacios urbanos que excluyen, pues estos son planificados desde
esquemas que no contemplan la participación de sujetos con cualidades y ca-
racterísticas funcionales diversas a las consideradas normales.
Esta car tilla toma elementos de la comunicación urbana para explicitar pro-
tocolos o marcos que permitan pensar y planificar estrategias que logren ma-
terializar una inclusión de las personas en condición de discapacidad a la vida
de las ciudades.
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{Criterios comunicativos para la inclusión de personas en condición de discapacidad a las dinámicas urbanas}
Oscar Julián Cuesta M. • Sandra Mireya Meléndez L.
Facultad de Ciencias de la Comunicación • Fundación Universitaria Los Libertadores
Conceptos previos
Personas en Condición de Discapacidad
En primer lugar, hay que decir que la discapacidad es un significado
construido socioculturalmente que explicita parámetros de ser y, desde
estos lineamientos, instala esquemas de exclusión de sujetos. En conse-
cuencia, es posible asegurar que la cultura entreteje prácticas sociales
que configuran contingencias discapacitantes.
Así, la discapacidad más que una deficiencia presente en el individuo, es
una construcción cultural.
Visto desde aquí, los procesos de inclusión de personas en condición de
discapacidad tendrían que ser cuestionados, dado que lo que se estaría
buscando es facilitarles un acceso al modelo social establecido, es decir,
manteniendo la estructura que incapacita. Si esto ocurre, lo que se está
buscando es normalizar a las personas y no cambiar los parámetros cul-
turales que generan los esquemas de normalidad.
Se habla en esta cartilla de personas en condición de discapacidad por-
que la designación hace referencia a que la discapacidad es un estado
transitorio, ya sea porque la persona modifique su condición o porque
la sociedad difumine las barreras (físicas y culturales) que la colocan en
dicha situación.
Inclusión
La crítica a la inclusión, tanto en la dimensión espacial como social, es que
esta puede par tir de un esquema establecido como normal al que hay que
llevar a los otros, lo que tendría como consecuencia la reafirmación de los
parámetros que excluyen, pues fundamentalmente la sociedad no cambia-
ría sino generaría condiciones para que el otro pueda insertarse en ella.
Visto así, la inclusión y la exclusión tienen una relación consustancial,
pues de fondo existe un esquema que determina quien se incluye o se
excluye.
En ese orden, se busca que la inclusión sea entendida como la existen-
cia de condiciones para hacer parte de, es decir, el sujeto no está incluido
o excluido como consecuencia de imponer un esquema que marca los
límites, sino que él tiene la capacidad de decidir si desea estar o no den-
tro del esquema, lo que debe garantizar la sociedad es que su diferencia
no sea motivo per se de inclusión/exclusión, por lo que debe permitir las
condiciones para participar si él quiere ser parte de.
Bajo este razonamiento, la inclusión en lo urbano no solo se realiza en
el diseño, modificación y construcción de espacios físicos que permitan la
movilidad de las personas en condición de discapacidad, sino implica tam-
bién generar condiciones para que estas personas puedan, si lo deciden,
participar en las diferentes dinámicas que ocurren en la ciudad.
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Ciudades discapacitantes
Si los imaginarios urbanos son entendidos como construcciones de sig-
nificado que manifiestan una relación con el espacio urbano y con las
prácticas intersubjetivas que en él acaecen, existen elementos concep-
tuales para pensar que, dentro de los imaginarios construidos en la ciu-
dad y sobre la ciudad, pueden configurarse representaciones y significa-
dos particularmente asociados a la discapacidad.
Los ciudadanos pueden tener imaginarios que determinan el significa-
do, valga decir las creencias, actitudes y conductas, que determinan quién
es una persona con discapacidad y qué prácticas deben tenerse con estas
personas en los espacios urbanos. Incluso, estos imaginarios urbanos so-
bre discapacidad determinan proyectos sobre cómo debe ser la ciudad
Tomando como principio que en la ciudad se establecen imaginarios
que determinan significados y estos, a su vez, prácticas sociales, es impor-
tante decir que los imaginarios urbanos sobre la discapacidad determinan
formas de pensar los espacios de las urbes y, sobre todo, las relaciones
con las personas en situación de discapacidad.
Los esquemas de exclusión, como construcción sociocultural, se mate-
rializan en las barreras que impone la ciudad a las personas en condición
de discapacidad. Estas barreras, visibles entre otras cosas en elementos
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del espacio público que dificultan la movilidad, pueden ser: barreras ur-
banísticas (mobiliario urbano), de carácter arquitectónico (edificaciones
que impiden acceso) y otras comunicativas, como una señalización que
impida la decisión de ruta o páginas web que no permiten lecturabilidad
y comprensión a personas en condición de discapacidad sendorial y cog-
nitiva, por ejemplo.
La comunicación como factor inclusivo a
la ciudad
Antes que nada, es pertinente advertir que las propuestas de inclusión
de personas con discapacidad a la vida urbana corren el riesgo de seguir
perpetuando esquemas socioculturales que excluyen, dado que terminan
siendo fórmulas para que el sujeto pueda funcionar en el esquema, pero
no transforman la naturaleza excluyente del mismo.
Lo que se puede advertir es que los diagnósticos sobre la accesibili-
dad de la ciudad señalan la necesidad de modificar varios espacios, pero
que, de fondo, se muestra un síntoma más profundo: gran parte de las
ciudades fueron planificadas, diseñadas y construidas desde enfoques
excluyentes que, consecuentemente, no tuvieron en cuenta las diferen-
cias perceptivas, cognitivas y físicas que tienen todas las personas.
Aspectos como las herramientas de movilidad, el apoyo familiar y de
los transeúntes coadyuvan a disminuir la vulnerabilidad espacial que ex-
perimentan las personas con discapacidad, pero en el fondo son solo
formas de amortiguar el problema. No obstante, la actitud y compor-
tamientos de los otros ciudadanos configuran contingencias de accesibi-
lidad en el espacio público y disminuyen, de alguna manera, la exclusión.
La inclusión de las personas en condición de discapacidad al espacio
público desde el campo de la comunicación implica garantizarla en los lu-
gares públicos de las ciudades el diseño universal arquitectónico, para así
materializar la participación de estas personas en el espacio y compartir
con las otras personas que lo configuran. Tal participación es intrínseca-
mente un hecho comunicativo, dado que se realiza mediante intercam-
bios de orden simbólico que procuran la construcción de un sentido co-
mún: lo público.
Es así como en la ciudad los sujetos encuentran significados (lugares
que dan sentido y motivan experiencias) construidos a través de reper-
torios culturales que ameritan una transformación. En este caso, los signi-
ficados que tiene la discapacidad determinan creencias, actitudes y com-
portamientos que excluyen a los ciudadanos que reciben el rótulo de
discapacitados.
De allí que la comunicación urbana pueda ayudar a analizar cómo fue-
ron construidos estos significados y cómo operan en el diseño y plani-
ficación de la ciudad, pero sobre todo, la comunicación podría pensar
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y proponer estrategias de transformación cultural para modificar estos
estereotipos educando a las personas en que no hay discapacitados, sino
sociedades y ciudades discapacitantes.
La transformación de los imaginarios, estereotipos y prácticas que ex-
cluyen y disminuyen a los sujetos en situación de discapacidad puede re-
currir a la compresión de lo urbano desde estas dimensiones: la ciudad
como lugar antropológico, lugar político, lugar de producción y reproduc-
ción social y como lugar simbólico. Es aquí donde la comunicación urbana
debe incorporar la voz de quienes han vivido la discapacidad como reali-
dad sociocultural: la experiencia de las mismas personas con discapacidad
es la que permite encontrar el grado de pertinencia de los trabajos de
investigación y de propuestas de intervención que se formulen.
Líneas de trabajo de la comunicación, la
inclusión y la discapacidad.
Cuando pensamos de qué manera la comunicación puede coadyuvar
en la inclusión de personas en situación de discapacidad a la vida cotidia-
na de las ciudades, se puede advertir en esta interrogación unas afirma-
ciones tácitas. En primer lugar, se le atribuye a la comunicación una na-
turaleza funcional, es decir, que por sus cualidades puede ser usada para
lograr algo.
En este caso, se parte de este supuesto: la comunicación puede coad-
yuvar en la inclusión de personas con discapacidad en la vida cotidiana de
las ciudades. ¿De dónde viene este supuesto? Más allá de recurrir a en-
tramados teóricos que hablan de la condición instrumental del proceso
comunicativo, la investigación partió de afirmar que la comunicación es
un proceso donde se ponen en común sentidos y significados a partir de
un proceso en donde los sujetos simulan los objetos mentales del otro.
Así, más allá de asignarle un poder al medio, al mensaje o el emisor, re-
conocemos que la comunicación tiene, por su naturaleza, la posibilidad de
incidir en la inclusión de personas en situación de discapacidad porque su
naturaleza permite la simulación de la conciencia del otro, lo que “implica
un ejercicio potente de encuentro con la diferencia”.
Esta realización de la comunicación, que permite la construcción de lo
común, de compartir un mismo referente de realidad, puede configurar
procesos que tengan un “potencial de transformación cultural desde la
inclusión de la otredad”. Así, este proceso de simulación de la conciencia
Martino, L. (): “Elementos para una epistemología de la comunicación” en Vasallo de
Lópes, M. Immacolata y Fuentes, R.(comps.) Comunicación, campo y objeto de estudio.
Guadalajara: ITESO.
Cuesta, O. (). Consideraciones para un objeto de investigación de la Facultad de
Ciencias de la Comunicación. Elementos para iniciar un diálogo. Revista Polemikós, No.
, pp.-
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del otro puede ser usado en la inclusión de personas en situación de dis-
capacidad, dado que les permite a los ciudadanos comprender cómo la
dinámica de la ciudad puede excluir a estas personas.
A partir de lo anterior, se proponen cuatro líneas de traba-
jo que articulan la comunicación, la inclusión y la discapacidad:
1) Inclusión a la ciudad desde la comunicación–educación;
2) Inclusión desde signos (señales, íconos y símbolos);
3) Inclusión a la ciudad usando nuevas tecnologías (NT);
4) Inclusión a la ciudad garantizando la participación.
A continuación se propone una serie de orientaciones con base en las
cuatro líneas de trabajo:
1) Inclusión a la ciudad desde la comunicación–educación
• Sensibilizar a los ciudadanos sobre el trato hacia las personas en situa-
ción de discapacidad.
• Visibilizar las capacidades diversas de las personas en situación de dis-
capacidad, esto es, mostrarlas como personas empoderadas en roles co-
tidianos: líderes comunitarios, docentes, deportistas de alto rendimiento,
periodistas, activistas, artistas, etcétera.
• Impulsar el respeto hacia las personas en situación de discapacidad
desde un enfoque de derechos.
• Promover imaginarios realistas con respecto a las personas en si-
tuación de discapacidad, derribando estereotipos lastimeros que los ubi-
quen en el imaginario social como objetos de caridad y que perpetuados
por los medios masivos de comunicación.
• Aprendizaje colaborativo con otros responsables de la comunicación
en la ciudad como arquitectos, urbanistas, diseñadores gráficos e indus-
triales, publicistas, sociólogos, entre otros.
• Concientizar a partir de la generación de experiencias que permitan
a los ciudadanos vivir su ciudad como lo hacen sus vecinos con discapaci-
dad, con el fin de eliminar barreras actitudinales.
• Uso de lenguaje no discriminatorio: evitar el uso de términos que
colocan al sujeto y sus características como las causantes de la exclusión.
Se sugiere hablar de personas en situación de discapacidad ya que esta
denominación permite comprender que es algo transitorio, ya sea por-
que la persona modifique su condición o porque la sociedad difumine las
barreras (físicas y culturales) que la colocan en dicha situación.
• Empoderamiento de líderes comunitarios y de organizaciones socia-
les para, entre otros, erradicar percepciones y actitudes paternalistas que
atenten contra la dignidad de esta población.
• Cultura ciudadana para construir y transformar comportamientos en
relación con personas con discapacidad.
2) Inclusión desde signos (señales, íconos y símbolos)
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• Facilitar la orientación y movilidad en el espacio público, garantizando
accesibilidad para personas con cualquier tipo de discapacidad a partir del
uso de códigos cromáticos, acústicos, icónicos, táctiles y lingüísticos para
cada caso.
• Infoaccesible; adecuar los sistemas de información al ciudadano de ma-
nera que personas con discapacidad puedan acceder fácilmente a datos
para trámites financieros, jurídicos, de turismo, cultura y entretenimiento.
• La señalización en sitios públicos como paraderos de transporte, al
interior del transporte público, en centros comerciales, en centros edu-
cativos, culturales y recreativos, entre muchos otros, debería respon-
der 100% a las necesidades de las personas con discapacidad tanto física
como sensorial, cognitiva y psicosocial.
• Evitar el uso de recursos visuales no accesibles como letras peque-
ñas o poco visibles, dibujos confusos, mapas incomprensibles, letreros
mal ubicados, información errónea, letreros luminosos que no funcionan,
entre muchos otros; así como auditivos: grabaciones inaudibles, datos in-
exactos, exceso de ruido o de estímulos, entre otros.
3) Inclusión a la ciudad usando nuevas tecnologías (NT)
• Implantación de plataformas que garanticen el teletrabajo y la educa-
ción virtual y a distancia.
• Diseño de aplicativos web y móviles para que personas en situación
de discapacidad ubiquen medios de transporte o rutas con diseño inclu-
sivo. Asimismo, para que ciudadanos en general reporten daños u obs-
táculos en el espacio público de tal manera que las personas en situación
de discapacidad puedan planear su ruta.
• Además de la movilidad, diseñar aplicaciones móviles que informen
sobre programas culturales y deportivos, incluidos los de enfoque dife-
rencial como Cine para todos, obras de teatro para personas con disca-
pacidad sensorial o deporte adaptado y paralímpico. Incluso, aplicaciones
para el ocio y el turismo accesible, de manera que ofrezcan orientación
de lugares que permitan el disfrute de la ciudad.
• Garantizar la accesibilidad web en los sitios de instituciones públicas y
las experiencias de gobierno en línea.
• Crear simuladores que permitan a los ciudadanos experimentar el
diario vivir de las personas en situación de discapacidad cuando se rela-
cionan con su ciudad.
• Incluir las tecnologías de apoyo y adaptaciones económicas a la expe-
riencia ciudadana de las personas en situación de discapacidad.
• Propiciar espacios de interacción social como redes sociales a través
de plataformas virtuales accesibles y gratuitas.
• Crear espacios de inmersión virtual en la ciudad, garantizando acce-
so tecnológico y de conectividad de manera gratuita para esta población.
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• Diseñar proyectos en los que a partir del uso de la tecnología las per-
sonas con discapacidad capturen y compartan sus propias experiencias
con la ciudad.
4) Inclusión a la ciudad garantizando la participación
• Garantizar la participación de las personas en situación de discapaci-
dad en el debate político, de manera que puedan incidir en la decisión de
los asuntos públicos.
• Garantizar la intervención de las personas en situación de discapa-
cidad en los medios masivos, especialmente, en los espacios de orden
político.
• Garantizar la participación de las personas en escenarios culturales,
educativos, de ocio y tiempo libre, tanto en las condiciones físicas como
comunicativas.
• Ampliar los espacios de relacionamiento comunitario como parques
infantiles accesibles donde las restricciones físicas no representen tam-
bién barreras de par ticipación.
• Campañas de marketing social del gobierno local donde prime la ex-
periencia sensorial incluyente.
• Diseño y socialización con la ciudadanía en general de guías normati-
vas (accesibles obviamente) sobre los derechos de las personas en situa-
ción de discapacidad en el país y sobre las obligaciones de la comunidad
para validar los derechos de estas personas.
• Ampliar la capacitación de conductores del servicio integrado de
transporte público no solo para la atención de personas con discapaci-
dad física y personas ciegas, sino también para personas con discapacidad
sensorial en general.
• Incluir alertas multisensoriales en toda la señalización de tránsito de la
ciudad ya que las auditivas implementadas se encuentran en muy pocos
cruces peatonales y semáforos, o en pocos buses y estaciones hay alertas
de voz de los paraderos.
• Aunque se cumpla con la señalización y accesibilidad en andenes para
personas ciegas, el desorden de la ciudad traducido a parqueo en lugares
prohibidos reduce la efectividad de dichas estrategias para garantizar la
movilidad tanto de personas con discapacidad física como sensorial.
Aspectos a considerar en la inclusión
de las personas en condición de
discapacidad a la vida de las ciudades
A continuación se exponen posibles estrategias a considerar para que
las personas en situación de discapacidad experimenten de manera plena
las ciudades:
Creación de un portal web de noticias de la ciudad especialmente ela-
boradas para personas en situación de discapacidad en términos no solo
de lenguaje (LSC, braille, subtitulado, audiodescripción) sino también de
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lectura fácil. Además de garantizar la accesibilidad web también se busca
la comunicación asertiva con el uso adecuado de las herramientas web
disponibles, por ejemplo, los youtubers como elemento de distracción,
de enseñanza y de empatía.
Designación de embajadores que a través de la abogacía engranen en
la política pública proyectos y programas tendientes a mejorar la calidad
de vida de las personas con discapacidad.
Robustecer la atención al ciudadano de las instituciones públicas a tra-
vés de la capacitación a servidores públicos en comunicación en lengua de
señas y la disposición de material de consulta y adecuación de los canales
de comunicación mediados por las tecnologías con subtitulación, inter-
pretación en lengua de señas, audiodescripción y braille.
Facilitar acceso a tecnologías de apoyo y adaptaciones como las que
ofrece la Fundación Todos Podemos Ayudar, que con soluciones econó-
micas enseña a personas en situación de discapacidad en talleres y charlas
a fabricar sus propios dispositivos, para mejorar su calidad de vida, mu-
chos de estos facilitan la interacción con y en la ciudad, en el barrio, en la
escuela, en el trabajo, en la calle, hasta para practicar algún depor te.
Accesibilidad web no solo generando material informativo como la
Guía para sitios web del Distrito Capital (2008) sino también socializan-
do y capacitando para su uso, incluso estableciendo un punto de atención
presencial y telefónico permanente para ello.
{Criterios comunicativos para la inclusión de personas en condición de discapacidad a las dinámicas urbanas}
Oscar Julián Cuesta M. • Sandra Mireya Meléndez L.
Facultad de Ciencias de la Comunicación • Fundación Universitaria Los Libertadores
Con respecto a la participación política de las personas en situación de
discapacidad en la ciudad No se trata únicamente de transmitir informa-
ción sobre el ordenamiento territorial y las actividades que en la ciudad
se desarrollan para el público en general, se trata también de abrir es-
pacios en los que líderes comunitarios y organizaciones sociales puedan
participar en la toma de decisiones sobre la planeación, construcción y
transformación de su propia ciudad, como el Primer Encuentro Bogotá
Territorios en modo INC. para la construcción de planes de desarrollo
locales incluyentes (realizado en Bogotá en mayo de 2016).
Incluir en la agenda cultural de la ciudad actividades relacionadas con
ocio accesible como: deporte adaptado, precepción y expresión artística
accesible, teatro accesible, turismo para todos, literatura accesible (lectu-
ra y escritura) ampliar la oferta de programas como “Libro al viento” en
braille, museología inclusiva: ampliar la oferta y frecuencia de los recorri-
dos guiados al planetario y museos.
Disponer de una línea de atención presencial, telefónica (gratuita) y
virtual para el ciudadano con discapacidad sensorial y cognitiva donde se
suministre todo tipo de información relacionada con actividades, progra-
mas, derechos y deberes específicos para esta población en su ciudad.
Adaptación de expresiones culturales como grafitis en alto relieve y
conciertos para personas sordas.
Tener en cuenta que existen tipos de discapacidad no absolutas como
baja visión, baja audición y multidiscapacidades a la hora de planificar la
ciudad desde la comunicación, el relacionamiento y la participación de
toda la sociedad.