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Violencia policial y afrontamiento:
crecimiento postraumático en pobladores
de una comunidad aislada del sur de Chile
*
Police Violence and Coping: Posttraumatic Growth in a
Community Isolated of Southern Chile
Felipe E. García **
Universidad Santo Tomás, Chile
Camila Capponi ***
Universidad de Concepción, Chile
Francisca Hinrichs****
Universidad de Concepción, Chile
Felipe Lillo*****
Universidad de Concepción, Chile
Camila Rodríguez******
Universidad de Concepción, Chile
Jeniffer Sánchez*******
Universidad de Concepción, Chile
Recepción: 28 Julio 2015 | Aprobación: 15 Julio 2016
RESUMEN
En Puerto Aysén, a inicios del año 2012, se realizaron manifestaciones
sociales en pro del mejoramiento de la calidad de vida de sus
habitantes que fueron duramente reprimidas por una inusitada fuerza
policial enviada desde la capital, Santiago de Chile. El presente estudio
evaluó la influencia de la participación social en las asambleas, las
marchas y actividades de resistencia, la experiencia de compartir
socialmente con otros, la severidad subjetiva del evento y diversas
estrategias de afrontamiento, sobre el crecimiento postraumático, en
301 habitantes adultos de dicha localidad. Los resultados muestran que
quienes participaron en manifestaciones y actividades de resistencia,
compartieron su experiencia con otras personas, usaron estrategias de
afrontamiento como la búsqueda de apoyo instrumental, afrontamiento
activo, religiosidad y negación, entre otras, presentaron mayores niveles
de crecimiento postraumático. A continuación, se presentan los datos y
las implicancias de dichos hallazgos.
Palabras clave
estrategias de afrontamiento; participación social; colaboración social; conflicto
social; psicología positiva
ABSTRACT
This study assessed the influence of social participation in assemblies,
marches and resistance activities, social sharing experience with other;
subjective severity of the event and coping strategies on posttraumatic
growth in 301 adult residents Puerto Aysen, where at the beginning of
2012, were performed social manifestations to improve their quality of
life and were harshly repressed by an unusual police force sent from the
| Universitas Psychologica | Colombia | V. 15 | No. 4 | Octubre-Diciembre | 2016 | ISSN 1657-9267 |
**Doctor en Psicología. Académico, Universidad Santo
Tomás, Chile. Correo electrónico:
fgarcia@santotomas.cl
***Psicóloga. Correo electrónico:
cami.capponi@gmail.com
****Psicóloga. Docente, Universidad San Sebastián, Chile.
Correo electrónico: franciscahinrichs@gmail.com
*****Psicólogo. Correo electrónico: feelipe694@gmail.com
******Psicóloga. Magister en Psicología Clínica de Adultos,
Universidad de Chile. Correo electrónico:
camilarodriguezfernandez@gmail.com
*******Psicóloga. Correo electrónico:
jensanchez.17@gmail.com
Felipe E. García, Camila Capponi, Francisca Hinrichs, Felipe Lillo, Et al.
| Universitas Psychologica | V. 15 | No. 4 | Octubre-Diciembre | 2016 |
capital, Santiago de Chile. The results show that
people who participated in manifestations and resistance
activities, socially shared, used strategies of seeking
instrumental support, active coping, religiosity and denial,
among others, had higher levels of posttraumatic growth.
Then we present the data and the implications of these
findings.
Keywords
coping strategies; social participation; social sharing; social
conflict; positive psychology
A comienzos del año 2012, los habitantes
de Puerto Aysén, una comunidad de 26 000
habitantes ubicada en la zona austral de Chile,
a 1 350 km de Santiago, iniciaron una serie
de manifestaciones con la finalidad de mejorar
su calidad de vida, afectada por el aislamiento
geográfico, un clima inhóspito y la lejanía de
grandes centros urbanos, que se traducía en
precios muy altos en comestibles y combustibles,
y en un déficit en la calidad de la salud y la
educación. La respuesta de las autoridades frente
a este hecho fue enviar un gran contingente de
policía militarizada desde la capital, algo sin
precedentes en esa zona, desatándose la violencia
y afectando por igual a quienes participaban
activamente de las manifestaciones y a quienes
estaban ajenos a ellas, pero que residían en las
inmediaciones.
La violencia social indiscriminada que
afectó a los ayseninos podría evaluarse
como potencialmente traumática, por cuanto
constituyó un suceso extremo que desbordó la
capacidad de respuesta de muchas personas,
características propias de un trauma según
Echeburúa (2004). Surge entonces el interés de
estudiar las consecuencias de la participación
en manifestaciones sociales y actividades de
resistencia en personas expuestas a la violencia
policial, sobre todo considerando que en los
últimos años ha habido un aumento de las
movilizaciones ciudadanas en Chile y el mundo,
como forma de defender derechos que han sido
vulnerados. Según Cury (2007), una situación
traumática puede alterar de forma temporal o
definitiva la capacidad de afrontamiento y el
concepto de sí mismo, y puede llegar a dominar
la conciencia de la víctima, despojando la vida
de significado y placer, pudiendo incluso, según
Keyes (1998), romper los lazos de relación entre
la persona y su comunidad, quebrar la creencia
sólidamente compartida de que la gente es buena,
disminuir radicalmente el valor que las personas
se otorgan a sí mismas y la creencia de que lo
que hacen tiene algún sentido o que aporta al
bienestar común.
A raíz del quiebre causado en las creencias
fundamentales de las personas que sufren
un trauma (Janoff-Bulman, 1992), se produce
una falta de confianza en el cambio, en el
progreso social y en las instituciones; esto
se ve potenciado si lo que genera el trauma
es un hecho de violencia colectiva (Arnoso
et al., 2011), el cual puede producir heridas
duraderas e imborrables en el conjunto del
cuerpo social (Perdomo & Ruben, 2000). De
esta manera, la violencia social tiene efectos
sobre quienes la ejercen, quienes la reciben
o quienes la presencian. Lo traumático como
resultado de la violencia social, trae consigo
un desequilibrio, inseguridad y sensación de
desamparo (Kaufman, 1998). Gaborit (2006)
señala que mientras más severo es el
trauma, mayores son las probabilidades de
que las personas reaccionen negativamente. Su
intensidad, naturaleza y duración determinarán,
en gran medida, si las personas exhiben
sintomatología postraumática, especialmente
porque incide de manera directa en la percepción
de control sobre los eventos que pudieran
experimentar.
A pesar de estos efectos negativos, se
ha observado que no todas las personas
expuestas a este tipo de sucesos desarrollan
consecuencias psicopatológicas (Arnoso et al.,
2011; Bonanno, 2004; García, 2011), y se ha
demostrado en los últimos años que también
supone una oportunidad para tomar conciencia
y reestructurar la forma de entender el mundo
(Vera, Carbelo, & Vecina, 2006). Lo que se
ha logrado deducir de las investigaciones sobre
trauma y adversidad, es que las personas son
mucho más fuertes de lo que la psicología
tradicional había considerado, lo que les permite
resistir y rehacerse (Bonanno, 2004). De esta
manera, se han comenzado a estudiar las
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Chile *
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consecuencias positivas del trauma, y entre ellas,
la posibilidad de crecer como consecuencia de
la lucha contra sus efectos, lo que Tedeschi
y Calhoun (1996) denominan Crecimiento
Postraumático (CPT).
CPT es un constructo multidimensional que
alude al resultado de afrontar el trauma y a la
posibilidad de experimentar cambios positivos
en determinados dominios de la vida (Calhoun,
Cann, Tedeschi, & McMillan, 1998). Calhoun y
Tedeschi (2008) postulan tres áreas principales
que se relacionan con el CPT: a) cambios
en la percepción de uno mismo (“soy más
vulnerable, aunque más fuerte”); b) cambios
en las relaciones con los demás, las cuales se
vuelven más íntimas y significativas (“puedes
darte cuenta de quiénes son tus verdaderos
amigos”) y c) cambios en la espiritualidad y en
la filosofía de vida del sujeto (“después de mi
primer cáncer, incluso las alegrías más pequeñas
de la vida adquirieron un significado especial”).
Calhoun y Tedeschi (2006) plantean un
modelo explicativo del CPT que incorpora
elementos como la severidad subjetiva del
suceso en la predicción del crecimiento. Así
como la severidad subjetiva del trauma afecta
directamente la probabilidad de desarrollar
sintomatología postraumática, también podría
afectar positivamente al CPT. Por ejemplo,
Cordova et al. (2007) encontraron una relación
positiva entre la valoración subjetiva de la
gravedad del diagnóstico de cáncer y CPT, en
cambio, no encontraron una relación evidente
entre medidas objetivas de gravedad de la
enfermedad y CPT. En estudios realizados en
Chile (García, Cova, Rincón & Vázquez, 2015;
García Jaramillo, Martínez, Valenzuela & Cova,
2014; García, Reyes & Cova, 2014) también se
encontraron relaciones positivas entre
severidad subjetiva del trauma y CPT en
población expuesta al terremoto del año 2010.
El modelo de Calhoun y Tedeschi (2006)
señala que si el evento no es valorado
inicialmente como severo por el sujeto,
independiente de valoraciones objetivas, no
habrá motivación de este a reevaluar su vida y
generar cambios positivos. En otras palabras, es
probable que gracias al sufrimiento logremos
aprender algo de esto.
Vázquez, Crespo y Ring (2000) señalan que
la reacción de las personas ante un evento
traumático depende de la forma como perciben
o valoran el evento, así como de su evaluación
sobre la disponibilidad de sus recursos de
afrontamiento. Por eso se hace necesario estudiar
las estrategias de afrontamiento empleadas que
conducen o no al CPT. Los estudios al respecto
muestran que el empleo de estrategias que
conllevan a un acercamiento al problema, ya
sea centrado en el problema (Park, Cohen, &
Murch, 1996) o en la emoción (Paton, 2006), se
relacionan significativamente con el CPT.
Calhoun, Cann y Tedeschi (2011), en su
modelo explicativo del CPT, hacen mención
a ciertas variables sociales como facilitadoras
del CPT. Dentro de este conjunto de variables,
se encuentran el apoyo social y el hecho
social de compartir la emoción. El apoyo social
parece tener un papel central en el desarrollo
del CPT (Prati & Pietrantoni, 2009): un alto
nivel de apoyo social (subjetivo, informacional,
emocional e instrumental), después de un hecho
traumático, disminuye su impacto cognitivo,
permite regular mejor las emociones negativas,
controlar conductas disfuncionales, reforzar las
actividades de distracción y gratificantes, y
resolver mejor los problemas prácticos. Según
Gaborit (2006), las reacciones de las personas
estarían moduladas por el apoyo social que
posean al momento de experimentar una
vivencia traumática. Por ejemplo, los individuos
que cuentan con apoyo social tienen menos
probabilidad de desarrollar sintomatología
postraumática (Cohen & Wills, 1985) y de
desarrollar CPT (García, Páez, Cartes, Neira &
Reyes, 2014).
A su vez, el hecho de compartir la experiencia
emocional vivida con otras personas (Rimé,
Finkenauer, Luminet, Zech, & Philippot, 1998)
ha demostrado también tener relevancia en el
proceso de CPT. De hecho, personas expuestas
a un trauma se inclinan fuertemente a hablar
de sus experiencias y sentimientos relacionados
con su entorno social. Este intercambio social
permitiría a las personas trabajar a través de
la experiencia emocional, facilitando así la
restauración de las creencias y la búsqueda de
un significado aceptable para el evento (Tait
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& Silver, 1989). Al compartir la emoción con
miembros importantes de su entorno social,
las personas son capaces de encontrar apoyo
externo a su trabajo emocional, lo que facilita
y refuerza sus intentos de afrontamiento de la
situación traumática (Thoits, 1984). Páez et al.
(2011) destacan que la narración de un trauma
y de la experiencia personal da fuerza a los
afectados para enfrentarse con el significado
del mismo y así reconstruir una visión con
sentido de sí mismo y del mundo. Compartir
socialmente una experiencia traumática también
podría desempeñar un papel relevante en el
procesamiento de la información emocional y,
por lo tanto, en la resolución del impacto
psicológico del evento (Rimé, 2009).
Otra forma de vinculación social, no
mencionada explícitamente en el modelo de
Calhoun et al. (2011), pero de gran relevancia
cuando se habla de movilizaciones ciudadanas,
es la participación en actividades de expresión
o resistencia. Velásquez y González (2003)
entienden participación como un proceso social
que resulta de la acción intencionada de
individuos y grupos en busca de metas
específicas relevantes para la comunidad y que
implica una actitud de solidaridad, diálogo y
preocupación por la vida colectiva (Delgado,
Vásquez, Zapata, & Hernán, 2005). Por otro
lado, según Jiménez (2006), la participación de
las personas en una acción colectiva se da solo
si estas perciben alguna ganancia, o bien, si
estos beneficios superan significativamente a los
costos; y como las acciones de participación
referidas a movimientos sociales tienen relación
con la persecución de intereses colectivos y
no personales, tienden a tener más costos que
beneficios percibidos, lo cual explicaría la no
participación de algunas personas en dichos
movimientos.
Las experiencias de resistencia frente
a la represión pueden considerarse como
experiencias positivas de afrontamiento
(Beristain, 1999), asociándose a menores
síntomas de TEPT (Kunovich & Hodson, 1999)
y a mayores niveles de apoyo social, compartir
social y CPT (Gasparre, Bosco, & Bellelli,
2010). Finalmente, una investigación realizada
por Páez, Basabe, Ubillos y González-Castro
(2007) encontró que el hecho social de compartir
y la participación social en rituales por parte
de víctimas directas o indirectas del atentado
del 11 de marzo del 2004 en Madrid, España,
ayudaban a afrontar las heridas del trauma y
a la mejora en la reconstrucción de un clima
emocional positivo.
En conclusión, existe evidencia para suponer
una relación entre las variables que constituyen
el propósito del presente estudio, y que
permiten proponer un modelo predictivo del
CPT que incluye la severidad subjetiva del
evento traumático, diversas estrategias de
afrontamiento, la participación social y el hecho
social de compartir, además de variables de
control como la edad y el sexo, en comunidad
expuesta a un conflicto social y a la violencia por
parte de instituciones del Estado.
Método
Participantes
El universo comprende a la población masculina
y femenina de la comuna de Puerto Aysén,
Chile, mayor de 18 años, que haya estado
expuesta a la violencia policial ocurrida en el
primer trimestre del año 2012. El muestreo fue
no probabilístico e intencional; para acceder a
personas que hayan estado realmente expuestas
a la violencia policial, ya sea en forma activa
o pasiva, se utilizó el método de bola de nieve.
Se intentó encuestar 319 personas, pero 12 de
ellas rehusaron contestar por diversas razones.
Finalmente, se excluyeron seis participantes más
porque sus encuestas contenían más de dos ítems
sin respuesta, por lo que el tamaño muestral
definitivo fue de 301 personas. La media de edad
fue de 34.34 años (DE = 15.15), con un rango
desde los 18 a los 83 años. De ellos, 178 fueron
mujeres (59.14 %) y 123 hombres (40.86 %).
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Chile *
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Instrumentos
Inventario de Crecimiento Postraumático
(PTGI)
Creado por Tedeschi y Calhoun (1996), se
utilizó la versión en español publicada por Páez
et al. (2011), cuyas propiedades psicométricas
fueron estudiadas por García, Cova &
Melipinllán (2013), en población chilena.
Consta de 21 ítems en una escala Likert de 0 a 5
puntos. El puntaje total varía desde 0 a 105
puntos. La consistencia interna obtenida por
sus creadores fue alta (α = 0.9) y la
confiabilidad test-retest obtuvo un r = 0.71.
Asimismo, consta con validez discriminante y
validez de constructo al evaluar específicamente
los cambios positivos obtenidos a partir de un
acontecimiento traumático y no cualquier
cambio. Por su parte, García et al., (2013)
obtuvo también una alta consistencia interna
(α = 0.95) y validez discriminante respecto al
Bienestar psicológico, mostrando que se trata de
dos constructos que siguen la misma dirección,
pero que se refieren a variables distintas. En el
presente estudio, el cuestionario obtuvo un α =
0.96.
Brief COPE
Fue creado por Carver (1997) para
evaluar catorce estrategias de afrontamiento:
afrontamiento activo, planificación, apoyo
social emocional, apoyo social instrumental,
autodistracción, desahogo, desconexión
conductual, reinterpretación positiva, negación,
aceptación, religión, uso de sustancias, humor y
autoinculpación. Se utilizó la versión en español
empleada por Morán, Landero y González
(2010). El cuestionario consta de 28 ítems, dos
por cada subescala. Morán et al. obtuvieron una
confiabilidad en sus diversas escalas entre 0.58
y 0.93. En este estudio, el cuestionario arrojó
consistencias internas entre 0.39 (aceptación) y
0.81 (uso de sustancias).
Participación social
Se elaboran dos preguntas para evaluar esta
variable, en una escala Likert de 1 a 7
puntos: “¿Participó de actividades relacionadas
con reivindicaciones sociales durante ese
período (marchas, asambleas, caravanas, etc.)?”,
“¿Participó de actividades relacionadas con
resistencia a la ocupación policial (confrontación
con la fuerza policial, barricadas, logística,
etc.)?”. El puntaje total para esta variable oscila
entre los 2 y 14 puntos. La escala obtuvo un α =
0.77.
Compartir social
Se evaluó a través de dos preguntas adaptadas
de Rimé, Páez, Basabe y Martínez (2010) que
se contestaron en una escala Likert de 1 a 7
puntos: “¿Le ha contado a alguien un relato
completo de lo que vivió y/o sintió durante el
período de conflicto social?”, “¿Alguien le ha
contado a usted un relato completo de lo que
vivió y/o sintió durante el período de conflicto
social?”. A estas preguntas se le agregó el ítem:
“¿En qué medida hablaron y reflexionaron en su
grupo sobre lo que ocurrió en aquel período?”. El
puntaje total fluctúa de 3 a 21 puntos. La escala
obtuvo un α= 0.73.
Severidad subjetiva del trauma
Se evalúa a través de dos ítems creados por
García Reyes et al., (2014), adaptados para la
situación de conflicto social de la región de
Aysén. Aquí se pregunta “¿En qué grado usted
siente que su vida se vio alterada producto de los
sucesos del conflicto social del primer semestre
de 2012?” y “¿En qué grado califica usted el
conflicto social del primer semestre de 2012
como una experiencia traumática para su vida?”.
Dichas preguntas se responden en una escala
Likert de
0 a 4 puntos donde el puntaje total oscila en un
rango de 0 a 8 puntos. La escala obtuvo un α =
0.74.
Felipe E. García, Camila Capponi, Francisca Hinrichs, Felipe Lillo, Et al.
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Cuestionario sociodemográfico
Se utilizó un cuestionario en donde se consultó
información sobre exposición a violencia
relacionada con el conflicto social, edad y
género.
Procedimiento
Se tomó contacto con la alcaldesa y dirigentes
sociales de Puerto Aysén, con el objetivo de
identificar sectores o pobladores que hayan
participado en el proceso de movilización social
ocurrido el primer trimestre del año 2012. La
aplicación se realizó la primera y segunda
semana de septiembre por parte de los autores del
estudio. Previamente a la aplicación, se explicó
a los participantes los objetivos del estudio y
se les informó acerca de la confidencialidad,
anonimato y voluntariedad de su participación y
se les solicitó firmar una carta de consentimiento.
Resultados
Para realizar el análisis de datos, se utilizó
el software estadístico PASW Statictics 18.
Primero se hizo un análisis descriptivo de
los instrumentos, luego se llevó a cabo una
evaluación de las correlaciones bivariadas a
través del estadístico correlación producto-
momento de Pearson y finalmente se efectuó un
análisis de Regresión Lineal Múltiple (RLM).
Para lo anterior, se verificó previamente que
la variable dependiente cumpliera con los
requisitos de normalidad de los residuos y
ausencia de multicolinealidad entre las variables
independientes.
En la Tabla 1, se detallan los estadísticos
descriptivos relacionados con la población
encuestada. Debido a la baja consistencia
interna obtenida por algunas subescalas de
afrontamiento, se decidió omitir de los siguientes
análisis aquellas cuya consistencia interna fuera
inferior a 0.5, el mínimo aceptable para
fines de investigación (Nunnally, 1978). Las
escalas eliminadas fueron autodistracción (0.45),
desconexión conductual (0.46), reinterpretación
positiva (0.41) y aceptación (0.39).
TABLA 1
Estadísticos descriptivos de las variables de
estudio (N=301)
Fuente: elaboración propia
Se realiza un análisis de correlación bivariada
entre las variables, obteniendo los resultados que
se detallan en la Tabla 2. Allí se observa que el
CPT correlaciona significativamente con todas
las variables de estudio, a excepción del humor,
uso de sustancias y edad.
TABLA 2
Correlaciones de Pearson entre las variables
de estudio
*p<0.05
**p<0.01
***p<0.001
Fuente: elaboración propia
Para evaluar las diferencias en sexo, se
realizó un análisis utilizando la prueba t de
Student, encontrando diferencias significativas
entre ambos grupos, t (299) = 2097, p < 0.05,
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mostrando las mujeres ( M = 52.93; DE = 27.51)
mayor crecimiento que los hombres ( M = 46.12;
DE = 27.95).
Asumiendo el CPT como variable
dependiente, se realiza una RLM a través del
método de pasos sucesivos, el cual va eliminando
del modelo aquellas variables que no resultan
significativas. De ese modo, se llega al modelo
que se señala en la Tabla 3, el que obtiene
un coeficiente R2 = 0.42 (R2 adj = 0.4) y una
adecuada significación estadística (F10, 300 =
20.83, p < 0.001). El modelo incluye severidad,
compartir social, participación social, apoyo
instrumental, afrontamiento activo, humor,
negación, religión, edad y sexo. Todo lo
anterior permite sostener que el conjunto de
variables señaladas, conforman un modelo que
predice significativamente la presencia de CPT.
Las variables eliminadas del modelo fueron
planificación, apoyo emocional, desahogo, uso
de sustancias y autoinculpación.
TABLA 3
Coeficientes, niveles de significación y
correlación semi parcial del modelo de RLM
sobre el crecimiento postraumático .
*p<0.05
**p<0.01
***p<0.001
Fuente: elaboración propia
Discusión
En este estudio, fue posible confirmar la
hipótesis que señalaba la existencia de un modelo
predictivo del CPT y que incluía variables
como la participación social, compartir social,
diversas estrategias de afrontamiento, además de
edad y sexo. Una representación de los aportes
comparativos de cada variable independiente
para la predicción de CPT se muestra en la Figura
1.
Figura 1
Resumen del modelo de RLM para CPT.
Fuente: elaboración propia.
Estos resultados siguen la línea planteada en
el modelo explicativo de CPT propuesto por
Calhoun et al. (2011) que destaca las variables
relacionadas con la vinculación social. En el
presente caso, la participación social, compartir
social y apoyo social instrumental permiten
predecir el CPT en población expuesta a la
violencia policial. Estos hallazgos se vinculan
con los encontrados por Prati y Pietrantoni
(2009) referentes al apoyo social y por Gasparre
et al. (2010) y Páez et al. (2007) relacionados con
el compartir social y la participación en rituales
sociales, en su relación con el CPT.
La influencia relativa de la participación
social sobre el CPT es relevante, pues
permitiría concluir que si una comunidad va
a estar expuesta a violencia social por parte
de instituciones del Estado, quienes realicen
acciones de resistencia a dicha violencia tienen
mayor probabilidad de crecimiento que quienes
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permanezcan pasivos frente a esa situación. La
explicación de esta relación sería que el expresar
las necesidades propias y defender intereses
comunes ayuda a encontrar un significado a
la experiencia vivida (Silver, Boon, & Stones,
1983; Silver & Wortman; 1980; Tait & Silver,
1989) y permite reforzar las creencias positivas
sobre uno mismo, sobre los otros y sobre la
sociedad (Gasparre et al., 2010).
Por su parte, el compartir social ayudaría
a encontrar un aprendizaje y reconstruir las
creencias acerca de sí mismo y el mundo que se
han quebrado debido a la situación traumática
(Páez et al., 2011), además de permitir encontrar
apoyo externo al trabajo emocional, facilitando y
reforzando los intentos de afrontamiento (Thoits,
1984).
En relación con las estrategias de
afrontamiento, tanto aquellas centradas en el
problema (afrontamiento activo y búsqueda de
apoyo social instrumental) como las centradas
en la emoción (negación y religiosidad) permiten
predecir el CPT, tal como lo han señalado
Park et al. (1996) y Paton (2006). Un hallazgo
curioso corresponde al humor, el cual aparece
como variable predictora negativa de CPT. Si
bien el humor ha sido considerado como una
emoción positiva que ha mostrado además una
relación directa con el CPT en algunos estudios
(Rajandram, Jenewein, McGrath, & Zwahlen,
2011; Schroevers & Teo, 2008), al parecer el
Brief COPE evalúa un humor más cercano al
cinismo (“Hice bromas sobre ello” y “Me reí
de la situación”) y por tanto, distinto al sentido
del humor tal y como se plantea desde la
psicología positiva. Se hace necesaria una mayor
clarificación de este constructo, así como de sus
instrumentos de medida para lograr conclusiones
más apropiadas acerca de la relación del humor
con el CPT.
La severidad subjetiva del trauma también
predeciría el CPT en esta población, es
decir, mientras más traumática fue considerada
la violencia social por las personas, estas
experimentaron un mayor crecimiento. Este
hallazgo coincide con lo encontrado en personas
con cáncer (Córdova et al., 2007) y en
sobrevivientes del terremoto de Chile del año
2010 (García, Reyes et al., 2014; García
Jaramillo et al., 2014; García et al., 2015). Esta
relación podría tener su explicación en que
el CPT solo puede existir si la persona
califica como traumática su experiencia
(Helgelson, Reynolds, & Tomich,
2006; Zoellner & Maercker, 2006), pues de ese
modo es posible aprender algo a partir de ella.
La severidad del trauma, por lo tanto, no sería
un obstáculo sino una precondición de CPT,
ya que probablemente la propia gravedad del
evento conduzca a un fuerte cuestionamiento de
creencias y sufrimiento, lo que propiciaría el
crecimiento, tal como lo señalan Helgelson et al.
(2006).
El sexo femenino también resultó una variable
significativa para predecir CPT. Esto resulta
consistente con lo encontrado por Steward
(2009) o lo que señala el meta-análisis
de Vishnevsky, Cann, Calhoun, Tedeschi y
Demakis (2010), quienes explican las diferencias
señalando que las mujeres tienden a pensar
repetitivamente sobre un evento traumático en
mayor medida que los hombres, lo que podría
favorecer encontrar beneficios a partir de dicha
experiencia.
La edad, si bien no muestra correlación
bivariada con el CPT, resulta ser un predictor
negativo de CPT, es decir, una menor edad
predice mayor crecimiento. Esto coincide
con lo encontrado por Schroevers, Helgeson,
Sanderman y Ranchor (2010) en mujeres
sobrevivientes de cáncer, pero se contradice con
Grubaugh y Resick (2007) en mujeres víctimas
de abuso físico y sexual, lo cual indicaría que
la edad jugaría un rol diferente dependiendo
del tipo de evento que se trate. En el caso de
los pobladores de Aysén, es probable que la
población joven haya tenido más oportunidad de
participar socialmente y desarrollar estrategias
de afrontamiento más activas frente a la violencia
que aquellos de mayor edad.
En cuanto a las limitaciones del presente
estudio, se puede señalar la posibilidad que
la población encuestada haya presentado sesgo
del recuerdo (De la Guardia, Gómez, Sandoval,
& García, 2012), que puede llevar al sujeto a
recordar acontecimientos en forma distorsionada
producto del paso del tiempo, aun cuando en
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este caso la evaluación se realizó pocos meses de
terminado el conflicto. También es posible que,
al momento de ser encuestados, los sujetos hayan
minimizado su participación en actividades de
resistencia a la autoridad, por desconfianza
hacia los evaluadores o por temor a represalias.
Además, al tratarse de un estudio transversal,
no es posible establecer relaciones causa-efecto
entre las variables; en este caso, el uso de RLM
solo permite construir un modelo predictivo,
que debe ser confirmado en otro grupo de
participantes.
Como ya se mencionó anteriormente, un
alcance importante del presente trabajo pudiera
ser el empleo futuro de instrumentos más
robustos y fiables para la medición de estrategias
de afrontamiento, que permitan la evaluación
de estrategias de tipo evitativas, prácticamente
excluidas de este estudio por la baja consistencia
interna de sus subescalas (a excepción del uso
de sustancias). Una estrategia de afrontamiento
que merece más exploración es el uso del
humor, a fin de clarificar qué tipo resulta
favorable o desfavorable para el CPT. Por
último, con la proliferación de movilizaciones
sociales en estos últimos años, es necesario
seguir explorando el efecto que la participación
en dichas manifestaciones y el compartir
social asociado genera en sus participantes,
considerando que en el caso particular de Aysén
sus habitantes recibieron finalmente respuestas
positivas a sus demandas por parte de las
autoridades, lo que no siempre sucede en todas
las manifestaciones a lo largo del país o del
mundo.
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Notas
* Artículo de investigación. Este trabajo fue
apoyado por el proyecto
CONICYT/FONDECYT 11150172 otorgado al
primer autor.
Información adicional
Para citar este artículo: García, F. E., Capponi,
C., Hinrichs, F., Lillo, F., Rodríguez, C.,
& Sánchez, J. (2016). Violencia policial y
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pobladores de una comunidad aislada del sur de
Chile. Universitas Psychologica, 15(4). http://dx
.doi.org/10.11144/Javeriana.upsy15-4.vpac