Este trabajo analiza el proceso de producción social del espacio urbano, a partir del papel fundamental del capital inmobiliario y la participación del Estado y del sector financiero en el desarrollo urbano, con énfasis en la comprensión de las prácticas y estrategias de los agentes que intervienen y en la transformación de la estructura de estos agentes, dentro de un contexto evolutivo reciente, a partir de la financiarización, y, en la forma en que dichas estrategias han reconfigurado el espacio urbano. En este sentido, se retoman conceptos neomarxistas como los circuitos de circulación del capital, la propiedad del suelo y la formación de rentas urbanas, el problema de la vivienda y sus distintas formas de producción, para abordar la representación de los promotores inmobiliarios como agentes dominantes de la producción del espacio. Partiendo de esto, se segmenta a la promoción inmobiliaria en fases o procesos multiescalares y se analiza a los agentes promotores y sus estrategias en cada fase. De este modo, se abordan a los agentes dentro del funcionamiento del mercado del suelo, vinculado, a su vez, a la intervención estatal en la transición hacia un modelo de mercantilización del desarrollo urbano. Posteriormente, se emprende una revisión de la ampliación financiarizada del espacio global de acumulación, que impulsó el despliegue de una multitud de circuitos productivos, financieros y de consumo, materializados en proyectos inmobiliarios locales, a través de una nueva estructura de agentes y de nuevos instrumentos financieros. Asimismo, se examina la industrialización y la reorganización de la división del trabajo en los procesos productivos de la vivienda, a partir de la adopción de estrategias de crecimiento por parte de las empresas promotoras, tales como las economías de escala, la integración vertical u horizontal, la formación de corporaciones o la especialización; así como la adopción de ventajas competitivas genéricas, que respaldan los objetivos empresariales corporativos y que se relacionan más con las fases de circulación y de consumo de las mercancías inmobiliarias: diferenciación o enfoque de segmentos, de productos o de cobertura geográfica. Finalmente, se realiza una reflexión acerca de cómo estas transformaciones en los sectores financiero, productivo y de consumo han influido en el modelo actual de ciudad, es decir, en la expresión espacial de la producción de vivienda financiarizada, que se manifiesta en una nueva morfología urbana.