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Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial

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Abstract

El contraste entre las aportaciones anteriores de los Padres al tema de las dos ciudades, demostraría que el diseño conceptual de San Agustín es de tal solidez y amplitud que aventaja a todo otro tratamiento anterior. Se afirma que la idea central del amor (a pesar de su evidente importancia) no ha sido sufcientemente reconocida ni examinada, siendo su eje principal. Es un amor-agapē (caritas), frente a un amor-cupiditas. Esto no solo desde el punto de vista del origen de las dos ciudades, sino de sus desarrollos, objetivos y fines diversos. Para evidenciarlo, se examinan las conexiones entre la Ciudad de Dios y las Confesiones, en especial en relación con la dupla amor-pondus, cuya importancia se examina especialmente. De este análisis se concluye que la “ciudad de Dios” es una sociedad de amor.
DOS AMORES, DOS CIUDADES: IRRADIACIONES DE
UNA IDEA GENIAL
DOI: 10.22199/S07198175.2016.0002.00003
Oscar VELÁSQUEZ
Recibido el 01 de septiembre de 2016. Aceptado el 9 de noviembre de 2016.

El contraste entre las aportaciones anteriores de los Padres al tema de las
dosciudades,demostraríaqueeldiseñoconceptualdeSanAgustínesde
tal solidez y amplitud que aventaja a todo otro tratamiento anterior. Se
armaquelaideacentraldelamor (a pesar de su evidente importancia) no
hasidosucientementereconocidaniexaminada,siendosuejeprincipal.
Es un amor-agapē (caritas), frente a un amor-cupiditas. Esto no solo desde
el punto de vista del origen de las dos ciudades, sino de sus desarrollos,
objetivosynesdiversos.Paraevidenciarlo,seexaminanlasconexiones
entre la Ciudad de Dios y las Confesiones, en especial en relación con la dupla
amor-pondus,cuyaimportanciaseexaminaespecialmente.Deesteanálisis
se concluye que la “ciudad de Dios” es una sociedad de amor.
Palabras clave: San Agustín; Ciudad de Dios; Amor; Caritas.
TWO LOVES, TWO CITIES: IRRADIATIONS OF A BRILLIANT IDEA

The contrast between the previous contributions of the Fathers to the sub-
ject of the two cities would show that St. Augustines conceptual design is of
such strength and breadth that it surpasses any prior treatment. The central
idea of love(despiteitsobviousimportance)hasnotbeensucientlyrecog-
nized,neitherexamined,asitsmainaxis.Itislove-agapē (caritas), as compa-
red to love-cupiditas; not only from the viewpoint of the origin of the two
cities, but also its various developments, purposes, and goals. To demons-
trate it, the connections between City of God and Confessions are analyzed,
particularly regarding the pair love-pondus, whose importance is specially
examined.Theanalysisconcludesthatthe“CityofGod”isasociety of love.
Key words: Saint Augustine; City of God; Love; Caritas.
7
CUADERNOS DE TEOLOGÍA Vol. VIII, Nº 2 diciembre 2016 | 144-164
1. El tema de la ciudad de Dios y la ciudad adversaria
Laideade“dosciudades”es,sinduda,unaexpresiónmetafórica,
enqueel sentidorecto de loque ella signica estáencontinua
tensiónconlasemejanzaqueintentaexpresarsimbólicamente.La
metáfora está aquí en la combinación novedosa de “ciudad” (ciui-
tas,πόλις),yde“Dios”;yenelhechodequesean“dos”yno“una.
EsunhallazgoquedebemosalaEscritura,ymásespecícamente
al NT1. Ciuitas alude a una comunidad organizada, compuesta de
ciudadanos; en otras palabras, una sociedad de ciudadanos suje-
tos a un estado de derecho. Es el sentido general que engloba una
πολιτεία griega, es decir, una ciudad-estado; y πόλις (ciudad’),
también puede considerarse un sinónimo de ambos sentidos, en
cuantosereerealacomunidadocuerpodeciudadanos,obien
al Estado y sus leyes. La ciudad no consiste en las paredes, sino en
los ciudadanos2.
De ahí que no es sorprendente ver en los Padres de la Iglesia su uti-
lización más simbólica. Es, además, un concepto culturalmente enri-
quecido por el mundo greco-romano, cosa más difícil de advertir en
lossignicadosconcretosdeltérminohebreoir (cf. עִ י ר , W. Gesenius,
Hebrew and English Lexicon of the Old Testament. Oxford: Clarendon
Press).Laπόλις-ciuitas es una ciudad de ciudadanos, un cuerpo social
1 EsclaroelorigenprácticamentetotaldeestaexpresiónapartirdelosautoresdelNT,enespecial,los
de las epístolas paulinas y deuteropaulinas, de la a los Hebreos, así como del Apocalipsis. Cf., por
ejemplo,πόλις,DiccionariodelGriegoBíblico.A.A.GarcíaSantos,VerboDivino:Estella2011;Diccio-
narioExegéticodelNuevoTestamento,H.Balz,G.Schneider(Eds.).Sígueme:Salamanca2002.
2 S.Agustín,Deurbis6:“Anputatis,fratres,ciuitateminparietibusetnoninciuibusdeputandam?”.
Cf.Cicerón,EpistulaeadAicum.Liber7,ep.11;Cf.Lactancio,DiuinaeinstitutionesIV13.
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organizado que constituye una comunidad3. Es, asimismo, la polis de
la ciudad griega, y de la ciudad helenística, que ha encontrado luego
su manera de sobrevivir y prosperar en el Imperio Romano, tanto en
el oriente griego como en el occidente latino.
Ahora bien, por muy negativa que haya sido la consideración de San
Agustín en relación con la ciudad del Bajo Imperio, es evidente que
su actitud como habitante concreto de ese inmenso territorio, revela
rasgos de una disposición positiva4. En los tiempos de San Agustín
nosencontramos,porotraparte,conunaideaexegéticaquetempra-
namente, engloba, además, un mundo contrapuesto de dos ciudades
adversarias entre sí. Esto a pesar de las visiones que daban un carác-
ter principal a la relación de Roma y la cristiandad, muy en boga en el
siglo cuarto. Es ya la época de los emperadores cristianos. En lo que
a nuestro autor respecta: “Augustine’s answer is that Roman empire
and Christian ecclesia are not essencially connected” (Edward 220).
La posición de San Agustín frente al importante tema de Imperio y
ecclesia, se sitúa en un punto medio entre fatalismo y providencia-
lismo. Decía San Agustín respecto de este asunto: “Por lo cual, tam-
bién nuestros deseos (uoluntates nostrae) valen en cuanto Dios quiso
y decidió de antemano (praesciuit)queellasvalieran”.Estetextode
San Agustín (De ciu. 5, 9) es citado por el autor que rememoro a con-
3 Enel DerepublicaI49,deCicerón —extensamente leídoporsanAgustín—sedice:‘quidestenim
ciuitas, nisiiurissocietas’[***].El texto estácorrupto.Conrespectoal conceptodeciuitasDeiylos
principioslegalesdelImperioenelsigloIVd.C.,verelextensoyeruditoartículodeK.F.Morrison.
“Rome and the City of God: An Essay on the Constitutional Relationships of Empire and Church in
the Fourt h Century”. Transaction s of the American P hilosophical So ciety. New Series. Vol. 54/1 (1964)
3-55.Armaallí:‘Theconcepts“gens”,“populus”,and“civitas”,werefamiliarinRomanlawaslegal
corporations ...The Fathers argued that the Church was such a corporation, governed by its peculiar
lawsandcoexistingasanisopoliteiawiththeRomanEmpire’(p.8).
4 Hayclarosaspectos de rechazo, comolo explicaC. Lepelley en suartículo de laentrada Ciuis,
ciuitasdelAugustinusLexicon.vol.I.Basel:Swabe&Co.AG,1986-1994(col.955):‘Or,A<ugustin>
manifesteuneaitudeprofondémentnegativeàl’égarddetoutcecomportement,doncàl’égarddu
systèmeglobal delac<ité>classique:il n’yvoitquecupidité,orgueil,ambition stérile,volontéde
puissa nce et gout de vains hon neurs’. Cf. ibid. las entradas: E. Lam irande. Ciuitas dei; y, en espec ial,
la bien documentada entrada de Gerard J. P. O’Daly. De ciuitate Dei.
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tinuación,quienarmaque:“Lavolontélibredel’hommeestdonc
réelle, malgré la prescience divine” (Rordorf 221).
LanocióndeunaciudaddeDiosysucontraparteterrenal,experimen-
ta en Agustín, por así decirlo, una transformación que le presta —en
el devenir de los siglos tercero y cuarto— una solidez teológica que
vemos ausente en sus predecesores. Eso, en buena medida, es produc-
todelinicialtrabajoexegéticodediversosPadres.Estosantecedentes
incidieron, sin duda, en el pensamiento de San Agustín al momento
deescribirsugranobra.Sabemosqueenestaelaboracióndeañostu-
vieron algún papel Ticonio —el teólogo donatista—, ideas maniqueas,
incluso,elpensamientodelósofosneoplatónicos,comoPlotinoyPor-
rio.Asimismo,losescritorescristianosTertuliano(c.160-†después
del 220), Orígenes (184/5-254/5) y san Ambrosio de Milán (c. 340-397),
enespecial.Noestáplenamenteesclarecidoenquémedidainuyeron
enlaespecícaelaboracióndesumagnaobra,ysifueronestosuotros
los autores relevantes. No entraré en los pormenores de esta historia,
pero sin embargo, me propongo mostrar lo que parece ser, a mi jui-
cio,elgirofundamentalqueexperimentaestaideaenlaobradeSan
Agustín. Para esto, primeramente es preciso mostrar en forma breve
el estado de la cuestión hasta la época de San Agustín, porque es claro
quelaideasurgedeunaexégesisdelasEscriturasyestárelacionada
de alguna manera con el reino de Dios y la historia de salvación. Son,
hastaSanAgustín,exégetascristianosquienesdesarrollanciertospri-
meros aspectos del asunto, donde hay, además, ideas escatológicas.
2. Antecedentes históricos de la idea de las dos ciudades
El tema de una ciudad de Dios y del poder del diablo se encuentra ya
en El Pastor de Hermas (1995). Hay un desarrollo posterior, impulsado
signicativamente—enrelaciónconnuestropropósito—porTertu-
liano y principalmente por Ticonio (c. 330-390), el teólogo africano.
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Varios estudiosos han visto en Ticonio, con cierta razón, la principal
inuenciasobreAgustínenestepunto(cf. van Oort 254-74).
Sinembargo,sijuntamoslostestimoniosdesusobras—mereeroen
especial a Tertuliano, san Ambrosio, y los numerosos fragmentos de
Ticonio— la suma no es muy impresionante; quiero decir, sus ideas
no van más allá de ser breves desarrollos hermenéuticos de pasajes
bíblicos muy acotados. Lo mismo decimos del Orígenes latino (Ru-
no,san Jerónimo).Estas ideaslas podemosresumir delsiguiente
modo: Tertuliano relaciona brevemente una ciuitas Dei con la Iglesia
(Tertuliano. Aduersus Marcionem 3. CSEL 417, l. 3); y también al hecho
de que el hombre es “peregrino de este mundo y ciudadano de la
ciudad de arriba, Jerusalén” (Tertuliano. De corona, CSEL 149, l. 17).
Orígenes cita a Ga 4, 26, He 12, 22-23 y 2 Co 13, 3 para hablar de la Je-
rusalén de arriba, que es libre (Orígenes, De princ. IV 3. 8)5. Asimismo,
existeunamencióninteresanteensushomilíasalaJerusalénterrena
y la celestial. Luego, encontramos referencias a la relación entre ciu-
dad de Dios (ex lapidibus uiuis) y la Iglesia de Dios (Orígenes. In Jesu
NauaeXXVICPLhomilía23,par.4,p.446,l.20;In epistulam Pauli ad
Romanos explanationum libri, CPL, lib. 8, cap. 7 p. 679).
Esta idea es referida en forma constante, en especial, a la “Jerusalem
ciuitas dei uiuentis, non ista ... in terris” (Orígenes. In Numeros ho-
miliae,CPL,hom.26,par.7,p.254,l-27).ElAlejandrinosereereen
forma breve —en todo caso brillantemente— a aspectos de nuestro
temacuandoarma:“YasícreceelediciodelafeytemplodeDios,
se levanta de piedras vivas por la construcción de la caridad” (“et sic
crescitaediciumdeiactemplumDeiexlapidibusuiuispercons-
tructionem caritatis assurgit”. In epistulam Pauli ad Romanos explana-
tionum libri, CPL, lib. 10, 2, 790). Es de notar su referencia a la caritas
(probablemente agapē)comolafuerzaconstructoradetal“edicio”.
5 LaedicióndeS.Fernándezañadeeltextogriego;cf.nota152dedichaedición:Orígenes.Sobrelos
Principios. Ciudad Nueva: Madrid (2015) pp. 896-7.
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De la misma forma, San Ambrosio se queda en esta suerte de fachada
exteriorde un conceptoque parece negarsea mayoresdesarrollos,
más allá de una hermenéutica ad hoc, a menudo; sin embargo, perfec-
tamente elaborada. Estos desarrollos breves pueden ser sin duda inte-
resantes. De ahí que nos volvemos a encontrar con referencias de paso
a la Jerusalén ‘quae in coelo est’, en San Ambrosio (De Cain et Abel, CPL
0125, lib. 2, cap. 2, par. 7, p. 383, l. 9). Esta ciudad es el “lugar santo”, la
ciudad fundada por Dios para siempre” (San Ambrosio. Explanatio
PsalmorumXIICPL 0140,psalmus 47, cap. 3, par. 1, p. 348, l. 8; ibid.,
psalmus 47, cap. 15, par. 1, p. 356, l. 8). Entre medio, un punto que nos
interesa;porqueexpresaeldeseodequeconlaespadaespiritual,que
es la palabra de Dios, se puedan abolir los vicios terrenos... “para que
elobradordeiniquidadseaexpulsadodelaciudaddeDios”;yañade:
“la ciudad de Dios es la Iglesia, la Iglesia es el cuerpo de Cristo” (San
Ambrosio. Expositio psalmiCXVIIICPL0141,liera 15, cap. 35, pg. 349,
l. 10; cf. San Ambrosio, De obitu Theodosii, CPL par. 2, pg. 371, l. 1).
DelosfragmentosdeTiconio,nalmente,hayalgunosestudiosos
queapoyanunafuerteinuenciaenSanAgustíndelteólogodona-
tista africano, su mayor contemporáneo. Lo hacen, por lo general, a
través de los testimonios aportados por Beato de Liebana (monje es-
pañoldels.VIII)ensuComentario al Apocalipsis. El liebanense es un
importantepuntodereferenciaparatextosperdidosdeTiconio.A
mi juicio, los resultados son magros, tal como en el caso de los ante-
riores autores. Siendo, además, costumbre de Beato el no mencionar
a menudo sus fuentes; el asunto se confunde más. Hasta donde pue-
do ver, Ticonio solo es mencionado entre otros Padres en el prefacio,
dando por sentado que el lector podrá discernir oportunamente su
autoridad (Beato Liebaniense, Commentarius in Apocalipsin, Praefatio,
1, 5. p. 1, l). En su Commentarius,BeatusdeLiebanasereerealguna
vezexpresamentea una ciuitas Dei y una ciuitas diaboli, que, dice,
“las puertas de ambas ciudades están abiertas”; pero no menciona
aquí sus fuentes (Ibid. 12, 5, 24).
150 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
Lo que podemos constatar de Ticonio, en todo caso, es la obra de un
granexégeta,que permaneceenlalíneatradicionaldeloque los
Padres latinos, en especial, han estado diciendo sobre el tema de las
dos ciudades. Pero nos quedan aún algunos lugares sugerentes del
teólogo africano.
“Babilonia, la ciudad adversaria de Jerusalén es el mundo en su tota-
lidad, que se encuentra (conuenitur) en esa parte suya que Jerusalén
tiene en ella”6. De lo que nos queda de Ticonio, por mucho que se
esfuerce el lector no hallará al parecer, por ejemplo, una construc-
ción teológica amplia en torno al tema. Ni, hasta donde puedo ver,
encontrará referencias a amor; ni a caritas enelcontextodelexamende
las dos ciudades. Esto al menos revela lo siguiente: que para quienes
dejaron testimonio de sus escritos, no había otros puntos relevantes
quedestacarenloquesereereaestosconceptosysurelacnconlas
ciudades. Un signo sugerente.
¿Quéconclusiónpodemossacarentoncesdetodoesto?Quelano-
ción de ciudad de Dios y su ciudad contraparte (hasta los tiempos
inmediatos a San Agustín no va más allá de ser una imagen o una
alegoría de Cristo, de su adversario el diablo, o de la Jerusalén ce-
lestial y su enemiga Babilonia. O bien, puede referirse a la Iglesia o
al pueblo de Dios. No va mucho más allá de ser un comentario, un
motivoexegéticomuchasveceselocuentementeparafraseado,de
lo que las Escrituras mencionan. Hay implícitas varias nociones;
poco, sin embargo, de un desarrollo teológico convincente. De ma-
nera semejante, podemos hallar un difuso sentido histórico, que se
revela mayor en las escatologías y en el tema de las divergencias
entre los ángeles y los demonios. Porque no se avanza mucho en el
asunto repitiendo en diversos momentos, como lo suele hacer san
6 Ticonio. Liber regularum CPL 0709, reg. 4, par. 18, p. 262, l. 521 (en LLT. Brepols) . Ese ‘conuenitur’
es interesante. Dice, además: ‘Et habitabitur ciuitas haec in aeternum’ (Ibid., reg. 5, par. 7, 1, p. 296, l.
223): “Babylon ciuitas aduersa Hierusalem totus mundus est, qui in parte sua, quam in hac Hieru-
salem habet, conuenitur”.
Oscar VELÁSQUEZ | 151
Jerónimo en sus comentarios: “el ímpetu del río de la ciudad de
Dios está lleno de gozo” (S. Jerónimo, Commentarii in. 69).
Lascosaspermanecen,porconsiguiente,másenunplanoexegético,
conunaprevalenciadelsimbolismoylametáfora;abundalaexpre-
siónpiadosamásqueelexamendecarácterteológicoo losóco
propiamente tal. No es algo que debamos lamentar, en ningún caso:
pero no es lo que buscamos aquí. San Agustín es muy proclive a
interpretar,deestamanera,textosbíblicos,comolohaceabundan-
temente, por ejemplo, en sus bellos Sermones y en sus Enarrationes in
Psalmos.Tambiénhayenestostextosunasanaintencióndecultivar
la piedad de sus lectores y auditores. Mi intención principal, sin em-
bargo, es mostrar la enorme trascendencia de una idea que, tal como
la conocemos del de ciuitate Dei de San Agustín, cobra las caracte-
rísticas de un hallazgo de gran alcance. Una idea teológicamente
desarrollada que adquiere un carácter trascendental en la historia
del pensamiento cristiano. No debe confundirnos el hecho de que
Agustín tambiénes decididamenteun exégeta,comolopodemos
ver en muchas de sus obras; por decir así, a cada paso.
EnellasseexpresadeunmodomuysimilaraPadrescomoAm-
brosio y Jerónimo (el primero, en especial, su modelo en todo este
ámbito) cuando hablan, por ejemplo, de la ciudad de Dios. San
Agustín también utiliza frases y reminiscencias bíblicas como:
gloriosa dicta sunt de te, ciuitas Dei”; o los juegos de palabras y
losarrebatoslíricosentornoa“umen”(“elrío”).Obien,frasesya
transformadasen cliché,peroque resultaránnalmenterecono-
cidascomoinexactas:“QuaeestciuitasDeinisisanctaecclesia?”7
7 Sobre la relación ecclesia/ciuitas dei, así como el tema relacionado del estado cristiano, cf. R. Doda-
ro. “Augustine on the Stateman and the Two Cities”. A Companion to Augustine. Ed. Mark Vessey.
Oxford:WileyBlackwell.2015:386-397.R.Martin.“ThetwoCitiesinAugustine’spoliticalPhiloso-
phy”. Journal of the History of Ideas, vol. 33/2 (1972) 195-216). En. Ps. SL 38, ps. 44, pr. 33, et passim;
ibid. 38, ps. 45, par. 8, et passim; ibid., 39, ps. 98, par. 4.
152 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
3. Originalidad de San Agustín en la elaboración del
tema de las dos ciudades
Me temo entonces que, cuando muchos estudiosos insisten en estas
fuentes no agustinianas como las genuinamente originarias, supo-
nen que esas ideas anteriores conforman el núcleo central del tema
de las dos ciudades. Eso me indica que no se ha entendido cabal-
mente la prodigiosa complejidad de la concepción de Agustín, tal
como la vemos desarrollada en el De ciuitate Dei. A mi juicio, las
cosas se han dado así porque no se ha comprendido bien y puesto
atención en la trascendencia del hecho de que, tanto la ciudad de
Dioscomolaciudadterrena agustinianas,sedenen,ambas,por
elamor.Loquequierodecir,esqueeldiseñoteológicodelaidea
alcanzaenSanAgustínsuclímaxenlamedidaquelograunirexi-
tosamenteelprincipioconeln.Asíes,puestoqueelamor está en
el origen de toda la oikonomíadivina,yenlosobjetivosnalesdelos
designios salutíferos del Verbo para con la humanidad.
Esonosignicaqueolvidamosque,desdeelpuntodevistadelde-
sarrollo de la historia de la salvación, la encarnación de Cristo se
presenta como ese evento decisivo de transformación del mundo.
La historia de la ciudad de Dios se revela en ese sentido como un
acontecimientocentral.De ahí que,sin excluirnuestrointentode
ver en amor/caritas elelementodenitorio,podemosdecir,asímis-
mo: ‘Then the city of God will have returned to what it was in the
beginning.Heavenisitsorigin,heavenitsnaldestination’(cf. van
Oort, Jerusalem and Babylon 101).
Eluniversocreadoylahistoriadelasalvación,sediversicaendos
ciudadaníasdivergentes,debidoaqueexistendoscasosenlosque
se ha entendido a cabalidad que este es el punto central de las dos
ciudades, no un elemento secundario. Hasta tal punto las ciudades
no son distintas para como no reconocerse en un punto esencial: el
amor. Además, el concepto de las duae ciuitates es igualmente funda-
Oscar VELÁSQUEZ | 153
mental para entender la parte mejor, es decir, la ciuitas Dei. La razón
fundamental de su divergencia está en una elección de amor. Vemos
también que, en sus Revisiones, san Agustín llama a una “de Dios”
y a la otra “de este mundo”, dejando fuera términos más radicales
(que él también solía utilizar) como “ciudad del diablo”. Del mismo
modo, dice: “Los veintidós libros en su totalidad, aunque se han es-
crito acerca de ambas ciudades, su título sin embargo lo recibieron
de la mejor, y así se les llamó de preferencia de la ciudad de Dios” (S.
Agustín, Retract. 2, 48, 2).
Más cerca del tema que nos convoca, hemos podido anclar la ciuitas en
amor, y también en caritas, nos queda entonces por analizar este punto
principal.SanAgustínyaloexpresaconprecisiónelañoanteriorde
la publicación de sus tres primeros libros de la Ciudad de Dios, es decir,
en diciembre del 412 en Cartago, en un sermón ante el pueblo. Dice:
Podemosentodocasohacerpresenteademásalgo,encuantoelSeñorlo
conceda,cómopuedendistinguirseloselespiadosos,inclusoeneste
tiempo, los ciudadanos de Jerusalén de los ciudadanos de Babilonia. Dos
amores hacen a estas dos ciudades (duas istas ciuitates faciunt duo amo-
res): el amor de Dios hace a Jerusalén, el amor del siglo hace a Babilonia.
Que cada cual se interrogue por tanto qué es lo que ama y encontrará de
dónde es ciudadano: y si se hallara que es ciudadano de Babilonia, que
extirpelacodiciaeimplantelacaridad(extirpet cupiditatem plantet carita-
tem); si por el contrario halla que es ciudadano de Jerusalén, que tolere su
cautividad y espere su libertad (En Ps. 64, 2. dic. 26-28, 412 d. C.).
Al año siguiente habrá publicado los tres primeros libros del De
ciuitate Dei; y solo el 420, cuando lleva catorce libros de su magna
obra,mostrará,enuntextoclave,estasuideacentralexpresadaen
síntesis de la siguiente manera: “Dos amores hicieron por tanto dos
ciudades, es decir, a la terrena el amor de sí hasta el desprecio de
Dios; a la celestial, en cambio, el amor de Dios hasta el desprecio de
sí’ (S. Agustín, De ciu.XIV28).
154 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
En otras palabras, son dos amores de distinto carácter los que ‘han
creado’ ( fecerunt) a las dos ciudades. Así entonces, el amor (amor)
se constituye en el centro dinámico de la consistencia de ambas
ciudades.Deestaforma,elSeñoresel“constructor”,el“arquitec-
to” de una de las ciudades; o sea, es el “fundador” (conditor) de la
ciudad celestial. En el sermón al pueblo sobre el salmo 64 de las
Enarraciones, la idea está pensada casi en su totalidad. Es el amor
elquedene,esdecir,“poneenexistencia”,“origina”(faciunt) las
dos ciudades.8 Ellas “están mezcladas, y desde el inicio mismo de
génerohumanocorrenmezcladashastaelndelsiglo”(Ibid.). Di-
cho de otro modo, las dos ciudades realizan la historia común de la
humanidadeneluirdeltiempo,yestánincluidaseneldesignio
providente de Dios.9
Aparte del tema angélico, falta una característica fundamental; es
decir,ellanoestásituadaaúnensuverdaderocontexto,lahistoria
de salvación, que corre paralela con la historia del siglo. Eso será
patente en el De ciuitate Dei. Es el devenir de ambas ciudades lo que
constituye la historia. Y en el encaminarse de ambas ciudades en el
tiempo se hace realidad la ciudad de Dios, “que, mientras peregrina
entrelosimpíosviviendodelafe...hadealcanzarporsuexcelencia
la victoria última y la paz perfecta.... (S. Agustín, De ciu. Prólogo).
En consecuencia, forma parte del designio de Dios la libertad de
la criatura racional. En efecto, sin libre albedrío no hay verdadera
8 No es usual, como veíamos, que se haga notar la prevalencia del amor en la formación de las dos
ciudades, aunque nadie evidentemente lo niegue. Lo que se echa de menos, es un desarrollo subs-
tancialde laidea,aunqueseaesquemático.Señalo sin embargoque, PaulWeithman,en su trata-
mientodelalosofíapolíticadeAgustín(“AugustinePoliticalPhilosophy”)daunjustolugarensu
capítulo al motivo del amor en las dos ciudades (subtítulo: ‘Love, the two cities, and the saeculum’
pp.235-237).TheCambridgeCompaniontoAgustine.Ed.E.Stump/N.Kremann.
9 Están incluidas, de modo que, en lo que respecta a la ciuitas terrena, ‘The world’s independence
from God rests on historicity, that is, on mankind’s own origin, which possesses its own legitima-
cy’: Arend, Hannah. Love and Saint Augustine. Edited and with an Interpretative Essay by Joanna
VecchiarelliScoandJudithCheliusStark.Chicago-London:TheUniversityofChicagoPress.1996:
103.Essugerenteeltextoagustinianoqueencontramosallícitado(p.104):‘Thusthereisnotonein
thehumanracetowhomloveisnotdue,eitherasareturnofmutualaectionorbyvirtueof his
shareinourcommonnature’:(cf.ibid.ennota25:‘Leer130,13’).
Oscar VELÁSQUEZ | 155
elección, no hay un real uso de las capacidades del deseo, es decir,
de la uoluntas. Del mismo modo, sin uoluntas no hay verdadero amor.

Ciudad de Dios
Ahora bien, la historia y las doctrinas de los paganos son hasta tal
punto esenciales en la Ciudad de Dios, ya que ellas ocupan una parte
fundamental de los diez primeros libros de la obra. En el caso de la
ciuitas terrena la historia del amor transformado en cupiditas10 o en la
búsqueda de gloria. Se trata allí de las más diversas maneras sobre
las opiniones y costumbres del paganismo, con la intención de re-
futarlas o de mostrar sus carencias frente a la religión cristiana. Es,
además,entre loslibrosXI-XIVdelaCiudad de Dios que, según él
mismo dice, se trata “del origen (exortum: la fuente) de las dos ciuda-
des, de las cuales una es la de Dios y otra la del mundo” (S. Agustín,
Retract.II43,2).Todoeldiseñodelaobra,nalmente,comoélmis-
moarma,tieneportemaeldevenirhistóricodeunayotraciudad.
Este encaminarse de las dos ciudades en el tiempo se constituye, de
hecho, en la historia de dos diversos amores. Por consiguiente, si el
origen de las dos ciudades está en esa capacidad de elección de un
bien libremente consentido, entonces, inevitablemente el movimien-
to constituyente originario de todo este engranaje es el amor. Sea
que ese bien es, en su aspecto fundamental, Dios mismo; sea que
ese bien es la criatura racional y los bienes de este mundo, debemos
examinar ahoracómose organiza ydesarrolla enSanAgustínla
concepcióndeestaidea.Paraello,esprecisoseñalarpreviamente
elpuntosiguiente.Existeunsutilperonomenospoderosovínculo
entre las Confesiones y la Ciudad de Dios; tiene que ver esto con la
10 Thecivitasterrenaistheinitialseingforthedramaofself-denition,butthescenesoonchanges
tothecivitasDei.ArendtparaphrasesAugustine’srelatedquaestio.“Woulditnotthenbebeerto
lovetheworldincupiditasandbeathome?Augustine’snegat iveresponsereects“adeepdissatis-
faction with what the world can give its lovers’: ibid., p. 182.
156 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
relación entre el individuo y la sociedad. En esas circunstancias, las
Confesiones representan al individuo, la Ciudad de Dios a la sociedad.
Son dramas conectados por leyes de semejanza y naturaleza.
Ya lo había visto muy bien Platón en su República. En el libro II inicia
elestudiode ladenicióndela justiciaydecideestudiarlaen las
letras grandes, es decir, en relación con la ciudad y la sociedad. Las
letras pequeñasseñalanalindividuo.Esosaspectoslostengoamplia-
menteexaminadosen untrabajoanterior(Velásquez211-28).Pero
veamos cómo funciona esta relación en nuestro tema en especial.
Al culminar sus Confesiones, y a propósito de la creación, San Agus-
tín se ha propuesto interpretar alegóricamente el tema del Espíritu
que era llevado por encima de las aguas (Ps. 35, 10; Conf.XIII4).Recor-
dando entonces que el cielo y la tierra fueron creados por la sabidu-
ríacoeterna,pocomásadelanteañade:“estoes,hicisteentuHijo
el cielo y la tierra” (Confesiones XIII6).Esdecir,loshizoenlaVida,
interpreta. En otras palabras, Dios concibió en el mundo así creado
una capacidad de conversión hacia ese Espíritu de encima. Ahora
bien, en los actos de creación —que revelan que hubo una creación
de un carácter evolutivo— hay una creatura “que resta por conver-
tirse a Aquél por el cual ella fue hecha” (ConfesionesXIII5).Estees
el coelum coeli, una realidad hecha vida por la iluminación (illumina-
tione) del Espíritu de Dios, que es llevado por encima de las aguas.
No puedo alargarme en este punto lleno de interés teológico, no
obstante, San Agustín piensa que con el surgimiento de la luz en-
tre las tinieblas, y con la división de las aguas en la creación surgió
un “cielo del cielo. Es una creatura spiritalis, de la que pocas líneas
más arriba decíamos que es “la que resta por convertirse hacia
aquel que la creó” (“cui restat conuerti ad eum a quo facta est”,
Conf.XIII5).Esdecir,entrenuestrouniversofísicoylarealidad
divina trinitaria, hay una realidad creada que desde el origen del
Oscar VELÁSQUEZ | 157
mundo está vuelta hacia la contemplación de su creador11. Es tan
importante esta creatura, que es la única entidad creada a la que
SanAgustíndirigealgunavezuntipodelíricaoración:“¡Creatura
feliz que no ha conocido otra cosa! Siendo que sería otra cosa si
no fuera que, apenas fue creada fuera elevada por encima de todo
ser mudable por tu don, sin ningún intervalo de tiempo, en esa
llamada en que dijiste: hágase luz y se haría luz” (cf. Conf.XIII11).
Esta “conversión” (conuerti) es la versión latina de un verbo típica-
menteplotiniano,ἐπιστρέφειν:volversehacia,conlaideadevol-
ver la mente hacia un objeto de plenitud. Es la epistrofé(ἐπιστροφή:
conversión),queenlalosofíadePlotinoseñalaunvolversehacia
el Bien (Enn. I 2, 4, 18), a Dios (V 8, 11, 9), o una conversión del alma
hacia lo alto (II 2, 3, 9). Esta creatura de luz, como primicia de la
creación, ha sido “elevada” (aolleretur) a su condición por un don
divino eternal.
Ahora bien, volviendo al tema principal, he aquí que en el párrafo
9, sin relación aparente, nos habla de la “vía supereminente” (Efes
3, 19) de la caritasdifundida en nuestros corazones por el Espíritu
Santo” (Rom 5, 5). Lo que sucede es que en estos párrafos 6-9 del
libroXIIIdeConfesiones, se juega la comprensión del libro en su
conjunto.SeevidenciaaquísuconexiónconlaCiudad de Dios, esto
quiere decir que, San Agustín se siente, en cierto modo, supera-
do por una intuición que lo pone frente al misterio mismo de la
creación, porque está tratando de demostrar que esta “elevación”
y “conversión” tiene aquí un carácter plenamente metafísico, ade-
más que espiritual, y no físico. Dice:
11 SanAgustín,Gen.liIpar.1,5:‘anquianoneratlux?quaesiesset,utiquesuperessetettamquam
superfunderet:quodtunctincreaturaspiritalicumconuertituradincommutabileatincorporale
lumen,quoddeusest’.Igualmente,conf.XIII2:‘autquidtepromeruitinchoatiocreaturaespiritalis,
utsaltemtenebrosauitaretsimilisabysso,tuidissimilis,nisiperidemuerbumconuertereturad
idemaquofactaest, atque ab eo illuminatalux eret, quamuis non aequaliter tamenconformis
formae aequali tibi’ (mis cursivas).
158 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
He aquí por qué, supereminente desde el comienzo, el Espíritu era lle-
vadosobrelasaguas.¿Aquiénselodiré,dequémodohablarédelpeso
(pondus) del deseo inmoderado (cupiditas) hacia el abismo abrupto, y
de la elevación del amor (caritas) mediante tu Espíritu que era llevado
sobrelasaguas?(Conf.XIII8)12.
Porque aquí presenciamos el proceso de cristalización de una idea
que ha de hacer historia: pondus meum amor meus: eo feror quocum-
que fero. dono tuo ascendimur et sursum ferimur (ConfesionesXIII10).
“Mi amor es mi peso: por él soy llevado adondequiera que soy
llevado. Por tu don somos elevados y somos llevados hacia lo alto.
Es decir, somos elevados por el amor, que es nuestro peso. Y líneas
antes ha dicho: “en tu don descansaremos”, es decir, reposaremos
en el “cielo inteligible”. “Nuestro descanso es nuestro lugar. Allí
nos lleva el amor”, (Ibid.). En otras palabras, nos eleva allí el amor
que es pondus. Por tanto, este amor-pondus responde a las coorde-
nadas establecidas por el mismo Dios trinitario cuando dijo que se
hiciera la luz, de cara a las tinieblas.13
Es el peso del amor el que nos eleva al lugar de nuestro descanso
denitivo;yeselpesodelamorelquepermitenuestraelevacióno
nuestro descenso. Esto, que se da al nivel del individuo, es la base
en que se funda la ciudad de Dios a escala de la sociedad. Pero esto
sería así, en primer lugar, porque corresponde a la realidad misma
de las cosas en la creación.
12 Los términos cupiditas-caritas conforman un conjunto dialéctico fundamental, que cobrará toda
sudimensiónenespecialeneldeciuitateDei.Lacupiditasesla‘codicia’;elamor,eselagapēdelas
Escrituras.Esteagapē,es,enbreve,elamorcristiano,quepone enelcentroelamordeDiosensí
mismo y para el hombre; el amor hum ano de sí mismo y a Dios; y el amor del pr ójimo. Para abyssus,
verconf.XII3.Laduplacupiditas-caritasrevelalosdostiposdeamorquesehacenmaniestosen
la historia del hombre.
13 Me he sentido forz ado a disentir de las t raducciones que tengo co nmigo de esta famosa f rase (Trého-
rel y Bouissou, Vega, Magnavacca, Chadwick, Encuentra Ortega, todos traductores ilustres). Para
mí en: ‘pondus meum amor meus’, el sujeto es amor y el predicado nominal es pondus. Por tanto la
frase se ría: ‘mi amor es mi peso’. Si puso primero el predic ado fue por razones retór icas plenamente
comprensibles al oído latino. La frase es sobre el amor, del que se dice que es pondus. De ahí que él
armabaunpocoantesenelmismopárrafo:‘amorillucaollitnos’:‘elamornoselevahastaallí’.
Porque es más bien un amor-pondus que un pondus-amor.
Oscar VELÁSQUEZ | 159
El amor-pondusindicaqueexisteenelhombre(comocreaturaes-
piritual) una intencionalidad, una dinámica interior que aquí es
denominada amor meus. Es la dinámica por la que soy llevado allí
donde soy llevado. Resulta, además, que esa fuerza dinámica en la
criatura racional se denomina pondus meum. Aquí esta encerrado
el sentido de sus Confesiones: “Nos hiciste para ti y nuestro corazón
está inquieto hasta que no descanse en ti” (I 1). Este amor-pondus es
precisamenteelquenospermiteestablecerunsólidonexoquenos
conduce al De ciuitate Dei. Es un amorqueledaesalinealidadexis-
tencial a la vida. Es un amor que le proporciona intencionalidad a
laexistenciaindividualyalahistoriadelhombre.Dice,porconsi-
guiente: sursum imus,esdecir,“vamoshaciaarriba”;yañade:“ala
paz de Jerusalén”14. No es raro, entonces, que esas fuerzas que ve-
mosoperandoenlavidadelindividuosemaniestenconfuerza
semejante en la sociedad. Lo que fue primero el relato de una vida,
se transforma luego, en la Ciudad de Dios, en una historia del géne-
ro humano tanto de un punto de vista secular como sobrenatural.
Dea,queenelmomentoquizámásdecisivodesugranobraseñala:
dos amores hicieron dos ciudades, a la terrena, el amor de sí hasta
el desprecio de Dios, a la celestial en cambio el amor de Dios hasta el
desprecio de sí”. El primero es el amor de la cupiditas, el segundo es el
amor del aga. Y si hubiera que resumir en qué consiste la ciudad de
Dios, diríamos que es una comunidad de amor. En otras palabras, la so-
ciedad de los que viven en el agape. Dos tensiones espirituales llevan a
la humanidad por dos caminos diversos, pero entremezclados en esta
vida. De ahí el papel fundamental que tiene, como dice San Agustín:
“ese como peso del deseo y del amor” (“ueluti pondus uoluntatis et
amoris” De ciu.XI16).
14 Una “paz de Jerusalén” que seguramente dice referencia con aquella creatura spiritalis. Si se pro-
fundiza en el concepto de esta creatura, llegaríamos sin duda a la idea del cielo como espacio de
contemplación de Dios post mortem de los creyentes.
160 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
Su teoría del amor-pondus permite a San Agustín desarrollar una vi-
sión de la historia tanto religiosa como profana, pues en ambos casos
sebuscanbienesquealcanzar.Losnesextremosdeunayotraciu-
dad permiten esclarecer el engranaje decisivo de cohesión en ambas
sociedades. De este modo, es posible trazar un recorrido secular de las
dos ciudades en su devenir histórico y delinear los rasgos esenciales
del peregrinaje. En este caso, se trata del recorrido de la ciudad de Dios
que se encamina al siglo venidero. Así como en Confesiones, San Agus-
tín fue capaz de describir el itinerario de su vida en base a su visión de
un amor-pondus, que le proporciona a su relato esa intensidad peculiar,
así, en la Ciudad de Dios este amor que es ponduslepermiteexplicarel
camino en el siglo de la ciudadanía celeste hacia la morada eterna.
Reaparece ahora la gran visión de Confesiones, pues desde el inicio del
mundo y la separación de la luz y las tinieblas surgen dos ciudades.
Junto con la manifestación de dos sociedades angélicas (S. Agustín, De
ciu.XI33:“nosergohasduassocietatesangélicasintersedispares…”),
la acción creativa divina deja paso al surgimiento de las dos ciuda-
des. Primero fue el amor, y luego dos amores por los que nacieron
dos ciudades. Primero los ángeles, y luego de entre los ángeles fue el
nacimiento del diablo. El de la ciudad celeste es un amor que es amor,
dilectio, caritas (S. Agustín, De ciu. XIV7:“sedscripturasreligionisnos-
trae... non aliud dicere amorem, aliud dilectionem, uel caritatem insi-
nuandum fuit”). Primero fue el amor y luego el pecado, primero fue el
amor y luego dos amores. Como signo del amor Dei está la humildad,
como signo del amor sui,lasoberbia.Porconsiguiente,existendosac-
titudes básicas de la uoluntas en el origen de las dos ciudades: “una es
la sociedad de los hombres piadosos, la otra la de los impíos”, dice,
cada cual junto a los ángeles que le son propios, en que prevaleció en
un caso el amor de Dios o el amor de sí” (S. Agustín, De ciu.XIV13,1).
Se trata, por tanto, de una visión de la totalidad de la historia ambi-
valente de la criatura racional (ángeles y hombres), de un panorama
Oscar VELÁSQUEZ | 161
sinóptico del drama de la creación desde el punto de vista del amor-di-
lectio-caritas. Esta trilogía de conceptos está presente en la Revelación,
junto a su contrapartida de bienes divergentes. Son los bienes los que
denenalamor, pero es el amorelquedeneelaccionarhumanoque
lo transforma en ciudadano de tal ciudad. Esa es la importancia de
entender el amor-pondus como un eje fundamental. El pondus-amor, en
cambio, según mi parecer, obscurece la inmensa proyección de esta
idea genial. De ahí que, el drama es acerca de dos ciudades “mezcla-
dasdeprincipioandesurecorridomortal”.Tienemuchoqueverel
hecho de que están mezcladas (permixae) entre sí, porque ambas bus-
can su propio bien y aman ese bien al que aspiran. Están mezcladas,
porque ambas ciudades aman. Y sobre esa mezcla que muestra los
designiosdelDioscreadordelahistoria,SanAgustínarma:
Las dos ciudades, sin embargo, usan igualmente de los bienes tempo-
rales,osonaigidasigualmentedelosmales,aunqueconfediversa,
diversa esperanza, diverso amor (diuersa de, diuersa spe, diuerso amore),
hasta que sean separadas en el último juicio, y cada una consiga su
propion,delquenohayningúnn(De ciu.XVIII54,2).
5. Conclusión
Podemos establecer en estas circunstancias algunas conclusiones.
Vemos que para San Agustín la historia del hombre sobre la tierra
está ligada a una decisión de amor; y que en el designio de Dios
hay en la creatura racional una uoluntas, que está en posición libre
de decidir sobre su propio destino. Podemos, asimismo, ver que el
destino de los ángeles estuvo ligado a una semejante decisión, que
podemos considerar una preter-historia de la criatura racional.
Se nos muestra, de modo semejante, que el amor Dei y el amor sui, esta-
blecen los dos bienes superiores que guían la conducta de la humani-
dad. Es por tanto, una consecuencia de la visión agustiniana el modo
162 |Dos amores, dos ciudades: irradiaciones de una idea genial
como se constituyen dos comunidades divergentes de amor. Estas son
las dos sociedades que determinan el curso de una historia que ha de
culminarenelndelostiempos.Yestambiénenestadecisiónde
amor donde se decide el destino de los individuos que las componen.
Dr. Oscar Velásquez
Facultad de Filosofía y Humanidades.
Universidad de Chile (Santiago)
joscarvelasquez@gmail.com
Oscar VELÁSQUEZ | 163
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norum (CSEL) 62. M. Petchenig, 1917 [Clavis Patrum Latinorum
(CPL) E. Dekkers. Brepols 1995].
Article
Full-text available
This is a survey about the design (ratio, i. e. ‘structure’, ‘pattern’) of de ciuitate Dei, and of how the philosophical examination of the theories of paganism about the supreme good and its ends that is carried into effect in the book 19 have a bearing on this pattern. This analysis of St. Agustine is supposed to be essential for the concluding characterization of the two cities and their completion (fines). For fines are also τέλοι ἀγαθῶν. So the influence of de finibus bonorum et malorum of Cicero will be examined, and the importance of book 19 in the entire planning of the work shall be discussed and defended. Only when these ways of access to good and happiness have been both harmonized and distinguished, St. Augustine is prepared to make an explanation of the final events (i. e. fines) that culminate the human history, in the three last books of the City of God. This is also the completion of his own plan: that the good and the eternal happiness are manifested as consummation of human history; and at the same time the final objective of the book's design is revealed.
Chapter
IntroductionMacedoniusFaith, Hope, and CharityTransforming VirtuesWar and PeaceNeoplatonic ParallelsConclusion Further Reading
Corpus Scriptorum Ecclesiaticorum Latinorum (CSEL) 64. M. Petchenig
  • Explanatio Psalmorum Xii
Explanatio Psalmorum xii. Corpus Scriptorum Ecclesiaticorum Latinorum (CSEL) 64. M. Petchenig, 1919 [Clavis Patrum Latinorum (CPL) E. Dekkers. Brepols 1995].
Texte de l'édition benedictine, introduction, traduction et notes
  • Les San Agustín
  • Révisions
San Agustín, Les Révisions. Texte de l'édition benedictine, introduction, traduction et notes. G. Bardy. Paris. 1950.
Ciuis, ciuitas: Augustinus Lexicon
  • C Lepeley
Lepeley, C. Ciuis, ciuitas: Augustinus Lexicon. vol. I. Basel: Swabe & Co. AG, 1986-1994 (col. 955).
Corpus Scriptorum Ecclesiaticorum Latinorum (CSEL), 32,1. C. Schenkl,1897
  • San Ambrosio
  • De Cain
  • Abel
San Ambrosio, De Cain et Abel. Corpus Scriptorum Ecclesiaticorum Latinorum (CSEL), 32,1. C. Schenkl,1897, p. 339-409 : Clavis Patrum Latinorum (CPL) E. Dekkers. Brepols 1995.
Obras completas de San Agustín
  • De Urbis Excidio
De urbis excidio. Obras completas de San Agustín, edición bilingüe, vol. XL Madrid. BAC.
Corpus Chistianorum Series Latina XLVII. (CCSL)
  • Dei De Ciuitate
De ciuitate Dei. Corpus Chistianorum Series Latina XLVII. (CCSL). 1955. Turnholti. Brepols.