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Apuntes sobre el habla de los jóvenes
* Profesora de tiempo completo de la Facultad de Humanidades, Universidad de Bogotá Jorge
Tadeo Lozano, a cargo de la cátedra de Lingüística General y del seminario de Literatura Fantás-
tica. E-mail: adriana.plazas@utadeo.edu.co.
Resumen
En este artículo se realiza un informe sobre algunas formas del habla de los
jóvenes con el fin de realizar una breve reflexión sobre el cambio lingüístico.
Apuntes sobre el habla de los jóvenes
Adriana Margarita Plazas Salamanca*
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Adriana Margarita Plazas Salamanca
1. Introducción
Reflexionar acerca de cómo los jóvenes hablan es principalmente un ejercicio de
memoria. Remontarse a la infancia y a las formas de hablar de nuestros padres y
abuelos permite encontrar evidencias significativas sobre la variación de la len-
gua y el cambio lingüístico. Como es sabido, el cambio lingüístico es inmanente
a la lengua, lo cual significa el ajuste continuo del sistema de la lengua en todos
sus niveles: fónico, morfológico, sintáctico, semántico. Claro está que este ajuste
no es repentino, sino que se lleva a cabo paulatinamente en el tiempo. Como
ejemplo, observemos una colección de términos para aludir al amor que corres-
ponden a varias décadas: gallinacear, conquistar, coquetear, molestar, arrastrar el
ala, pretender, galantear, echar el cuento, tirar carta, tirar las pelotas, echar el ojo,
estar de cotice, jugárselas todas, caerle, tirarle las cuarenta, encarretar, estar
encarretado, secar el mar a trapasos, echarle los perros, echarle los canes. Dichas
expresiones para referirse a la seducción o el cortejo han cambiado en el tiempo
un poco más en la forma que en su sentido.
La lengua es variable y se manifiesta de modo variable. Con esto se
quiere decir que los hablantes recurren a elementos lingüísticos distintos para
expresar cosas distintas, naturalmente, y que, a la vez, existe la posibilidad de
usar elementos lingüísticos diferentes para decir unas mismas cosas.1
La pretensión de este escrito es presentar algunos términos del habla de los
jóvenes, escogidas de un trabajo de encuesta adelantado con estudiantes de la
Universidad Jorge Tadeo Lozano tratando de hacer algunas observaciones lingüísticas.
El hablante de una lengua comparte con su comunidad de habla, además
del idioma, «un conjunto de normas y valores de naturaleza sociolingüística:
comparten unas mismas actitudes lingüísticas, unas mismas reglas de uso, un
mismo criterio a la hora de valorar socialmente los hechos lingüísticos, unos
mismos patrones sociolingüísticos».2
El término cuchibarbie […] proviene del híbrido de palabras cucha (colo-
quial manera de llamar a las hembras de la tercera edad) y Barbie (apócope de
Bárbara, la muñeca más popular de la postguerra). O sea: cuchibarbie es una
vieja con ínfulas de muñeca juvenil, y en el caso masculino equivaldría a cuchiken.3
1Francisco MORENO FERNÁNDEZ, Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje, Ariel,
1998, pág. 17.
2Op. cit., pág. 19.
3Gonzalo VALDERRAMA, «La tía Cuchibarbie» en revista Soho, diciembre de 2003, pág. 112.
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Apuntes sobre el habla de los jóvenes
2. Dialecto y habla de los jóvenes
Dialecto es quizás uno de los términos más complejos dentro de la terminología
lingüística, pero es el que a mi modo de ver permite acercarnos al complejo de
las formas del habla juvenil. Para aclarar la complejidad del término, revisaremos
tres de las acepciones con las cuales es necesario trabajar:
Variante diatópica se refiere a la variedad de una lengua usada en un
lugar; de este modo podemos hablar de dialecto cundiboyacense, santandereano,
antioqueño, etc.
–¡Remigio! ¿Y en tu casa qué tal?
– Pus puñeteramente malos. La casera ta caído del rematiz y si no
juera por lo que vengo a icile nu arrimaba pu aquí por unos trasbocos que
ya no me dejan tar; y ya nian el estómago mi almite naa, pasque no me
recibe sinu un tricito de caldo con un piacito de carne que ni así.4
Variante diastrática es la variante según estrato o grupo social, la cual se
puede estudiar como variante sociolectal, sexolectal, tecnolectal, jerga o argot.
Un ejemplo de variante sociolectal puede ser el tomado de la obra No
nacimos pa’ semilla, donde se hace un ejercicio de construcción del habla de los
jóvenes pertenecientes a las bandas de las comunas de Medellín:
A las bandas las derrotamos fue a punta de coco, aplicando la psico-
lógica. Nosotros los conocíamos a todos, ellos estaban sanos. Eran muchos
y con tremendos fierros pero los desorientamos. En cambio nosotros em-
pezamos con cuatro revólveres 38, que nos prestaron los vecinos. Nuestra
arma más poderosa fue el terror.5
Variante diafásica es la que se refiere a las formas de habla que se adoptan
«según la situación comunicativa, habla descuidada o relajada, familiar-coloquial,
corriente, cuidada o formal, solemne o afectada, literaria, etc.».6
Como ejemplo de variante diafásica transcribo un ejercicio de clase elabora-
do por dos estudiantes del curso de Lingüística I:
4Augusto ROMERO PADILLA, Juan Lanas o vida de pueblo, Bogotá, Librería Salesiana, 1938, pág. 34.
5Alonso SALAZAR, No nacimos pa’ semilla, Cinep, 1998, pág. 90. No daré ejemplos sobre las
variantes sexolectal y tecnolectal.
6MONTES, op cit.
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–Qué más guón, ¿para dónde nos vamos esta noche a embucharnos
unos guarilaques?
–¡No! No nos vamos a meter a un bar… Vamos a echarnos un dancing.
–¡Sí! Vámonos a un antro a azotar baldosa. Qué mamera un bar don-
de uno sólo chupa guaro y queda uno listo después pa’ la foto.
–No, con este guayabo no me voy a bailar ni por el putas… Yo sí
necesito mis buenos drinks. Vamos y nos jartamos unas polas, pero ya
como para empezar a entrar en ambiente.7
En la observación del habla de los jóvenes universitarios de la Jorge Tadeo
Lozano se han tenido en cuenta cuestiones relacionadas con las variantes dialectales
que corresponden al nivel diafásico. La muestra se realizó respetando el anoni-
mato de los encuestados, con el fin de encontrar las formas utilizadas en un
ambiente informal que permita un acercamiento a las formas cotidianas más
libres utilizadas en los contextos cerrados de los jóvenes.
3. Algunos términos que usan los jóvenes para designar belleza
Se halló un grupo de términos que utilizan hombres y mujeres entre 17 y 21
años, para referirse a la belleza:
Términos utilizados por hombres:
Mamita, chula, buena, mami, churra, deli, cosita deliciosa, pava, hembra, linda,
rica, aguanta, masita, divina, sexo, re-rica, re-buena.
Total: 17 términos.
Términos utilizados por mujeres:
Hembro, lindo, bonito, bueno, rico, cuco, deli, aguanta, re-hembro, papito,
churro.
Total: 11 términos.
Al realizar un trabajo de sustitución de un término por otro para identificar
posibles sinónimos o realizar un acercamiento al sentido que tienen entre los
jóvenes estos términos, hallamos una progresión semántica que va de los valores
más altos a los más bajos, así:
7Suzanne HOYOS y Natalia MEJÍA, «Guión. Preparación para la rumba», Bogotá, II-2003.
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Las palabras agrupadas del 1 al 4 son utilizadas para referirse a la belleza
física, y los usuarios manifiestan un acuerdo de uso contextual:
«Esa vieja está tan rica, pero paila que tenga ese sapo tan grande».8
Esta expresión se refiere a una mujer que tiene un buen cuerpo, que tiene
una vagina muy grande o que tiene fama de acostarse con todos.
La serie del número 1: re-buena, superbuena, hembra, y la serie del número
2: buena, rica, re-rica, pueden ser utilizados como sinónimos.
Los usuarios han establecido una gradación que va de los términos
meyorativos con mayor carga semántica: 1,2,3, a los términos que, aunque no
son despreciativos, tienen una significación diferente. Veamos:
Mientras que re-buena es utilizada para referirse tanto a valoraciones de
tipo estético como a gusto sexual, linda se usa para referirse a una mujer bonita
que inspira ternura, y aguanta como término se usa para referirse a un límite
que marca lo permitido en cuanto a belleza: la expresión «esa vieja aguanta»
expresa que, aunque la joven no está en el rango para la utilización de las
expresiones de 1, tampoco llega al extremo 10 –gurre o fea–; es «aceptable para
sexo o rumbeo».9
4. Algunos términos que usan los jóvenes para designar la
fealdad
Términos utilizados por hombres:
Moco, seba, buena persona, bagre, fea, hedionda, cosa, gurre.
Total: 8 términos.
1
Re-buena
Superbuena
Hembra
2
Buena
Rica
Re-rica
3
Sexo
4
Linda
5
Aguanta
6
Normal
10
Gurre
8José Luis CARRASCO, Constanza FUENTES, Tatiana MOSCOSO y Karen OROZCO, «Vamos a calentar
ese pan», informe final, curso de lingüística I, mayo de 2004.
9Las expresiones que se escriben entre comillas han sido tomadas de los cuadernos de en-
cuesta de los estudiantes de Lingüística General I, semestre II de 2003 y semestre I- 2004.
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Términos utilizados por mujeres:
Feo, feíto, poco atractivo, moco, gurre, frondio, buena gente, horrible.
Total: 8 términos.
Es posible observar que el uso de estos términos, así como el grupo de
términos de la belleza, corresponde a una clasificación emocional; con ellos los
jóvenes transmiten los sentimientos que despierta lo nombrado y que dependen
de la situación de comunicación y la intención comunicativa. Si su intención es la
de lastimar, utilizará el término gurre, mientras que si no, intenta buscar un
término neutral, como poco atractivo.
En un intento por relacionar el listado de los más neutrales a los menos
neutrales encontramos:
+ Neutro
buena
persona
buena
gente
- Neutro
poco
atractivo
(a)
feo (a),
feíto (a)
cosa
horrible
hediondo
(a)
moco
ceba
gurre
La definición de gurre es: «persona fea, sin gracia», «mujer que carece de
belleza física», «mujer feísima».
Con relación a las formas observadas en este breve informe se puede concluir
que existe una tendencia a la innovación lingüística –«… la comunidad lingüística
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es libre para introducir signos nuevos y para abolir signos antiguos…»–,10 y ésta,
creo, es la tendencia de todo hablante de una lengua; sin embargo, es bien cierto
que son los jóvenes los que activan constantemente el cambio introduciendo nue-
vas palabras, tomando préstamos de otras lenguas, tomando términos en desuso y
dándoles nuevos matices de sentido, rompiendo con expresiones tabú, ampliando
las gamas terminológicas de la norma.
10 Louis HJELMSLEV, El lenguaje, Madrid, Gredos, 1971.
Bibliografía
CARRASCO, José Luis, FUENTES, Constanza, MOSCOSO, Tatiana y OROZCO, Karen. «Va-
mos a calentar ese pan». Informe final, curso de Lingüística I, mayo de 2004.
HJELMSLEV, Louis. El lenguaje. Madrid, Gredos, 1971.
HOYOS, Suzanne y MEJÍA, Natalia. «Guión. Preparación para la rumba», Informe
final, curso de Lingüística I, Diversidad Jorge Tadeo Lozano, 2003.
MONTES GIRALDO, José Joaquín. Dialectología general e hispanoamericana. Bogo-
tá, Instituto Caro y Cuervo, 1987.
MORENO FERNÁNDEZ, Francisco. Principios de sociolingüística y sociología del len-
guaje. Ariel, 1998.
ROMERO PADILLA, Augusto. Juan Lanas o vida de pueblo. Bogotá, Librería Salesiana,
1938.
SALAZAR, Alonso. No nacimos pa’ semilla. Cinep, 1998.
VALDERRAMA, Gonzalo. «La tía Cuchibarbie». En revista Soho, diciembre de 2003.