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Cਕਁਅਏਓ ਅ ਏਓ Aਉਇਏਓ ਅ ਏਓ Mਕਓਅਏਓ ਅ Oਓਕਁ, .º 18|| ISSN 1697-1019 ||2016 69
EL TEATRO ROMANO DE URSO RESURGE:
NUEVA IMAGEN A PARTIR DE NUEVAS TÉCNICAS
Por
J I R C1
Conservador del Patrimonio Histórico
Junta de Andalucía
A J H2
Arqueólogo
Islamischekunstgeschichte und Archäologie
Otto-Friedrich Universität Bamberg
El1 uso2 de nuevas tecnologías aplicadas al patrimonio
arqueológico como son el escáner láser combinado
con la prospección geofísica (tomografía eléctrica y
georradar), ambas de bajo costo y nulo impacto sobre los
bienes, ha permitido que se haya podido defi nir la forma del
teatro romano de Osuna3. Ello debe servir de base para una
1 Miembro del Grupo de Investigación «De la Turdetania a la Bética»
(HUM-152), de la Univ. de Sevilla (josei.ruiz@juntadeandalucia.es).
2 ajharqu@yahoo.es
3 Los trabajos de escaneado láser del teatro fueron realizados mediante unas
prácticas de la empresa TCA Cartografía y Geomática S. A. en abril de
2015. En cuanto a la prospección geofísica, fue ejecutada en los últimos
meses del mismo año por el Instituto de Geofísica de Andalucía depen-
diente de la Universidad de Granada, quien contactó con nosotros para
llevarla a cabo, y fue sufragada por el Ayuntamiento de Osuna. En cual-
quier caso estos trabajos no se habrían podido realizar sin las facilidades y
buena disposición ofrecida por el propietario de la fi nca en la que se ubica
posterior planifi cación de su futuro en todos los ámbitos de
la tutela del patrimonio, es decir, en su investigación, conser-
vación y difusión4.
La intención del presente trabajo no es otra que, apartán-
donos de cuestiones excesivamente técnicas, poder ofrecer,
como punto de partida, un panorama del estado de los co-
nocimientos y de la visión gráfi ca que teníamos del monu-
mento con carácter previo a la realización de estos trabajos;
el teatro, Manuel Luis Cruz, y su familia. Por tanto, queremos agradecer
al Ayuntamiento de Osuna, a TCA y a la propiedad de los terrenos que
esta tarea de investigación, que ha redundado en un mejor conocimiento
de uno de los monumentos más singulares de nuestro patrimonio, se haya
podido efectuar.
4 Para un mayor abundamiento en las actuaciones realizadas recientemente
en el teatro romano de Osuna, véase: Jiménez Hernández et alii (2016,
en prensa).
1. S U ( J H Rਕਔਁਓ ਅ Tਅਁਔਏ ਅ
Aਁਕਃਮਁ: ://..////_50. [02/09/2015]).
J I. R C y A J H El teatro romano de Urso resurge..., pp. 69-80
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dar una somera descripción de estos; y las conclusiones que
se han podido alcanzar a partir de los resultados obtenidos
de tal manera que se obtiene una nueva concepción visual
del teatro.
1. E
El teatro romano es el edifi cio de mayor entidad de los que
han llegado hasta nuestros días de la antigua colonia Gene-
tiva Julia. Se ubica en la ladera oriental de un pequeño pro-
montorio rocoso en medio de una vaguada que conforman
las tres principales elevaciones en torno a las que se ha ido
desplazando a lo largo de la historia la ciudad de Urso-Osuna
(cerro de Las Canteras, cerro de La Quinta y cerro de Los Pa-
redones) (fi g. 1). En su entorno inmediato debió encontrarse
el foro, posiblemente en el espacio llano que se sitúa al norte
y donde en el siglo se encontraron parte de las tablas de
bronce de la Lex coloniae Genetiuae Iuliae. A la espalda del
teatro, en el lugar más elevado de este promontorio, pudo
disponerse alguno o algunos de los templos de la colonia,
según se ha propuesto recientemente (R C 2016:
537-538).
Sin embargo, hasta hace poco tiempo, el teatro era un mo-
numento escasamente conocido y divulgado en la literatura
científi ca, a pesar del interés general que suscitan los edi-
fi cios de espectáculos romanos. Afortunadamente, esta si-
tuación comienza a revertirse y en los últimos años algunas
publicaciones le han prestado atención, principalmente en
obras de recopilación de teatros romanos (J 2005: 409-
413; S 2006: 263-264; V V 2008: 218;
R G 2011: 370-371)5 y desde el punto de
vista historiográfi co (R C 2008; R C y P-
R 2012) y de la protección jurídica de los bienes
patrimoniales (G T G 2010).
A pesar de este reciente interés, aún existía un grave défi -
cit en cuanto a su conocimiento y es que la única plasmación
«planimétrica» disponible era antigua y contenía enormes
imprecisiones. Con este panorama, y ante la falta de exca-
vaciones arqueológicas, resultaba extremadamente compli-
cado avanzar en el conocimiento de este edifi cio. De ahí el
interés que concita la documentación que se presenta en el
presente trabajo.
* * *
* * *
Como quiera que en otras publicaciones se ha expuesto el
conocimiento sobre la historia de las investigaciones relati-
vas a este teatro (R C2008; R C y P
R 2012; J H et alii 2016, en prensa),
a continuación tan sólo se van a indicar los aspectos más rele-
vantes y aquellos relacionados con su documentación gráfi ca.
Las primeras noticias conocidas se encuadran dentro de la
segunda mitad del siglo , aunque no dejan de ser breves
referencias. Destaca la de Demetrio de los Ríos, quien realiza
una somera descripción y valoración de sus restos emergen-
tes tras una visita al yacimiento efectuada en los primeros
días de julio de 1876 (R S 1880: 273). También
hay que recordar un intento frustrado de excavación del tea-
tro por parte de la efímera Sociedad Arqueológica de Exca-
vaciones de Osuna en el año 1887 (R O 1999: 631;
S Á 2002: 75).
Pero la primera aportación de mayor interés se debe a uno
de los pioneros de la arqueología en el suroeste peninsular,
Jorge Bonsor, con motivo de una visita a Osuna en la que
pudo reconocer y documentar los restos del teatro, además de
otros elementos arqueológicos de Urso. Ésta bien pudo haber
coincidido con la que indica que fue su primer encuentro con
5 Véase también la información ofrecida en el portal web Rutas del Teatro
en Andalucía de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (para
el teatro de Osuna véase: http://www.juntadeandalucia.es/cultura/rutas-
teatro/es/01_TR_42.html [consulta 29/07/2016]).
Osuna en 1885, acompañado de Antonio M.ª Ariza (P et
alii 1926: 198). Lo más destacado de lo que trasmitió Bonsor
sobre el teatro es lo siguiente (B 1887: 155-158):
El teatro, que se encuentra á algunos pasos de estos
modernos edifi cios[Universidad y Colegiata], es muy
semejante al de Acinipo (Ronda la vieja), aunque qui-
zá cuatro ó cinco metros mayor. La parte ocupada por
los espectadores, la cávea, estaba al Oeste, y la escena,
naturalmente, al lado opuesto. La entrada y salida del
público, ó sea los que gozaban de derecho de sentarse en
la orquesta, entraban por ambos lados de la escena. La
cávea estaba tallada en la roca, en tanto que la escena
era de construcción. El diámetro exterior del hemiciclo
de la cávea alcanza 50 metros aproximadamente; el de
Ronda la vieja 45; el de Sagunto 102, y el de Clunia 64
metros.
La parte todavia visible del teatro de Osuna se en-
cuentra en muy mal estado. Las gradas hállanse dete-
rioradas; y la escena, que sobresale bien poco de la su-
perfi cie del suelo, desaparecerá muy pronto. Hoy apenas
se ve más que un misterioso semicírculo de rocas, per-
dido, por decirlo así, en medio de un inmenso campo de
trigo. Si nos sentamos en una de las escasas gradas que
asoman en el suelo, distinguimos á la izquierda, y á la
distancia de 56 metros, el camino de Granada, que debe
ser la antigua vía que iba de Híspalis á Ilíberis: esta vía,
que pasaba por Osuna, atraviesa una necrópolis romana
llamada vulgarmente Las Cuevas.
[...]
Poco á poco, y guiados por la imaginación, nos trans-
portamos á los tiempos pasados, hasta el punto de pa-
recernos ver surgir por encima de la escena la colina
de la necrópolis, sembrada aquí y allá de monumentos
funerarios que se descubren á través de los numerosos
mausoleos y del humo de las piras.... Un mimo con su
traje clásico atraviesa la escena; pero ¡ay! Que bajando
la vista al proscenio, no podemos prolongar la ilusión.
En vano buscamos la orquesta.... nos esforzamos y.... la
realidad se nos aparece en toda su desnudez. La orques-
ta, ese hemiciclo privilegiado de los romanos, ese puesto
de honor destinado á los grandes y personas infl uyentes
de la colonia, orgullo de cada cual, se encuentra hoy
bajo inmensa capa de tierra....
Pero para lo que nos atañe lo más interesante es que esta
descripción se complementa con un pequeño croquis que
realizó Bonsor y que se custodia entre sus documentos per-
sonales en el Archivo General de Andalucía6. A pesar de su
excesivo esquematismo (fi g. 2), su importancia reside en que
es la primera representación gráfi ca conocida de este teatro
(P R R C 2006a: 181-182; R
C 2008 254). Parece evidente que el propio estado de
deterioro del edifi cio, junto al nivel de soterramiento exis-
tente, le impidieron una mayor precisión, que sí se aprecia
en condiciones documentales más favorables como cuando
registra las cercanas cuevas funerarias. Tan sólo señala con
un semicírculo el trazado de la cavea, junto a una línea casi
horizontal en la que se trata de representar el frente del pros-
cæsnium y sobre él la palabra «Necropolis» (indicando así
la orientación del teatro respecto del antiguo cementerio).
Sobre la parte abierta del semicírculo se insertan los puntos
cardinales y la cifra 37,70, mientras que próxima a la línea
del frente de la escena se dispone una cuenta en la que a esta
misma cantidad de 37,70 se suma 12, dando como resultado
49,70, y junto a esta se escribe 50. Estos datos pueden in-
terpretarse como medidas en metros de la siguiente manera:
al diámetro interior de la grada (37,7) se suma el ancho de
ésta (12) para obtener el diámetro total del teatro (49,70),
6 A.G.A., Fondo Jorge Bonsor, Documentos, Leg. 12, p. n.º 3, fol. 2.
El teatro romano de Urso resurge..., pp. 69-80 J I. R C y A J H
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que, redondeando, ofrecerían la cantidad total 50 m de diá-
metro para el teatro de Osuna, que indicaba Bonsor en su
descripción.
Más adelante, en 1903, a la vez que Arthur Engel y Pierre
Paris ejecutaban sus trabajos arqueológicos junto al camino
de San José, un grupo de afi cionados locales realizaba unas
excavaciones en el teatro que fueron califi cadas por los fran-
ceses como «desordenadas», puesto que cada día había de
ver este bello campo de excavaciones saqueado sin ningún
proyecto para la ciencia ni el arte. Concretamente: Las exca-
vaciones desordenadas del teatro, en el pillaje al que hemos
podido asistir durante nuestra estancia en Osuna, son muy
instructivas en este sentido; en ellas se han encontrado tam-
bores de columnas revestidas de revoco con mucho grano
menudo, con la superfi cie hábilmente pulida, capiteles co-
rintios en los que todas las hojas, de modelos muy delicado
y ejecución detallada, eran de estuco, además fragmentos
de cornisas, molduras y placas de revestimiento y losas de
mármol, así como fragmentos de inscripciones, lucernas y
la estatua de un «efebo» (E y P 1906: 375 y 392;
traducción en E y P 1999: [20] y [37]). Esta misma
información es completada y ampliada posteriormente en los
Promenades de Pierre Paris: Son los restos del teatro romano
los que el viejo Escacena, ignorantemente, saqueaba hace
cuatro años, con el pretexto de unas excavaciones, en el ce-
rro de la Quinta, en el solar de Blanquel. Los cimientos del
escenario y de la orchestra, que tan bien hubieran permitido
leer el plano de este importante edifi cio, fueron brutalmente
demolidos y se perdieron a pesar de la masa de sus enor-
mes asientos. Elegantes y ricos capiteles corintios, de hojas
fi namente acabadas con hábiles apliques de estuco pulido,
fueron arrancados duramente del suelo y abandonados sin
cuidado, sin protección en los escombros. Cientos de frag-
mentos de inscripciones curiosas, en particular placas que
marcaban las plazas reservadas o alquiladas, monedas, toda
clase de objetos pequeños, fragmentos interesantes de escul-
turas, incluso un bonito torso de efebo y una elegante cabeza
de mujer, se recogieron en desorden, y se llevaron no se sabe
dónde (P 2009: 63-64). En el verano de 1912 Bonsor lo-
calizó el torso y lo adquirió con vistas a su posterior venta
a la Hispanic Society of America de Nueva York, si bien fi -
nalmente se quedó en su colección particular en Mairena del
Alcor, como se verá.
En este mismo sentido se pronuncian las noticias de pren-
sa aparecidas en el semanario local El Paleto durante 1903.
Respecto a las excavaciones en el solar del teatro indica que
se descubrieron numerosas placas de mármol (El Paleto, n.º
53, 9 de agosto de 1903, p. 3), algunas con inscripciones, e
incluso hay referencias al hallazgo de un elemento escultó-
rico, que debe corresponder al efebo: No ha tenido tampoco
mala fortuna en la anterior semana el Sr. Escacena, actual
dueño de este solar y autor de las excavaciones que en él
se practican, por cuanto ha encontrado algunos hermosos
capiteles de columnas, bien que labrados en sillar; y según
nos dicen, ha hallado asimismo el cuerpo de una estatua de
hombre hecha de mármol; pero nos ha sido imposible ver
dicha estatua, porque solicitado permiso para ello del Sr.
Escacena, éste se ha negado rotundamente a enseñarla (El
Paleto, n.º 54, 16 de agosto de 1903, p. 2), así como diver-
sas construcciones de carácter hidráulico (cfr. Salas Álvarez,
2002, 89-93).
Que se tenga constancia, de entre todos los objetos halla-
dos durante las excavaciones de 1903 tan sólo ha subsistido
con seguridad hasta la actualidad la escultura de mármol del
efebo7 que se custodia en la Casa-Museo de Bonsor sita en
el castillo de Luna de Mairena del Alcor. La estatua no con-
serva las extremidades superiores ni inferiores, a partir de las
articulaciones a excepción del brazo izquierdo –conservado
hasta la mano–, mientras que la cabeza y el torso se encuen-
tran separados. Ambas piezas no encajan y pertenecen a los
cuerpos de un niño y de un joven respectivamente; además,
las proporciones anatómicas de la primera son mayores que
la del segundo, el tipo de mármol es diferente y en la parte
baja trasera del cuello de la cabeza, se atisban restos de una
vestidura (B F 2008: 535-536).
En el epistolario de Bonsor hay varias referencias a la es-
tatua. Las cartas están fechadas entre 1912 y 1913 y se rela-
cionan con un intento de venta a Huntington para la Hispanic
Society of America, aunque éste no aceptó la compra (M
A 1999: 194, carta n.º 157). De este modo, la escultu-
ra debió terminar por formar parte de la colección privada de
Bonsor, donde se dispuso sobre una base de mármol y aña-
diéndole la cabeza infantil encontrada junto a un importante
7 Véase: B F 2008: 533-538; R C y P R
2012: 50-53.
2. P O.
D G B
(A.G.A., J B, D, L. 12, . .º 3, 2). 3. U
E P (1906: . I)
1903
(P R, P M R 1999: . 1).
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lote de esculturas romanas en un cercano pozo tras el propio
teatro, también recuperadas el año 19038.
José Beltrán atribuye al torso una datación de época antoni-
niana, mientras que la mayoría de las esculturas recuperadas
de ese pozo serían de época julio-claudia (B F
2008: 537). No obstante, con independencia de estas adjudi-
caciones cronológicas y estilísticas, lo más interesante es que
esos períodos que se le adjudican a la estatuaria estudiada
corresponderían plenamente con parte del periodo de uso que
puede presumírsele al teatro o a su entorno inmediato, en el
que se encontraba el foro. La procedencia de diversas piezas
escultóricas tampoco chocaría con lo habitual en la decora-
ción del escenario de los teatros romanos (en el caso de que
procediera de éste), donde era habitual la proliferación de
elementos plásticos repartidos por los espacios arquitectóni-
cos que conformaban la escena9.
Para terminar con la información relacionada con los des-
cubrimientos realizados en Osuna en 1903 cabe señalar que
en la memoria de resultados de las excavaciones de Engel y
Paris, en la pl. I se señala el lugar de ejecución de sus trabajos
en el contexto de los principales caminos del lugar y de otros
hallazgos y estructuras emergentes. Entre ellas, y mediante
dos gruesos trazos semicirculares abiertos en dirección nores-
te, se señala la ubicación del teatro, y, justo a su espalda, otros
elementos bajo el rótulo «Puits et machine hydraulique» y
«Reservoir», que pueden entenderse como «Pozos y máqui-
na hidráulica» y «Depósito», respectivamente. Estos podrían
corresponder con un pozo de grandes dimensiones que actual-
mente se conserva al sur de la estructura hidráulica romana
que hay justo a la espalda del teatro y del que deben proceder
las estatuas aludidas. Su distribución y orientación no coinci-
den exactamente con las estructuras a las que nos referimos,
pero dada su ubicación y su alusión a una funcionalidad re-
lacionada con el agua resulta bastante probable de que así se
trate (P R y R C 2006b: 49-50).
Por otra parte, en la Bibliothèque de l’Institut de France10
se ha conservado el plano original anotado por Engel del que
se confeccionó el que se acaba de comentar. Evidentemen-
te, la información es prácticamente idéntica, aunque en este
caso sobre el teatro se señalan de una manera más gráfi ca las
gradas al trazarse cuatro semicírculos concéntricos, mientras
que una línea recta marca la escena, ausente en el plano de-
fi nitivo (fi g. 3).
Pero hasta la realización de los nuevos trabajos que se co-
mentarán más adelante, la referencia más completa que hay
sobre el teatro, que además se acompañaba de un pequeño
8 Véase: B F 2008: 519-538; R C 2016: 527-538.
9 En el Museo Arqueológico de Osuna se conserva una mano de mármol que
fue hallada casualmente en la zona de la escena hace algunos años, lo que
hace pensar que a pesar de todas las vicisitudes por las que ha pasado el
solar aún se esperar obtener resultados positivos en futuras indagaciones
sobre el terreno.
10 Bibliothèque de l’Institut de France, Fond León Heuzey, Ms. 5777, París
(cfr. P R, M P y R 1999: fi g. 1).
plano (fi g. 4), es la de Raymond Thouvenot contenida en su
ensayo sobre la Bética romana (T 1940: 438-440).
Conviene señalar que aunque el texto y el plano contienen
algunas inexactitudes, su autor está contemplando una por-
ción mayor del monumento de la que actualmente se puede
apreciar:
El de Osuna estaba excavado en el fl anco de la colina,
fuera de las murallas11. El hemiciclo se abría hacia el
este, como el de Ronda la Vieja; tiene un diámetro de
32’50 m, según D. de los Ríos. Hemos reconocido aún
las huellas de seis gradas y de tres moeniana. El moe-
nianum superior se apoyaba sobre un muro semicircular
de relleno. En la planta de lo alto, un poco hacia atrás
de la última grada, se encuentra un edifi cio igualmente
de relleno gris, tal vez una cisterna que servía para las
sparsiones (tiene 3’50 m de ancho y 17 m de largo, pro-
visto de un parapeto en su extremidad norte y sus muros
aún tienen 1’70 m de altura). Delante del muro de base
de la escena, se ve todavía el arranque de una fosa que
no puede ser sino aquella en la que se metía el telón. Tal
vez habría que asignar a la maquinaria unos profundos
agujeros, de 0’65 m de ancho, que se encuentran al lado.
Estaríamos entonces en presencia de un sistema análogo
a los de Arlés y de Timgad.
A la derecha de la orquesta (para quien mira la es-
cena), partía un corredor, que tiene unos veinte metros,
al sur; desembocaba en un pequeño edifi cio en un nivel
más bajo; se bajaba a él por una escalera de dos me-
tros de ancho. Si el corredor daba ciertamente acceso
a las partes bajas de la sala, no se ve para qué servía
este pequeño reducto tan alejado. Solamente unas ex-
cavaciones nos enseñarían qué papel desempeñaba en
el conjunto.
La decoración de mármol era muy rica, pero lo que
quedaba ha desaparecido a principios de este siglo,
transformado en cal por un ávido empresario. Ya no
queda sobre el lugar más que algunos capiteles corin-
tios en pésimo estado, que han pertenecido a columnas
enteras o integradas en un muro12.
En cuanto al plano que ilustra este texto, como se ha dicho,
posee algunos errores tales como que a la escena del teatro se
le atribuye una orientación norte-sur, cuando en realidad se
inclina 33º hacia el oeste. Además la rosa de los vientos tiene
invertidos los polos norte y sur. Ello lleva a que el depósito
que se encuentra a las espaldas del teatro se encuentre igual-
mente invertido respecto a su posición real. Pero a pesar de
todo ello, este suponía, hasta ahora, el plano más detallado
que se poseía del teatro romano de Osuna.
A continuación hay que recoger la primera imagen foto-
gráfi ca que conocemos sobre el teatro. La vista se conserva
en la Fototeca del Laboratorio de Arte de la Universidad de
Sevilla y fue tomada el 22 de junio de 1957. Aunque la pers-
pectiva no es muy buena, en ella se aprecia un elevado grado
de colmatación.
La producción de fotografía aérea, principalmente a par-
tir de mediados del siglo , también va a dejar interesantes
vistas del teatro como la que se puede observar en la fi g. 5,
puesto que la zona aparece bastante menos transformada que
en la actualidad.
Otras referencias historiográfi cas más recientes se deben a
Ramón Corzo y Juan Campos quienes contextualizan el tea-
tro dentro del ámbito geográfi co del yacimiento de Urso de
un modo gráfi co y textual (C S 1977: 9-10 y fi g.
1; C C 1989: 109-110 y fi gs. 1 y 4).
11 Este dato es erróneo, probablemente esté confundiendo la muralla medie-
val, de la que efectivamente se encontraría extramuros, con la de época
antigua.
12 Traducción de Miguel Díaz.
4. P O
T (1940: . 47).
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Con los datos expuestos resulta complicado realizar un
acercamiento a la cronología del teatro. En este sentido tan
sólo se puede indicar que la mayoría de investigadores pro-
ponen la época augustea, aunque sin explicitar en base a
qué criterios; tan sólo se indica que es la misma fecha que
la de una gran mayoría de los teatros de Hispania (J
S 1993: 233; J S 1994: 68; C
R y P S 1997: 195; R A:
2003, 142). Por su parte, Brita Jansen argumenta que en esta
misma fecha se hacían capiteles estucados, pero su existencia
no son un argumento defi nitivo (J 2005: 413). Otros,
directamente no se atreven a proponer cronología alguna
para el teatro de Osuna (S 2006: 263-264; A 2011:
941). En cuanto a las referencias contenidas en la Lex colo-
niae Genetivae Iuliae –documento que fue encontrado preci-
samente a unos 100 m al norte del teatro– tampoco resultan
defi nitivas (R G 2004: 422; R
G 2011: 341-342), puesto que el contenido de este
documento jurídico debió redactarse en Roma sin tener en
cuenta las particularidades concretas de la localidad a la que
se iba a otorgar. Además, en la propia Lex se hace referen-
cia a la celebración de espectáculos gladiatorios y circenses,
y sin embargo no existen, o no se han podido detectar con
claridad hasta el momento, las trazas de los edifi cios corres-
pondientes13.
En la actualidad sólo pueden apreciarse sobre el terreno
unas seis o siete fi las de gradas del teatro, puesto que se ha
producido una importante colmatación del espacio. Sin em-
bargo, este relleno posiblemente haya podido contribuir para
13 Véase: R C 2016: 569-579.
5. I 1962.
6. V
( J. R, O).
mantener la conservación de las gradas más bajas, así como
de la orquesta y el escenario.
Otro detalle que actualmente se puede apreciar es que en
algunos de los escalones se observan, asociados a ellos en
pares, una serie de cavidades de forma cuadrada/rectangular
similares a las documentadas en el teatro de Itálica, aunque
en el caso de Osuna no se aprecia la existencia de la abertura
en la parte vertical de la grada. Este tipo de cavidades han
sido interpretadas en otros casos como huellas para postes de
un toldo o velum que cubriera la cavea de tal modo que pro-
tegiese a los espectadores de del sol (R G
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2004: 84-87 y 105). Otra posibilidad es que sirviesen para
soportar alguna clase de balaustrada. Sin embargo, ninguna
de estas interpretaciones se puede considerar defi nitiva (J-
2005: 412).
2. J ,
El conocimiento, adquirido a través de la investigación
científi ca, es una condición indispensable para la adecuada
protección y conservación del patrimonio histórico y arqueo-
lógico. Como hemos visto en el teatro romano de Osuna, a
pesar de ser reconocido ya desde fi nales del siglo , es una
auténtica incógnita, tanto es así que suele ser olvidado en
las referencias a los teatros romanos de Hispania. Hasta el
momento de la realización de los nuevos trabajos carecíamos
de información clara sobre su forma, dimensiones, capacidad
o estructura por la sencilla razón que nunca se han realizado
estudios arqueológicos científi cos sobre el monumento.
Es más, uno de los pocos planos levantados de las estruc-
turas del edifi cio, el de Thouvenot (fi g. 4), no le hace muchos
méritos al teatro, refl ejando mal sus verdaderas dimensiones
y su carácter monumental, que queda patente en las referen-
cias al hallazgo de elementos arquitectónicos, estatuas mar-
móreas y pavimentos con inscripciones también de mármol.
Así, en el mes de abril del pasado 2015 se realizaron unas
prácticas con escáner láser, un Scanstation C10 de Leica, por
parte de la empresa TCA Cartografía y Geomática con la fi -
nalidad de aportar una documentación gráfi ca precisa de los
restos emergentes del teatro y la topografía del solar circun-
dante como paso previo e indispensable para el conocimiento
de su geometría.
A partir de esta nube de puntos se pudieron conocer las
líneas generales de su forma, estructura y dimensiones, que
difi eren mucho de la imagen que hasta ahora se tenía del
teatro (fi g. 7). Ello permitió defi nir el esquema geométrico
generador e hipotetizar, a partir de él, sobre su forma y ta-
maño reales.
Hace poco, ante una situación muy similar en el teatro
romano de Carteia (San Roque, Cádiz), uno de nosotros
dirigió una prospección geofísica realizada por el Instituto
de Geofísica de Andalucía, dependiente de la Universidad
de Granada, destinada a cubrir los mismos objetivos aquí
planteados: defi nir el tamaño, la forma, su estructura, im-
plantación en el terreno y topografía, y diseño geométrico
(J H et alii 2015). Para ello se combina-
ron dos técnicas que se mostraron muy efi cientes, a saber, la
tomografía eléctrica y el georradar. Los trabajos realizados
consistieron en una prospección geofísica, que como técnica
no destructiva ni invasiva, no implica excavación arqueo-
lógica, recogida de muestras, ni estudio de materiales. El
objetivo principal era que los resultados pudieran servir de
base para un futuro proyecto general de investigación que
abordase en profundidad el estudio del edifi cio. También es
una herramienta de gestión que permite obtener datos para
una efi ciente planifi cación de actuaciones, enfocadas a la
conservación del edifi cio, para su puesta en valor e integra-
ción en un circuito de visitas.
Ante los buenos resultados obtenidos en Carteia, se optó
por repetir la experiencia en Osuna. De este modo, en los
últimos meses de 2015 se ejecutó una actividad arqueoló-
gica puntual cuyos objetivos específi cos consistieron en:
delimitar la orchestra, el frons pulpiti y las basilicae del tea-
tro; atestiguar las dimensiones generales del edifi cio y de las
principales partes que lo conforman, especialmente la cávea,
edifi cio escénico y pórticos; analizar el sistema de accesos al
teatro; restituir su planta e inferir el diseño geométrico con
el que se trazó el edifi cio; y defi nir cómo se implantó en el
terreno, y contrastar qué partes fueron soterradas y cuáles
construidas sobre la superfi cie.
La metodología aplicada en esta campaña de prospección
geofísica es la que se resume a continuación.
2.1. Perfi les de tomografía eléctrica
Un perfi l eléctrico o una tomografía eléctrica (Electrical
Restivity Tomography o ERT) es una técnica de investiga-
ción no destructiva orientada a la obtención de imágenes de
resistividad 2D del interior del subsuelo. El método consiste
en medir la resistividad aparente del terreno con un disposi-
tivo compuesto de cuatro electrodos: dos que inyectan co-
rriente (C1 y C2) y dos (P1 y P2) que miden la diferencia de
potencial que se genera. Los electrodos están separados entre
sí ciertas distancias predeterminadas.
El lugar al que se refi ere la medición se sitúa en el punto
medio de los electrodos de potencial, y la profundidad es
función de las distancias interelectródicas. De este modo, al
ir cambiando la situación de los electrodos a lo largo de un
perfi l, se van obteniendo sucesivas medidas de resistividad
aparente para una profundidad determinada. Si, posterior-
mente, se recorre el mismo perfi l con diferente separación
de electrodos, se obtienen lecturas que corresponden a otro
7. P
O (TCA C G).
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nivel de profundidad. El procedimiento normal consiste en
recorrer el perfi l con una separación de electrodos deter-
minada para obtener lecturas correspondientes a una cierta
profundidad y realizar sucesivas pasadas con diferentes se-
paraciones de electrodos.
En el teatro de Osuna los electrodos se colocaron a 1 m de
intervalo. En estas condiciones la longitud total del dispositi-
vo fue de 40 m, de modo que el sistema se fue trasladando su-
cesivamente hasta cubrir la distancia deseada. Se realizaron
tres perfi les de resistividad alcanzándose longitudes de 107
m para el perfi l 1, y 100 m para los perfi les 2 y 3.
2.2. Exploración georradar
El radar de subsuelo (georradar o GPR) es una de las
modalidades de prospección geofísica más frecuentemente
utilizadas en la detección de estructuras sub-superfi ciales.
Dentro de esta técnica, el método de prospección de perfi -
les de refl exión es el más usual en la adquisición de datos y
consiste en desplazar una antena que emite pulsos de energía
electromagnética en la banda de radio-frecuencia. Dichos
pulsos viajan hacia el interior del terreno en forma de ondas
electromagnéticas y parte de la energía que transportan se re-
fl eja en las superfi cies de discontinuidades electromagnéticas
encontradas, originadas por cambios de materiales y también
por cambios en el contenido en agua dentro de unos mismos
materiales.
Para que estas ondas se refl ejen es necesario que exista
un contraste notable en un parámetro denominado constante
dieléctrica entre los dos materiales en contacto. Si esto no
ocurre, no hay refl exión; de modo, que puede haber un con-
tacto entre dos materiales de aspecto radicalmente diferen-
te a simple vista, pero que por tener valores similares de la
constante dieléctrica no devuelve energía y son tomados por
un material único. Lo contrario también puede ocurrir: un
mismo material puede tener un distinto valor de constante
dieléctrica en función de su contenido en fl uidos (agua o con-
taminantes líquidos).
Por supuesto, si las estructuras y el material de derrumbe
son el mismo, las imágenes que se obtienen son las corres-
pondientes a estos dos conjuntos, es decir se ve una mor-
fología que será la del derrumbe dentro del cual está la es-
tructura, pero no se aprecia la geometría de dicha estructura.
La profundidad de penetración y la resolución dependen de
las características del terreno y de la antena empleada. La
profundidad disminuye al aumentar la conductividad del te-
rreno; también lo hace al aumentar la frecuencia central de la
antena. Si se emplean antenas de mayor frecuencia se obtie-
ne más resolución y menor profundidad de penetración, y al
contrario al disminuir la frecuencia.
3. R
Los resultados de la prospección geofísica cubrieron los
objetivos planteados y las expectativas previas a su realiza-
ción. A continuación se detallan los resultados de cada una de
las actuaciones realizadas y su interpretación en el contexto
general del teatro romano de Osuna.
3.1. Perfi les eléctricos
ERT-1
El ERT-1 tenía como objetivo obtener un perfi l, una sec-
ción de las estructuras soterradas, en el eje longitudinal del
teatro, sobrepasando los límites de la cávea al noreste y del
edifi cio escénico al suroeste, para saber, de un lado, si el lí-
mite de la cávea era el conocido o si tenía otras estructuras
adosadas y, de otro, delimitar el posible cuadripórtico tras el
escenario.
La gama de colores del perfi l muestra, en tonos azules, las
margas y arcillas del sustrato; en tonos verdosos, las arenis-
cas, y, en tonos amarillos y rojizos la roca de base y los silla-
res y elementos pétreos que indican la presencia de estructu-
ras arquitectónicas o sus escombros (fi g. 8).
8. P (ERT).
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Este perfi l tuvo una longitud de 108m con punto de origen
en el oeste. Los primeros 18 m mostraron el graderío del tea-
tro profundizando en el subsuelo hasta cerca de 4 m, donde
comienza la orchestra. Sobre ella se detecta una abundante
cantidad de escombros. A los 30 m se detecta un hueco relle-
no de material suelto que correspondería a la subestructura
de la escena. A los 36 m, la roca sube abruptamente hasta
alcanzar la cota de superfi cie correspondiendo a los funda-
mentos del frente escénico. Esta cota se mantiene práctica-
mente inalterada en todo el espacio trasero correspondiente
al postscaenium y al pórtico postscaenam que parece tener
su límite noroeste en torno a los 94 m, punto en el que la
pendiente empieza a descender.
ERT-1 ha permitido delimitar la orchestra, con unas di-
mensiones de unos 9-10 m de radio y conocer que se en-
cuentra a una profundidad entre 3,5 y 4 m. Asimismo, se ha
determinado la existencia de una gran planicie tras el esce-
nario que correspondería al pórtico detrás de la escena, con
una longitud cercana a los 50 m. Su superfi cie se obtuvo ta-
llando la roca natural a unos 4 m por encima de la cota de la
orchestra.
ERT-2
ERT-2 se situó tras el teatro en una dirección paralela al
edifi cio escénico y su función era certifi car la presencia de un
porticuspostscaenam. Los resultados confi rmaron esta hipó-
tesis preliminar. Sin embargo, las estructuras excavadas en la
roca no han permitido su distinción nítida aunque pensamos
que el pórtico meridional se encuentra entre los 4 y 12 m del
perfi l. La plaza se desarrolla entre los 12 y 58 m, mientras
que el pórtico septentrional se cimenta en las irregularidades
detectadas entre los 58 y 67 m, punto en el que la pendiente
empieza a caer de manera acusada.
ERT-3
ERT-3 se situó en el eje de entrada por los itinera, en el eje
transversal del teatro para conocer si al exterior del edifi cio
se mantuvo la misma cota de la orchestra o si, por el contra-
rio, ésta era superior y los accesos se hicieron escalonados
mediante rampas o escaleras para salvar la diferencia de co-
tas, hecho constatable en numerosos teatros como ocurre, a
modo de ejemplo, en el teatro de Baelo Claudia.
El perfi l eléctrico alcanzó una longitud de 60 m en senti-
do sureste-noroeste. Los resultados muestran una plataforma
horizontal 2 m por debajo de la cota de referencia (2 m por
encima de la cota hipotética de la orchestra) que se mantiene
hasta los 7 m en que empieza a descender hasta la orchestra.
No obstante, se han detectado numerosas anomalías con ma-
teriales de cierta densidad que se pueden interpretar como la
presencia de abundante escombro sobre el pasillo de entrada
del aditus meridional y la propia orchestra. El mismo pano-
rama observamos en el aditus opuesto, aunque en este caso
el perfi l no llegó hasta el extremo de la fachada, que se halla
en la fi nca limítrofe.
3.2. Georradar (fi g. 9)
Una vez obtenidas las secciones longitudinales y transver-
sales del edifi cio, se procedió a situar un total de seis sectores
de georradar con el fi n de complementar la información ob-
tenida con los perfi les eléctricos y a solventar los objetivos
propuestos tales como conocer el tamaño real del edifi cio,
su diseño geométrico, la forma de la orchestra y de las ba-
silicae.
Radar-1
Radar-1 se proyectó para defi nir el tamaño, forma y ubica-
ción de la orchestra. Los resultados fueron concluyentes. En
el radargrama de base, a 4 m de profundidad se observa su
forma semicircular y el muro perteneciente al frente del es-
cenario junto a las gradas anchas de la prohedria. También se
detecta una abundante cantidad de escombro de gran porte,
junto a elementos cilíndricos que podrían indicar la presencia
de fustes de columnas. En general, parece que las estructuras
se encuentran en buen estado aunque son perceptibles algu-
nas alteraciones producto del expolio.
Radar-2
Se situó en el costado meridional de la cávea con la fi nali-
dad de contrastar los límites del graderío por este sector, de-
limitar la fachada y conocer las cotas exteriores del edifi cio.
La fachada se detecta de manera muy difusa dado que está
tallada en la roca y parece que todo su alzado ha sido sa-
queado. Además, las cotas exteriores son muy similares a las
actuales por lo que no es posible certifi car su delimitación
9. P .
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exacta. Junto al supuesto muro de fachada se muestra una
escalera para subir desde el aditus meridional hasta el pasillo
que daría acceso al graderío. Junto a esta escalera se ha de-
tectado una profunda excavación debida al uso como cantera
de este espacio o a la construcción de una cuadra como ocu-
rre en el graderío septentrional.
Radar-3
Este sector se proyectó para conocer el extremo sureste del
edifi cio escénico, para confi rmar sus dimensiones, conocer la
basilica de este lado, el postscaenium y comprobar la exis-
tencia de un pórtico posterior a la escena abarcando el aditus
maximus y así verifi car el tamaño y forma de la entrada.
Los resultados fueron satisfactorios dado que se pudieron
comprobar los límites del edifi cio escénico, la forma, aunque
un tanto difusa por el grado de destrucción y la masiva pre-
sencia de escombros, de la basílica y la presencia del pórtico
tras el teatro. Asimismo, se comprobó la presencia de nume-
rosos escombros en la entrada que difuminan los contornos,
que no impiden determinar la anchura del aditus maximus.
La basílica presenta una serie de cambios de cota interpre-
tables por la necesidad de unifi car las rasantes exteriores al
edifi cio, la propia del escenario y la del pórtico trasero.
Radar-4, 5 y 6
Posteriormente se realizaron tres secciones con radar que
sirvieron para contrastar las realizadas con ETR y para defi -
nir las cotas de la entrada a la basílica sur desde el exterior
del teatro.
El perfi l del Radar-4 mostraba la existencia de una cota de
suelo unos 3 m por debajo de la superfi cie lo que da sentido a
las huellas de forjado talladas en la roca que delimita la habi-
tación y que emergen unos 70 cm desde la superfi cie actual.
Al principio del sector el radargrama indica la presencia de
una estructura o muro que cierra la habitación, posiblemente
la fachada exterior del edifi cio.
El Radar-5 contrasta el ETR-1 y es absolutamente compa-
tible con los resultados obtenidos por la tomografía.
Por su parte, el Radar-6 es una sección por los itinera de
acceso al teatro. Muestra la pendiente que tiene la superfi cie
de los aditus hasta alcanzar los 4 m de profundidad en los que
se encuentra la orquesta.
La interpretación conjunta de todas las actuaciones permite
desarrollar una propuesta tridimensional del teatro romano
de Osuna. Los resultados de los perfi les y sectores de radar
son coherentes entre sí y entre todos ofrecen respuesta a las
preguntas planteadas originalmente. Se ha defi nido el tamaño
de la orchestra y su cota; la anchura y morfología de los adi-
tus, el límite de la fachada, forma de las basílicas y anchura
del edifi cio escénico. Asimismo, se han obtenido las dimen-
siones aproximadas, a falta de contrastación arqueológica,
de los límites del pórtico postscaenam y su cota. Todo ello
defi ne las características esenciales de este edifi cio que se
reseñan a continuación.
4. C. U
O
La información aportada por la prospección geofísica jun-
to al levantamiento planimétrico del teatro mediante escáner
láser, nos ha permitido obtener un acercamiento fi dedigno al
diseño y forma del edifi cio, a su estructura y adaptación al
terreno.
El teatro fue construido aprovechando la ladera de una co-
lina que fue excavada para adaptar su perfi l convexo original
en el cóncavo del graderío del teatro. Igualmente, la orches-
tra y el hyposcaenium se hicieron tallando el sustrato original
y dejándolo entre 2 y 3 m por debajo de la cota del exterior
del edifi cio a la entrada de los aditus, lo que obligaba a que
éstos tuvieran rampas para salvar la diferencia de cota. Sobre
el terreno se edifi có el edifi cio escénico, las basilicae y el
porticus post scaenam que quedarían realzados con respecto
a las cotas de la orchestra. La media, summa cavea y porti-
cus se construyeron sobre la superfi cie del terreno.
El diseño geométrico del teatro parte de la orchestra (fi g.
10), una circunferencia de 60 pies romanos (17,7 m), desde
cuyo centro se trazan todas las curvas que conforman el gra-
derío y por donde pasan los ejes transversal y longitudinal
del edifi cio. La prohedria se traza con una circunferencia de
82 pies de diámetro, con el mismo centro, y que alcanza el
paramento exterior del postscaenium. La cávea tiene un diá-
metro total de 65 m (220 pies romanos) tallada casi comple-
tamente en la roca. La superestructura de la summa cavea y
porticus supra summa caveam estuvieron construidos pero
hoy no queda nada visible de ellos.
Según los modelos establecidos por Frank Sear (S
1990), el teatro de Osuna tendría el graderío dividido en cua-
tro cunei, dado que una línea que parta de la mitad de las hos-
pitalia, las puertas laterales del frente escénico, y pase por el
centro de las circunferencias marcan la ubicación teórica de
las escaleras que dividen el graderío, en este caso tresesca-
leras para cuatro cuñas. Entonces, en el círculo inicial de la
orchestra se inscribe un octógono cuyos ángulos van a mar-
car las cuñas del graderío y las hospitalia del frente escénico.
Los aditus maximi tendrían una anchura entre 10 y 12 pies
(2,9 o 3,5 m) y estarían pavimentados con tramos de rampas
y escalones para salvar la diferencia de cotas, como se obser-
va en los teatros de Baelo Claudia y Carteia.
El escenario tiene una longitud de 138 pies y 25 pies de
profundidad y su suelo de madera estaría apoyado sobre los
soportes del hyposcaenium. Éste está tallado sobre las calca-
renitas del sustrato natural, aunque conocemos muy poco de
su forma y de los elementos que debió contener, esenciales
para el desarrollo de las representaciones teatrales.
El frente escénico está completamente arrasado y, presumi-
blemente, debió contar con dos órdenes de columnas. En sus
10. E O.
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laterales, se abrían las versurae, las puertas que daban acce-
so al vestíbulo, o parascenium, que antecede a las basilicae.
Éstas últimas tendrían unas dimensiones de 43 por 30 pies
romanos y los vestíbulos de 25 por 12 pies.
Tras el teatro se abre una amplia plaza que tendría una
anchura de 160 pies y está fl anqueada por sendos pórticos
dobles que cierran sus extremos. Estos pórticos están forma-
dos por una doble galería de 15 pies de anchura cada una,
otorgando un ancho total de 30 pies al pórtico, tal y como se
ha podido deducir de la información aportada por la prospec-
ción geofísica.
La fachada del graderío, a tenor de la confi guración to-
pográfi ca del entorno y de los datos proporcionados por la
geofísica, no tendría una arcada perimetral, sino que sería un
muro ciego en el que se abrirían los accesos que llevarían,
por un lado, al pasillo divisorio entre la ima y media cavea, y
las escaleras de acceso a la summa y porticus supra caveam.
En el aditus meridional se ha detectado una escalera que su-
biría a la grada hasta desembocar a la altura de la summa
cavea, bajo el porticus supra sumam caveam.
Los accesos, por tanto, se realizaron fundamentalmente
desde el perímetro exterior y desde los aditus, de tal forma
que el público accedía directamente a su puerta desde el
perímetro.
Las gradas conservadas tienen una altura de un codo ro-
mano (44 cm) y una huella de dos pies y medio (74 cm) lo
que otorga una pendiente de 31o. Esta pendiente, junto a las
dimensiones globales del edifi cio, apoyan la idea que ya ex-
pusimos en el análisis del teatro de Carteia que la altura total
del edifi cio debía ser próxima a la mitad del radio de la cávea
del teatro, que en este caso tendría una altura total desde la
cota de la orquesta de 55 pies (16,26 m) (J H-
et alii 2015, 182), como puede comprobarse en el teatro
Marcelo de Roma (S 2006: fi g. 9 y 13), Acinipo (A
H 1982: fi g. 3), Aspendos (S 2006: fi g. 16),
Sabrahta (S 2006: fi g. 17), o Mérida (S 2006: fi g. 14).
La capacidad de este edifi cio puede ser calculada según
la fórmula que ya se usó para el teatro de Carteia, resultan-
te de la división entre 5 de la superfi cie de la grada en pies
romanos, exceptuando la orquesta y que se corresponde con
los valores reales de capacidad publicados por Sear para los
teatros en los que ésta puede calcularse con seguridad al con-
servar íntegras sus gradas (S 2006: tabla 3.1). La grada
del teatro de Osuna alcanza una superfi cie total, exceptuando
la orquesta, de 17.593 pies cuadrados que divididos entre 5
arrojan un total de 3.519 espectadores.
De entre los teatros conocidos más próximos, con los que
presenta mayor afi nidad es con el de Itálica, en su primera
fase, el de Baelo Claudia y el de Málaga (fi g. 11), cuyos di-
seños parecen ser prácticamente idénticos basados en la in-
serción de un octógono en la circunferencia generadora del
diseño. Por estos motivos podemos, de manera preliminar,
fechar el edifi cio en el cambio de era o primeros años del
siglo d. C. y encajaría, por tanto, con la que se había pro-
puesto de forma genérica por algunos investigadores, como
hemos visto.
***
En defi nitiva, con el presente estudio se ha pretendido po-
ner las bases, sólidas y fundamentadas en el conocimiento
científi co, para una nueva etapa en uno de los monumentos
más singulares de Osuna y de su pasado romano. El teatro
11. E O M
( G E).
El teatro romano de Urso resurge..., pp. 69-80 J I. R C y A J H
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se encuentra en un aceptable estado de conservación que le
permite ser reconocido fácilmente en su forma y dimensio-
nes (fi g. 12), lo que facilita que pueda ser mostrado a los
visitantes, creando un nuevo foco de atracción hacia Urso
que, a diferencia de otras ciudades históricas, no está bajo
la actual Osuna sino justo a su lado lo que, por una parte,
ha permitido una mejor conservación de sus restos y acceso
a ellos y, por otra, ha conducido al olvido de estas ruinas.
Al no interferir en la urbanística cotidiana de la ciudad, no
se ha generado ninguna actividad arqueológica continua que
permitiera acrecentar el conocimiento sobre los orígenes y
evolución de la antigua Urso.
A pesar de que el teatro era conocido de antiguo, la falta
de información arqueológica no había permitido su incorpo-
ración a la literatura científi ca con sus características reales
y su potencialidad, tanto a nivel de difusión como de explo-
tación turística. Esta situación condenaba a uno de los sitios
arqueológicos más singulares de Andalucía occidental a una
injusta marginación que contrasta con la importancia que las
fuentes antiguas le otorgan.
La intervención arqueológica realizada en el teatro fue di-
señada para optimizar una inversión limitada pero sufi ciente
como para conocer la forma y plantear una restitución com-
pleta del edifi cio. Su tamaño y la complejidad de su forma
requieren de una estrategia que prime la documentación pla-
nimétrica precisa y la delimitación de sus partes emergentes
o soterradas. En este sentido, el uso del escáner láser y la
prospección geofísica se convierten en las herramientas idó-
neas por su bajo coste y alto rendimiento para conseguir los
objetivos propuestos.
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