Content uploaded by Eric Pommier
Author content
All content in this area was uploaded by Eric Pommier on Dec 01, 2016
Content may be subject to copyright.
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»
Husserl-Levinas-Barbaras
Común es a todos el pensar.
Heráclito, Frag, 113
OPUSCúLO FILOSóFICO
ERIC POMMIER
«El resplandor del otro se encuentra en
el borde del mundo»
Husserl-Levinas-Barbaras
AÑO IX, Nº 25, 2016
PUBLICACIóN DEL CENTRO DE ESTUDIOS DE FILOSOFíA CLáSICA
FACULTAD DE FILOSOFíA Y LETRAS
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO
Mendoza ~ Argentina
OPÚSCULO FILOSÓFICO es una publicación monográfica, cua-
trimestral con trabajos de investigación expuestos en el Centro de
Estudios de Filosofía Clásica.
Esta publicación es gracias a un subsidio de la Secretaría de Ciencia y
Técnica de la Universidad Nacional de Cuyo.
Opúsculo Filosófico se encuentra indexada en:
LATINDEX (nivel I)
Biblioteca Digital SID
www.bdigital.uncu.edu.ar
© 2016
ISSN 1852-0596
ISSN en línea 2422-8125
Centro de Estudios de Filosofía Clásica
Facultad de Filosofía y Letras – UNCuyo
Centro Universitario
Dirección postal:
Ciudad Universitaria
Parque General San Martín s/n
C.C. 345
C.P. 5500 Mendoza - Argentina
Tel.: 0261 - 413 5004 interno 2248
Fax: 0261 - 438 0457
E-mail: ceficinvestigacion@yahoo.com.ar
Revista publicada en el repositorio institucional de la UNCuyo
Dirección digital: http://bdigital.uncu.edu.ar/6573
Web del organismo productor: www.ceficuncuyo.com.ar
CONSEJO CIENTÍFICO
Francisco GARCÍA BAZÁN (CONICET)
Oscar VELÁSQUEZ (UNIVERSIDAD DE CHILE)
Carlos Ignacio MASSINI CORREAS (UM - CONICET)
Jorge MARTÍNEZ BARRERA (PUC Chile)
Joaquín GARCÍA HUIDOBRO (UANES CHILE)
Enrique CORTI (UNSAM - CONICET)
Miguel VERSTRAETE (UNCuyo)
Rubén PERETÓ RIVAS (UNCuyo - CONICET)
COMISIÓN EDITORIAL
Elena CALDERÓN (UNCuyo)
Mirtha RODRÍGUEZ (UNCuyo)
Alicia FRASSÓN (UNCuyo)
Santiago GELONCH (UNCuyo)
COMISIÓN DE REVISIÓN
Héctor GHIRETTI (UNCuyo)
Oscar SANTILLI (UNCuyo)
TRADUCTORA
Silvia BARBUZZA (UNCuyo- CETI)
DIRECTORA
Mirtha RODRÍGUEZ
ÍNDICE
Presentación, 9
Resumen 13
I El problema del prójimo y sus implicancias 14
III La esfera de lo propio (Die Eigenheitssphäre) 19
V La invisibilidad del Otro 24
VI La relación erótica 29
VII El Otro en el borde del Mundo 31
Opúsculo Filosófico, N° 25, Año IX, 2016
9
Presentación
Opúsculo Filosóco es la publicación del Centro de
Estudios de Filosofía Clásica que se constituye como tal
en el mes de mayo de 2008, dependiendo del Instituto de
Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras pertenecien-
te a la Universidad Nacional de Cuyo, y que reúne a es-
tudiosos del pensamiento de universidades nacionales y
extranjeras.
Centro de Estudios de Filosofía Clásica supone necesaria-
mente el esclarecimiento previo de lo que se entiende por
clásico, a los nes de precisar el perl congurador del
Centro.
Según Hans Georg Gadamer en Warheit und Methode
(Tübingen, 1.C.B. Mohr, 1975), el concepto de lo clásico,
tiene una doble connotación: una histórica y una norma-
tiva o modélica. Según la primera, “una determinada fase
evolutiva del devenir histórico de la humanidad habría te-
nido por efecto simultáneamente una conformación más
madura y más completa de lo humano”, fase que para
determinados autores se confundiría con la denominada
“antigüedad clásica”. Pero, según Gadamer, en su segun-
da connotación, lo clásico “no designa una cualidad que
se atribuya a determinados fenómenos históricos, sino un
modo característico del mismo ser histórico, la realización
de una conservación que, en una conrmación constante-
mente renovada, hace posible la existencia de algo que es
verdad”.
Para el lósofo alemán, es la segunda connotación la
que adquiere mayor importancia y reviste mayor actuali-
dad y vitalidad, porque “el juicio valorativo en el concep-
10
to de lo clásico gana más bien en esta crítica su nueva, su
auténtica legitimación: es clásico lo que se mantiene frente
a la crítica histórica porque su dominio histórico, el poder
vinculante de su validez transmitida y conservada, va por
delante de toda reexión histórica y se mantiene en me-
dio de ésta ( ... ); es una conciencia de lo permanente, de
lo imperecedero, de un signicado independiente de toda
circunstancia temporal, la que nos induce a llamar clásico
a algo; una especie de presente intemporal que signica
simultaneidad con cualquier presente”.
En este sentido, y “como concepto estilístico e históri-
co, el de lo clásico se hace entonces susceptible de una ex-
pansión universal para cualquier desarrollo al que un telos
inmanente conera unidad”. Y vinculando este concepto
con el de tradición, concluye que “en lo clásico culmina
un carácter general del ser histórico: el de ser conserva-
ción en la ruina del tiempo. Claro que la esencia general
de la tradición es que sólo hace posible el conocimiento
histórico aquello que se conserva del pasado como lo no
pasado”.
Así, la tradición clásica de la losofía es una de las al-
ternativas posibles para el desarrollo, promoción, profun-
dización, precisión y crecimiento del pensamiento losó-
co en la actualidad. Es más, aparece al menos prima facie
como la alternativa más rica, más compleja y más llena
de virtualidades; ante todo, porque es la más antigua, y
desde hace más de veinticinco siglos viene enriqueciendo,
prolongando y profundizando el pensamiento losóco.
Pero también porque es la más abierta, la que mejor ha
asumido el carácter constitutivamente desinteresado de
la losofía y la que ha concretado de innumerables ma-
neras el carácter humanista de toda losofía que merezca
ese nombre.
Pero como toda tradición, la de la losofía clásica no
11
constituye un sistema cerrado de proposiciones unívocas,
blindado al progreso y estacionado en el pasado, sino que
es por el contrario una renovada apertura a la realidad,
una sed de verdad jamás saciada, una peculiar aportación
a la gran conversatio losóca que se desarrolla en el tiem-
po, pero trasciende sus concreciones históricas y traspasa
las culturas. Dicho de otro modo, se trata de un peculiar
estilo de hacer losofía, de una especial actitud de aper-
tura a la realidad, de una singular forma de elaborar los
conceptos, razonar y argumentar, y de un espíritu de ge-
nerosa riqueza en las contribuciones losócas pensadas
en el trascurso de la historia.
Pero en especial esa tradición también se caracteriza
ante todo por su rechazo radical a las actitudes ideologis-
tas, que proponen un sistema cerrado de salvación inma-
nente, que habrá de ser protagonizado por una vanguar-
dia de pseudo iluminados y que desemboca necesaria-
mente en un sectarismo cruel y en una praxis destructiva
y en denitiva, inhumana. Asimismo, la actitud clásica de
la losofía rechaza ab initio los intentos de conformar a la
losofía según los cánones rígidos de alguna de las cien-
cias particulares, despojándola de ese modo de su singu-
laridad, de la unidad de la experiencia losóca y de su
carácter constitutivamente universal. También se carac-
teriza por su perspectiva no dogmática y aporética de la
losofía, considerada a partir de sus problemas a resolver
y no de armaciones indiscutibles a imponer.
Finalmente, como toda tradición bien fundada, deses-
tima los intentos de construir losofías arbitrariamente
subjetivas o localistas, que bajo la alegación de una pre-
tendida originalidad, se aproximan a la trivialidad, radi-
calmente despojada de rigor y la seriedad que sólo puede
proporcionar la inserción crítica y creativa en una tradi-
ción viva de pensamiento e investigación losóca.
12
En la necesidad que requiere el nobilísimo ejercicio de
la memoria y el cultivo de la misma, es que entendemos la
tarea plena del espíritu en cuanto por sí exige la autono-
mía del pensar. Es por esto que adquiere sentido acoger
las múltiples riquezas que aporta lo diverso, en las mani-
festaciones de quienes en la tarea profesional lo patentizan
a través de los nos aspectos que hacen al ser del hombre.
Es precisamente en este marco donde Opúsculo
Filosóco adquiere sentido como medio de difusión cien-
tíca, en la tarea de fortalecer la memoria de aquello que
en el cambio, permanece por ser esencial.
En esta ‘nuestra tarea’ esperamos contribuir al enri-
quecimiento de la Filosofía, como eco de lo pasado que
pervive en la necesidad de ser verdad, parafraseando al
poeta1 de ayer que hoy es vigencia hacia el perl de un
mañana;
Materialismo!... Nihilismo!
La moderna ciencia
de su ser lo desprende,
infundiendo pavor a la conciencia
por doquiera se extiende
Se extiende pero no llevando vida,
porque su seno está yerto;
se extiende como ola corrompida
que vaga en el mar de lo muerto.
El pensamiento, eterna maravilla
que el alma mira absorta, habrá de detener
este torrente de hiel que ahoga y mata.
Mirtha Rodriguez de Grzona
1 RUBÉN DARÍO, Obras Completas, Madrid, Aguilar, 2003. Poemas de
Juventud, Espíritu
«EL RESPLANDOR DEL OTRO SE ENCUENTRA EN
EL BORDE DEL MUNDO»
HUSSERL-LEVINAS-BARBARAS
« THE RADIANCE OF THE OTHER ONE IS FOUND
ON THE EDGE OF THE WORLD»
ericspommier@hotmail.fr
Sumario
I. El problema del prójimo y sus implicancias.
II.
III. La esfera de lo propio (Die Eigenheitssphäre)
IV.
V. La invisibilidad del Otro
VI. La relación erótica.
VII. El Otro en el borde del Mundo
Resumen: La cuestión del acceso al Otro parece tan problemático
como esencial en el marco de la fenomenología husserliana. Ponemos
énfasis, en el marco de este artículo, en el límite del fenómeno de la
empatía para dar cuenta del aparecer del Otro en Husserl. Al denun-
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»
ISNN: impresa 1852-0596, ISSN en línea 2422-8125
©Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Mendoza - Argentina
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
ciar el carácter objetivante del enfoque husserliano, abrimos un espa-
cio a una comprensión de la alteridad como alteridad, sin reducirla de
antemano a una operación de construcción por un ego constituyente.
Desde este punto de vista, la descripción levinasiana de la relación
erótica nos permite pensar una relación con el Otro fuera de la lógi-
ca de identificación que caracteriza el aparecer del mundo hacia una
conciencia. Sin embargo, apoyándonos sobre la fenomenología de la
vida de Barbaras, ponemos en cuestión la fenomenología erótica de
Levinas que conduce a oponer drásticamente el aparecer del Otro y el
del mundo, al riesgo de concebir la Alteridad como una mera catego-
ría metafísica. Se trata entonces de pensar, desde una fenomenología
erótica revisada, una relación con el Otro de suerte que pertenezca al
mundo, para escapar del escollo metafísico, sin que sea negado por
una lógica de identificación, para escapar del escollo de su cosifica-
ción.
Abstract: The question of the Other is as problematic as essential in
the frame of the husserlian phenomenology. We put emphasis, in this
paper, in the limit of the phenomenon of empathy in Husserl as a pos-
sible access towards the Other. By criticizing the objectifying dimen-
sion of the husserlian phenomenology, we open the possibility to un-
derstand the otherness of the other, without reducing it to an operation
of construction by the ego. From this point a view, the levinasian de-
scription of the erotic relation makes it possible to think a relationship
with the Other outside of the logics of identification which charac-
terizes the appearing of the world from the conscience. Nevertheless,
thanks to the Barbaras’ phenomenology of life, we can wonder if the
erotic phenomenology of Levinas is so relevant. Indeed, it opposes
drastically the appearing of the Other and that of the world, which
may lead to conceive the Other as a mere metaphysical category. It is
thus necessary to think, from a revised phenomenology of the desire,
a relationship with the Other in such a way that it pertains to the world
without being abolished by a logics of identification.
I. El problema del prójimo y sus implicancias.
La fenomenología pretende escapar del doble escollo del
14
realismo –que quiere tener acceso, no sabemos cómo, hacia la
cosa en sí, hacia “lo verdaderamente real” – y del idealismo –
que pretende limitar el conocimiento a una mera operación de
construcción subjetiva. Gracia a una suspensión, que Husserl
llama la epojé, de la tesis que se esconde detrás de ambas po-
siciones – la creencia en la existencia de un mundo que exis-
te absolutamente – Husserl se da los medios para describir el
aparecer del mundo, el mundo como aparecer. No tiene sentido
considerar que existe un mundo en si o una conciencia sustan-
cial que contendría el mundo bajo la forma de representaciones
psíquicas. Al contrario, se debe reconocer el carácter absoluto
de la relación que reúne el mundo y la conciencia. La concien-
cia es intencional –ella existe solamente en la medida en que
apunta el mundo – y el mundo existe solamente en la medida
en que esta apuntado por una conciencia. Tal metodología cons-
otro. Pero se ve inmediatamente en qué medida la existencia
del prójimo es un verdadero problema en el marco de la feno-
menología de Husserl. En efecto, después de la epojé o de la re-
ducción sólo tenemos una conciencia transcendental apuntando
Existe solamente el ego transcendental en el seno del cual se
constituye el mundo de las cosas. Pero el prójimo no es un ob-
jeto como los otros. Como cuerpo es un objeto pero además de
ser un objeto es una conciencia y una conciencia diferente de
mi conciencia ya que es otra conciencia. Sin embargo, ¿cómo
podemos tener acceso a la conciencia del prójimo, lo que es
mera cosa, en el marco de la fenomenología transcendental en
la que hay solamente un mundo de objetos apuntados? O bien el
ego transcendental apunta a las cosas y, en este caso, no puede
tener acceso al prójimo que además de ser una parte del mundo,
un objeto, es también lo que abre el mundo (desde su punto de
vista, a partir de su perspectiva), o bien tenemos acceso a una
conciencia pero en este caso la conciencia del prójimo es cons-
tituida a partir de la mía, es absorbida por ella, se fusiona con
ella: en este caso no es la conciencia del prójimo sino mi con-
15
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
ciencia. Es una negación de la alteridad del prójimo. Así que en
ambos casos su presencia es un enigma para la fenomenología
transcendental. Ésta debe encontrar el método para dar cuenta
de la relación del Ego con otra conciencia.
En realidad la fenomenología no puede escapar de la nece-
sidad de dar cuenta del prójimo por, al menos, tres razones. En
mundo como tal, en carne y hueso, de manera concreta si ella no
puede explicitar la presencia del otro en el mundo? Cuando per-
cibimos, cuando hablamos, cuando actuamos, el prójimo siem-
pre está presente directa o indirectamente. No podríamos tomar
constituir al prójimo, dar las condiciones de su fenomenalidad
pues él es la condición de la objetividad, y en consecuencia, de
un mundo privado, se requiere concebirlo como siendo público.
La objetividad consiste en un acuerdo global, total, de todas las
conciencias respecto de un fenómeno. Este acuerdo universal,
-
tencia de las otras conciencias, tiene como condición previa el
reconocimiento por mi ego de la presencia de los otros. Así que
la fenomenología debe encargarse de la descripción de la rela-
ción con el prójimo para legitimar la posibilidad de la objetivi-
dad. En tercer lugar, experimentamos un mundo cultural, hecho
de libros, de instituciones y por esta razón, debemos mostrar
como la presencia del prójimo es posible. Es una condición pre-
via para dar cuenta de la existencia de las comunidades, de las
sociedades, del aspecto cultural de la vida.
II. La insuficiencia del razonamiento por analogía.
Husserl aborda tempranamente la cuestión del reconoci-
miento del prójimo. Ya en 1901 en la primera investigación ló-
el discurso comunicativo. Pero el tema de la Fremderfahrung,
como él dice siempre, de la experiencia del prójimo se desarrolla
de manera particularmente crucial después del descubrimiento
16
de la reducción fenomenológica, puesto que es solamente des-
pués de la suspensión de la creencia en el mundo exterior que el
Ego encuentra el problema de la presencia del otro. Husserl va
a discutir la teoría de Theodor Lipps (1851-1914), profesor en
-
to de Einfühlung, de empatía, y guarda este término en el marco
de su propia fenomenología pero rechaza el aparato teórico que
acompaña este concepto, esto es, la teoría del razonamiento por
analogía en la cual la tesis de Lipss permanece envuelta1. ¿En
qué consiste este razonamiento y por qué debemos refutarlo?
El razonamiento se funda en la experiencia de la encarna-
ción. Tengo una conciencia, vivencias y sé también que tengo
un cuerpo vivo de modo que cuando veo otro cuerpo vivo que
es parecido al mío puedo concluir, por analogía con mi propia
experiencia de la encarnación, que este cuerpo supone también
una conciencia que tiene vivencias como yo. Así que puedo
concluir la existencia del prójimo.
Es cierto que no puedo experimentar directamente la con-
ciencia del prójimo pero puedo deducir su existencia a partir del
razonamiento por analogía. No tenemos acceso a las vivencias
del prójimo pero sabemos indirectamente que el prójimo existe
como conciencia. Entonces podemos tener una empatía por el
otro puesto que puedo reconocer su presencia en el mundo gra-
cias a su cuerpo, el cual expresa su interioridad.
Es fácil de imaginar por qué Husserl no acepta este tipo de
razonamiento a pesar de su interés por la noción de empatía,
de Einfühlung. En primer lugar, este tipo de razonamiento no
1 El razonamiento por analogía al cual Husserl se opone es el de Bruno
Erdmann. Ver Hua XIII, Beil. IX. P. 36. Ver también: “L’empathie comme
expérience charnelle ou expressive d’autrui chez Husserl”, M.-A.Ricard,
Recherches qualitatives, Vol.25 (1), 2005, p. 95. Sin embargo, tampoco
puede ser satisfecho por la explicación de Lipps en la medida que reanuda
con un tipo de analogía semejante al de Erdmann y aunque quiera alejarse
p. 38-41 y Beil. XVI, p. 70-76. Ver : “Empathy and mirroring: Husserl and
Gallese”, D. Zahavi, Life, Subjectivity&Art, R.Breeur&U.Melle (eds.),,
Phaenomenologica 20X, p. 223.
17
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
parece conforme a la experiencia puesto que sé inmediatamente
que el prójimo existe y no de manera mediata, indirecta, gracias
a un razonamiento. En segundo lugar, el razonamiento supone
una comparación entre mi experiencia interna del cuerpo y la
experiencia externa del cuerpo del prójimo. Pero no podemos
comparar estas experiencias. No tienen nada que ver la una con
la otra. Por un lado, hay una experiencia interna, una experien-
cia del cuerpo propio, de la carne, de la Leib. Por otro lado,
tenemos una experiencia visual, objetiva, exterior del Körper.
-
rior la presencia de un cuerpo vivo parecido al mío. En tercer
lugar, ¿qué prueba este razonamiento? En el mejor de los casos,
demuestra la presencia de mis vivencias en el otro cuerpo pero
no la presencia de otras vivencias en su cuerpo. Tengo la expe-
riencia de mis vivencias y no las del otro. Tengo la experiencia
que mis vivencias acompañan el cuerpo, entonces debo concluir
que cuando hay otro cuerpo semejante al mío, hay también mis
vivencias en este cuerpo. Nada más. Pero lo que me gustaría
probar es algo más: que las vivencias del otro cuerpo son viven-
cias de otra conciencia. Lo que el razonamiento por analogía no
consigue probar.
Este fracaso del método estrechamente analógico no conduce
a Husserl a rechazar completamente la noción de Einfühlung,
pues va a conservar la pista de la empatía. Se trata solamente
de ver cómo esta noción puede tener una verdadera consisten-
cia fenomenológica. Husserl sabe que la empatía consiste en
compartir en una cierta medida la experiencia del prójimo, en
no podemos tener un acceso directo a esas vivencias. ¿Cómo
podemos reconocer la presencia del prójimo dentro del campo
fenomenal de la conciencia propia? ¿Cómo podemos encontrar
al prójimo sin reducirlo a una dimensión de mi conciencia y
sin considerarlo como una mera hipótesis metafísica de carác-
ter trascendente? ¿Cómo podemos constituir al prójimo en sí
mismo pero como otro? Husserl va a contestar a esta pregunta
en la quinta Meditación Cartesiana.
18
III. La esfera de lo propio (Die Eigenheitssphäre)
El acto de fuerza de Husserl consiste en proponer una
-
ciente. Recordamos que la primera reducción nos había con-
ducido hacia la conciencia intencional que apunta al mundo.
Perdemos el mundo natural para encontrar el mundo fenome-
nal. Suspendemos nuestra creencia en el mundo real para po-
der preguntarnos sobre el modo de donación del mundo vivido
como fenómeno. Entonces la epojé y la reducción eran necesa-
rias para descubrir el mundo como tal y para despojarse de la
ilusión naturalista. Pero Husserl estima que esta primera reduc-
creencia en todo lo que parece apuntar al prójimo para volver-
se a la esfera de lo que es propio de la conciencia personal, a
la esfera en la cual no hay ninguna huella de la presencia del
prójimo. Podemos hacer dos preguntas respecto de esta nueva
reducción. En primer lugar, ¿en qué medida es ella posible? En
efecto, parece que todo lo que es exterior a la conciencia ya ha
desaparecido después de la primera reducción. O mejor dicho:
¿cómo sería posible encontrar algo que sea puramente propio
Al contrario ella está condenada a abrirse al mundo y a apuntar
al otro. En segundo lugar, ¿De qué sirve esta nueva reducción?
A propósito de la primera pregunta, debemos reconocer que
dentro de la conciencia intencional hay numerosos aspectos del
mundo apuntado que se remiten al prójimo, particularmente en
esta nueva reducción debemos poner entre paréntesis todas es-
tas referencias extranjeras para considerar sólo lo que es propio.
¿Qué encontramos? Encontramos der Leib, el cuerpo propio, la
carne que debemos distinguir de der Körper, el cuerpo físico,
material. Podríamos decir que hay el cuerpo subjetivo, vivido
y el cuerpo objetivo. Encontramos la naturaleza primordial, la
naturaleza propia, la esfera de pertenencia. El cuerpo propio no
es el cuerpo que miro o que toco sino el cuerpo con el cual miro
19
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
y toco. No es el cuerpo que es movido de manera mecánica
como la bola de billar movida por el movimiento de otra bola
sino el cuerpo que muevo y gracias al cual me muevo. Se trata
del cuerpo gracias al cual hablo y percibo. Cito la sección 47 de
las Meditaciones Cartesianas2:
“encuentro luego, señalado de un modo único, mi
cuerpo vivo, a saber: como el único que no es mero cuerpo
físico, sino precisamente cuerpo vivo: el único objeto den-
tro de mi estrato abstractivo del mundo al que atribuyo ex-
periencialmente campos de sensación, aunque en distintos
modos de pertenencia (campo de sensaciones táctiles, cam-
po de sensaciones de calor y frío, etcétera); el único «en»
el que «ordeno y mando» inmediatamente (y, en especial,
mando en cada uno de sus «órganos»). Percibo palpando
cinestésicamente con las manos, viendo del mismo modo
con los ojos, etcétera; y puedo percibir así en cualquier mo-
mento. Y estas cinestesias de los órganos transcurren en el
«lo hago yo» y están sometidas a mi «yo pue- do». Puedo
además, poniendo en juego estas cinestesias, empujar, tras-
ladar, etcétera, y, merced a ello, «actuar» con el cuerpo in-
mediatamente y, luego, mediatamente. Más aún: actuando
perceptivamente tengo experiencia (o puedo tener experien-
cia) de toda la naturaleza, y, entre sus objetos, de mi propia
corporalidad, que está, por lo tanto, según esto, referida re-
troactivamente a sí misma. Ello se hace posible por el hecho
de que yo «puedo», en cada caso, percibir «medíante» una
mano la otra, mediante una mano, un ojo, etcétera; para lo
cual el órgano que actúa tiene que convertirse en objeto,
y el objeto, en órgano que actúa. Y lo mismo ocurre en la
manipulación originaria posible en general con la naturaleza
y la corporalidad misma merced a la corporalidad, la cual
está, pues, referida a sí misma también en sentido práctico.”
Y un poco más lejos:
2 Meditaciones cartesianas, E. Husserl, trad. J. Gaos, Fondo de Cultura
Económico, Mexico, 1998.
20
“Así, pues, gracias a esta peculiar exclusión abstractiva
de sentido respecto de lo ajeno, hemos conservado con no-
sotros una especie de «mundo»: una naturaleza reducida a
lo mío propio, y, ordenado a ella merced al cuerpo vivo y fí-
sico, el yo psicofísico con cuerpo vivo, alma y yo personal.”
Es la experiencia originaria según Husserl, die Urstiftung, la
fundación originaria. La reducción hace posible descubrir otra
dimensión del cuerpo: no el cuerpo físico y anónimo sino el
cuerpo mío, la base de mis sensaciones. La naturaleza exterior
ya no es un mero espectáculo sino mi entorno, del que puedo
participar.
Pero, ¿de qué sirve esta reducción? En realidad, tiene la mis-
ma función que la primera reducción. De mismo modo que la
primera reducción permitía perder el mundo natural para en-
contrar el verdadero sentido del mundo para así constituirlo,
para desvelar su modo de aparecer a la conciencia, es necesario
perder al prójimo, reducirse a la esfera del cuerpo propio para
develar el verdadero fenómeno del prójimo. Para hacer aparecer
la alteridad debemos dejar de lado todo lo que es ajeno para que
pueda aparecer la alteridad sin que sea mía, sino más bien de
modo que surja contra mí3. De este modo podremos describir la
constitución de la alteridad a partir de la esfera primordial del
yo, esto es, a partir del cuerpo vivido. ¿Cómo podemos caminar
hacia el prójimo a partir de la Eigenheitssphäre, a partir del
cuerpo vivido?
IV. La parificación. (die Paarung).
Por lo tanto no se trata simplemente de describir la relación
con el otro por diferencia con la experiencia de lo propio pues
modo que ella esté constituida en la experiencia primordial del
Ego. Se trata de vencer el solipsismo sin que la egología sea
3 Ver: Figures de phénoménologie, J.-L. Marion, Paris, Vrin, 2012, p. 153.
21
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
a. La solución de Husserl consiste en relacionarse con el
prójimo como tal, en carne y hueso pero sin que esté sea
dado de manera original. El prójimo no es dado directa
sino indirectamente. En efecto no puedo vivir sus viven-
cias, si no él sería una extensión de mi propia persona, él
sería yo mismo. ¿Cuál es, entonces, la experiencia que
me da el prójimo de manera indirecta, que me indica la
presencia del prójimo en su ausencia? Es la experiencia
de su cuerpo. De hecho puedo percibirlo y referirlo a
la presencia de una alteridad. Al percibir el cuerpo del
otro puedo inmediatamente concluir que una conciencia
se encuentra en él a causa de la similitud entre nues-
tros cuerpos. Puedo transferir el sentido de mi carne en
la carne del otro a causa de la similitud entre nuestros
cuerpos. Podemos vivir este momento en el cual su
cuerpo propio es también indicio de la presencia de su
consciencia. Así que este cuerpo pertenece a mi esfera
intencional propia pero indica también otra existencia.
Hay una sola realidad: este cuerpo percibido pertenece
a mi esfera propia y al mismo tiempo es la presencia
del prójimo. Pero eso es posible solamente si el prójimo
un objeto. Debo interpretar, percibir el cuerpo del otro
no como un cuerpo objetivo sino como un Leib, un cuer-
po subjetivo. En efecto recordémonos que si Husserl re-
chazó el razonamiento por analogía era en parte a causa
cuerpo propio con la del otro cuerpo que es percibido
decir que tenemos una percepción originaria del cuerpo
del otro como cuerpo subjetivo. Podemos saber inme-
diatamente sin hacer un razonamiento y sin reducirlo a
una experiencia puramente mía que es un cuerpo propio
diferente de los cuerpos físicos. No tenemos acceso a
las vivencias del prójimo sino sólo a la percepción de
su cuerpo propio. Al único fenómeno al que puedo te-
ner acceso es al de su cuerpo y no al de sus vivencias.
22
Estamos en el límite de la fenomenología. El cuerpo del
otro indica la conciencia del prójimo sin jamás mostrar-
la. Yo sé inmediatamente e indirectamente que no soy el
único en el mundo cuando veo otro Leib. Husserl llama
a esta percepción de la similitud entre nuestros cuerpos
propios die Paarung
cómo esta analogía directa, sin razonamiento, puede ser
hecha por mí escapando a una constitución objetiva por
mí. Lo que explica en última instancia que yo pueda
constituir el cuerpo del prójimo como semejante al mío
sin objetivarlo es que la asociación entre mi cuerpo y el
cuerpo del prójimo es una síntesis pasiva. El cuerpo vivo
del prójimo es inmediatamente asociado por alusión, por
transferencia de sentido, al mío, de modo que éste no
parece ser construido por mí sino recibido. La génesis
pasiva explica por qué el prójimo parece precederme en
el mundo, por qué no es el resultado de una mera consti-
tución activa, ya que escapa a esa constitución.
b. Pero esta anticipación de una vida ajena sigue siendo
bastante abstracta, es una anticipación vacía que nece-
sita ser llenada para que la experiencia del prójimo esté
viva. Sin embargo, como sabemos, no podemos tener
una intuición de la alteridad. Ésta no aparece directa-
mente en mi campo fenomenal. Pero podemos llenarla
gracias a indicios concordantes, esto es, gracias a com-
mi campo fenomenal. El prójimo no se presenta sino
que se apresenta a través de sus comportamientos. Así
que la anticipación de una vivencia extranjera de alegría
las expresiones del prójimo. Es constituido a partir de mí
pero es realmente otro pues sus comportamientos indi-
can la presencia de una vivencia extranjera4.
4 A l’école de la phénoménologie, P. Ricœur, Paris, Vrin, 2004, p. 250.
23
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
V. La invisibilidad del Otro.
Lamentablemente, podemos preguntarnos por saber si tal
propuesta no se limita a bautizar el problema en lugar de so-
lucionarlo. El punto débil de la descripción de Husserl se en-
brevemente, después de la segunda reducción hacia la esfera
de lo propio, se trata de relacionarse con el otro gracias a la
Paarung. Tal operación es posible pues, como lo indica la sec-
ción 53 de las Meditaciones, yo puedo a partir de mi ahí cam-
biar de situación espacial para ubicarme allá y saber que yo
vería las mismas cosas según una perspectiva distinta, según
la modalidad del ahí. Yo sé por lo tanto que el cuerpo que me
aparece allá es también un cuerpo como el mío, es decir, como
un cuerpo que para él se da según la modalidad del ahí, es decir,
-
cación es la base que hará posible, después, la constitución de
la objetividad. Sin embargo, el punto es que tal racionamiento
presupone lo que él quiere establecer. En efecto, no es carnal-
mente sino físicamente que yo debo poder estar allá. Husserl
parece presuponer el espacio común, intersubjetivo, “objetivo”
que debería solamente ser una consecuencia del establecimien-
to de la intersubjectividad. Él parece presuponer la existencia
de un espacio “objetivo” (que, sin embargo, fue suspendido por
la epojé) para poder dar cuenta de la relación con el otro en lu-
gar de dar cuenta ulteriormente de la constitución fenomenoló-
gica de tal espacio. Para dar cuenta de la relación con el otro él
presupone una concepción bastante objetiva del cuerpo que se
puede deducir solamente a partir de la relación con el otro que
hay que establecer5.
Este círculo es problemático y llama la atención sobre la di-
con el otro a partir de la esfera de un ego trascendental puro para
el cual existen solamente objetos. En efecto, es porque Husserl
adopta como punto de partida la dualidad sujeto-objeto que no
5 Ver: Chair et corps. Sur la phénoménologie de Husserl, D.Franck, Paris,
Les Éditions de Minuit, 1981, p. 124.
24
consigue describir la relación con el otro que pone en juego un
cuerpo que escapa de esta dualidad ya que el cuerpo vivo no es
un sujeto y tampoco un mero objeto. Es así como Husserl pa-
rece reanudar con un tipo de razonamiento por analogía que ya
hemos criticado. El supone la existencia de otro cuerpo objeto
y construye una analogía, de manera ilegítima, entre mi cuerpo
y el cuerpo del otro6.
Fremderfahrung deja espacio a la preeminencia de un presu-
puesto metafísico, él de la intuición objetivante. El sujeto hus-
serliano es, ante todo, lo que debe intuir objetos, llenar las sig-
nifaciones vacías, las menciones, de modo que no preserve la
posibilidad de una descripción del otro como otro, de otro que
en el plano del mundo parece ser condenado a un fracaso pues
busca en el mundo de los objetos, lo que le permite escapar de
los objetos pero preservando una relación con ellos como cons-
tituidos por un sujeto. No obstante la experiencia del otro como
otro es precisamente lo que deshace toda pretensión constitu-
que caracteriza el mundo. El otro no es un alter ego, otro ego,
Como dice Levinas: “El otro en cuanto otro no es solamente un
alter ego: es aquello que yo no soy. Y no lo es por su carácter,
misma.” 7
Al dramatizar de tal manera la pregunta por el aparecer del
otro, se puede dudar en la posibilidad de describirlo. Si todo lo
que aparece aparece en la luz del mundo y si esta luz implica
-
conocer la necesaria invisibilidad del otro. Como dice Levinas:
“La luz es aquello merced a lo cual hay algo que es
distinto de mí, pero como si de antemano saliese de mí.
El objeto iluminado es al mismo tiempo algo que en-
6 Ver: Autrui, R. Barbaras, Paris, Quintette, 1989, p. 19-20.
7 El tiempo y el Otro, Barcelona, Ediciones Paidós, 1993, p. 127. (TO)
25
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
contramos y, por el mismo hecho de estar iluminado,
que encontramos como si saliese de nosotros. No hay
en él extrañeza radical. Su trascendencia está envuelta
en la inmanencia. En el conocimiento y en el goce vuel-
vo a encontrarme conmigo mismo. La exterioridad de
la luz no basta para la liberación del yo cautivo de sí.”8
Es así como parece imposible salir o escapar de sí mismo.
No habría posibilidad de describir la trascendencia pura del
otro, es decir, una trascendencia que no correspondería a una
mera categoría metafísica o que se reducería a una construcción
de parte de la conciencia inmanente. Al rechazar la posibilidad
de describir el aparecer del otro desde la experiencia de la em-
patía que, de cualquier manera, nos lo hace perder, ¿se pierde
también toda posibilidad de dar cuenta de la existencia del otro?
¿Habría alguna posibilidad de describir el aparecer invisible del
otro? ¿No se debería aceptar la posibilidad de un aparecer irre-
ductible a la mera visibilidad mundana? Dicho de otro modo,
¿una experiencia del otro que no sería la experiencia de un yo
(que lo constituye) no sería una no-experiencia? Y para utilizar
las palabras de Emmanuel Levinas:
“¿Existe alguna situación en la que aparezca en toda su
pureza la alteridad del otro? ¿Existe alguna situación en la
que el otro no posea la alteridad como simple reverso de su
identidad, que no obedezca a la ley platónica de la participación
en la que todo término contiene lo mismo y, por ello, contiene
lo otro? ¿No habría una situación en la que un ser poseyese
la alteridad a titulo positivo, como esencia? ¿Qué clase de
alteridad es aquella que no se reduce pura y simplemente
a la oposición de dos especies de un mismo género?” 9
A decir verdad, tal situación existe y el fenomenólogo francés
la encuentra en particular en la situación erótica. Efectivamente
la relación erótica, a juicio de Levinas, consiste precisamente
en ponernos en relación con aquello que elude para siempre.
Es una relación que se mantiene precisamente al mantener el
8 TO, p. 104
9 TO, p. 127-128
26
misterio del otro, de modo que él no puede ser concebido como
la parte de una totalidad preexistente que podría ser reconstitui-
da por la unión de dos términos supuestamente complementa-
rios. Por la misma razón, el otro no puede ser concebido como
otra libertad pues implicaría una relación de poder, de lucha
que conduce a la destrucción de uno de los dos términos, y por
ende a la imposibilidad radical de vincularse con el otro. El otro
no es otra libertad ante yo sino la alteridad misma, es decir, el
acontecimiento de la alteridad10, es decir, lo que escapa comple-
tamente de la constitución por un yo, lo que adviene sin el yo y
que no puede ser asimilado. Es una cierta experiencia de la im-
posibilidad, si se reconoce que toda posibilidad es posibilidad
de un objeto del cual el sujeto es siempre el maestro11. Es la ra-
zón la por la cual tal experiencia es necesariamente incomoda.
Como lo dice Levinas:
“La relación con otro no es una relación idíli-
ca y armoniosa de comunión ni una empatía mediante
la cual podamos ponernos en su lugar: le reconocemos
como semejante a nosotros y al mismo tiempo exterior;
la relación con otro es una relación con un Misterio.”12
Entonces el otro no es el objeto de un sujeto o la posibilidad
de una existencia, tampoco es otra subjetividad libre. Es la ex-
periencia de una contra-intencionalidad, de algo que no apunta-
mos sino que se retira ante la luz de la conciencia13.
10 Ver « El acontecimiento y lo otro » TO, p. 118-120; se debe distinguir el
acontecimiento en el existir gracias al cual surge un existente y el aconte-
cimiento de la alteridad que se cumple en lo femenino, que escapa del
movimiento de la conciencia.
11 « Acabamos de mostrar la posibilidad del acontecimiento a propósito de
la muerte. Hemos opuesto esta posibilidad del acontecimiento, en la que
el sujeto ya no es dueño del acontecimiento, a la posibilidad del objeto,
del que el sujeto es siempre dueño y con el cual, en suma, está siempre a
solas. Hemos caracterizado este acontecimiento como misterio precisa-
mente porque no puede ser anticipado, es decir, aprehendido” (TO, p. 118)
12 TO, p. 116.
13 Cuando Jean-Luc Marion elige un ejemplo para ilustrar uno de los cin-
27
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
VI. La relación erótica.
Se podría preguntar por saber cómo el otro puede manifes-
tarse si escapa de toda visibilidad y de toda constitución por un
yo. El otro no se encuentra en el espacio, tampoco se expresa.
Podríamos sospechar que esta experiencia del otro es solamente
una pseudo-experiencia y, por decirlo así, una mera construcción
como Alteridad pura, como Trascendencia absoluta. Esta teo-
logización de la fenomenología que ha denunciado Dominique
Janicaud se traduciría en particular por un “erotismo de vidrie-
ra” (“érotisme de vitrail”)14, como él dice. La descripción de la
relación erótica por Levinas sería, por lo tanto y por ejemplo,
algo como un fenómeno de sublimación. Si entiendo bien la
segunda intención de Janicaud, se podría decir que en lugar de
describir la libido como búsqueda del placer poniendo en juego
un mecanismo en el cual interviene relaciones de fuerza que
requieren un equilibrio15, Levinas interpretaría la voluptuosidad
de la caricia como relación a una pura trascendencia de índole
teológica, lo que sería una mera construcción psíquica.
Empero, a juicio de Levinas, se trata precisamente de efec-
tuar una fenomenología de la caricia para develar el sentido de
16.
Se trata por ende de describir la voluptuosidad como tal y de
caracteriza en primera instancia por una doble característica.
En primer lugar, la experiencia erótica no es una experiencia
que constituye su objeto. No es una posibilidad de nuestra exis-
tencia que depende de nuestra iniciativa. No tiene una razón. Es
un acontecimiento. Como tal nos invade y pone en cuestión el
levinasiano. Ver : Etant donné, Paris, P.U.F., 2013, p. 380-383.
14 La phénoménologie dans tous ses états, D. Janicaud, Paris, Folio Galli-
mard essais, 2009, p. 71.
15 Métapsychologie, S. Freud, Paris, Gallimard Folio essais, 2000, p. 15-
18.
16 TO, p. 133.
28
poder constituyente; nos hierre y pone en cuestión la capacidad
de asumir nuestra existencia. Esta experiencia que podría ser
llamada una “contra-experiencia”17 para distinguirla por un lado
de la no-experiencia que es experiencia de nada y por otro lado
de la experiencia hecha por un sujeto posesivo echa una luz
su pasividad.
En segundo lugar, la experiencia erótica, y más particular-
mente la de la caricia, se caracteriza por el carácter no solitario
de este placer. Acariciar no es beber o comer… En primer lugar
dice Levinas la caricia es un modo de ser del sujeto18. Entonces,
la subjetividad parece capaz de acariciar porque está del lado
del mundo. Sin embargo, en segundo lugar, la caricia debe ser
distinguida del tocar que pertenece a la luz del mundo. Yo toco
que toco. Pero “la caricia no sabe lo que ella busca.” Es una
intencionalidad no objetivante. El espacio de la voluptuosidad
se caracteriza por esta indeterminación ininterrumpida, ininte-
rrumpida precisamente porque no puede hacerse mía. La inten-
cionalidad voluptuosa no devela nada sino busca sin cesar. Ella
es sensible pero va más allá de lo sensible. Lo trasciende hacia
lo carnal. Sin embargo, la carne no es el cuerpo objeto, ni el
cuerpo propio husserliano del yo puedo o le cuerpo expresión
de Merleau-Ponty. De hecho, la desnudez erótica de lo carnal
tal como se aprehenda en la caricia no apunta a una cosa o una
persona que tendría alguna conciencia. Es una intencionalidad
mundo. Como dice Levinas:
“La voluptuosidad profana, no ve. Intencionalidad sin
visión, el descubrimiento no produce la luz: lo que descubre no
se ofrece como significación y no ilumina ningún horizonte.”19
17 Etant donné…op.cit., p. 353.
18 En Totalidad e Innito, Levinas todavía queda dependiente de un voca-
bulario ontológico.
19 Totalidad e innito, E. Levinas, trad. D.E. Guillot, Salamanca, Edicio-
nes Sígueme, 1987, p 270. TI.
29
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Como dice también:
“El eros no se lleva a cabo como un sujeto que cap-
ta un objeto, ni como una proyección, hacia un posible.
Su movimiento consiste en ir más allá de lo posible.” 20
Esta negación del mundo puede ser vista de manera positiva
como relación con el Otro. Obviamente el Otro está separado de
mí en el sentido de que no es constituido por mí. Pero se vive
también una relación positiva con él puesto que lo que siento es
también un sentir. Yo vivo en lo sentido el sentir del otro, razón
por la cual Levinas habla también de comunidad del sentir. La
voluptuosidad es precisamente esta unión paradójica entre la
separación con el otro y la comunidad del sentir21. La caricia me
abre a la libertad del otro, a su sentir, de modo tal que la deseo
sin querer objetivarla.
En tercer lugar, hay que referir la voluptuosidad al deseo.
Mientras la necesidad (besoin) reconduce a sí mismo, puesto
que la satisfacción permite al sujeto vincularse de nuevo con él
mismo, sin perderse de vista, el deseo no deja de reconducir la
falta y por lo tanto de alejar el sujeto de sí mismo. En el deseo,
nunca puedo alcanzar la satisfacción puesto que el deseo como
tal es su propia ssatisfacción. La satisfacción vacía nuevamente
el sujeto hasta el punto de abrirle sin cesar a un movimiento
incesante.
Para concluir este punto, deberíamos reconocer con Levinas
que la fenomenología de la voluptuosidad no se concluye en la
Trascendencia sino ante todo en la descripción del más allá
como tal, del movimiento de evasión, de exteriorización que
atesta de la efectividad de la alteridad en la medida en que salgo
verdaderamente de mí mismo. La ausencia del Otro en el seno
del mundo no es la señal de su carácter dogmáticamente meta-
físico sino más bien el único modo de describir su acceso en un
sentido fenomenológico.
20 TI, p. 270
21 TI, p. 297.
30
VII. El Otro en el borde del Mundo22.
Sin embargo, tenemos razones para poner en duda la credi-
bilidad de este escenario fenomenológico. Me apoyo aquí sobre
los análisis de Renaud Barbaras desarrollados en Introduction à
une phénoménologie de la vie23. En primer lugar, Levinas opo-
-
tamente con las cosas del mundo y el deseo que apunta a la
alteridad, más allá del ser. Por ende, cuando describe el deseo,
elimina la perspectiva de la satisfacción, precisamente para po-
ner énfasis en el carácter extra-mundaneo del Otro24. Sin embar-
go y en consecuencia, elimina también el deseo que presupone
algún tipo de satisfacción mundana pues podemos hacer feno-
menalmente la distinción, que sentimos dentro del mundo, entre
necesidad y deseo, entre dos tipos de satisfacción mundanas.
Es cierto que el deseo abre a un más allá del ente y del objeto
– no es una necesidad- pero no se debe sacar necesariamente
la conclusión de que esta trascendencia nos hace salir del mu-
ndo. Cuando el deseo se vuelve placer, no se debe interpretar la
frustración, la decepción como la expresión de la imposibilidad
de la satisfacción sino más bien como la cara oculta de su in-
saciabilidad. Por lo demás, ¿cómo podríamos explicar la diná-
mica del deseo si el deseo supiera que no podría satisfacerse
de ninguna manera? Es así como el deseo como deseo supone
una satisfacción posible aunque sea necesario tematizar correc-
forma de una alteridad metafísica fuera del mundo. El deseo no
es la apertura a otro lugar inaccesible sino a la profundidad del
mundo. El deseo que se encuentra dentro del mundo va más allá
de todo ente posible y, por ello, abre al mundo. Es así como no
22 Ya hemos presentado lo esencial de los resultados de esta última parte
en el artículo siguiente: “L’éclat de l’autre à la lisière du monde”, Iris,
Annales de philosophie, Université Saint-Joseph de Beyrouth, 2014, p.
127-130.
23 Paris, Vrin, 2008, 293-298.
24 De hecho, el deseo como movimiento es su propia satisfacción. No
queda un lugar para la satisfacción de “algo”, para el placer.
31
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
se debe pensar la apertura al otro contra la apertura al mundo
sino más bien la relación con el Otro a partir de esta apertura
fundamental al mundo gracias al deseo.
Por lo tanto, debemos intentar evitar dos escollos acerca del
aparecer del otro. Efectivamente, a través de la exploración crí-
tica del pensamiento de Husserl, hemos visto que la relación
-
dana del yo trascendental. Pero gracias al análisis crítico del
pensamiento de Levinas, hemos mostrado la imposibilidad de
describir la relación con el Otro fuera del mundo. Pero este ca-
pues tenemos ahora los medios para precisar la pregunta fun-
damental por el aparecer del otro. Creo que la pregunta podría
formularse de la manera siguiente: ¿Cómo podemos pensar la
relación con el Otro de modo que su inscripción en el mundo no
ser el sujeto que apunta al otro para que no sea constituyente
del otro (lo que le haría perder su alteridad) y ¿que debe ser el
mundo para que la relación con la alteridad sea posible?
Si seguimos la línea defendida por Renaud Barbaras en
Introduction à une phénoménologie de la vie, La vie lacunaire
y después en Dynamique de la Manifestation25, debemos reco-
nocer que el deseo es un deseo del mundo. Barbaras rechaza
la concepción puramente energizante de la pulsión que hace
enigmático, a su juicio, la teoría de la sublimación. En efecto,
¿Cómo podríamos entender que una energía pura que no tiene
nada que ver con el conocimiento pueda hacerse conocimiento?
A decir verdad, la pulsión no es lo contrario del conocimiento
de modo que el pasaje de uno a otro no es incomprensible. Al
contrario, el deseo es deseo del mundo. Es precisamente porque
el deseo no deja de renacer a través de cada satisfacción mun-
dana que él puede abrirnos a un más allá de los entes, hacia una
totalizad que no podemos agotar, una totalidad que se reabre y
deseo para el otro sino deseo para el mundo de modo que que-
25 Paris, Vrin, 2013.
32
-
tico, el deseo para el otro, que lo hace aparecer. Tal pregunta
es una invitación a desarrollar una erótica fenomenológica que
Barbaras se limita a esbozar en La vie lacunaire26.
Con tal concepción del sujeto como siendo sujeto de deseo,
¿Cómo se puede entender la relación con el otro? En efecto,
surge una aparente contradicción. No se ve bien cómo podría-
mos tener un deseo para el otro, que es un mero ente del mundo,
si todo deseo es deseo para el mundo. Pero basta con enunciar
esta contradicción para solucionarla. De hecho, el otro es pre-
cisamente el lugar en el cual parece concentrarse, en la medida
de lo posible, el nacimiento del mundo. Es como si la condición
otro. Si llamamos sublimación el proceso de transformación del
deseo en apertura al mundo, deberíamos llamar desublimación
experiencia del límite que separa los entes y el mundo que los
engloba. Como escribe Renaud Barbaras:
“Dans l’amour, le monde semble refluer sur
lui-même et l’éclat que l’autre y acquiert tient
finalement au fait qu’il semble se tenir à la lisière du
monde, au point de ce pur excès qu’est le monde. »27
Desde este punto de vista, la experiencia del otro no nos
obliga – como fue el caso con Levinas – a salir del mundo. Al
de un exceso. Sin embargo, la dimensión mundana del deseo
erótico no conduce a borrar la dimensión de alteridad sino más
bien la refuerza. En efecto, se puede entender la profusión y la
insaciabilidad de esta relación a partir del deseo para el mundo.
Obviamente, para que tal concepción del aparecer del otro
sea viable, presupone dos tesis. La primera: que se pueda pen-
sar una forma de auto-manifestación del mundo para que éste
26 Ver: “L’erôs et la désublimation du désir”, La vie lacunaire, Paris, Vrin,
2011.
27 La vie lacunaire…, p. 207.
33
«El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
Eric Pommier «El resplandor del otro se encuentra en el borde del mundo»...- Opúsculo Filosóco, N° 25, Año IX, 2016
adviene al sujeto puesto que no puede ser constituido por él.
Lo hemos visto, el sujeto, como deseo, se abre a esta totalidad
-
noma de manifestación. La segunda: para que el deseo para el
otro, que es siempre deseo de un yo, no comprometa la alteridad
del otro, hay que suponer una teoría de la separación entre el yo
y el otro. Ambas tesis son desarrolladas por Renaud Barbaras
bajo la forma de un pensamiento del archi-acontecimiento que
28. Nos hemos limitado a restituir las
principales líneas de una solución posible al problema del apa-
recer del otro.
Recibido: 15 de Abril de 2016
Aceptado: 30 de Mayo de 2016
28 Nos permitimos remitir a “L’éclat de l’autre à la lisière du monde”, Iris,
Annales de philosophie, Université Saint-Joseph de Beyrouth, 2014, p.
122-127.
34
35
Guía para la publicación de artículos
Opúsculo Filosóco
La revista Opúsculo Filosóco es una publicación periódi-
ca con trabajos de investigación expuestos en el Centro de Es-
tudios de Filosofía Clásica de la Universidad de Filosofía y Le-
tras en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina,
-
ria para la recepción de artículos se encuentra abierta en forma
permanente.
Envíos
Las contribuciones propuestas deberán enviarse por correo
electrónico y en formato electrónico a:
con copia a
Sistema de evaluación
Los originales serán sometidos a un proceso editorial que
se desarrollará en varias fases. En primer lugar, los artículos
recibidos serán objeto de una evaluación preliminar por parte
-
sión editorial y/o la Comisión de Revisión, quienes determina-
rán la pertinencia de su publicación. Una vez establecido que
el artículo cumple con los requisitos temáticos, además de los
requisitos formales indicados en estas normas de publicación,
serán enviados a dos pares académicos externos, quienes deter-
minarán en forma anónima: a) publicar sin cambios, b) publicar
cuando se hayan producido correcciones menores, c) publicar
36
cuando se haya efectuado una revisión a fondo o, d) rechazar.
Se estima un plazo de tres meses para que los especialistas
informen el dictamén. En caso de discrepancia entre ambos re-
sultados, el texto será enviado a un tercer árbitro, cuya decisión
académico serán inapelables en todos los casos.
El envío de un artículo a Opúsculo Filosóco indica que es
original y que no ha sido previamente publicado ni es evalua-
do contemporáneamente para su publicación en otra revista. El
hecho de que los trabajos hayan sido comunicados a sociedades
obstáculo para su publicación. La revista se reserva el derecho
de incluir los artículos aceptados para la publicación en el nu-
mero que considere más conveniente.
Normas de publicación
- Se aceptarán artículos en castellano o francés, inglés, italia-
no, portugués o alemán.
- El editor no realiza revisiones lingüísticas. Por tanto, los
manuscritos deben estar escritos en forma correcta en cada
una de las lenguas.
- El texto debe enviarse listo para imprimir. Los autores de
los trabajos seleccionados recibirán las pruebas de galera
en formato PDF para su revisión. Por razones técnicas, no
se permitirán cambios sustanciales o demasiado extensos.
- Todo texto deberá presentarse en hoja tamaño A4 con los
siguientes márgenes: superior e inferior: 2,5 cm; izquierdo
y derecho: 3 cm, en fuente Times New Roman tamaño 12, y
en la primera línea de 0,5 cm.
- Artículos: la extensión será desde 20 hasta 40 páginas in-
37
cluidas las citas que deberá ser breves e irán a pie de página.
- El autor deberá elaborar un sumario que se colocara des-
pués de los datos del autor, ejemplo:
xxxxxxx@hotmail.com
Sumario:
1. Introducción
2. La Teología del Hijo/Logos y su relación con la Sofía
3. Implicancias cosmológicas de la noción de Sabiduría
4. La Experiencia Mística como un proceso de encuentro
con la Sabiduría
5. Conclusiones
- Los datos del autor/res constarán en el cuerpo del correo
electrónico al que se adjuntará el correspondiente archivo.
Los datos deberán incluir nombre y apellido completo del
de investigación. El nombre del archivo será el nombre del
artículo. El artículo no contendrá ninguna referencia que
ejemplo, trabajos citados o agradecimientos que se quieran
hacer constar, que revelen la identidad de los autores, se
agregarán en el cuerpo del mismo correo electrónico.
- Todos los artículos deberán ser acompañados de un resu-
38
men de no más de 150 palabras en el idioma original del
trabajo y en un segundo idioma que será el inglés. Se deberá
incluir entre dos a ocho palabras claves o equivalentes en el
idioma original del trabajo y en un segundo idioma. Tanto
el resumen como las palabras claves deberán colocarse en
fuente Times New Roman 11, interlineado 1,5 ptos.
-
en los siguientes ejemplos:
Libros:
, Lloyd. 1994. Plotinus. London/New York:
Routledge.
Capítulos de libros:
, Stephen. 2006. An Aristotelian Perspecti-
ve on Plato´s Dialogues. En , Fritz-Gregor
(ed.) New Essays on Plato, Swansea, pp. 189-211.
Cuando se cita la obra varias veces se procederá como
sigue: , Stephen, pp. 189-211.
- Los artículos y notas deberán presentarse con:
-
trado.
Título traducidos al inglés, colocado después del título
en castellano.
Transcripciones breves (menos de 4 renglones): entre-
comilladas (“…”), en el cuerpo del texto.
- Transcripciones más extensas: sin comillas en párrafo apar-
te, con sangría adicional de 0,5 cm en márgenes izquierdo
y derecho (sin sangría especial en primera línea), fuente Ti-
mes New Roman 11 interlineado 1,15ptos.
Subtítulos en itálicas: La primera letra con mayúscula
39
correlativamente, a renglón seguido del texto proce-
dente.
Palabras griegas latinizadas y en cursiva.
Palabras extranjeras en cursiva.
Toda palabra que quiera destacarse se escribirá en cur-
siva.
Toda palabra a utilizar con una fuente o tipografía que
no sea Times New Roman debe ser enviada.
Número de nota en superíndice, después del signo de
puntuación. Ej: texto.1, “...”1,(...),1
-
bliografía debe estar citada a pie de página.
40
41
Papers publication guidelines
Opúsculo Filosóco
Opúsculo Filosósico is a quarterly publication that in-
cludes research works presented at the Centro de Estudios de
Filosofía Clásica of the Universidad de Filosofía y Letras in
the Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. This
journal accepts any contribution covering aspects of philoso-
phy, important themes and authors of western philosophy with
original bearings on the subject. The call for papers is open all
over the year.
Delivery
All contributions should be sent in electronic format to:
with copies to
Evaluation system
The articles submitted will undergo an editing process
beginning with a preliminary evaluation by members of the
the Revision Committee who will determine their approval of
subject matter. Once this settled and the necessary publishing
sent to blind academic peers who will assess: a) to publish with
no changes, b) to publish once minor changes are made, c) to
publish after an in depth revision, d) to reject. If no agreement
is reached the article will be sent to a third peer whose decision
-
cialists to reach their decision.
42
not previously published, nor presented to be reviewed by any
-
cieties or appearing as summaries will be accepted for publica-
tion. The journal reserves the right to include accepted articles
for publication in whatever number they consider convenient.
Publishing norms
- Articles will be accepted written in Spanish, French, En-
glish, Italian and German.
- The editor can not undertake a linguistic revision. Thus the
manuscripts must be correctly written in the author´s mo-
ther tongue.
- The text must be sent ready to be printed. Authors of selec-
ted works will receive a set of galleys in PDF form for their
revision. For technical reasons, substantial or over lengthy
changes will not be accepted.
- Texts must be submitted in A4 size page with the following
margins: top and bottom 2.5 cm, left and right: 3 cm. Time
- Length of articles: 20 to 40 pages, including brief footnote
quotations.
- Summary: The author must add a summary to be placed
following the author’s data, for example:
43
xxxxxxx@hotmail.com
Summary:
1. Introducción
2. La Teología del Hijo/Logos y su relación con la Sofía
3. Implicancias cosmológicas de la noción de Sabiduría
4. La Experiencia Mística como un proceso de encuentro
con la Sabiduría
5. Conclusiones
- The author’s data will appear in the same e-mail with the
identify the author in any way. Any indication that might
reveal the author’s identity, such as work references or ac-
knowledgements should be added in the same e-mail.
- Every article must have a summary of not more than 150
words in the original language and in a second language,
English. In both the original and the second language, two
or three key words must be included. Summary and key
words must be in Times New Roman font type 11, with 1.5
line interspace.
- Bibliographic references as follows:
44
Books:
, Lloyd. 1994. Plotinus. London/New York:
Routledge
Chapters:
, Stephen. 2006. An Aristotelian Perspec-
tive on Plato’s Dialogues. Herrmann,Fritz-Greorg
(ed.)New Essays on Plato, Swansea, pp.189-211.
With several quotations of the same book:
Stephen, pp. 189-211.
Articles and notes should be presented:
Centered and in bold, ALL CAPS.
English translation of title placed below the Spanish
title.
Brief quotations (less than 4 lines): with quotation
marks (“…”), within the text.
Lengthier quotations without quotation marks in a
separate paragraph, with an additional indent of 0.5
Times New Roman font, type11, interspace 1.15.
Subtitles in italics. First letter in capital letter, the rest in
small case letters, no period, automatically numbered.
Greek words Latinized and in italic.
Foreign words in italic.
Highlighted words in italic.
Any font other than Times New Roman must be sent.
Number of notes in superindex, after the punctuation
mark, e.g.: text.1, “...”1,(...),1
Do not place bibliography at end of work. All biblio-
graphy must be quoted in footnote.
45
Cesión de Derechos - Copyrights
Cesión de Derechos
El siguiente documento debe ser completado por todos los
autores de manuscritos o artículos.
pueden agregar copias de esta página.
Título del Manuscrito:
_______________________________________________________
_______________________________________________________
Declaración: Mediante el presente documento declaro que
otorgo (amos) licencia exclusiva y sin límite de temporalidad para
edita la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de
Cuyo, Mendoza, Argentina, a través del Centro de Estudios de
Filosofía Clásica. Siendo de mi conocimiento que la distribución de
la autorización correspondiente para que la difusión pueda efectuarse
a través de formato impreso y medios electrónicos, tanto en red local
como por vía Internet.
Atentamente,
NOMBRE Y FIRMA DE CADA AUTOR
_______________________________________________________
46
Copyrights
Each author whose appears in this literary journal must complete
the following form. If more space is necessary, photocopies of this
page can be attached to this form.
Title of Article:
_______________________________________________________
_______________________________________________________
Statement: By signing this document, I give the publishers of
Filosofía Clásica at the Facultad de Filosofía yLetras, Universidad
Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina, exclusive permission, with
no time limit, to publish my article, the title of which is written above.
I am aware that this journal will be used for academic purposes only.
Therefore, I agree that my work may be published as a part of this
journal both in hard copy and electronic forms, both on local websites,
an on the Internet.
Sincerely yours,
NAME(S) AND SIGNATURE(S) OF AUTHOR(S)
______________________________________________________